Cartilla Teórica - Unidad 7 (Parte II)

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Licenciatura en Ciencias en Ciencias Biológicas – Plan 2014

Cátedra de Ciencias de la Tierra – Año 2022

UNIDAD 7 (parte 2)

Acción geológica del agua en superficie. Erosión pluvial y fluvial. Formas erosivas y
de acumulación. Nivel de base. Perfil de equilibrio. Diseño de redes de drenaje.
Acción geológica del Hielo. Glaciares: tipos. Formas de erosión y de acumulación. El
origen del hielo glaciar. El desplazamiento de los glaciares. La erosión glaciar. La
acumulación glaciar. Hielo glaciar y oscilaciones del nivel del mar. Permafrost.
Termocarst. Procesos periglaciares. Segregación por congelamiento y elevación
diferencial. Crioclastía.

LA ACCIÓN GEOLÓGICA DE LAS AGUAS SUPERFICIALES:


Cuando llueve, el agua circula libremente por la superficie terrestre en forma de
regueros, formando aguas de arroyada, que, cuando se agrupan en un cauce fijo
dan lugar a un torrente, que puede desembocar en otro, aumentando
progresivamente el caudal hasta formar aguas de corriente continua, cuyo caudal
puede variar a lo largo del año, originando así, un río. Las aguas superficiales
influyen enormemente en la configuración del relieve.
Los torrentes circulan por las laderas de las montañas, que tienen una gran
pendiente; el agua circula a gran velocidad y es capaz de erosionar el terreno
arrancando fragmentos de roca y de transportarlos a lo largo del cauce. Las aguas
de los ríos llevan a cabo tres acciones diferentes:

Erosión fluvial =>Transporte fluvial =>Sedimentación fluvial

Los ríos disuelven las rocas Los materiales erosionados se Cuando disminuye la pendiente, el
del cauce y las orillas y incorporan a la masa de agua y río pierde velocidad y disminuye su
arrancan los materiales del son transportados desde lugares capacidad de transporte, con lo que
lecho del río y ahondan su elevados hacia otros más bajos. se depositan los materiales sólidos
cauce. que transporta sobre el fondo.
Una parte de estos materiales
Los fragmentos arrastrados van disueltos en agua, las Los materiales se colocan en el
por el agua chocan con las partículas sólidas de menor cauce del río según su tamaño:
rocas que forman las paredes tamaño (arcillas y arena fina) se primero sedimentan los más gruesos
del cauce, incrementando la transportan en suspensión y las y después los de menor tamaño. Las
erosión. de mayor tamaño son arrastradas sustancias disueltas serán
en el fondo. transportadas a mayor distancia.

Modelado. Las aguas de escorrentía superficial son los agentes predominantes en


el modelado del terreno en latitudes medias de clima templado. Las aguas de
arroyada forman profundos surcos en las laderas de las montañas, pudiendo originar
barrancos si continúa la erosión. Cuando las rocas son poco resistentes, las aguas
de arroyada arrastran grandes cantidades de material, formándose terrenos
acarcavados o bad-lands.
Parque Nacional Badlands, South Dakota, USA.

Cuando las aguas de arroyada actúan sobre rocas blandas (arcillas o arenas) que
están protegidas por otras más resistentes a la erosión (calizas), se originan
chimeneas de hadas.

Chimeneas de hadas en Cappadoccia, Turquía

Los ríos originan distintas formas a lo largo de su recorrido que pueden identificarse
con facilidad. En zonas montañosas del tramo alto, las aguas discurren a gran
velocidad y con gran turbulencia, y tienden a profundizar el cauce originando un
perfil transversal en forma de V y surgen cascadas cuando hay cambios bruscos
en el relieve. En el tramo medio del río la erosión se reparte entre el fondo y los
márgenes, con lo que el valle se ensancha y forma un perfil trasversal en artesa.
Se origina una llanura de inundación ocupada en casi toda su extensión por las
aguas en periodos de crecida. En el tramo bajo, el río puede erosionar su propia
llanura de inundación profundizando el cauce sobre los materiales antes
sedimentados. Surgen superficies escalonadas llamadas terrazas fluviales. Los
deltas se forman debido a depósitos en la desembocadura de un río por
acumulación de los materiales transportados por él.

Erosión pluvial y fluvial


La lluvia, al igual que el viento, inciden en la degradación de los suelos; cuando las
lluvias están acompañadas por fuertes vientos, el efecto sobre el suelo aumenta por
la resultante de composición de fuerzas verticales y horizontales sobre las gotas de
agua. Mientras más intensa es la lluvia, mayor será el diámetro medio de sus gotas y
por presentar menor resistencia relativa al aire, mayor será su velocidad final de
caída. En términos generales se considera que una lluvia es erosiva cuando supera
13 mm en 30 minutos o 20 mm/hora.
El primer efecto que produce el agua sobre el terreno es la erosión. El agua eroda
mediante los clastos que transporta. Cuando las gotas de lluvia golpean el suelo
desnudo, se produce un impacto hidráulico; cada gota produce un pequeño cráter,
impulsando material hacia los bordes. Este fenómeno es predominante en suelos
sueltos. El agua corriente tiende a arrancar los granos sueltos y a disgregar rocas
poco consolidadas, arrastrando posteriormente los fragmentos corriente abajo. La
corrosión es la disolución de sustancias minerales cuando el agua pasa sobre ellas.
Este efecto es muy importante en regiones dominadas por calizas bajo climas
húmedos, donde se produce la corrosión generalizada que origina formas
específicas, tales como cavernas, sumideros, etc. denominadas paisaje kárstico.
Cuando los cantos rodados y bloques son arrastrados por las corrientes de agua, el
rozamiento en las superficies de contacto produce abrasión, lo que resulta en el
desgaste simultáneo de los clastos y del fondo rocoso. Este mecanismo de erosión
es típico de torrentes y de ríos de montaña. Los mecanismos de la erosión, actuando
en forma combinada, producen la carga sólida que el agua transporta en forma de
sedimentos.

Transporte del sedimento por las corrientes


Las corrientes son el agente erosivo más importante de la Tierra ya que tienen la
capacidad de excavar sus cauces y pueden transportar gran cantidad de sedimento
producido por meteorización. Aunque la erosión del cauce por una corriente aporta
cantidades significativas de material para el transporte, la mayor parte del sedimento
transportado por una corriente procede de los productos de la meteorización.
Los ríos fluyen desde las cumbres montañosas hacia los puntos de menor altitud y
finalizan su recorrido cuando vierten sus aguas en otro río, en un lago, en mares
interiores o en los océanos. No solo transportan el agua, sino que también ejercen
otras funciones importantes: erosionan las rocas, transportan materiales, depositan
sedimentos en determinadas zonas, transforman el relieve destruyendo el existente
y creando nuevas formas (deltas, valles en V, terrazas fluviales y otras), facilitan el
crecimiento de seres vivos y la formación de depósitos de agua subterráneos.

Depósitos de sedimentos por las corrientes fluviales


Siempre que la velocidad de una corriente disminuye, su competencia se reduce y
los granos de sedimento se depositan en un orden definido por tamaños. A medida
que el flujo de la corriente disminuye por debajo de la velocidad de sedimentación
crítica de una partícula determinada, empieza a depositarse el sedimento de esa
categoría. Por tanto, el transporte de la corriente proporciona un mecanismo por el
cual se separan los granos sólidos de diversos tamaños. Este proceso, denominado
selección, explica por qué los granos de tamaño similar se depositan juntos. El
material bien seleccionado, típicamente depositado por una corriente de agua se
llama aluvión, término general utilizado para definir los sedimentos depositados por
una corriente fluvial. Muchos rasgos deposicionales diferentes están compuestos por
aluvión y pueden encontrarse en los cauces de los ríos, en el suelo de los valles
adyacentes a los cauces y en la desembocadura de la corriente.

Depósitos de canal
A medida que un río transporta el
sedimento hacia el mar, algo del
material puede depositarse en el
cauce. Los depósitos de canal están
compuestos la mayoría de las veces
por arena y grava, los componentes
más gruesos de la carga de una
corriente, que se denominan barras.
Son elementos transitorios, ya que el
material será recogido de nuevo por la corriente y transportado aguas abajo; la
mayor parte del material es transportado al océano.
Las barras de arena y grava pueden formarse en una gran cantidad de situaciones.
Por ejemplo, son comunes allí donde las corrientes fluyen en una serie de recodos,
denominados meandros. Conforme la corriente fluye en un recodo, la velocidad del
agua en la parte exterior aumenta, lo que induce erosión en ese punto. Al mismo
tiempo, en la parte interior del meandro, el agua va más despacio, lo que hace que
algo de la carga de sedimento se deposite. Cuando esos depósitos se producen en
el punto interno del recodo, se denominan barras de meandro.
Cuando la corriente deposita materiales en el fondo de su canal y si estas son lo
suficientemente gruesas como para obstruir el cauce, obligan a la corriente a
dividirse y seguir varios caminos. La consecuencia es una red compleja de canales
convergentes y divergentes que se abren camino entre las barras. Esos canales
tienen una apariencia entrelazada y se dice que la corriente es anastomosada.

Depósitos de llanura de inundación


Una llanura de inundación es la parte de
un valle que se anega durante una
inundación. El material que cubre la llanura
de inundación consiste, en parte, en arena
gruesa y grava depositadas originalmente
como barras y otros sedimentos finos (arena, limo y arcilla) diseminados cuando el
agua desbordó su cauce en la etapa de inundación.

Abanicos aluviales
Cuando una corriente de agua abandona la zona montañosa, se encuentra con una
brusca disminución de la pendiente, lo que le hace perder velocidad y por
consiguiente capacidad de transporte. El torrente desemboca generalmente de una
quebrada, que sirve de colector de una cuenca con altas pendientes y llega cargado
de detritos de todo tamaño. Al perder velocidad deposita su carga, que queda
mayormente en la falda de la montaña. El aluvión se desplaza pendiente abajo
perdiendo paulatinamente el resto de la carga. A la siguiente tormenta, el agua del
torrente encuentra generalmente el cauce obstruido por los sedimentos
abandonados anteriormente y se derrama en otra dirección. Así sucesivamente.
Después de un tiempo, se forma mediante este mecanismo un abanico aluvial,
caracterizado por numerosos cauces abandonados que comienzan con un ápice y
se desarrollan en abanicos hacia la zona distal.

Terrazas fluviales
Un río que corre por su llanura aluvial puede comenzar una fase de erosión vertical,
profundizando su cauce debido a un cambio climático en su cuenca, el descenso del
nivel del mar o la elevación del territorio provocado por la tectónica. En cualquier
caso, el río sufre una alteración y comienza
a erodar para reestablecer su equilibrio.
Una vez que alcanza un nuevo nivel de
equilibrio, recomienza la divagación y la
erosión lateral, formando otra llanura
aluvial más abajo que la anterior, la cual
queda ahora sobreelevada y se denomina
terraza.

Lagos y lagunas:
Los lagos son masas permanentes o temporales de agua (dulce o salada) que
ocupan las depresiones u oquedades de la corteza terrestre y cuya superficie y
profundidad es variable. Si ocupan grandes extensiones de terreno se definen como
mares interiores. Los lagos son alimentados por uno o más ríos llamados inmisarios.
Por su parte, el río por donde desagua se le llama emisario. Si carece de emisario,
entonces tanto al lago como a su cuenca se le reconocen con el término endorreico.
Los lagos no suelen ser estructuras estables y por ello tienden a desaparecer.
Generalmente reciben alimentación de agua de las precipitaciones atmosféricas,
manantiales o afluentes. La pérdida de agua se debe a la evaporación y al río
emisario (desagüe); si la pérdida no está equilibrada con el agua que recibe, el lago
irá desapareciendo lentamente.
Según el origen de los lagos se clasifican en: tectónicos, glaciares y de barrera, de
erosión, volcánicos, de cuencas endorreicas. Los lagos tectónicos rellenan las
depresiones originadas por fallas y plegamientos, o por los movimientos
epirogénicos. Se forman por un movimiento del suelo que impide el libre curso de un
río. Ejemplos de lagos tectónicos son: el lago Baikal de Siberia, que es el más
profundo del mundo, con unos -1.200 m por debajo del nivel del mar; el mar Muerto,
con una depresión de -400 m respecto al mar Mediterráneo; o los lagos de África
Tanganica y Niasa, que ocupan la fosa denominada Rift continental.

Los lagos glaciares y de barrera se forman cuando las morrenas glaciares, coladas
volcánicas o desprendimientos de tierras, taponan los valles y permiten la
acumulación de las aguas e impiden su desagüe.

Lago Argentino, en la provincia de Santa Cruz


Los lagos de erosión se formaron por depresión durante los ciclos erosivos glaciares
de la Era cuaternaria o debido a la erosión de los cauces de los ríos que abandonan
sus antiguos lechos dejando masas de agua, como los meandros, adquiriendo forma
de media luna o de herradura. . Las tierras cubiertas por las masas glaciales en esa
era, manifiestan en la actualidad miles de formaciones erosionadas ocupadas ahora
por otros tantos lagos.

Los lagos volcánicos se originar tras la explosión del cráter de un volcán, el que
forma una caldera volcánica o un hundimiento circular que puede ser inundado tras
la extinción de la erupción formando un lago.

Maar, lago formado en el crater de un volcán.


En cuencas endorreicas, que son depresiones en la corteza terrestre que no poseen
salida hacia el mar. Contienen aguas generalmente algo saladas, debido a la
progresiva concentración de sales por efecto de la evaporación.

Una laguna, en cambio, es un depósito natural de agua, separado del mar y de poca
profundidad, cuyas aguas suelen ser, por lo general, saladas o salobres. Las
principales diferencias entre un lago y una laguna son: 1) La profundidad: las
lagunas tienen menos profundidad que los lagos; 2) La estanqueidad del agua: las
lagunas solo tienen entrada de agua, mientras que los lagos tienen entradas y
salidas; 3) El tipo de agua: por lo general, las lagunas son de agua salada, pero
existen tanto lagos como lagunas de agua salada y agua dulce; 4) La temperatura
del agua: dada la profundidad de los lagos, estos tienen diferentes capas de
temperatura, mientras que las lagunas la mantienen de forma homogénea; 5) El
desgote: mientras el agua de las lagunas se evapora o se infiltra, ya que no hay
corriente de agua, los lagos desaparecen cuando sale más agua hacia los ríos y
arroyos de la que ingresa.

Nivel de base y corrientes en equilibrio


En 1875, John Wesley Powell, introdujo el
concepto de que hay un límite inferior
para la erosión de la corriente fluvial, que
se denomina nivel de base, que se define
como la menor elevación a la cual una
corriente puede profundizar su cauce: es
el nivel al cual una corriente desemboca
en el océano, un lago u otra corriente. Por
este motivo, la mayoría de los perfiles de
las corrientes tiene pendientes bajas
cerca de sus desembocaduras, ya que se
aproximan a la elevación por debajo de la cual no pueden erosionar sus lechos.
Cuando cambia el nivel de base, se reajustan las actividades de las corrientes de
agua, por ejemplo, si se construye una presa en un río corriente, se eleva el nivel de
base de la corriente.
Una corriente es un pequeño componente de un sistema mayor. Cada sistema
consta en una cuenca de drenaje, que es el área que aporta agua a la corriente. La
cuenca de drenaje de una corriente se separa de otra por una línea imaginaria
denominada divisoria de aguas. El tamaño de la divisoria de aguas oscila entre un
montículo que separa dos pequeños arroyos hasta divisorias continentales, que
dividen continentes en enormes cuencas de drenaje.
La observación de que las corrientes ajustan su perfil a los cambios del nivel de
base indujo el concepto de corriente en equilibrio. Una corriente en equilibrio tiene la
pendiente y otras características de cauce que permiten mantener la velocidad
necesaria para transportar el material que se le suministra. Como promedio, un
sistema en equilibrio no erosiona ni deposita el material, simplemente lo transporta.
Cuando la corriente alcanza el equilibrio, se convierte en un sistema autorregulado
en el cual un cambio de una característica produce un ajuste de las otras para
contrarrestar el efecto.
El nivel de base es un plano horizontal teórico que impone el límite final a la acción
erosiva de una corriente fluvial y por ende a todos sus afluentes. Es entonces, el
nivel por debajo del cual cesa la acción fluvial y que de manera generalizada no es
otro que el nivel del mar. Sin embargo, existen también niveles de base locales, que
se producen allí donde se pierde la pendiente; también es el requisito para que una
corriente pueda fluir. Los niveles de base locales pueden ser naturales (los lagos,
pantanos y bañados) y artificiales (diques y represas), que determinan la cota más
baja que alcanza el río en la zona en cuestión.
Todo nivel de base es dinámico, como lo es todo el sistema terrestre. Los niveles de
base locales varían a lo largo de la evolución del paisaje o por eventos tectónicos
que se producen a veces muy rápidamente. Los eventos que modifican la extensión
de los espejos de agua, llevan el nivel de base a lugares diferentes. En otras
palabras, si crece un lago, el río que desagua en él alcanzará sus riberas antes y allí
será su nuevo nivel de base, a veces muchos metros por arriba de su anterior
posición. Los cambios en el nivel del mar se conocen como ingresiones o
transgresiones cuando avanzan hacia adentro de la costa y regresiones cuando
implican una retirada de las aguas. Son habituales a lo largo de la historia geológica
y geomorfológica y se conocen como movimientos eustáticos.
Las causas principales se pueden dividir como sigue: Cambios climáticos que
afectan la temperatura global. Así es que durante los periodos glaciales hay
retención de agua en los glaciares, con lo que desciende el nivel del mar. Este tipo
de cambio se conoce como regresión glacieustática. Cuando ocurre el ascenso de la
temperatura y el consecuente deshielo, se da el fenómeno contrario: la transgresión
glacieustática. Cambios entre ciclos secos y húmedos que también provocan el
ascenso o descenso del nivel del mar.
El perfil de equilibrio es un modelo teórico en el que el río alcanza un estado de
equilibrio entre la erosión y la depositación, que le permite la configuración del
terreno en el que se encuentra. Según ese modelo matemático ideal, el balance
entre la pendiente y el caudal disponible, determinarían que no exista ni erosión ni
depositación. Teóricamente, los ríos se irían aproximando a su perfil de equilibrio a lo
largo del tiempo. Si en todos los puntos de un río se consiguiera alcanzar una
pendiente de equilibrio, la curva ideal resultante sería el perfil de equilibrio, de tal
forma que a lo largo de todo el recorrido, la velocidad de la corriente aseguraría el
transporte de la totalidad de la carga sólida procedente de la parte superior, pero ya
no cargaría más material (no hay erosión), ni abandonaría excedentes del material
en tránsito (no hay sedimentación).
Debido a que el comportamiento del sistema es muy dinámico, el más mínimo
cambio, afectará la actividad y configuración del río. Es por esta razón que el perfil
de equilibrio sólo existe en la teoría, pero nunca se alcanza en la realidad. Cualquier
cambio, ya sea en el nivel de base o en las condiciones del río, así sea algo habitual
como un aumento o disminución del caudal por precipitaciones, evaporación,
infiltración, extracción o la combinación de esos fenómenos, provocará el reajuste
correspondiente en el balance entre erosión y sedimentación del río. Si en un punto
dado aumenta la erosión, en algún momento la carga resultará excesiva y será
depositada en otro lugar. El requisito de que no se produzca ni erosión ni
sedimentación deja de cumplirse y el perfil de equilibrio no se alcanza nunca.
DISEÑOS DE LA RED DE DRENAJE
El conocimiento e interpretación de los patrones de drenaje es muy importante,
debido a que se asocian con diferentes tipos de rocas, con varios procesos y
estructuras geológicas importantes como las fallas geológicas.
El modelo de drenaje encontrado con más frecuencia es el modelo dendrítico. Se
caracteriza por una ramificación irregular de corrientes tributarias que recuerda al
modelo ramificado de un árbol caducifolio. Se forma donde el sustrato es
relativamente uniforme, como en estratos sedimentarios planos o rocas ígneas
masivas. Dado que el material subyacente es esencialmente uniforme en su
resistencia a la erosión, no controla el modelo de flujo de corriente; el modelo es
determinado fundamentalmente por la pendiente del terreno.
Cuando las corrientes divergen desde un área central como los radios de una rueda,
se dice que el modelo es radial. Este modelo se desarrolla normalmente en zonas
volcánicas aisladas y en elevaciones de tipo domo.
El modelo rectangular presenta muchos recodos en ángulo recto. Este modelo se
desarrolla cuando el sustrato de roca está entrecruzado por una serie de diaclasas y
fallas. Dado que esas estructuras son erosionadas con más facilidad que la roca no
fracturada, su modelo geométrico orienta la dirección de las corrientes a medida que
excavan sus valles.
El modelo de red enrejada, un modelo rectangular en el cual los afluentes son casi
paralelos entre sí y tienen el aspecto de un jardín enrejado. Este modelo se forma en
áreas donde subyacen alternancias de rocas con distinta resistencia.

Dendrítico Rectangular

Radial Enrejado

La red paralela muestra corrientes principales regularmente espaciadas y más o


menos paralelas con afluentes que se unen en ángulos agudos. Se desarrollan
donde los estratos son uniformemente resistentes y la pendiente regional está
marcada, o donde existe un fuerte control estructural ejercido por una serie de fallas
estrechamente espaciadas.
El drenaje anular tiene corrientes principales dispuestas en un patrón circular con
corrientes subsidiarias que se encuentran en ángulo recto con ellas. Evoluciona en
una cúpula o cuenca quebrantada o disecada en la que la erosión expone bandas de
roca dura y blanda dispuestas concéntricamente.
El drenaje centrípeto tiene todas las corrientes que fluyen hacia el punto central
más bajo en un piso de la cuenca sedimentaria. Ocurre en calderas, cráteres,
dolinas y cuencas tectónicas.

Paralela Anular Centrípeto

Bibliografía
MONROE, J. S., WICANDER, R. & POZO. M. (2008). Geología. Dinámica y
evolución de la tierra. Cengage Learning Paranfino. 745 p. España.
TARBUCK, E.J. & LUTGENS, F.K. (1999). Ciencias de la Tierra: una introducción a
la geología física. Prentice Hall Editorial, 540 p., Madrid.

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