Conoció desde pequeño los sinsabores que la vida pueda ofrecer al quedar huérfano de padre a la edad de seis años. En su juventud fue conductor de guagua, como se le llama al autobús colectivo de pasajeros en Cuba. Desde pequeño mostró aptitud hacia el canto y desde su juventud fue vocalista de afamadas orquestas como la Riverside, Los Hermanos Castro, El Conjunto Caney y con el famoso Septeto Nacional, la agrupación de Ignacio Piñeiro.
En 1941, hace un viaje hacia Puerto Rico, donde realizó dos grabaciones exitosas con el Cuarteto Marcano.