Si necesitamos pedir una hipoteca para reformar nuestra vivienda podemos optar por buscar financiación en nuestra entidad.
Existen varias opciones para financiar una reforma de vivienda en función de nuestra situación.
En el caso de que tengamos una hipoteca y queramos reformar la vivienda podemos ampliar el capital de nuestra financiación, es decir, pedir más dinero al banco.
Como modificamos una de las condiciones de la hipoteca (la financiación del banco) tendremos que realizar una novación.
Este proceso no conlleva una comisión, puesto que, si viene especificado, solo se aplicaría cuando se modifica el tipo de interés de la hipoteca o el periodo de amortización.
No obstante, tendremos que afrontar otros gastos como registro, gestoría, tasación y la mitad de la notaría.
Otra posibilidad que existe es que vayamos a pedir una hipoteca para comprar y reformar.
En ese caso tendremos que pedir una hipoteca con el capital suficiente como para pagar el valor de la vivienda y su reforma.
Esta hipoteca la pediremos si ya tenemos la casa pagada. El propósito de este préstamo será únicamente el de reformar la vivienda.
Por lo tanto, habrá que calcular el valor de la reforma en sí y ver si el banco nos concede el dinero que nos hace falta.T
Las condiciones que nos exigirá un banco para financiar la reforma de una vivienda serán similares a cuando pedimos una hipoteca para adquirir una vivienda.
Esto significa que necesitaremos tener ingresos estables, historial crediticio limpio y capacidad para afrontar una cuota mensual de la hipoteca (según el Banco de España no debería superar el 35% del sueldo mensual).
Al igual que ocurre con el resto de las hipotecas, esta no puede desgravarse del IRPF si ha sido constituida después del 1 de enero de 2013.
Por lo tanto, si vamos a poner en marcha una reforma en estos momentos no nos podremos beneficiar de esta ventaja.
Existen algunas entidades que ofrecen hipotecas para reforma en España, entre ellas Santander.
Nos da la posibilidad de solicitar una hipoteca para otras finalidades, entre las que se encuentra la reforma de una vivienda.
La entidad financiará hasta el 60% del valor del proyecto a devolver en un periodo de amortización máximo de 25 años (si la hipoteca es para la vivienda habitual) o de 15 años (si está destinada a una segunda residencia).
Si el banco no nos quiere conceder una hipoteca para reforma podemos explorar dos alternativas:
- Solicitar las ayudas estatales para la reforma de una vivienda
- Pedir un préstamo personal
Actualmente existen dos ayudas vigentes: una es para mejorar la sostenibilidad del inmueble y la otra para mejorar su accesibilidad.
- Ayuda estatal para la reforma de las viviendas en torno a la eficiencia energética y la sostenibilidad: el objetivo es reformar el inmueble para que sea más sostenible.
- Ayuda estatal para la reforma de las viviendas con el objetivo de mejorar su seguridad y accesibilidad: busca facilitar la accesibilidad de estos edificios.
Los requisitos para optar a estas subvenciones son:
- Solo puede destinarse a viviendas unifamiliares o edificios.
- El 50% de las viviendas a las que se destine la subvención deben utilizarse como domicilio habitual.
Si no podemos solicitar una hipoteca para reforma y tampoco una ayuda estatal tendremos la opción de recurrir a un préstamo personal.
Dependiendo de la financiación nos convendrá un minicrédito o un préstamo de grandes cantidades.
A la hora de elegir este tipo de crédito lo más importante será comparar entre las opciones disponibles.
De esta forma elegiremos el préstamo que mejor se adapte a nuestra situación: interés, periodo de amortización, condiciones, etc.
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