Placer y Dolor
Placer y Dolor
Placer y Dolor
Por otro lado, hay cosas externas que restituyen nuestro modo de ser natural, eso es
a lo que se llama accidentes agradables, es como si modificaran nuestra disposición que es
naturalmente agradable, y cuando no se tiene ninguna necesidad se logra experimentar
placeres de contemplación donde se vuelve a esa disposición agradable, donde no hay dolor
ni deseo.
Por ello, Aristóteles rechaza la definición de placer como proceso sensible, pues
para él los placeres no son procesos ni van acompañados de proceso, solo debe existir una
disposición conforme a su naturaleza, sin trabas. Tampoco se puede hacer un juicio general
en cuanto placeres, pues pueden llegar a ser nocivos dependiendo de los excesos, es así que
puede preguntarse cada uno ¿Qué tan a menudo somos excesivos en cuanto al uso de los
placeres?
En este punto se hace evidente una diferencia establecida entre los placeres
absolutos y los relativos, pues los absolutos son verdaderamente buenos, y los últimos son
los que persiguen los niños y las bestias, y evita el moderado, son buenos mientras no van
de la mano con los deseos y motivados por los excesos.
El hecho de que todos, animales y hombres busquen el placer, quiere decir que el
placer es el bien supremo (1153b 27) quizás puedan que sean los placeres que más gocen
pero también pueden ser los únicos que conocen; además de no ser el placer un bien, ¿cómo
podría el hombre vivir agradablemente?
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Empieza poniendo evidencia que el dolor es un mal y debe evitarse, contrario a esto es un bien, de lo que
se puede deducir que el placer, contrario al dolor es un bien. Así demuestra Aristóteles que el placer y el
dolor son extremos y cuyo término medio es el bien, pues caer en cualquier extremo es malo.
buenos, al menos mientras estén alejados del dolor y sean mesurados. Aunque el exceso ha
de ser el principal motivo para que los placeres se vean más apetecibles.
Sin duda alguna, podemos evidenciar que para expulsar un dolor excesivo, el
individuo busca un placer excesivo, por lo general siempre es corporal; este no es un placer
bueno, pues se origina en una mala naturaleza, además es un placer accidental que busca
cambiar el estado natural del organismo; y de estos se diferencian los placeres que están
alejados del dolor, pues son agradables por naturaleza.
Y al final, Aristóteles discute el tema de que no hay nada que no sea siempre
agradable, y lo explica partiendo de que somos seres imperfectos y por ello estamos
obligados a cambiar continuamente. Por lo tanto el individuo al igual que los animales debe
aprender adaptarse al entorno, así como debe aprender de su entorno y situaciones.
BIBLIOGRAFÍA