Zona de protección: 97 ha. Zona de respeto: 54 ha.
Edificada en una península de la costa dálmata, la “Perla del Adriático” fue una importante potencia marítima mediterránea desde el siglo XIII. A pesar de los graves estragos provocados por un terremoto ocurrido en 1667, Dubrovnik ha conservado sus hermosos monumentos –iglesias, monasterios, palacios y fuentes– de estilo gótico, renacentista y barroco. Tras haber sufrido daños considerables durante el conflicto bélico que azotó la región en el decenio de 1990, la ciudad se ha beneficiado de un importante programa de restauración coordinado por la UNESCO. (UNESCO/BPI)[3]
Los vestigios del palacio de Diocleciano, construido entre finales del siglo III y comienzos del IV, están esparcidos por toda la ciudad. La catedral fue erigida en la Edad Media sobre el antiguo mausoleo imperial. El resto del núcleo protegido de Split comprende iglesias románicas de los siglos XII y XIII, fortificaciones medievales, palacios góticos del siglo XV y otras mansiones de de estilo renacentista y barroco. (UNESCO/BPI)[4]
Al discurrir a través de rocas dolomíticas y calcáreas, las aguas de este parque han depositado a lo largo de milenios barreras de roca travertina, creando así presas naturales que han dado lugar a la formación de toda una serie de lagos, cavernas y cascadas de gran belleza. Este proceso de formación geológica prosigue en nuestros días. Los bosques de este sitio albergan osos, lobos y numerosas especies raras de aves. (UNESCO/BPI)[5]
Zona de protección: 6,40 ha. Zona de respeto: 4,80 ha.
Trogir constituye un notable ejemplo de continuidad urbanística. El trazado en cuadrícula de las calles de este antiguo establecimiento insular se remonta al periodo helenístico. La ciudad fue embellecida con múltiples fortificaciones y edificios públicos y privados por sus sucesivos dominadores. Además de sus bellas iglesias románicas, cuenta con edificios renacentistas y barrocos excepcionales que datan de la época de la dominación veneciana. (UNESCO/BPI)[6]
Lugares de culto de la cristiandad desde el siglo IV, los monumentos religiosos de Poreč forman el conjunto conservado más completo en su género. La basílica, el atrio, el baptisterio y el palacio episcopal son ejemplos notables de arquitectura religiosa. En la basílica se puede observar una asociación excepcional entre elementos clásicos y bizantinos. (UNESCO/BPI)[7]
Zona de protección: 0,10 ha. Zona de respeto: 15 ha.
Construida entre 1431 y 1535, la catedral de Šibenik, ciudad de la costa dálmata, atestigua los importantes intercambios en el ámbito de las artes monumentales que se dieron entre el norte de Italia, la Toscana y Dalmacia desde el siglo XVI hasta el XVII. Los tres arquitectos que se sucedieron en la dirección de las obras –Francesco di Giacomo, Georgius Mathei Dalmaticus y Niccolo Giovanni Fiorentino– levantaron una estructura edificada con piedra en su totalidad y elaboraron técnicas arquitectónicas excepcionales para levantar las bóvedas y la cúpula. La forma de esta catedral y su ornamentación –por ejemplo, el hermoso friso con 75 figuras esculpidas de hombres, mujeres y niños– ejemplifican una lograda fusión del arte gótico y el renacentista. (UNESCO/BPI)[8]
Zona de protección: 1377 ha. Zona de respeto: 6403 ha.
En la isla de Hvar, en el Adriático, es un paisaje cultural agrícola que ha permanecido prácticamente intacto desde que fue colonizado por primera vez por griegos jónicos llegados de la isla de Paros en el siglo IV a. de C. La arquitectura original de esta fértil llanura, donde se cultivan sobre todo vides y olivos, se ha mantenido desde la época griega hasta la actualidad. Es también una reserva natural. Su paisaje incluye muros antiguos de piedra y ornamentos, como pequeños refugios de piedra que dan testimonio del antiguo sistema geométrico de división de tierras utilizado en la Antigüedad por los griegos, la chora, que ha permanecido prácticamente intacto durante más de 24 siglos. (UNESCO/BPI)[9]
Zona de protección: 49,15 ha. Zona de respeto: 321,24 ha.
Este sitio seriado está integrado por tumbas medievales (“stećci”) de 30 lugares diferentes situados en Bosnia y Herzegovina, en el centro y sur de Croacia, en la parte occidental de Montenegro y al oeste de Serbia. Estos monumentos funerarios, característicos de esas regiones, datan de los siglos XII a XVI y están dispuestos en filas en cementerios, tal y como se acostumbró a hacer en Europa desde la Edad Media. En su mayoría están esculpidos en piedra caliza con una gran variedad de motivos ornamentales e inscripciones, que muestran no sólo la continuidad que se da en los elementos medievales europeos de este tipo, sino también la persistencia de tradiciones locales específicas más antiguas. (UNESCO/BPI)[10]
Múltiples ubicaciones (en Croacia): Velika i Mala Crljivica y Santa Bárbara.
Zona de protección: 58.353,04 ha. Zona de respeto: 191.413,09 ha.
Esta extensión transfronteriza del bien Patrimonio Mundial de los Hayedos Primarios de los Cárpatos y Antiguos Bosques de Hayedos de Alemania (Alemania, Eslovaquia y Ucrania) abarca 12 países. Desde el fin de la última Edad de Hielo, los hayedos europeos se esparcieron desde unos pocos refugios aislados en los Alpes, los Cárpatos, el Mediterráneo y los Pirineos por un corto periodo de unos pocos miles de años en un procesos que aún perdura. Esta exitosa expansión está relacionada con la flexibilidad de los árboles y la tolerancia a diferentes condiciones climáticas, geográficas y físicas. (UNESCO/BPI)[11]
Zona de protección: 378.37 ha. Zona de respeto: 1,749.62 ha.
Este sitio consta de 15 fortificaciones castrenses situadas en Croacia, Italia y Montenegro que se extienden a lo largo de más de 1.000 kilómetros, desde la Lombardía italiana hasta la costa oriental del Mar Adriático. Las fortificaciones terrestres del “Stato da Terra” defendían el flanco noroeste de la Serenísima República de Venecia, mientras que las navales del “Stato da Mar” protegían sus puertos y las rutas marítimas que iban del Adriático hasta Bizancio y el Cercano Oriente para apoyar el poderío y la expansión de la Serenísima. Con el uso innovador de la artillería en el arte de la guerra la concepción de la arquitectura y las técnicas castrenses se modificó profundamente, dando lugar a la construcción de fortificaciones “alla moderna” (esto es, con baluartes) que más tarde se extenderían por toda(UNESCO/BPI)[12]
Localización del Patrimonio de la Humanidad en Croacia. * Cementerios de tumbas medievales “stećci”, compartido con Bosnia & Herzegovina, Serbia y Montenegro ** Fortificaciones venecianas, compartido con Italia y Montenegro *** Hayedos primarios, compartido con otros países de Europa
La inscripción en esta lista es la primera etapa para cualquier futura candidatura. Croacia, cuya lista indicativa fue revisada por última vez el 22 de noviembre de 2019,[13] ha presentado los siguientes sitios:
Los sitios que siguen estuvieron anteriormente en la lista Indicativa, pero fueron retirados o rechazados por la UNESCO. Los sitios que aún se incluyen en otras entradas en la lista Indicativa o que fueron aceptados y son parte de sitios del Patrimonio Mundial no se incluyen aquí.
En el 2000 la nominación fue rechazada por la UNESCO por falta de integridad.
Sistema de defensa veneciano de los siglos XV al XVII
2013–2017
K
La propuesta original también incluía a Šibenik, Hvar y Korčula de Croacia, pero no se incluyeron en el sitio del Patrimonio Mundial transnacional en 2017 (ref. 1533).
En la península de Istria, al oeste de Croacia, las comunidades croatas, istrio-rumanas e italianas siguen manteniendo vivas diversas formas de canto y música a dos voces en escala istriana. Este estilo musical se caracteriza por la potencia y la leve nasalidad de la voz. Aunque se dan variaciones e improvisaciones en las dos voces hasta un cierto punto, los intérpretes siempre acaban cantando al unísono o con una octava de diferencia. Los instrumentos de música típicos son los caramillos sopele –siempre tocados en dúo–, las gaitas, las flautas y el laúd tambura. Existen variantes locales de estilos que han desarrollado sus propias características. Por ejemplo, en el kanat, interpretado mayoritariamente por la población croata, la segunda voz se suele reemplazar o duplicar con un pequeño sopele. En otra variante muy difundida, denominada tarankanje, las palabras se sustituyen a veces por sílabas características (ta-na-na, ta-ra-ran, etc.) para imitar el sonido de la flauta. Esta tradición musical está muy presente todavía en la vida diaria y las festividades, en particular las bodas, ceremonias religiosas y reuniones comunitarias y familiares. Sus depositarios son un centenar de cantantes y músicos de gran talento, así como una decena de artesanos, que han recibido en legado de sus mayores los conocimientos teóricos y prácticos que poseen. Hoy en día, están con frecuencia asociados a los grupos folclóricos de aficionados esparcidos por toda la región. (UNESCO/BPI)
Hoy en día perduran en Croacia tres técnicas diferentes, por lo menos, de fabricación de encajes. Esta artesanía se concentra en las ciudades de Pag, situada en la costa adriática, de Lepoglava, al norte del país, y de Hvar, en la isla dálmata del mismo nombre. Los encajes de aguja de Pag se destinaban en un principio a la confección de vestiduras eclesiásticas, manteles y adornos indumentarios. Su técnica de ejecución, consistente en bordar motivos geométricos sobre un patrón en forma de tela de araña, es transmitida hoy por las mujeres de más edad, que organizan cursos de aprendizaje de un año. Los encajes de bolillos de Lepoglava, que se ejecutan trenzando hilos enrollados en husos, se destinan a la confección de cintas para atuendos folclóricos y se venden en las fiestas de los pueblos. En esta ciudad se celebra todos los años un festival internacional del encaje para exaltar este arte tradicional. La técnica del encaje con hilo de áloe sólo la utilizan en Croacia las monjas benedictinas de la ciudad de Hvar. Los finos hilos blancos extraídos de la médula de esta planta se tejen en red o utilizando un patrón en cartón. Los encajes producidos son un símbolo de Hvar. Son las mujeres de las zonas rurales las que han creado desde mucho tiempo atrás las distintas variedades de encajes que, además de constituir una fuente de ingresos complementarios para ellas, han dejado una impronta perenne en la cultura de la región. Esa artesanía no sólo produce componentes importantes de la indumentaria tradicional, sino que es testimonio de por sí de la existencia de una tradición cultural viva. (UNESCO/BPI)
Los habitantes de los pueblos que jalonan la ruta de peregrinación al santuario de Nuestra Señora de las Nieves de Marija Bistrica, en la región de Hrvatsko Zagorje, al norte de Croacia, han elaborado una técnica de fabricación tradicional de juguetes infantiles de madera que se ha transmitido de generación en generación. Los hombres de la familia recogen en la región madera de sauce, tilo, haya y arce, y la secan, cortan, tronzan y tallan utilizando herramientas tradicionales. Luego, las mujeres aplican una pintura compatible con la salvaguarda del medio ambiente para dibujar motivos florales o geométricos dando rienda suelta a su imaginación. Los silbatos, carros, muebles en miniatura, bailarines giratorios, caballos saltarines y pájaros revoleros realizados hoy son prácticamente iguales a los que se fabricaban hace más un siglo, pero no hay dos juguetes que sean exactamente idénticos porque su procedimiento de fabricación es totalmente artesanal. Muy apreciados por la población local y los turistas, esos juguetes se venden en las fiestas parroquiales y los mercados, así como en tiendas especializadas del mundo entero. Con el correr del tiempo han ido evolucionando y a los caballos y carritos han venido a sumarse automóviles, camiones, aeroplanos y trenes que reflejan el entorno en el que viven los niños de hoy. Los instrumentos musicales en miniatura, afinados cuidadosamente por sus creadores, se siguen utilizando para la educación musical de los niños en las zonas rurales. (UNESCO/BPI)
La víspera de la fiesta de San Blas, por la tarde, se echan al vuelo todas las campanas de las iglesias del recinto de la ciudad de Dubrovnik (Croacia) y se sueltan bandadas de palomas blancas, símbolos de la paz, cuando los fieles se reúnen para celebrar un ritual de curación del mal de garganta destinado a preservarles de las enfermedades. El 3 de febrero, fecha oficial de la fiesta de la ciudad y de su santo patrono, los portaestandartes de las parroquias, engalanados con vestidos folclóricos, afluyen a la ciudad y se dirigen a la plaza central para participar en el momento culminante de las festividades, una procesión a la que acuden obispos, embajadores, autoridades civiles, personalidades invitadas y toda la población de Dubrovnik. La fiesta encarna múltiples aspectos de la creatividad humana, desde la celebración de rituales hasta la interpretación de cantos folclóricos, pasando por la representación de artes escénicas y la fabricación de objetos artesanales tradicionales, en particular las armas de fuego históricas con las que se dispara en las festividades. La celebración del ritual, que se remonta como mínimo al año 1190, ha reforzado la identificación de los vecinos de Dubrovnik con su patrono, San Blas. Con el correr del tiempo la fiesta ha ido evolucionando, al igual que la ciudad y el mundo. Cada generación, en función de sus propias ideas y necesidades, introduce leves modificaciones en las festividades para hacerlas verdaderamente suyas. El día de San Blas, Dubrovnik no sólo congrega a sus habitantes, sino también a todos los que veneran la tradición y respetan el derecho de toda persona a la libertad y la paz. (UNESCO/BPI)
En el carnaval de enero, grupos de campanilleros recorren los pueblos diseminados por la región de Kastav, situada al noroeste de Croacia. Vestidos con pieles de cordero y tocados con sombreros característicos adornados con ramitos verdes, los comparsas se pavonean con sus campanillas a la cintura en grupos de dos a treinta, siguiendo los pasos de un guía portador de un arbolito de hoja perenne. Animan su marcha moviendo rítmicamente las caderas unos contra otros y dando brincos al aire. Los grupos comprenden a veces personajes bufos, como un “oso” travieso que burla sistemáticamente la vigilancia de sus dos “guardianes”. Cuando llegan a un pueblo, los comparsas se agrupan en círculos concéntricos en la plaza de éste, tocando sus campanillas hasta que los vecinos les dan comida y albergue antes de seguir su periplo. Al final del carnaval, los campanilleros retornan a sus pueblos respectivos y recogen las basuras de todas las casas, quemándolas delante de ellas. Todos los presentes asisten a este ritual. La fiesta de los campanilleros del carnaval anual, que presenta variantes características en cada pueblo, contribuye al estrechamiento de los vínculos de las comunidades y es un excelente medio para renovar los lazos amistosos entre los pueblos de la región e integrar a los recién llegados en la cultura tradicional de ésta. (UNESCO/BPI)
La Procesión de las Reinas se celebra todos los años por primavera y participan en ella las jóvenes del pueblo de Gorjani, situado en la región de Eslavonia, al nordeste de Croacia. Cada conjunto de la procesión consta de dos grupos: uno de diez muchachas, tocadas con sombreros de hombre y armadas con sables, que representan a los kraljevi (reyes); y otro de diez jóvenes, coronadas con guirnaldas blancas como las novias, que personifican a las kraljice (reinas). El día de la fiesta cristiana de Pentecostés, las muchachas van en cortejo de casa en casa e interpretan sus cantos y bailes ante cada familia. Mientras los reyes ejecutan su danza del sable, las reinas comentan sus movimientos con cantos. Luego, la familia visitada se une a las jóvenes y ejecutan una danza folclórica en unión. Después de haber obsequiado a las muchachas con un refrigerio, éstas se dirigen en cortejo a otra casa. Al día siguiente la procesión va a una ciudad o aldea vecina para seguir los regocijos, que culminan con una fiesta en casa de una de las jóvenes. El conjunto del pueblo –la escuela primaria, la parroquia y numerosas familias– contribuye a los preparativos de la procesión y las jóvenes que han participado en ella se sienten particularmente orgullosas. Aunque no se sepa a ciencia cierta cuáles son el significado y el origen de este ritual, lo que sí es cierto es que los habitantes de Gorjani lo consideran un símbolo de su pueblo y una ocasión para mostrar la belleza y elegancia de sus hijas. (UNESCO/BPI)
Después de la misa del jueves santo, antes de la fiesta cristiana de la Pascua de Resurrección, cada uno de los seis pueblos de la isla dálmata de Hvar, situada al sur de Croacia, designan a un grupo de vecinos para que vayan en procesión a los cinco pueblos restantes y regresen a su punto de partida, efectuando un recorrido de veinticinco kilómetros en ocho horas. Cada uno de los grupos de este vía crucis organizado por las comunidades va encabezado por un portador de la cruz, que marcha sin descanso con los pies descalzos o en calcetines. Antiguamente, ese portador era escogido entre los miembros de cofradías religiosas, pero hoy se elige entre una lista de candidatos inscritos a veces con veinte años antelación. Su función, ambicionada y respetada, ilustra el grado de devoción de esta persona y de toda su familia. Detrás del portador de la cruz van dos acompañantes con sendos candelabros, otras personas con cirios y faroles, cinco coristas que entonan el Lamento de la Virgen María en diversos puntos del recorrido y muchos fieles de todas las edades, croatas o extranjeros, que visten hábitos de diversas cofradías religiosas. Tras haber sido recibidas por cada uno de los curas de los otros cinco pueblos, las procesiones retornan a sus puntos de partida respectivos. Los portadores de la cruz recorren a la carrera los últimos cien metros del itinerario para recibir la bendición del párroco de su pueblo. Elemento ancestral e inalienable de la identidad cultural y religiosa de Hvar, esta procesión constituye un vínculo de unión entre los isleños y con la comunidad católica mundial. (UNESCO/BPI)
El Sinjska Alka es un torneo de caballería que se celebra todos los años, desde el siglo XVIII, en la ciudad de Sinj, situada en la región de Cetinska Krajina. Los jinetes que participan en esta competición cabalgan a todo galope en una de las calles principales de la ciudad, apuntando con su lanza un aro de hierro suspendido de una cuerda. El nombre del torneo viene de la palabra alka (anillo), que es de origen turco y pone de manifiesto la coexistencia histórica de dos civilizaciones diferentes, así como los intercambios culturales entre ellas. Las reglas del torneo, codificadas en un reglamento que data de 1833, preconizan una conducta ética y el juego limpio, subrayando al mismo tiempo la importancia que reviste la participación en la vida de la comunidad. Los participantes tienen que ser miembros de familias de la ciudad de Sinj y de la región de Cetinska Krajina. El conjunto de la comunidad toma parte en la fabricación, conservación, restauración y reparación de las armas, la indumentaria y los accesorios utilizados en esta festividad tradicional, a fin de contribuir a su perdurabilidad. Paralelamente al torneo tienen lugar celebraciones religiosas, reuniones sociales, visitas familiares y diversos regocijos, tanto en los hogares como al aire libre. El Sinjska Alka es el único vestigio de los antiguos torneos medievales que se celebraron regularmente en las ciudades costeras de Croacia hasta el siglo XIX. Se ha convertido en un evento notable de la historia local y en un medio de transmisión de la memoria colectiva de una generación a otra. (UNESCO/BPI)
La tradición de la elaboración del pan de especias surgió en algunos monasterios europeos en la época medieval y se extendió a Croacia, donde se convirtió en una actividad artesanal. Los artesanos que elaboraban este pan, asentados en el norte del país, se dedicaban también a la fabricación de velas y miel. El procedimiento de elaboración del pan de especias exige habilidad y celeridad a la vez. La receta utilizada por todos los artesanos es la misma: hacen una masa con harina, agua, azúcar y bicarbonato sódico y le añaden las especias indispensables. La masa se coloca en moldes, se cuece, se seca y se pinta con colorantes alimentarios. Cada artesano ornamenta el pan a su guisa, con imágenes, espejitos, versos y mensajes. Lo más corriente es que se le dé la forma de un corazón y que se prepare para las bodas, ornamentado con los nombres de los recién casados y la fecha del casamiento. Cada artesano ejerce su oficio en una zona determinada, sin que su actividad se interfiera con la de otros. La técnica de elaboración del pan se ha venido transmitiendo de generación en generación desde muchos siglos atrás, en un principio solamente entre hombres, pero hoy en día las mujeres son también depositarias de esta tradición. Con el correr del tiempo, el pan de especias se ha convertido en uno de los símbolos más notorios de la identidad croata. Actualmente, los artesanos que lo fabrican figuran entre los participantes más importantes en todo tipo de fiestas, eventos y reuniones locales, y su presencia confiere a las poblaciones locales un sentimiento de identidad y continuidad. (UNESCO/BPI)
El canto ojkanje a dos voces, cuya práctica está extendida por las comarcas del interior de la región dálmata de la República de Croacia, lo interpretan dos o más cantantes (hombres o mujeres) con una vibración peculiar de la voz producida con la garganta. El canto dura tanto tiempo como el que pueda aguantar el cantante principal sin respirar. Las escalas tonales de las melodías son limitadas y esencialmente cromáticas, y su letra abarca temas muy diversos, desde el amor hasta las cuestiones políticas y sociales de actualidad. El canto ojkanje ha sobrevivido gracias a grupos organizados de depositarios locales de este arte tradicional, que siguen transmitiendo sus conocimientos y técnicas y representando a sus pueblos de origen en festivales de Croacia y otros países del mundo. Aunque el canto ojkanje se suele transmitir oralmente, los medios audiovisuales y el aprendizaje organizado en el seno de grupos folclóricos locales están desempeñando un papel cada vez más importante en su transmisión. Sin embargo, la supervivencia de las técnicas del vibrato individual y de numerosas formas del canto a dos voces depende, en gran medida, de la existencia de intérpretes dotados de talento y competencia que sean capaces de aplicar sus conocimientos y transmitirlos a las generaciones más jóvenes. A los conflictos del pasado reciente y a la emigración de la población rural a las ciudades, que han ocasionado un descenso del número de habitantes de la región, ha venido a añadirse la evolución del modo de vida. Todo esto ha traído consigo una brusca disminución del número de intérpretes y la desaparición de muchos géneros y estilos antiguos de canto en solo. (UNESCO/BPI)
La música bećarac es un género artístico popular del este de Croacia, profundamente arraigado en las culturas de Eslavonia, Baranja y Syrmia. La comunicación entre sus intérpretes es esencial: los solistas intercambian sus líneas melódicas y tratan de superar a los demás, acompañados por un coro y bandas de tamburicas. Esta música no sólo es un vector de los valores de la comunidad, sino que permite a sus ejecutantes expresar pensamientos y sentimientos que podrían ser inadecuados si se expresaran directamente o en otros contextos. Cada solista modula su interpretación en función del contexto, y la representación dura tanto tiempo como lo permitan la energía y creatividad de los cantantes. Los solistas tienen que estar dotados de una voz potente, deben conocer un extenso repertorio de dísticos antiguos y nuevos, y han de poseer una gran capacidad, rapidez y habilidad para escogerlos y combinarlos. Hoy en día, el número de mujeres y hombres depositarios de esta tradición musical es prácticamente igual. La música bećarac está muy extendida entre las comunidades del este de Croacia y sigue siendo una práctica social viva, tanto en contextos informales de interpretación musical como en el marco de las festividades y celebraciones actuales. Además de las particularidades musicales aportadas por los solistas, existen numerosos subtipos de bećarac. Este género musical no sólo es extraordinariamente vivo y dinámico, sino que además de renueva en cada espectáculo. (UNESCO/BPI)
La música bećarac es un género artístico popular del este de Croacia, profundamente arraigado en las culturas de Eslavonia, Baranja y Syrmia. La comunicación entre sus intérpretes es esencial: los solistas intercambian sus líneas melódicas y tratan de superar a los demás, acompañados por un coro y bandas de tamburicas. Esta música no sólo es un vector de los valores de la comunidad, sino que permite a sus ejecutantes expresar pensamientos y sentimientos que podrían ser inadecuados si se expresaran directamente o en otros contextos. Cada solista modula su interpretación en función del contexto, y la representación dura tanto tiempo como lo permitan la energía y creatividad de los cantantes. Los solistas tienen que estar dotados de una voz potente, deben conocer un extenso repertorio de dísticos antiguos y nuevos, y han de poseer una gran capacidad, rapidez y habilidad para escogerlos y combinarlos. Hoy en día, el número de mujeres y hombres depositarios de esta tradición musical es prácticamente igual. La música bećarac está muy extendida entre las comunidades del este de Croacia y sigue siendo una práctica social viva, tanto en contextos informales de interpretación musical como en el marco de las festividades y celebraciones actuales. Además de las particularidades musicales aportadas por los solistas, existen numerosos subtipos de bećarac. Este género musical no sólo es extraordinariamente vivo y dinámico, sino que además de renueva en cada espectáculo. (UNESCO/BPI)
La música vocal klapa es un canto tradicional a varias voces practicado en la región de Dalmacia (Croacia meridional). Se caracteriza principalmente porque es homofónica, se interpreta a cappella, se compone de forma sencilla y se transmite por tradición oral. El cabeza de cada grupo de cantores es el primer tenor y lo secundan otros tenores, barítonos y bajos. Durante la interpretación, los cantores forman un semicírculo apretado. Es el primer tenor quien prorrumpe a cantar y los demás le siguen. La finalidad es conseguir la mejor mezcla posible de las voces. Desde un punto de vista técnico, los intérpretes de la música vocal klapa expresan sus humores con canto abierto, gutural, sotto voce, o en falsete, generalmente en una tesitura elevada. Otra característica de esta música es que se puede cantar libremente, sin notación. Los temas de los cantos klapa suelen ser el amor, los azares de la vida y el entorno local. Los depositarios de este arte y sus intérpretes son aficionados de talento, herederos de la tradición de sus predecesores. Su edad varía, ya que son numerosos los jóvenes que cantan con intérpretes de edad más avanzada. En el ámbito de la klapa “tradicional” la transmisión de los conocimientos se efectúa oralmente, mientras que en el de la klapa “de festival” esa trasmisión está organizada de manera más formal y se centra en la realización de conciertos y presentaciones. En el ámbito de la klapa “moderna”, los cantores van adquiriendo experiencia con la asistencia a conciertos y la escucha de grabaciones sonoras. Las comunidades locales consideran que este canto tradicional es un elemento central de su identidad musical que integra el respeto de la diversidad, la creatividad y la comunicación. (UNESCO/BPI)
La dieta mediterránea comprende un conjunto de conocimientos, competencias prácticas, rituales, tradiciones y símbolos relacionados con los cultivos y cosechas agrícolas, la pesca y la cría de animales, y también con la forma de conservar, transformar, cocinar, compartir y consumir los alimentos. El acto de comer juntos es uno de los fundamentos de la identidad y continuidad culturales de las comunidades de la cuenca del Mediterráneo. Es un momento de intercambio social y comunicación, y también de afirmación y renovación de los lazos que configuran la identidad de la familia, el grupo o la comunidad. Este elemento del patrimonio cultural inmaterial pone de relieve los valores de hospitalidad, buena vecindad, diálogo intercultural y creatividad, así como un modo de vida que se guía por el respeto de la diversidad. Además, desempeña un papel esencial de factor de cohesión social en los espacios culturales, festejos y celebraciones, al agrupar a gentes de todas las edades, condiciones y clases sociales. También abarca ámbitos como la artesanía y la fabricación de recipientes para el transporte, conservación y consumo de alimentos, como platos de cerámica y vasos. Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la transmisión de las competencias y conocimientos relacionados con la dieta mediterránea, salvaguardando las técnicas culinarias, respetando los ritmos estacionales, observando las fiestas del calendario y transmitiendo los valores de este elemento del patrimonio cultural a las nuevas generaciones. Por su parte, los mercados locales de alimentos también desempeñan un papel fundamental como espacios culturales y lugares de transmisión de la dieta mediterránea en los que la práctica cotidiana de intercambios fomenta la concordia y el respeto mutuo. (UNESCO/BPI)
Conocimientos y técnicas del arte de construir muros en piedra seca
El arte de construir muros en piedra seca comprende los conocimientos y prácticas sobre su realización con un mero apilamiento de piedras sin usar otros materiales de construcción, salvo tierra también seca en algunas ocasiones. Estos muros están muy extendidos dentro y fuera de las zonas habitadas en la mayoría de las regiones rurales, principalmente en los terrenos escarpados, aunque también se pueden hallar en algunas regiones urbanas. Su estabilidad estructural se obtiene gracias a una selección y colocación sumamente cuidadosas de las piedras. Con esos muros se han creado diferentes tipos de hábitat humanos, así como de estructuras para la agricultura y la ganadería, que han configurado paisajes muy numerosos y variados. Estas construcciones constituyen un testimonio de los métodos y prácticas usados por las poblaciones desde la prehistoria hasta la época moderna, con vistas a organizar sus espacios de vida y trabajo sacando el máximo partido de los recursos naturales y humanos locales. Los muros de piedra seca desempeñan un papel esencial en la prevención de corrimientos de tierras, inundaciones y avalanchas, en la lucha contra la erosión y desertificación de terrenos, en la mejora de la biodiversidad y en la creación de condiciones microclimáticas propicias para la agricultura. Los depositarios y practicantes de este elemento del patrimonio cultural son las comunidades rurales en las que está profundamente arraigado, así como los profesionales del sector de la construcción. Las estructuras en piedra seca se realizan siempre en perfecta armonía con el medio ambiente y las técnicas usadas son un ejemplo de relación equilibrada entre el ser humano y la naturaleza. La transmisión de este arte de la construcción se efectúa principalmente mediante la práctica adaptada a las condiciones específicas de cada lugar. (UNESCO/BPI)[28]
Međimurska popevka, música vocal folclórica de la región de Međimurje
Bien inmaterial inscrito en 2018.
Música vocal folclórica de la región nororiental croata de Međimurje, la “međimurska popevka” fue en el pasado un género artístico practicado principalmente en solo por mujeres. Hoy en día la interpretan tanto hombres como mujeres, en grupo o individualmente. Se canta a una o varias voces al son de instrumentos o sin ellos, y también se puede interpretar como pieza exclusivamente instrumental o para el acompañamiento de danzas. Los temas de las letras de las “popevkas” tienen una importancia considerable, ya que en función de ellos estas canciones se clasifican en amorosas, nostálgicas, tristes, humorísticas y religiosas. Los depositarios más activos de este elemento del patrimonio cultural son fundamentalmente miembros de sociedades y asociaciones culturales y artísticas muy antiguas, pero los cantantes solistas desempeñan también un importante papel en este ámbito porque la tipicidad de la “popevka” estriba en una interpretación llena de matices individualizados. Esta música vocal se practica en privado, solitariamente, y con motivo de numerosos eventos sociales celebrados en la región de Međimurje o fuera de ella: reuniones familiares, fiestas comunitarias o profesionales, ceremonias religiosas y representaciones artísticas. La mayoría de los habitantes de la región escuchan y aprenden “popevkas” a lo largo de toda su vida en múltiples ocasiones, y frecuentemente acuden o son invitados a tomar parte en su composición e interpretación, así como en representaciones. Hoy en día, hay unos cincuenta cantantes que dominan con maestría este arte y poseen la capacidad necesaria para transmitir los elementos clásicos del mismo, enriquecidos con sus propias expresiones personales. Las mujeres desempeñan con frecuencia la función de tutoras en la transmisión de esta práctica musical a las nuevas generaciones. (UNESCO/BPI)[29]
Las tradiciónes de los caballos lipizzanos se utilizó inicialmente para criar ejemplares para la corte imperial de los Habsburgo en Viena, pero hoy el caballo lipizzano desempeña un papel especial en la vida cultural y social cotidiana de las comunidades de zonas rurales. Se incluyen en eventos, celebraciones y festividades como las bendiciones de caballos, las procesiones de carnaval y los desfiles. Los caballos también desempeñan un papel fundamental en la equitación terapéutica y el turismo sostenible. Las personas que trabajan en las ganaderías estatales representan los principales portadores del elemento, junto con los terapeutas, los artesanos, los grupos de deportes ecuestres, los militares tradicionalistas, las comunidades locales y los visitantes de las ganaderías. Los valores, conocimientos, habilidades y prácticas se transmiten a través de experiencias, seminarios y sesiones de formación, así como durante eventos festivos y deportivos. La práctica también forma parte de los planes de estudio de algunas escuelas primarias locales y de todas las escuelas agrícolas y de formación profesional y universidades agrícolas y veterinarias. La cría de caballos lipizzanos ha unido a las comunidades durante más de 450 años, generando un fuerte sentimiento de identidad compartida, incluso a través de su vocabulario especializado y la estrecha conexión emocional entre los criadores y los caballos. (UNESCO/BPI)[30]
La fiesta de San Trifón y el kolo (danza en corro), tradiciones de los croatas de Boka Kotorska (Bahía de Kotor) que viven en la República de Croacia
Bien inmaterial inscrito en 2022.
Las celebraciones de San Trifón y el kolo (baile en corro) de San Trifón giran en torno a dos eventos anuales principales: la Fiesta de San Trifón (3 de febrero) y las Noches de Boka. El kolo, interpretado por miembros de la Marina de Boka ataviados con sus uniformes tradicionales, es el elemento cultural más visible del evento. Los portadores de esta tradición se reúnen a lo largo de los meses de febrero y marzo en cada una de las ciudades en las que se encuentra presente la Marina de Boka. Estas reuniones, llamadas las Noches de Boka, presentan el patrimonio cultural de los croatas de Boka al público croata. Las celebraciones están relacionadas con el culto a San Trifón. Sus reliquias fueron llevadas a Kotor en el año 809. Desde entonces, el santo es venerado como patrono de Kotor, de la diócesis de Kotor y de la Marina de Boka. Los miembros de la comunidad participan en la preparación y el mantenimiento de los uniformes y se interesan por las recetas típicas de Boka. El conocimiento de los antecedentes culturales e históricos generales de los croatas de Boka y de su santo patrono se transmite también a través de exposiciones, conferencias públicas, veladas culturales y otros eventos. (UNESCO/BPI)[31]
El artículo 18 de la convención de la Unesco de 2003 estipula que el comité intergubernamental selecciona periódicamente entre las propuestas presentadas por los estados partes, programas, proyectos y actividades de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial que reflejen mejor los principios y objetivos de la convención. Croacia cuenta con dos proyectos entre las mejores prácticas de salvaguardia bajo las denominaciones de Proyecto comunitario de salvaguardia de la cultura viva de Rovinj/Rovigno: el Ecomuseo de la Batana[32] y Tocatì, un programa compartido para la salvaguardia de los juegos y deportes tradicionales,[33] seleccionados en 2016 y 2022.