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La nefropatía por inmunoglobulina A, también llamada enfermedad de Berger, es una enfermedad renal que afecta a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, la gravedad de la enfermedad y la rapidez con que evoluciona varían entre cada persona.
La nefropatía por inmunoglobulina A ocurre cuando un anticuerpo llamado inmunoglobulina A se acumula en los riñones. Esto reduce la capacidad del riñón para eliminar los desechos, el exceso de minerales y el agua del cuerpo.
Los investigadores no saben por qué el anticuerpo inmunoglobulina A comienza a acumularse en los riñones y no hay una forma segura de predecir cuál será la gravedad de la enfermedad. Algunas personas con nefropatía por inmunoglobulina A solo necesitan un control para determinar si la enfermedad está empeorando. En otros casos, la enfermedad puede progresar lentamente hasta que acaba causando enfermedad renal en etapa terminal, también llamada insuficiencia renal.
La enfermedad renal en etapa terminal ocurre cuando los riñones ya no funcionan al nivel que demanda el cuerpo. Cuando pasa esto, la persona requiere diálisis, proceso en el que la sangre se filtra con una máquina, o un trasplante de riñón para mantenerse con vida. Las investigaciones indican que la nefropatía por inmunoglobulina A progresa a enfermedad renal en etapa terminal entre el 20 % y el 40 % de los pacientes en los 20 años posteriores al diagnóstico.
No hay una cura para la nefropatía por inmunoglobulina A. Debido a que no se sabe qué causa la enfermedad, no está claro cómo evitar que afecte los riñones. Si la enfermedad progresa y es necesario hacer un trasplante, es posible que el nuevo riñón se dañe porque la inmunoglobulina A siga acumulándose en los riñones.
El tratamiento para la nefropatía por inmunoglobulina A se centra en disminuir el daño a los riñones y retrasar o prevenir la insuficiencia renal. Existen diversos medicamentos que retrasan el progreso de la enfermedad y ayudan a controlar los síntomas. Tu médico trabajará contigo para elaborar un plan de tratamiento que aborde tu caso y estado de salud específicos.
Es importante controlar la presión arterial y mantener unos niveles saludables de colesterol para preservar la salud de los riñones. Además, hacer actividad física, bajar el exceso de peso y reducir la ingesta de alimentos salados o altos en grasa ayuda a disminuir el ritmo al que se desarrolla la nefropatía por inmunoglobulina A.
Es importante que acudas periódicamente al equipo de atención médica para que te revise la función renal. Gracias a un buen tratamiento, un control adecuado y un estilo de vida saludable, muchas personas pueden mantener los riñones lo más sanos posible y evitar el trasplante.
With
Fouad Chebib, M.D.
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