Por Amor No Por Interes
Por Amor No Por Interes
Por Amor No Por Interes
“Cuando se dirigía a su casa, sus siervos salieron a su encuentro y le dieron la noticia de que su hijo estaba vivo.
Cuando le preguntó a qué hora había comenzado su hijo a sentirse mejor, le contestaron: —Ayer a la una de la
tarde se le quitó la fiebre. Entonces el padre se dio cuenta de que precisamente a esa hora Jesús le había dicho:
«Tu hijo vive.» Así que creyó él con toda su familia”. Juan 4:51-53 (NVI)
El diablo está trabajando para que nuestras convicciones se debiliten y nos apartemos de Dios, porque desea
perdernos. Y lo logra cuando nuestra fe y relación con el Señor depende de lo que Él nos da, no de cuánto lo
amamos y deseamos Su presencia. Un Padre desea que sus hijos lo amen por lo que él es, por lo que ha hecho por
ellos, no porque puede proveerles, ya que podría llegar un momento cuando no pueda darle a sus hijos lo que
quisieran, sin embargo, ellos lo amarían igual o mucho más y lo apoyarían, ese es amor de verdad. De la misma
forma, Dios espera que nuestra relación con Él no esté fundamentada en lo que puede darnos; quiere descubrir
en nuestro corazón si de verdad lo amamos incondicionalmente. El funcionario al final recibió su milagro, pero
reflexionemos: ¿En quién nos convertimos cuando las cosas no van bien? ¿Cómo reaccionamos cuando lo que
pedimos no es respondido?
CONCLUSIÓN
No nos apartemos de nuestra fe, luchemos, sigamos creyendo, no permitamos que nada nos separe del Señor.
Seguramente el mundo nos retará, pero esos retos son de ayuda porque nos permiten fortalecernos y ser firmes
en el amor al Señor.
LLAMADO Y MINISTRACIÓN
Solamente teniendo a Cristo en nuestro corazón podremos amar como Dios ama: desinteresadamente.
INTERCESIÓN
“Dios nos habla una y otra vez, aunque no lo percibamos”. Job 33:14 (NVI)
OFRENDAS
“De entre todas las tribus de Israel, escogí a Aarón para que fuera mi sacerdote, es decir, para que en mi presencia
se acercara a mi altar, quemara el incienso y se pusiera el efod. Además, a su familia le concedí las ofrendas que
los israelitas queman en mi honor. ¿Por qué, pues, tratan ustedes con tanto desprecio los sacrificios y ofrendas
que yo he ordenado que me traigan? ¿Por qué honras a tus hijos más que a mí, y los engordas con lo mejor de
todas las ofrendas de mi pueblo Israel?» Por cuanto has hecho esto, de ninguna manera permitiré que tus
parientes me sirvan, aun cuando yo había prometido que toda tu familia, tanto tus antepasados como tus
descendientes, me servirían siempre. Yo, el Señor, Dios de Israel, lo afirmo. Yo honro a los que me honran, y
humillo a los que me desprecian”. 1 Samuel 2:28-30 (NVI)
Las ofrendas que le presentamos al Señor son la mejor oportunidad de manifestarle nuestra honra, aprecio y
gratitud. Aprovechemos todo momento para ofrecerle lo mejor a Aquel que nos ha dado todo.
CONSOLIDACIÓN