Superior Tribunal de Justicia de Corrientes
Superior Tribunal de Justicia de Corrientes
Superior Tribunal de Justicia de Corrientes
En la ciudad de Corrientes, a los trece días del mes de marzo de dos mil seis, estando
reunidos los Señores Ministros del Superior Tribunal de Justicia Doctores Guillermo Horacio
Semhan, Carlos Rubín, con la Presidencia del Doctor Eduardo Antonio Farizano, asistidos del
POR ALEVOSIA – CAPITAL”. Efectuado el sorteo a los efectos del orden de votación resultó
el siguiente: Doctores Guillermo Horacio Semhan, Carlos Rubín y Eduardo Antonio Farizano
SE PLANTEA LA SIGUIENTE
C U E S T I O N:
AUTOS?
Cámara en lo Criminal Nº 1, que condenó a FRANCISCO JAVIER FARIÑA, como autor del delito
instaurada, se articulan dos recursos de casación, uno presentado por el condenado con
patrocinio letrado de la Sra. Defensora Oficial, a fs. 593/596 y el otro, por el representante del
y vta., dictaminado por el rechazo del recurso articulado por el condenado, en lo referente a la
cuestión substancial penal, no opinando si sobre la cuestión civil ni respecto del segundo
recurso intentado.
hecho fue accidental, no existió intención de matar. El dolo requerido por el art. 79 del C.P., no
está probado ni fue destruido el principio de inocencia. Arguye que habría actuado de forma
impuesto por estimarlo exorbitante y arbitrario, pues no se llevó a cabo un razonamiento lógico,
dado que expectativa de vida y chance, es un idéntico rubro, el cual sumado al daño moral,
conforman la responsabilidad civil. Sostiene que se han realizado cálculos erróneos, dando
impugna los montos establecidos por exorbitantes y por no encontrarse probado los rubros
sobre los cuales el a quo se expidió. También hace notar que la suma total de los montos
que trepa a $ 405.000, y que aún cuando sea un error material hace al fondo de la cuestión.
secuestrada y supuestamente utilizada, haya sido provista por el Estado. Además agrega que el
Estado no se puede responsabilizar porque Fariña utilizara el arma, porque si la utilizó fue
contra la voluntad expresa o presunta del Estado, el cual repite, no se demostró que la haya
provisto. La pretensión del actor civil también carece de probanzas. No se niega el deceso del
menor Meza, y que el responsable sea Fariña, pero la responsabilidad de éste no puede
extenderse al Estado.
En cuanto al rubro lucro cesante, se queja el recurrente que el
a quo haya tomado como tope de vida útil los 70 años del menor y haya calculado el
resarcimiento en base a un dinero que éste le habría brindado a sus progenitores, cuando lo
quo mensuró un monto, debió haber incluido dentro del rubro daño moral y además, no se
encuentra acreditado su existencia. Por otro lado sostiene que ni uno de los extremos
pretendidos por los actores civiles fueron probados en autos. A continuación completa sus
nombrado no ha sabido demostrar en que consistió el error jurídico del a quo, al atribuir a título
de dolo y no de culpa, el resultado letal acreditado en autos. No basta con manifestar, como lo
hace el recurrente, que otra debería ser la tipificación, sino que debe encargarse de marcar en
Homicidio Simple, (ver a fs. 587 vta./588), descartando expresamente tanto la agraviante
originaria de la acusación fiscal (Homicidio con alevosía) como la disminuida, solicitada por la
del autor, deviene en principio inadmisible, pues la existencia del “ánimus occidendi”, el cual
que puede ser sometido al control de éste Tribunal, siempre y cuando se advierta una
destruido, es un argumento baladí, pues va de suyo que tal estado permanece hasta el
decisorio del Tribunal de mérito, y habiendo sido condenado, el mismo dejó de existir.
Al examen, resulta que en los extremos sentenciales históricos
y de encuadramiento penal, el “a-quo” ha cumplido con la regla que la motivación debe ser
derivada y respetuosa del principio de razón suficiente, (CF: DE LA RUA, FERNANDO “EL
RECURSO DE CASACION”, ZAVALIA, 1968, pág. 184), pues ha inferido de las pruebas
accionar del encartado, brindando los fundamentos que “[…] permiten extraer de ella, nos
guste o no, las razones lógico-argumentativas que lo llevaron a tomar la decisión […]”, (CF.
penal de la conducta del condenado, estimo inadmisible la queja intentada. ASI VOTO.
cuantificación de los daños resarcibles, adelantando desde ya, que la queja del representante
respecto de la responsabilidad del estado, por los hechos ilícitos cometidos por personal policial
para llenar esas funciones se ha valido de agentes o elementos que resultan de una
peligrosidad manifiesta, las consecuencias de la mala elección, sea o no excusable, debe recaer
sobre la entidad pública que la ha realizado”, noción que se ha visto reiterada en distintos
fallos, desde el más antiguo citado por el a quo, “BALBUENA BLANCA GLADYS C/MISIONES,
PROVINCIA DE S/DAÑOS Y PERJUICIOS”, año 1994, Fallos: 317:729, hasta el más reciente;
Sin embargo, como ya dijera éste Tribunal, “in re”, Expte. Nº 12.930/06, “ZANDONA LINO
ASUNCION Y SANTA DELIA DIA FONSECA C/RAUL ANTONIO PEREZ Y/O EL SUPERIOR
GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES S/DAÑOS Y PERJUICIOS”, Sentencia Nº
102/97, que: “Muchos son los casos dañosos que no ofrecen dificultades para apreciar el
recaudo de la conducta antijurídica del dependiente y, por tanto, en los que resulta palmario el
deber de responder del principal. Tales por ejemplo, el supuesto de un policía muerto por el
accionar negligente de un compañero de tareas […] o el del homicidio culposo causado por un
agente de policía franco de servicio pero con arma de la repartición (ver el leading case resuelto
por la Corte Federal, el 13/6/78 in re: Panizzo Manuel c/Provincia de Buenos Aires” […]).
responder por los actos de sus dependientes, aún por los irregulares. Pero ese paraguas
protector no avala como lo pretende el a quo, actos ilícitos como el del presente caso, toda vez
estatal, a saber: que el imputado, no sólo se encontraba fuera de servicio (pues numerosa
jurisprudencia convalida que los funcionarios policiales aún encontrándose en tal estado están
desarrollando otra tarea distinta a la policial, como custodio de un local bailable y efectúa el
arma era propiedad de aquél, lo que no cambia, por el hecho de que le hubiese sido vendida al
codemandado por otro agente de la institución, sólo aquellos agentes a quienes el organismo le
servicio.”, (CNC Y C Fed. sala 3, 18/6/99, “Avila Alejandro y otros c/Espíndola, Héctor y otros
propietaria del arma utilizada en el homicidio, ni ésta fue utilizada en circunstancias del
episodio sin conexión con las tareas castrenses […] lo cual alcanza para eximir de
de los arts. 1112 y 1113 del CC por la sola intervención de su dependiente en un hecho
personal, mediante la utilización de un objeto propio”., (CNC Y C Fed., sala 1º, 08/11/2001,
“Maione, Roberto Pablo y otro c/Dirección General de Gendarmería Nacional y otro s/Daños y
ingresó a la vivienda de su ex concubina y ultimó al actual concubino de ésta, (Fallos: 317 (Vol.
2): 730). El caso Panizo, ya fue citado “supra”, el agente estaba de franco, pero actuó con un
funcionario policial bonaerense, en ocasión en que éste fue herido letalmente con una pistola
sentencia guardan paralelismo con el sub exámen, como lo pretende el a quo, ya que en los
Del precedente Furnier, rescato la frase con que la Corte subrayó el fundamento de la
responsabilidad estatal, sosteniendo que si bien el hecho no fue en ocasión que el occiso se
encontraba cumpliendo tareas específicas de su cargo, lo cierto es que el acto dañoso “solo fue
posible en la medida que derivó de las exigencias propias del cargo”, (317:1006).
lógica, en el sub judice, donde reitero, el causante se encontraba de franco, (ver constancia del
servicio penitenciario a fs. 516) desarrollando tareas propias y habiendo disparado con un arma
de fuego, cuya propiedad no se acreditó en ninguna instancia del proceso, pues la referencia
contenida en el Acta de Secuestro de la Colt 11,25 mm. de fs. 49, no fue comprobada ni
archivos referentes a las adjudicaciones de las armas reglamentarias a los numerarios policiales
RENAR), son razones por las cuales, no puede responsabilizarse al Estado provincial, por no
compete a este Tribunal, voto por excluir absolutamente al Estado Provincial como co-
personal.
dada en la sentencia recurrida, por cuanto no permite evaluar el soporte cualitativo que se tuvo
en cuenta para arribar a los montos, y por ende, tampoco la determinación de los daños
mensurar separadamente del daño moral el daño psicológico, toda vez que no existen
“Corresponde rechazar el reclamo del resarcimiento del daño psicológico si el dictamen del
dañosos traumáticos, los que –de haber existido- no han marcado secuelas dañosas verificables
debe estar comprobado que reúne las características de daño psíquico, porque “No todo
trastorno psíquico es daño psíquico”, (ver artículo citado) y esa comprobación requiere
expidan sobre su existencia, permanencia y relación causal con el daño sufrido. Así lo ha dicho
la CSJN: “Para la indemnización autónoma del daño psíquico respecto del moral, la incapacidad
que guarde adecuado nexo causal con el hecho dañoso. Mayoría: Petracchi, Belluscio,
Boggiano, Vázquez, Maqueda, Zaffaroni. Abstención Fayt. C. 742 XXXIII. Coco, Fabián
Alejandro c/Buenos Aires, Provincia de y otros s/daños y perjuicios 29/06/04. T. 327, P. 2722.
L.L. 08/11/04, Nro. 108.279, con nota ED. 30/11/04, Nro. 331”.
Ninguna de estas circunstancias se confirmó en autos, y por ello resulta arbitrario que el
constituyendo una derivación razonada del derecho vigente con aplicación a las circunstancias
hecho y prueba. Incapacidad. Daño psicológico. …”, 10/10/02, “Sipis, Eduardo… s/Daños u
Perjuicios”). Y ante la falta de demostración no correspondía que el a quo se expida sobre este
rubro, debiendo ser excluido de todo tratamiento. Pues como tiene dicho éste cuerpo: “Por eso
existe afección a las garantías constitucionales de la defensa en juicio y del debido proceso
decisiva para la justa graduación de los porcentajes de responsabilidad”, “in re”, “MONTIGLIA
8186/92”.
medida del recurso, pero que se encuentra expedita la vía para que éste Tribunal ejerza
jurisdicción positiva, es que analizaré y procederé a practicar una nueva mensuración de los
montos fijados por el a quo, en torno a los rubros de daño moral y material, pues estimo que la
cuantificación fue arbitraria por falta de adecuada fundamentación, sin que se advierta la
capítulos en los cuales –como regla- reinan soberanamente las conclusiones de los jueces de las
instancias ordinarias. ….Sin embargo, si tal juicio de grado está afectado, por su
inconsecuencia lógica o auto contradicción, […] que en forma directa o inmediata viola las
que: “[…] sabido es que cuando se reclama una suma en concepto de pérdida de la vida
humana se hace en miras a las aptitudes de la víctima para producir bienes. En tal sentido, la
jurisprudencia viene sosteniendo que ante la muerte debe ser resarcido el daño patrimonial,
fundado en la “perdida de chance” que importa la posibilidad –con cierto grado de certeza- que
tenía la víctima de ayudar económicamente. Y así para determinar el quantum el juez debe
apreciar no el valor global de la ganancia o pérdida, sino la proporción de ese valor que en
circunstancias del caso”, “in re”, Expte. Nº 23.208/04, “ZARATE HAYDEE ERMINDA POR SUS
prudente la suma de $ 70.000 respecto al daño patrimonial, “perdida de chance”, sin indicar el
la cita de ciertos parámetros de mensuración, que no permiten inferir cual fue el derrotero del
raciocinio del juzgador al ejercer tales facultades discrecionales, y aún cuando ciertamente, la
debe practicar una proyección en miras a las aptitudes de la víctima para producir bienes, en
En tal sentido la jurisprudencia viene sosteniendo que ante la muerte debe ser resarcido el
daño patrimonial fundado en la “perdida de chance”, que importa la posibilidad –con cierto
grado de certeza-, que tenía la víctima de ayudar económicamente, en este caso a su pares,
(“in re”, Sentencia Nº 133/05, “Fernández Lezcano de Solís Ramona Seferina C/Dirección
Provincial de Energía de Corrientes y/o Q.R.R. S/Ordinario”. Y dado que, como lo señala otro
de lucro cesante por el fallecimiento de su hijo, incluso cuando no se haya probado que el
occiso trabajara y percibiera tal o cual suma de dinero, pues su juventud hace prever que
desempeñar un trabajo y su muerte priva a los padres de la perspectiva de tener en los años de
la vejez un apoyo económico por ser los hijos sostenes naturales de los progenitores”. (LLNOA,
2005, (octubre), 1199), aunque entiendo que en caos de menores, como el presente en
de daño patrimonial, la suma de $ 56.700, que corresponde al 30% del resultado total ($
189.000), que resulta de multiplicar un “salario mínimo vital y móvil”, fijado en $ 630 por
Resolución Nº 02/05, dictada por el Consejo Nacional del Empleo para los empleados
mensualizados, (B.O. 06/06/05), por 300 meses, tiempo que a su vez surge de multiplicar, 25
años por 12 meses, respondiendo el primero de los extremos, al tiempo aproximado de vida útil
momento del hecho, a tenor de las clases consignadas para ambos en el Poder especial de fs.
129, hasta la edad de 70 años, y el segundo a la cantidad de meses que compone un año. A la
cifra final obtenida, se aplicó la reducción de un 70%, en razón de la disminución que supondría
advierte que se reitera la falta de fundamentación necesaria para como ya se dijo, verificar si se
está frente a un adecuado uso de las facultades discrecionales o por el contrario si se ha caído
en la arbitrariedad.
$ 180.000 el monto en concepto de daño moral, pero las mismas son insuficientes para saber
como el juzgador dio con esa cifra, ya que no proporciona datos concretos que permitan
verificarla.
relación con el daño material (Corte Suprema de Justicia de la Nación, 24/8/95, “P.F.F. v.
Ferrocarriles Arg.” y sus citas) por lo que ella queda librada a una prudente valoración del juez
(art. 165 CPCCN.). (Del voto del Juez Galli, consid. 16º). (C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 4º,
las FFAA y de seg./Causa: 15563/95)” y conforme a las pautas fijadas en los precedentes de
éste Tribunal, “in re” Expte. Nº 12.930, Sentencia Nº 174/98, y remitiéndose “brevitatis causae”
a los fundamentos allí explicitados, e igualmente siguiendo los principios rectores expuestos en
los antecedentes de la CSJN, que ha dicho que: “A los fines de la fijación del quantum del daño
moral debe tenerse en cuenta el carácter resarcitorio de este rubro, la índole del hecho
necesariamente que guardar relación con el daño material, toda vez que no se trata de un daño
accesorio a éste”, (Mayoría: Petracchi, Belluscio, Fayt, boggiano, Maqueda, Zaffaroni, Higton de
Nolasco. Abstención: Lorenzetti. G681. XXXVII, “Goldstein, Mónica c/Santa cruz, Provincia de
económica humilde del grupo familiar conviviente, es que estimo prudente determinar en
concepto de daño moral, la suma de $ 50.000, como reparación del daño inmaterial a los
responsabilidad, cuantificación del daño moral y material, con exclusión del psicológico,
de la CSJN: “Los intereses devengados por la condena dispuesta a raíz del fallecimiento de un
recluso deben calcularse, a partir de la fecha del deceso y hasta el efectivo pago, a la tasa
pasiva que publica el Banco Central de la República Argentina (G. 178. XXXIV. Gothelf, Clara
Marta c/santa Fé, Provincia de s/daños y perjuicios. 10/04/03. T. 326, P. 1269. E. D. 06/06/03,
dado que los montos allí determinados ingresan ahora en contradicción con la mensuración
aquí fijada, en virtud de lo cual procederá el reenvío para que el Tribunal de grado, practique
nueva regulación conforme a los parámetros dispuestos en la presente. Con costas. ASI VOTO.
dice:
SENTENCIA: Nº 32
material sufrido por los progenitores de la víctima, y fijación de la tasa de interés, quedando
dichos rubros fijados en la forma y en las sumas mencionadas “supra” en los considerandos
respectivos, a cargo únicamente del condenado en autos. Con costas. 2º) Anulase las