Clase La Celestina
Clase La Celestina
Clase La Celestina
¿Qué hacer con una mujer con deseo? La Celestina, de ¿Fernando de Rojas? Una
obra descentrada: Autoría, género, edición. Pecado y libertad. Los espacios de la
Tragicomedia.
Les propongo una puerta de entrada al tema, de tal modo que podamos
recuperar algunos elementos que nos ayudarán a leer el texto con algunas
herramientas interpretativas. Quisiera recuperar en este inicio un texto medieval no
incluido en el programa, los Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo,
producido en la primera mitad del Siglo XIII. Allí se recrean en lengua romance
(recordemos que los “autores” medievales no son originales) una serie de milagros
hechos por la Virgen. Berceo toma esos relatos de una colección latina en prosa,
selecciona los que son de interés para su público y escribe una Introducción en la que
a través del uso de la alegoría construye un relato por el cual el sujeto de la escritura
es un romero (un caminante) que llega a un Prado (el Paraíso) en el cual descansar.
No vamos a detenernos en las características de este texto, pero sí en algunas de las
historias que los Milagros cuentan.
El Milagro XXI (“De cómo una abadessa fue preñada) cuenta, tal como sugiere
el título, la acción que una abadesa comete (“pisar la mala hierba”, así es como
alegóricamente el texto lo dice) y los problemas que tiene para ocultar la situación
frente a las habladurías de las monjas de su convento. Ante el ruego de la
embarazada, la Virgen intercede, permite un parto sin dolor y calla las voces críticas
de las colegas frente al Obispo. Su hijo es criado por un ermitaño y cuando llega a la
adultez se convierte él mismo en obispo. Es interesante detenerse en algunos
aspectos de la narración para poder observar cómo se construye la imagen de lo
femenino en la obra, representada en las figuras de la Virgen y la abadesa, para sí
establecer una posible hipótesis sobre la otredad en el texto. ¿Es la mujer, lo mismo
que lo son el judío y el diablo en otros milagros, una figura “otra” en la producción
verbal berceana? Y si esto es así, ¿a través de qué procedimientos el texto construye
esa otredad?
Otro de los Milagros que podemos recuperar en el armado de esta serie es “El
niño judío” (Milagro XVI). En el comienzo del relato un niño judío juega con sus amigos
cristianos y al ver que éstos asisten a misa y comulgan, él siente deseos de hacerlo.
Cuando llega a su casa y relata a sus padres su “aventura”, el padre enloquece, lo
castiga y lo arroja a un horno para acabar con su vida:
Otro autor medieval que se ocupó, y mucho de las mujeres, fue Juan Ruiz, un
arcipreste nacido en Hita y que compuso el Libro de buen amor, texto fragmentario
estructurado a partir de varios elementos (autobiografía, alegorías, ejemplos
didactizantes, entre otros) con la intención de llamar la atención sobre lo negativo del
mal amor (el que se aleja de Dios, el de algunas mujeres, el amor del mundo y sus
pecados) en contraposición al buen amor de Dios. La Introducción en prosa que
escribe Juan Ruiz es muy clara en cuanto a lo que estamos debatiendo. El sujeto de la
escritura plantea que su texto busca adoctrinar por el camino del buen amor, pero nos
advierte que hay un espacio que siempre queda librado al azar. De este modo
concluye:
Empero, dado que es humana cosa el pecar, si alguno (lo que no aconsejo) quisieren
usar del loco amor, encontrarán aquí algunas maneras para hacerlo. Y así, éste, mi
libro, a todo hombre o mujer, cuerdo o loco, tanto al que entendiere el bien y eligiere su
salvación y obrare bien, a Dios amando, como al que quisiere al amor loco y en esa
carrera anduviere, podrá cada uno por su cuenta bien decir: Intellectum tibi dabo, etc.
1
Todas las citas de La Celestina corresponden a la siguiente edición: Rojas, Fernando de
(2005). La Celestina, Ed. Dorothy Severin. Madrid: Cátedra. Señalamos en cada ejemplo solo
el número de página.
Melibea: ¿Por gran premio tienes éste, Calisto?
Calisto: Téngolo por tanto, en verdad, que si Dios me diesse en el cielo la silla sobre
sus santos, no lo tendría por tanta felicidad.
Melibea: Pues, ¡aún más ygual galardón de daré yo, si perseveras!
(87)
a) Ediciones
1499: Burgos, 16 actos, Comedia, con los argumentos, pero sin los textos preliminares
y finales.
1500: Toledo, 16 actos, Comedia. Es la primera edición completa de la Comedia,
incluye los preliminares: la “Carta del auctor a un su amigo” y los versos acrósticos, el
“síguese”, el argumento de toda la obra y los versos finales de Alonso de Proaza.
1502: Toledo. Se añade el otro prólogo. Contiene cinco actos intercalados en medio
del XIV. 1507: la primera Tragicomedia española
1514: Valencia
En 1990 Charles Faulhaber descubre un manuscrito de la Biblioteca de Palacio (Ms.
1520). Es el inicio de la Comedia, copiada en la segunda mitad del siglo XVI, pero
podemos conjeturar una versión anterior a la de Burgos. De este modo, se habilita el
debate acerca de una tradición manuscrita de la obra, ya que hasta ese momento nos
manejábamos con la tradición impresa. Recordemos que en 1499 la imprenta ya había
sido inventada.
[Pueden realizar una breve búsqueda sobre la creación de la imprenta y el
modo en que influyó en la circulación de los libros. Volveremos sobre esto
cuando leamos El Quijote]
1500-1502: Fechas probables de la Tragicomedia.
b) Autor
Fernando de Rojas, Fernando de Rojas y otros, Juan de Mena, Rodrigo Cota.
Sabemos que era Bachiller (abogado), casado, 7 hijos, judío converso, Alcalde de
Talavera en 1538, defensor de su suegro (Álvaro de Montalbán), muere en 1541.
Si fue Rojas el autor, ¿de qué partes? Del Acto II al XVI de la Comedia y casi seguro
de los actos adicionales. El problema es el autor del Acto I.
Actividad:
1. Elabore fichas de lectura para cada uno de los textos sugeridos.
2. Enuncie en un párrafo las hipótesis de Orduna y de Snow respecto de la autoría de
La Celestina.
[Esta actividad no debe ser enviada]
Actividad: Realice una reseña (dos párrafos) de la noticia leída en el link enviado. En
la misma se nombra a Víctor Infantes, autor ya citado por Snow. Realice una
búsqueda en la web de algunos trabajos de Infantes (al menos 2) que amplían el
problema de la autoría de Celestina. Indique esas referencias.
[Esta actividad debe ser enviada para su corrección]
c) El género
¿Novela?
¿Teatro?
¿Novela dialogada?
¿Texto agenérico? (Gilman)
¿Primera novela moderna por su parodia del amor cortés? (Severin, Lacarra)
3) Borde lingüístico
Les propongo a continuación una hoja de ruta para la lectura de la obra, una
focalización en algunos de los actos y algunas claves para la comprensión de las
complejidades que el texto ofrece.
Acto 1. Observe el modo en que avanza la acción una vez que Calisto
sale del jardín de Melibea. Deténgase en la figura de los criados,
observe las diferencias entre los dos criados de Calisto, Sempronio y
Pármeno. Cómo puede caracterizar a cada uno.
2
Observen que el artículo de Botta ha sido publicado en Celestinesca, una revista dedicada
íntegramente a la producción crítica sobre la obra. Pueden consultar todos los números en
Observe el relato que sobre la infancia de Párameno se realiza en la obra
desde el siguiente parlamento: “Celestina. ¡Putos días vivas, vellaquillo! ¿Y
cómo te atreves?” Deténgase en las connotaciones sexuales del episodio. ¿Es
Celestina una pedófila?
Lea con atención el monólogo que abre el acto 4. ¿De qué habla Celestina allí?
¿Cómo construye su discurso? Advierta el uso de refranes y de figuras
retóricas, el modo en que el habla de Celestina se nutre de la literatura.
Les propongo que resolvamos juntos la actividad anterior. En ella les pido que
construyan una hipótesis sobre la posibilidad de postular un borde lingüístico en la
obra, cuestión que en el final del apartado 2 prometí que íbamos a descubrir juntos.
Hagámoslo.
https://parnaseo.uv.es/celestinesca.htm
Pues amargas cient monedas serían estas. ¡Ay, cuytada de mí, en qué lazo me he
metido! Que por me mostrar solícita pongo mi persona al tablero. ¿Qué haré, cuitada,
mezquina de mí, que ni el salir afuera es provechoso, ni la perseverancia carece de
peligro? ¿Pues yré, o tornarme he? ¡O dubdosa y dura perplexidad! No sé qual escoja
por más sano. En el osar, manifiesto peligro, en la cobardía, denostada pérdida.
¿Adónde yrá el buey que no are? Cada camino descubre sus dañosos y hondos
barrancos. Si con el hurto soy tomada, nunca de muerta o encorocada falto, a bien
librar. Si no voy, ¿qué dirá Sempronio? ¿Qué todas éstas eran mis fuerzas, a saber y
esfuerzo, ardid y ofrescimiento, astucia y solicitud? Y su amo Calisto, ¿qué dirá ¿qué
pensará? (149)
Es posible que las dudas de Celestina tengan que ver con un temor real, los
castigos que la ley imponía a la hechicería en el siglo XV. Sin embargo esto no impide
que ella hable. No sabe si seguir o retroceder y en el desarrollo de su reflexión deja
escapar algo que conoce muy bien, un refrán. Al preguntarse “¿Adónde irá el buey que
no are?” Celestina pone en funcionamiento una lengua popular que conoce a la
perfección. Ella es mujer de plaza pública, de mercado, de ingreso clandestino a las
casas (recordemos sus oficios descriptos en el acto 1), de acuerdos en voz baja, de
secretos, de susurros, de comercio prohibido. A ese refrán Celestina lo ha escuchado
en su peregrinaje por la ciudad, ese espacio que comenzaba a ser el escenario de las
ficciones (y no ya los monasterios, conventos o Castillos de la edad media) y que
obligó a reconfigurar el tránsito de mercancías y de bienes simbólicos tales como el
cuerpo, la sexualidad, la enfermedad, la salud, las ficciones familiares o los
intercambios entre clases sociales diferentes. Fernando de Rojas lo sabía muy bien,
por eso permite que los rígidos estamentos se relacionen entre sí a través de nexos no
solamente económicos. Así lo entendió Alan Deyermond, quien postuló que los nexos
sociales en la obra son también sexuales. ¿O no es posible pensar que Sempronio, en
su deseo de escuchar el relato de las aventuras de su amo con Melibea, no está
demostrando una corriente afectiva hacia la dama inalcanzable para él? ¿O no es
Lucrecia, la criada de Melibea, una voyerista declarada que no quiere dejar de
escuchar los ruidos que su ama y su amante provocan? ¿No es este móvil un modo de
que la criada demuestre también su interés sexual por el caballero?
La que mejor sabe de eso, la que controla esos intercambios es Celestina. Por
eso sorprende, o no tanto, que luego del refrán que analizamos, el habla celestinesca
se convierte en otra cosa, en una zona que habilita precisamente un borde, un límite
entre lenguas. Ella, la bruja, la antigua prostituta, la tercera, la alquimista…es capaz de
convocar una lengua otra. Ella dice: “Cada camino descubre sus dañosos y hondos
barrancos” y su decir se llena de vocales abiertas que recuerdan al pozo sin fondo al
que puede caer (las caídas en la obra son un tópico). Esa perfecta aliteración nos
muestra que Celestina puede manejar las dos lenguas, la de la calle y la de los libros
que escuchó, esos espacios separados simbólicamente por los muros del jardín de
Melibea que está por volver a cruzar, una vez más.
De este modo, hemos visto cómo sí es posible trazar una hipótesis sobre el
borde lingüístico que la obra postula, pero sin olvidar que es Celestina quien asume el
mérito del salto.
Actividad: seleccione uno de los puntos señalados más arriba, desarróllelo y envíe su
respuesta
Germán Prósperi
[email protected]