Historia
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AÑOS TREINTA
Tradicionalmente, las miradas de los historiadores sobre los años treinta se encuentran muy
sesgadas por dos grandes preocupaciones: el inmediato advenimien to del peronismo y el
inicio de una larga etapa de rupturas del orden constitucional. Es evidente que las
reflexiones sobre ambas cuestiones no se limitaron a los estrechos ámbitos de la actividad
académica e historiográfica, sino que formaron parte de las discusiones políticas. Sin
embargo, aunque estas preocupaciones permitieron alumbrar aspectos importantes de la
déca da del treinta, al mismo tiempo tuvieron una conse cuencia negativa: la pérdida de
todo interés especifico por la evolución de los procesos de esos años. Esto significa que se
pensaba en los años treinta, principalmente, para responder a problemas del futuro (como el
peronismo) o como parte de una reflexión mayor sobre la democracia. De estos dos ejes, el
de la democracia resulta indudablemente el más reciente. De hecho, se vincula con los
debates surgidos a partir de la caída de la última dictadura militar. A principios de los años
ochenta, el fra caso politico de los gobiernos militares se hizo evidente a causa de la crisis
económica, de la difusión masiva de los detalles de la represión ilegal y la desaparición de
personas y de la derrota en la Guerra de las Malvinas Como consecuencia de esta
evidencia, surgieron una serte de reflexiones destinadas a pensar las condicio nes
necesarias para el funcionamiento normal y continuado del régimen constitucional. La
Historia y otras disciplinas sociales intervinieron en estas reflexiones. En cambio, antes de
la última dictadura- periodo al que pertenecen los textos que presentamos a continua- de el
eje predominante del pensamiento histórico y sociológico era el fenómeno del peronismo. El
peronismo era el tema que provocaba los mayores desvelos a quienes pretendian pensar la
política y, desde ella, la historia más o menos reciente de la Argentina. Luego del golpe de
Estado de 1955, que puso fin al segundo gobierno de Juan Domingo Perón, la Universi dad
de Buenos Aires vivió uno de sus períodos de mayor auge, que finalizaría dramáticamente
en 1966, a raíz de un nuevo golpe militar. Desde la Universidad, el sociólogo italiano Gino
Germani analizó las raíces de la estrecha vinculación entre las masas populares y la
conformación de un régimen politico -el peronista- que él consideraba absolutamente
totalitario. Para ello, basándose en importantes sociólogos, como Max Weber, partió de la
definición de dos grandes modelos sociales: el tradicional (ligado a las formas de vida y de
organización social rurales y preindustriales) y el de masas (vinculado al mundo urbanizado
moderno). El proceso de transición de un mundo a otro (que sería la característica de la
Argentina desde fines del siglo XIX hasta el momento en que Germani escribe su libro en
1961) puede provocar alteraciones y problemas, entre ellos la actitud política irracional de
las masas y su tendencia a apoyar a líderes totalitarios, como sería para Germani, Perón.
En este marco, la gran preocupación de Germani fue cómo pensar las condiciones para la
formación de un régimen politico y social moderno, tolerante y democrático, capaz de evitar
este tipo de actitudes irracionales y los totalitarismos.
LA SOCIEDAD EN TRANSICION
Gino Germani fue un sociólogo italiano que trabajó en nuestro país a partir de los años
cincuen- ta. Su labor contribuyó al desarrollo local de las Ciencias sociales modernas en
nuestro país, sobre todo de la Sociologia.
Efectivamente, como una repercusión de las nuevas condiciones creadas por la crisis mun-
dial de 1929, se produjeron en la Argentina dos procesos convergentes: por un lado, se
inició una nueva y decisiva fase de la industrialización; por otro cobro un impetu inusitado la
urbanización, con la inmigración masiva a las ciudades de grandes masas del interior del
país. La intensidad de estas migraciones internas fue elevadisima, y durante la década
1936-1947 la proporción de argentinas nacidos en las provincias, que se fueron a radicar en
la zona metropolitana de Buenos Aires, fue equivalente a casi un 40 % de todo el
crecimiento vegetativo de esas mismas provincias. Fue un éxodo en masa por el cual
vastas capas populares de las zonas subdesarrolladas-masas hasta ese momento
completamente al margen de la vida politica del pais- se radicaron en las grandes ciudades
y en particular en Buenos Aires. Se trató de un proceso en cierto sentido comparable al
ocurrido con la masiva inmigración extranjera medio siglo antes, pero con tres grandes
diferencias: entonces el ritmo fue extremadamen te más lento, pues el crecimiento de la
población urbana se verificó a través de tres décadas, por lo menos; en segundo lugar, las
masas que presionaron politicamente y condujeron a la efectiva universalización del
sufragio no eran directamente las inmigradas (que por ser extranjeras no participaban sino
indirectamente de los procesos politicos), sino sus hijos; por fin, se trataba de la
recientemente farmada clase media, estando el naciente proletariado urbano en una
situación subor dinada. Estas grandes masas transplantadas de manera rápida a las
ciudades, transformadas súbitamente de peones rurales, artesanos o personal de fatiga, en
obreros industriales, adquirieron sig nificación politica sin que al mismo tiempo se hallaran
los canales institucionales necesarios para integrarse al funcionamiento normal de la
democracia. La politica represiva de los gobiemos desde fines del siglo pasado hasta
comienzos del presente, la ambivalencia y el relativo fracaso de los gobiemos de clase
media entre 1916 y 1930, las severas limitaciones al funcionamiento de la de mocracia
después de esa fecha, y el general descreimiento y escepticismo creado por toda esta
experiencia, unidos a la ausencia de partidos politicos capaces de proporcionar una
expresión ade cuada a sus sentimientos y necesidades, dejaban a estas masas en
disponibilidad", hacian de ellas elementa dispuesto a ser aprovechado por cualquier
aventura que les ofreciera alguna forma de participación..."
[10/11, 08:16] vaaal: LA CLASE OBRERA ORGANIZADA
Eduardo Murmis y Juan Carlos Portantiero son dos destacados investigadores argentinos
de las Ciencias sociales, que han desarrollado su producción desde los años sesenta hasta
la actualidad.
*... [Segün Germani] El primer grupo estaria constituido por aquellos trabajadores, en su
mayoría de origen europeo, formados a través de una larga experiencia dentro de la
disciplina del trabajo industrial, y el segundo, en cambio, por los obreros más recientes,
'nuevos' no sólo para el ám bito de la empresa industrial sino también para la vida urbana,
pues se trataria, en su mayoría, de migrantes provenientes de zonas campesinas más
atrasadas [...].
Entre los obreros era una excepción encontrar un nativo. En los ferrocarriles, por ejemplo,
los ingleses no los tomaban; empleaban a los italianos y españoles que venian avidos de
nuevos horizontes. El factor del extranjerismo de la clase trabajadora será importantisimo
para aclarar los primeros pasos de nuestro sindicalismo y el destino del Partido Socialista,
que nace empantanado en esa contradicción. [...] Así nacia alrededor de 1890 nuestra
industria que mal podemos llamar nacional. [..] Asi es como las primeras organizaciones
obreras argentinas tendrán una expresión politica combativa bien acentuada, fallando sus
hombres por ser extranjeros, en la estrategia de la lucha; el error esencial partía en
desconocer la dependencia del país y en ignorar que la oligarquia y el imperialismo eran los
primeros enemigos del pueblo. Todos los esfuerzos se centraban, sin embargo, contra los
patrones industriales, principalmente de la ciudad de Buenos Aires. [...]
Al igual que el comunismo, que sostiene una hueca politica clasista, los socialistas no
llegarán nunca a alcanzar proyecciones nacionales, como asimismo, no obtendrán el apoyo
del proletariado. Los socialistas tendrán algunos elementos desprestigiados en los gremios,
pero en los gremios mejores pagados: los comunistas en unos pocos de características
especiales, como la construcción. Siempre a contramano de una politica popular nacional
harán juego a la oligarquia. Nunca llegaron a comprender nuestra realidad social de país
dependiente, que lleva a reconocer en el complejo de las consignas revolucionarias como
primera premisa: la liberación nacional, es decir, acentuar la lucha contra la presión
imperialista y, en el país, quebrar con la oligarquía que sirve a aquélla. [...]
Cuando Perón llega al poder, el país estaba creciendo por dentro. En el interior se
levantaban focos industriales, lo mismo que en el gran Buenos Aires; se concentra en las
nuevas fábricas todo un ejército de trabajadores que tienen una característica
importantísima: son de una estirpe netamente nativa y no tienen complicidad con el pasado
inglorioso de nuestros partidos de izquierda'. Eran hombres de zonas que languidecían,
provincianos que estaban al margen de la producción y que ahora surgían a la escena de la
vida nacional. Será la gran reserva, que en su mayor parte llenará la Plaza de Mayo los dias
1.º de mayo y 17 de octubre..."
Alberto Belloni.