La región costera de Belice es un sistema natural único en su género, que comprende el mayor arrecife de barrera del hemisferio norte, atolones costeros, centenares de cayos arenosos, bosques de mangles, lagunas litorales y estuarios. Las siete reservas de la red ilustran las diferentes etapas de evolución del arrecife y son un hí¡bitat importante para algunas especies animales en peligro como las tortugas marinas, los manatíes y el cocodrilo marino de América. (UNESCO/BPI)[1]
Las garifunas proceden del mestizaje de varios grupos originarios de África y del Caribe, cuyos elementos culturales integraron. En el siglo XVIII, se establecieron en la costa atlántica de América Central tras verse obligados a huir de la isla de San Vicente. Hoy día, estas comunidades viven en, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Belice.
La lengua garifuna pertenece a la familia de lenguas arawak y ha sobrevivido a siglos de persecución y dominación lingüística. Poseen una gran riqueza de úragas, relatos que se narraban durante las veladas o las grandes reuniones. Las melodías reúnen elementos africanos y amerindios y los textos constituyen una verdadera reserva de la historia y el saber tradicional de los garifunas sobre el cultivo del manioc, la pesca, la fabricación de canoas y la construcción de casas de barro cocido. Hay también un fuerte componente satírico en las canciones que se cantan al ritmo de los tambores y se acompañan de bailes en los que participan los espectadores.
Estas tradiciones siguen siendo esenciales en la vida de los garifunas. Los encargados de perpetuar las ceremonias, fiestas y tradiciones orales son los ancianos. Pero la transmisión se ve en peligro a causa de las migraciones económicas, la discriminación y la ausencia de la lengua garifuna en el sistema escolar. Esta, aunque es aún hablada por numerosas personas, ya sólo se enseña en un pueblo. (UNESCO/BPI)[3]