Polemica Judeo-Cristiana, en Los Reinos Hispanicos

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Revista Espanola de Filosoffa Medieval, 3 ( 1996), pp.

31-36

,
POLEMICA JUDEO-CRISTIANA
,
EN LOS REINOS HISPANICOS
Carlos Carrete Parrondo
Universidad de Salamanca

RESUMEN
En los antiguos Reinos hispanicos hubo grandes controversias entre cristianos y judfos. Las dos
religiones fundamentan sus creencias en el Antigua Testamento, pero los cristianos afiaden tambien el
Nuevo Testamento. Otra diferencia estriba en la distinta manera de interpretar la tradici6n textual: los
cristianos emplean el metoda aleg6rico y los judfos el metodo literal.

ABSTRACT
Medieval controversies between Jews and Christians in the Spanish Kingdoms. In the old spanish
Kingdoms there were big controversies between Christians and Jews. The two religions based their own
credencies on the Old Testament, but the Christians one also added the New Testament. Another diffe-
rence lies on the different interpretation of the textual tradicion: the Christians use the allegorical met-
hod, the Jews follow the Iitteral one.

La controversia medieval cristiano-judfa en los antiguos reinos hispanicos -en esta


epoca aun es prematuro emplear el termino 'espaiiol'-, conocida como disputa teologica entre
diferentes representant~? de ambos credos religiosos, hade ser matizada con algunas observa-
ciones para su correcta interpretacion. Judfos y cristianos fundamentaban sus creencias reli-
giosas en un solo texto revelado: Ia Tanah para los primeros y el Antigua Testamento para los
segundos, con identico contenido; pero los cristianos, ademas, aiiadieron el Nuevo Testamento
sin renunciar al Antigua. La diferencia estriba en la distinta interpretacion que ambas religio-
nes dieron al sentido de una transmision textual: mientras que los cristianos, en lfneas genera-
les, empleaban en su exegesis un procedimiento alegorico, los judfos preferfan su tradicional
metoda literal y, por consiguiente, las diferencias podfan ser fundamentales en pasajes muy
concretos y a Ia vez esencialmente conflictivos: pueblo elegido, llegada del Mesfas, concepto
de virginidad referente a Marfa.
32 CARLOS CARRETE PARRONDO POLEMICA JUD£0-CR/ST/ANA EN LOS REINOS HISPANICOS 33

No conviene olvidar que Ia polemica ya estaba representada en Ia Patrfstica cristiana, a (sistematica ambivalencia en el valor monetario), diversos movimientos mesianicos de carac-
cuyo frente figuran San Isidoro 1, San Ildefonso 2 y San Julian\ los tres precisamente nacidos ter popular precedidos de falsos e inevitables profetas (Avila y Ayll6n c. 1295): la milenaria
en suelo hispano: Ia labor literaria 'adversus iudaeos' ya contaba, pues, con una dilatada tradi- esperanza mesianica representaba, en definitiva, un malestar generalizado entre las comunida-
ci6n, aunque hay que reconocer que los fundamentos hasta entonces aducidos eran exclusiva- des judfas que, ante Ia legislaci6n adversa de caracter civil y ecfesiastico (Concilio de Zamora
mente biblicos y que Ia finalidad, en rigor, era eminentemente catequetica mas que polemica: de 13 I3 y Cortes de Palencia de 1313 y Burgos de 13 I5), se plantean Ia ancestral ilusi6n del
pretendfan instruir a los judfos para que, reconociendo sus errores en materia de fe, aceptaran retorno a tierras de Si6n, donde habrfa de llegar el esperado Mesfas que los librarfa del cauti-
Ia doctrina de Ia Iglesia como unico media para su personal salvaci6n y, en consecuencia, se verio y destierro en pafses extranjeros y del contacto con sociedades mayoritarias de diferente
acercaran con firme sinceridad a Ia pila bautismal: Ia 'hebraica veritas' se presentaba como credo religioso. Las dispersas comunidades judi as asentadas en suelo hispanico no podfan olvi-
algo a todas luces insostenible. El presumible dialogo, en tantas ocasiones invocado, entre dar la sentencia que escribiera Maim6nides en el ya lejano siglo XII: «Surgira el Rey Mesfas
Sinagoga e Iglesia era en el mejor de los ~asos una utopfa en Ia que nadie podfa creer y que y restaurara el reino de David a su primitivo estado y original soberanfa. Reconstruira su
todos, por elemental convencimiento, rechazaban. Santuario y reunira a todos los dispersos de Israel». 5 He aquf un lema idealizado que se man-
Con el trascurso de los afios y merced a las conversiones al cristianismo de determinados tendra durante Ia prolongada diaspora del pueblo judfo esparcido en Ia amplia cuenca medite-
eruditos judfos, impulsados por muy diferentes motivos, el marco de discusi6n se amplfa al rranea.
contenido del Talmud, hetereogeneo y amplio comentario judfo a Ia Tanah (ley escrita) y a Ia Lo cierto es que entre los polemistas cristianos habfa un destacado numero de origen judfo
Misnah (ley oral), en sus versiones babi16nica, conclufda c. 200 d.C., y palestina, finalizada y Ia mayor parte de ellos habfan sido sintomaticamente rabinos: Semu'el el Marroquf, bauti-
tres centurias despues. Y surge un nuevo y decisivo factor: Ia intervenci6n de los judeocon- zado en 1085, 6 Pablo Cristiano, protagonista frente a Rabf Moseh ben Nahman (conocido tam-
versos en Ia polemica, cuyo contenido hasta entonces solo interesaba a un reducido grupo de bien como Nahmanides, Ramban o Bonastruc de Porta, a quien mas adelante me referire) en
selectos te61ogos cristianos y dirigentes espirituales judfos: el pueblo llano de ambos credos la controversia celebrada en Barcelona en 1263; el burgales Alfonso de Valladolid, antes Abner
permanecfa, como era natural, al margen de tan sofisticadas interpretaciones, alejadas por de Burgos, convertido c. 13207 o Jeronimo de Santa Fe, antes Yehosu'a ha-Lorquf, qui en reci-
supuesto de los avatares mas tangibles de su cotidiana realidad. Representara, en efecto, una bi6 voluntariamente el bautismo en 1412. 8 A estos nombres hay que afiadir los cristianos vie-
hibrida novedad con consecuencias muy determinantes. jos Raimundo Marti, dominico del siglo XIII y autor del Pugiofidei adversus mauros et iuda-
Pero tambien hay que examinar otro factor decisivo: las comunidades judfas establecidas . eos; 9 Raimundo Lulio con su Liber predicationis contrajudeos 10 y fray Bernardo Oliver, autor
en Ia diaspora, y en este caso en los reinos hispanicos, eran toleradas y admitidas por Ia legis- de Contra caecitatem iudaeorum, 11 ademas de las predicaciones del valenciano fray Vicente
laci6n civil, y en ocasiones ampliamente beneficiadas de acuerdo con Ia usanza de Ia epoca, Ferrer durante Ia segunda decena del siglo XV, a cuyas catequeticas reuniones los judfos ten f-
con determinadas normas de caracter restrictivo. Establecer con visas de realidad si en tien·as an la obligaci6n de acudir, muchas veces celebradas en sus propias sinagogas, y en este deta-
hispanicas hubo convivencia o, por el contrario, mera coexl'stencia entre cristianos y judfos aun lle conviene no olvidar las connotaciones sociales y religiosas.
esta, al menos para mf, insuficientemente clarificado: lo mas probable, y de acuerdo con la Los representantes de las comunidadades judfas tam bien demostraron salida fonnaci6n en
documentaci6n hasta ahara conocida, es que puedan admitirse sin ninguna dificultad -al estas tristes polemicas orales o literarias: Moseh ha-Kohen de Tordesillas, exegeta y polemis-
menos documental- ambos planteamientos en determinadas zonas geograficas y en concre-
tos ambitos temporales, por supuesto no siempre fijos.~
5 Misneh Torah, Melakim II, 1L
Por otra patte, desde finales del s. XIII y durante casi toda la centuria siguiente se mani- 6 Autor de De adrentu Messiae, quem iudaei Iemere expectant, en PL. 149, cols. 333-368, y B.
fiestan en Ia Peninsula Iberica, junto con pestes generalizadas y drastica recesi6n econ6mica Blumenkranz, ;Anti-Jewish polemics and legislation in the Middle Ages: literary fiction or reality?·, Journal of
Jmish Studies I5 (1964) I25-I40.
7 Autor de Maestro de .lusticia (vid. Y.F. Baer, The cabalistic doctrine in the Christological teaching of
De fide cathofica ex \leteri et Nora Testamento contra judaeos, en PL, 83, cols. 450-538, y L. Cast<in Abner of Burgos' (en hebreo), Tarbiz. 27 (1957/1958) 278-289, y J. RosenthaL Studies and Text (en hebreo),
Lacoma, ;San Isidoro de Sevilla, apologista antijudaico', en M.C. Dfaz y Dfaz (ed.), /sidoriana, Leon 196L pp. 445- Jerusalem 1967, L 324-367.
456. 8 Au tor del tratado De iudaicis erroribus ex Tafmut, estudiado en profundidad por M. Orfali, Madrid 1987.
2 Tratado de fa pe17Jetua rirginidad de Santa Marfa, introducci6n, traducci6n y notas por V. Blanco Garcfa, 9 Vrd. R. BonfiL 'The nature of Judaism in Raymundus Martini's Pugio fidei' (en hebreo), Tarbiz. 40
Zaragoza 1954. (1970/71) 360-375.
3 De comprobatione aetatis sextae fibri tres, en PL, 96, cols. 537-586. IO Estudiado por J.Ma. Millas Vallicrosa, Madrid-Barcelona I957: vid. tambien E. Colomer, ;Ramon Llull y
4 D. Romano prefiere emplear el termino ;coexistencia', admitiendo que pudo existir en determinadas oca- . el judafsmo en el marco hist6rico de Ia Ed ad Media hispana', £studios Lulianos I0 (1966) 4-45.
siones cierta ·convivencia' (vid. su La ciencia hispanojudfa. Madrid 1992, pp. 20-21). El matiz, sin duda, es de ver- I I Analizado por F. Cantera Burgos, Madrid-Barcelona I963: vid. tambien F. Vendrell Gallostra, ·La obra
dadera importancia. polemica antijudaica de fray Bernardo Oliver', Sefarad 5 (1945) 303-336~
32 CARLOS CARRETE PARRONDO POLEMICA JUD£0-CR/ST/ANA EN LOS REINOS HISPANICOS 33

No conviene olvidar que Ia polemica ya estaba representada en Ia Patrfstica cristiana, a (sistematica ambivalencia en el valor monetario), diversos movimientos mesianicos de carac-
cuyo frente figuran San Isidoro 1, San Ildefonso 2 y San Julian\ los tres precisamente nacidos ter popular precedidos de falsos e inevitables profetas (Avila y Ayll6n c. 1295): la milenaria
en suelo hispano: Ia labor literaria 'adversus iudaeos' ya contaba, pues, con una dilatada tradi- esperanza mesianica representaba, en definitiva, un malestar generalizado entre las comunida-
ci6n, aunque hay que reconocer que los fundamentos hasta entonces aducidos eran exclusiva- des judfas que, ante Ia legislaci6n adversa de caracter civil y ecfesiastico (Concilio de Zamora
mente biblicos y que Ia finalidad, en rigor, era eminentemente catequetica mas que polemica: de 13 I3 y Cortes de Palencia de 1313 y Burgos de 13 I5), se plantean Ia ancestral ilusi6n del
pretendfan instruir a los judfos para que, reconociendo sus errores en materia de fe, aceptaran retorno a tierras de Si6n, donde habrfa de llegar el esperado Mesfas que los librarfa del cauti-
Ia doctrina de Ia Iglesia como unico media para su personal salvaci6n y, en consecuencia, se verio y destierro en pafses extranjeros y del contacto con sociedades mayoritarias de diferente
acercaran con firme sinceridad a Ia pila bautismal: Ia 'hebraica veritas' se presentaba como credo religioso. Las dispersas comunidades judi as asentadas en suelo hispanico no podfan olvi-
algo a todas luces insostenible. El presumible dialogo, en tantas ocasiones invocado, entre dar la sentencia que escribiera Maim6nides en el ya lejano siglo XII: «Surgira el Rey Mesfas
Sinagoga e Iglesia era en el mejor de los ~asos una utopfa en Ia que nadie podfa creer y que y restaurara el reino de David a su primitivo estado y original soberanfa. Reconstruira su
todos, por elemental convencimiento, rechazaban. Santuario y reunira a todos los dispersos de Israel». 5 He aquf un lema idealizado que se man-
Con el trascurso de los afios y merced a las conversiones al cristianismo de determinados tendra durante Ia prolongada diaspora del pueblo judfo esparcido en Ia amplia cuenca medite-
eruditos judfos, impulsados por muy diferentes motivos, el marco de discusi6n se amplfa al rranea.
contenido del Talmud, hetereogeneo y amplio comentario judfo a Ia Tanah (ley escrita) y a Ia Lo cierto es que entre los polemistas cristianos habfa un destacado numero de origen judfo
Misnah (ley oral), en sus versiones babi16nica, conclufda c. 200 d.C., y palestina, finalizada y Ia mayor parte de ellos habfan sido sintomaticamente rabinos: Semu'el el Marroquf, bauti-
tres centurias despues. Y surge un nuevo y decisivo factor: Ia intervenci6n de los judeocon- zado en 1085, 6 Pablo Cristiano, protagonista frente a Rabf Moseh ben Nahman (conocido tam-
versos en Ia polemica, cuyo contenido hasta entonces solo interesaba a un reducido grupo de bien como Nahmanides, Ramban o Bonastruc de Porta, a quien mas adelante me referire) en
selectos te61ogos cristianos y dirigentes espirituales judfos: el pueblo llano de ambos credos la controversia celebrada en Barcelona en 1263; el burgales Alfonso de Valladolid, antes Abner
permanecfa, como era natural, al margen de tan sofisticadas interpretaciones, alejadas por de Burgos, convertido c. 13207 o Jeronimo de Santa Fe, antes Yehosu'a ha-Lorquf, qui en reci-
supuesto de los avatares mas tangibles de su cotidiana realidad. Representara, en efecto, una bi6 voluntariamente el bautismo en 1412. 8 A estos nombres hay que afiadir los cristianos vie-
hibrida novedad con consecuencias muy determinantes. jos Raimundo Marti, dominico del siglo XIII y autor del Pugiofidei adversus mauros et iuda-
Pero tambien hay que examinar otro factor decisivo: las comunidades judfas establecidas . eos; 9 Raimundo Lulio con su Liber predicationis contrajudeos 10 y fray Bernardo Oliver, autor
en Ia diaspora, y en este caso en los reinos hispanicos, eran toleradas y admitidas por Ia legis- de Contra caecitatem iudaeorum, 11 ademas de las predicaciones del valenciano fray Vicente
laci6n civil, y en ocasiones ampliamente beneficiadas de acuerdo con Ia usanza de Ia epoca, Ferrer durante Ia segunda decena del siglo XV, a cuyas catequeticas reuniones los judfos ten f-
con determinadas normas de caracter restrictivo. Establecer con visas de realidad si en tien·as an la obligaci6n de acudir, muchas veces celebradas en sus propias sinagogas, y en este deta-
hispanicas hubo convivencia o, por el contrario, mera coexl'stencia entre cristianos y judfos aun lle conviene no olvidar las connotaciones sociales y religiosas.
esta, al menos para mf, insuficientemente clarificado: lo mas probable, y de acuerdo con la Los representantes de las comunidadades judfas tam bien demostraron salida fonnaci6n en
documentaci6n hasta ahara conocida, es que puedan admitirse sin ninguna dificultad -al estas tristes polemicas orales o literarias: Moseh ha-Kohen de Tordesillas, exegeta y polemis-
menos documental- ambos planteamientos en determinadas zonas geograficas y en concre-
tos ambitos temporales, por supuesto no siempre fijos.~
5 Misneh Torah, Melakim II, 1L
Por otra patte, desde finales del s. XIII y durante casi toda la centuria siguiente se mani- 6 Autor de De adrentu Messiae, quem iudaei Iemere expectant, en PL. 149, cols. 333-368, y B.
fiestan en Ia Peninsula Iberica, junto con pestes generalizadas y drastica recesi6n econ6mica Blumenkranz, ;Anti-Jewish polemics and legislation in the Middle Ages: literary fiction or reality?·, Journal of
Jmish Studies I5 (1964) I25-I40.
7 Autor de Maestro de .lusticia (vid. Y.F. Baer, The cabalistic doctrine in the Christological teaching of
De fide cathofica ex \leteri et Nora Testamento contra judaeos, en PL, 83, cols. 450-538, y L. Cast<in Abner of Burgos' (en hebreo), Tarbiz. 27 (1957/1958) 278-289, y J. RosenthaL Studies and Text (en hebreo),
Lacoma, ;San Isidoro de Sevilla, apologista antijudaico', en M.C. Dfaz y Dfaz (ed.), /sidoriana, Leon 196L pp. 445- Jerusalem 1967, L 324-367.
456. 8 Au tor del tratado De iudaicis erroribus ex Tafmut, estudiado en profundidad por M. Orfali, Madrid 1987.
2 Tratado de fa pe17Jetua rirginidad de Santa Marfa, introducci6n, traducci6n y notas por V. Blanco Garcfa, 9 Vrd. R. BonfiL 'The nature of Judaism in Raymundus Martini's Pugio fidei' (en hebreo), Tarbiz. 40
Zaragoza 1954. (1970/71) 360-375.
3 De comprobatione aetatis sextae fibri tres, en PL, 96, cols. 537-586. IO Estudiado por J.Ma. Millas Vallicrosa, Madrid-Barcelona I957: vid. tambien E. Colomer, ;Ramon Llull y
4 D. Romano prefiere emplear el termino ;coexistencia', admitiendo que pudo existir en determinadas oca- . el judafsmo en el marco hist6rico de Ia Ed ad Media hispana', £studios Lulianos I0 (1966) 4-45.
siones cierta ·convivencia' (vid. su La ciencia hispanojudfa. Madrid 1992, pp. 20-21). El matiz, sin duda, es de ver- I I Analizado por F. Cantera Burgos, Madrid-Barcelona I963: vid. tambien F. Vendrell Gallostra, ·La obra
dadera importancia. polemica antijudaica de fray Bernardo Oliver', Sefarad 5 (1945) 303-336~
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ta del sialo XIV 12 el navarro de la misma centuria Sem Tov ben Yishaq ibn Sapmt; 13 el cata- con la activa participacion del venerable Rabf Moseh ben Nahman. 20 Durante cuatro dfas se
lan Hasday Cre;cas (1340-1412) 14 o Yosef Albo, participante en la controversia de Tortosa de reunieron, mediante la oficial convocatoria del rey Jaime I, representantes de las aljamas de la
1413-1414, 15 a la que mas adelante dedi care alguna atencion. corona catalano-aragonesa, encabezados por Rabf Moseh ben Nahman, y un gmpo de teologos
Ahara es preciso, para una mejor comprension del tema que pretendo tratar, clarificar un cristianos, a cuyo frente se encontraban el judeoconverso Pablo Cristiano y Raimundo de
esencial detalle no siempre bien comprendido: durante los luctuosos sucesos ocurridos en Pefiafort. En principia todos los participantes tenfan el mismo derecho de exposicion y repli-
1391, 16 consecuencia de las incalificables predicaciones antijudfas del arcediano de Ecija ca, pero los judfos carecfan -y la diferencia no deja de ser significativa- de Ia posibilidad de
Ferran Martfnez, parte del populacho cristiano -'pueblo. menudo', segun las cronicas cristia- intervenir en segunda ocasion. El tema fundamental se centraba en la figura del Mesfas y, par
nas de la epoca-, aprovechando la ausencia de arzobispo en la sede sevillana y epoca de supuesto, en su llegada, concreto punta en el que divergfan ambos credos religiosos. Ante tan
reaencia en la corona castellana. se lanzo incontrolado contra varias comunidades judfas. La enfrentadas posturas ideologicas e intermmpido el debate, asf opinaba Jaime I acerca de la
re:ccion del populacho no era, ~on mucho, la caza y destmccion ffsica del judfo, sino hacer actuacion publica de Nahmanides: «Nunca he vista defender tan bien una causa tan erronea». 21
desaparecer las conocidas como 'cartas judiegas' o, lo que es lo mismo, los documentos de Con razon D. Romano califica a estas controversias con el termino 'adoctrinamiento', sin duda
prestamo que los judfos habfan concedido a los cristianos durante una situacion economica mas en consonancia con la finalidad perseguida. 22
nada favorable. Este es un tema que necesita profunda objetividad, alejado de numerosas inter- La ultima de estas reuniones publicas se celebro en Tortosa desde el 7 de febrero de 1413
pretaciones afectivas de la epoca y, par supuesto, del primer y directo sentido que pudiera hasta el 13 de diciembre de 1414, 23 patrocinada par el antipapa aragones Benedicta XIII, el
suaerir
c
la lectura de determinadas qinot o lamentaciones poeticas anonimas de la poesfa tra-. Papa Luna, y presidida, par parte cristiana, par la antipatica figura del converso Jeronimo de
dional hispanohebrea compuestas a raiz de tan tristes sucesos. 17 La realidad es que se produje- Santa Fe, sin duda promotor de la controversia y medico del pontffice; estaba acompafiado de
ron numerosas persecuciones antijudaicas, impulsadas par una finalidad economica -que no otros representantes sin duda mas oscuros: Garda Alvarez de Alarcon y Andres Bertran. La
religiosa, conviene que repetirlo- y que motivaron la desaparicion de algunas comunidades representacion judfa era mas numerosa: Rabf Zerahya ha-Levf (Ferrer Saladfn), Rabf
judfas y numerosas conversiones al cristianismo de manera precipitada o, con otras palabras, Mattityahu Hayishatf, Rabf Moseh Abenabez, Rabf Yosef Albo, Rabf Astmch ha-Levf, Rabf
una merma muy significativa de la poblacion judfa en cuanto a su aspecto mosaico se refiere, Bonyuda Yahse' el ha-Qastarf, y consta tam bien la presencia de Rabf Profeit Duran y del poeta
solo recuperada con no poca ilusion jurfdica y practicidad social mediante las taqqanot o esta- Selomoh Bonafed. El tema a discutir era ya conocido: 6Se habfan consumado las profecfas
tutos comunitarios promulgados en Valladolid en 1432. 18 mesianicas? o, lo que es lo mismo, 6Cristo era el verdadero Mesfas? La estrategica manipula-
Si hasta ahara la polemica judeocristiana quedaba relegada a pura y mera creacion litera- cion de diversos midrasim (comentarios homileticos judfos) y textos talmudicos par parte de
Iia, existieron tfmidas confrontaciones religiosas cristianojudfas en Avila, Pamplona y acaso Jeronimo de Santa Fe condujo a que la representacion judfa fracasara en sus pretendidos resul-
en Tarazona con caracter publico, 19 aunque hay que resalt~r la celebrada en Barcelona en 1363, tados. De tan atfpica e innecesaria confrontacion se produjeron no pocas conversiones al cris-

12 Autor del Libra de Ia amda de Ia fey Ayuda del conocimiento (vid. Y. Shamir, Rabbi Moses ha-Kohen of
Tordesillas and his book 'E:er iw emunah. A chapter in the hist01y of the Judea-Christian controrersy, Coconut
Grove 1972, 2 vols., y D.J. Lasker, JeH·ish philosophical polemics against Christianity in the Middle Ages, New 20 Vid. cap. II del Sefer ha-Qabbalah (Libra de Ia Tradici6n) de R. Abraham bar Selomoh de TorrutieL en Y.
York, 1977, pp. 14, 18 y 98-101). Moreno Koch, Dos cr6nicas hispanohebreas del siglo XV Barcelona, 1992, pp. 80-81; 1. Riera i Sans y E. Feliu,
13 Autor de Piedra de toque (vid. D.J. Lasker, Jell'ish philosophical polemics against Christianity in the Disputa de Barcelona de 1263.entre Mestre Masse de Girona i Fra Cristia, Barcelona, 1985; A. Tostado Martfn, La
Middle Ages, passim). disputa de Barcelona 1263. Controrersia judeocristiana, Salamanca, 1986, y H. Beinart Los judfos en Espaiia,
14 Autor de Destrucci6n de los principios de los cristianos (vid. yD.J. Lasker, Jewish philosophical pole- Madrid, 1992, pp. I07 -I 09.
mics against Christianity in the Middle Ages, en especial pp. 69-74). . . . . . . . 21 Yid. Y. Baer, Historia de losjudfos en/a Espaiia cristiana, Madrid, 198L p. 125, y H. Beinart Losjudf-
15 Autor del Libra de los principios (vid. D.J. Lasker, Jmish philosoplucal polemtcs agamst Chnsttantty 111 os en Espaiia, pp. 177-181. Un buen planteamiento de las controversias judeocristianas en Espana es el reciente de
the Middle Ages, en especial pp. 34-36). A. Meyuhas Ginio, 'La polemica cristiana adversus judaeos en Espana a fines de Ia Edad Media', El 0/iro XVIIJ37
16 Vi d. Ph. Wolff 'The 1391 Pogrom in Spain. Social crisis or not?, Past and Present 58 ( 1971) 4-18. (1993) 5-23. Vi d. tam bien M. Orfali, 'La cuesti6n de Ia venida del Mesfas en un «responsum» de Rabbf Selom6 ibn
17 Vid. H. Schirmann, 'Lamentcrtions of the persecutions in Palestina, Africa, Spain, Germany and France' Adret al cabal de Lerida', Helmantica XLIIIJ130-131 (1992) 203-220.
(en hebreo), Kobes 'a/ yad (n.s.) 3 (1939) 23-74, yD. Pagis, 'Lamentations on the persecutions of 1391 in Spain' 22 Vid. su La ciencia hispanojudfa, p. 70, quien a continuaci6n escribe: «en aquella epoca y quizas en otras
(en hebreo), Tarbis 37 (1967-68) 355-373. . muchas, cualquier ·polemica' convocada por una de las partes, y no celebrada en terreno neutraL en el fonda era
18 Vid. Y. Moreno Koch, Fontes Iudaeorum Regni Castellae. V De iure hispano-hebraico. Las Taqqanot de inutil y con resultado previsto, inutil excepto con fines propagandfsticos».
Valladolid de 1432. Un estatuto comunal renorador, Salamanca 1987. 23 Vid. A. Pacios Lopez, La disputa de Tortosa, Madrid-Barcelona, 1957, 2 vols., y J. Riera i Sans, La cro-
19 Vid. D. Romano, La ciencia hispanojudfa, p. 65. nica en hebreu de Ia dispura de Tortosa, Barcelona, 1974.
34 CARLOSCARRETE PARRONDO POLEMICA JUDEO-CR!STIANA EN LOS RE!NOS H!SPAN!COS 35

ta del sialo XIV 12 el navarro de la misma centuria Sem Tov ben Yishaq ibn Sapmt; 13 el cata- con la activa participacion del venerable Rabf Moseh ben Nahman. 20 Durante cuatro dfas se
lan Hasday Cre;cas (1340-1412) 14 o Yosef Albo, participante en la controversia de Tortosa de reunieron, mediante la oficial convocatoria del rey Jaime I, representantes de las aljamas de la
1413-1414, 15 a la que mas adelante dedi care alguna atencion. corona catalano-aragonesa, encabezados por Rabf Moseh ben Nahman, y un gmpo de teologos
Ahara es preciso, para una mejor comprension del tema que pretendo tratar, clarificar un cristianos, a cuyo frente se encontraban el judeoconverso Pablo Cristiano y Raimundo de
esencial detalle no siempre bien comprendido: durante los luctuosos sucesos ocurridos en Pefiafort. En principia todos los participantes tenfan el mismo derecho de exposicion y repli-
1391, 16 consecuencia de las incalificables predicaciones antijudfas del arcediano de Ecija ca, pero los judfos carecfan -y la diferencia no deja de ser significativa- de Ia posibilidad de
Ferran Martfnez, parte del populacho cristiano -'pueblo. menudo', segun las cronicas cristia- intervenir en segunda ocasion. El tema fundamental se centraba en la figura del Mesfas y, par
nas de la epoca-, aprovechando la ausencia de arzobispo en la sede sevillana y epoca de supuesto, en su llegada, concreto punta en el que divergfan ambos credos religiosos. Ante tan
reaencia en la corona castellana. se lanzo incontrolado contra varias comunidades judfas. La enfrentadas posturas ideologicas e intermmpido el debate, asf opinaba Jaime I acerca de la
re:ccion del populacho no era, ~on mucho, la caza y destmccion ffsica del judfo, sino hacer actuacion publica de Nahmanides: «Nunca he vista defender tan bien una causa tan erronea». 21
desaparecer las conocidas como 'cartas judiegas' o, lo que es lo mismo, los documentos de Con razon D. Romano califica a estas controversias con el termino 'adoctrinamiento', sin duda
prestamo que los judfos habfan concedido a los cristianos durante una situacion economica mas en consonancia con la finalidad perseguida. 22
nada favorable. Este es un tema que necesita profunda objetividad, alejado de numerosas inter- La ultima de estas reuniones publicas se celebro en Tortosa desde el 7 de febrero de 1413
pretaciones afectivas de la epoca y, par supuesto, del primer y directo sentido que pudiera hasta el 13 de diciembre de 1414, 23 patrocinada par el antipapa aragones Benedicta XIII, el
suaerir
c
la lectura de determinadas qinot o lamentaciones poeticas anonimas de la poesfa tra-. Papa Luna, y presidida, par parte cristiana, par la antipatica figura del converso Jeronimo de
dional hispanohebrea compuestas a raiz de tan tristes sucesos. 17 La realidad es que se produje- Santa Fe, sin duda promotor de la controversia y medico del pontffice; estaba acompafiado de
ron numerosas persecuciones antijudaicas, impulsadas par una finalidad economica -que no otros representantes sin duda mas oscuros: Garda Alvarez de Alarcon y Andres Bertran. La
religiosa, conviene que repetirlo- y que motivaron la desaparicion de algunas comunidades representacion judfa era mas numerosa: Rabf Zerahya ha-Levf (Ferrer Saladfn), Rabf
judfas y numerosas conversiones al cristianismo de manera precipitada o, con otras palabras, Mattityahu Hayishatf, Rabf Moseh Abenabez, Rabf Yosef Albo, Rabf Astmch ha-Levf, Rabf
una merma muy significativa de la poblacion judfa en cuanto a su aspecto mosaico se refiere, Bonyuda Yahse' el ha-Qastarf, y consta tam bien la presencia de Rabf Profeit Duran y del poeta
solo recuperada con no poca ilusion jurfdica y practicidad social mediante las taqqanot o esta- Selomoh Bonafed. El tema a discutir era ya conocido: 6Se habfan consumado las profecfas
tutos comunitarios promulgados en Valladolid en 1432. 18 mesianicas? o, lo que es lo mismo, 6Cristo era el verdadero Mesfas? La estrategica manipula-
Si hasta ahara la polemica judeocristiana quedaba relegada a pura y mera creacion litera- cion de diversos midrasim (comentarios homileticos judfos) y textos talmudicos par parte de
Iia, existieron tfmidas confrontaciones religiosas cristianojudfas en Avila, Pamplona y acaso Jeronimo de Santa Fe condujo a que la representacion judfa fracasara en sus pretendidos resul-
en Tarazona con caracter publico, 19 aunque hay que resalt~r la celebrada en Barcelona en 1363, tados. De tan atfpica e innecesaria confrontacion se produjeron no pocas conversiones al cris-

12 Autor del Libra de Ia amda de Ia fey Ayuda del conocimiento (vid. Y. Shamir, Rabbi Moses ha-Kohen of
Tordesillas and his book 'E:er iw emunah. A chapter in the hist01y of the Judea-Christian controrersy, Coconut
Grove 1972, 2 vols., y D.J. Lasker, JeH·ish philosophical polemics against Christianity in the Middle Ages, New 20 Vid. cap. II del Sefer ha-Qabbalah (Libra de Ia Tradici6n) de R. Abraham bar Selomoh de TorrutieL en Y.
York, 1977, pp. 14, 18 y 98-101). Moreno Koch, Dos cr6nicas hispanohebreas del siglo XV Barcelona, 1992, pp. 80-81; 1. Riera i Sans y E. Feliu,
13 Autor de Piedra de toque (vid. D.J. Lasker, Jell'ish philosophical polemics against Christianity in the Disputa de Barcelona de 1263.entre Mestre Masse de Girona i Fra Cristia, Barcelona, 1985; A. Tostado Martfn, La
Middle Ages, passim). disputa de Barcelona 1263. Controrersia judeocristiana, Salamanca, 1986, y H. Beinart Los judfos en Espaiia,
14 Autor de Destrucci6n de los principios de los cristianos (vid. yD.J. Lasker, Jewish philosophical pole- Madrid, 1992, pp. I07 -I 09.
mics against Christianity in the Middle Ages, en especial pp. 69-74). . . . . . . . 21 Yid. Y. Baer, Historia de losjudfos en/a Espaiia cristiana, Madrid, 198L p. 125, y H. Beinart Losjudf-
15 Autor del Libra de los principios (vid. D.J. Lasker, Jmish philosoplucal polemtcs agamst Chnsttantty 111 os en Espaiia, pp. 177-181. Un buen planteamiento de las controversias judeocristianas en Espana es el reciente de
the Middle Ages, en especial pp. 34-36). A. Meyuhas Ginio, 'La polemica cristiana adversus judaeos en Espana a fines de Ia Edad Media', El 0/iro XVIIJ37
16 Vi d. Ph. Wolff 'The 1391 Pogrom in Spain. Social crisis or not?, Past and Present 58 ( 1971) 4-18. (1993) 5-23. Vi d. tam bien M. Orfali, 'La cuesti6n de Ia venida del Mesfas en un «responsum» de Rabbf Selom6 ibn
17 Vid. H. Schirmann, 'Lamentcrtions of the persecutions in Palestina, Africa, Spain, Germany and France' Adret al cabal de Lerida', Helmantica XLIIIJ130-131 (1992) 203-220.
(en hebreo), Kobes 'a/ yad (n.s.) 3 (1939) 23-74, yD. Pagis, 'Lamentations on the persecutions of 1391 in Spain' 22 Vid. su La ciencia hispanojudfa, p. 70, quien a continuaci6n escribe: «en aquella epoca y quizas en otras
(en hebreo), Tarbis 37 (1967-68) 355-373. . muchas, cualquier ·polemica' convocada por una de las partes, y no celebrada en terreno neutraL en el fonda era
18 Vid. Y. Moreno Koch, Fontes Iudaeorum Regni Castellae. V De iure hispano-hebraico. Las Taqqanot de inutil y con resultado previsto, inutil excepto con fines propagandfsticos».
Valladolid de 1432. Un estatuto comunal renorador, Salamanca 1987. 23 Vid. A. Pacios Lopez, La disputa de Tortosa, Madrid-Barcelona, 1957, 2 vols., y J. Riera i Sans, La cro-
19 Vid. D. Romano, La ciencia hispanojudfa, p. 65. nica en hebreu de Ia dispura de Tortosa, Barcelona, 1974.
36 CARLOSCARRETE PARRONDO

tianismo, acaso tres mil almas. 2-l Aquf fue cuando comenzo una etapa de profunda crisis en el Revista Espaiiola de Filosoffa Medieval, 3 (1996), pp. 37-49
judafsmo hispanico, especialmente en los reinos de Aragon y Catalufia. Y, lo que fue mas
grave, el inicio a gran escala del problema converso, 25 tema necesario analizar con Ia precisa
objetividad documental. Sus consecuencias, segun mi opinion, se adelantaron casi un siglo en
la firma del decreta general de expulsion 26 materializado en 1492.
LA LOGICA EN LA ESPANA MEDIEVAL
Carlos Carrete Parrondo
Catedra de Hebreo Mauricio Beuchot
Facultad de Filologfa UNAM
Palacio de Anaya
Universidad de Salamanca
E-37007 SALAMANCA
RESUMEN
En este trabajo presentamos los rasgos esenciales de Ia L6gica tal como fue cultivada en Espana
durante Ia Edad Media. La dividimos en tres grupos religiosos: musulmanes, judfos y cristianos. En cada
grupo bubo autores muy notables, alguno de los cuales hicieron aportaciones de gran magnitud a Ia
L6gica medieval.

ABSTRACT
The Logic in the Iberian Peninsula in the Middle Ages. In this study we offer the main feature of
the Logic as it was cultivated in Spain in the Middle Ages. It's divided in three religious groups:
Christians, Jews and Mahometans. In every group there were very iinportant writers, some of which pro- ·
vided a _great contribution to the development of the medieval Logic.

LOS MUSULMANES
\

En el area musulmana del medievo espafiol hubo un extenso movimiento de estudio de


Arist6teles. Induso antes que IDs cristianos, tuvieron un profunda contacto con el peripatetis-
mo; precisamente, a traves de los islamicos el estagirita llego a los cristianos. Naturalmente, lo
primero para ellos fue recibir, explicar y hacer comprensible el Organon peripatetico. Hubo
24 Vid. Y. Baer, Historia de los judfos en Ia Espm1a cristiana, pp. 443-493, y el model1co estudio de M.
ciertamente algunos perfodos de decadencia de la logica; pero, en general, acompafio digna-
Orfali, £1 tratado «De iudaicis erroribus ex Talmut» de Jeronimo de Santa Fe, p. 6. Sobre Ia supuesta falsificacion mente al resto de la filosoffa.
de midrasim, planteada por Y. Baer, vi d. A. Dfez Macho, ·Acerca de los midrashim falsificados de Raimundo Fue singular el cultivo deJa 16gica en Andalucfa, p. ej. con Averroes. Nicholas Rescher
Martf', Sefarad 9 ( 1949) 167-196, y A. Pacios Lopez, La disputa de Tortosa, I, 171-223. pone como un momenta capital del desarrollo de Ia IOgica en todo ellslam ese perfodo anda-
25 Vid. E. Benito Ruano, Los orfgenes del problema converso, Barcelona, 1976, con no pocas sugerencias, y
B. Netanyahu, The Marranos of Spain fran the late Xf\lth to early XV!th Centw:r, New York, t 966. luz u occidental, entre los siglos XI y XII, como continuadores de la escuela de Bagdad de
26 Vid. M. KriegeL ·La price d'une decision: !'expulsion des juifs d'Espagne en 1492', Rmte Historique 527 Alfarabi. 1 En Espafia descollaron, entre otros, Abenhazam de Cordoba (994-1 063), con su
(1978) 49-90; F. Marquez Villanueva, 'El problema de los conversos: cuatro puntos cardinales', en J.M. Sola-Sole Libra para .facilitar Ia comprensi6n del razonamiento; 2 Avempace (c. I070/90-1 I38), nacido
(ed.), Hispania Judaica, Barcelona t 980, pp. 251-344, y E. Gutwirth, The Expulsion of the Jews from Spain and
Jewish Historiography', en Rapoport-Albert (ed.), Jewish Hist01:r: Festschrijt C. Abramsky, London, 1988, pp. 14 t-
161. Testimonies judfos y cristianos coetaneos a Ia expulsion estan reunidos en D. Raphael, The Expulsion !492 Cf. N. Rescher, «Logica arabe», en A.N. Prior, Historia de Ia logica, Madrid, Tecnos, 1976, pp. 67-69: el
Chronicles. An Anthology of Mediel'(l/ Chronicles Relatil1g to the Expulsion of the fell'S from Spain and Portugal, mismo, The Del'elopment of Arabic Logic, Pittsburg, University of Pittsburg, 1963, pp. 142 ss.
North Hollywood, t 992. 2 Cf. M. Asfn Palacios, Abenha:,am de Cordoba, su Historia crftica de las Ideas. religiosas, Madrid, 1927-
32, vol. V.

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