Antecedentes Histã Ricos

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CAPÍTULO 1

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL TURISMO


EN ESPAñR: nB LA coMrsroN NAcToNAL
AL MrNrsrERro DE rNFonuacróN Y TURrsMo,
1900-1950
Cannelo Pellei ero Martínez
Doctor en Ciencias Económicas y Profesor Titular de Historia
e Instituciones Económicas de la Universidad de Málaga

1. Introducción
Es indudable que fue durante la década de los años cincuenta y, sobre
todo y de manera definitiva, a lo largo de la de los sesenta, cuando España
se incorporó al grupo de naciones especializadas en la captación del turis-
mo de masas. No obstante, esto no quiere decir que antes de 1950 no se
practicara turismo en nuestro país. Ni tampoco, que no se le prestara aten-
ción por parte del Estado o de la iniciativa privada. En realidad, el interés
por fomentar las visitas de ciudadanos extranjeros a nuestro país se remon-
ta, fundamentalmente, a las postrimerías del siglo xrx y a los albores del si-
glo xx. Ya en aquellos momentos hubo personas e instituciones públicas y
privadas que, intuyendo las enormes posibilidades que parala economía es-
pañola podría reportar el creciente deseo de viajar y conocer otras naciones,
reclamaron para la incipiente actividad turística todo el apoyo y el fomento
que fueran perlinentes para conseguir su completo desarrollo. Como ha es-
crito Vila Fradera, estas iniciativas y esfuerzos llevados a cabo en pro del tu-
rismo desde el principio de la actual centuria, <merecen el respeto y la ad-
miración que siempre son debidos a los pioneros, a los auténticos adelanta-
dos, l.
Uno de dichos pioneros fue el diplomático Carlos Arcos y Cuadra, Conde
de Bailén, quien en 1909 explicaba los motivos por los que, a su juicio,
España no recibía tantos turistas como, por ejemplo, Suiza o Italia. Los
principales pasivos de nuestro país en materia turística eran: el desconoci-
miento que de España se tenía en el extranjero, el mal estado de sus carrete-
ras y ferrocarriles, y la mala condición de sus hoteles 2. Si España quería
convertirse en un líder turístico precisaba contar, pues, no sólo con atracti-
vos climatológicos, culturales o artísticos, sino, también, con un sistema de

1 Vru Fr¡oer.¡ (1997), p. 17.


2 Ancos v Cu¡on¡ ( I 909), p. 1 5.
22 cAp. I.-ANTECEDENTES HISTóRrcos DEL TURlsMo EN ESPAñA (1900-1950)

propaganda y publicidad que los diera a conocer por todo el mundo, con
una oferta hotelera abundante y de calidad, y con un sistema de transporles
cómodo, rápido y seguro. Convenía, además, que su situación política y so-
cial fuera lo más estable posible.
Pues bien, el objetivo del presente capítulo ha sido analizar cómo a lo
largo de la primera mitad del siglo xx se trataron de subsanar en España
esas carencias que según Arcos y Cuadra dificultaban el desarrollo del turis-
mo. Una tarea en la que participaron los sectores público y privado de nues-
tra economía y que, naturalmente, no fue nada fácil. No hay que olvidar que
durante dicho período de tiempo se produjeron algunos acontecimientos a
nivel nacional e internacional que en nada favorecieron el desarrollo de las
actividades turísticas, como las dos guerras mundiales, la gravísima crisis
económica iniciada en 1929 y la guerra civil española, entre otros. Sin em-
bargo, esto no impidió que a lo largo de los primeros cincuenta años de la
presente centuria en España se organizara administrativamente el turismo
y que se consiguieran importantes avances en los ámbitos de la propaganda
turística, la oferta hotelera, las agencias de viajes y los sistemas de transpor-
te. Avances que, sin ser espectaculares, sí fueron muy dignos teniendo en
cuenta las difíciles circunstancias por las que atravesó nuestro país durante
las décadas de los años treinta y cuarenta. Ellos constituyeron, en cierta me-
dida, la base sobre la que se cimentó el impresionante desarrollo turístico
experimentado en España a lo largo de los años cincuenta y, sobre todo,
sesenta.

2. Organización administrativa del turismo


A comienzos del siglo xx el turismo se había convertido ya en una consi-
derable fuente de ingresos para naciones como suiza, Italia o Francia.
España, sin embargo, continuaba aún siendo un país poco visitado por tu-
ristas a pesar de reunir una serie de condiciones climáticas, artísticas e his-
tóricas que no tenían nada que envidiar a las existentes en las naciones
anteriormente citadas. Las autoridades españolas, conscientes de que la es-
casa presencia de visitantes extranjeros nos estaba privando de unas poten-
ciales divisas que consideraban vitales para la buena marcha de nuestra
economía, consideraron que había llegado el momento de prestar mayor
atención a esta nueva actividad económica y de procurar su completo desa-
rrollo. Para ello estimaron conveniente que la Administración, no sólo de-
bería apoyar las iniciativas que en materia turística realizara el capital
privado, sino que, además, estaba obligada a intervenir directamente én el
sector.

Su contribución se inició oficialmente en 1905 al crearse la comisión


Nacional, el primer organismo específico de la Administración española de-
dicado al fomento del turismo. A lo largo del período estudiado le sucedie-
ron la comisaría Regia, el Patronato Nacional de Turismo, el servicio Na-
2. ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA DEL TURISMO 23

cional de Turismo y la Dirección General de Turismo, órganos con un mis-


mo objetivo básico, la promoción del turismo, pero con mayores
atribuciones a medida que fue pasando el tiempo.

2.I. CouIsIÓN NACIONAL

La organización administrativa del turismo se inició con la creación,


por Real Decreto de 6 de octubre de 1905, de una Comisión Nacional encar-
gada de fomentar en nuestro país, y por cuantos medios estuvieran a su al-
cance, nlas excursiones artísticas y de recreo del público extranjero>. En la
previa exposición de motivos de dicha normativa, firmada por Alvaro de Fi-
gueroa, ministro de Fomento, se argumentaba que Ia creciente afición a via-
jar estaba suponiendo para determinadas naciones, especialmente Suiza e
Italia, una considerable fuente de ingresos. Nuestra nación, sin embargo,
no estaba beneficiándose de los efectos favorables del turismo pese a tener
unas condiciones análogas a las de los países anteriormente citados, nasí
por su topografía y su clima cuanto por los monumentos artísticos y la ri-
queza de recuerdos históricos". A causa de "incurias y apatías lamentables"
España estaba renunciando a unos potenciales ingresos que, teniendo en
cuenta nuestra balanza económica, se presentaban como fundamentales.
Aun reconociendo que el desarrollo del turismo era una función propia de
la iniciativa privada, ante la incapacidad de ésta el Estado se veía obligado a
dar ejemplo y a nestimular a todos en la tarea patriótica de fomentar las in-
cursiones de extranjeros en nuestra patriar. Por lo tanto, y con la intención
de proponer los medios prácticos de favorecer tales incursiones, estudiar
Ias causas que en aquel momento las dificultaban o entorpecían, y procurar
a los extranjeros el mayor número posible de facilidades y atractivos, el mi-
nistro de Fomento solicitaba nla creación de una Comisión nacional perrna-
nente, formada por personas de reconocida autoridad y experiencia adqui-
rida en el frecuente viajar por el extranjero, que, presidida por él mismo,
nemprenda y realice los trabajos que al efecto sean necesariosr.
En ese momento la Comisión se convirtió en el primer órgano específico
de la Administración española dedicado al fomento del turismo 3. Según se
recogía en el artículo cuarto del Real Decreto de 6 de octubre, el ministro de
Fomento debería incluir en el presupuesto del Estado la cantidad que, a jui-
cio de la Comisión nombrada, se considerara necesaria a fin de atender a la
impresión y propaganda de los trabajos que se realizasen en cumplimiento
de las funciones asignadas. Tales cometidos fueron los siguientes: a) forma-
ción y dir,ulgación en el extranjero de itinerarios de viajes para visitar, lo
más fácil y provechosamente posible, los principales monumentos ar-tísti-
cos nacionales, paisajes, etc.; b) elaborar estudios y realizar gestiones con

3 En este sentido puede afirmarse que España fue un país pionero. En naciones como
Francia, Suiza e ltalia, sus primeros organismos turísticos National du Tourisme,
-OfficeTuristica- no se crearon
Office National Suisse du Tourisme y Ente Nazionale per la Industria
hasta 1910, 1918 v 1919, respectivamente.
24 cAp. 1 .-ANTECEDENTES HISTóRIcos DEL TURrsMo EN ESPAñA ( I 900_ I 9s0)

las compañías de ferrocarriles para organizar, con tarifas especiales, trenes


rápidos y confortables que partiendo de las fronteras y, si fuese posible, de
los puertos, condujeran a los viajeros por atractivas rutas; c) concertar con
diputaciones, ayuntamientos u otras entidades, la mejora de los alojamien-
tos, de todos los servicios relacionados con los viajeros, y cuanto pudiera ser
motivo de atracción para los súbditos de otras naciones; d/ publióar y difun-
dir en el extranjero, y en los idiomas pertinentes, datos históricos, áescrip-
ciones de nuestros monumentos y cuanto se considerara útil para la mejór
apreciación de las bellezas artísticas y naturales , para el conocimiento de
nuestra historia y para despertar la curiosidad de los extranjeros; y e) cual-
quier otro trabajo o gestión que a juicio de la comisión se considerara
conducente al propósito de favorecer la excursión a España del público ex-
tranjero.
Poco sabemos de la actividad desarrollada por la comisión durante los
casi seis años en los que fue el máximo organismo público con competencia
en materia turística. No obstante, podría suponerse que no tuvo que ser aje-
na ni al intento de ordenación del sector hotelero llevado u .ábo oor la
Administración mediante la Real orden de 17 de rnarzo de 1909, ni ala im-
portante labor propagandística llevada a cabo por algunas sociedades que
fueron creándose por aquel entonces en nuestro paíi con la intención de
promocionar el turismo. Fue precisamente una de ellas, concretamente la
sociedad de Atracción de Forasteros de Barcelona, quien solicitó en el con-
greso sobre Turismo celebrado en Lisboa en 1911 laiustitución de la comi-
sión por un organismo mejor dotado económicamente y con unos obietivos
más ambiciosos.

2.2. CoursepÍ¡ Rp,cr¡


F.l turismo español recibió un nuevo impulso oficial con la creación, por
Real Decreto de i9 de junio de i911, de una comisaría Regia encarsada de
(procurar el desarrollo del turismo y la dir,rrlgación de la-culturu átírti.u
popular". Este nuevo organismo, heredero de la antigua comisión Nacio-
nal, nació para desarrollar una misión más amplia de la que en su momento
se le hubo encomendado a aquélla. No sólo tenía que favorecer y promover
la llegada a_ nuestro país de viajeros extranjeros, sino, además, y áquí estaba
la principal novedad, conservar de manera ehcaz la riqueza <artística, mo-
numental y pinLoresca, de España. Lo que se p".r"gu?u era, en definitiva,
que desde la comisaría se impulsara un turismo de carácter mayoritaria-
mente cultural, precisamente ei predominante por aquel entonces.
La Administración española, consciente de que nuestra nación disponía
de unas bellezas naturales y de un patrimonio artístico que podían reiultar
sumamente atrayentes para los turistas, decidió que había llegado el mo-
mento de, por un lado, prestar mayor atención al cuidado y dir,ulgación de
nuestra riqueza, y, por otro, procurar que su contemplación fuera lo más
cómoda posible para el forastero. Pero este ambicioso obietivo no podría
consesuirse ni por ; ;t#ffi;;;ffiión aisrada o" ..;
uno dé los ministerios. Si se quería que el número de visitantes fuera cada
vez mayor y que nuestra geografía, historia, arte, fueran más conocidos en
el exterior, resultaba imprescindible que un organismo superior supervisa-
ra y organizara aquella ingente tarea-
Precisamente para eso se creó la Comisaría Regia. Las atribuciones que
se le concedieron fueron las siguientes: a) proponer las medidas conducen-
tes a la vulgarización de los conocimientos elementales del arte y al aumen-
to de la cuftura artística colectiva; b) vigilat la conservación eficaz y procu-
rar la exhibición adecuada de la España artística, monumental y pintoresca;
c) promover y sostener las relaciones internacionales que las necesidades de
la época exigían en materias artísticas; d) facilitar el conocimiento y el estu-
dio de Espaáa, procurando la comodidad de los alojamientos, la seguridad
y rapidez de las comunicaciones y el acceso a las bellezas naturales y artísti-
tur á" nuestra nación; y e) desarrollar las relaciones espirituales, sociales y
económicas que enlazaban América con España.
La Comisaría se creó como un órgano dependiente de la Presidencia del
Consejo de Ministros y al frente de la misma el Gobierno nombró Comisario
Regio, con la cafegotía efectiva de Jefe Superior de la Administración Civil,
a dln Benigno Vega Inclán y Flaquer, marqués de la Vega Inclán, que de-
sempeñó giatuitamente su cargo a. Tuvo a sus órdenes a dos funcionarios
de cáda uno de los ministerios de Estado, Gobernación, Fomento e Instruc-
ción Pública, que prestaron sus servicios en comisión, continuando adscri-
tos a las plantillas de sus respectivos departamentos ministeriales. Asimis-
mo, y con la misión de auxiliar al Comisario en sus trabajos, se constituyó
una Íunta Superior compuesta por personas nombradas por la Presidencia
del Consejo de Ministros.
Sobre la tarea realizada por la Comisaría en favor del turismo hay que
señalar que durante la segunda década del presente siglo, años nada propi-
cios pará emprender viajes de placer debido a la Primera Guerra Mundial,
sus actuaciones se centraron, fundamentalmente, en la promoción de Espa-
ña en el exterior y, sobre todo, en velar por acrecentar, conservar y difundir
nuestro patrimonio cultural. La Comisatía creó museos, construyó jardi-
nes, organizó y participó en exposiciones de arte, consolidó ruinas y conser-
vó monumentos, fundó bibliotecas y archivos. Entre sus realizaciones me-
rece la pena destacar la creación del Museo y Casa del Greco, en Toledo, la
Institución Cervantina, en Valladolid, el Museo Romántico, en Madrid, y la
Residencia de América, en sevilla, obras inauguradas en 1910, t916, 1,924 y
s.
1 925, respectivamente

Sin embargo, durante la Dictadura de Primo de Rivera la principal preo-


cupación de la Comisaría fue hacer comprender a las autoridades que para

a Sobre la figura del marqués de la Vega Inclán véase Tnsvsn TouÁs (19ó5)
s Vsc¡ IucrÁN (1927).
26 CAP. 1 .-ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL TURISMO EN ESPAÑA ( 1 9OO,1 950)

convertirnos en un próspero centro receptor de turistas era vital, por un


lado,-crear y mejorar las infraestructuras de transportes, y, por otro, am_
pliar la oferta hotelera existente mediante la constru^cción de establecimien-
tos públicos dedicados al hospedaje. Lo más destacado en este sentido fue la
creación en 1926 del circuito Nacional de Firmes Especiales y el inicio en
ese mismo año de las obras del que en 792g sería el primer alojámiento
esta-
tal: el Parador Nacional de Gredos.
Los elogios a la labor realizada por el comisario Regio en favor del tu-
rismo fueron en todo momento unánimes. No obstaite, conforme fue
avanzando la década de los años veinte fue creciente el número de perso-
nas que criticaban el hss¡6 de que la Comisaría fuera un órgano
menre dotado y excesivamente personalizad,o, y por lo tanto incapaz "i.ur._
de
atender eficazmente a los variadísimos aspectos q.r. se relacionaban con
el turismo: carreteras, ferrocarrires, navegáción, hoteres, propaganda,
bal-
nearios, etc.
una de dichas personas fue José Herrero Anguita, quien en lg26publicó
un estudio en el que, tras afirmar que era neceiario que todos los sectores
interesados en el desarrollo del turismo coordinaran ius esfuerzos, propo-
nía la creación de un consejo Nacional de Turismo en el que estaríarrrepre-
sentados la comisaría_Regiq, las compañías de ferrocarriies, las de.rurrJgu-
ción, las de aviación, la industria hotelera, los establecimientos termaiÉs,
las cámaras de comercio, el Real Automóvil club,los sindicatos de iniciati-
va, la Dirección General de obras públicas, la Dirección de Bellas Artes, la
Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico, la Instrucción pú_
blica, el Ministerio de Estado, la Dirección General de Aduanas, el Ministe-
rio de la Gobernación, el Banco de crédito Industrial y el propio Gobierno
de la nación 6. Este proyecto recibió múltiples elogios áerdf distintos
secto-
res de la política, la economía y la sociedaá espanólas, y, a mi juicio, fue
de-
cisiv-o para que en 1928 las autoridades primorriverisias decidieran susti-
tuir la comisaría Regia por el patronato ñacionar de Turismo.

2.3. PATRoNATo Necrouer DE TuRrsMo


Su creación vino justificada en la exposición de motivos del Real Decre_
to de 25 de abril de 1928 con los siguientes argumentos: <En todas las na-
ciones merece cada día atención mayor la organización del turismo, con-
siderado como fuente de riqueza y prestigio nacionales. En España, un
esfuerzo mínimo por los recursos de qle haáispuesto, máximo poilu inteli-
gencia y celo que lo ha presidido por parte de la comisaría Regia de Turis-
m9, ha puesto de relieve, estimulado por ra rranquilidad públióa y la indu-
dable mejora de las comunicaciones, un progreso muy estimable en este as-
pecto en los tres últimos años. Tal r"suitudo favorable, que una vez
orientados y coordinados los esfuerzos se han de acentuar seguro, induce al

6 H¡r.nrno ANcurr,q (192ó).


Gobierno, habida.#)i;,u#.ill-'.]]']"
V.M. medidas que
ras grandes
contribuyan al mayor y"^o.l
ciones nacionales, a proponer a
más eficaz desenvolvimiento de esta actividad, que de tan excelentes me-
dios dispone en nuestro país para aplicarse con buen éxito, ya que España
ofrece ai viajero, en algunos aipectos como ninguna otra-nación' singulares
atraccionesipor la mignificencia de su Arte, la belleza de su territorio y el
interés vivísimo de su Éistoria. El organismo que se crea, al asegurar el en-
lace entre todos los elementos que cooperan a la atracción turística, ha de
exteriorizar su acción en todas las variadísimas y complejas manifestacio-
nes que integran la finalidad perseguida.n

con independencia del Patronato Nacional de Turismo, pero con Ia fina-


lidad de serrrirle, se creó, por el mismo Real Decreto de 25 de abril, el de la
-uru y Museo del Greco, en Toledo, casa cervantes, en Valladolid, Museo
junto
Romántico, en Madrid, y Casa de los Tiros, en Granada. Esta última,
con el Parador de Gredos y Hotel de Mérida, pasaría a formar parte del Pa-
el día de enero de 1929, al disponerlo así la
tronato Nacional de Turismo 1
Real Orden de 14 de noviembre de 1928. Por otro lado, y con objeto de apro-
vechar los elementos tan valiosos que integraban la Comisaría Regia del
Teatro Real, se dispuso que éstos selntegraran en el Patronato Nacional de
Turismo.
Las funciones encomendadas al Patronato recién creado, órgano depen-
diente de la Presidencia del Consejo de Ministros, fueron las siguientes:
a) dir,rrlgar el conocimiento de España, fomentando para ello la publicación
de guíal catálogos, anuncios, itinerarios, etc'' dentro y fuera de nuestro te-
rriório, ya direótamente o contratando en su totalidad o en parte este im-
pártu"t"" servicio; b) provocar y apoyar cuantas iniciativas tendieran a
me¡orar el turismo; c) estimular el desarrollo de la industria hotelera' otor-
gurrao auxilios en los casos en que interesase especiaimente al turismo;
i) estudiar los medios para llegar a la implantación de Escuelas de Turismo
q-ue facilita."., p"rconál titulado, con dominio de los idiomas extranjeros
rirás extendidos y con la debida cultura artística para servir de guías aptos
a
y
los turistas; e,) piomover apoyar la propaganda del turismo en el extranje-
r:o, organirandt centros delnformación y viajes en otTos países; fl fundar
cerrtros o agencias de turismo en España, estableciendo relación colabora-
dora con las Juntas y Sindicatos de Iniciativa de Turismo, comisiones de
Monumentos y Sociedades de Amigos del país, así como con todas las enti-
dades culturalls de hidrología médica, playas y balnearios, deportivas,
alpi-
.rus, fe.rorriarias, clubes dJautomovilismo, aviación, círculos mercantiles,
cámaras de comercio, de la propiedad y hoteleras, y, en general' con todas
aquellas de iniciativa oficiaf o .ind.duttu cuya atención pudiera utilizarse
de algún modo para el mejor éxito de la obra; y g) cualquier otra labor
que
contñbuyer. u ufir*ur el prestigio de España entre los que viniesen a visi-
tarla, dándoles facilidad", putu hacerlo, y que, guardando conexión con las
funciones anteriores, no le estuviera vedada por las leyes generales del Rei-
no o por disposiciones especiales.
28 cAp.I.-ANTECEDENTESHTsTóRIcosDELTURTSMoENESrAñA(1900_19s0)

El Patronato Nacional de Turismo actuaríapor medio de un comité Di-


rectivo y Ejecutivo compuesto por un Presidente, tres vicepresidentes 7,
cinco Subdelegados Regionales y un Secretario General 8. Anejo a dicho co-
mité funcionó, con carácter consultivo, un consejo General que estuvo inte-
grado, además de por los componentes del comité, por cuatro vocales ciu-
dadanos nombrados libremente por el Jefe del Gobierno, los directores ge-
nerales de Bellas Artes, de Ferrocarriles y Tranvías, de obras públicas, de
Comercio, Industria y Seguros, y, a partir de 1930, de Navegación y Trans-
porte Aéreo, y por vocales representativos de los siguientes organismos:
Real Patrimonio, Dirección General de Marmecos y colonias, consejo su-
perior Ferroviario, consejo Superior Bancario, Patronato del circuito Na-
cional de Firmes Especiales, Real Automóvil Club, Compañías de Navega-
ción, Compañías de Transporte por Carretera, Transportes Aéreos, Indus-
tria Hotelera y Representación Artística e Histórica e.
En un primer momento el Patronato se estructuró en tres delegaciones
generales Propaganda y Viajes- y en los siguientes grupos regiona-
les: Centro;-Arte,
Cantábrico; Aragón, Cataluña y Baleares; Levante; Andalucía,
Canarias y Protectorado de Marruecos; y, a partir del día 2ó de julio
de 1929,la Subdelegación occidental. Asimismo, se consideró la organiza-
ción de representaciones provinciales y, en algunos casos, locales, las cuales
deberían recaer, bien en las Comisiones de Monumentos Artísticos e Histó-
ricos, bien en sindicatos o Asociaciones de Fomento del Turismo, comités
de Iniciativas, y otras entidades o personas interesadas en dicha labor.
Por lo que respecta a la financiación del Patronato hay que señalar que,
según lo previsto en el Real Decreto de 25 de abril, la misma correría a car-
go de los recursos que se obtuvieran con la creación de un seguro obligato-
rio de las personas que viajaran por ferrocarril y compañías de navegación
y, también, del ganado vivo transportado. Se indicaba, además, que hasta
que dicho seguro entrara en funcionamiento el Tesoro anticiparía, con ca-
rácter reintegrable, la cantidad máxima de 250.000 pesetas. Se dispuso,
igualmente, que la partida consignada en el presupuesto extraordinario del
Ministerio de Instr-ucción Pública y Bellas Artes para la atención y serwicios
de la antigua comisaría Regia, figuraría en la Presidencia del consejo de
Ministros bajo el epígrafe nsubvención del Estado al Patronato Nacional de
Turismor, pero con la salvedad de que sería eliminada en cuanto éste dispu-
siera de suficientes recursos propios.
La implantación definitiva del Seguro Obligatorio se retrasaría hasta el
día 1 de noviembre de 1928. Fue por Real Decreto de 13 de octubre de dicho
año, fr-uto de una ponencia elaborada por los ministerios de Hacienda, Fo-

7 Los altos cargos de1 Comité


Directivo y Ejecutivo fueron nombrados por Real Decreto de
25 de abril de 1928.
o Los nombramientos del Secretario
General y de los Subdelegados Regionales fueron re-
cogidos en la Real Orden de 19 de mayo de 1928.
e Véase Perre.rEno (1999).
mento y rrabajo, ..J; "
ffi;.:;:.:;
que
;reció
utilizaran el
en
",o.""'j;
ferrocarril y del
Seguro Obligaiorio de todos los viajeros
gaiado vivo-que se transportara en é1, dentro del territorio de la Península,
íslas Baleares^e Islas Canarias, cualquiera que fuera la distancia recorrida y
la clase de coche utilizada. EI impuesto-prima obligatorio del seguro sería
percibido por las compañías con arreglo a la siguiente escala:-a) los billetes
cuyo importe fuera inferior a una peseta quedarían exentos de recargo por
impuestó-prima; b) los billetes cuyo importe se hallara comprendido en-
tre 1,01 y 60 pesetas pagarían entre 0,10 y 2,50 pesetas; y c/ los billetes cuyo
importe-fuetá tnp"tio. a 60 pesetas abonarían la cantidad invariable de 3
pesetas.

Se estipuló que del importe de la recaudación por el impuesto-prima de


viajeros sé invertiría el f por 100 para bonificaciones al personal de la
Administración Pública encargado de la del Seguro, y otro 1 por 100 se en-
tregaría al Instituto de Reeducación Profesional. Una vez deducido este 2
poi 100, y después de pagados los siniestros, constituidas las reservas técni-
ias y abonadas las cantidades pertinentes a las empresas ferroviarias para
gastos de administración, el producto o beneficio líquido que proporciona-
le el impuesto-prima sería entregado por la Comisaría del Seguro obligato-
rio al Pátronato Nacional de Turismo. Además, éste quedaría facultado por
Real Decreto de 27 de noviembre de 1928 para concertar con la banca na-
cional un empréstito de 25 millones de pesetas como fondo inicial de fun-
cionamiento. Dicho empréstito devengaría un interés anual del 5 por 100 y
su período de amortización, que se iniciaría el día 1 de enero de 1930, sería
de 25 aRos como máximo. El servicio de intereses y amortiiación se cubri-
ría con los ingresos provenientes del Seguro Obligatorio, y si éste quedase
en algún momento suspendido o anulado, sería el Estado quien tomaría a
su cargo tal responsabilidad.
El Patronato Nacional de Turismo experimentó su primera reorganíza-
ción en julio de 1930. Por Real Decreto del día 2 se autorizó a la Presidencia
del consejo de Ministros dicha reorganización y a partlr de la publicación
de la ReaiOrden del día 5 se puso en funcionamiento. Afectó, fundamental-
mente, a la organización central, funcional y geográfica del Patronato. Por
lo que respecta a la primera, la novedad consistió en que el antiguo Comité
Diréctivo y Ejecutivo fue sustituido por una Junta de Patronato, compuesta
10. El Consejo
ahora poi.t.t Presidente, un Vicepresidente y cinco vocales
Generál experimentó, por su parte, ligeras modificaciones en su composi-
ción, quedándo integrido por los miembros de la Junta, el Director General
de Servicios, el Secrétario General y veinte vocales en representación de or-
ganismos y entidades relacionadas, de un modo u otro, con el turismo.
En cuanto ala organización funcional, en la nueva normativa no se ha-
blaba nada de las delégaciones de Arte, de Propaganda y de Viajes. La refor-
ma de julio creó el cargo de Director General de Servicios y una organiza-

ro Véase Pellg:eno (1999).


30 cAp.l.-ANTECEDENTESHISTóRicosDELTURrsMoENESPAñA(19001950)

ción administrativa dividida en dos secciones: Central y Provincial. A los


efectos de la organización geográfica del turismo, en la reorganización
de 1930 se silenciaron las antiguas subdelegaciones en que se dividía Espa-
ña y sólo se hacía referencia ala organización provincial. En otro orden de
cosas, la reforma dejó bien claro cuáles eran los fondos de los que disponía
el Patronato Nacional de Turismo: los que rindiera el Seguro Obligatorio de
viajeros por ferrocarril; las subvenciones que eventualmente pudiera conce-
derle el Estado, provincia o municipio; las rentas o intereses de los bienes
que poseyera o usufr-uctuara; el producto de la venta de sus publicaciones;
los donativos, herencias o legados; y cualquier otro ingreso legalmente
aprobado.
Este nuevo organigrama del Patronato sólo se mantuvo en vigor hasta el
advenimiento de la Segunda República. Una orden de 17 de abril de 1931
disolvió la Junta del Patronato y asignó sus funciones al Director General de
Turismo, hasta aquel entonces Director General de Servicios. Inmediata-
mente después, concretamente por Decreto de 23 de abril, y con la inten-
ción de nesclarecer el pasado y reformar radicalmente lo futuro), se ordenó
al Patronato y a la Dirección General de Turismo liquidar los contratos y
presupuestos en curso que no debieran continuarse, examinar la gestión an-
terior, formulando las propuestas que estimaran convenientes, y preparar
la más rápida modificación de servicios que el interés público aconsejara no
suprimir en dicho ramo. Asimismo, y por Decreto de 9 de mayo de 193 1, se
encomendó al nuevo Director General de Turismo, Claudio Rodríguez Po-
rrero, la revisión de todos los nombramientos del personal afecto a su servi-
cio y la reducción del mismo en armonía con lo que las circunstancias y ne-
cesidades de dicha institución aconsejaran.

Las autoridades republicanas justificaron la adopción de medidas tan


drásticas aduciendo que la organización del Patronato Nacional de Turis-
mo, (así como la recaudación y el destino de los fondos que constituían su
caja especial, y en cierto modo autónoma>, ni habían respondido siempre
na los fines naturales del organismo administrativo creador, ni su gestión
había "dejado satisfecha en todo caso la seguridad de acierto, orden y apar-
tamento de otros impulsos y resortes de carácter políticoo 11. Se le criticaba
al Patronato el hecho de que hubiera creado para su servicio excesivos car-
gos, "muchos de ellos sin otros estímulos que los del favorr, y que hubiera
otorgado con análogo criterio de prodigalidad "otras varias mercedes que
no podían ni debían subsistir en un régimen atento a normas de la mayor
justicia y previsión,. Tampoco se üio con buenos ojos que ubajo el influjo
del mismo criterio y estableciendo un precedente peligroso y sin amparo en
las leyes de Presupuesto y Contabilidad, se hubieran fijado indemnizacio-
nes importantes por cesantías en las mudanzas o renovaciones inspiradas
por la variación de criterio o favor ministerial, 12. Era también lamentable

11
Decreto de 23 de abril de 1931.
12
Decreto de 9 de mayo de 1931.
que er personar uf.,"troffi;:ffi.";;;,....v *na,u""- d.e
Sus empleados no gozaban de la consideración de funciona-
.ion aétni¿a.
rios públicos y no existía una reglamentación sobre nombramientos y as-
13.
censos

Por Io que respecta a la financiación del Patronato, las críticas se centra-


ron, por r-rn ludo,^"n el hecho de que al citado organismo se le hubiera con-
cedido nindependencia administrativa, recursos propios y un presupu€sto
no incluido en los generales del Estado", Y, Por otro' en Ia nefasta
"rp".*f
actuación de las autoridades de la Dictadura que' con la adopción de dife-
me-
rentes disposiciones, habían contribuido a mermar sustancialmente los
1a'
dios econbmicos del órgano rector del turismo
como ya señalé en su momento, en eI Decreto de 13 de octubre de 1928
"d
se ordenó etraeÍ de la prima del Seguro obligatorio de viajeros
el 1 por 100
pa.^ el Instituto de Reéducación Pófesional y otro tanto para bonificar al
la administración de dicho seguro. Sin embargo, di9-
i".ro.ra encargado de
posiciones posieriores elevaron al 3 por 100 la retención para gastos de ad-
ministración y concedieron a las compañías ferroviarias un 4 por 100 para
gastos de gestión. Además, y por aumentar los gastos de administración del
í.grr.o, el-Patronato dejó de percibir los intereses de las reservas que previa-
t r5nt" ie habían obligado a óonstituir. Todo ello hizo que en 1930, sobre un
irrgr".o bruto d. pocó más de 10 millones de pesetas, y después de pagar al-
reáedor de 700.000 por siniestros, el Patronato Nacional no recibiera más
que 6,5 millones de Pesetas ls'
La situación empeoró en 193 1. Por un lado, se cedió a la Asociación de
Empleados y Obrerás Ferroviarios el 10 por 100 de los ing^resos brutos del
seguro obligatorio. Por otro, y mediante Real Decreto de 26 de febrero de
ái."frá sé decidió que el prbducto líquido del Seguro de viajeros de divi-
"n",
diera a partes iguales entre el Patronato y las compañías ferroviarias, urgen-
los
tementá ,r".".ñudu, de recursos con los que hacer frente a los sueldos de
t.uUu:u¿"r"s. La adopción de esta nuevai medidas hizo que de los 11 millo-
,r", d" pesetas previitos como ingreso bruto,16' el Patronato obtuviera una
cantidad inferior a los 4 millones de pesetas
parece claro, por tanto, que lo que movió a las autoridades republicanas
a liquidar tempoialmente efPatronato Nacional de Turismo
fue el conven-
cimiento de qúe éste se había convertido con el paso del-tiempo en una ins-
titución que demasiado y, además, descontroladamente, y que, por
lastaba
.ántra, oLt"ñiu cadavez menores ingresos' Era evidente, pues' que así no
podía
^se
continuar estando al frente de la promoción del turismo en España'
hacía necesaria una profunda y rápida transformación que Io convirtiera

13 Decreto de 4 de diciembre de 1931.


1a Decreto de 4 de diciembre de 1931.
1s Decreto de 4 de diciembre de 1931.
ró Decreto de 4 de diciembre de 1931.
32 cAp. 1.-ANTECEDENTES HrsróRrcos DEL TURISMo EN ESPAñA (1900-1950)

en un organismo económico, ehcaz y sometido a las leyes generales admi-


nistrativas.
El restablecimiento del Patronato Nacional de Turismo llegaría con eI
Decreto de 4 de diciembre de 1931. Desde ese momento quedó suprimida Ia
Dirección General de Turismo y los servicios que transitoriamente le habían
estado encomendados pasaron a la Subsecretaría de la Presidencia del Con-
sejo de Ministros. La Junta del nuevo Patronato estaría compuesta por el
Subsecretario de la Presidencia, como Presidente; por el Director de Bellas
Artes, como Vicepresidente; y por seis vocales en representación de la Fa-
cultad de Filosofia y Letras de Madrid, del Centro de Estudios Históricos, y
de los ministerios de Marina, Hacienda, Fomento y Economía. Figurarían,
además, un vocal secretario, que lo sería del Patronato, y un vicesecretario,
designado de entre los jefes de sección que tuvieran la condición de letrado.
Por lo que respecta al Consejo General de Turismo, se dispuso que conti-
nuaría cumpliendo funciones estrictamente consultivas y que estaría inte-
grado por el Vicepresidente y vocales de la Junta, por dos diputados a Cor-
tes, y por una numerosa serie de representantes de diferentes entidades 17.

Los objetivos del Patronato Nacional de Turismo republicano, así como


su organización funcional y geográfica, quedaron recogidos en el Regla-
mento aprobado el día 12 de enero de L932. En cuanto a los primeros, el
Patronato debería: a) divulgar en todos sus aspectos el conocimiento de
España, organizando en forma adecuada la propaganda de sus bellezas na-
turales, históricas y artísticas; b) facilitar al viajero información y guía;
c) contribuir a la mejora de los servicios de alojamientos, transportes y si-
milares, y ejercer cerca de los mismos funciones de inspección, con el alcan-
ce y sanciones que se determinasen; y d) promover o fomentar cuantas ini-
ciativas tendieran al desarrollo del turismo. Para tratar de conseguir un co-
rrecto cumplimiento de dichas funciones los servicios del Patronato
quedaron estructurados en las siguientes secciones: 1) información, agen-
cias en el extranjero, reclamaciones, almacén y asuntos varios; 2) propagan-
da general y publicaciones; 3) prensa y redacción; y 4) contabilidad.
Por 1o que atañe a la organización geográh,ca, el Reglamento señalaba
que en lugares de destacado interés turístico eI Patronato podría establecer
o coadyuvar al establecimiento de oficinas de información, nombrar ins-
pectores, delegados o representantes, y crear los organismos que considera-
ra adecuados al cumplimiento de sus fines, pudiendo recabar a estos efectos
los concursos y colaboraciones de organismos oficiales o particulares. Ade-
más, se le facultaba para abrir al público, a propuesta del Subsecretario de
la Presidencia, y previo acuerdo del Consejo de Ministros, oficinas de infor-
mación y propaganda en el extranjero.
En cuanto a su financiación, por Decreto de 4 de diciembre de 1931 se
deterrninó que el presupuesto del Patronato pasara a formar parte del de la

17
Reglamento de 12 de enero de 1932.Yéase Per.nruno (1999).
presidencia, ."-",,u"0.ffi;:'#1"""t"rt que
que regían
practicara una
o-. t",
liquida-
servicios ministeriales. Se dispuso, asimismo, se
ción referida al3l de diciembre de 1931 de las operaciones pendientes de
dicho ejercicio, reservándose el Patronato en la cuenta corriente que tenía
en el Tesoro las sumas necesarias para esas atenciones, y que ingresara en
Hacienda el resto de sus disponibilidades. Posteriormente, por Decreto de 6
de febrero de 1.932 se prorrogó hasta el día 31 de marzo de dicho año, y por
la cuarta parte de su importe total, el presupuesto por el que se había regido
el Patronato durante 193 1. Además, se indicó que para cubrir las atenciones
del primer trimestre de 1,932 y atender a la liquidación prevista en el Decre-
to de 4 de diciembre del año anterior, el Patronato podría disponer de los
productos del Seguro Obligatorio ferroviario y de sus fondos depositados en
el Tesoro.
Como el Patronato Nacional debía quedar definitivamente vinculado al
Presupuesto General del Estado a partir del día 1 de abril de 1932, y tenien-
do en cuenta que próximo a terminarse el primer trimestre el citado orga-
nismo no había recibido completa su participación en el producto del Segu-
ro de viajeros, las autoridades habilitaron un medio legal para que pudiera
Iiquidar de modo independiente su gestión anterior. Por ello ordenaron,
mediante Decreto de 29 de rnarzo de 1,932, que el Patronato elaborara una
relación de todas las operaciones y gestiones ya en curso de ejecución y pen-
dientes de liquidación a 31 de marzo, que hiciera frente al pago de dichas
obligaciones con los fondos situados en la cuenta corriente abierta a su
nombre en la Tesorería Central de Hacienda, y que a partir del día 1 de abril
sólo se ingresaran en dicha cuenta los ingresos procedentes de la participa-
ción del Patronato en el producto del Seguro Obligatorio hasta el día 31 de
marzo. Desde ese momento el Patronato Nacional de Turismo, integrado
plenamente en la Presidencia del Conseio de Ministros y financiado con
fondos del Presupuesto General del Estado, no volvió a contar con presu-
puesto propio.
Apenas dos años después de haberlo aprobado, las autoridades republica-
nas estimaron conveniente modificar algunos aspectos del Reglamento del
Patronato Nacional de Turismo. En la exposición de motivos del Decreto de
31 de enero de 1,934 se puso claramente de manifiesto el objetivo perseguido
con dichos cambios. No era otro que, únavez conseguido tras Ia instauración
de la República nel encuadre de los servicios turísticos dentro de normas cla-
ras y procedimientos honestos,, iniciar una nueva etapa en la que se diera al
fomento del turismo (un sentido rnás ehcaz, huyendo del burocratismo y fa-
cilitando las iniciativas, especialmente aquellas que por su carácter local, re-
gional o gremial, solían venir relacionadas automáticamente de por sí como
reproductivasr. Para ello los poderes públicos consideraron necesario, entre
otras cosas, ampliar las funciones del Patronato, modificar la composición
de la Junta y suprimir el Consejo General de Turismo.

Por lo que respecta a las tareas encomendadas al Patronato, a las ya se-


ñaladas en el Reglamento de 1932 se les añadió en esta ocasión "la promo-
34 cAp. L-ANTECEDENTES HrsróRrcos DEL TURrsMo EN ESPAñA (1900-t9s(

ción o el fomento de cuantas iniciativas particulares, gremiales o regionales


tendieran al desarrollo del turismo,. En este sentido se facultó al Patronato
para que, donde tales iniciativas demostraran su eficacia, constituyera Jun-
tas Delegadas que impulsaran y controlaran el servicio turístico, dando en-
trada en las mismas a elementos colaboradores gremiales o locales. En
cuanto a la Junta del Patronato, con la nueva disposición quedó integrada
por el Subsecretario de la Presidencia, como Presidente; por el Director Ge-
neral de Bellas Artes, como Vicepresidente; por un Secretario General, ele-
gido libremente por el Presidente del Consejo de Ministros a propuesta del
Presidente del Patronato; y por doce vocales propuestos por diferentes orga-
nismos y entidades 18.
La composición de la Junta experimentaría una nueva modificación
poco antes del inicio de la Guerra Civil española. El Gobierno consideraba
que aquélla contaba con un excesivo número de vocales y que entre éstos fi-
guraban representantes de intereses parliculares. Para tratar de subsanar
estas anomalías dispuso, mediante Decreto de 14 de rnarzo de 1936, que la
Junta del Patronato estuviera compuesta por el Subsecretario de la Presi-
dencia del Consejo de Ministros, como Presidente; el Subsecretario de
Obras Públicas y el Director General de Bellas Artes, como Vicepresidentes;
el Secretario General del Patronato; y ocho vocales en representación del
Ministerio de Industria y Comercio, del Ministerio de Hacienda, de la Mari-
na Civil, del Centro de Estudios Históricos, de la Dirección de Aeronáutica,
de los Sindicatos de Iniciativa, de la Junta del Tesoro Artístico Nacional, v
del Patrimonio de la República.
La extinción del Patronato Nacional de Turismo llegaría con la Guerra
Civil. El inicio de la contienda puso fin a ocho años de existencia en los que
dicho organismo público estuvo sometido a diversas reglamentaciones, to-
das ellas muy ligadas a los diferentes avatares políticos vividos durante di-
cho período. El Patronato fue creado durante la Dictadura de Primo de Ri-
vera de abril de 1928-, experimentó su primera reforma de julio
-25 poco tiempo después de la muerte
de 1930- -5 la Re-
del dictador, y durante
pública fue, en un primer momento, liquidado
adelante, restablecido -23 de abril de 1931-, más
de diciembre de 1931-, y, finalmente, y por dos
-4 durante el gobierno de centro-izquierda
veces, la primera de ellas
enero de 1932- y la segunda en el denominado nbienio negro> -12 de
1 de ene-
ro de 1934-, reorganizado. -3
¿Cuáles fueron las principales realizaciones del Patronato Nacional de
Turismo? Puede afirmarse que fue bajo su mandato cuando se sentaron las
bases del desarrollo turístico de España. Los logros más importantes de su
destacada y decisiva actividad en pro del turismo fueron, por un lado, la
apertura de numerosas oficinas de información turística, tanto en el extran-
jero como en el interior de la nación, con las que se pretendió que nuestro
país fuera mejor conocido en el exterior y que los turistas, vnavez llegados

18
Véase PELLEJERo (I 999).
a España, o,a,".u,"u.]"Ji"J."-*" ;;t.n sobre,-,.r, -::
numentos, hoteles, etc., y, por otro, la ampliación y mejora de la infraes-
tructura hotelera. En ese sentido merece la pena destacar, fundamental-
mente por su repercusión en el funcionamiento futuro de la hotelería espa-
ñola, la creación de la Cámara Oficial Hostelera de noviembre
de 1.928-.la Guía Oficial de Hoteles de diciembre -2
de 1928-, el Libro
Oficial de Reclamaciones -11
de enero de 1,929- y, cómo no, la Red de Pa-
-29 de Carretera.
radores Nacionales y Albergues

2.4. SEnvrcrO NeCIONRT DE TURISMO

El inicio de la Guerra Civil trajo consigo la desaparición del Patronato


Nacional de Turismo. Como consecuencia del conflicto armado la promo-
ción del turismo no ocupó un iugar precisamente significativo entre las
preocupaciones de los poderes públicos españoles. No obstante, el resurgi-
miento del turismo oficial se produciría antes de que terminara la contien-
da. Las autoridades franquistas, al reorganizar la Administración Central
del Estado mediante Ley de 30 de enero de 1938, crearon el Servicio Nacio-
nal de Turismo, órgano dependiente del Ministerio del Interior. Más adelan-
te, por Ley de 29 de diciembre de 1938, quedó suprimido el Ministerio de
Obras Públicas y sus servicios pasaron a depender del Ministerio del Inte-
rior, el cual pasó a denominarse Ministerio de la Gobernación. Este depar-
tamento ministerial quedó constituido por las Subsecretarías de Interior, de
Orden Público, y de Prensa y Propaganda. Fue a esta última subsecretaría a
la que quedó adscrito hasta el final de la guera eI Servicio Nacional de Tu-
rismo.
De Ia labor desarrollada por este nuevo organismo durante su corta exis-
tencia merece la pena destacar la organización, fundamentalmente por mo-
tivos propagandísticos, de las llamadas Rutas de Guerra y, sobre todo, la
nublicación de una interesante normativa de 8 de abril de 1939-
-Ordensu control sobre la indus-
ion la que la Administración trató de intensificar
tria hotelera y de mejorar el funcionamiento de la misma. Lo más novedoso
de esta normativa, y lo que sin duda tuvo una mayor repercusión posterior,
fue la pérdida de libertad de los propietarios hoteleros para continuar fijan-
do los precios exigidos en sus establecimientos. A partir de abril de 1939 ese
privilegio recayó en la Administración, la cual haría un prolongado uso del
mismo convirliendo al sistema de precios autorizados en uno de los instru-
mentos más utilizados a la hora de regular el sector.

2.5. DmnccIóN GBNEner DE TURISMo

Poco después de terminada Ia Guerra Civil la organización de la Admi-


nistración Central del Estado, establecida por las leyes de 30 de enero y
de 29 de diciembre de 1938, fue parcialmente modificada por Ley de 8 de
agosto de 1939. Uno de los cambios introducidos en la nueva disposición
CAP. 1.-ANTECEDENTES HiSTÓRICOS DEL TURISMO EN ESPAÑA (1900-1950)

fue que los Servicios Nacionales recibirían en 1o sucesivo el nombre de Di-


recciones Generales. Por lo tanto, a parlir de ese momento el Servicio Na-
cional de Turismo cambió su denominación por la de Dirección General de
Turismo, la cual quedó estmcturada en siete secciones y un departamento:
a) propaganda y publicaciones; b) deportes; c) alojamientos; d)transportes,
comunicaciones y turismo comercial; e) central; fl información; g) contabi-
lidad; y h) departamento de rutas nacionales.
Está claro que durante la década de los años cuarenta las condiciones
políticas, económicas y sociales no fueron, tanto a nivel internacional como
nacional, las más idóneas para el desarrollo de las actividades turísticas.
Los trágicos años de la Segunda Guerra Mundial, el consiguiente empobre-
cimiento de buena parte de las naciones europeas y el aislamiento interna-
cional a que se vio sometida nuestra nación, no favorecieron en modo algu-
no la llegada de turistas a España. Tampoco coadyrrvaron al desarrollo tu-
rístico la escasez de gasolina, la implantación en el año 1943 de las carlillas
de racionamiento, o el tener que utilizar unos transportes terrestres, preci-
samente los de mayor demanda entonces, que habían sido seriamente daña-
dos durante la Guerra Civil y que continuaron durante bastantes años, y a
pesar de la introducción de cierlas mejoras, mostrando graves deficiencias.
A pesar de ello, o quizá precisamente por eso, la Administración conti-
nuó inter-viniendo en el sector. De la política turística practicada a lo largo
de la década de la postguerra merece la pena resaltar la reorganización de
Ias Juntas Provinciales y Locales de febrero de 1941-,la reglamenta-
ción de la publicidad con fines-21 de propaganda turística de abril
de 1.941-,la creación del Crédito Hotelero de la;,arzo -9
de 1942-,la
continuidad en la fijación oficial de los precios-27hoteleros, la instauración
con fines recaudatorios de laPóliza de Turismo dejulio de 1'946-,la
regulación del ejercicio de las agencias de viajes -I7 de febrero de 1942-y
del Sindicato de Hostelería -19 y el incremento y pro-
de rnarzo de 1942-,
-14
tección de la red de aloiamientos estatales.

3. Propaganda turística
La imporlancia de la propaganda para Ia atracción de turistas está fuera
de toda duda. Es evidente que si no se dan a conocer los activos turísticos de
una país o de una ciudad, la posibilidad de que alguien pueda sentirse atraí-
do hacia ellos es mínima. Pues bien, en Ia España de la primera mitad del si-
glo xx, fueron la Administración Pública y los denominados Sindicatos de
Iniciativa los que desarrollaron una mayor labor de propaganda en materia
turística.
3. PROPAGANDATURISTICA

3.1. ADMINISTRAcIÓN PÚBLICA

3.1.1. Comisión Nacional


En los años en los que la Comisión Nacional fue el máximo organismo
público con competencia en materia turística, no sólo intentó introducir
una cierta ordenación en la hotelería española, sino que, además, trató de
promocionar la imagen de España en el extranjero ya que de nada servía
disponer de importantes atractivos turísticos si éstos no eran conocidos en
el resto del mundo.
En este sentido hay que destacar la celebración de los congresos interna-
cionales de turismo en Zaragoza y San Sebastián así
como la participación española-1908- en los de Toulouse -1909-, y Lis-
boa
-1910-
91 1-. Fueron eventos en los que representantes de diferentes nacio-
-1
nes, fundamentalmente Francia, Portugal y España, ensalzaron sus respec-
tivos atractivos turísticos y discutieron, entre otras cosas, sobre el modo de
facilitar y aumentar el movimiento de los turistas, la necesidad de mejorar
las infraestructuras de transporte y hotelera, o la misión de los sindicatos de
iniciativa.

3.1.2. Comisaria Regia

La Comisaría Regia también trabajó para que España estuviera presente


en las ferias, exposiciones y reuniones internacionales dedicadas al turis-
mo. Tras celebrarse en el año 1912 el Congreso Internacional de Madrid, se
preparó con enorme dedicación la participación de nuestro país en la Expo-
sición de Turismo de Londres, convocada para el añ,o 1,914. Por Real Orden
de 12 de tnarzo de 1913 se le encargó al Comisario Regio la realización del
pertinente estudio de las condiciones en las que España podría concurrir a
dicha exposición, y mediante Real Decreto de 17 de abril de 191.4 se conce-
dió un crédito extraordinario de 600.000 pesetas a un capítulo adicional del
presupuesto de gastos del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes
para satisfacer los gastos que ocasionarala presencia española en la capital
londinense.
Lamentablemente, el inicio de Ia Primera Guerra Mundial impidió la ce-
lebración de tal acontecimiento. Una vez hnalizada la contienda, y tras la
experiencia frustrada de Londres, España sí participó en la Exposición de
Turismo y Cultura celebrada en el Central Palace de Nueva York en los
añ,os 1922 y 1923 , así como en la llevada a cabo en Filadelfi a en 1926. Se in-
tentó aprovechar estos eventos para dar a conocer las ventajas que ofrecía
nuestro país desde un punto de vista turístico y tratar así de penetrar en el
fuerte mercado americano.
Otro medio utilizado por la Comisaría a la hora de promover los atracti-
vos hispanos fue el de la propaganda escrita. En este sentido llevó a cabo
una intensa actividad editorial. En sus más de 200 publicaciones los turistas
3 8 cAp. 1 .-ANTECEDENTES HISTÓRIcos DEL TURISMO EN ESPAÑA ( 1 900- 1 950)

pudieron encontrar, desde posibles itinerarios para conocer nuestra geogra-


fía hasta estudios pormenorizados del patrimonio artístico de diversas ciu-
dades monumentales españolas, pasando por catálogos de museos o des-
cripciones de las maravillas naturales de, por ejemplo, Yuste, Sierra de Gre-
dos, Sierra Nevada o los Picos de Europa.

3.1.3. Patronato Nacional de Turismo


El Patronato Nacional de Turismo consideraba como un objetivo priori-
tario la promoción de España en el exterior. El día 2 de agosto de 1928 pu-
blicaba én la Revista Unión Patriótica un comunicado en el que dejaba claro
cuál sería una de sus principales tareas: (... para lograr que España sea visi-
tada por masas de turistas que de año en año vayan en aumento es preciso,
en pri-". lugar, dar a conocer en el extranjero las múltiples bellezas natu-
rales, artísticas y arquitectónicas que nuestra Patria encierra). En este sen-
tido, y con la intención de mejorar el conocimiento que de nuestro país se
tenía allende las fronteras hispanas, el Patronato abri6 agencias informati-
vas en las ciudades de París, Londres, Roma, Munich, Gibraltar, Nueva
York y Buenos Aires.
Esta labor propagandística desarrollada en el extranjero fue acompaña-
da con la creación de oficinas de información turística en eI territorio na-
cional. El Patronato gestionó con ayuntamientos, diputaciones, compañías
de ferrocarril, entre otros organismos, la cesión de locales para ubicar ofici-
nas donde pudieran acudir los turistas en mta por nuestra geografia para
recibir información Sobre monumentos, hoteles, carreteras, restaurantes'
etcétera. Con las siete agencias puestas en funcionamiento en el exterior y
con el medio centenar abiertas en España se logró, por un lado, una más
amplia y mejor difusión en el extranjero de nuestros activos turísticos, y,
por otro, prestar un servicio informativo de mayor calidad en el interior de
ia nación. A ello también coadyuvó la Reglamentación del Servicio de Guías
e Intérpretes, aprobada por Real orden de 12 de noviembre de 1929 y par-
cialmente modificada por Real Orden de 13 de agosto de 1930.

3.I.4. Servicio Nacional de Turismo

Con un objetivo claramente propagandístico y político, el Ministerio del


Interior fue autorizado por Decreto de 25 de mayo de 1938 para organizar a
partir del mes de julio de dicho año, y por medio del Ser-vicio Nacional de
iurismo, un circuito de viajes denominado Ruta de Guena del Norte, desti-
nado principalmente a turistas extranjeros. Este circuito tendría dos itine-
rarios: Irún-Oviedo-Irún y Tuy-Santander-Tuy, en los que los usuarios po-
drían visitar, aparte de las ciudades cabecera y destino de los viajes, San Se-
bastián, Bilbao, Gijón, Santiago de Compostela, Lugo, Laredo, Santillana
del Mar, entre otras. La duración de cada uno de los viajes sería de nueve
días y su precio se prometía módico. La respuesta del público a esta oferta
3. PROPAGANDATURÍSTICA 39

fue escasa y durante el verano de 1938 apenas se realizaron una decena de


viajes.
Más adelante, con la llegada del invierno y el inicio de una climatología
adversa para emprenderviajes por el norte de España, un Decreto de29 de
octubre autortzó la apertura de nuevas rutas nacionales de guerra. En esta
ocasión fueron las regiones de Aragón Belchite, Huesca, Te-
-Zaragoza,
nrel-, de Castilla -Alcázar de Toledo, Madrid, Ávila, Segovia, Brunete- y
de Andalucía Cádiz, Jerez, Málaga, Granada, Córdoba, Sevi-
lla- -Algeciras,
los lugares elegidos. Estas nuevas opciones estuvieron muy condicio-
nadas por la marcha de la guerra. Los avatares bélicos impidieron la reali-
zación de viaje alguno por Aragón y Castilla y sólo permitieron la salida de
la expedición inaugural de la ruta andaluza.Lahnalización de la contienda
civil trajo aparejado el cese de las rutas de guerra.

3.1.5. Dirección General de Turismo

Mediante una orden de 9 de abril de 1941la Administración reglamentó


la publicidad con fines de propaganda turística, cualesquiera que fueran el
procedimiento que se empleara o el lugar que se utilizara para ello, y, tam-
bién, la publicidad de cualquier orden cuando los lugares en que se situaran
los anuncios ofrecieran interés desde el punto de vista turístico, compren-
diéndose en este apartado los carteles comerciales situados en el campo y
proximidades de carreteras, aun cuando radicaran en fincas particulares.
Con la nueva norrnativa la Dirección General de Turismo quedó facultada
para intervenir cualquier clase de anuncio o cartel al aire libre, en el recinto
de las ciudades o pueblos y fuera de ellos, para prohibir u ordenar modifica-
ciones de los anuncios ya existentes, así como para condicionar el estableci-
miento de otros nuevos. Se le encomendó, asimismo, velar por la protección
y respeto de los intereses turísticos y de los lugares de la geografía española
dignos de dicha protección, fomentar la colocación de carteleras con destino
a anuncios públicos de propaganda turística dentro y fuera de las poblacio-
nes, y regular e inspeccionar el emplazamiento, la forma y el uso de dichas
carteleras cuando fueran instaladas por particulares. Por último, se prohibió
fijar carteles, escribir, estampar o rotular anuncios o inscripciones de toda
índole en monumentos o edificios públicos, así como en aquellos privados
que ostentaran en su fachada la indicación correspondiente.

3.2. SlNoIc¿ros DE INrcrATrvA


La promoción turística no fue una actividad realizada exclusivamente
por el Estado. Aunque en menor medida, el sector privado también contri-
buyó a que nuestra nación fuera mejor conocida, tanto en el exterior como
en el interior. Instituciones, empresarios y particulares dir,ulgaron, lógica-
rnente en función de sus posibilidades, las excelencias climáticas, la enorme
riqueza artística, la oferla hotelera, las rutas más interesantes y los medios
CAP. 1 .-ANTECEDENTES HISTORICOS DEL TURISMO EN ESPANA ( 1 9OO- 1 950)

de transporte más adecuados para cada viaje. En este sentido, los Sindica-
tos de Iniciativa desempeñaron un papel fundamental.
Denominados también Sociedades de Atracción de Forasteros, los Sin-
dicatos de Iniciativa surgieron a finales del siglo xIX en Suiza, Francia e lta-
lia, principalmente. Carlos Arcos y Cuadra los definió en 1909 como una
"agrupación de personas que se reúnen con el objeto de ocuparse de una re-
gión desde el punto de vista del Turismo, perfeccionando los medios de 1o-
comoción y vías de comunicación, favoreciendo las atracciones, la comodi-
dad y el confort de los visitantes, y por fin procurando se haga conocida la
región en el exterior por medio de prospectos, anuncios, artículos en la
prensa, etc. En una palabra, Sindicato de Iniciativa es el que estudia y prac-
tica el arte de atraer al turista, le.
Mayoritariamente nacieron gracias a los esfuerzos de la iniciativa priva-
da y con una solo e ilusionada finalidad: la promoción turística de una de-
terminada localidad o región. En sus respectivos ámbitos de actuación se
dedicaron fundamentalmente a: a) mejorar las condiciones de acceso, de vi-
sita o de estancia; b) inventariar, proteger y dar a conocer las riquezas natu-
rales y artísticas; c) facilitar todo tipo de información turística; d) crear cen-
tros de recepción y servicios de información gratuita; e) redacfar, publicar y
facilitar listas de hoteles y pensiones; f) editar guías y anuarios; g) reclamar
la mejora de las instalaciones y servicios locales; y h) prornover todas las ac-
tividades que pudieran contribuir al desarrollo de la vida turística 20.
Durante las primeras décadas del presente siglo, y a imitación de los
existentes en el extranjero, se fueron creando en España sindicatos de ini-
ciativas en diferentes lugares, siendo los más destacados la Sociedad Propa-
gandística del Clima y Embellecimiento de Málaga el Sindicato
de Iniciativas de San Sebastián Sociedad -1,897-,
para el Fomento del
Turismo de Palma de Mallorca -1,902-,la Sociedad de Atracción de Fo-
rasteros de Barcelona -1906-,la
el Sindicato de Iniciativas de Tarrago-
na -i908-,
la Sociedad de Turismo de Cádiz la Asociación para
-1910-,del Turismo de Burgos
eI Fomento -1910-,
Sociedad Valenciana de Fo-
mento del Turismo -19I2-,la
y la Sociedad de Iniciativas y Propaganda de
Aragón 21, -1.919-
entre otras. Todos estos entes turísticos locales, provin-
ciales y, -1925-
en algunos casos, regionales, fruto generalmente, aunque no exclu-
sivamente, de la iniciativa privada, ejercieron durante los tres primeros de-
cenios del siglo una importante labor de fomento y promoción de sus res-
pectivos ámbitos territoriales y, por ende, del país en su conjunto. Y eso a
pesar de que la Comisaría Regia y el Patronato Nacional de Turismo mantu-
vieron frente a ellos una actitud poco amistosa e, incluso, usurpadora de sus
funciones 22.

le Ancos y Curon-r (1909), p. 17.


20 AnrlLrrc,r (1955), pp.
73 y 74.
21 FpnNÁNoEz Árv¡nrz
Q97$, p. 3a9.
22 L¡v¡un (1980b), p. 62.
3, PROPAGANDATURÍSTICA 41

Con la idea de revitalizarse en acción mancomunada decidieron en 1932


crearla Federación Española de Sindicatos de Iniciativas y Turismo
Un organismo que hasta eI inicio de la Guerra Civil celebró
-FESIT-.
asambleas anuales de Mallorca, Barcelona, Zaragoza, Alcalá de
Henares y -Palma
Tarragona-, que vio cómo la mayoría de sus propuestas no en-
contraron eco en las autoridades, y que logró su mayor éxito en 1935. A co-
mienzos de dicho año recibió un fuerte espaldarazo cuando el Presidente
del Patronato Nacional de Turismo hizo las siguientes declaraciones: "Los
Sindicatos de Iniciativas, integrados como están por representantes de fuer-
zas vivas y entidades diversas, vinculadas todas a las ciudades donde se
constituyen, cumplen su cometido en algunos casos se extiende a
toda una región- con una precisión -que
de datos y un conocimiento directo
que probablemente faltarían a organizaciones de otro tipo, y presentan,
desde el punto de vista del Estado, la ventaja de ofrecerle, como punto de
apoyo a su política turística de conjunto, unhaz ya formado de asistencias
sociales sumamente útil, merced al cual, iniciativas que correrían aisladas
el peligro de malograrse, encuentran medios adecuados a su desarrollo y
realización. Los fines propios de los Sindicatos se armonizan, pues, perfec-
tamente con los objetivos generales del turismo estatal, y la red de aquéllos
proporciona a éste un vehículo para hacer sentir su impulso, recoger ideas y
toda clase de sugestiones, montar la propaganda, etc., 23.
Esta opinión tan favorable fue, probablemente, decisivapara que el Pre-
sidente del Consejo de Ministros firmara la Orden de 2l de noviembre
de 1935 por la que se declaró de utilidad pública la Federación de Sindica-
tos de Iniciativas y Turismo, así como cada uno de los sindicatos que inte-
graban dicha federación, siempre que se comprometieran a realizar el in-
ventario turístico de su zona de actuación, a organizarLa para su fácil y
agradable visita y para una completa y adecuada explotación económica y
turística, y a darla a conocer mediante una propaganda práctica, productiva
y lo menos costosa posible. Urlavez alcanzada esta calificación, la asocia-
ción de que se tratase quedaba obligada a remitir anualmente al Patronato
Nacional de Turismo, y durante el mes de enero, sus presupuestos para el
año en.curso y la liquidación e inversión de fondos del año anterior, junta-
mente con una Memoria explicativa de su actividad.
El estallido de nuestra gueffa civil provocó la desaparición de la mayor
parte de los sindicatos de iniciativas. Una vez hnalizada la contienda, y con
la intención de buscarles sustitutos, se dispuso por Decreto del Ministerio
de la Gobernación de 21 de febrero de l94l que en las capitales de provin-
cia, y en las localidades sin tal carácter que fueran consideradas por la Di-
rección General de Turismo como de interés turístico, se constituyeran
unas Juntas Provinciales y Locales de turismo con los siguientes objetivos:
¿) estudiar y desarrollar, previa aprobación de la Dirección General de Tu-
rismo, cuanto conviniera al fomento del turismo de las respectivas provin-

23 FBnNÁNor,z FusrER (1991), pp. 307 y 308.


42 cAp.1. ANTECEDENTESHISTÓRICoSDELTURISMoENESPAÑA(1900-1950)

cias o localidades; b) asesorar a la Dirección General de Turismo en cuantos


aslrntos le fueran sometidos por la misma; c) administrar las cantidades que
constituyeran su dotacíón; y d) inspeccionar, cuando Ie fuera expresamente
delegado por la Dirección General de Turismo, los servicios de guías e intér-
pretes libres, hoteles, etc.
Estas juntas provinciales deberían estar formadas por el Gobernador Ci-
vil, el presidente de la Diputación, el Alcalde de la ciudad, el Ingeniero Jefe
de Obras Públicas, el Ingeniero Jefe de la Junta de Obras del Puerto
de procediera-, el Delegado de Bellas Artes, un representante de Falange
-don-
Española, el Presidente de la Cámara de Comercio, los presidentes o direc-
tores de centros y asociaciones directamente relacionadas con el turismo, y
el funcionario Jefe de la Oficina de Información de la Dirección General de
Turismo. Por 1o que respecta a las juntas locales, éstas serían presididas por
los alcaldes y estarían constituidas por tantos vocales como conviniera en
cada caso, con significación análoga a los de las juntas provinciales, y el Jefe
de la Oficina de Información de la Dirección General de Turismo.
Todas estas juntas deberían formar anualmente su presupuesto, el cual
tendrían que someter a la aprobación de la Dirección General de Turismo,
con las cantidades que obtuvieran en concepto de donativos o de subvencio-
nes de las diputaciones, ayuntamientos y entidades relacionadas con sus fi-
nes, y con los que la Dirección General de Turismo destinara en cada caso.

Se dispuso, asimismo, que no sería necesaria la creación de lasjuntas en


las provincias de Baleares, Valencia, Zaragoza, Tarragona, Guipúzcoa, Te-
y
.t"rif", Valladolid, Burgos Madrid, es decir, donde ya existían sindicatos
de iniciativas que venían realizando las funciones que se atribuían a las
nuevas juntas provinciales o locales. Es más, ante el deseo de fomentar la
creación de sindicatos de iniciativas y turismo, se indicó que en las provin-
cias o localidades donde en lo sucesivo se crearan entidades de tal naturale-
za que fueran declaradas de utilidad pública, Ia Dirección General de Turis-
mo podría acordar la suspensión en sus funciones de las juntas y encomen-
dar tal labor a los sindicatos correspondientes.

4. Oferta hotelera
Una labor de propaganda que ensalce el clima de un país, o su variedad
geográfica, o sus monumentos artísticos, será prácticamente inútil si éste
no dispone de una oferta hotelera amplia, variada y que ofrezca a sus clien-
tes unos servicios medianamente dignos. Pues bien, a 1o largo de los prime-
ros cincuenta años de la presente centuria, y merced a la labor de la Admi-
nistración española y del capital privado, aumentó la capacidad hotelera
nacional, se mejoraron y modernizaron, aunque modestamente, las instala-
ciones, y se reglamentaron y controlaron las condiciones que debían reunir
los locales dedicados a aloiar viaieros.
4. OFERTAHOTELERA 43

4.I. Sncron PUBLICo


4.L.l. Reglamentación -17 de marzo de 1909-
El Ministerio de la Gobernación promulgó la Real orden de 17 de r:narzo
de 1909 en la que se recogieron las normas por las que, a partir de entonces,
tendrían que regirse .los hoteles, fondas, casas de huéspedes, de viajeros, de
dormir y posadas,, que se dedicaran a la industria del hospedaje. Hasta la
publicacién de la citada normativa, las diferentes disposiciones que habían
iegido el funcionamiento de los establecimientos públicos destinados al
hoipedaje de viajeros no habían establecido reglas fijas y uniformes que de-
terminaran las obligaciones de los dueños y de los trabajadores para con el
público y las autoridades, como tampoco las de las personas dedicadas a la
industria del transporte de viajeros y sus equipajes, observándose sólo las
ordenanzas municipales o las órdenes especiales dictadas por algunas auto-
ridades gubernativas. Esta manifiesta desorganización repercutía muy ne-
gativamente sobre todo eI sector. Con la nueva disposición se quiso acabar
óon tal situación y prestar a los viajeros un sewicio correcto y, en la medida
de lo posible, uniforme.
En este sentido, con la Real Orden se hizo necesaria la autorización del
gobernador civil en las capitales, y del alcalde en el resto de las poblaciones,
para la apertura de todo establecimiento que se dedicara a la industria del
hospedaje. Los que solicitaran dicha autorización deberían acompañarla
con una relación en la que tendrían que expresar el número de habitaciones
que dedicarían al hospedaje, el precio diario de cada una de ellas, así como
los de la alimentación y los de todos los artículos que se expidiesen en el es-
tablecimiento. Estos precios, fijados libremente por los propietarios, no po-
drían ser alterados sin ponerlo en conocimiento de las autoridades guber-
nativas con tres días de antelación.
Además, se dictaron una serie de obligaciones y requisitos que estarían
obligados a cumplir todos los trabajadores del sector, desde los que ejercían
su labor dentro de los hoteles hasta los que se dedicaban al transporte de
equipajes o mercancías, sin olvidar a los guías e intérpretes. Asimismo, se
hizo-résponsables a los dueños de los establecimientos, o en su caso a los
trabajadores, de cualquier vejación, exacción indebida, robos o estafas, que
sufrieran los viajeros. En definitiva, en su afán de incrementar las visitas de
ciudadanos extranjeros y, por consiguiente, la entrada de divisas, la Admi-
nistración trató con esta nueva normativa de regular o reglamentar la in-
dustria hotelera para intentar ofrecer a los clientes un serwicio más homogé-
neo y, sobre todo, de mejor calidad.

4.I.2. Red de Paradores y Albergues de Ca?'retera

Fue el Comisario Regio quien propuso, dada la insuficiencia y escasez


de hoteles confortables fuera de las grandes ciudades, ampliar la oferta ho-
telera existente mediante la constrrrcción por parte del Estado de: a) peque-
44 cAp.l. ANTEcEDENTESHISTóRTcosDELTURISMoENESpAñA(1900_19s0)

ños hoteles o paradores en ciudades no muy pobladas pero con algún inte-
rés turístico; b) en las carreteras, donde ante el previsible incremento del
tráfico automovilístico sería muy conveniente disponer de establecimientos
en los que los turistas en rrrta por nuestros caminos pudieran descansar; y
c) en parajes montañosos donde se ofreciera al viajero ]a posibilidad de dis-
frutar del contacto con la naturalezay de practicar deportes como la cazay
'la 2a.
Pesca
La Administración vio con buenos ojos la propuesta de la comisaría y el
día 1 de agosto de L926 comenzaron las obras del que sería el primer aloja-
miento estatal: el Parador Nacional de Gredos. Se da la circunstancia de
que en aquel momento no existía ningún organismo específico en el que se
integrase dicho parador,ya que la comisaría Regia no gozaba de personali-
dad jurídica por no haberse creado con tal carácter, sino como dependencia
o unidad administrativa adscrita a la Presidencia del Consejo de Ministros.

El Patronato Nacional de Turismo continuó, por medio de la Junta de


Paradores y Hosterías del Reino, la obra iniciada por la comisaría Regia. El
comité Directivo y Ejecutivo del Patronato estimó conveniente crear, fun-
damentalmente en aquellas zonas de especial interés turístico pero donde la
iniciativa privada no se aventuraba, una oferta hotelera pública caracteriza-
da por precios ajustados, serwicios de calidad e instalaciones confortables,
que facilitara el incremento de viajes turísticos a nuestro país y que, asimis-
mo, sirviera como modelo para la hotelería privada nacional. En definitiva,
se quería ofertar, a precios razonables, un producto de calidad que contri-
buyera a estimular el sector en áreas turísticamente atractivas pero con una
escasa o inexistente infraestructura hotelera.
Desde el Patronato se promovió la construcción de los siguientes dife-
rentes tipos de establecimientos 2s: a) los paradores se ubicaron mayorita-
riamente en antiguos edificios monumentales, como castillos, conventos o
palacios señoriales, sitos en lugares de interés turístico, bien por sus rique-
zas paisajística o artística, o bien por la posibilidad de practicar los deportes
dela caza y la pesca. Eran edificios de tamaño medio, entre 20 y 50 habita-
ciones, dotados de los mejores servicios y especializados en estancias de
media y larga duración; ó) los albergues de carretera surgieron con la finali-
dad de ofrecer a los automovilistas que atravesaban nuestra geografía, ca^
rente por aquel entonces de cómodos alojamientos entre los núcleos impor-
tantes de población, un lugar donde poder hacer un alto en el camino, á"r-
cansar y reponer fuerzas. se determinó que se constmyese un único tipo de
albergue para que fueran fácilmente reconocibles por los viajeros; c) las
hosterías eran establecimientos dedicados exclusivamente a la alimenta-
ción, con los que se pretendía mejorar la mala imagen de buena parte de
nuestras ventas y mesones; y d) los refugios de montaña fueron ideados
para satisfacer la demanda de cazadores, pescadores y practicantes de todo

2a Vec¡ INcrÁN (1927).


2s FrnNÁ¡r¡Bz FusrEn (1959).
4. OFERTAHOTELERA

tipo de deportes relacionados con la montaña y el contacto con la natu-


raleza.
Entre 1929 y 1,936lared estatal de alojamientos hoteleros se incrementó
notablemente, máxime si se tiene en cuenta la complicada situación política
y social del momento. Al Parador Nacional de Gredos (Avila), inaugurado
en 1928, se unieron los de Úbeda (Jaén), Oropesa (Toledo), Mérida (Bada-
jot) y Ciudad Rodrigo (Salamanca); los albergues de carretera de Manzana-
res (Ciudad Real), Bailén (Jaén), Quintanar de la Orden (Toledo), Aranda de
Duero (Burgos), Benicarló (Castellón), Medinaceli (Soria) y La Bañ'eza
(León); el refugio de montaña de Aliva (Santander); el Hotel Atlántico (Cá-
diz), el único hotel propiamente dicho de toda la red pública; y las hosterías
de Alcalá de Henares (Madrid) y de La Rábida (Huelva), esta última de corta
existencia.
Hasta 1930, aproximadamente, la mayor parte de estos establecimientos
fueron cedidos en arrendamiento a personas acreditadas en la explotación
de hoteles, limitándose en este caso el Patronato a inspeccionar las cuentas
y serwicios y el arrendatario a pagar un canon anual y a mantener el aloja-
miento en condiciones de eficiente hotelería. Sin embargo, a partir de 1931,
y como consecuencia del descenso de la corriente turística experimentado a
raíz de la crisis económica desencadenada a partir 1929,los arrendatarios
llegaron a considerar insostenible la explotación en los términos del contra-
to. Ante esta situación Ia Administración optó por la gestión directa y en
adelante el arrendatario pasó a ser simplemente administrador. Se inició
así el período de hotelería estatal, ya no sólo por la creación de hoteles, sino
también por su explotación a cargo de los poderes públicos.
Durante la década de los años cuarenta la Administración trató de prote-
ger los intereses de su red pública mediante la Orden de 5 de noviembre
de 1,940. Según dicha normativa ninguna empresa dedicada a la industria
del hospedaje o a servicios de comidas podría utilizar para la denominación
de sus establecimientos, y sin la autorización de la Dirección General de Tu-
rismo, los términos nParador de Turismo", "Albergue de Turismo>, <Hoste-
ría de Turismoo, o "Refugio de Turismo), u otros análogos en que se com-
prendiera dicho término genérico, siendo indiferente que los citados térmi-
nos se empleasen como título o como subtítulo de los establecimientos en
cuestión.
Pero la labor de la Dirección General de Turismo no se limitó a esta le-
gislación prohibicionista. Continuó encargándose de la construcción y ex-
plotación de la red estatal de establecimientos turísticos. Por lo que respec-
ta a sus actuaciones en el ámbito de la red de alojamientos habría que desta-
car las siguientes; a) por Ley de 17 de octubre de l94I se concedió un
suplemento de crédito de 1.600.000 pesetas para adquisiciones, instalacio-
nes y obras de todas clases en los paradores, albergues, hosterías y edificios
de la Dirección General de Turism o; b) por Ley de 1 9 de septiernbre de 1942
se concedió un suplemento de crédito de un millón de pesetas para obras de
46 cAp.1. ANTECEDENTESHTsTóRIcosDELTURTSMOENESPAñA11900,19s0)

reparación, terminación y conservación de los paradores, albergues y hoste-


rías de la Dirección General de Turismo, para la adquisición de mobiliario y
efectos de todas clases que fueran necesarios para el funcionamiento de los
mismos, y otro de 231.000 pesetas para sostenimiento de los albergues, pa-
radores y hosterías cuyas cuentas de explotación resultaran con déficit; y
c) por Ley de 27 de diciembre de 1947 se dispuso la consignación en Presu-
puestos del Estado, desde el de 1948 hasta el de 1,957 , inclusive, de una can-
tidad anual de cinco millones de pesetas para construcciones y adquisicio-
nes extraordinarias de la Dirección General de Turismo, destinada a aten-
der los gastos de constrrrcción de doce paradores y para realizar las
ampliaciones en los hospedajes de la misma clase entonces abiertos al ser-vi-
cio público, cuyas obras, en conjunto, se calculaban en la cantidad de trein-
ta millones de pesetas.
Gracias, en parte, a todas estas consignaciones pudieron inaugurarse los
paradores nacionales de Virgen de la Cabeza (Andújar, Jaén), Arrecife (Lan-
zarote), Cmz de Tejeda (Gran Canaria), San Francisco (Granada), Riaño
(León), Santa Cruz de la Palma (La Palma) y Gil Blas (Santillana del Mar,
Cantabria); los albergues de carretera de Antequera (Málaga), Puerlo Lum-
breras (Murcia) y Puebla de Sanabria (Zarnora); y la hostería de Gibralfaro
(Málaga). Además, pudieron restaurarse un buen número de edificios de la
red nacional que habían sufrido destrozos durante la guerra civil, como los
paradores de Oropesa y Úbeda y el refugio de montaña de Aliva.
Cuando en 195 1 se creó el Ministerio de Información y Turismo Ia red
hotelera estatal estaba compuesta por doce paradores, diez albergues, dos
hosterías, un refugio de montaña y un hotel. Además, desde el 25 de mayo
de 1950 venía funcionando, en el seno del Instituto Nacional de Industria,
una Comisión Gestora con el objetivo de crear la denominada Empresa Na-
cional de Turismo. Lo que pretendía la Administración era interwenir en el
sector con un instrumento que hasta entonces no había utilizado: una em-
presa pública que se dedicara a la construcción de alojamientos turísticos.
Muy a su pesar, este deseo no se materializaría hasta el año 196326.

4.1.3. Establecimiento recomendado

El Patronato Nacional de Turismo implantó, mediante acuerdo de su


Comité Directivo y Ejecutivo de 23 de mayo de 1929, el título de nEstableci-
miento Recomendado". Se justificó su creación como (testimonio de galar-
dón al premiado, de garantía y recomendación para el público y como gene-
ral estímulo para el mejoramiento de las industrias, establecimientos y em-
presas, especialmente llamadas a cooperar al desarrollo del turismo en
España" 27. Dicho título podía concederse, bien espontáneamente por parte
del Patronato previa la formación de un expediente-, bien a soli-
-aunque
26 Véase P¡u¡,¡¡,no (1996)
v (J999).
27 FpnNÁNnr,z Árvm.sz (1971, pp. y
1365 13ó6
4. OFERTAHOI'ELERA 47

citud de la representación legal de quien aspirase a su obtención, y suponía


por parte de los galardonados la obligación de someterse en cualquier mo-
ttr"trto a visitas áe inspección de su establecimiento así como la de dar
cuantas facilidades fuesen posibles para que el Patronato obtuviese la más
completa información sobre su funcionamiento.
Los hoteles y demás establecimientos recomendados por el Patronato
recibirían una placa que podrían colocar en aquellos sitios del edificio que
se creyera conveniente así como reproducir en Sus impresos, prospectos,
cochei, etc., y que llevaría en el centro el emblema del Patronato rodeado de
una leyenda que dijera "Establecimiento Recomendado por el Patronato
Nacional de Turismo". El título caducaría a los tres años, si bien podían so-
licitarse y obtenerse prórrogas sucesivas por iguales períodos en caso de
acreditarse que el establecimiento seguía siendo merecedor de tal distin-
ción. Pudiéndose también anular el título cuando, a juicio del Patronato,
hubiese dejado de reunir las condiciones en cuya virtud se Ie habían con-
cedido.

4.1.4. Cámara Oficial Hostelerct

Atendiendo a una petición de la Federación Hostelera Española, intere-


sada en crear un organismo que persiguiera la clandestinidad, evitara los
abusos y organízara la industria del hospedaje de modo que pudiera consti-
tuir una valiosa colaboración a los fines del fomento del turismo, el Gobier-
no creó, mediante Real Decreto de 2 de noviembre de 1928,la Cámara Ofi-
cial Hostelera de España. Su reglamento sería aprobado por Real Orden de
20 de febrero de 1929. Al nuevo organismo, dependiente del Ministerio de
Economía Nacional, estaban obligados a colegiarse todas las personas na-
turales y jurídicas dedicadas a la explotación de la industria hotelera, o de
restaurantes de primera y segunda categoría, en cualquier localidad del te-
rritorio español.
La Junta de la cámara oficial quedó constituida, por Real orden de 13
de diciembre de 1928, por los presidentes de las siguientes instituciones: Fe-
deración Hostelera Española, Asociación de Hoteleros de Cataluña, Socie-
dad de Fondistas y Similares de Madrid, Sociedad Hispano Americana de
Grandes Hoteles, Sociedad de Dueños de Hoteles de Santander, Asociación
de Hoteleros de Sevilla, Sociedad de Hoteleros de Valencia, Asociación de
Hoteleros de Zaragoza y Sociedad de Hoteleros de Valladolid.
Para lograr su objetivo, que no era otro que la defensa y fomento de los
intereses de la industria hotelera, se le concedieron ala Cánara las siguien-
tes facultades: a) proponer y solicitar del Ministerio de Economía Nacional
cuantas resoluciones juzgara necesarias para el desarrollo y mejora de la in-
dustria hotelera; b) administrar fundaciones o establecimientos relaciona-
dos con la industria del hospedaje; c) contratar empréstitos; d) promover y
organizar por su cuenta exposiciones y concursos de la industria hostelera y
dei arte de la alimentación; e) otorgar subvenciones y premios a los estable-
48 cAp.I.-ANTECEDENTESHTsTóRIcosDELTURTSMoENESPAñA(1900-1950)

cimientos que se distinguieran por su buen servicio, higiene, confort y ade-


cuada arquitectura; f) fomentar la cultura de cuantos se dedicaban a la in-
dustria hostelera creando escuelas profesionales, organizando cursillos,
conferencias, concediendo becas y bolsas de viajes, etc.; g) ejercitar ante los
tribunales de justicia las acciones correspondientes para la persecución de
delitos o faltas cometidas en perjuicio de los intereses de la industria hoste-
lera; h) perseguir el ejercicio clandestino de la industria del hospedaje;
i) crear cooperativas, mutualidades y demás instituciones de carácter social
en beneficio de sus asociados; i) proponer conciertos con el Estado, diputa-
ciones y municipios, sobre el cobro de la contribución industrial y de todos
los impuestos y arbitrios que gravaban los establecimientos hosteleros y sus
servicios; k) editar folletos, libros, revistas, organizar congresos internacio-
nales y montar agencias de viajes; y l) crear una Caja de crédito hostelero
que podría conceder préstamos a largo plazo a todos los asociados ala Cá-
mara para la construcción e instalación de industrias destinadas al hospe-
daje o ampliación de las existentes.
Además de estas facultades, ala Cámara se le asignaron las siguientes
obligaciones: a) emitir los informes que el Gobierno y demás autoridades le
solicitaran en relación a su industria; b) clasificar por categorías todos los
establecimientos hosteleros; c) elaborar el censo nacional de todos los in-
dustriales hosteleros y publicarlo anualmente en forma de guía oficial;
d) hacer estadísticas detalladas de las tarifas y precios de la industria hoste-
lera así como de los viajeros alojados en sus establecimientos; y e) inspec-
cionar éstos, comunicar las deficiencias advertidas en los mismos y promo-
ver la imposición de las sanciones a que hubiese lugar.
Por lo que respecta a los recursos económicos con los que contaría la
Cárnara, se dispuso que percibiría como recurso fijo y permanente para
atender al cumplimiento de sus fines una cuota anual de 25 pesetas de cada
uno de sus asociados, y otra cuota variable a cargo de la entidad hostelera
que tendría el carácter de remuneración de aquellos trabajos que la Cámara
efectuara, gestiones que realizara y servicios que prestara a los asociados en
beneficio de los intereses comunes. Esta segunda cuota sería proporcional a
la que sus miembros pagaran al Tesoro por contribución industrial. Ade-
más de estas cantidades se le autorizó ala Cárnarapara que dispusiera de
los recursos que obtuviera mediante subvenciones, venta de libros y folle-
IOS, etc.

4.1.5. Guía Oficial


Ante la proximidad de las grandes exposiciones a celebrar en Barcelona
y Sevilla en el año 1929, el Gobierno creyó conveniente intervenir con previ-
sión y hrrneza en la regulación de los precios de los hospedajes y servicios
públicos relacionados con el turismo y, en general, en los de las asistencias
que pudieran precisar cuantas personas, nacionales o extranjeras, visitaran
dichos eventos. Para ello, y por Real Orden de 11 de diciembre de 1928, se
4. OFERTAHOTELERA 49

obligó al Patronato Nacional de Turismo a que publicara, en un plazo de


dos meses, una Guía Oficial en la que constaran "los hoteles, pensiones y
casas de viajeros de las principales poblaciones de España o lugares de tu-
rismo, con expresión de los precios mínimo y máximo de hospedaje y servi-
ciosr. Deberían, asimismo, incluirse en dicha guía nlos precios reguladores
de los transportes en automóviles, autobuses y coches, servicios de restau-
rantes y de bares, Ios de guías y cicerones, y, en general, los de todos aque-
llos relacionados directamente con el turismor, así como olas épocas de
fiestas tradicionales o de máximo turismo de cada localidad, con expresión
de su duracióno.
Para cumplir debidamente lo ordenado debería constituirse en cada
provincia un comité presidido por el Gobernador Civil y del que formarían
parte los alcaldes de las poblaciones y lugares de interés turístico, así como
representantes de las Comisiones de Monumentos Artísticos e Históricos,
Sindicatos o Asociaciones de Fomento del Turismo, Comités de Iniciativas
u otras entidades o representaciones del Patronato Nacional que existieran
en la capital.

4.1..6. Libro Oficial de Reclamaciones

Para satisfacer una propuesta del Patronato Nacional de Turismo, preo-


cupado por simplificar el servicio de inspección de alojamientos a él enco-
mendado y corregir las deficiencias o abusos que los propietarios de aqué-
llos pudieran cometer, el Gobierno ordenó el día29 de enero de 1929 que a
partir del día primero de marzo de dicho año existiera en todos los hoteles,
fondas y pensiones, un libro de reclamaciones a disposición de los viajeros
para que éstos anotaran en él cuantas anomalías observaran durante Su es-
iancia en los mismos. Se dispuso, igualmente, que la revisión y examen del
mencionado libro, así como la inmediata comunicación de las reclamacio-
nes y quejas que hubieran formulado los viajeros, correspondería, sin per-
juicio de las inspecciones que directamente realizara el Patronato en los
alojamientos, a las Juntas Provinciales y, allí donde se hubiesen organizado,
a las Locales.

4.1.7. Reglamentación de abril de 1939-


-8
Inmediatamente después de finalizada la guerra civil española, la Admi-
nistración trató, con la Orden de 8 de abril de 1.939, de intensificar su con-
trol sobre la industria hotelera y de mejorar el funcionamiento de ésta. Las
principales disposiciones incluidas en la citada orden fueron las siguientes:
i. Sería competencia del Ministerio de la Gobernación y del Servicio
Nacional de Turismo la autorización de apertura de establecimientos hote-
leros, la fijación de las categorías de dichos locales así como los precios exi-
gidos en los mismos, y la inspección de todos los servicios hoteleros.
50 cAP. 1 HrsrÓRICos DEL TIJRTSMo EN ESPAÑA (1900 1950)
-ANTECEDENTES

2. Toda empresa o particular que proyectara dedicarse.a la industria


Servicio Na-
del hospedaje tendría que dirigirsJ previamente al Jefe del
la cual acompañaría con un
.io.rut *li.iiurrdo la oportuna autorización, con es-
pretendiera instalar la industria,
..áá"ir¿a edificio o pianta en que dedicados a dor-
pecificación y ,-r.r-"rá.ión e*piesa^de los departamentos
así .o-o l,ot precios de los ser-vicios ho-
mitorios, ser-vicios sanitarios,itc.,
Nacional de Turismo resolvería teniendo en
t"l"ror. Él l"f" del éervicio turísticas, y
.r"",u la capacidad hotelera de la población y sus posibilidades los
fijaría la categorÍa á"1 hotelero y, consecuentemente,
"ttuUt".imiento
preciosmáximoymínimoquecorrespondieranalacategoríaasignada.
las ca-
3. Los establecimientos hoteleros serían clasificados dentro de
la calidad de los servicios que estuvieran
tegorías siguientes en función de
en-condiciones de prestar al público:
A) Alojamientos dotados de ser-vicio de comedor
y Ter-
Hoteles o Paradores de Lujo, Primera A, Primera B, Segunda
-
cera.
Pensiones o Fondas de Primera, Segunda y Tercera'
-
Casas de HuésPedes Y Posadas'
-
B) Alojamientos sin ser-vicio de comedor
Primera, Segunda Y Tercera'
- tendrían
4. Los dueños de establecimientos hoteleros en explotacióninclusión en las
qrr" dirfi.re al Jefe del Servicio Nacional para solicitar su
dittitttut categorías establecidas'
5. Todos los establecimientos hoteleros deberían poseer el
Libro ofi-
y consignad-os
cial de Reclamacio""t. f"t precios, debidamente aprobados
Jefe del Servicio Na-
en é1, no podrían ,", u,r-"riados sin autorización del
accedería a ello cuando existiera ple-
cional de Turismo, quien únicamente
bur'aáa m"¡ota-de los servicios del hotel, como instala-
"l:"rrin...iOn,
ug.r. .o..i"nte "n
en las habitaciones, construcción de cuar-tos de
ción de
baño, calefacción, etc.
gubernati-
6. Los dueños de los establecimientos serían responsables
Vamentedetodavejaciónoexacciónquesecausaraalosviajerosporl-osde-y
la falta
p""¿i""r"t de la casa, siempre que no acreditasen haber corregidode los ro-
inteiesaáos. También deberían responder
dado satisfacción a los
üát v de que fueran víctimas los viajeros en sus locales'
"tof"s e investi-
7. El Servicio Nacional de Turismo otganizaríala inspección y mantener los
gu.iór, q:t" .o'triderara conveniente a fin áe evitar abusos
industria hotelera al nivel de la categoría
ErtuUt".ir.rlentos dedicados a la
obligados a dar cuenta al Go-
;;il;;respondiese. Sus dueños quedarían sentada en el Libro Oficial correspon-
ü"rrrudo, Civil de toda reclamación
ál"rrt". Los gobernadores civiles comprobaríanla certeza de la reclamación
4. OFERTA HO'|,bLERA 51

e impondrían sanciones gubernativas a los infractores según la gravedad


del atuso cometido, pudiendo en caso de reincidencia clausurar, temporal
o definitivamente, el establecimiento.

4.1.8. Crédito Hotelero

Aunque yahabíaexistido un intento durante la corta existencia de la Cá-


mara Oficial Hostelera2s, el Crédito Hotelero nació realmente en 1.9422e.
Por Orden del Ministerio de Hacienda de 27 de rnarzo de dicho año fue au-
torizado el Banco de Crédito Industrial para establecer, de acuerdo con la
Dirección General de Turismo, un servicio de crédito hotelero cuya finali-
dad sería la concesión de préstamos a la industria hotelera en las condicio-
nes que determinase el opor-tuno reglamento, el cual fue aprobado p,or
orden de la Presidencia de Gobierno de 13 de mayo de 1942. según dicho
reglamento el Ser-vicio de Crédito Hotelero tendría como finalidades esti-
constr-ucción e instalación de hoteles adecuados, o simi-
-nlut y auxiliar lapoblaciones
lares, en aquellas y lugares que la Dirección General de Turis-
mo juzgase de interés nacional o turístico, y facilitar la transformación y
mejora de los hoteles o similares ya existentes.
Los medios para obtener los citados fines serían <préstamos en metálico
a corto o largo plazo, con amortización y vencimiento fijo o periódico, a
parliculares o sociedades, con garantía hipotecaria o pignoraticia". Los
préstamos devengarían un interés de un 4 por 100 y una comisión de un 8
por 100, ambos anuales, y tendrían las siguientes modalidades'. a) présta-
mos de cuantía no superior al 60 por 100 del valor de la garantía ofrecida,
con plazo de amortización no superior a 35 años, que se destinarían espe-
cialmente a nuevas constmcciones e instalaciones hoteleras o similares, en
solares o edificios propios; b) préstamos de cuantía no superior al 40
por 100 del valor de la garantía ofrecida, con plazo de amorlización no su-
perior a 20 años, concedidos básicamente a instalaciones hoteleras o simila-
i", .n edificio ajeno y contrato de arrendamiento por todo el tiempo de du,
ración del préstám o; y c)préstamos de cuantía no superior al 20 por 100 del
valor de Ia garantía ofrecida, con plazo de amortización no superior a 10
años, destinados fundamentalmente para la transformación y mejoramien-
to de industrias hoteleras o similares ya existentes, instaladas en edificios
propios o ajenos, con contrato de arrendamiento por todo el tiempo de du-
ración del préstamo.
Para la concesión de los préstamos sería condición precisa la previa de-
claración de excepcional utilidad pública por pafie de la Dirección General
de Turismo. Se dispuso que correría a cargo de Hacienda la diferencia entre
el interés que el Banco de Crédito Industrial liquidaba en estos préstamos y
el que normalmente le producían sus operaciones crediticias, con el límite

28 La Cámara Oficial Hostelera fue liquidada a finales de 1935.


2e Sobre los oríeenes del Crédito Hotelero véase BnÚ (1964).
52cAP.1.-ANTECEDENTESHISTÓRICoSDELTURISMoENESPAÑA(19001950)

del 5,25 por 100 anual. La cifra máxima total que podría invertirse en los
préstamós, fijada inicialmente en 25 millones de pesetas, sería duplicada
sucesivamente en 1948 y 1949 30, y en esta última fecha se decidió que el ci-
tado fondo fuese rotativ"o, es decii, que las devoluciones de los beneficiarios
constituyesen sumas para nuevas inversiones'
Al finalizar el año 1949, el número de expedientes de solicitud ascendía
a6l, elimpor-te total demandado a i35 millones de pesetas, de los que la
Administración había concedido 67 y enttegado 39, y el número de habita-
.ior.. y de plazas hoteleras financiadas con los préstamos concedidos por
el Banco de Crédito Industrial, en su función de administrador del Servicio
de Crédito Hotelero, a 1.503 y 2.697, respectivamente'

4.1.9. Politica de precios


Durante los años cuarenta los precios hoteleros fueron fijados por la
Administración. Las autoridades franquistas entendieron que el turismo
era uno de los pilares donde debería upoyutt" el desarrollo económico del
país. Las divisai que el turismo exterior podría aportar se consideraron vita-
i", puru la recuperación económica de la nación tras la gueffa civil. El turis-
actividad que habia que cuidar co]l mimo. En este
-o'"ru, por lo tanto, unaprecios se perfiló como una medida trascendental'
sentido él control de los
por un lado, los servicios turísticos españoles podrían ofrecerse a unos pre-
cios competitivos en relación al resto de Europa, y, por otro, se reduciría el
,i"rgo de que el afán de lucro de industriales del sector provocara Ia ruina
del mismo.
En 1.941se fijaron, en función de las categorías de los hoteles y de las
pensiones, unos precios para el alojam-iento, la pensión completa y el cu-
ti"rto obligatorio, en sus dos modalidades de cubierto corriente y espe
cial 31. A paitir de ese momento, y hasta 1947, inclusive, tales precios no ex-
perimenáron ninguna alteración. Este mantenimiento de los precios no,se
áebió al libre desenvolvimiento de los elementos que intervenían en su de-
terminación, sino a la férrea intervención estatal'
Esta rigidez por parte del Estado provocó el descontento entre los indus-
triales. nriprimer lüga., porque al áfectar el control exclusivamente a los
discriminados frente a los
;;i"r de ü hotel"rá, toi hoieleros se sintieron
áueños de los restaurantes, cafeterías, salas de fiestas, grandes almacenes,
agencias de viajes, ya que éstos, que también se beneficiaban del negocio
tu-
,ñti.o, disfrutában de libertad para fijar sus precios respectivos. Tampoco
grr.tO át hecho de que como los precios se fijaban según la categoría de los
ñoteles y eran váháos para todo el territorio nacional, no se discriminaran
32'
Ias zonás según el nivel de precios al consumo

30 órdenes del Ministerio de Hacienda de 7 de abril de 1948 y de 17 de mayo de 1949.


31 Escomsunr¿, (1958).
32 FERNÁr.roBz FusrER (1991), pp. 467-475.
Estas críticas parece ,"' ;J;;J;:;*" y en los un"' tgqs, tias
y 1g50 se registraion, por fin, subidas en los precios hoteleros. El alza fue
feneralizadi en todas las categorías de hoteles y pensiones y en todos los
iervicios ofertados, y, además, estuvo por encima del crecimiento del coste
de la vida. comparando los precios de 1950 con los de 1947 , período en el
que el índice del coste de la vida creció un24,7 por 100, las subidas de los
precios del alojamiento, de la pensión completa y del cubierto oscilaron, se-
gri.r las distintas categorías de establecimientos, entre un 150 y un 62 por
100, un 120 y un 80 por 100, y entre un 157 y un 125 por 100, respecti-
"trtre
vamente.

4.1.10. Póliza de Turismo


Por Ley de 17 de julio de 1946 se creó, con fines fundamentalmente re-
caudatorios, la Pólizade Turismo. Se ordenó que obligatoriamente debería
fijarse en cada uno de los parles individuales de entrada de viajeros en los
háteles y pensiones unapóliza cuya cuantíavariatía según la categoría de
los establécimientos: a) hoteles de lujo y de primera A, tres pesetas; b) pen-
siones de lujo, hoteles de primera B y hoteles de segunda, dos pesetas; c) ho-
teles de tercera y pensiones de primera, una peseta; y d) quedaron excluidas
de este impuesto las pensiones de segunda y tercera categoría.
Asimismo, se le encomendó al Ministerio de Hacienda que llevara la
contabilidad especial necesaria, que comunicara a la Dirección General de
Turismo la recaudación habida, deduciendo de su importe los gastos de
emisión y el 1,5 por 100 en concepto de distribución, comisión de venta, re-
caudación y contabilidad, y que ingresara el importe líquido resultante en el
Banco de España, en una cuenta corriente que abriría al efecto con la deno-
minación de nFondos a disposición de la Dirección General de Turismo pro-
cedentes de Ia recaudación de lapólizapro turismo en Españao. Dichos fon-
dos serviríanpara que la Dirección General de Turismo pudiera financiar
algunas de las actividades que le eran propias.

4.1,.1.I. Sindicato Nacional de Hostelería

El Sindicato Nacional de Hostelería y Similares de Falange Española


Tradicionalista y de las JQNS quedó reconocido, a todos los efectos, con
plena personalidad jurídica, como corporación de Derecho Público por De-
ireto áe L4 de marzo de 1942. A parlir de ese momento, y de acuerdo con lo
establecido en las leyes de Unión Sindical de26 de enero de 1940, de Bases
de la organización Sindical de ó de diciembre del mismo año, y de clasifi-
cación de Sindicatos de 23 de junio de 1.941, dicho sindicato fue la única or-
ganización con personalidad suficiente para la representación y disciplina
de los intereses de la producción en esta rama de la economía'
Al nuevo sindicato le fueron atribuidas, con arreglo a lo establecido en la
Ley de ó de diciembre de 1940, las siguientes funciones: a) proponer al
54 cAp. 1 .-ANTECEDENTES HrsróRlcos DEL TURISMo EN ESpAñA ( I 900- 1 9s0 )

Gobierno las ordenanzas necesarias para la disciplina y fomento de la pro-


ducción, conservación y distribución de los productos, así como la regula-
ción de los precios de los mismos en las distintas fases del proceso producti-
vo; b) asistir a la Delegación Nacional de Sindicatos en la elaboración de
propuestas e informes para la reglamentación del trabajo; c) ejercer poder
disciplinario sobre los sindicatos inferiores en la forma establecida por el
Estatuto sindical; d/ promover y fomentar toda iniciativa que tuviera por
objeto la mejor organización de la producción y, de modo especial, las ta-
reas de investigación científica de aplicación al campo de su rama económi-
ca; e) prornover, dirigir, y, en su caso, desempeñar las actividades cooperati-
vas de producción y distribución relacionadas con la rama correspondiente;
y f) organizar la aporlación económica de las empresas de la rama al patri-
monio y a las obras de la Comunidad Nacional-Sindicalista.
Se dispuso, además, que la relación del Sindicato Nacional de Hostele-
ría y Similares con el Ministerio de la Gobernación se establecería a través
de la Dirección General de Turismo y con el Ministerio de Industria y co-
mercio por medio de su Secretaría General Técnica, pudiendo cada uno de
los ministerios indicados designar un representante que formaría parle de
la Junta sindical Nacional del Sindicato. El sostenimiento de dichas repre-
sentaciones oficiales correría a cargo del Ministerio de Hacienda.

4.2. SBcron pRrvADo


A la hora de estudiar la evolución del sector hotelero privado español
durante la primera mitad del siglo xx se pueden distinguir dos etapas clara-
mente diferenciadas. La primera de ellas abarcaría aproximadamente las
tres primeras décadas de la presente centuria y la segunda el período repu-
blicano, la guerra civil y la década de los años cuarenta.
El período comprendido entre el inicio del siglo y el advenimiento de la
República en 193 1, puede ser catalogado como satisfactorio para nuestra
ofefta hotelera habida cuenta del más que probable crecimiento experimen-
tado por la misma. Hablo en términos de probabilidad porque no existen
para estos años fuentes estadísticas fiables sobre el número de estableci-
mientos hoteleros existentes en nuestro país. Sirva de ejemplo la Guía de
Hoteles editada por el Patronato Nacional de Turismo en 1929, seguramen-
te el análisis más detallado de los publicados hasta entonces, en la que se re-
gistran nada menos que 1.200 establecimientos en España. Según Fernán-
dez Fuster, de dicha cifra habría que descontar un porcentaje no inferior
al 40 por i00 ya que en la guía, al no existir en aquella época una clasifica-
ción oficial, nmuchas fondas de ínfima clase se titulaban pomposamente
hoteles" 33. En definitiva, la comparación cuantitativa entre la hotelería es-
pañola de comienzos de siglo y la de 1930 es imposible. No obstante, a tra-
vés de la información proporcionada por fuentes de carácter cualitativo,

33 Frn¡¡ÁNrEz Fusr¡n (1991), p. 30a


4. OFERTAHOTELERA ))

como arlículos de prensa, libros, informes, etc., puede deducirse que el nú-
mero de hoteles creció durante la etapa considerada.
Lo más característico de nuestra hotelería fue el claro predominio de es-
tablecimientos de pequeña capacidad, explotados económicamente en régi-
34. No obstan-
men familiar y con una oferla media de 10 a 20 habitaciones
te, también se abrieron al público grandes y lujosos hoteles, especialmente
durante la década de los años veinte. Me refiero a los hoteles Ritz de Madrid
y Barcelona, Palace de Madrid, Real de Santander, Carlton de Bilbao, Mira-
mar de Málaga, Alhambra Palace de Granada, Alfonso XIII de Sevilla y
Gran Hotel de Zaragoza, entre otros.
La nota más interesante en la gran hotelería española radicaba en la sen-
sible elevación en eI nivel de servicios prestados, cuestión en la que tuvo una
decisiva influencia la aparición de dos grandes cadenas hoteleras: a) Los
Grandes Hoteles Europeos, con sede en Bruselas y que disponía de tres ho-
teles en Bélgica, de otros tres en Francia y, a partir de 1927, de cinco en
España: Riti y palace de Madrid, Alfonso XIII de Sevilla, Continental de
San Sebastián y Real de Santander 3si y Z') Hoteles Unidos, fundada en 1930
y que dos años más tarde contaba con una red de once grandes hoteles: Pa-
iaóe de Alicante, Oriente y España de Barcelona, Europa de Tarragona, Ma-
drid de Sevilla, oromana de Alcalá de Guadaira, Alhambra Palace de Gra-
nada, Playa de Cádiz, Carlton de Bilbao, Miramar de Málaga y María Cristi-
na de San Sebastián 36.
La crisis económica internacional de los años treinta, nuestra guerra ci-
vil y el aislamiento político y comercial a que se vio sometida España tras la
finalización de Ia Segunda Guerra Mundial, frenaron el movimiento turísti-
co hacia nuestro país. Por tanto, a la expansión vivida durante los años vein-
te le siguieron dos décadas bastante difíciles para el sector. Durante las mis-
mas dejaron de construirse grandes hoteles y, muy probablemente, se redu-
jo el número total de establecimientos hoteleros.
A la altura de 1951, y según las estadísticas publicadas por el Ministerio
de Información y Turismo, existían en España 1.038 hoteles y 280 pensio-
nes, que ofertaban 70.825 y 7.946 plazas, respectivamente. Por lo que res-
pecta a los primeros, 27 eran catalogados como de lujo, 76 de primera
A, tSt de primera B, 380 de segunda y 404 de tercera. La media de plazas
por establecimiento era, según las diferentes categorías, de 255, I3I , 90, 64
y 40, r"rpe.tivamente. En cuanto a las pensiones, había 226 de primera y 54
de luio. El tamaRo medio, bastante inferior al de los hoteles, era, en ambos
curos, de 28 plazas.
Los establecimientos hoteleros españoles estaban ubicados, fundamen-
talmente, en las costas y en la capital del país. Por contra, el interior de la

3a FsRNÁN¡pz Fusren (1991), p. 304.


3s LAv¿.un (1980a), p. 376.
36 FEnNÁNosz FusrER (1991), pp. 223 y 224
"..,u" ",J;J; ;J;,"J".
ción geográfica del sector es que en las cuatro
ffi:*'mejorconcen,ra.
"'-*provincias dotadas
Barcelona, Guipúzcoa y Gerona- que contaban
con 138, 91, 89,
-Madrid,
y 72 hoteles, respectivamente, se concentraba nada menos que el 37,6
por 100 de la hotelería española37. Olra pmeba, en este caso de la escasa
oferta hotelera existente en el centro del país, es que los establecimientos
hoteleros de Extremadura y las dos Castillas, sin contar naturalmente con
Madrid, apenas representaban el19,7 por 100 del total.

5. Agencias de viajes

La primera agencia de viajes española se fundó en Barcelona en el


año 1910. Viajes Marsansrof, inscrita con el número 1 en el Registro Oficial,
surgió como una sección de la Banca Marsans Rof e Hijos 38. En el momen-
to de su creación los ciudadanos europeos y americanos viajaban general-
mente con pasajes expedidos por las grandes navieras o las compañías in-
ternacionales de ferocarriles, siendo el papel de la agencia el de resolver,
por encargo de las organizaciones que les enviaban, los diferentes servicios
que su estancia en nuestro país comporLaba: reservas en los hoteles, visitas
a las ciudades, desplazamientos, entradas para los espectáculos, entre
otros. Un trabajo directo, personal y a la medida.
Pero desde el primer momento Viajes Marsansrof tuvo muv claro que te-
nía que ampliar su marco de actuación. Consideró esencial fomentarla afi-
ción a los viajes, facilitar itinerarios, transporte y reservas de alojamientos a
sus clientes, demostrar que viajar era posible y podía resultar sencillo. En
este sentido fue ampliando sus actividades desde el mercado receptivo que
lahabía originado a la captación de un mercado interior, el español, en sus
salidas al extranjero y a una ampliación de su esfera territorial, concretada
en un principio en Barcelona, hasta abarcar el país entero.
F,n I9I2 introdujo en el mundo de los viajes un sistema de pagos de ex-
tras y servicios en el extranjero que supuso en nuestro país una gran nove-
dad. Se trataba de los cheques de viajes o, como rezaban los emitidos por
Viajes Marsansrof, giros de viajes. Estaban expedidos por la Banca Marsans
Rof e Hijos en francos, la moneda fuerte de la época, e incluían una relación
de las equivalencias de las distintas monedas europeas y en dólares. Se
aconsejaba a los clientes su utilización para evitar los frecuentes abusos co-
metidos al efectuar la conversión de la moneda que poseían por las del país
que visitaban, además de constituir una garantía muy eficaz el hecho de ser
giros absolutamente personales. Eran fácilmente cobrables en las principa-
les poblaciones del mundo.

37 Esconirrup,rr (1951).
38 UNcru (1986).
5. AGENCIAS DE VIAJES 57

Durante la Primera Guerra Mundial la actividad de Viajes Marsansrof se


centró en los viajes por España y, entre ellos, los viajes circulares, los actua-
les circuitos. Salían de un punto para, después de recorrer una serie de pro-
vincias y poblaciones, volver al mismo. En uno de ellos, con salida y llegada
en Barcelona, el viajero recorría alrededor de 1.500 kilómetros y visitaba
Lérida, Zaragoza, Guadalajara, Toledo, Valencia y Tarragona.
IJna vez terminada la guerra, el mundo recuperó las ganas de viajar. Se
inició entonces una etapa muy importante en la vida de la empresa. En 1920
la Banca Marsans Rof e Hijos cambió su denominación por la de Banca
Marsans y, por ende, Viajes Marsansrof dio paso a Viajes MarSans. Tres
años más tarde, Viajes Marsans organizó concienzudamente la r,rrelta al
mundo del escritor Vicente Blasco lbáfrez, el cual relataría su experiencia
en la obra Vuelta al Mundo de un Novelista. En 1928,ya con una importante
carteÍa de clientes propios y el prestigio adquirido a lo largo de sus 18 años
de existencia, Viajes Marsans se independizó del tronco inicial y se convir-
tió en empresa dedicada exclusivamente a los viajes. Ese mismo año, los di-
rectivos di la Federación Internacional de Agencias de Viajes, la cual se ha-
bía creado en 1925, se dirigieron a Viajes Marsans para encargarle la orga-
nización material del que sería el primer congreso de ámbito europeo de
dicha federación. Cerca de 30 agencias de viajes de toda Europa se reunie-
ron en Barcelona, teniendo también algunas de sus sesiones en Madrid, Se-
villa, Córdoba y Granada.Larealización de tan importante evento represen-
tó un gran avance propagandístico para la empresa y contribuyó a que
nuestro país fuera más y mejor conocido en el exterior.
Otras agencias de viajes importantes de la época fueron Viajes Cafranga,
Internacional Expresso, Barcelona Express, Valencia Express, Bakumar, y
las extranjeras Thomas Cook and Son y American Express. Se puede afir-
mar que hasta el inicio de nuestra guelTa civil las agencias de viajes españo-
las se caracterizaron, en líneas generales, por su escaso número, su dedica-
ción especial al turismo receptivo, Su entronque con empresas de transporte
por ferrocarril y marítimo, su escasa promoción, y la práctica de una activi-
dad que no estaba legislada 3e.
La regulación del ejercicio de las actividades mercantiles de las agencias
de viajes no se produjo hasta el año 1942. Según un Decreto de 19 de febrero
los fines y negocios que calificaban la actividad mercantil de una agencia de
viajes eran los siguientes: la venta de billetes y reserva de plazas para toda
claie de transportes regulares, la reserva de habitaciones y servicios en ho-
teles, la organización de viajes combinados comprendiendo todos los servi-
cios turísticos propios de los denominados viajes a forfait, la organización
de viajes y excursiones colectivas y visitas de ciudades, y, en general, cual-
quiera de las actividades peculiares de las agencias de viajes

3e F¡nNÁNosz Fusrsn (1991), p.22O.


58 CAP,1- ANTECEDENTESH]STóR]COSDELTURISMOENESPAÑA(1900-1950)

Las agencias podrían clasificarse en dos grupos:


. Grupo A: formado por aquellas que cumplían los siguientes requisitos:
a) ser depositarias y expendedoras del billetaje de la unión Internaci,onal, o,
en su defecto, del billetaje de tres naciones europeas, siempre y cuando el
importe delafianza exigida ascendiera a la misma cantidad que se requería
para estar en posesión del de la Unión Internacional: b) ser concesionarias
para la venta de billetes de cupones combinados de la Red Nacional de los
Ferrocarriles Españoles; c,) ser concesionarias para la venta de billetes de
las compañías aéreas españolas; d) estar autorizadas para la venta de pasa-
jes de las principales compañías de navegación españolas; y e) tener concer-
tados los seguros de responsabilidad civil para cubrir los riesgos, ranro en
viajes colectivos como individuales, siendo su responsabitidad en todos los
casos la que estableciera la legislación vigente en esta materia.
. Grupo B: en él estarían comprendidas todas las demás que, no cum-
pliendo las condiciones exigidas para clasificarse en el Gr-upo A, sir-vieran
de intermediarias entre el público y las nrismas, proporcionando tan sólo
los billetes y bonos expedidos por aquéllas.
Para obtener el título de agencia de viajes se requería, aparl"e de lo dis-
puesto con carácter general por la legislación vigente, solicitar dicho títu-
lo-licencia del Ministerio de la Gobernación y presentar con la petición co-
rrespondiente una justificación de los antecedentes políticos, morales y co-
merciales de quien o quienes fueran a regir la empresa. obtenido el tí1ulo,
sería necesario para ejercer libremente constituir en el Banco de España o
caja General de Depósitos, y a disposición de la Dirección General de Turis-
mo, una fianza en metálico, o en valores del Estado, de 50.000 pesetas si la
clasificación era del Grupo A y de 10.000 si era del Grupo B.
A las agencias de viajes y negocios similares existentes en el momento de
publicarse el decreto regulador se les concedió un plazo de tres meses para
cumplir los requisitos en é1 establecidos. Si pasado este plazo algunas dé las
empresas aludidas no hubiese cumplimentado las indicadas formalidades,
la Dirección General de Turismo podría requerirlas al efecto y, en su caso,
solicitar del Gobernador Civil de la provincia de que se tratara el cierre del
establecimiento.
El decreto dejó también bien claro que el Ministerio de la Gobernación
tendría facultades para intervenir y regular aquellos aspectos de la actividad
de las agencias de viajes que pudieran afectar gravemente al interés público,
y que competía exclusivamente a la legítima autoridad eclesiástica el dere-
cho a promover y organizar peregrinaciones, a cuyo efecto podría elegir de
entre las agencias legalmente constituidas la que estimara más indlcada
para confiarle la organización técnica y comercial de dichos viajes.
Nueve meses después de la publicación de esta normativa aparecieron
en el Boletín Oficial áel Estado l,os primeros títulos concedidos: Viajes Mar-
sans, s.A. (Barcelona); viajes Interrracional Expreso (Barcelona); viaies ca-
6, TRANSPORfES '59

compañía
franga (San Sebastián); Viajes Iberia, S.A. (Palma de M-altrorc_a);
(Madrid);Baquera, Kus-
Inteinacional de Coches Caáas. Wagons Lits Cook (Alicante);
Hispania
.h. y Marrín, S.A. Viajes Bakumai (Málaga); viajes (Madrid); y Agen-
r. uátia y compañía (üalencia); Deutsche America Linie
cia General delas Compañías Hamburguesas (Madrid)'

6. TransPortes

Practicar turismo implica viajar. Por Io tanto, el desarrollo turístico


de
de transporte de que dispo-
un país está muy condicionado por los medios
seguros
,r".'En la medida en que éstos sean abundantes, rápidos' cómodos'
de viajeros de un lugar a otro. Es
elmovimiento
;;;;Á;os, se faciiitaráestudiar la historia del turismo en una nación es
evidente, pues, que para
necesario^analizir lá evolución de sus sistemas de transportes.

6.T. TN¡NSPORTE FERROVIARIO

6.1.1. Evolución de la red y del parque móvil fercoviario

La red ferroviaria española, que había quedado p,rácticamente


ultimada,
díu, a finaies del siglo XIX, creció durante la
tal y como lu.onoc"mo, noy
"n por a0. Los 13.205 kilómetros de lí-
p.i.".^ Áftad del siglo xxLn 36,8 100
neas férreas de vía normal y 2.L66 de vía estrecha- existentes
-11.03é
en 1900 se convirlieron cincuenta años después en 18.071 -t2'934
y 5'137
Es evidente que esta expansión se centró'
kilómetros, respectivamente-.
tásicament", lu red de vía estrecha, que se incrementó w I37 ,1 por 100.
por contra, la"r,red de vía normal apenas creció un 17,1 por 100.
a lo
La modesta expansión de nuestra red férrea se fraguó, básicamente,
largo de las tres pii*"rur décadas de la presente centuria, al incrementarse
el ñúm"ro de kil-ómetros un 11,3, un 9,5 y un 7,4 por 100,
respectivamente'
por contra, los primeros años de la década de los treinta fueron de estanca-
Tras finali-
miento en la constmcción y los de la guerra civil de destrucción'
y de mo-
zarlacontienda Se puso ert mur.ha ,rtt p.oa"to de reconstrucción
los años cuaren-
dernización qr" poiibilitó, a lo largo de la difícil década de
ta, que el kilomeiraj"Jo,uí¿" la reá se incrementara un 3,8 por 100 y que el
eleclrificado lo hiciera en un 24 por 1'OO'
La mejor
La evolución del parque móvil ferroviario fue bastante similar.
pnreba de ello es
epo.u fueron los treinta primeros años del siglo' Buena
qi.r" 1906 y 1930 el número de locomotoras de vapor se incrementó
"rr,." se frenó dra-
;;;¿,t;"r 100 y el de coches un 31,1 por 100. Esta expansión Durante la misma, y
ló largo de la década de los años treinta.
-ati.u-"nte a como"consecuencia de la guerra civil, las locomotoras de va-
esoecialmente

ao Véase GóMPz MeNooz.t (1989).


ó0 cAp. I.-ANTECEDENTES HrsróRrcos DEL TURISMo EN ESPAñA (1900-19s0)

por y los coches se redujeron un 41,1 y un 73,I por 100, respectivamente.


Estas pérdidas ocasionadas durante la contienda trataron de ser neutraliza-
das a lo largo de los años cuarenta. Entre l94l y 1950, mientras que el par-
que de coches se mantuvo prácticamente estancado, el de locomotoras de
vapor y el de vagones crecieron un 13,3 y un 2,7 por 100, respectivamente.
Además, hay que resaltar que el número de locomotoras eléctricas pasó de
64 a 90.

6.1 .2. La nacionqlización del sector

Hasta los últimos años del siglo xtx la fórmula concesional, basada en la
cesión por parte del Estado a los particulares de los derechos de construc-
ción y explotación , había permitido mantener el equilibrio del sistema fe-
rroviario sin introducir variación alguna en sus elementos principales. Sin
embargo, a partir del segundo decenio del siglo xx surgieron una serie de
desajustes que con el paso del tiempo provocarían una crisis estructural del
sistema concesional a' y Ia nacionalización del sector en I94I.
En el camino que condujo hacia la nacionalización del sistema ferrovia-
rio español habría que destacar: a) Real Decreto de 26 de diciembre de I 9 1 8
por el que se autorizó una subida máxima del 15 por 100 de todas las tarifas;
b)Real Orden de29 de abril de 1920 por la que el Estado asumió las deman-
das salariales de los trabajadores ferroviarios a través de la fórmula de anti-
cipos reintegraL,les; c) Real Decreto de 15 de octubre de 1,920, que autorizó
la concesión de anticipos reintegrables a los concesionarios por la compra
de material rodante; d) Estatuto Ferroviario de 1924, por el que se llevó a
cabo una estatalización del sistema que afectó a todos sus elementos, en-
trando éste en un período intermedio en que la gestión, administración y
explotación ferroviaria fueron compartidas por una actividad privada en
decadencia y por una actividad pública en auge; e) Real Decreto de 3 de ju-
lio de 1926, que creó la Jefatura de la Explotación de los Ferrocarriles por el
Estado; f) Ley de 10 de mayo de 1932, en la que se dispuso que cuando una
empresa ferroviaria abandonase, por su causa, la explotación de la línea o
líneas a su cargo, el Estado quedaría en completa libertad de hacerse cargo
o no de la explotación provisional de las líneas; g) Ley de 9 de septiembre
de 1932, por la que se intensificó el control sobre las actividades productiva
y financiera de las compañías concesionarias; y h) Ley de Ordenación Fe-
rroviaria y de los Transportes por Carretera, de 24 de enero de 194I , que su-
puso la definitiva nacionalización del sistema ferroviario español.
Por esta última ley se creó la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles
un organismo público al que revirtieron, en virtud de la facul-
-RENFE-,
tad estatal de rescate, todos los ferrocarriles de ancho normal. Su creación
estuvo plenamente justificada porque las antiguas empresas explotadoras

ar Sobre la evolución del transporte ferroviario español véanse Muñoz Runro (1995) y
ColrÍN, M¡prÍN AcEñA, Muñoz Ruero y Vr¡lr Orrvrnss (1998).
ó1
6, TRANSPORTES

no esta-
MZAy Andaluces, eran las tres compañías más fuertes- recons-
-Norte, tu g".rru civil, en .o.rdicio.res de afrontar la
b;, ;;; vez fría1izaáu la-nueva empre-
;;.ió" de la red y del paique móvil. De ello se encargaría
sapúblicarecién.."u¿u.PeroRENFEnolotuvonadafácil,tantoporla
contienda, como por el
magnitud de los danos ocasionados durante nuestra
y el aislamiento econó-
desencadenamiento á" 1u s"g.rrrda Guerra Mundial
años de la década de
mico a que se rrio ,on).tiáu nlptnu durante los últimos
los cuarenta.

6.2. Tn¡NsPoRrE PoR cARRETERA


del siglo-xx' se
El desarrollo del automóüI, una realidad!? u finales
aceleró con el .u-Uio-á" ,iglo. Úna serie de
adelantos técnicos y lafabrica-
ción en serie en 1908 por Henry Ford- con. su modelo T-
-introducidá
;;;;ri;;.ron rapidame"l" medió de transporte, haciéndolo más rápi-
"tt" con gran
ár,Áat seguro y más barato' Las innovaciones' qug s9 sucedieron
reduieron drásti-
;;;;¡;;r,u"rtu "í i"i;i" ;; il Segunda Guerra Mundial, se
camentedurantedichoconflictoynoSerecuperaronhastaeliniciodeladé-
cada de los años cincuenta'
Laexpansióndelautomóvilhizonecesarialaconstruccióndenuevasca-
del nuevo siste-
rreteras y la adecuación de las antiguas a Ias características en número,
creciendo
ma de transporte. l-"alau que loivehículos
fueron
por los que circula-
en velocidad, en tam;;; i." p"t", los antiguos
caminos
de tracción animal tu-
ban diligen.iur, .u,'"iu, y "tror medios delransporte más an-
constmir carreteras
á".r" í"" ir transformandose. Fue necesario
chas y asfaltadas, corregir antigrros trazados'
suprimir pasos a nivel' regular
la circulación, en
j;ffi,i"", íd,aptar la infraesiructurá a las exigencias de
ios automOviles y, también, de los automovilistas'
Nuestropaísnofueunaexcepciónencuantoaldesarrolloautomovilísti-
y de manera especial a lo
co. Durante la primera mitad dél presente siglo' gracias a
parque automóvil,
largo del primer tercio del mismo, aumentó el
laproducciónnacional-HispanoSuiza'Elizalde'David'España'Nacio-
y incrementó la
nal, Abadal, entre ;rt*-;,-tt:'bte to-do' internacional' :: y 1950- en
red de carreteras. po, .o"tíá, sólo hubo dos momentos -1926
i;;ü.;" abordó con interés la renovación y mejora de dicha red'
Autobuses' Camio-
Por lo que respecta al parque automóvil-Turismos'p:T"ros cincuenta
,r", y tUotócicletás-, h"y qttá señalar que durant" 19t^
463.453_ vehículos. De
años del siglo xx ," áu?.i..rlaron án España
ellos,3l.887fueronmatriculadosentre1901y|920,y337.406entre192|
w t 9 j6 a2. Esta automovilística se Í?énó a raíz delinicio de la gue-
"rounriátr
L".*rr. í"r;;;;" misma,las matriculaciones fueron escasas y los daños,
los años cuarenta' la
por contra, muy abundantes' Además' a lo largo de

a2 Góuez MEnoozr (1989).


OZ CAP.1.-ANTECEDENTESHISTóRICOSDELTURISMOENESPAÑA(I9OO-195{J)

casi total ausencia de fabricación nacional de vehículos y las dificultades de


importación retrasaron la recuperación del parque. Buena prueba de ello es
que entre 1937 y 1950 apenas se matricularon 94.160 vehículos.
La red española de carreteras evolucionó durante la primera mitad de la
presente centuria de manera bastante parecida a .o-ó lo hizo el parque
móvil. creció un 139 por 100 entre 1906 kilómetros- y toso
15.365 kilómetros-a3. Y este crecimiento--49.270
se logró entre comienzos de
-1
siglo y 1936 por 100-, y de manera especial Jurante la década de los
años veinte -130por 100-. como es natural, la guerra incidió de manera
muy negativa -32
en nuestras calTeteras. Su reconstrucción durante los años
cuarenta tampoco fue nada fácil. A lo largo de dicho período el kilometraje
no varió y la escasez de asfalto hizo imposible la mejora de los firmes.
En 1950 existían en España 7r.002 kilómetros de carieteras nacionales,
4.332 de carreteras comarcales y 40.01 1 de carreteras locales. El verdadero
sistema arterial del país estaba formado por seis grandes carreteras radiales
que, partiendo de Madrid, se dirigían a Irún, a La JunqueÍa, avalencia, a
Cádiz, aBadajoz y aLa Cor-uña.
Por otro lado, conviene señalar que la expansión de nuestra red de carre-
teras se logró con sólo dos planes generales. El primero de ellos se concibió
en 1926 con el objetivo concreto de fomentar el turismo mediante la cons-
trucción del circuito Nacional de Firmes Especiales. El motivo que llevó a
la Administración a la constitución de dichoiircuito quedó así recoeido en
el preámbulo del Real Decrero-ley de 9 de febrero: oEl alto interés nácional
de fomentar el turismo, enalteciendo las bellezas naturales y la riqueza ar-
tística de España, proporcionando para ello los medios iáciles y gratos de
simultanear la seguridad de la circulación ante una esmerada conservación
de las carreteras, con la grata impresión que supone abandonar la lucha se-
cular con los baches y el polvo, enemigos poderósos de la circulación de au-
tomóviles, y al propio tiempo la imperiosa necesidad de cambiar el sistema
técnico de la construcción de los firmes con sujeción a las características
exigidas por cada localidad y por la intensidad y condiciones del tráfico mo-
derno, obligan a preparar una organización especial que facilite larealiza-
ción de esta mejora, de este cambio radical de sistema, que si no permite
abordar la rápida transformación de toda la red de carreteias españólas, sea
suficiente a lograr la reforma y la conservación de las comunicaciones prin-
cipales, las que constituyan el enlace de las poblaciones de mayor importan-
cia y los circuitos de gran valor histórico y artístico. para lograr este fin se
segregará de la red de carreteras generales los itinerarios principales, y
agrupados en circuitos parciales, se formará con su coniunto ci..rito Nu-
cional de Firmes Especiales., "t
Dicho circuito abarcaba alrededor de 7.000 kilómetros y quedó dividi-
do en tres secciones, cada una de ellas compuesta por varios itinerarios aa.

43 Gór,rEz
MENoozn (1989)
aa PsrrE.r¡no (1994
i),pp.' t:Z-t::
6. TRANSPORTES 63

De todos ellos el Gobierno dio preferencia, en función de su interés


gene-
ral, alaconstrucción de los ode Irún, Madrid, Córdoba y la vuelta de Anda-
lucía,, en atención principalmente a la prevista celebración en 1929 de \a
Exposición Hispano Americana de Sevilla. El resto del proyecto se iría
las
acámetiendo atándiendo a las mayores facilidades y cooperaciones que
Todos los cjrcuitos se reformarían con
frovincias interesadas oFrecieran.
ii.rn", especiales, se suprimirían los pasos a nivel y se mejorarían' en la
medida de lo posible, lai travesías, curvas y rasantes. Para la constr'cción
de los primer-os 4.00ó kitómetros se fijó un plazo máximo de ejecución
de
as.
cinco años
Los órganos responsables de este intento de modernización de la red
viaria fueron el Patronato del Circuito Nacional de Firmes Espe-
"rpiRol^
ciales, ef comité Ejecutivo y Ia Dirección Técnica, todos ellos dependientes
de Fomen-
a su vez de la Dirección General de obras Públicas del Ministerio
to. Se dispuso que el Patronato, en el que uno de los vocales era un repre-
dispondría de los siguientes re-
sentante áe la Comisaría Regia de Turismo,
cursos económicos: a) Por parte del Estado recibiría como mínimo una
anualidad de diez millones dL pesetas, cantidad que sería aumentada con
el
importe de las economías de cónseruación y reparación quc' al pasar las ca-
lTeteras al circuito, se producirían en el presupuesto ordinario, y con
los
consignaciones para carreteras que no se inverli-
fosibles sobrantes de Ias
rían en las atenciones de las qn" to formaban parte del Circuito; bJ las dipu-
taciones y ayuntamientos contribuirían con un tanto anual por kilómetro,
que
alrededoi dé mil pesetas, añadiendo a esta suma las cantidades con las
de las
ior Á""l.ipios esiaban obligados a ayudar a la mejora y conservación
carreteras;-c) la tasa de rodádura, tanto sobre automóviles como sobre ca-
y po-
rros, camiones, etc., se regularía por una tarifa proporcional a Ia carga
matriculados en las
tencia de los vehículos, gi.rrundo ittmediatamente a los
provincias convenidas ylstableciendo a lavezuna derrama entre los matri-
culados en las provincias restantes, que variaría de un 25 aun75
por 100 de
aquella tanfa,iegrin la mayor o menor relación que tuvieran con la circula-
ción por el circuito; d) lo obtenido por las subastas de productos aprove-
chables de las carreteras del Circuito y de la venta de parcelas; y e) la calti-
dad recaudada mediante el impuesto que por tonelada y kilómetro pagaban
las empresas de transportes mecánicos en virtud de concesión.
Se calculaba que el Patronato contaría anualmente con unos recursos
propios de 40 millones de pesetas, aproximadamente. Aunque en un princi-
pio r" pensó que dicha .uniidud seríá suficiente para cubrir los ser-vicios del
l-nr¿rtlto ¿á OOO millones que se iban a destinar al Circuito, lo cierto es
presu-
q.rá.ro lo fueron y hubo que hacer frente a los gastos con un apoyo
puestario directo por parti del Estado. A la caída de la Dictadura de Primo
áe Rivera, se habían gastado 356,6 millones de pesetas en construcción

median-
--*, El R"gramento orgánico del circuito Nacional de Firmes Especiales se aprobó
te Real DecretoJey de 23 de abtll de 7926'
64 cAP, I, ANTECEDENTES HISTÓRICoS DEL TURISMo EN ESPAÑA (1900-1950)

y 99,2 en conservación, y se habían arreglado ya 2.800 kilómetros de carre-


teras 46.

El segundo intento serio por renovar y mejorar las carreteras españolas,


seriamente dañadas durante la guerra civil, no se produciría hasta el
año 1950. El denominado Plan de Modernización de carreteras Españolas
fue aprobado el día 23 de junio por el Gobierno y fue promulgado por Ley
de 18 de diciembre de 1950. En el preámbulo de dicha ley se argumenra-
ba:"Debido a una serie de desgraciadas circunstancias por las que atraviesa
nuestra Patria, el estado de gran pafie de estas vías de comunicación ha su-
frido un considerable decaimiento, especialmente en lo que afecta a los pa-
vimentos, cada día con mayores y más graves deficiencias, por la carencia
de medios bastantes para las indispensables reparaciones a fondo y necesa-
ria conservación. Y, como por otra parte, vemos acrecentar el tráfico como
consecuencia del rápido progreso de la técnica del automotor, que da ala
carretera una preponderancia, cuyo alcance no se puede prever, resulta una
necesidad en la actualidad y una obligada previsión para el futuro de éstas
las medidas adecuadas para que la carretera cumpla el fin que el progreso
del transporte le ha reservado.n
En este nuevo plan se preveía, para una etapa de cinco años, la moderni-
zación de 11.014 kilómetros de carreteras. En la realidad se trabaió so-
bre 4.037 kilómetros y la inversión total fue de 2.353 millones de pesetas 47.
La insuficiencia de recursos reales cemento, energía-limitaron
los resultados del plan, siendo los -asfaltos,
más significativos ciertas mejoras en el
trazado y el reforzamiento, aunque débil, del firme.

6.3. TR¡NspoRrp eÉREo

El vuelo histórico del avión Flyer de los hermanos wright, celebrado el


día 17 de febrero de 1903, es considerado como el inicio de la aviación. Des-
de ese momento fue creciente el número de personas atraídas por las enor-
mes posibilidades que ofrecían los aviones. La mejor pr-ueba de ello es que
en 1909 se llevó a cabo en la ciudad francesa de Reims la que sería la prime-
ra exhibición aérea internacional. En la misma se presentaron una serie de
aeroplanos que, en su mayor parte, eran todavía máquinas frágiles y lentas,
con armazones de madera, abiertos y endebles, motores de escasa potencia
y mandos rudimentarios. Ninguno de ellos alcanzaba una velocidad supe-
rior a los 75 kilómetros por hora ni subía a una altura mayor de 150 metros
sobre el suelo. Sin embargo, al cabo de cuatro años habíaaviones que vola-
ban a más de 200 kilómetros por hora y que ascendían hasta 6.000 metros.
Además, durante la Primera Guerra Mundial hubo un programa masivo de
construcción y de modernización de aviones. Los avances más significati-

uo VELARDE (1968),
p. 55.
a7 T¡MAMes (1978),
tomo 2, p.704.
6. TRANSPORTES Of,

vos se lograron en velocidad, capacidad de sustentación y fiabilidad, debido


a la importante mejora de los motores.
Los años comprendidos entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial
son considerados como la época heroica de la aviación. Fue una etapa en
que se realizaron grandes hazañas áreas que infundieron confianza en la
aviación. Prueba de ello es que durante la misma se crearon grandes com-
pañías aéreas France, Western Air Express, Trascontinental Air
Transport, Pan -Air
American World Airways, entre otras- que comenzarorr a
transportar regularmente correo, mercancías y pasajeros.
Tras la Segunda Guerra Mundial, y merced a una serie de innovaciones
técnicas que afectaron a Ia construcción de los aviones y a los instrumentos
de navegación, la aviación comercial, que había quedado prácticamente
anulada durante el conflicto, vivió una gran expansión. Los clientes, las em-
presas, las líneas y los servicios crecieron de manera muy importante. A1 fi-
nalizar la primera mitad del siglo, la navegación aétea comercial se había
extendido ya prácticamente por todo el mundo.
En España, el inicio de la aviación comercial se remonta al año 1919. El
primer paso se dio en el mes de agosto de dicho año, al aútot^izar el Gobier-
no español a Ia empresa francesa Compagnie des Lignes Latécoére el servi-
cio postal en la ruta Toulouse-Casablanca, con escalas en Barcelona, Alican-
te y Málaga. Poco después, concretamente por Real Decreto de 1.7 de octu-
bre, se estableció oficialmente en España el Servicio Postal Aéreo. Al mes
siguiente quedó regulada en España la aviación civil y se estableció el regla-
mento de la navegación aérea civil mediante dos reales decretos de 25 de
noviembre.
La primera compañía civil de aviación creada en España fue la Compa-
ñía Española de Tráfico Aéreo Se le concedió el servicio postal
-CETA-.
entre Sevilla y Larache, el cual quedó inaugurado el día 15 de octubre
de L92l. Cuatro años después se fundaría la compañía Unión Aérea Espa-
ñola que en 1927 realizaba los servicios Sevilla-Lisboa y Lis-
-UAE-,En junio de este mismo año se creó Iberia. El51 por 100 de su
boa-Madrid.
capital estaba en manos del magnatevizcaíno Horacio Echevarrieta,y el 49
por 100 restante pertenecía a la empresa alemana Lufthansa. Obtuvo la
concesión de la línea Madrid-Barcelona y su primer melo se realizó el
dia 13 de diciembre de 1927. La apertura del nuevo servicio de Iberia incor-
poraba Madrid al circuito de las capitales europeas, a través del enlace en
Barcelona con las compañía francesa Aeropostale, antes Latécoére, y, pos-
teriormente, con el servicio de Lufthansa de Barcelona a Berlín por Marse-
lla y Ginebra, inaugurado el día 5 de enero de 192848.
Por Real Decreto de 9 de enero de 1928 el Gobierno convocó un concur-
so para conceder el monopolio de las líneas aéreas subvencionadas por el
Estado. Al mismo se presentaron dos oferlas, una de UAE y otra de la Com-

a8 Sobre Iberia véase.VrNr¡cn¡ VBrlsco (1988).


--r

CAP. i. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL TURISMO EN ESPAÑA II gOO-I950 )

pafía Aero Hispana, constituida para la ocasión por Iberia, CETA y otras
entidades. Las autoridades entendieron que 1o mejor sería adjudicar la con-
cesión a una nueva compañía en la que se integraran los dos concursantes.
En este sentido se iniciaron una serie de conversaciones que se dilataron a
lo largo de todo el año y que desembocaron en la fusión de UAE y de la
Compáñía Aero Hispana. El resultado de dicha fusión fue la creación, el
día 25 de junio de 1929, de la Compañía de Líneas Aéreas Subvenciona-
das, S.A. empresa de la que eran principales accionistas Ibe-
ria, UAE, -CLASSA-,
algunos bancos, una serie de empresas asociadas con la aviación y
parliculares vinculados con el transpofie aéreo. Los principales servicios
aéreos ofertados por la empresa fueron los que unían Madrid con Barcelo-
na, Sevilla y Biarritz.
En octubre de 1931, las autoridades republicanas decidieron que
CLASSA fuera sustituida por una Comisión Gestora. Más adelante, concre-
tamente en abril de 1932, dicha comisión dio paso a la empresa Líneas Aé-
reas Postales Españolas de cuyo capital social el Estado era pro-
-LAPE-,
pietario del 55 por 100. Su existencia se prolongó hasta el inicio de la guerra
civil, momento en que su red aérea enlazaba Madrid con Sevilla, Barcelona,
Canarias, Valencia, París, Lisboa y Berlín, v Barcelona con Palma de Ma-
llorca.
El comienzo de la guerra civil llevó aparejada la desaparición de LAPE.
No obstante, los servicios aéreos se reanudarían bastante pronto en nuestro
país. En agosto de 1937 , es decir, en plena guerra civil, Iberia puso en fun-
cionamiento en la zona controlada por las tropas de Franco un servicio aé-
reo que unía Vitoria con Tetuán, haciendo escalas en Burgos, Salamanca,
Cáceres y Sevilla. Desde ese momento, y hasta el final de la contienda, Ibe-
ria fue la única compañía aérea española.
Al finalizar el conflicto armado, las autoridades españolas encomenda-
ron a la Dirección de Tráfico Aéreo la organización de unos servicios aéreos
regulares. Como consecuencia de esta orden se creó a comienzos de 1940 la
compañía pública Tráfico Aéreo Español que comenzó organi-
zando los servicios Madrid-Málaga-Sevilla -TAE-,
y Barcelona-Madrid-Lisboa.
Poco después, en la Junta General de Iberia celebrada el día27 de mayo
de 1940, se acordó aprobar un proyecto de contrato entre el Ministerio del
Aire, Lufthansa e Iberia para la nacionalización de ésta. Iniciado ya el pro-
ceso de nacionalización, una Ley de 7 de junio de 1940 concedió a Iberia el
monopolio de los servicios aéreos regulares en España, sus colonias y pro-
tectorados. Se dispuso, además, que la exclusiva tendría una duración de 20
años, reservándose el Gobierno el derecho de rescindirla antes del transcur-
so de dicho plazo, sin expresión de causa, y que el capital social de la empre-
sa millones de pesetas- sería en un 51 por 100 público.
-I2
La compra de Iberia por parte del Estado se materializó e\ día 4 de octu-
bre de 1940. Desde ese momento se inició un proceso para fusionar Iberia y
TAE que culminó el día2I de noviembre de 1940 con la creación de la Com-
6. TRANSPORTES 67

pañía Mercantil Anónima lberia, s.A. Los primeros años de vida


de la em_
presa no fueron nada fáciles. Las dificultades en el suministro
de combusti-
ble, de-repuestos y de aparatos, provocaron, incluso, que ra actividad
co-
mercial de la empresa cesara a lo largo de prácticamente-todo el año 1943.
A finales de dicho año, concretamente por Decreto de 17 de noviembre,
se formalizó la nacionalizaciónde Iberia. En el citado decreto se indica que,
anavez adquiridas por el Instituto Nacional de Industria las acciones priva-
das extranjeras y nacion{gs, que representab an er 49 por 100 del capiial
so-
9i^-1, v
estando en poder del Estado a través del Minisürio del Aire ei 51 por
100 restante, la nacionalizaciónabsoluta de Iberia er..ayaun hecho.
un año
después, y por Decreto de 30 de septiembre, se transfiri".o, al Instituto
Na_
cional de Industria las acciones que poseía el Ministerio del Aire. A partir
de
entonces, el citado Instituto se convirtió en el único propietario de
Iberia,
una compañía que al asegurarse nuevos suministros de gásolina y
al adqui-
rir varios aviones americanos logró norm alizar sus seri.icios y ámpllai la
red de cobertura de sus vuelos.
Además de Iberia, en la España de los años cuarenta hubo otra compa-
ñía aérea de capital nacional. Fue la empresa Aviación y comercio, s-.A.
fundada en Bilbao en 194g. En un primer momento se le au-
-AVIACO-,
torizó pararealizar tráfico aéreo irregular, tanto áe pasajeros como de mer_
cancías, en el interior de la nación. No obstante, con el páso del
tiempo tam_
bién consiguió operar líneas de forma regular.
Pues bien, gracias a Iberia, a AVIACo, y a otras compañías
aéreas ex-
tranjeras que utilizaban nuestros aeropuertos, como BEA, Avianca, TWA,
KLlvI, Swissair y Sabena, entre otras, él t.afico aéreo creció notablemente
en España durante la década de los años cuarenta, y especialmente
desde la
finalización de la Segunda Guerra Mundial. sirva"de el hecho de
que las 10.500 aeronaves ";.-pi. .., aeropuer-
pasajeros- que aterriza.o.,
tos españoles en 1940, se-81.000
convirlieron en 16.200 pasajeros- en
1946 y en 42.100 pasajeros- en 1950 ae.-20g.000
-720.000

6.4. Tn¡NspoRre uRnÍnuo

Entre 1900 y la Segunda Guerra Mundial er transporte marítimo experi-


menró un progreso continuo. El motor diesel tuvo una gran aceptación
en
su calidad de unidad de propulsi ónbaratapara buques riercantes y
embar-
caciones menores. Los barcos de guerra á"
-uyoi tamaño y los grandes
transatlánticos conservaron sus turbinas de vapoi, pero los urr..r.", en la in_
geniería permitieron que éstas tuvieran mayor polencia ocupando
menos
espacio.-Desde un punto de vista turístico, lo más importante fue
notaute
desarrollo de los transatlánticos. cada vez más grandes, más veloces,"l más
ae
Gou¿z Mrlloozn (1989)
ó8cAP.I.-ANTECEDENTESHISTÓRICoSDELTURISMoENESPAÑA(1900-1950)

cómodos y más lujosos, algunos de ellos se convirtieron en verdaderos hote-


les flotantes.
En España, la pérdida de las últimas colonias en 1898 representó un gol-
pe muy duro parala flota mercante nacional. Sus efectos se dejaron sentir a
io l.rg"o de caii toda la primera mitad del presente siglo. Entre 1901 y s0. 1908
el tonila¡e se redujo de 786.000 a 701.000 toneladas de registro bruto La
recuperación de la flota se inició tras la aprobación en 1909 de la Ley para el
Fomlnto de las Industrias y Comunicaciones Marítimas. Desde la promul-
gación de dicha ley y hasta Ia Primera Guerra Mundial nuestra flota no dejó
á".r"."r, alcanzando su tonelaje máximo en 1915 con 899'000 toneladas de
registro bruto. Durante eI citado conflicto la flota se redujo -739.000 tone-
laáas en Lglg-, pero una vezfrnalizado éste se inició una etapa de creci-
miento que se prólongó hasta 1925 toneladas-. Desde ese mo-
-1.181.000 toneladas en 1936-,
mento y hasta el inicio de la guerra civil
prátticamente -1.178.000
estancada a causa, fundamental-
.rn"rtru flota permaneció
mente, de la crisis económica mundial desatada a partir de t929. Como es
natural, la flota se redujo significativamente como consecuencia de la gue-
rra civil toneladas en 1939-. Pero tras su finalización, y a pesar
-914.000
de la escas ez de medios, la flota comenzó a recuperarse hasta alcanzar
en 1950 alrededor de 1.200.000 toneladas de registro bmto'
Los principales protagonistas del transporte marítimo en la España de
la primóra mitad aét sigtb xx fueron las compañías Trasatlántica, Ibarra,
Aznar y, sobre todo, Trasmediterránea. Todas ellas contribuyeron con sus
servicios a que sus clientes pudieran visitar los puertos españoles, tanto pe-
ninsulares como insulares o africanos, y también algunos puertos extranje-
ros, fundamentalmente del continente americano.

7. Evolución del turismo


como es lógico, la evolución del turismo en España durante la primera
mitad del siglo xX estuvo muy condicionada, además de por las campañas
de promoción, los transportes o la oferta hotelera, por las diferentes co)run-
turás económicas y políticas vividas a lo largo de dicho período, tanto a ni-
vel nacional como internacional. En este sentido, se podrían distinguir va-
rias etapas: 1900- 1913, 1914-1918, 191'9-1930, 193I-1'939, v 1 940-1 950'

7.1. LR "eELlE ÉPoQUn": 1900-1913


Ai período comprendido entre 1900 y el mes de julio de 1914 se le cono-
." .o-o la nbelle époque". Aunque no faltaron las guerras y las agitaciones
sociales y políticas, se la recuerda fundamentalmente como una etapa ca-
racterizidipor el optimismo, la esperanza, los grandes inventos, el progre-

'o GóuEz Mproozr (1989).


7, EVOLUCIONDELTURISMO 69

so económico y una concepción hedonista de la vida. El bienestar económi-


co alcanzado por buena parte de la clase burguesa europea y norteamerica-
na se reflejó en sus costumbres refinadas y frívolas. El turismo salió
beneficiado de todo ello. A lo largo de la obelle époque, fue creciente el nú-
mero de personas que abandonaban temporalmente sus lugares de residen-
cia, fundamentalmente Francia, Alemania y Estados Unidos de América, no
sólo por motivaciones profesionales, viajes de negocios o de estudios, sino
para asomarse aI mundo por la simple razón de querer conocerlo. Los paí-
ses que gozaror. de mayor preferencia fueron ltalia, Suiza y Francia. No hay
que olvidar que los que se lanzaban a practicar turismo buscaban, especial-
mente, estaciones termales, playas, macizos montañosos y ciudades con
destacado patrimonio artístico.
Es evidente que España reunía todo esto. Sin embargo, durante la pri-
mera década del presente siglo nuestro país se mantuvo muy alejado del ni-
vel turístico alcanzado por las tres naciones citadas. Las causas hay que
buscarlas, además de en el clima de cierta inestabilidad política, militar y
social existente en España durante dicho período, en el mal estado de nues-
tros transportes, en la escasa oferta hotelera y en lo poco que se conocían
nuestros atractivos turísticos en el exterior. Evidentemente, estas graves ca- i

rencias no imposibilitaron que algunos extranjeros visitaran nuestra na-


ción, generalmente en busca de cultura. Tampoco impidieron que un núme-
ro creciente, aunque todavía minoritario, de españoles pudiera disfrutar,
gracias a la bonanza económica, del veraneo, un hecho social en continua
expansión. Como principales centros turísticos habría que destacar Madrid,
Barcelona, San Sebastián, Santander, Málaga, los archipiélagos balear y ca-
nario, y las playas de la costa mediterránea, como, por ejemplo, Castellde-
fels, Garraf, Sitges, Malvarrosa, Nazaret, El Perelló, El Saler, San Juan y el
Mar Menor.

7.2. PRTMSRA Gusnna MuNtr¡r: 1914-1918

El fenómeno turístico experimentó un alto en su línea ascendente con el


inicio de la Primera Guerra Mundial. Cuatro años de muerle y destrucción
en los que, como es natural, se paralizaron las actividades turíiticas. La rup-
tura de las principales corrientes turísticas, es decir, las que partían de Ale-
mania, Francia o Gran Bretaña, afectó negativamente a nuestro país. Y pro-
bablemente también lo hizo el modo en que evolucionó nuestra economía
durante el conflicto. Fueron unos años en los que algunos empresarios de
los sectores minero, químico, textil, naviero y bancario, principalmente, ob-
tuvieron importantes beneficios. Pero, por contra, fue también un período
de fuerte inflación en el que empeoró, como consecuencia de la caída de los
salarios reales de los trabajadores, el nivel de vida de la mayor parte de la
población. Es muy probable que este empobrecimiento experimentado por
la mayoría de los españoles influyera negativamente sobre los viajes interio-
res, sobre el veraneo, en definitiva, sobre el turismo.
70 CAP. 1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL TURISMO EN ESPAÑA (1900-1950)

7.3. DB r-e PRz rn P¡nÍs er (cRACK) BURSÁTIL DE 1929

Los resultados de la Primera Guerra Mundial y de los acuerdos de paz


firmados en París fueron los siguientes: a) quiebra del anterior orden políti-
co mundial, revolución soviética y aparición de un conjunto de países, naci-
dos de la fragmentación de los imperios del centro y este de Europa, que
afrontaban problemas económicos difíciles, acentuados, con frecuencia,
por animosidades nacionalistas; b) disolución del orden económico inter-
nacional de la preguerra, que supuso el fin de un largo período de estabili-
dad monetaria y un reforzamiento de las tendencias proteccionistas; c/ em-
pobrecimiento de los beligerantes europeos, tanto de los vencedores, que
acumularon fuertes deudas y hubieron de liquidar una buena parte de sus
actividades exteriores, como de los vencidos, cuyo esfuerzo de reconstruc-
ción se vio dificultado por la obligación de realizar imporlantes pagos de re-
paraciones y por el endeudamiento exterior; d) acentuación de las dificulta-
des de numerosas industrias tradicionales insuficientemente compensadas
por el mayor dinamismo de nuevas industrias y sectores en expansión;
e) consideración de las intervenciones públicas como una posibilidad efecti-
va tras la experiencia de los controles introducidos durante la guerra; y f) le-
gado de un clima de tensiones, resentimiento y violencia s1.
La economía no comenzó a mostrar claros síntomas de recuperación
hasta el airo 1924. A partir de ese momento, y durante los cuatro años si-
guientes, los países industriales vivieron una etapa de expansión que fue in-
tensa en los Estados Unidos de América y desigual y menos vigorosa en Eu-
ropa. Esta prosperidad, junto al importante avance experimentado por los
transportes, originó un considerable aumento en el número total de turis-
tas, así como en el de países elegidos por el turismo. Además, al facilitarse
los viajes, sobre todo merced al auge automovilístico, el turismo se extendió
a capas sociales más modestas.
Pero la expansión económica del período 1924-1928 se basaba en una
estrrrctura financiera muy frágil. El crecimiento económico de los países
centroeuropeos se apoyaba en una financiación que procedía, principal-
mente, de Estados Unidos y que era, en buena medida, financiación a corto
plazo. Esta endeblez de la estructura financiera comenzó a ponerse de ma-
nifiesto en la última fase del auge cuando la especulación alcista de la Bolsa
de Nueva York empezó a atraer capitales hacia Estados Unidos. Y sus ries-
gos quedaron violentamente en evidencia cuando, tras la crisis de Wall
Street en octubre de 1929 , el frenético proceso de liquidación de activos y el
despliegue de una crisis bancaria profunda en Estados Unidos condujeron a
una retirada masiva de capital de Europa, la crisis en cadena de sus siste-
mas bancarios, el abandono generalizado del patrón oro y, en un proceso
acumulativo, la destrucción del sistema preexistente del comercio y los pa-
gos internacionales. La crisis financiera, con epicentro en Estados Unidos,

st Roro (1991.).
7. EVOLUCIÓNDELTURISMO 71

desempeñó un papel central a la hora de explicar la profundidad de la de-


presión que asoló el mundo durante los primeros años de la década de los
treinta.
Como es natural, España no fue ajena a todo esto. El período compren-
dido entre l9l9 y 1923 puede ser catalogado como de estancamiento o,
como mucho, de ligero crecimiento económico. Fueron unos años de ines-
tabilidad política y social, siendo los principales problemas la guerra con
Marruecos, el nacionalismo catalán y vasco, las reivindicaciones obreras y
la resistencia patronal. Por contra, tras el golpe de Estado del general Primo
de Rivera de septiembre de 1923- se inició una etapa que se prolongó
hasta 1929-13
y en la que se restableció la normalidad y la paz social, se liquidó
con éxito la guerra de Marmecos, y la economía experimentó un notable
crecimiento.
Desde un punto de vista turístico los mejores años fueron, sin duda algu-
na, los de la Dictadura de Primo de Rivera. La política económica de la Dic-
tadura rompió con toda práctica gubernamental anterior y supuso el decidi-
do intervencionismo del Estado en la economía y cierta planificación de
ésta, la creación de importantes monopolios estatales y la realización de
grandes obras públicas. En este sentido, y de cara al desarrollo del turismo,
fueron especialmente importantes las inversiones realizadas en la renova-
ción del material y de las infraestructuras ferroviarias, la creación del Cir-
cuito Nacional de Firmes Especiales, la apertura al público de la Red de Pa-
radores y Albergues de Carretera, y la creación de la compañía aérea
CLASSA.
La estabilidad social de España y la mejoría experimentada por nuestra
oferta hotelera y por nuestros sistemas de transportes fueron, junto con la
bonanza económica internacional, muy positivas para el turismo. Aunque
no se dispone de estadísticas, se sabe por otro tipo de fuentes que la segun-
da mitad de la década de los años veinte fue bastante buena turísticamente
hablando. Los turistas extranjeros continuaron viniendo a España funda-
mentalmente en primavera y otoño, para evitar los calurosos veranos espa-
ñoles. Como era un turismo mayoritariamente culto, preferían visitar ciu-
dades con ricos patrimonios artísticos, como Toledo, Salamanca, Ávila, Se-
govia, Sevilla, Córdoba, Granada y Santiago, y las grandes capitales,
especialmente Madrid y Barcelona. Por contra, los españoles que podían ve-
ranear lo siguieron haciendo en las costas cantábrica y mediterránea, y en
menor medida en algunas sierras del interior.

7.4. LOS AÑoS TREINTA: ESTANCAMIENTo Y PARALIZACIÓN

A nivel internacional, la década de los años treinta estuvo marcada por


la crisis económica iniciada en 1929,la más grave y profunda de las sufridas
por la economía capitalista, y por un aumento de las tensiones políticas eu-
ropeas que conduciría ala Segunda Guerra Mundial. Por lo que respecta a
la primera, hay que señalar que tras la caída de las cotizaciones bursátiles
7 2 cAp. 1 .-ANTECEDENTES HrsrÓRlcos DEL TURrsMo EN ESPAÑA ( 1 900 I 9s0)

en Wall Street se inició una crisis de una gravedad y duración sin preceden-
tes en la evolución anterior de Ia econorrría.Laestrecha dependencia de las
economías europeas de la estadounidense motivó que el descalabro sufrido
por ésta traspasara el océano y repercutiera gravemente en la mayoría de
ias naciones dei viejo continente. Entre enero de 1930 y enero de 1933 el
descenso en valor del comercio mundial fue de un 60 por 100. Y entre las
mismas fechas, la Renta Nacional en economías como la de Estados Unidos
o Alemania se redujo a casi la mitad de su nivel en 1929. Por otro lado, el
paro alcarrzó unos niveles desconocidos. Por ejemplo, en los dos países cita-
dos las tasas de desempleo crecieron, entre 1929 y 1933, un 678 y un 101 por
100, respectivamente.
Lógicamente, esta crisis dejó sentir fuertemente sus efectos en el ámbito
del tuiismo. Y también lo hizo la respuesta violenta que articularon los
Estados totalitarios, Italia y sobre todo Alemania, para hacer foente a la cri-
sis: reajuste monopolista, aniquilamiento del movimiento obrero y guerra.
La sensación de que el conflicto armado era algo inminente e inevitable fue
cada vez más generalizada conforme fue avanzando la década de los años
treinta, y esto, naturalmente, afectó negativamente a las actividades turís-
ticas.
Nuestro país también sufrió las consecuencias de la depresión de 1929.
Pero en la España republicana más que de crisis sería preciso hablar de es-
tancamiento o, todo lo más, de un descenso moderado de los indicadores
económicos. Hubo actividades que experimentaron un auge, como la agri-
cultura cerealista o la industria de bienes de consumo, y otras que atravesa-
ron momentos difíciles, como el comercio exterior o la industria de bienes
de producción. Los salarios, por su parte, registraron un notable y generali-
zado aumento a partir de 193 1.
La suavidad relativa de la crisis en España no impidió que el movimien-
to turístico se estancara durante la primera mitad de la década de los años
treinta. Si en 1931 nos visitaron276.300 personas procedentes del extranje-
ro, en 1934 fueron 275.611 . Este estancamiento obedeció, por un lado, a
que en las principales naciones emisoras de turistas los efectos de la crisis sí
fueron muy graves, y, por otro, a que en la España republicana el orden pú-
blico, algo esencial para el desarrollo de las actividades turísticas, sufrió
continuai y gravísimas alteraciones. En este sentido habría que destacar las
frecuentes huelgas y atentados, el intento de golpe de Estado del general
Sanjurjo en 1932, o la implantación de una comuna revolucionaria en Astu-
rias en octubre de 1934.
Si entre 1931 y 1935 el movimiento turístico se estancó, a parlir de 1936
desapareció. El inicio de la guerra civil españolaparalizó la llegada de turis-
tas extranjeros y las actividades turísticas de los españoles. El primer in-
tento por revitalizar el turismo llegaría en 1938 con la creación en la zona
controlada por Franco de las denominadas Rutas de Guerra, pero estos cir-
7. EVOLUCION DEL TURISMO 73

cuitos de viajes, ideados con fines fundamentalmente propagandísticos, tu-


vieron una escasísima respuesta del público.

7.5. LR orrÍcn DÉcADA DE Los Años cUARENTA

La Segunda Guerra Mundial, 1939-1945, y el consiguiente empobreci-


miento de la mayor parte de las naciones europeas beligerantes, paralizó
absolutamente el turismo en todo el mundo hasta muy avanzada la década
de los años cuarenta. En realidad, la recuperación de las actividades turísti-
cas no llegó hasta 1949-1950, momento en el que gracias al Plan Marshall
de ayuda económica, puesto en funcionamiento por los Estados Unidos
en 1948,Ia mayoría de los países ayudados habían recuperado ya sus nive-
les de producción de antes de la guerra.
En España, un país prácticamente arminado tras la guerra civil, el de-
sencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial provocó unas consecuen-
cias económicas y sociales bastante negativas. Aunque nuestras autoridades
mantuvieron una neutralidad teórica frente al conflicto, su alineación real
con las potencias del Eje lastró la evolución económica de la nación durante
la guerra y, también, en los años de la postguerra.
A lo largo de la conflagración España, sin recursos para adquirir fuera
los bienes de equipo, las materias primas, los combustibles o los fertilizan-
tes que le eran indispensables, tuvo que recurrir ala autarquía y al raciona-
miento. La situación se agravó, además, porque nuestro país tuvo que de-
volver la ayuda alemana que las tropas denominadas nacionales habían re-
cibido durante nuestra guerra civil. Y lo hizo mediante la exportación, sin
contrapartida alguna, de un importante volumen de mercancías, especial-
mente alimentos y materias primas.
Por si esto fuera poco, una vez hnalizada la contienda, las potencias ven-
cedoras decidieron aislar política y económicamente a España mientras el
régimen político no evolucionara hacia una democracia. Este aislamiento,
que se prolongó hasta los primeros años de la década de los cincuenta y que,
por tanto, hizo que el Plan Marsall no nos visitara al mismo tiempo que al
resto de naciones europeas, contribuyó a que, a diferencia de lo ocurrido en
Alemania, Francia o Gran Bretaña, el lapso temporal necesario para recu-
perar el nivel de actividad previo al conflicto fuera en España extraordina-
riamente largo.
La España de los años cuarenta, un país pobre, en el que los alimentos y
la gasolina estuvieron racionados, y con el que prácticamente ninguna na-
ción mantuvo relaciones comerciales y diplomáticas desde 1946, no fue pre-
cisamente un lugar atractivo para disfrutar de unas vacaciones. A pesar de
ello, el número de visitantes procedentes del extranjero fue creciente desde
la finalización de la Segunda Guerra Mundial. En los aflos L946, 1,947 y
1948 llegaron a España 83.568, 136.779 y 175.892 visitantes, respectiva-
mente. Unas cifras todavía bastante bajas si las comparamos, por ejemplo,
74 cAp.1. ANTECEDENTESHTSTóRrcosDELTURrsMoENESPAñA(1900195c1

con las del año 1934:275.61 1 visitantes. La recuperación definitiva de nues-


tro turismo se produjo, tal y como ocurrió a nivel internacional, a partir del
aleo 1949 visitantes- y, sobre todo, de I95O visitan-
-283.890
tes-, es decir, cuando la mejoría económica experimentada -749.544
por la mayor
parte de las naciones occidentales posibilitó, junto con el avance de los
transpoúes, que un número cadavez mayor de sus ciudadanos pudiera em-
prender viajes de placer.

8. A modo de conclusión
En las páginas precedentes he tratado de poner de manifiesto que a lo
largo de la primera mitad del siglo xx ya hubo en España personas e institu-
ciones públicas y privadas que apostaron por el turismo. Conscientes de que
nuestra economía no podía renunciar a las divisas que generaban los viajes
de placer, trabajaron con enorme ilusión, pero generalmente con escasos
medios, para conseguir que España fuera más conocida en el exterior y para
poder proporcionar al turista que nos visitaba una amplia y variada oferta
de establecimientos hoteleros y de agencias de viajes, y un sistema de trans-
portes lo más cómodo, rápido y seguro posible. Los resultados de estas ta-
reas realizadas en pro del turismo no fueron, evidentemente, óptimos, pero
si tenemos en cuenta las difíciles circunstancias políticas, económicas y so-
ciales que se vivieron en España durante buena parte del período estudiado,
creo que podrían ser calificados como bastante positivos. Como escribió en
su obra póstuma Vila Fradera, las iniciativas y los esfuerzos llevados a cabo
en materia turística a lo largo de los primeros cincuenta años de la presente
centuria osembraron la semilla de 1o que con el tiempo llegaría a ser el
despiiegue contemporáneo de nuestra industria de la hospitalidad y del
viaje" sz.

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