Jorge González
Este artículo contiene altas dosis de chilenismos y humor chileno. Si no cachái el mote, mejor pregúntale a un chileno, o vírate o ándate a la que tú sabís o a la otra que tú sabís |
Nacimiento Defunción | San Miguel Donde sea, menos en Chile |
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Origen | Una casa en el árbol |
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Sobrenombres | JG, Leonino, Karola Jolie, Genio, Ídolo, Troesma, Loco de Mierda |
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Lugar de residencia | Berlín, Nueva York, Ciudad de México, Valencia, Buenos Aires... no necesita banderas ni reconoce fronteras, pos hombre |
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Se dedica a | Empolvarse su enorme nariz y escribir 200 canciones al día esperando que al menos una de ellas sea un éxito. Ah, y a predecir guerras entre Chile y Perú y Bolivia. |
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Estado actual | Casi muerto |
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Hazañas logradas | Vivir más que el debilucho de Cerati, hacerse famoso en toda Latinoamérica[1] incluso años antes de radicarse en México, y sin ser argentino, colombiano o puertorriqueño. Trabajar donde Pelayo. Pelayo era su jefe, Pelayo era quien pagaba. |
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Relaciones | Con la mujer de Claudio Narea |
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Enemigos | Claudio Narea, El Tata, Copesa, El Mercurio, los Luksic, Piraña, Soda Stereo |
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Poderes especiales | Voz de perico, resistencia sobrehumana a sobredosis y derrames cerebrales |
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Objetos | Zapatillas North☆Star, sierras eléctricas, polvos mágicos y pastillas de valium |
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JorgEGOnzález fue es un drogadicto resentido que hace un turro de años formó parte de una banda de rock (de rock, no de rrrrrooooockkkk) llamada Los Prisioneros. En esta etapa se hizo conocido por hacer bailar a toda una generación de malditos sudacas que jamás entendieron completamente las letras de sus canciones (y eso que no era Bob Dylan), en las cuales no paraba de tirarle mierda a todo el mundo, en particular a los milicos que entonces "gobernaban" medio continente, a los políticos sinvergüenzas (valga la redundancia), a los gringos metiches y a los empresaurios.
Cuando volvió la democracia, y criticar al sistema dejó de ser algo rentable para convertirse en un molesto cliché, la personalidad de Jorgito empezó a alternar entre el rockstar desequilibrado sin pelos en la lengua tipo Charly García, el DJ shúper vanguardistars y europeizadors con amigos en Alemania, y el cantautor maduro buena onda que le canta a la vida, al amor y se sumerge en depresiones llenas de sensibilidad.
Hay quienes incluso comparan a Jorge González con Víctor Jara y Violeta Parra, ya que los tres eran seres humanos, chilenos, tenían dos brazos, dos piernas y tocaban la guitarra (y seguramente porque al igual que ellos, también morirá de una forma horrible).
Los Prisioneros
- Artículo principal: Los Prisioneros
Jorge Humberto González Ríos nació, de eso no hay duda. Que haya sido el 6 de diciembre de 1964 en la comuna de San Miguel sí es algo que se puede cuestionar. Hijo de Roberto Farías y de una ex ministra de Cultura de Michelle Bachelet que también hizo de Sor Teresa de Los Andes en una serie, desde siempre se sintió atraído a sus amigos la música. Así que cuando contaba con apenas 5 dedos porque todavía no le habían crecido los dedos de la mano derecha, aprendió a tocar la guitarra. Al día siguiente aprendió a tocar el piano. El miércoles aprendió a tocar el bajo, el jueves la batería, el viernes la caja de ritmos, y así. Y aunque nunca aprendió a cantar, se autonombró líder y vocalista de su nuevo conjunto musical, integrado por él, un osito de peluche y una caricatura chistosa de sí mismo que dibujó en un momento de ocio.
En 1979 conoció a Claudio Narea y Miguel Tapia, quienes compartían el mismo gusto por hacer ruido con instrumentos y llamar a eso música, así que se vio obligado a tomar la dolorosa decisión de expulsar al osito de peluche para formar Los Prisioneros (la caricatura graciosa siguió siendo parte de la banda, aunque nadie lo notó; después cobró vida propia y se convirtió en Residente de Calle 13).
Gracias a su esfuerzo, perseverancia y enorme talento, y a que conoció a Carlos Fonseca, un compadre con plata que podía ayudarlo a grabar un demo a cambio de que trabajara en su tienda de discos, en 1984 Jorge González (y su banda) publicó su primer álbum, La voz de los '80.
Como en los años ochenta no había mucho que hacer aparte de ver Miami Vice por la tele, sus melodías contestatarias y letras pegajosas remecieron a todo el continente, provocando terremotos como los de Chile y México en 1985. La popularidad de Los Prisioneros llegó incluso a rivalizar con la de Soda Stereo, grupo argentino que cantaba sobre vitaminas, dietas, telarañas, novias con bíceps y otros tópicos de gran importancia social.
Sin embargo, pese a su estatus de celebridades, su negativa a hacerse un corte de pelo new wave como el de Robert Smith o a cantar canciones menos agresivas como "El patito chiquito", motivaron que González y compañía fueran acosados por la CNI hasta cuando iban al baño. También sufrieron un episodio de censura en la Teletón (Don Francisco puso su cabezota frente a la cámara durante su presentación) y quedaron fuera del Festival de Piña de 1987.
Una tarde de 1989, un drogado González se dirigió a casa de Claudio Narea para confesarle su amor. Previamente pasó por la casa de Miguel Tapia para pedirle un consejo, aunque para despistar le dijo que se sentía atraído por Claudia (la señora de Narea). Tapia intentó disuadirlo recurriendo al sabio proverbio hindú "la mujer del amigo tiene pichula", pero logró el efecto contrario. González quiso comprobarlo por sí mismo, pero se llevó una gran decepción, fruto de la cual nació el álbum Corazones. Este disco marcó el final del sonido simple y rebelde de la banda, pues mezclaba las "influencias" electropunchipunchi de Pet Shop Boys, New Order o Depeche Mode que ya habían seducido a Jorgito cuando metió sintetizador en algunas canciones de los discos anteriores, con las letras cebolleras de Julio Iglesias, Camilo Sesto y Delfín Quishpe.
A Narea no le gustó la idea de que su amigo le dedicara un disco al tiempo que pasó buscándole el miembro a su mujer, así que se fue de Los Prisioneros, a pesar de que González intentó persuadirlo de lo contrario proponiéndole un trío con Miguel Tapia su esposa. Ante la negativa de Narea, Jorge se cortó las venas porque ya estaban muy largas, relatado en el pasaje bíblico de Julioses .
Aquí González dio comienzo a su etapa pseudo-gótica: empezó a usar camisas blancas desabotonadas en el pecho y un peinado tres leches de costado, a recitar frases dignas de Acción Patética Poética antes de cada canción y a llorarle sus penitas de amor al público. Después de amasar millones y millones de kilos de coca gracias a las ventas del Corazones, González le puso fin a su banda para perseguir a Claudio Narea una carrera solista.
Etapa solista
Para cuando Los Prisioneros se disolvieron, Jorge González se había convertido en un ídolo juvenil, con muchísimos fans y ovarios craquelados por toda América. Por eso mismo, EMI lo declaró "artista prioritario a nivel regional", lo que significa que el presidente de la compañía viajó a Chile exclusivamente para lanzarle un saco de dólares en la cara y ofrecerle un jugoso contrato para producir tres discos solistas en los estudios de Peter Gabriel en Londres, aprovechando que éste andaba de gira.
Su disco debut como solista, bautizado casualmente Jorge González, igual que el músico chileno del mismo nombre, mostraba a un González todo alegre y optimista cantando melodías suaves sobre cosas happy. Nadie se lo creyó. Además, eran los comienzos de los noventa y en esa época lo popular era el grunge y estar deprimido, así que el álbum fue un fracaso comercial, a pesar de incluir la más que conocida canción "Fe", esa que hasta los borrachitos del metro la cantan.
Algo preocupados, los ejecutivos de EMI le dieron una segunda oportunidad a Jorge González, aún después de haber perdido millones de dólares con el disco anterior. El resultado fue El futuro se fue, un álbum del que no hay mucho que decir. En serio, la weá es tan mala que no la compró ni su padre. Este nuevo fracaso significó que EMI le diera la PLR a González.
Sin un peso en el bolsillo, logró engrupirse a la hija de un milico retirado que enriqueció traficando armas trabajando honradamente en sus ratos libres. Gracias a esto pudo arrendar un departamento en Nueva York, así en la volá más John Lennon posible. Ya convertido en occidental de segunda mano, formó, junto con el chilenísimo Martin "Dandy Jack" Schopf, un proyecto electrónico que haría las delicias del circuito underground-éxtasis-bisexualidad-pelo-verde europeo: Gonzalo Martínez. No, no estoy llamando a ningún Gonzalo Martínez, es que así se llamaba el grupo.
Este proyecto fue el responsable de crear el sub-sub-género de la electro-cumbia, una cosa más rara que huevo con cejas. Eso mismo pensó la gran mayoría de los chilenos, que, aunque son un pueblo bananero, o escuchan cumbia o escuchan electrónica, pero no las dos a la vez. Debido a esto, el único disco que editaron, Gonzalo Martínez y sus congas pensantes, rápidamente terminó en la batea de ofertas de los supermercados, junto con los karaokes de Armando Manzanero. Se dice que los demos que no quedaron en el disco se los regalaron a un pendejo que pasaba por ahí y que en el futuro sería conocido como Gepe.
Poco después se reencontró con Miguel Tapia, que en ese entonces trabajaba pesando clavos en una ferretería. Ambos decidieron formar la banda Los Dioses, junto con un venezolano que definitivamente no era Hugo Chávez. Después de una gira por Perú y algunos baretos de mala muerte en Chile, González abandonó repentinamente el grupo para irse de vacaciones a Cuba, hospedándose por algunos meses en el famoso hotel-resort Centro de Desintoxicación de Villa Quinqué. Allí también fue donde Fidel Castro le reveló el secreto de la inmortalidad. Mientras se encontraba bajo los efectos de la metadona, sacó un nuevo disco solista, Mi destino, producido por el sello Alerce, la discográfica favorita de los artesas.
Producto de su cada vez más acentuada adicción a los jugos Yupi, Jorge González empezó a tener serios problemas con La Ley y terminó volviendo a prisión, donde se encontró de nuevo con Narea y Tapia.
Los Prisioneros (de nuevo)
En septiembre de 2001, Los Prisioneros anunciaron su regreso con motivo de celebrar los atentados contra las Torres Gemelas. Llenaron dos veces el Estadio Nacional y se robaron llevaron todos los premios en el Festival de Viña, aunque lo más memorable de estas presentaciones fue el look de Cristo del Elqui que tenía Miguel Tapia. Pero entonces en 2003 se les ocurrió la magnífica idea de grabar un nuevo disco, en el que Jorge escribió todas las canciones. Claudio Narea le sugirió la posibilidad de cambiar un La menor por un Mi en una de las canciones, cosa que enfureció a González. Narea terminó recibiendo la patá en la raja y nunca lo pudo superar, así que hasta el día de hoy se dedica a escribir libros y a dar innumerables entrevistas en las que acusa a su "amigo" de estar obsesionado con él.
Después Jorge contrató como a 1000 huevones para reemplazar a Narea y se llenó los bolsillos haciendo giras y estafando a la gente con que eran Los Prisioneros, hasta que en 2006 decidió radicarse en México para hacer negocios con El Narco. Miguel Tapia prefirió quedarse en Santiago para comprarse una parcela en Quilpué, rejuntarse con Narea y ganar plata fácil cantando las canciones de Jorge sin tener que aguantar el mal genio de Jorge. Así, Los Prisioneros se disolvieron de una vez por todas.
Etapa solista (de nuevo)
Luego de la separación de su banda, Jorge se casó con una tal Loreto Útero, a la que le enseñó a tocar teclado. Juntos formaron un nuevo proyecto llamado Los Updates, un grupillo de música electrónica que tuvo algo más de éxito que el proyecto Gonzalo Martínez... aunque esto es como decir que una película mala es "un poco menos mala que The House of the Dead". En 2011 su esposa lo mandó a la cresta y con eso también le puso fin a Los Updates.
Ese año, ya radicado en Berlín Oriental, retomó su carrera solista y compuso un álbum que se demoró 2 años en publicar porque estaba demasiado ocupado comiéndose a las namis que salen en el videoclip de "Es muy tarde" o sufriendo de alguna de sus constantes "alergias". Este nuevo disco se llamó Libro porque a estas alturas Jorge ya no distingue la diferencia.
En 2014 hizo un curso rápido con Open English™ y, bajo el seudónimo de Leonino, grabó un disco llamado Naked Tunes (Canciones en pelotas), editado con la esperanza de metérsela doblada a los gringos. Pero nadie le explicó a González que para triunfar en el mercado norteamericano primero tenía que venderle su alma a los Illuminati, hacer un dueto con un rapero negro y después aprender a twerkear como Miley o Nicki Minaj. Por lo tanto, se desconoce si lo compró alguien que no fuera un mojado viviendo de ilegal en California o un puertorriqueño del Bronx.
Después empezó a trabajar en un nuevo álbum, el cual se llamaría Álbum, pero para que no lo huevearan con que se estaba poniendo flojo para poner títulos, le puso Trenes, aunque su intención original era llamarlo Trannies en homenaje a los hospitalarios amigos que lo acogieron en Berlín. Antes de terminar de grabarlo, y aprovechando que Los Prisioneros y todo lo que tuviera que ver con ellos se había vuelto a poner de moda gracias a Chilevisión y su plagio de Los '80 mejor conocido como Sudamerican Rockers, Jorge planificó una ambiciosa gira por Santa Juana, Pichidegua, Petorca, Colbún, Titirilquén, Pelotillehue y otras importantes ciudades de Chile.
Luego de tomar un tren al sur, un sábado en la noche (más precisamente el 7 de febrero de 2015), Jorge González sufrió un episodio de estrechez de mente que estuvo a punto de convertirse en estrechez de corazón, tras cometer la insensatez de hacer respetar su contrato con el Festival de Nacimiento, luego que el número que venía antes que el suyo (la rutina de Los Atletas de la Risa) se alargara por 800000000 horas más de lo programado. Fue atendido de urgencia por Don Francisco, llevándolo a los mejores médicos brujos mapuches de Concepción quienes lograron formatearlo, aunque en modo a prueba de fallos, utilizando el mismo método subliminal que empleara Homero Simpson para intentar bajar de peso. De esta forma, logró pasearse a a la muerte (y a Cerati) volviendo a los proscenios con un "concierto" autohomenaje en el Vomistar Arena. Actualmente su vocabulario se está incrementando a pasos agigantados, aunque se espera que quede hablando como Loquendo y cantando como borracho por el resto de su ¿vida?.
Discografía
Disco | Notas | Única(s) canción(es) que conoces (probablemente) |
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La voz de los '80 | Sonido simple y producción muy mala, pero se vendió como pan caliente porque literalmente era más barato (y rico) que el pan. Y porque su competencia era Frecuencia Mod. | "La voz de los '80" "Sexo" "Paramar" "¿Quién mató a Marilyn?" "Nunca quedas mal con nadie" "Latinoamérica es un pueblo al sur de EE.UU." |
Pateando piedras | Aquí comenzó su obsesión enfermiza con los sintetizadores. | "El baile de los que sobran" "Muevan las industrias" "Quieren dinero" "¿Por qué no se van?" |
La cultura de la basura | Es considerado el peor disco de Los Prisioneros porque tiene las mejores canciones de Los Prisioneros. | "La cultura de la basura" "Lo estamos pasando muy bien" "Pa pa pa" "Maldito sudaca" "We are sudamerican rockers" |
Corazones | Una carta de amor de González para |
"Tren al sur" "Estrechez de corazón" "Corazones rojos" "Amiga mía" |
Jorge González | El menos latoso de sus discos solistas. Aún así, muy pocos lo compraron pues desconfiaban del (demasiado) sonriente Jorge que aparecía en la portada. | "Fe" "Mi casa en el árbol" "Esta es para hacerte feliz" |
El futuro se fue | El título hace referencia a que su futuro como artista consagrado en el continente se fue a la mierda con este disco. Empieza bien, con un par de canciones interesantes y melodías pegajosas, hasta q— ¿DIME CUÁNTO? ¿DIME CUÁNTO? ¿DIME CUÁNTO? ¿DIME CUÁNTO? | ? |
Gonzalo Martínez y sus congas pensantes | O sea, ¿a quién chucha se le ocurre mezclar cumbia con electrónica? Fue un fracaso total en Chile, pero fue muy popular en la escena underground de Moldavia y Azerbaiyán. | "La cumbia triste" |
Mi destino (confesiones de una estrella de rock) | No confesó nada, pero parece que se dio cuenta que |
"Carita de gato" "Allende vive (y yo sé dónde (y no les voy a decir))" |
Los Prisioneros | La mayor trolleada en la historia de la música chilena. 10 años estuvieron esperando los fans poder escuchar un nuevo álbum de Los Prisioneros, sólo para encontrarse con una cagá de disco más incomprensible que la cresta que mezclaba electrónica, coros de niños y algo de rock. Igual tiene un par de canciones que salvan. | "San Miguel" "Ultraderecha" "Concepción" |
Los Prisioneros en las Raras Tocatas Nuevas de la Rock & Pop | Jorge, Miguel y el huevón de Chancho en Piedra cantando temas de 31 minutos. | ?? |
Manzana | Acá parece que se dio cuenta que |
??? |
Los Updates | Un proyecto muy popular entre los fanáticos del IDM, house y minimal techno chileno-berlinés. O sea, nadie. | "Aviador" |
First If You Please | Lo mismo, pero en inglés. | ???? |
Libro | Jorge González se encerró en su departamento en Berlín, se fumó un pito, tomó su guitarra, su piano y grabó lo que le salió de los huevos. | "Nunca te haría daño" |
Naked Tunes | Disco en inglés que fue éxito de ventas en los Estados Unidos, en alguna dimensión paralela. | ????? |
Trenes | El último trabajo de su |
"Nada es para siempre" |
Véase también
Referencias
- ↑ Latinoamérica: Chile, Perú, Colombia, Ecuador, México y parte de Venezuela.
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