2do PARCIAL CONSUMIDOR

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2do.

PARCIAL DEFENSA DEL CONSUMIDOR

TEMA 1

a) Incumplimiento contractual del proveedor: opciones previstas en la LDC.


El incumplimiento contractual de la obligación se encuentra normado en el art. 10 Bis LDC. El proveedor
sólo se libera el incumplimiento contractual por caso fortuito o fuerza mayor. El consumidor podrá optar
entre: el cumplimiento forzado de la obligación, aceptar otro producto o servicio equivalente, o resolver
el contrato con la restitución de lo pagado. Todo ello sin perjuicio de las acciones de daños y perjuicios
que correspondan.

b) Medicina prepaga: responsabilidad por el hecho de los prestadores; cláusulas abusivas; correlación
fallo “Garciarena c/Omint”.
La responsabilidad de la empresa de medicina prepaga por el hecho de los prestadores es de atribución
objetiva. Por lo que, una vez probada la responsabilidad del prestador por el daño al paciente, la
empresa de medicina prepaga debe responder por aquél como un hecho del dependiente. En estos
casos se aplican los principios de la responsabilidad contractual por el hecho de terceros, esto es,
cuando el deudor se vale de otro para la ejecución de su programa prestacional, siempre que el hecho
dañoso se produzca en ocasión de las funciones encomendadas. Una de las cláusulas abusivas típicas en
el contrato de medicina prepaga es el de – exención de responsabilidad -, por el cual la empresa
pretende liberarse total o parcialmente (en un sistema cerrado) por el obrar de los prestadores
contratados, desnaturalizando las obligaciones del contrato. Otra cláusula abusiva típica del contrato de
medicina prepaga es la que hace a la – limitación de cobertura – en relación a períodos de carencia
(período posterior a la contratación durante el cual se impone al usuario una espera para usufructuar

ciertas prestaciones y enfermedades prexistentes). Respecto de esto último, la jurisprudencia ha


receptado mediante el fallo ‘Garciarena c/ Omint´ que la empresa de medicina prepaga no puede excluir
a un afiliado por el sólo hecho de sufrir una enfermedad preexistente a la celebración del vínculo
contractual, sino que para ello debería probar la omisión dolosa de aquella en la declaración jurada del
afiliado mediante la cual se concreta su admisión. Lo que se considera no es la existencia de una
enfermedad anterior a la afiliación, sino el momento en que el afiliado pudo tomar conocimiento sobre
aquella.

c) Acciones judiciales: características del proceso; legitimación individual y colectiva; efectos de la cosa
juzgada; Código CABA.
Las características procesales que introduce la LDC respecto de las acciones judiciales son la –
legitimación amplia (consumidor en sentido amplio y asociaciones de consumidores); procedimiento
abreviado (vía sumarísima); gratuidad del proceso para el demandante (diferentes posiciones). Además,
en los procesos de acción judicial en el ámbito de consumo, a diferencia de un proceso de conocimiento
(donde la prueba del daño corresponde a quien la alega), rige el mecanismo de la – carga dinámica de la
prueba -. La legitimación activa individual corresponde al consumidor en sentido amplio. La legitimación
activa para los reclamos colectivos corresponde a los grupos o asociaciones de usuarios y/o
consumidores, en el marco de las acciones de incidencia colectiva previstos en el art. 54 de la LDC:
personas jurídicas que representan a determinados grupos de consumidores que tienen en común
alguna particularidad y que han sido autorizadas para funcionar como tal. Las acciones judiciales
iniciadas en defensa de intereses de incidencia colectiva cuentan con el beneficio de justicia gratuita. La
sentencia favorable en el marco de un proceso colectivo produce efecto de – cosa juzgada – para el
conjunto de los consumidores o usuarios de dicha clase, a los cuales se deberá identificar y notificar por
todos los medios razonablemente posibles; excepto que hayan manifestado su voluntad en contrario
previo a la sentencia. En CABA la ley 6407 sanciona el Código Procesal en relaciones de consumo. El
CATYRC (contencioso administrativo tributario y de relaciones de consumo) absorbe todas las
competencias relacionadas al ámbito de consumo. Tiene como ventaja que se trata de un:
procedimiento acotado, gratuidad, amplitud en temas de competencia; pero exige también que se
agote una instancia de mediación previa, aunque sea esta mediante Coprec.

TEMA 2

a) Deber de seguridad: noción; régimen legal; factor de atribución; correlación fallo “V.M. c/K.B.”
El deber de seguridad se encuentra normado en el art. 42 de la CN y en los arts. 5 y 6 de la LDC. Refiere a
la responsabilidad que tiene el deudor (proveedor) de preservar la seguridad pisco – física y del
patrimonio del consumidor. El factor de atribución es objetivo. Se le interpreta como una obligación de
resultado, respecto de la cual el proveedor sólo puede liberarse de responsabilidad demostrando la
interrupción del nexo de causalidad entre el hecho y el daño producido. Esto último puede relacionarse
con el fallo ‘V.M c/ K.B’, en tanto que acá el tribunal de primera instancia y la cámara de apelaciones
entendieron que el daño producido en el niño (que jugaba con una mesa) no podía haber sido previsto
ni evitado por la empresa del local de ropa (en condiciones normales de uso), encontrando como causa
determinante la falta de cuidado e inobservancia de la madre sobre el accionar de su hijo, encuadrando
la situación jurídica como – hecho del damnificado – y absolviendo a la empresa proveedora.
b) Cláusulas abusivas: caracterización y presupuestos; régimen y método de la LDC y el CCC.
El art. 119 CCCN define las cláusulas abusivas como aquellas que, habiendo sido negociadas
individualmente o no, producen un desequilibrio significativo entre los derechos y obligaciones de las
partes en perjuicio del consumidor. El art. 37 de la LDC y el 988 CCCN describen el carácter genérico de
las cláusulas que producen una situación jurídica abusiva: se desnaturalizan obligaciones, restringen
derechos, invierte la carga de la prueba, no son previsibles. Si bien podemos definir algunas prácticas
abusivas típicas (según el marco contractual al que hagamos referencia), se trata de un sistema abierto,
es decir, no taxativo, de las situaciones particulares que podrían encuadrarse como tal. Con la LDC y la
evolución del estatuto del consumidor, se generaliza el sistema de control previo al imponer a la
autoridad de aplicación el deber de vigilar que los contratos por adhesión o con cláusula uniformes
generales o estandarizadas no contengan ninguna de las estipulaciones prohibidas, considerándose
además la obligación de publicación de los contratos predispuesto en sitio web o entrega manual.

c) Tarjeta de crédito: responsabilidad por utilización fraudulenta; controversias entre usuario y


proveedor; extinción.
Ley 25.065. En cuanto a la responsabilidad por utilización fraudulenta en el sistema de tarjetas de
crédito, existen al menos dos variables diferentes. Si la utilización fraudulenta es producto del robo o
pérdida de la tarjeta, el usuario se ampara de su uso indebido con la denuncia de robo o extravío dentro
de las 00hs del día de efectuada la denuncia. Fuera de dicho rango, se supone que el usuario no ha
guardado respecto de sus pertenencias un uso diligente y por lo tanto se desliga de responsabilidad al
Banco emisor. Si la utilización fraudulenta de la tarjeta fuera producto de una copia o falsificación,
entonces no se considera la distribución del riesgo, ya que probablemente el usuario sea el último en
enterarse. Las controversias que surjan entre el usuario y proveedor (comerciante) por la compra de un
producto o contratación de un servicio le son ajenas al Bco. emisor, salvo que este hubiera
promocionado al producto o al proveedor. En este último caso, el usuario también podrá demandar al
banco emisor como parte de la cadena de proveedores, siendo que existe un interés económico
subyacente que induce a la efectivización de dicha compra. Extinción …………………

TEMA 3

a) Reglas de interpretación de los contratos por adhesión y de consumo


Los contratos de adhesión hacen referencia a contratos con cláusulas predispuestas por una de las
partes, donde el consentimiento de la otra se limita a exteriorizarse mediante el mero asentimiento, sin
capacidad de negociación previa. No todo contrato de adhesión es necesariamente un contrato de
consumo (ej. interempresarial), aunque los contratos de consumo suelen ser, en casi todos los casos,
contratos de adhesión. Rigen para los contratos de consumo los siguientes principios: Principio de
claridad – no cláusulas oscuras - (art. 987 CCCN). Principio de especialidad – cláusulas particulares - (art.
986 CCCN). Principio de reconocibilidad – autosuficiencia y accesibilidad - (art. 985 CCCN). Principio de
interpretación más favorable al consumidor (art. 7 LDC / arts. 1094 - 1095 CCCN).

b) Responsabilidad por productos y servicios: clases de vicios abarcados; ámbito de aplicación.


La responsabilidad por daños derivados del riesgo o vicio de la cosa o de la prestación del servicio se
encuentra regulada en el art. 40 LDC. En término genéricos, el bien jurídico protegido hace referencia a
los ‘vicios ocultos’ y ‘vicios redhibitorios´. Por otra parte, los vicios de la cosa abarcados en este artículo
pueden clasificarse en: vicios de fabricación (particular de un producto), vicios de concepción (afectan a
toda la serie de productos realizada en las mismas condiciones) y vicios en la comercialización (refiere a
los vicios en la presentación o comercialización del producto). La responsabilidad del proveedor es
formalmente solidaria y en los hechos concurrente respecto de toda la cadena de proveedores. El factor
de atribución es objetivo. El proveedor sólo se libera demostrando el caso fortuito, fuerza mayor, hecho
de un tercero o hecho de la víctima. A diferencia del deber de seguridad (refiere a la situación genérica),
la responsabilidad por daños derivada del uso de productos y servicios defectuosos procede con la
particularización del objeto dañoso. Los legitimados activos son el consumidor (en sentido amplio) y los
herederos del causante. El legitimado pasivo corresponde a cualquiera de las partes de la cadena de
proveedores, incluso por el sólo hecho de haber puesto la marca en el producto.

c) Garantías legales sobre bienes y servicios: régimen legal; correlación fallo “Giorgi c/Ford”.
Se estableció para evitar que se desvincule el proveedor de la comercialización y los efectos de
insertar el producto en el mercado. ARTICULO 11. — Garantías. “Cuando se comercialicen cosas
muebles no consumibles conforme lo establece el artículo 2325 del Código Civil, el consumidor y los
sucesivos adquirentes gozarán de garantía legal por los defectos o vicios de cualquier índole, aunque
hayan sido ostensibles o manifiestos al tiempo del contrato, cuando afecten la identidad entre lo
ofrecido y lo entregado, o su correcto funcionamiento. La garantía legal tendrá vigencia por 3 meses
cuando se trate de bienes muebles usados y por 6 meses en los demás casos a partir de la entrega,
pudiendo las partes convenir un plazo mayor. ARTICULO 23. — Deficiencias en la Prestación del
Servicio. Salvo previsión expresa y por escrito en contrario, si dentro de los 30 días siguientes a la
fecha en que concluyó el servicio se evidenciaren deficiencias o defectos en el trabajo realizado, el
prestador del servicio estará obligado a corregir todas las deficiencias o defectos o a reformar o a
reemplazar los materiales y productos utilizados sin costo adicional de ningún tipo para el
consumidor. En el fallo ‘Giorgi c/ Ford’ se condena a la concesionaria automotor a entregar un
vehículo 0km de las mismas características que el consumidor hubiera adquirido, luego de que tras
reiteradas fallas y arreglos defectuosos la empresa no hubiera podido garantizar las reparaciones
adecuadas para cumplir con la garantía prevista para sanear los defectos de fábrica que presentaba
el rodado.

TEMA 4

a) Responsabilidad por productos y servicios: factor de atribución y eximentes; correlación fallo “Pena
c/Superm.Hipermarc”.
La responsabilidad por daños derivados del riesgo o vicio de la cosa o de la prestación

del servicio se encuentra regulada en el art. 40 LDC. El factor de atribución es objetivo. El proveedor sólo

se libera demostrando el caso fortuito, fuerza mayor, hecho de un tercero o hecho de la víctima. Los

legitimados activos son el consumidor (en sentido amplio) y los herederos del causante. El legitimado

pasivo corresponde a cualquiera de las partes de la cadena de proveedores, incluso por el sólo hecho de

haber puesto la marca en el producto. En el fallo ‘Pena c/ Supermercados Hipermec. S.A.’, la cámara de

apelaciones en lo civil hace lugar al reclamo de un usuario que ha sufrido un robo en los baños públicos

del establecimiento. Refiere, en este caso, que la responsabilidad derivada del riesgo en dichas

prestaciones es objetivo, debiendo garantizar con todos los medios a su alcance, la seguridad de los

usuarios y clientes; caracterizando lo acontecido como un suceso previsible y remarcando respecto de

aquello la omisión de la empresa en el – deber de cuidado -. ‘En este sentido, se resolvió en un caso de

similares características que no puede eximirse de responsabilidad la propietaria de un supermercado

pues, en la actualidad, la frecuencia de los robos y hurtos perpetrados por bandas delictivas organizadas

y/o simples delincuentes, impide considerar a tales hechos como imprevisibles, razón por la cual

constituyen un riesgo propio de la actividad profesional de la empresa dedicada a la explotación de un

centro comercial de gran afluencia de personas, máxime cuando el lugar cuenta con seguridad privada

(conf.: CNCiv., Sala D, “Pena, Claudio Leonardo c/ Supermercados Hipermarc S.A. y otros s/ daños y

perjuicios”, del 10/12/09).

b) Cláusulas abusivas: mecanismos de control administrativo y judicial.


Con la LDC y la evolución del estatuto del consumidor, se generaliza el sistema de control previo al
imponer a la autoridad de aplicación el deber de vigilar que los contratos por adhesión o con cláusula
uniformes generales o estandarizadas no contengan ninguna de las estipulaciones prohibidas,
considerándose además la obligación de publicación de los contratos predispuesto en sitio web o
entrega manual. El mecanismo de control de las cláusulas contractuales se rige por aquello que se
denomina un – sistema de control previo -, ejercido por una autoridad de aplicación del órgano
administrativo en la facultad de poder de policía del Estado. Este puede proceder por actuación propia o
mediante la solicitud del denunciante. Más allá de esto, el consumidor siempre tiene la opción de
realizar su demanda por la vía judicial, una vez acreditada la instancia prejudicial previa por cualquiera
de las vías disponibles (audiencia administrativa, conciliación, mediación, etc.). Si en el marco de un
proceso judicial, de oficio o a petición de parte, el juez encontrará cláusulas abusivas en el contrato,
deberá declararlas de nulidad absoluta e integrar el contrato.

c) Daño directo: noción; requisitos legales; rubros comprendidos.


La figura del daño directo se encuentra regulada en el art. 40 bis de la LDC. Se trata de un perjuicio o
menoscabo que se produce al consumidor, susceptible de apreciación pecuniaria, ocasionado de
manera inmediata sobre sus bienes o su persona. Se trata de una daño inmediato y material, cuya
indemnización, en caso de corresponder, será dictada por el órgano administrativo, dotado para el caso
de especialización técnica. Se aplica exclusivamente a los daños materiales producidos de manera
directa. No se aplica a las consecuencias de violación de los derechos personalísimos del consumidor, su
integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas, las que resultan de la
interferencia en su proyecto de vida, ni en general, a las consecuencias no patrimoniales.

TEMA 5

a) Responsabilidad: características del sistema de responsabilidad de la LDC; prescripción de las


acciones.
La LDC se complementa con el CCCN en conjunción normativa a lo que resulta el – estatuto del
consumidor -, señalando el factor de atribución objetivo de los proveedores respecto de los
consumidores o usuarios. Esta nota central hace que los proveedores sólo puedan liberarse de su
responsabilidad civil para con los consumidores mediante la interrupción del nexo de causalidad,
demostrando el hecho fortuito, fuerza mayor, hecho de un tercero por el cual no debe responder o el
hecho de la víctima. La legitimación activa corresponde al consumidor en sentido amplio, a los
herederos del causante y las asociaciones de consumidores. La legitimación pasiva hace a todo el
conjunto de la cadena de proveedores, sentando las bases de una responsabilidad formalmente
solidaria y en los hechos concurrente. La prescripción de las acciones judiciales tiene en el art. 2560
CCCN un plazo genérico de 5 años y en el art. 2561 CCCN de 3 años para la acción por daños. Si bien la
modificación regresiva del art. 50 deja margen para la duda, en cuanto elimina la expresión del ‘plazo
más favorable consumidor’ (para favorecer a las aseguradoras), se debe considerar que estos plazos
definen una base mínima, interpretándose en todos los casos particulares los plazos más favorables al
consumidor.

b) Actuaciones administrativas: distintas vías de reclamo; autoridad de aplic.; procedimiento; acuerdos;


sanciones; recursos.
La LDC presenta una multiplicidad de vías para resolver conflictos derivados de la relación de consumo.
Conciliación, mediaciones, trámites administrativos, arbitraje, procedimiento judicial. Se trata de una
gama de posibilidades varias, que deberán ser analizadas según el contexto y la conveniencia. A partir
del art. 41 la ley establece cómo será el procedimiento administrativo e invita a las provincias a
adherirse a aquel. El consumidor puede iniciar un reclamo ante la autoridad de aplicación en el ámbito
local. La autoridad de aplicación fija una audiencia y convoca al proveedor, guiada por una persona
dependiente de la autoridad de aplicación que debiera conocer el derecho del consumidor y velar por
llegar a un acuerdo. Esta audiencia no requiere de patrocinio letrado. Si el consumidor no asiste a la
audiencia, la causa se archiva. Si ambos asisten puede celebrarse la audiencia con vocación conciliatoria
(la audiencia es exitosa en la medida que el consumidor acepta aquello que le estén ofreciendo). Si el
proveedor no se presenta, sucede lo mismo que la audiencia sin acuerdo: se presume la condición de la
infracción. Se le da plazo al proveedor para que presente un descargo y produzca prueba. Luego la
autoridad administrativa dicta una resolución: condenando al proveedor y aplicando una sanción; o
determinando que no hubo ninguna infracción y desestima la denuncia. Si desestima la denuncia, la
cosa termina. Si aplica una sanción, la indemnización la paga el proveedor y va a un destino de fondo de
consumidores (no al consumidor). El proveedor puede recurrir esa decisión en vía judicial por
contencioso administrativo. En cualquier caso, el proceso administrativo termina para el consumidor en
la audiencia. El resto del proceso se trata simplemente entre el proveedor y el contencioso
administrativo. El consumidor puede obtener un beneficio solamente si llega a un acuerdo en la
audiencia conciliatoria. Solamente invocando el – daño directo – (daño inmediato) la administración
debe pronunciarse en relación a este y podría beneficiar al consumidor. La audiencia administrativa
conciliatoria también puede ser acreditada para el consumidor como – instancia prejudicial previa –
para acceder directamente (sin proceso de mediación) al proceso judicial. El único requisito de acceso
del consumidor a la vía judicial es haber agotado alguna instancia prejudicial (mediación clásica o
trámite administrativo previo).
c) Tarjeta de crédito: cobro del saldo deudor; cláusulas abusivas; correlación fallo “Unión de Us.y
Consum.c/Banco Galicia”.
Obligación de emitir resumen (sólo se entra en mora sabiendo que hay que pagar). Dentro de los 30 días
de recibida, el usuario tiene la posibilidad de impugnar la liquidación de los cargos que considera
incorrectos. El emisor debe acusar recibo de las impugnaciones. Puede aceptar y corregir el error, o
explicar claramente, acompañando copia de los comprobantes, la liquidación. Mientras dure el
procedimiento de impugnación, el emisor no podrá impedir al usuario el uso de la tarjeta de crédito,
aunque sí exigir el pago por los rubros no cuestionados de la liquidación. Dentro del plazo de 7 días, el
titular puede manifestar si acepta o no las explicaciones del detalle del banco emisor. Si el titular
cuestiona las explicaciones otorgadas por el banco emisor, este último deberá resolver la cuestión en
forma fundada en el plazo de 10 días; luego de lo cual queda abierta la acción judicial para ambas
partes. Las cláusulas abusivas típicas del contrato de tarjeta de crédito son: las que importan renuncia
de derechos por parte del titular; las que facultan al emisor a modificar unilateralmente las condiciones
del contrato; las que imponen un monto fijo por el atraso en el pago del resumen; las que impongan
costos por informar la no validez de la tarjeta; los costos adicionales no autorizados por la autoridad de
aplicación; las que autoricen al emisor la recisión unilateral incausada; las que impongan al titular un
representante; las que permitan la habilitación directa de la vía ejecutiva para el cobro de deudas; las
que importen prórroga a la jurisdicción establecida por la ley; las adhesiones tácitas a sistemas anexos al
sistema de tarjeta de crédito. En el fallo ‘Unión de usuarios y consumo c/ Bco. Galicia’ la Cámara
Nacional comercial declara abusivos los cómputos devengados por el Bco. en razón del cargo por exceso
en el límite de compras, distinguiendo la naturaleza jurídica del cargo de la percepción de intereses.
Otro tipo de cláusulas abusivas propias de este ámbito son: el apoderamiento compulsivo, la adhesión a
servicios accesorios y la garantía prestada por adicionales que hubiera implementado el Banco
unilateralmente, interpretando que el consentimiento de los clientes debe ser expreso respecto de
estos puntos (el ‘silencio’ no puede ser manifestación de voluntad).

TEMA 6

a) Cláusulas abusivas: efectos: nulidad; integración; correlación fallo “Padec c/Bank Boston”
El efecto de una cláusula abusiva es el de tenerse por “no escrita”, declarándose de nulidad parcial (o
total) y a través de lo cual el juez se encuentra con el deber de integrar el contrato, siempre que esto
fuera posible. El fallo ‘Padec c/ Bank Boston’ trata sobre una cláusula que imponía al mantenimiento de
una cuenta bancaria un monto mayor al de los intereses percibidos por los usuarios. El tribunal de
primera instancia y la cámara nacional de apelaciones en lo civil rechazan la demanda, considerando el
consentimiento previo de los usuarios. El reclamo llega por queja – art. 42 CN – a la CSJN. La CSJN
entiende que dicha cláusula es abusiva por desnaturalizar el objeto del contrato (en el marco de un
desequilibrio entre partes propio de los contratos predispuestos) e infringir la norma de control
administrativo del BCRA; entendiendo a dicha cláusula como abusiva y ordenando el reintegro del
monto diferencial abonado por los usuarios. Se establece como práctica abusiva la modificación
unilateral del contrato (siendo que el ‘silencio’ de los clientes no puede ser interpretado como
manifestación de su voluntad) y se ordena el reintegro de las diferencias abonadas en el marco de dicha
situación jurídica.

b) Daño punitivo: antecedentes; funciones; tendencias jurisprudenciales.


El daño punitivo se encuentra regulado en el art. 52 bis LDC. Se trata de una indemnización que se aplica
como sanción de modo ejemplar para prevenir en el futuro la repetición de determinadas conductas. A
diferencia de los otros tipos de daños que se regulan en el estatuto del consumidor, se trata para este
de un factor de atribución subjetivo. La mayor parte de la doctrina sostiene que se trata de una acción
que procede ante cualquier conducta desaprensiva del proveedor, asimilable a la figura del dolo
eventual. Otros argumentan que sólo debería ser aplicable al corroborarse la ‘culpa lucrativa’, es decir,
el afán de lucro de manera ilegítima y fríamente calculado. La redacción del art. 52 Bis en nuestra
legislación recepta una definición amplia y ambigua del término, refiriéndose únicamente ‘al proveedor
que no cumpla sus obligaciones legales o contractuales con el consumidor’, lo cual en parte
desnaturaliza la esencia de la acción. Todo monto indemnizable en concepto de daño punitivo le
corresponde directamente al acreedor (consumidor).

c) Tarjeta de crédito: función económica; sujetos intervinientes; concepto; obligaciones del emisor.
La función económica que cumple el contrato de tarjeta de crédito es, en lo general, la de motivar el
consumo, favoreciendo la capacidad de compra de los usuarios e interactuando como intermediaria
entre estos y los proveedores directos de productos y servicios. En lo particular, el usuario de la tarjeta
se beneficia con el adelanto de crédito para consumo; el Bco. emisor con el cobro de intereses al usuario
y de comisiones al proveedor; el proveedor directo con el aumento de su clientela mediante la
incorporación de este sistema de pago. Según el art. 4 de la ley 25.065; ‘se denomina genéricamente
Tarjeta de Crédito al instrumento material de identificación del usuario, que puede ser magnético o de
cualquier otra tecnología, emergente de una relación contractual previa entre el titular y el emisor’. Las
obligaciones del Bco. emisor para con el usuario son: emitir el plástico, dar crédito, resúmenes de
cuenta; recibir denuncias de pérdida o extracción; respetar el tope de intereses fijados en la ley. Las
obligaciones del Bco. emisor para con el proveedor son: abonar el pago en período, notificar sobre las
tarjetas canceladas, administrar aparatos tipo posnet.
TEMA 7

a) Responsabilidad por productos y servicios: legitimación act. Y pasiva; correlación fallo “Iuele de Pinotti
c/Soda Profesional”.
Los legitimados activos para reclamar por los daños de los riesgos derivados del uso de productos y
servicios son: el consumidor (en sentido amplio) y los herederos del causante. La legitimación pasiva
corresponde a cualquiera de las partes de la cadena de proveedores. Estos son: el productor, fabricante,
importador, distribuidor, vendedor y quien hubiera puesto su marca en el producto. Se considera
también al transportista en caso de que hubiera sido este quien introdujo el riesgo en la ocasión del
transporte del producto. En el fallo ‘Luele de Pinotti c/ Soda Profesional’ la Cámara Civil hace lugar a la
demanda contra Soda Profesional S. A. y contra IVESS (Instituto Verificador de Elaboración de Soda en
Sifones) y se los condena como responsables por el accidente sufrido por el consumidor, porque
ostentaban su marca. Para excusar su responsabilidad, el instituto alega que no elabora, fabrica ni
comercializa los productos, de hecho, está prohibido por su estatuto. Es una asociación civil sin fines de
lucro. Se los condena por vicio de la cosa. IVESS controlaba a los socios productores y se había
desvinculado de la demandada porque no estaba cumpliendo los estándares. La cámara entiendo que
IVESS debió arbitrar los medios para que la utilización de la marca no lesione la confianza del
consumidor o debió publicitar su desvinculación con el elaborador. Esto deriva del principio de
confianza. O sea, por más que IVESS supiera y hubiese expulsado al fabricante, debería haber arbitrado
medidas para que los consumidores hubieran tenido conocimiento de eso.

b) Daño puntiivo: requisitos de procedencia; legitimación; cuantía; destino de la condena.


El daño punitivo se encuentra regulado en el art. 52 bis CCCN. Los requisitos para su procedencia son,
según las diferentes tesis: el obrar desaprensivo; la culpa lucrativa; o solamente requerir que existe un
incumplimiento en sentido amplio (lo cual desvirtúa en los hechos su figura jurídica). La legitimación
activa corresponde al consumidor afectado, en cualquiera de sus categorías, o a sus herederos. La
legitimación pasiva corresponde al ‘proveedor que no cumpla con sus obligaciones´. A diferencia de los
otros tipos de acciones, en este caso el factor de atribución es subjetivo. En caso de pluralidad de
responsables, se establece la solidaridad. La cuantía del daño punitivo se establece según cada caso,
teniendo en cuenta sus aristas, teniendo como máximo lo normado en el art. 47 inc. b) LDC. El destino
del daño punitivo va enteramente al consumidor.

c) Medicina prepaga: función económica; rasgos salientes del sistema; régimen legal.
El sistema de salud en Argentina muestra en la actualidad la coexistencia de tres áreas prestacionales,
cada una con su lógica propia y regida por una regulación diferente: a) el sector público, que brindan los
hospitales y establecimientos públicos, basado en la universalidad y gratuidad; b) la seguridad social,
conformado por las obras sociales y agentes del seguro de salud, de adhesión forzosa y financiado
mediante aportes salariales y contribuciones patronales; c) el sector privado, integrado por las empresas
de medicina prepaga, de adhesión voluntaria o libre concertación. La función económica que cumplen
las empresas de medicina prepaga es la de actuar como intermediarios entre la demanda de atención
médica de los pacientes y las ofertas de prestaciones médicas que brindan los proveedores de salud. De
esta manera, las prestaciones médicas y asistenciales son financiadas mediante el ahorro que se genera
como consecuencia del aporte económico de todos los afiliados en un fondo común que administra la
empresa. Los rasgos salientes del contrato de medicina prepaga son la actividad de intermediación
económica, el financiamiento externo y la utilidad decreciente. La empresa de medicina prepaga ofrece
una cartilla médica para poder darle una solución al usuario. El régimen legal del contrato de medicina
prepaga se encuentra regulado en la CN (arts. 14 bis y 42), los tratados internacionales (convención
americana, declaración universal derechos humanos, pacto internacionales derechos económicos,
sociales y culturales) y en la legislación nacional: - ley 26.682 de medicina prepaga -, así como también
en marco administrativo por decreto 1993/11, basado en la solidaridad social.

TEMA 8

a) Cláusulas abusivas (en particular): tipos especiales más usuales; correlación fallo “Sanchez Tuñón
c/Banco Itaú”.
Si bien se trata de un sistema abierto (no taxativo), existen cláusulas abusivas en particular que se
encuentran tipificadas y clasificadas, como las que: limitan la responsabilidad del proveedor, trasladan el
riesgo al consumidor, modifican unilateralmente el contrato, invierten la carga de la prueba, prorrogan
la competencia territorial, renuncias a remedios procesales o establecen una abreviación de los plazos
de prescripción. En el fallo ‘Sánchez Tuñón c/ Banco Itaú’ la Cámara Nacional en lo Civil consideró
abusiva a una cláusula impuesta por el Banco a una usuaria de sus cajas de seguridad, en tanto fijaba un
tope de reintegro por sustracción ilícita que resultaba insignificante, considerando la prima que pagaba
la clienta por su mantención y remarcando la inobservancia de los deberes de seguridad y de diligencia
previas del Banco respecto del hecho dañoso acontecido. Se consideró, en primer lugar, una falta del
Banco respecto del deber de seguridad, y en segundo lugar, una irracionalidad manifiesta respecto de la
cláusula contractual impuesta a la cliente; por limitar la responsabilidad del banco, trasladar el riesgo al
consumidor e invertir la carga de la prueba.

b) Responsabilidad por productos y servicios: carácter de la responsabilidad; solidaridad; riesgos de


desarrollo.
La responsabilidad por daños derivados del riesgo o vicio de la cosa o de la prestación del servicio se
encuentra regulada en el art. 40 LDC. El factor de atribución es objetivo. El proveedor sólo se libera
demostrando el caso fortuito, fuerza mayor, hecho de un tercero o hecho de la víctima. Según el
articulado de la ley la responsabilidad de los proveedores es solidaria, aunque en los hechos suele ser
concurrente (responde quien introdujo el riesgo o vicio en el producto). El riesgo de desarrollo hace
referencia al ‘fenómeno de nocividad de un producto defectuoso, considerado inocuo hasta el momento
de su introducción en el mercado de consumo masivo, dado que su potencialidad dañina no resulta
conocida en el estado de la técnica y de la ciencia, sino después de un cierto tiempo’. Existen dos
posiciones respecto de esta figura: tesis afirmativa (previsibilidad) y tesis negativa (caso fortuito o fuerza
mayor).

c) Medicina prepaga: cobertura mínima; límites a la libertad contractual.


El art. 2 de la ley 26. 682 indica, en base al principio de cobertura integral, que las prestaciones a los
afiliados deben abarcar todo lo referido a la prevención, protección, tratamiento y rehabilitación de la
salud humana. En este sentido, el art. 7 de la misma ley refiere al PMO (programa médico obligatorio) y
a el sistema de prestaciones básicas para personas con discapacidad. El catálogo el PMO está sujeto a
actualizaciones periódicas, considerando – mediante el principio de progresividad - que el piso mínimo
de cobertura médica puede ampliarse, pero no reducirse. Sin embargo, a veces esto genera debate o
conflicto de intereses, ya que la enumeración del PMO por la Superintendencia de Servicios de Salud es
de carácter enunciativo y no taxativo. El contrato de medicina prepaga exige ser realizado de manera
escrita, a través de contratos predispuestos que deben ser aprobados por la autoridad de aplicación.
Esto quiere decir que se prevé el control administrativo previo (superintendencia de servicios de salud)
de los modelos de contratos predispuestos por las empresas. ¿En qué consisten los límites a la libertad
contractual? Derecho de admisión. Se ha venido afirmando la regla según la cual la libertad negocial de
las empresas de medicina prepaga no puede ser ejercida sobre la base de criterios discriminatorios o de
selección adversa. Se prohíbe a las entidades el rechazo de afiliados por razones de enfermedad
preexistente (art. 10) y de edad (art. 11). Incorporación de beneficiarios adicionales. Por un lado, el
fallecimiento del titular no implica la caducidad de los derechos de su grupo familiar, cuyos integrantes
tienen derecho a mantener el plan de salud (art. 13). Por otra parte, se garantiza la cobertura, sin
limitaciones por enfermedades preexistentes ni períodos de carencia, del grupo familiar integrado por el
cónyuge, hijos solteros hasta veintiún años, hijos incapacitados a cargo del afiliado titular, hijos del
cónyuge, menores bajo guarda y tutela y conviviente (art. 14). Continuidad de afiliaciones corporativas.
En los supuestos de contratación grupal o corporativa, la cesación del vínculo entre el usuario adherido
y la organización a la que pertenece, no le impide la continuidad del contrato de medicina prepaga en
forma directa, con su respectiva antigüedad, si así lo solicita dentro de los sesenta días (art. 15).

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