09 Manual Lechuga
09 Manual Lechuga
09 Manual Lechuga
de lechuga
Editor: Gabriel Saavedra Del R.
BOLETÍN INIA / N° 09
ISSN 0717 - 4829
Patricio Abarca R.
Ing. Agrónomo, M. Sc. Encargado regional convenio INIA – INDAP, Región de O’Higgins.
Editor:
Gabriel Saavedra Del R.
Ing. Agrónomo, Ph. D. / INIA La Platina
Autores:
Gabriel Saavedra Del R.
Ing. Agrónomo, Ph. D. / INIA La Platina
Fabio Corradini S.
Ing. Agrónomo, M. Sc. / INIA La Platina
Alejandro Antúnez B.
Ing. Agrónomo, Ph. D. / INIA La Platina
Sofía Felmer E.
Ing. Agrónoma / INIA Rayentué
Patricia Estay P.
Ing. Agrónoma, M. Sc. / INIA La Platina
Paulina Sepúlveda R.
Ing. Agrónoma, M. Sc.
Diseño y diagramación:
Carola Esquivel
Ricardo Del Río
Boletín INIA Nº 09
ISSN 0717 – 4829
©2017. Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA). Fidel Oteíza 1956, Piso 11,
Providencia, Santiago. Teléfono: +56-2 25771000
Editora:
Gabriel Saavedra Del R.
Ing. Agrónomo, Ph. D.
INIA La Platina
Boletín INIA / N° 09
INIA - INDAP, Santiago 2017
ISSN 0717 - 4829
ÍNDICE
PRÓLOGO 9
CAPÍTULO 1.
TAXONOMÍA, BOTÁNICA Y VALOR NUTRITIVO 19
1.1. Botánica 19
1.2. Tipos de lechuga 22
CAPÍTULO 2.
GERMINACIÓN, CRECIMIENTO Y DESARROLLO 27
CAPÍTULO 3.
SISTEMAS DE PRODUCCIÓN 33
CAPÍTULO 4.
SEMILLAS Y ALMÁCIGOS 45
CAPÍTULO 6.
FERTILIZACIÓN 84
6.1. Nitrógeno 84
6.1.1. Extracción de N por los cultivos 85
6.1.2. Aporte de nitrógeno del suelo 85
6.1.3. Aporte de nitrógeno de la fertilización y las enmiendas orgánicas 87
6.1.4. Eficiencia de aplicación de fertilizantes 88
6.1.5. Cálculo de dosis fertilizante 88
6.1.6. Formas de aplicación 89
6.1.7. Corrección de dosis 89
6.2. Fósforo 90
6.3. Potasio 92
6.4. Zinc 93
CAPÍTULO 7.
MANEJO DEL RIEGO EN LECHUGA 94
7.1. Introducción 94
7.2. Disponibilidad de agua 94
7.2.1. Tipos de fuentes de agua 95
7.2.2. Calidad química y biológica del agua de riego 96
7.3. Demanda de agua en el cultivo de la lechuga 98
7.3.1. Coeficientes de cultivo 101
CAPÍTULO 8.
ENFERMEDADES EN LA LECHUGA 108
CAPÍTULO 10.
CONTROL DE MALEZAS 140
CAPÍTULO 11.
COSECHA 146
La lechuga (Lactuca sativa L.), en sus diferentes formas y colores, es una de las
hortalizas más comunes y consumidas en todo el mundo, aunque su principal
producción se concentra en zonas más temperadas y subtropicales. En la
actualidad se cultiva al aire libre e invernaderos, en suelo o en forma hidropónica;
esta última evita las limitaciones que provocan las condiciones climáticas,
luminosas y de suelo.
Origen y domesticación
Antes de la domesticación por los humanos, la lechuga crecía de manera silvestre.
Aún no está claro qué especies participaron en la evolución que condujo a la
lechuga moderna. Pero hay certera evidencia de que Lactuca serriola es uno de
los ancestros directos, dado que los cromosomas entre L. sativa y L. serriola son
muy similares morfológicamente y no tienen problemas en cruzarse libremente
(de Vries, 1990; Kesseli y otros, 1991; de Vries, 1997). El centro de origen de
la lechuga probablemente está entre Asia Menor y la cuenca del Mediterráneo
(Vavilov, 1992), pero la transición a su forma comestible probablemente tuvo
lugar en el área del Mediterráneo oriental, quizás en Egipto, posiblemente en
la región del Tigris - Eufrates (Ryder, 1999). Desde Egipto, la lechuga cultivada y
comestible se extendió a Grecia, Roma y a toda la región Mediterránea, donde
fue mencionada por Hipócrates en el 430 a.C.; y Columela, en Roma, describió
varios tipos en el 42 d.C. La primera indicación de su cultivo en Europa Occidental
fue encontrada en el herbario de Schöffer, en 1485, quien describió cuatro tipos
de lechuga (de Vries, 1997). Fue traída al Nuevo Mundo por Cristóbal Colón en su
segundo viaje; su presencia se reportó en la isla Isabella en 1494 (Ryder, 1999).
En los siguientes 400 años de su introducción a América, una gran variedad de
tipos y formas de lechuga han sido desarrollados y actualmente cultivados en
prácticamente todo el mundo.
Estadísticas nacionales
La lechuga, después del choclo y el tomate, es la hortaliza de mayor superficie
nacional, representando en promedio de los últimos 7 años el 9% de la superficie
total; lo que equivale, aproximadamente, a unas 6.900 hectáreas anuales.
Las lechugas tipo escarolas son otro grupo de gran consumo en el país, la
evolución del promedio de precios nominales en los últimos 5 años es presentada
Figura 4. Evolución de precios promedio nominal de lechuga tipo Escarola en los últi-
mos 5 años, por trimestre (ODEPA, 2016).
El último caso que se analizó fue la lechuga tipo Milanesa, aunque hay otros tipos
comercializados en los mercados mayoristas, pero son de volúmenes pequeños
en comparación con los descritos hasta ahora. La mayor comercialización de los
otros tipos de lechuga es en los supermercados, muchas de cultivo hidropónico y,
como se mencionó anteriormente, no existen registros estadísticos publicados.
Los precios históricos de esta lechuga, como se observa en la Figura 5., son
bastante inferiores a los otros dos tipos mencionados, en promedio alcanza un
valor de solo $15.300 por 100 unidades, que corresponde a un precio promedio
68% inferior a Conconina y 40% inferior a Escarola. También los mejores precios
Exportaciones
Algunas exportaciones de lechuga fresca han sido registradas por el Banco
Central de Chile y el Servicio de Aduanas. Siempre han sido pequeñas partidas,
probablemente despachadas por avión y, en el caso de países vecinos, por
camión. En la Figura 6. se puede observar el valor en dólares FOB y los volúmenes
exportados por año.
Referencias bibliográficas
De Vries, I. M. (1990). Crossing experiments of lettuce cultivars and species
(Lactuca sect. Lactuca, Compositae). Pl. Syst. Evol. Vol. 171 (Nº 1). Pp.
233-248. 10.1007/BF00940608.
Ryder, E. (1999). Lettuce, Endive and Chicory. Wallingford, Oxon, Reino Unido:
CABI Publishing.
Figura 1.2. Arándano Nothern Highbush, variedad Duke. Izquierda: planta adulta.
Derecha: fruto maduro.
Lactuca sativa fue descrita por el científico naturalista sueco Carlos Linneus en
el año 1753, texto que fue publicado en Species Plantarum Nº 2: 795. Lactuca
es un nombre genérico que procede del latín lac (que significa “leche”), que se
refiere al líquido lechoso, o de apariencia láctea, que es la savia que exudan los
tallos de esta planta al ser cortados y, sativa es un epíteto que hace referencia a
su carácter de especie cultivada.
1.1. Botánica
La lechuga en una planta anual autógama, que posee una raíz pivotante,
relativamente gruesa en la corona que se adelgaza gradualmente en
profundidad, la cual puede alcanzar más de 60 cm de profundidad (Figura 1.1).
Las hojas sésiles están distribuidas en forma de espiral, en una roseta densa
alrededor de un tallo corto. El desarrollo de la roseta puede continuar durante
el periodo vegetativo de la planta como es en el caso de las lechugas de hoja,
o formar una cabeza redondeada como en las escarolas y butterhead, o una
cabeza elongada como en el caso de Costinas o Romanas. Hay una considerable
diversidad de colores, formas, tipos de superficies, márgenes y textura entre los
diversos tipos y formas de lechuga. Los grados de color verde de las hojas pueden
variar desde oscuros a claros, pero la cualidad de verde puede ser variado por
tintes amarillentos. Además, la presencia de antocianinas puede estar en toda la
hoja o en sectores dando tonalidades diferentes.
Hay cinco estambres, las anteras están fusionadas formando un tubo. Las flores
abren una sola vez, en la mañana, permaneciendo abiertas por una hora si está
calurosa la mañana, o bien por varias horas si está fresco y nublado. Cuando la
flor se abre, el estilo se elonga mientras las anteras dehicen desde adentro y el
El ovario, que está bajo la corola, una vez que es fertilizado forma un embrión
que está rodeado por tejido nucelar y endospérmico y un delgado pericarpio, los
cuales forman un fruto llamado aquenio, que está coronado en la parte superior
por pelos. Los aquenios maduran aproximadamente 2 semanas después de la
fertilización y pueden ser de diferentes colores, desde negro a gris, blanco, café
o amarillos. Las semillas recién cosechadas normalmente tienen un periodo de
dormancia corto, pero la mayoría de los cultivares presenta diferentes niveles de
termodormancia (Mou, 2008).
Este tipo corresponde a las lechugas que forman cabeza, como las Great Lakes
o Batavias, mal llamadas escarolas en Chile. En este grupo se distinguen dos
subtipos: las llamadas Iceberg, que forman una cabeza compacta (Figura 1.6), y
las Batavia, que forman una cabeza menos densa, son más pequeñas y de formas
irregulares. En ambos casos, en su desarrollo la planta pasa desde un estado de
roseta hasta que las primeras hojas se alargan, pero cada incremento en número
de hojas aumenta el grosor de la planta hasta que se convierte en más ancha que
larga cuando madura. Cuando alcanza 10 a 12 hojas, estas se ponen curvadas
envolviendo las hojas interiores, lo cual lleva a formar una cabeza esférica.
Mou, B. y Ryder, E. (2004). Relationship between the nutritional value and the
head structure of lettuce. Acta Hort. 637361-367.
Ryder, E. (1999). Lettuce, Endive and Chicory. Wallingford, Oxon, Reino Unido:
CABI Publishing.
La primera fase es la imbibición con agua, que penetra e hidrata las membranas
celulares; una vez activadas, comienza el crecimiento de la radícula hasta
que rompe la testa y comienza la elongación; sigue después la aparición de
los cotiledones. Este proceso es de crecimiento y elongación de tejidos, todo
dependiente de las reservas alimenticias que tenga la semilla y de la humedad
presente. Una vez que la plántula emerge y recibe luz, se convierte en autótrofa,
las raíces están completamente habilitadas para absorber agua y nutrientes, los
cotiledones pueden realizar fotosíntesis hasta que emerja el primer par de hojas
verdaderas.
Plántula
Roseta
Encabezamiento
Reproductivo
Referencias bibliográficas
Bensink, J. (1971). On morphogenesis of lettuce leaves in relation to light and
temperature. Mededeling Landbouwhogeschool. Vol. 71 (Nº 1). Pp. 1-93.
Wageningen, Holanda.
Ryder, E. (1999). Lettuce, Endive, and Chicory. Wallingford, Oxon, Reino Unido:
CABI Publishing.
Negro
Es uno de los más comunes en uso. Es importante el grosor de este, que debe
ser mayor a 25 micrones y con protección UV para tener mayor duración. Es
económico, protege de plagas, calienta el suelo y realiza un control eficiente de
malezas.
Blanco
Es el más fresco de todos, poco eficiente en control de malezas, pero
dependiendo del grosor del film, mientras más grueso hay menor paso de luz a
través del plástico; por lo tanto, tiene mejor efecto sobre el control de malezas.
Actúa sobre la temperatura del suelo como un polietileno opaco; por lo tanto,
tiene poco efecto. Refleja una buena parte de la radiación solar, permitiendo una
mejor distribución y aprovechamiento de la misma por las plantas. La ventaja
del polietileno blanco en invierno está dada por el beneficio que trae la reflexión
de la luz sobre las plantas, provocando que las porciones inferiores de las hojas
también realicen la fotosíntesis.
Aluminizado
Reduce la población de insectos, evita el crecimiento de maleza. Al igual que el
de color negro, tiene alta reflexión de la radiación, pero con una baja transmisión
al suelo, lo que implica menor temperatura en el suelo; por lo tanto, incrementa
el proceso de fotosíntesis por la difusión de luz provocando que las porciones
inferiores de las hojas también realicen la fotosíntesis. Tendencia a disminuir
la temperatura máxima y la amplitud térmica, reduce el ataque de áfidos que
trasmiten virus.
Coextruido blanco/negro
También conocido como bicolor por presentar una superficie negra por un
costado y blanca por el otro. Es más fresco que el negro y presenta mayor control
de malezas que el blanco. Se usa la cara blanca hacia arriba, ya que la cara negra
presenta una ventaja adicional: el efecto sobre la maleza; mientras que el lado
blanco hace que refleje toda la luz incidente, evitando que se caliente el plástico
y permitiendo una mayor iluminación para el cultivo, especialmente cuando el
cultivo se prolonga hacia el otoño, al disponer de más luz, hay mayor fotosíntesis
Transparente
Es ideal para solarizado, porque aumenta las temperaturas máxima y mínima del
suelo y aumenta el efecto invernadero por la condensación en la cara interna. Este
tipo de film puede ser útil en regiones frías, donde la estación de crecimiento de
los cultivos se ve limitada, aunque pueden presentar la desventaja de favorecer
el crecimiento de las malezas. En verano, la temperatura puede elevarse a niveles
no tolerados por los cultivos, en estos períodos de alta radiación solar, se puede
producir detención del crecimiento de raíces e incluso su muerte (principio en
que se basa la solarización), como también se puede producir daños en la base
de los tallos, como quemaduras. Sin embargo, esta característica es la que se
aprovecha para la desinfección de suelos por solarización.
Otros colores
Dentro de este grupo están los de color anaranjado, rojo, amarillo, verde, azul,
gris humo, etc. Las propiedades de estos films varían según sean translúcidos
u opacos. Los translúcidos se comportan en forma semejante al polietileno
transparente. En cambio, los opacos presentan un menor flujo de calor hacia
el suelo, tendiendo a elevar la temperatura mínima, disminuir la máxima y la
amplitud térmica. Calienta el suelo durante el día y protege los cultivos durante
la noche, al permitir el paso de las radiaciones caloríficas del suelo hacia la
atmósfera, pero menos que el transparente, entonces es recomendable para
zonas frías y cálidas, pero sin riesgo de heladas. Disminuye el crecimiento de
las malezas, aunque en menor cantidad que con el transparente; por lo tanto,
debe usarse en terrenos no muy infectados de malezas. La precocidad de la
cosecha es similar a la del plástico transparente, entonces se puede usar cuando
se busque aumentos de rendimiento y de precocidad en los cultivos. Mantiene
la humedad del suelo.
Manta antimalezas
Es una malla de tejido ajustado de polipropileno con franjas de color que
mantienen bajo control el desarrollo de maleza y algas. Esta malla se puede
Cada uno tiene una finalidad y características adecuadas para ciertos tipos de
clima dentro del país en producción de lechuga.
Invernadero frío
Este tipo de invernadero es muy utilizado en la zona Austral de Chile para la
producción de lechuga. Como se mencionó anteriormente, son estructuras de
madera o aluminio recubiertas con plásticos gruesos (mayor a 150 micrones) o
policarbonato para resistir al viento imperante en estas regiones. En otras zonas,
como en la Región Metropolitana, también se usan invernaderos para producir
Túneles
En cultivos protegidos, los túneles son estructuras que permiten controlar algunas
variables ambientales y brindan beneficios diversos, ya sean micros, pequeños,
medianos o de mayores dimensiones. Los componentes de la estructura son de
acero u otro metal y cubierta plástica. Se trata fundamentalmente de sistemas
de protección eficientes mediante estructuras sencillas y de bajos precios.
Por otra parte, protege los cultivos de condiciones climáticas adversas, como
heladas, granizos y lluvias. Pero también ayudan a disminuir la presencia de
Malla anti-heladas
La malla anti-heladas es un manto térmico que, puesto sobre las plantas
y el suelo, mantiene una burbuja de aire un poco más cálido que el entorno.
La protección ofrecida por la tela permite la formación de un microclima, de
manera que el suelo pueda retener calor y facilite el crecimiento de la planta,
obteniéndose precocidad en los cultivos y mejores rendimientos. La malla se
puede dejar permanentemente colocada, ya que deja pasar la luz, el aire y el
agua, pero ofrece una buena protección en invierno, sobre todo en sectores
propensos a heladas, nevazones o granizadas. Además, permite adelantar la
cosecha en primavera, al proteger plantas sensibles de las últimas heladas.
Sombreaderos
Esta es una instalación simple, de bajo costo y que protege los cultivos hortícolas,
entre ellos al de lechuga, de la incidencia directa del sol en épocas de alta
intensidad, como en verano, produciendo una sombra refrescante y permitiendo
la ventilación natural.
Cuadro 4.1. Ingredientes activos de fungicidas e insecticidas para uso como tratamiento
de desinfección de semillas de lechuga.
4.4. Peletización
Las semillas, generalmente, tienen formas muy diferentes según la especie a la
que pertenecen (Figura 4.3). En el caso de las semillas de hortalizas, la mayoría es
muy pequeña, con presencia de regiones ásperas o formas difíciles de manipular
durante la siembra.
Ahorro de semillas
La siembra directa trae como consecuencia un uso excesivo de semillas para
asegurar la germinación y la población, además de tener como consecuencia
un trabajo extra en terreno, que es el raleo o eliminación de plantas en
superabundancia para dejar una población apropiada para que el cultivo se
desarrolle sano y, a la vez, comercialmente bien. Generalmente las semillas de
hortalizas comerciales son bastante costosas, especialmente los híbridos F1.
Por esta razón, el ahorro de semillas es muy importante, además de mejorar la
eficiencia de siembra y uso.
Figura 4.5 a. Almacigo a raíz desnuda. Figura 4.5 b. Almácigo a raíz cubierta.
Ventajas:
Desventajas:
• Solo se puede hacer con especies que se recuperan bien del trasplante y
regeneran rápido las raíces, como por ejemplo: la lechuga.
• Las plantas sufren mucho estrés post-trasplante.
• Difícil manipulación de plantas antes de trasplantar.
• Fácil contaminación con hongos y bacterias que provocan enfermedades.
Este tipo de almaciguera requiere una serie de condiciones para poder ejecutarlo.
A continuación, se describen estos requerimientos.
Elección de sitio
El sitio donde se sembrará la almaciguera debe tener condiciones apropiadas
para que sea exitoso en la producción de plantines sanos y vigorosos. Gran
parte del rendimiento futuro del cultivo de lechuga está en la ejecución de un
buen almácigo y en la obtención de plantines en óptimas condiciones para ser
trasplantadas.
En primer lugar, el sitio debe ser de fácil acceso, de manera que se puedan llevar
los materiales para su preparación y mantención sin mayores complicaciones.
También es importante la cercanía con el lugar para el trasplante, porque al estar
la raíz expuesta existen mayores probabilidades de deshidratación de las plantas.
Por ello, mientras más tiempo se demore entre sacado de plantas y trasplante,
mayor puede ser el daño, incrementando la muerte de estas o la dificultad para
el establecimiento definitivo. Esto último trae como consecuencia plantas más
débiles que a la postre serán menos productivas o producirán más tarde en la
temporada, retrasando la cosecha.
Desinfección de suelo
La germinación es afectada por muchos factores externos; sin embargo, la
presencia de patógenos e insectos siempre es causante de muchas pérdidas
en almacigueras. Por esta razón es necesario realizar una desinfección del sitio
donde se va a hacer la almaciguera, que además ayuda muchas veces a controlar
semillas de malezas.
Hay varios modos de desinfectar o esterilizar suelos, siendo muy común el uso
de productos químicos (como bromuro de metilo: un excelente esterilizador de
• Nitrógeno (N).
• Fósforo (P) en su forma de P2O5
• Potasio (K) en su forma de K2O
Protección de la almaciguera
Una vez establecido la almaciguera, es conveniente protegerla de las condiciones
climáticas imperantes en la zona, como heladas, lluvias y viento. Las formas de
proteger son variadas y los materiales pueden pasar por varios elementos, como
ramas con hojas de árboles, coberturas plásticas, etc.
Dosis de semilla
La dosis de semilla que se sembrará, influirá directamente sobre el número y
calidad de las plantas, pero además incidirá en la superficie del semillero que se
sembrará. Una dosis baja de semillas produce plantas más fuertes y grandes, pero
en menor cantidad; por lo tanto, la producción de plantines es más ineficiente.
Por el contrario, altas dosis de semilla incrementan la competencia, no obstante,
producen plántulas más débiles y etioladas.
La influencia del tamaño de semilla (n° de semillas por gramo) y del porcentaje
de germinación en la población por trasplantar, es fundamental para la obtención
de una buena almaciguera. Normalmente, la almaciguera se siembra en dosis
mayores a las recomendadas, con el fin de asegurar un número de plantas para
trasplantar. Sin embargo, considerando el precio de las semillas de hortalizas,
la calidad de las plantas que se espera obtener y las dificultades de manejo
con poblaciones muy altas, es recomendable aplicar criterios de acuerdo con
las características de las semillas que se obtengan. Estos criterios para la
almaciguera de lechuga son descritos en el Cuadro 4.2.
Riego
En ninguna etapa, desde germinación hasta trasplante, debe faltar humedad en
las plantas. La humedad es fundamental para la germinación, la semilla necesita
embeberse en agua para iniciar los procesos metabólicos y salir de la dormancia.
Las plantas están formadas en más del 95% por agua, por eso este elemento
es tan necesario para su desarrollo. El agua es clave en la fotosíntesis, en el
enfriamiento de los órganos o equilibrio homeostático, trasporte de nutrientes
a través de la planta; en fin, participa en casi todos los procesos metabólicos de
la planta. Sin agua, no hay crecimiento ni desarrollo de las hortalizas ni de ningún
vegetal.
Manejo sanitario
El manejo sanitario se refiere a la prevención y control de plagas, enfermedades
y malezas. Generalmente las plagas y enfermedades están relacionadas con
la presencia de malezas en la almaciguera, debido a que estas son los lugares
donde pasan las temporadas sin cultivos los insectos, hongos, bacterias y virus.
• Altura de plántula.
• Diámetro de tallo.
• Número de hojas verdaderas.
Antes del arranque, se debe regar 1 ó 2 días antes con abundante agua, de
manera que el suelo esté fácil de mover y se puedan sacar las plantas con palas u
otras herramientas, nunca tirar con las manos, porque se rompen muchas raíces
y hay, a la vez, muchas pérdidas de plantas por corte de tallos.
Contenedores
Se pueden usar diferentes tipos y materiales de contenedores. Varían mucho en
la disponibilidad, calidad y tiempo de uso. Los contenedores son una inversión en
la mayoría de los casos, porque son reutilizables.
Los plásticos son los más ampliamente usados en el mundo hortícola. Hay
Sustratos
Existe una variedad amplia de sustratos disponibles para utilizar en los
contenedores elegidos, desde el simple suelo recolectado del campo a mezclas
especiales de turba y perlita con nutrientes balanceados. La elección va a
depender de la disponibilidad de materiales en la región, así como del precio de
estos. Hay que tener en consideración siempre la sanidad del sustrato, que sea
lo más inerte posible, ojalá esterilizado, porque la semilla al germinar es muy
sensible a los hongos del suelo, bacterias presentes e insectos; y, por supuesto,
libre absolutamente de malezas para evitar la competencia con la semilla de
hortaliza en un espacio mucho más reducido que en el caso de semillero a raíz
desnuda. Algunos tipos de sustrato son:
Nutrición y sanidad
Los cuidados de nutrición y sanitarios son similares a los mencionados en las
almacigueras a raíz desnuda; sin embargo, se debe tener mucho cuidado con la
aplicación de fertilizantes sólidos.
Hay estructuras más complejas y de alto costo, que se dan más bien en lugares
que la producción de plántulas de semillero es un negocio. Estas estructuras son
invernaderos con temperatura y luminosidad controladas, mesones de fierro o
aluminio, regadores automáticos y otras tecnologías de punta, como se muestra
en las Figuras 4.6c. y 4.6d.
Figura 4.6 a. Mesas para almacigueras a Figura 4.6 b. Caseta de aclimatación para
raíz cubierta. almácigos a raíz cubierta.
Las acciones de labranza con fines de preparar el suelo para la siembra directa o
trasplante de plantines tienen como objetivos:
Las propiedades físicas del suelo son factores dominantes que determinan la
disponibilidad de oxígeno, intercambio con CO2 y movimiento de agua en el
mismo, condicionando las prácticas agrícolas que se utilizarán y la producción
del cultivo. El contenido de oxigeno inferior al 9% en el suelo, retarda el
crecimiento de las plantas. La velocidad de intercambio de gases, o sea la
velocidad de transferencia, es muy importante y depende del número y tamaño
de poros, porcentaje de poros llenos de agua y permeabilidad del suelo.
Al tener un suelo bien preparado, con suficiente aireación y soltura, las raíces
de las plantas pueden explorar más en profundidad, extrayendo minerales y
nutrientes de otras estratas; además el suelo, al mover mejor la humedad en el
perfil, facilita la absorción de agua por parte de las raíces.
Eliminación de malezas
La labranza es la primera acción para el control de malezas. El principal efecto
de la labranza sobre las malezas está relacionado principalmente con el tipo
de implemento usado y con la profundidad de la labranza. Estos factores tienen
considerable influencia sobre la distribución de las semillas y propágulos de las
malezas perennes en todo el perfil del suelo, afectando directamente al número
de malezas que pueden emerger en un sector determinado del campo.
Estos dos efectos pueden ser explotados en forma conjunta por medio de la
aplicación de un método preventivo, que tiene como objetivo específico reducir
la emergencia de las malezas en el ciclo de cultivo siguiente.
Además, este movimiento trae a la superficie del suelo a los hongos y bacterias
que residen a poca y mediana profundidad, exponiéndolos a los rayos solares, los
cuales los deshidratan o, como consecuencia de la acción de la luz ultravioleta,
los destruyen.
• Libre de malezas. Esta zona debe tener un muy buen control de malezas, ya
sea por manejo de suelo o por aplicación de herbicidas. Es fundamental evitar
la competencia de las malezas con las plántulas emergentes de semillas o
trasplantadas.
• Mullida. Zona que es necesario trabajarla para que quede muy mullida para
el fácil establecimiento de semillas y plántulas al trasplante.
Figura 5.1. Diagrama de cama de siembra y sus dos zonas componentes, de semillas y de
raíces (Carrasco, 1991).
• No debe ser compacta, más bien suelta, con poros grandes para mejorar la
aireación de las raíces.
• Debe ser profunda, de esta manera se rompe el “pie de arado” o capas duras
profundas que se forman con el paso de maquinaria o laboreo, las cuales
impiden el crecimiento radicular, la aireación y el flujo de agua.
• Labranza primaria.
• Labranza secundaria.
Este tipo de labor consiste en dar vuelta o invertir el suelo con algún
implemento. Normalmente requiere de tracción de mayor potencia cuando
se ocupan implementos mecánicos. Para realizar estos trabajos, es necesario
que el suelo esté con suficiente humedad, de manera que facilite el volteo y
sea más efectivo. Sin embargo, en zonas donde faltan humedad o lluvia no es
recomendable, porque incurre en pérdida de humedad al traer suelo húmedo de
abajo a la superficie.
Figura 5.2 a. Arado de vertedera de vuelta Figura 5.2 b. Arado de vertedera trabajando.
y vuelta.
Otro tipo de arados, que producen inversión de suelos, son los de disco (Figura
5.3 a y b). Se pueden usar en casi todo tipo de suelos, desde secos y compactados
hasta pedregosos, la textura del suelo no es obstáculo para su uso. Sin embargo,
tienen otras limitaciones, como que no invierten completamente el suelo,
pueden provocar desnivelación, requieren mayor número de labores para
completar bien la labranza y no son apropiados para suelos con mucha maleza,
Otro implemento de este tipo es el arado subsolador (Figura 5.4 b), el principio
es similar al arado cincel en trabajo, pero posee elementos de rotura más largos
para alcanzar a mayores profundidades. Se usa principalmente para romper
capas duras y compactas formadas a profundidades mayores a 0,5 m, siendo
su profundidad de trabajo entre 0,5 y 0,9 m, de preferencia en suelos secos,
por tanto, requieren de gran potencia de tracción para ejecutar esta labor. La
potencia necesaria de tracción depende del número de puntas que tenga el
implemento, la profundidad de trabajo y la textura del suelo.
Existe una gran variedad de máquinas para realizar estas labores, que se conocen
con los nombres de rastras, cultivadores y vibrocultivadores (Figura 5.5); en cada
una de las cuales, el diseño cumple acciones específicas. Para la selección del
implemento adecuado a las condiciones locales es necesario considerar el
• Rastras.
• Vibrocultivadores.
• Rotovator.
• Cultivadores.
• Acamadores.
• Motocultores.
Figura 5.5. Diferentes implementos para labores de labranza secundaria. (a) Rastra de
discos offset. (b) Vibrocultivador. (c) Vibrocultivador trabajando. (d) Rastra de
tiro animal.
Cada uno tiene funciones específicas que cumplir y pueden ser utilizados en
secuencia. En general, después de una labor de aradura o primaria se emplea
algún tipo de rastra o vibrocultivador para moler el suelo. Una vez mullido el
Rastras
Son equipos agrícolas diseñados para desmenuzar las partes o porciones de
tierra que han sido removidas por el arado. Están compuestas por un armazón,
que puede ser de madera, dientes de metal y un enganche, también de metal,
que la une a la tracción.
Existen diferentes tipos de rastras, las más comunes corresponden a las de disco,
donde hay varias clasificaciones de acuerdo con la disposición de los discos en
el cuerpo de la rastra.
Vibrocultivadores
Estos implementos son de uso múltiple en la agricultura, reemplazan con
bastante eficiencia y velocidad de trabajo a muchos tipos de rastras, como de
clavos, discos y rodillo compactador. Este implemento remueve el suelo sin
invertirlo, es muy eficiente en el afinamiento final de la cama de semillas. Consta
en su cuerpo delantero de fierros flexibles en forma de “S” a las cuales se les une
puntas de diferentes formas según el tipo de suelo, el segundo cuerpo lleva dos
rodillos con paletas de fierro, como se observa en la Figura 5.10.
Rotovator
Este es un implemento muy utilizado en horticultura y en especial para preparar
la cama de siembra o de trasplante de lechugas, puesto que deja el suelo muy
finamente mullido. Es más bien un implemento de acabado de suelo, o sea que
es la última labor antes de siembra o trasplante.
Consiste en un eje horizontal con cuchillas (Figura 5.11.) cubierto por una caja
metálica para que no salten terrones o piedras lejos al batir el suelo con gran
velocidad.
Figura 5.12. Tipos de cultivadoras con diferentes tracciones. (a) Cultivadora a tracción
mecánica. (b) Detalle de las puntas de trabajo. (c) Cultivadora a tracción ani-
mal. (d) Motocultivadora.
Acamadores
Son implementos que permiten formar las camas para el trasplante de hortalizas.
Con uso de tracción mecánica, se adosan detrás de algún tipo de cultivador o
rastra y van formando la cama de trasplante, como se muestra en la Figura 5.13.
Otra manera de hacer las camas de trasplante es en forma manual con pala, pero
es bastante lento y tedioso. Sin embargo, cuando no hay alternativas es lo más
conveniente para el trasplante de algunas especies hortícolas, como lechugas y
repollos.
Motocultores
Esta herramienta autopropulsada cumple la función de ser un tiro mecánico y de
implemento de laboreo de suelo. Es un tractor especial autopropulsado por un
solo eje, dirigible por manillas por un conductor que puede ir a pie o, en ciertos
motocultores, pueden también ser dirigidos desde un asiento incorporado a un
remolque o a un apero (Figura 5.14).
Marco de plantación
Cada clase de lechuga, de acuerdo con el tipo de crecimiento, tiene un marco de
siembra o plantación diferente. Inclusive, en muchas ocasiones hay variaciones
Cuadro 5.1. Número de plantas por m2 según el tipo de lechuga que se trasplantará.
Trasplante en camellón
Consiste en preparar camellones distanciados entre 0,70 y 0,75m entre ellos
(Figura 5.15.). Dependiendo de la trocha del equipo que se esté utilizando, se
puede trasplantar en una hilera (Figura 5.16.), en la parte superior del camellón
o bien en dos hileras (Figura 5.17.), una a cada lado del camellón (Figura 5.18.),
considerando una distancia sobre hilera de entre 0,20 a 0,30 m. El riego, en este
caso, puede ser gravitacional por surco o presurizado por cinta, la cual va ubicada
sobre el camellón. Si se usa cobertura plástica, la cinta va ubicada debajo del
mulch.
Figura 5.16. Plantación en camellón, hilera simple con y sin cobertura plástica.
Trasplante en mesa
El trasplante se realiza en mesas de 1m de ancho con 0,20 m de alto, ocupando
una distribución de cuatro hileras en línea o alternadas (Figura 5.19). Esta mesa
puede ser cubierta por una lámina de plástico o malla anti-malezas.
Figura 5.18. Plantación en camellón, hilera doble con riego por cinta y con riego por surco.
usada. Para obtener esta densidad poblacional se justan las distancias entre y
sobre hilera, en este último caso varían entre 0,20 y 0,15m entre plantas. Las
lechugas tipo marina usan entre 100.000 y 120.000 plantas por hectárea y las
distancias sobre hilera para ajustar las poblaciones varían entre 0,30 y 0,24 m. La
población de ambos tipos de lechuga se debe ajustar para lograr obtener plantas
que pesen más de 350 g, que es el peso comercial de mejor calidad.
Cuadro 5.2. Poblaciones de plantas/ha usadas por los diferentes tipos de lechuga
cultivados en el país.
Siembra directa
Preparación de suelos
Siembra
La siembra de semillas no debe ser muy profunda y el suelo debe estar con muy
buena humedad, no anegado. Por lo general, la profundidad de siembra es de
2 a 3 veces el tamaño de la semilla; por lo tanto, en el caso de la lechuga, la
profundidad no debe exceder 1 cm.
Referencia bibliográfica
Carrasco, J. (1991). Preparación de suelos para el cultivo del Ajo. En: Manual
del cultivo del Ajo. Primer Curso-Taller del cultivo del Ajo. Instituto
de investigaciones Agropecuarias (INIA), Serie La Platina Nº 287. Estación
Experimental La Platina, Santiago, Chile. Pp. 1-14.
Para una buena fertilización es necesario identificar de forma correcta cuáles son
las características del suelo que incidirán sobre la producción y los rendimientos
esperados para la condición climática y tecnológica en la cual se contextualiza
el cultivo.
6.1. Nitrógeno
El nitrógeno (N) es un nutriente que presenta diferentes formas químicas en el
suelo, encontrándose por lo general en forma de nitrato y presentando una alta
Para suelos con mayores pluviometrías (>600 mm/año) existirá una variación
importante en el contenido de nitrógeno del suelo, pudiendo variar esta entre el
momento en el cual se tomó la muestra para análisis y se estableció el cultivo.
Considerar el cálculo anterior, por tanto, podría llevar a una subestimación de
Los aportes de N al suelo y al cultivo vienen dados por los residuos generados
por el cultivo anterior y las enmiendas orgánicas y fertilizantes que puedan ser
añadidos de acuerdo con el programa de manejo. Los fertilizantes nitrogenados
inorgánicos tradicionalmente presentan una liberación más o menos inmediata
del nutriente a la solución suelo. Cultivos como la lechuga presentan como
ventaja que, si el riego se realiza de forma correcta, el nutriente se encontrará
disponible transcurridas pocas horas desde la aplicación. Un correcto uso de
estos fertilizantes considera:
Existe una fracción del N aplicado en los fertilizantes inorgánicos que no queda
directamente disponible para el cultivo objetivo. Parte de este es inmovilizado en
el ciclo interno del suelo, mientras que las pérdidas por lixiviación y volatilización
restan otro tanto. En nuestro país, la eficiencia de la fertilización nitrogenada
generalmente se encuentra entre 60 y 65%. Esta debe ser considerada a la hora
de elaborar los planes de fertilización para evitar de este modo subestimar el
requerimiento del cultivo disminuyendo los rendimientos productivos.
Dosis de fertilizante:
6.2. Fósforo
El fósforo (P) presenta una movilidad reducida en el perfil de suelo. Salvo en
excepciones, donde en la textura del suelo predomina la arena e históricamente
se han aplicado grandes cantidades de P (como consecuencia de la adición
continua de enmiendas orgánicas), este nutriente queda firmemente retenido a
los minerales del suelo. Esta condición implica que la localización del nutriente
en el suelo sea relevante, ya que este debe encontrarse al alcance de las raíces.
Dada la baja movilidad del P dentro del suelo, es posible fertilizar con el total
de la dosis necesaria antes del momento del trasplante. Los mecanismos de
fijación de P que presenta el suelo, hacen recomendable que en suelos de baja
disponibilidad (>30 ppm) sea recomendable aplicar el nutriente en hilera bajo o
al costado del cultivo al momento de construir el camellón y no al voleo, como
se realiza tradicionalmente.
Los contenidos de P del suelo deben ser monitoreados año a año, realizando un
análisis de suelo de forma similar a la descrita para nitrógeno. El P presenta un
efecto residual importante que puede durar hasta dos o tres años. Por tanto, es
necesario vigilar que los niveles de P se mantengan en el tiempo y no ocurra una
disminución progresiva del nutriente. Si esto ocurriese producto del manejo, se
recomienda la realización de aplicaciones de P al voleo e incorporación posterior
estableciendo un plan de aplicaciones progresivas año a año.
Se considera que niveles de K disponible entre 100 y 150 ppm son suficientes para
el cultivo, siendo necesario aplicar solo la dosis de mantención propuesta para
mantener la fertilidad del suelo. Si el nivel de K fuera más bajo, es recomendable
aumentar la dosis calculada para aumentar de forma progresiva el K disponible
del suelo.
Sofía Felmer E.
Ing. Agrónoma
INIA Rayentué
7.1. Introducción
El adecuado manejo del agua de riego tiene gran relevancia en la horticultura
nacional, determinando la producción y calidad que define el retorno por
ventas al productor. En relación con el riego se debe considerar, al menos, la
disponibilidad de agua, la especie y variedad, la densidad de plantación, la
calidad química y biológica del agua, los períodos fenológicos críticos de la
especie y el instrumental que ayude a la programación y control del riego. Este
capítulo busca orientar al productor de lechuga en las interrogantes básicas que
determinarán el manejo y programación del riego en esta especie, para lograr
adecuados niveles de producción y calidad.
Las fuentes de agua de un predio pueden ser del tipo superficial o subterráneo.
Cuadro 7.1. Niveles de riesgo de salinización a partir del contenido salino y la conducti-
vidad eléctrica del agua de riego (Ayers y otros, 1976).
Por otra parte, a pesar del filtrado riguroso a que se somete el agua de riego
en sistemas presurizados, siempre persisten sólidos en suspensión, sustancias
disueltas o microorganismos contenidos en el agua de riego que escapan a esta
barrera. De esta forma, el material en suspensión puede provocar obstrucciones
en los emisores de riego localizado. Estos materiales pueden clasificarse de
acuerdo con el riesgo de obstrucción, en función de su concentración en el agua
de riego, como lo muestra el Cuadro 7.2.
La Norma Chilena (NCh 1333) clasifica como apta para riego al agua con
concentraciones menores a 1000 coliformes totales por 100 mL, destinadas al
cultivo de verduras y frutas que se desarrollen a ras de suelo y que habitualmente
se consumen en estado crudo (Nissen y otros, 2000). Este criterio se ajusta al de
la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque difiere de las legislaciones
de países desarrollados. Por ejemplo, la norma japonesa considera agua apta
para riego al agua con concentraciones menores a 50 coliformes totales por 100
mL de agua, en tanto la del Estado de California debe contener menos de 2,2
coliformes totales por 100 mL para el riego de cultivos.
De esta forma, descontando el valor de PMP del valor de CC del suelo, es posible
calcular la cantidad de agua que retiene un suelo, la que multiplicada por la
Densidad Aparente del suelo (Da) y la Profundidad de suelo (Prof), permite
determinar la humedad aprovechable del suelo [HA = (CC − PMP) × Da × Prof]. En
general, los suelos agrícolas que menos agua retienen son los del tipo arenoso,
que pueden almacenar del orden de 40 mm de agua en un metro de profundidad
de suelo. Un suelo que tenga poca retención de humedad requerirá riegos
frecuentes, con láminas de agua relativamente menores por reponer (tiempos
de riego cortos). Por otro lado, suelos arcillosos finos pueden almacenar hasta
200 mm de agua en un metro de suelo, permitiendo riegos de menor frecuencia,
pero con mayor carga de agua (tiempos de riego largos).
Laslechugassonextremadamentesensiblesalestréshídrico.Independientemente
del tipo de riego que se utilice, la calidad y el rendimiento del cultivo se verá
afectado si la oportunidad de riego se retrasa o si la humedad en el suelo cae a
valores muy bajos. El efecto más evidente del estrés hídrico será la reducción del
tamaño y engrosamiento de las hojas de la lechuga, con una reducción notoria
en la calidad del producto que dificultará su comercialización.
El coeficiente de cultivo FAO para lechugas es 0,7 para la etapa inicial, 1,00 para
la etapa media y 0,95 para la final (Allen y otros, 1998).
Cuadro 7.3. Duración de la etapa fenológica para lechuga (Allen y otros, 1998).
Las necesidades netas (NN) de riego estimadas para la zona central fluctúan
en general entre 1.500 y 4.500 m3/ha, dependiendo de la zona, la variedad y la
pluviometría del año de cultivo.
Está demostrado que la tecnificación del riego mejora la eficiencia del uso
del agua en forma considerable. Tradicionalmente la lechuga se ha regado por
surcos, con una eficiencia de riego estimada en 45%. Sin embargo, evaluaciones
de campo indican que este nivel de eficiencia difícilmente se alcanza en riego
por surcos y que en la práctica este valor fluctúa entre 25% y 35%.
Figura 7.3. Tecnificación del riego por surcos con mangas y riego por pulsos.
En las últimas décadas, el cultivo de lechugas incluye el riego por goteo, con
eficiencias potenciales del orden de 90%. Esta tecnología permite al agricultor
prácticamente doblar la superficie que cultivaba antes por surcos. Además,
mediante el riego localizado, el productor puede controlar de forma eficiente
la cantidad de agua aplicada, pudiendo implementar sistemas de inyección de
fertilizantes e incluso pesticidas disueltos en la línea de riego. Por otro lado, la
incidencia de malezas y el control de plagas y enfermedades se ve favorecido al
poder controlar el agua aplicada o dirigirla hacia la zona de raíces.
Cabe destacar que todos los sensores de agua en el suelo deben instalarse en la
zona del bulbo húmedo, cercano al lateral o cinta de riego.
En riego por goteo, el riego deficitario puede restringir el bulbo mojado desde
donde las raíces extraen el agua y los nutrientes. Es necesario destacar que el
exceso de agua y fertilización en variedades tipo iceberg puede causar defectos
como corazón blando, reduciendo el valor comercial del cultivo. Ciertas
prácticas, como suspender el riego antes de la cosecha, pueden causar que se
parta y queme por sol la cabeza de variedades tipo iceberg o que se quemen las
puntas de las hojas en variedades romanas.
NORMA CHILENA OFICIAL Nº 1.333/78. Aprobada por D.S. MOP Nº 867/78 (D.O. 22.05.78).
8.1. Introducción
Para que ocurra una enfermedad es necesario que existan en forma simultánea
tres factores fundamentales, un hospedero susceptible, un medio ambiente
favorable y un agente causal, si alguno de estos factores no está presente, no
ocurrirá la enfermedad.
• Se debe recurrir al control químico solo como última alternativa: los controles
químicos deben usarse solo cuando sea necesario y, con frecuencia, solo
en momentos específicos del ciclo de una determinada enfermedad. Debe
privilegiarse el uso de los agroquímicos específicos, biológicos de bajo
impacto en el medio ambiente, por sobre los de amplio espectro de acción y
estos deben utilizarse en las dosis mínimas recomendadas por el fabricante,
siempre respetando las precauciones que se indican en las etiquetas en
Lesiones acuosas aparecen en las hojas o en la base del tallo. Luego, a medida
que la enfermedad avanza, se observa presencia del micelio de un color grisáceo
sobre los tejidos parasitados (Figura 8.1), que daña completamente el valor
comercial debido a la pudrición del tejido afectado. El hongo comúnmente
esporula profusamente, observándose la presencia de numerosos conidióforos
(Figura 8.2.), los cuales producen innumerables conidias, que son las encargadas
de la difusión de la enfermedad. El patógeno también puede formar estructuras
de resistencias llamadas “esclerocios” en los tejidos dañados (Figura 8.3).
8.2.2. Diseminación
8.2.3. Sobrevivencia
8.2.4. Control
Control cultural
Control químico
Figura 8.1. Pudrición gris de hojas y base del tallo, abundante esporulación gris.
Figura 8.2. Conidioforo de Figura 8.3. Esclerocios de Botrytis cinerea sobre teji-
Botrytis cinerea. dos dañados.
8.3. Mildiu
Esta enfermedad es causada por el hongo Bremia lactucae y se presenta con más
frecuencia en cultivos de otoño-invierno, cuando la humedad y la temperatura
son más favorables para el desarrollo del patógeno. También es frecuente
8.3.1. Síntomas
8.3.2. Diseminación
8.3.3. Sobrevivencia
Control cultural
Control químico
8.4.1. Síntomas
8.4.3. Sobrevivencia
8.4.4. Control
Control cultural
Control químico
8.5.1. Síntomas
8.5.2. Diseminación
8.5.3. Sobrevivencia
8.5.4. Control
Control cultural
• Eliminar plantas enfermas tan pronto como se observen para bajar carga de
inóculo, sacándolas fuera del cultivo.
• En plantaciones de invierno, preferir lechugas con hábito de crecimiento más
erecto.
• Rotación de cultivo con especies no susceptibles al hongo, como cereales y/o
maíz.
Control químico
Figura 8.7. Pudrición de plantas y muerte de ellas en campo. Se observa micelio blanco
y esclerocios negros.
8.6. Virosis
Los cultivos de lechuga pueden ser afectados por diversos virus, que cuando
atacan fuerte causan severas pérdidas en rendimiento y calidad. Entre los
virus más frecuentes se puede mencionar: la vena ancha de la lechuga, virus
del bronceado del tomate, virus de la mancha necrótica del impatiens, entre
otros. Es importante señalar que los virus pueden afectar a las plantas desde su
emergencia y también trasmitirse por semilla, como el virus del mosaico de la
lechuga, y sus efectos detrimentales serán mayores; por lo cual, es fundamental
tomar todas las medidas para asegurar que los plantines estén libres de virus
al momento de la plantación, esto ayudará a comenzar un cultivo sano. A
continuación, se describen los virus más comunes encontrados en lechuga.
Síntomas
Ambos virus se caracterizan por producir anillos oscuros que pueden observarse
en las hojas externas y el folíolo central, pudiendo llegar a causar la muerte de
las plantas (Figura 8.10.). Los síntomas son claramente visibles cuando la lechuga
tiene un desarrollo de ocho hojas, lo que equivale a dos o tres semanas del
cultivo en el campo. El daño es total a la planta, con pérdida comercial.
Diseminación
Sobrevivencia
Control
Control químico
No existe control químico para los virus. El control de los insectos vectores como
forma de control de virus no es siempre eficiente, ya que una baja población de
insectos puede trasmitir el virus. Sin embargo, estudios realizados en INIA señalan
que aplicaciones de insecticidas con ingredientes activos, como Abamectina o
Clorpirifos, en etapas iniciales del cultivo pueden reducir la población de trips.
Síntomas
Diseminación
• Ambos virus son transmitidos por zoosporas y esporangios del hongo de sue-
lo Olpidium brassicae.
• Por suelo contaminado.
• Por agua.
• Por plantas afectadas.
Sobrevivencia
Control
Control cultural
No existe control químico para los virus; sin embargo, estudios realizados por
INIA han permitido disminuir las cargas de inoculo con desinfecciones a las
raíces antes de la plantación.
Consideraciones Generales
Las enfermedades reportadas en este capítulo son las más frecuentes para
el cultivo; sin embargo, siempre es factible que nuevos organismos puedan
afectar a las plantas. Es por ello que revierte especial importancia mantener un
permanente monitoreo de los cultivos, de modo de reportar nuevos problemas
o sintomatologías que puedan estar causando daño en ellos. Solo especialistas
podrán establecer cuál o cuáles son los agentes causales y determinar las
mejores estrategias de control.
Referencias bibliográficas
Blancard, D. (2012). Tomato diseases. Identification, Biology and Control
(segunda edición). Londres.
En línea: http://www2.inia.cl/medios/Descargas/CRI/Platina
ResumenesCongresos/2005/2005-34-rosales.pdf
En línea: http://www2.inia.cl/medios/Descargas/CRI/Platina/
ResumenesCongresos/2005/2005-01-rosales.pdf
En línea: http://www.redgreen.cl/esclerotinia-pudricion-blanca-de-la-lechuga-
paulina-sepulveda-inia/
En línea: http://www.redagricola.com/reportajes/fitosanidad/en-la-region-de-
coquimbo-nuevo-virus-transmitido-por-trips-afecta-al-cultivo-
En línea: http://www.patologiavegetal.unlu.edu.ar/?q=node/42
• Hemiptera.
• Lepidoptera.
• Diptera.
• Thysanoptera.
Por último, los insectos también pueden disminuir el valor del producto debido
a mala apariencia de este. Por ejemplo, la presencia de colonias de áfidos en
las hojas comestibles, presencia de minahojas en las hojas exteriores y agujeros
en el follaje por causa de mordeduras de insectos. Además, se debe considerar
que el uso abusivo de algunos insecticidas puede causar fitotoxicidad en las
plantas y ser tóxico al ser humano, o también causar daño al medio ambiente,
contaminando agua y suelo, o bien eliminar enemigos naturales.
Los pulgones, en general, colonizan las hojas de la lechuga. Tienen dos estados
de acuerdo con la presencia (alados) o ausencia de alas (ápteros). Transmiten
virus y adquieren rápida resistencia a insecticidas por su capacidad de no solo
reproducirse en forma sexual, sino también por partenogénesis. Y, además,
tienen ciclos biológicos cortos, lo que les permite tener muchas generaciones
durante la temporada de crecimiento de esta plaga.
Figura 9.1. Estado áptero de los dos principales áfidos del cultivo de la lechuga.
Figura 9.3. Lechuga escarola y de hoja suelta contaminada con Pulgón de la Lechuga.
Este áfido mide a estado adulto alrededor de 2 mm, presentando cuerpo verde
amarillento pálido en su forma áptera, pero en su forma alada tiene cabeza y
tórax negro, abdomen verde, sifones y cauda oscura. La presencia de cauda y
sifones es característica de los pulgones (Figura 9.4). Los sifones son oscuros en
su ápice y ensanchados a modo de cuello de botella. La longitud de las antenas
es similar a la del cuerpo.
El daño que causa es muy similar al Pulgón de la Lechuga, por ser vector de
virus que causan enfermedades, las cuales hacen perder calidad y rendimiento al
producto fresco, pero además afectan a la presentación del producto.
También los áfidos se caracterizan por extraer más carbohidratos de los que
requieren, por eso eliminan mielecilla. Cuando es muy alta la infestación se
asocia un hongo que produce fumagina.
9.2. Trips
La principal especie que está presente en Chile en el cultivo de la lechuga es el
Trips de California (Frankliniella occidentalis (Pergande)). Tiene como hospedero
a más de 250 especies de plantas cultivadas, además de muchas especies de
malezas.
Este trips, junto con el trips de la cebolla, transmite el Virus del Bronceado del
9.3.1. Monitoreo
El monitoreo es una acción que se debe llevar a cabo durante todo el cultivo
de la lechuga, desde el inicio de la siembra de almácigo hasta la cosecha,
observando los umbrales críticos para tomar decisiones de aplicación de
pesticidas adecuados a la plaga predominante.
Cuadro 9.1. Reconocimiento de aspectos que presentan los insectos más comunes en el
cultivo de lechuga capturados en trampas adhesivas y de agua.
Plaga Foto plaga Aspecto sobre trampa adhesiva
Adulto
Huevo
Larva Larva
Los parasitoides son por lo general mucho más específicos que los depredadores
y, a diferencia de los parásitos, pueden dispersarse activamente en busca de sus
presas. Por estas razones tienen una gran importancia como agentes de control
biológico de insectos plaga.
Referencias bibliográficas
Domínguez, C. (2006). Determinación del ciclo biológico del pulgón de la lechuga
Nasonovia ribisnigrii Mosley sobre Lactuca sativa variedad Valley
Green a diferentes temperaturas. Tesis de Grado Facultad de Ciencias
Agropecuarias y Ambientales: Universidad de las Américas.
10.1. Introducción
Las malezas en el cultivo de lechuga, así como en cualquier otro cultivo, son
causantes de grandes pérdidas en rendimiento y calidad del producto. Las
malezas reducen el rendimiento de todos los cultivos al competir por:
• Absorción de luz.
• Humedad.
• Minerales del suelo.
• Espacio.
Sin embargo, no solo causan daños por competencia, sino también directos
por alelopatía y las dificultades de desplazamiento de equipos y personas en
el potrero. Además, causan daños indirectos, ya que muchas son hospederos y
propician la presencia de plagas y enfermedades.
• Cultural.
• Mecánico.
• Químico.
Tomar precauciones para evitar la dispersión de gotas finas; como por ejemplo,
no aplicar con viento ambiental mayor a 6,5 km/h, usar pantalla protectora,
boquilla anti-deriva, pulverizar a una altura máxima no superior a 40 cm, usar
boquillas de abanico plano (si se aplica con pulverizadores con barra suspendidos
en tractor) o boquillas deflectoras tipo espejo (si se aplica con pulverizadores
hidráulicos de mochila, “Bombas de espalda”), considerar los herbicidas de
menor volatilidad y mantener los equipos de aplicación y boquillas funcionando
óptimamente. Es necesario considerar todas las normativas de BPA respecto del
El caso del cultivo de lechuga no tiene muchos herbicidas para utilizar, solamente
hay uno selectivo, que es Propizamida, en el Cuadro 10.1. se presentan los
herbicidas más usados y el momento de aplicación.
Referencia bibliográfica
Rojas, L., Larraín, P., Riveros, F., Sierra, C., Chiang, L., Martínez, L. y Alcaíno, E. (2010).
Producción integrada de hortalizas en la Región de Coquimbo. Boletín
INIA Nº211. Instituto de Investigaciones Agropecuarias, Centro Regional
de Investigación Intihuasi, La Serena, Chile.
Las lechugas tipo escarola aptas para la cosecha tienen que presentar una
cabeza compacta, donde se requiere una fuerza manual moderada para ser
comprimida. Una cabeza muy suelta está inmadura; por el contrario, una muy
firme o extremadamente dura se considera sobremadura (Figura 11.1.). Las
cabezas inmaduras y maduras tienen mucho mejor sabor que las sobremaduras
En el Cuadro 11.1. se presentan los límites de peso para los diferentes tipos de
mercado de lechuga. Muchas lechugas con peso y tamaño grande tienen destino
a supermercado, pero también hay una demanda por este tipo de lechugas
desde tiendas y ferias libres. En la actualidad, la presentación de las lechugas ha
tomado mucha importancia para el consumidor. Los envases de plástico u otros
tipos de envases que permiten intercambio gaseoso se están usando en Chile
y en el mundo, pero también hay presentaciones sin envase con alta calidad
de producto (Figura 11.4.), donde además se mantiene el producto fresco con
aplicaciones de humedad.
Referencia bibliográfica
Cantwell, M. y Suslow, T. (2002). Lettuce, Crisphead: Recommendations
for Maintaining Postharvest Quality. En línea: http://ucanr.edu/sites/
Postharvest_Technology_Center_/Commodity_Resources/Fact_
Sheets/Datastores/Vegetables_English/?uid=19&ds=799 (Accessed
January 18, 2014).