Tema 11
Tema 11
Tema 11
EL TURISMO EN ESPAÑA
La difusión de sus conocimientos y de sus experiencias en escritos y guías de viaje contribuyó a forjar una
imagen de España plagada de escenas tópicas, pero que ha alimentado la curiosidad y el interés de los
extranjeros por España y la percepción de ésta como destino turístico singular. A la gestación definitiva de
España como potencia turística han contribuido causas externas e internas.
Entre las causas externas habría que citar la evolución de la sociedad europea tras la Segunda Guerra
Mundial. Concluida la reconstrucción posbélica, Europa alcanzó en estado de bonanza económica y de
bienestar social sustentado en un alto nivel de vida, amplia cobertura social, reducción de la jornada laboral,
vacaciones remuneradas, etc. Pronto crecieron las demandas de ocio, entre las que ocupó un lugar
preferente el turismo, que ahora podía disfrutarse masivamente gracias a la generalización del automóvil y
a la popularización de los viajes en avión.
Como factores propios o internos de España hemos de destacar su situación geográfica, su conocimiento y
valoración por parte de las sociedades extranjeras y las excelentes condiciones de su oferta turística: amplio
litoral, climatología favorable variedad paisajística, rico patrimonio cultural, etc., y todo ello a buenos
precios, como correspondía a un país con cierto atraso respecto a los países de procedencia de los turistas.
1.1 Evolución del turismo en España
Los inicios del turismo moderno se sitúan en los años 50 del siglo XX. Puede señalarse 1959 como año de
despegue, coincidiendo con un significativo momento en la planificación económica de España, que entendió
el turismo como un importante factor de desarrollo.
En 1960 el número de visitantes superó los 6 millones, abriéndose en este momento una etapa de
crecimiento continuo que duró hasta 1973. En este período se pusieron las bases del modelo turístico
español de masas, el cual requirió la construcción de apartamentos y hoteles, y que dio lugar a la precipitada
urbanización de los litorales, muchas veces regida por la especulación y carente de planificación.
El ritmo expansivo quedó interrumpido en 1973, año de una recesión, motivada por el incremento de los
precios del petróleo, la crisis económica, el ocaso del franquismo y los balbuceos de la transición
democrática.
1
A partir de 1976 se inició una nueva fase de crecimiento sostenido, que duró hasta 1989, y cuya principal
característica -junto al aumento de turistas extranjeros- fue la incorporación de los españoles al turismo de
playa.
Tras una nueva recesión a comienzos de los años 1990, se ha abierto una nueva fase en la que se han
superado los 70 millones de visitantes, cifra que incluye a los viajeros en tránsito y a los turistas propiamente
dichos, que ascienden a más de 45 millones.
Si comparamos el gráfico sobre la evolución de los turistas y de los ingresos aportados desde 1960,
distinguimos tres períodos:
a) Hasta comienzos de los años 70, aumenta más rápidamente el número de turistas que de ingresos, lo que
quiere decir que se trataba de un turismo con bajo poder adquisitivo.
b) Desde los inicios de los 70 hasta mediados de los 80, turistas e ingresos crecen paralelamente prueba del
poder adquisitivo de estos visitantes.
c) Desde 1985, los ingresos crecen a un ritmo muy superior al de visitantes, lo que evidencia el
encarecimiento del turismo español desde nuestro ingreso en la Unión Europea.
A pesar de ello, el turismo español aporta al país menos ingresos que otras potencias turísticas de rango
similar, como demuestra el hecho de que España, aunque ocupe el segundo lugar mundial por número de
turistas, se sitúa en cuarto lugar por la cantidad de ingresos.
2. LAS PRINCIPALES ÁREAS TURÍSTICAS EN ESPAÑA Y SU TIPOLOGÍA.
El turismo en España se dirige a distintas áreas:
■ Costa: Costa del Sol, Costa de Almería, Costa Cálida, Costa Blanca,....en el Mediterráneo y también algunas
del Atlántico, Costa de la Luz, Costa Verde. Nuestro país cuenta con excelentes playas y son las comunidades
autónomas del área mediterránea (Andalucía, Valencia, Cataluña y Baleares) las que mayor oferta turística
tienen. Canarias también concentra un 10%.
■ Zonas de turismo cultural e histórico. Son ciudades con riqueza monumental, algunas de ellas patrimonio
de la humanidad: Granada, Córdoba, Toledo, Segovia, Santiago de Compostela. Ciudades de mediano
2
tamaño. España cuenta con muchas ciudades con esta distinción. También destacan zonas como Castilla-
León, comunidad de Madrid,..
■ Estaciones de esquí en distintos sistemas montañosos, que cuentan con buenas comunicaciones y
servicios, ejemplo es Sierra Nevada, en Granada; Baqueira Beret en los Pirineos catalanes, hasta un total de
29 estaciones.
■ Áreas de turismo rural que pretende aprovechar la vivienda rural con fines turísticos y culturales. Pretende
el desarrollo económico de las zonas en cuestión y ofrece el acercamiento a la cultura popular, contacto con
actividades agropecuarias, deportes.
Es importante destacar la visita a espacios naturales, España cuenta con una diversidad paisajística muy
grande con Parques Naturales de alto valor natural y cultural representativo del patrimonio natural español.
Ejemplos son el Parque Nacional del Teide, Picos de Europa, etc.
3
También es importante la corriente turística procedente de Estados Unidos y de Japón, y comienzan a
emerger algunos países del Este (Rusia, Polonia, República Checa).
En general se trata de un turismo cuyo calendario de vacaciones está condicionado por la temporada de
playa y por las fechas de las vacaciones escolares y laborales, que coinciden con el verano, de ahí la
acusadísima estacionalidad del turismo, que se manifiesta en la saturación de los sectores de transporte y
hostelería en los meses de julio y agosto. Poco a poco, el turismo nacional se ha ido incorporando a este
modelo, de manera que muchas playas registran una concurrencia equilibrada entre extranjeros y españoles.
Asimismo, va aumentando el turismo de jubilados, nacionales y extranjeros, que alternan su estancia en la
costa con su residencia habitual. Aprovechan su disponibilidad de tiempo para adaptarse a las mejores
ofertas y contribuyen a la ocupación hotelera en temporada baja, tan beneficiosa para la actividad del sector
y para la estabilidad del empleo.
Estas circunstancias, unidas a la tendencia cada vez más manifiesta de repartir el tiempo de vacaciones en
distintos períodos (primavera, verano, Navidad) y elegir diferentes modalidades de turismo, ha contribuido
a fijar nuevos destinos turísticos y atenuar la estacionalidad de la demanda, que, sin embargo, todavía sigue
siendo muy acusada.
De acuerdo con los caracteres de esta demanda, España dispone de una extraordinaria infraestructura
turística, que es su principal apuesta frente a posibles competidores. Ésta se materializa en la existencia de
más de 10.000 hoteles y hostales, que ofrecen más de 1.100.00 plazas. Su distribución geográfica por
comunidades autónomas es desigual, existiendo una especial concentración en los espacios insulares y
litorales.
El turismo en España tiene un significado extraordinario, siendo, a su vez, uno de los principales factores de
la terciarización experimentada por la economía y por la sociedad española.
Su primer significado es de naturaleza económica, pues, hoy, el turismo supone, aproximadamente, el 11%
del PIB y genera unos ingresos brutos de 24.000 millones de euros, lo que permite compensar el déficit de
la balanza comercial. Su importancia económica no se ciñe al momento presente, sino que el turismo ha
estado muy ligado al desarrollo económico de los años 1960, pues las aportaciones de divisas por parte de
turistas y emigrantes permitieron financiar las importaciones.
Las elevadas cifras de turistas y la concentración de la demanda en los litorales han exigido la dotación de
infraestructuras, que culminaron en la urbanización de amplios espacios costeros, donde se han
desarrollado multitud de ciudades y conurbaciones.
El desarrollo urbano y la actividad económica procedente del turismo han dotado a los espacios turísticos
de un extraordinario dinamismo, que los ha convertido en un lugar de atracción demográfica y económica,
razón por la cual se ha acentuado la contraposición interior-litoral.
El fenómeno turístico, asimismo, ha contribuido a la redistribución de rentas y ha desempeñado un papel
muy importante en la evolución de la sociedad española. El turismo fue elemento de intercambio cultural,
de acercamiento a otros pueblos y mentalidades, de conocimiento de otras sociedades y una ventana abierta
al mundo que favoreció nuestra incorporación a las sociedades occidentales; pero también ha tenido
grandes costes ambientales, que se manifiestan en la agresión a los litorales y a los ecosistemas, en la falta
de planificación y en la avidez especulativa de personas empresas y municipios.
El turismo español empieza a acusar los problemas derivados de un modelo caduco, en el que van dejando
huella los efectos de la masificación, de la estacionalidad, de la concentración en el litoral, etc.
4
Desde el punto de vista de la oferta, empieza hacer necesaria la renovación de las instalaciones, la dotación
de infraestructuras y de servicios adaptados a las nuevas demandas, la puesta en práctica de políticas que
lleven a la ordenación del sector, además de otro conjunto de medidas encaminadas a mantener la relación
calidad-precio de los servicios prestados, procurando la independencia de los grandes tour operadores
extranjeros que controlan nuestro turismo y se lucran con él.
Se hace inevitable una apuesta por la calidad, que contrarreste la oferta de otros países de nuestro entorno
mediterráneo, algunos de los cuales (países del norte de África, antigua Yugoslavia, por ejemplo) nos han
llegado a emerger como potencias turísticas por razones ajenas al sector.
Asimismo, se impone ampliar la oferta turística, tanto en lo que se refiere a actividades como espacios, para
atenuar la concentración estival, captar nuevos turistas y mercados, así como dotar a nuestro turismo de
una dimensión cultural acorde con nuestro rico patrimonio.
Entre la multitud de ofertas posibles, una buena opción es la del turismo rural y de naturaleza, para la cual
España cuenta con una red de espacios protegidos que es un componente extraordinario de paisajes y de
biodiversidad. Su utilización como recurso turístico es compatible con la conservación de la naturaleza y
fundamento del desarrollo endógeno de las zonas más desfavorecidas del interior.
4. CONSECUENCIAS GEOGRÁFICAS DEL TURISMO EN ESPAÑA.
No es posible concebir una actividad como el turismo que no considere los objetivos económicos, sin
embargo, se han olvidado los objetivos sociales y ecológicos.
Las infraestructuras de turismo impactan en el paisaje, ejemplo son las “colmenas de apartamentos” de
algunas ciudades costeras. El jugoso beneficio que representa el suelo urbano en los municipios turísticos ha
dado lugar a numerosos casos de corrupción donde la Ley de Costas no ha sido respetada. A todo el catálogo
de infracciones podemos unir los problemas ambientales que generan el violentar la Ley: congestión
urbanística en un pequeño espacio (emisores submarinos ilegales, falta de infraestructuras para el agua,
densificación de vehículos, contaminación lumínica). Algunas infraestructuras relacionadas con la montaña
y la nieve crean impactos ambientales, como los teleféricos, o los cañones de nieve artificial que proliferan
en numerosas estaciones de esquí.
La costa española es muestra de un desarrollo turístico que sólo ha tenido en cuenta el objetivo económico.
Las consecuencias negativas están apareciendo y pueden hacer peligrar los beneficios: la contaminación del
mar puede incidir en un menor número de visitantes. La aglomeración y baja calidad de la oferta es un
componente que baja la calidad del descanso y hace que algunos destinos sean indeseables para turistas de
mayor poder adquisitivo.
Se ha tratado de establecer tímidas soluciones como la implantación de la ecotasa que grave la actividad
turística. En España tenemos el ejemplo de Islas Baleares que consiste en cobrar una cantidad a cada turista
o empresa turística, para invertir ese dinero en la conservación del medio ambiente. Los detractores piensan
que la ecotasa puede reducir el número de turistas y los que la apoyan afirman el efecto beneficioso porque
selecciona el tipo de clientes a la vez que asegura la explotación turística a largo plazo. Moratorias turísticas
que frenen el crecimiento de la planta hotelera y fomentan la renovación de la ya existente, asunto que ha
levantado ampollas en el poderoso lobby turístico. Otro problema generado por el turismo de masas y el
bajo precio de los vuelos es la “turistificación”. Este fenómeno provoca la subida de los precios de alquiler
de las ciudades, la proliferación de pisos de alquiler turístico ilegales, la bajada de calidad de vida y servicios
de las ciudades, etc. A día de hoy solo el ayuntamiento de Barcelona se ha atrevido a poner coto a este tipo
de turismo intentando frenar la proliferación de pisos ilegales de turismo mediante multas cuantiosas a los
propietarios.
5