Antecedentes Histã Ricos
Antecedentes Histã Ricos
Antecedentes Histã Ricos
1. Introducción
Es indudable que fue durante la década de los años cincuenta y, sobre
todo y de manera definitiva, a lo largo de la de los sesenta, cuando España
se incorporó al grupo de naciones especializadas en la captación del turis-
mo de masas. No obstante, esto no quiere decir que antes de 1950 no se
practicara turismo en nuestro país. Ni tampoco, que no se le prestara aten-
ción por parte del Estado o de la iniciativa privada. En realidad, el interés
por fomentar las visitas de ciudadanos extranjeros a nuestro país se remon-
ta, fundamentalmente, a las postrimerías del siglo xrx y a los albores del si-
glo xx. Ya en aquellos momentos hubo personas e instituciones públicas y
privadas que, intuyendo las enormes posibilidades que parala economía es-
pañola podría reportar el creciente deseo de viajar y conocer otras naciones,
reclamaron para la incipiente actividad turística todo el apoyo y el fomento
que fueran perlinentes para conseguir su completo desarrollo. Como ha es-
crito Vila Fradera, estas iniciativas y esfuerzos llevados a cabo en pro del tu-
rismo desde el principio de la actual centuria, <merecen el respeto y la ad-
miración que siempre son debidos a los pioneros, a los auténticos adelanta-
dos, l.
Uno de dichos pioneros fue el diplomático Carlos Arcos y Cuadra, Conde
de Bailén, quien en 1909 explicaba los motivos por los que, a su juicio,
España no recibía tantos turistas como, por ejemplo, Suiza o Italia. Los
principales pasivos de nuestro país en materia turística eran: el desconoci-
miento que de España se tenía en el extranjero, el mal estado de sus carrete-
ras y ferrocarriles, y la mala condición de sus hoteles 2. Si España quería
convertirse en un líder turístico precisaba contar, pues, no sólo con atracti-
vos climatológicos, culturales o artísticos, sino, también, con un sistema de
propaganda y publicidad que los diera a conocer por todo el mundo, con
una oferta hotelera abundante y de calidad, y con un sistema de transporles
cómodo, rápido y seguro. Convenía, además, que su situación política y so-
cial fuera lo más estable posible.
Pues bien, el objetivo del presente capítulo ha sido analizar cómo a lo
largo de la primera mitad del siglo xx se trataron de subsanar en España
esas carencias que según Arcos y Cuadra dificultaban el desarrollo del turis-
mo. Una tarea en la que participaron los sectores público y privado de nues-
tra economía y que, naturalmente, no fue nada fácil. No hay que olvidar que
durante dicho período de tiempo se produjeron algunos acontecimientos a
nivel nacional e internacional que en nada favorecieron el desarrollo de las
actividades turísticas, como las dos guerras mundiales, la gravísima crisis
económica iniciada en 1929 y la guerra civil española, entre otros. Sin em-
bargo, esto no impidió que a lo largo de los primeros cincuenta años de la
presente centuria en España se organizara administrativamente el turismo
y que se consiguieran importantes avances en los ámbitos de la propaganda
turística, la oferta hotelera, las agencias de viajes y los sistemas de transpor-
te. Avances que, sin ser espectaculares, sí fueron muy dignos teniendo en
cuenta las difíciles circunstancias por las que atravesó nuestro país durante
las décadas de los años treinta y cuarenta. Ellos constituyeron, en cierta me-
dida, la base sobre la que se cimentó el impresionante desarrollo turístico
experimentado en España a lo largo de los años cincuenta y, sobre todo,
sesenta.
3 En este sentido puede afirmarse que España fue un país pionero. En naciones como
Francia, Suiza e ltalia, sus primeros organismos turísticos National du Tourisme,
-OfficeTuristica- no se crearon
Office National Suisse du Tourisme y Ente Nazionale per la Industria
hasta 1910, 1918 v 1919, respectivamente.
24 cAp. 1 .-ANTECEDENTES HISTóRIcos DEL TURrsMo EN ESPAñA ( I 900_ I 9s0)
a Sobre la figura del marqués de la Vega Inclán véase Tnsvsn TouÁs (19ó5)
s Vsc¡ IucrÁN (1927).
26 CAP. 1 .-ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL TURISMO EN ESPAÑA ( 1 9OO,1 950)
11
Decreto de 23 de abril de 1931.
12
Decreto de 9 de mayo de 1931.
que er personar uf.,"troffi;:ffi.";;;,....v *na,u""- d.e
Sus empleados no gozaban de la consideración de funciona-
.ion aétni¿a.
rios públicos y no existía una reglamentación sobre nombramientos y as-
13.
censos
17
Reglamento de 12 de enero de 1932.Yéase Per.nruno (1999).
presidencia, ."-",,u"0.ffi;:'#1"""t"rt que
que regían
practicara una
o-. t",
liquida-
servicios ministeriales. Se dispuso, asimismo, se
ción referida al3l de diciembre de 1931 de las operaciones pendientes de
dicho ejercicio, reservándose el Patronato en la cuenta corriente que tenía
en el Tesoro las sumas necesarias para esas atenciones, y que ingresara en
Hacienda el resto de sus disponibilidades. Posteriormente, por Decreto de 6
de febrero de 1.932 se prorrogó hasta el día 31 de marzo de dicho año, y por
la cuarta parte de su importe total, el presupuesto por el que se había regido
el Patronato durante 193 1. Además, se indicó que para cubrir las atenciones
del primer trimestre de 1,932 y atender a la liquidación prevista en el Decre-
to de 4 de diciembre del año anterior, el Patronato podría disponer de los
productos del Seguro Obligatorio ferroviario y de sus fondos depositados en
el Tesoro.
Como el Patronato Nacional debía quedar definitivamente vinculado al
Presupuesto General del Estado a partir del día 1 de abril de 1932, y tenien-
do en cuenta que próximo a terminarse el primer trimestre el citado orga-
nismo no había recibido completa su participación en el producto del Segu-
ro de viajeros, las autoridades habilitaron un medio legal para que pudiera
Iiquidar de modo independiente su gestión anterior. Por ello ordenaron,
mediante Decreto de 29 de rnarzo de 1,932, que el Patronato elaborara una
relación de todas las operaciones y gestiones ya en curso de ejecución y pen-
dientes de liquidación a 31 de marzo, que hiciera frente al pago de dichas
obligaciones con los fondos situados en la cuenta corriente abierta a su
nombre en la Tesorería Central de Hacienda, y que a partir del día 1 de abril
sólo se ingresaran en dicha cuenta los ingresos procedentes de la participa-
ción del Patronato en el producto del Seguro Obligatorio hasta el día 31 de
marzo. Desde ese momento el Patronato Nacional de Turismo, integrado
plenamente en la Presidencia del Conseio de Ministros y financiado con
fondos del Presupuesto General del Estado, no volvió a contar con presu-
puesto propio.
Apenas dos años después de haberlo aprobado, las autoridades republica-
nas estimaron conveniente modificar algunos aspectos del Reglamento del
Patronato Nacional de Turismo. En la exposición de motivos del Decreto de
31 de enero de 1,934 se puso claramente de manifiesto el objetivo perseguido
con dichos cambios. No era otro que, únavez conseguido tras Ia instauración
de la República nel encuadre de los servicios turísticos dentro de normas cla-
ras y procedimientos honestos,, iniciar una nueva etapa en la que se diera al
fomento del turismo (un sentido rnás ehcaz, huyendo del burocratismo y fa-
cilitando las iniciativas, especialmente aquellas que por su carácter local, re-
gional o gremial, solían venir relacionadas automáticamente de por sí como
reproductivasr. Para ello los poderes públicos consideraron necesario, entre
otras cosas, ampliar las funciones del Patronato, modificar la composición
de la Junta y suprimir el Consejo General de Turismo.
18
Véase PELLEJERo (I 999).
a España, o,a,".u,"u.]"Ji"J."-*" ;;t.n sobre,-,.r, -::
numentos, hoteles, etc., y, por otro, la ampliación y mejora de la infraes-
tructura hotelera. En ese sentido merece la pena destacar, fundamental-
mente por su repercusión en el funcionamiento futuro de la hotelería espa-
ñola, la creación de la Cámara Oficial Hostelera de noviembre
de 1.928-.la Guía Oficial de Hoteles de diciembre -2
de 1928-, el Libro
Oficial de Reclamaciones -11
de enero de 1,929- y, cómo no, la Red de Pa-
-29 de Carretera.
radores Nacionales y Albergues
3. Propaganda turística
La imporlancia de la propaganda para Ia atracción de turistas está fuera
de toda duda. Es evidente que si no se dan a conocer los activos turísticos de
una país o de una ciudad, la posibilidad de que alguien pueda sentirse atraí-
do hacia ellos es mínima. Pues bien, en Ia España de la primera mitad del si-
glo xx, fueron la Administración Pública y los denominados Sindicatos de
Iniciativa los que desarrollaron una mayor labor de propaganda en materia
turística.
3. PROPAGANDATURISTICA
de transporte más adecuados para cada viaje. En este sentido, los Sindica-
tos de Iniciativa desempeñaron un papel fundamental.
Denominados también Sociedades de Atracción de Forasteros, los Sin-
dicatos de Iniciativa surgieron a finales del siglo xIX en Suiza, Francia e lta-
lia, principalmente. Carlos Arcos y Cuadra los definió en 1909 como una
"agrupación de personas que se reúnen con el objeto de ocuparse de una re-
gión desde el punto de vista del Turismo, perfeccionando los medios de 1o-
comoción y vías de comunicación, favoreciendo las atracciones, la comodi-
dad y el confort de los visitantes, y por fin procurando se haga conocida la
región en el exterior por medio de prospectos, anuncios, artículos en la
prensa, etc. En una palabra, Sindicato de Iniciativa es el que estudia y prac-
tica el arte de atraer al turista, le.
Mayoritariamente nacieron gracias a los esfuerzos de la iniciativa priva-
da y con una solo e ilusionada finalidad: la promoción turística de una de-
terminada localidad o región. En sus respectivos ámbitos de actuación se
dedicaron fundamentalmente a: a) mejorar las condiciones de acceso, de vi-
sita o de estancia; b) inventariar, proteger y dar a conocer las riquezas natu-
rales y artísticas; c) facilitar todo tipo de información turística; d) crear cen-
tros de recepción y servicios de información gratuita; e) redacfar, publicar y
facilitar listas de hoteles y pensiones; f) editar guías y anuarios; g) reclamar
la mejora de las instalaciones y servicios locales; y h) prornover todas las ac-
tividades que pudieran contribuir al desarrollo de la vida turística 20.
Durante las primeras décadas del presente siglo, y a imitación de los
existentes en el extranjero, se fueron creando en España sindicatos de ini-
ciativas en diferentes lugares, siendo los más destacados la Sociedad Propa-
gandística del Clima y Embellecimiento de Málaga el Sindicato
de Iniciativas de San Sebastián Sociedad -1,897-,
para el Fomento del
Turismo de Palma de Mallorca -1,902-,la Sociedad de Atracción de Fo-
rasteros de Barcelona -1906-,la
el Sindicato de Iniciativas de Tarrago-
na -i908-,
la Sociedad de Turismo de Cádiz la Asociación para
-1910-,del Turismo de Burgos
eI Fomento -1910-,
Sociedad Valenciana de Fo-
mento del Turismo -19I2-,la
y la Sociedad de Iniciativas y Propaganda de
Aragón 21, -1.919-
entre otras. Todos estos entes turísticos locales, provin-
ciales y, -1925-
en algunos casos, regionales, fruto generalmente, aunque no exclu-
sivamente, de la iniciativa privada, ejercieron durante los tres primeros de-
cenios del siglo una importante labor de fomento y promoción de sus res-
pectivos ámbitos territoriales y, por ende, del país en su conjunto. Y eso a
pesar de que la Comisaría Regia y el Patronato Nacional de Turismo mantu-
vieron frente a ellos una actitud poco amistosa e, incluso, usurpadora de sus
funciones 22.
4. Oferta hotelera
Una labor de propaganda que ensalce el clima de un país, o su variedad
geográfica, o sus monumentos artísticos, será prácticamente inútil si éste
no dispone de una oferta hotelera amplia, variada y que ofrezca a sus clien-
tes unos servicios medianamente dignos. Pues bien, a 1o largo de los prime-
ros cincuenta años de la presente centuria, y merced a la labor de la Admi-
nistración española y del capital privado, aumentó la capacidad hotelera
nacional, se mejoraron y modernizaron, aunque modestamente, las instala-
ciones, y se reglamentaron y controlaron las condiciones que debían reunir
los locales dedicados a aloiar viaieros.
4. OFERTAHOTELERA 43
ños hoteles o paradores en ciudades no muy pobladas pero con algún inte-
rés turístico; b) en las carreteras, donde ante el previsible incremento del
tráfico automovilístico sería muy conveniente disponer de establecimientos
en los que los turistas en rrrta por nuestros caminos pudieran descansar; y
c) en parajes montañosos donde se ofreciera al viajero ]a posibilidad de dis-
frutar del contacto con la naturalezay de practicar deportes como la cazay
'la 2a.
Pesca
La Administración vio con buenos ojos la propuesta de la comisaría y el
día 1 de agosto de L926 comenzaron las obras del que sería el primer aloja-
miento estatal: el Parador Nacional de Gredos. Se da la circunstancia de
que en aquel momento no existía ningún organismo específico en el que se
integrase dicho parador,ya que la comisaría Regia no gozaba de personali-
dad jurídica por no haberse creado con tal carácter, sino como dependencia
o unidad administrativa adscrita a la Presidencia del Consejo de Ministros.
del 5,25 por 100 anual. La cifra máxima total que podría invertirse en los
préstamós, fijada inicialmente en 25 millones de pesetas, sería duplicada
sucesivamente en 1948 y 1949 30, y en esta última fecha se decidió que el ci-
tado fondo fuese rotativ"o, es decii, que las devoluciones de los beneficiarios
constituyesen sumas para nuevas inversiones'
Al finalizar el año 1949, el número de expedientes de solicitud ascendía
a6l, elimpor-te total demandado a i35 millones de pesetas, de los que la
Administración había concedido 67 y enttegado 39, y el número de habita-
.ior.. y de plazas hoteleras financiadas con los préstamos concedidos por
el Banco de Crédito Industrial, en su función de administrador del Servicio
de Crédito Hotelero, a 1.503 y 2.697, respectivamente'
como arlículos de prensa, libros, informes, etc., puede deducirse que el nú-
mero de hoteles creció durante la etapa considerada.
Lo más característico de nuestra hotelería fue el claro predominio de es-
tablecimientos de pequeña capacidad, explotados económicamente en régi-
34. No obstan-
men familiar y con una oferla media de 10 a 20 habitaciones
te, también se abrieron al público grandes y lujosos hoteles, especialmente
durante la década de los años veinte. Me refiero a los hoteles Ritz de Madrid
y Barcelona, Palace de Madrid, Real de Santander, Carlton de Bilbao, Mira-
mar de Málaga, Alhambra Palace de Granada, Alfonso XIII de Sevilla y
Gran Hotel de Zaragoza, entre otros.
La nota más interesante en la gran hotelería española radicaba en la sen-
sible elevación en eI nivel de servicios prestados, cuestión en la que tuvo una
decisiva influencia la aparición de dos grandes cadenas hoteleras: a) Los
Grandes Hoteles Europeos, con sede en Bruselas y que disponía de tres ho-
teles en Bélgica, de otros tres en Francia y, a partir de 1927, de cinco en
España: Riti y palace de Madrid, Alfonso XIII de Sevilla, Continental de
San Sebastián y Real de Santander 3si y Z') Hoteles Unidos, fundada en 1930
y que dos años más tarde contaba con una red de once grandes hoteles: Pa-
iaóe de Alicante, Oriente y España de Barcelona, Europa de Tarragona, Ma-
drid de Sevilla, oromana de Alcalá de Guadaira, Alhambra Palace de Gra-
nada, Playa de Cádiz, Carlton de Bilbao, Miramar de Málaga y María Cristi-
na de San Sebastián 36.
La crisis económica internacional de los años treinta, nuestra guerra ci-
vil y el aislamiento político y comercial a que se vio sometida España tras la
finalización de Ia Segunda Guerra Mundial, frenaron el movimiento turísti-
co hacia nuestro país. Por tanto, a la expansión vivida durante los años vein-
te le siguieron dos décadas bastante difíciles para el sector. Durante las mis-
mas dejaron de construirse grandes hoteles y, muy probablemente, se redu-
jo el número total de establecimientos hoteleros.
A la altura de 1951, y según las estadísticas publicadas por el Ministerio
de Información y Turismo, existían en España 1.038 hoteles y 280 pensio-
nes, que ofertaban 70.825 y 7.946 plazas, respectivamente. Por lo que res-
pecta a los primeros, 27 eran catalogados como de lujo, 76 de primera
A, tSt de primera B, 380 de segunda y 404 de tercera. La media de plazas
por establecimiento era, según las diferentes categorías, de 255, I3I , 90, 64
y 40, r"rpe.tivamente. En cuanto a las pensiones, había 226 de primera y 54
de luio. El tamaRo medio, bastante inferior al de los hoteles, era, en ambos
curos, de 28 plazas.
Los establecimientos hoteleros españoles estaban ubicados, fundamen-
talmente, en las costas y en la capital del país. Por contra, el interior de la
5. Agencias de viajes
37 Esconirrup,rr (1951).
38 UNcru (1986).
5. AGENCIAS DE VIAJES 57
compañía
franga (San Sebastián); Viajes Iberia, S.A. (Palma de M-altrorc_a);
(Madrid);Baquera, Kus-
Inteinacional de Coches Caáas. Wagons Lits Cook (Alicante);
Hispania
.h. y Marrín, S.A. Viajes Bakumai (Málaga); viajes (Madrid); y Agen-
r. uátia y compañía (üalencia); Deutsche America Linie
cia General delas Compañías Hamburguesas (Madrid)'
6. TransPortes
Hasta los últimos años del siglo xtx la fórmula concesional, basada en la
cesión por parte del Estado a los particulares de los derechos de construc-
ción y explotación , había permitido mantener el equilibrio del sistema fe-
rroviario sin introducir variación alguna en sus elementos principales. Sin
embargo, a partir del segundo decenio del siglo xx surgieron una serie de
desajustes que con el paso del tiempo provocarían una crisis estructural del
sistema concesional a' y Ia nacionalización del sector en I94I.
En el camino que condujo hacia la nacionalización del sistema ferrovia-
rio español habría que destacar: a) Real Decreto de 26 de diciembre de I 9 1 8
por el que se autorizó una subida máxima del 15 por 100 de todas las tarifas;
b)Real Orden de29 de abril de 1920 por la que el Estado asumió las deman-
das salariales de los trabajadores ferroviarios a través de la fórmula de anti-
cipos reintegraL,les; c) Real Decreto de 15 de octubre de 1,920, que autorizó
la concesión de anticipos reintegrables a los concesionarios por la compra
de material rodante; d) Estatuto Ferroviario de 1924, por el que se llevó a
cabo una estatalización del sistema que afectó a todos sus elementos, en-
trando éste en un período intermedio en que la gestión, administración y
explotación ferroviaria fueron compartidas por una actividad privada en
decadencia y por una actividad pública en auge; e) Real Decreto de 3 de ju-
lio de 1926, que creó la Jefatura de la Explotación de los Ferrocarriles por el
Estado; f) Ley de 10 de mayo de 1932, en la que se dispuso que cuando una
empresa ferroviaria abandonase, por su causa, la explotación de la línea o
líneas a su cargo, el Estado quedaría en completa libertad de hacerse cargo
o no de la explotación provisional de las líneas; g) Ley de 9 de septiembre
de 1932, por la que se intensificó el control sobre las actividades productiva
y financiera de las compañías concesionarias; y h) Ley de Ordenación Fe-
rroviaria y de los Transportes por Carretera, de 24 de enero de 194I , que su-
puso la definitiva nacionalización del sistema ferroviario español.
Por esta última ley se creó la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles
un organismo público al que revirtieron, en virtud de la facul-
-RENFE-,
tad estatal de rescate, todos los ferrocarriles de ancho normal. Su creación
estuvo plenamente justificada porque las antiguas empresas explotadoras
ar Sobre la evolución del transporte ferroviario español véanse Muñoz Runro (1995) y
ColrÍN, M¡prÍN AcEñA, Muñoz Ruero y Vr¡lr Orrvrnss (1998).
ó1
6, TRANSPORTES
no esta-
MZAy Andaluces, eran las tres compañías más fuertes- recons-
-Norte, tu g".rru civil, en .o.rdicio.res de afrontar la
b;, ;;; vez fría1izaáu la-nueva empre-
;;.ió" de la red y del paique móvil. De ello se encargaría
sapúblicarecién.."u¿u.PeroRENFEnolotuvonadafácil,tantoporla
contienda, como por el
magnitud de los danos ocasionados durante nuestra
y el aislamiento econó-
desencadenamiento á" 1u s"g.rrrda Guerra Mundial
años de la década de
mico a que se rrio ,on).tiáu nlptnu durante los últimos
los cuarenta.
43 Gór,rEz
MENoozn (1989)
aa PsrrE.r¡no (1994
i),pp.' t:Z-t::
6. TRANSPORTES 63
median-
--*, El R"gramento orgánico del circuito Nacional de Firmes Especiales se aprobó
te Real DecretoJey de 23 de abtll de 7926'
64 cAP, I, ANTECEDENTES HISTÓRICoS DEL TURISMo EN ESPAÑA (1900-1950)
uo VELARDE (1968),
p. 55.
a7 T¡MAMes (1978),
tomo 2, p.704.
6. TRANSPORTES Of,
pafía Aero Hispana, constituida para la ocasión por Iberia, CETA y otras
entidades. Las autoridades entendieron que 1o mejor sería adjudicar la con-
cesión a una nueva compañía en la que se integraran los dos concursantes.
En este sentido se iniciaron una serie de conversaciones que se dilataron a
lo largo de todo el año y que desembocaron en la fusión de UAE y de la
Compáñía Aero Hispana. El resultado de dicha fusión fue la creación, el
día 25 de junio de 1929, de la Compañía de Líneas Aéreas Subvenciona-
das, S.A. empresa de la que eran principales accionistas Ibe-
ria, UAE, -CLASSA-,
algunos bancos, una serie de empresas asociadas con la aviación y
parliculares vinculados con el transpofie aéreo. Los principales servicios
aéreos ofertados por la empresa fueron los que unían Madrid con Barcelo-
na, Sevilla y Biarritz.
En octubre de 1931, las autoridades republicanas decidieron que
CLASSA fuera sustituida por una Comisión Gestora. Más adelante, concre-
tamente en abril de 1932, dicha comisión dio paso a la empresa Líneas Aé-
reas Postales Españolas de cuyo capital social el Estado era pro-
-LAPE-,
pietario del 55 por 100. Su existencia se prolongó hasta el inicio de la guerra
civil, momento en que su red aérea enlazaba Madrid con Sevilla, Barcelona,
Canarias, Valencia, París, Lisboa y Berlín, v Barcelona con Palma de Ma-
llorca.
El comienzo de la guerra civil llevó aparejada la desaparición de LAPE.
No obstante, los servicios aéreos se reanudarían bastante pronto en nuestro
país. En agosto de 1937 , es decir, en plena guerra civil, Iberia puso en fun-
cionamiento en la zona controlada por las tropas de Franco un servicio aé-
reo que unía Vitoria con Tetuán, haciendo escalas en Burgos, Salamanca,
Cáceres y Sevilla. Desde ese momento, y hasta el final de la contienda, Ibe-
ria fue la única compañía aérea española.
Al finalizar el conflicto armado, las autoridades españolas encomenda-
ron a la Dirección de Tráfico Aéreo la organización de unos servicios aéreos
regulares. Como consecuencia de esta orden se creó a comienzos de 1940 la
compañía pública Tráfico Aéreo Español que comenzó organi-
zando los servicios Madrid-Málaga-Sevilla -TAE-,
y Barcelona-Madrid-Lisboa.
Poco después, en la Junta General de Iberia celebrada el día27 de mayo
de 1940, se acordó aprobar un proyecto de contrato entre el Ministerio del
Aire, Lufthansa e Iberia para la nacionalización de ésta. Iniciado ya el pro-
ceso de nacionalización, una Ley de 7 de junio de 1940 concedió a Iberia el
monopolio de los servicios aéreos regulares en España, sus colonias y pro-
tectorados. Se dispuso, además, que la exclusiva tendría una duración de 20
años, reservándose el Gobierno el derecho de rescindirla antes del transcur-
so de dicho plazo, sin expresión de causa, y que el capital social de la empre-
sa millones de pesetas- sería en un 51 por 100 público.
-I2
La compra de Iberia por parte del Estado se materializó e\ día 4 de octu-
bre de 1940. Desde ese momento se inició un proceso para fusionar Iberia y
TAE que culminó el día2I de noviembre de 1940 con la creación de la Com-
6. TRANSPORTES 67
st Roro (1991.).
7. EVOLUCIÓNDELTURISMO 71
en Wall Street se inició una crisis de una gravedad y duración sin preceden-
tes en la evolución anterior de Ia econorrría.Laestrecha dependencia de las
economías europeas de la estadounidense motivó que el descalabro sufrido
por ésta traspasara el océano y repercutiera gravemente en la mayoría de
ias naciones dei viejo continente. Entre enero de 1930 y enero de 1933 el
descenso en valor del comercio mundial fue de un 60 por 100. Y entre las
mismas fechas, la Renta Nacional en economías como la de Estados Unidos
o Alemania se redujo a casi la mitad de su nivel en 1929. Por otro lado, el
paro alcarrzó unos niveles desconocidos. Por ejemplo, en los dos países cita-
dos las tasas de desempleo crecieron, entre 1929 y 1933, un 678 y un 101 por
100, respectivamente.
Lógicamente, esta crisis dejó sentir fuertemente sus efectos en el ámbito
del tuiismo. Y también lo hizo la respuesta violenta que articularon los
Estados totalitarios, Italia y sobre todo Alemania, para hacer foente a la cri-
sis: reajuste monopolista, aniquilamiento del movimiento obrero y guerra.
La sensación de que el conflicto armado era algo inminente e inevitable fue
cada vez más generalizada conforme fue avanzando la década de los años
treinta, y esto, naturalmente, afectó negativamente a las actividades turís-
ticas.
Nuestro país también sufrió las consecuencias de la depresión de 1929.
Pero en la España republicana más que de crisis sería preciso hablar de es-
tancamiento o, todo lo más, de un descenso moderado de los indicadores
económicos. Hubo actividades que experimentaron un auge, como la agri-
cultura cerealista o la industria de bienes de consumo, y otras que atravesa-
ron momentos difíciles, como el comercio exterior o la industria de bienes
de producción. Los salarios, por su parte, registraron un notable y generali-
zado aumento a partir de 193 1.
La suavidad relativa de la crisis en España no impidió que el movimien-
to turístico se estancara durante la primera mitad de la década de los años
treinta. Si en 1931 nos visitaron276.300 personas procedentes del extranje-
ro, en 1934 fueron 275.611 . Este estancamiento obedeció, por un lado, a
que en las principales naciones emisoras de turistas los efectos de la crisis sí
fueron muy graves, y, por otro, a que en la España republicana el orden pú-
blico, algo esencial para el desarrollo de las actividades turísticas, sufrió
continuai y gravísimas alteraciones. En este sentido habría que destacar las
frecuentes huelgas y atentados, el intento de golpe de Estado del general
Sanjurjo en 1932, o la implantación de una comuna revolucionaria en Astu-
rias en octubre de 1934.
Si entre 1931 y 1935 el movimiento turístico se estancó, a parlir de 1936
desapareció. El inicio de la guerra civil españolaparalizó la llegada de turis-
tas extranjeros y las actividades turísticas de los españoles. El primer in-
tento por revitalizar el turismo llegaría en 1938 con la creación en la zona
controlada por Franco de las denominadas Rutas de Guerra, pero estos cir-
7. EVOLUCION DEL TURISMO 73
8. A modo de conclusión
En las páginas precedentes he tratado de poner de manifiesto que a lo
largo de la primera mitad del siglo xx ya hubo en España personas e institu-
ciones públicas y privadas que apostaron por el turismo. Conscientes de que
nuestra economía no podía renunciar a las divisas que generaban los viajes
de placer, trabajaron con enorme ilusión, pero generalmente con escasos
medios, para conseguir que España fuera más conocida en el exterior y para
poder proporcionar al turista que nos visitaba una amplia y variada oferta
de establecimientos hoteleros y de agencias de viajes, y un sistema de trans-
portes lo más cómodo, rápido y seguro posible. Los resultados de estas ta-
reas realizadas en pro del turismo no fueron, evidentemente, óptimos, pero
si tenemos en cuenta las difíciles circunstancias políticas, económicas y so-
ciales que se vivieron en España durante buena parte del período estudiado,
creo que podrían ser calificados como bastante positivos. Como escribió en
su obra póstuma Vila Fradera, las iniciativas y los esfuerzos llevados a cabo
en materia turística a lo largo de los primeros cincuenta años de la presente
centuria osembraron la semilla de 1o que con el tiempo llegaría a ser el
despiiegue contemporáneo de nuestra industria de la hospitalidad y del
viaje" sz.
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