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Religión de Urartu

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La religión o mitología de Urartu es el sistema de creencias adoptado por el antiguo reino de Asia Occidental que existió entre los siglos VIII y VI en el Altiplano Armenio. La religión de Urartu tenía los rasgos característicos de los reinos despóticos politeístas de Oriente Próximo y hundía sus raíces en otros sistemas religiosos más antiguos de Mesopotamia y Anatolia.[1]​ Al igual que otras religiones del Antiguo Oriente, la religión urartiana presentaba un amplio panteón de divinidades que patrocinaban distintos fenómenos, siendo su dios supremo el dios Jaldi. Los urartianos contactaban con las divinidades del panteón a través de sacrificios rituales. La religión urartiana incluía, asimismo, elementos típicos del Antiguo Oriente, tales como el árbol de la vida, la serpiente, el disco alado, etc., con análogos en otros sistemas religiosos de la Antigua Mesopotamia.[2]​ Un rasgo característico de la religión urartiana era su relativa tolerancia religiosa[3]​ debida a la estructura multinacional del reino.[4]

Divinidad urartiana alada, bronce, Toprak-kale, Hermitage

Fuentes para el estudio de la religión urartiana

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La llamada Puerta de Mjer, el "portal del dios", cerca de Rusajinili

Las fuentes para el estudio de la religión urartiana son escasas: los investigadores solo disponen de un número limitado de documentos cuneiformes que describan sus ritos religiosos o su sistema de creencias. Único en este sentido es el texto redactado durante el reinado de Ishpuini y grabado en la roca próxima al Toprak-kale, en el Portal del Dios que más tarde sería conocida como Puerta de Mjer. La "puerta" en sí consiste en tres hendiduras rectangulares sucesivas en la roca: el triple portal del dios por el que, según las creencias del Antiguo Oriente, la divinidad podía abandonar la montaña.[5][6]​ Gracias a esta inscripción cuneiforme, descubierta por Iósif Orbeli durante la expedición de la Sociedad Rusa de Arqueología en 1916,[7]​ la comunidad científica ha podido conocer la totalidad del panteón de Urartu. En una excavación reciente en Ayanís, fortaleza urartiana de los tiempos de Rusa II, asimismo se ha encontrado un documento que describe sacrificios rituales al dios Jaldi.[8]​ Además de estos testimonios, los investigadores disponen de un número limitado de apelaciones estandarizadas al dios Jaldi (del tipo: «En el nombre del dios Jaldi, yo, el rey de Urartu, he construido este granero...») contenidas en inscripciones cuneiformes, así como algunas pocas imágenes de dioses y ritos que se han conservado entre los objetos de cultura material urartiana. Al día de hoy no se han encontrado textos mitológicos, oraciones o conjuros mágicos urartianos.[9]

Por otro lado, facilita la investigación el hecho de que las prácticas religiosas urartianas fueran muy próximas a las asirias e hititas, de forma que el estudio de la religión en Asiria y el reino hitita ayuda a comprender mejor el sentido de los distintos símbolos religiosos de Urartu.[10][11]

Historia de la formación y el desarrollo de la religión en Urartu

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Es probable que determinados elementos de religiones del Antiguo Oriente penetraran progresivamente en el Altiplano Armenio mucho antes de la aparición del reino de Urartu. A finales del II milenio a. C. los urartianos que habían migrado hacia la zona que se convertiría en el núcleo de Urartu desde Revanduz (Azerbaiyán Occidental) trajeron consigo una variante del sistema religioso mesopotámico que cimentaría la religión urartiana. Los hurritas que habitaban esas tierras tras la desintegración del reino de Mitanni profesaban, posiblemente, una religión cercana a dicho sistema, que asimismo arraigaba en la religión de Mesopotamia. Boris Piotrovski consideraba que la religión hurrita había transmitido numerosos elementos a la religión urartiana,[12]​ al tiempo que Ígor Dyákonov acotaba esta influencia a la relación existente entre el dios hurrita Teshub y el urartiano Teysheba y señalaba que en lo demás los panteones hurrita y urartiano eran completamente diferentes, pese a la proximidad lingüística de esos pueblos.[13]

El sistema religioso de los urartianos asimismo fue influido en cierta medida por el reino de los hititas (a través de los hurritas), cuyo panteón también entroncaba con la Mesopotamia más antigua. De esta mezcla se fueron diferenciando y consagrando progresivamente la religión oficial de Urartu y el panteón urartiano.[14][15][16][17]

La consolidación del reino de Urartu condujo lógicamente a la consagración de la religión urartiana, dado que los regímenes despóticos del Antiguo Oriente utilizaban de forma natural la religión como una herramienta adicional de control sobre la población.[18]​ Este proceso se completó durante el reinado del rey Ishpuini (828-810 a. C.). Ishpuini dedicó su mandato a un decidido refuerzo de la religión oficial: incorporó a Urartu Musasir, ciudad-estado situada en el territorio de la actual provincia iraní de Azerbaiyán Occidental que había sido el foco de la expansión inicial de los urartianos y ciudad sagrada del dios supremo de los urartianos Jaldi.[17]​ Con el rey Ishpuini la escritura urartiana incorporó fórmulas estandarizadas obligatorias que introducían las inscripciones reales, tales como "En nombre del dios Jaldi..."; el mismo rey mandó gravar en la Puerta de Mjer el listado de los dioses urartianos con indicación de las ofrendas exactas que debían ser ofrecidas a cada uno de ellos.[19]

A continuación, en la época de prosperidad que vivió Urartu durante los reinados de Menua, Arishti I, Sarduri II y Rusa I, se produjo una construcción masiva de templos, dedicados, en su mayoría, al dios Jaldi, y muchas ciudades celebraron con regularidad solemnes sacrificios rituales.

La edad de oro de la religión urartiana termina en el año 714 a. C. cuando el rey asirio Sargón II, tras una prolongada campaña militar, derrota al ejército urartiano comandado por el rey Rusa I y, tras una inesperada maniobra, toma y saquea Musasir, la ciudad sagrada del dios Jaldi. Este acontecimiento se sumó al incipiente declive político-militar de Urartu y supuso un severo golpe para el culto del dios Jaldi y para toda la religión urartiana. Si bien en unos años Urartu logró recuperar, a cambio de un importante rescate, la estatua principal del dios Jaldi raptada por los asirios de Musasir, la preeminencia del dios asirio Assur y "sus armas" sobre el dios Jaldi se hizo evidente a los ojos de la población de Urartu. Aunque la existencia de Urartu y su religión aún se prolongó durante muchos años, al culto de Jaldi nunca volvió a recuperarse de la destrucción de Musasir. Así, durante el reinado de Rusa II (685-639 a. C.), en el segundo período de prosperidad de Urartu, los urartianos ya no destacaban a Jaldi en su construcción monumental como lo habían hecho en los primeros tiempos del reino, cuando casi todos los templos eran dedicados a Jaldi.[17]

En los últimos años de Urartu, cuando las derrotas militares ya han debilitado significativamente el reino, los escritos reales, en lugar de a Jaldi, apelan al dios Teysheba e incluso al dios supremo asirio Assur o al babilonio Marduk.[20]​ Es posible que el traslado de la capital de Urartu a Teyshebaini en los últimos años del reino también tuviera que ver con la extinción del culto de Jaldi y las esperanzas puestas en Teysheba. La religión urartiana experimenta una evidente decadencia en este período.[17]

El panteón de Urartu

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La estructura del panteón urartiano está principalmente relacionada con las religiones mesopotámicas, en parte por mediación de Asiria y en parte por la de los hurritas, siendo tan solo el dios supremo sustituido por uno originariamente urartiano: Jaldi. Así, para referirse a los dioses Teysheba y Shivini, la escritura urartiana empleaba ideogramas análogos a los utilizados para los dioses asirios Adad y Shamash, al mismo tiempo que el nombre del dios Jaldi se transcribía fonéticamente. Los ritos religiosos que se conocen, inclusive los sacrificios rituales, también tenían raíces mesopotámicas.[21]​ Los dioses urartianos eran antropomorfos, si bien conservaban algunos elementos zoomorfos. Así, entre sus atributos se encontraban con frecuencia los cuernos y las alas.[22]

En el panteón urartiano también figuran diferentes manifestaciones de Jaldi.[23]​ Al igual que en los panteones de Mesopotamia, algunas divinidades poseen una ancestral naturaleza totémica (dioses del sol, de los caminos, de cuevas, etc.)[24]​ Las divinidades masculinas ocupan un lugar preponderante y en la lista de la llamada Puerta de Mjer ostentan los 63 primeros lugares de un total de 79.[25]

Asimismo se ha formulado la hipótesis de una relación entre el panteón de Urartu y la orografía circundante: a cada divinidad urartiana podría corresponder una determinada cima del Altiplano Armenio.[6]

Breve relación de dioses del panteón de Urartu

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№ п/п[26] Nombre de la divinidad Género Número de toros sacrificiales[27] Número de ovejas sacrificiales Observación
1 Jaldi masculino 17 34 Dios supremo de Urartu
2 Teysheba masculino 6 12 Dios de la tormenta y la guerra
3 Shivini masculino 4 8 Dios del sol
8 Shebitu masculino 2 4
12 Shelardi masculino 1 2 Dios de la Luna
13 Arma del dios Jaldi masculino 1 2 Probablemente una manifestación de Jaldi[23]
25 Airaini masculino 1 2 Dios de las cuevas[24]
27 Jara masculino 1 2 Dios de los caminos[24]
32 Arni masculino 1 2 Dios de las montañas[24]
39 Dios de la ciudad de Ardini masculino 1 2
41 Dios de Tushpa masculino 1 2
55 Ebani masculino 1 2 Dios de la tierra[24]
63 Babania masculino 10 Dios del país de las montañas[24]
64 Arubaini femenino 1 1 Esposa del dios Jaldi
65 Juba femenino 1 1 Esposa del dios Teysheba[28]
66 Tushpuea femenino 1 1 Esposa del dios Shivini[29]
70 Tsinuardi femenino 2 Se corresponde, probablemente, con la diosa Ishtar[30]

Dioses supremos de Urartu

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Entre los dioses supremos de Urartu cabe contar a Jaldi, Teysheba y Shivini, así como a sus esposas Arubaini, Juba y Tushpuea. Las tres divinidades masculinas supremas formaban una tríada, situación recurrente en las religiones de Oriente Próximo. En las distintas apelaciones y descripciones de sus hazañas los reyes de Urartu destacaban con regularidad precisamente a estas tres divinidades. Por ejemplo, el rey Arguishti I en sus crónicas relata:

Por tercera vez reuní a los guerreros y rogué al dios Jaldi, el soberano, al dios Teysheba, al dios Shivini, a todos los dioses del país de Biainili, por aquello que yo quería llevar a cabo para aumentar la grandeza señorial; atendieron los dioses mi ruego. Salí en expedición hacia el país de Urme, conquisté el país de Urme.[31]

Al parecer, las peticiones de ayuda para campañas militares eran el aspecto más importante de las relaciones entre los reyes urartianos y el panteón de Urartu. El dios supremo Jaldi era, sin duda, la principal fuerza que les respaldaba en los combates. Se asociaba a Jaldi la llama divina y sus templos eran llamados con frecuencia "casa de armas"[32]​ o "casa del escudo".[23]​ Otra forma habitual en que se mencionaba a las divinidades supremas era al final de las estelas o inscripciones cuneiformes colocadas en la base de las construcciones, con la siguiente fórmula: "a aquel que rompa esta inscripción que lo destruyan los dioses Jaldi, Teysheba, Shivini".

Imágenes de los dioses supremos de Urartu
Reconstrucción de imágenes del escudo encontrado en la fortaleza urartiana de Anzaf y del pectoral del Museo Británico.
Dios supremo Jaldi armado con fuego Dios del trueno Teysheba montado en un león Dios del sol Shivini montado en un toro Diosa Arubaini, esposa del dios Jaldi

Jaldi

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Dios Jaldi era el dios supremo de Urartu y se considera que su esposa era la diosa Arubaini. De entre los dioses principales de Urartu solo Jaldi tiene un origen verdaderamente urartiano.[21]​ La etimología de la palabra "Jaldi" no está todavía del todo clara. La cercanía probada entre las lenguas hurrito-urartianas y las lenguas naj-daguestaníes permite especular con la relación entre "Jaldi" y la raíz "hal-" que en varias lenguas caucásicas significa "cielo". En tal caso "Jaldi" podría significar "celestial".[23][33]​ Sin embargo, los últimos estudios de lenguas hurrito-urartianas no han podido despejar las dudas en torno a esta hipótesis.[34]​ La ciudad sagrada de Jaldi era la antigua urbe de Musasir situada en la actual provincia iraní de Azerbaiyán Occidental.[14][35]

Teysheba

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Teysheba era el segundo en importancia dios del panteón urartiano, dios del trueno y de la guerra. Su esposa era considerada la diosa Juba y se le representaba de pie sobre un toro o, con menor frecuencia, sobre un león. Teysheba era el equivalente urartiano del asirio Adad e incluso era representado en la escritura cuneiforme urartiana con el mismo ideograma. También está fuera de duda su relación con el dios hurrita Teshub.[9]​ Según una hipótesis Teysheba sería un préstamo que los urartianos habrían tomado de Mesopotamia no directamente, sino por mediación de la mitología hitita.[21]​ La conocida ciudad urartiana de Teyshebaini situada en la colina de Karmir-Blur (Armenia) llevaba su nombre.

Shivini

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Shivini era el tercer dios por orden de importancia en el panteón de Urartu, dios del Sol. Su esposa era considerada la diosa Tushpuea y su símbolo era el disco alado. Shivini era el equivalente urartiano del asirio Shamash e incluso era representado en la escritura cuneiforme urartiana con el mismo ideograma.[9]​ De acuerdo con una extendida hipótesis, la capital del reino de Urartu Tushpa era, con toda probabilidad, el lugar del culto de Shivini.[36][37]

Otras divinidades destacadas

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Entre las otras divinidades urartianas destacan las tres diosas principales del panteón, esposas de los tres dioses supremos: Arubaini, Juba y Tushpuea. Resulta interesante la divinidad lunar urartiana Shelardi, equivalente del mesopotámico Sin. La diosa Tsinuardi es identificada por los investigadores con la mesopotámica Ishtar.[36]

Además los científicos han encontrado en la lista de dioses urartianos toda una serie de divinidades totémicas y multitud de hipóstasis del dios Jaldi.

Algunos investigadores han intentado encontrar una relación entre Shebitu y la diosa babilonia Sabitu[38]​ pero, al resultar que en la lista de Ishpuini los dioses estaban ordenados por género y los masculinos figuraban en primer lugar, esta equiparación perdió consistencia.[36]

Otros elementos mitológicos

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Varios elementos mitológicos urartianos no son mencionados en los escritos cuneiformes pero se hallan ampliamente representados en imágenes representadas en objetos de cultura material. Entre tales cabe contar el árbol de la vida, la serpiente, los grifos y el disco alado. La semejanza entre estos elementos y sus representaciones y los equivalentes que se pueden encontrar en las mitologías de países vecinos (especialmente en Asiria) apunta a la extensión de estos cultos en Urartu y a una probable similitud de ritos.[24]

Representación del árbol de la vida y la serpiente en el yelmo del rey de Urartu Sarduri II
El yelmo fue encontrado al excavar la ciudad de Teyshebaini en la colina de Karmir-Blur. Se conserva en el Museo Nacional de Historia de Armenia en Ereván.
Dibujo frontal del yelmo. Varias serpientes penden a la izquierda y a la derecha sobre imágenes del árbol de la vida. Fragmento aumentado de la imagen del yelmo que contiene un árbol de la vida con divinidades aladas a los lados.

El árbol de la vida figura asimismo en diferentes sellos urartianos descubiertos en el yacimiento de Tushpa. Los sellos contienen escenas de adoración del árbol y en ocasiones figura como objeto de culto el jarro de agua.[39]​ Muchos sellos contienen la imagen del árbol de la vida en combinación con símbolos astrales (estrellas, media luna). Además el árbol de la vida aparece con frecuencia en distintas pinturas murales como parte de la decoración. Los temas urartianos del árbol de la vida mantienen importantes parecidos con los temas asirios.[24]

Representaciones del árbol de la vida y la serpiente
A la izquierda: Típica para el arte de Urartu estilización del árbol de la vida, talla de hueso, Toprak-kale, Museo de Civilizaciones de Anatolia. En el centro: Sello cilíndrico con la imagen de la serpiente, Karmir-Blur, Museo de Historia de Armenia. A la derecha: Fresco con la imagen de la adoración del árbol de la vida, Altintepe, Museo de Civilizaciones de Anatolia.

Los objetos de la cultura material urartiana conservan multitud de representaciones de grifos y divinidades aladas (ángeles). Los investigadores consideran que la aparición de este tipo de seres, particularmente en la cultura urartiana, está relacionada con el proceso de antropomorfización de las divinidades. La paulatina transformación de los dioses zoomorfos de la Edad de Piedra en divinidades antropomorfas ha dejado una serie de etapas intermedias que estarían representadas, entre otros, por ángeles y grifos voladores, así como por aquellos dioses del panteón que conservan rasgos zoomorfos (por ejemplo, alas) o animales simbólicos.[29]

Imágenes de divinidades aladas
Dibujo de grifo en un cinturón urartiano, Karmir-Blur, Museo de Historia de Armenia Divinidades aladas, talla de hueso, Toprak-kale, Museo de Civilizaciones de Anatolia. Divinidad alada, parte de la decoración del trono de Urartu, bronce, Toprak-kale, Hermitage.

En Urartu estaba ampliamente extendido el símbolo del disco alado cuyas representaciones se han encontrado también en Mesopotamia, el Antiguo Egipto y el reino hitita. En Urartu el disco alado normalmente representaba al dios del Sol Shivini, si bien también se puede observar en otros contextos mitológicos. Las representaciones del disco alado en Urartu estaban con frecuencia relativamente estilizadas y no contenían tantos detalles como las imágenes egipcias o mesopotámicas. Las imágenes urartianas del disco alado se situaban más cerca de las de los hititas y el tema mitológico era el propio de los asirios.[29]

Imágenes de disco alado
Dibujo de Shivini en un cinturón uratiano, Karmir-Blur, Museo de Historia de Armenia Tapa de un arca de piedra, Karmir-Blur, Museo Erebuni. El disco alado aparece en un contexto de adoración del árbol de la vida Medallón de plata del período de decadencia de Urartu, Karmir-Blur, Museo de Historia de Armenia

Ceremonial religioso

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El principal rito ceremonial de Urartu era el ritual del sacrificio. Las ceremonias tenían lugar tanto al aire libre como en el interior de los correspondientes templos. De acuerdo con el canon elaborado en tiempos del rey Ishpuini a los dioses se sacrificaban toros, vacas y ovejas. La magnitud del sacrificio variaba según la importancia de la divinidad: desde una oveja para la diosa Bartsia hasta 17 toros y 34 ovejas al dios supremo Jaldi. En Tushpa, la capital de Urartu, sobre la roca de Van se había erigido una plataforma especial para grandes sacrificios equipada con canalones para el desagüe de la sangre de los animales sacrificados.[40]​ Análogas plataformas con canalones se han encontrado también en otras fortalezas urartianas.[41]​ La incorporación de nuevas regiones al este y al oeste de Urartu en tiempos de los reyes Arguishti I, Sarduri II, Arguishti II y Rusa II diversificó la composición étnica de Urartu y sus prácticas religiosas.[42]​ Los investigadores dejan constancia de sacrificios realizados en tiempos de Rusa II que se alejaban del canon de Ishpuini. Se sacrificaban con frecuencia animales muy jóvenes, de entre 1 y 3 días de vida, celebrándose además tales sacrificios en el interior de los templos. Así, en el yacimiento de Karmir-Blur, en una de las cámaras se han encontrado los restos de más de 4000 animales quemados, entre los cuales los peritos h<an podido constatar la presencia de especímenes recién nacidos.[43][44]​ En la excavación de Toprak-kale, capital de Urartu con Rusa II, la expedición alemana encontró un altar que, además de huesos de animales, contenía restos de humanos sacrificados.[45]​ En la excavación de Bastam, fortaleza urartiana de Rusa II, asimismo se encontraron indicios de sacrificios humanos[35][46]​ y en otra fortaleza de Rusa II, Ayanís, fue localizado un escrito cuneiforme con la descripción del ritual del sacrificio de un niño al dios Jaldi.[8]

Ceremonial religioso en Urartu
Plataforma para sacrificios sobre la roca de Van en Tushpa. Pared reconstruida del templo de Jaldi con frescos y elementos del peristilo, Erebuni Altar para sacrificios del templo de Jaldi en Rusajinili, Museo Arqueológico de Estambul

Templos de Urartu

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La mayor parte de los templos urartianos no eran demasiado grandes. La decoración estaba formada principalmente por distintos atributos bélicos de carácter decorativo, no aptos para el combate. Entre tales atributos figuraban escudos, yelmos, carcajes y lanzas elaboradas con cobre, bronce y metales preciosos.[47]​ A finales del s. VIII a. C. las armas de bronce habían quedado obsoletas y fueron desplazadas por armas de hierro. El inutilizado equipamiento de bronce y cobre era donado de buen grado por los urartianos a los templos que se convertían así en una especie de museos.[18]​ Así, de acuerdo con los anales de Sargón II su ejército capturó en el templo de Musasir más de 100 toneladas de cobre, 25 mil escudos, 1500 lanzas y más de 300 mil espadas y dagas de cobre y bronce.[48]​ El templo de Jaldi en Musasir, el principal de Urartu, destacaba sobre los demás por sus proporciones, su arquitectura y su decoración. Los asirios que lo saquearon en el año 714 a. C. quedaron impresionados por las riquezas allí acumuladas.[17]​ En Musasir se hicieron con unas 2 toneladas de oro y 10 toneladas de plata en lingotes y artículos diversos.[49]​ Objetos de cobre y metales preciosos aparte, Musasir recibía también de otras regiones de Urartu ganado para sacrificios, parte del cual era consumido por la comunidad del templo.[50]

Por el hecho de que, tras el saqueo del templo de Musasir por Sargón II, los asirios no mencionen una captura de artefactos de hierro, los investigadores concluyen que, al igual que en otros reinos de la Antigua Mesopotamia y Judea, también estaba prohibido introducir objetos de hierro en los templos urartianos.[51]

Ritos funerarios

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Urna funeraria urartiana, Karmir-Blur, Museo Erebuni

La incineración era probablemente el rito funerario más extendido en Urartu. Era practicado en todo el territorio del reino y utilizado para enterrar a reyes y nobles urartianos en los llamados sepulcros reales de la roca de Van en Tushpa. Al mismo tiempo, los investigadores regularmente subrayan que no es posible identificar una práctica funeraria urartiana unificada, dado que esta variaba de una población de Urartu a otra dentro de cada período. Así, se podía dar la incineración y el enterramiento común en un mismo cementerio.[35]​ Después de la incineración la urna funeraria era, asimismo, enterrada bajo tierra. En calidad de urna funeraria se utilizaba en ocasiones un recipiente de arcilla con la característica triple apertura u otras vasijas de arcilla rotas y en desuso.[52]​ El enterramiento incluía en ocasiones bienes personales, especialmente brazaletes y típicos cinturones anchos de bronce, así como armas previamente quebradas y, a veces, los arneses del caballo.[53][54]​ Esta diversidad de prácticas funerarias es reflejo de la composición multiétnica de Urartu y de la ausencia de una rígida política de unificación por parte del poder central.[35][41]

Los investigadores han señalado la relación morfológica que se observa entre los sepulcros reales de la roca de Van y las construcciones equivalentes de Jerusalén y Frigia. Esto ha dado pie a la hipótesis de un origen común más antiguo de todas estas construcciones que se remontaría al Antiguo Egipto.[55]

Otros ritos conocidos

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Pese al hecho de que no se han conservado inscripciones cuneiformes urartianas que contengan oraciones, conjuros o descripciones de ritos, los investigadores se apoyan en indicios indirectos para presumir la existencia en Urartu de una serie de ritos y fórmulas mágicas propias del Antiguo Oriente. Entre tales cabe mencionar la magia del número tres: la triple repetición de una palabra o de una acción que aparece en las apelaciones reales al dios Jaldi. Tenían un significado mágico asimismo algunos objetos, tales como los sellos normales y los cilíndricos, y especialmente los extendidos en Urartu anchos cinturones de bronce que, según la creencia, otorgaban una protección mágica.[32]

El vino asimismo ocupaba un lugar importante en los ritos urartianos. Regularmente se ofrecía vino a los dioses y se practicaba su consumo ritual. Vasijas solemnes y calderos de barro y bronce eran adornados con símbolos de dioses urartianos y utilizados en estos eventos rituales. Se sabe que semejantes calderos se utilizaban en sacrificios ofrecidos a Jaldi y a Shivini.[56]

Calderos rituales urartianos
Calderos de bronce adornados con cabezas de toros y una divinidad alada. Museo de las Civilizaciones de Anatolia, Ankara. Caldero de barro adornado con cabezas de toros, Karmir-Blur, Museo Erebuni, Ereván.

Tolerancia religiosa

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Un rasgo propio de la religiosidad urartiana era su relativa tolerancia religiosa.[3]​ La religión oficial consagrada por el rey Ishpuini coexistió con creencias locales de las regiones conquistadas a medida que el reino se iba desarrollando y ensanchando sus fronteras. Los reyes de Urartu no solamente no se opusieron a las prácticas religiosas locales, sino que incluso elevaron templos en honor a dioses locales. Así, Arguishti I mandó construir en Erebuni un templo en honor a la divinidad hitita-luvita Immarshia (Ivarsha) para los colonos del país de Hatti.[57]​ En el yacimiento de Karmir-Blur se han encontrado ídolos propios del Neolítico a los que probablemente la población local del valle de Ararat siguió rindiendo culto después de su conquista por Urartu.

La diversidad de las prácticas de enterramiento en Urartu es también signo de una cierta libertad religiosa en Urartu.[58]

Presencia de otras religiones en Urartu
Cimientos del templo urartiano dedicado a Immarshia, el llamado templo de Susi,[59]​ elevado en Erebuni por el rey Arguishti II. Ídolos de piedra encontrados en el yacimiento de Karmir-Blur, Museo Sardarapat y Museo Erebuni, Armenia.

El legado de la religión urartiana

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A causa de que la cultura de Urartu era fundamentalmente un atributo real y se concentraba en unas pocas ciudades, tras su destrucción el legado cultural urartiano en gran medida se perdió.[60]​ Por ello la influencia cultural de Urartu fue limitada y afectó principalmente al Imperio Aqueménida (a través de Media).[17][61]​ Los primeros escritos del zoroastrismo, de los tiempos de los Aqueménidas, empleaban símbolos propios de varias de las religiones de la zona. Así, el principal símbolo del zoroastrismo devino el disco alado o faravahar.[62]​ La ulterior conquista por los Aqueménidas del Altiplano Armenio, el antiguo territorio de Urartu, hizo que algunos elementos urartianos se mantuvieran entre los armenios que habitaban ese territorio organizados en un modo de producción comunitario-tribal y dedicados principalmente a la agricultura.[63][64]​ Como consecuencia de estas transformaciones se extendió entre los armenios del período precristiano el zoroastrismo, al tiempo que determinados argumentos mitológicos y lugares sagrados conservaron su carácter sacro, aunque fuera de forma modificada.[64][65][66]​ Así, por ejemplo, el urartiano Portal del Dios situado en una roca al lado de Rusajinili donde en la época del rey Ishpuini, en un contexto de consagración de la religión urartiana, fue gravado el panteón de Urartu, recibió de los armenios un nombre de origen etimológico persa: Puerta de Mjer (Puerta de Mijr, en pahlavi: Der-i Mihr‎). De hecho, el propio héroe mitológico armenio Mijr está etimológicamente relacionado con Mitra (en pahlavi: Mihr‎) y la tradición oral épica armenia ha transmitido el mito de Mijr que periódicamente abandonaba la roca de la que en tiempos de Urartu se esperaba que saliera el dios Jaldi.[67]

Dyákonov ha considerado que “no se puede infravalorar la relevancia que los historiógrafos soviéticos otorgan al pasado urartiano. Urartu no solo fue el más antiguo de los reinos que íntegra o parcialmente se hubieran encontrado en el territorio de la actual URSS. La cultura de los pueblos de la Transcaucasia soviética es heredera directa de la cultura urartiana si esta es entendida en un sentido amplio como cultura de una población con diversidad tribal que ha intervenido en la constitución de Urartu, sus obras de irrigación, su arquitectura y su arte.”

En las publicaciones científicas de la primera mitad del siglo XX se menciona en varias ocasiones la hipótesis de que los caldes de las antiguas fuentes (en griego antiguo: καλδαῑοι) constituían restos de tribus urartianas que recibían su denominación del dios Jaldi,[68][69]​ si bien esta suposición resultó totalmente errónea.[1][17][70][71][72]

Véase también

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Notas

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  1. a b
    • Zimansky P. E. (1998). Ancient Ararat, A Handbook of Urartian Studies. New York: Caravan books. p. 86. ISBN 0-88206-091-0. 
    • Пиотровский. Ванское царство. p. 220—231. 
  2. a b
    • Chahin. Kingdom of Armenia. p. 141. 
    • Zimansky. Ecology and Empire. 
    • Пиотровский. Ванское царство. p. 221, 224—225. 
  3. a b Mirjo Salvini. (1994). «The historical background of the Urartian monument of Meher Kapisi». Anatolian Iron Ages 3; The proceedings of the Third Anatolian Iron Ages Colloquium held at Van, 6—12 1990 (Ankara: British Institue of Archaeology in Ankara) 16: 205—210. ISBN 1-898249-05-9. 
  4. a b Mirjo Salvini (2001). «The Inscriptions of Ayanis. Cuneiform and Hieroglyphic». Ayanis I. Ten Years’ Excavations at Rusaḫinili Eiduru-kai, 1989—1998 (Roma: CNR Istituto per GLI Studi Micenei ed Egeo-Anatolici): 257—320. ISBN 88-87345-04-X. 
  5. a b c
    • Пиотровский. Ванское царство. p. 220. 
    • Пиотровский. Ванское царство. p. 228—231. 
    • Zimansky P. E. (1998). Ancient Ararat, A Handbook of Urartian Studies. New York: Caravan books. p. 86—87. ISBN 0-88206-091-0. 
    • Пиотровский. Ванское царство. p. 231. 
  6. a b Меликишвили Г. А. (1948). «Мусасир и вопрос о древнейшем очаге урартских племён». Véstnik Drévney Istórii (Москва) (2): 37—48. 
  7. Salvini Mirjo (1995). Geschichte und Kultur der Urartäer. Darmstadt. 
  8. Stone E. C., Zimansky P. (2003). «The Urartian Transformation in the Outer Town of Ayanis». Archaeology in the Borderlands. Investigations in Caucasia and beyound (Los Angeles: University of California Press). ISBN 1931745013. 
  9. a b c d e f g Barnett. Urartu. 
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  11. Пиотровский. Ванское царство. 
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  51. En realidad “susi-” es un determinativo urartiano que significa “templo”, circunstancia que desconocían los investigadores al inicio de las excavaciones de Erebuni, por lo que la bibliografía ulterior consolidó la denominación convencional de “Susi” en referencia a este templo de Immarshia.
  52. Zimansky P. E. (1995). «The Kingdom of Urartu in Eastern Anatolia». Civilizations of the Ancient Near East (New York: Scribner) II: 1135—1146. ISBN 0684192799. 
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Bibliografía

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