cientes batallas. Sostiene que ha descubierto la navegación submarina, o, si se quiere, la escafandra del buzo, pero que no lo publica «por maldad de los hombres que de ello se servirían para asesinar en el fondo de los mares, abriendo los navíos y sumergiéndolos con su tripulación». Estudia el aeroplano hasta concebírlo enteramente parecido a algunos de nuestros primeros aviones, salvo el motor en que el misterio del vuelo se le escapa. En cambio, ha llegado a formar de cierta cera pájaros que echa a volar por el aire.
Pues todo aquello lo lleva, artista supremo como es, a la trascendencia de las formas naturales por el camino de la belleza.
Las bombardas que proyecta han de ser, además de útiles, hermosas. La hidráulica le inspira consideraciones