Las Constituciones de Bolivia - Trigo

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INSTITUTO DB INSTITUTO DE

ESTUDIOS POLITICOS CULTURA HISPANICA

LAS CONSTITUCIONES
HISPANOAMERICANAS

PUBLICADAS BAJO LA DIRECCIÓN DE


MANUEL FRAGA IRIBARNE

13

LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

RECOPILACIÓN Y ESTUDIO PRELIMINAR DE


CIRO FELIX TRIGO

PRÓLOGO DE
MANUEL FRAGA
BIBLIOTECA DIGITAL

TEXTOS SOBRE BOLIVIA

CONSTITUCIONES BOLIVIANAS, CONSTITUCIONALISMO IBEROAMERICANO,


LA ÚLTIMA ASAMBLEA CONSTITUYENTE 2006 - 2009, HISTORIA
PARLAMENTARIA E INTELECTUALES

FICHA DEL TEXTO

Número de identificación del texto en clasificación Bolivia: 4783


Número del texto en clasificación por autores: 3183
Título del libro: Las Constituciones de Bolivia
Autor (es): Ciro Félix Trigo
Editor: Instituto de Estudios Políticos
Derechos de autor: Depósito Legal M. 1.222-1968
Imprenta: DIANA, Artes Gráficas
Año: 1958
Ciudad y País: Madrid – España
Número total de páginas: 588
Fuente: Digitalizado por la Fundación
Temática: Constituciones bolivianas
CIRO FELIX TRIGO
e n la U n iv e rs id a d M a y o r d e « San A n d ré s> . / •

L AS "
GONSTITUCSONES
DE B O LIV IA

INSTITUTO DE ESTUDIOS POLITICOS


MADRID, 1958
D IA N A , A rte s G rá fic a s.—L a rr a , 12. M adrid.
D e p ó s ito le g a l M. 1.222-1968
V i Cu 0

NsJ C r t s - O ^

PROLOGO

POR EL

MANUEL FRAGA IRIBARNE


PROF
d ir e c t o r d e l a c o l e c c io n
.


'
I.— B olivia con problem as .

La República de Bolivia, “promontorio de América”, como


vió Humboldt sus altas tierras, “clave de bóveda” del Conti­
nente, para Reclus, una “pequeña m aravilla”, según Bolívar,
que le dió su propio nombre, es un país extraordinario. “Tierra
maravillosa, Bolivia. Clave de antiguos y nuevos sueños. Y ex­
plicación sorprendente de América” (1).
A nosotros nos interesa como uno de los más im presionantes
laboratorios de problemas sociales y políticos del mundo. Una
vasta literatura (2) ha estudiado la evolución histórica y la

(1) Ernesto Giménez Caballero: "Maravillosa Bolivia, clave de Amé­


rica”, Madrid, 1957, pág. 10.
(2) Ver principalmente: Alcázar, Moisés: Crónicas Parlam entarias,
La Paz, 1946; Alamo Ibarra, C. : "La Constitution de Bolivia pour la Répu­
blique qui porte son nom", Ginebra, 1922; A ntezana Paz, Franklin: "Le
regime parlamentare en Bolivie”, París, 1933; “Anuario de leyes y su­
premas diaposiciones de 1878”, L a Paz, 1881; Aranzaes, Nicanor: "Las
revoluciones de Bolivia”, La Paz, 1918; Araoz, M ario: “Digesto de legis­
lación boliviano”, La Paz, 1920; Ardúz Eguia, Gastón: “Legislación boli­
viana del trabajo y de la previsión social”, La Paz, 1941; Arguedas, Alci-
des: "Pueblo enfermo”, Barcelona, 1910; Arguedas, Alcides: “Historia ge­
neral de Bolivia”, L a Paz, 1922; Arguedas, Alcides: “Los caudillos letra­
dos”, Barcelona, 1923; Arze, José Antonio: “Bolivia bajo el terrorism o
nazi-fascista”, 1945; Baptista, M ariano: "Lecciones de Derecho público”.
X MANUEL FRAGA IRIBARNE

compleja estructura sociológica de este país, cuya m era exis­


tencia es un problema de cada día. Aproximémonos, ante todo,
a algunos datos previos.

La Paz, 1932; Barrios, Claudio Quintín: “Diccionario de la Constitución


politica de Bolivia”, La Paz, 1898; Bonifaz, Miguel: "Legislación agrario-
indigena", Cochabamba, 1953; Browning, W. E„ and others: "The West
Republics of South America, Chile, Perù and Bolivia”, Londres, 1929;
Bustamante, Daniel S.: “Bolivia; su estructura y sus derechos” ; Cama-
cho: “Historia de Bolivia” ; Canelas, Rene: “Constitución política del E s­
tado”, Cochabamba, 1950; Capriles Rico, Remberto, y Gastón Ardúz Eguía:
“El problema social en Bolivia”, La Paz, 1941; Caries, F.: “Algunos a s­
pectos de la geopolitica boliviana”, B. A., 1950; Carrasco, José: "Estudios
constitucionales”, La Paz, 1920; CESAL: "El desarrollo agrícola de Bo­
livia”, 1951; Canelas, Demetrio: “Bolivia después de tres años de dicta­
dura revolucionaria”, Santiago, 1955; Cleven, N. A. N.: "The politicai or-
ganization of Bolivia”, Washington, 1940; "Constitución política de la R e­
pública boliviana, sancionada por la Convención Nacional del año 1843”,
Sucre, 1843; "Constitución politica de la Constitución boliviana, sancio­
nada por la Convención Nacional de 1851”, La Paz, 1851; “Constitución
de la República boliviana, sancionada en 1861”, La Paz, 1862; "Constitu­
ción política de la República de Bolivia, sancionada por la Asamblea Cons­
tituyente de 1871”, Sucre, 1871; “Constitución política de la República de
Bolivia’, La Paz, 1886; "Constitución política de la República de Bolivia
y las disposiciones que la complementan e interpretan”, La Paz, 1905;
Constitución política de la República de Bolivia”, La Paz, 1908; “Consti­
tución política de la República de Bolivia, promulgada el 28 de octubre
de 1880. con todas las reform as efectuadas hasta la fecha 1931”, La Paz,
1931; “Constitución política del Estado", La Paz, 1932; "Constitución po­
lítica del Estado”, La Paz, 1933; “Constitución Política del Estado”, La
Paz, 1938; “Constitución política del Estado”, La Paz, 1945; "Colección
oficial de leyes, decretos, etc.”, Paz de Ayacucho, 1835; Convención N a­
cional: Redactor de la Convención Nacional de 1938, La Paz; Cornejo,
Alberto: "Program as políticos de Bolivia”, Cochabamba, 1949; Cornejo, Al­
berto S.: “Leyes y decretos sobre jubilaciones en todos los ram os”, La
Paz, 1944; Diez de Medina, Federico: “Nociones comparadas de Derecho
Político público”, La Paz, 1919; Donoso Torres, Vicente: “Reformas cons­
titucionales”, L a Paz, 1947; D'Orbigni, Alcides: “Descripción geográfica,
histórica y estadística de Bolivia”, París, 1845; Durán, Manuel: “Biblio­
grafía jurídica boliviana” ; Finot, Enrique: "Nueva Historia de Bolivia.
Ensayo de interpretación sociológica”, B. A., 1946; Flores, Max: “El con-
PRÓLOGO
XI

Bolivia se asienta sobre un territorio en constante disminu­


ción- de los 2 243.000 kilóm etros cuadrados con que accedió a la
independencia, le quedan 1.070.000, o sea, algo menos de la
m itad Chile le am putó el litoral, con 120.000 kilóm etros cua-

cubinato, como institución jurídica y la igualdad de los hijos ante la Ley ,


Potosí; Guillén Pinto, Alfredo: “La educación del indio», La Paz, 1919; Gu­
tiérrez; “Las Constituciones políticas que ha tenido la República boliviana
(1826-68)” ; Santiago, 1869; Gutiérrez, José Manuel: “Derecho Pub*ic° -
Sucre, 1887; Gutiérrez, José M.: “Derecho administrativo”, La Paz, 1920,
Gutiérrez, José M aría: “Lecciones de Derecho constitucional”, L a Paz,
1938; Guzmán, Alcibíades: “Derecho parlam entario: historia, derecho, ju­
risprudencia”, L a Paz, 1920; Guzmán, Alcibíades: "Libertad y despotis­
mo en Bolivia”, L a Paz, 1918; Guzmán, Antonio Leocadio: “Ojeada del
proyecto de Constitución que el Libertador ha presentado a la República
Bolívar", Lima, 1826; Iturricha, Agustín: “Leyes num eradas y compila­
das de la República Boliviana”, La Paz, 1909; “L a nueva Constitución
política del Estado”, La Paz, 1938; Jáuregui Rosquillas, A.: “Geografia
de Bolivia”, 1937; Lara, Benigno: “Elementos de Derecho constitucional’ ,
La Paz, 1913; Legg, H. J .: “Economic and Commercial conditions in Bo­
livia”, Londres, 1957; “Leyes y disposiciones más usuales: contiene,^ ade­
más: las Constituciones políticas sancionadas desde 1826 hasta 1878 , La
Paz, 1923; Linke, Lilo: “Andean adventure: a social and political study
of Colombia, Ecuador and Bolivia”, London, 1945; Lombardo Toledano, V..
“Bolivia m ártir”, 1943; Losa, León: “Bosquejo histórico del periodismo
boliviano”, L a Paz, 1926 Mariaca, Ramón: “Las Constituciones de Bo­
livia", La Paz, 1947; Macedonio Urquidi, J . : “Nuevo compendio de la
Historia do Bolivia”, 1921; McBride W., Jaim e: “The agrarian Indian
Communities of Highland Bolivia”, N. York, 1921; Marsh, M argaret C. :
«Xho bankers in Bolivia”, N. York, 1928; Mendoza, Jaim e: “El macizo
boliviano”, La Paz, 1935; Molías, J.: “Bolivia”, 1917; Molins, W. Jaim e:
*'E1 cstafio, fundamento vital de Bolivia", Buenos Aires, 1937; Monje Gu­
tiérrez, Tomás: “Derecho público constitucional boliviano”, L a Paz, 1946;
Mungula, J. A.; "El progresismo. La nueva ideología que debe seguir Bo­
livia”, La Paz, 1933; Murillo Vacarezza: “La nueva organización de la
familia”, Oruro, 1941; “Murillo Vacarezza: “Las reform as constituciona­
les sobre la organización fam iliar en Bolivia”, Montevideo, 1945; Newhall,
Beatrice: “The new Constitution of Bolivia”, Pan American Union, 1939;
Noya, Germán: “La nueva Constitución política de Bolivia”, B. A., 1930;
O’Connor D ’Arlach, Tomás: “Los presidentes de Bolivia desde 1825 hasta
1912”, La Paz, 1912; Ordóñez López, Manuel: “Constitución política de
X II MANUEL PRAGA IRIBARNE

drados, una gran riqueza minera, y , lo que fué más grave, su


única salida al mar. Brasil, a principios de siglo, el territorio
de Acre, con sus posibilidades cauchíferas y de salida fluvial
y 490.437 kilómetros cuadrados. A rgentina se quedó con el
Chaco central y Atacama, con 170.000 kilómetros cuadrados.
Perú, con 250.000 kilómetros cuadrados, en la zona de ManuripL

la República de Bolivia...”, La Paz, 1917; Oropeza, Manuel: “Derecho


constitucional patrio”, Sucre, 1882; Oropeza, Manuel: "Estudios consti­
tucionales”, Sucre, 1883; O stría Gutiérrez, Alberto: “La política interna­
cional de Bolivia después de la guerra del Chaco: una obra y un destino”,
B. A., 1952; Otero, Gustavo Adolfo: “L as tendencias de la sociología bo­
c a n a ”, Quito, 1949; Pacheco Jiménez, Isaias: “Derecho minero de Bo­
livia”, La Paz, 1954; Pando Gutiérrez, Jorge: “Bolivia y el mundo”, La
Paz, 1947; Paredes, Manuel Rigoberto: “Política parlam entaria de Boli­
via”, La Paz, 1911; Paz, Luis: “La Corte Suprema de Justicia de Bolivia”,
Sucre, 1910; Paz, Luis: “Constitución política de la República de Bolivia”,
Sucre, 1912; Paz, Luis: “Derecho público constitucional”, Sucre, 1912; Paz
Estensoro: “Esquema de la organización política, económica y adminis­
trativa de Bolivia”, 1929; Peñaloza, Luis: “Historia económica de Boli­
via", La Paz, 1946-7; Pérez Patón, Roberto: “L a H uelga”, L a Paz, 1949;
Pérez Velasco, Daniel: “La mentalidad chola en Bolivia”, La Paz, 1928;
Pimlla, Claudio: “Estudio comparado de la Constitución boliviana con las
de otros países de la América meridional”, L a Paz, 1897- Pinillas- “La
creación de Bolivia”, 1919; “Proyecto de Constitución para la República
de Bolivia y discurso del Libertador”, Lima, 1826; Quinteros, José Santos-
“Derecho publico constitucional”, Sucre, 1898; Rada, Agustín: “Derecho
parlam entario de Bolivia”, La Paz, 1917; René-Moreno: “Biblioteca bo­
liviana”, Santiago, 1879; “Reglamentos de debates del Senado y de la
Cámara de Diputados”, La Paz, 1926; Reyeros, Rafael: “Caquiaviri”, La
Paz, 1937; Ríos, Cornelio: “Bolivia en el prim er centenario de su inde­
pendencia”, Buenos Aires, 1925; Saavedra, B autista: “El Ayllu”, París,
1913; Saavedra, B autista: “La democracia en nuestra H istoria”, La Paz,
1921; Salas Linares, Gustavo: “Antecedentes jurídicos de la reform a ag ra­
ria en Bolivia”, 1955; Sánchez Bustamante, Daniel: “Principio de Dere­
cho , La Paz, 1919; Sandoval, Hugo: “El matrimonio de hecho”, 1946;
Sanjinés, Alfredo: “La reform a ag raria en Bolivia”, La Paz, 1932; Sanjinés,
Alfredo: “L a reform a ag raria en Bolivia”, 1945; Sanjinés, Jenaro: “L as
Constituciones políticas de Bolivia...”, L a Paz, .1906; Siles, Hernando:
“Derecho parlam entario de Bolivia”, La Paz, 1917; Silva: “Prácticas p ar­
lamentarias", L a Paz; Sotomayor Valdés, Ramón: “Estudio histórico de
PRÓLOGO X IU

Recientemente, Paraguay conquistó el Chaco Boreal, con 235.000


kilóm etros cuadrados y o tra im portante salida fluvial.
Por lo que se refiere a la población, eran en 1949 O.990.200,
o sea menos de 4 por kilómetro cuadrado. Pero este promedio
n a d a 'dice, en realidad, sobre la distribución y asentamiento de
la población. E l 72 por 100 de ésta vive en el altiplano, que no
es sino el 33 por 100 del territorio, en su m ayoría estéril y a
alturas inhumanas (gran parte entre tres mil y cuatro mil me­
tro s) (3), m ientras que el resto del país, que comprende tierras
llanas y ubérrim as, sólo alberga el 28 por 100 (4).
E sta población se distribuye del modo siguiente: blancos,
583.000; mestizos, 1.199.000; indios puros, 2.196.500; varios,
U 700 E s decir, que los indios son el 54 por 100; los mestizos,
algo menos del 40 por 100, y los blancos no llegan al 15 por 100.

Solivia", Santiago de Chile, 1874; Sundt, Alfredo-: “Los contratos del


<3oblemo de Bolivia con el grupo Chacur”, Santiago, 1952; Tamayo, F ianz.
"Creación de una pedagogía nacional”, L a Paz, 1910; T arifa Ascarrunz:
“Program as de instrucción p ara escuelas indigenares”, La Paz, 1928;
Thompson, R. W.: “Land of tomorrow”, Nueva York, 1937; Trigo Ciro,
Félix: “Constitución política del Estado”, La Paz, 1949; Trigo Ciro, Félix.
"Constitución política del Estado”, L a Paz, 1951; Trigo C. F., “Reseña cons­
titucional boliviana", La Paz, 1950; Trigo C., Félix: “Derecho constitu­
cional boliviano", L a Paz, 1952; U. N. Technical Assistance Administra-
tion: “Report of the U. N. Mission of Technical Assistance to Bolivia”,
1951; Urquldl, Carlos W.: “La reform a constitucional en Bolivia”, La Paz,
1930; Valencia Vega, Alipio: "Bolivia en su proceso dialéctico”, La Paz,
1951; Valónela Vega, Alipio: "Desarrollo del pensamiento político en So­
livia", 1953; Vlllavicencia Pavada, Angel: “Los partidos políticos en Bo-
llvla", 1945; Walter Urquido, Carlos: “La reform a constitucional en Boli­
via", La Paz, 1939; Zaconeta, José Víctor: “La democracia de Bolivia en
el primer centenario”, Oruro, 1925.
(3) El Indígena se ha adaptado a las duras condiciones que la “puna”
Impone al organismo, con una m ayor capacidad pulmonar y 40 por 100
más de glóbulos rojos. La adaptación ha llegado a producir resultados
tan notables como el gran número de centenarios (un Censo dió, no hace
mucho, 1.261).
(4) Por otra parte, el indio, muy apegado a la tierra en que nació,
s e resiste a la emigración a las tierras bajas y subtropicales.
XIV MANUEL FRAGA IRIBARNE

Tampoco se h a logrado plenamente la integración lingüística:


frente a un millón y medio, que utilizan normalmente el español,
dos y medio emplean habitualm ente el quechúa, aym ará y otros
dialectos (5). E l régimen de vida de estos indígenas, con fre ­
cuencia, es muy prim itivo: todavía en 1945 (Decretos núms. 318
y 319, del 15 de mayo) fueron abolidos en Bolivia los servicios
de “pongueaje” y “m itanaje”.
Ello está combinado, del modo característico en Iberoamé­
rica, con una defectuosa distribución de la propiedad agraria,
que desde la Conquista no ha dejado de concentrarse (6). Los
reyes de España intentaron fren ar el proceso, y realizaron dos
auténticas reform as agrarias, en 1591 y 1754, ambas bien inten­
cionadas (7); pero en la práctica de resultados muy limitados
por las fuerzas sociales que se les oponían. E l intento se ha
repetido en otras ocasiones, pero, de acuerdo con el Censo de
1950, el 4,5 por 100 de los propietarios poseían en esa fecha el
70 por 100 de la propiedad rústica, con extensiones de mil a diez
mil hectáreas. P or o tra parte, estas grandes fincas no consti­
tuyen explotaciones racionalizadas, sino ejemplos típicos de
latifundism o extensivo, con gran superficie, poco rendimiento y
mínima inversión de capital (8).
Por otra parte, el país ha desviado progresivam ente sus fu er­
zas hacia una actividad dominante, de carácter negativo: la
(o) Ver M ateriales p a ra el estudio de la clase media en la América
Latina”, vol. III, Bolivia, págs. 1-17, por Humberto Plaza S., Washington,
Unión Panam ericana.
(6) Luis Alberto Sánchez dice que “la gran tragedia de la conquista
española está en que no se identificó, sino que se superpuso”. La frase,
injusta en m ás de un caso, tiene especial aplicación al Imperio de los
Incas, por lo difícil de soldar sus estructuras con las nuevas que aportó la
Conquista.
(7) Ver Abraham Maldonado: “Derecho agrario”, La Paz, 1956.
(8) Problem a agrario y problema indio se articulan estrechamente.
Abelardo Villalpando refiere el caso del “gamonal”, que abandonó al poco
tiempo el tracto r que habia adquirido, porque exigía combustible, repa­
raciones, etc., “al paso que el indio, trabajador gratuito, requería apenas
de un poco de m ate y coca" ("La cuestión del indio”, Cochabamba, 1940).
PRÓLOGO XV

minería, que exporta sus minerales sin elaboración alguna (9).


La exportación de minerales constituye, por supuesto, una gran
riqueza boliviana: potencialmente, es el tercer país minero del
Continente, con grandes recursos en estaño, plomo, cobre, an ti­
monio, wolfram y bismuto (10).
E l estaño es boy la pieza de resistencia: supone los dos te r­
cios del total de las exportaciones y casi el 50 por 100 de las
rentas públicas (11). Pero ello es a costa (aparte de la reducción
constante de las reservas) de una trem enda inestabilidad: en
1929 se exportaron 47.000 toneladas m étricas de mineral de es­
taño, frente a sólo 15.000 toneladas m étricas en 1933 (12). El
exceso mundial de producción de estaño, en tiempo de paz; la
mayor concentración de los depósitos aluviales del sudeste asiá­
tico; los grandes recorridos por ferrocarril, hasta el Pacífico, y
las grandes oscilaciones de un mercado internacional sin posi­
bilidades de control (13), todo ello constituye una agravación
del problema (14). No existe ninguna fundición en Bolivia (15),
lo que encarece los transportes e impide beneficiarse a la mane
de obra local, reducida a la penosa extracción del mineral, con
jornales medios bajos, sometidos al suministro de las “pulpe-
(9) E n los años 1948-51, el promedio anual de exportaciones fué de
$ 115 millones, de los que corresponden a la exportación de minerales
$ 111,5 millones, o sea, el 97,14 por 100. (Ver el informe de la Misión
Keenleyside, de las Naciones Unidas, 1952.)
(10) L a plata y, en menor escala, el oro, que hicieron célebre a Potosí,
tienen hoy relativamente poca importancia.
(1 1 ) Los ingresos estimados p ara 1953 fueron de seis millones de
bolivianos. De ellos, dos procedían directamente de los derechos de expor­
tación sobre minerales, y 0,7, de los aranceles de importación, hechos posi­
bles por las divisas procuradas por la exportación.
(12) P o r la crisis económica y la muerte de un tercio de los mineros
en la guerra del Chaco.
(13) En 1950, el precio cae de $ 1,50 la libra, a 0,74; es decir, al
50 por 100.
(14) Ver Francisco Salvador M artín: "Influencia de la minería en las
economías de Chile y Bolivia”, Madrid, 1953.
(15) Se han realizado varios intentos, desde que lo propuso, en 1912,
el ex presidente Ism ael Montes, pero sin éxito hasta hoy. Ver Luis Pe-
XVI MANUEL FRAGA IRIBARNE

rías” de las empresas, y, h asta hace poco, con escasa o nula


seguridad social. Los capitales son escasos, porque los grupos
mineros no reinvierten sus beneficios en el país, m ientras que
la inversión pública tropieza con el “handicap” de la inestabili­
dad gubernam ental y adm inistrativa. Ello impide la aparición
de una industria, incluso ligera (16).
P or o tra parte, el país ha descuidado su diversificación eco­
nómica, de suerte que gasta en la importación de artículos que
podría producir—de ellos nueve productos agropecuarios—el 50
por 100 del valor de las importaciones totales. Ello desnivela su
balanza comercial y refluye en la desvalorización de la moneda,
atacada tam bién por la inflación interna (17).
Las comunicaciones son deficientes (18), y, en gran parte,
vinculadas a los intereses mineros, o bien a los de potencias ve­
cinas (19), m ientras que las carreteras son bastante malas (20).
L a consecuencia son grandes dificultades para los mercados in­
teriores: todavía en 1910 un novillo que valía 50 centavos de
dólar en Reyes se vendía por el equivalente de 35 dólares en
L a Paz.
P or o tra parte, el país no tiene un centro claro. Los actuales
ñaloza: “H istoria económica de Bolivia”. También se piensa en la crea­
ción de un “Buffer Stock” p ara sostener los precios.
(16) En Bolivia no hay sino industria liviana, y ella misma es inci­
piente. Tal situación no va a cambiar en el futuro próximo (W alter Gue­
vara Arze: “Plan inmediato de política económica del Gobierno de la Re­
volución Nacional”, pág. 103).
(17) El proceso iniciado por la guerra del Chaco no se ha detenido.
En 1953 se dictaron ocho Decretos de reajuste monetario, pero su resul­
tado fué pronto ilusorio, por la baja del 30 por 100 en el precio del estaño.
(18) En 1899 no había ni un kilómetro de ferrocarril. En 1953 se ex­
plotaban 2.245 kilómetros, todos de vía de ancho de un metro. El 40 por 100
son del Estado, y el resto, de una empresa.
(19) El ferrocarril Corumba-Santa Cruz (650 kilómetros a sum ar a
los anteriores) representa los intereses ferroviarios brasileños, m ientras
que el tram o Yacuiba-Santa Cruz (500 kilómetros, a punto de term inarse)
está controlado por los argentinos.
(20) Hay 22.000 kilómetros de caminos, pero sólo 5.000 son propia­
mente carreteras, y 3.000 capaces de prestar servicio todo el año.
PROLOGO xvn

centros urbanos proceden de la época española (21), es decir,


que fueron planeados en función del sistem a de comunicaciones
imperiales y de la economía de la época. La Paz (321.000 habi-
f tan tes) es la capital de facto: fué fundada en 1548 (20 de octu­
bre) por el capitán Alonso de Mendoza, para conmemorar la paz
o concordia entre pizarristas y alm agristas. Allí pretendió m ar­
char Miguel de Cervantes en 1590. Gochabamba (76.500), Oruro
(50.000), Potosí (40.000) (22), preceden a la capital legal, Sucre
(32.000), que no conserva más que la Corte Suprema de Ju sti­
cia, recuerdo de la Vieja Audiencia, y el Arzobispado (23).
En medio de esta estructura, ha crecido un pueblo, si no
enfermo (24), sí lleno de problemas, que estoicamente ha ido
'procurando resolver en una H istoria difícil.
- P
I I .— D e s p l ie g u e h is t ó r ic o de la R e p ú b l ic a .

A) La Independencia.
E s conocido el esquema histórico de Alcides A rguedas (25)
para el período que llega h asta el final de la P rim era Guerra
Mundial, lo que coincide, como otros países de Iberoamérica, con
(21) Como dice Félix Equino (1954), “los actuales núcleos urbanos
existentes en Bolivia proceden del régimen español; otras ciudades, nue­
vas ciudades, no han sido fundadas durante los ciento veintiocho años de
régimen de la República”.
(22) L a fabulosa historia de Potosí, el emporio de la plata, que ci­
mentó nuestro Imperio, está por escribir. Típica ciudad de fronteras,
tenia en 1557 36 casas de juego y 14 escuelas de baile.
(23) Sucesivamente, Chuquixaca, L a Plata, Charcas y Sucre, es, como
<Jice Giménez Caballero, “una ciudad con cuatro cabezas”, simbolo de
la compleja formación de Bolivia: el indio, el minero, el oidor y el libertador.
(24) E s el titulo de la obra clásica de Alcides Arguedas, “Pueblo en­
fermo”, del cual deben leerse tam bién “Rosa de bronce” y “Vida criolla”.
L as obras de Diez de Medina, Mendoza y Franz, facilitarán la compren­
sión del alm a boliviana.
(25) “Historia general de Bolivia”, 1922.
Ver David R. Moore: “H istoria de la América L atina”, Buenos Aires,
1945; Wilhelm Freihen von Schoen: “Geschichte Mittel und Südamerikas”
xvm MANUEL FRAGA IRIBARNE

la entrada de Bolivia en el mundo de hoy. Una prim era etapa


es la de fundación de la República (1826-1828), cuyas figuras
dominantes son Sucre y Blanco. Viene luego la era de los Cau­
dillos letrados (1829-47): S anta Cruz, Velasco, Ballivián. E n tra
luego la plebe en acción (1847-57) con Belzu y Córdova; sucede
una etapa de dictadura y anarquía (1857-64), con Linares y
Acha; luego, los Caudillos bárbaros (1864-72), Melgarejo y Mo­
rales. La guerra injusta es la tragedia del Pacífico (1872-83) y
la pérdida del salitre. L a política conservadora (1884-99) cede
el paso, en los linderos del siglo, a la política liberal (1899-1920).
E l proceso de la independencia de Bolivia no difiere del de
otras partes de Iberoam érica (26). Las grandes sublevaciones
indígenas del Alto Perú (27) no pueden ser consideradas como
un precedente más que en un sentido muy distante: en efecto,
la Independencia “más bien fué un sacudimiento de las clases
medias de la época colonial” (28), con una gran influencia de los
intelectuales, y en particular de la Universidad de San Francisco
Xavier, de Chuquisaca, por donde entró la ideología revolucio­
naria (29).

München, 1953 (cap. 8, págs. 506 y sigts.); Germán Arciniegas: “The State
of Latin America", NY., 1952.
(26) Ver “Causas y caracteres de la Independencia Hispanoamerica­
na”, Madrid, 1953. (Actas del I Congreso Hispanoamericano de Historia.)
(27) Tomás, Dámaso y K atari, en Potosí; Tupaj Amaru, en Tina;
Tupaj Katari, en La Paz (1780-82). Criollos y mestizos, rápidamente a r­
mados por las autoridades p ara form ar el Cuerpo de Patricios, los some­
tieron, siendo ellos los que adquirieron conciencia de su propia fuerza y
los que realizaron, una generación m ás tarde, la Independencia. Gabriel
René Moreno ya señaló este paralelismo con el caso de los porteños, frente
a las invasiones inglesas. Ver Alipio Valencia Vega: "Desarrollo del pen­
samiento político en Bolivia. El coloniaje”, en Revista de Derecho (La Paz),
número 16 (1935), págs. 79 y sigts.
(28) A rturo Urquidi: “Labor universitaria”, Cochabamba, 1951, pá­
gina 90. Ver también Eufrosio V izcarra: “Biografía del general Esteban
Arze”, Cochabamba, 1910.
(29) Ver Guillermo Francovich: “El pen
Charcas”.
PROLOGO XXX

En el territorio que entonces se denominaba Nueva Toledo,


Alto P erú o Charcas (30), el prim er grito de independencia se
dió en 1809 (en Chuquisaca el 25 de mayo, y en La Paz el 16 de
julio), abriéndose un período de duras luchas, que llegará hasta
1825, después de la decisiva batalla de Ayacucho (9 de diciem­
bre de 1824).
Valencia Vega distingue tres momentos en el despliegue
Ideológico de estos quince años decisivos (31). L a revuelta de
1809, bajo el triple lema “Seguridad, propiedad y libertad”, es
el típico movimiento de los Cabildos americanos de aquellos
días. Sus ideas se exponen en el Plan general de Gobierno y en
la Proclama de la Ju n ta Representativa y de los Derechos del
Hombre.
Un segundo momento es el de las revoluciones altoperuanas,
que se producen en casi todos los centros urbanos, en septiem­
bre de 1810, siguiendo la línea de Buenos Aires, con un tono más
conservador y moderado que el anterior.
Finalmente, en 1820, la crisis se produce entre los propios
mandos españoles, al declararse L a Serna constitucionalista y
Olañate, que era quien mandaba en el Alto Perú, partidario del
rey absoluto (32). Si esto facilitó la independencia, por la habi­
lidad que tuvo la aristocracia criolla en aprovechar la división,
a los efectos ideológicos supuso un retroceso. De aquí la carac­
terística convivencia de la ideología liberal con la subsistencia

(30) Era ol viejo ‘‘Kollasuyo’’ una de las cuatro provincias del "Ta-
JlUftnUnsuyo’'; es decir, la Cierva de los “Kolla” o “A ym ará”. Sobre esta
época, ver Alipio Valencia V ega: “Desarrollo del pensamiento político en
Bollvla", I, en Revista do Derecho, año V, núm. 15 (1953), págs. 61 y sigts.
SI Alto Perú español, recién Incorporado al nuevo Virreinato del Plata,
comprendía cuatro Gobernaciones (subdivididas en distritos y Subdelega-
dones) : La Paz, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca.
(31) Alipio Valencia V ega: “Tres momentos en la ideología revolu­
cionarla de la Independencia”, en Revista de Derecho, año V (1953), nú­
mero 17, págs. 7 y sigts.
(32) Desde la independencia de Río de la Plata, el Alto Perú había
sido reincorporado al Virreinato de Lima.
XX MANUEL FRAGA IRIBARNE

del antiguo régimen social, en térm inos aún más acusados que en
otros países iberoamericanos.
Establecida la Independencia definitivamente, Sucre, el gran
mariscal de Ayacucho, dictó el Decreto de 9 de febrero de 1825
convocando elecciones para el día 25 de marzo. Se exigían fu er­
tes requisitos censitarios: 300 pesos p ara votar, 800 p ara ser
elegido, “o tener un empleo, o ser profesor de alguna ciencia que
se los produzca”. La Asamblea General debía reunirse en Oruro
el 10 de abril; la cual, después de proceder al examen de los
poderes, se inauguraría el 19.
E l gran m ariscal expuso su plan provisional de Gobierno:
“Deliberará sobre los destinos de las provincias y sobre su ré­
gimen provisorio de gobierno” ; y, m ientras la Asamblea no acor­
dara lo pertinente, continuaría el Gobierno m ilitar, ejercido por
“la prim era autoridad del Ejército libertador”, el cual “respe­
ta rá la resolución de esta Asamblea, con tal que ella conserve
el orden, la unión y la concentración del poder”, declarándose,
por o tra parte, nulos los actos en que se mezcle “el poder mi­
lita r”.
La reunión se retrasó al 10 de mayo, y se trasladó, asimismo,
a Chuquixaca (que pronto ha de tom ar el nombre de Sucre).
M ientras tanto, el Congreso general Constituyente de las P ro ­
vincias Unidas del Río de la P lata acordaba, el 8 de mayo de
1825, que el Alto Perú quedase “en plena libertad para disponer
de su suerte, según crean convenir mejor a sus intereses y a su
felicidad”. P or su parte, Bolívar, por Decreto de 16 de mayo
de 1825, declaró que estos territorios “no reconocerán otro cen­
tro de autoridad, por ahora y h asta la instalación del nuevo Con­
greso peruano, sino la del Gobierno supremo de esta Repúbli­
ca” (Perú). Pero la Asamblea continuó sus trabajos; formuló
la declaración de Independencia y decidió, sin esperar más, fo r­
m ar un “Estado soberano e independiente de todas las naciones,
tanto del Viejo como del Nuevo Mundo”. E l A cta de Indepen­
dencia lleva la fecha del 6 de agosto de 1825, prim er aniversario
de la batalla de Junín.
PROLOGO XXI

Bolívar aceptó la situación en su proclama del 1 de enero


de 1826: “Seréis reconocidos por una nación independiente”. Y
añadía: “Recibiréis la Constitución más liberal del mundo”. Así
anunciaba el envío de su fam osa “Constitución Boliviana”, en
cuyo proyecto trabajó personalmente con el m ayor entusiasmo,
y remitió, desde Lima, en junio de 1826, precedido de un gran­
dioso mensaje, el “Discurso del Libertador al Congreso Cons­
tituyente de Bolivia”. L a Asamblea (que ya había adoptado las
leyes provisionales de 13 de agosto de 1825 y 19 de junio de
1826) aceptó casi íntegram ente el proyecto, con leves enmiendas
de detalle y la adición del artículo 6, que sentaba el principio de
unidad religiosa (33).

- * V ■.■..»•y. '
B) La Constitución Vitalicia.

La Constitución Boliviana o Vitalicia merece especial estu­


dio e interés, por múltiples razones. Fué la prim era de Bolivia,
y, a pesar de que su vigencia fué apenas de dos años, no faltan
intérpretes que creen que su fondo pervive tra s la apariencia
de otros textos (34); tuvo una influencia decisiva en el desarro­
llo constitucional de otros países y en Perú fué adoptada casi a
la letra; marca, en fin, un hito decisivo en el pensamiento polí­
tico do la independencia hispanoamericana y, en particular, del
de Simón Bolívar, su más grande figura.
Quo Bolívar puso gran empeño y grandes esperanzas en la
---- ,-----—
(33) “La Religión Católica Apostólica Romana es la de la República,
con exclusión de todo otro culto público. El Gobierno la protege y hará
respetar, reconociendo el principio de que no hay poder humano sobre
las conciencias." Este último incisión fué la única concesión a las propues­
tas, más avanzadas, de Bolívar.
(34) Tomás Jaanuel Elio (a quien cita el profesor Trigo, autor del
presente volumen) sostiene que la variación entre los múltiples textos
constitucionales bolivianos es más aparente que real. “Desde que se fundó
la República no hay ni h a habido sino una Constitución política”, es decir,
la de 1826.
xxn MANUEL FRAGA IRIBARNE

Constitución, considerándola, como el fru to de todas sus expe­


riencias de aquellos difíciles años. E n su correspondencia de
aquellos años ocupan un lugar muy im portante las referencias
a la Constitución Vitalicia, como la gran—y tal vez la u lt im a -
esperanza de organización en form a de los nuevos Estados y de
su homogeneización p ara fo rm ar la gran Federación de los
Andes, que, a su vez, adoptaría análogas instituciones en su
organización central. Así, escribe a S ucre: “Se está imprimien­
do hoy mismo mi Constitución boliviana: ésta debe servir para
los Estados en particular y p ara la Federación en general, h a ­
ciéndose aquellas variaciones que se crean necesarias. Usted
debe dar el ejemplo, con Bolivia, a esta Federación, adoptando,
desde luego, la Constitución, que ha recibido una perfección casi
insuperable (35). Pando dice que es divina, que es la obra del
genio y que es la perfección posible. Todos recibirán esta Cons­
titución como el arca de la alianza y como la transacción de la
E uropa con la América, del E jército con el pueblo, de la demo­
cracia con la aristocracia y del imperio con la república” (36).
Bolívar cree, pues, haber encontrado la fórm ula que, sin renun­
ciar a los grandes ideales revolucionarios, perm ita establecer un
orden y un equilibrio: “los pueblos aguerridos en la anarquía
y veteranos en la revolución están todos clamando por un im­
perio, porque nuestras reform as han probado su incapacidad
para hacer el bien y su incompatibilidad con nuestros pue­
blos” (37).
E l proyecto fué, en efecto, remitido, no sólo a Bolivia, sino
a los otros Estados bolivarianos. E l 26 de mayo sale p ara Ve­
nezuela, con una carta al general Páez, al que dice, entre otras
cosas: “Mando a Ud. un proyecto de constitución hecho para
la República de Bolivia y el discurso analítico de ella. Creo que

(35) El subrayado es nuestro.


(36) C arta al gran m ariscal de Ayacucho, de 12 de mayo de 1826;
Bolivar: “Obras completas”, 2 vols.; La Habana, 1947, vol. I, páginas
1322 y sigts.
(37) Ib.
PRÓLOGO xm

sería conveniente im prim irla en Caracas, con el discurso al Con­


greso y que nuestros amigos dijesen en los papeles públicos lo
que ella puede contener de bueno, para prevenir los_ ánimos
cuando llegue el caso de la reform a constitucional en el año de 31.
Entonces podremos adoptar la parte que nos convenga de este
proyecto” (38).
Escribe también al general Santander, a Colombia: Mi pro­
yecto concilla los extrem os: los federalistas encontrarán allí sus
deseos realizados en gran parte y los aristócratas hallaran un
Gobierno permanente sólido y fuerte; los demócratas verán con­
servada la igualdad sobre toda cosa” (39). Seguro de las ideas,
escribe a José Joaquín de Olmedo p ara que le pula el estilo y la
baga conocer en Europa (40). Y son muchas otras las referen­
cias que encontramos por aquellos meses (41).
Esta fe en la Constitución boliviana y en su posibilidad de
adaptarla a otras Repúblicas andinas durará mucho en Bolívar,

(38) C arta al general Páez, de 26 de mayo de 1826; “Obras comple­


tas”, I, págs. 1339 y sigts. Y añade: “E sta Constitución es un término
medio entre el federalismo y la Monarquía.”
(39) C arta al general Santander, de 30 de mayo de 1826. "Obras com­
pletas”, I, págs. 1343 y sigts.
(40) "Deseo mucho que Ud. se interese en que sea traducida al francés
y al in-lés, después que Ud. haya pulido este miserable trabajo. Podría
también hacerse insertar en los diarios de esa capital y en los de Francia.
Pero lo que más me interesa es la corrección de usted” (Carta a José
Joaquín do Olmedo, de 2 de junio de 1826; “Obras completas”, vol. I, pá­
ginas 1364-5.)
(41) Asi, escribe el 3 de junio de 1826 al general Gutiérrez de la
Fuonte: "Todo el mundo me dice que mi Constitución puede servir de
mucho, pues que abraza todas las distancias y une todos los partidos. Por
lo que yo veo, todos han fijado su esperanza en ella, porque ven conser­
vada la libertad, la igualdad acompañada de la estabilidad y del orden.”
Al general Montllla le dice, el 7 de agosto de 1826: “Desde ahora, puedo
asegurar a Ud. que yo no encuentro otro medio de conciliar los intereses
encontrados de nuestros conciudadanos que el de presentar a Colombia
la Constitución boliviana, que, con algunas modificaciones, podría servir,
y aun así creo que este arbitrio no es suficiente: ni éste ni ningún otro."
("Obras completas”, I, 1912.) A Tomás Cipriano de Mosquera escribe, en
XXXV M ANUEL FRAGA IRIBARNE

sobre todo después de su aceptación en el P erú (42). Los acon­


tecimientos le siguen reafirmando en sus principios: “Los que
se han criado en la esclavitud, como hemos sido todos los ame­
ricanos, no sabemos vivir con simples leyes y bajo la autoridad
de los principios liberales” (43). A su juicio, “no somos capaces
de m antener Repúblicas; digo más, ni Gobiernos constitucio­
nales”, m ientras que “su proyecto p ara Bolivia reúne la Mo­
narquía liberal con la República más libre” (44).
Los ataques a la Constitución V italicia en el Perú le ponen

carta del 8 de agosto: "En él están reunidos todos los encantos de la Fe­
deración; toda la solidez del Gobierno central; toda la estabilidad de los
Gobiernos monárquicos.” ("Obras completas”, vol. I, págs. 1412-3.)
(42) Así, escribe al m ariscal Andrés de Santa Cruz: “Por acá todo
va bien: la organización de Venezuela m archa y se m ejorará dentro de
poco. El espíritu público está enteram ente de acuerdo con mis principios y
deseoso de aceptar la Constitución peruana, con las reform as que se le
han hecho por allá. Méndeme usted unos ejemplares de las reformadas,
aunque no será muy necesario; que he mandado a reim prim ir un ejem­
plar que he encontrado entre los de casa; ésta será m ás aceptable al
pueblo de Caracas, porque no tiene los defectos que la boliviana.” (“Obras
completas”, vol. I, pág. 65. Carta del 14 de marzo de 1827.) La verdad
es que las diferencias entre la Constitución peruana, de 9 de diciembre
de 1826, y la boliviana son mínima, y m ás de estilo o de ampliación de
algunas cifras al mayor volumen de la República. Hay alguna diferencia
en el enunciado de los poderes electorales (art. 26), en los del Poder Le­
gislativo (art. 30), ligeras variantes en las facultades presidenciales (ar­
tículo 83), etc. Por lo demás, la Constitución Vitalia fué fulminantemente
derogada muy poco después, por Ley de 11 de junio de 1827: “por ironía
del Destino la Constitución Vitalicia, cuyo título parecía asegurarle una
vida eterna, fué de todas las peruanas la que, con sus siete semanas de
vigencia, tuvo la m ás corta duración y la m uerte m ás tem prana” (José
Pareja Paz-Soldán: “Las Constituciones del Perú”, en la presente Colec­
ción. Madrid, 1954, cap. VI. “La Constitución de 1826”, págs. 157 y si­
guientes, cita a la pág. 158).
(43) C arta al general Páez, de 20 de marzo de 1827 (“Obras comple­
ta s”, vol. II, págs. 75-76).
(44) C arta de 26 de mayo de 1827; ' “Obras completas”, vol. n , pá­
ginas 111 y sigts.
PROLOGO XXV

de mal hum or (45). Sin embargo, en Bolivia resiste por algún


tiempo, y esto le reconforta (46). Durante todo el año 1829 se
aferra a la idea de su viabilidad, por lo menos en cuanto a la
estructura básica del Legislativo y el Ejecutivo (47) Cuando
las últim as esperanzas se derrumban, en la aceptación de su
fórmula, el Libertador en trará en esa sombría fase de pesimis­
mo que caracterizará sus últimos años (48).

(45) "Nada me im porta la Constitución boliviana. Si no la quieren,


que la quemen, como dicen que ya se ha hecho antes de ahora. Yo no
tengo amor propio en m aterias graves que pesan sobre la Humanidad.
(Bolívar & Santa Cruz, carta de 8 de junio de 1827; “Obras completas , vo­
lumen H, págs. 118-119.) (Los subrayados, del original.)
(40) “Se ha restablecido en Bolivia la Constitución boliviana y están
mandando todo y muy favorablemente a nosotros los vitalicios.” (Carta al
general MontHla; "Obras completas”, vol. II, pág. 618.)
(47) "MI opinión sobre el Gobierno es que el Ejecutivo y el Legisla­
tivo de Bolivia sean los modelos de nuestra nueva form a: no porque sea
obra mia, sino porque concilla muchos intereses. Además, tiene el mérito
do flor ya conocido este sistema, y de haber sido bien recibido en aquel
país, puesto que el pueblo lo ha restablecido.” (Carta al Dr. José M.5 del
Castillo Rada, de 20 de junio de 1829; “Obras completas”, vol. II, pági­
nas 675 y sigts.) Y el gran mariscal Andrés de Santa Cruz, presidente
de Bolivia, le escribe el 25 de junio de 1829: “Ruego a Ud., con enca­
recimiento, que no permita, si le es posible, m udar la naturaleza del Eje­
cutivo y Legislativo de esa Constitución. Los otros dos Poderes admiten
mil mejoras y hasta podría absorberlos, en parte, el ejecutivo, que bien
lo necesita para sor lo que debe ser.” Y aún añade: “Colombia ha vuelto
ya de sus Ilusiones, do tal m anera que el Gobierno boliviano le parece ya
una bicoca. Su Ejecutivo será adoptado con más rigor que el de Uds.” (Car­
ta d t. “Obras complotas”, vol. II, págs. 683-4.)
(48) "No hay buena fe en América, ni entre las naciones. Los tra ta ­
dos son papeles; las Constituciones, libros; las elecciones, combates; la
libertad, anarquía; y la vida, un tormento.” (Texto de 1829; “Obras com­
pletas", vol. II, pág. 1304.) Aún m ás patética es la carta al general Juan
José Flores, fechada en Barranquilla el 9 de noviembre de 1830, poco antes
de morir. “Mi querido general: Usted sabe que yo he mandado veinte
años y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos. Primero,
la América es ingobernable p ara nosotros; segundo, el que sirve una revo­
lución a ra en el m ar; tercero, la única cosa que se puede hacer en Amé­
rica es em igrar; cuarto, este país caerá infaliblemente en manos de la
X XV I MANUEL FRAGA IRIBARNE

Mas ¿qué era, en definitiva, la solución al problema político


hispanoamericano que ofrecía Bolívar en su Constitución Boli­
viana? Bolívar buscaba, como vimos, una fórm ula más realista
que las primeras, intentadas por los nuevos países independien­
tes. Él nunca había sido un extrem ista: pero quien se confor­
maba en el Congreso de A ngostura con una República parlamen­
ta ria (49), aspira ahora a un régimen más sólido, centrado en
la Jefatu ra del Estado vitalicia. Veamos cómo presentaba la
cuestión al Congreso Constituyente de Bolivia.
E n su discurso plantea claramente la cuestión. “Vuestro
deber—dice—os llama a resistir el choque de dos monstruosos
enemigos, que recíprocamente se combaten, y ambos os atacarán
a la vez: la tiranía y la anarquía” (50). Buscando el equilibrio
de las fuerzas políticas, establece, por una parte, un cuarto po­
der, el Poder electoral: “Los Colegios Electorales de cada pro­
vincia representan las necesidades y los intereses de ellas y sir­
ven para quejarse de las infracciones de las leyes y de los abu­
sos de los M agistrados. Me atrevería a decir con alguna exac­
titud que esta representación participa de los derechos de que
gozan los gobiernos particulares de los Estados federados”. Y,
en efecto, había el suficiente federalismo para que el propio Bo-

multitud desenfrenada, p a ra después p asar a tiranuelos casi impercepti­


bles, de todos colores y razas; quinto, devorados por todos los crímenes
y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos;
sexto, si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo,
éste sería el último período de la América.” ("Obras completas”, vol H,
páginas 595 y sigts.)
(49) “El sistem a de Gobierno m ás perfecto es aquel que produce
mayor suma de felicidad posible, m ayor suma de seguridad social y mayor
suma de estabilidad política”, decía ya entonces el Libertador (“Discurso
en la instalación del Congreso de A ngostura”, del 15 de febrero de 1819).
Ver el texto completo en “Obras completas”, II, págs. 1132 y sigts., donde
propone como modelo la Constitución británica (pero entendida a la m a­
nera de Montesquieu 1, adaptada al sistem a republicano.
(50) Discurso del Libertador al Congreso Constituyente de Bolivia.
Bolívar: “Obras completas”, vol. n , págs. 1220 y sigts.
PRÓLOGO X X V II

lívar pensara más tarde que era necesario debilitar este poder,
en provecho del Ejecutivo.
E n la versión prim era, cada diez ciudadanos designan un
elector. P ara serlo “no se exigen sino capacidades... debe saber
escribir sus votaciones, firm ar su nombre y leer las leyes” ; y
“ha de profesar una ciencia o un arte que le asegure un alimento
honesto”. Empiezan a em erger los doctores, al lado de los gene­
rales, como piezas m aestras del nuevo edificio político.
El Poder Legislativo tiene una estructura tricam eral: habrá
asi siempre un árbitro de los otros dos Cuerpos. P or lo demás,
las tres Cámaras, de indudable inspiración en la obra de Lieyé3
y Bona parte, tienen funciones de control en diferentes sectores
de la actividad estatal. P o r o tra parte, como observa Manuel
Vicente Villarán, “la organización legislativa estaba calculada
para dar la supremacía a los elementos representativos de la
tradición y del orden” (51).
L a pieza esencial era la Presidencia v italicia: “E l Presidente
de la República viene a ser en nuestra Constitución como el sol,
que, firme en su centro, da vida al Universo” (52). P or eso ha de
ser una M agistratura de por vida: “En él estriba todo nuestro
orden, sin tener por esto acción”. En efecto, “la Administración
pertenece toda al Ministerio, responsable a los Censores y su­
jeta a la vigilancia celosa de todos” (53). Al frente de la misma
está el Vicepresidente, con derecho de sucesión; “el Presidente
de la República nombra al Vicepresidente para que adm inistre
ol Estado y lo suceda en el mando”, y “por esta providencia se
evitan las elecciones, que producen el grande azote de las repú­
blicas, la anarquía” (54). E n el ejercicio de sus funciones, “el
Vicepresidente es el M agistrado más encadenado que ha servido

(51) "Ensayo sobro las ideas constitucionales de Bolívar’', en Revísta


Universitaria, Lima, 1916.
(52) "Obras completas”, n , pág. 1223.
(53) H, pág. 1224.
(54) Ib.
xvhi M ANUEL FRAGA IRIBARNE

el m ando: obedece al Legislativo y al Ejecutivo de un Gobierno


republicano” (55).
Finalmente, el Poder judicial goza “de una independencia
absoluta: en ninguna parte tiene ta n ta ” (56).
Bolívar consideraba que estos complejos contrapesos darían
estabilidad al Estado iberoamericano. “Sin responsabilidad, sin
represión, el Estado es un caos” (57). ¿A certó en la fórm ula?
Su idea básica era la de establecer un régimen m ixto: “de­
bemos mezclar la form a m onárquica con la popular que hemos
adoptado”. Como observa Giménez Caballero, “quería mezclar...
la tradición monárquica española con la novedad norteam erica­
na de Filadelfia”. Aún se discute h asta qué grado quería llegar
de influencia del principio monárquico, que por aquellos años
tuvo una gran atracción sobre los colaboradores del L iberta­
dor (58). El representante francés Buchet-M artigny dice por
entonces: “todos piden un Gobierno, si no monárquico, que se le
asemeje bastante”. Lo que no está claro es la posición exacta
que ocupa la Constitución boliviana en este juego: p ara unos,
no es más que el disfraz de la Monarquía (59); p ara otros, su
más completa antítesis (60). La verdad es, como dice Villarán,
que Bolívar, al revés que Napoleón, “si tenía la imaginación
monárquica, era republicano por instinto” (61). Lo que propone
(55) Ib.
(56) XI, pág. 1225.
(57) H, pág. 1226.
(58) Desde 1825, varios militares (Páez, Mariño, etc.) querían “apear
a Santander y a sus letrados granadinos” ; de aquí el orden de ideas que
lleva a la idea monárquica, m ientras que Bolívar y otros optan por el
cesarismo vitalicio. Ver sobre esto, P a rra Pérez: “La Monarquía en la
Gran Colombia”, Madrid, 1957.
(59) Gil Fortoul dice: "Su presidente, siendo vitalicio, equivalía a un
monarca constitucional.” El propio Buchet de M artigny pensaba que “una
Presidencia vitalicia, con facultad de designar al sucesor, no es más que
un Trono adornado con una librea republicana”. Por su parte, el general
Briceño escribía por entonces (cuando se preparaba la reform a constitu­
cional de la Gran Colombia): “Al menos, tenemos que ofrecer la Consti­
tución boliviana a la Gran Convención, y un rey constitucional puede
PROLOGO X X IX

es una form a desviada de republicanism o: un Gobierno cesaris-


ta, basado en la opinión pública, la confianza dem ocrática y la
veneración nacional. Prefigura ideas que volverán y hechos que
no han dejado de ser en Hispanoamérica. A esta tendencia se fué
aproximando cada vez mas el Libertador, reforzando la P resi­
dencia, como ya vimos.
Sin embargo, el más profundo y fino interprete del pensa­
miento político de Bolívar, el peruano Víctor Andrés Belaúnde,
cree que el Libertador no acertó en la formulación de sus pro­
pósitos, en la Constitución boliviana, y que esto explica su fra ­
caso en cuanto tal. A su juicio, aunque el Código boliviano está
en la linea del pensamiento realista, o, si se quiere, conservador
de Eollvar (62), no corresponde a su mejor momento: las ideas
frescas en el Plan de A ngostura (1819), cuando las cosas esta-
*¡ünripero~el Libertador no puede ofrecer a la Convención un proyecto
de Monarquía, porque no seria decoroso por su parte: pero, si la Gran
Convención quiere, puedo coronarlo.” (Cit. por P arra Pérez, op. cit., pá­
gina 234.)
(60) El cónsul inglés Sutherland creía que la Constitución boliviana
estaba hecha contra el Brasil, liquidando el Imperio y la esclavitud con
un frente unido de Repúblicas fuertes. "Bajo la influencia del título de
Presidente Libertador y de la palabra República, hubiera conmovido hasta
en b u s fundamentos al imperio brasileño; lo que no podía hacer coronán­
dose.” (Cit. por P a rra Pérez, págs. 237-238.) Bolívar, en realidad, lo que
pidió a la Oran Convención Colombiana fué lo mismo que a los Congre­
so* de Bolivia y Perú: "un Gobierno firme, poderoso y justo” y unas “leyes
Inexorable#". Como dico P arra Pérez, “un cesarismo legal, un régimen, en
•Urna, mucho más cercano a la dictadura, que comenzaban a implantarse
en nuestra América, que de la Monarquía inglesa” (op. cit., pág. 242).
(61) A rt cit.
(62) Siendo b u s verdaderos discípulos los que “han intentado la tarea
siempre muy difícil, y a menudo imposible, de adaptar la esencia de las
Instituciones republicanas a las necesidades de un Gobierno estable, fuerte
y eficiente, como Portales y los autores de la Constitución chilena de 1833;
Alberdi y los redactores do la Constitución argentina de 1853; Bartolomé
H errera y los constituyentes peruanos de 1860; Rafael Núñez y Miguel
Antonio Caro, restauradores de la unidad colombiana, etc. Cfr. Víctor
Andrés Belaunde: “Bolívar and the political thought of the Spanish Ame­
rican Revolution”, Baltimore, 1938, pág. XH.
XXX M ANUEL FRAGA IRIBARNE

ban aún m ilitarm ente muy comprometidas, se vuelven rígidas


y frágiles en el momento del apogeo victorioso, para frustrarlo
en su institucionalización. A su juicio, Bolívar se olvidó del
prudente modelo inglés, para sentir el peso del recuerdo napo­
leónico y su Constitución del año VIII (muy influida por Lieyés,
caduco y escéptico). Intentando atraerse, a la vez, a los fede­
rales y a los jacobinos, con las facultades dadas a las Juntas
Electorales, cometió un doble erro r: destruir la autonomía mu­
nicipal y federalizar la vieja intendencia. Por otra parte, el com­
plejo mecanismo legislativo, que no desmiente el mismo origen
napoleónico, no gustó a nadie, y el Prim er Cónsul, rebautizado
de Presidente -Vitalicio, asustó a muchos, m ientras que la Ad­
ministración quedaba muy débil. E l sistema, demasiado com­
plejo y lleno de errores, cometía uno básico: intentar fundar un
régimen m ixto sobre los extrem os del cesarismo y la demago­
gia, sin nada en medio p ara conciliarios. Por o tra parte, en una
República vitalicia las crisis políticas sólo se resuelven por
golpe de Estado, si no se llega a una dictadura permanente, con
total anulación de los otros poderes (63).
Lo cierto es que el propio Bolívar consideraba su plan un
experimento, y que este experimento hacía falta: un Gobierno
fuerte, un Ejecutivo personal está fuera de cuestión en H ispa­
noamérica (64), y la conexión entre las más altas m agistraturas
y el mando m ilitar, un fenómeno más que normal (65). Pero
sigue sin resolver, más que en parte, el problema de la sucesión,

(63) Belaunde: Op. cit., pág. 250.


(64) En Hispanoamérica no ha habido nunca "gobierno de ios jueces” ;
el de Asamblea h a sido fugaz, y el directorial, excepcional, confirmando
lo regla. El "unicato” es la m ag istratura característica y, como observa
el profesor Trigo, "en vigor, si el Ejecutivo es laxo, sobre todo en socie­
dades como la boliviana, corre el peligro de engendrar el desgobierno y
la anarquía, antesalas de regímenes tiránicos o despóticos” (“Derecho
Constitucional Boliviano”, pág. 611).
(65) En Bolivia, el Presidente, sea quien fuere, tiene el rango de capi­
tán general del Ejército (art. 95 de la Constitución vigente).
PRÓLOGO XXXI

que Bolívar intentó resolver con una fórm ula original, aunque
fallida (66). , . ,
Después del fracaso de la Constitución boliviana, seguirá
una larga teoría de textos constitucionales, vinculados, en ge­
neral, a los gustos del personaje político dominante. Bajo Santa
Cruz, se establecen las Constituciones de 14 de agosto de 18ol
y 16 de octubre de 1834, y se realiza, de 1836 a 1839, el intento
de la Confederación peruano-boliviana. Sigue la Constitución de
28 de octubre de 1839 (Velasco), la de 11 de junio de 1843 (Ba-
llivián), la de 20 de septiembre de 1851 (Belzu), la de 29 de julio
de 1861 (Achá), la de 17 de septiembre de 1868 (M elgarejo), la
de 9 de octubre de 1871 (Morales), la de 14 de febrero de 1878
(Da*a) (67), la de 17 de octubre de 1880. La Asamblea Constitu­
yente de 1899 confirma la anterior, por ley de 23 de octubre; y lo
mismo hizo la Constituyente de los años 1920-21 (después de la
revolución de 12 de julio de 1920). Después de la revolución de
25 de junio de 1930, la Ju n ta M ilitar provoca el referendum de
11 de enero de 1931, sobre el texto de unas reform as que fueron
Incorporadas a la Constitución por Decreto-ley de 23 de febrero
do 1931 (68). La Convención Nacional, convocada después del
desastro del Chaco, en 1938, dió lugar a la Constitución de 28
do octubre de 1938. El 24 de noviembre de 1945 (Presidencia de
Villarroel) so realizó un retoque parcial. La revolución del 21
do julio do 1946 dió lugar a la confirmación provisional de la
Constitución de 1945, por ley de 10 de mayo de 1947, y a la con­
vocatoria do un Congreso Constituyente, que, por leyes de 20 de
«eptlembre y 26 de noviembre del mismo año, aprobó varias re-

(66) Marlu» Andró encuentra analogías entre el pensamiento de Bo­


lívar en este punto y ol poco posterior de Comte sobre la “sucesión so-
clocrdtlca”.
(67) Las Constituciones de 1868, 1871 y 1878 contienen, en realidad,
escasas variantes respecto de la de 1861.
(68) Una ley descentralizados (ley Orgánica de Administración De­
partamental, de 17 noviembre 1932), que hubiera equivalido a una refor­
ma constitucional, fué votada el 26 de noviembre.
X X X II MANUEL FRAGA IR IB ARNE

form as que dieron lugar a la Constitución vigente, de 26 de no­


viembre de 1947 (Presidencia de Herzog), la número 14 de las
que ha tenido Bolivia.
El profesor Trigo que, como ya vimos, cree que, en la reali­
dad, la variación de las instituciones políticas h a sido mucho
menos, cree que en la form a, el cambio se ha debido a las exce­
sivas ambiciones de los textos: “N uestros textos constitucio­
nales—dice—, elaborados por hombres de “élite”, más que una
modulación adecuada a la estructura real del país, constituyen
expresión form alizada de un program a de acción o conjunto de
aspiraciones, que no pudo alcanzar cumplida realización” (69).
Esto nos obliga a indagar en la realidad sociológica boli­
viana del último medio siglo, p ara bucear los problemas de su
actual estructura política.

n i . — E l m om ento pr e sen te .

A) Las nuevas fuerzas 'políticas.

Bolivia accede al siglo xx en un momento de profunda tran s­


formación, que destaca en medio del terrible tejer y destejer de
su dinámica política.
A p artir de 1880, después de la prim era de las mutilaciones
del territorio nacional (70), se observa una progresiva formali-

(69) “Derecho Constitucional Boliviano”, pág. 161.


(70) Producida por la guerra del Pacífico, 1879. En el lindero del
silo se producirá la crisis de Acre (1900 y sigts.) y en 1939, la del Chaco.
Perdidos los tres pleitos, parece cerrarse lo que Pando llama “el periodo
geográfico” : m ientras que se ha ido reconstruyendo, en la medida de lo
posible, un sistem a geopolítico racional por la vía diplomática. Así, en
lo referente a la salida al Pacífico, la Convención de Tránsito chileno-
boliviana, de 16 de agosto de 1937, ha sido completada, en 1950, con la
no aplicación de ciertos impuestos. P a ra el Atlántico, los tratados con
Brasil (1938) y la República Argentina (1941) han sentado las bases para
pr ó l o g o xxxm

zación de la estructura económico-social y poliica del país. A


l os de base únicamente personalista (71), o bien oca-
p a r t i d o s

■' sional (72), sucede una base dualista de oposición, que en la


Asamblea de 1880 cristalizó entre los grupos liberal y conser­
vador (73), que pronto se consolidaron en el partido Liberal (o
Militar), dirigido por el general Camacho, y el partido Conser­
vador (Constitucional o Civilista), heredero de los antiguos “ro­
jos” y partidario de la paz y la reconstrucción. Con ellos se abre
1& etapa actual de los movimientos políticos bolivianos (74).
Antea de fin de siglo se produjo un fenómeno decisivo:
la entrada del estaño en la vida económ ica—y política— del
pala (75). Entre 1898 y 1899, el estaño pasa de 63 a 144 libras
esterlinas la libra (76). De momento, se produjo una cierta eufo-

Ift construcción do loa ferrocarriles Santa Cruz-Corambá y Santa Cruz-Ta-


CUltwi, enlazando lo» sistemas ferroviarios de estos países con el de Bolivia.
<71) Cruclataa, balllvlanlstas, balcistas, dacistas (de Cruz, Ballivián,
Belzú, D aza...), etcétera.
(72) Septembrlstas, octubristas, decembristas. Hubo, desde luego,
raicea mda profundas en algunas de estas adscripciones. Los “belcistas”
eran un movimiento popular de los Clubs que adoran a Belzú, al que lla­
maban ''Tuta”, o sea, padre. Los “septembristas”, o "rojos”, vinculados a
la dictadura do Linares, eran un grupo aristocrático, idealista y teori­
zante. Vor Ciro F. Trigo: "Derecho Constitucional Boliviano”, páginas
344 y algia.
(73) "Querreroa" y “pacistas” los llama Mariano Baptista, porque el
primer motivo do diacrcpancta fué la continuación, o no, de la guerra a
ultronM.
(74) Ver Alberto Comojo: "Program as políticos de Bolivia”.
(70) Ver Altplo Valencia Vega: "Desarrollo del pensamiento político
«1 Solivia", IV, on Revista de Derecho (La Paz), año VI, núm. 19 (1954),
páginas 42 y algta.
(70) Casi al mlamo tiempo, el auge del caucho hizo perder a Bolivia
!a segunda guerra Imperialista. En 1899 se crea Puerto Alonso, sobre el
rio Aere, y su aduana recaudó un millón de pesos, pero despertó la in-
qulotud de loa lntereaea brasileños. El aventurero español Luis Gálvez
proclamó la Independencia de la República del Acre. En 1903, Plácido
Castro logra la intervención brasileña y la anexión consiguiente del te­
rritorio.

J
X XX IV MANUEL FRAGA IRIBARNE

ria económica, con los ingresos derivados de la minería y las


indemnizaciones pagadas por Chile y Brasil a cambio de los te ­
rritorios anexionados (cobradas ambas en 1904), se construye­
ron ferrocarriles, que, por lo demás, pasaron muy pronto a con­
trol inglés.
E sta transform ación económica trajo consigo un cambio en
la clase dirigente: la “oligarquía liberal”, formada, sobre todo,
por gerentes y abogados de las grandes empresas (en su mayo­
ría, controladas desde el extranjero), se fué superponiendo al
viejo patriciado latifundista. E stos se defienden con la form a­
ción del “movimiento republicano” en 1914, que logrará el poder
en la revolución de 1920, para dividirse, en 1921, en un partido
Republicano “genuino”, al lado de Salamanca, y un partido Re­
publicano “de gobierno”, o saavedristas, por apoyar a Saave­
dra (77). E n 1928, el partido Nacionalista, del Presidente H er­
nando Siles, inició un nuevo desarrollo social, truncado por la
Revolución de 1930 y disuelto en 1935, para surgir en su lugar
la “célula socialista” de Enrique Baldivieso, que, unida a otras
fuerzas, crea la Confederación de Fuerzas Socialistas, más tarde
partido Socialista (78). Ha llegado la influencia m arxista, fil­
trada por el indigenismo peruano, sobre todo en la obra de Ma-
riátegui y del libro de Gustavo A. N avarro (79).
Caído Siles, y su partido de la Unión Nacional, que era, sobre
todo, de clase media, volvieron los conservadores de todas clases,
ahora unidos: los terratenientes, como “republicanos genuinos”,
y los intereses mineros o financieros, la “rosca” (80), como “libe-
(77) En 1917 se había hecho un breve intento de partido radical, en
tomo a la grain figura intelectual de Franz Tamayo, que no tuvo acceso
a las masas.
El partido saavedrista p asará a ser, en 1931, el partido republicano-
socialista (de un socialismo moderado). Ver, sobre todos estos partidos,
la citada obra de Alberto Cornejo, “Program as políticos de Bolivia”.
(78) Que, a su vez, se bifurca en "independientes” y "notificados”.
(79) Con el seudónimo de T ristán Marof publicó, en 1924, “La justicia
del Inca”, con el lema: “tierras al indio, minas al Estado”.
(80) “Rosca” es el nombre que en el país se viene dando a los grupos
PRÓLOGO XXXV
rM s- -
„ w , Su t r i o d o (Presidencia de Salamanca) se vió truncada
£ r l a ' i X del Chaco, en .a eual, después de, salitre y el eau-
S o , los intereses petroleros venían a cruzarse en el destino del

derrota en la guerra del Chaco tra jo nuevos avances ideo-


lófficos v en realidad, un sacudimiento en toda la vida naciona ,
semejante al que en E spaña produjo el desastre del 98. Se afirma
1» Influencia marxista, dividida en una com ente stalm ista (PIR,
OPartido de Izquierda Republicana) y otro de inspiración trots-
k|8ttt (POR, o Partido Obrero Revolucionario). Los mismos g ru ­
po« conservadores han de recurrir, de modo característico, a
cartel socialista: en 1946 se funden los Partido Republicano Ge­
nuino. Republicano Socialista y Socialista, creando la Union So­
cialista Republicana. Aparece un partido Comunista, sin rodeos,
y la Acción Social Democrática. E n las elecciones de 19ol, con
un electorado reducidísimo, que no produjo más de 130.000 vo­
tantes, hubo seis candidaturas presidenciales, integrada cada
una por varios grupos. Pero estaba ya en m archa lo que había
do ser el aglutinante de las nuevas inquietudes sociales del pue­
blo boliviano: el Movimiento Nacional Revolucionario (M. N. R .).

B) La situación económico-social.

Bolivia llega a nuestros días con una precaria situación eco-


nómlco-soclal, en la que intervienen factores muy complejos.
El 80 por 100 de la población se dedica a actividades agro­
pecuarias, que aportan sólo el 30 por 100 de la ren ta nacional.

mineros y ftnancleron quo lo dominan económicamente. Ya en 1847, Belzú


levantó las masas contra la “rosca” ; derrotado y muerto por Melgarejo,
dste proparó, con sus torpezas, el desastre del Pacífico. Pero la expresión
íuó usada por primera vez por el presidente Saavedra para referirse a
un grupo do directores del Banco de la Nación.
En la actualidad, se usa la palabra en un sentido parecido al que
tiene la “oligarquía” en la Argentina, y "rosquero” equivale a “oligarca”.
XXXVI MANUEL FRAGA IRIBARNE

Sólo se cultiva el 2 por 100 de la superficie del país, que perte­


nece a 150.000 propietarios y a 4.148 comunidades indígenas. El
Estado es propietario de los dos tercios del territorio, pero esta
inmensa ventaja p ara una reform a agraria apenas si había sido
utilizada, hasta los últimos años. Las razones son varias, una
de ellas, la anormal distribución de la población (81). P or otra
parte, la agricultura es “incipiente y em brionaria... deficiente
incluso para abastecer las propias necesidades del país” (82).
Hay unanimidad para reconocer que, entre otros factores, pesan
al respecto un elemento imperialista, de “intromisión de pode­
rosas fuerzas extrañas” y, por otra parte, la pervivencia de un
sistema semi-feudal de explotación agraria. Dentro de este pro­
blema se inserta la situación del indio, que en muchos casos
sigue siendo un siervo de la gleba y, en todos, la víctima princi­
pal de los defectos del sistema, y ello con un particular aban­
dono del Estado. Al respecto, escribía Franz Tamayo en 1910:
¿Qué hace el Estado por el indio? Nada. ¿Qué hace el indio por
el Estado? Todo” .
Sobre esta descuidada y anacrónica estructura agraria, se ha
montado en los últimos tres cuartos de siglo la superestructura
de las grandes industrias extractivas. Domina el cuadro el es­
taño, para muchos bolivianos “El metal del Diablo”, como en la
novela de Augusto Céspedes. Tres grandes grupos (Patiño, Ara-
mayo y Hoschild) dominan el proceso de extracción y exporta­
ción: los tres tienen sus oficinas en Nueva York y sus directores
son norteamericanos, lo que explica, en parte, el anti-imperialis-

(81) En el altiplano, que sólo comprende el 16 por 100 del área, y la


menos fértil, vive el 25 por 100 de la población. En cambio, los valles (con
el 24 por 100 del área) y, sobre todo, los ubérrimos llanos orientales (con
el 60 por 100), están mucho menos poblados.
(82) Urquidi: "El problema agrario en Bolivia”, en op. cit., pági­
nas 181 y sigts. Ver el informe de la C. E. P. A. C.: "El desarrollo agrí­
cola de Bolivia”, 1951; Alfredo Sanjinés: “La reforma agraria en Boli­
via , 2.’ edición, 1945; Gustavo Salas Linares: “Antecedentes jurídicos de
la reforma ag raria de Bolivia”, en Revista de Derecho (La Paz), año VII
(1955), núm. 23, págs. 41 y sigts.
PROLOGO xxxvn

tno común a la mayoría de los program as políticos bolivianos.


Todos realizan beneficios colosales (83), que sólo en parte muy
pequeña revierten a la renta nacional.
Como es lógico, el problema tiene implicaciones muy com­
plejas. Al lado de la “gran m inería”, que es la “rosca” por exce­
lencia, hay mineros medios y pequeños. Todos tienen dificulta­
des comunes: el estaño de Bolivia es de rendimiento inferior a
los filones aluviales malayos, y los largos transportes por ferro­
carril encarecen la exportación. P o r eso, Patiño sindicó sus in-
tercses bolivianos con los del sudeste asiático y con los fundi­
dores de Liverpool, m ientras que Aramayo y Hochschild lo hi­
cieron Con grupos norteamericanos. Sólo hay dos fundiciones en
el mundo para refinar los concentrados del estaño boliviano: las
vde William Harvey, de Liverpool, y la de Longhorn, en Texas;
y aún esta última es una instalación de guerra (de cuando los
japoneses controlaron la península malaya) ynom inalm ente tra ­
baja con pérdida, por lo que sólo se mantiene por razones estra-
s tégicas.
En todo caso, los minerales suponen el 40 por 100 de las
exportaciones de Bolivia, según el informe Boham, para el pe­
riodo de 1936 a 1940; y el estaño sólo representa del 73 al 80
por 100. En su extracción trab ajan unos 80.000 mineros (de los
quo dependen 320.000 personas) (84), generalmente en pésimas
condiciones (85) de trabajo, remuneración y seguridad social.
Por Otra parte, existiendo en tiempos normales una cierta su­
perproducción mundial de estaño, y una gran sindicación de los
compradores anglosajones, el precio del producto propende a ser
bajo y, en períodos de crisis económica, a derrumbarse.

(88) SI grupo Patiflo, que es el principal de estos grupos, con un


capital de $ 10.131.640 (moneda americana), realizó en 1950 beneficios
netos del orden del 43 por 100 ($ 4.419.726, según Mody’s Industrials, 2 de
Junio do 1951).
(84) Ricardo Anaya: "Nacionalización de las minas de Bolivia”, Co­
chabamba, 1952.
(85) Cfr. los Informes Magunder (1943) y Bloomfield (1947).
xxxvm MANUEL FRAGA IRIBARNE

E l problema se agrava por la situación crónicamente mala


de las finanzas públicas. P or ejemplo, los em préstitos concer­
tados por el Presidente Saavedra lo fueron en tales condiciones
que su servicio exigía, en 1926, el 65 por 100 de las rentas pú­
blicas (86), y en 1931 el país se declaró en bancarrota. No con­
tribuyen ciertam ente a m ejorar esta situación la inestabilidad
política, las dificultades que esto ocasiona para una eficiente y
continua acción adm inistrativa (87), y los problemas de la re­
lación de un Estado débil con los grandes grupos financieros in­
ternacionales (88).
Sobre este cuadro de inestabilidad económica e injusticia so­
cial, hay que situar el tremendo revulsivo de la guerra del Chaco,
con la tercera derrota consecutiva y una nueva mutilación (89).
(86) D urante veinticinco años, éstas deberían ser recaudadas por una
Comisión fiscal permanente, integrada por un ministro boliviano, un re­
presentante del Departamento del Estado y un banquero neoyorkino.
(87) En 1942, el 53 por 100 del presupuesto fué para sueldos y sala­
rios. Había, dicho año, 23.114 funcionarios de la Administración (frente a
15.447 en 1937), cifra que no comprende los ramos legislativos, judicial
y m ilitar (ver Palza: Op. cit., pág. 8). Georges Langrod entiende que la
administración boliviana es ineficaz, costosa, poco competente y politiza­
da ("La vida adm inistrativa en el extranjero, Bolivia”, traducción en la
Revista de Derecho, 1954, núm. 20, pág-s. 79 y sigts., cita a la pág. 88).
Con muy buena intención, la Constitución de 1938 quiso obligar a todos
los funcionarios públicos, civiles, militares, eclesiásticos, antes de su toma
de posesión, a declarar sus bienes y rentas; creándose, por Ley de 17 de
noviembre de 1941, el Registro Nacional de Bienes de Funcionarios pú­
blicos, anexo al Ministerio de Justicia, con asiento en todas las capitales
de Departamento (Decreto reglam entario de 12 de diciembre de 1942). Pos­
teriormente, por razón de economías, se refundió el Registro en una Sección
de la Contaduría General, y fué “cayendo en desuso”.
En la actualidad está en estudio una reform a a fondo (ver el “Antepro­
yecto de ley de Servicio Civil de la República de Bolivia”, en Revista de
Derecho, año VII, 1955, núm. 24, págs. 133 y sigts.).
(88) La expropiación de las instalaciones petroleras de la Standard
Oíl dió lugar a una difícil situación, que no se cerró hasta 1942, con el
pago de una importante indemnización.
(89) Bolivia perdió un gran territorio y cincuenta o sesenta mil jó­
venes, más la fe en sí misma. Mandos m ilitares extranjeros, como el coro-
PRÓLOGO JVA-A-XA.

La guerra de “la sed y la asfixia" hizo sentir estas dram áticas


..... sensaciones a todo el pueblo boliviano, produciendo una auto­
crítica y, en definitiva, la Revolución Nacional. Los ex comba­
tientes que empiezan a regresar desde el armisticio de 1935
(aunque el Tratado de Paz no se firmó hasta 1938), vuelven deci­
didos a la revisión nacional.

O La Revolución Nacional.

Doa fuerzas principales encauzaron políticamente estas in­


quietudes: una sociedad secreta m ilitar, originariam ente la logia
.Mariscal Santa Cruz, y más tarde denominada la RADEPA (de
ufüZÓD do patria”), y un movimiento de masas, el Movimiento
Nacionalista Revolucionario, o M. N. R. Al frente de este úl­
timo apareció una gran figura de dirigente intelectual y polí­
tico, el profesor Víctor Paz Estensoro, decidido a “crear una
conciencia revolucionaria en el país” (90).
Ambas fuerzas tuvieron una influencia decisiva en la revo­
lución del 20 de diciembre de 1943, “la 191 revolución en 118
años de vida independiente”, como la llamó Alcides Argue-
das (61), que derribó al Presidente Peñaranda, trayendo al Poder

fiel Harta Kundt, antiguo Instructor del Ejército (de quien había sido cola­
borador el famoso capitán E m ts Roehm), intervinieron en la política para
acabar de desacreditar la situación.
(90) Ver Paz Estensoro: "Discursos y Mensajes", Buenos Aires, 1952,
página 87.
(01) L a historia do este período ha sido escrita, sobre todo, por los
enemigos del M. N., en un todo tremendista, como en los libros de Al­
berto O stria Gutiérrez “Una revolución tra s los Andes”, Santiago de
Chtlo", 1044, y “Un pueblo en la cruz: el dram a de Bolivia”, 2.* edición,
Santiago, 1946. En ellos se inspira Germán Arciniegas para el capítulo
"Bollvla, land of tin, m llltary and gallows fru it”, de su libro “The State
of Latin America” (N. York, 1952, págs. 119 y sigts.), en el cual reconoce,
sin embargo, que el M. N. R. está apoyado por la mayoría del país (pá­
gina 134).
XL MANUEL FRAGA IRIBARNE,

la Ju n ta presidida por Juan Gualberto Viliarroel. E ste Gobierno


hubo de actuar en las difíciles circunstancias de la segunda
parte de la Guerra Mundial, siendo tildado por sus adversarios
de totalitario, pro-nazi, etc. Term inada la guerra, la presión se
hizo muy fuerte, hasta culminar en la revolución de julio de
1946: el 19 tuvo lugar la “m archa de la libertad”, y Viliarroel
intentó en vano salvarse, separando de su Gobierno a Víctor
Paz y al M. N. R., que eran su único apoyo popular. Su propia
dimisión, el 21, no impidió su trágico linchamiento (92), seguido
por el de varios de sus colaboradores, con reminiscencias de las
escenas junto al cadáver de Mussolini, m ientras el Ejército per­
manecía en sus cuarteles.
Se formó entonces una Ju n ta de Gobierno, presidida por el
ilustre jurisconsulto Tomás Monje Gutiérrez. De momento, las
fuerzas que habían derribado a Viliarroel form aron el F rente
Democrático, pero éste perdió pronto su cohesión, surgiendo dos
candidaturas a la Presidencia: las de los señores Enrique H ert-
zog y Luis Fernando Guachalla. Triunfó el primero, apoyado
por el Partido de la Unión Republicana Socialista (P. U. R. S.),
frente a la coalición que seguía a Guachalla: partidos Liberal,
Social Demócrata y Partido de la Izquierda Republicana
(P. I. R.), pudiendo entenderse que el primero quedaba un poco
a la derecha del segundo, de posición más bien centrista. P or
lo demás, una vez afirmado en la Presidencia el Dr. Hertzog, en
las elecciones de 5 de enero de 1947, por el escaso m argen de
443 votos, se formó un Gobierno de concentración, en el que el
propio Guachalla aceptó la cartera de Relaciones Exteriores.
Bajo este Gobierno se realizó la reform a constitucional de la
que procede el texto constitucional aún hoy vigente.
(92)—- Viliarroel fue colgado de un farol. El palacio del Gobierno pre­
senció una tragedia más, en una larga lista iniciada en 1661, cuando fué
asesinado el corregidor Cristóbal Cañedo. En 1816, Yáñez fué linchado,
y en 1865, Belzú murió de un tiro, cuando recibía a Melgarejo. En 1872
fué muerto el presidente Morales. En 1875, el palacio fué incendiado por
las turbas, que sitiaban a varios ministros del presidente Frías, siendo
desde entonces conocido por el Palacio Quemado.
pr ó l o g o XLr

A pesar de las dificultades, el M. N. R. no perdió el aliento


de las masas populares, y, estando Víctor Paz exilado en Buenos
Aires su partido reapareció victorioso en las elecciones al Con­
greso! de 1 de mayo de 1949. El Presidente Hertzog dimitió poco
después, tras haber resignado el mando en el Vicepresidente don
Mamerto Urriolagoitia. Poco después, el 29 de mayo, comen­
zaron las rebeliones en las minas, en cuyas masas influye cada
vez más el líder Juan Sechín Oquendo; m ientras que el P. O. R.
aporta su apoyo al M. N. R. E n una lucha trágica y confusa, el
Gobierno logró m antenerse algún tiempo con el apoyo del E jer­
cito. Pero mientras la popularidad del Gobierno seguía dismi­
nuyendo, la oposición amplió su base, firmándose en Santiago
de Chile (el 7 de octubre de 1950) el Pacto C. O. S. P. I. (Coali­
ción de Organismos Sindicales y Partidos de Izquierda), en el
que, al lado del M. N. R. se alinearon el P. I .R . (Partido de Iz­
quierda Republicana) y el P. O. R. (Partido Obrero Revolucio­
nario). E l program a básico seguía siendo el de la fuerza más
Importante, el M. N. R. (93), pero con una tendencia general
m¿fl extrem ada: nacionalización de minas y ferrocarriles, re­
forma agraria, nacionalización del comercio exterior, resisten­
cia al imperialismo, logro de un puerto en el Pacífico, relaciones
con los países de democracia popular y distribución equitativa
de los puestos de gobierno.
A si Be llogó a las elecciones de mayo de 1951. El grupo gu­
bernamental presentó a Gabriel Gozálvez, m ientras que Víctor
Fashubo do dirigir su propia campaña electoral desde el exilio.
En un ambiente muy tenso, se celebraron los comicios; de un
Cuerpo electoral do 214.828 votantes sólo tomaron parte 126.123,
O sea, .el 59 por 100. Víctor Paz Estensoro obtuvo 54.129 votos,
frente a 40.381, Gozálvez. E ra la prim era vez que el Gobierno
perdía una elección presidencial.
Los grupos gubernam entales intentaron resistir, sobre el

(93) Ver Movimiento Nacionalista Revolucionario: “Program a de


acción y principios", La Paz, 1942.
XLII MANUEL FRAGA IRIBARNE

hecho de que Paz sólo había obtenido el 43 por 100 de los su­
fragios emitidos, en cuyo caso correspondía al Congreso la elec­
ción entre los dos candidatos más votados. Mas era ya tarde
p ara este tipo de maniobras, y el Presidente U rriolagoitia optó
por entregar el Poder al Ejército, a pesar de la resistencia ini­
cial de éste. Se constituyó, en efecto, una Junta, presidida por
el general Hugo Ballivián Rojas, que anuló las elecciones del 6
de mayo, disolvió el Congreso y confirmó las garantías del Poder
Judicial.
Fué entonces cuando la Revolución volvió a revalidar su ca­
rácter de auténticam ente nacional: el 9 de abril de 1957 el pue­
blo se lanzó contra el E jército y logró imponerse (94). Se ne­
goció una tregua, en la que intervinieron el Nuncio y los Em ba­
jadores de Brasil y de Chile. El 15 de abril llegó, procedente
de Buenos Aires, Paz Estensoro, que poco después asumió la
Presidencia. Con él llegaba al Poder el M. N. R., con el apoyo
del grupo sindical de Sechín (95) y otros grupos menores, de
tendencia socializante. El antiguo catedrático de la Universidad,
donde había sido m aestro de juventudes, regresaba, después de
seis años de exilio, para encontrarse con el Poder, pero no sin
graves problem as: políticos, con toda una máquina política des­
montada, y las masas, arm adas, en la calle (96); económicos, con
la presión exterior de un momento de baja internacional del es­
taño; y sociales, con la necesidad de realizar, en un plazo razo­
nable, una parte im portante de las reivindicaciones postuladas
en el program a del Movimiento.
La tarea realizada desde entonces, en un histórico período
presidencial, y en su continuación por el que fué, bajo Víctor
Paz, Vicepresidente, Sr. Siles, h a tenido, por de pronto, la no-

(94) El M. N. R. tuvo de su p arte al general Seleme, ministro de


Gobierno, que suministró armas, y las fuerzas de Carabineros y Policía.
(95) F. S. T. M. B., cuyo program a se form ula en las tesis de Pulu-
cayo (1S46).
(96) El Ejército fué depurado y se organizaron Milicias populares, con
una fuerza de unos cincuenta y cinco mil hombres.
pr ó l o g o
xun

^ ^ no nlasm ar en una reform a constitucional. Y, sin em-


éste ha sido uno de los períodos de más profunda reform a
S e a de Bolivia. Se ereó un E jército popular; se reformo el
S e m a electoral, dándose el voto a todos los mayores, £ vein-
« ú n años o a los casados de m ás de dieciocho. Se creo la C. O. B.
S t e a l O brera Boliviana), poderosa Central sindical cuya m-
fluencia ha llegado, efectivamente, a todos los resortes de l a m a
Quinaria política (97). En 1956 se crea la Corte Nacional Elec-
£ a p ro án d o se un nuevo E statu to electoral, eon prim a a

^ PeroTos^randeH aspectos de la reform a tienen su asiento


en la ordenación económico-social. El nuevo regimen ha a ca-

iS
do a fondo los problemas básicos que hemos ido aludiendo, co
p la n e a d o r a (98). El 2 de octubre de 1952 se orea
^ C o rp o ra c ió n Minera de Bolivia. El 21 de octubre del mismo
año, ol Gobierno proclama el A cta de la Independencia cono
mica de Bolivia. El Decreto Supremo numero 3.o36, de 21 de
octubre de 1953, crea la Comisión Nacional de Coordmacicn y
Planeamiento. __
Al mismo tiempo, se acomete el problema de la Reforma

(97) Asi! por ejemplo, la COB, por acuerdo de 23 de julio de 1946,


ha establecido lo siguiente: "Con carácter imperativo, los senadores y di­
putado* sindicalistas (sujetarán su actuación a la siguiente plataform a de
acción parlamentaria...” (art. 1). El incumplimiento se sanciona con la
expulsión de Ja COB, encomendándose el control a unos “jefes de sector
parlamentario". Ver Allpto Valencia Vega: “¿Provoca la COB innovación
parlamentaria en Bolivia?”, en Revista de Derecho, año VIII, 1956, nú­
meros 27-28, pdg*. 29 y sigts.
(98) Ver W alter Guevara Arze: “Plan inmediato de política econo­
mía» del Gobierno do la Revolución Nacional”, cuaderno 16 de la Revista
do Derecho, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, 1955 (segunda
vorsión, después del primer esbozo, en el “Plan de diversificación de la
producción", 1953). Ver, además, las "Conferencias sobre desarrollo eco­
nómico, presupuesto, estabilización y racionalización de empresas econó­
micas", en el cuaderno 18 de la propia revista (1955), y el artículo de
J. Néstor García “Planificación orgánica de la Economía boliviana”, en
Revista de Derecho, año VH (1955), núm. 24, págs. 23 y sigts.
XLIV
MANUEL FRAGA IRIBARNE

Í a r i? m Z n “ • ,N ' R' Preflere deoir' de Ia “revoluoiin

creto Supremo nùmero 03 471 d 27 d T ? P°r ^


tituyó el Servicio Nacional de Z ì i f° * 1953’ 86 ins*
el Decreto Supremo de 19 d^ orma A graria. Poco después,
miento para la devolución A y0 ^ 1954 r6gUl0 eI Procedi-
Io que afecta a todas las Comumdades indígenas,
desde 1900. onvertidas en propiedad privada,

de iu n ^ d e ^ R S ^ 6' 61 DeCreto Supremo número 03.441, de 30


«STa
portantes (ICO). an a
^Ref°rmadekEd-
Ptado varias medidas im-

ni, m n i r m l l o T l ^ l Z l é n d ^ 1 ^ ^ ^ reform as-


_______ ’ n de sus resultados efectivos (101).
(99) Ver Fausto Reinap-* • “r „ ,
Abraham Maldonado: "Planifiranv; re UClón naci°nal y el indio”, 1952;
de Derecho, año VIII (1956) núms 2<¡* a^ raria”- en Revista
(100) Bolivia tenía ' 8’ paS s- 87 y sigts.
está vinculado en gran p a r te T ^ c lm b ^ tfa f C¡°n universitaria, y a ella
Las del presente no pueden entend ^ ^ ^ ldSaS politicas y sociales.
versltarla, „ c . ^ “ “ oX 2 Z ’ l ? “ '* « “ ” ■ «“ •
que culmina en la Declaración d* aUtonomista de !°* años 1928-1930,
ria Boliviana (F. U. B.) v el • P Clpi0s de la Federación Università-
cretos-leyes de 1 de julio de aUt°nórnico establecido por los De-
Universidad y el Reglamento GenP ’ ,SSg deI E statuto General de la
de 1941. »lamento General aprobado en el Consejo de Rectores
Ahora se tra ta de llevar ir,» ■
la “educación de base” a las masas"** 1C1°S ^ ^ enseñanza P ^m aria y de
(101) Es menester el tra n sc u ™ *■
Indole. P or lo que se refiere a H % P° Para Cmit¡r juicios de esta
vado que “de nada valen las a f p J * a§Taria’ con razón se ha obser-
han superado los sistem as l f * dotaciones de tierra, si no se
Por otra parte t Z l / , ' (A‘ MaIdonad°. art. ci.).
parte. !a dependencia de los precios exteriores subsiste en
PROLOGO X LV

Baste la comprobación de que estamos en el momento de una


sueva época política, bajo el signo de lo social.
Un reciente libro (102) publicado en Bolivia intenta gene­
ralizar el fenómeno inscribiéndolo dentro de los cambios parale­
los del área iberoamericana. “Las Repúblicas m archan ahora
—se dice—hacia la etapa de su madurez política: síntomas vi­
sibles, acentuados por una fisonomía propia, denotan la apari­
ción y existencia de modalidades políticas que, sin estar libres
por completo de influencias exteriores, se manifiestan con carac­
teres neta, peculiar e intransferiblem ente americanos” (103). La

Alto prado; y, como observa el ministro general Arze, "cuando estos últi-
tnotf, que ee encuentran fuera de nuestro control, bajan, se produce la
quieto* económica del pal*, la miseria y la amenaza del desorden políti­
co“ (“Mari Inmediato de política económica", cit., pág. 15). Es un ejemplo
tipleo de la* dificultades do un país, subdesarrollado para superar por si
miento «UJ dificultades, sin un alto grado de asistencia técnica y financia­
ción exterior; mientras que las hipotecas que las carreras de armamen­
to* Imponen a las grandes potencias dificultan su apoyo a fondo de estos
problemas.
El Presupuesto do 1953 demuestra que a Bolivia sólo le fué posible
dedicar a finalidades do desarrollo económico, propiamente dicho, más
que el 3 por 100 do sus gastos públicos, frente a un 14 por 100 de obliga­
ciones dol Estado; 15 por 100, de Defensa; 28 por 100, de Administra­
ción en general, y 40 por 100, de servicios sociales (incluso Educación).
La dlvorslflcaclón de la producción ha avanzado algo, como lo revelan los
«{fruientes datos de exportación en 1955: minerales, 97 millones; petró­
leo, 0 millones; producto* agropecuarios, 3 millones; varios, 1,5 millones
(dólares USA).
(109.) Arturo Vitola: "Interpretación de la Historia sudamericana. El
féflómen© polltiOO*CUlturar\ La Paz, 1953.
(108) Página 133. A juicio del autor, las tendencias políticas actuales
MFlftfl las siguiente: 1.* "La herencia política y cultural dejada por el ré­
gimen Colonial español está siendo sustanciasmente transform ada por las
peculiares condiciones del desenvolvimiento social y económico que privan
on cada uno do los países sudamericano". 2.» “Afán de dar vida y desarrollo
a formas político-sociales que traducen un sentido nacionalista entera­
mente nuevo" al "servicio do “una cultura y una política típicamente lati­
noamericanas, o, por mejor decir, indioamericanas”. 3.® “Las instituciones
políticas... muestran un carácter realista y se adaptan cada vez m ás a las
X LV I MANUEL FRAGA IRIBARNE

dirección, sin embargo, no difiere mucho de la de otros Con­


tinentes: “una democracia económica o socialista... o, por lo me­
nos, un cuerpo de instituciones favorables al bienestar colecti­
vo”, sobre la base de “seguridad económica para el individuo
y la sociedad” (104). Tal ideal tiende a sustituir a los principios
liberales del siglo xix, pues estos países, en los umbrales de su
madurez política” (105), piensan que la libertad no resuelve los
problemas de la sociedad; los plantea solamente” (108).
Estamos, pues, ante un momento de revisión profunda de los
ideales y de los métodos de organización política. Se sigue h a­
blando de democracia, pero con realismo (107). Se prefiere la
continuidad a la perfección; porque, “en regla general, ninguna
revuelta ha consolidado nada” (108). A la luz de estos datos ha
de entenderse el momento presente del constitucionalismo boli­
viano.
Tal evolución, desde los idealismos de comienzos del siglo xix,
está bien reflejada en la trayectoria de los constitucionalistas
bolivianos, hasta el autor de la presente obra, de riguroso mé­
todo jurídico; pero que no olvida las implicaciones sociológicas
y políticas de las estructuras constitucionales. Él mismo lo ha

condiciones económicas y las necesidades sociales de cada República”


4.« “Las nuevas doctrinas políticas dominantes en los pueblos sudamerica­
nos han dejado de inspirarse en los principios del liberalismo tradicional
y decadente”: aceptan la democracia, pero completándola en buena parte
con form as de expresión socialista.
(104) Página 205.
(105) Vilela: Op. cit., pág. 192.
(106) Texto de Agustín Alvarez, que añade: “La verdad del sufragio
no puede hacer ricos a los hombres, ni siquiera consolarlos, como la Re­
ligión."
(107) “¿Puede hablarse de democracia en un país de condición semi-
colonial, de hondas diferencias sociales, sometido al dominio oligárquico
de escasas minorías, y que, por añadidura, tiene un 80 por 100 de analfa­
betos, marginados, casi en absoluto, de la vida civil y política?” (A. Ur-
quidi: Op. cit., pág. 174).
(108) Colmo: “La Revolución en la América Latina”, Buenos Aires
1932.
PROLOGO X L V II

expuesto en un reciente artículo (109): basta ver los diferentes


títulos de las Cátedras universitarias. E n el Reglamento Orgá­
nico para los Colegios (1827) se denomina “Derecho público na­
cional, la Constitución y las leyes orgánicas de la Repúbli­
ca" (110). E n 1832, el E statu to de la Universidad Mayor de San
Andrés prescribe el “Estudio del Derecho N atural y de Gentes,
del Derecho Político, Civil y Penal” (111). Poco después del E s­
ta tu to Orgánico de las Universidades, don Luis Velasco publica
su “Curso de Derecho Público” (112), con el que se inicia el
tratam iento académico de la disciplina en Bolivia, y que fué
uno de los primeros tratados sistem áticos de Iberoamérica. Pero
h asta el siglo xx no se introducen los métodos históricos y so­
ciológicos que devuelven a la disciplina su rango dentro de la
Ciencia política.

Permítasenos, finalmente, el decir dos palabras sobre la per­


sonalidad del ilustre autor del presente volumen.
E l profesor don Ciro Félix Trigo nació en la ciudad de Tarija
(Bolivia) en 1915. Cursó sus estudios secundarios en T arija y
La Paz, y los universitarios, en L a Paz y Santiago de Chile;
realizando después ampliación de estudios en E uropa y Estados
Unidos. H a sido Diputado Nacional en varias ocasiones, desde
1942, y ha desempeñado las carteras de A gricultura y de Go­
bierno.

(100) Ciro Félix Trigo: "Notas sobre la historia de la Cátedra de De­


recho Público", en Revista do Derecho (La Paz), año V, núm. 15 (1953),
página» 51 y sigta.
(110) El articulo 134 señala como texto la obra de Benjamín Constant,
"mientras haya o tra obra elemental más acomodada a la form a de Go-
blomo adoptada en la República”.
(111) El texto eran las "Institutions du droit de la nature et de gens”,
de Rayneral.
(112) Antes de éste, se utilizó el del español don Ramón Salas, reim­
preso en Lima y también en Sucre.
xlvhi MANUEL FRAGA IRIBARNE

Desde 1943 es, por concurso, Catedrático titu la r de Derecho


Constitucional, de la Facultad de Derecho de la Universidad Ma­
yor de San Andrés. Distinguido abogado y periodista, es autor
de varias obras, entre las que destaca su m agistral “Derecho
Constitucional boliviano” (113), excelente obra didáctica, digna
continuadora de la tradición de los Luis Velasco, José Manuel
Gutiérrez, José S. Quinteros, Luis Paz, José Carrasco, José Ma­
ría Gutiérrez y Tomás Monje. Además, es autor de una cuidada
edición de la Constitución vigente (114) y de otros trabajos so­
bre el mismo tem a (115).
Con este volumen se da un nuevo e im portante paso en la
obra del Profesor Trigo y en la tarea de esta Colección de “Las
Constituciones Hispanoamericanas’’.
M. F raga I r ib a r n e .
Diciembre de 1957.

(113) Buenos Aires, 1952.


(114) “Constitución Política del Estado”. Notas y concordancias.
5.» edición, La Paz, 1951.
(115) “Reseña Constitucional Boliviana", La Paz, 1950.
■i.
m ïj’- '

PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRELIMINAR
jL

M ed io f ìs ic o .

La sociología nos enseña que p ara conocer un pueblo, debe­


mos enfocar al hombre, que es el sujeto, siendo el medio, el cli­
ma y la economía sus atributos.
Analizaremos sucintam ente cada uno de estos factores (1),

(1) "Bolivia —decíale Jaim e Mendoza a Rubén Darío— es el país


do los contrastes.” Y agregaba: “Su topografía, su clima, sus produccio­
nes, sus monumentos y sus habitantes constituyen un conjunto de elemen­
tos tan heterogéneos, que no parece que form aran parte de una sola na­
ción. Quien ha viajado, no sólo por una región de Bolivia, sino por todo
su territorio, no puede menos que quedar pasmado ante la multiplicidad
do cuadros, a cual más inconexos y curiosos, que le presenta este país. Ya
se lo ve aplanado por enormes m esetas que cansan los ojos con su per­
petua monotonía y que ejercen en sus moradores una acción achatante
quo loa singulariza por modo muy particular; ya está erizada por com­
plicadas serranías y cordilleras, cuyos colosales picachos guarnecidos de
eterna nieve, parecen gigantes embozados en túnicas imperiales de a r­
miño, que contemplan en actitud monolítica la sucesión de los siglos; ya
está horadada de valles profundos y sinuosas quebradas, donde se ven
mil accidentes del terreno, como las proyecciones de un cinematógrafo;
ya bordado do praderas y selvas Inmensurables, en cuyo seno bulle una
vida activa y desbordante; ya está bañado por ríos larguísimos y miste­
riosos lagos como el Poopó y el legendario Titicaca, que guarda la poética
tradición do los Hijos del Sol, La prim era vez que recorrí Bolivia de ex­
tremo a extremo, me pareció ir por un país de ensueño. Viéndome en la
árida reglón que mira al Pacífico, y ascendiendo a la Altiplanicie andina,
sentíame hastiado por la uniformidad del panoram a que se desarrollaba
i CIRO FÉ L IX TRIGO

empezando por m ostrar las características geográficas y climá­


ticas del territorio que actualm ente form a Solivia.

ante mis ojos. Aquella sabana terrosa, con su aspecto sepulcral, su frío,
sus brumas, sus espejismos, sus pajonales y su silencio se me antojaba
detestable. Como el navegante que en alta m ar no ve más que agua y
cielo, yo, perdido en aquel océano de tierra, no veía más que la inmensa
bóveda azul volcada sobre la inmensa llanura sin color. No se divisa ni
un arbusto. Yo deseaba ver cuadros m ás variados. Tenía la nostalgia de
los árboles. La desnudez de la pampa, su serenidad, su quietud, su mu­
tismo, infiltraban en mi espíritu un sentimiento m ortal de desaliento. Aquella
era una región exánime, maldita. E ra la tristeza hecha tierra. E ra la pe­
trificación de la inercia y la austeridad. Y bien. Poco después me hallaba
en el otro extremo de Bolivia. Estaba, según mis deseos, en la región
de los árboles. ¡Qué árboles! Ahora eran gigantescos vegetales sembrados
por el suelo como soldados en ejército sin fin, los que form aban sobre mi
cabeza una bóveda verde y fresca, bajo la cual caminaba días, semanas,
meses. Ahora ya no más perspectivas ilimitadas y aburridoras. Yo habi­
taba en palacios pletóricos de verdor y de perfumes. Y ya no me deprimía
el ambiente de la pampa agria y silente. Los árboles, el suelo, el agua y
el aire eran hervideros de seres; laboratorios de energía, campos de una
batalla fenomenal. Y de los árboles, del suelo, del agua y del aire, brotaba
sin descanso la sinfonía intraducibie de una vida fastuosa y triunfante.
Pero, al cabo, esto también me cansó. El árbol dominador, desmesurado,
omnipotente, llegó a causarme empacho. Me hallaba como en una sun­
tuosa prisión. Deseaba que mi vista se explayase en horizontes m ás am ­
plios, como los del Altiplano. Y tuve la nostalgia de la pampa. Y si antes
ésta me había hastiado con su aire de tierra muerta, ahora sentíme tam ­
bién fatigado con el derroche de vida que veía en mi redor. Pero ¿ cómo
escapar? E ste m ar de verdura se extendía h asta el otro mar, hasta el
Atlántico.
’’Después visité otros puntos de Bolivia. Navegué durante temporadas
largas por sus interminables ríos, descendía a sus hondos valles y trepé
a sus vertiginosas cordilleras, y en todas partes continué admirando lo
variado y caprichoso de esa tie rra extraordinaria. Todo se opone en Bo­
livia: las ubérrim as tierras calientes al desolado Altiplano, el frío al calor,
lo bello a lo deforme, lo miserable a lo rico. Sus mismos habitantes. El
bravo y feroz aym ara es distinto del quechua apacible; y ninguno de ellos
es asimilable al bárbaro del Noroeste o del Oriente boliviano. Y aun pres­
cindiendo de los tipos autóctonos, en el mismo elemento criollo se notan
profundas diferencias, como si en él estuvieran m arcadas las anfractuo-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVU O

La influencia que ejerce el medio físico sobre una nación

gidades y relieves de su suelo desigual. Las poblaciones constituyen ver­


daderos extremos. Santa Cruz, ciudad tropical situada apenas a algunos
Cientos de m etros sobre el nivel del mar, con su calor de zona tórrida,
rodeada de vegetación lujuriosa y poblada de gente de tipo marcadamente
español, es muy diferente de Oruro, población de clima siberiano, cons­
truida en medio de un desierto, a miles de metros de altu ra y con habi­
tantes en los que predomina el tipo indígena. Escalonemos entre esos dos
extremos las demás poblaciones bolivianas y ni así se tendí á una idea
neta do su variedad. Potosí es un pueblo encaramado sobre una gran se­
rranía y parece estar trepando hacia el cono gigantesco de plata y estaño,
que fué asombro del mundo. L a Paz, al contrario, está hundida en una
hoya, y al verla del borde del Altiplano, hace la impresión de una ciudad
acarreada en m asa por inmenso aluvión al fondo de un precipicio; y el
viajero so adm ira de que a nuestros antecedentes se les hubiese ocurrido
ir a edificar esa ciudad —hoy la más populosa de Bolivia— en aquel es­
tupendo agujero. A veces, h asta en un mismo sitio, hay aglomeración de
elementos incongruentes, superposiciones extravagantes. Lo prehistórico
se junta a lo actual. Las edades se dan la mano. Lo gigantesco e impo­
nente so codea con lo pequeño y vulgar. En Tihuanacu, la humilde choza
del indio está adosada a monumentos colosales, extraños e inmemoriales,
Obra do una civilización desaparecida. Todo, pues, contribuye a hacer de
Bolivia un país lleno de curiosidades y rarezas. H asta en su historia se
ve la desproporción y la incoherencia. Su advenimiento a la vida nacional
fué extraordinario. La misma guerra de la Independencia que le precedió,
SO caracteriza por el desconcierto con el que obraban sus caudillos. Nadie
M subordinaba a un plan regular y fijo. Todos obraban por su cuenta y
riesgo. V eln embargo, con elementos tan variados se ha formado esta
naolenalidad. He aquí la razón do quo Bolivia sufra mayores dificultades
que otros patee* pora llegar a su degnltlva constitución. El trabajo de in­
tegración de BU* diverso* componentes está aún por hacerse. La unifica­
ndo d« Bolivia, empegando por lo físico, es más difícil que en otros pue-
WOS de «truetura má* homogénea y sencilla. Esos países con amplia
Al mar y que constituyen agregados a los cuales es fácil el acceso
de la Olft inmigratoria, de la industria y del comercio, es lógico que se
Adelanten a este pueblo mediterráneo que, metido entre sus montañas,
pampa* y selvas do corto gigantesco, tiene que desarrollar una suma de
etfuerzo mayor, proporcionalmento, que aquéllos p ara ir por el mismo
camino. En realidad, es más bien sorprendente que este país, hecho <on
elementos telúricos y humanos tan contradictorios, aún se m antenga en
pie. Quiere decir que acaso posee energías latentes, aunque dispersas, que
6 CIRO FÉ LIX TRIGO

está fuera de toda duda, pues existe una interdependencia entre


territorio y habitante (2).

lo sostienen. Hace falta que esas energías se fundan y formen un solo


bloque, capaz de ejercer acción virtual fija. H asta entonces la nación no
habrá aparecido. Porque, al presente, valga la verdad, ella no existe en
forma categórica y definitiva, como no existe en otros países que no son sino
conglomerados informes de cosas y de hombres que se rechazan o no
se conocen. Bolivia sufre las consecuencias de la disparidad de sus fac-
toies étnicos y de la complejidad de sus condiciones geológicas. E s un
pueblo aún no acabado de form ar; y sólo el día que se haya realizado
un trabajo de aproximación efectiva, de sim patía honda entre sus com­
ponentes, habrá cumplídose el ideal de los que erigieron nación, una, libre
y soberana. Hay que decir que p ara eso se requieren varias condiciones.
Desde luego un buen vínculo de hierro que junte el árbol con el yermo,
la cordillera con la pampa, al aym ara con el guarayo. Ese día se acerca.”
(Trabajo escrito por Jaime Mendoza p ara Rubén Darío, publicado con el
título “Bolivia” en la revista Mundial, de París, y en el libro “P rosa Po­
lítica”, Rubén Darío, Ed. Mundo Latino, Madrid, pág. 113.)
(2) Carlos Badía Malagrida, autor de “El factor geográfico en la
política sudam ericana”, “afirmaba que los pueblos latinoamericanos vivían
divorciados de su geografía y que a esa anómala situación se debían no
sólo la inestabilidad política, sino también la violencia y discordias inte­
riores que habían caracterizado su vida republicana. Proponía la creación
de unidades políticas basadas rigurosam ente en la geografía, p ara con­
seguir form as equilibradas de vida y el establecimiento de vigorosas con­
ciencias nacionales”. En el régimen de confederaciones que planeaba, el
territorio de Bolivia lo distribuía entre las confederaciones del Plata, del
Pacífico y del Brasil. Frente a esa tesis, que estimaba a Bolivia como
un conglomerado, Jaim e Mendoza afirmó su an ti tesis, según la cual nues­
tro país, “no obstante la multiplicidad y divergencia de sus relieves fí­
sicos, y m ás bien al amparo de ellos, está llamado a realizar una m ara­
villosa unidad.” (V. "El Macizo boliviano", La Paz, Imp. Amó Hnos., p á­
gina 20.)
Jaime Mendoza, sociógrafo determinista, asignaba la máxima impor­
tancia al factor geográfico como elemento constitutivo de la nación. P ara
él, el medio físico hace al hombre. "Una montaña, un río, un bosque —afir-
ma nos dictan normas. La Audiencia Real de Charcas se erigió tomando
como basamento el macizo de Charcas. Los españoles también no pudie­
ron menos de seguir las sugestiones del medio.” En rigor, la sociología
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA ‘
4

Las condiciones físicas del territorio boliviano, que es una


síntesis geográfica del continente, donde existen regiones mon­
tañosas, valles y llanos, no han sido favorables p ara un fácil
y rápido desarrollo. Pese a los dones que le ha prodigado la
N aturaleza, es un país de una geografía mal conformada o com­
pleja (3). .
Situada en el corazón del continente sudamericano, Bolivia
tiene un área de 1.098.581 kilómetros cuadrados; su vasto te ­
rrito rio comprende una gran meseta central, circundada por al­
ta s m ontañas que se extienden h asta las costas del Pacífico, y
grandes ríos y selvas tropicales que llegan h asta las planicies
bajas amazónica y platense. Ocupa la parte m ás alta del conti­
nente y presenta como característica principal de su configu­
ración geográfica el macizo andino, al que Humboldt denominó
“el promontorio de América”. Lim ita con A rgentina, Brasil,
Chile, Paraguay y Perú, lo que prueba su posición central, que
justificadam ente le ha deparado su condición perm anente de ser
" tie rra de contactos”. Por su extensión territorial, del tercer
lugar que ocupaba Bolivia en Suramérica, ha pasado al quinto,
pues en el pasado y presente siglo ha sufrido varias desmem­
braciones territoriales causadas por litigios sobre fronteras, que
la obligaron a sostener más de una guerra internacional.

moderna noa indica que tal factor hay que considerarlo como condición
y no como causa dotcrmlnante del desenvolvimiento social.
Alberto Ontrla Gutiérrez, asigna el destino de Bolivia en función de
£U posición geográfica. Dice al respecto: “Situada en el centro de la
América meridional, cabecera de los tres grandes sistemas hidrográficos
—Amazona», Plata y Pacifico—, nexo entre dos océanos, limítrofe de cinco
nactone», obligado paso de norte a sur y de este a oeste, la geografía
impone a Bolivia, no una función aisladora y de aislamiento, sino de atrac­
ción, de articulación, de unión, soldadura entre los países que le rodean."
<"Una obra y un destino”, Buenos Aires, 1946.)
(3) "Este complicado país boliviano... L a complicadísima geografía
boliviana, cuyo macizo montañoso constituye el substracto básico de su
nacionalidad... Morfológicamente —elemento arquitectónico—, Bolivia es
un complejo montañoso típico. Es una sola montaña..." (J. Mendoza, ob. cit.,
páginas 2, 4 y 6.)
8
CIRO FÉ L IX TRIGO

La extensa cordillera de los Andes, que emerge desde el es­


trecho de Magallanes, se bifurca al llegar aproximadamente al
paralelo 21a- de latitud su r p ara im irse nuevamente al norte en
los nudos de Vilcanota y Apolobamba, a los 14? de latitud. Sur­
gen así dos cordilleras principales en la orografía de Bolivia,
aparte de múltiples sierras m arginales vinculadas con el doble
sistem a de cadenas. Oriental o real, la una, que penetra al in­
terior del país, y en la que están situados los m ás altos picos
nevados, como el Illimani, Illampu, H uaina Potosí, M ururata
y otros. Occidental o de la costa, la otra, es exterior y sirve para
delim itar a Bolivia de Chile, destacándose por sus soberbios
grupos montañosos, como el de P arin a-k jo ta y Sajama, el de
Lirim a y Llica y otros. E n tre ambas cordilleras, como un gi­
gantesco paréntesis, está la gran extensión de tierra alta y pla­
na, denominada altiplanicie, cuya altitud varía entre los 3.700
y 4.000 m etros sobre el nivel del m ar; su extensión dentro de
Bolivia —pues por el norte se prolonga en el Perú y por el sur
en Chile y A rgentina— es superior a doscientos mil kilómetros
cuadrados, representando aproxim adam ente la quinta parte de
todo el territorio nacional. El Cuzco al norte y Potosí al sur,
ciudades epónimas, son los vigías perm anentes de la inmensa
altipampa. En medio de ella, unidos por el río Desaguadero, es­
tán los lagos Titicaca (4) y Poopó.
La altiplanicie m uestra un cuadro de seca desolación, con un
clima frío, una flora sumamente escasa y -una fauna pobre. Los
medios para la alimentación son muy reducidos, pues la tierra
es yerm a y sedienta (5). Los valles próximos, estrechos y ce-

(4) Titicaca etimológicamente significa roca o m ontaña de plomo.


Es el lago m ás alto del mundo, que posee una flota mercante y diversos
peces, entre los que se destacan inmensas truchas. Sobre él ejercen con­
dominio Bolivia y Perú.
(5) Don Bartolomé Mitre, que recorrió en cabalgadura la altiplanicie,
la describe como “una llanura inmensa y árida”, contrastándola con “el
cielo más espléndido y transparente del universo”. No cree que exista “un
paisaje m ás agreste, más triste ni m ás grandioso a la. vez”. ("Las Ruinas
de Tiahuanacu”, Hachette, Buenos Aires, 1954; pág. 101.)
las CONSTITUCIONES DE BOLIVIA £

rrados situados en las estribaciones de las m ontañas y denomi­


nados yungas, son los que proveen de abundantes fru ta s y donde
se cultiva la coca, de la que la población indígena hace un in­
tenso consumo. Los minerales, en esta región, son la inm ensa
riqueza, y sabido es que desde la época más rem ota, los Incas
explotaban ya las minas de plata por medio del fuego.
El cuadro mágico que presentan los Andes bolivianos, poi
la cautivante belleza de sus sempiternos picos nevados y la m a­
jestuosa severidad de la cordillera, no tiene parangón en el
mundo. Ofrece un panoram a cósmico de excepcionales contor­
nos. De ahí que el célebre n atu ralista francés Alcides D’Orbig-
ny hubiese dicho': “N ada he visto en los Pirineos ni en los Al­
pes que se parezca, ni siquiera de lejos, a ese conjunto severo
de la Quebrada de La Paz” (6).
Los valles y los llanos constituyen la mayor extensión te­
rritorial del país; pero h asta el presente no representan su p rin­
cipal característica, que corresponde a la zona alta m ontañosa.
Las zonas templadas no son de gran extensión y están fo r­
madas por valles, atravesados por diversas quebradas y posee­
dores de tierras feraces, donde la vida resulta m ás g ra ta y se
encuentran mayormente poblados.
Las llanuras orientales, dilatadas en extensión, pero esca­
samente pobladas, tienen un clima ardiente y representan aún,
en general, regiones tropicales no incorporadas a la vida civili­
zada. Poseen inmensas selvas con valiosas y variadas especies
do maderas, tierras de asombrosa fertilidad, pero incultivadas,
quo «o utilizan, en parte, para el pastoreo y la ganadería.
El sistema hidrográfico de Bolivia es triple, pues sus ríos
non afluentes o tributarios del Pacífico, del P lata y del Amazo­
nas, lo que prueba su gravitación hacia direcciones y regiones
diversas (7). Si se traza una línea a lo ancho del territo rio de

(6) Alcides D’Orbigny: “Viajes a la América Meridional”, tomo Ht..


Editorial Futuro, Buenos Aires, 1945; pág. 981.
(7) "Bolivia es como el nudo que ata a todos estos sistemas, la tran -
10 CIRO FÉ LIX TRIGO

Bolivia, de oeste a este, desde Potosí hasta Santa Cruz, vemos


que ella es la del divortia aquarura, que separa las aguas que
van al Amazonas de las que van al P lata y divide las regiones
que gravitan a ambos sistemas. Justificado es el triple destino
que se ha asignado a Bolivia, ya que por dos siglos gravitó al
Pacífico en tanto perteneció al virreinato del Perú; por medio
siglo dependió del P lata durante su incorporación al virreinato
de Buenos Aires, y desde 1809 inició su rol señalado por sus
propias condiciones: país autónomo, que respondiendo a su po­
sición central, actúa y sirve como puente o nexo p ara un ir a
todos los extremos de América del Sur.
Los principales ríos son torrentosos, de curso variable y de
navegación discontinua, factor desfavorable p ara este género de
vinculación y transportes. Unos ríos —como el P arapití y el Pil-
comayo— se pierden porque sus aguas se insumen en determ i­
nados lugares; otros —como el Mamoré y el Beni— están in­
terrum pidos en el curso de su navegación por saltos o cachuelas.
Por último, el factor más negativo que preciso es puntua-

sición que los reúne, el centro que los generaliza en una vasta unidad.
Se puede decir que es la capital internacional de la América del Sur.” (Ju­
lio Méndez: “Realidad del equilibrio hispano-americano y necesidad de la
neutralización perpetua de Bolivia”. Prim era parte. A tacam a y el Chaco.
Artículos publicados en E l Nacional y La Patria, de Lima, desde el 18
de septiembre hasta el 5 de diciembre de 1872. Lima, Imp. de La Patria.
calle de Zárate, núm. 175, 1874; pág. 6.)
Este eminente hombre público fundaba en sólidos argum entos la ne­
cesidad de que Bolivia fuese neutralizada, poniéndola así a cubierto de
guerras internacionales. Su argumentación giraba en torno al factor geo­
gráfico boliviano. Bolivia —decía— es el Estado más central de la Amé­
rica española... E s un puente que ha de unir todos los extremos de la
América; y no convendría que su territorio fuese parte adherente de
ningún Estado. El centro es como el fiel de la balanza, el justo medio
de la circunferencia, y por consiguiente, la neutralidad por excelencia.
Podráse b o rrar esa nacionalidad del m apa de la América del Sur; pero
¿sería dado hacer desaparecer el territorio, la geografía m ixta de esa
parte del continente, que es de donde se deriva el papel internacional de
Bolivia? Ob. cit., pág. 8.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 11

lizar en cuanto al medio físico, es la m editerraneidad boliviana,


contraria a su propia naturaleza e im puesta por una guerra de
a°resión Privada de su litoral y carente de puertos marítimos,
Bolivia vive enclaustrada, sin contar con el indispensable ve­
hículo de progreso y civilización que es el camino del mar.

P o b la c ió n .

Las vertientes sanguíneas principales de la población boli­


viana la constituyen los aymarás, los quechuas y las tribus de
los llanos, entre los que figuran los grupos chiquitano, mojeño
y los de origen guaraní: chiriguanos, guarayos y sirionós. La
composición social se funda en el m estizaje, pues demasiado co­
nocido es que el conquistador español no trajo m ujeres y no
sintió mayor repugnancia en unirse con las nativas.
Fundado en la ciencia experimental y bajo la influencia del
apogeo del positivismo, Gabriel René-Moreno (8) tiene una de­
finida sociología étnica. Sus convicciones sobre etnografía n a­
cional son tajantes. Las razas indígenas de Bolivia, sean ayma-
raa o quechuas o guaraníes o mojas, merecen la m irada despec­
tiva y las más duras expresiones del estupendo polígrafo. Estim a

(8) Véaso Humberto Vázquez Machicado: “L a Sociología de Gabriel


Kenó-Moreno." (En ol centenario del nacimiento del historiógrafo bolivia­
no.) Editorial “Cultura Boliviana", Av. Roque Sáenz Peña, 760, Buenos
Air««, 1030.
“Lo* mestizos —-proclamaba Moreno—, casta híbrida y estéril para la
presenta labor etnológica como el mulo p ara el transformismo de las
<»#peeieg asnal O caballar, loa mestizos con su tórax levantado por los ape­
titos y SU espíritu uncido por Instintos al proselitismo del caudillaje, re­
presentan en la especie hum ana una variedad subalterna, que corresponde
A una degeneración confusa de la Impetuosidad española y del apoca­
miento indlgenal... El cholo, o es célula morosa por insuficiencia ingénita.
O es célula pervertida juntam ente por Insuficiencia y por dolencia. Aun
salido do su esfera por la educación y bajo influencias benéficas, el cholo,
a la menor solicitud do su interés o de sus pasiones, descubre siempre que
es cholo y cholo m ás pernicioso que el común ignorante. ¿Cabe alimaña
más dañina en la sociedad que el cholo abogado, ni gato-montés más rapaz
12 CIRO FÉ L IX TRIGO

que el mestizaje, en vez de favorecer el progreso, nos ha re tro ­


gradado, siendo indispensable obtener que prevalezca la sangre
caucácea en el cruce de razas.
L a etnografía actual nos enseña que no existen razas pu­
ras, sino determinados grupos humanos, producto del entrecru-
zamiento de sangres. Personas de diversa configuración física
y distinta pigmentación, som etidas a igual educación y coloca­
das en el mismo nivel económico de vida, pueden alcanzar idén­
tico grado de civilización.
Si el paisaje boliviano es contradictorio, el hombre que lo
habita ofrece también acentuadas diferencias y presenta ante­
cedentes culturales dispares. L a m ayoría india del país signifi-
ca un puro autoctonismo (9), al que se ha superpuesto la estirpe
y bravio que el cholo mandón ? L a propensión de la casta tiende, como
es notorio, al ocio, a la reyerta, al servilismo y la intriga, gérmenes de!
bochinche y del caudillaje; bien así como, de otro lado, la estupidez y
amilanamiento del indio incásico se amoldan a punto para perpetuar en
la sociedad el despotismo.”
Alcides Arguedas, el historiador boliviano cuya obra es la más vasta,
así como la m ás discutida del país, analiza la psicología de l_s razas qué
pueblan su patria. Reconoce la realidad india de Bolivia, pero lejos está
de ufanarse de ella. Por el contrario, estim a; “De no haber predominio
e sangre indígena el país estaría hoy en el mismo nivel que muchos
pueblos más favorecidos por corrientes inm igratorias venidas del viejo
continente.” En el indio encuentra muchos rasgos negativos.
Franz Tamayo, gran poeta y tremendo polemista, es el que ha rea­
lizado la más encendida apología del indio, lanzando crueles diatribas con­
tra el poblador blanco de la altiplanicie. P a ra Tamayo, el hombre es tam ­
bién el resultado de factores telúricos, precursor en Bolivia de lo que
Francovich ha denominado el movimiento de “una m ística de la tie rra”.
(9) Hermann Keyserling, en Meditaciones sudamericanas, observa la
potencia telúrica andina p ara sostener que “el hombre de aquellos pa­
rajes es propiamente mineraloide”. Al describir sus impresiones cuando
visitó la altiplanicie de Bolivia, expresa: “Me sentí parte del devenir cós­
mico tan íntimamente como el embrión habría de sentirse si tuviera con­
ciencia, parte de un proceso orgánico supraindividual... soy tierra y pura
fuerza telúrica... Jam ás conocí almas ta n broncíneas como las de aquellos
habitantes de las grandes alturas ni me pareció rnás extraño lo que a
pesar de todo habia de reconocer humano. Aquella indolencia y aquella
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA
i3

hispana fuerza y espíritu del colonizador español que, bajo el


s ¡o-n0 bélico, preside la formación de la nueva sociedad.
° L a población de Bolivia, según el censo nacional de 1950,
es de 3 019 031 personas. Seis censos nacionales de población se
realizaron con anterioridad a dicha fecha; pero ellos se levan­
taro n sin los medios técnicos apropiados, y corresponden a los

Inercia, aquella monstruosa memoria, aquella insensibilidad m ás alia de


la superficie, la cual presenta, en cambio, una impresionabilidad idéntica
a la rápida sensibilidad térm ica de los metales, aquella naturalisim a in­
atención a la Historia y aquella sorda melancolía que vive aquende el mero
concepto de la esperanza, son algo verdaderamente inorgánico... Aquí, en
Bolivia y en el Perú, se tra ta además de ancianidad histórica. A mi juicio
estos indios son mucho m ás antiguos de lo que la investigación histórica
admite. ¿P o r qué viven a tan insensata altu ra? Sin duda se refugiaron
aquí arriba cuando al Este y al Oeste se hundieron en el océano conti­
nente« enteros o gigantescas islas. E sta civilización de altura en derredor
del logo Titicaca mo da la impresión de algo inhumano... Cuando el. hom­
bre de la edad mineral reptó fuera de su caverna, se confio a los cuidados
do la llama, que ya existia antes que él. La llama es el primero de los
animales domésticos. No fué el hombre el que domesticó a la llama, como
luego fué quien creó el perro, fué la llam a la que domesticó al hombre
para quo él mismo diese un sentido a su existencia. La llam a encama, la
voluntad de poderío... En el principio fué aquí la llama y no el hombre...”
Waldo Frank, en América Hispana, al analizar los indios de los Andes,
los considera como los hijos de la roca. “Hay algo eterno en ellos —dice—,
como la roca, con cuyo color rivalizan... El hombre, dice su mito, nació
de la eminencia pétrea de la montaña... Su primer concepto fué la piedra,
vientre y destino del hombre; el segundo, el grupo al que llamó ayllu. El
ayllu no fué, hasta mucho tiempo después, un clan consanguíneo: la tierra,
más rcnl quo la sangre, lo ligó primero... El indio no tiene concepto de
si mismo como una entidad separada y absoluta, al modo europeo. Su
pensamiento, constreñido a acomodarse a la vastedad de los Andes, no
podía ver una unidad más pequeña que el ayllu... El ayllu era la unidad
de su vida personal."
neflrléndoso a la influencia del medio sobre el habitante, D'Orbigny
apuntaba: "El color grisáceo de la arcilla arroja sobre el conjunto un
airo de tristeza que responde perfectamente al vestido siempre negro de
los indígenas de ambos sexos y a su aspecto triste y silencioso. Me pre­
gunté entonces y muy a menudo después, si ese sombrío vestido, ese color
melancólico difundido en todas partes, caracteriza la idiosincrasia nació-
14 CIRO FÉLIX TKIGO

años 1831, 1835, 1845, 1854, 1882 y 1900. Comparada la cifra


demográfica de 1950 con la de 1900, que arrojaba 1.766.451, can­
tidad corregida a 1.696.400 habitantes por las desmembracio­
nes territoriales, se tiene un crecimiento promedio anual de
1,16 por 100, índice bajo que prueba la falta de capacidad de­
mográfica de la nación. El incremento vegetativo (nacimientos-
menos defunciones) es pequeño y el decrecimiento m igratorio
es de muy graves consecuencias.
De ahí que el despueble incesante del país, debido al éxodo
de sus gentes hacia las repúblicas vecinas ocasionado por impe­
rativos económicos o impuestos por persecuciones políticas, asu­
me los caracteres de magno problema en Bolivia, que requiere
de mayor población p ara desarrollarse y progresar. Una nación
con un índice demográfico de tres habitantes por kilómetro cua­
drado, por cuantiosas que sean las riquezas minerales y vegeta­
les que atesore, no podrá alcanzar la expansión económica que
necesita m ientras no acreciente fuertem ente su potencial hu­
mano.
E ste es, a nuestro criterio, el problema vital del porvenir.

E c o n o m ía .

Bolivia posee grandes riquezas en los reinos animal, mine­


ral y vegetal. Frecuentem ente se pondera con énfasis sus inmen­
sas riquezas potenciales; pero se olvida considerar la riqueza
real, que es pequeña y contrasta muchísimo con aquéllas.

nal, o debe atribuirse, sea a recuerdos de su antigua grandeza, sea al


sentimiento de servidumbre y envilecimiento en el cual han caído en la
actualidad. Más tarde comprobé, en su música lúgubre, en sus fiestas, en
sus bailes y en sus juegos, una disposición innata o tendiente a la eleva­
ción de la región que habitan, pero que no debe atribuirse, de ninguna m a­
nera, a la conciencia de su posición. La tristeza es tan natural en los
aym arás y quechuas como la alegría en los chiquitos: es inherente a la
raza que pertenecen.”
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA
15

Dos millones de campesinos aproximadamente se dedican a


la agricultura y la ganadería, usando métodos prim itivos de
cultivo L a producción agropecuaria les perm ite autoabastecer-
se y llevar muy pequeñas cantidades a los mercados de consu­
mo. Los sistem as de trabajo son anticuados. Los medios de
transporte son deficientes, pues existen apenas 2.294 kilóm etros
de ferrocarriles, pocos y malos caminos y el servicio de aviones
resulta antieconómico.
País minero desde la época colonial h asta nuestros días, no
ha tenido ni posee todavía otro sostén económico que la indus­
tria extractiva. La exportación de minerales de plata h asta fi­
nes del pasado siglo, le incorporaron al comercio internacional.
Tras la decadencia de las explotaciones argentíferas, surgió el
estaño, que Bolivia proveyó al mundo como tercer exportador
de este mineral. El petróleo constituye el tercer gran factor
de riqueza, del que se espera grandes rendimientos. “Si del E gip­
to se ha dicho que es un don del Nilo —puntualiza Franco-
vich (10)—, de Bolivia se puede afirm ar que lo es de los m i­
nerales que están en las entrañas de sus cordilleras.
Existen fundamentales estudios y planes (11) p ara desarro­
llar la economía boliviana y lograr su diversificación. Las po­
sibilidades son grandiosas y fueron avizoradas en 1930 por
D’Orbigny, que recorrió palmo a palmo nuestro territorio, cuan­
do sostuvo: “Bolivia, en todas sus partes, es tan rica en va­
riados productos, que para prescindir del comercio extranjero,
utilizando sus producciones, no tendría más que aplicar la in­
dustria europea” (12).
“Una mesa de plata asentada sobre bases de oro”, es la
síntesis más acabada de la ponderación sobre las riquezas mi-

(10) H istoria do las Ideas en América. “El pensamiento boliviano en


ol siglo XX", por Guillermo Francovich. Tierra Firme. Fondo de Cultura
Económica, Méxlco-Buenos Aires, 1956; pág. 14.
(11) Plan Bohan, 1942. Informe Keenleyside, 1951.
(12) Alcides D’Orbigny, ob. cit., t. m , pág. 973.
16 CIRO FÉ L IX TRIGO

ncrales de Bolivia. Empero, las regiones extensas y despobla­


das, los pocos habitantes desprovistos de hábitos, m aquinarias
y sistem as técnicos de producción, la falta de medios de comu­
nicación, la pérdida pertinaz de doctrinas políticas que ven en
la iniciativa particular y en el derecho de propiedad principios
caducos que deben ser avasallados, han hecho de nuestro país
una nación invertebrada, pobre y atrasada, cuyo progreso es su­
mamente lento porque tiene una economía “dislocada”, inconexa
e incompleta” (13).

(13) Enrique Finot: “Nueva H istoria de Bolivia” (Ensayo de Interpre­


tación Sociológica). Imp. López, Buenos Aires, 1946; pág. 20.
EVOLUCION HISTORICA

a) Epoca precolombina.

La historia de la América precolombina, debido a que la tra ­


dición escrita es pobrísima, sólo la conocemos a través del mito,
la leyenda, la arqueología y la etnografía.
E n cuanto a los orígenes de la población am ericana, exis­
ten varias hipótesis, y éste es uno de los problemas más discu­
tidos; sólo cabe puntualizar que se la clasifica como pertene­
ciente a una sola ra z a : la americana o cobriza.
Respecto a la clasificación de los pueblos originarios, se los
suele dividir en dos órdenes principales: los prim itivos, que no
alcanzaron un desarrollo político ni social como los esquima­
les, pieles rojas, caribes, tapuyas, guaraníes, mapuches, p ata­
gones, etc., y los evolucionados, que crearon civilizaciones su­
periores como los mayas, los nahuas y aztecas, los chibchas y el
imperio de los incas.
Estímase que el grandioso imperio arcaico estuvo precedi­
do por varias civilizaciones que alcanzaron un alto grado de
desarrollo. La más im portante de las civilizaciones preincaicas
fuó la de Tiahuanaco (1), creada probablemente por los ayma-

(1) Tiahuanaco proviene do Tiay guanaco, que significa “siéntate y


descansa, guanaco". Según unos fué Mayta-Capac, y según otros, Tupac
Yupanqui, los que dieron esta denominación al pueblo de Tiahuanaco, no­
minación que habría ocurrido poco antes de la Conquista. El primitivo
18 CIRO FÉ LIX TRIGO

rás en las inmediaciones del lago Titioaoa, en el actual territo rio


boliviano. Se cree que d.cha civilización alcanzó sn apogeo en
el siglo viii despues de Cristo. P S en
Las ruinas de Tiahuanaco perm iten inferir la existencia de
monumentales palacios templos y fortalezas, construccioneí cT
clopeas dignas de admiración o indicios vivientes de la ™
cultura tiahuanacota. Célebre es, particularm ente, la moder
nam ente denominada P u erta del Sol, fam osa por los reUeves
doré” q“ e a0aS° repreSentan al di°s solar y sus serv'
Tiahuanaco, SGS'un. Jaim e IVíonrín'za ío \ <<
poema en que el granito habla con poderos^ acen“ í S n
las fuerzas de la N aturaleza representadas en el sol, la m o n S iT
el condor, el puma, el pez... E s el paisaje”.
E n rigor, como certeram ente puntualizara Finot, “Tiahua­
naco conunua siendo un enigma que tal vez nunca llegará a es
clarecerse y sobre el cual la investigación viene agolando sus
recursos, sin mas resultados que el d ar vuelo a la fan tasía y
de aum entar la confusión reinante” (3). ntasia y
. CorresP°nde asignar m ayor im portancia a la organización
incaica, pues esta, por su proxim idad relativa ejerce aún in
i T í a dde
nomia e Tla región
' S°andina
br: k m entaIida*. costumbres y en la eco-
boliviana.
El imperio incaico, denominado Tahuantim uyo, comprendí-
cuatro partes, a saber: Antisuyo. Cuntisuyo, Chinchasuvo v <ÍT
llasuyo. Estim ase que se desarrolló, maduró y declinó desde '
n e s d e u ^ g lo x, hasta el prim er tercio del siglo ™ (4). S a c.'

r r - -
tenían por opinión los indios del Collao que e lt ” * medl°"' Porcfue
del mundo, y que dél salieron después ’del d i W i n T eSt,aba “ medio
poblar”. (Padre Cobo: "Historia del Nuevo Mundo” t ’ to tom aron a
(2) “Macizo boliviano”, pág. 6. ’ t0m ° ^ Cap‘ ^
(3) “Nueva Historia de Bolivia”, pág. 19.
(4) Se.gnn Max XJhle, la civilizapirtn ■
cion incaica comienza en 1250 d. C.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 19

tual territorio boliviano, en su mayor extensión, quedaba com­


prendido dentro del Collasuyo.
Conforme a la tradición oficial incaica, el inca Manco Capac
y su esposa y herm ana Mama Ocllo, en cumplimiento de un
m andato divino, fundaron el imperio para salvar y redim ir a
la humanidad. Eligieron por capital al Cuzco —centro—, y ab ar­
caron regiones comprendidas dentro de los cuatro puntos car­
dinales. Los incas, en breve tiempo y sin mayores contratiem ­
pos, lograron crear un inmenso y poderoso imperio, cuya con­
tex tu ra política le coloca en la condición de ser el m ejor orga­
nizado de la América precolombina. Se extendía desde el río
Patia, en Colombia, h asta el Maulé, en Chile, y abarcaba la
m ayor parte de Bolivia, el noroeste de A rgentina y gran parte
de Chile.
El inca, considerado y venerado como el hijo del Sol, que
todo lo vivifica, encarnaba la divinidad y obraba como parte
integrante de ella. E l inca era representante de Dios, sumo sacer­
dote y soberano político. El Estado incaico fué teocrático, con
m onarquía absoluta y hereditaria. Todo el poder em anaba del
inca, que tenía plena potestad para reglam entar la vida pública
y privada, así como para determ inar el régimen económico y
la organización del trabajo. Todos los fenómenos que no tenían
una explicación natural, eran objeto de veneración, lo que fundó
una religión panteísta, con un principio creador, al que llam a­
ban Pachacamac.
E l ayllu, cuyo origen es remotísimo, era el grupo fam iliar
básico de la sociedad indígena y poseía tierras propias para
los cultivos. La organización económica radicaba en la produc­
ción colectiva. La distribución de las cosechas se hacía en tres
partes: una destinada al sostenimiento del culto; o tra p ara el
Inca, equivalente a un tributo fiscal, y la tercera p ara la co­
munidad. Se cultivaban determinadas parcelas de las tierras del

mientras que Julio C. Tello asigna a la cultura del Tahuantinsuyo un poco


más de doscientos años, es decir, desde 1321 a 1532 d. C.
20 CIRO FÉ L IX TRIGO

Inca para el mantenimiento de viudas e inválidos. En síntesis,


prim aba un colectivismo agrario —considerado como una fo r­
m a socialista de Estado— , en el que existía también la pro­
piedad individual para determinados bienes (casa, muebles, ani­
males domésticos, etc.) y libertad de comercio m anifestada a
través del trueque.
Tocante a la composición social, había m arcada diferencia
entre la casta gobernante y la m asa del pueblo. No im peraba
el principio de la igualdad jurídica de las personas, de ahí que
no se pueda hablar con propiedad de un régimen socialista,
pues no regía una igualdad de oportunidades. L a sociedad in­
caica dividíase en clases: nobleza, hereditaria y la que se ad­
quiría por m éritos; hatunrunas o clase media, subdividida en
m arca-runas y llacta-runas, y yanaconas, que eran los esclavos.
La organización de la justicia, cuya corrección fué mani­
fiesta; el funcionamiento de la administración, que era eficien­
te; la red de las comunicaciones, que era am plísim a; la obliga­
toriedad del trabajo y el servicio m ilitar; las regulaciones sobre
la agricultura y la distribución de los productos; el dominio de
las tierras, los templos y los ayllus, que pertenecían al inca; el
sistem a de previsión social, que combatía la desocupación y la
miseria, y mediante el que los ancianos, enfermos, viudas e in­
válidos, recibían protección estatal; la prim acía de normas mo­
rales como ama svm, ama llulla, ama hjella (no seas ladrón, pe­
rezoso ni m entiroso); sus construcciones admirables por su mo-
numentalidad, así como sus artes industriales desarrolladas, son
testimonios irrefutables de la grandeza que tuvo este verdadero
imperio.
Llama la atención, en cambio, el poco desarrollo que tuvo
la escritura, pues los quipus, manojos de cuerdas con nudos y
colores a los que se asignaba aeteminados significados, no eran
propiamente un sistem a completo ni adecuado; también se con­
sidera que las ciencias estuvieron menos desarrolladas que en­
tre los mayas. Y en cuanto al individuo, éste encontrábase li­
mitado en sus actividades, con posibilidades restrictas y bajo
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 21

un sistema nivelador que anulaba la expansión de la persona­


lidad.
Prim aba, en síntesis, un régimen político altam ente centra­
lizado, de tipo totalitario, en el que la obediencia a las autori­
dades hizo de las personas súbditos carentes de libertad y los
poderes se organizaban sin el consentimiento ni la participa­
ción activa de los ciudadanos.
De ahí por qué, a la caída del inca en manos de los españo­
les, no se levantaron en defensa de su rey y continuaron sir­
viendo a sus nuevos señores con la misma “apática resignación
que antes habían obedecido a los funcionarios del inca .

b) De la colonia a la independencia.

Con el descubrimiento de América se inicia en este conti­


nente la época colonial, durante la cual España tuvo a su car­
go la organización política y adm inistrativa de las tierras que
descubría, poblaba y conquistaba. Rigió desde entonces la vida
económica, la civilización y la cultura que la Madre P atria legó
a sus hijas de América, junto al régimen que conservaba la po­
blación autóctona, en tanto las colonias fueron desarrollándose
hasta que alcanzaron su emancipación.
Mediante autoridades establecidas en la Metrópoli, como eran
el Rey, el Consejo de Indias y la Casa de Contratación, y, en
América, merced a los Adelantados, Gobernadores, Virreyes, In ­
tendentes, Audiencias, Cabildos y Consulados, se manifestó el
Estado español en las Indias.
Cuando se descubrió y conquistó Perú, Pizarro y Almagro
procedieron a distribuir sus tierras, dando la denominación de
gobernación de Nueva Toledo al antiguo Collasuyo. Posterior­
mente, el Perú se dividió en bajo y alto.
E l Alto Perú fué parte integrante del V irreinato del Perú,
con sede en Lima. Pero, desde 1776, pasó a integrar el Virrei-
22 CIRO FÉ L IX TRIGO

nato del Río de la Plata, cuya capital era Buenos Aires. Este
virreinato comprendía ocho intendencias y cuatro provincias, a
saber: Intendencias de La Paz, Charcas o Chuquisaca, Potosí,
Cochabamba, Salta del Tucumán, Córdoba del Tucumán, Bue­
nos Aires y Paraguay, y Provincias de Moxos, Chiquitos, Misio­
nes Guaraníes y Montevideo.
La Audiencia de Charcas, fundada por Real Cédula de 12
de junio de 1559, situada cerca de Potosí, cuyas minas a tra je ­
ron gran cantidad de gente, alcanzó esplendorosa fam a en Amé­
rica y sirvió de base para la creación de Bolivia. Representó un
im portante centro motriz de la actividad adm inistrativa, judi­
cial, política, social y cultural en la zona central de Sudaméri-
ca, con irradiación sobre vastas regiones (5).
El obispado de Chuquisaca (6) fué creado en 1551, habién-

(5) "Del estudio del derecho administrativo colonial —dice Julio Mén-
^ez > resulta que la unidad elemental era la circunscripción de una A u ­
diencia. Las capitanías generales y los virreinatos, no eran esenciales al
sistema. Representaban cuando más centralizaciones más o menos am­
plias, en las cuales la audiencia era siempre el elemento componente. Re­
unidas o separadas, pero nunca desmembradas ni fraccionadas las audien­
cias, tuvieron, en lo posible, el contraste de la igualdad entre ellas. Una
audiencia respecto de otra, poseía aproximadamente la misma población,
las mismas rentas, una equivalente extensión geográfica, ciertas condi­
ciones de integridad que les daba vida propia, hasta tal punto, que cada
una de ellas ha venido a constituir espontáneamente una República in­
dependiente. La capital de las antiguas audiencias es hoy la capital de las
nuevas nacionalidades; y los confines administrativos de aquéllas, los li­
mites internacionales de éstas.
’’¿Pudo Buenos Aires impedir la autonomía del Paraguay y de Bo-
livia? ¿Pudo el Perú contener al Ecuador y a Bolivia? ¿Pudo Nueva
Granada absorber a Venezuela y al Ecuador?
E n el medio continente, no hay m ás excepción que el Uruguay, que
no tuvo audiencia, y el Cuzco, donde sólo en 1787, después de la revolu­
ción de Tupac Amaru, por necesidades de orden público, se llegó a crear
la que funcionó tan limitada como ulteriorm ente.” (Ob. cit., pág. 3.)
(6) Llamada así porque fué construida sobre las minas de una anti­
gua ciudad india, que en quechua denominábase Chokechaca o Puente
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 23

dose erigido el arzobispado en 1608, con lo que se establece la


cabeza de una sólida organización religiosa y se difunde am ­
pliamente el credo espiritual del cristianismo.
Potosí, cuya fundación d ata de 1545 en la falda del legen­
dario Cerro Rico, constituye un poderoso factor de riqueza y
da a la dominación española un acento especial en el Alto Perú,
donde el servicio personal de la m ita, o contribución obligatoria
al trabajo de las minas, fué la más pesada, crudelísima y diez-
madora carga que tuvieron que soportar los indios.
Después de las universidades de México y de Lima, fundó­
se la Universidad Real y Pontificia de San Francisco X avier (27
de marzo de 1624), con todos los honores y prerrogativas que
poseía la Universidad de Salamanca. Fué aquél el más impor­
tante centro de formación cultural, que difundió saber e irra ­
dió rebeldías sobre varias provincias sudamericanas, a cuyas
aulas acudían jóvenes de alejadas regiones. Sirvió de foco de
difusión de las ideas revolucionarias en esta parte de América,
jugando im portante rol en la iniciación de la lucha por la in­
dependencia (7).
E n las grandes acciones del descubrimiento, la explotación
y conquista y la colonización de América, España imprimió su

del Oro a causa de los tesoros con los que la atravesaban los indios, re­
gresando p a ra el Cuzco, según testimonio de D'Orbigny.
(7) "P or los años de 1801 ó 1802, el grupo de descontentos de que
hay noticia cierta, se componía de argentinos y altoperuanos pertenecien­
tes a loa cursos universitarios. Muy en breve todos ellos pasaron a ser
corifeos do la revolución, distinguiéndose por su amor a la libertad y sus
«acrlflcloa por la Independencia. E ran todos amigos y fraternizaban entre
g¡ por ©i vinculo de la más perfecta unidad de ideas y sentimientos contra
la metrópoli. Sus reuniones tenían por fuerza que ser sigilosas y discre­
ta«, pero, una vez solos y seguros, estallaba el fuego de los corazones.
Entonces so denigraba a voces el mal gobierno y se execraba el despo­
tismo español en América... El tem a favorito de los debates m ás empe­
ñosos e interesantes era la suerte futura del país, y los medios de operar
en él a toda costa un cambio de cosas favorable a la libertad y el adelan­
to.” (G. René-Moreno: "Ultimos días coloniales en el Alto Perú”. W. M.
Jackson Inc., Colección Panamericana, Buenos Aires, 1945; pág. 55.)
24 CIRO FÉ L IX TRIGO

sello indeleble; mas fueron diversos los actos de subversión o


de luchas intestinas que ocurrieron. Las insurrecciones y los
disturbios en el Alto Perú acaecieron con pertinaz frecuencia.
El distrito de Charcas no fué fácil de gobernar ni sus habitan­
tes eran pacíficos. Unas veces los criollos, otras los mestizos y
también la raza autóctona protagonizaron pendencias e insu­
rrecciones (8).
El viejo municipio castellano de la Edad Media, que en E s­
paña hallábase en un período de postración y decadencia, en­
contró en América campo propicio para fructificar. E n estas
tierras, una nueva savia le perm itió desarrollarse y ju g ar papel
im portantísim o en la vida pública de los territorios descubiertos.
En el cabildo, el pueblo tuvo su expresión, pues carente de
toda ingerencia en el nombramiento de autoridades, encontró
allí un poder distinto, de tipo representativo y democrático, a
la vez que organizado sobre la base de elementos aristo cráti­
cos y hereditarios, siendo el refugio de ciertas libertades ga­
rantizadas por determinados privilegios. Sirvió como órgano
expresivo de lo que podría llam arse el estado llano de los con­
quistadores, teniendo a su cargo el abasto de las poblaciones,
la fijación de precios corrientes, distribución de solares y edi­
ficaciones, fiestas públicas y todo lo que incumbía al gobierno
local y propio que se daban un lugar, una villa o una ciudad.
Ordinariamente los cabildos sesionaban con sus propios miem­
bros —alcaldes y regidores— ; pero cuando la m agnitud de
un asunto requería el consejo y la opinión de elementos califi-

(8) Una simple enumeración cronológica de los sucesos de m ayor


relieve, m uestra la gravedad que ellos revistieron. En 1617, la enconada
lucha de vicuñas y vascongados librada en Potosí; en 1661, la sublevación
popular acaudillada por Antonio Gallardo, alias “el Philinco” ; en 1730, la
sublevación encabezada por Alejo Calatayud; a p a rtir de 1781, la subleva­
ción de los hermanos Catari, la subversión de Sebastián Pagador, apoya­
do por Sebastián Rodríguez, y la de Julián Apasa, conocido como Tupac
Catari, que el 11 de noviembre de 1782 fué condenado a ser descuartizado
vivo, sufriendo la misma pena que, un año antes, padeció Tupac Amaru;
la conspiración frustrada que costó la vida a Vela de Córdoba en 1793, etc.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 25

cados, ‘‘se convocaba a cabildo abierto, lo que implicaba admi­


tir en sus deliberaciones la presencia y opinión de ciertos ve­
cinos caracterizados y de algunos otros funcionarios que no fo r­
maban parte de su representación” (9).
E n el cabildo abierto no es lo interesante la institución, sino
el pueblo, como agudamente apunta Gustavo Adolfo Otero. La
realidad es que el cabildo abierto era el caldo de cultivo para
la organización del comicio apto, p ara que de su entraña sur­
giera el cuidadano o el patriota. Así, pues, sobre los escombros
del viejo Cabildo y del Concejo Municipal, surgiría la Ju n ta Tui­
tiva” (10).
Así llegamos a las postrim erías del período colonial y a la
iniciación de la lucha por la emancipación americana. H isto­
riadores y sociólogos coinciden en que ella obedeció en gran
parte a móviles económicos, pero estuvo inspirada por “ideas
políticas y jurídicas directrices sobre la independencia y la li­
bertad” (11). En efecto, Inglaterra, imperio en expansión rival
de España, alentó el ideal del comercio libre frente a las res­
tricciones en vigor. Bajo la consigna de “abrir un comercio li­
bre” , Inglaterra consuma sus dos invasiones a Buenos Aires, la
prim era en 1806 y la segunda en 1807, fracasando en ambos
intentos. E stas acciones, en las que el pueblo prueba su capa­
cidad de defensa y adquiere la certeza de su idoneidad para
m anejarse por sí mismo, robustece extraordinariam ente la con­
ciencia autonom ista y de manumisión de ajenas y lejanas ju ris­
dicciones, urgiendo la necesidad de im plantar el gobierno propio.
Desde entonces se hace patente en el escenario de Hispanoamé­
rica el vigoroso protagonista de su independencia, su verdadero
sostenedor y mantenedor p ara siempre, era y sería el pueblo.

(9) Pedro F. Christophersen: “Historia Constitucional Argentina".


Guillermo Kraft, Ltda., Buenos Aires, 1942; pág. 52.
(10) Gustavo Adolfo Otero: “La vida social del coloniaje”. Ed. La
Paz, La Paz, 1942; pág. 220.
(11) Pácardo Levene: “El mundo de las ideas y la revolución hispano­
americana de 1810”. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1956; pág. 15.
29 CIRO FÉ L IX TRIGO

Suficientemente probado está que, en 1805, fué debelada en


L a Paz una revolución preparada por los criollos, entre cuyos
organizadores figura Pedro Domingo Murillo, líder de la revo­
lución triunfante en 1809.
E stá fuera de toda duda que la ideología de la Revolución
francesa, las doctrinas del enciclopedismo y la experiencia nor­
teamericana, tan rica en sabias enseñanzas, ejercieron influencia
en las capas superiores e ilustradas para preparar el espíritu
revolucionario hispanoamericano. “De acuerdo a una amplia
orientación de los estudios modernos —dice Ricardo Leve-
ne (12)—, afirmo el principio de la cohesión en la historia his­
panoamericana, pero considero en toda su hondura la pluralidad
de las expresiones en la extensión del horizonte histórico, que
corresponden a cada uno de los Estados del orbe hispanoam eri­
cano, que constituye una de las sólidas bases de la unidad de la
H istoria am ericana o la sistem atización de las ideas y las ins­
tituciones democráticas de este Continente, como entidad his­
tórica y geográfica.” Cita, a m anera de ejemplo, el “Catecismo
político cristiano”, de Jaim e Sudáñez, y los escritos de Ma­
riano Moreno, “Sobre las m iras del Congreso que acaba de con­
vocarse...”, publicados en Chile y A rgentina, que prueban la
solidaridad en las ideas inspiradas en las mismas fuentes hispa­
noamericanas.
Al lado de las controversias dialécticas o de las incitaciones
ideológicas, ferm entó el descontento general contra las malas
autoridades y contra los privilegios. Surgió —como dice Gabriel
René Moreno— “la animosidad de los mestizos contra los cha­
petones y su odio a los soldados del rey y la fraternidad cre­
ciente entre mestizos y criollos con relación a los chapetones”.
Añádase que el clero criollo, en gran parte, cooperó decisiva­
mente a la causa de la revolución, pues “m iraba que m itras y
prebendas recaían en los peninsulares”.
España, de su parte, incurrió en errores por acción u omi-

(12) Ob. cit., p ág. 16.


LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA
bíK'Jf'-'
sión. Al haberse adherido a Francia, en 1778, en el reconoci­
miento de la independencia de los Estados Unidos, quiso sos­
layar su propia condición y selló su enemistad con Inglaterra,
que coadyuvó entusiastam ente a la emancipación. Al crear di­
versos impuestos y tasas que debían pagar los habitantes de
América, sin que éstos hubiesen consentido en su implantación,
desaprovechó la experiencia de la independencia de E stados Uni­
dos. Y cuando desoyó los buenos consejos de estadistas como el
conde de Aranda, ministro de Carlos EH, que aconsejaba la au­
tonomía como antídoto de la revolución que presentía, acortó
el período de su dominio.
La invasión de la Península Ibérica por las tropas de Napo­
león y la consiguiente conmoción y reacción que produjo, así
como las ambiciones de la infanta Carlota Joaquina de Borbón,
herm ana de Fernando VII, casada con el príncipe regente del
Brasil, pretendiente del dominio de las colonias al am paro de
derechos dinásticos, contribuyeron grandemente p ara que se
iniciara la lucha por la independencia americana.
El Alto Perú fué el lugar donde se inició la gran revolución
hispanoamericana. Ostenta la prim acía en tan tem eraria haza­
ña, dando el “precoz e impetuoso grito de independencia”.
“El grito de la independencia hispanoam ericana se hace ne­
cesario —apunta Julio Méndez— . ¿Dónde darlo impunemente,
en presencia del poder de la Metrópoli que vigila por todas p ar­
tes, y de la clase aristocrática y enriquecida por el Gobierno
español, adicta a la m onarquía y al extranjero en los grandes
centros de la población? Un acuerdo unánime surge de las cos­
tas del P lata y de las del Pacífico. El grito de mayo y julio de
1809 en Chuquisaca y La Paz, parte de todos los corazones de
la América, y señala desde la prim era hora el teatro del com­
bate, apoderándose del territorio esencialmente defensivo de Bo-
livia” (13).
Ramón García Pizarro, teniente general de los reales ejér­

(13) Ob. cit-, p ág s. 7 y 8.


28 CIRO FÉ LIX TRIGO

citos y presidente de la Audiencia de Charcas, y Benito M aría


Moxó y Francolí, arzobispo de La Plata, ejercían el gobierno
y dirección espiritual en Charcas. Junto a ellos estaban los oido­
res, que m antenían lucha sorda y pertinaz contra su presidente,
García Pizarro, a quien dispensaba su apoyo el virrey Liniers.
“Aliados con los doctores de la Universidad, los oidores decla­
raron la guerra al presidente y al arzobispo, agitando los áni­
mos en form a tal, que parecía inminente un rompimiento” (14).
La irrupción popular se desencadenó el 25 de mayo de 1809 en
Chuquisaca, “cuna volcánica de la revolución”. Y fué secunda­
da en 16 de julio del mismo año en La Paz. En ambas se invo­
caba el nombre de Fernando VII; pero la segunda fué menos
embozada y mucho-más categórica que la prim era. Los propó­
sitos perfectamente definidos, claram ente expuestos y bellamen­
te expresados en un lenguaje sencillo y rotundo, hacen de la
Proclama de la Jun ta Representativa y Tuitiva de los Derechos
del Pueblo el documento revolucionario por antonomasia y la
piedra angular sobre la que se levanta la emancipación política
de América Hispana.
Al cumplirse el prim er aniversario de la revolución de Chu­
quisaca, se produjo la revolución de Buenos Aires (25 de mayo
de 1810), con lo que la insurrección toma cuerpo en todo el vi­
rreinato rioplatense y se generaliza por todo el Continente.
Con las victorias de Aroma (14 de septiembre de 1810) y
Suipacha (7 de noviembre de 1810), la lucha por la independen­
cia conquista nuevos lauros. Tales hechos encuentran eco triu n ­
fante en Santa Cruz, Oruro, Potosí y Tarija. Surgen así, auna­
das por idénticos ideales y en pos del común objetivo, las
regiones de Charcas y Buenos Aires bajo la genérica denomina­
ción de Provincias Unidas del Río de la Plata.
Pero los triunfos no son estables, pues tra s las acciones vic­
toriosas vienen las reacciones aplastantes. E l Alto Perú queda
entre dos fuerzas antagónicas: el virrey del Perú y el Gobierno

(14) E n riq u e F in o t: Ob. cit., p á g . 139.


LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

independiente de

citos auxiliares ar-gentrnos m ar ^ considerables de­


£
de logran éxitos efímeros trocados &

r r Cruenta y sacrificada fué l a ! “c h a , ^ r, J ^ n” den todas las


nesde 1809 h asta 1825 se combatio denodadamei
cumbres, ios valles y ios iianos de las m arca el
La batalla de Ayacucho <9 de diciem brede 1824) m ^
triunfo definitivo del ejercito “ d Olañeta, que
listas en el Perú. Pero el virrey del Perú,
por discordias internas negóse a obedecer a ,a
se mantuvo con su ejercito en el Alto Fe■ y chen.
batana de Ayacucho.
se no estaban comprend. Olañeta mantenía
que proseguían en estado de guerra y ao
enhiesta aún la causa peninsular. piército liberta-
Asi llegó el m o m e n t o d e l d e s p lo m e ‘ L a d o el
d„r, c o m a n d a d o P - ^ d e reslstencia.
río D e s a g u a d e r o para aplastar la3 subversio-
Olañeta, f a t i g a d o por sus c o * J d e s m o r a li z a d o por las
ncs altopernonas impaciente, c o l e n c ^ y d e ^ ^ ^ p

n S X S T a o n d e fué m u e r . P o y .

T t ^ r ^ s — anos al-
c L z a r ' ^ i t u m o s su independencia y Ubertad.
ni

ORGANIZACION REPUBLICANA

a) Proclamación de la República.

Extinguidas las fuerzas reales, el Alto Perú alcanzó la meta


de su libertad. ¿Qué hacer con ella? Proseguir en el propósito
recóndito, nacido en lo más hondo de la lucha, que como en­
sueño de gloria buscada la organización de una república in­
dependiente.
E l Alto Perú, como es sabido, comprendía cuatro provincias
o gobernaciones, que se subdividían en distritos y subdelega-
ciones. Las provincias eran: 1) La Paz, o actual departam ento
del mismo nombre; 2) Chuquisaca, Charcas o La P lata; 3) Po­
tosí, que comprendía A tacam a y Oruro, y a la que se agregó
los territorios de Tarija, que la Ordenanza de Intendentes (1782)
le adjudicó, y 4) Cochabamba, que comprendía el distrito de
Santa Cruz y los territorios de Mojos y Chiquitos.
Bolívar asignaba a esta parte de América gran im portancia
por su posición estratégica. “Yo no pretendería m archar al Alto
Perú —decía— si los intereses que allí se ventilan no fueran
de una alta magnitud. El Potosí es en el día el eje de una in­
mensa esfera. Toda la América meridional tiene una parte de su
suerte comprometida en aquel territorio, que puede venir a ser
la hoguera que encienda nuevamente la guerra y la anarquía.”
32 CIRO FÉ L IX TRIGO

De ahí por qué, inquieto en su suerte, envió a Sucre a la cabeza


del ejército libertador para que lo ocupara.
Pero el objetivo m ilitar de ab atir el último reducto de las
fuerzas peninsulares ya no tenía razón de ser: muerto Olañe-
ta en Tumusla, nada quedaba de su poderoso ejercito. Ocupó el
prim er plano de las preocupaciones públicas, entonces, el viejo
anhelo de la independencia.
E l general Sucre, carente de instrucciones de orden políti­
co y desconociendo el pensamiento íntimo de Bolívar sobre cuál
sería la organización institucional que debían adoptar estas pro­
vincias, actuó de acuerdo al clamor de los altoperuanos. Quiso
correr con la opinión pública” en un país “que no quería ser
sino de sí mismo”, como justificadam ente puntualizó. P ara el
efecto, dictó el célebre decreto de 9 de febrero de 1825 (1), que
es el prim er documento institucional de Solivia. E stá noblemen­
te inspirado, reconoce la soberanía del pueblo, consagra prin­
cipios básicos de Derecho Público para concluir colocando la
piedra fundam ental sobre la que se levanta la independencia
del p a ís: La Asamblea General de R epresentantes del Alto Perú
deliberará acerca de los destinos de las provincias y sobre su
régimen provisorio de gobierno. Reconocimiento explícito de la
autodeterm inación de los pueblos, que permitió la creación del
nuevo Estado.

(1) Véase el texto de este decreto en la cuarta parte. “E stá pro­


bado que Sucre remitió a Bolívar e¡ texto de este documento desde Puno
—afirma Finot—, donde se detuvo algunos días; y que si bien el Liberta­
dor lo impugnó por razones políticas de último hora, sus observaciones
llegaron después de promulgado y cuando estaba en vías de ejecución. Su­
cre, además, amenazó a Bolívar con su renuncia si se le obligaba a re­
vocarlo... D urante mucho tiempo se ha pensado que D. Casimiro Olañeta
influyó en el ánimo del general Sucre p ara que el decreto fuera dictado.
E s posible que en la mente del futuro tribuno hubiera existido ese pro­
pósito, pero el hecho es que, cuando ambos personajes se encontraron en
Puno, el proyecto estaba redactado y ya había sido remitido al Liberta­
dor, no en consulta, pues ya no era tiempo para iniciar esos trámites,
sino p ara su conocimiento y gobierno.” (“Nueva Historia de Bolivia”, pá­
ginas 180-81.)
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 33

El Alto Perú constituía, evidentemente, un cuerpo político


distinto con nítida fisonomía de una nación incipiente, a la que
vino a cim entar el decreto de Sucre. La noble finalidad de la
revolución fué organizar la vida independiente de n uestra pa­
tria para lo que no hubo sacrificio que no se consumara, sopor­
tando quince años de sangrienta y desigual lucha en la que los
pueblos tomaron para sí la responsabilidad de m antener siem­
pre encendida la antorcha de la libertad.
Bolívar expresó su disconformidad con la convocatoria he­
cha por Sucre, quien sólo debía “ocupar el país m ilitarm ente y
esperar órdenes del Gobierno peruano”, estimando que dicha
convocatoria no tendría la aprobación del Río de la Plata, del
.Perú ni de Colombia (2). De ahí que su actitud ante las deci­
siones políticas que se adoptaban en el Alto Perú fué negativa
en unos casos, ambigua en otros y recelosa en un comienzo, para

(2) "Llamando usted estas provincias a ejercer su soberanía decia


Bolívar a Sucre en carta dirigida desde Lima en 21 de febrero de 182o—,
las separa de hecho de las demás provincias del Río de la Plata. Desde
luego, usted logrará con dicha medida la desaprobación del Río de la Plata,
del Perú y de Colombia misma que no puede ver ni con indiferencia si­
quiera que usted rompa los derechos que tenemos a la presidencia de Quito
por los antiguos límites del antiguo Virreinato. Por supuesto, Buenos Aires
tendrá mucha justicia y al Perú no le puede ser agradable que con sus
tropas se haga una operación política sin consultarlo siquiera.”
Sucre, frente al reproche, respondió desde Potosí, en 4 de abril de
1825: “Mil veces he pedido instrucciones a usted respecto del Alto Perú
y se me han negado, dejándome en abandono. ¿Soy yo adivino para pe­
netrar qué es lo que se quiere después de haberse mostrado otra cosa?
Después de estar aquí, y no sabiendo qué hacer sin presentarm e con aire
aborrecible al pueblo, tomé el camino más noble y generoso, que fué con­
vocar la asamblea general de las provincias."
Bolívar, a su vez, replicaba desde Nasca, en carta fechada el 26 de
abril de 1825: “Convenga usted conmigo, aunque le duela su amor propio,
que la moderación de usted le ha dictado un paso que jam ás pudo ser
bastante lento. Lo que a mí me hacía dudar, y por lo mismo no resolver,
lo juzgó usted muy sencillo y lo hizo sin necesidad, primero, porque el país
no se había libertado; segundo, porque un m ilitar no tiene virtualmente
que meterse sino en el ministerio de sus armas, y tercero, porque no tenía
34 CIRO FÉ LIX TRIGO

tornarse afirmativa, entusiasta y afectuosa posteriormente. “Las


vacilaciones y contradicciones del Libertador, sin duda alguna,
tenían origen en los grandiosos planes que alimentaba y que,
desde tiempo atrás, fermentaban en su espíritu: la unión, liga
y confederación sudamericana” (3).
Entre tanto, los altoperuanos probaban con la acción que
eran dueños de su destino, y tuvieron la decisión de declarar
y jurar la emancipación definitiva de la tierra nativa en situa­
ción muy difícil y frente a problemas complejos creados por
quienes se creían con derechos jurisdiccionales sobre el Alto
Perú. Empero, nuestros mayores tuvieron la energía, la pujan­
za y el espíritu de sacrificio indispensables para consolidar la
independencia, tan cara como la vida misma.
El decreto de convocatoria a elecciones de representantes se­
ñalaba Oruro como sede del Congreso, que debería reunirse el
19 de abril. Para ganar tiempo mientras Bolívar arribase al Alto
Perú y le diese el giro que deseare a este negocio y por falta
de elecciones en Chuquisaca y Potosí, Sucre postergó la inaugu­
ración para el 25 de mayo, fecha en que tampoco pudo efectuar­
se. El 10 de julio de 1825, en la ciudad de La Plata, Charcas o
Chuquisaca, se reunió la Asamblea de Representantes del Alto
Perú para deliberar acerca de la suerte que correría éste. La
idea que tenía mayor arraigo, como ya lo dijimos, era la de
erigirlo en Estado independiente. Pero, varios y graves fueron
los obstáculos que se oponían a tal anhelo.
El Alto Perú, que durante el coloniaje estuvo bajo la de­
pendencia del Virreinato del Perú, primero, y del Río de la
Plata, después, tenía vínculos de los que precisaba desligarse.

órdenes para ello.” Entre tanto, le pedía que continuara ocupando mili­
tarmente el país en su calidad de comandante en jefe.
Sucre, ante el reiterado reproche, pidió su retiro. “ Supongo — escribía
a Bolívar— que usted no querrá que yo quede tan mal con estos pueblos;
en consecuencia, no me exigirá que me quede aquí mientras sucedan co­
sas que por una parte chocan a mi conciencia y por otra parte com pro­
meten mi palabra.” Bolívar no accedió a su retiro.
(3) Finot: Ob. cit., pág. 188.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 35

El Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas


del R ío de la Plata, por ley de 9 de mayo de 1825, acordó que
las cuatro provincias del Alto Perú “ queden en plena libertad
para disponer de su suerte, según crean convenir mejor a sus
intereses y a su felicidad” . Resolución de tanta trascendencia
fué comunicada por el general Arenales, quien encabezaba la
misión argentina que arribó al Alto Perú, con lo que se puso de
manifiesto la amplitud de miras y desprendimiento de las au­
toridades del Plata, que en rigor — como puntualiza Paz Sol­
dán— , “pudieron con más motivo reclamar derechos y no lo
hicieron".
En cambio, Bolívar, por decreto de 16.de mayo de 1825, ex­
pedido en Arequipa, consignaba varias disposiciones, siendo las
más graves las relativas a la validez de la deliberación de la
Asamblea de Representantes del Alto Perú, que no recibirá
ninguna sanción hasta la instalación del nuevo Congreso del
Perú en el año próximo” , y que estos territorios “ no recono­
cerán otro centro de autoridad, por ahora y hasta la instala­
ción del nuevo Congreso peruano, sino la del Gobierno supremo
de esta República” . No llegó Sucre a promulgar esta disposi­
ción — anota Mendoza (4 )— , “ pero ella fué conocida por los
dirigentes del Alto Perú, que quedaron perplejos ante ella” .
Las anteriores resoluciones, antitéticas en sus fines, produ­
jeron contradictorios efectos. Mientras el acuerdo del Congreso
argentino facilitaba la creación del nuevo Estado, el decreto
de Bolívar sometía a dura cuarentena la independencia que se
anhelaba alcanzar por propia determinación. Hubo de librarse
una incruenta batalla en el seno de la Asamblea para disipar
dudas y temores respecto a las facultades de que estaban in­
vestidos los representantes que actuaron como constituyentes
y sobre las bondades de la decisión que se tomaría.
El general Sucre tuvo especial cuidado en garantizar la más

(4) Jaime Mendoza: ‘‘Reaparición de una Nacionalidad” . La Nación,


Buenos Aires, 6 de agosto de 1925.
36
CIRO FÉLIX TRIGO

completa libertad de acción a los representantes del Alto Perú.


Para ello hizo retirar a los cuerpos de ejército a veinte leguas
a la redonda, y él mismo se alejó de Chuquisaca. Remitió a la
Asamblea los mensajes polático y administrativo, dando cuenta
de su gestión. Informada de ellos, la Asamblea ingresó al aná­
lisis de la cuestión fundamental: la independencia del Alto Perú.
Tres caminos formaban la encrucijada. Uno, fundar el Es­
tado libre, fórmula sostenida a ultranza por el “ grupo de los
temerarios ’, para quienes todos los obstáculos que se presen­
taban debían ser audazmente vencidos; otro, integrar las Pro­
vincias Unidas del Río de la Plata, fórmula que reposaba en
el hecho de que las altoperuanas provincias, hasta el momento
del estallido de la guerra dé emancipación, integraban el Virrei­
nato rioplatense, y el tercero, unirse al Bajo Perú, fórmula que
la proclamaban los ‘ hombres de juicio” , según expresión de Su­
cre a Bolívar.
Los representantes dieron a conocer su criterio y, una vez
que se hubo clausurado el debate, el presidente sometió a vo­
tación estas tres proposiciones:
1. ¿Se unirán las provincias del Alto Perú a la República
Argentina?
Fué rechazada por unanimidad.
2. ¿Se unirán las dichas provincias al Perú?
Los diputados Eusebio Gutiérrez y José María Velarde vo­
taron porque se adoptara esta decisión. El primero fundamentó
su voto sosteniendo que estas provincias “ no podían constituir
un Estado independiente porque carecían de virtudes políticas,
verdadero patriotismo, espíritu público y elementos de segu­
ridad” (5),
3. ¿Las provincias altoperuanas se constituirán en Estado
autónomo ?
Mereció aprobación plena (6).

(5) Sabino Pinilla: “ Creación de Bolivia” , pág. 189.


(6) El diputado Montoya fundó su voto en la razón del equilibrio en­
tre los estados de la América del Sur; "ésta era, quizá — subraya Finot__,
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 37

En consecuencia, se suscribió la solemne acta de declara­


ción de la Independencia (7) por 48 representantes en 6 de agos­
to de 1825. primer aniversario de la batalla de Junin. Allí se pro­
clama ante el universo la voluntad inquebrantable de erigir al
Alto Perú en un “ Estado soberano e independiente de todas las
naciones, tanto del Viejo como del Nuevo Mundo” .
Nada así, en el concierto de las naciones, una nueva Repú­
blica, cuya creación, en rigor de verdad, “ no fué obra de Bo­
lívar rü de Sucre, bien que uno y otro hubiesen contribuido en
«■aa manera a su advenimiento. Bolivia nació por obra de sus
* propios hijos, los altoperuanos. Sólo que ellos no estaban ca-

la razón valedera, como que a ella y no a otra debe Bolivia el milagro


do mantenerse independiente, después de todas las vicisitudes de su his­
toria’'. ("Nuova Historia de Bolivia” , pág. 192.)
(7) Véase el texto en la cuarta parte. José María Serrano, presi­
dente do la Asamblea y esclarecido patriota, fué quien redactó el acta.
Habla asistido al Congreso de Tucumán y es uno de los que suscribió el
acta de declaración de la Independencia argentina de 9 de julio de 1816,
en su calidad de secretario y diputado por Charcas. También asistieron
a dicho Congreso José Severo Malavia y Mariano Sánchez de Loria, di­
putados por Charcas; José Andrés Pacheco Meló, diputado por Chichas,
y Pedro Ignacio Ribera, diputado de Mizque. Serrano destacóse en varios
torneos parlamentarios por su oratoria grandilocuente, que arrebataba a
b u s oyentes; escritor ampuloso, fué “ representativo de esa verbosidad fá ­

cil y sonora, llena de exclamaciones y de símbolos relacionados con la


antigüedad clásica; ya empezaba a parpadear el romanticismo, y comen­
zábase a ver esa resurrección de Atenas y de Roma en estas nuevas re­
públicas que pretendían ser un remedo de las antiguas. La cultura hu­
manística que la m ayor parte había recibido, los habilitaba para sacar a
cada momento a colación símiles del mundo antiguo y sobre ellos edificar
los rimbombantes conceptos de sus períodos verbalistas. Olvidando que
había pasado ya la hora de destruir en la cual cabe esa oratoria, no pen­
saba en la sobriedad propia e indispensable para la obra constructiva,
serena y real de la nacionalidad” . (Humberto Vázquez Machicado: “La
Proclamación de la República” . La Razón, La Paz, 6 de agosto de 1946,
página 8.) Los restos de Serrano reposan en la sala de Chuquisaca, donde
se proclamó la independencia, conocida como el "Templo de la Naciona­
lidad” .
38
CIRO FÉLIX TRIGO

pacitados para sostenerla. Sus audaces gestos no emparejaban


con el espíritu práctico que lleva a otros pueblos a destinos
mejores. El pueblo altoperuano fué el niño que realiza una tra­
vesura descomunal. Pero lo hizo obedeciendo fuerzas recóndi­
tas e irreprimibles... Se trataba en el fondo de un proceso que
era a la vez de regresión, de repetición y de renovación. Tiahua-
nacu, Kollasuyu, Imperio Incaico, Audiencia de Charcas Alto
Perú, B ohvia: he ahí tantos otros momentos en el milenario
palpitar del Gran Macizo. El Alto Perú, pues, sin darse cuen­
ta, tendía a verificar una obra de reconstrucción, o m ejor de
renacimiento nacional sobre el mismo bloque montañoso que
antano sirviera de plataforma a otras razas que llenaron aquí
grandes misiones. Y en este sentido, la nación de hoy'es la misma
nación de ayer, como será la nación del porvenir’' (8).

t
b) Primeras leyes constitucionales.

. Las altoperuanas provincias, al proclamar formalmente su


independencia por medio de sus representantes, “ protestan a la
faz de la tierra entera, que su voluntad irrevocable es gober-
narse por si mismos y ser regidos por la Constitución, leyes y
autoridades que ellos propios se diesen y creyesen más condu­
centes a su futura felicidad en clase de nación” .
Mucho empeño y gran fe sólo podían vencer los serios obs­
táculos que se oponían a la organización de Bolivia. Los asam­
bleístas altoperuanos, que querían libertad y autonomía a todo
trance, tuvieron que reducir la voluntad de Bolívar, librarse de
la jurisdicción que alegaban mantener sobre las provincias al­
tas tanto los argentinos como los peruanos y consolidar acele­
radamente la proclamación de la independencia. Para ello ha-
ia que proceder con cautela a la vez que con premura, fijando
las normas básicas del nuevo Estado.

(8) Jaime Mendoza: "Reaparición de una nacionalidad” . La Nación


Buenos Aires, 6 de agosto de 1925.
39
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

El Drimer acto legislativo de la Asamblea consistió en la


'n Hp la lev de 11 de agosto de 1825, conocida como Ley de
S e a t £ Por elía se dfspone que la denominación del nue­
va ^ t e d o es y será para lo sucesivo República Bolívar (9), re-
vo Estado y padre, protector y primer presi-
conociendo a este como a P F ^ diciembre>

S S S s s íp S g g
1« Rpnública y su Departamento se llamara Sucre, la
dón en la República de los días del nacimiento de Bolívar y Su-
^ ^ u d ó n que regirá después de la vida de estos héroes;
que se colocarán en todos los tribunales, municipalidades, uni­
versidades, colegios, escuelas y casas de enseñanza publica. los
retratos de Bolívar y Sucre para que su vista recuerde en toda
edad su memoria y estimule a la imitación de sus excelsas v
tudes; se pondrán sobre dos columnas las estatuas ecuestres
del inmortal Bolívar y del invencible Sucre; encomendándose aJ
mariscal de Ayacucho mandar forjar una medalla que se en­
tregará al Libertador y otra al presidente del Departamento
de Chuquisaca para presentarla, a nombre del Congreso, a An­
tonio José de Sucre.
En seguida se nombró una Diputación integrada por Casi­
miro Olañeta (10), José María Mendizábal e Hilarión Femán-

(9) Esta denominación se empleó oficialmente sólo en las primeras


leyes; muy luego fué sustituida por la de República Boliviana. Un repre­
sentante nacional hizo este razonamiento para la nueva declinación que
se adoptó: “ De Rómulo, Roma — dijo— ; de Bolívar, Bolivia.”
(10) Casimiro Olañeta, de quien se dijo que fué el “ partero de la na­
cionalidad", ha sido calificado como el “ tribuno del verbo cálido y de
alma pérfida” al decir de Jaime Mendoza. Según Adolfo Costa du Reís,
Olañeta “ fué un orador completo que no ha dejado obra escrita digna de
mención, pero sí fama de hechicero de muchedumbres. Conocedor de todas
las artimañas del parlamentario, ora sereno, ora fogoso, manejando con
maestría la saeta de la m ofa o de la indignación, Olañeta fué, en el seno
de asambleas heterogéneas, algo así como un sagitario. Veleidoso, torna­
dizo, “ sirvió a todos los gobiernos y conspiró contra todos eUos” . Mal-
40
CIRO FÉ LIX TRIGO

dez para que fuese al alcance del Libertador y se pusiese en


contacto con él a objeto de informarle sobre las decisiones que
se adoptaron y plantearle dicte determinadas medidas.
Grandes honores, homenajes y actos de reconocimiento se
prepararon para ganar la voluntad de Bolívar e inclinarlo a pres­
tar su decisiva colaboración a la causa de la naciente República
Y es así como, al decir de Gabriel René-Moreno, Bolívar entró
enemigo de la autonomía y salió jurándola. Algo más: el Liber­
tador se comprometió redactar el proyecto de Ley fundamental
del Estado y expresó en su proclama de 1.« de enero de 1826
fechada en Chuquisaca: “ Seréis reconocidos por una nación in­
dependíente; recibiréis la Constitución más liberal del mundo ”
Y su promesa fué cumplida.
Asi se organizo nuestra patria, al igual que las demás de
America. Después de heroica y prolongada lucha, sobre la ex­
tensión de una vasta porción colonial en que España dividió sus
dominios, por la voluntad espontánea de sus hijos, Bolivia ganó
su derecho de ser y fué aun por encima de la voluntad de Bolí­
var porque se impuso la “ soberanía del pueblo, única autori-
b e rtÍd o rlma ^ ^ naCÍ° nes’’’ como lo rec°™ ció el propio Li-

La Ley Constitucional de 13 de agosto de 1825, sobre la for-


ma de gobierno, representa la columna miliaria de la institu-
cionalidad boliviana; es — com o dice Gabriel René-Moreno— la
piedra angular inamovible del edificio constitucional de Boli-
V1Í Pr° f " tada P°r José Marí* Mendizábal, Eusebio Gutiérrez
y Manuel Mana Urcullu, y concebida en siete artículos, la Asam­
blea aprobo solo los tres primeros, dejando pendientes los res-
tantes. Las normas aceptadas se referían a la form a de gobier-

gastó preciosos dones en agitaciones estériles. Recuérdase apenas una

S ^ e S e t P° r él r e 61 deStÍerr° ’ al Presidente Isid°ro Belzu, mo­


delo de panfleto iracundo y mordaz, cuya retórica sirvió más para salva

rR e L V a °d e T a H 0Stde0Pp SÍ1CÍÓn' ^ Eplacar las violencias del tirano.”


AÍes 1945 ) tUral ^ E0UVÍa”’ W' M' Jackson Buenos
41
las c o n s t it u c io n e s de BOLIVIA

' ^ e ^ — d e ^ s Poae.es: Legislativo, Ejecutivo y


Judiciario, separados y divididos entre si.
El Congreso Constituyente de la República, dese
la r lo a U ^ te s de la potestad ejecutiva, que por ley de 26 de
/u tm n ha confiado al gran mariscal de Ayacucho, An
T T 2 d Sucre y determinar con toda individualidad las
S J d Í a u e ha dé ejercer en su desempeño” , sanciono la ley
«obre organización provisional del poder ejecutivo, promu ga-
H t o p o d é m e . Dicha ley, en sus veinticinco articu­
lo * contieno disposiciones relativas al tratamiento, inviola i
lldad, atribuciones, potestad reglamentaria, derecho a opon
veto, conducción de las relaciones internacionales, mando de las
fuerzas armadas, defensa de la integridad territorial, nombra­
miento de funcionarios civiles y militares, cumplimiento de los
fallos judiciales, jurisdicción y competencia, designación y se­
paración de ministros, responsabilidad de estos y sueldo de los
miembros del poder ejecutivo. Esta ley, con ser provisional, con­
templa acertadas disposiciones fundamentales encuadradas a los
principios básicos del Derecho Constitucional y que han logrado
mantenerse inalterables hasta nuestros días, como, verbigracia,
el término dentro del cual el presidente de la República debe
oponer el veto.
En entusiasta organización del nuevo Estado, el mariscal
Sucre constituyó un Gobierno regular, para lo que suprimió
el sistema de secretarías generales empleado por Bolívar y por
él en su calidad de jefes del ejército libertador. Aun antes de
adoptar el título de presidente, creó dos ministerios con el nom­
bre de secretarías de Estado: de gobierno y hacienda y de gue­
rra. Facundo Infante, talentoso liberal español, y Agustín Ge-
raldino, se hicieron cargo de ambos despachos.
Con las elecciones presidenciales celebradas en octubre de
1826, Sucre comenzó a ejercer constitucionalmente el mando, que
lo resignó ante el Congreso de 1828, al que remitió su grandioso
42
CIRO FÉLIX TRIGO

e imperecedero mensaje, del que emerge la prístina figura del


gran forjador de la nacionalidad, plena de nobleza, patriotismo
y magnanimidad.
Cabe puntualizar que coincidió con la nueva vida la publi­
cación de periódicos, que vinieron a reemplazar a los eventuales
y manuscritos pasquines coloniales. Si bien es cierto que en
1823 se publicó una Gaceta del Ejército del Perú Libertador del
Sud, en la tipografía que trajo el general Santa Cruz, es a partir
í ebrer° dS 1825, COn la aParición de El Chuquisaqueño
y El Cóndor (12 de nociembre de 1825), que la prensa comien­
za a ejercer su trascendente función.
El 2 de diciembre de 1826 fué jurada la Constitución.

c) Fuentes doctrinales.

Evidente fué la acción del enciclopedismo en la Universi­


dad de Charcas. El abate De Reynal, vulgarizador de la Enci­
clopedia, y el padre Feijóo con su “ Teatro Crítico” — dice Costa
du Reís (11) , marcan la entrada de los filósofos franceses en
Chuquisaca.
De Francia, indubitablemente, nos llegó la influencia de su
grandiosa Revolución, cuya teoría fué concretada en los elocuen­
tes debates de la Asablea Nacional durante los meses de junio
y agosto de 1789. Los constituyentes galos decidieron exponer
en una declaración los principios que “ deben form ar la base
de todo tipo de sociedad” para “ que cada artículo de la Cons­
titución pueda ser la consecuencia de un principio” . En Francia,
a su vez, a fin de realizar la obra constitucional, prestaron mu­
cha atención a la teoría y la acción de los constituyentes norte­
americanos, que acababan de erigir una pujante República. Prue­
ba acabada de ello constituyen las cartas de John Adams que

d i) Ob. cit.
\

43
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

venían publicándose desde 1786, las que fueron traducidas e im-

^ r l b e a u , al informar el proyecto que la Comisión había pre­


parado, puntualizó que adoptaron una “ forma popular , ale-
^ d o s e de los libros y meditaciones abstractas, para ceñirse
Í lo que el pueblo, por haberlo experimentado, podía compren­
der mejor. “ Así han hecho los americanos en las Declaraciones
Ae Derecho", añadió. Los Estados Unidos de Norteamérica
__ como afirma el profesor Padilla (13)— , “ desde la Declaración
de la Independencia quisieron ser oídos por la humanidad. A
rila se dirigieron cuando en este documento hablaron de los de­
rechos in a lien a b les con que el Creador nos dota por igual a to­
dos y para asegurar los cuales “ se instituyen los gobiernos cu­
yos justos poderes derivan del consentimiento de los goberna­
dos". Las palabras que de ahí venían se difundieron por este
y el otro Continente, con el prestigio que le daba la form a re­
publicana.”
Por lo tanto, existe una comunidad de principios de Derecho
Público, franceses y norteamericanos, que han influido acentua­
damente en la organización constitucional latinoamericana, in­
fluencia a la que Bolivia no es extraña y, por el contrario, re­
sulta uno de los países que puede ser invocado como prueba de
esta afirmación.
Veamos ahora los antecedentes que existen acerca de la
enseñanza del Derecho Constitucional, en lo que a Bolivia con­
cierne. La ley de 9 de enero de 1827 y el decreto reglamenta­
rio de 28 de octubre del mismo año, establecían que el estudio
del “Derecho público nacional, la Constitución y leyes orgáni­
cas de la República” formaban parte del curso de Jurispruden­
cia. El Derecho Público — prescribía el artículo 134 del Regla-

(12) John Adam s: "Defense des Constitutions Américaines” . Ed. Buis­


son, Paris, 1793, 2 vols.
(13) Alberto G. Padilla: “ Principios comunes al Derecho Público de
Europa y América” . L<i Pronsci, Buenos Aires, 9 de jumo de 195T.
CIRO FÉLIX TRIGO

“ J , f ensenara Por ahora por Benjamín Constant (14)


lentras haya otra obra elemental más acomodada a la forma
de Gobierno, adoptada en la República. La Constitución y leyes
organicas se estudiarán en su texto original.
En el Estatuto de la Universidad Mayor de San Andrés de
24 de marzo de 1832, extensivo a las de Chuquisaca y Cocha-
bamba por ley de 5 de noviembre y decreto de 3 de diciembre
din Ü T n ° e¿ C+Urso de JurisPrudencia comprendía el “ estu-
v Pen r e p , n Y ** Gent6S’ d d Derecho Político> Civil
L ? ; f n 81 Derecho Político — proclamaba el artículo 83
del E s t a t u t o - enseñará el catedrático sus principios genera­
les por el libro primero de Rayneval (15), y en detalle los que
haya adoptado nuestra Constitución.

l n ,n ” h,*w‘ h,sp™ '■ ¿ “

para l í ,desi» nad0


cido diplomático francés que vivió e n íe m y 812l l «
pecial fama por su obra “Institutions du d r o t d e la n a tu r e i T ~
publicada en 1803, que su hijo, Francisco Ja L T t e
Rayneval, revisó y anotó en la edición hecha en 1832
_ Es interesante anotar que hubo un manual de Derecho Público

™ L " ” í “ a" a " V a «• Chuquisaca hasta l i s .

J «rr
■m prm« por * *
r z sConch,
„ „ „
, s „ r' ~ ias
~
L » obra comprende dos tomos: ,1 primero referente a la parte “ t ó c . v l,
o n o concerniente al Derecho positivo español. Dicho libro mereció
° r* » « » « e» Sucre, en ,a Imprenta“ ^ « " ! v

páginas V t Z r > “ r . 0¿ PUb' ,C“ ,° 30,0 - “ **


Véase nuestro artículo “Notas sobre la Historia de la cátedra dP n * .
c t e s L And00 ’ mSert° en RevUsta & Derecho de la Universidad Mayor
San Andrés, num. lo, correspondiente a abril-mayo-junio de 1953.
43
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

F1 Estatuto Orgánico de las Universidades, dictado por de-


T He 25 de agosto de 1845, no incluía la ensenanza del De-
C r6^ P ú b U c o entre las materias correspondientes a la carrera
recho Publico entre añ0s— . sino en el curso com-
de la abogacía ®r L qs quieran obtener el grado de
S r nS e c Í - h t ó n un año más de estudio del Derecho Pü-

sus " ^ " ^ e glamen.

“ — " l o Público debia

Bajo el Imperio de las precedentes pragmaücas se p


en Boíl vía, durante 1846, el “ Curso de Derecho Publico (17).
dictado por don Luis Velasco en la Universidad de San Fran­
cisco Xavier. Esta obra, que, según nuestras averiguaciones es
la primera que de autor nacional se edito en Bolivia sobre De­
recho Público, otorga a Velasco -n o t a b le filósofo y p u b lic is ta -
la prioridad entre los tratadistas de la materia y reviste singu­
lar mérito, pues coloca a nuestro país entre los primeros de

(16) Luís Antonio Macarel (17 9 0 -1 85 1 ), fué un jurisconsulto francés


que desempeñó importantes funciones administrativas, siendo consejero
de Estado. Catedrático de Derecho Administrativo en la Universidad de
París, escribió varios libros, entre los que ocupa lugar preeminente Ele­
menta de droit politique” (1 8 3 3 ).
(17 ) V é a s e “ C o le cció n de D o cu m e n to s B o liv ia n o s , r e c o g id o s > or­
d e n a d o s p o r G a b riel R e n é -M o r e n o , segu n d a serie, v o l. 63. D e r e c h o P u ­
b lic o y A d m in istra tiv o , S a n tia g o d e Chile, 1877.
Don Luis Velasco, de profesión abogado, vicecancelario de la Univer­
sidad de Sucre, profesor decano de la Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas y miembro del Consejo Universitario, se distinguió principalmen­
te en el campo filosófico por haberse inspirado en el eclecticismo de Víctor
Cousin. Publicó también “ Curso completo de Derecho Natural” , impreso
en 1848. Su Derecho Natural más que de Filosofía del Derecho es un
tratado de ética inspirado en las teorías morales de Kant, como puntualiza
Guillermo Francovich (“ La Filosofía en Bolivia ).
46
CIRO FÉLIX TRIGO

Latinoamérica que cultivaron tan importante rama del Derecho


D e lo anterior se puede deducir fundadamente que la asig­
na ura ^ e Derecho Constitucional, como disciplina autónoma
Se-is¿s a 6n kS Universidades bolivianas con anterioridad
a 184b, ya que englobada con otras materias, figura desde el 9
de enero de 1827. Desde 1859, con el decreto de 27 de noviem­
bre de ese año, el Derecho Público Constitucional fué compren­
dido en el plan regular de los cursos de las Facultades de De-
recho.
Confirmada queda, pues, la preponderancia que ejercieron
el pensamiento político francés, combinado con las normas y
practicas norteamericanas, en los albores de nuestra vida repu­
blicana, sirviendo de pauta para la formación cultural- de las
nuevas generaciones.
IV

TEOHIA y REALID AD CONSTITUCIONAL

“ T od o3 a m a m o s la P a t rfa y
d o c o s tienen p a trio tism o . El a m o r a la
P a tr ia es un sen tim ien to n a tu ra l y e
p a trio tism o u na virtu d . A q u e l p r o ce d e
de una In clin a ción al su elo d on d e n a ­
c e m o s y re cib im o s la s p n m e r a s lu­
ces; y el p a trio tism o es un e s ta d o
p r o d u c id o p o r la co m b in a ció n d e m u ­
c h a s v irtu d es d e riv a d a s de la ju s ticia .
P a r a a m a r la P a tria b a s ta s e r h o m ­
b r e ; p a ra ser p a trio ta es p r e c is o te -
n e r v irtu d es de tal. A q u e l q u e n o te n -
g a un v erd a d e ro esp íritu de fila n tro p ía
o in terés p o r la ca u sa h u m a n a o m ii e
su co n v e n ie n cia p e rso n a l c o m o p r i­
m e r a le y d e sus d eb eres y qu e n o
s ea co n sta n te en el tr a b a jo ni a m b i­
ció n d e ser ú til a lo s d em á s, n o p u e­
d e ser p a trio ta .”
BERNARDO DE MONTEAGUDO.

a) Fases históricas.

La historia de Bolivia, conforme a la clasificación hecha por


Alcides Arguedas, comprende las siguientes fases: Fundación
de la República, los caudillos letrados, la plebe en acción, la
dictadura y la anarquía, los caudillos bárbaros, la guerra in­
justa, la política conservadora y la política liberal, con lo que
43
CIRO FÉ LIX TRIGO

abarca los años corridos desde 1825 hasta 1920. Luego, con el
mismo criterio, para llegar hasta nuestros días, tendríam os: la
política republicana, que en esencia siguió siendo liberal, la so­
cialista y la nacionalista.
Enrique Finot, como la generalidad de los historiógrafos
patrios, estudia nuestro pasado en capítulos diferenciados, pero
con distinta denominación de la adoptada por Arguedas. En ver­
dad que la historia boliviana no es fácil de sistematizar, pues
carece de homogeneidad y sus períodos muestran rasgos de di­
fícil fisonomía, ya que antes, después o junto al gobernante idea­
lista y constructivo, surge el bárbaro mandón y retrógrado o
el político de ambición impaciente en quien descuella la fasci­
nación del poder y que sigue los senderos tortuosos de la cons­
piración y la intriga.
Las leyes constitucionales, desde que se dieron hasta el mo­
mento, han tenido una azarosa vigencia. Pocos y relativamente
breves han sido los períodos en los que se aplicaron con lealtad;
su cumplimiento se ha circunscrito a los intervalos entre los
golpes de estado, pronunciamientos militares, alzamientos po­
pulares y revoluciones, renovados incesantemente con mayor ím­
petu al calor de complejas fuerzas económicas, sociales y polí­
ticas.
Las instituciones jurídicas reposan sobre una costumbre ori­
ginaria, remota, que lentamente se ha transformado hasta cons­
tituir norma escrita. En Bolivia, todo su ordenamiento funda­
mental proviene desde la iniciación de su vida republicana, sin
que se hubiesen tomado en cuenta mayormente los usos y cos­
tumbres que existieron durante la vida colonial y en la época
incaica.
El examen más superficial de la teoría y realidad constitu­
cional nos lleva a patentizar un notorio desequilibrio entre am­
bas. Es ostensible la distancia que media entre lo que dice la
Ley y lo que se hace en nombre de ella o se ejecuta sin invo­
carla. Las viejas prácticas, los hábitos inveterados y la baja o
ninguna cultura cívica conspiran contra la aplicación recta y
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

veraz de las normas fundamentales. Pesa asimismo la tradi­


ción de la conducta que observaban las autoridades en relación
a las leyes dictadas por el monarca español para las Indias,
sintetizada en esta máxima: “ Se acata, pero no se cumple (1).
Infelizmente, nosotros podemos expresar todavía que la Cons­
titución se acata, pero no se cumple sino esporádica y parcial-

meD¡¡’ ahí que la lucha por implantar un r é g i m e n constitucio­


nal admite en América Latina una generalizada clasificación.
Lo» gobernantes, que encuentran o ven en la Carta un obstacu o
ft SUS designios de poder incontrolado, infringen y conculcan s
normas para mantenerse en el mando; los gobernados, que re­
daman la vigencia efectiva de la Constitución, frecuentemente
van m is allá de los límites lícitos, plantean exigencias desme­
didas y provocan situaciones de hecho, que significan nuevas
infracciones constitucionales. “ Diez veces juradas — dice Gabriel
Eené-Moreno— y mil perjuradas estas Constituciones, estos per­
jurios de la autoridad y del pueblo forman la historia de Bo-

liv la ”
Tal es el fenómeno perceptible sobre la normatividad cons­
titucional en nuestras juveniles y políticamente poco desarrolla­
das colectividades.

(1) Frente a la tradición de discrecionalidad que entraña esta máxi­


ma. corresponde puntualizar la tradición de libertad y justicia que tam­
bién se manifestó en América durante el coloniaje. He aquí un casó digno
de m ención: “ Victorian de Villava, fiscal de la Audiencia de Charcas des­
de 1790 a 1800, autor del docto "Discurso sobre la mita de Potosí” , escribió
en 1797 el trabajo “ Apuntamientos para una reforma del reino” , en el que
propuso los medios para modificar la monarquía española, dar a América
participación on el Gobierno y reformar el Código indiano. Pedía la se­
paración del poder judicial de todo poder. De América decia que el Go­
bierno que se le ha impuesto es el medio "para perderla como súbdita y
com o amiga” . Consideraba que en las Audiencias, la mitad de los oidores
debían ser americanos y la otra mitad europeos, y de que América debía
tener derecho a enviar diputados a España que intervinieran en la re­
dacción de la ley destinada a su gobierno. Los americanos eran más ilus­
trados de lo que podía creerse, afirmaba, declarando que desde los prin-
co CIRO FÉ LIX TRIGO

fa) Balance de ciento treinta y dos años de vida republicana.

El análisis de nuestro pasado nos prueba que el ideal de la


libertad se eleva hasta encumbradas cimas en determinados mo­
mentos históricos, culminando en grandes triunfos populares
para caer luego a los peores abismos del despotismo. Si se tra­
zara una curva de las alzas y caídas de la libertad y los consi­
guientes avances y retrocesos del despotismo, tendríamos una
línea quebrada en la que deplorablemente no es la libertad la
que predomina. Cuando se cree haber superado definitivamente
procedimientos de violencia o sistemas de barbarie, se incurre
de nuevo en ellos, lo que denuncia la presencia de gérmenes re­
gresivos, que se mantienen en estado de intermitencia. ¿ A qué
atribuir tan pertinaz estancamiento o retroceso?
Las causas son diversas, como la pobreza, la incultura, la
demagogia, la opresión y la explotación del pueblo. De ahí que
los avances institucionales sólo hienden la superficie de la es­
tructura social boliviana y no han penetrado en la profundidad
de^ la misma. Aquella estructura nos muestra una superposi­
ción de culturas: al lado del indio de la altiplanicie, que vive a
la usanza incaica, o del nativo de las llanuras y trópicos, que
está regido por la ley de la selva, está el mestizo con pocos há­
bitos civilizados y de mentalidad compleja, y también se en­
cuentra el boliviano evolucionado que marcha al compás de la
era atómica. En consecuencia, las normas constitucionales que
responden a la civilización occidental no pueden ser observadas
por quienes carecen de capacidad para asimilarlas. La inmensa
masa de autóctonos permanece al margen de tal ordenamiento
fundamental, y sólo un reducido porcentaje de indios, por el
proceso de cruzamiento, lentamente y en escala reducid^, va in­
corporándose a la manera occidental de vivir. Pero esto única-

cipios de la monarquía miraron los españoles este país con ojos de codi­
cia tan bárbara, que por coger el fruto cortaban el árbol.” (Ricardo Levene:
Manual de Historia del Derecho Argentino” . Ed. Gmo. Kraft, Ltda Bue­
nos Aires, 2.» ed., 1957; págs. 195-56.)
51
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

„ e n t e beneficia a un sector minoritario, quedando intacta en


s u primitivismo la mayoría de los pobladores del campo. La so-
t e t ó n reside en elevar, asimilar e incorporar a los aborígenes
a to vida civilizada y uo en invertir los términos, pretendiendo
nivelar por abajo. La tarea por cumplir es inmensa, pues se
tr a ta d e instruir, educar y civilizar a mas de dos millones d
eeres en un país con apenas tres y medio millones de habitantes.
P m t i c a n i r este ambicioso objetivo se ha incurrido e incurre
o n d em o str a c io n e s demagógicas de acentuado efecto político an­
te» que en procedimientos y métodos de adecuado y eficient
rendimiento social.
Estimamos que la obra ponderable de institucionalidad pa­
tria ha sido realizada en Bolivia por la prédica y la acción de
una minoría de criollos, primero, y de mestizos, despues; pero
siempre ha correspondido a la élite la gran tarea civilizadora.
La élite ha surgido de la clase media, que en nuestro país, al
igual que en la generalidad de Latinoamérica, existe como rea­
lidad no sólo económica, social o política, sino también como
realidad espiritual. De la clase media han provenido los inte­
lectuales, artistas, políticos, profesionales, comerciantes e indus­
triales. La debilidad nuestra radica, precisamente, en que su
clase media es magra y pequeña, por lo que se impone su ro­
bustecimiento. ¿Cómo vigorizarla? En gran medida mediante
la inmigración europea masiva y en dosis no menos apreciable
con la incorporación a su seno de personas pertenecientes a otras
clases — proletaria y campesina— , pero que, merced a un pro­
ceso de asimilación y elevación de su nivel económico, sean trans­
feridas a la clase media, que tiene enorme capacidad de ab­
sorción.
Sabemos que Bolivia posee inmensas riquezas naturales y
que su posición geográfica es buena. A ambos factores físicos
hay que añadir el de la población, en la que el país es muy es­
caso, y de la que requiere con urgencia vital. De ahí que en
la Bolivia actual, como en la Argentina del pasado siglo, pode-
52 CIRO FÉLIX TRIGO

mos repetir que la solución reside en aplicar la sabia máxima


de Alberdi: “ Gobernar es poblar.”
América Latina en general, y Bolivia en particular, desde el
punto de vista político-institucional, está todavía en la adoles­
cencia. De ahí que hállase en proceso de formación y no ha
podido aún “llegar a una madurez de la conciencia moral y al
conocimiento de sus responsabilidades políticas y sociales” . Por
ello encontramos que el recurso a la violencia, los procedimien­
tos cruentos y una cargada emotividad se emplean o eclosio-
nan con especial facilidad, pues se carece del contrapeso de una
razón dominadora.
El pensamiento político fundamental adquirido por comu­
nidades más evolucionadas y cultas, que se sintetiza en libertad
y democracia, encuentra una actitud de juvenil irreverencia, ad­
virtiéndose con cuánta ligereza se desprecia “ el valor de prin­
cipios e instituciones políticas que han demostrado, a lo largo
de siglos, que son eficaces o necesarias” . Se declama democra­
cia, pero ella no trasciende a la conducta. Se pregona que aqué­
lla representa el Gobierno de la mayoría, en cuyo nombre se
perpetran excesos y abusos, pero olvídase deliberadamente que
la minoría debe tener voz, voto e influjo ajustados a su im­
portancia dentro del cuerpo social” .
Hay proclividad para ver en el contradictor político no un
adversario cuyas ideas merecen respeto, sino un enemigo al
que se debe aniquilar. De ahí que, con extraordinaria simpleza,
se divide a los connacionales en réprobos y elegidos, en trai­
dores y patriotas, según contradigan o acompañen en la lucha
por el mantenimiento del poder antes que por el triunfo de los
ideales de la fe patriótica.
Los partidos políticos bolivianos, que giran esencialmente
en torno a lo personal, aunque para su denominación y conteni­
do adopten determinadas doctrinas, hay que considerarlos en
los grupos existentes antes de 1880 y los que se organizaron con
posterioridad a dicha fecha.
Desde la fundación de la República hasta 1880, año que se
53
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

inorgánica en la mayoría de los casos y predominantemente de


marcado tinte personalista. Así, los ciudadanos que siguieron a
Santa Cruz se denominaron crucistas; los partidarios de José
Balllvián, ballivianistas, etc. También se denominaban algunos
grupos políticos de acuerdo a la fecha en que lograban el Poder.
Hubieron, de este modo, “ septembristas” , “octubristas , de­
cembristas” , etc. Motines, pronunciamientos militares, actos de
audacia cuartelaria, golpes de Estado, fueron los hechos pre­
valecientes en la primera época republicana.
Algunos historiadores y pensadores ven en Manuel Isidoro
Belzu la encarnación de un nuevo sentido político, estimando
que hasta entonces el pueblo vivía al margen del acontecer ins­
titucional. Consideran que aquel caudillo facilitó la presencia
del pueblo en las luchas partidarias, que irrumpió como un fa c­
tor decisivo en la vida política nacional. “ Las masas populares
han hecho oír su voz y desempeñado su rol espontáneamente
— decía Belzu en su mensaje al Congreso de 1855— ; han sofo­
cado revoluciones y combatido por el Gobierno constitucional.
La aparición de este poder formidable es un hecho social de emi-
nante trascendencia.” El bélcismo, que invocando la voluntad
del pueblo, colocó frente al militarismo el poder de las masas,
produjo “ la organización de un partido opuesto, formado con
los elementos más educados y conscientes de la sociedad coetá­
nea, que sostuviera con la propaganda y con la fuerza la causa
54
i CIRO FÉ LIX TRIGO

del Iegalismo constitucional” (2). Ese partido fué el septena


rismo, cuyo jefe era José María Linares. Caído Linares del Po-
er en 1861, el septembrismo desapareció para transformarse
en el partido rojo, heredero intransigente de sus ideales y la
expresión más calificada de las organizaciones partidarias de tipo
aristocrático que existieron en el país hasta 1880.
Es propiamente a partir de 1880, con motivo de la célebre
Convención Nacional de ese año, que se reunió a raíz del desas­
tre de la guerra con Chile, cuando en realidad comenzaron a
organizarse los verdaderos partidos políticos bolivianos. Desde
entonces se invocaron principios e ideas, y no como antes, úni­
camente el nombre de un caudillo o la fecha de la toma del
Poder Asi comienza la prédica y acción de los partidos: con­
servador, liberal, republicano, bajo cuyo ejercicio de poder ce­
lebrase el primer centenario de la República. En abono de la
bondad de los partidos, repetimos el juicio de Alberto Gutié­
rrez (3), cuando sostiene: “La saña con que los déspotas mi­
ran a los partidos ajenos a su agrupación personalista, demues-

r / , 2> Albn ° Gutiérrez: “ El Melgarejismo antes y después de Melga-


2-‘ ed- ° ° rre&ida y aumentada. Editores, González & Medina,
1 a I “ E1 PaíS haWa sentid0 ya en varias ocasiones la
necesidad de darse una ley que trazara las funciones de los poderes públi­
cos y que estableciera la corriente de sus influencias. Había un hombre
cultivado y experto, representante genuino de la sociedad civil, de noble
T " smerada a lt u r a intelectual, que representaba a esas horas
la legalidad. No invocaba para conspirar contra el Gobierno de Belzu
merecimientos o ambiciones individuales, sino un título legitimo, de pura
fuente constitucional. Era el doctor Linares que, investido con el cargo de
presidente del Senado, debía reemplazar al presidente en ejercicio por
ausencia o impedimento suyo. Derrotado y fugitivo Velasco, correspondía
legalmente la presidencia al doctor Linares, en su carácter de presidente
de! Senado conforme a la ley constitucional vigente. Esta lucha entre
el éxito militar y el principio legalista dió nacimiento a los dos partidos
que fueron el eje de nuestras vicisitudes políticas en los albores de la
República y que viven hasta el día de hoy disputando sus influencias en la
solucion de los problemas públicos.”
(3) Ob. c it, pág. 12.
55
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

iw moro aparato policíaco.


La demagogia multitudinaria — en la que se “ valora infe­
rioridades”— , con su teoría estatista, liderazgo y doctrina úni­
ca, es la más peligrosa form a política de los últimos tiempos,
pues ha logrado prender en espíritus melancólicos o concien­
cias oscuras de gentes ignaras, explota el resentimiento social
y engaña a masas ingenuas capaces de creer en políticos mano-
santas y charlatanes de la política social.
Tarea de quijotes, pues, es la de quienes luchan por extin­
guir los odios y aunar voluntades para bregar solidariamente
por la paz social y la grandeza de la nación. El forzado destie­
rro, la cárcel o el mutismo impuesto dentro del país son los
acostumbrados métodos para ahogar toda manifestación de dis­
crepancia, de disconformidad o de nuevos planteamientos que
debieran escucharse al amparo de la libertad de expresión. Mas,
tocante a la libertad de prensa, cabe señalar un fenómeno social
constante que evidencia la existencia de ciertos periodistas que
no están a la altura de la magna responsabilidad que comporta
tan honrosa profesión. En efecto, bajo los regímenes despóti­
cos, sólo se mantiene la prensa dócil; pero cuando han existido
Gobiernos democráticos aparecen los “ sayones de imprenta por
56
CIRO FÉLIX TRIGO

medio de la difamación periodística” . Así se oscila trágicamen­


te entre la servidumbre y la licencia, ambas repudiables.
La adolescencia política se acentúa en Bolivia con otras ca­
racterísticas poco felices, que son algo así como un patrimonio
común de defectos y errores.
, La oposición es obstinada y terca en su conducta de siste­
mática impugnación de los actos gubernamentales. Carece de
hidalguía para reconocer lo bueno, venga de donde viniere. Está
animada de pasiones de tono muy subido para controvertir ecuá­
nimemente. No busca la salida legal de los problemas políticos
y rechaza con indignación la posibilidad de transigir, olvidando
lo que puntualiza el doctor Jennings, quien estima que “ la fa ­
cilidad para transigir es todo cuanto significa el genio británico
para gobernar” . El Gobierno, a su vez, invocando frecuentemen­
te su condicion de mayoría, con la que pretende cohonestar sus
atropellos, ejerce innumerables coerciones sobre sus adversa­
rios e impide toda polémica necesaria para exhibir a la luz pú-
ica la bondad de las ideas y los procedimientos sustentados
por la oposición. O sea, que no puede entablarse el diálogo co­
tidiano entre gobernantes y gobernados y, consecuentemente,
no hay coexistencia pacífica entre ambos, símbolo inequívoco de
autentica democracia. La libertad sólo es para un sector, olvi­
dándose que aquella, al ser como el sol, o alumbra a todos o no
alumbra a ninguno.
Se da primacía a la proclamación y exigencia de derechos
antes que a la difusión y cumplimiento de deberes.
Se solivianta a las masas con promesas falaces, estimulando
a aversión respecto de entidades que disponen de medios eco-
nomicos y generan alguna actividad comercial o industrial, mi­
rando en cualquier empresario un detestable espécimen dé lu­
cro desenfrenado. Olvídase deliberadamente que en una época
en la que las necesidades de la vida material rigen con tanto
imperio en el mundo todo, lo espiritual une y vincula a la nación
cuando descansa sobre una firme base de interacción económica.
Si la actividad económica languidece por ausencia del capital,
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

„ ¡n™ 3a en el callejón de lo paupérrimo, donde la distribución


d e ufm iaeria es el único pendón que hacen tremolar políticas-
tros ávidos de efímera popularidad.
E n era se todo de la acción del Estado, en vez de que cada
persona por si misma realice su tarea en la medida de lo posible.
K d e asi la inacción y una labor de mero inculpam.ento al Go-
bienio Dor las deficiencias existentes.
" ¿ m t i z a indigno descuido por la
preparación de las personas para la v i d a democra ica. Todos
austros pueblos -s o s t ie n e Jimenez de Arechaga ( 4 ) - , desde
lo» que gozan do los beneficios de cierto grado de orden y -
bertadefl basta los que están sacudidos por la demagogia o -
gado« por la tiranía, en los momentos más solemnes de sus vidas
han expresado su voluntad y esperanza de organizarse dem -
oráticamente; pero muy poco es lo que se ha hecho y lo que se
está haciendo en el sentido de crear las condiciones profundas
necesarias para el establecimiento de regímenes democráticos
estables y ordenados.
“ Debemos hacernos una reflexión muy sim ple: un tirano pue­
de ser m ejor — intelectualmente mejor, espiritualmente, moral­
mente mejor— que el pueblo al que domina; nada impide que
ello sea así; pero una democracia nunca llegará a ser más per­
fecta de lo que hayan llegado a serlo los individuos que la in­
tegran.
’’Con hombres imperfectos, de bajo nivel moral o politica­
mente incultos, jamás podrá darse, ni por milagro, una demo­
cracia justiciera, progresista, firme y ordenada.
’ ’Hacer una democracia es, pues, hacer hombres, ciudada­
nos. Y ello implica una formidable, difícil y paciente tarea edu­
cacional, de educación moral y para la vida en comunidad.
En la enseñanza media de Bolivia, figura aún la Instrucción
Cívica con limitadísimas horas de estudio. La mera instrucción,
lo sabemos, sólo informa y transmite conocimientos. E l país
(4) Justino Jiménez de Aréchaga: “ Educar para la democracia . La
Prensa, Buenos Aires, 24 de mayo de 1957.
58
CIRO FÉLIX TRIGO

necesita de educación cívica y democrática, que forme, estimu­


le, desarrolle las facultades físicas, intelectuales y morales para
hacer de cada persona un ciudadano idóneo, de juicio crítico,
consciente de su dignidad al servicio de la democracia.
Mientras no se generalice la educación cívica y democrática;
hasta tanto no se cumpla una inmensa tarea de preparación dé
las masas, difundiendo los deberes que toda persona debe cum­
plir, no se podrá alcanzar una convivencia pacífica, fructífera
civilizada y civilizadora, y será grande la distancia que separé
a la teoría de la práctica constitucional en las tierras promiso­
rias de la América Morena.
A operar una real y honda transformación en las masas,
mediante su educación para la vida democrática, debe endere­
zarse nuestro esfuerzo, con la esperanza de que él no será vano,
pues antes que recetas políticas deleznables o meras reformad
de la Constitución, lo que hay que reformar es la mentalidad
boliviana, su modo de encarar los problemas nacionales y su
actitud ante la vida.
Muchas veces el pueblo boliviano depositó su mayor con­
fianza en importantes movimientos políticos; pero tantas otras
veces estos frustraron sus más caras esperanzas. Por eso cunde
el escepticismo, surge la angustia y se generaliza la desespe­
ranza. Hubo momentos en nuestra vida republicana en loa
que el pueblo cumplió admirablemente sus deberes cívicos, im­
puso el respeto de sus derechos esenciales y combatió la arbi­
trariedad, la ilegalidad y la injusticia. En esas circunstancias,
la opinión pública se manifestó con fervoroso entusiasmo por
el imperio de la Constitución, estimando que su observancia nos
relevaría de caer en nuevos despotismos. Así, por ejemplo, en
1930, estudiantes y cadetes fueron glorificados como defenso­
res de la Constitución (5).

(5) Elevando a la Constitución a un plano irreal y tomándola como


un ideal en sí antes que como un medio para lograr la felicidad del hom­
bre, se llega a situaciones paradójicas. Entre las iniciativas exóticas de
la historia constitucional boliviana, no podemos prescindir la cita del pro-
59
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

Mas tras de pocas gestiones gubernamentales que hicieron


culto de su acatamiento al texto co n s titu cio n a l-co m o as de
Adolfo Ballivián, Tomás Frías y Eliodoro Villazon , prolifera-
ron autoridades que escarnecieron sus normas. A manera ejem­
plificados, citaremos algunos casos sarcasticos de los princi­
pales conculcadores de la Constitución. Belzu, despues de ha­
ber dominado el país durante siete años sin sujecióni a ley al­
guna con tardío arrepentimiento, pone en vigencia la Consti
S n diez días antes de dejar el mando ™edf nte el deCf ^
do 5 de agosto de 1855, que decía: “ Queda desde esta fecha e
plena vigencia la Constitución Política del Estado. Placido Ya-
fioz, en 0861, se frotaba las manos de satisfacción despues d
haber mandado asesinar al ex presidente Córdova “ con la Cons­
titución en el pecho". Melgarejo, el que mas se m ofo de la Ley
fundamental, dijo que la de 1861, que era buena, se la metió
en el bolsillo izquierdo, y la de 1868, que es mejor según ex­
presión de los doctores que le acompañaban en el banquete,
se la había guardado en el bolsillo derecho, para subrayar que
nadie gobernaba en Bolivia sino su omnímoda voluntad.
La gama de posibilidades políticas ha corrido en un segmen­
to de derecha a izquierda, según la hora histórica y la filosofía
que fundamentaba las distintas ideas. En el último lustro, con
ingredientes nacionalistas, indigenistas y totalitarios, se ha he­
cho de la propaganda política un instrumento estatal que ha
convertido al Gobierno en una gigantesca agencia de aquélla,
anulando toda crítica y creando un estado de sonambulismo
público en el que se destruye lo esencialmente humano, que ea
la libertad, y su corolario necesario, la democracia.

yecto presentado por don Rigoberto Paredes sobre “ reglamentación de


las revoluciones” , y el de don Franz Tamayo, conocido como “ ley capital” ,
proyecto según el cual, cuando un presidente de la República violara la
Constitución y se convirtiera en tirano, el jefe de la oposición estaba au­
torizado para declararle tal y condenarlo a muerte. La sentencia debia
ser ejecutada por cualquier ciudadano. El tiranicida merecía la gratitud
nacional y era acreedor a que se le erigiera una estatua.
60
CIRO FÉLIX TRIGO

Izquierda y derecha, dos extremos inspirados en verdades


absolutas, sólo admiten parciales sectarios y fanáticos. “ Sec­
tarismo — ha dicho el presidente argentino Pedro Eugenio Aram-
buru— es la fanática agrupación alrededor de una idea o doc­
trina adoptada como verdad absoluta y única, sin transigir ante
nada, sin escuchar otra razón, sin permitir juicios opuestos, sin
admitir la menor discusión. Ambas posibilidades o caracterís­
ticas son la mayor desventura para quien las posee, porque le
hace vivir en un mundo estrecho, sin luminosas perspectivas
universales. Es mucho lo que deja de ver, y muchísimo más lo
que confunde y altera con apreciaciones erróneas. El sectario
carece del más preciado de los bienes morales: la tolerancia, a
la que aborrece porque cree en la existencia de una verdad ab­
soluta la suya— y no sabe que la constituyen no pocas ver­
dades parciales. Hombre superior es el que viene dotado con
la capacidad de percibir el mayor número de aspectos y de ver­
dades relativas” (6).
En el centro de este diagrama, ocupando el mayor espacio,
está el pueblo entero de Bolivia, con su gente sencilla, austera,
abnegada y esperanzada, desconcertado por la incomprensión
v la falta de verdadero desinterés de sus dirigentes.
La problemática boliviana en su orden institucional — que
pertenece a la de Latinoamérica— , no es sino una fase de otros
problemas irresolutos, como el económico y el social. Está muy
saturada de emociones e ideas tradicionales y hállase demasia­
do trabada con la historia de este Continente. De ahí que la so­
lución no puede ser parcial; habrá de ser general, al igual que
la emancipación política de comienzos del pasado siglo. El sis­
tema republicano de gobierno, lejos está de significar auten­
ticidad democrática. De la letra de las Constituciones, en las
que se prevé avanzados regímenes gubernamentales, media gran
distancia a la realidad de dictaduras que, invocando al ejército

(6) “ El sectarismo y sus peligros” , editorial de La Prensa, Buenos


Aires, 17 de julio de 1957.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 61

O al pueblo bajo plataformas falaces y fementidas declaracio­


nes de principios, constituyen abominables tiranías cerriles
Pero no hay que desesperar. El militarismo, que tantos da­
dos causara a nuestra América, va desapareciendo en la gene­
ralidad de los países. Y la conducta militar que ofrece un con­
junto apreciable de jefes de Ejército en función gubernamen­
tal, empeñados en trabajar para la democracia, prueba que
historia latinoamericana atraviesa una nueva fase.
En ciento treinta y dos años de vida republicana, Bolivia ha
«novado catorce Constituciones, lo que prueba que su mes -
bllidad constitucional ha marchado en concordancia con su in­
estabilidad política (7). Analizados los diversos textos consti­
tucionales, encontramos que propiamente no se puede hablar de
distintas constituciones, sino que existe una unidad y continui­
dad histórica a través de todas ellas. Es notorio que algunos
textos se inspiraron en momentáneos intereses políticos y fue­
ron dictados bajo la presión de determinados caudillos. No han

(7)_____“ En la primera centuria de vida independiente que llevamos, 1825-


1925 __afirma Vásquez-Machicado— , hemos tenido ciento noventa movi­
mientos sediciosos entre conspiraciones, revueltas, pronunciamientos, cuar­
telazos, revoluciones, etc., etc. Ello prueba que en medio de todo, la liber­
tad entre nosotros ha vivido “ con vida peligrosa y combatiente” , por más
que al día siguiente de cada cambio de caudillos se sienta muy hondo y
doloroso un nuevo cruel desengaño.” (Humberto Vásquez-Machicado: “ La
Monarquía en Bolivia” . Editorial Cultura T. G. S. A., México, D. F., 1951,
página 7.)
Según el mismo historiador, Belzu trató de instaurar la monarquía
en Bolivia. Afirma la existencia de “ todo un plan secreto, según el cual, a
base de un príncipe de los Borbones, a la sazón reinante en Nápoles, se
pretendía convertir nuestra inquieta república en monarquía. Y todo ello
— agrega— con el consentimiento e intervención del entonces presidente
de Bolivia, general Manuel Isidoro Belzu, el más demagogo y popular de
nuestros caudillos.” (Ob. cit., pág. 8.)
El anterior proyecto resulta un ejemplo típico y de gran magnitud
sobre lo que se predica desde el llano y se realiza desde el poder, es un
acabado modelo de dualidad de conducta y de hipocresía como sistema de
poder.
62 CIRO FÉ LIX TRIGO

faltado proyectos tendentes a dictar una Ley fundamental para


cierta clase social o sector ciudadano, olvidando que la Consti­
tución — para ser perdurable— no puede tener filiación parti­
dista, pues ella debe amparar los anhelos, los derechos y los in­
tereses del país y de todos sus habitantes, nacionales y extran­
jeros.
En suma, sin desesperar por las frecuentes quiebras insti­
tucionales que experimentamos; por el desconocimiento que se
hace de los principios de la soberanía popular, ocurriendo mu­
chas veces que los propios poderes públicos se apartan de la
Constitución para destruir sus instituciones fundamentales; por
los vaivenes extremos que sufre la opinión pública, exigente y
díscola respecto de los Gobiernos legítimos, y comprensiva y
sumisa frente a regímenes espurios; por la constante inobser­
vancia de la Ley, indefensa y carente de los recursos seducto­
res que posee quien manda, debemos analizar estos y otros fe ­
nómenos como manifestaciones de una sociedad poco evolucio­
nada que, en pos del verdadero progreso político, va luchando
para salir de una forma despótica a otra menos despótica. Ello
acarrea, necesariamente, caídas y alzas, deformaciones y vici­
situdes, depresiones y exaltaciones de la civilidad, que al final
habrá de imponerse para imprimir un ritmo de estabilidad y de
normalidad institucionales en un futuro próximo.
El balance que arroja más de una centuria de vida indepen­
diente, muestra a dos fuerzas inconfundibles y antagónicas que
luchan en el escenario nacional: el legalismo y la arbitrariedad.
El primero, que no tiene la seducción de la ventaja personal,
ha contado con pocos pero integérrimos paladines; la segunda,
que sirve principalmente de pedestal al que manda, ha fructi­
ficado con asombrosa facilidad, pues satisface conveniencias in­
dividuales y da expansión a pasiones primarias. Nuestra nación
ha prosperado, se ha encontrado a sí misma y ha dado expan­
sión a su grandeza moral durante los regímenes legales, mien­
tras las tiranías con sus sólitos excesos le han deparado atraso,
desmembraciones territoriales y abyección. Bolivia, lo afirma-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

pa p] esfuerzo de sus abnegados hijos cuando


T actividades de la colectividad dependan, ilimitadamen-
todas las activi voluntad de quienes mandan, porque
te, de tas leyes y no de ta^voluntad J se hace su
pobre República es aquella donde ei Oo

Pia ley- J nrn^poriir sin desmayos en ejerci-


En fin, lo trascenden ^ P . , hasta generalizar la
ció de una amplia pedagogía cons ¿ j instituciones
educación de loa ciudadanos para la practica de

democráticas. ^ pensamiento que constituye

E S S r -tá r s f
fos aue forman los gobiernos. Los códigos, los sistemas, los es
tatutos, por sabios que sean, son obras muertas que poco in­
fluyen sobre tas sociedades: hombres virtuosos, hombres patrio-
tas, hombres ilustrados constituyen las Repúblicas .
'

*
.
DA-PARTE

1871, 1878,
CONSTITUCION POLITICA DE 1826

La Asamblea Deliberante de 1825, que clausuró sus sesiones


el 0 de octubre de esc año, dispuso para el 25 de mayo del ve­
nidero la reunión del Congreso General Constituyente y soli­
citó a Bolívar un proyecto de Constitución, que fué remitido
desdo Lima en el mes de junio de 1826, acompañado de un gran­
dioso mensaje denominado “ Discurso del Libertador al Congreso
Constituyente de Bolivia” (1).
Mensaje y proyecto fueron objeto de estudio y dictamen de

(1) En Chuquisaca, antes de regresar a Lima, Bolívar expidió la si­


guiente proclama con fecha 1.® de enero de 1826: "¡Ciudadanos! Un deber
«agrado para un republicano me impone la agradable necesidad de dar
cuenta a los representantes del pueblo, de mi administración. El Congreso
peruano va a reunirse, y yo debo devolver el mando de la República que
m e había confiado. Así, parto para la capital de Lima, pero lleno de un
profundo- dolor, pues me aparto momentáneamente de vuestra patria, que
es la patria de mi corazón y de mi nombre. ¡Ciudadanos! Vuestros represen­
tantes me han hecho confianzas inmensas, y yo me glorio con la idea
de poder cumplirlas, en cuanto dependa de mis facultades. Seréis recono­
cidos por una nación independiente: recibiréis la Constitución más libe­
ral del mundo; vuestras leyes orgánicas serán dignas de la más completa
civilización; el gran mariscal de Ayacucho está a la cabeza de vuestros
negocios, y el 25 de mayo próximo será el día en que Bolivia sea. Y o os
lo prometo. Chuquisaca, a 1.a de enero de 1926.— Bolívar.”
El Congreso peruano reconoció la independencia del A lto Perú, y Bo-
68 CIRO FÉ LIX TRIGO

la Comisión de Negocios Constitucionales, compuesta por nue­


ve convencionales (2), la que sugirió pocas enmiendas de deta­
lle y una de fondo relativa a la religión.
El proyecto bolivariano no consignaba declaración ni norma

lívar, con su ayudante el coronel Bedford Wilson, envió el siguiente men­


saje, cuya importancia es definitoria de la emancipación de Bolivia:
"¡Ciudadanos! El Libertador de Colombia, al separarse de vosotros mo­
mentáneamente, os dijo: “ El 25 de mayo será el día en que Bolivia sea.
Yo os lo prometo.” El Libertador, el padre de vuestra patria, ha satisfe­
cho su promesa: el 18 de mayo, Bolivia ha sido reconocida por el Perú
como una nación libre, independiente y soberana, y el inmortal Bolívar
felicita a su hija, a la tierra querida de su corazón, el 25 de mayo.”
“ Simón Bolívar, libertador presidente de la' República de Colombia,
libertador de la del Peni y encargado del mando supremo de ella, etc. A
S. E. el gran mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, encargado
del mando supremo de Bolivia, etc. Grande y buen am igo: Es inexplicable
mi gozo al participar el reconocimiento de la independencia y soberanía
de la República de Bolivia por la del Perú. Señora de sí misma, puede
escoger entre todas las instituciones sociales, la que crea más análoga
a su situación y más propia para su felicidad. Un pueblo que acaba de
nacer, y que ha sacudido con las cadenas que lo aherrojaban, las leyes del
Gobierno español, puede recibir todas las mejoras que le dicte su sabi­
duría. Bolivia tiene la ventura en sus manos. Yo saludo cordialmente a
esa nueva nación, y os felicito, grande y buen amigo, porque veis recom­
pensados en parte vuestros eminentes servicios y vuestros esfuerzos para
elevarla al puesto que hoy ocupa. Cuando tuve la dicha de visitar esa
tierra afortunada, los representantes del pueblo me honraron pidiéndome
un proyecto de Constitución. Bien sabía que esta empresa era muy ardua
y bien superior a mis fuerzas; pero ¿qué rehusaré yo a ese E stado? He
bosquejado el que me tomo la libertad de enviaros, con una alocución a
los legisladores. Os ruego, grande y buen amigo, presentéis al Congreso
este débil trabajo que ofrezco a los ciudadanos de Bolivia como un ho­
menaje de mi gratitud y una prueba de mi respeto— Dado, firmado y re ­
frendado por mi secretario general en el cuartel general de Lima, a 25 de
mayo del año de mil ochocientos veintiséis.— Bolívar.— Por S. E. el liber­
tador presidente, el secretario general, José Gabriel Pérez.”
(2) Casimiro Olañeta, José María Urcullu, José Ignacio de Sanjinés,
Manuel Molina, Mariano Callejo, Mariano Calvimontes, Mariano Guzmán,
Pascual Romero y Antonio Vicente Seoane fueron los miembros de dicha
Comisión.
69
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

o W i a sobre el señalado tópico y justificaba la omision con los


siguientes conceptos: “ La religión es la ley de la conciencia.
roda, ley sobre ella la anula, porque imponiendo la necesidad
al deber quita el mérito a la fe, que es la base de la religión.
Loa preceptos y los dogmas sagrados son útiles luminosos y
do evidencia metafísica; todos debemos profesarlos, mas este
deber es moral, no político.”
* Loa constituyentes de 1826 incorporaron al Código Funda­
mental el articulo 6.8, concebido en los siguientes térm inos. a
. Religión Católica Apostólica Romana es la de la República, con
«atcluilón de todo otro culto público. El Gobierno la protegerá
y hari respetar, reconociendo el principio de que no hay poder
humano «obre las conciencias.”
SI se proclamaba el principio de libertad de creencias, ¿por
qué se excluía a todo otro culto? En este punto incurrióse en un
manifiesto contrasentido, fácil de explicar debido al criterio de
intolerancia religiosa que a la sazón primaba.
En sus lincamientos generales, la Constitución bolivariana, de
efímera vigencia, pues fué abatida prácticamente con el motín
do 18 de abril de 1828 y sustituida formalmente por otra en
1831, se caracterizó por lo que a continuación se indica:
El Estado es unitario; el gobierno, popular representativo;
la soberanía emana del pueblo, y su ejercicio reside en los po­
deres establecidos por la Constitución.
El Poder público se divide en cuatro secciones: Electoral,
Legislativa, Ejecutiva y Judicial.
En cuanto a la nacionalidad y ciudadanía, no determina en
forma precisa la diferencia existente entre ambas calidades, in­
curriendo en una confusión de conceptos. Otorga la calidad de
ciudadanos a los que en Junín o Ayacucho combatieron por la
libertad, y establece, además, que los ciudadanos de las naciones
de América Hispana gozarán de los derechos de ciudadanía en
Bolivia, según los tratados que se celebren con ellas.
El Poder electoral reside en el cuerpo electoral, compuesto
por electores nombrados por los sufragantes populares en cada
70 CIRO FÉLIX TRIGO

provincia, a razón de uno por cada cien ciudadanos; su dura­


ción es de cuatro años, y sus atribuciones principales se refieren
a la calificación de la habilidad o inhabilidad de los ciudadanos
a la organización de los Poderes Legislativos, Ejecutivo y Judi­
cial, teniendo asimismo incumbencia en el nombramiento de fun­
cionarios subalternos: corregidores, jueces de paz y curas y vi­
carios. Este primer Poder, que residía en los cuerpos electora­
les, no hay que confundirlo con la fuente de todo poder: el pueblo.
El Poder Legislativo cuenta con tres cámaras: de tribunos,
senadores y censores, compuesta cada uno de veinte miembros
en los primeros veinte años. Los tribunos ejercen sus funcio­
nes por un período de cuatro años, renovándose cada dos por
mitad; los senadores por ocho años, renovándose cada cuatro
por mitad, y los censores son vitalicios. Cada cámara tiene atri­
buciones diferentes o incumbencias especiales. Así, el tribuna­
do tiene la iniciativa en ñjar la división territorial de la Repú­
blica, en la sanción de las contribuciones anuales y gastos pú­
blicos, y autoriza al Poder Ejecutivo la negociación de los em­
préstitos. Al Senado, entre sus atribuciones, le compete form ar
los Códigos Civil, Criminal, de Procedimientos y de Comercio,
y los reglamentos eclesiásticos; propone ternas a la Cámara de
Censores para los nombramientos de la Corte Suprema de Jus­
ticia, los arzobispos, obispos, dignidades, canónigos y preben­
dados de las catedrales. Las atribuciones de la Cámara de Cen­
sores son las de velar si el Gobierno cumple y hace cumplir la
Constitución, las leyes y los tratados públicos. Le pertenece ex­
clusivamente acusar al vicepresidente y ministros de Estado,
ante el Senado, de los casos de traición, concusión o violación
manifiesta de las leyes.
El procedimiento para la formación y promulgación de las
leyes está minuciosamente previsto, requiriéndose la aproba­
ción de un proyecto por dos cámaras para que sea promulgado.
Si una cámara no aprobase las reformas o adiciones de otra, el
proyecto debía pasar a la tercera cámara y lo que ésta deter-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA ^

^¿inara era definitivo, pues actuaba como árbitro para dirimir ta-

^ p r i n c i p a l e s atribuciones del Poder Legislativo son nom-


l « r t í S d e n t e de la República y confirmar a los sucesores
aprobar al vicepresidente a propuesta del presidente elegir e
¿ a r en que debe residir el Gobierno y trasladarse a otro cuan­
do k> exijan gravea circunstancias y lo resuelva rippidir
«lea de loa miembros que componen las tres camar ,
O ü I S K ba lugar o no a la formación de causa a
loa miembro« de laa cámaras, ai vicepresidente y a los ministros
dé Balado; investir al presidente de la República, en caso e
guerra O peligro extraordinario, con las facultades que juzguen
E ^ b l e s para la salvación del Estado; elegir entre los
«andidato* prcaontados por los cuerpos electorales a los miem­
bros que deban llenar las vacantes en cada cámara.
El Poder Ejecutivo se ejerce por un presidente vitalicio, jefe
do la Administración del Estado, sin responsabilidad por los
actos de ella; un vicepresidente y tres ministros. La elección del
primer presidente corresponde al Congreso constituyente, a pro­
puesta de los colegios electorales.
Para ser elegido presidente de la República, se requiere:
1.« Ser ciudadano en ejercicio y natural de Bolivia. 2.a Profesar
la religión del Estado. 3.° Tener más de treinta años de edad.
4.9 Haber hecho servicios importantes a la República. 5.2 Tener
talentos conocidos en la Administración del Estado. 6.2 No ha­
ber sido condenado jamás por los tribunales, ni aun por fa l­
tas leves.
Las principales atribuciones del presidente de la República
son inaugurar las sesiones de las cámaras, presentándoles un
mensaje sobre el estado de la República; proponer a las cáma­
ras el vicepresidente, pudiendo separarlo por sí solo; nombrar
y remover por sí a los ministros; nombrar, mandar y remover
a todos los empleados del Ejército y Marina, los de Hacienda,
los ministros públicos, cónsules y subalternos del Departamento
de Relaciones Exteriores; dirigir las negociaciones diplomáti-
72 CIRO FÉLIX TRIGO

cas y celebrar tratados, que para ser válidos deben ser prece­
dentemente aprobados por él; recaudar e invertir las contribu­
ciones; suspender a los funcionarios públicos hasta por tres me­
ses, siempre que haya motivo para ello; conmutar la pena capital;
mandar publicar, circular y hacer guardar las leyes; dictar re­
glamentos y órdenes para el cumplimiento de la Constitución,
leyes y tratados; hacer cumplir las sentencias judiciales; p ro­
rrogar las sesiones ordinarias hasta por treinta días y convo­
car a sesiones extraordinarias del Congreso; cuidar de la re­
caudación e inversión de las contribuciones; presentar las ternas
de los cuerpos electorales al Senado para la aprobación de los
nombramientos de prefectos, gobernadores y corregidores; ex­
pedir los títulos a todos los empleados.
El presidente de la República no tiene facultades para pri­
var de su libertad a ningún boliviano ni imponerle por sí pena
alguna; para ordenar arresto por más de cuarenta y ocho h o­
ras, sin poner al acusado a disposición del tribunal o juez com ­
petente; para privar a ningún individuo de su derecho de pro­
piedad, salvo casos de expropiación, previa justa indemnización;
para impedir la realización de elecciones ni demás actos pro­
pios de otros poderes; para ausentarse del territorio nacional
sin autorización del cuerpo legislativo.
El vicepresidente, que debe tener la nacionalidad de origen
y reunir las demás calidades que se requieren para ser presi­
dente, es el jefe del ministerio y responsable con el m inistro
del Departamento respectivo de la Administración del Estado.
Es el sucesor del presidente en los casos de renuncia, muerte,
enfermedad o ausencia de éste.
La facultad de juzgar pertenece a los tribunales establecidos
por ley. Los magistrados y jueces durarán tanto cuanto dura­
sen sus buenos servicios, no pudiendo ser relevados de sus fun­
ciones sino en determinados casos legales.
La primera magistratura judicial reside en la Corte Supre­
ma de Justicia, compuesta de un presidente, seis vocales y un
fiscal, dividida en salas.
£ 73-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

erimiiuü. Además, en toda comarca o región donde existan de


cien & do» mil habitantes, habrá un juez de paz, cargo concejil
y, por lo tanto, de ineludible desempeño.
Prefectos, gobernadores y corregidores, cuyo período es de
cuatro años, podían ser reelectos, siendo designados por el Po­
der Ejecutivo de las listas de seis a diez candidatos que le pro­
ponían los cuerpos electorales. Las atribuciones de las mencio­
nadas autoridades debían determinarse por ley; les estaba pro­
hibido todo conocimiento judicial y eran responsables por los
abusos que cometieren en el ejercicio de sus funciones. Los jue­
ces de paz, con período de un año, no eran reelegibles sino des­
pués de dos desde que cesaren en sus cargos.
La fuerza armada hallábase compuesta por un ejército per­
manente de línea y la escuadra, con cuerpos de milicias en las
provincias y un resguardo militar para evitar el comercio clan­
destino.
En cuanto a la reforma de la Constitución, se establecía una
cláusula especial adoptando el sistema rígido. La Constitución
podía ser modificada sólo después de cumplidos diez años desde
su juramente. Para ello, la proposición debía hacerse por es­
crito, firmada por una tercera parte como mínimo de tribunos
y apoyada por dos tercios de los miembros presentantes de di­
cha cámara. Tal proposición, leída por tres veces, con intervalo
de seis días de una a otra lectura, tenía que someterse a la Cá­
mara de Tribunos, la que podía aprobarla o desecharla, siguién­
dose en lo demás lo prevenido para la formación de las leyes.
74 CIRO FÉLIX TRIGO

Sancionada por las cámaras la necesidad de la reforma, “se


expedirá una ley por la cual se mandará a los cuerpos electo­
rales confieran a los diputados de las tres cámaras poderes es­
peciales para alterar o reformar la Constitución, indicando las
bases sobre que deba recaer la reform a” . En las primeras se­
siones de la legislatura siguiente se debía considerar la refor­
ma, y lo que las cámaras resuelvan se cumplirá, consultando al
Poder Ejecutivo sobre la conveniencia de la misma.
En el último capítulo se consagran los derechos y garantías
individuales. Se establecía que todos los bolivianos gozan de la
libertad civil, la seguridad individual, el derecho de la propie­
dad, la igualdad ante la Ley; la libertad de expresión por pa­
labra o por escrito, y la de publicar el pensamiento por la im­
prenta sin previa censura, bajo la responsabilidad que la Ley
determine; el derecho de permanecer o salir del territorio de la
República, según convenga a cada cual, llevando consigo sus
bienes; la inviolabilidad del hogar dom éstico; la repartición pro­
porcional de las contribuciones; el privilegio temporal de inven­
ción y la libertad de trabajo e industria, siempre que no se opon­
ga a las costumbres públicas, a la seguridad y a la salubridad
de los bolivianos.
Quedaron abolidos los empleos y privilegios hereditarios y
las vinculaciones, declarándose igualmente enajenables todas
las propiedades, aunque sean de organizaciones religiosas o des­
tinadas a otros objetos.
El precepto final de la Ley fundamental, proclamaba: “Los
Poderes constitucionales no podrán suspender la Constitución, ni
los derechos que corresponden a los bolivianos, sino en los ca­
sos y circunstancias expresados en la misma Constitución, se­
ñalando indispensablemente el término que deba durar la sus­
pensión.”
Sintetizadas las disposiciones de la Constitución bolivariana,
cabe trazar un esbozo acerca de sus alcances.
El proyecto remitido por Bolívar desde Lima en junio de
1826, luego de ser analizado por la Comisión de Negocios Cons-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 75

• i títücionales, fué sancionado en 6 de noviembre del mismo año


H y promulgado por el mariscal Antonio José de Sucre en 19 de
1 noviembre de 1826. En rigor, el proyecto fué aprobado sin ma-
yores tropiezós; empero, su vigencia como Ley fundamental,
pronto encontró obstáculos que hicieron del designio bolivaria-
no un buen intento frustrado.
Bolívar prometió enviar a los legisladores de su hija pre­
dilecta la “Conatitución más liberal del m u n d o ” , agregando que
"nuestra» leye» orgánicas serán dignas de la más completa ci­
vilización'*« Con modestia y temor puntualizó asimismo que
la sabiduría do todos los siglos no es suficiente para componer
ttna ley fundamental que sea perfecta, y que el más esclarecido
legislador ea la causa inmediata de la infelicidad humana, y la
burla, por decirlo así, de su ministerio divino, ¿qué deberé de­
ciros del soldado que, nacido entre esclavos y sepultado en los
desiertos de su patria, no ha visto más que cautivos con ca­
denas y compañeros de armas para romperlas?” .
Si se analizan con profundidad los fundamentos del proyecto
expuestos por Bolívar en la exposición de motivos (3) con la
que lo acompañó, se podrá juzgar con cuánta sindéresis y es­
clarecido civismo concibió y desarrolló su Constitución, abri­
gando la esperanza de extender su imperio desde el Orinoco a
los Charcas.
Pero el país donde tenía que aplicarse, en el que se había
peleado incesantemente durante quince años por la independen­
cia, acostumbrado a los cambios de autoridades impuestos por
la fuerza y donde las ideas de libertad poseían una novedosa
seducción que condujo a muchos extravíos, aceptó el Código fun­
damental de mala gana, sin mayor entusiasmo ni cabal con­
ciencia sobre su contenido y proyecciones. No se lo defendió por­
que se ignoraba las bondades de sus preceptos y se carecía de
los medios y la educación indispensables para llevar a la prác­
tica normas que tenían sabor de lo exótico. Además, la ambi-

(3) Véase el mensaje de Bolívar al Congreso Constituyente de Boli-


via, que se inserta en la sección cuarta.
76 CIRO FÉLIX TKIGO

ción de los caudillos, habituados a un incesante guerrear, y la


impaciencia popular, fruto de su insatisfacción económica, de
su falta de comprensión y madurez política, precipitaron la rup­
tura del orden normativo que se pretendió implantar.
De ahí que, justificadamente, se haya dicho que un mecanismo
de gobierno como el previsto por Bolívar, “ posiblemente ade­
cuado para hombres de estado romanos, era tremendamente com ­
plejo para estos políticos “ amateurs” acostumbrados a conse­
guir sus objetivos con la ayuda de la espada” (4).
Múltiples y de diversa índole han sido las objeciones y crí­
ticas formuladas al proyecto bolivariano. Autores ha habido
que, con un criterio estrictamente técnico, expresaron de la
Constitución de Bolívar que, “ bajo una redacción confusa méz-
clanse en ella los principios fundamentales con disposiciones pro­
pias de leyes secundarias y aun con nimiedades reglamenta­
rias” (5). En verdad, sobre este punto, aun en nuestros días,
no obstante el notable progreso de la ciencia política, los cons­
tituyentes incurren en el mismo error, introduciendo en la Cons­
titución normas que le son, por su esencia, naturalmente ajenas.
En cuanto a la división del Poder público en cuatro ramas,
se ha puesto énfasis para subrayar la inconveniencia de pro­
clamar un cuarto poder: el electoral, saliendo de las normas
clásicas sobre esta materia. “ El cuerpo o la nación electoral, po­
der es; pero poder originario, supremo y anterior al del Estado,
desde que éste es emanación del primero. En el tecnicismo po­
lítico llámase soberanía del pueblo, atributo que nace con la
sociedad, constituyendo aquélla el alma o espíritu de éste para
la organización social y política y el ejercicio del Derecho. Mas
si el derecho de la soberanía es inseparable del pueblo, su ejer­
cicio no lo es ni puede serlo, por inconvenientes insuperables,
de donde se deriva la delegación que solamente puede realizar-

(4) Williams, Mary Wilhelmine: “ The people and politics of Latin


America” . Boston, Ginn '& Co., 1938; págs. 570-71.
(5) Ramón Sotomayor Valdés: “ Estudio Histórico de Bolivia” . San­
tiago, Imp. Andrés Bello, 1874; pág. 183.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 77

se de modo racional y legítimo mediante el sufragio, altísima


función que tiene por objeto la constitución del poder público,
dividido para su m ejor desempeño en tres departamentos, como
sería más propio llamarlos, gravitando el fundamento de esa
división en el modo psicológico de manifestarse la actividad de
la persona humana. De esta teoría resulta que el poder electoral
o poder constituyente de la potestad suprema no debe ponerse
al mismo nivel de sus ramas” (6).
Invocando la lógica institucional del sistema republicano re­
presentativo, el profesor Juan A. González Calderón (7) sostie­
ne en nuestros días la existencia de un cuarto poder: el elec­
toral. Cita opiniones y fundamentos dados en el mismo sentido
por el constitucionalista chileno Jorge Huneeus y por Florenti­
no González para concluir que el electoral es un poder, el pri­
mero y más importante de todos, con lo que se justifica plena­
mente la división hecha por Bolívar.
La composición del Poder Legislativo, que residía en tres
cámaras, resultaba complicada y salía de las reglas habituales
sobre la materia. Conocidas son las corrientes que sostienen los
sistemas bicameral y unicameral. Los partidarios de cada uno
tienen razones para abonar la bondad del régimen que propug­
nan, predominando en la legislación positiva el bicameralismo.
Empero, establecer tres cámaras era un procedimiento inusita­
do, creando instituciones en las que vióse un renacimiento de
preceptos romanos, ingleses y norteamericanos, que dieron un
carácter muy simétrico y artificial, alejado de la realidad polí­
tica y social del pueblo donde debían regir.
Bolívar estimaba que “ el cuerpo legislativo tiene una com­
posición que lo hace necesariamente armonioso entre sus par­
tes: no se hallará siempre dividido por falta de un juez árbi­
tro, como sucede donde no hay más que dos cámaras. Habiendo

(6) Sabino Pinilla: “La creación de Bolivia” . Madrid, Ed. América,


sin año; págs. 317-18.
(7) Juan A. González Calderón: “ Curso de Derecho Constitucional” .
Buenos Aires, Ed. Gmo. Kraft, Ltda., 1943; págs. 112-13.
78 CIRO FÉLIX TRIGO

aquí tres, la discordia entre dos queda resuelta por la tercera;


y la cuestión examinada por dos partes contendientes y una
imparcial que la juzga: de este modo ninguna ley útil queda
sin efecto, o por lo menos, habrá sido vista una, dos y tres ve­
ces, antes de sufrir la negativa” .
La estructura del Poder Ejecutivo ha significado, induda­
blemente, la parte más vulnerable de la Constitución bolivaria-
na. “ El presidente de la República • — sostenía Bolívar— viene
a ser en nuestra Constitución como el sol que, firme en su cen­
tro, da vida al universo. Esta suprema autoridad debe ser per­
petua; porque en los sistemas sin jerarquías se necesita, más
que en otros, un punto fijo alrededor del cual giren los magis­
trados y los ciudadanos: los hombres y las cosas. Dadme un
punto fijo, decía un antiguo, y moveré el mundo. Para Bolivia,
este punto es el presidente vitalicio. En él estriba todo nuestro
orden, sin tener por esto acción. Se le ha cortado la cabeza para
que nadie tema sus intenciones, y se le han ligado las manos
para que a nadie dañe.”
No obstante, el presidente vitalicio, inviolable e irresponsa­
ble, y con potestad para proponer a su sucesor, así como para
destituir por sí solo al vicepresidente, gozaba en cierta manera
de poderes cesaristas. De ahí que contra ellos se dirigieron nu­
merosas como incisivas críticas. El agente diplomático Bouchez
de Martigny, representante de Francia en Colombia, escribió en
1826 al barón de Damas, ministro de Relaciones Exteriores bajo
Carlos X, expresándole: “Un presidente vitalicio e irresponsa­
ble que goza del derecho de elegir a su sucesor, es el trono re­
vestido de la librea republicana” (8).
De acuerdo a la explicación del Libertador, para consignar
esta norma se inspiró en el “ ejemplo de Haití, a su juicio la
República más democrática del mundo, en donde la muerte de
Petion, presidente vitalicio con facultad de nombrar a su suce-

(8) C. Alamo Ibarra: “ La Constitution de Bolívar pour la République


qui porte son nom” . Genève, Imprimerie du Commerce, rue Bergalonne, 8,
1922; pág. 27.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 79

sor no causó el más pequeño trastorno. Prueba triunfante — de-


cja__de que un presidente vitalicio, con derecho para elegir el
sucesor, es la inspiración más sublime en el orden republica­
no” (9).
Analizando el anterior precepto a la luz de las normas de­
mocráticas, más la vitalicidad de las funciones acordada para
los censores, resulta evidente que la concepción bolivariana ha­
llábase inspirada en principios oligárquicos, tendentes a man­
tener la estabilidad de las instituciones, evitando el cambio brus­
co que significaba el tránsito del régimen colonial al sistema
republicano. Surge aquí una pregunta: La oligarquía que hu­
biese nacido al amparo de la Constitución bolivariana, ¿no ha­
bría traído al país mayor prosperidad y racional como evolu­
tivo progreso que los incesantes cambios de gobiernos acaeci­
dos hasta 1880?
Se ha querido ver en la presidencia vitalicia el poder neutro
llamado a servir de regulador de los demás poderes, encargado
de establecer la armonía sobre las diferencias que podían sur­
gir entre los otros órganos del Estado. Esto es evidente, pues
Bolívar nos dice: “ El presidente de Bolivia participa de las
facultades del ejecutivo americano, pero con restricciones favo­
rables al pueblo... Está privado de todas las influencias: no nom­
bra los magistrados, los jueces ni las dignidades eclesiásticas,
por pequeñas que sean.” La restricción de atribuciones fué con­
firmada por el mariscal Sucre, que en su mensaje al Congreso
Extraordinario de 1828, declaró con experiencia y amargura:
“Da en el papel estabilidad al gobierno, mientras que de hecho
le quita los medios de hacerla respetar, y no teniendo vigor ni
fuerza el presidente para mantenerse, son nada sus derechos, y
los trastornos serán frecuentes.”
En el fondo del pensamiento bolivariano encontramos que
la libertad, la seguridad y estabilidad política le inspiraron la
presidencia vitalicia. No olvidemos que, por encima de las for-

(9) Enrique Finot: “ Nueva Historia de Bolivia” . Buenos Aires, Imp.


López, 1946; pág. 199.
80 CIRO FÉLIX TRIGO

mas, existe este pensamiento central que era a manera del ge­
nerador que daba fuerza a su obra. “ El sistema de gobierno
más perfecto — dijo el Libertador en su discurso ante el Con­
greso de Angostura— es aquel que produce mayor suma de fe ­
licidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma
de estabilidad política.”
Se ha controvertido acerca de si Bolívar deseaba implantar
una monarquía o una república democrática. En la esencia, nos
encontramos ante una organización sui generis, en la que pre­
dominan las características de una república oligárquica. Pro­
piamente se consagró, con el título republicano de presidente,
a causa de su duración, un monarca constitucional electivo. Esto
muestra que los principios imperantes en Inglaterra parecen
haber inspirado el pensamiento del Libertador.
El vicepresidente era el jefe del ministerio y el responsable
de la administración con el ministro respectivo; tenía a su
cargo funciones importantísimas. Era el eje del Gobierno; algo
así como los primeros ministros dentro del régimen parlamen­
tario moderno, correspondiendo al presidente una labor menos
activa y beligerante. Mas este sistema previsto por el Liberta­
dor, que funciona tan adecuada como sabiamente en Inglate­
rra y otros Estados donde existe el Gobierno parlamentario,
¿podía implantarse en un país que nacía a la vida independiente
y que contaba con tan innumerables factores adversos a todo
desarrollo político evolutivo normal?
Una grave omisión que cabe anotar en la Constitución que
nos ocupa, es la ausencia de disposiciones sobre el régimen mu­
nicipal. Bien sabido es que los cabildos, durante el coloniaje,
convirtiéronse en los bastiones de la lucha libertaria y que
cumplieron importantes funciones de servicio público. El no
haber consignado norma alguna al respecto, ha justificado ex­
presiones adversas por tan notable deficiencia.
“ Lucubración bastarda de una política que, encarando al por­
venir, se desenvolvía por caminos retrospectivos; amalgama con­
fusa de doctrinas monárquicas y republicanas; transacción
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 81

pusilánime y mal disimulada del régimen nuevo con el régimen


antiguo, la Constitución bolivariana reposaba sobre principios
griegos' ingleses y americanos... Era más idealista que prácti­
ca, más deslumbrante que sólida” (10). Tal es el acerbo juicio
emitido por don Sabino Pinilla.
«La Constitución boliviana, por un feliz azar, siendo repu­
blicana, participa a la vez de las ventajas de la monarquía y
de la democracia; así ella garantiza al ciudadano la libertad
y la seguridad... La libertad sin licencia, la autoridad sin tira­
nía, tal es el ideal de Bolívar... Tres factores explican la ten­
dencia del pueblo iberoamericano a instituir una presidencia
vitalicia: la herencia de las ideas monárquicas españolas; la
influencia de la Iglesia Católica Romana, institución archimo-
nárquica que ha dejado su huella, especialmente en las clases
superiores de la sociedad, y el espíritu de las clases inferiores,
en las cuales predomina un elemento étnico de sangre mezclada
(india y negra) y el recuerdo del cacique de la tribu y del jefe
de las hordas africanas” (11). He ahí algunos argumentos que
explican y justifican la concepción del Libertador.
Factores económicos, políticos y culturales, que hicieron de
la sociedad de la nueva República el teatro de las más frecuen­
tes convulsiones, no permitieron que la obra bolivariana durase
ni diese frutos. El país, que vivió constantemente agitado por
la demagogia, fácil de prender en una nación pobre, inverte­
brada, de escasa cultura, carente de medios para desarrollarse,
proclive al motín y al caudillaje, recibió con reservas la Cons­
titución “ vitalicia” , que bien pronto perdió la indispensable au­
toridad moral que requería para perdurar.
La primera Constitución quedó en la letra escrita, pero no
penetró en la conciencia de la generalidad de los hijos de Bo­
livia.
Con todo, pese a los errores de fondo o de forma, la Cons-

(10) Sabino Pinilla: Ob. c it , págs. 311-17.


(11) C. Alamo Ibarra: Ob. cit., págs. 28, 32, 98 y 99.
82 CIRO FÉ LIX TRIGO

titución bolivariana ha servido de base para organizar la vida


institucional de la República, y la mayoría de sus preceptos,
con enmiendas o modificaciones que han ido introduciéndose a
lo largo de nuestra trabajosa evolución histórica, son el funda­
mento de muchas normas vigentes en nuestros días.

CONSTITUCION POLITICA DE 1831

En 1831 se reunió en La Paz un nuevo Congreso, convoca­


do para examinar los actos del presidente Santa Cruz, que me­
recieron aprobación. Los representantes nacionales, reunidos en
Asamblea General Constituyente, reformando la Constitución
política sancionada en 6 de noviembre de 1826, dictaron un nue­
vo texto político.
La segunda Constitución fué sancionada en 14 de agosto
de 1831 y promulgada en la misma fecha por Andrés de Santa
Cruz.
Las reformas y enmiendas sustanciales introducidas por la
Asamblea de 1831 a la Constitución bolivariana, son las que a
continuación se puntualizan.
Prescribe este Código fundamental que la nación bolivia­
na es para siempre libre e independiente, no pudiendo ser el
patrimonio de ninguna persona ni familia. El nombre de Bolivia
es inalterable. A los Departamentos que comprende el territo­
rio nacional, se añaden las provincias Litoral y Tarija.
En cuanto la form a de gobierno, se amplían sus caracte­
rísticas, determinándose que es republicano, popular represen­
tativo, bajo la form a de unidad.
Se suprime la existencia del Poder Electoral y se proclama
la existencia de tres: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
La nacionalidad se determina en función del jus soli y del
jus sanguinis, adoptándose el sistema mixto. Se otorga la ciu­
dadanía a los nacionales mayores de veintiún años que profe­
sen alguna industria, ciencia o arte, sin sujeción a otro en clase
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 83

de sirviente doméstico y también a los extranjeros casados con


boliviana, que reúnan las señaladas calidades.
El Poder Legislativo reside en el Congreso, compuesto de
dos Cámaras: Una de Representantes y otra de Senadores. Dis-
pónese que se reúna el 6 de agosto de cada año en la capital de
la República, siendo atribución del Congreso “ elegir el lugar
donde deba residir el Gobierno, y trasladarse a otro cuando lo
exijan graves circunstancias, y lo resuelvan dos tercios de los
miembros que componen las Cámaras” .
La Cámara de Representantes debía organizarse a base de
la población, nombrándose un representante por cada 40.000 ha­
bitantes o fracción que alcanzara a 20.000. Los representantes
no podían ser reelectos para la misma Cámara hasta pasado un
bienio de su renovación.
Los senadores se elegían indirectamente mediante compro­
misarios, nombrándose a razón de tres por cada Departamento,
uno por la provincia de Tarija y otro por la del Litoral.
El jefe del Poder Ejecutivo era el presidente de la Repú­
blica, que debía elegirse por Juntas electorales de parroquia,
por el período de cuatro años, pudiendo ser reelecto sin limi­
taciones. Era responsable por sus actos administrativos. Se le
amplían sus atribuciones en relación a las fijadas en la ante­
rior Constitución, figurando entre ellas las de elegir a los mi­
nistros de la Corte Suprema y de las Cortes Superiores de Jus­
ticia de las ternas que le pasare el Senado, así como la de di­
solver las Cámaras legislativas, con dictamen afirmativo del
Consejo de Estado y la Corte Suprema reunidos, cuando mani­
fiesta e indudablemente salgan de los límites previstos por la
Constitución. El Gobierno, pues, dispone de una concentración
de facultades y se encuentra altamente centralizado.
El vicepresidente, elegido por igual procedimiento que el
presidente, reemplazaba a éste en caso de muerte, imposibili­
dad física o moral, o suspensión del presidente. Podía encar­
garse de cualquiera de los ministerios que se le encomendara.
Los ministros de Estado eran nombrados o retirados por el
84 CIRO FÉ LIX TRIGO

presidente. Su número se fijó en tres: del Interior y Relaciones


Exteriores, de Hacienda y de Guerra.
Se creó el Consejo de Estado, compuesto de siete miembros,
elegidos por el Congreso por cuatro años. Ejercía determinadas
atribuciones, siendo la principal lá de dar dictamen al Poder
Ejecutivo sobre todos los asuntos que le pasara en consulta.
El Poder Judicial se componía de la Corte Suprema de Jus­
ticia, integrada por un presidente, seis vocales y un fiscal, di­
vidida en las salas convenientes; Cortes del Distrito Judicial en
aquellos Departamentos que el Poder Legislativo determine;
Partidos judiciales en provincias, y en cada capital de partido,
un juez de letras; jueces de paz en cada pueblo para las conci­
liaciones. Se mantuvieron las mismas atribuciones' del Poder
Judicial establecidas en la Constitución bolivariana.
Tocante al régimen interior, tampoco se introdujo ninguna
modificación esencial.
Con relación a la fuerza armada, se prescribe que es esen­
cialmente obediente y que en ningún caso puede deliberar.
Los trámites para la reforma constitucional se simplifican,
manteniéndose el sistema rígido y derogándose el término de
diez años de vigencia inalterable establecido por la Constitución
bolivariana.
El capítulo de las garantías es ampliado. Se proclama que
nadie ha nacido esclavo en Bolivia desde el 6 de agosto de 1825
y queda prohibida la introducción de esclavos en su territorio.
Ningún boliviano está obligado a hacer lo que la Ley no mande
o impedido de hacer lo que ella no prohíbe. Se consagra el de­
recho de petición, la inviolabilidad de la correspondencia y se
determina lo que constituye delito de sedición.
Este texto, en el que se acentúa la fortaleza del Poder E je­
cutivo y simplifica las demás instituciones, parece ajustarse me­
jo r a las necesidades y posibilidades sociales de su tiempo.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 85

CONSTITUCION POLITICA DE 1834

Sancionada por el Congreso Constitucional reunido en Su­


cre en 16 de octubre de 1834, fué promulgada el 20 de octubre
del mismo año por Andrés de Santa Cruz.
Este Código fundamental mantiene los preceptos de 1831
con pocas enmiendas, más de form a que de fondo. Las modi­
ficaciones consisten en lo siguiente: Las reuniones del Congre­
so, que antes eran anuales, deberán realizarse cada dos años.
Se establece que ambas Cámaras se reunirán en Congreso para
examinar y aprobar los tratados públicos y concordatos cele­
brados por el Poder Ejecutivo.
La iniciativa de leyes por parte de la Cámara de Repre­
sentantes y la de Senadores, así como las atribuciones exclusi­
vas de ambas, se desdoblan en dos artículos en vez de uno.
El presidente de la República, como jefe de la Administra­
ción del Estado, es responsable sólo por los delitos de traición,
retención ilegal del mando y usurpación de cualquiera de los
otros poderes constitucionales. No podía ausentarse del terri­
torio nacional, sin permiso del Legislativo, en el período de su
administración y el de las sesiones de las Cámaras que eligie­
ren su sucesor. Las acusaciones sólo podían plantearse durante
su administración y en el período de las sesiones del Congreso
que eligiere su sucesor.
Tal fué el tercer texto constitucional, bajo cuyo imperio el
mariscal Santa Cruz ejerció el Poder por un prolongado perío­
do con el propósito de federar a Bolivia con el Perú. En 1836 se
le presentó la oportunidad de llevar a cabo su plan, pues a raíz
de una revolución producida en el Perú, Santa Cruz fué llamado
para ejercer su protección. Posteriormente, el Perú fué dividido
en dos E stados: Ñ or y Surperuano, cada uno con Gobiernos se­
parados.
El 1 de mayo de 1837 se firmó en Tacna el Pacto de confe­
deración entre los dos Estados peruanos y Bolivia.
Chile especialmente y también Argentina, que vieron en la
86 CIRO FÉ LIX TRIGO

confederación perú-boliviana un serio peligro político para sus


naciones, ejercieron hostilidades que culminaron con la batalla
de Yungay, que puso término a la hegemonía de Santa Cruz.

CONSTITUCION POLITICA DE 1839

El Congreso Constituyente de Solivia — dice la nota preli­


minar de este texto— , ratificando el pronunciamiento general y
simultáneo de la República contra el proyecto de la supuesta
confederación perú-boliviana; declarando a mérito del mismo
pronunciamiento, insubsistente la Constitución promulgada en
1834, y usando de la facultad explícita que le han conferido los
pueblos para constituir el país, decreta la cuarta Constitución.
Sancionada y promulgada en Sucre el 26 de octubre de 1839
por José Miguel de Velasco.
Comparada esta Constitución con la precedente, se patenti­
zan diferencias apreciables, tanto en la redacción como en las
instituciones y normas fundamentales que establece.
La libertad e independencia de Bolivia, así como la inalte­
rabilidad de su nombre, son preceptos sobre los cuales el Con­
greso jamás tendrá poder para reformarlos.
La calidad de elector está reservada sólo a los bolivianos
que sepan leer y escribir, y tengan un capital de cuatrocientos
pesos, o ejerzan alguna ciencia, arte u oficio que les proporcio­
ne la subsistencia, sin sujeción a otro en clase de sirviente do­
méstico. Es la consagración del voto censitario.
Senadores y representantes tienen el carácter de tales por
la nación y no por el departamento o provincia que los nombra.
No recibirán órdenes ni instrucciones de las asambleas electo­
rales ni de otra cualquiera corporación. Quedaba así expresa­
mente prohibido el mandato imperativo.
Se suprime la vicepresidencia de la República. En caso de
destitución, renuncia o muerte del presidente de la República,
es llamado a desempeñar sus funciones el presidente del Senado.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 87

El presidente de la República, cuyo período se mantiene en


cuatro años, no puede ser reelecto para el mismo destino sino
después de que haya pasado un período constitucional.
El Poder Ejecutivo, en casos de grave peligro por causa de
conmoción interna o invasión exterior que amenace la seguri­
dad de la República, podía solicitar al Congreso la concesión
de facultades especiales similares a las que actualmente tiene
cuando se dicta el estado de sitio. Durante el receso de las Cá­
maras, se investía al presidente de la República de facultades
especiales previo acuerdo y dictamen afirmativo de sus minis­
tros reunidos en Consejo, asumiendo todos responsabilidad so­
lidaria.
Se acentúan los deberes del Poder Ejecutivo y disminuyen
sus atribuciones, robusteciéndose al Poder Legislativo. El pre­
sidente de la República es responsable por todos los actos de
su administración, igualmente que los ministros, cada uno en
su respectivo caso y ramo. El presidente de la República está
impedido de disolver las Cámaras legislativas ni suspender sus
sesiones. El presidente de la República, cuando el Congreso
abre sus sesiones anuales, debe dar cuenta por escrito del esta­
do político y militar de la nación, de sus rentas, gastos y re­
cursos, indicando las reformas y mejoras que puedan hacerse.
La elección de presidente de la República debe hacerse por
voto directo, y para ser ministro de Estado se necesita ser bo­
liviano de nacimiento, en ejercicio de la ciudadanía.
Las vacantes de la Corte Suprema de Justicia debían lle­
narse con un individuo por cada uno de los seis Departamentos
y otro por el de Tarija y distrito Litoral. Era de incumbencia
de las Municipalidades proponer al Senado el nombre para mi­
nistro de la Corte Suprema que corresponda al Departamento.
Los empleados de justicia no podían ser destituidos sino por
causa sentenciada, y duraban en el ejercicio de sus funciones
cuanto duren sus buenos servicios.
La pena de muerte, salvo los casos de traición a la patria,
rebelión, parricidio y asesinato, es abolida.
83 CIRO FÉ LIX TRIGO

Se introduce por primera vez en nuestro régimen consti­


tucional la sección referente a los Concejos Municipales, esta­
bleciéndose las atribuciones de las Municipalidades, entre las
que figura velar por la comodidad, -ornato y recreo de las po­
blaciones. Se estatuye que los cargos municipales son conceji­
les; por consiguiente, ningún ciudadano podía excusarse de des­
empeñarlos sin causa justa señalada por ley.
Ante los estragos que causaba el militarismo, el Código fun­
damental preceptúa: Todas las autoridades militares de la Re­
pública quedarán sujetas a las órdenes de la persona que, según
esta Constitución, debe suceder al presidente, el día en que
cumpla, según ella misma, el período constitucional. La que con­
traviniere a este artículo, incurre en el delito de traición a la
patria.
Fíjase el procedimiento para la reforma parcial de la Cons­
titución, que se mantiene rígida. Además, se introduce una dis­
posición por la que se faculta al Congreso para resolver cuales­
quiera dudas que ocurran sobre la inteligencia de alguno o
algunos de los artículos de la Constitución, si se declaran fun­
dadas por los dos tercios de votos de cada Cámara.
En el capítulo de las garantías se proclama el principio de
que todo empleo debe ser remunerado.
El péndulo de la historia había marcado la hora de descon­
centrar las facultades del Poder Ejecutivo e incrementar laa
atribuciones del Legislativo. Esta Constitución cumplió este ob­
jetivo en apreciable medida.

CONSTITUCION POLITICA DE 1843

La Convención Nacional reunida en Sucre sancionó el 11 de


junio de 1843 el quinto texto constitucional, que fué promulga­
do en 17 de junio del mismo año por José Ballivián.
Ballivián había alcanzado el cénit de su gloria militar con
la victoria de Ingavi, en la que abatió a las fuerzas peruanas
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 89

de Gamarra, que tuvo más de un intento para sojuzgar a Bo-


livia. Consolidada la independencia de la República en los cam­
pos de batalla en 1841, Ballivián ejerció el mando con plenitud
de facultades.
La Ley fundamental que se sancionó bajo su Gobierno y al
calor de su influencia, en la que se restablece un Poder ejecu­
tivo centralizado y munido de las mayores atribuciones de g o­
bierno, ha sido calificada de “ ordenanza militar” , pues su acen­
to cesarista y castrense es manifiesto.
La ciudadanía es otorgada no sólo a los extranjeros que com­
batieron en Junín y Ayacucho, sino también a los que lucharon
en Ingavi.
El Poder Legislativo, compuesto de las Cámaras de Repre­
sentantes y de Senadores, reside en el Congreso. Este debía
reunirse cada dos años en la capital de la República el día 6
de agosto.
Amplía las atribuciones del presidente de la República, quien
tiene a su cargo conservar la tranquilidad, orden y seguridad
interior y exterior de la nación, mandando y disponiendo de la
fuerza armada de mar y tierra. Asimismo se le faculta para
disolver las Cámaras legislativas, en el caso en que manifiesta
e indudablemente se excedan de los límites que les prescribe la
Constitución, previo dictamen afirmativo del Consejo Nacional
y de la Corte Suprema de Justicia, reunidos en Consejo. Igual­
mente, el presidente de la República debía nombrar a los mi­
nistros de la Corte Suprema de las ternas que elabore el Se­
nado y a los de las Cortes de Distrito de las ternas que le pase
la Cámara de Diputados.
Se fija el período presidencial en ocho años, no pudiendo ser
reelegido el presidente de la República hasta que haya pasado
un período constitucional. Este lapso de ocho años es el período
más prolongado que registran nuestros textos constitucionales.
No existe vicepresidente de la República, correspondiendo
hacerse cargo de la Administración al presidente del Consejo
Nacional en los casos de enfermedad o inhabilidad temporal del
90 CIRO FÉ LIX TRIGO

primer mandatario. P or muerte, inhabilidad perpetua o renun­


cia del presidente de la República, también correspondía ha­
cerse cargo de la Administración al presidente del Consejo Na­
cional, pero en el término de diez días debía convocarse a la
elección de presidente.
El Consejo Nacional, organismo de nueva creación, debía
actuar como cuerpo consultivo del Poder Ejecutivo y se com­
ponía de dos senadores, dos representantes, los ministros de E s­
tado, dos ministros de la Corte Suprema, un general de E jér­
cito, un eclesiástico de dignidad y un jefe de alguna de las ofi­
cinas de Hacienda.
La form a de la elección presidencial y la calidad de los elec­
tores, la adquisición y pérdida de la nacionalidad, la organiza­
ción de la Corte Suprema, tribunales, juzgados, así como el Go­
bierno político de los Departamentos, Provincias y Cantones,
tenían que determinarse de acuerdo a leyes que debían dictarse.
La reforma de la Constitución hallábase sometida a un pro­
cedimiento especial, no pudiendo hacerse extensiva a la forma
de gobierno ni a la independencia proclamada por la República.
Nada se previa respecto a la interpretación de la Constitución.
Se elimina el capítulo referente al régimen municipal.
En la sección de las garantías, se prescribía que ninguna ley
puede tener fuerza retroactiva.

CONSTITUCION POLITICA DE 1851

Sancionada en 20 de septiembre de 1851 por la Convención


Nacional reunida en La Paz, fué promulgada al día siguiente
por Manuel Isidoro Belzu.
Entre el anterior texto y el presente, cabe señalar el pro­
yecto de la Comisión de Constitución del Congreso de 6 de sep­
tiembre de 1848, reformando la Constitución de 1839 “ en con­
formidad a las exigencias políticas del país y al espíritu de las
actas populares de la República” ; proyecto que fué aprobado
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 91

por el Congreso, pero no llegó a promulgarse por el presidente


Velasco debido a la revolución de Belzu, que culminó con el
combate en las inmediaciones del pueblo de Yamparaez. He ahí
cómo 1848 marca una revisión constitucional frustrada en su
última etapa por acción de hecho.
El texto constitucional de 1851 difiere del anterior de 1843
por el reordenamiento que se introduce en sus secciones. Así,
como primer capítulo, introduce el denominado “ Del Derecho
Público de los Bolivianos” , en el que se consignan los derechos,
libertades y garantías individuales. Ningún hombre puede ser
detenido, arrestado, preso ni condenado a pena — proclama el
artículo 4.8— , sino en los casos, según las formas y por loa
tribunales establecidos por las leyes, publicadas con anterio­
ridad al hecho por el que debe ser detenido, arrestado, preso
o condenado.
Se prescribe que toda propiedad es inviolable. Sin embar­
go, el Estado puede exigir el sacrificio de una propiedad, por
causa de utilidad pública, acreditada en form a legal, precedien­
do una justa indemnización. Son enajenables todas las propie­
dades, aunque pertenezcan a obras pías, religiones u otros ob­
jetos.
El Congreso se debía reunir cada dos años, figurando entre
sus atribuciones la de declarar a la patria en peligro, a causa
de conmociones interiores o de guerra exterior, e investir de
facultades extraordinarias al Poder Ejecutivo para el restable­
cimiento del orden y la paz, así como declarar terminadas las
facultades extraordinarias, y restablecido el régimen constitu­
cional, cuando hayan cesado los motivos expresados preceden­
temente. Estas facultades requerían dos tercios de votos de los
miembros presentes para su otorgamiento.
Entre las atribuciones del Poder Ejecutivo figura la de decla­
rar la patria en peligro, e investirse de facultades extraordina­
rias, con dictamen afirmativo del Consejo de Ministros, en ca­
sos de conmoción interior o guerra exterior, así como declarar
02 CIRO FÉ LIX TKIGO

concluidas las facultades extraordinarias y restablecido el ré­


gimen constitucional, dando cuenta al Congreso de ello.
Tocante a los medios extraordinarios establecidos para la
defensa del orden público y de las autoridades legítimamente
constituidas, esta Constitución culmina el proceso de concesio­
nes en favor del Poder Ejecutivo. En efecto, el artículo 128 de
la Constitución de 1826, autorizaba al Congreso o al Poder E je­
cutivo en caso de que las Cámaras no estuviesen reunidas, la sus­
pensión de algunas de las garantías constitucionales cuando la
seguridad de la República así lo exigiere. Los textos de 1831
y 1834 reservan al Congreso la atribución de “ investir en tiem­
po de guerra o de peligro extraordinario al presidente de la
República, con las facultades que se juzguen indispensables para
la salvación del Estado” . El texto de 1839 obligaba al Poder
Ejecutivo recabar del Congreso la concesión de determinadas
facultades, prohibiendo expresamente a éste investir a aquél
de facultades extraordinarias fuera de las consignadas en la
Constitución. El texto de 1843, al establecer en el artículo 45
que todas las restricciones acordadas al Poder Ejecutivo — que
no eran muchas— , “ no tendrán lugar en los casos de peligro
exterior o de conmoción interior” , fué demasiado lejos en la
concesión de liberalidades al Gobierno. Pero la Constitución de
1851, inspirada en la anterior, al acentuar el “ descaecimiento
sin form as” fué más restrictiva aún y mereció justificadamente
la crítica de Alberdi, quien expresó: “ Por fin la Constitución
toda es nominal, pues por el artículo 76, inciso 26, el presiden­
te, oídos sus ministros, que él nombra y quita a su voluntad,
declara en peligro la patria y asume las facultades extraordi­
narias por un término de que él es árbitro” (12).
El presidente de la República, que debía ser elegido por su­
fragio directo y secreto, tenía un período de cinco años, no pu-
diendo ser reelecto sino después de que venza un período cons-

(12) Juan Carlos Rébora: “ El estado de sitio y la ley histórica de


desborde institucional” . La Plata, Universidad Nacional de La Plata, 1935;
página 165.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 93

titucional. De todos los actos administrativos, los ministros de


Estado eran responsables solidaria y mancomunadamente con
el presidente de la República.
En caso de enfermedad o inhabilidad temporal del presi­
dente de la República, el Consejo de Ministros, quien nombrará
de su seno un presidente, se hacía cargo del mando supremo
de la nación. Por renuncia, separación, inhabilidad perpetua o
muerte del presidente, también se hacía cargo del mando el Con­
sejo de Ministros, debiendo en el término de diez días convo­
car a elecciones.
A iniciativa de don Andrés María Torrico, diputado por Co-
chabamba, se consignó esta sabia disposición: Art. 82.— El Po­
der Judicial reside en la Corte Suprema, en las Superiores y
Juzgados de la República. A ellos 'pertenece privativamente la
potestad de juzgar y aplicar esta Coyistitución con preferencia
a las demás leyes, y las leyes con preferencia a otras resolucio­
nes. Según Cortés (13), Torrico logró consignar este principio
“ sin que lo advirtieran Belzu ni sus ministros, lo que alguna
vez podía impedir los abusos del Gobierno” .
La Corte Suprema de Justicia se componía de siete magis­
trados, uno por cada Departamento, con nacimiento en él, y de
un fiscal nombrado por el Poder Ejecutivo.
La reforma de la Constitución se sujetaba a un procedi­
miento especial, careciendo el Congreso de poder para refor­
marla en cuanto a la forma de gobierno, a la independencia ni
religión del Estado.
La presente Constitución — decía el artículo 102— y los
derechos establecidos por ella, quedan confiados al patriotismo
y valor de los bolivianos.

(13) Manuel José Cortés: “ Ensayo sobre la Historia de Bolivia". Su­


cre, Imp. de Beeche, 1861; pág. 316.
94 CIRO FÉLIX TRIGO

CONSTITUCION POLITICA DE 1861

Sancionada en 29 de julio de 1861 por la Asamblea Nacional


Constituyente reunida en La Paz, fué promulgada el 5 de agos­
to del mismo año por José María de Achá.
Las elecciones libres que organizaron la Asamblea de 1861
permitieron que en su seno se congregaran personalidades des­
tacadas de nuestra política. La opinión pública pudo manifes­
tarse sinceramente, sin temores ni trabas, pues se gozaba de
efectivas libertades, particularmente de la emisión del pensa­
miento por la prensa.
La Constitución de este año, en sus lineamientos generales,
significaba un notable progreso con relación a las precedentes
y ha sido calificada como la más liberal de su época. Desde el
ordenamiento de sus secciones, hasta su redacción, patentizan
un ponderable empeño en dotar a la nación de adecuadas formas
fundamentales. En efecto, en cuanto a derechos y garantías, se
amplía su enumeración y se establece que ni el Congreso ni
ninguna asociación puede conceder al Poder Ejecutivo faculta­
des extraordinarias ni la suma del Poder Público, ni otorgarle
supremacías, por las que la vida, el honor o los bienes de los
bolivianos queden a merced del Gobierno o de persona alguna.
En caso de conmoción interior — dice el artículo 11— que
ponga en peligro la Constitución o las autoridades creadas por
ella, se declarará en estado de sitio el Departamento o Provin­
cia donde exista la perturbación del orden, quedando allí sus­
pensas las garantías constitucionales; pero durante esta sus­
pensión, el Poder Ejecutivo se limitará con respecto a las per­
sonas, a arrestarlas o trasladarlas del punto sitiado a otro de
la nación, si no prefiriesen salir del territorio. Sólo a partir de
1861 se consignan disposiciones respecto al estado de sitio, ins­
tituto que se incorpora a nuestra terminología constitucional y
que es ampliado paulatina y considerablemente en los posteriores
textos de la Ley fundamental.
El Poder Legislativo se ejerce principalmente por una Asam­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 95

blea, compuesta por los diputados elegidos por votación direc­


ta, y accesoriamente por un Consejo de Estado, de funciona­
miento ininterrumpido. Se establece, pues, la Cámara única,
que debía reunirse anualmente, renovándose por tercias partes
cada año.
Entre las atribuciones de la Asamblea figuran las de cali­
ficar la elección de los diputados, mandar hacer las elecciones
de los mismos, separarlos temporal o definitivamente, averi­
guar las infracciones de la Constitución por medio de com isio­
nes que ejerzan la policía judicial, para que, en su caso, se haga
efectiva en juicio la responsabilidad de los infractores; apro-
-bar o desaprobar la cuenta de hacienda que debía presentar el
presidente de la República; examinar, para que se convierta en
ley, el presupuesto de gastos e ingresos; autorizar al Poder
Ejecutivo, mediante leyes, para negociar empréstitos extran­
jeros o nacionales; elegir al presidente del Consejo de Estado
para cada período constitucional; elegir, de las ternas propues­
tas por el presidente de la República, a los vocales de la Corte
de Casación, así como a los coroneles y generales del E jército;
elegir los vocales de las Cortes de Distrito y los cancelarios de
Universidad de los nombres propuestos por los diputados de la
comprensión respectiva.
El Consejo de Estado se componía de quince miembros, de
los cuales siete consejeros por lo menos debían ser diputados
nombrados por la Asamblea mediante dos tercios de votos y los
demás debían nombrarse por mayoría absoluta de entre los
ciudadanos que tengan las calidades exigidas para diputados y
que hayan prestado servios importantes en la Administración
pública. Se renovaba en un tercio cada dos años. Los conseje­
ros no podían ser destituidos sino por la Asamblea.
Las atribuciones del Consejo de Estado hallábanse debida­
mente enumeradas, siendo las principales: preparar, dando el
correspondiente informe, todos los proyectos de ley, que de
cualquiera manera puedan alterar o modificar los códigos; juz­
gar a los magistrados de la Corte Suprema y a los vocales
96 CIRO FÉ LIX TRIGO

del Tribunal General de Valores, cuando la Asamblea declare


haber lugar a la acusación; conceder la naturalización a los
extranjeros; recibir durante el receso de la Asamblea las de­
nuncias y querellas interpuestas contra el presidente de la Re­
pública y ministros, por actos inconstitucionales, para someter­
las a la Asamblea, previa la inscripción conveniente. Una Co­
misión de siete consejeros debía form ar el Tribunal Supremo
Contencioso-administrativo.
El Poder Ejecutivo encargábase a un ciudadano con el ti­
tulo de presidente de la República, y no se ejercía sino por
medio de los ministros secretarios del despacho.
El período presidencial se fijó en tres años, no pudiendo ser
reelecto el presidente sino pasado un período. Este es el lapso
más breve entre los diversos períodos presidenciales, y se juz­
gó adecuado porque era el que más se acercaba a la realidad
respecto de la duración de los jefes del Ejecutivo en el ejercicio
del mando. En los casos de renuncia, destitución, inhabilidad
o muerte, reemplaza al presidente de la República el del Con­
sejo de Estado, quien antes de diez días debía expedir las ór­
denes pertinentes para la elección de nuevo presidente.
Las atribuciones del Poder Ejecutivo fueron especificadas
con mayor amplitud, figurando entre ellas que el grado supe­
rior militar de capitán general es inherente a la presidencia de
la República e inseparable de su ejercicio. Se creyó que dando
la máxima jerarquía dentro del Ejército al presidente de la Re­
pública, éste qüe'daba cubierto en parte de los permanentes ries­
gos que entrañaba el militarismo, siempre ávido de poder.
El número de ministros secretarios de Estado — denomina­
ción confusa é impropia— fijóse en cuatro, estableciéndose que
ni éstos ni el presidente de la República podían salir del terri­
torio del país, después de cesar en sus funciones, antes que
haya cerrado sus sesiones la Asamblea, que se reúne inmedia­
tamente después de su cesación.
La justicia se administra por la Corte de Casación, las Cor­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 97

tes de Distrito y demás tribunales y juzgados que las leyes


establecen. Entre las atribuciones de la Corte de Casación, cabe
revelar dos de manifiesta importancia. La primera, tocante a
conocer los recursos de nulidad, conforme a las leyes, y fallar
al mismo tiempo en los asuntos civiles sobre la cuestión prin­
cipal, cuando el recurso se hubiera fundado en injusticia ma­
nifiesta. Por este sistema, corresponde a la Corte Suprema, me­
diante su fallo, poner término a todo litigio, evitando la pro­
longación indefinida de los pleitos. La segunda atribución, con­
cerniente a conocer de los negocios de puro derecho, cuya
decisión dependa de la constitucionalidad o inconstitucionalidad
de las leyes, fué una función que le asignó al Tribunal Supremo
el dictador Linares, y que mereció trocarse en normá funda­
mental, cuya trascendencia es enorme. Tomado de la Constitu­
ción norteamericana, se introduce en nuestro régimen institu­
cional el contralor jurisdiccional de la constitucionalidad de le­
yes y decretos a cargo de la Corte Suprema, máxima expresión
del Poder Judicial. Se instituye así el control judicial de la cons­
titucionalidad de la legislación.
El régimen municipal, suprimido en los textos de 1843 y
1851, nuevamente es consignado en la Carta de 1861, en la que
se detalla con amplitud las múltiples atribuciones de los Con­
cejos municipales.
El gobierno político de los Departamentos y Cantones de la
República — dice el artículo 76— , residen en los funcionarios
que designa la Ley. Bajo la dictadura del doctor Linares, el
territorio nacional se dividió en treinta y dos jefaturas políticas,
dependientes directamente del Poder Ejecutivo. La ley de 25 de
junio de 1863 restableció las antiguas prefecturas departamen­
tales, con atribuciones específicas para los prefectos de Depar­
tamento y los gobernadores de Provincia, habiendo cambiado
la denominación de estos funcionarios por la de subprefectos.
Perfeccionándose lo estatuido en la Constitución preceden­
te, se fijó un precepto aparte, consignando al final del texto
constitucional lo que sigue: Art. 86.— Las autoridades y tribu­
98 CIRO FÉ LIX TRIGO

nales aplicarán esta Constitución con preferencia a las leyes


y éstas con preferencia a cualesquiera otras resoluciones.
El anterior principio, mantenido inalterable en el régimen
jurídico boliviano, basado en la rigidez constitucional y la su-
perlegalidad de las normas fundamentales, establece un orden
jerárquico normativo, que fija los grados de validez de las dis­
posiciones legales, dándoles una sistemática prelación en cuan­
to a su aplicabilidad.
A l prescribir la Ley fundamental, las autoridades y tribu­
nales aplicarán la Constitución con preferencia a las leyes, y
éstas con preferencia a cualesquiera otras resoluciones, la ar­
quitectura jurídica nacional está sólidamente estructurada. Se
coloca a la base de la organización estatal las normas funda­
mentales, en seguida las leyes, a continuación los decretos y,
por último, las resoluciones, siendo imperativo para autoridades
y jueces en general, aplicar con preferencia la Constitución
respecto a las leyes, éstas respecto a los decretos y éstos en
relación a las resoluciones.
Es lógica, plausible y conveniente esta escala normativa,
que establece una sucesión cabal del ordenamiento jurídico.
La Constitución de 1861 es, indudablemente, la más avan­
zada con la que se contó hasta entonces y la que contribuye
con un mayor aporte doctrinal al perfeccionamiento de nuestras
normas fundamentales. Distribuye adecuadamente las materias,
determina m ejor los derechos y garantías ciudadanos, amplía
las atribuciones de los Poderes Públicos, cuyo equilibrio pre­
cautela, y pone en evidencia la capacidad y el dominio de la
doctrina constitucional de quienes intervinieron en su elabo­
ración, inspirados en el liberalismo que se expandía por el mun­
do civilizado. A la Asamblea Constituyente de dicho año con­
currieron destacados publicistas y estadistas, como don José
Manuel de la Reza, don Tomás Frías, don Antonio Quijarro,
don Agustín Aspiazu y don Evaristo Valle.
Se sostuvo que la Carta de 1861, con su acentuado liberalis­
mo, había debilitado el principio de autoridad, aminorado el
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 99

prestigio de las instituciones fundamentales y alentado el es­


píritu de sedición. Algunos hechos, como las matanzas de Yáñez
(23 de octubre de 1861), el combate y la explicable reacción
popular de 23 de noviembre del mismo año, así como las revo­
luciones debeladas por el general Achá durante 1862, llevaron
al jefe del Gabinete y ministro de Gobierno, don Lucas Men­
doza de La Tapia, a dictar el decreto de 18 de noviembre de
aquel año, denominado apelación al pueblo. Este decreto con­
vocaba a una Asamblea de representantes, que debía reunirse
en Oruro el 1 de marzo de 1863, con el fin de deliberar y resol­
ver si la Constitución del 61 seguiría rigiendo la República o
si debía ser modificada. En este segundo caso podría proceder
a la reforma, extendiéndola, además, a la legislación secunda­
ria en lo que estimare conveniente. “ Este golpe de Estado a
la Constitución — anota Jenaro Sanjinés (14)— produjo una
general y justa alarma acompañada de vehementes protestas
contra el ministerio. Ni la necesidad de la paz pública, ni la
buena fe de que hacía alarde el Gobierno, ni la brillante argu­
mentación de su primer ministro alcanzaban a justificar, en
efecto, la peligrosa doctrina de que la soberanía radical, inma­
nente del pueblo, no puede ser reglamentada por nadie, y que
en esta virtud puede él variar la Constitución cuando le plazca
sin las trabas y dificultades de ningún procedimiento. Retro­
cedió el presidente y abrogó su decreto, y el jefe del Gabinete
dejó el ministerio con sus colegas.”
Ante los injustificados ataques de la prensa, y en respuesta
al folleto intitulado “ La apelación al pueblo, o sea, el decreto
de 18 de noviembre de 1862” , suscrito por Lucas Mendoza de
La Tapia; frente a los cargos que se formulaban contra la Cons­
titución del 61, que se la estimaba “ como una máquina cons­
truida exprofeso para destruir presidentes y para servir a los
intereses de partido” , José Manuel de la Reza (“ Constitución

(14) Jenaro Sanjinés: “Las Constituciones de Bolivia. Estudio histó­


rico y comparativo". La Paz, Imp. El Comercio de Bolivia,, 1906; pág. 1<0.
100 CIRO FÉ LIX TRIGO

de 1861. Sus influencias en la situación política” . Cochabamba


Imprenta del Siglo, 1863) asumió defensa de la Carta y de la
labor cumplida por los constituyentes. “ Hay error e injusticia
en atribuir el estado anárquico del país a la Constitución y a
los constituyentes de 1861 — expresa Reza en juicio sintetizado
y acotado por Gabriel René Moreno— , sosteniéndose que este
Código fué una máquina perversamente construida para des­
truir presidentes. Las buenas o malas constituciones nunca fue­
ron en Bolivia ni muro de autoridad ni empuje revolucionario,
y los Gobiernos cayeron unos tras otros a impulsos de fuerzas
sociales, políticas o militares, lanzadas en su contra por debajo,
por encima y a través de la Ley fundamental.”

CONSTITUCION POLITICA DE 1868

Sancionada por la Asamblea Nacional Constituyente reuni­


da en La Paz con fecha 17 de septiembre de 1868, fué pro­
mulgada el 1 de octubre del mismo año por Mariano Melgare­
jo, no obstante que una disposición transitoria señalaba el 1 de
noviembre para su promulgación y vigencia.
La revolución de 28 de diciembre de 1864 canceló la Carta
de 1861, suprimió las municipalidades y disolvió el Consejo de
Estado. Surgió así el absolutismo de Melgarejo, “ sostenido por
aquella máquina férreamente montada que se llamaba el ejér­
cito” . En 1861, la nación fué testigo de una discusión libre rea­
lizada por representantes que no había nombrado el Gobierno;
en la Asamblea existían hombres de mérito y probidad, perte­
necientes a distintos partidos; pero todos ellos llevaban el de­
seo incontestable de deponer sus odios y prevenciones en aras
del bien público. En el cuerpo deliberante de 1868, el Gobierno
perseguía como principal objetivo la aprobación del tratado
de límites con el Brasil, y tuvo decisiva influencia en su com­
posición (15).

(15) En defensa de M elgarejo se ha dicho que éste congregó en la


LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 101

Con expresiones torpes, Melgarejo probó desde los primeros


días de su ascensión al Poder de que no regiría sino su volun­
tad. Es así como, cuando en un banquete oficial un represen­
tante de la Corte de Justicia de La Paz, se atrevió a insinuar
en un brindis las ideas de Constitución y de principios, el dés­
pota interrumpióle para exclamar: “ Oiga usted, el que manda,
manda, y cartuchera al cañón.”
No obstante que aquél era su pensamiento íntimo, siguiendo
el consejo de sus asesores, y para cumplir con determinados
formulismos institucionales, tras la euforia que le produjo el
triunfo logrado sobre sus adversarios políticos en la batalla
de las Letanías (24 de enero de 1866), dictó un decreto convo­
cando a una Asamblea Nacional que debía reunirse el 6 de
agosto de aquel año, la que sancionaría una Ley fundamental
y proclamaría presidente de la República al que fuese elegido
por la ciudadanía. Tal disposición gubernamental quedó incum­
plida.
Entre tanto, se suscribieron dos tratados de límites. Uno
con Chile en 10 de agosto de 1866 y otro con el Brasil en 26 de
marzo de 1867. Estos convenios agudizaron la inquietud patrió­
tica, y especialmente el segundo ocasionó diversas protestas,
pues con él el territorio nacional sufría graves mutilaciones.
Fué, por fin, el decreto de 1 de diciembre de 1867 el que con­
vocó a la elección de representantes y de presidente de la Re­
pública. Reunido el Congreso en 6 de agosto de 1868, dictó las
leyes mediante las cuales se concedía amnistía, legalizábanse
todos los actos de la dictadura y se declaraba Asamblea Cons-

Asamblea de 1868 la crém e de la crém e entre los hombres representativos


de aquella época, lo que lleva a Alberto Gutiérrez (“ El Melgarejismo antes
%
y después de M elgarejo” , 2.’ ed. La Paz, González & Medina, 1918; pá­
ginas 240-41) a esta suposición edificante: “ O el Gobierno de M elgarejo
propició la candidatura de hombres ilustres o tenidos como tales o dejó
al pueblo una práctica libertad electoral. En cualquiera de los dos su­
puestos, debe confesarse que en ese punto, la cultura política del héroe
de diciembre había sido superior a la de los tiempos que alcanzamos...”
102 CIRO FÉ LIX TRIGO

tituyente. “ Y así llevóse adelante esa sombría mistificación cons­


titucional.”
“ A pesar de que la gran mayoría del personal de la Asam­
blea legislativa había sido elegido ta jo los auspicios de la dic­
tadura — dice Alberto Gutiérrez (ob. cit., pág. 180)— , entre el
grupo más adicto a la causa de diciembre, muchos de los di­
putados vacilaron a tiempo de dar su voto en favor del tratado
con el Brasil. Decidido Melgarejo a conseguir la ratificación de
ese pacto, hizo circular entre aquellos de sus parciales que se
sentían inclinados a la vacilación, las amenazas que eran usua­
les dentro de sus procedimientos despóticos. La mayoría de la
Asamblea, como era de presumir, se dejó dominar por esa su­
gestión decisiva; pero cierto número de diputados, ante la vio­
lencia que se hacía a su patriotismo y a sus convicciones, hubo
de abandonar el recinto parlamentario y buscar la salvación
personal en la fuga. Melgarejo mandó perseguir con encarni­
zamiento a los que se resistían a obedecer a su consigna, y entre
las más atroces violencias y las más sombrías amenazas, se
produjo el 21 de septiembre de 1868 la ratificación del tratado.”
Algunos representantes, como Agustín Aspiazu y Juan Ramón
Muñoz Cabrera, tuvieron que evadirse de la sede de la Asam­
blea. El primero desapareciendo de La Paz, cuya representa­
ción investía, y el segundo ganando el territorio peruano para
refugiarse. No obstante los medios coactivos y la presión ejer­
cida por el Gobierno, doce diputados arrostraron las iras del
tirano y votaron en contra del tratado con el Brasil.
Bajo los rigores del déspota, la Constitución de 1868 asumió
los caracteres de un traje a medida o de una casaca que se
confeccionaba para el tirano. Todo derecho que se proclamaba
o cualquier libertad que se garantizaba, no era sino la ficción
revestida de cruel sarcasmo. El autócrata no reconocía otra
fuente de poder que su caprichosa voluntad. De ahí que cuan­
do alguno de sus ministros se permitía hacerle notar la ilega­
lidad de sus actos, Melgarejo solía contestarle: “ ¿Sabe dónde
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 103

llevo la Constitución? Pues aquí.” Y acabababa golpeándose el


bolsillo trasero del pantalón.
El sistema bicameral fué restablecido con una Cámara de
Representantes y otra de Senadores, que debían reunirse cada
dos años; el período del mandato de diputados y senadores era
de cuatro años, renovándose por suerte la mitad en el primer
bienio.
Los representantes nacionales no debían ser aprehendidos,
demandados ni citados judicialmente desde el día de su pro­
clamación, durante las sesiones y cuarenta días después, salvo
in fraganti delito sujeto a pena corporal.
El Senado tenía facultad para nombrar a los vocales de la
Corte Suprema de Justicia, así como para juzgarlos y aplicarles
la correspondiente responsabilidad.
La Cámara de Representantes, cuyo número debía deter­
minarse tomando por base la población, estaba facultada para
nombrar a los vocales de las Cortes Superiores de Distrito y a
los cancelarios (rectores) de las Universidades, así como para
acusar por sí o a instancia de parte ante el Senado al presi­
dente de la República, ministros de Estado y magistrados de la
Corte Suprema de Justicia, por culpas o delitos cometidos en
el ejercicio de sus funciones. La Corte Suprema tenía iniciativa
para presentar proyectos en materia de legislación y adminis­
tración de justicia.
El presidente de la República debía ejercer su mandato por
el lapso de cuatro años, con derecho a reelección por otro perío­
do. Los textos de 1831 y 1834 admitían la reelección presiden­
cial inmediata; el de 1868, también la permite, pero limitándo­
la a un solo período. El reeleccionismo tiene su única expresión
en los citados textos; todos los demás prohíben expresamente
la continuación ininterrumpida en el ejercicio de la presiden­
cia por los graves peligros que ello representa en países poco
desarrollados, donde un gobernante dispone de medios para man­
tenerse indefinidamente en el Poder bajo apariencias democrá­
ticas.
104 CIRO FÉLIX TRIGO ' *1 1 1
.vyvjSB

El Poder Ejecutivo se ejercía por el presidente de la Repú­


blica y los ministros de Estado, que formaban un Gabinete, pre­
sidido por uno de los ministros que lo componían y nombrado con
este carácter por el presidente.
En caso de renuncia, destitución,'inhabilidad o muerte del
presidente de la República, debía reemplazarlo el Consejo de
Ministros, el cual, en el término preciso de quince días, convo­
caba para la nueva elección.
La Asamblea Constituyente de 1868, a la que concurrieron
publicistas de nota y destacados hombres representativos, votó
una Constitución inspirada en principios liberales y democráti­
cos, que quedaron meramente escritos, pues fué sistemática­
mente inobservada por el general Melgarejo, gobernante sombrío
y despótico de nuestra historia.

CONSTITUCION POLITICA DE 1871

Sancionada por la Asamblea Nacional Constituyente reuni­


da en Sucre a 9 de octubre de 1871, fué promulgada por Agustín
Morales el 18 de octubre del mismo año.
Como se deja constancia en el preámbulo, la Asamblea de
1871 sancionó y proclamó la Constitución de 1861, introducién­
dole varias reformas. Entre ellas cabe mencionar las que siguen:
#En el artículo l.° se suprime la expresión “ República una
e indivisible para decir únicamente “ República democrática,
representativa” , con lo que se patentiza la influencia que ejer­
cieron los federalistas frente a la tesis unitaria, que en defini­
tiva prevaleció.
Tocante a la religión, se mantiene la católica, apostólica ro­
mana; pero se admite el ejercicio público de cualquier culto en
las colonias que se formaren en lo sucesivo. “ Créese atraer así
la inmigración extranjera — dice Sanjinés (16)— , a la que podría
alejar la prohibición de ejercer su culto.”

(16) Jenaro Sanjinés: Ob. cit., pág. 31.


LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 105
*■
En cuanto al estado de sitio, previsto en términos muy gene­ í*
rales en la Carta de 1861, habida cuenta la experiencia recogida
«
' reSpecto a las diversas interpretaciones que se quiso darle y los
mUy lamentables como trágicos sucesos que tuvieron lugar en
octubre y noviembre de 1861 — nos referimos a las terribles
matanzas de Yáñez y a la justificada reacción popular contra ¿~
£gj.e__determinaron que la Asamblea de 1871 modificara el co­
rrespondiente precepto. Teniendo en cuenta las discusiones sobre ¥
el sitio habidas en las legislaturas de 1862 y 1864 y para evitar \
ambigüedades que entrañaban riesgos, los constituyentes del 71
adoptaron con enmiendas las disposiciones pertinentes de la ja
*
Carta de 1839. En tal virtud, en los casos de grave peligro por
causa de conmoción interior o guerra exterior, que amenazase
la seguridad de la República, el Poder Ejecutivo debían ocurrir
ante la Asamblea para que le conceda facultades especiales, como
las de aumentar el ejército permanente y llamar al servicio ac­
tivo la guardia nacional; anticipar el pago de contribuciones;

negociar o exigir empréstitos; alejar a los sindicados de sub­ *
versión a una distancia no mayor de veinticinco leguas, y siempre Á.
V
que sea a lugares no malsanos; o bien expedir órdenes de arresto
y alejamiento, las que sólo tendrán lugar cuando el individuo no >
prefiera salir al exterior. Si la Asamblea estuviese en receso, se f*
*
investirá el presidente de la República de estas facultades previo
acuerdo y dictamente afirmativo del Consejo de E stado; en caso /
'
de ser imposible la intervención del Consejo de Estado, bastará
el acuerdo del Consejo de Ministros.
Se introduce al final de la sección Derechos y Garantías un i
nuevo artículo que prescribe la nulidad de los actos de los que
usurpen funciones que no les competen; así como los actos de
los que ejercen jurisdicción o potestad que no emane de la ley.
Las sesiones de la Asamblea debían realizarse cada bienio,
renovando su personal por mitad cada dos años.
E l número de miembros del Consejo de Estado se reduce a
nueve diputados elegidos por dos tercios de votos de la Asam­

€■
*
106 CIRO FÉ LIX TRIGO

blea, desapareciendo el Tribunal Supremo Contencioso-Admini*


trativo.
El período presidencial se fija eá cuatro años, no pudiendo
ser reelecto el presidente de la República sino pasado un período
En caso de renuncia, destitución, inhabilidad o muerte del pre­
sidente de la República, llamábase .•i desempeñar sus funciones
al presidente del Consejo de Estado, hasta la terminación del
período constitucional.
Se suprime, entre las atribuciones de la Corte de Casación
la de presentar proyectos de reforma de Códigos al Consejo dé
Estado, previsión que en la Carta de 1861 marca una innovación
en la materia, pues por disposiciones anteriores — especialmente
de acuerdo a la Carta de 1839— los tribunales y jueces no podían
ejercer otras funciones que las de juzgar y hacer que se ejecute
lo juzgado.
Cabe destacar que la Asamblea de 1871 conoció y debatió
diversos proyectos de Constitución (17). Entre ellos, mereció es­
pecial consideración la iniciativa enderezada a modificar la forma
de Estado. A l efecto, se aprobó una moción presentada por los
convencionales Félix Reyes Ortiz, Daniel Calvo, Eliodoro Ca-
macho, José Mier y León, Pedro José Aramayo, Manuel A. Se­
rrano y Crispín Andrade y Portugal, que decía: “ Incítase a la
Comisión de Constitución para que en el término más breve po­
sible preste su dictamen sobre esta cuestión: ¿E s el sistema
federal o el unitario, el adaptable para la Constitución del país?"
Se debatió ampliamente la cuestión, tanto dentro de la Cons­
tituyente como en todo el ámbito nacional, habiéndose pronun­
ciado la opinión pública con ideas en pro y en contra del fede­
ralismo.
_■En Ia Asamblea se patentizaron dos corrientes opuestas: la
unitaria y la federal. Sobresalió como líder del unitarismo don
Evaristo Valle, que “ lució las galas de su brillante elocuencia”
al enfocar el cambio de form a de Estado bajo dos aspectos pri-

(17) Véase el capítulo "P royectos de Constitución” .


107
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

mordíales: político y económico. “ Sostenía que la federación no


convenía porque no existía espíritu público, ni ilustración, ni
riquezas- porque habiendo salido del más duro coloniaje, no he­
mos podido emanciparnos de nuestra degradación y porque es
preciso que primero venga el vapor a cambiar la faz de nuestro
suelo Una raza degradada — argumentaba— , forzada al trabajo
por sus señores, sin artes ni industria de ningún género, no podía
dejar de ser lo que hoy es; que los cuarenta y cinco años de
independencia, lejos de mejorar, la han empeorado porque ha
adquirido vicios consiguientes a la licencia más bien que a la li­
bertad, y como libertos del despotismo tocamos en uno de los
dos extremos: la degradación o la licencia; y de ahí ese flujo
y reflujo del despotismo y anarquía que devoran al país.”
“ Bolivia es un pueblo de clérigos, militares y abogados
— apuntaba Valle— . Se cree que la dignidad humana se degrada
fuera de estas profesiones; nadie quiere ser agricultor ni artista^
se deja esto para la clase media o ínfima del pueblo; de aquí
proviene la miseria de nuestros hombres, la necesidad de buscar
la vida en los empleos; empleos que los conducen a los trastornos
políticos, o al servilismo ante el poder. Lo uno engendra la anar­
quía, lo otro el despotismo. No es, pues, exacto lo que dice el
señor La Tapia que la unidad engendra las revoluciones, sino el
hambre y la miseria pública.” (18).
A su vez, la tesis federalista encontró en don Lucas Mendoza
de la Tapia su más esforzado paladín, que “ sostuvo la reforma
con una convicción y una fe dignas del apóstol de la nueva doc­
trina” (19). “ La Federación es la República verdadera, porque
es la libertad en su sentido más genuino, decía. Entrando de
lleno en el goce de esa libertad, se puede tropezar con algunos
inconvenientes: Pueden surgir algunos males pasajeros. El re­
medio de estos males es la misma libertad, así como para el que

(18) “ Redactor de la Asamblea Constituyente del año 1871". La Paz,


Litografías e Imprentas Unidas, 1927; págs. 742, 743 y 773.
(19) Jenaro Sanjinés: Ob. cit., pág. 5.
108
CIRO FÉLIX TRIGO

sale de las tinieblas y de pronto no puede soportar la luz, el reme­


dio es acostumbrarse a los rayos del sol.
’... No hay magias en la Federaóión. Es el sistema más ra­
cional; por consiguiente más natural de todos los sistemas de
gobierno. Sus buenos resultados provienen de la libertad del in­
dividuo, extendida a la familia, a la ciudad, al departamento,
a la provincia y al cantón. Esta libertad no existe ni puede existir-
bajo la form a unitaria.
El despotismo y las revoluciones han desmoralizado la po­
lítica. Prevengamos, pues, las revoluciones haciendo imposible
el despotismo... La moralidad política no es posible bajo el sis­
tema unitario, en que los hombres son todo y los principios nada.
La empleomanía es el producto natural de este sistema, por más
que lo nieguen sus defensores” (20).
Agustín Aspiazu, colocándose en una posición equidistante,
sin tomar partido en la controversia, se limitó a expresar la si­
tuación del distrito que representaba. Y dijo. “La Paz no ha pro­
clamado la Federación pero no la rehúsa; tal vez la acepte con
entusiasmo al ver que la idea ha partido de otros pueblos de la
República. Si nosotros sus representantes nos hemos opuesto a
ella, ha sido porque detrás de la Federación veíamos a la anarquía
venirse a paso precipitado flameando su sangriento estan­
darte” (21).
Tan histórico debate concluyó con el voto de mayoría, contra
el de quince convencionales, que impuso la continuación de la
form a unitaria.
Fuera del ámbito del Congreso Constituyente, la opinión pú­
blica se manifestó también sobre la conveniencia de adoptar el
feudalismo o la necesidad de mantener el régimen unitario.
El abatimiento de la tiranía de Melgarejo, a costa de tantos
sacrificios, permitió a la nación que había recuperado su liber-

(20) “Redactor de la Asamblea Constituyente del año 1871” . La Paz,


Litografías e Imprentas Unidas, 1927; págs. 785, 786 y 787.
(21) Jenaro Sanjinés; Ob. cit., pág. 6.
109
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIYIA

tad debatir con entusiasmo los problemas públicos, anhelosa de


buscar los medios para impedir la repetición de nuevos despo­
tismos.
Don Pedro J. Guerra (22) se pronuncia en pro de la Fede­
ración pues estima que “ la unidad, a pesar de las Constitucio­
nes del uso y abuso del poder, no ha podido establecerse en la
República; ni ha existido ni existe. Bolivia le debe su atraso, su
despotismo normal, su abyección y miseria en una palabra, su
modo de ser sui generis, distinto del de los pueblos civilizados.
La Federación puede ser el remedio de males que nadie pone
en duda. La Federación nos dará la verdadera democracia; ella
no es un ensayo para Bolivia, sino la expresión genuina de nues­
tro modo de ser, representando al mismo tiempo una necesidad
que nos evitará males funestos. La unión federal es el único
medio de realizar el magno principio proclamado y sostenido
por el jefe de la Revolución, Agustín Morales: “ Más libertad y
menos gobierno es la fórmula del progreso del siglo xix. La
Federación no puede instantáneamente constituirla la Asamblea
convocada, antes que los pueblos se hayan librado a un estudio
serio sobre ella y expresado sus votos, su querer .
Don Federico Diez de Medina (23), luego de refutar a quie­
nes estimaban que “ admitir la Federación en Bolivia sería ras­
gar la bandera boliviana, sería destruir la democracia, sería
atacar el pensamiento de Bolívar” , pasa al análisis de la centra­
lización y descentralización administrativa, para llegar a la con­
clusión de que el origen de nuestras revoluciones y la causa pri­
mordial de ellas “ se encuentra sin duda en las instituciones
mismas que nos rigen, en la centralización, que de día en día va
agotando más y más la vida de nuestros pueblos... La causa de

(22) “ Cuestiones de actualidad” . Artículos de P. J. de Guerra publi­


cados en El Porvenir, La Reforma, El Patriota y El Republicano. Reimpre­
sos. Imprenta Paceña, 1871. v i
(23) “ Breves reflexiones acerca del principio federativo y sobre el
origen de nuestras guerras civiles” , por Federico Diez de Medina. La Paz,
Imprenta de la Unión Americana, de César Sevilla, 1871.
110 CIRO FÉLIX TRIGO

las revoluciones está a la vista de todos: Es el excesivo poder


que tienen nuestros Gobiernos..., que mueren siempre de plé­
tora. Descentralícese el Poder, limitando sus atribuciones a las
que son absolutamente necesarias y de interés general, y acaso
el país se habrá salvado” .
Don Luis M. Guzmán (24) impugna con sólidos argumentos
y cabales raciocinios la oportunidad de la Federación y ve en su
adopción “ algo más que dificultades, hay verdaderos peligros” .
“Nosotros — apunta— tenemos toda la inconstancia y la velei­
dad de nuestra raza, juntamente con un aturdimiento febril, que
nos hace pasar de una reforma a otra, de un ensayo a otro
ensayo; pero siempre desconcertados, vacilantes y sin el aplomo
de una conciencia lentamente elaborada por la doble acción de
la experiencia y del estudio.” Analiza nuestra historia y observa
la incesante obra de la demolición y la reconstrucción; el flujo
y reflujo de las mareas políticas, las altas y bajas del espíritu
nacional. “ Gobernamos — dice— más bien con pasiones de actua­
lidad, que con la ilustración de la razón pública.”
El notable historiador enjuicia la influencia de las institu­
ciones políticas sobre el progreso social y encuentra que se ha
exagerado mucho al dar tan definitiva importancia a las formas
de gobierno. Estima que lo valedero son las condiciones orgá­
nicas de un país y se refiere al caso de las provincias del Plata,
cuyo progreso no obedece al federalismo, sino a la “ inmigración
europea, los artículos de riqueza que poseen y su ventajosa
situación topográfica, que han acrecentado su prosperidad... El
bienestar social — arguye— no está adherido a las form as de
gobierno” .
Guzmán pasa revista a las principales causas del malestar
social boliviano, remontándose a la época colonial, a la que se
puso término con la emancipación política. Estos pueblos fueron
independientes a partir de 1825, ¿pero sabrían ser libres? He ahí
la gran cuestión. ‘ Bolivia — expresa— obedece a las leyes de su

(24) “ Extemporaneidad de la Federación en Bolivia” , por Luis M. Guz­


mán. Cochabamba, Imprenta de los Amigos, mayo de 1871.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 111

estructura social, la cual es además de imperfecta, viciosa tam­


bién. País mediterráneo, incrustado en el corazón de los Andes,
sin vías de comunicación, alimentando un escaso comercio, es
necesariamente pobre; consiguientemente está privado de uno
de los grandes medios de progreso: la inmigración europea. Sus
masas °están generalmente privadas de instrucción, que es la
medida de la moralidad pública. La industria, que no es más
que un deseo, cuenta numerosas falanges de brazos sin ocupa­
ción. La empleomanía, de la que no es sino una nueva faz el
militarismo, completa el cuadro de las causas que empujan a la
nación por la pendiente inclinada de las revueltas.
’’Radicad la paz en un suelo de estas condiciones; pretended
el respeto al principio de autoridad. ¡Vano empeño! Se insinúan
los síntomas de una perturbación del orden; y los ciudadanos
que hubieran debido estar interesados en conservarlo, como con­
dición de su bienestar real y personal, siendo pobres y no tenien­
do ocupación lucrativa, se alistan de buen grado en las filas
revolucionarias. La perspectiva de una revuelta les hace entre­
ver una conveniencia dudosa, en cambio de un malestar presente,
inevitable.
"... Bolivia federal, unitaria, monárquica, aristocrática o teo­
crática, obedeciendo a las leyes de su organización social, estara
condenada a debatirse aún entre las convulsiones de la lucha,
hasta que se corrijan esas imperfecciones orgánicas por medio
de la difusión de las luces, el acrecentamiento de la riqueza, la
apertura de vías de comunicación, la extirpación de la empleo­
manía, el militarismo, el abogadismo, etc.
’’Bolivia está, pues, bajo la influencia de leyes sociales, que
son las verdaderas causas eficientes, que obran permanentemente
sobre su organismo. Las causas políticas, que son de un orden
secundario y que tienen una acción circunstancial, tienen una
influencia subordinada a las primeras, y dependen radicalmente
de ellas. Así, la form a federativa como institución política, no
alcanzará a cambiar las condiciones económicas y sociales, en
cuyos senos se alberga el germen de las revueltas.”
112 CIRO FÉ LIX TRIGO

Piensa este connotado escritor que es un error identificar


con el dictador caído (Melgarejo) el régimen unitario. No hay
panacea universal, y la Federación no lo es, concluye.
Don Santiago Vaca Flores (25) cree que de la unidad al sis­
tema federal hay una distancia apreciable, que para vencerla
es indispensable proceder por grados. En resumen, propone a
la Asamblea, “ obrando en Dios y en conciencia, ordene a los
pueblos que en el término y días convenientes, voten por estos
dos extrem os: Federación o Unidad” . Determinada la form a de
Estado, correspondería a la Asamblea la redacción de las fo r­
mas fundamentales.

CONSTITUCION POLITICA DE 1878

La Asamblea Constituyente de 1877, reunida en La Paz, san­


cionó en 14 de febrero de 1878 la décima Constitución, promul­
gada el 15 de febrero de dicho año por Hilarión Daza.
La Asamblea Constituyente inició sus sesiones en 14 de no­
viembre de 1877; el 18 de ese mes se, organizó la Comisión de
Constitución, compuesta por: Mariano Navarro (representante
de Chuquisaca), Ricardo J. Bustamante (La Paz), Martín Lanza
(Cochabam ba); Antonio Quijarro (Potosí), Manuel S. Galvarro
(Oruro), Benigno Escalante (Santa Cruz), Samuel Achá (Tarija)
y Abdón S. Ondarza (Cobija).
Se planteó como cuestión previa la de adoptar la Carta de
1861 como base para sancionar el nuevo texto constitucional (26).

(25) "Federación boliviana y ligera refutación del sistema unitario” ,


por el ciudadano Santiago Vaca Flores. Sucre, Imprenta Boliviana, 11 de
junio de 1871.
(26) Tomás Villegas, diputado por Mizque, presentó la siguiente mo­
ción. Se recomienda a la Comisión de Constitución de la presente legis­
latura que al formular el proyecto de la Carta que debe regir en la Re­
pública, tome por base la sancionada en 1861.”
Federico Diez de Medina, diputado por La Paz, presentó el siguiente
proyecto, que fué desestimado por la mayoría. D ecía: "La Asamblea Na-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 113

Pero como conclusión de un prolongado debate, en el que abun­


daron en expresiones fundadas y brillantes los constituyentes
Quiiarro y José R. Gutiérrez, quedó desechada aquella iniciativa.
“ Daza no se preocupó de la Constitución que discutían sus
diputados — dice Sanjinés (27)— ; pareció quedar satisfecho,
por el momento, con que en un artículo transitorio de la misma
Constitución (febrero de 1878) se le asegurase su presidencia
por tres años más y así se hizo. Tres años; ya vería después
lo que le convenía. Ni una palabra de Federación, por supuesto:
eso sí que no lo hubiera consentido. Por el contrario, se comenzó
declarando expresamente la adopción de la form a unitaria de
gobierno.”
Sin embargo, el texto constitucional de 1878, nominal bajo
el pretoriano Daza, adquirió mucha significación desde que logró
su vigencia efectiva mediante la proclamación que hizo la Con­
vención de 1880.
De ahí por qué la Constitución de 1878 merece ser analizada,
pues encama la expresión del pensamiento liberal predominante,
que enmarcó sus disposiciones dentro de principios democráti­
cos. Además, enriquece con nuevas normas la Ley fundamental.
En su elaboración contribuyeron eminentes publicistas y nota­
bles parlamentarios, entre los que cabe citar a Antonio Quijarro,
que presentó un proyecto que sirvió de fundamento para la re­
visión; José R. Gutiérrez, Federico Diez de Medina, Isaac Ta-
mayo, Ricardo J. Bustamante y Mariano Reyes Cardona.
Esta Constitución determina con precisión el régimen uni-

cional Constituyente decreta: Artículo único. La Asamblea Nacional adop­


ta la Constitución de 1861 con las modificaciones que la respectiva Comi­
sión o los HH. diputados creyeren conveniente formular y fueren acep­
tadas.”
José Ignacio León, putado por Oruro, también propuso: “ La Asam­
blea Nacional Constituyente, Considerando: Que la prolongada lucha sos­
tenida por los pueblos desde 1865 hasta 1871 ha tenido por objeto el defen­
der la Constitución de 1861, Decreta: Artículo único. Se adopta y pone
en vigencia la Ley fundamental sancionada el 15 de agosto de 1861.”
(27) Sanjinés: Ob. cit., pág. 7.
11
114 CIKO FÉ LIX TRIGO

tario que adopta el Estado, así como fija la form a democrática


representativa de gobierno.
Mantiene la religión católica, apostólica, romana como del
Estado y prohíbe el ejercicio público de todo otro culto.
Añade otras garantías para proteger los derechos indivi­
duales y crea una nueva sección, intitulada “ De la conserva­
ción del orden público” , en la que se regula lo concerniente al
estado de sitio. En secciones separadas determina también la
nacionalidad y la ciudadanía, con especificación de la naciona­
lidad de origen y la naturalización.
Proclama que la soberanía reside esencialmente en la Nación;
es inalienable e imprescriptible, y su ejercicio está delegado
a los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La independen­
cia de estos Poderes es la base del Gobierno.
El Poder Legislativo se compone de dos Cámaras: una de
Diputados y otra de Senadores. Los diputados ejercen sus fun­
ciones por cuatro años, renovándose por mitad en cada bienio
y deben ser elegidos directamente por el pueblo a simple plu­
ralidad de sufragios. Los senadores son elegidos a razón de
dos por cada Departamento, el período de sus funciones es de
seis años y deben salir por suerte un tercio en cada uno de los
dos primeros bienios.
Corresponde a la Cámara de Diputados elegir a los magis­
trados de la Corte Suprema de las ternas propuestas por el Se­
nado y a éste decir si ha o no lugar a la acusación que proponga
aquélla contra el presidente, vicepresidente, ministros de Esta­
do, de la Corte Suprema y agentes diplomáticos por delitos co­
metidos en el ejercicio de sus funciones.
Se otorga a las Cámaras legislativas la facultad de censu­
rar los actos de mera política del Ejecutivo, con el fin de obte­
ner una modificación en el procedimiento político. La intro­
ducción del artículo 73 significa la aproximación al régimen
parlamentario mediante el otorgamiento de votos de censura o
confianza.
El Poder Ejecutivo se ejerce por el presidente de la República.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 115

y por los ministros secretarios del despacho. El período presi­


dencial se fija en cuatro años, sin admitir la inmediata reelec­
ción. Se crea la institución vicepresidencial, debiendo elegirse
al vicepresidente junto con el presidente por sufragio directo
y secreto.
En las atribuciones de las municipalidades se suprime la
concerniente a calificación de los ciudadanos en las capitales de
departamentos y provincias y la de llevar el registro cívico.

CONSTITUCION POLITICA DE 1880

Sancionada por la Convención Nacional reunida en La Paz


el 17 de octubre de 1880, fué promulgada en 28 de octubre del
mismo año por Narciso Campero.
En momentos de angustia general, a raíz de la guerra sos­
tenida con Chile, el pueblo boliviano congregó a sus hombres
más representativos en la célebre Convención Nacional de 1880,
que duró en sus funciones hasta el 6 de agosto de 1881.
En la sesión extraordinaria de 30 de mayo de 1880, el con­
vencional don Mariano Baptista, a nombre de la Comisión de
Constitución que presidía, manifestó que “ interpretando fiel­
mente el pensamiento nacional había comprendido que el Par­
lamento debía dar al país una ley o estatuto supremo, encar­
gando al mismo tiempo a una persona el gobierno de la Re­
pública.
’’Que consecuentes con este principio, examinando las diver­
sas Constituciones, había encontrado que la de 1878 llena no
solamente las necesidades y las aspiraciones de Bolivia, sino de
cualquier otro país más adelantado” (28). Presentó, como con­
clusión, un proyecto de ley por el que se declaraba en vigencia
la Constitución política de 1878, introduciéndole algunas modi­
ficaciones, siendo las principales las dos siguientes: La prime-

(28) “ Redactor de la Convención Nacional del año 1880” , t. I. L a Paz,


Litografías e Imprentas Unidas, 1926; pág. 56.
116 CIRO FÉLIX TRIGO

ra referente a la religión, que al prohibir el ejercicio público de


todo otro culto que no fuese el católico, apostólico y romano
exceptuaba las colonias, donde habrá tolerancia. La otra con­
sistía en la creación de una segunda vicepresidencia. Primer y
segundo vicepresidentes debían elegirse junto con el presidente
de la República y debían tener las condiciones de elegibilidad
de senadores, siendo además bolivianos de nacimiento. Mientras
el primer vicepresidente no ejerza el Poder Ejecutivo, decía el
artículo 81, desempeñará el cargo de presidente del Senado, sin
perjuicio de que éste elija su presidente para que haga las veces
en ausencia de aquél (29).
Cuando se consideraba el proyecto de Baptista, se emitieron
opiniones en sentido de que debía encauzarse el país por una
dictadura antes que atenerse a un régimen estrictamente cons­
titucional. Así opinó el convencional José Manuel Gutiérrez. A
su vez, el convencional Napoleón Raña m anifestó: “ Si la presión
que ejerce en mi ánimo la noticia del funesto contraste que se
anuncia ha sufrido nuestro Ejército, estaría de perfecto acuerdo
con la mayoría de la Comisión de Constitución, pues que siem­
pre he defendido el régimen de la libertad, del derecho y de la
ley. Mas hoy opino por una dictadura franca, leal, sin embozo,
sin las cortapisas y trabas de una Carta, como pensamiento sal­
vador. Desgraciadamente vivimos en un país que necesita para
la inmensa mayoría de la severa disciplina de una dictadura
ilustrada y vigorosa para poner a raya los malos instintos que
se cobijan a la sombra de una Constitución. Hay, señores, que
retemplar también los ánimos desalentados, elevando el grado
de fuerza moral de la nación, como se estimula el espíritu del
soldado con la austera pero racional enseñanza de un je fe ” (30).
Aprobado el proyecto de Baptista, la Convención Nacional

(29) La ley de 10 de agosto de 1881 disponía: Art. único.— A falta del


primer vicepresidente de la República, desempeñará sus funciones de pre­
sidente del Senado el segundo vicepresidente; en caso de impedimento de
ambos, la Cámara nombrará su presidente.
(30) ‘‘Redactor de la Convención Nacional del año 1880” , t. I, pág. 60.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 117

en la misma sesión procedió a elegir presidente de la República


a don Narciso Campero, primer vicepresidente a don Aniceto
Arce y segundo vicepresidente a don Belisario Salinas.
La undécima Constitución es la que ha tenido una efectiva
vigencia y ha sido la de más prolongada duración. A su amparo,
las instituciones patrias se organizaron y consolidaron. Mereció
diversas reformas, sancionadas siguiendo el procedimiento es­
pecial previsto en ella (31). No obstante que se produjeron re­
voluciones o golpes de Estado, se la respetó y conservó hasta
1938, en que fué sustituida por otro texto.
a) Asamblea Constituyente de 1899.— El 12 de diciem­
bre de 1898 se inició en La Paz la denominada Revolución Fe­
deral, que logró imponerse después de la guerra civil que sobre­
vino (32). E l propósito ostensible fué implantar en el país el

(31) Las leyes reformatorias de determinados preceptos de la Cons­


titución de 1880 están citadas en las notas que aparecen en el texto de
dicha Carta, insertada en el capítulo IV de este libro.
(32) La cuestión de la capital de la República, en Bolivia, ha tenido
una azarosa trayectoria. El artículo 29 de la primera Constitución dis­
ponía que “ el día seis del mes de agosto de cada año, se reunirá por sí
mismo el Cuerpo legislativo, sin esperar convocación” . No se determinaba
dónde debía reunirse. Desde la Constitución de 1831 se prescribe “ que el
Congreso se reunirá en la capital de la República” . El texto de 1851 faculta
al Poder Ejecutivo para convocar cada dos años al Congreso ordinario
“para su reunión en la capital de la República el 6 de agosto". De otra
parte, entre las atribuciones del Poder Legislativo figura, desde el primer
texto constitucional, la de “ elegir el lugar en que deba residir el Gobierno,
y trasladarse a otro cuando lo exijan graves circunstancias” .
Tocante a la ciudad elegida para capital de la República, sabemos que
fué Chuquisaca, capital del departamento del mismo nombre, con la deno­
minación de Sucre, en homenaje al gran mariscal de Ayacucho. No obs­
tante la anterior decisión, es interesante puntualizar lo que Antonio José
de Sucre dijo en su mensaje al Congreso extraordinario de 1828 al tocar
esta cuestión, a saber: “ El Congreso constituyente sometió al Libertador
la elección de la capital de la República; por su contestación, que se pre­
sentará al Congreso, él prefirió a Cochabamba, como el punto señalado
hasta por la naturaleza misma.”
Respecto a la residencia del Gobierno, como es sabido, Bolivia presenta
118 CIRO FÉLIX TRIGO

régimen federal, pero en realidad dicho movimiento político fué


secundado en otros distintos más por vinculaciones partidarias
e ideológicas que por la finalidad de promover aquella reforma.
En efecto, el partido liberal llegó al poder mediante dicho mo­
vimiento político con el que se puso término al dominio del par-

una modalidad peculiar, que es el resultado de acontecimientos históricos


que han dado primacía a los hechos y la costumbre sobre disposiciones
legales caídas en desuso.
Nuestra historia constitucional muestra cómo la reunión del Congreso
no se ha realizado general ni habitualmente en la capital de la República.
En efecto, en 1831, 1835, 1847, 1851, 1861, 1868, 1872, 1873, 1877, 1880,'
1881, 1882, 1883, 1885, 1889, 1890 y 1893 celebráronse sesiones de los repre­
sentantes populares en La Paz, unas veces com o Congresos ordinarios,
otras extraordinarias y asimismo Asambleas Constituyentes.
Con tales antecedentes, que respondían a una arraigada realidad, los
representantes de Chuquisaca aspiraban fijar la residencia obligatoria del
Gobierno en la capital, Sucre, pretensión que no admitían los represen­
tantes de La Paz.
En 1888 se consideraba en la Cámara de Diputados, reunida en Sucre,
la ley de organización política y administrativa. El proyecto, en el artícu­
lo 4.5, contenía una disposición que fijaba la residencia obligatoria del
Poder Ejecutivo en la capital de la República. Tal artículo, tachado de
anticonstitucional, fué rechazado.
En el Congreso ordinario de 1889, reunido en La Paz, presentóse un
proyecto de ley por el que se disponía el traslado de la capital de la Repú­
blica a la ciudad de La Paz; iniciativa que conmovió a la opinión pública,
provocó ardorosos debates y, en definitiva, fué aplazada en su considera­
ción por sólo dos votos.
Diez años después, el proyecto de ley que quedó diferido, resurgió nue­
vamente, esta vez presentando otras modalidades, con lo que se ponía a
flote la subterránea y sorda pugna que existia por determinar la sede del
Gobierno nacional. En el Congreso de 1898, reunido en Sucre bajo la pre­
sidencia constitucional de don Severo Fernández Alonso, se actualizó la
consideración del artículo 4.» proyectado para la ley de organización polí­
tica, que fuera rechazado dos lustros atrás. La representación chuquisa-
queña, cooperada por la de Santa Cruz y Tarija, alcanzó su antiguo desig­
nio, obteniendo que se sancionara y promulgara la ley que determinaba
la radicación obligatoria del Poder Ejecutivo en la ciudad de Sucre.
La reacción que provocó dicha ley no se dejó esperar. La diputación
paceña abandonó el Congreso y se retiró al norte, donde el partido liberal
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 119

tido conservador, que resultaba minoritario frente al empuje,


-vigor y pujanza del liberalismo.
Reunida en la ciudad de Oruro la Convención Nacional de
1899 parecía que era inevitable la adopción del sistema federal.
Sin embargo, la Comisión de Constitución emitió dos informes,
■uno en mayoría y otro en minoría.
El informe mayoritario, suscrito por los convencionales Is­
mael Vázquez, Sabino Pinilla, A dolfo Mier, Luis F. Jemio y
Carmelo Ortiz T. se pronunciaba en favor de implantar la Fede­
ración. “ Ya que la guerra civil ha colocado a Bolivia en una
situación de evolucionar — decía— , destruyendo los inconvenien­
tes de s.u pasada política, allanando sus nuevas corrientes insti­
tucionales, salvando las fuerzas vivas que le restan y ligándolas
con nuevo y ordenado criterio, a fin de que no vuelvan las odiosas
prácticas de gobiernos que, por intencionados que sean, se hallan
tentados constantemente por el cesarism o; ya que el país confía
en la honradez, actividad y tino de sus actuales administradores,
llevados a sus puestos, primero por la revolución federal y liberal,
y en seguida por los representantes legítimos de la nación boli­
viana, sería extraño no reconocer en este conjunto de circuns­
tancias y en otras que luego serán indicadas, la oportunidad
ansiada y la seguridad del éxito en la reforma.

aprovechó la coyuntura para levantarse en armas, iniciando la guerra


civil que culminó con el triunfo de los revolucionarios sobre las fuerzas
leales al presidente Fernández Alonso.
Como la lucha fratricida acentuó las rivalidades entre La Paz y Chu-
quisaca, en 1899 se buscó la ciudad de Oruro, equidistante de ambas, para
que se reuniera la Asamblea Constituyente, ansiosa de restablecer la con­
cordia y en busca de la unidad nacional, contra la que conspira el provin­
cialismo, hijo de la falta de comunicaciones y vinculaciones entre las diver­
sas regiones del país.
Desde 1900 hasta el presente, todos los Congresos de la nación se han
reunido y deliberado en la ciudad de La Paz — excepto la sesión de 6 de
agosto de 1925, conmemorativa del primer centenario de la República,
que celebróse en Sucre— . L a Paz, sede de los Poderes Ejecutivo y Legis­
lativo, y Sucre, asiento fijo de la Corte Suprema de Justicia, es el caso
peculiar que presenta Bolivia en cuanto a su capitalidad.
120 CIRO FÉLIX TRIGO

Tampoco se ha de juzgar que anhelamos el régimen fede­


ral en la creencia de que así llegamos a la perfección irrefor­
mable — sostenía la Comisión— o que solicitamos sea implan­
tado sin dificultad alguna. N os decidimos en favor de la Fede­
ración porque tenemos seguridad de que disminuirán nuestros
males y porque vemos en ella un medio de perfeccionamiento
y de correcta educación democrática, comprendida y practicada
por la agrupación boliviana.
” Si los que defienden el sistema unitario, denominasen a la
Federación mera esperanza o ideal, sería justo advertirles que
ciertamente es una legítima esperanza de mejora y que ella se
ha cumplido con ventaja en pueblos semejantes al boliviano;
mientras que el unitarismo es una amarga experiencia, una reali­
dad abrumadora, que perjudicó a la nación por mucho tiempo.
” La topografía mediterránea de la nación, las líneas que
separan sus diversas comarcas, según la diversidad de clima,
producciones, costumbres, etc., son causas que producen una
autonomía de hecho, que es indispensable sujetar a reglas pre­
cisas a la organización política federal.
” La situación hacendaría por la que atraviesa Bolivia, hace
posible la reforma según cuadros que serán estudiados en el
curso del debate, respecto a los nueve millones de bolivianos
anuales y algo más, con que se cuenta actualmente. Los egresos
del Gobierno central serian atendidos con los mismos ingresos
que ahora se denominan propios de la caja nacional. Los egresos
de los Estados o Gobiernos locales serían servidos con las rentas
que al presente pertenecen a cada Departamento, con algunas
modificaciones a favor de ciertos Estados. Los fondos munici­
pales y los de instrucción seguirían aplicables a sus propios
fines” (33).
Endebles eran, en rigor, los fundamentos de los federalistas,
especialmente en el aspecto económico, respecto del cual podían
incurrir en mera oratoria.

(33) Hernando Siles: “ Derecho Parlamentario de Bolivia” , t. I. La


Paz, Imprenta y Litografía Boliviana, 1917; págs. 35 a 48.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

E l informe de la minoría de la Comisión de Constitución, sus­


crito por los convencionales Juan Misael Saracho, Domingo L.
Ramírez, Manuel Campero y Facundo Flores, puntualizaba en
sus partes sobresalientes: “ Desde luego decía , es preciso
darse cuenta de cuál es la influencia que tiene la form a de go­
bierno en la prosperidad general de un país; y de este punto de
vista se desprende que la forma de gobierno, como su mismo
nombre lo indica, no es más que un accidente que debe carac­
terizarlo, y la form a es la manifestación externa de lo esencial,
no siendo por consiguiente adaptable una form a relativamente
perfecta a un estado social imperfecto en su constitución polí­
tica, territorial y administrativa.
“El Gobierno federal es un Gobierno doble, que requiere una
numerosa clase ilustrada y un presupuesto abundante para dotar
a sus funcionarios, y es algo que resiste a toda credibilidad el
que pueda funcionar regularmente un Gobierno federativo, con
cuatro quintas partes de analfabetos cuando menos, con siete
millones, casi nominales, de presupuesto, en un territorio exten­
so y con una gran mayoría de población semiesclavizada, como
lo está la raza aborigen. Con vicios orgánicos de esta naturaleza
no es posible una reforma como la propuesta por la mayoría de
la Comisión, que no se resienta de precipitada y doctrinaria.
” Si es verdad que en política no es lo mejor lo perfecto, sino
lo posible, y si es verdad que la ciencia del estadista consiste
en adecuar las instituciones, es necesario concluir que, si bien
el Gobierno federativo es un ideal acariciado por corazones ge­
nerosos y por inteligencias cultas, su aplicación a Solivia en
la actualidad no es posible razonablemente, y resultaría quizá
más arbitraria que un retroceso o un estancamiento.
” La variedad de intereses locales no exige cambio en la form a
de gobierno, sino leyes bien meditadas, con las excepciones ne­
cesarias y variedad en la aplicación, si así lo exigen y justifican
los intereses locales.
” La Federación y la Confederación se explican en organis­
mos nacionales formados por agrupaciones distintas por su raza,
122 CIRO FÉ LIX TRIGO

idioma, religión y otras diferencias esenciales; pero no son apli­


cables con carácter ineludible a pueblos como los de Bolivia, que
no tienen estas diferencias sustanciales y que en vez de aflojar
los lazos que los unen, necesitan estrecharlos más y más cada
día, por su propio interés.
” ... En vez de reforma súbita de la form a de gobierno actual
lo que más conviene a Bolivia es mejorar y avanzar la descen­
tralización iniciada o estatuida por la Constitución vigente de
1880, dentro de cuyas prescripciones se encuentran los elemen­
tos principales de progreso institucional en ese sentido, descen­
tralizando lo que es susceptible de descentralización; pero man­
teniendo la unidad y centralización en todo aquello que existe
centralizado, aun en las constituciones más federales, como la
legislación, el gobierno político, la administración militar, la
gestión general de la administración de hacienda y otros nego­
cios que no admiten una descentralización pronunciada, como
la administración comunal y la beneficencia pública.
En consecuencia, la minoría de la Comisión de Constitu­
ción os propone que declaréis innecesaria e inoportuna, por
ahora, la implantación en Bolivia del Gobierno federativo y
adoptéis la Constitución de 1880, con las reformas de detalle
que juzguéis necesario y oportuno adoptar” (34).
El ^convencional por Cochabamba, Dr. José Armando Mén­
dez (35), analizó detalladamente los antecedentes del federalis-
(34) Hernando Siles: Ob. cit., págs. 48 a 52.
(35) “Discursos pronunciados por el Dr. José Armando Méndez en
la Convención Nacional de 1899 sobre la cuestión federal” . La Paz, Impren­
ta del Estado. J. Calazans Tapia, director. 1900.
Don Federico Ruck Uriburu, en un trabajo escrito y fechado en Bue­
nos Aires, septiembre de 1899, publicado en Sucre el mismo año en Im ­
prenta Bolívar de M. Pizarro e intitulado “ Sistema federal. Consecuencias
funestas de su implantación artificial e inoportuna” , considera la Federa­
ción como un efecto y no como una causa, que causaría graves daños al
país por la exasperación de regionalismos fraticidas. Invoca la “ dolorosí-
sima experiencia de este noble y hermoso país hermano (Argentina) para
sustraemos a las sugestiones de la fantasía” .
Cabe citar también el folleto "L a Federación Boliviana” , por Froilán
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 123

mo en Bolivia; puntualizó que el jefe liberal, general Camacho,


«no era federalista, al menos en el sentido de la oportunidad;
explicó cómo el partido liberal se valió del brote momentáneo
de federalismo como de la “ ocasión para sacudir el yugo de la
oli-arquía” , y reiteró que la revolución de 1898 “fué liberal
antes que federal” , para concluir oponiéndose a su adopción.
Sostuvo que “ la organización hacendaría es la parte más grave
V difícil” en el régimen federal, recordó que “ las instituciones
no se implantan a balazos” y que el pueblo boliviano había gi­
rado “ entre el despotismo y la anarquía, círculo vicioso que era
necesario romper, extinguiendo la demagogia abajo y la tiranía
arriba para mantener la libertad dentro del orden” .
Durante treinta sesiones se debatió sobre las ventajas e in­
convenientes de los sistemas unitario y federal, habiendo sobre­
salido por su capacidad dialéctica y la solidez de su argumenta­
ción el convencional Juan Misael Saracho, calificado como jefe
unitario de ese parlamento.
La prensa seguía con interés la polémica, y hubo periódico
que mostró el cómputo de los unitarios y federales, señalando
las cifras de treinta contra treinta y dos. ¿E s posible — decía
Méndez__que una reform a tan trascendental y en momentos
tan difíciles se imponga simplemente por una mayoría de dos
votos? Surgió luego la moción de aplazamiento, que dividió por
mitad el voto de los convencionales. Era la sesión del 18 de di­
ciembre de 1899 y correspondió a don Lucio Pérez Velasco, en
su calidad de presidente de la Asamblea, dar su voto para diri­
mir el empate producido y que lo emitió por el aplazamiento de
la reforma constitucional, quedando subsistente la form a uni­
taria. Así concluyó “ una discusión extensa y patriótica, pero más
doctrinaria que práctica” (38).
Cladera, publicado en Oruro, Tipografía “ Sucre” , septiembre de 1887, en
la que el nombrado jurisconsulto examina la cuestión federal “ bajo su
triple aspecto: como fórm ula científica, como manifestación de la expe­
riencia y como una necesidad social” . Su criterio es favorable a la adopción
del sistema federal en Bolivia.
(36) Jenaro Sanjinés: Ob. cit., pág. 9.
124 CIRO FÉLIX TRIGO

La Constitución de 1880 continuó vigente sin modificacio­


nes (37).
b) Convención-Congreso de 1921.— El cambio de gobierno
operado por acción de hecho en 12 de julio de 1920, que puso
término a la presidencia del dirigente liberal don José Gutiérrez
Guerra, colocó a la nación ante la necesidad de organizar legal­
mente los Poderes Públicos.
Por ley de 24 de enero de 1921, los representantes de Bolivia,
reunidos en virtud del decreto de convocatoria de 30 de agosto
de 1920, se constituyen en Convención Nacional, la que facul­
tóse para proveer los Poderes Públicos y suprimió el cargo de
segundo vicepresidente de la República. Declaró en vigor la
Constitución política de 1880, vigente hasta el 12 de julio de
1920, pudiendo la Convención Nacional sustituirla, reformarla
o modificarla, sin sujetarse a los procedimientos establecidos
por ella.
En definitiva, primó el buen sentido de mantener vigente la
Carta de 1880, sin modificaciones (38).
c) Referéndum popular de 11 de enero de 1931.— Entre los
fines de la revolución de 25 de junio de 1930 figuraba el de
realizar ciertas reformas constitucionales. Para ello se adoptó
el sistema del referéndum — procedimiento inusitado en nues­
tra historia constitucional— , correspondiendo a la Junta Mili­
tar de Gobierno proponer las reformas, que debían ser acepta­
das o rechazadas por la ciudadanía. Se resolvió que los sufragios

(3 <) La Convención Nacional eligió presidente de la República al g e­


neral José Manuel Pando, primer vicepresidente a don Lucio Pérez Velasco
y segundo vicepresidente a don Aníbal Capriles.
(38) La Convención Nacional eligió presidente de la República al doctor
Bautista Saavedra y vicepresidente al doctor Luis Paz, quien renunció al
cargo y fué nombrado magistrado de la Corte Suprema, cuya presidencia
ejerció. El voto indirecto para la elección de presidente, contra el voto
directo previsto en la Constitución, fué uno de los puntos de discrepancia
doctrinal que trajo como consecuencia la escisión del partido republicano
en las ramas genuina y saavedrista.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

por cada reforma serían afirmativos o negativos, computándose


los votos en blanco como afirmativos.
Para justificar el procedimiento refrendario, no previsto en
la Constitución, se sostuvo “ que la neutralidad política de la
Junta Militar de Gobierno es garantía suficiente para resguar­
dar la libre emisión del voto sobre innovaciones que tienden a
restringir facultades excesivas del Poder Ejecutivo, a afirmar
las garantías de la democracia, a corregir pervertidas prácticas
políticas y a efectuar ciertas conquistas valiosas de carácter
constitucional; reformas que el interés político puede desnatu­
ralizar al intentarlas dentro del Parlamento, el cual no queda
privado de dictar las que por su parte encuentre necesarias” (39).
Las reformas sometidas a la consideración de los electores
por medio del referéndum popular fueron nueve, comprendiendo
los siguientes aspectos: 1) A la sección de los derechos y ga­
rantías se incorporaba la garantía del Habeas corpus. 2) Se
insertaba una nueva sección denominada “ Del régimen econó­
mico y social” , estableciéndose el Consejo de Economía Nacional,
que debía dictaminar en la celebración de contratos, emprésti­
tos, concesiones de ferrocarriles y sus garantías y otros actos
que comprometen el crédito de la República. Los proyectos y
modificaciones de leyes sobre trabajo y economía social debían
ser sometidos al dictamente previo de dicho Consejo. Todas las
empresas establecidas en el país se consideraban nacionales y
sometidas a las leyes y autoridades de la República; se esta­
blecía la jornada máxima y el descanso hebdomadario. 3) Sobre
la conservación del orden público se consignaban mayores pre­
visiones, fijándose el término de noventa días de duración del
estado de sitio, sin que se pueda prolongarlo por un nuevo de­
creto ni declarar otro estado de sitio durante el año sino con
asentimiento del Congreso. 4) Se fijaba que los senadores y dipu­
tados percibirán dietas por cada sesión a que concurran. Estas
dietas se fijarán en el presupuesto mediante ley especial cuyas
modificaciones solamente tendrán efecto después de dos años
(39) Tercer considerando del decreto-ley de 26 de noviembre de 1930.
126 CIRO FÉLIX TRIGO

de sancionadas. Ampliábanse los casos de reunión de las Cáma*


ras en Congreso. 5) Se determinaba que el período constitucio­
nal del presidente de la República durará cuatro años improrro­
gables, sin poder ser reelecto sino pasados ocho años desde la
terminación de su mandato. El vicepresidente no podía ser reelec­
to en su cargo ni elegido presidente sino después de ocho años
si hubiere ejercido el Poder Ejecutivo. 6) Se consignaban normas
referentes a la Contraloría General de la República. 7) Se in­
corporaba una nueva sección al texto constitucional intitulada
“La descentralización administrativa” . 8) Se reconocía la auto­
nomía universitaria, dándose a esta conquista la categoría de
una norma fundamental. 9) Se ampliaban las atribuciones del
Poder Judicial, estableciéndose la facultad de los jueces para
conocer y resolver la validez o invalidez de las elecciones popu­
lares, y se consagraba el recurso extraordinario y directo de
nulidad contra todo acto o resolución de autoridad pública que
no fuere judicial. La Corte Suprema se dividía en dos salas y se
componía de un presidente, que lo será de ambas y de ocho mi­
nistros, los que debían ser elegidos por el Congreso mediante dos
tercios de votos. Se facultaba a la Corte Suprema para conocer
en única instancia de los juicios contra las resoluciones del Poder
Legislativo o una de sus Cámaras, cuando tales resoluciones
afectaren a uno o más derechos concretos, sean civiles o políticos.
Las anteriores reformas fueron sometidas a la decisión del
pueblo en el referéndum realizado el 11 de enero de 1931, habien­
do sido aprobadas e incorporadas a la Constitución Política del
Estado mediante decreto-ley de 23 de febrero del mismo año. El
Congreso Nacional, por ley de 16 de diciembre de 1931, dispuso
que se forme un autógrafo de la Constitución de 1880, incorpo­
rando en ella todas las reformas sancionadas por el referéndum
popular.
Comentario especial merece la reforma tocante a la descen­
tralización administrativa, que no se puso en práctica porque
se sostuvo que se requería la ley reglamentaria pertinente. Esta
se sancionó por el Congreso en 17 de noviembre de 1932, bajo
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 12T

la denominación de Ley Orgánica de Administración Departa­


mental, reglamentaria de la reforma constitucional número XIII,
aue estableció la descentralización administrativa. Dicha ley,
aue fué ardientemente debatida, mereció el veto del Poder E je­
cutivo opuesto en 26 de noviembre de 1932. El presidente Sala­
manca fundamentó su oposición a promulgarla debido a que se
deslizaron “ algunas contradicciones con los preceptos constitu­
cionales que reglamenta, contradicciones que, en caso de ser
puesta la ley en vigencia, presentarían serias dificultades de
aplicación.
“ A más de ello, la creación de las Asambleas de procurado­
res, que la ley determina, requiere que previamente hayan sido
votados los recursos presupuestarios, que el H. Congreso no
ha alcanzado a votar.
’’Por encima de estas reformas existe, a juicio del Gobierno,
otra, que tiene mayor importancia: El país se encuentra en
medio de un conflicto internacional que impone al pueblo y a
las autoridades una consagración completa, fundada sobre el
pleno ejercicio del poder central. No es aconsejable en tales cir­
cunstancias operar la transformación de nuestro régimen admi­
nistrativo e institucional. La perturbación administrativa inhe­
rente a un cambio tan trascendental como el que debe realizarse,
y la agitación política que ocasionarían las elecciones de las Cá­
maras Departamentales de Procuradores, aflojaría, por algún
tiempo a lo menos, los resortes de los cuales depende la defensa
nacional” (40).
Con tales argumentos quedó desechada la posibilidad de im­
plantar la descentralización administrativa en el país, conside­
rada por algunos sectores de ciudadanos como una sana medida
capaz de permitirle satisfactorias evoluciones.
El referéndum popular contribuyó con un valioso aporte de
reformas a nuestro acervo constitucional, aunque es objetable
el procedimiento seguido y resultó desconcertante para un elec­

to ) Anuario legislativo de 1932, compilado por Agustín de Rada. La.


Paz, Litografías e Imprenta Unidas, 1933; pág. 101.
128 CIRO FÉLIX TRIGO

torado impreparado, sobre todo por la ligereza con que se efec­


tuó y debido principalmente a la falta de cultura cívica y de
verdadera' responsabilidad de la mayoría de los que tenían el
deber de asumir tan trascendental decisión.

CONSTITUCION POLITICA DE 1938

La guerra del Chaco, sostenida entre Bolivia y Paraguay,


iniciada en 1932 y concluida en 1935, abrió un trágico parén­
tesis a las actividades nacionales y produjo desquiciamiento ins­
titucional en el país. El legalista presidente Daniel Salamanca
-tuvo que salir del marco de la Constitución y las vicisitudes de
la conducción bélica condujeron al pronunciamiento militar de
29 de noviembre de 1934, “ en que las fuerzas armadas del país,
en pleno estado de guerra internacional, dieron el triste ejemplo
de derrocar al presidente constitucional y capitán general del
E jército” (41).
El vicepresidente de la República, Dr. José Luis Tejada Sor-
zano, se hizo cargo del Gobierno hasta la conclusión del mandato
constitucional. Mas, cumplido éste y como continuaba el casus
bélli, hubo necesidad de prorrogar el mandato del presidente y
Congreso en funciones hasta el 6 de agosto de 1936. En mayo de
este año debían efectuarse elecciones generales para designar
presidente y vicepresidente de la República y senadores y dipu­
tados.. Tales elecciones no se llevaron a cabo porque la opinión
pública no confiaba en las soluciones pseudo-democráticas y exis­
tía un aparato militar listo para adoptar decisiones de hecho. Así
se ingresó en los regímenes de facto que se inician el 17 de mayo
de 1936.
Tras de la profunda crisis que en todos los órdenes de nues­
tra vida nacional ocasionó la guerra del Chaco, la primera asam­
blea de representantes que se reunió fué la Convención Nacional

(41) José M.5 Gutiérrez: “ Lecciones de Derecho Constitucional” . La


Paz (Bolivia), Imp. “ Artística” de A. H. Otero, Sucesores, 1938; pág. 393.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 129

que inauguró sus sesiones en 1938. Esta acordó proveer los po­
deres públicos y declaró en vigencia la Constitución de 1880, con
todas sus reformas, pudiendo la Convención Nacional sustituir­
la reformarla o modificarla, sin sujetarse a los procedimientos
especiales en ella establecidos (42).
La Convención Nacional de 1938, que tenía las caracterís­
ticas de Convención-Congreso, igual que la de 1921, instaló sus
sesiones el 26 de mayo y recesó en sus funciones el 30 de octu­
bre de 1938, debiendo reunirse con el carácter de legislatura
ordinaria el 6 de agosto de 1939, propósito que quedó incum­
plido porque el presidente constitucional se convirtió en gober­
nante de fa d o al asumir la plenitud del poder público en 24 de
abril de 1939. La Convención del 38, en vez de circunscribir su
tarea a lo puramente institucional, desempeñó funciones de un
poder ordinario dictando leyes discutidas en una sola asamblea,
en vez de que sean consideradas separadamente por ambas Cá­
maras. Es decir, que repitió el error de la Convención de 1880,
reiterado en la Convención de 1944-45, consistente en actuar si­
multáneamente como poder constituyente y como poder cons­
tituido a la vez, antinomia que crea una hibridez que hiere la
lógica jurídica.
Sancionada en 28 de octubre de 1938, fué promulgada por
Germán Busch B. el 30 de octubre del mismo año la duodécima
Constitución. Se trata de una sustitución de texto, pues ade­
más de que se enmendaron varias normas, se hicieron adicio­
nes a otras, modificóse el orden de las secciones y se incorpo­
raron nuevas como las denominadas “ régimen económico y fi­
nanciero” , “ régimen social” , “ la familia", “ régimen cultural” y
“ del campesinado” .
La nueva Carta, sobre los viejos moldes de la Constitución
de 1880, ha vaciado principios que pertenecen al Derecho Cons-

(42) La Convención de 1928 eligió presidente y vicepresidente de la


República al teniente coronel Germán Busch B. y al doctor Enrique Bal-
divieso, respectivamente, que fueron proclamados en tal calidad mediante
ley de 27 de mayo de 1938.
130 CIRO FÉLIX TRIGO

titucional Moderno, pero que no han sido incorporados a nues­


tro Código Fundamental con un criterio técnico que responda
a una determinada unidad ideológica. De ahí que sus deficien­
cias y contradicciones son manifiestas. A la celeridad y super­
ficialidad con la que se consideran entre nosotros las reformas
constitucionales, hay que agregar los momentáneos intereses
políticos predominantes, que no permiten elaborar una ley fun­
damental sistemática, capaz de singularizarse por su método,
ordenación lógica y jurídica.
El anterior no es un defecto exclusivo de los constituyentes
de 1938, sino que resulta algo así como el patrimonio tradicional
de errores y deficiencias que se han venido perpetuando a través
de todas las reformas. Ello obedece a que en las Asambleas Cons­
tituyentes, antes que principios técnico-doctrinales, que perte­
necen al dominio de los publicistas, prima la necesidad y el inte­
rés político de personas que actúan con un criterio partidista
antes que inspirado en los dictados de la ciencia del Derecho
Constitucional.
Se ha dicho que la “ Convención de 1938 nació a la vida polí­
tica sin prestigio alguno y sin respaldo de la opinión sensata del
país, pues salvando honrosas excepciones está constituida por
elementos indoctos e intemperantes, que ciertamente no harán
labor provechosa en servicio público” (43). Cierto es que tal
Asamblea no estuvo rodeada de la respetabilidad y jerarquía
que eran de desear y que fué víctima de ataques frecuentes y
saetas sarcásticas que le lanzó la prensa conservadora, que mu­
chas veces cerraba los ojos para no ver la conveniencia de cier­
tas innovaciones impuestas por el curso inevitable de la historia.
Con todo, no puede desconocerse que la Constitución de 1938
contiene aciertos, que se inspira en principios del constitucio­
nalismo social y responde, aun cuando sea parcialmente, a aspi­
raciones y exigencias de las masas.
La Constitución de 1938, completada por la de 1945, con-

(43) José M.» Gutiérrez: Ob. cit., pág. 398.


131
la s c o n s t it u c io n e s d e b o liv ia xó1

£
da con necesidades impuestas por la evolución del país, que
í trazado una nueva estructura económico-social y ha enca­
do los grandes problemas humanos con una tendencia mode­
radamente socialista. Indudablemente que sus reformas no pue-
Z n estimarse como un dechado de virtudes; pero, pese a todas
t s críticas que se formulen, es innegable que enfoca la vida
nacional desde un ángulo concordante con la era de profundas
transformaciones políticas, sociales y económicas que en el
mundo todo han incidido necesariamente en el Derecho Consti­
tucional. Nuestra ley fundamental no ha sido ajena a la trasmu­
tación de valores” que se patentiza en el campo de la cultura y
marca la iniciación de una nueva etapa histórica, superada como
ha sido ya la que cubría la Constitución de 1880.

CONSTITUCION POLITICA DE 1945

Como un corolario del cambio de gobierno acaecido en 20


de diciembre de 1943, cuando un golpe militar-civil puso ter­
mino a la presidencia constitucional del general Enrique Peña­
randa, en agosto de 1944 se reunió la Convención Nacional que
funcionó durante dos períodos legislativos y sancionó la nueva
Constitución, promulgada por el presidente Gualberto Villarroel
en 24 de noviembre de 1945, siendo la décxmotercera con que
contó la nación.
En rigor, no se trata de una ley fundamental nueva, sino
de treinta y ocho reformas y dos traslados de preceptos hechos
a la de 30 de octubre de 1938, sin que hubiese sufrido alteración
el número de ciento ochenta artículos establecidos en ésta (44).
Las reformas introducidas en la nueva Carta, respecto de
la sancionada en 1938, en síntesis y en lo principal consisten en
lo que sigue.

(44) La Convención de 1944 eligió presidente y vicepresidente de la


República al mayor Gualberto Villarroel y al doctor Julián V. Montellano,
respectivamente.
132 CIRO FÉLIX TRIGO

En cuanto a la propiedad privada, se la garantiza siempre


que el uso que se haga de ella no sea perjudicial al interés colec­
tivo, Respecto a los impuestos, se prescribe que deben determi­
narse en relación “ a un sacrificio igual de los contribuyentes
en form a proporcional o progresiva, según los casos” .
Se otorga la ciudadanía a las mujeres, así como el voto feme­
nino para la formación de las Municipalidades.
El número de sesiones del Congreso ordinario se establece
en noventa, prorrogables hasta ciento veinte.
En las atribuciones del Poder Legislativo se establece que
le corresponde imponer contribuciones de cualesquiera clase o
naturaleza, suprimir las existentes y determinar su carácter na­
cional o departamental, así como decretar los gastos fiscales, a
iniciativa del Poder Ejecutivo. Igualmente corresponde al Poder
Legislativo la iniciativa en materia presupuestaria.
Corresponde a cada Cámara calificar las credenciales de sus
miembros. Se da representación a la minoría para la celebración
por el sistema de la lista incompleta de los miembros de la Co­
misión de Poderes. Y se suprime la intervención de la Corte
Suprema de Justicia en el conocimiento de los litigios político-
electorales.
Se suprime el Consejo Nacional de Educación, prescribién­
dose que la educación estará regida por el Estado, mediante el
ministerio del ramo y de acuerdo al Estatuto educacional.
Y a no corresponde a la Cámara de Diputados acusar, ante
el Senado, al presidente y vicepresidente de la República, minis­
tros de Estado y agentes diplomáticos, puesto que el juicio de
responsabilidad contra los altos dignatarios del Estado debe
sustanciarse en sesiones de Congreso.
La Corte Suprema queda expresamente facultada para pre­
sentar proyectos de ley sobre reformas constitucionales.
El período presidencial y vicepresidencial se fija en seis años.
Se establece el llamado Fuero sindical, que consiste en que
los trabajadores no pueden ser despedidos, perseguidos ni presos
por sus actividades sindicales. Más que de un fuero, en sentido
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 133

de jurisdicción especial, trátase propiamente de una inmunidad


en favor de los dirigentes sindicales.
Reconócese la igual jurídica de los cónyuges y el matrimonio
de hecho por la unión concubinaria. Se permite la investigación
de la paternidad, conforme a ley.
Las ternas que elaboren los Concejos Municipales para la elec­
ción de alcaldes, cuya designación corresponde al presidente de
la República, debían integrarse con un representante de la mi­
noría.
El texto de 1945 m odifica en mínima parte la Carta de 1938
y cumple más bien el fin de completar y ampliar los preceptos
de ésta, especialmente en los regímenes económico, social y
familiar.

CONSTITUCION POLITICA DE 1947

Con la revolución triunfante del 21 de julio de 1946, que


derribó y sacrificó al presidente Gualberto Villarroel, quedó en
suspenso la Constitución de 1945.
La Junta de Gobierno que advino, presidida por don Tomás
Monje Gutiérrez e integrada por elementos civiles únicamente,
cometió el error de no sujetarse a ningún texto constitucional
y declaró la vigencia de la legislación secundaria, prescindiendo
de la fundamental, que se sustituyó con un Estatuto de gobierno.
Mediante ley de .10 de marzo de 1947, se declaró en vigencia
la Constitución Política de 1945, sin perjuicio de las reformas
que sancione el Congreso extraordinario reunido en dicha fecha,
en uso de las facultades constituyentes que le acordó el decreto
de su convocatoria, expedido por la Junta de Gobierno en 15 de
octubre de 1946.
E l presidente de la H. Cámara de Diputados, Dr. José An­
tonio Arce, en 14 de marzo de 1947, con el propósito de reunir
“el mayor número posible de antecedentes para el momento en
que se efectúen debates sobre las reformas constitucionales” ,
134 CIRO FÉLIX TRIGO

solicitó la opinión de varios juristas, profesores universitarios


e intelectuales.
En base a tales antecedentes y obedeciendo a la expresión
de la opinión pública, que exigía la revisión de la Carta de 1945,
el Congreso constituyente de 1947, tanto en sus sesiones extra­
ordinarias como ordinarias, aprobó varias reformas, promulga­
das mediante leyes de 20 de septiembre y 26 de noviembre de
1947, fecha ésta de promulgación por el presidente Enrique
Hertzog G. de la décimocuarta Constitución (45).
Las reformas introducidas a la Constitución de 1945 por el
Congreso constituyente de 1947 radican, en síntesis, en lo que
a continuación se establece.
En la sección sobre nacionalidad y ciudadanía, el artículo 39
ha sido modificado sustancialmente y al establecer quiénes son
bolivianos no se divide a los de origen y los por naturalización.
Se ha reducido el término de residencia de los extranjeros en
el país, de tres años a dos, para que puedan adquirir la nacio­
nalidad boliviana, la que debe ser concedida por los Concejos
Municipales de cada departamento, con lo que se ha restablecido
un precepto de la Carta de 1880. Además, dicho término podrá
reducirse a un año cuando concurran determinadas causales;
se ha restablecido la naturalización honorífica, que puede ser
concedida como gracia especial, por la Cámara de Senadores,
en casos excepcionales.
El artículo 40 ha sido derogado. El 41 se ha enmendado en
sentido de que la mujer extranjera casada con boliviano adquie­
re la nacionalidad de su marido, siempre que resida en el país
y manifieste su conformidad.
El artículo 42 estatuye que sólo se pierde la nacionalidad
boliviana por adquirir nacionalidad extranjera, bastando para

(45) La ley de 25 de octubre de 1948 dispuso que la Comisión Mixta


de Constitución proceda a compilar la Constitución Política del Estado in­
sertando en las secciones respectivas las reformas sancionadas por el Con­
greso Constituyente de 1947 y adoptando una nueva numeración de sua
artículos.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 135

recobrarla domiciliarse en Bolivia, habiendo suprimido los dos


casos de pérdida de nacionalidad previstos anteriormente en
dicho precepto.
E l artículo 45 consigna los casos de suspensión de los dere­
chos de ciudadanía, habiendo corregido y aclarado conceptos
erróneos.
E l artículo 59, en sus atribuciones 2.a y 11.a, ha restable­
cido la facultad del Poder Legislativo para imponer contribu­
ciones de cualquier clase o naturaleza, sin la obligada interven­
ción del Poder Ejecutivo, y para crear y suprimir empleos pú­
blicos.
El artículo 60, atribución 1.a, después de establecer que co­
rresponde a cada Cámara calificar las credenciales de sus res­
pectivos miembros, prescribe que la invalidez de las mismas sólo
podrá ser demandada ante la Corte Suprema, cuyo fallo será
irrevisable.
En el inciso 9.° del artículo 61 se ha suprimido el término de
veinte días para que el Congreso considere los proyectos de ley
que, aprobados por la Cámara de origen, no lo fueran por la
Cámara revisora.
E l artículo 67 prescribe que el ejercicio de las atribucio­
nes 3.a, 4.a y 5.a del artículo 59 tendrá origen en la Cámara de
Diputados a iniciativa de sus miembros o del Poder Ejecutivo.
E l artículo 68, relativo a elección de los magistrados de la
Corte Suprema y el juicio de responsabilidad a seguirse contra
éstos, ha sido modificado únicamente en cuanto a su redacción.
A l artículo 72, entre las atribuciones del Senado, se ha aña­
dido la de elegir por mayoría absoluta de votos a los magis­
trados de las Cortes de Distrito, de las ternas propuestas por
la Corte Suprema. Igualmente se ha incorporado otra atribu­
ción más, referente a aceptar o negar los ascensos propuestos
por el Poder Ejecutivo de generales y coroneles del Ejército,
con lo que asimismo se ha restablecido un precepto de la Carta
de 1880.
La sección novena, sobre leyes y resoluciones del Poder Le­
136 CIRO FÉLIX TRIGO

gislativo, ha sido reformada en sus artículos 73, 74, 77, 78 y 79


habiéndose agregado a continuación un nuevo artículo. En lo
principal, las enmiendas consisten en que pasados veinte días
desde que la Cámara revisora recibe el proyecto de la Cámara
de origen, ésta reclamará su despacho, con un nuevo término
de diez días, al cabo de los cuales será considerado en sesión
del Congreso; que las leyes no vetadas o no promulgadas por
el presidente de la República, en el término de diez días desde
su recepción, serán promulgadas por el presidente del Congreso.
En el artículo 85 se ha reducido a cuatro años el período
del presidente y vicepresidente de la República, anteriormente
fijado en seis.
En el artículo 94 han sido modificadas las siguientes atri­
buciones: la tercera, sobre conducción de las relaciones exte­
riores, en lo referente al nombramiento de embajadores y mi­
nistros plenipotenciarios, el que se someterá a la aprobación del
Senado; la cuarta, relativa a la concurrencia del Poder Ejecu­
tivo a la formación de las leyes; la séptima, acerca de la pre­
sentación al Legislativo de los presupuestos nacional y depar­
tamentales; la décimoctava, que innova en sentido de que los
presidentes de las entidades de función económica y social en
las cuales tiene intervención el Estado, deberán ser nombrados
por el presidente de la República de las ternas propuestas por
la Cámara de Diputados; la vigésimocuarta, sobre proposicio­
nes de ascenso al Senado para los grados de coroneles y gene­
rales del Ejército.
Los artículos 113 y 114, referentes a los proyectos de ley de
los presupuestos nacional y departamentales, fijan el nuevo pro­
cedimiento para la consideración de los mismos. A continuación
de estos artículos se han agregado dos nuevos sobre que las
Cámaras podrán aceptar, disminuir o rechazar los servicios,
sueldos, aumentos y empleos que se propongan, pero no podrán
crear nuevas partidas, salvo en los servicios dependientes del
Poder Legislativo. Asimismo se faculta al presidente de la Re­
pública a decretar pagos no autorizados en el presupuesto para
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 137

atender necesidades impostergables derivadas de calamidades


públicas, de conmoción interna o del agotamiento de recursos
destinados a mantener los servicios cuya paralización causaría
grave daño a la República. Los gastos destinados a estos fines
no excederán del uno por ciento de egresos autorizados por el
presupuesto nacional.
Al artículo 140 se ha añadido una tercera atribución, con­
sistente en decidir sobre la validez o invalidez de las elecciones
en los casos establecidos en la Constitución y las leyes.
En el artículo 143 se han modificado las siguientes atribu­
ciones: la segunda, referente a proponer ternas al Senado, por
la Corte Suprema, para la elección de vocales de las Cortes de
D istrito; la décima, en que se ha suprimido la última parte rela­
tiva a las demandas sobre credenciales de representantes na­
cionales; la décimosegunda, que ha sido agregada, acerca de
conocer y fallar sobre la validez o invalidez de las elecciones
de representantes nacionales, así como sobre la inhabilidad de
los elegidos.
Se ha añadido al artículo 145 que, en caso de receso del Se­
nado, corresponde a la Corte Suprema el nombramiento inte­
rino de vocales de las Cortes de Distrito.
Después del artículo 145, se ha agregado uno nuevo que
prescribe que los magistrados de la Corte Suprema serán ele­
gidos por la Cámara de Diputados, a propuesta en terna del Se­
nado. Los magistrados de las Cortes de Distrito serán elegidos
por el Senado, a propuesta en terna de la Corte Suprema.
La sección décimoséptima ha sido modificada en sus artícu­
los 148, 149, 150 y 152. La reforma principal radica en que los
miembros de los Concejos y Juntas Municipales, serán elegidos
mediante sufragio popular según el sistema de listas incomple­
tas. Los alcaldes serán elegidos por los respectivos Concejos o
Juntas Municipales, con lo que ya no tiene intervención el Poder
Ejecutivo en la designación de autoridades edilicias. Las otras
138 CIRO FÉLIX TRIGO

enmiendas se refieren a las atribuciones de los Concejos, Juntas


y de los alcaldes municipales.
La Constitución de 1947, tronchada por el golpe de Estado
de 16 de mayo de 1951, ha tenido desde entonces hasta el pre­
sente una vigencia precaria.
TERCERA PARTE

Proyectos de Constitución

.; . '
PROYECTOS CONSTITUCIONALES

Fueron múltiples las iniciativas enderezadas a implantar


nuevas normas fundamentales en el país. Desde que se sancionó
la primera Constitución hasta el presente, son muy numerosos
los proyectos de orden constitucional. Los proyectistas, entre
los cuales existen publicistas, legisladores y meros aficionados,
propusieron reformas o enmiendas que estimaban necesarias de
acuerdo a su peculiar manera de enfocar las cuestiones insti­
tucionales. Tanto afán innovador está en relación directa con
la inestabilidad política, pues cada cambio de gobierno engen­
dra la necesidad de revisar el texto constitucional.
Con el pensamiento fijo en las instituciones políticas, nues­
tros hombres representativos creían que la influencia de ellas
era decisiva en el progreso social, sin contemplar otros facto­
res principalísimos de la realidad boliviana, y se dedicaron con
ahinco a proyectar todo género de normas fundamentales.
Representa un grave error modificar frecuentemente la Cons­
titución, considerando que con variar sus normas se puede cam­
biar la estructura social de una nación. Probado está que los
pueblos más prósperos y felices son aquellos que conservan sus
centenarias leyes fundamentales con pocas enmiendas introdu­
cidas a lo largo de su historia.
La enumeración de los proyectos constitucionales nos per­
mite destacar la característica especial de algunos, circunscri­
1 42 CIRO FÉLIX TRIGO

tos en lo esencial a implantar la forma federal en vez de la


unitaria, que se mantiene inalterable desde la fundación de la
República hasta nuestros días. Régimen federal o sistem a uni­
tario han significado en el pretérito — y todavía subsisten en
el presente, aunque con menor vigor— los puntos de discrepan­
cia primordial cada vez que se trata de adoptar un nuevo texto
constitucional.
He aquí los diversos proyectos:

1826

"Proyecto de Constitución para la República de Bolivia y


Discurso del Libertador”. Lima, 1826. Imprenta Republicana,
administrada por José María Concha. Precede el discurso que
es suscrito en mayo 25, el mismo que se inserta en la IV parte.
Edición original (1).
“Proyecto de Constitución para la República Boliviana” .
Lima. Imprenta Republicana, administrada por José María Con­
cha, 1826.
“Proyecto de Constitución para la República de Bolivia y
Discurso del Libertador” . Arequipa. Imprenta del Gobierno, año
de 1826 (2).
“Proyecto de Constitución para la República de Bolivia y
Discurso del Libertador” . Buenos Aires. Impreso en la Impren­
ta de Hallet y Cía. (3).
“Project of the Constitution for the Republic of Bolivia,
with an address of the Liberator” (Translated from the original,
published in Lima). London. Printed by W . Wilson.
“ Ojeada al proyecto de Constitución que el Libertador ha

(1) “ Existe otra edición hecha en Lima con el título de “Proyecto de


Constitución para la República Peruana” , del mismo año.”
(2) “ Segunda edición destinada a circular en Bolivia mientras la de
Lima se distribuía por el Norte y en Colombia.”
(3) “Tercera edición hecha con fondos bolivianos por Gregorio Funes."
(Notas de Gabriel René-Moreno —G. R. M.—.)
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 143

presentado a la República Bolívar” , por A. L. G. Lima, 1826.


Im prenta Republicana, administrada por José María Concha (4).

1831

“Proyecto de Constitución presentado a la Asamblea Consti­


tuyente de 1831” , por los señores Manuel María Urcullo, José
María Dalence, Casimiro Olañeta, Mariano Calvimontes y Mi­
guel del Carpió. Paz de Ayacucho. Imprenta de Educandas, 1831.
“Informe de la Comisión encargada de presentar al Congreso
las bases de reforma en la Constitución de 1831” . Cbuquisaca,
año de 1833. Imprenta Chuquisaqueña.

1839

“Proyecto de Constitución para la República Boliviana” , pre­


sentado por la Comisión al Soberano Congreso General Cons­
tituyente en 19 de julio de 1839. Imprenta de la Ciudad Sucre.
“Proyecto de Constitución para la República Boliviana” , pre­
sentado por la Comisión al Soberano Congreso en 19 de julio
de 1839. I reformado sobre la base de la elección directa. Im­
prenta de la Ciudad Sucre, agosto 27 de 1839.

1843

“Proyecto de Constitución presentado a la Asamblea Nacio­


nal de 1843” por la Comisión de nueve diputados. Sucre, 1843.
Imprenta de Beeche y Compañía. (Aparece suscrito en mayo 5
de 1842.)

(4) El autor de este opúsculo es Antonio Leocadio Guzmán, quien hace


diversas consideraciones sobre la Constitución bolivariana. “ Una produc­
ción semejante al Código de las leyes fundamentales de Bolívar — dice—
es un presente que la bondad eterna hace a la humanidad por mano de un
individuo escogido. Esta no es sólo la Constitución de Bolivia, no es sólo
una Constitución, sino el resumen de todo lo bueno que los hombres han
sabido en la ciencia de gobierno; y el germen de una felicidad inmensa,
144 CIRO FÉLIX TRIGO

1848

“Proyecto de Constitución Política para la República".


Sucre. Imprenta Pública de Castillo, 1848 (5).

1851

“Proyecto de Constitución” . Firmado “ Sala de la Comisión”


11 de agosto de 1851. La Paz. Imprenta Paceña, administrada
por Manuel Hurtado (6).

1861

“Proyecto de Constitución presentado por la Comisión”. La


Paz. Imprenta de Vapor, 1861 (7).
“Plan de Reforma Constitucional para Bolivia” , precedido
de una exposición de los principios generales aplicados a la ac­
tualidad de la República, por Benedicto Medinaceli. Sucre, marzo
de 1863. Tipografía de Pedro España (8).

que se desarrollará en medio de las sociedades que tengan la dicha de


adoptarla. Jamás, a mi entender, en el decurso de tantos siglos que ha
existe el género humano, se le ha ofrecido una producción de tanta im­
portancia ni de un valor igual...”
(5) "Es el formulado por la Comisión de Constitución del Congreso
de ese año a 6 de septiembre, reformando la Constitución de 1839 “ en con­
formidad a las exigencias políticas del país y al espíritu de las actas popu­
lares de la República.” (G. R. M.)
“ Fué aprobado por el Congreso, pero no llegó a promulgarse por la
revolución de Belzu. Está firmado por Urcullo, Loza y otros.” (José R. Gu­
tiérrez.)
(6) “Fué presentado a la Convención Nacional del propio año. Está
suscrito por Asín, Torrico y Araoz como miembros de la Comisión cons­
tituyente, con la advertencia de que Torrico disentía en algunos puntos."
(G. R. M.)
(7) “ Suscrito en junio 8 por Frías, Cortés, Valle, Moreno, Reza, Rivas,
Vicenio, Caballero e Irigoyen.” (G. R. M.)
(8) “ Contiene dos opúsculos de Medinaceli y uno suscrito por Melchor
Urquidi.” (G. R. M.)
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 145

1868

“Proyecto de Constitución presentado por la Comisión es­


pecial al Congreso de 1868”. La Paz, 1868. Imprenta de la Unión
Americana (9).
“Proyecto de Constitución Federal presentado a la Asam­
blea de 1868” , por don Juan Ramón Muñoz Cabrera. La Paz, 1868.
Imprenta de la Unión Americana (10).
Esta es la primera iniciativa orgánica tendiente a trocar la
forma del Estado unitario por el sistema federal. Surge a la luz
pública en momentos excepcionales y como un desafío a la ti­
ranía. El proyectista, al formular su designio en los momentos
de mayor despotismo, centralización de poderes y cuando el
país vivía bajo la garra de Melgarejo, conocía la reacción de
éste frente a su propósito, que tenía mucho de un grito de liber­
tad. De ahí que desapareció del escenario del Congreso para
buscar el camino del exilio.

1871

Nuestro calendario institucional marca este año como el más


fecundo en proyectos constitucionales, divididos en unitarios y
federales.
“Proyecto de Constitución Política del Estado” , presentado
a la Soberana Asamblea Constituyente de 1871 por los miembros
de la Comisión de Constitución, honorables señores Manuel M.
Salinas y Narciso Campero. Sucre, 1871. Imprenta de Pedro
España.
El anterior proyecto, que mantenía la forma de unidad, di-

(9) ‘‘En forma de folleto hay todavía otro proyecto más de Constitu­
ción y lleva el sobretítulo de República Boliviana. En ésta los codificadores
proyectistas pasan de 78 en el ramo constituyente. Si no los nombra a todos
esta bibliografía, es porque cree que ellos no ponen corazón de autores en
la sencillez expeditiva con que se redactan esos opusculillos manuales.”
(Nota de G. Rene Moreno.)
(10) ‘‘Suscrito en agosto.” (G. R. M.)
146 CIRO FÉLIX TRIGO

feria de la Constitución de 1861 — que sirvió de base para la de


1871— en puntos considerados de vital importancia por los se­
ñores Salinas y Campero, a saber: a) Implantación del sistema
electoral indirecto para el nombramiento de presidente de la Re­
pública y del Senado Nacional, pues estimaban “que el sufragio
directo en las provincias no siempre llena su objeto; que los
electores, por su ignorancia, no conocen la trascendencia de la
función que desempeñan y sin voluntad propia votan obedecien­
do a sugestiones extrañas. Una dolorosa experiencia — agrega­
ban— ha demostrado que el sufragio directo, especialmente en
los cantones, es decir, en la inmensa mayoría de electores, es
una triste decepción” , b) Conocido es que la Carta de 1861 fué
la única que estableció el sistema unicameral, que continuó vi­
gente conforme al texto constitucional de 1871. Los proyectis­
tas sostenían la conveniencia del sistema de la Cámara doble, ex­
presando que “la división del cuerpo legislativo en dos Cámaras
es una garantía de acierto y madurez. Una Cámara revisora es
una saludable valla contra las deliberaciones precipitadas: un
error causado por la influencia de un orador en el calor del
debate, produce frecuentemente funestas consecuencias. Un cuer­
po que exclusivamente tiene la autoridad legislativa tiende a
extralimitar sus atribuciones, y siempre que propasa la órbita
de ellas existe la confusión de poderes; existe el despotismo” ,
c) Descentralización administrativa mediante la creación de
Consejos departamentales, “cuerpos indispensables para proveer
a las necesidades del Departamento” .
“Proyecto de Constitución Política de Bolivia”, presentado
a la Asamblea Constituyente por los diputados Mariano Reyes
Cardona, Evaristo Valle, José Manuel del Carpió, Agustín As-
piazu, Eulogio D. Medina y Félix Reyes Ortiz. Sucre. Imprenta
de Pedro España, 1871 (11).
“Proyecto de Constitución Política para Bolivia en 1871”,

(11) “Suscrito en junio 10 y 12.” (G. R. M.) “Es el proyecto de la.


mayoría de la Comisión que sirvió de base a la Constitución de 1871.”'
(J. R. Gutiérrez.) Consecuentemente mantenía el régimen unitario.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 147

del ciudadano Casimiro Corral. La Paz. Imprenta de La Liber­


tad, propiedad de Ezequiel Arzadum (12).
“Proyecto de Constitución Federal”. Sucre, julio de 1871.
Tipografía Bolivia (13).
“Proyecto de Constitución” , por Enrique Borda. Cochabam­
ba, junio 13 de 1871. Imprenta de Gutiérrez. Está precedido de
“dos palabras” , donde expresa que “en situaciones tan solem­
nes como la que al presente atraviesa nuestra querida Patria,
crimen sería no contribuir siquiera con un grano de arena a la
gran obra de la reconstrucción social”. En el artículo 2.° decía:
El Gobierno de la República es representativo democrático, bajo
la forma de unidad p o r ahora.
“Proyecto de Constitución para Bolivia” , dedicado a la Asam­
blea Nacional Constituyente de 1871. Sucre. Imprenta de Pedro
España, 1871 (14).
Este proyecto, que al decir de su autor hállase animado del
“fin patriótico de contribuir con un pequeño contingente a la
reorganización social y al bienestar de B o l i v i a . . es una reco­
pilación de las diversas leyes fundamentales dictadas desde el
año 1825 y de los diferentes proyectos publicados en estos últi­
mos meses” . Considera que hay que ir hacia el gobierno repu­
blicano federal mediante un procedimiento evolutivo, empezan­
do por la “descentralización de cada uno de los poderes sociales
y de las rentas nacionales”.
“Proyecto de Constitución”, por Jorge Oblitas. Cochabamba.
Imprenta del Siglo, 1871. Es unitario.
“Modificaciones que se permite indicar en las leyes funda­
mentales de Bolivia, el ciudadano J. Adolfo Mier” . Oruro, 1871.
Imprenta Boliviana de C. F. Beltrán.

(12) “ Sistema unitario.” (G. R. M.)


(13) “Presentado al Congreso por la minoría de la Comisión de Cons­
titución, compuesta de Lucas Mendoza de la Tapia y Francisco Velasco,
que lo firman, y redactado por el primero. Apoyado al final por quince
diputados.” (G. R. M.)
(14) “Dedicatoria del autor Juan Lorenzo Campero. Y él también
¿por qué no había de hacer Constitución?” (G. R. M.)
148 CIRO FÉLIX TRIGO

Alborozado por la caída del tirano Melgarejo y con palabra


de encomio para el general Agustín Morales, don J. Adolfo Mié
publicó esta monografía, en la que luego de enunciar todas la
Constituciones que se sancionaron en el país, se sostiene que 1;
Constitución bolivariana ha sido la “matriz que ha servido d^
modelo a las copias posteriores, que en cuanto al fondo sólo hai
variado en la redacción”. Juzga con acertado criterio que la or
ganización institucional de la República “ parece muy liberal”
para luego analizar los acontecimientos políticos y poner énfa
sis en los abusos del militarismo que abatió a Bolivia. Señal?
como característica invariable de nuestros primeros años de vid:
independiente “el poder de la fuerza bruta, abusando hasta 1<
sumo de la impotencia del pueblo desarmado” . De ahí que sos
tiene la divisa: “Encomendad la fuerza a los pueblos; Bolivis
será feliz” . Su tesis respecto a la organización constitucional s<
sintetiza en el debilitamiento de las atribuciones del Poder Eje'
cutivo y el incremento de las facultades del Legislativo. Pro
pugna, en definitiva, la descentralización del P oder para que
“Bolivia se levante de la postración en que ha yacido; y su nom­
bre tan acreditado por sus malos Gobiernos, se eleve a la altur?
de sus gigantes nevados, para ser admirados como ellos” .
“Proyecto de Reformas Constitucionales” . Bernardo Trigo
Tari ja, 1875. Imprenta de la Juventud (15).

1877-78

“Proyecto de Constitución” . La Paz. Imprenta de El Progre­


so, 1877 (16).
“Proyecto de Constitución” para ser sometido a la Asamblea
el 15 de noviembre de 1877. Antonio Quijarro. La Paz. Imprenta
de “La Libertad” , de Ezequiel S. Arzadum, 1877.

(15) "Suscrito a 16 de abril. He aquí otro proyectista vertical y de


aplomo constituyente." (G. R. M.)
(16) “Suscrito por la Comisión en diciembre 12.’’ (G. R. M.)
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 149

“Proyecto de Constitución” . La Paz. Imprenta de E l Progre­


so, 1877 (17).
“Disertación sobre el principio federativo” . Carlos V. Ro­
mero. Sucre. Imprenta de Pedro España, 1878.
“Proyecto de Constitución Federal presentado a la legisla­
tura de 1887” , por Adolfo Mier (diputado por Oruro). Potosí.
Imprenta “El Tiempo” , Independencia, 88.
Precede al proyecto una exposición de motivos, en la cual
explana el autor los justificativos que, a su criterio, hacen acon­
sejable la reforma. Después de estimar que la fórmula del pro­
greso está sintetizada en el régimen federativo, concretándose
a Bolivia, expresa: “Tenemos la enseñanza de que nuestros an­
tecesores han ensayado once Constituciones unitarias, más o
menos descentralizadoras y liberales, y las once han sido impo­
tentes para asegurar la armonía entre el orden y la libertad. La
República, sin embargo de sus inmensas y excepcionales rique­
zas naturales en los tres reinos, está consumiéndose entre el
despotismo y la anarquía, que han ocasionado su verdadera auto-
fagia.” Impotente resultaba, en verdad, la adopción del federalis­
mo para curar a la nación de su autofagia. Mucho menos sos-
tenible era aquel precepto que disponía que “para el primer pe­
ríodo de cuatro años, el presidente de la República se elegirá de
entre los naturales del departamento de La Paz; en el siguiente
período la elección nacional recaerá entre los de Chuquisaca,
Potosí, Oruro, Tarija y Santa Cruz. El territorio del Beni votará
con Santa Cruz y el de Cobija con Potosí” . Esta era la forma
“ representativa federal, alternativa y responsable . Significa­
ba, en rigor, la más audaz como infortunada álternabilidad, lle­
gándose a absurdas limitaciones impuestas por un exacerbado
regionalismo.

(17) “ Firmado: Martín Lanza, R. J. Bustamante, Mariano Navarro, et


cétera." (G. R. M.)
150 CIRO FÉLIX TRIGO

1900-1956

“Proyectos de Constitución Política y de Ley Orgánica de


Municipalidades de Bolivia” , presentados a la Asamblea Cons­
tituyente de 1899 por los convencionales Juan Misael Saracho,
José David Berríos, Germán Zambrana y Simón Chacón. Potosí.
Tipografía Italiana, 1900.
“Estudios Constitucionales” , por José Carrasco. La Paz. Gon­
zález & Medina, Editores, 4 tomos, 1920. Es la obra más exten­
sa escrita en Bolivia sobre la materia, en la que el autor — como
lo declara en el prólogo— trató de presentar las “doctrinas más
avanzadas” del Derecho Público con el propósito de contribuir
a la revisión de la Constitución Política del Estado boliviano,
“conformándola a los adelantos del siglo y a las necesidades de
la América Latina” .
“Proyecto de Reformas Constitucionales” , presentado por
el Dr. Natalio Fernández V., diputado por la provincia de Ayo-
paya. La Paz, Bolivia. Talleres “La República” , 1926.
“Proyecto de Constitución Política de Bolivia”. José S. Quin­
teros. Sucre, Bolivia, 1927. Imprenta Bolívar. Mantiene el ré­
gimen unitario y concede la calidad de electores a las “mujeres
de veinticinco años de edad, sean o no casadas” (18). Fija el
(18) El doctor Froilán Cladera en “La Federación Boliviana”, folleto
publicado en Oruro, Tipografía Sucre, septiembre de 1887, sostiene que le
“parece acertadísima la idea de conceder a las mujeres la ciudadanía polí­
tica, a fin de equilibrar, con el bello sexo, el número de los que venden su
voto, evitando que ese germen destructor infecte y vicie las elecciones pú­
blicas". He aquí un precursor de los derechos políticos de la mujer en
Bolivia.
El doctor Santiago Vaca Guzmán, eminente jurisconsulto, al responder
a una encuesta que se hizo en Buenos Aires sobre los derechos de la mujer,
analiza con profundidad, gran versación y admirable equilibrio la condición
de la mujer ante la ley civil, la política y el matrimonio. Estudia principal­
mente los derechos civiles y los políticos, mostrándose francamente parti­
dario de la concesión de los primeros, debiendo venir los otros por natural
e inevitable evolución del tiempo. “Intégrense a la mujer los derechos que
le defraudan las leyes, elevésela, dignifiquésela reconociendo su capacidad
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 151

período presidencial en cinco años y determina que por inhabi­


litación o muerte del presidente, ejercerá sus funciones el vice­
presidente y, a falta de éste, el ministro de Gobierno, quien con­
vocará dentro de treinta días al Congreso para que haga la elec­
ción del nuevo presidente de la República por un nuevo período
constitucional de cinco años, quedando eliminado de esta elec­
ción el citado ministro de Gobierno. A la vez se elegirá el vice­
presidente de la República.
Cabe puntualizar el centralismo acentuado que prevé este
proyecto, haciendo que el prefecto de cada Departamento ejer­
za el gobierno superior en lo político, económico, administrativo
y cultural dentro de su circunscripción. Ninguna autoridad de­
partamental podía comunicarse con el Gobierno nacional sino
por intermedio de la Prefectura.
“Proyecto de Constitución para la República de Bolivia” , por
el Dr. Julio Salmón, catedrático de Derecho Civil de la Univer­
sidad de Santa Cruz de la Sierra. Santa Cruz de la Sierra (Bo­
livia). Editorial de Gerardo Justiniano, 1930.
“Proyecto de Constitución Política del Estado” . Comisión
Revisora integrada por los doctores Pablo Guillén, presidente;
Enrique Baldivieso, representante de las Universidades de la
República; Vicente Mendoza López, Germán Mendoza, Franklin
Mercado, Javier Paz Campero, Víctor Alberto Saracho, Rubén
Terrazas, Carlos Walter Urquidi, Alberto Zelaya y José María
Gutiérrez. La Paz, octubre de 1937 (19).
Este proyecto, que se debió a la Comisión especial designada

moral para todos los actos de la vida civil de los cuales se la excluye
__decía—, y su condición ennoblecida habrá mejorado más que si se le
otorgara el derecho de sufragio dejando subsistentes los preceptos que la
degradan y colocan a la par de los imbéciles, violando los dictados supre­
mos de las leyes naturales.” (‘‘La mujer ante la ley civil, la política y el
matrimonio.—Derechos civiles.—Derechos políticos” . Buenos Aires, Impren­
ta de Pablo E. Coni, 1882; pág. 151.)
(19) El texto de este proyecto está publicado en “Lecciones de Dere­
cho Constitucional” , por José María Gutiérrez, La Paz, Imprenta Artística,
1938; págs. 400-422.
15 2 CIRO FÉLIX TRIGO

por el Gobierno del coronel David Toro R., contiene diversas


enmiendas e innovaciones al texto constitucional vigente de 1880.
Tiene la virtud de ser el trabajo de un equipo de notables abo­
gados y publicistas de distintas tendencias y que pertenecían
a diferentes partidos políticos, a quienes se encomendó la ela­
boración de un proyecto de nueva Constitución. Sirvió en parte
para la reforma adoptada en 1938. Respondía, en resumen, a un
criterio ecléctico. Creaba un tribunal calificador de elecciones,
llamado a definir la validez de las mismas.
“La Reforma Constitucional en Bolivia” . Carlos Walter Ur-
quidi, abogado. E x miembro de la Comisión Revisora de la Cons­
titución Política.- La Paz. Editorial Universo, 1939 (20).
“Proyecto de Reformas Constitucionales” , presentado a la
H. Convención de Bolivia por la H. Comisión de Constitución.
La Paz, 4 de diciembre de 1944. Suscrito por Julián V. Mon-
tellano, E. Peña y T. Mercado.
“Encuesta sobre la Reforma de la Constitución de 1945” . La
Paz, 1947. Impresión hecha en mimeògrafo, que contiene las res­
puestas dadas por varios juristas, profesores universitarios e
intelectuales al cuestionario planteado por el Dr. José Antonio
Arze, presidente de la H. Cámara de Diputados.
“ Reformas Constitucionales” . Vicente Donoso Torres. La
Paz. Talleres Gráficos A. Gamarra, 1947.
“Código Legislativo” (Anteproyecto). Carlos López Arce. La
Paz, 1950.
“Informe y proyecto de nueva Constitución Política del E s­
tado” . Ñuflo Chavez Ortiz, Juan Lechín O., Renán Castrillo J.,
Roberto Méndez T. y otros. La Paz, agosto de 1956. Impresión
hecha en mimeògrafo. Aprobado en su totalidad y articulado en
la legislatura del año 1956, ha quedado pendiente la considera­
ción en revisión.

(20) El proyecto consta de 149 artículos. La obra es la fundament


ción doctrinal de aquél con profundos estudios sobre cada capítulo o entidad
institucional. Representa una labor orgánica y sistemática, ajustada a la
teoría y técnica constitucionales.
CUARTA PARTE

D ocum entos y textos constitucion ales


,,

*
PROCLAMA DE LA JUNTA REPRESENTATIVA
Y TUITIV A DE LOS DERECHOS DEL PUEBLO

Compatriotas:

Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro en el seno mismo


de nuestra patria; hemos visto con indiferencia por más de tres siglos
sometida nuestra primitiva libertad al despotismo y tiranía de un
usurpador injusto que, degradándonos de la especie humana, nos ha
mirado como a esclavos; hemos guardado un silencio bastante pa­
recido a la estupidez que se nos atribuye por el inculto español, su­
friendo con tranquilidad que el mérito de los americanos haya sido
siempre un presagio de humillación y ruina. Y a es tiempo, pues, de
sacudir yugo tan funesto a nuestra felicidad, como favorable al
orgullo nacional español. Y a es tiempo, en fin, de levantar el estan­
darte de la libertad en estas desgraciadas colonias, adquiridas sin el
menor título y conservadas con la mayor injusticia y tiranía. V ale­
rosos habitantes de La Paz y de todo el Imperio del Perú, revelad
vuestros proyectos para la ejecución; aprovechaos de las circunstan­
cias en que estam os; no miréis con desdén la felicidad de nuestro
suelo, ni perdáis jamás de vista la unión que debe reinar en todos,
para ser en adelante tan felices como desgraciados hasta el presente.
En la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, a los 17 días del mes
de julio de 1809.
F irm a s ): Presidente de la Junta, coronel comandante Pedro D o­
m ingo Murillo. V ocales: Dr. Melchor León de la Barra, cura de Ca-
quiaviri; Dr. José Antonio de Medina, cura de Sicasica; Dr. Gregorio
García Lanza, auditor de guerra; Dr. Juan Basilio Catacora; Dr. Juan
de la Cruz Monje, asesor; Dr. Juan Manuel Mercado, presbítero;
156 CIRO FÉLIX TRIGO

Don Francisco Iturri Patiño, sochantre de la catedral; Don Sebastián


de Arrieta, tesorero de la Real H acienda; Don Buenaventura Bueno •
Don Francisco Diego Palacios; Don Sebastián Aparicio, secretario’
Don Juan Manuel Cáceres, escribano; don Francisco Figueredo In-
cacollo y Catari y Don Gregorio Rojas, estos dos últimos en repre­
sentación de los partidos de Yungas e Inquisivi.
DECRETO DE 9 DE FEBRERO DE 1825.

“ Considerando: 1.° Que al pasar el Desaguadero el E jército L i­


bertador ha tenido el solo objeto de redimir las provincias del Alto
Perú de la opresión española, y dejarlas en posesión de sus derechos.
2.° Que no corresponde al E jército Libertador intervenir en los ne­
gocios domésticos de estos pueblos.— 3.° Que es necesario que estas
provincias dependan de un gobierno que provea a su conservación,
puesto que el E jército ni quiere ni puede abandonarlas a la anarquía
y el desorden.— 4.° Que el antiguo Virreinato de Buenos Aires, a quien
ellas pertenecían al tiempo de la revolución de América, carece de
un gobierno general que represente completa, legal y legítimamente
la autoridad de todas las provincias, y que no hay, por consiguiente,
con quién entenderse para el arreglo de ellas.— 5.° Que, por tanto, ese
arreglo debe ser el resultado de la deliberación de las mismas pro­
vincias, y de un convenio entre los congresos del Perú y el que se
forme en el Río de la Plata.— 6.” Y, en fin, que siendo la m ayor parte
del E jército Libertador compuesto de tropas colombianas, no es otra
su incumbencia que libertad al país y dejar al pueblo su soberanía,
dando este testimonio de justicia, de generosidad y de nuestros pro­
pósitos. He venido en decretar:
"1.* Las provincias denominadas del A lto Perú quedarán de­
pendientes de la primera autoridad del E jército Libertador, mientras
una asamblea de diputados de los pueblos delibere sobre la suerte
de ellas.— 2.“ Esta asamblea se compondrá de un diputado por par­
tido, que será elegido por los cabildos y todos los notables que se
convocarán al efecto.— 3.° E l 25 de marzo se reunirán en la cabeza
del partido la municipalidad, los notables y todo propietario de una
158 CIRO FÉLIX TRIGO

renta de 300 pesos o poseedor de un oficio que se los produzca


quiera asistir a la elección, a cuyo efecto el gobernador del partido
los citará con ocho días de anticipación.— 4.» Será presidida esta
asamblea del partido por la persona que ella misma elija, y mientras
tanto lo estará por el gobernador. Ella nombrará dos escrutadores y
un secretario para tomar los votos, que se darán públicamente —
5.» Hecha la votación, resultará diputado el que reúna la pluralidad
absoluta y será obligado a asistir a la asamblea general sin excusa
alguna. 6.° Para ser diputado se necesita ser m ayor de 25 años v-
poseer una renta de 800 pesos anuales, o tener un empleo, o ser pro­
fesor de alguna ciencia que se los produzca y ser avecindado en la
provincia que va a representar, por cuatro años de residencia. Cual­
quiera dificultad sobre estas calidades será resuelta por la misma
asamblea del partido.— 7.° Las credenciales de estos diputados serán
firmadas y autorizadas por toda la asamblea del partido y sus pode­
res no tendrán condiciones, ni sus instrucciones serán más que con­
form arse al voto libre de los pueblos, por medio de la representación
general. 8.° Todos los diputados estarán reunidos en Oruro el 10 de
abril, para que durante una semana sean examinados sus poderes y
credenciales. 9.° El 19 de abril se reunirá la asamblea general y ella
deliberará sobre los destinos de las provincias y sobre su régimen
provisorio de gobierno; y mientras una resolución final, legítima y
uniforme, quedarán regidas conform e al artículo primero.— 10.° El
E jército Libertador respetará la resolución de esta asamblea, con tal
que ella conserve el orden, la unión y la concentración del poder, para
evitar a los pueblos la anarquía.— 11.» Toda intervención de la fuerza
armada en las deliberaciones de la asamblea, hará nulos los actos en
que se mezcle el poder militar.— 12.« Una copia de este decreto se
remitirá al gobierno del Perú y a los gobiernos que existen en las
provincias que antes componían el virreinato de Buenos Aires, pro­
testándoles que, no teniendo el E jército Libertador miras ni aspira­
ciones sobre los pueblos del A lto Perú, el presente decreto ha sido
una medida necesaria para salvar su difícil posición respecto a los
mismos pueblos. Dado en La Paz, a 9 de febrero de 1825.— A J do
Sucre.”
ACTA DE LA INDEPENDENCIA

Lanzándose furioso el León de Iberia, desde las columnas de H ér­


cules hasta los imperios de Moctezuma y de Atahuallpa, es por mu­
chas centurias que ha despedazado el desgraciado cuerpo de Am érica
y nutridos© con su sustancia. Todos los Estados del Continente pueden
mostrar al mundo sus profundas heridas para comprobar el dilacera-
miento que sufrieron; pero el A lto Perú aún las tiene más enormes,
y la sangre que vierten hasta el día es el monumento mas autentico
de la ferocidad de aquel monstruo.
Después de diez y seis años que la América ha sido un campo de
batalla, y que en toda su extensión los gritos de libertad, repetidos
por sus hijos, se han encontrado los de los unos con los de los otros,
sin quedar un ángulo en toda la tierra, donde este sagrado nombre no
hubiese sido el encanto del americano y la rabia del español; después
que en tan dilatada lucha, las naciones del mundo han recibido dife­
rentes informaciones de la justicia y la legalidad con que las regiones
todas de América han apelado, para salvarse, a la santa insurrección;
cuando los genios de Junín y de Ayacucho han purgado la tierra de
la raza de los déspotas; cuando en fin grandes naciones han recono­
cido ya la independencia de México, Colombia y Buenos Aires, cuyas
quejas y agravios no han sido superiores a las del A lto Peru, seria
superfluo presentar un nuevo manifiesto justificativo de la resolu­
ción que tomamos.
E l mundo sabe que el A lto Perú ha sido, en el continente de
América, el ara donde se vertió la primera sangre de los libres, y la
tierra donde existe la tumba del último de los tiranos: que Charcas,
Potosí, Cochabamba, La Paz y Santa Cruz han hecho constantes es­
160 CIRO FÉLIX TRIGO

fuerzos para sacudir el yugo peninsular; y que la irretractabilidad de


sus votos contra el dominio español, su heroica oposición, han dete­
nido mil veces las impetuosas marchas del enemigo sobre regiones
que, sin esto, habrían sido encadenadas, o salvándose sólo con el
último y más prodigioso de los esfuerzos.
El mundo sabe también, que colocados en el corazón del Conti­
nente, destituidos de armas y de toda clase de elementos de guerra
sin las proporciones que los otros Estados para obtenerlos en las
naciones de ultramar, los alto-peruanos han abatido el estandarse de
los déspotas en Aroma y la Florida, en Chiquitos, Tarabuco, Cinti,
en los valles de Sicasica y Ayopaya, Tumusla, y en otros puntos di­
ferentes; que el incendio bárbaro de más de cien pueblos, el saqueo
de las ciudades, cadalsos por cientos levantados contra los libres; la
sangre de miles de mártires de la patria ultimados con suplicios
atroces que estremecerían a los Caribes; contribuciones, hechos y
exacciones arbitrarias, e inhumanas, la inseguridad absoluta del
honor, de la vida, de las personas y propiedades, y un sistema, en fin,
inquisitorial, atroz y salvaje, no han podido apagar en el A lto Perú
el fuego sagrado de la libertad, el odio santo al poder de Iberia.
Cuando, pues, nos llega la vez de declarar nuestra independencia
de la España, y decretar nuestro futuro destino de un modo decoroso,
legal y solemne, creemos llenar nuestro deber de respeto a las nacio­
nes extranjeras, y de información consiguiente de las razones pode­
rosas y justos fundamentos impulsores de nuestra conducta, repro­
duciendo cuanto han publicado los manifiestos de los otros estados
de América, con respecto a la crueldad, injusticia, opresión y ninguna
protección con que han sido tratados por el gobierno español; pero
si esto, y la seguridad con que protestamos a presencia del Gran
Padre del Universo, que ninguna región del Continente de Colón ha
sido tan tiranizada, como el A lto Perú, no bastase a persuadir nues­
tra justicia, apelaremos a la publicidad con que las legiones españolas,
y sus jefes más principales, han profanado los altares, atacado el
dogma, han insultado el culto, al mismo tiempo que el gabinete de
Madrid, ha fomentado desde la conquista, la más hórrida y destruc­
tora superstición; les mostraremos un territorio con más de trescien­
tas leguas de extensión de norte a sud y casi otras tantas de este a
oeste, con ríos navegables, con terrenos feraces, con todos los tesoros
del Reino Vegetal en las inmensas montañas de Yungas, Apolobamba,
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 161

Yuracare, M ojos y Chiquitos; poblado de animales los más preciosos


y útiles para el sustento, recreo e industria del hom bre; situado donde
existe el gran manantial de los metales que hacen la dicha del orbe,
y le llenan de opulencia, con una población, en fin, superior a la que
tienen las Repúblicas Argentina, y la de Chile; todo esto les mostra­
ríamos y diríamos: ved, por donde ha podido existir un floreciente
imperio, solo aparece, bajo la torpe y desecante mano de Iberia, el
símbolo de la ignorancia, del fanatismo, de la esclavitud e ignominia;
venid y ved, en una educación bárbara calculada para romper todos
los resortes del alma, en una agricultura agonizante guiada por la
sola rutina, en el monopolio escandaloso del comercio, en el desplome
e inutilización de nuestras poderosas minas, por la barbarie del poder
español, en el cuidado con que en el siglo diecinueve se ha tratado
de perpetuar entre nosotros, solo los conocimientos, artes y ciencias
del siglo octavo; venid, en fin, y si cuando contempléis a nuestros
hermanos los indígenas, hijos del grande Manco Kapac, no se cubren
vuestros ojos de torrentes de lágrimas, viendo en ellos hombres los
más desgraciados, esclavos tan humillados, seres sacrificados a tantas
clases de tormentos, ultrajes y penurias, diréis que respecto de ellos
parecerían los ilotas, ciudadanos de Esparta, y hombres m uy dichosos
los N ijeros Ojandalams del Indostán, concluyendo con nosotros, que
nada es tan justo com o romper los inicuos vínculos con que fuimos
uncidos a la cruel España.
N osotros habríamos también presentado al mundo una nerviosa
y grande manifestación de los sólidos fundamentos con que después
de las más graves, prolijas y detenidas meditaciones, hemos creído
interesar a nuestra dicha, no asociarnos, ni a la República del Bajo
Perú, ni a la del R ío de la Plata, si los respetables Congresos de una
y otra, presididos por la sabiduría, desinterés y prudencia, no nos
hubiesen dejado en plena libertad para disponer de nuestra suerte.
Pero cuando la Ley de 9 de mayo del uno y el Decreto del 23 de
febrero del otro, muestran notoriamente un generoso y laudable des­
prendimiento, relativamente a nuestro futuro destino, y colocan en
nuestras propias manos la libre y espontánea decisión de lo que me­
jo r conduzca a nuestra felicidad y gobierno; protestando a uno y
otro Estado eterno reconocimiento, junto con nuestra justa consi­
deración y ardientes votos de amistad, paz^y buena correspondencia,
hemos venido, por unanimidad de sufragios, en fija r la siguiente:
u
162 CIRO FÉLIX TRIGO

D E C L A R A C I O N

La Representación soberana de las Provincias del A lto Perú, pro­


fundamente penetrada del grandor e inmenso peso de su responsa­
bilidad para con el cielo y con la tierra, en el acto de pronunciar la
futura suerte de sus comitentes, despojándose en las aras de la jus­
ticia de todo espíritu de parcialidad, interés y miras privadas- ha­
biendo implorado, llena de sumisión y respetuoso ardor, la paternal
asistencia del Hacedor santo del orbe, y tranquila en lo íntimo de su
conciencia, por la buena fe, detención, moderación, justicia y pro­
fundas meditaciones que presiden a la presente resolución, declara
solemnemente a nombre y absoluto poder de sus dignos representa­
d os: Que ha llegado el venturoso día en que los inalterables y ar­
dientes votos del Alto Perú, por emanciparse del poder injusto,
opresor y miserable del rey Fernando V I I , mil veces corroborados
con la sangre de sus hijos, consten con la solemnidad y autenticidad
que al presente, y que cese para con esta privilegiada región, la
condición degradante de colonia de la España, junto con toda de­
pendencia, tanto de ella, como de su actual y posteriores m onarcas;
que en consecuencia, y siendo al mismo tiempo interesante a su dicha,
no asociarse a ninguna de las repúblicas vecinas, se erigen en un
E s t a d o S o b e r a n o e I n d e p e n d i e n t e de todas las naciones, tanto del
viejo como del nuevo mundo; y los departamentos del A lto Perú
firmes y unánimes en ésta tan justa y magnánima resolución, pro­
testan a la faz de la tierra entera, que su voluntad irrevocable es
gobernarse por sí mismos, y ser regidos por la Constitución, leyes y
autoridades que ellos propios se diesen y creyesen más conducentes
a su futura felicidad en clase de nación y el sostén inalterable de su
santa religión católica y de los sacrosantos derechos de honor, vida,
libertad, igualdad, propiedad y seguridad. Y para la invariabilidad y
firmeza de esta resolución, se ligan, vinculan y comprometen, por
medio de esta representación soberana, a sostenerla tan firme, cons­
tante y heroicamente, que en caso necesario sean consagrados con
placer a su cumplimiento, defensa e inalterabilidad, la vida misma
con los haberes, y cuanto hay grato para los hombres.
Imprímase y comuniqúese a quien corresponde para su publica­
ción y circulación.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 163

Dada en la Sala de sesiones en seis de agosto de mil ochocientos


veinticinco, firmada de nuestra mano, y refrendada por nuestros
Diputados Secretarios.
José Mariano Serrano, diputado por Charcas, Presidente; José
María Mendizábal, diputado por La Paz, Vicepresidente; José María
de Asín, diputado por La Paz; Miguel José Cabrera, diputado por
Cochabamba; Miguel Fermín Aparicio, diputado por La Paz; José
Miguel Lanza, diputado por La Paz; Fermín Eysaguirre, diputado
por La Paz; Francisco Vidal, diputado por Cochabamba; Melchor
Daza, diputado por Potosí; Manuel José Calderón, diputado por P o­
tosí; Dr. Manuel Antonio Arellano, diputado por Potosí; José Ba-
llivián, diputado por La Paz; Dr. José Manuel Pérez, diputado por
Cochabamba; Martín Cardón, diputado por La Paz; Dr. Juan Manuel
Velarde, diputado por La P a z; Francisco María Pinedo, diputado por
La Paz; José Indalecio Calderón y Sanjinés, diputado por La Paz;
Casimiro Olañeta, diputado por Charcas; Manuel Anselmo de Tapia,
diputado por P otosí; Manuel María Urcullu, diputado por Charcas;
Dr. Rafael Monje, diputado por La Paz; Dr. Eusebio Gutiérrez, di­
putado por La Paz; Nicolás de Cabrera, diputado por Cochabamba;
Manuel Martín, diputado por Potosí; Manuel Mariano Centeno, di­
putado por Cochabamba; Dionisio de la Borda, diputado por Cocha-
bamba; Manuel Argote, diputado por P otosí; José Antonio Pallares,
diputado por Potos; José Eustaquio Gareca, diputado por Potosí;
José Manuel Tames, diputado por Cochabamba; Dr. Pedro Terrazas,
diputado por Cochabamba; José María Dalence, diputado por Char­
cas; Melchor Paz, diputado por Cochabamba; Francisco Palazuelos,
diputado por Charcas; Miguel Vargas, ‘diputado por Cochabamba;
Antonio Vicente Seoane, diputado por Santa Cruz; Manuel María
García, diputado por P otosí; Marcos Escudero, diputado por Cocha-
bam ba; Mariano Méndez, diputado por Cochabamba; Manuel Cabello,
diputado por Cochabamba; Dr. José Mariano Enriquez, diputado por
P otosí; Isidoro Trujillo, diputado por Potosí; Juan Manuel Montoya,
diputado por P otosí; Am brosio Mariano Hidalgo, diputado por Char­
cas; Martiniano Varga?, diputado por Potosí; Vicente Caballero, di­
putado por Santa Cruz; José Ignacio de Sanjinés, diputado por P o­
tosí, Secretario; Angel Mariano Moscoso, diputado por Charcas, Se­
cretario.
AL CONGRESO C O N STITUY EN TE DE BOLIVIA
(MENSAJE DE BOLIVAR)

¡Legisladores! A l ofreceros el proyecto de constitución para Bo-


livia, me siento sobrecogido de confusión y timidez, porque estoy
persuadido de mi incapacidad para hacer leyes. Cuando yo considero
que la sabiduría de todos los siglos no es suficiente para componer
una ley fundamental que sea perfecta, y que el más esclarecido le­
gislador es la causa inmediata de la infelicidad humana, y la burla,
por decirlo así, de su ministerio divino, ¿qué deberé deciros del sol­
dado que, nacido entre esclavos y sepultado en los desiertos de su
patria, no ha visto más que cautivos con cadenas y compañeros con
armas para rom perlas? ¡Y o legislador...! Vuestro engaño y mi com­
promiso se disputan la preferencia: no sé quién padezca más en este
horrible con flicto; si vosotros por los males que debéis temer de las
leyes que me habéis pedido, o yo del oprobio a que me condenáis por
vuestra confianza.
He recogido todas mis fuerzas para exponeros mis opiniones so­
bre el modo de manejar hombres libres, por los principios adoptados
entre los pueblos cultos; aunque las lecciones de la experiencia sólo
muestran largos períodos de desastres, interrumpidos por relámpa­
gos de ventura. ¿Q ué guías podremos seguir a la sombra de tan
tenebrosos ejem plos?
¡Legisladores! Vuestro deber os llama resistir el choque de dos
monstruos enemigos que recíprocamente se combaten, y ambos os
atacarán a la v e z : la tiranía y la anarquía forman un inmenso océano
de opresión, que rodea a una pequeña isla de libertad, embatida per­
petuamente por la violencia de las olas y de los huracanes, que la
arrastran sin cesar a sumergirla. Mirad el mar que vais a surcar con
una frágil barca, cuyo piloto es tan inexperto.
166 CIRO FÉLIX TRIGO

E l proyecto de constitución para Bolivia está dividido en cuatro


poderes políticos, habiendo añadido uno más, sin complicar por esto
la división clásica de cada uno de los otros. E l electoral ha recibido
facultades que no le estaban señaladas en otros gobiernos que se
estiman entre los más liberales. Estas atribuciones se acercan en
gran manera a las del sistema federal. Me ha parecido no sólo con­
veniente y útil, sino también fácil, conceder a los representantes in­
mediatos del pueblo los privilegios que más pueden desear los ciuda­
danos de cada departamento, provincia y cantón. Ningún objeto es
más importante a un ciudadano que la elección de sus legisladores
magistrados, jueces y pastores. Los colegios electorales de cada pro­
vincia representan las necesidades y los intereses de ellas, y sirven
para quejarse de las infracciones de las leyes y de los abusos de los
magistrados. Me atrevería a decir con alguna exactitud que esta
representación participa de los derechos de que gozan los gobiernos
particulares de los estados federales. De este modo se ha puesto nuevo
peso a la balanza contra el ejecu tivo; y el gobierno ha adquirido más
garantías, más popularidad y nuevos títulos, para que sobresalga en­
tre los más democráticos.
Cada diez ciudadanos nombran un elector; y así se encuentra la
nación representada por el décimo de sus ciudadanos. No se exigen
sino capacidades, ni se necesita de poseer bienes, para representar la
augusta función del soberano; mas debe saber escribir sus votacio­
nes, firm ar su nombre y leer las leyes. Ha de profesar una ciencia, o
un arte que le asegure un alimento honesto. No se le ponen otras
exclusiones que las del crimen, de la ociosidad y de la ignorancia
absoluta. Saber y honradez, no dinero, es lo que requiere el ejercicio
del poder público.
El cuerpo legislativo tiene una composición que lo hace necesa­
riamente armonioso entre sus partes: no se hallará siempre dividido
por falta de un juez árbitro, como sucede donde no hay más que dos
cámaras. Habiendo aquí tres, la discordia entre dos queda resuelta
por la tercera; y la cuestión examinada por dos partes contendientes
y una imparcial que la juzga: de este modo ninguna ley útil queda
sin efecto, o por lo menos, habrá sido vista, una, dos y tres veces,
antes de sufrir la negativa. En todos los negocios entre dos contrarios
se nombra un tercero para decidir, y ¿n o sería absurdo que en los
intereses más arduos de la sociedad se desdeñara esta providencia,
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 167

dictada por una necesidad im periosa? Así, las cámaras guardarán


entre sí aquellas consideraciones que son indispensables para conser­
var la unión del todo, que debe deliberar en el silencio de las pasiones
y con la calma de la sabiduría. Los congresos modernos, me dirán, se
han compuesto de solas dos secciones. Es porque Inglaterra, que ha
servido de modelo, la nobleza y el pueblo debían representarse en dos
cámaras; y si, en Norte América se hizo lo mismo sin haber nobleza,
puede suponerse que la costumbre de estar bajo el gobierno inglés le
inspiró esta imitación. El hecho es que dos cuerpos deliberantes de­
ben combatir perpetuamente; y por esto Sieyés no quería más que
uno. Clásico absurdo.
La primera cámara es de tribunos, y goza de la atribución de
iniciar las leyes relativas a hacienda, paz y guerra. Ella tiene la
inspección inmediata de los ramos que el ejecutivo administra con
menos intervención del legislativo.
Los senadores forman los códigos y reglamentos eclesiásticos y
velan sobre los tribunales y el culto. Toca al senado escoger los pre­
fectos, los jueces del distrito, gobernadores, corregidores y todos los
subalternos del departamento de justicia. Propone a la cámara de
censores los miembros del tribunal supremo, los arzobispos, obispos,
dignidades y canónigos. Es del resorte del senado cuanto pertenece a
la religión y a las leyes.
Los censores ejercen una potestad política y moral que tiene
alguna semejanza con la del areópago de Atenas, y de los censores de
Roma. Serán ellos los fiscales contra el gobierno para celar si la
constitución y los tratados públicos se observan con religión. He
puesto bajo su égida el juicio nacional, que debe decidir de la buena
o mala administración del ejecutivo.
Son los censores los que protegen la moral, las ciencias, las artes,
la instrucción y la imprenta. La más terrible, como la más augusta
función pertenece a los censores. Condenan a oprobio eterno a los
usurpadores de la autoridad soberana y a los insignes criminales.
Conceden honores públicos a los servicios y a las virtudes de los
ciudadanos ilustres. El fiel de la gloria se ha confiado a sus manos:
por lo mismo, los censores deben gozar de una inocencia intacta y de
una vida sin mancha. Si delinquen, serán acusados hasta por faltas
leves. A estos sacerdotes de las leyes he confiado la conservación de
168 CIRO FÉLIX TRIGO

nuestras sagradas tablas, porque son ellos los que deben clamar con
tra sus profanadores.
El presidente de la república viene a ser en nuestra constitución
como el sol que, firme en su centro, da vida al universo. Esta suprema
autoridad debe ser perpetua; porque en los sistemas sin jerarquías
se necesita, más que en otros, un punto fijo alrededor del cual giren
los magistrados y los ciudadanos; los hombres y las cosas. Dadme
un punto fijo, decía un antiguo, y moveré el mundo. Para Bolivia, este
punto es el presidente vitalicio. En él estriba todo nuestro orden, sin
tener por esto acción. Se le ha cortado la cabeza para que nadie tema
sus intenciones, y se le han ligado las manos para que a nadie dañe.
El presidente de Bolivia participa de las facultades del ejecutivo
americano, pero con restricciones favorables al pueblo. Su duración
es la de los presidentes de Haití.’ Yo he tomado para Bolivia el eje­
cutivo de la República más democrática del mundo.
La isla de Haití (permítaseme esta digresión) se hallaba en insu­
rrección permanente: después de haber experimentado el imperio, el
reino, la república, todos los gobiernos conocidos y algunos más, se
vió forzada a ocurrir al ilustre Petión para que la salvase. Confiaron
en él, y los destinos de Haití no vacilaron más. Nombrado Petión pre­
sidente vitalicio con facultades para elegir el sucesor, ni la muerte de
este grande hombre, ni la sucesión del nuevo presidente, han causado
el menor peligro en el estado: todo ha marchado bajo el digno Boyer,
en la calma de un reino legítimo. Prueba triunfante de que un presi­
dente vitalicio, con derecho para elegir el sucesor, es la inspiración
más sublime en el orden republicano.
El presidente de Bolivia será menos peligroso que el de Haití,
siendo el modo de sucesión más seguro para el bien del estado. A de­
más, el presidente de Bolivia está privado de todas las influencias: no
nombra los magistrados, los jueces, ni las dignidades eclesiásticas,
por pequeñas que sean. Esta disminución de poder no la ha sufrido
todavía ningún gobierno bien constituido: ella añade trabas sobre
trabas a la autoridad de un jefe que hallará siempre a todo el pue­
blo dominado por los que ejercen las funciones más importantes de
la sociedad. Los sacerdotes mandan en las conciencias, los jueces en
la propiedad, el honor y la vida, y los magistrados en todos los actos
públicos. No debiendo éstos sino al pueblo sus dignidades, su gloria
y su fortuna, no puede el presidente esperar complicarlos en sus mi­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 16 9

ras ambiciosas. Si a esta consideración se agrega las que natural­


mente nacen de las oposiciones generales que encuentra un gobierno
democrático en todos los momentos de su administración, parece que
hay derecho para estar cierto de que la usurpación del poder público
dista más de este gobierno que de otro ninguno.
¡ Legisladores! La libertad de hoy más, será indestructible en Am é­
rica. Véase la naturaleza salvaje de este continente, que expele por
6í sola el orden m onárquico: los desiertos convidan a la independen­
cia. Aquí no hay grandes nobles, grandes eclesiásticos. Nuestras ri­
quezas eran casi nulas, y en el día lo son todavía más. Aunque la
iglesia goza de influencia, está lejos de aspirar al dominio, satisfecha
con su conservación. Sin estos apoyos, los tiranos no son permanen­
tes, y si algunos ambiciosos se empeñan en levantar imperios, Dessali­
nes, Cristóval, Iturbide, les dicen lo que deben esperar. No hay poder
más difícil de mantener que el de un príncipe nuevo. Bonaparte, ven­
cedor de todos los ejércitos, no logró triunfar de esta regla, más fuerte
que los imperios. Y si el gran Napoleón no consiguió mantenerse
contra la liga de los republicanos y de los aristócratas, ¿quién al­
canzará, en América, fundar monarquías, en un suelo incendiado con
las brillantes llamas de la libertad y que devora las tablas que se le
ponen para elevar esos cadalsos regios? No, legisladores: no temáis
a los pretendientes a coronas: ellas serán para sus cabezas la espada
pendiente sobre Dionisio. Los príncipes flamantes que se obsequen
hasta construir tronos encima de los escombros de la libertad, eri­
girán túmulos a sus cenizas, que digan a los siglos futuros com o pre­
firieron su fatua ambición a la libertad y a la gloria.
Los límites constitucionales del presidente de Bolivia son los más
estrechos que se conocen: apenas nombra los empleados de hacienda,
paz y guerra, manda el ejército. He aquí sus funciones.
La administración pertenece toda al ministerio, responsable a los
censores y sujeta a la vigilancia celosa de todos los legisladores,
magistrados, jueces y ciudadanos. Los aduanistas y los soldados, úni­
cos agentes de este ministerio, no son, a la verdad, los más adecua­
dos para captarle el aura popular: así su influencia será nula.
El vicepresidente es el magistrado más encadenado que ha servido
el mando: obedece juntamente al legislativo y al ejecutivo de un go­
bierno republicano. Del primero recibe las leyes; del segundo las ór­
denes; y entre estas dos barreras ha de marchar por un camino
170 CIRO FÉLIX TRIGO

angustiado y flanqueado de precipicios. A pesar de tantos inconve­


nientes, es preferible gobernar de este modo, más bien que con im­
perio absoluto. Las barreras constitucionales ensanchan una concien­
cia política y le dan firme esperanza de encontrar el fanal que la guíe
entre los escollos que la rodean: ellas sirven de apoyo contra los em­
pujes de nuestras pasiones, concertadas con los intereses ajenos.
En el gobierno de los Estados Unidos se ha observado últimamen­
te la práctica de nombrar al primer ministro para suceder al presi­
dente. Nada es tan conveniente, en una república, como este método-
reúne la ventaja de poner a la cabeza de la administración un sujeto
experimentado en el manejo del estado. Cuando entra a ejercer sus
funciones, va formando y lleva consigo la aureola de la popularidad,
y una práctica consumada. Me he apoderado de esta idea y la he es­
tablecido como ley.
El presidente de la república nombra al vicepresidente, para que
administre el estado y le suceda en el mando. Por esta providencia
se evitan las elecciones, que producen el grande azote de las repú­
blicas la anarquía, que es el lujo de la tiranía y el peligro más in­
mediato y más terrible de los gobiernos populares— . Ved de que
modo sucede, como en los reinos legítimos, la tremenda crisis de las
repúblicas.
El vicepresidente debe ser el hombre más puro: la razón es, que
si el primer magistrado no elige un ciudadano muy recto, debe te­
merle como a enemigo encarnizado; y sospechar hasta de sus secre­
tas ambiciones. Este vicepresidente ha de esforzarse a merecer, por
sus buenos servicios, el crédito que necesita para desempeñar las más
altas funciones, y esperar la gran recompensa nacional— el mando
supremo. El cuerpo legislativo y el pueblo exigirán capacidades y
talentos de parte de este m agistrado; y le pedirán una ciega obedien­
cia a las leyes de la libertad.
Siendo la herencia la que perpetúa el régimen monárquico y lo
hace casi general en el mundo, ¿ cuándo más útil no es el método que
acabo de proponer para la sucesión del vicepresidente? ¿Qué fueran
los príncipes hereditarios elegidos por el mérito y no por la suerte;
y que en lugar de quedarse en inacción y en la ignorancia, se pu­
siesen a la cabeza de la administración? Serían, sin duda, monarcas
más esclarecidos y harían la dicha de los pueblos. Sí, legisladores,
la monarquía que gobierna la tierra ha obtenido sus títulos de apro­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 171

bación de la herencia que la hace estable, y de la unidad que la hace


fuerte. Por esto, aunque un príncipe soberano es un niño mimado,
enclaustrado en su palacio, educado por la adulación y conducido
por todas las pasiones, este príncipe, que me atrevería a llamar la
ironía del hombre, manda al género humano, porque conserva el o r­
den de las cosas y la subordinación entre los ciudadanos, con un po­
der firme y una acción constante. Considerad, legisladores, que estas
grandes ventajas se reúnen en el presidente vitalicio y vicepresiden­
te hereditario.
E l poder judicial que propongo goza de una independencia abso­
luta: en ninguna parte tiene tanta. El pueblo presenta los candida­
tos, y el legislativo escoge los individuos que han de componer los
tribunales. Si el poder judicial no emana de este origen, es imposi­
ble que se conserve en toda su pureza la salvaguardia de los dere­
chos individuales. Estos derechos, legisladores, son los que constitu­
yen la libertad, la igualdad, la seguridad, todas las garantías del
orden social. La verdadera constitución liberal está en los códigos
civiles y crim inales; y la más terrible tiranía la ejercen los tribunales
por el tremendo instrumento de las leyes. De ordinario el ejecutivo
no es más que el depositario de la cosa pública; pero los tribunales
son los árbitros de las cosas propias, de las cosas de los individuos.
El poder judicial contiene la medida del bien o del mal de los d ú ­
danos ; y si hay libertad, si hay justicia en la república, son distri­
buidas por este poder. Poco importa a veces la organización política,
con tal que la civil sea perfecta; que las leyes se cumplan religio­
samente y se tengan por inexorables como el destino.
Era de esperarse, conform e a las ideas del día, que prohibié­
semos el uso del tormento, de las confesiones; y que cortásemos la
prolongación de los pleitos en el intrincado laberinto de las apela­
ciones.
El territorio de la república se gobierna por prefectos, goberna­
dores, corregidores, jueces de paz y alcaldes. No he podido entrar
en el régimen interior y facultades de estas jurisdicciones; es mi de­
ber, sin embargo, recomendar al congreso los reglamentos concer­
nientes al servicio de los departamentos y provincias. Tened presen­
te, legisladores, que las naciones se componen de ciudades y de al­
deas ; y que del bienestar de éstas se form a la felicidad del estado.
Nunca prestaréis demasiado vuestra atención al buen regimen de los
172 CIRO FÉLIX TRIGO

departamentos. Este punto es de predilección en la ciencia le-isla


tiva y no obstante es harto desdeñado. &
He dividido la fuerza armada en cuatro partes: ejército de linea
escuadra, milicia nacional y resguardo militar. El destino del ejér­
cito es guarnecer la frontera. ¡D ios nos preserve de que vuelva sus
armas contra los ciudadanos! Basta 'a milicia nacional para conser­
var el orden interno. Bolivia no poste grandes costas, y por lo mis­
mo es inútil la marina: debemos, a pesar de esto, obtener algún dia
uno y otro. El resguardo militar es preferible, por todos respectos, al
de guardas: un servicio semejante es más inmoral que superfluo: por
lo tanto, interesa a la república guarnecer sus fronteras con tropas
de línea, y tropas de resguardo contra la guerra del fraude.
He pensado que la constitución de Bolivia debiera reformarse por
períodos, según lo exigen el movimiento del mundo moral. Los trá­
mites de la reforma se han señalado en los términos que he juzgado
más propios del caso.
La responsabilidad de los empleados se señala en la constitución
boliviana del modo más efectivo. Sin responsabilidades, sin repre­
sión, el estado es un caos. Me atrevo a insistir con encarecimiento a
los legisladores para que dicten leyes fuertes y terminantes sobre
esta importante materia. Todos hablan de responsabilidad, pero ella
se queda en los labios. No hay responsabilidad, legisladores; los ma­
gistrados, jueces y empleados abusan de sus facultades, porque no
se contiene con rigor a los agentes de la administración; siendo, en­
tre tanto, los ciudadanos víctimas de este abuso. Recomendara yo
una ley que prescribiera un método de responsabilidad anual para
cada empleado.

Se han establecido las garantías más perfectas: la libertad civil


es la verdadera libertad; las demás son nominales, o de poca influen­
cia con respecto a los ciudadanos. Se ha garantido la seguridad per­
sonal, que es el fin de la sociedad, y de la cual emanan las demás.
En cuanto a la propiedad, ella depende del código civil que vuestra
sabiduría debiera componer luego, para la dicha de vuestros conciu­
dadanos. He conservado intacta la ley de las leyes, la igualdad: sin
ella perecen todas las garantías, todos los derechos. A ella debemos
hacer los sacrificios. A sus pies he puesto, cubierto de humillación,
a la infame esclavitud.
Legisladores, la infracción de todas las leyes es la esclavitud. La
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 1 73

ley que la conservara, sería la más sacrilega. ¿Qué derecho se ale­


garía para su conservación? Mírese este delito por todos aspectos,
y no me persuado que haya un solo boliviano tan depravado, que
pretenda legitimar la más insigne violación de la dignidad humana.
¡Un hombre poseído por otro! ¡Un hombre propiedad! ¡Una imagen
de Dios puesta al yugo como el bruto! Dígasenos ¿dónde están loa
títulos de los usurpadores del hom bre? La Guinea nos los ha man­
dado, pues el A frica devastada por el fraticidio, no ofrece más que
crímenes. Trasplantadas aquí estas reliquias de aquellas tribus afri­
canas, ¿ qué ley o potestad será capaz de sancionar el dominio sobre
estas víctimas ? Trasmitir, prorrogar, eternizar este crimen mezclado
de suplicios, es el ultraje más chocante. Fundar un principio de po­
sesión sobre la feroz delincuencia no podría concebirse sin el tras­
torno de los elementos del derecho, y sin la perversión más absoluta
de las nociones del deber. Nadie puede romper el santo dogma de la
igualdad. Y ¿habrá esclavitud donde reina la igualdad? Tales con­
tradicciones formarían más bien el vituperio de nuestra razón que
el de nuestra ju sticia; seríamos reputados por más dementes que
usurpadores.
Si no hubiera un Dios protector de la inocencia y de la libertad,
prefiriera la suerte de un león generoso, dominando en los desiertos
y en los bosques, a la de un cautivo al servicio de un infame tirano
que, cómplice de sus crímenes, provocara la cólera del cielo. Pero
n o : Dios ha destinado al hombre a la libertad: él lo protege para
que ejerza la celeste fundación del albedrío.
¡ Legisladores! Haré mención de un artículo que, según mi con­
ciencia, he debido omitir. En una constitución política no debe pres­
cribirse una profesión religiosa; porque según las mejores doctrinas
sobre las leyes fundamentales, éstas son las garantías de los dere­
chos políticos y civiles: y como la religión no toca a ninguno de estos
derechos, ella es de naturaleza indefinible en el orden social, y per­
tenece a la moral intelectual. La religión gobierna al hombre en la
casa, en el gabiente, dentro de sí m ism o: sólo ella tiene derecho de
examinar su conciencia íntima. Las leyes, por el contrario, miran la
superficie de las cosas: no gobiernan sino fuera de la casa del ciu­
dadano. Aplicando estas consideraciones ¿podrá un estado regir la
conciencia de súbditos, velar sobre el cumplimiento de las leyes re­
ligiosas, y dar el premio o el castigo, cuando los tribunales están
174 CIRO FÉLIX TRIGO

en el cielo, y cuando Dios es el ju ez? La inquisición solamente sería


capa 7 de reemplazarlos en este mundo. ¿V olverá la inquisición con
sus teas incendiarias?
La religión es la ley de la conciencia. Toda ley sobre ella la anula
porque imponiendo la necesidad al deber, quita el mérito a la fe, qué
es la base de la religión. Los preceptos y los dogmas sagrados son
útiles, luminosos y de evidencia m etafísica; todos debemos profesar­
los, mas este deber es moral, no político.
Por otra parte, ¿cuáles son en este mundo los derechos del hom­
bre hacia la religión? Ellos están en el cielo; allá el tribunal recom­
pensa el mérito, y hace justicia según el código que ha dictado el
Legislador. Siendo todo esto de jurisdicción divina, me parece a pri­
mera vista sacrilegio y profano mezclar nuestras ordenanzas con los
mandamientos del Señor. Prescribir, pues, la religión no toca al le­
gislador; porque éste debe señalar penas a las infracciones de las le­
yes, para que no sean meros consejos. No habiendo castigos tempo­
rales, ni jueces que los apliquen, la ley deja de ser ley.
E l desarrollo moral del hombre es la primera intención del legis­
lador: luego que este desarrollo llega a lograrse, el hombre apoya
su moral en las verdades reveladas, y profesa de hecho la religión,
que es tanto más eficaz, cuanto que la ha adquirido por investiga­
ciones propias. Además, los padres de familia no pueden descuidar
el deber religioso hacia sus hijos. Los pastores espirituales están obli­
gados a enseñar la ciencia del cielo: el ejemplo de los verdaderos dis­
cípulos de Jesús, es el maestro más elocuente de su divina m oral;
pero la moral no se manda, ni el que manda es maestro, ni la fuerza
debe emplearse en dar consejos. Dios y sus ministros son las auto­
ridades de la religión que obra por medios y órganos exclusivamente
espirituales; pero de ningún modo el cuerpo nacional, que dirige el
poder público a objetos puramente temporales.
Legisladores, al ver ya proclamada la nueva nación boliviana, ¡ cuán
generosa y sublimes consideraciones no deberán elevar vuestras al­
m as! La entrada de un nuevo estado en la sociedad de los demás, es
un m otivo de júbilo para el género humano, porque se aumenta la
gran familia de los pueblos. ¡Cuál, pues, debe ser el de sus funda­
dores — ¡y el m ío!, viéndome igualado con el más célebre de los
antiguos— el Padre de la ciudad eterna! Esta gloria pertenece de de­
recho a los creadores de las naciones, que, siendo, sus primeros bien­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 175

hechores, han debido recibir recompensas inm ortales; más la mía, ade­
más de inmortal tiene el mérito de ser gratuita por no merecida.
¿Dónde está la república, dónde la ciudad que yo he fundado?
Vuestra munificencia, dedicándome una nación, se ha adelantado a to­
dos mis servicios; y el infinitamente superior a cuantos bienes pue­
den haceros los hombres.
Mi desesperación se aumenta al contemplar la inmensidad de vues­
tro premio, porque después de haber agotado los talentos, las virtudes,
el genio mismo del más grande de los héroes, todavía sería yo indigno
de merecer el nombre que habéis querido daros, ¡ el m ío ! ! ! ¡ Hablaré
yo de gratitud, cuando ella no alcanzará jamás a expresar ni débil­
mente lo que experimento por vuestra bondad que, como la de Dios,
pasa todos los lím ites! S í; sólo Dios tenía potestad para llamar a esta
tierna Bolivia... ¿Qué quiere decir Bolivia? Un amor desenfrenado de
libertad, que al recibirla vuestro arrobo, no vió nada que fuera igual
a su valor. No hallando vuestra embriaguez una demostración ade­
cuada a la vehemencia de sus sentimientos, arrancó vuestro nombre,
y dió el mío a todas vuestras generaciones. Esto, que es inaudito en la
historia de los siglos, lo es más en la de los desprendimientos subli­
mes. Tal rasgo mostrara a los tiempos que están en el pensamiento
del Eterno, lo que anhelabais, la posesión de vuestros derechos, que
es la posesión de ejercer las virtudes políticas, de adquirir los talentos
luminosos, y el goce de ser hombres. Este rasgo, repito, probará que
vosotros érais acreedores a obtener la gran bendición del cielo— la
soberanía del pueblo— única autoridad legítima de las naciones.
Legisladores, felices vosotros que presidís los destinos de una re­
pública que ha nacido coronada con los laureles de Ayacucho, y que
debe perpetuar su existencia dichosa bajo las leyes que dicte vuestra
sabiduría, en la calma que ha dejado la tempestad de la guerra.
Lima, 25 de mayo de 1826.

B o l ív a r
CON STITUCION POLITICA DE 1826

E n el nombre de Dios. — El Congreso General Constituyente de la


República Boliviana, nombrado por el pueblo para form ar la Cons­
titución del Estado, decreta la siguiente.

T ít u l o p r i m e r o .— De l a n a c ió n

Capítulo 1.®

De la Nación Boliviana

A rtículo 1.® La Nación Boliviana es la reunión de todos los boli­


vianos.
A rt. 2.® Bolivia es, y será para siempre, independiente de toda
dominación extranjera; y no puede ser patrimonio de ninguna per­
sona, ni familia.

Capítulo 2.®

Del Territorio

Art. 3.® El territorio de la República Boliviana comprende los


departamentos de Potosí, Chuquisaca, La Paz, Santa Cruz, Cocha-
bamba y Oruro.
A rt. 4.® Se divide en departamentos, provincias y cantones.
A rt. 5.® Por una ley se hará la división más conveniente; y otra
fija rá sus límites, de acuerdo con los estados limítrofes.
15
178 CIRO FÉLIX TRIGO

T ítu lo segundo.— De la relig ió n

Capítulo Unico

Art. 6.» La Religión Católica, Apostólica, Romana, es de la Re­


pública, con exclusión de todo otro culto público. El Gobierno la nr
tegerá y hará respetar, reconociendo el principio de que no hay poder
humano sobre las conciencias. p er

T ít u l o t e r c e r o .— D e l G o b ie r n o

Capítulo 1.»

De la forma del Gobierno

I 1"!' I -*, f 1 GobÍerno de Bolivia es popular representativo.


Art. 8. La soberanía emana del pueblo, y su ejercicio reside en
los poderes que establece esta Constitución.

E * POdf r SUPrem° se divide> Para su ejercicio, en cuatro


secciones: Electoral, Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

í w i t 10” Cada P° d! r ej8rCerá las atribuci°nes que le señala esta


Constitución, sin excederse de sus límites respectivos.

Capítulo 2.5

De los Bolivianos

i h^ o s : ! . . Todos los nacidos en el territorio de


: hlJ0S de padre 0 madre boliviana, nacidos fuera
i orio, uego que manifiesten legalmente su voluntad de domi­

la íb e r t ld 4° * T ' qUe en JUnín ° Ayacucho combatieron por


a libertad. 4. Los extranjeros que obtengan carta de naturaleza o
tengan tres anos de vecindad en el territorio de la República. 5.* Todos

dereohn Í Í i^ esclaV0S: y 1° mismo quedarán de


drán nh ■ í ” * ' T ^ d° pubIicarse la Constitución; pero no po-
l a ley
la l e vespecial / r a d0 SUS antÍffU0S señores>sino en la form a que
e ^ Í T llo determine.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 179

A rt. 12. Son deberes de todo boliviano: 1.® Vivir sometido a la


Constitución y a las leyes. 2.® Respetar y obedecer a las autoridades
constituidas. 3.5 Contribuir a los gastos públicos. 4.® Sacrificar sus
bienes, y su vida misma, cuando lo exija la salud de la República. 5.®
Velar sobre la conservación de las libertades públicas.
A rt. 13. Los bolivianos que estén privados del ejercicio del poder
electoral, gozarán de todos los derechos civiles concedidos a los
ciudadanos.
Art. 14. Para ser ciudadano es necesario: 1.® Ser boliviano. 2.®
Ser casado, o m ayor de veinte años. 3.® Saber leer y escribir; bien que
esta calidad sólo se exigirá desde el año de mil ochocientos treinta y
seis. 4.® Tener algún empleo, o industria, o profesar alguna ciencia
o arte, sin sujeción a otro en clase de sirviente doméstico.
Art. 15. Son ciudadanos: 1.® Los que en Junín o Ayacucho com­
batieron por la libertad. 2.® Los extranjeros que obtuvieron carta de
ciudadanía. 3.® Los extranjeros casados con boliviana, que reúnan
las condiciones. 3.! y 4.a del artículo 14. 4.® Los extranjeros solteros,
que tengan cuatro años de vecindad en la República, y las mismas
condiciones.
A rt. 16. Los ciudadanos de las naciones de América, antes es­
pañola, gozarán de los derechos de ciudadanía en Bolivia, según los
tratados que se celebren con ellas.
A rt. 17. Sólo los que sean ciudadanos en ejercicio, pueden obte­
ner empleos y cargos públicos.
Art. 18. El ejercicio de la ciudadanía se suspende: 1.® Por de­
mencia. 2.® P or la tacha de deudor fraudulento. 3.® Por hallarse pro­
cesado criminalmente. 4.® P or ser notoriamente ebrio, jugador o
mendigo. 5.® Por comprar o vender sufragios en las elecciones, o tur­
bar el orden de ellas.
Art. 19. El derecho de ciudadanía se pierde: 1.a P or traición a la
causa pública. 2.® Por naturalizarse en país extranjero. 3.® Por haber
sufrido pena infamatoria o aflictiva en virtud de condenación judi­
cial, si no se obtiene rehabilitación del Cuerpo Legislativo. 4.® Por ad­
mitir empleo, título o emolumento de otro Gobierno, sin consentimien­
to de la Cámara de Censores.
180 CIRO FÉLIX TRIGO

T ít u l o c u a r t o .— Del poder electoral

Capítulo 1.*

D e las elecciones

A rt. 20.— El poder electoral lo ejercen inmediatamente los ciuda­


danos en ejercicio, nombrando por cada ciento un elector.
A rt. 21.— El ejercicio del poder electoral no podrá jamás ser sus­
penso; y los magistrados civiles, sin esperar orden alguna, convo­
car al pueblo precisamente en el período señalado por la ley.
Art. 22. Una ley especial detallará el reglamento de elecciones.

Capítulo 2."

Del cuerpo electoral

Art. 23.— El cuerpo electoral se compone de los electores nombra­


dos por los sufragantes populares.
A rt. 24. Para ser elector es indispensable, ser ciudadano en ejer­
cicio, y saber leer y escribir.
A rt. 2o. Cada cuerpo electoral durará cuatro años, al cabo de los
cuales cesará, dejando instalado al que le suceda.
A rt. 26. Los electores se reunirán todos los años, en la capital
de su respectiva provincia, los días 1, 2, 3, 4, 5 y 6 de abril, para ejer­
cer las atribuciones siguientes: 1.* Calificar a los ciudadanos que en­
tren en el ejercicio de sus derechos, y declarar la inhabilitación de
aquellos que estén en los casos de los artículos 18 y 19. 2.’ Nombrar,
por la primera vez, los individuos que han de componer las cámaras.
3.* E legir y proponer en terna: 1.® A las cámaras respectivas, los
miembros que han de renovarlas o llenar sus vacantes; 2.° al Senado,
los miembros de las cortes del distrito judicial a que pertenecen, y los
jueces de primera instancia; 3.® al prefecto del departamento, los ju e­
ces de paz que deban nombrarse. 4.“ Proponer: 1.® al Poder Ejecutivo,
de seis a diez candidatos para la prefectura de su departamento; otro3
tantos para el gobierno de su provincia, y para corregidores de sus
cantones y pueblos; 2.- al gobierno eclesiástico una lista de curas y
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 181

vicarios para las vacantes de su provincia. 5.* Recibir las actas de las
elecciones populares, examinar la identidad de los nuevos elegidos, y
declararlos nombrados constitucionalmente. 6.* Pedir a las cámaras
cuanto crean favorable al bienestar de los ciudadanos, y quejarse
de los agravios e injusticias que reciben de las autoridades consti­
tuidas.

T ít u l o q u i n t o .— D e l P o d e r L e g is l a t iv o

Capítulo 1.*

De la división, atribuciones y restricciones de este poder

Art. 27. El Poder Legislativo emana inmediatamente de los


cuerpos electorales nombrados por el pueblo: su ejercicio reside en
tres cámaras: 1.' de Tribunos. 2.5 de Senadores. 3.* de Censores.
A rt. 28. Cada cámara se compondrá de veinte miembros en los
primeros veinte años.
Art. 29. El día seis del mes de agosto de cada año, se reunirá por
sí mismo el Cuerpo Legislativo, sin esperar convocación.
Art. 30. Las atribuciones particulares de cada cámara, se deta­
llarán en su lugar, Son generales: l . 5 Nombrar al Presidente de la R e­
pública, y confirmar a los sucesores a pluralidad absoluta. 2.s A p ro ­
bar al Vicepresidente, a propuesta del Presidente. 3.* Elegir el lugar
en que deba residir el Gobierno, y trasladarse a otro cuando lo exijan
graves circunstancias, y lo resuelvan los dos tercios de los miembros
que componen las tres cámaras. 4.a Decidir en juicio nacional, si ha lu­
gar o no a la form ación de causa, a los miembros de las cámaras, al
Vicepresidente, y a los Ministros de Estado. 5.* Investir en tiempo de
guerra, o de peligro extraordinario, al Presidente de la República, con
las facultades que se juzguen indispensables para la salvación del E s­
tado. 6.a E legir entre los candidatos, que presenten en terna los cuer­
pos electorales, los miembros que deban llenar las vacantes en cada
cámara.
Art. 31. Los miebros del Cuerpo Legislativo podrán ser nom­
brados Vicepresidente de la República, o Ministros de Estado, dejan­
do de pertenecer a su cámara
18 2 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 32. Ningún individuo del Cuerpo Legislativo, podrá ser pre­
so durante su diputación, sino por orden de su respectiva Cámara;
a menos que sea sorprendido in fraganti en delito que merezca pena
capital.
A rt. 33. Los miembros del Cuerpo Legislativo, serán inviolables
por las opiniones que emitan dentro de sus cámaras, en el ejercicio
de sus funciones.
A rt. 34. Cada legislatura durará cuatro años, y cada sesión anual
dos meses. Estas se abrirán y cerrarán a un tiempo por las tres cá­
maras.
A rt. 35. La apertura de las sesiones se hará anualmente, con asis­
tencia del Presidente de la República, del Vicepresidente, y de los
Ministros de Estado.
Art. 36. Las sesiones serán públicas, y solamente los negocios de
Estado que exijan reserva, se tratarán en secreto,
A rt. 37. Los negocios en cada Cámara, se resolverán por la m ayo­
ría absoluta de votos de los miembros presentes.
Art. 38. Los empleados que sean nombrados diputados para el
Cuerpo Legislativo, serán sustituidos interinamente en el ejercicio
de sus empleos, por otros individuos.
A rt. 39. Son restricciones del Cuerpo Legislativo; 1.* No se po­
drá celebrar sesión en ninguna de las cámaras, sin que estén presentes
las dos terceras partes de los respectivos individuos que las com po­
nen ; y deberá compelerse a los ausentes para que concurran a llenar
sus deberes. 2.- Ninguna de las cámaras podrá iniciar proyecto de ley,
relativo a ramos que la Constitución comete a distinta Cámara; más
podrá invitar a las otras, para que tomen en consideración las m o­
ciones que ella les pase. 3.* Reunidas las cámaras extraordinariamen­
te, no podrán ocuparse de otros objetos, que aquellos para que fueron
convocadas por el Presidente de la República, o de los que éste les
proponga. 4.5 Ningún miembro de las cámaras podrá obtener durante
su diputación, sino el ascenso de escala en su carrera.
A rt. 40. Las cámaras se reunirán: 1 * A l abrir y cerrar sus se­
siones. 2.- Para examinar la conducta del Ministerio, cuando sea éste
acusado por la Cámara de Censores. 3.5 Para reveer las leyes devuel­
tas por el Poder Ejecutivo. 4.2 Cuando lo pida con fundamento, alguna
de las cámaras, como en el caso del artículo 30, atribución 3.*.— 5.*
Para confirm ar el empleo del Presidente, en el Vicepresidente.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 183

Art. 41. Cuando se reúnan las cámaras, las presidirá por turno
uno de sus presidentes. La reunión se hará en la Cámara de Censores,
-empezando la presidencia por el de ésta.

Capítulo 2.-

De la cámara de tribunos

A rt. 42. Para ser tribuno se requiere: 1.® Las mismas cualidades
-que para elector. 2.5 Ser nacido en Bolivia, o estar avecindado en ella
por seis años. 3.° No haber sido condenado jamás en causa criminal.
4.a Tener la edad de veintiocho años.
A rt. 43. E l tribunado tiene la iniciativa: 1.'- En el arreglo de la
división territorial de la República. 2.5 En las contribuciones anuales
y gastos públicos. 3.5 En autorizar al Poder Ejecutivo, para negociar
empréstitos, y adoptar arbitrios para extinguir la deuda pública. 4.*
En el valor, tipo, ley, peso y denominación de la moneda; y en el arre­
glo de pesos y medidas. 5.s En habilitar toda clase de puertos. 6.5 En la
construcción de caminos, calzadas, puentes, edificios públicos y en la
mejora de la policía, y ramos de industria. 7.a En los suelos de los
empleados del Estado. 8.c En las reformas que se crean necesarias,
en los ramos de hacienda y de guerra. 9.2 En hacer la guerra o la paz,
a propuesta del Gobierno. 10. En las alianzas. 11. En conceder el pase
a tropas extranjeras. 12. En las fuerzas armadas de mar y tierra para
el año, a propuesta del Gobierno. 13. En dar ordenanzas a la marina,
al ejército y milicia nacional, a propuesta del Gobierno. 14. En los ne­
gocios extranjeros. 15. En conceder cartas de naturaleza y de ciu­
dadanía. 16. En conceder indultos generales.
A rt. 44. La Cámara de Tribunos se renovará por mitad cada dos
años, y su duración será de cuatro. En la primera legislatura, la mi­
tad que salga a los dos años, será por suerte.
Art. 45. Los tribunos podrán ser reelegidos.
18 2 CIRO FÉLIX TRIGO

A rt. 32. Ningún individuo del Cuerpo Legislativo, podrá ser pre­
so durante su diputación, sino por orden de su respectiva Cámara;
a menos que sea sorprendido in fraganti en delito que merezca pena
capital.
A rt. 33. Los miembros del Cuerpo Legislativo, serán inviolables
p or las opiniones que emitan dentro de sus cámaras, en el ejercicio
de sus funciones.
Art. 34. Cada legislatura durará cuatro años, y cada sesión anual
dos meses. Estas se abrirán y cerrarán a un tiempo por las tres cá­
maras.
A rt. 35. La apertura de las sesiones se hará anualmente, con asis­
tencia del Presidente de la República, del Vicepresidente, y de los
Ministros de Estado.
Art. 36. Las sesiones serán públicas, y solamente los negocios de
Estado que exijan reserva, se tratarán en secreto,
A rt. 37. Los negocios en cada Cámara, se resolverán por la m ayo­
ría absoluta de votos de los miembros presentes.
A rt. 38. L os empleados que sean nombrados diputados para el
Cuerpo Legislativo, serán sustituidos interinamente en el ejercicio
de sus empleos, por otros individuos.
A rt. 39. Son restricciones del Cuerpo Legislativo; l." N o se po­
drá celebrar sesión en ninguna de las cámaras, sin que estén presentes
las dos terceras partes de los respectivos individuos que las compo­
nen ; y deberá compelerse a los ausentes para que concurran a llenar
sus deberes. 2 } Ninguna de las cámaras podrá iniciar proyecto de ley,
relativo a ramos que la Constitución comete a distinta Cámara; más
podrá invitar a las otras, para que tomen en consideración las m o­
ciones que ella les pase. 3.* Reunidas las cámaras extraordinariamen­
te, no podrán ocuparse de otros objetos, que aquellos para que fueron
convocadas por el Presidente de la República, o de los que éste les
proponga. 4.5 Ningún miembro de las cámaras podrá obtener durante
su diputación, sino el ascenso de escala en su carrera.
A rt. 40. Las cámaras se reunirán; l . 9 A l abrir y cerrar sus se­
siones. 2.“ Para examinar la conducta del Ministerio, cuando sea éste
acusado por la Cámara de Censores. 3.5 Para reveer las leyes devuel­
tas por el Poder Ejecutivo. 4.a Cuando lo pida con fundamento, alguna
de las cámaras, como en el caso del artículo 30, atribución 3.s.— 5.*
Para confirmar el empleo del Presidente, en el Vicepresidente.
LAS CONSTITUCIONES DE EOUVIA 18 3

Art. 41. Cuando se reúnan las cámaras, las presidirá por turno
■uno de sus presidentes. La reunión se hará en la Cámara de Censores,
empezando la presidencia por el de ésta.

Capítulo 2 “

De la cámara de tribunos

A rt. 42. Para ser tribuno se requiere: l.° Las mismas cualidades
-que para elector. 2.- Ser nacido en Bolivia, o estar avecindado en ella
por seis años. 3.5 No haber sido condenado jamás en causa criminal.
4.a Tener la edad de veintiocho años.
A rt. 43. El tribunado tiene la iniciativa: 1.- En el arreglo de la
división territorial de la República. 2.5 En las contribuciones anuales
y gastos públicos. 3.- En autorizar al Poder Ejecutivo, para negociar
empréstitos, y adoptar arbitrios para extinguir la deuda pública. 4.'
En el valor, tipo, ley, peso y denominación de la moneda; y en el arre­
glo de pesos y medidas. 5.5 En habilitar toda clase de puertos. 6.° En la
construcción de caminos, calzadas, puentes, edificios públicos y en la
m ejora de la policía, y ramos de industria. 7.5 En los suelos de los
empleados del Estado. 8.- En las reformas que se crean necesarias,
en los ramos de hacienda y de guerra. 9.8 En hacer la guerra o la paz,
a propuesta del Gobierno. 10. En las alianzas. 11. En conceder el pase
a tropas extranjeras. 12. En las fuerzas armadas de mar y tierra para
el año, a propuesta del Gobierno. 13. En dar ordenanzas a la marina,
al ejército y milicia nacional, a propuesta del Gobierno. 14. En los ne­
gocios extranjeros. 15. En conceder cartas de naturaleza y de ciu­
dadanía. 16. En conceder indultos generales.
A rt. 44. La Cámara de Tribunos se renovará por mitad cada dos
años, y su duración será de cuatro. En la primera legislatura, la mi­
tad que salga a los dos años, será por suerte.
A rt. 45. Los tribunos podrán ser reelegidos.
184 CIRO FÉLIX TRIGO

Capítulo 3.*

De la cámara de Senadores

Art. 46. Para ser senador es preciso tener: 1.® Las calidades re­
queridas para tribuno. 2.- La edad de treinta años cumplidos.
Art. 47. Las atribuciones del Senado son ¡ 1.‘ Formar los códigos
Civil, Criminal, de Procedimientos y de Comercio, y los reglamentos
eclesiásticos. 2.* Iniciar todas las leyes relativas a reformas en los
negocios judiciales. 3.* Velar sobre la pronta administración de justi­
cia en lo civil y criminal. 4.* La iniciativa de las leyes, que repriman
las infracciones de la Constitución y de las leyes, hechas por los ma­
gistrados, jueces y eclesiásticos. 5.’ E xigir la responsabilidad a los
tribunales superiores de justicia, a los prefectos, y a los magistrados
y jueces subalternos. 6.a Proponer en terna, a la Cámara de Censores,
los individuos que hayan de componer la Corte Suprema de Justicia,
los arzobispos, obispos, dignidades, canónicos y prebendados de las
catedrales. 7.’ A probar o rechazar los prefectos, gobernadores y co ­
rregidores, que el Gobierno le presente de los propuestos por los cuer­
pos electorales. 8.’ Elegir de la terna que le presenten los cuerpos elec­
torales, los jueces del distrito, y los subalternos de todo el departa­
mento de justicia. 9.! Arreglar el ejercicio del patronato, y dar proyec­
tos de ley sobre todos los negocios eclesiásticos que tienen relación
con el Gobierno. 10.® Examinar las decisiones conciliares, bulas, res­
criptos y breves pontificios, para aprobarlos o no.
Art. 48. La duración de los miembros del Senado, será de ocho
años, y se renovará por mitad en cada cuatrienio; debiendo salir p or
suerte la primera mitad de la primera legislatura.
Art. 49. Los miembros de! Senado podrán ser reelegidos.

Capítulo 4.®

De la Cámara de Censores

Art. 50. Para ser censor se necesita: 1.® Las calidades requeridas
para Senador. 2.® Tener treinta y cinco años cumplidos. 3.® No haber
sido jamás condenado ni por faltas leves.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 185

A rt. 51. Las atribuciones de la Cámara de Censores, son: 1.* V e­


lar si el Gobierno cumple y hace cumplir la Constitución, las leyes, y
los tratados públicos. 2.4 A cusar ante el Senado, las infracciones que
el E jecutivo haga de la Constitución, las leyes, y los tratados públi­
cos. 3.* Pedir al Senado la suspensión del Vicepresidente y Ministros
de Estado, si la salud de la República lo demandare con urgencia.
A rt. 52. A la Cámara de Censores pertenece exclusivamente acu­
sar al Vicepresidente y Ministros de Estado, ante el Senado, en los
casos de traición, concusión, o violación manifiesta de las leyes fun ­
damentales del Estado.
Art. 53. Si el Senado estimare fundada la acusación hecha por la
Cámara de Censores, tendrá lugar el juicio nacional; y si por el con­
trario el Senado estuviere por la negativa, pasará la acusación a la
Cámara de Tribunos.
Art. 54. Estando de acuerdo dos cámaras, debe abrirse el juicio
nocional.
Art. 55. Entonces se reunirán las tres cámaras, y en vista de los
documentos que presente la Cámara de Censores, se decidirá a plura­
lidad absoluta de votos, si ha o no lugar a la formación de causa al
Vicepresidente, o a los Ministros de Estado.
Art. 56. Luego que en juicio nacional se decrete que ha lugar
a la form ación de causa al Vicepresidente, o a los Ministros de Estado,
quedarán éstos en el acto suspensos de sus funciones, y las cámaras
pasarán todos los antecedentes a la Corte Suprema de Justicia, la cual
conocerá exclusivamente de la causa; y el fallo que pronunciare se
ejecutará sin otro recurso.
A rt. 57. Luego que las cámaras declaren que ha lugar a la fo r ­
mación de causa al Vicepresidente, y Ministros de Estado, el Presi­
dente de la República presentará a las cámaras reunidas, un candidato
para la Vicepresidencia interina, y nombrará interinamente Ministros
de Estado. Si el primer candidato fuere rechazado a pluralidad abso­
luta del cuerpo legislativo, el presidente presentará segundo candi­
d ato; y si éste fuere igualmente rechazado presentará tercer candi­
dato, y si éste fuere igualmente rechazado entonces las cámaras ele­
girán por pluralidad absoluta, en el término de veinticuatro horas
precisamente, uno de los tres candidatos propuestos por el Presidente.
A rt. 58. El Vicepresidente interino ejercerá desde aquel acto sus
funciones, hasta el resultado del juicio contra el propietario.
186 CIRO FÉLIX TRIGO

A rt. 59. Por una ley que tendrá origen en la Cámara de Censo­
res, se determinarán los casos en que el Vicepresidente, y Ministros
de Estado, son responsables en común, o en particular.
A rt. 60. Corresponde además, a la cámara de censores: 1.® E sco­
ger de la terna que remita el Senado, los individuos que deban form ar
la Corte Suprema de Justicia, y los que se han de presentar para los
arzobispos, obispados, canongías y prebendas vacantes. 2." Todas las
leyes de imprenta, economía, plan de estudios y método de enseñanza
pública. 3.3 Proteger la libertad de imprenta, y nombrar los jueces que
deben ver en última apelación los juicios de ella. 4.5 Proponer regla­
mentos, para el fomento de las artes y de las ciencias de ella. 4.a Pro­
poner reglamentos, para el fomento de las artes y de las ciencias. 5.s
Conceder premios y recompensas nacionales a los que las merezcan
por su servicio a la República. 6.5 Decretar honores públicos a la me­
moria de los grandes hombres, y a las virtudes y servicios de los
ciudadanos. 7.a Condenar a oprobio eterno a los usurpadores de la
autoridad pública, a los grandes traidores y a los criminales insignes.
8.a Conceder a los bolivianos la admisión de empleos, títulos y emolu­
mentos que les acordare otro gobierno, cuando por sus servicios lo
merezcan.
A rt. 61. Los censores serán vitalicios.

Capítulo 5.a

De la formación y <
p romulgación de las leyes

A rt. 62. E l Gobierno puede presentar a las cámaras, los pro­


yectos de la ley que juzgue convenientes.
A rt. 63. E l Vicepresidente y los Ministros de Estado, pueden asis­
tir a las sesiones y discutir las leyes y los demás asuntos; mas no po­
drán votar, ni estar presentes en las votaciones.
A rt. 64. Cuando la Cámara de Tribunos adopte un proyecto de
ley, lo remitirá al Senado con la siguiente fórm ula: “ La Cámara de
Tribunos remite a la de Senadores el adjunto proyecto de ley; y cree
que tiene lugar” .
Art. 65. Si la Cámara de Senadores aprueba el proyecto de ley,
lo devolverá a la Cámara de Tribunos con la siguiente fórm ula: “ E l
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 187

Senado devuelve a la Cámara de Tribunos el proyecto de Ley (con re­


form a o sin ella) y cree que debe pasarse al Ejecutivo para su eje­
cución” .
A rt. 66. Todas las cámaras en igual caso observarán esta misma
fórmula.
A rt. 67. Si una cámara no aprobase las reformas o adiciones de
otra, y todavía la cámara proponente juzgase que el proyecto, tal cual
lo propuso, es ventajoso, podrá invitar por medio de una diputación
de tres miembros a la reunión de las dos cámaras, para discutir aquel
proyecto, o la reforma o negativa que se le haya dado. Esta reunión
de cámaras, no tendrá más objeto que el de entenderse, y cada una vol­
verá a adoptar las deliberaciones que tenga por conveniente.
A rt. 68. Adoptado el proyecto por dos cámaras, se dirigirán al
Presidente de la República, dos copias firmadas por el presidente y
secretarios de la cámara a que corresponde la ley, con la siguiente
fórm u la: “ La cámara d e ............con aprobación de la d e ............. dirige
al Poder Ejecutivo la ley sobre ........... para que se promulgue” .
Art. 69. Si la Cámara de Senadores se denegase a adoptar el pro­
yecto de la de Tribunos, lo pasará a la de Censores, con la siguiente
fórm ula: “ La Cámara de Senadores remite a la de Censores el pro­
yecto adjunto; y cree que no es conveniente” . Entonces lo que deter­
mine la Cámara de Censores, será definitivo.
A rt. 70. Los proyectos de ley que tuviesen origen en el Senado,
pasarán a la Cámara de Censores; y si fueren allí aprobados, tendrán
fuerza de ley. Si los Censores no aprobaren el proyecto de ley, pasará
a la Cámara de Tribunos, y su decisión se cumplirá, como se ha dicho
con respecto a esta Cámara. ,
Art. 71. Los proyectos de ley iniciados en la Cámara de Censo­
res, pasarán al Senado: la sanción de éste tendrá fuerza de le y ; mas
en caso de negar su ascenso al proyecto, se pasará éste al Tribunado,
el cual dará o negará su sanción, como en el caso de los artículos an­
teriores.
A rt. 72. Si el presidente de la República creyese que la ley no es
conveniente, deberá en el término de diez días cumplidos, devolver a la
Cámara que la dió, con sus observaciones, y la fórmula siguiente: “El
Epecutivo cree que debe considerarse de nuevo” .
Art. 73. Las leyes que se dieren en los últimos diez días de las
sesiones, podrán ser retenidas por el Poder Ejecutivo, hasta las pró­
188 CIRO FÉLIX TRIGO

ximas sesiones; y entonces deberá devolverlas con sus observaciones


A rt. 74. Cuando el Poder E jecutivo devuelva las leyes con ob­
servaciones a las Cámaras, se reunirán éstas, y lo que decidieren a plu­
ralidad se cumplirá, sin otra discusión ni observación.
Art. 75. Si el Poder E jecutivo no tuviere que hacer observaciones
a las leyes, las mandará publicar con esta fórm ula: “Ejecútese” .
Art. 76. Las leyes se promulgarán con esta fórm ula: “N. de N.
Presidente Constitucional de la República Boliviana; hacemos saber
a todos los bolivianos: que el cuerpo Legislativo decretó, y Nos publi­
camos la siguiente ley: (aquí el texto de la ley). Mandamos, por tanto,
a todas las autoridades de la República, la cumplan y hagan cumplir” .
El Vicepresidente la hará imprimir, publicar, y circular a quienes co­
rresponda. Y la firmará el Presidente, con el Vicepresidente, y el res­
pectivo Ministro de Estado.

T ít ü l o sexto

Del Poder Ejecutivo

Art. 77. E l ejercicio del Poder Ejecutivo reside en un Presidente


vitalicio, un Vicepresidente, y tres Ministros de Estado.

Capítulo I

Del Presidente

Art. 78. E l Presidente de la República será nombrado la primera


vez por el Congreso Constituyente, a propuesta de los colegios electo­
rales.
Art. 79. Para ser nombrado Presidente de la República, se re­
quiere: 1.' Ser ciudadano en ejercicio, y natural de Bolivia. 2.9 P rofe­
sar la religión de la República. 3.“ Tener más de treinta años de edad.
4.' Haber hecho servicios importantes a la República. 5.5 Tener talen­
tos conocidos en la administración del Estado. 6.a No haber sido con­
denado jamás por los tribunales, ni aun por faltas leves.
Art. 80. El Presidente de la República, es el je fe de la adminis­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA ,1 8 3

tración del Estado, sin responsabilidad por los actos de dicha admi­
nistración.
A rt. 81. Por renuncia, muerte, enfermedad o ausencia del Pre­
sidente de la República, el Vicepresidente le sucederá en el mismo
acto.
A rt. 82. A falta del Presidente y Vicepresidente de la República,
se encargarán interinamente de la administración del Estado, los Mi­
nistros, debiendo presidir el más antiguo en ejercicio, hasta que se
reúna el cuerpo Legislativo.
Art. 83. Las atribuciones del Presidente de la República, son:
1.* A brir las sesiones de las Cámaras, y presentarles un mensaje sobre
el estado de la República. 2." Proponer a las Cámaras el Vicepresi­
dente y nombrar por si solo los Ministros del despacho. 3.* Separar
por si solo al Vicepresidente, y a los Ministros del despacho, siempre
que lo estime conveniente. 4.* Mandar publicar, circular, y hacer guar­
dar las leyes. 5.“ Autorizar los reglamentos y órdenes para el m ejor
cumplimiento de la Constitución, las leyes y los tratados públicos.
6.5 Cumplir y hacer cumplir las sentencias de los tribunales de justicia.
7.5 Pedir al Cuerpo Legislativo la prorrogación de sus sesiones ordi­
narias, hasta por 30 días. 8.* Convocar el cuerpo Legislativo para se­
siones extraordinarias, en el caso de que sea absolutamente necesa­
rio. 9.‘ Disponer de la fuerza permanente de mar y tierra, para la de­
fensa exterior de la República. 10.’ Mandar los ejércitos de la Re­
pública en paz y guerra; y en persona, cuando lo crea conveniente.
Cuando el Presidente se ausente de la capital para mandar el ejército,
quedará el Vicepresidente encargado del mando de la República. 11.*
Cuando el Presidente dirija la guerra en persona, podrá residir en
todo el territorio ocupado por las armas nacionales. 12.* Disponer de
la milicia nacional para la seguridad interior, dentro de los límites
de sus departamentos; y fuera de ellos, con consentimiento del Cuer­
po Legislativo. 13.* Nombrar todos los empleados del ejército y ma­
rina. 14.* Establecer escuelas militares, y escuelas náuticas. 15.* Man­
dar establecer hospitales militares, y casas de inválidos. 16.* Dar re­
tiros y lecencias, conceder las pensiones de los militares y de sus fa ­
milias, conforme a las leyes; y arreglar según ellas, todo lo demás con­
siguiente a este ramo. 17.* Declarar la guerra en nombre de la Repú­
blica, previo el decreto del Cuerpo Legislativo. 18.’ Conceder paten­
tes de corso. 19.* Cuidar de la recaudación, e inversión de las contri­
190 CIKO FÉLIX TRIGO

buciones, con arreglo a las leyes. 20.* Nombrar los empleados de ha­
cienda. 21.* Dirigir las negociaciones diplomáticas y celebrar tratados
de paz, amistad, federación, alianzas, treguas, neutralidad, armada,
comercio y cualesquier otros; debiendo preceder siempre la aproba­
ción del cuerpo Legislativo. 22.* Nombrar los Ministros públicos, cón­
sules y subalternos del departamento de Relaciones Exteriores. 23.*
R ecibir Ministros extranjeros. 24.* Conceder el pase o suspender las
decisiones conciliares, bulas pontificias, breves y rescriptos, con anuen­
cia del poder a quien corresponda. 25.* Presentar al Senado para su
aprobación, uno de los candidatos propuestos por el cuerpo electoral,
para prefectos, gobernadores y corregidores. 26.* Presentar al go­
bierno eclesiástico uno de la terna que le pase éste, de los candidatos
propuestos por el cuerpo electoral, para curas y vicarios de sus pro­
vincias. 27.* Suspender hasta por tres meses a los empleados, siem­
pre que tengan causa para ello. 28.* Conmutar las penas capitales en
destierro de diez años, o extrañamiento perpetuo del territorio de la
República. 29.* Expedir a nombre de la República, los títulos o nom­
bramientos a todos los empleados.
Art. 84. Son restricciones del Presidente de la República: 1.* El
Presidente no podrá privar de su libertad a ningún boliviano, ni im­
ponerle por sí pena alguna. 2.“ Cuando la seguridad de la República
exija el arresto de uno o más ciudadanos, no podrá pasar de cuarenta
y ocho horas, sin poner al acusado a disposición del Tribunal o juez
competente. 3.* No podrá privar a ningún individuo de su propiedad,
sino en el caso que el interés público lo exija con urgencia; pero de­
berá preceder una justa indemnización al propietario. 4.s No podrá
impedir las elecciones, ni las demás funciones que por las leyes com­
peten a los poderes de la República. 5.* No podrá ausentarse del te­
rritorio de la República, sin permiso del Cuerpo Legislativo.

Capítulo n

Del Vicepresidente

A rt. 85. El Vicepresidente es nombrado por el Presidente de la


República, y aprobado por el Cuerpo Legislativo del modo que se ha
dicho en el artículo 57.
LAS CONSTITUCIONES D2 BOLIVIA 191

Art. 86. Una ley especial de sucesión comprenderá todos los ca­
sos que puedan ocurrir.
Art. 87. Para ser Vicepresidente es necesario haber nacido en S o ­
livia y tener las demás calidades que se requieren para Presidente.
A rt. 88. El Vicepresidente de la República es el Jefe del Ministerio.
Art. 89. Será responsable, con el Ministro del despacho del depar­
tamento respectivo, de la administración del Estado.
A rt. 90. Despachará y firm ará a nombre de la República y del Pre­
sidente, todos los negocios de la administración con el Ministro de
Estado del departamento respectivo.
Art. 91. No podrá ausentarse del territorio de la República, sin
permiso del Cuerpo Legislativo.

Capítulo i n

D e los Ministros de Estado

A rt. 92. Habrá tres Ministros del despacho: El uno se encargará


de los departamentos del Interior y Relaciones E xteriores; el otro
del de Hacienda; y el tercero del de Guerra y Marina.
Art. 93. Estos tres Ministros despacharán bajo las órdenes in­
mediatas del Vicepresidente.
Art. 94. Ningún tribunal, ni persona pública dará cumplimiento
a las órdenes del Ejecutivo, que no estén firmadas por el Vicepresi­
dente y Ministro del respectivo departamento.
Art. 95. En caso de impedimiento del Vicepresidente, las órde­
nes del Ejecutivo se rubricarán por el Presidente.
A rt. 96. Los Ministros del despacho serán responsables con el
Vicepresidente, de todas las órdenes que autoricen contra la Cons­
titución, las leyes, y los tratados públicos.
Art. 97. Formarán los presupuestos anuales de los gastos que
deban hacerse en sus respectivos ram os; y rendirán cuenta de los que
se hubieren hecho en el año anterior.
Art. 98. Para ser Ministro de Estado se requiere: 1.° Ser ciuda­
dano en ejercicio. 2." Tener treinta años cumplidos. 3.° No haber sido
jamás condenado en causa criminal.
192 CIRO FÉLIX TRIGO

T ít u l o s é p t i m o .— D el poder j u d ic ia l

Capítulo I

A tribuciones de este poder

A rt. 99. La facultad de juzgar pertenece exclusivamente a los


tribunales establecidos por la ley.
A rt. 100. Durarán los magistrados y jueces tanto, cuanto dura­
ren sus buenos servicios.
Art. 101. Los magistrados y jueces no pueden ser suspendidos
<ie sus empleos, sino en los casos determinados por las leyes.
A rt. 102. Toda falta grave de los magistrados y jueces en el
desempeño de sus respectivos cargos, produce acción popular, la cual
puede intentarse en todo el término de un año, o por el órgano del
cuerpo electoral, o inmediatamente por cualquier boliviano.
A rt. 103. Los magistrados y jueces son responsables personal­
mente. Una ley especial determinará el modo de hacer efectiva esta
responsabilidad.
Art. 104. Ni el Gobierno, ni los tribunales, podrán en ningún
caso alterar ni dispensar los trámites y fórmulas que prescriben la3
leyes, en las diversas clases de juicio.
Art. 105. Ningún boliviano podrá ser juzgado en causas civiles
y criminales, sino por el tribunal competente designado con anterio­
ridad por la ley.
Art. 106. La justicia se administrará en nombre de la Nación;
y las ejecutorias y provisiones de los tribunales superiores, se enca­
bezarán del mismo m oda

Capitulo II

De la Corte Suprema

A rt. 107. La primera magistratura judicial del Estado, residirá


en la Corte Suprema de Justicia.
Art. 108. Esta se compondrá de un Presidente, seis vocales y un
fiscal divididos en las salas convenientes.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 193

A rt. 109. Para ser individuo de la Corte Suprema de Justicia se


requiere: 1." La edad de treinta y cinco años. 2.° Ser ciudadano en
ejercicio. 3.° Haber sido individuo de alguna de las Cortes de distrito
judicial; y mientras éstas se organizan, podrán serlo, los abogados
que hubieren ejercido con crédito su profesión por diez años.
Art. 110. Son atribuciones de la Suprema Corte de Justicia:
1 • Conocer de las causas criminales del Vicepresidente de la Repú­
blica Ministros de Estado y miembros de las Cámaras; cuando de­
cretare el Cuerpo Legislativo haber lugar a formarles causa. 2.* Co­
nocer de todas las causas contenciosas de patronato nacional. 3.* E xa­
minar las bulas, breves y rescriptos, cuando versen sobre materias
civiles. 4.“ Conocer de las causas contenciosas de los Embajadores,
Ministros residentes, cónsules y agentes diplomáticos. 5.* Conocer de
las causas de separación de los magistrados de las Cortes de distrito
judicial, y prefectos departamentales. 6.“ Dirimir las competencias de
las Cortes de distrito entre sí, y las de éstas con las demás autorida­
des. 7.“ Conocer en tercera instancia de la residencia de todo empleado
público. 8.* Oír las dudas de los demás tribunales sobre la inteligen­
cia de alguna ley, y consultar al Ejecutivo para que promueva la con­
veniente declaración en las Cámaras. 9.* Conocer de los recursos de
nulidad, que se interpongan contra las sentencias dadas en última
instancia por las Cortes de distrito. 10. Examinar el estado y pro­
greso de las causas civiles y criminales pendientes en las Cortes de
distrito, por los medios que la ley establezca. 11. E jercer por último,
la alta facultad directiva, económica y correccional, sobre los tribu­
nales y juzgados de la Nación.

Capítulo DI

De las Cortes de D istrito Judicial

Art. 111. Se establecerán Cortes de Distrito Judicial, en aquellos


departamentos que el Cuerpo Legislativo juzgue convenir.
A rt. 112. Para ser vocal de estas Cortes es necesario: 1.° Tener
treinta años cumplidos. 2.° Ser ciudadano en ejercicio. 3. Haber sido
juez de letras, o ejercido la abogacía con crédito por ocho años.
Art. 113. Son atribuciones de las Cortes de Distrito Judicial:
194 CIRO FÉLIX TRIGO

1.* Conocer en segunda y tercera instancia, de todas las causas civi­


les y criminales del fuero común, hacienda pública, comercio, minería
presas y comisos, en consorcio de un individuo de cada una de estas
profesiones en calidad de 'conjuez. 2.“ Conocer de las competencias
entre todos los jueces subalternos de su distrito judicial. 3.* Conocer
de los recursos de fuerza, que se introduzcan de los tribunales y auto­
ridades eclesiásticas de su territorio.

Capítulo IV

Partidos Judiciales

A rt. 114. En las provincias se establecerán partidos judiciales


proporcionalmente iguales, y en cada capital de partido habrá un juez
de letras, con el juzgado que las leyes determinen.
A rt. 115. Las facultades de estos jueces se reducen a lo conten­
cioso, y pueden conocer sin apelación en los negocios civiles, hasta la
cantidad de doscientos pesos.
A rt. 116. Para ser juez de letras, se requiere: 1.” La edad de
veintiocho años. 2.° Ser ciudadano en ejercicio. 3.° Ser abogado reci­
bido en cualquier tribunal de la República. 4.° Haber ejercido la pro­
fesión seis años, con crédito.

Capítulo V

De la administración de Justicia

A rt. 117. Habrá jueces de paz en cada pueblo para las concilia­
ciones; no debiéndose admitir demanda alguna civil o c r im in al de
■injurias, sin este previo requisito.
A rt. 118. El ministerio de los conciliadores se limita a oír las
solicitudes de las partes, instruirlas de sus derechos, y procurar entre
ellas un acomodamiento prudente.
A rt. 119. Las acciones fiscales no admiten conciliación.
A rt. 120. No se conoce más que tres instancias en los juicios.
A rt. 121. Queda abolido el recurso de injusticia notoria.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 195

Art. 122. Ningún boliviano puede ser preso, sin precedente in­
form ación del hecho, por el que merezca pena corporal, y un manda­
miento escrito del juez ante quien ha de ser presentado; excepto en
los casos de los artículos 84, restricción 2.*, 124 y 139.
A rt. 123. A cto continuo, si fuere posible, deberá dar su declara­
ción sin juramento, no difiriéndose ésta en ningún caso, por más tiem­
po que el de cuarenta y ocho horas.
A rt. 124. En fraganti todo delincuente puede ser arrestado por
cualquier persona, y conducido a la presencia del juez.
A rt. 125. En las causas criminales el juzgamiento será público;
reconocido el hecho y declarado por jurados (cuando se establezcan)
y la ley aplicada por los jueces.
Art. 126. No se usará jamás del tormento, ni se exigirá confe­
sión por apremio.
Art. 127. Queda abolida toda confiscación de bienes, y toda pena
cruel y de infamia trascendental. El Código Criminal limitará, en
cuanto sea posible, la aplicación de la pena capital.
Art. 128. Si en circunstancias extraordinarias, la seguridad de la
República exigiere la suspensión de algunas de las formalidades pres­
critas en este capítulo, podrán las cámaras decretarla; y si éstas no
se hallasen reunidas, podrá el Ejecutivo desempeñar esta misma fun ­
ción, como medida provisional, y dará cuenta de todo en la próxima
apertura de las cámaras, quedando responsable de los abusos que
haya cometido.

T ít u l o octavo

Del régimen interior de la República

Capítulo único

Art. 129. El Gobierno superior político de cada departamento,


residirá en un prefecto.
A rt. 130. El de cada provincia en un gobernador.
A rt. 131. El de los cantones en un corregidor.
Art. 132. Para ser prefecto o gobernador, se requiere: 1.° Ser
ciudadano en ejercicio. 2.° La edad de treinta años cumplidos. 3.° No
haber sido condenado en causa criminal.
196 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 133. En todo pueblo donde el número de sus habitantes, por


sí, y en su comarca, no baje de cien almas, ni pase de dos mil, habrá
un juez de paz.
Art. 134. Donde el vecindario, en el pueblo y su comarca, pase de
dos mil almas, habrá por cada dos mil, un juez de p az; si la fracción
pasase de quinientas, habrá otro.
Art. 135. El destino de juez de paz es concejil; y ningún ciuda­
dano, sin causa justa, podrá eximirse de desempeñarlo.
Art. 136. Los prefectos, gobernadores y corregidores, durarán en
el desempeño de sus funciones por el término de cuatro años, y podrán
ser reelegidos.
A rt. 137. Los jueces de paz se renovarán cada año y no podrán
ser reelegidos! sino pasados dos.
Art. 138. Las atribuciones de los prefectos, gobernadores y co­
rregidores, serán determinadas por la ley, para mantener el orden y
seguridad pública, con subordinación gradual al gobierno supremo.
Art. 139. Les está prohibido todo conocimiento judicial; pero si
la tranquilidad pública exigiere la aprehensión de algún individuo, y
las circunstancias no permitieren ponerlo en noticia del juez respec­
tivo, podrán ordenarla desde luego, dando cuenta al juzgado que
compete, dentro de cuarenta y ocho horas. Cualquier exceso que co­
metan estos empleados, relativo a la seguridad individual, o a la del
domicilio, produce acción popular.
Art. 140. Los empleados públicos son estrictamente responsa­
bles de los abusos que cometieren en el ejercicio de sus funciones.

T ít u l o n o v e n o

De la fuerza armada

Capítulo único

A rt. 141. Habrá en la República una fuerza armada perma­


nente.
Art. 142. La fuerza armada se compondrá del ejército de línea,
y de una escuadra.
Art. 144. Habrá también un resguardo militar cuya principal
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 197

incumbencia será impedir todo comercio clandestino. P or un regla­


mento especial se detallará la organización, y constitución peculiar
de este cuerpo.

TÍTULO DÉCIMO

Reform a de la Constitución

Capítulo único

A rt. 145. Si pasados diez años después de jurada la Constitu­


ción, se advirtiere que algunos de sus artículos merecen reforma, se
hará la proposición por escrito, firmada por una tercera parte, al
menos, de la Cámara de Tribunos, y apoyada por las dos terceras
partes de los miembros presentes en la Cámara.
A rt. 146. La proposición será leída por tres veces, con el inter­
valo de seis días de una a otra lectura, y después de la tercera, deli­
berará la Cámara de Tribunos, si la proposición podrá ser o no admi­
tida; siguiéndose en todo lo demás, lo prevenido para la formación
de las leyes.
Art. 147. Admitida a discusión, y convencidas las cámaras de la
necesidad de reformar la Constitución, se expedirá una ley, por la
cual se mandará a los cuerpos electorales, confieran a los diputados
de las tres cámaras, poderes especiales para alterar o reformar la
Constitución, indicando las bases sobre que deba recaer la reforma.
Art. 148. En las primeras sesiones de la legislatura siguiente, a
la en que se hizo la m oción sobre alterar o reformar la Constitución,
será la materia propuesta y discutida; y lo que las cámaras resuel­
van, se cumplirá, consultado el Poder Ejecutivo sobre la convenien­
cia de la reforma.

TÍTULO ONCE

D e las garantías

Capítulo único

A rt. 149. La Constitución garantiza a todos los bolivianos su


libertad civil, su seguridad individual, su propiedad, y su igualdad
ante la ley, ya premie, ya castigue.
198 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 150. Todos pueden comunicar sus pensamientos de palabra


o por escrito, y publicarlos por medio de la imprenta, sin previa cen­
sura, pero bajo la responsabilidad que la ley determine.
A rt. 151. Todo boliviano puede permanecer, o salir del territo­
rio de la República, según le convenga, llevando consigo sus bienes-
pero guardando los reglamentos de policía, y salvo siempre el dere­
cho de tercero.
A rt. 152. Toda casa de boliviano es un asilo inviolable: de noche
no se podrá entrar en ella, sino por su consentimiento; y de día sólo
se franqueará su entrada, en los casos, y de la manera que deter­
mine la ley.
A rt. 153. Las contribuciones se repartirán proporcionalmente,
sin ninguna excepción ni privilegio.
A rt. 154. Quedan abolidos los empleos y privilegios hereditarios,
y las vinculaciones; y son enajenables todas las propiedades, aunque
pertenezcan a obras pías, a religiones, o a otros objetos.
A rt. 155. Ningún género de trabajo, industria o comercio, puede
ser prohibido; a no ser que se oponga a las costumbres públicas, a la
seguridad, y a la salubridad de los bolivianos.
A rt. 156. Todo inventor tendrá la propiedad de sus descubri­
mientos, y de sus producciones. La ley le asegurará un privilegio ex­
clusivo temporal, o el resarcimiento de la pérdida que tenga, en el
caso de publicarlo.
A rt. 157. Los poderes constitucionales no podrán suspender la
Constitución, ni los derechos que corresponden a los bolivianos, sino
en los casos, y circunstancias expresadas en la misma Constitución,
señalando indispensablemente el término que deba durar la suspensión.
Dada en la sala de sesiones en Chuquisaca, a los seis días del mes
de noviembre del año de mil ochocientos veintiséis.— Eusebio Gutié­
rrez, diputado por La Paz, Presidente.— Mariano del Callejo, diputado
por Potosí, Vicepresidente.— José María Pérez de Urdininea, diputa­
do por Oruro, Vicepresidente.— Manuel José de Asín, diputado por La
Paz.— Mariano Guzmán, diputado por Cochabamba.— Mariano Ca­
brera, diputado por Cochabamba.— Esteban Salinas, diputado por La
Paz.— Antonio Vicente Seoane, diputado por Santa Cruz.— José Eus­
taquio Eguivar, diputado por Potosí.— José Gabriel de Gumucio, di­
putado por Cochabamba.— Juan Manuel Mercado, diputado por Oruro.
Francisco Javier de Orihuela, diputado por Cochabamba. — Justo
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 199

\iariscal diputado por C och abam ba.-José Manuel Loza, diputado


La Paz — José María Dalence, diputado por Oruro.— Manuel Pa-
I Z dioutado por La P a z .-M e lch o r Daza, diputado por P o t o s í.-J o s é
Manuel del Castillo, diputado por La Paz.— José M ana de A ^ irre-
nor T a riia — Nicolás Dorado, diputado por Potosí.— Miguel
« „ Í i A - S diputado por Santa C m - M a n u . l José JuaH-
“ “ ‘o l u t a d o por Santa C ru z.-C asim iro Calderón, diputado por La
P a z - I jo s é Ignacio de Sanjinés, diputado por Potosí.— José Monje,
/Tnñtado por La P a z — Francisco Ramires, diputado por Cochabam-
k a __ S e b a s t iá n de Irigóyen, diputado por Cochabamba.— Matías Oro-
sa diputado por La Paz.— Casimiro Olañeta, diputado por Chuquisa .
José Fernando de Aguirre, diputado por T an ja.— Manuel María
cullu, dioutado por C huquisaca.-Juan Crisóstomo Unzueta, diputa
por Cochabamba.— Pascual Romero, diputado por C h u q u is a c a .-1 £ -
L e l Anselmo de López, diputado por Santa C ru z.-M a n u el Martin,
diputado por Potosí .-M ig u e l del Carpió, diputado por P o to s i.-M a -
nuel Molina, diputado por P o to s í.-J o s é María Bozo, diputado por
Santa C r u z .— Melchor León de la Barra, diputado por La P a z .-M a -
riano Enrique Calvo, diputado por C huqu isaca.-M an an o C h o n ­
tes, diputado por Chuquisaca, S e c re ta n o .-J o s e M an a Salinas,

^ P a l a c i o de Gobierno en Chuquisaca, a 19 de noviembre de 1 8 2 6 .-


16.“ de la Independencia.
Ejecútese, imprímase, publíquese y circúlese.
Las autoridades civiles y militares de la República, ios tribui -
les las corporaciones, y todos los bolivianos de cualquier clase y diB-
nidad guardarán y harán guardar, observar y cumplir en todas sus
partes la Constitución inserta como ley fundamental de la República

80 D Í Z f i » . a d a , aeOada con el aello do ,a Repub:lica y


por los Ministros del Despacho. — Antonio José de Suc . y
sello.— El Ministro del Interior y Relaciones E xtenores Facund<^> In-
fante.— E l Ministro de Guerra, Agustín J e ra ld m o .-E l Mmist
Hacienda, Juan de Bernabé y Madero.
'

CON STITU CIO N POLITICA DE 1831

Andrés Santa Cruz, Gran ciudadano, Restaurador de la Patria, y


Presidente de la República Boliviana, etc.

Hacemos saber a todos los bolivianos, que la Asamblea General


Constituyente ha decretado, y Nos publicamos la siguiente Constitu­
ción Política.
En nombre de Dios, legislador del Universo.
La Nación boliviana, por medio de sus representantes legítima­
mente reunidos en Asamblea General Constituyente, reformando la
Constitución Política sancionada en 6 de noviembre de 1826, decreta
la siguiente:

T ít u l o p r im e r o

D e la Nación

Capítulo 1.®

D e la Nación Boliviana

Art. 1.® La Nación boliviana es para siempre libre e indepen­


diente: no puede ser el patrimonio de ninguna persona ni familia. El
nombre de Bolivia es inalterable.
Art. 2.® La soberanía reside esencialmente en la N ación; y a ella
sola le toca el derecho exclusivo de dictar, derogar e interpretar sus
leyes, conform e a esta Constitución.
20 2 CIRO FÉLIX TRIGO

Capítulo 2.'

Del Territorio

Art. 3.° El territorio de la Nación boliviana comprende los de­


partamentos de Potosí, Chuquisaca, La Paz, Santa Cruz, Cochabamba'
y Oruro, y las provincias Litoral y de Tarija.
Art. 4.° Se divide en departamentos, provincias y cantones.
Art. 5.° Por una ley se hará la división más conveniente, y por
otra se fijarán sus límites, de acuerdo con los estados limítrofes.

T ít u l o seg u n d o

De la religión

Capítulo único

Art. 6.° La Religión Católica, Apostólica, Romana es la de la


República, con exclusión de todo otro culto público. El Gobierno la
protegerá y hará respetar, reconociendo el principio de que no hay
poder humano sobre las conciencias.

T ít u l o tercero

D el Gobierno

Capítulo 1.°

D e la form a de Gobierno

A rt. 7.° El Gobierno de Bolivia es republicano, popular repre­


sentativo, bajo la forma de unidad.
A rt. 8.” La Nación delega el ejercicio de su soberanía en los tres
altos poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
Art. 9.° Cada poder ejercerá las atribuciones que le señala esta
Constitución, sin excederse de los límites que ella prescribe.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 203

Capítulo 2 °

De los bolivianos

Art. 10. Son bolivianos: 1.' Todos los nacidos en el territorio de


Bolivia. 2.® Los hijos de padre o madre bolivianos, nacidos fuera del
territorio, luego que manifiesten legalmente su voluntad de domici­
liarse en Bolivia. 3.° Los extranjeros que obtengan carta de natura­
leza, o tengan tres años de vecindad en el territorio de la República.
Art. 11. Son deberes de todo boliviano: 1.“ V ivir sometidos a la
Constitución y a las leyes. 2.°- Respetar y obedecer a las autoridades
constituidas. 3.“ Contribuir a los gastos públicos, con proporción a sus
bienes. 4.° Velar sobre la conservación de las libertades públicas.
5 5 Sacrificar sus bienes, y su vida misma, cuando lo exija la salud de
la República.

Capítulo 3."

D e los ciudadanos

Art. 12. Son ciudadanos de Bolivia: 1.° Los bolivianos casados, o


mayores de veintiún años que profesen alguna industria, ciencia o
arte, sin sujeción a otro en clase de sirviente doméstico. 2.° Los ex­
tranjeros casados con boliviana, que reúnan las calidades del número
anterior. 3.° Los extranjeros solteros, que tengan cuatro años de ve­
cindad en la República, y las mismas condiciones. 4.° Los extranjeros
que están al servicio de la República, y los que combatieren en su
defensa. 5.° Los extranjeros que obtengan carta de ciudadanía.
Art. 13. Sólo los que sean ciudadanos en ejercicio pueden obtener
empleos y cargos públicos.
Art. 14. El ejercicio de la ciudadanía se suspende: 1.® P or de­
mencia. 2.® Por la tacha de deudor fraudulento declarado tal. 3.® Por
hallarse procesado criminalmente por delito que merezca pena corpo­
ral o infamante. 4.® Por ser notoriamente ebrio, jugador o mendigo.
Art. 15. El derecho de ciudadanía se pierde: 1.® Por traición a
la causa pública. 2.® Por naturalizarse en país extranjero. 3.® Por
haber sufrido pena corporal o infamante, en virtud de condenación
204 CIRO FÉLIX TRIGO

judicial. 4.° Por admitir empleos, títulos o emolumentos de otro Go­


bierno, sin consentimiento del Senado.
A rt. 16. Los comprendidos en el artículo anterior, podrán ser
rehabilitados por la Cámara de Representantes.

T ít u l o c u a r t o .— Del p o d e r l e g is l a t i v o

Capítulo 1.°

De la división, atribuciones y restricciones de este poder

A rt. 17. E l Poder Legislativo se expedirá por un Congreso com­


puesto de dos cámaras: una de Representantes y otra de Senadores.
Art. 18. El día seis de agosto de cada año, se reunirá el Congreso
en la capital de la República.
Art. 19. Las atribuciones particulares de cada cámara se deta­
llarán en su lugar. Son generales del C ongreso: 1.* V erificar el nom­
bramiento de Presidente y Vicepresidente de la República, en los
períodos señalados por la Constitución. 2.‘ Elegir el lugar donde deba
residir el Gobierno, y trasladarse a otro cuando lo exijan graves
circunstancias, y lo resuelvan dos tercios de los miembros que com­
ponen las cámaras. 3.* Elegir a los consejeros de Estado, de la lista
de candidatos que se le propongan por cada departamento. 4.* Inves­
tir en tiempo de guerra o de peligro extraordinario, al Presidente de
la República, con las facultades que se juzguen indispensables para
la salvación del Estado.
A rt. 20. Los miembros del Cuerpo Legislativo podrán ser nom­
brados Presidente y Vicepresidente de la República, Ministros o Con­
sejeros de Estado, y Agentes Diplomáticos, dejando de pertenecer a
su Cámara.
A rt. 21. Ningún individuo del Cuerpo Legislativo, podrá ser
preso durante su diputación, sino por orden de su respectiva Cámara;
a menos que sea sorprendido in fraganti en delito que merezca pena
capital.
Art. 22. Los miembros del Congreso serán inviolables por las
opiniones que emitan en el ejercicio de sus funciones.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 205

A rt 23. Las sesiones de las cámaras durarán tres meses, y se


abrirán y cerrarán a un mismo tiempo.
A rt. 24. La apertura de las sesiones se hará con asistencia del
Poder Ejecutivo.
A rt. 25. Las sesiones serán públicas y se trataran en secreto
solamente los negocios de Estado que exijan reserva.
A rt. 26. Los negocios en cada Cámara se resolverán por la ma­
yoría absoluta de votos de los miembros presentes.
A rt 27. Son restricciones del Cuerpo Legislativo: 1.* Ninguna
de las cámaras podrá celebrar sus sesiones, sin que estén presentes
las dos terceras partes de los individuos que la componen. 2.‘ No po­
drá una Cámara iniciar proyecto de ley, relativo al ramo que la Cons­
titución comete a la otra; más podrá invitarla para que tome en con­
sideración las mociones que le pase. 3.* Reunidas las cámaras extra­
ordinariamente, no podrán ocuparse de otros objetos, que de aquellos
para que fueron convocadas por el Gobierno.
Art. 28. Ningún miembro del Congreso podrá recibir durante su
diputación, y dos años después, empleo del Poder E jecutivo; salvo
los designados en el artículo 20, y los que sean de escala.
A rt. 29. Las cámaras se reunirán: 1.° A l abrir y cerrar sus se­
siones. 2.° Para Henar las atribuciones designadas en el artículo 19.
3.° Para rever las leyes devueltas por el Ejecutivo. 4.° Cuando lo
pida alguna de las dos cámaras.
Art. 30. Reunidas las cámaras, las presidirá por turno uno de
sus presidentes: la reunión se hará en la Cámara de Senadores, em­
pezando la presidencia por el de ésta.

Capítulo 2.”

D e la Cámara de Representantes

A rt. 31. La base para form ar la Cámara de Representantes, será


la población.
A rt. 32. Para el cómputo de la población, se harán censos exac­
tos en cada quinquenio; debiendo servir para la primera Legislatura
el último censo.
206 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 33. La Cámara de Representantes se compondrá de los di­


putados electos por los pueblos, con arreglo a la ley.
A rt. 34. Por cada cuarenta mil almas de población, y las frac­
ciones que alcancen a veinte mil, se elegirá un Representante.
A rt. 35. Para ser Representante es necesario: 1.° Ser ciudadano
en ejercicio. 2.° Haber nacido en el departamento, o tener cinco años
de vecindad en él. 3.° Tener un capital de seis mil pesos en bienes
raíces, y en su defecto una profesión, arte u oficio, que le produzca
una renta de quinientos pesos. 4.“ La edad de veinticinco años cum­
plidos. 5.° No haber sido condenado jamás a pena corporal o de
infamia.
A rt. 36. La Cámara de Representantes tiene la iniciativa; 1.° En
el arreglo de la división territorial. 2.“ En l.as contribuciones anuales
y gastos públicos. 3.° En autorizar al Poder Ejecutivo para negociar
empréstitos, y adoptar arbitrios para la amortización de la deuda
pública. 4.° En designar los sueldos de los magistrados, jueces y em­
pleados de la República. 5.“ En las reformas que crea necesarias en
los ramos de hacienda y guerra. 6." En la creación y supresión de
empleos. 7.° En fija r los gastos, con vista del presupuesto presen­
tado por el Poder Ejecutivo, y en examinar y aprobar las cuentas del
año anterior. 8.° En hacer la guerra o la paz. 9.° En las alianzas y
toda clase de tratados. 10. En los negocios extranjeros. 11. En con­
ceder el pase a las tropas extranjeras. 12. En determinar para el año
la fuerza armada de mar y tierra. 13. En dar ordenanzas a la marina,
ejército y guardia nacional. 14. En habilitar toda clase de puertos.
15. En el valor, tipo, ley, peso y denominación de las monedas, como
en el arreglo de pesos y medidas. 16. En la construcción de caminos,
calzadas, puentes y edificios públicos, en la mejora de la policía, y
en todos los ramos de industria. 17. En conceder indultos generales,
cartas de naturaleza y ciudadanía. 18. En habilitar a los destituidos
del ejercicio de la ciudadanía.
A rt. 37. Corresponde también a la Cámara de Representantes,
acusar ante la de Senadores, al Presidente y Vicepresidente de la
República, a sus Ministros, a los Consejeros de Estado, a los miembros
de ambas cámaras, y a los vocales de la Corte Suprema de Justicia,
por traición, malversación de fondos públicos, infracciones de la
Constitución, y otros delitos que merezcan pena de muerte, infamia,
suspensión, o inhabilitación perpetua, para obtener empleo.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

Art. 38. La Cámara de Representantes se renovará por mitad


cada dos años: la primera mitad saldrá por suerte; y si quedare al­
guna fracción, saldrá en el segundo bienio.
Art. 39. Los representantes no podrán ser reelectos para la
misma Cámara, hasta pasado un bienio de su renovación.

Capítulo 3.'

D e la Cámara de Senadores

Art. 40. Los mismos electores que nombraren a los representes,


elegirán también a los Senadores, por medio de compromisarios de­
signados en proporción de cinco por cada Senador.
Art. 41. Se nombrarán por cada departamento tres Senadores,
uno por la provincia de Tarija y otro por la Litoral.
Art. 42. Para ser Senador se requiere: 1.° Ser ciudadano en
ejercicio, y tener la residencia de diez años en la República. 2 ° Haber
nacido en el departamento, o tener cinco años de vecindad en él.
3.° Tener treinta y cinco años de edad. 4." Un capital de doce mil pesos
en bienes raíces, o una renta de mil pesos, o una profesión que la
produzca. 5.° No haber sido condenado a pena corporal o de infamia.
Art. 43. Las atribuciones del Senado son: 1.* Formar los Códigos
Civil, Penal, de Procedimientos, de Minería y de Comercio y los regla­
mentos eclesiásticos. 2.* Iniciar todas las leyes relativas a reformas
judiciales. 3.‘ Iniciar las leyes que repriman las infracciones de la
Constitución, hechas por los magistrados, jueces, empleados civiles,
eclesiásticos y militares. 4.* Oír las quejas contra los Ministros de la
Corte Suprema, juzgarles definitivamente, y aplicarles la responsa­
bilidad. Una ley especial arreglará este juicio. 5.* Iniciar las leyes
sobre el ejercicio del patronato, y todo lo demás que le concierna.
6.* Examinar las decisiones concililares, bulas, breves y rescriptos
pontificios, para su retención o pase. 7.“ Iniciar las leyes de imprenta,
y las de estudios y métodos de enseñanza pública. 8.* Crear estableci­
mientos públicos y fomentar los establecidos. 9.' Proteger la libertad
de imprenta. 10. Decretar premios y honores públicos a los que los
merezcan por sus servicios a la República. 11. Condenar a oprobio
eterno a los usurpadores de la autoridad suprema, y a los insignes
20S
CIBO FÉLIX TRIGO

criminales. 12. Conceder a los bolivianos la admisión de los emolen«


1 u os y emolumentos que les acordare otro Gobierno, cuando los
merezcan por sus servicios. 03
A rt. 44. Corresponde también al Senado, juzgar en público a lo ,
acusados por la Cámara de Representantes. En este caso, la concu
rrencia de las dos terceras partes de votos, hará sentencia contra el
acusado, al efecto único de separarle del empleo, pasando su causa a
la Corte Suprema de Justicia para que juzgue conform e a las leyes
Art. 45. Pertenece igualmente al Senado, proponer en terna a
los Ministros de la Corte Suprema, y Superiores de Justicia, a los
arzobispos y obispos, y aprobar los generales del ejército propuestos
por el Ejecutivo. ^ p u e s to s
Art. 46. E l Senado se renovará por terceras partes cada dos años •
el primero y el segundo tercio saldrán por suerte; y si hubiera una
fracción, quedara para salir en el segundo bienio.
Art. 47. Los senadores no podrán ser reelectos hasta pasados
dos anos de su renovación.

Capítulo 4.°

De la formación de las leyes.

A rt 48. El Gobierno puede presentar a las Cámaras los proyec­


tos de ley, que juzgue convenientes, excepto los que se dirijan a re-
form ar la Constitución.
A rt. 49. Los Ministros de Estado pueden asistir a las sesiones
para discutir las leyes y demás asuntos que no sean constituciona­
les; mas no podrán hallarse en las votaciones.
Art. 50. Cualquiera de las Cámaras podrá iniciar una ley, so-
re los negocios que esta Constitución no les somete expresamente
.. A rt' 51- A d °Ptado un proyecto de ley en la Cámara que lo ini­
cio, se pasara a la otra, para que discutido lo apruebe o lo deseche
en el periodo de aquella sesión.
A rt. 52. ^ Ningún proyecto de ley desechado por una de las cá­
maras, podrá repetirse en la sesión de aquel año.
Art. 53. Los proyectos de ley aprobados por ambas cámaras, sa
pasaran al Ejecutivo.
i LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 20#

Art. 54. Si el Poder Ejecutivo los suscribe, o en el término de


diez días no los devuelve objecionados, tendrán fuerza de ley.
Art. 55. Si el Gobierno creyere que la ley no es conveniente, de­
berá devolverla con sus observaciones a la cámara respectiva en el
término de diez días perentorios.
Art. 56. Reunidas ambas cámaras, reconsiderarán las leyes de­
vueltas por el Ejecutivo conforme al artículo anterior, y las dos ter­
ceras partes de sufragios harán su última sanción.
Art. 57. Los sufragios de ambas cámaras, en el caso del artícu­
lo precedente, serán nominales por si, o por no; y se publicarán in­
mediatamente por la prensa las observaciones del Ejecutivo, los nom­
bres y fundamentos de los sufragantes.
Art. 58. Si los proyectos de ley devueltos por el Ejecutivo, no
obtuvieran las dos terceras partes de sufragios, y fueren aprobados
en la primera renovación de ambas Cámaras, con la pluralidad ab­
soluta de sus miembros presentes, tendrán fuerza de ley, y serán eje­
cutados sin más diligencia.
Art. 59. Los proyectos de ley que pasaren al Gobierno en los
últimos diez días de las seiones de las Cámaras, podrán ser reteni­
dos hasta las primeras sesiones, y entonces deberá devolverlos el E je­
cutivo con sus observaciones.
Art. 60. La Cámara en que hubiere tenido principio la ley, di­
rigirá al Presidente de la República dos copias, firmadas por su pre­
sidente y secretario con la fórmula siguiente: la Cámara de .......
con la aprobación de la de ........... dirige al Poder E jecutivo la ley
sobre ........... para que se promulgue.
Art. 61. Las leyes se promulgarán con esta fórm u la: N. de N. P re­
sidente de la República Boliviana, hacemos saber a todos los bolivia­
nos, que el Congreso ha decretado, y N os publicamos la siguiente ley.
(Aquí el tex to .) Mandamos por tanto a todas las autoridades de la
República, la cumplan y hagan cumplir.
A rt. 62. El Ministro la hará imprimir, publicar y circular a quien
corresponda, y la firmará el Presidente y el respectivo Ministro de
Estado.
A rt. 63. En los decretos que diere el Cuerpo Legislativo, la fó r­
mula será: E jecútese.

17
210 CIRO FÉLIX TRIGO

TÍTULO QUINTO

Del Poder E jecutivo.

Capítulo 1.°

A rt. 64. El Poder E jecutivo reside en el Presidente del Estado


y tres Ministros del despacho.

Capítulo 2.“

Del Presidente.

A rt. 65. Para ser Presidente de la República se requieren las


cualidades siguientes: 1.* Haber nacido en el territorio de Bolivia,
y ser ciudadano en ejercicio. 2.* Tener treinta y cinco años de edad.
3.* Haber hecho servicios importantes a la República. 4.* Tener ta­
lentos acreditados para la administración del Estado. 5.* No haber
sido condenado jamás por los tribunales a pena corporal o infamante.
Art. 66. El Presidente de la República será elegido por las jun­
tas electorales de parroquia. Si ninguno obtuviere las dos terceras
partes de votos de los electores que sufragaren en las juntas, el Con­
greso, a quien corresponde hacer la regulación, escogerá los tres
candidatos que hubieren reunido mayor número de votos, y de ellos,
elegirá al Presidente de la República.
A rt. 67. Esta elección se hará en sesión permanente, y por vo­
tos secretos. Si hecho el escrutinio, ninguno reuniere los dos tercios
de los votos de los miembros concurrentes a la elección, se contraerá
la votación a los dos candidatos que hubieren obtenido m ayor núme­
ro de sufragios, y si ninguno los tuviere, se repetirán las votaciones
hasta obtenerlos.
A rt. 68. La primera elección de Presidente se hará por la Asam ­
blea general en sesión permanente, después de sancionada la Consti­
tución, y por votación nominal, en la que el electo deberá reunir las
tres cuartas partes de sufragios.
A rt. 69. E l Presidente constitucionalmente electo, antes de en­
trar a desempeñar el cargo, prestará en manos del Presidente del Se-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 211

nado, reunidas las dos Cámaras, y la primera vez en manos del Pre­
sidente de la Asamblea General, el siguiente juram ento: “ Yo, N. N., juro
«o r Dios N. S. y estos Santos Evangelios, que desempeñaré legalmente
el cargo de Presidente que me confía la Nación: que protegeré la
Religión del Estado; conservaré la integridad e independencia de la
República; observaré y haré observar fielmente la Constitución y las
leyes. Si así lo hiciere, Dios me ayude; y si no El me demande, y la
patria ante la ley.”
Art. 70. La duración del Presidente de la República, será la de
cuatro años; y podrá ser reelecto, conforme a los artículos 66 y 67.
Art. 71. El Presidente de la República, es el je fe de la admi­
nistración del Estado, responsable por sus actos administrativos, con­
forme a esta Constitución.
Art. 72. Las atribuciones del Presidente de la República son:
1.* Abrir las sesiones de las Cámaras, y presentarles un mensaje so­
bre el estado de la República. 2.* Mandar publicar, circular y hacer
ejecutar las leyes. 3.* Expedir los decretos y reglamentos especiales
para el cumplimiento de las leyes. 4.* Cumplir y hacer cumplir las
sentencias en los tribunales de justicia. 5.* Devolver a las Cámaras,
dentro del término de diez días, con las observaciones que crea con­
venientes, las leyes que a su juicio merezcan considerarse de nuevo.
6.* Retener las leyes que se dieren en los últimos diez días anteriores
a la última sesión de las Cámaras, para presentarlas con sus obser­
vaciones a las inmediatas. 7.“ Mandar promulgar las leyes, que ha­
biendo sido observadas, se sancionaren según los artículos 56 y 58.
8.* Nombrar y separar por sí solo, a los Ministros del despacho. 9.'1 Pe­
dir al Cuerpo Legislativo la prorrogación de sus sesiones ordinarias,
hasta por treinta días. 10. Convocar al Cuerpo Legislativo para se­
siones extraordinarias, en el caso de que sea necesario. 11. Disponer
de la fuerza armada de mar y tierra, para la defensa exterior y se­
guridad interior de la República. 12. Mandar los ejércitos de la Repú­
blica, y en persona cuando lo crea conveniente, en cuyo caso el Vice­
presidente quedará encargado de la suprema administración del E s­
tado. 13. Nombrar los empleados en el ejército hasta el grado de co­
ronel inclusive, y proponer al Senado para la alta clase con el infor­
me de sus servicios. En el campo de batalla podrá conferir los em­
pleos de la alta clase a nombre de la Nación. 14. Conceder licencias
y retiros a los militares, y pensiones a éstos o a sus familias confor-
212 CIRO FÉLIX TRIGO

rae a las leyes. 15. Declarar la guerra, con previo decreto del Cuerpo
Legislativo. 16. Conceder patentes de corso. 17. Disponer de la Guar­
dia Nacional para la seguridad interior, dentro de los límites de sus
departamentos respectivos, y fuera de ellos con consentimiento del
Cuerpo Legislativo. 18. Establecer escuelas militares. 19. Nombrar
los Ministros Diplomáticos, cónsules y subalternos del departamento
de Relaciones Exteriores. 20. D irigir las negociaciones diplomáticas,
y celebrar tratados de paz, amistad, federación, alianza, treguas, neu­
tralidad, comercio y cualesquiera otros, debiendo proceder siempre
la aprobación del Cuerpo Legislativo. 21. Celebrar concordatos sobre
las instrucciones que le diere el Congreso. 22. Recibir embajadores
y Ministros extranjeros. 23. E jercer el patronato general, respecto de
las iglesias, beneficios y personas eclesiásticas, conforme a las leyes.
24. Presentar a los Arzobispos y Obispos, escogiendo uno de la terna
que le pasare el Senado. 25. E legir uno de los eclesiásticos que le pro­
ponga el Consejo de Estado, para las dignidades, canongías y pre­
bendas. 26. Conceder el pase, o suspender las decisiones conciliares,
bulas, breves y rescriptos pontificios, con consentimiento del Senado.
27. Proveer todos los empleos de la República, que no estén reserva­
dos por esta Constitución a otro Poder. 28. E legir a los Ministros de
la Corte Suprema y Superiores de Justicia, de la terna que le pasare
el Senado. 29. Declarar la jubilación de los empleados, según las le­
yes. 30. Cuidar de la recaudación e inversión de los caudales públicos,
con arreglo a las leyes. 31. Pedir a los jefes de todos los ramos y
departamentos de la administración, los informes que crea conve­
nientes. 32. Suspender hasta por tres meses a los empleados de la
República, por descuido, omisión o mal cumplimiento de sus deberes,
en clase de castigo correccional. Si el delito exigiere form ación de
causa, para la destitución u otros efectos, la pasará al conocimiento
del tribunal competente. 33. Confirmar las sentencias pronunciadas
por los consejos de guerra, arreglándose a las leyes militares. 34. Con­
mutar a los reos las penas capitales a que fueren condenados por los
tribunales, en un destierro de diez años. 35. Todos los objetos de po­
licía, y los establecimientos públicos, cualesquiera que sean, están
bajo la suprema inspección del Presidente, según las leyes y orde­
nanzas que los rigen. 36. Expedir las cartas de naturaleza y ciuda­
danía, que decrete la Cámara de Representantes. 37. Expedir, a nom­
bre de la República, los títulos y nombramientos de los magistrados,
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 213

jueces y empleados. 38. Disolver las Cámaras Constitucionales, con


díctamen afirmativo del Consejo de Estado, y de la Corte Suprema
reunidos, cuando manifiesta e indudablemente salgan de los límites
que les prescribe esta Constitución.
A rt 73. Disueltas las Cámaras, conform e a la atribución ante­
rior, convocará el Presidente otras para el siguiente período consti­
t u c i o n a l . "Los miembros de las Cámaras disueltas podrán ser reelectos

en este período.
Art. 74. Son restricciones del Presidente de la R epública: 1.* No
podrá el Presidente privar de su libertad a ningún boliviano, ni im­
ponerle por sí pena alguna, sino la correccional a los empleados.
2.* Cuando la seguridad de la República exigiere el arresto de uno
o más individuos, no podrá detenerlos más de 48 horas, sin poner
al acusado a disposición del tribunal o juez competente. 3.* No podrá
privar a ningún hombre de su propiedad, sino en el caso que el inte­
rés público lo exija con urgencia y entonces deberá preceder una justa
indemnización al propietario. 4.* No podrá impedir las elecciones, ni
las demás atribuciones que por las leyes competen a los otros pode­
res de la República. 5.* Cuando el Presidente salga del lugar en que
reside el Gobierno, no podrá hacerlo sin llevar consigo, al menos, uno
de los secretarios del despacho, con el carácter de Ministro general.
Art. 75. Todas estas restricciones no tendrán lugar en los ca­
sos de invasión repentina, o de conmociones interiores. En tales acon­
tecimientos, usará de facultades extraordinarias, con dictamen afir­
mativo del Consejo de Estado.
Art. 76. No podrá ausentarse del territorio de la República, sin
permiso del Cuerpo Legislativo, durante el período de su adminis­
tración, ni un año después.
Art. 77. Las acusaciones a que según la Constitución está su­
jeto el Presidente, no pueden hacerse más que durante el ejercicio
de sus funciones, o un año después, pasado el cual nadie podrá ya
acusarle.
Art. 78. Si por una revolución, o motín militar, fuere depuesto
el Presidente de la República, será juzgado conform e a la Constitu­
ción y las leyes; y las Cámaras no podrán elegir otro, sin que aquél
sea destituido constitucionalmente.
214 CIRO FÉLIX TRIGO

Capítulo 3.°

D el Vicepresidente.

A rt. 79. Habrá un Vicepresidente de la República, elegido del


mismo modo que el Presidente.
A rt. 80. En los casos de muerte, imposibilidad física o'm oral, o
suspensión del Presidente, el Vicepresidente desempeñará su cargo.
Art. 81. Para ser Vicepresidente se requieren las mismas calida­
des que para Presidente.
Art. 82. El Vicepresidente de la República podrá encargarse de
cualquiera de los Ministerios del despacho, a ju icio del Presidente.
A rt. 83. E l Vicepresidente es responsable ante la ley, de los ac­
tos de su administración como Jefe del Estado o como Ministro se­
cretario.
A rt. 84. No podrá ausentarse del territorio de la República y de
la capital, sin permiso del Presidente, previo dictamen del Consejo
de Estado.

Capítulo 4.°

D e los Ministros de Estado.

Art. 85. Habrá tres Ministros de Estado para el despacho: el uno


se encargará de los departamentos del Interior y Relaciones Exte­
riores, el otro del de Hacienda, y el tercero del de Guerra.
A rt. 86. Los tres Ministros despacharán bajo las órdenes inme­
diatas del Presidente.
A rt. 87. Ningún tribunal, ni persona pública cumplirá las órde­
nes del Presidente que no estén rubricadas por él mismo, y firmadas
por el Ministro del despacho en el departamento respectivo.
A rt. 88. Los Ministros del despacho serán responsables de las
órdenes que autoricen contra la Constitución, las leyes, decretos, y
los tratados públicos. Una ley especial arreglará la responsabilidad
del Presidente, Vicepresidente, Ministros y Consejeros de Estado.
A rt. 89. Los Ministros de Estado formarán, y presentarán a las
Cámaras respectivas, los presupuestos anuales de los gastos que de­
ben hacerse en sus respectivos ram os; y rendirán cuenta de los que
se hubiesen hecho en el año anterior.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLTVIA 215
g :y '
A rt. 90. A falta del Presidente y Vicepresidente de la República,
se encargarán interinamente de la administración los tres Ministros
de Estado, debiendo presidir el del Interior y Relaciones Exteriores.
Art. 91. En tal caso, y antes de diez días, el Consejo de Ministros
convocará extraordinariamente al Cuerpo Legislativo; salvo que la
falta del Presidente y Vicepresidente proceda de hallarse ambos en
campaña.
A r t 92. Para ser Ministro de Estado se requieren las mismas
calidades que para Senador.

TÍTULO SEXTO

Capítulo único.

A rt. 93. Habrá un Consejo de Estado compuesto de siete indivi­


duos, nombrados por el Congreso a pluralidad absoluta de votos, con­
forme a la atribución 3.* del artículo 19.
A rt. 94. Por cada departamento habrá un Consejero de Estado,
y otro por las provincias Litoral y de Tanja.
Art. 95. Los mismos electores que nombraren a los Representan­
tes y Senadores, pasarán al Congreso Constitucional una lista de
candidatos, que no exceda de diez individuos, ni baje de cinco.
Art. 96. E l Presidente y Vicepresidente de la República, que
hubiesen acabado de mandar constitucionalmente, serán Consejeros
natos de Estado, a más de los siete individuos del artículo 93.
A rt. 97. Para ser Consejero de Estado se necesitan las mismas
calidades que para Senador.
Art. 98. Son atribuciones del Consejo de E stado: 1.* Dar pre­
cisamente sus dictámenes al Poder Ejecutivo, sobre todos los asuntos
que le pasare en consulta. 2.* Convocar las Cámaras Legislativas en
el período establecido por la Constitución y las leyes, si el Poder
Ejecutivo no lo hace; y también las juntas electorales en los casos
de ley. 3.* Velar sobre la observancia de la Constitución, e informar
documentalmente al Cuerpo Legislativo sobre las infracciones de ella.
4.* Hacer al Gobierno las propuestas de las dignidades, canongías y
prebendas.
A rt. 99. El Presidente de la República oirá el dictamen del Con-
216 CIRO FÉLIX TRIGO

sejo en los asuntos graves, quedando en absoluta libertad para tomar


las resoluciones convenientes.
Art. 100. Los Consejeros de Estado son responsables, no sola­
mente de los dictámenes que presenten al Poder Ejecutivo, sino tam­
bién de todos los actos de su peculiar atribución.
Art. 101. Los Consejeros de Estado no podrán ser suspensos dé
su destino, sino en la forma que pueden serlo los diputados.
Art. 102. En defecto del Presidente, Vicepresidente y Consejo
de Ministros, el Presidente del Consejo de Estado se encargará de la
administración de la República; en cuyo caso convocará extraordina­
riamente al Cuerpo Legislativo, en el término de diez días para los
casos de la ley.
Art. 103. Los miembros del Consejo de Estado durarán por
cuatro años, y no podrán ser reelectos sfno pasados otros cuatro. Una
ley especial arreglará el ejercicio de las atribuciones de este cuerpo.

T ít u l o s é p t i m o .— D el po d e r j u d ic ia l

Capítulo 1.*

De las atribuciones de este Poder

Art. 104. La facultad de juzgar pertenece exclusivamente a los


tribunales establecidos por la ley.
Art. 105. Los magistrados y jueces no podrán ser suspensos de
sus empleos, sino en los casos determinados por las leyes orgánicas.
^Art. 106. Toda falta de los magistrados y jueces en el desem­
peño de sus cargos, produce acción popular, la cual puede intentarse
en el término de un año, por la Cámara de Representantes, o inme­
diatamente por cualquier boliviano, conforme a las leyes.
Art. 107. Los magistrados y jueces son responsables personal­
mente. Una ley especial determinará el modo de hacer efectiva esta
responsabilidad.
Art. 108. El Gobierno y los tribunales no podrán, en ningún caso,
alterar ni dispensar los trámites y fórmulas, que prescribieren las
leyes en las diversas clases de juicios.
Art. 109. Ningún boliviano podrá ser juzgado en causas civiles
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 217

« y -
y criminales sino por el Tribunal, designado con anterioridad por

k Art 110. La justicia se administrará en nombre de la Nación;


las ejecutorias y provisiones de los tribunales superiores, se enca­
bezarán del mismo modo.

Capítulo 2.°

De la Corte Suprema

Art. 111. La primera magistratura judicial de la República re­


sidirá en la Corte Suprema de Justicia. Esta se compondrá de un
Presidente, seis vocales y un fiscal, divididos en las salas convenientes.
Art. 112. Para ser individuo de la Corte Suprema de Justicia se
requiere: 1.° Ser ciudadano en ejercicio. 2.° La edad de 35 años.
3 ° Haber sido individuo de alguna de las cortes de distrito judicial.
4.“ No haber sido condenado a pena corporal o infamante.
Art. 113. Son atribuciones de la Corte Suprema de Justicia:
1.* Conocer de las causas criminales del Presidente y Vicepresidente
de la República, de los Ministros y Consejeros de Estado, y de los
miembros de las cámaras, cuando lo decretare el Cuerpo Legislativo.
2.* Conocer de las causas civiles del Presidente y Vicepresidente de la
República cuando fueren demandados. 3.“ Conocer de las causas que
resulten de los contratos o negociaciones del Poder Ejecutivo. 4.* Co­
nocer de todas las causas contenciosas del patronato nacional.
5.* Conocer de las causas contenciosas de los Ministros Plenipoten­
ciarios, cónsules y toda clase de agentes diplomáticos. 6/ Conocer de
las causas criminales de toda clase de agentes diplomáticos de la
República. 7.* Conocer de las causas de separación de los magistrados
de distrito judicial y prefectos departamentales. 8.* Dirimir las com­
petencias de las Cortes de Distrito entre sí, y las de éstas con las
demás autoridades. 9.“ Conocer en toda clase de terceras instancias
del fuero común. 10. Oír las dudas de los demás tribunales sobre la
inteligencia de alguna ley, y consultar al Ejecutivo para que promueva
la conveniente declaración de las cámaras. 11. Conocer de los recur­
sos de nulidad, que se interpongan contra las sentencias dadas en
última instancia por las cortes de distrito, o tribunales eclesiásticos
21 8
CIRO FÉLIX TRIGO

por Via de fuerza. 12. Examinar el estado y progreso de las causas


aviles y criminales, pendientes en las cortes de distrito y juzgados
eclesiásticos, por los medios que la ley establezca.

Capítulo 3.°

De las Cortes de Distrito Judicial

Art. 114. Se establecerán cortes de distrito judicial, en aquellos


departamentos que el Cuerpo Legislativo juzgue conveniente.
Art. 115. Para ser vocal de estas cortes se requiere: 1.° Ser ciu­
dadano en ejercicio. 2.° Tener treinta años de edad. 3.° No haber sido
condenado a pena corporal o infamante. 4.» Haber sido relator, agente
fiscal, juez de letras^ auditor del ejército, o rector abogado, todos con
servicio de cuatro años, o abogado que hubiese ejercido su profesión
con crédito, por ocho años.
Art. 116. Son atribuciones de las cortes de distrito judicial-
1.* Conocer en segunda instancia de todas las causas civiles y crimi­
nales, conforme a las leyes. 2.* Conocer de las competencias entre
todos los jueces subalternos de su distrito judicial. 3.* Conocer de los
recursos de fuerza, que se introduzcan de los tribunales y autoridades
eclesiásticas de su territorio. 4.* Conocer de los recursos de nulidad
de las sentencias de los jueces de primera instancia, que causen eje­
cutoria. 5.* Conocer de las causas de separación de los jueces y em­
pleados designados por la ley.

Capítulo 4.°

De los 'partidos judiciales

Art. 117. Se establecerán en las provincias, partidos judiciales


proporcionalmente iguales; y en cada capital de partido habrá un
juez de letras, con el juzgado que las leyes determinen.
Art. 118. Las facultades de los jueces de letras se reducen a lo
contencioso; pueden conocer sin apelación hasta la cantidad de dos­
cientos pesos.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 219

Art 119. Para ser juez de letras se requiere; 1.* Ser ciudadano
^ t _ J. OET n ñ n n Q o Cor» OVu-'lero

Capítulo 5.°
-
De la administración de justicia

Art. 120. Habrá jueces de paz en las capitales y cantones de la


República, para las conciliaciones y juicios verbales.
Art 121. Los jueces de paz serán nombrados por los prefectos
de los departamentos, de los propuestos en terna por los respectivos
jueces de letras. . . . .
Art. 122. El destino de juez de paz es concejil; y ningún ciuda­
dano, sin causa justa, podrá eximirse de desempeñarlo. _
Art. 123. Los jueces de paz se renovarán cada ano; y no podran
ser reelectos, sino pasados dos. .
Art. 124. No se conocen en los juicios más que tres instancias.
Queda abolido el recurso de injusticia notoria.
Art. 125. Ningún boliviano puede ser preso, sin precedente in­
formación del hecho, y un mandamiento escrito del puez competente.
Art. 126. Acto continuo, si fuera posible, deberá dar su declara­
ción sin juramento, que en ningún caso podrá diferirse por mas tiempo
que el de 48 horas.
Art. 127. In fraganti todo delincuente puede ser arrestado por
cualquiera persona, y conducido a presencia del juez. _
Art. 128. En las causas criminales el juzgamiento será publico,
desde el momento en que se tome la confesión al reo.
Art. 129. No se usará jamás del tormento, ni se exigirá confe­
sión por apremio.
Art. 130. Las cárceles sólo deben servir para la seguridad de los
reos. Toda medida, que a pretexto de precaución, conduzca a morti­
ficarlos más allá de lo que aquélla exige, es un atentado contra la se­
guridad individual, que será castigado según las leyes.
220 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 131. Queda abolida toda confiscación de bienes, y toda pena


cruel y de infamia trascendental.
Art. 132. Si en circunstancias extraordinarias, la seguridad de la
República exigiere la suspensión de alguna de las formalidades pres­
critas por esta Constitución y las leyes, podrán las cámaras decretarla
Si éstas no estuvieren reunidas, podrá el Ejecutivo, con dictamen
afirmativo del Consejo de Estado, desempeñar esta función como
medida provisional, con cargo de dar cuenta a las cámaras, y de res­
ponder de los abusos que hubiese cometido.

T ít u l o octavo

Del régimen interior

Capítulo único

Art. 133. El Gobierno superior de cada departamento residirá


en un prefecto; el de cada provincia en un gobernador, y el de los
cantones en un corregidor.
Art. 134. En la campaña habrá alcaldes.
Art. 135. Para ser prefecto o gobernador se requiere • 1 ° Ser
ciudadano en ejercicio. 2.» Tener la edad de 30 años. 3.» No haber sido
condenado a pena corporal o infamante.
Art. 136.^ Los prefectos y gobernadores durarán en el desempeño
de sus funciones, por el término de cuatro años; pero podrán ser
reelectos.
Art. 137. Los destinos de corregidor y alcalde, son un servicio
a la Patria; y ningún ciudadano, sin causa justa, podrá eximirse de
desempeñarlos.
Art. 138. Los corregidores y alcaldes durarán en sus destinos,
tanto cuanto duren sus buenos servicios, a juicio de los prefectos y
gobernadores.
Art. 139. Las atribuciones de los prefectos, gobernadores, co­
rregidores y alcaldes, serán determinadas por una ley.
Art. 140. Está prohibido a los prefectos, gobernadores y corre­
gidores, todo conocimiento judicial; pero si la tranquilidad pública
exigiere la aprehensión de algún individuo, y las circunstancias no
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 22 1

HEM- '
itieren ponerla en noticia del juez respectivo podrán ordenarla
" í d e luego dando cuenta al juzgado competente, dentro de 48 horas.
Cualquier exceso que cometieren estos empleados contra la seguridad
■■individual, o la del domicilio, produce acción popular.

|§?.V
T ít u l o noveno

De la fuerza

Capítulo único

m? Art. 141. Habrá en la República una fuerza armada permanente,


la que se compondrá del ejército de línea, y de una escuadra.
Art. 142. Habrá también una Guardia Nacional, y un resguardo
militar, cuyo arreglo y deberes se designarán por una ley.
Art. 143. La fuerza armada es esencialmente obediente; en nin­
gún caso puede deliberar.

T ít u l o d é c im o

De la reforma de la Constitución

Capítulo único

Art. 144. Si se advirtiere que alguno o algunos artículos de esta


Constitución merecen reforma, se hará la proposición por escrito,
firmada al menos, por la mitad de los miembros presentes de cua -
quiera de las cámaras.
Art. 145. La proposición será leída por tres veces, con el inter­
valo de seis días de una a otra lectura, y después de la tercera, deli­
berará la cámara, si la proposición podrá ser, o no, admitida a
discusión.
Art. 146. Admitida a discusión por dos terceras partes de su­
fragios, y convencida la cámara de la necesidad de reformar la Cons­
titución, observará lo prevenido para la formación de las demas
leyes. En este caso, se reunirán las cámaras, conforme al artículo 9,
22 2 CIRO FÉLIX TRIGO

atribución 4.*, para indicar las bases sobre que deba recaer la refor­
ma; para lo que serán necesarios los dos tercios de los sufragios de
ambas cámaras.
Art. 147. En las primeras sesiones de la legislatura, en que haya
renovación, será la materia propuesta y discutida; y lo que las cá­
maras reunidas resolvieren, se cumplirá.
Art. 148. Antes de esta resolución, se consultará por la Cámara
al Consejo de Estado y al Poder Ejecutivo, sobre la conveniencia y
necesidad de la reforma.

T ít u l o ú l t im o

De la s garantías

Capítulo único

Art. 149. La Constitución garantiza a todos los bolivianos su


libertad civil, su seguridad individual, su propiedad y su igualdad
ante la ley, ya premie ya castigue.
Art. 150. Todos pueden comunicar sus pensamientos de palabra
o por escrito, y publicarlos por medio de la imprenta, sin censura
previa, bajo la responsabilidad que las leyes determinen.
Art. 151. Todo boliviano puede permanecer o salir del territorio
de la República, según le convenga, llevando consigo sus bienes; pero
guardando los reglamentos de policía, y salvo siempre el derecho de
tercero.
Art. 152. ^Toda casa de boliviano es un asilo inviolable: su alla­
namiento j;erá en los casos y de la manera que la ley lo determine.
Art. 153. Quedan abolidos todos los empleos y privilegios here­
ditarios, y son enajenables todas las propiedades, aunque pertenez­
can a obras pías, a religiones u otros objetos.
Art. 154. Ningún género de trabajo o industria, puede ser pro­
hibido, a no ser que se oponga a las costumbres públicas, a la segu­
ridad, y la salubridad.
_ Art- 155- Todo inventor tendrá la propiedad de sus descubri­
mientos, y de sus producciones. La ley le asegurará un privilegio
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 22 S

ilusivo temporal, o el resarcimiento de la pérdida que tenga, en


Eoo de publicarlos.
^ A r t 156 Nadie ha nacido esclavo en Bolivia desde el 6 de agosto
1825 Queda prohibida la introducción de esclavos en su territorio.
Art 1 5 7 - Ningún boliviano está obligado a hacer lo que no
m á n d a l a ley, o impedido de hacer lo que ella no prohíbe.
jy-t 158. T-ag acciones privadas, que de ningún modo ofenden al
orden público establecido por las leyes, ni perjudican a un tercero,
están reservadas sólo a Dios, y exentas de toda autoridad.
Art. 1 5 9 - Todos los habitantes de la República tienen derecho
para elevar sus quejas, y ser oídos por todas las autoridades.
Art. 160. Es inviolable el secreto de las cartas: los empleados de
la renta de correos, serán responsables de la violación de esta ga­
rantía, fuera de los casos que prescriben las leyes.
Art. 161. Están prohibidas las requisiciones arbitrarias, y apo-
deramiento injusto de los papeles y correspondencias de cualquier
boliviano. La ley determinará en qué casos, y con qué justificación
pueda procederse a ocuparlos.
Art. 162. Ningún hombre, ni reunión de individuos, puede hacer
peticiones a nombre del pueblo, sin su autorización; ni menos arro­
garse el título de pueblo soberano. La infracción de este artículo es
un crimen de sedición.
Art. 163. Los poderes constitucionales no podrán suspender la
C o n s t it u c ió n , y los derechos que corresponden a los bolivianos, s in o
en los casos y circunstancias expresados en la misma Constitución,
señalando indispensablemente el término que deba durar la suspensión.
Art. 164. Quedan derogadas por esta Constitución todas las le­
yes y decretos, que estén en oposición con ella.
Art. 165. Cualquiera que atentare por vías de hecho contra esta
Constitución, o contra el Jefe de la Administración de la República, es
traidor, infame y muerto civilmente.
Dada en la Sala de sesiones en La Paz de Ayacucho, a 14 de agosto
de 1831.— Casimiro Olañeta, diputado por Chuquisaca, P residente-
Francisco María de Pinedo, diputado por La Paz, Vicepresidente —
Fermín Eyzaguirre, diputado por La Paz.—Manuel María Urcullu,
diputado por Chuquisaca.—José Ignacio de Sanjinés, diputado por
Potosí.—Gabino Ibáñez, diputado por Tarija.—Melchor Mendizabal,
diputado por Oruro.—Marcos de Campos, diputado por La Paz.
224 CIRO FÉLIX TRIGO

Mariano Terán, diputado por Potosí.—Mariano Méndez, diputado por


Cochabamba. José María Dalence, diputado por Oruro.—Manuel
Hilario Irigoyen, diputado por Cochabamba.—José Agustín de la Ta­
pia, diputado por La Paz.—Mariano Calvimontes, diputado por Chu-
quisaca.—Melchor Paz, diputado por Cochabamba.—Pedro Buitrago
diputado por Chuquisaca.—Manuel J. Castro, diputado por Santa
Cruz.—José María Calvimontes, diputado por Chuquisaca.—Francis­
co María Gonzales, diputado por Potosí.—José María García Manza-
neda, diputado por La Paz.—José María de Aguirre, diputado por
Tarija.—Miguel Loayza, diputado por La Paz.—José Villafán, dipu­
tado por Oruro.—Manuel, Obispo electo, diputado por Chuquisaca —
Manuel Martín, diputado por Potosí.— José Andrés Salvatierra, dipu­
tado por Santa Cruz.—Andrés María Torricoj diputado por Cocha-
bamba. Tomás Frías, diputado por Potosí.-José Ballivián, diputado
por La Paz—Miguel del Carpió, diputado por Potosí.—Martín Car­
dón, diputado por La Paz.—Miguel María de Aguirre, diputado por
Cochabamba. Rafael Monje, diputado por La Paz.—José Garrón,
diputado por Potosí.—Manuel Díaz de Pareja, diputado por Potosí__
Justo Pastor Ibáñez, diputado por Santa Cruz.—José María, Obispo,
diputado por La Paz.—José Manuel Loza, diputado por La Paz de
Ayacucho, Secretario. Manuel de la Cruz Méndez, diputado por Co­
chabamba, Secretario.
Mandamos por tanto a todas las autoridades de la República, la
cumplan y hagan cumplir.— Palacio de Gobierno en La Paz de Aya-
cucho, a 14 de agosto de 1831.-21.» de la Independencia.-Andrés
Santa Cruz.—El Vicepresidente encargado del Ministerio de la Gue­
rra, José Miguel de Velasco.—El Ministro del Interior y Relaciones
Exteriores, Mariano Enrique Calvo.—El Ministro de Hacienda José
María de Lara. ’
f

CONSTITUCION POLITICA DE 1834

ANDRES SANTA CRUZ—Gran ciudadano, Restaurador de la pa­


tria, y Presidente Constitucional de la República Boliviana, etc.
Hacemos saber a todos los bolivianos, que el Congreso Constitu­
cional ha decretado, y Nos publicamos la siguiente Constitución Po­
lítica reformada.
En el nombre de Dios, legislador del Universo.
La Nación boliviana, por medio de sus diputados legítimamente
reunidos en Congreso, reformando en algunos de sus artículos la
Constitución Política sancionado en 14 de agosto de 1831, con arreglo
a ella misma, decreta la siguiente:

T í t u l o p r im e r o

De la Nación

Capítulo 1.“

De la Nación Boliviana

Artículo 1.° La Nación boliviana es para siempre libre e inde­


pendiente: no puede ser el patrimonio de ninguna persona, ni familia.
El nombre de Bolivia es inalterable.
Art. 2.° La soberanía reside esencialmente en la Nación; y a e a
sola le toca el derecho exclusivo de dictar, derogar e interpretar sus
leyes, conforme a esta Constitución.
ís
226 CIRO FÉLIX TRIGO

Capítulo 2°

D el territorio

Art. 3° El territorio de la Nación boliviana comprende los de­


partamentos de Potosí, Chuquisaca, La Paz, Santa Cruz, Cochabamba
y Oruro, y las provincias Litoral y de Tarija.
A rt. 4. Se divide en departamentos, provincias y cantones.
Art. 5. Por una ley se hará la división más conveniente; y por
otra se fijarán sus límites, de acuerdo con los Estados limítrofes.

T ít u l o seg u n d o

De la religión

Capítulo único

Art. 6.° La religión católica, apostólica, romana, es la de la Re­


pública, con exclusión de todo otro culto público. El Gobierno la
protegerá y hará respetar, reconociendo el principio de que no hay
poder humano sobre las conciencias.

T ít u l o tercero

Del Gobierno

Capítulo 1.°

De la forma de Gobierno

Art. 7.“ El Gobierno de Bolivia es republicano, popular repre­


sentativo, bajo la forma de unidad.
Art. 8.° La Nación delega el ejercicio de su soberanía, en los tres
altos Poderes : Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
Art. 9.“ Cada Poder ejercerá las atribuciones que le señala esta
Constitución, sin excederse de los límites que ella prescribe.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 227

V . Capítulo 2.®

De los bolivianos

A rt 10. Son bolivianos: 1.” Todos los nacidos en el territorio de


ü v i a 2.0 Los hijos de padre o madre bolivianos, nacidos fuera del
Í ' t rritorio, luego que manifiesten legalmente su voluntad de domici­
liarse en Bolivia. 3.° Los extranjeros que obtengan carta de natura­
liza o tengan tres años de vecindad en el territorio de la República.
Árt. 11° Son deberes de todo boliviano; 1.° V ivir sometido a la
" Constitución y a las leyes. 2.° Respetar y obedecer a las autoridades
constituidas. 3.° Contribuir a los gastos públicos, con proporción a sus
bienes. 4.® Velar sobre la conservación de las libertades públicas.
5 • Sacrificar sus bienes y su vida misma, cuando lo exija la salud de
la República.

Capitulo 3.°

De lo s ciudadanos

Art. 12. Son ciudadanos de Bolivia: 1.® Los bolivianos casados,


o mayores de veintiún años, que profesen alguna industria, ciencia o
arte, sin sujeción a otro en clase de sirviente doméstico. 2. Los ex­
tranjeros casados con boliviana, que reúnan las calidades del número
anterior. 3.® Los extranjeros que están al servicio de la República, y
los que combatieren en su defensa. 5.“ Los extranjeros que obtengan
carta de ciudadanía.
Art. 13. Sólo los que sean ciudadanos en ejercicio, pueden obtener
empleos y cargos públicos.
Art. 14. El ejercicio de la ciudadanía se suspende: 1.® Por de­
mencia. 2.® Por la tacha de deudor fraudulento, declarado tal. 3.® Por
hallarse procesado criminalmente por delito que merezca pena cor­
poral o infamante. 4.® Por ser notoriamente ebrio, jugador o mendigo.
Art. 15. El derecho de ciudadanía se pierde: 1.® Por traición a la
causa pública. 2.® Por naturalizarse en país extranjero. 3.® Por haber
sufrido pena corporal o infamante, en virtud de condenación judicial.
4.® Por admitir empleos, títulos o emolumentos de otro Gobierno, sin
consentimiento del Senado.
22 8 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 16. Los comprendidos en el artículo anterior, podrán ser


rehabilitados por la Cámara de Representantes.

T ít u l o c u a r t o

Del Poder Legislativo

Capítulo 1.*

De la división, atribuciones y restricciones de este Poder

Art. 17. El Poder Legislativo se expedirá por un Congreso, com­


puesto de dos Cámaras, una de Representantes y otra de Senadores.
Art. 18. Cada dos años, el día 6 de agosto se reunirá el Congreso
en la capital de la República; debiendo contarse el primer bienio des­
de igual día del año próximo de 1835.
Art. 19. Las atribuciones particulares de cada Cámara se deta­
llarán en su lugar. Son generales del Congreso: 1.* Verificar el nom­
bramiento de Presidente y Vicepresidente de la República, en los
períodos señalados por la Constitución. 2.* Elegir el lugar donde deba
residir el Gobierno, y trasladarse a otro cuando lo exijan graves
circunstancias, y lo resuelvan dos tercios de los miembros que com­
ponen las cámaras. 3.* Elegir a los Consejeros de Estado, de la lista
de candidatos que se le propongan por cada departamento. 4.' Inves­
tir en tiempo de guerra o de peligro extraordinario, al Presidente de
la República, con las facultades que se juzguen indispensables para
la salvación del Estado.
Art. 20. Los miembros del Cuerpo Legislativo podrán ser nom­
brados Presidente y Vicepresidente de la República, Ministros o Con­
sejeros de Estado, y agentes diplomáticos, dejando de pertenecer a su
cámara.
Art. 21. Ningún individuo del Cuerpo Legislativo podrá ser
preso durante su diputación, sino por orden de su respectiva cámara;
a menos que sea sorprendido en in fraganti delito que merezca la
pena capital.
Art. 22. Los miembros del Congreso serán inviolables por las
opiniones que emitan en el ejercicio de sus funciones.
'j ; LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 229

Art 23. Las sesiones de las cámaras durarán tres meses, y se


"’ abrirán y cerrarán a un mismo tiempo.
j| 24. La apertura de las sesiones se hará con asistencia del
Ü Poder Ejecutivo.
s# Art. 25. Las sesiones serán públicas, y se trataran en secreto
'- B o la m e n te los negocios de Estado que exijan reserva.
V Art. 26. Los negocios en cada cámara se resolverán por la ma­
lí yor¡a absoluta de votos de los miembros presentes.
A rt 27. Son restricciones del Cuerpo Legislativo: 1.* Ninguna
M de las cámaras podrá celebrar sus sesiones sin que estén presentes
* las dos terceras partes de los individuos que las componen. 2.* No
" podrá una cámara iniciar proyecto de ley, relativo al ramo que la
g¡ Constitución comete a la otra; mas podrá invitarla para que tome e n
c o n s i d e r a c ió n las mociones que le pase. 3 .‘ Reunidas las cámaras ex-
traordinariamente, no podrán ocuparse de otros objetos que de aque-
"4i líos para que fueron convocadas por el Gobierno.
Art. 28. Ningún miembro del Congreso podrá recibir durante su
diputación, y dos años después, empleo del Poder Ejecutivo; salvo
los designados en el artículo 20, y los que sean de escala.
Art. 29. Las cámaras se reunirán: 1.° Al abrir y cerrar sus se­
siones. 2.” Para llenar las atribuciones designadas en el artículo 19.
3.° Para rever las leyes devueltas por el Ejecutivo. 4.° Para revisar la
Constitución. 5.° Para examinar y aprobar los tratados públicos y
concordatos celebrados por el Poder Ejecutivo. 6." Cuando lo pida
alguna de las cámaras; mas en este caso la reunión será para sólo
discutir y entenderse, debiendo separarse para votar.
Art. 30. Reunidas las cámaras, las presidirá por turno uno de
sus presidentes: la reunión se hará en la Cámara de Senadores, em­
pezando la presidencia por el de ésta.

Capítulo 2.°

De la Cámara de Representantes

Art. 31. La base para formar la Cámara de Representantes será


la población.
Art. 32. Para el cómputo de la población se harán censos exactos
23 0 CIRO FÉLIX TRIGO

en cada quinquenio; debiendo servir para la primera legislatura el


último censo.
Art. 33. La Cámara de Representantes se compondrá de los
diputados electos por los pueblos con arreglo a la ley.
Art. 34. Por cada cuarenta mil almas de población, y las frac­
ciones que alcancen a veinte mil, se elegirá un Representante.
Art. 35. Parar ser Representante es necesario: 1.° Ser ciudadano
en ejercicio. 2.® Haber nacido en el departamento, o tener cinco años
de vecindad en él. 3.° Tener un capital de seis mil pesos en bienes
raíces, y en su defecto, una profesión, arte y oficio, que le produ2ca
una renta de quinientos pesos. 4.° La edad de veinticinco años cum­
plidos. 5.° No haber sido condenado jamás a pena corporal o de infamia.
Art. 36. La Cámara de Representantes tiene la iniciativa ¡ 1.®En
el arreglo de la división territorial. 2.” En las contribuciones bienales
y gastos públicos. 3.° En autorizar al Poder Ejecutivo, para negociar
empréstitos y adoptar arbitrios para la amortización de la deuda
pública. 4.® En designar los sueldos de los magistrados, jueces y
empleados de la República. 5.° En las reformas que crea necesarias
en los ramos de hacienda y guerra. 6.® En la creación y supresión de
empleos. 7.® En fijar los gastos, con vista del presupuesto presentado
por el Poder Ejecutivo, y en examinar y aprobar las cuentas del bienio
anterior. 8.® En hacer la guerra o la paz. 9.® En las alianzas y toda
clase de tratados. 10. En los negocios extranjeros. 11. En conceder el
pase a las tropas extranjeras. 12. En determinar para cada bienio la
fuerza armada de mar y tierra. 13. En dar ordenanzas a la marina,
ejército y guardia nacional. 14. En habilitar toda clase de puertos.
15. En el valor, tipo, ley, peso y denominación de las monedas, como
en el arreglo de pesos y medidas. 16. En la construcción de caminos,
calzadas, puentes y edificios públicos, en la mejora de la policía, y en
todos los ramos de industria. 17. En conceder indultos generales y
amnistías.
Art. 37. Corresponde a la Cámara de Representantes, conceder
por sí sola cartas de naturaleza y ciudadanía, y rehabilitar a los des­
tituidos de este derecho.
Art. 38. Corresponde también a la Cámara de Representantes,
acusar ante la de Senadores, al Presidente de la República por los
delitos de que habla el artículo 73, y al Vicepresidente, Ministros y
Consejeros de Estado, miembros de ambas cámaras y vocales de la
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 231

Corte Suprema de Justicia, por traición, malversación de fondos


'Micos, infracciones de la Constitución, y otros delitos que merez­
can pena de muerte, infamia, suspensión o inhabilitación perpetua
para obtener empleo.
Art. 39. La Cámara de Representantes se renovará por mitad
cada dos años: la primera mitad saldrá por suerte, y si quedare al­
guna fracción saldrá en el segundo bienio.
Art. 40. Los Representantes no podrán ser reelectos para la
misma cámara hasta pasado un bienio de su renovación.

Capítulo 3°

De la Cámara de Senadores.

Art. 41. Los mismos electores que nombraren a los representan­


tes, elegirán también a los senadores, por medio de compromisarios
designados en proporción de cinco por cada Senador.
Art. 42. Se nombrarán por cada departamento tres senadores,
uno por la provincia de Tarija y otro por la Litoral.
Art. 43. Para ser Senador se requiere: l.# Ser ciudadano en ejer­
cicio, y tener la residencia de diez años en la Repúbllica. 2.° Haber
nacido en el departamento, o tener cinco años de vecindad en él.
3.° Tener treinta y cinco años de edad. 4.° Un capital de doce mil pesos
en bienes raíces, o una renta de mil pesos, o una profesión que la
produzca. 5.° No haber sido condenado a pena corporal o de infamia.
Art. 44. El Senado tiene la iniciativa: 1.® En la formación de los
Códigos Civil, Penal, de Procedimientos, de Minería y de Comercio, y
los reglamentos eclesiásticos. 2.® En las leyes relativas a reformas
judiciales. 3.® En las que repriman las infracciones de la Constitu­
ción. 4.® En las leyes sobre el ejercicio del patronato y todo lo que le
concierna. 5.® En el examen de las decisiones conciliares, bulas, breves
y rescriptos pontificios, para su retención o pase. 6.® En las leyes de
imprenta., estudios y métodos de enseñanza. 7.® En todas las que
tiendan a proteger la libertad de imprenta.
Art. 45. Son atribuciones exclusivas del Senado: 1.* Decretar
premios y honores públicos a los que los merezcan por sus servicios a
la República. 2.* Conceder a los bolivianos la admisión de los empleos,
232
CIRO FÉLIX TRIGO

títulos y emolumentos que les acordare otro Gobierno, cuando I03


merezcan por sus servicios. 3.* Oír las quejas contra los Ministros de
la Corte Suprema, juzgarlos definitivamente y aplicarles la respon­
sabilidad. Una ley especial arreglará este juicio.
Art. 46. Corresponde también al Senado, juzgar en público a los
acusados por la Cámara de Representantes. En este caso, la concu­
rrencia de las dos terceras partes de votos hará sentencia contra el
acusado al efecto único de separarle del empleo, pasando su causa a
la Corte Suprema de Justicia, para que juzgue conforme a las leyes.
Art. 47. Pertenece igualmente al Senado proponer en terna los
Ministros de la Corte Suprema y Superiores de Justicia, los Arzobis­
pos y Obispos, y aprobar los Generales del Ejército propuestos por
el Ejecutivo.
Art. 48. El Senado se renovará por terceras partes cada dos
años: el primero y segundo tercio saldrá por suerte, y si hubiere una
fracción quedará para salir en el último bienio.
Art. 49. Los Senadores no podrán ser reelectos hasta pasados
dos años de su renovación.

Capítulo 4.°

De la formación de las leyes

Art. 50. El Gobierno puede presentar a las cámaras los proyec­


tos de ley que juzgue convenientes, excepto los que se dirijan a re­
formar la Constitución.
Art. 51. Los Ministros de Estado pueden asistir a las sesiones,
para discutir las leyes y demás asuntos que no sean constitucionales;
más no podrán hallarse en las votaciones.
Art. 52. Cualquiera de las cámaras podrá iniciar una ley sobre
los negocios que esta Constitución no les comete expresamente.
Art. 53. Adoptado un proyecto de ley en la cámara que lo inició,
se pasará a la otra, para que discutido lo apruebe o lo deseche en el
período de aquella sesión.
Art. 54. Ningún proyecto de ley desechado por una de las cáma­
ras podrá repetirse en la sesión de aquel bienio.
LAS CONSTITUCIONES DE BOUVIA 233

gM r
! A rt 55. Los proyectos de ley aprobados por ambas cámaras se
pasarán al Ejecutivo.
Art 56. Si el Poder Ejecutivo los suscribe, o en el termino de
diez días no los devuelve objecionados, tendrán fuerza de ley.
Art. 57. Si el Gobierno creyere que la ley no es conveniente, de­
berá devolverla con sus observaciones a la Cámara respectiva, en el
término de diez días perentorios.
Art. 58. Reunidas ambas cámaras reconsiderarán las leyes de­
vueltas por el Ejecutivo, conforme al artículo anterior, y las dos ter­
ceras partes de sufragios harán su última sanción.
Art. 59. Los sufragios de ambas cámaras, en el caso del artículo
precedente, serán nominales por sí o por no; y se publicarán inme­
diatamente por la prensa las observaciones del Ejecutivo, los nom­
bres y fundamentos de los sufragantes.
Art. 60. Si los proyectos de ley devueltos por el Ejecutivo no
obtuvieren las dos terceras partes de sufragios, y fueren aprobados
en la primera renovación de ambas cámaras, con la pluralidad abso­
luta de sus miembros presentes, tendrán fuerza de ley, y serán eje­
cutados sin más diligencia.
Art. 61. Los proyectos de ley que pasaren al Gobierno en los
últimos diez días de las sesiones de las cámaras, podrán ser retenidos
¡hasta las primeras sesiones, y entonces deberá devolverlos el Eje­
cutivo con sus observaciones.
Art. 62. La Cámara en que hubiese tenido principio la ley, diri­
girá al Presidente de la República dos copias firmadas por su presi­
dente y secretario, con la fórmula siguiente: La Cámara de ... con
aprobación déla de ... dirige al Poder Ejecutivo la ley sobre ... para
que se promulgue.
Art. 63. Las leyes se promulgarán con esta fórmula: N. de N.
Presidente de la República Boliviana: Hacemos saber a todos los
bolivianos, que el Congreso ha decretado, y Nos publicamos la si­
guiente ley (aquí el textoJ. Mandamos por tanto a todas las autori­
dades de la República, la cumplan y hagan cumplir.
Art. 64. El Ministro la hará imprimir, publicar y circular a quien
corresponda, y la firmará el Presidente y el respectivo Ministro de
Estado. _ ,,
Art. 65. En los decretos que diere el Cuerpo Legislativo, la for­
mula será: Ejecútese.
234 CIRO FÉLIX TRIGO

T ít u l o q u in t o

Del Poder Ejecutivo

Capítulo 1.°

Art. 66. El Poder Ejecutivo reside en el Presidente del Estado


y tres Ministros del despacho.

Capítulo 2°

D el P r e s i d e n t e

Art. 67. Para ser Presidente de la República se requieren las ca­


lidades siguientes: 1.* Haber nacido en el territorio de Bolivia y ser
ciudadano en ejercicio. 2.* Tener treinta y cinco años de edad.
3.* Haber hecho servicios importantes a la República. 4.* Tener talen­
tos acreditados para la administración del Estado. 5.* No haber sido
condenado jamás por los tribunales a pena corporal o infamante.
Art. 68. El Presidente de la República será elegido por las juntas
electorales de parroquia. Si ninguno obtuviere las dos terceras partes
de votos de los electores que sufragaren en las juntas, el Congreso, a
quien corresponde hacer la regulación, escogerá los tres candidatos
que hubieren reunido mayor número de votos, y de ellos ele<nrá al
Presidente de la República.
Art. 69. Esta elección se hará en sesión permanente, y por votos
secretos. Si hecho el escrutinio, ninguno reuniere los dos tercios de
los votos de los miembros concurrentes a la elección, se contraerá la
votación a los dos candidatos que hubieren obtenido mayor número
de sufragios; y si ninguno los tuviere, se repetirán las votaciones
hasta obtenerlos.
Art. 70. La primera elección de Presidente se hará por la Asam­
blea General en sesión permanente, después de sancionada la Cons­
titución, y por votación nominal, en la que el electo deberá reunir las
tres cuartas partes de sufragios.
Art. 71. El Presidente constitucionalmente electo, antes de en­
trar a desempeñar el cargo, presentará en manos del Presidente del
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 235

d0 reunidas las dos cámaras, y la primera vez en manos del


'dente de la Asamblea General, el siguiente juramento; “ Yo N.
? r6S1 Dios Nuestro Señor y estos santos Evangelios, que desem-
'aré le-almente el cargo de Presidente que me confía la Nación;
urote-eré la religión del Estado; conservaré la integridad e inde-
dencia de la República; observaré y haré observar fielmente la
Constitución y las leyes. Si así lo hiciere, Dios me ayude; y si no El
m e dem ande, y la patria ante la ley.”
Art. 72. La duración del Presidente de la República sera la de
atro años; y podrá ser reelecto conforme a los artículos 68 y 69.
° U Art. 73. ' El Presidente de la República es el jefe de la adminis­
tración del Estado, responsable solamente por los delitos de traición,
r e t e n c ió n ilegal del mando y usurpación de cualquiera de los otros
poderes constitucionales.
Art. 74. Las atribuciones del Presidente de la República son:
1 * Abrir las sesiones de las cámaras, y presentarles un mensaje so­
bre el estado de la República. 2.* Mandar publicar, circular y hacer
ejecutar las leyes. 3.* Expedir los decretos y reglamentos especiales
para el cumplimiento de las leyes. 4.* Cumplir y hacer cumplir las
sentencias de los tribunales de justicia. 5.* Devolver a las cámaras,
dentro del término de diez días, con las observaciones que crea con­
venientes, las leyes que a su juicio merezcan considerarse de nuevo.
6.* Retener las leyes que se dieren en los últimos diez días anteriores
a la última sesión de las cámaras, para presentarlas con sus obser­
vaciones a las inmediatas. 7.* Mandar promulgar las leyes, que ha­
biendo sido observadas se sancionaren según los artículos 58 y 60.
8.“ Nombrar y separar por sí solo a los Ministros del despacho. 9. Pe­
dir al Cuerpo Legislativo la prorrogación de sus sesiones ordinarias,
hasta por treinta días. 10. Convocar al Cuerpo Legislativo para se­
siones extraordinarias, en el caso de qtie sea necesario. 11. Disponer
de la fuerza armada de mar y tierra, para la defensa exterior y segu­
ridad interior de la República. 12. Mandar los ejércitos de la Repú­
blica; y en persona cuando lo crea conveniente, en cuyo caso el
Vicepresidente quedará encargado de la suprema administración del
Estado. 13. Nombrar los empleados en el ejército hasta el grado de
coronel inclusive, y proponer al Senado para la alta clase, con el
informe de sus servicios. E n el campo de batalla podrá conferir los
empleos de la alta clase, a nombre de la Nación. 14. Conceder licencias
236 CIRO FÉLIX TRIGO

y retiros a los militares, y pensiones a éstos o a sus familias, conforme


a las leyes. 15. Declarar la guerra, con previo decreto del Cuerpo
Legislativo. 16. Conceder patentes de corso. 17. Disponer de la guar­
dia nacional para la seguridad interior, dentro de los límites de sus
departamentos respectivos, y fuera de ellos, con consentimiento del
Cuerpo Legislativo. 18. Establecer escuelas militares. 19. Nombrar
los Ministros diplomáticos, cónsules y subalternos del departamento
de Relaciones Exteriores. 20. Dirigir las negociaciones diplomáticas, y
celebrar tratados de paz, amistad- federación, alianza, treguas, neu­
tralidad, comercio y cualesquiera otros; debiendo preceder siempre la
aprobación del Cuerpo Legislativo. 21. Celebrar concordatos, sobre
las instrucciones que le diere el Congreso. 22. Recibir embajadores y
ministros extranjeros. 23. Ejercer el patronato general respecto de
las iglesias, beneficios y personas eclesiásticas, conforme a las leyes.
24. Presentar los arzobispos y obispos, escogiendo uno de la terna
que le pasare el Senado. 25. Elegir uno de los eclesiásticos que le
proponga el Consejo de Estado, para las dignidades, canonjías y pre­
bendas. 26. Conceder el pase, o suspender las decisiones conciliares,
bulas, breves y rescriptos pontificios, con consentimiento del Con­
greso. 27. Proveer todos los empleos de la República, que no estén
reservados por esta Constitución a otro poder. 28. Elegir los Minis­
tros de la Corte Suprema y Superiores de Justicia, de la terna que le
pasare el Senado. 29. Declarar la jubilación de los empleados, según
las leyes. 30. Cuidar de la recaudación e inversión de los caudales
públicos, con arreglo a las leyes. 31. Pedir a los jefes de todos los
ramos y departamentos de la administración, los informes que crea
convenientes. 32. Suspender hasta por tres meses a los empleados de
la República, por descuido, omisión, o mal cumplimiento de sus deberes,
en clase de castigo correccional; si el delito exigiere formación de
causa, para la destitución u otros efectos, la pasará al conocimiento
del tribunal competente. 33. Confirmar las sentencias pronunciadas
por los consejos de guerra, arreglándose a las leyes militares.
34. Conmutar a los reos las penas capitales a que fueren condenados
por los tribunales, en un destierro de diez años. 35. Todos los objetos
de policía y los establecimientos públicos, cualesquiera que sean, es­
tán bajo la suprema inspección del Presidente, según las leyes y orde­
nanzas que los rigen. 36. Expedir las cartas de naturaleza y ciuda­
danía que decrete la Cámara de representantes. 37. Expedir a nom-
tlpí-v .
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 23 7
QSí'^’.V"*V
bre de la República los títulos y nombramientos a los magistrados,
jueces y empleados. 38. Disolver las cámaras constitucionales, con
dictamen afirmativo del Consejo de Estado, y de la Corte Suprema
de Justicia reunidos, cuando manifiesta e indudablemente salgan de
los límites que les prescribe esta Constitución.
Art. 75. Disueltas las cámaras, conforme a la atribución ante­
rior, convocará el Presidente otras para el siguiente período consti­
tucional. Los miembros de las cámaras disueltas podrán ser reelectos
en este período.
Art. 76. Son restricciones del Presidente de la República: 1.* No
podrá el Presidente privar de su libertad a ningún boliviano, ni im­
ponerle por sí pena alguna, sino la correccional a los empleados.
2.* Cuando la seguridad de la República exigiere el arresto de uno o
más individuos, no podrá detenerlos más de cuarenta y ocho horas,
sin poner al acusado a disposición del tribunal o juez competente.
3.* No podrá privar a ningún hombre de su propiedad, sino en el caso
que el interés público lo exija con urgencia, y entonces deberá prece­
der una justa indemnización al propietario. 4.“ No podrá impedir las
elecciones, ni las demás atribuciones que por las leyes competen a los
otros poderes de la República. 5.* Cuando el Presidente salga del
lugar en que reside el Gobierno, no podrá hacerlo sin llevar consigo,
a lo menos uno de los secretarios del despacho, con el carácter de
Ministro General.
Art. 77. Todas estas restricciones no tendrán lugar en los casos
de invasión repentina, o de conmociones interiores. En tales aconte­
cimientos, usará de facultades extraordinarias con dictamen afirma­
tivo del Consejo de Estado.
Art. 78. No podrá ausentarse del territorio de la República, sin
permiso del Cuerpo Legislativo, durante el período de su administra­
ción, y el de las sesiones de las cámaras que eligiere su sucesor.
Art. 79. Las acusaciones a que según la Constitución está sujeto
el Presidente, no podrán hacerse más que durante el período de su
administración, y el de las sesiones del Congreso que eligiere su
sucesor.
Art. 80. Si por una revolución, o un motín militar, fuere de­
puesto el Presidente de la República, será juzgado conforme a la
Constitución y las leyes; y las cámaras no podrán elegir otro sin que
aquél sea destituido constitucionalmente.
238 CIRO FÉLIX TRIGO

Capítulo 3.“
. 'H
Del Vicepresidente

' Art. 81. Habrá un Vicepresidente de la República, elegido del


mismo modo que el Presidente.
Art. 82. En los casos de muerte, imposibilidad física o moral, o
suspensión del Presidente, el Vicepresidente desempeñará su cargo
Art. 83. Para ser Vicepresidente se requieren las mismas cali-
dades que para Presidente.
Art. 84. El Vicepresidente de la República podrá encargarse de
cualquiera de los Ministerios del despacho, a juicio del Presidente.
Art. 85. El Vicepresidente es responsable ante la ley, de los ac­
tos de su administración como jefe del Estado, o como Ministro
secretario.
Art. 86. No podrá ausentarse del territorio de la República y de
la capital, sin permiso del Presidente, previo dictamen del Consejo
de Estado.

Capítulo 4.°

De los Ministros de Estado

Art. 87. Habrá tres Ministros de Estado para el descacho- el


uno se encargará de los departamentos del Interior y Relaciones Ex­
teriores, el otro del de Hacienda y el tercero del de Guerra.
Art. 88. Los tres Ministros despacharán bajo las órdenes inme­
diatas del Presidente.
Art. 89. Ningún tribunal, ni persona pública cumplirá las ór­
denes del Presidente, que no estén rubricadas por él mismo y firma­
das por el Ministro del despacho en el departamento respectivo.
. Art‘ k °s Ministros del despacho serán responsables de las
ordenes que autoricen contra la Constitución, las leyes, decretos y los
tratados públicos. Una ley especial arreglará la responsabilidad del
Presidente, Vicepresidente, Ministros y Consejeros de Estado.
Art. 91. Los Ministros de Estado formarán y presentarán a las
cámaras respectivas los presupuestos bienales de los gastos que de-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 239

gm m
^ hacerse en sus respectivos ramos, y rendirán cuenta de lo que se
„biese hecho en el bienio anterior.
Art 92 A falta del Presidente y Vicepresidente de la República,
W encargarán interinamente de la administración los tres Ministros
f Tetado debiendo presidir el del Interior y Relaciones Exteriores.
Art. 93- En tal caso, y antes de diez días, el Consejo de Ministros
vocará extraordinariamente al Cuerpo Legislativo; salvo que la
falta del Presidente y Vicepresidente proceda de hallarse ambos en

Cam^ ^ a94- para ser Ministro de Estado se requieren las mismas


calidades que para Senador.

T ít u l o sexto
mk • •-
Del Consejo de Estado

Capítulo único

Art. 95- Habrá un Consejo de Estado compuesto de siete indi­


viduos, nombrados por el Congreso a pluralidad absoluta de votos,
conforme a la atribución 3.* del artículo 19.
Art. 96. Por cada departamento habrá un Consejero de Estado,
y otro por las provincias Litoral y de Tarifa.
Art. 97. Los mismos electores que nombraren a los represen­
tantes y senadores, pasarán al Congreso Constitucional una lista de
candidatos que no exceda de diez individuos, ni baje de cinco.
Art. 98. El Presidente y Vicepresidente de la República que hu­
biesen acabado de mandar constitucionalmente, serán consejeros na­
tos de Estado, a más de los siete individuos del artículo 95.
Art. 99. Para ser Consejero de Estado se necesitan las mismas
cualidades que para Senador.
Art. 100. Son atribuciones del Consejo de Estado: 1.* Dar pre­
cisamente sus dictámenes al Poder Ejecutivo, sobre todos los asuntos
que le pasare en consulta. 2.* Convocar las cámaras legislativas en el
período establecido por la Constitución y las leyes, si el Poder Ejecu­
tivo no lo hace; y también las juntas electorales en los casos de la ley.
3.' Velar sobre la observancia de la Constitución, e informar docu­
240 CIRO FÉLIX TRIGO

mentadamente al Cuerpo Legislativo sobre las infracciones de el


4.“ Hacer el Gobierno las propuestas de las dignidades, canonjías
prebendas.
Art. 101. El Presidente de la República oirá el dictamen del Ce
sejo en los asuntos graves, quedando en absoluta libertad para tom
las resoluciones convenientes.
Art. 102. Los Consejeros de Estado son responsables, no so]
mente de los dictámenes que presten al Poder Ejecutivo, sino tai
bién de todos los actos de su peculiar atribución.
Art. 103. Los Consejeros de Estado no podrán ser suspensos <
sus destinos, sino en la forma que puedan serlo los diputados.
Art. 104. En defecto de Presidente, Vicepresidente y Conse
de Ministros, el Presidente del Consejo de Estado se encargará de
administración de la República, en cuyo caso convocará extraordin
riamente al Cuerpo Legislativo, en el término de diez dias, para 1
casos de la ley.
Art. 105. Los miembros del Consejo de Estado durarán por cu
tro años, y no podrán ser reelectos sino pasados otros cuatro. Ui
ley especial arreglará el ejercicio de las atribuciones de este cuerp

T ít u l o s é p t im o

Del Poder Judicial

Capítulo 1.»

De las atribuciones de este poder


Art. 106. La facultad de juzgar pertenece exclusivamente a 1c
tribunales establecidos por la ley.
Art. 107. Los magistrados y jueces no podrán ser suspensos d
sus empleos, sino en los casos determinados por las leyes orgánica
Art. 108. Toda falta de los funcionarios públicos en el ejercici
de sus funciones, produce acción popular, la cual puede intentars
en el término de dos años por la Cámara de Representantes, o inme
diatamente por cualquier boliviano, conforme a las leyes.
Art. 109. Los magistrados y jueces son responsables personal
mente. Una ley especial determinará el modo de hacer efectiva est¡
responsabilidad
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 241

Art 110. El Gobierno y los tribunales no podrán en ningún caso


¿Iterar, ni dispensar los trámites y fórmulas, que prescribieren las
leyes en las diversas clases de juicios. ,
Art. 111. Ningún boliviano podrá ser juzgado en causas civiles
y c r im in a le s , sino por el tribunal designado con anterioridad por

13 *Art. 112. La justicia se administrará en nombre de la Nación; y


las ejecutorias y provisiones de los tribunales superiores, se enca­
bezarán del mismo modo.

Capítulo 2.®

De la Corte Suprema

Art. 113. La primera magistratura judicial de la República re­


sidirá en la Corte Suprema de Justicia. Esta se compondrá de un pre­
sidente, seis vocales y un fiscal, divididos en las salas convenientes.
Art. 114. Para ser individuo de la Corte Suprema de Justicia se
requiere: 1.® Ser ciudadano en ejercicio. 2.® La edad de treinta y cinco
años. 3.® Haber sido individuo de algunas de las cortes de distrito ju­
dicial. 4.® No haber sido condenado a pena corporal o infamante.
Art. 115. Son atribuciones de la Corte Suprema de Justicia: 1.'
Conocer de las causas criminales del Presidente y Vicepresidente de la
República, de los Ministros y Consejeros de Estado, y de los miem­
bros de las cámaras, cuando lo decrete el Cuerpo Legislativo. 2.’ Co­
nocer de las causas civiles del Presidente y Vicepresidente de la Re­
pública, cuando fueren demandados. 3.» Conocer de las causas que re­
sulten de los contratos o negociaciones del Poder Ejecutivo. 4.4 Cono­
cer de todas las causas contenciosas del patronato nacional. 5.’ Co­
nocer de las causas contenciosas de los ministros plenipotenciarios,
cónsules y toda clase de agentes diplomáticos. 6.1 Conocer de las cau­
sas criminales de toda clase de agentes diplomáticos de la República.
7.* Conocer de las causas de separación de los magistrados de distrito
judicial, y prefectos departamentales. 8.’ Dirimir las competencias de
las cortes de distrito entre sí, y las de éstas con las demás autoridades.
9.* Conocer de toda clase de terceras instancias del fuero común. 10.
Oír las dudas de los demás tribunales sobre la inteligencia de alguna
ley, y consultar al Ejecutivo, para que promueva la conveniente de-
24 2
CIRO FÉLIX TRIGO

claracicn de las cámaras. 11. Conocer de los recursos de nulidad, qUe


se interpongan contra las sentencias dadas en última instancia por
las cortes de distrito, o tribunales eclesiásticos por vías de fuerza
12. Examinar el estado y progreso de las causas civiles y criminales
pendientes en las cortes de distrito y juzgados eclesiásticos, por loa
medios que la ley establezca.

Capítulo 3.*

De las cortes de Distrito Judicial

Art. 116. Se establecerán cortes de distrito judicial, en aquellos


departamentos que el Cuerpo Legislativo juzgue conveniente.
Art. 117. Para ser vocal de estas cortes se requiere: 1.a Ser ciu­
dadano en ejercicio. 2.” Tener treinta años de edad. 3.» No haber sido
condenado a pena corporal o infamante. 4.° Haber sido relator, agente
fiscal, juez de letras, auditor del ejercicio o rector abogado, todo3
con servicio de cuatro años; o abogado que hubiese ejercido su«pro-
fesión con crédito por ocho años.
Art. 118. Son atribuciones de las cortes de distrito judicial; 1.»
Conocer en segunda instancia de todas las causas civiles y criminales,
conforme a las leyes. 2.» Conocer de las competencias entre todos los
jueces subalternos de su distrito judicial. 3.' Conocer de los recursos de
fuerza, que se introduzcan de los tribunales y autoridades eclesiás­
ticas de su territorio. 4.* Conocer de los recursos de nulidad de las
sentencias de los jueces de primera instancia, que causen ejecutoria.
5.* Conocer de las causas de separación de los jueces y empleados de­
signados por la ley.

Capítulo 4.s

De los 'partidos judiciales

Art. 119. Se establecerán en las provincias, partidos judiciales


proporcionalmente iguales; y en cada capital de partido habrá un
juez de letras, con el juzgado que las leyes determinen.
Art. 120. Las facultades de los jueces de letras se reducen a lo
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 243

contencioso, y pueden conocer sin apelación, hasta la cantidad de


d o s c i e n t o s pesos.
Art 121. Para ser juez de letras se requiere: 1.® Ser ciudadano en
• icio 2 ° Tener la edad de veinticinco años. 3.° Ser abogado reci-
K T e n cualquiera de las cortes de la República. 4.“ Haber ejercido la
p r o f e s i ó n con crédito por cuatro años cumplidos. 5.° N o haber sido
-co n d e n a d o a pena corporal o infamante.

Capítulo 5.”
De la administración di justicia

Art. 122. Habrá jueces de paz en las capitales y cantones de la


para las c o n c i l i a c i o n e s y juicios v e r b a le s .
R e p ú b lic a ,
Art. 123. Los jueces de paz serán nombrados por los prefectos
de los departamentos, de los propuestos en terna por los respectivos
jueces de letras. , , .
Art. 124. El destino de juez de paz es concejil, y nmgun ciuda­
dano sin causa justa podrá eximirse de desempeñarlo.
Art. 125. Los jueces de paz se renovarán cada año, y no podran
ser reelectos sino pasados dos.
Art. 126. No se conocen en los juicios más que tres instancias.
Queda abolido el recurso de injusticia notoria.
Art. 127. Ningún boliviano puede ser preso, sin precedente in­
formación del hecho, y un mandamiento escrito del juez competente.
Art. 128. Acto continuo, si fuere posible, deberá dar su declara­
ción sin juramento, que en ningún caso podrá diferirse por mas
tiempo que el de cuarenta y ocho horas.
Art. 129. ln fraganti todo delincuente puede ser arrestado por
cualquiera persona, y conducido a presencia del juez. ^
Art. 130. En las causas criminales, el juzgamiento será publico
desde el momento en que se tome la confesión al reo. ^
Art. 131. En las causas criminales, el juzgamiento será publico
desde el momento en que se tome la confesión al reo.
A rt. 131. No se usará jamás del tormento, ni se exigirá confe­
sión por apremio.
Art. 132. Las cárceles sólo deben servir para la segundad de los
reos. Toda medida, que a pretexto de precaución, conduzca a morti­
244 CIRO FÉLIX TRIGO

ficarlos más allá de lo que aquélla exige, es un atentado contra la


seguridad individual, que será castigado según las leyes.
Art. 133. Queda abolida toda confiscación de bienes, y toda pen»
cruel y de infamia trascendental.
Art. 134. Si en circunstancias extraordinarias, la seguridad de
la República exigiere la suspensión de algunas de las formalidades
prescritas por esta Constitución y las leyes, podrán las cámaras de­
cretarla. Si éstas no estuviesen reunidas, podrá el Ejecutivo, con dic­
tamen afirmativo del Consejo de Estado, desempeñar esta función
como medida provisional, con cargo de dar cuenta a las cámaras, y de
responder de los abusos que hubiese cometido.

T ít u l o octavo

Del régimen interior

Capítulo único

Art. 135. El gobierno superior de cada departamento residirá en


un prefecto; el de cada provincia es un gobernador, y el de los can­
tones en un corregidor.
Art. 136. En la campaña habrá alcaldes.
Art. 137. Para ser prefecto o gobernador se requiere: 1.° Ser
ciudadano en ejercicio. 2.° Tener la edad de treinta años. 3.° No haber
sido condenado a pena corporal o infamante.
Art. 138. Los prefectos y gobernadores durarán en el desempeño
de sus funciones, por el término de cuatro años; pero podrán ser
reelectos.
Art. 139. Los destinos de corregidor y alcalde son un servicio a
la Patria; y ningún ciudadano, sin causa justa, podrá eximirse de
desempeñarlos
Art. 140. Los corregidores y alcaldes durarán en sus destinos
tanto cuanto duren sus buenos servicios, a juicio de los prefectos y
gobernadores.
Art. 141. Las atribuciones de los prefectos, gobernadores, corre­
gidores y alcaldes, serán determinadas por una ley.
Art. 142. Está prohibido a los prefectos, gobernadores y corre­
gidores, todo conocimiento judicial; pero si la tranquilidad pública
SSgr'ii
w|*B
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 245

. i -ere la aprehensión de algún individuo, y las circunstancias no


m itieren ponerla en noticia del juez respectivo, podrán ordenarla
¿íeflde lueg0) dando cuenta al juzgado competente dentro de 48 horas.
C u alqu ier exceso que cometieren estos empleados, contra la seguridad
Individual, o la del domicilio, produce acción popular.
w- ;

T ít u l o noveno
•te -
W .
m De la fuerza

Capítulo único

Art. 143- Habrá en la República una fuerza armada permanente,


la que se compondrá del ejército de línea, y de una escuadra.
Art. 144. Habrá también una Guardia Nacional y un resguardo
militar, cuyo arreglo y deberes se designarán por una ley.
Art. 145. La fuerza armada es esencialmente obediente; en nin­
gún caso puede deliberar.

T ít u l o d é c im o

De la reforma de la Constitución

Capítulo único

Art. 146. Si se advirtiere que alguno o algunos artículos de esta


Constitución merecen reforma, se hará la proposición por escrito,
firmada a lo menos, por la mitad de los miembros presentes de cual­
quiera de las cámaras.
Art. 147. La proposición será leída por tres veces, con el inter­
valo de seis días de una a otra lectura, y después de la tercera, deli­
berará la cámara si la proposición podrá ser o no admitida a discusión.
Art. 148. Admitida a discusión por dos terceras partes de su­
fragios, y convencida la cámara de la necesidad de reformar la Cons­
titución, observará lo prevenido para la formación de las demás leyes.
En este caso, se reunirán las cámaras conforme al artículo 29, atri­
bución 4.*, para indicar las bases sobre que deba recaer la reforma;
246 CIRO FÉLIX TRIGO
h
para lo que serán necesarios los dos tercios de los sufragios de am. •
bas cámaras.
Art. 149. En las primeras sesiones de la legislatura, en que haya
renovación, será la materia propuesta y discutida; y lo que las cá­
maras reunidas resolvieren, se cumplirá. 1
Art. 150. Antes de esta resolución se consultará por las cáraa- 1
ras al Consejo de Estado y al Poder Ejecutivo, sobre la conveniencia M
y necesidad de la reforma.

T ít u l o ú l t im o

.-.Yt
De la s garantías
*
Capítulo único

Art. 151. La Constitución garantiza a todos los bolivianos su


libertad civil, su seguridad individual, su propiedad y su igualdad
ante la ley, ya premie ya castigue.
Art. 152. Todos pueden comunicar sus pensamientos de palabra
o por escrito, y publicarlos por medio de la imprenta, sin censura
previa, bajo la responsabilidad que las leyes determinen.
Art. 153. Todo boliviano puede permanecer o salir del territorio
de la República, según le convenga, llevando consigo sus bienes; pero
guardando los reglamentos de policías, y salvo siempre el derecho de
tercero.
Art. 154. Toda casa de boliviano es un asilo inviolable: su alla­
namiento será en los casos y de la manera que la ley lo determine.
Art. 155. Quedan abolidos todos los empleos y privilegios here­
ditarios; y son enajenables todas las propiedades, aunque pertenez­
can a obras pías, a religiones u otros objetos.
Art. 156. Ningún género de trabajo o industria puede ser prohi­
bido, a no ser que se oponga a las costumbres públicas, a la seguridad
y a la salubridad.
_ Art. 157. Todo inventor tendrá la propiedad de sus descubri­
mientos, y de sus producciones: la ley le asegurará un privilegio ex­
clusivo temporal, o el resarcimiento de la pérdida que tenga en caso
de publicarlos.
Art. 158. Nadie ha nacido esclavo en Bolivia desde el 6 de agosto
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 247
W* ■ í
1825. Queda prohibida la introducción de esclavos en su territorio,
ov A r t ' 15g_ Ningún boliviano está obligado a hacer lo que no
f c a n d a la ley, o impedido de hacer lo que ella no prohíbe.
^go. Las acciones privadas, que de ningún modo ofenden al
orden público establecido por las leyes, ni perjudican a un tercero,
están reservadas sólo a Dios, y exentas de toda autoridad.
Art 161. Todos los habitantes de la República tienen derecho
ara elevar sus quejas, y ser oídos por todas las autoridades.
Art 162. Es inviolable el secreto de las cartas. Los empleados
de la renta de correos serán responsables de la violación de esta ga­
rantía, fuera de los casos que prescriben las leyes.
Art. 163. Están prohibidas las requisiciones arbitrarias y el apo-
deramiento injusto de los papeles y correspondencia de cualquier bo­
liviano. La ley determinará en qué pasos y con qué justificación
puede procederse a ocuparlos.
Art. 164. Ningún hombre, ni reunión de individuos, puede hacer
peticiones a nombre del pueblo, sin su autorización; ni menos arro­
garse el título de pueblo soberano. La infracción de este artículo ea
un crimen de sedición.
Art. 165. Los poderes constitucionales no podrán suspender la
Constitución, y los derechos que corresponden a los bolivianos, sino
en los casos y circunstancias expresados en la misma Constitución,
señalando indispensablemente el término que deba durar la sus­
pensión.
Art. 166. Quedan derogados por esta Constitución todas las
leyes que estén en oposición con ella.
Art. 167. Cualquiera que atentare por vías de hecho contra esta
Constitución o contra el Jefe de la Administración de la República, es
traidor, infame y muerto civilmente.
Dada en la Sala de Sesiones del Congreso Constitucional, en Chu-
quisaca, a 16 de octubre de 1834.—José Ballivián, Presidente del Con­
greso, representante por La Paz.—Crispín Diez de Medina, Presidente
del Senado, senador por La Paz.—Pedro Buitrago, senador por Chu-
quisaca.—Miguel María de Aguirre, senador por Cochabamba—Ma­
nuel Hilario de Irigoyen, representante por Cochabamba.—Agustín
Fernández de Córdova, senador por Chuquisaca. Martín Cardón,
senador por La Paz.—José Eustaquio Eguivar, senador por P o t o s í-
Diego de la Riva, senador por Santa Cruz.—José Ignacio de Sanjines,
248
CIRO FÉLIX TRIGO

senador por Potosí.—Fermín Eyzaguirre, senador por La Paz.—Mn


nano Pradel, representante por La Paz.—José Villafán, representan*'
por rurcC—Mariano Calvimontes, representante por Chuquisaca —
Nicolás Dorado, representante por Potosí.—José Mariano Enríquez
senador por Chuquisaca.—Gabriel José de Moreno, representante pot
Santa Cruz.—Manuel Argote, representante por Cochabamba.—José
Mana Calvimontes, representante por Cochabamba.—Ildefonso Vi
llamil, representante por La Paz.—Lorenzo Moreno, senador por Santa
Cruz—Pedro Antonio Oblitas, representante por Oruro.—Bernardo de
la Riva, representante por La Paz.-Melchor Mendizábal, senador por
Oruro. Mariano Montoya, representante por Potosí.—Atanasio Her
nandez representante por La Paz.-Mariano Lascano, senador Por
Santa Cruz. Mariano José Calvo, representante por Chuquisaca —
Juan de la Cruz Cisneros, representante por La Paz.— José María
Linares, representante por Potosí.-Gaspar Aramayo, senador por la
provincia Litoral.—José Lorenzo Maldonado, representante por Co­
chabamba.—Miguel Anselmo López, representante por Santa C ru z-,
Avelino Vea Murguía, representante por La Paz.—Francisco M Sem-
pertegui, representante por Oruro.—Pedro Antonio de la Puente re­
presentante por Potosí.—Pío Blanco, representante por Cochabamba
Manuel Díaz de Pareja, representante por Potosí.-Juan José de Asín
representante por La Paz.-José Manuel del Castillo, senador por
ruro.—Manuel Esteban Ponce de León, representante por Chuqui­
saca. Francisco Ibanez, representante por Santa Cruz.—Francisco
mpomuceno Palazuelos, senador por Oruro.—Manuel José Araos re­
presentante por Tarija.—Andrés María Torrico, senador por Cocha-
bamba.—José Pablo Hevia y Baca, senador por Tarija.—José Manuel
Osio, representante por Potosí.-Manuel Molina, senador por Potosí
Antonio Cabero, representante por Chuquisaca.-Juan Crisóstomo
Unzueta, senador por Cochabamba, Secretario.—Pedro José de Gue-
rra, representante por La Paz, Secretario.
Mandamos por tanto a todas las autoridades de la República, la
cumplan y hagan cumplir.—Palacio de Gobierno Boliviano en Chu-
quisaca, a 20 de octubre de 1834 años.—25.“ de la Independencia.—
Andrés Santa Cruz.—El Vicepresidente encargado del Ministerio de
la Guerra, José Miguel de Velasco.—El Ministro del Interior y Rela­
ciones Exteriores, Mariano Enrique Calvo.—El Ministro de Hacienda,
José María de Lara.
R.l,

CONSTITUCION POLITICA DE 1839

En el nombre de Dios

El Congreso Constituyente de Bolivia, ratificando el pronuncia­


miento general y simultáneo de la República, contra el proyecto de la
supuesta confederación Perú-Boliviana; declarando a mérito del mis­
mo pronunciamiento, insubsistente la Constitución promulgada en
1834; y usando de la facultad explícita que le han conferido los pue­
blos para constituir el país, decreta la siguiente.

S e c c ió n p r e v ie r a

De la Nación y de su culto

Artículo 1.* La Nación Boliviana se compone de todos los boli­


vianos, reunidos bajo de una misma asociación política: es libre e
independiente, y adopta para su Gobierno la forma popular represen­
tativa.
Art. 2.” El nombre de Bolivia es inalteraole.
Art. 3.° La religión del Estado es la Católica, Apostólica, Roma­
na, a la que prestará siempre la más decidida protección, y todos sus
habitantes el mayor respeto, sean cuales fueren sus opiniones religio­
sas. Es prohibido cualquier otro culto público.
250 CIRO FÉLIX TRIGO

S ección segunda

Del territorio de la República y sus habitantes

Art. 4.a El territorio de Bolivia comprende los departamentos de


Potosí, Chuquisaca, La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Oruro y Ta­
nja, y el distrito Litoral. Los departamentos y el distrito se dividen
en provincias y éstas en cantones.
Art. 5.a Son bolivianos de nacimiento: 1.® Los nacidos en el te­
rritorio de la República de padres bolivianos. 2.» Los nacidos fuera de
la República de padres bolivianos empleados en el servicio de ella,
o emigrados por amor a la causa de la independencia. 3.a Los nacidos
fuera de la República, de padre boliviano o madre boliviana, siempre
que manifiesten su voluntad de domiciliarse en Bolivia, inscribiéndose
en el registro nacional. 4.a Los nacidos en la República, de padres ex­
tranjeros, con tal que llegando a la edad de veintiún años se ins­
criban en dicho registro.
Art. 6.a Son bolivianos por naturalización: 1.a Los extranjeros
que renunciando el derecho de extranjería, se inscriban en el registro
nacional. 2.a Los vencedores de Junín y Ayacucho, y los que hubieren
combatido en el territorio de la República por su libertad e indepen­
dencia. *
Art. 7.a Son deberes de los bolivianos; 1.a Vivir sometidos a la
Constitución y a las leyes. 2.a Respetar y obedecer las autoridades
constituidas. 3.a Contribuir a los gastos públicos en proporción a sus
bienes. 4.a Velar sobre la conservación de las libertades públicas. 5*
Servir y defender a la patria, haciéndole el sacrificio de su misma vida
si fuere necesario. '

Sección tercera

De los ciudadanos

Art. 8.a Para ser ciudadano se requiere: 1.a Ser boliviano casado
Q mayor de veintiún años. 2.a Estar inscrito en el registro cívico.
Art. 9.a Los bolivianos comprendidos en el párrafo 1.a, artícu­
lo 6.», a más de estas calidades, para gozar del derecho de ciudadanía.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 251

> haber residido diez años continuos en la República, y cinco


¡ ann casados con boliviana.
A t 10 Los bolivianos comprendidos en el párrafo 2.a del mismo
a r t i c u lo a más de las calidades 1.* y 2.*, deben tener la de perma-
nr-ia en la República, para el mismo objeto.
n Art 11. E n l o s naturales de las secciones de la América antes^es-
'sólo se exige, para ser ciudadanos, la residencia de cuatro anos
n a ñ o la

«ison solteros, y la de dos, siendo casados con boliviana; inscribién­


dose unos y otros en el registro cívico.
Art 12. Sólo los ciudadanos que sepan leer y escribir, y tengan
capital de cuatrocientos pesos, o ejerzan alguna ciencia, arte u
oficio que les proporcione la subsistencia, sin sujeción a otro en clase
de sirviente doméstico, gozan del derecho de sufragio en las elecciones.
Art. 13. El ejercicio de ciudadanía se suspende: 1." Por demencia^
o o p0r'la tacha de deudor fraudulento, declarado legalmente tal. 3.8
Por hallarse procesado criminalmente, en virtud de delito que merez­
ca pena corporal o infamante. 4.’ Por ser notoriamente ebrio, juga­
dor o mendigo. 5.5 Por ser deudor de plazo cumplido a los fondos pú­
blicos no pagando a los treinta días después del requerimiento legal.
Art 14 El derecho de ciudadanía se pierde: 1.a Por adquirir na­
turaleza en país extranjero. 2.* Por traición a la causa pública 3.» Por
haber sufrido pena corporal o infamante, en virtud de condenación
iudicial. 4.5 Por adquirir empleos, títulos o emolumentos de otro go­
bierno, sin expreso consentimiento del Senado. 5.a Por comprar o ven­
der sufragios en las elecciones populares. ^
Art. 15. Los comprendidos en el artículo anterior podran ser
rehabilitados por la Cámara de Representantes.
Art. 16. Ningún boliviano que no esté en el goce de los derechos
de ciudadanía, podrá obtener empleo ni cargo público.

Sección cuarta

De la soberanía y su ejercicio

Art. 17. La soberanía reside esencialmente en la Nación. Su ejer­


cicio está encargado a los tres altos Poderes que establece esta Cons­
titución.
252
CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 18. Cada Poder ejercerá sus atribuciones con independen­


cia de los otros y sin excederse de los límites prescritos en esta Con 5
titucicn.

Sección quinta

Del Poder Legislativo

Art. 19. El Congreso, compuesto de dos Cámaras, una de Repre­


sentantes y otra de Senadores, ejerce el Poder Legislativo.
Art. 20. Se reunirá cada año en la capital de la República el
ia 6 de agosto, aunque no haya previa convocatoria: sus sesiones
ordinarias durarán 60 días, prorrogables hasta 90, a juicio del mismo
Congreso.

Sección sexta

De la Cámara de Representantes

Art. 21. La Cámara de Representantes se compondrá de dipu­


tados elegidos directamente por los pueblos, a simple pluralidad de
sufragios, en la proporción de uno por cada 40.000 almas, y otro por
una fracción que pase de 12.000. Una ley arreglará estas elecciones.
. t- \ ^ Representantes durarán en sus funciones cuatro
anos, renovándose por mitad cada dos: en el primer bienio saldrán
por suerte, y si hubiere fracción, quedará para renovarse en el si­
guiente.
Art. 23. Para ser Representante se requiere: 1.® Ser ciudadano
en ejercicio. 2.® Tener a lo menos veinticinco años de edad. 3.® Tener
un capital de tres mil pesos, y en su defecto ejercer una profesión
o industria que le produzca una renta de cuatrocientos pesos anuales.
4.a jNo ser empleado público a sueldo fijo o eventual. 5.® No haber
sufrido pena corporal o infamante, en virtud de condenación judi­
cial.
Art. 24. Son atribuciones peculiares a la Cámara de Represen­
tantes: 1.* Acusar ante el Senado al Presidente de la República, a los
Ministros de Estado, y a los de la Corte Suprema, por delitos come­
tidos en el ejercicio de sus funciones. 2.‘ Elegir a los jueces de letras
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVU 253

ggffifer-
la ^pública, de entre los propuestos por los consejos municipales
A departamento. 3.' Proponer una terna al Senado para Fiscal de
] Corte Suprema. 4.’ Rehabilitar a los que hubiesen perdido el de-
recho de ciudadanía.

S e c c ió n s é p t im a

Del Senado

Art. 25. El Senado de Bolivia se compondrá de tres senadores


por cada departamento, uno por el de Tarifa y otro por el distrito
Litoral.
Art. 26. Los senadores serán nombrados por compromisarios ele­
gidos directamente por los ciudadanos, que sufraguen por los repre­
sentantes.
Art. 27. La duración de los senadores será de seis anos, reno­
vándose por tercias partes: en el primero y segundo bienio, saldran
por cada departamento, uno por el de Tarija y otro por el distrito
Litoral, se renovarán en cada bienio.
Art. 28. Para ser Senador se necesita: 1.* Ser boliviano de naci­
miento. 2.° Ser ciudadano en ejercicio. 3.a Tener a lo menos treinta
años de edad. 4.a No ser empleado público a sueldo fijo o eventual. 5.a
Tener un capital de cuatro mil pesos, o una profesión o industria que
produzca a lo menos ochocientos pesos anuales. 6.a No haber sufrido
pena corporal o infamante, en virtud de condenación judicial. 7.a Te­
ner cuatro años de residencia en la República inmediatamente antes
de la elección.
Art. 29. Los ciudadanos que estuvieren ausentes de la RepuDlica,
en servicio de élla, no están comprendidos en el caso 7.a del articulo
anterior.
Art. 30. No obstante lo dispuesto en el párrafo 4.a del articulo ¿8,
uno de los tres senadores de cada departamento, podrá ser de la clase
de empleados, con tal que no sea Ministro de Estado, de la Corte Su­
prema, ni Prefecto.
Art. 31. Corresponde al Senado oír las acusaciones hechas por la
Cámara de Representantes contra el Presidente de la República y Mi­
nistros de Estado.
Art. 32. En el caso del artículo anterior el Senado se limitara
254 • CIRO FÉLIX TRIGO

a decidir, si ha lugar o no a la acusación propuesta: decidiéndose por


la afirmativa, suspenderá de su empleo al acusado, y lo pondrá a dis­
posición de la Corte Suprema, para que lo juzgue conforme a las leyes.
Art. 33. El Senado juzgará definitivamente a los Ministros de la
Corte Suprema, por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones
y les aplicará la responsabilidad.
Art. 34. El juzgamiento de que habla el artículo anterior, tendrá
lugar cuando haya acusación de la Cámara de Representantes, queja
de los ofendidos, o denuncia de cualquier ciudadano.
Art. 35. En los casos de los artículos 32 y 33, será necesaria la
concurrencia de los dos tercios de sufragios de los senadores pre­
sentes.
Art. 36. Una ley especial arreglará el curso y formalidades de es­
tos juicios.
Art. 37. Son también atribuciones especiales del Senado: 1.* De­
cretar premios y honores públicos a los que los merezcan por sus ser­
vicios a la República. 2.' Permitir a los bolivianos la admisión de ho­
nores, empleos, títulos o emolumentos de otro gobierno, siempre que
no se opongan a las leyes de la República. 3.* Proponer al Ejecutivo
ternas para el Arzobispado, obispado y prebendas eclesiásticas. 4.*
Aprobar o negar las propuestas que haga el Gobierno para generales
del ejército. 5.‘ Elegir los vocales y fiscales de los juzgados de alzadas
entre los propuestos por los concejos municipales de departamento.
6-9 Elegir a los Ministros de la Corte Suprema de entre los que pro­
pongan los concejos municipales; y al fiscal de la misma, de entre los
propuestos por la Cámara de Representantes.

S e c c ió n octava

Disposiciones comunes a ambas Cámaras

Art. 38. Las Cámaras sólo se reunirán en Congreso para los ca­
sos siguientes: 1.* Para abrir y cerrar sus sesiones. 2.5 Para verificar
el escrutinio de que habla el artículo 68 y en su caso perfeccionar la
elección del Presidente de la República. 3.» Para recibir el juramento
al Presidente de la República. 4.s Para admitir o negar la renuncia
o excusa del mismo. 5.s Para aprobar o negar los tratados y convenios
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 255

úblicos, celebrados por el Ejecutivo. 6.° Para reconsiderar las leyes,


Observadas por el Ejecutivo.
Art. 39- Las sesiones del Congreso y de ambas Cámaras serán
públicas; y no podrán ser secretas, sino cuando los dos tercios de los
miembros convengan en ello.
Art. 40. Los senadores y representantes tienen el carácter de ta­
les por la Nación, y no por la provincia o departamento que los nom­
bre- no recibirán órdenes, ni instrucciones de las asambleas electora­
les, ni de otra cualquiera corporación.
Art. 41. Los diputados no son responsables en ningún tiempo, ni
ante ninguna autoridad por las opiniones y votos que emitan en el
ejercicio de sus funciones.
Art. 42. Ningún diputado podrá ser preso, ni perseguido por cau­
sa criminal, veinte días antes de la reunión de las Cámaras, ni du­
rante sus sesiones, sin consentimiento de la Cámara respectiva.
Art. 43. Tampoco podrán ser demandados civilmente durante el
período designado en el artículo anterior, ni hasta treinta días des­
pués de cerradas las Cámaras.
Art. 44. Los diputados no podrán admitir empleo alguno público,
durante su diputación, ni dos años después.
Art. 45. Cuando un mismo ciudadano fuere nombrado para Se­
nador y Representante, preferirá el nombramiento para Senador.
Art. 46. Si fuere nombrado diputado por dos provincias o depar­
tamentos, lo será por el de su vecindad.
Art. 47. Los senadores y representantes podrán ser elegidos: y en
tal caso tendrán el derecho de renunciar.

Sección novena

De las atribuciones y restricciones comunes o ambas Cámaras.

Art. 48. Son atribuciones comunes a ambas Cámaras: 1.* Llamar


por sí a los suplentes cuando haya vacante por muerte, renuncia, des­
titución y otra causa justa. 2.' Decidir las reclamaciones que se hagan
sobre la calificación de sus respectivos miembros. 3.* Darse los re­
glamentos necesarios para su régimen interior. 4.* Examinar el estado
general de los gastos de la República, hechos en el año anterior; con
236 CIRO FÉLIX TRIGO

presencia de los manifiestos particulares de cada departamento A


distrito Litoral, para aprobarlos o no. 5.' Exigir del Gobierno dent«»
de los ocho dias subsiguientes a la apertura de las Cámaras, los do
mentos de que habla el párrafo anterior. 6.* Decretar en cada legisi '
tura los gastos públicos del año siguiente, en vista del presupUes/"
general, que al principio de las sesiones presente el Gobierno, por rae»
dio del Ministerio de Hacienda. 7.* Decretar lo conveniente para la con
servación, administración y enajenación de los bienes nacionales. 8 •
Establecer cuanto crea conveniente al crédito nacional. 9.» Levantar
empréstitos sobre el crédito de Bolivia. 10. Decretar toda clase de
contribuciones e impuestos, sean nacionales, o municipales. 11 Dg.
terminar y uniformar la ley, peso, valor, tipo y denominación de la
moneda. 12. Fijar y uniformar los pesos y medidas. 13. Crear a su-
primir los tribunales y juzgados especiales de minería, comercio, mi'
litar y eclesiásticos. 14. Decretar la creación y supresión de los em­
pleos y oficios públicos, asignar sus dotaciones, disminuirlas o au­
mentarlas. 15. Fijar todos los años la fuerza permanente y el modo
de levantarla. 16. Expedir las ordenanzas y reglamentos militares. 17
Decretar la guerra en vista de los datos y fundamentos que presente
el Ejecutivo y requerir a éste para que negocie la paz. 18. Decretar el
alistamiento y organización de la guardia nacional, cuando fuere ne­
cesario. 19. Decretar amnistías y conceder indultos generales, cuando
lo exija la conveniencia pública. 20. Permitir o no, el tránsito de tro­
pas extranjeras, por el territorio de la República. 21. Promover y fo­
mentar la instrucción pública, el progreso de las ciencias y de la in­
dustria; y conceder por tiempo limitado, para el estímulo de ésta,
privilegios exclusivos. 22. Trasladar provisionalmente a otro lugar el
Gobierno y el Cuerpo Legislativo, cuando lo exijan motivos graves y
urgentes, concurriendo para ello los dos tercios de votos de cada
Cámara. 23. Crear nuevas provincias y cantones, suprimirlos, for­
mar otros de los establecidos, y fijar sus límites, según sea más con­
veniente para su mejor administración. En todos estos casos cual­
quiera de las dos Cámaras pedirá informes del Poder Ejecutivo, quien
oirá a los concejos municipales interesados. 24. Formar los Códigos
de la Nación, y dar toda clase de leyes y decretos, para el arreglo
de los diferentes ramos de la administración pública. 25. Interpretar, :
reformar o derogar las leyes establecidas. 26. Dar o negar su con-
•M l 257
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

r tinúento a las decisiones conciliares, bulas, breves y rescriptos

~n^ CI<49 Son restricciones del Cuerpo Legislativo; 1.» Las Cá-
m as no comenzarán sus sesiones sin la concurrencia de las dos ter-
partes de la totalidad de sus respectivos miembros; y faltando este
ínero se reunirán los presentes para compeler a los ausentes a que
1Ü ncurran en el modo y términos que disponga la ley. 2.“ No podrán
«S o e n d e r’ sus sesiones por más de dos días, ni emplazarse para otro
Éluear sino de común acuerdo. 3.* No delegarán a uno o a muchos de
M j J miembros, ni a otro poder las atribuciones que tienen por esta
£ -Constitución. 4.* No podrán dispensarse de los trámites y formalida­
d e s que esta Constitución exige en la formación de las leyes. 5.* En
■í- ningún caso podrán investir al Ejecutivo de facultades extraordina-
Á r¡a^ £Uera de las consignas en esta Constitución.

Sección décima

De la formación de las leyes

Art. 50. Las leyes y decretos pueden tener su origen en cualquie­


ra de las dos Cámaras, a propuesta de sus miembros o del Poder
Ejecutivo.
5■- Art. 51. Luego que alguna de las Cámaras inicie un proyecto de
ley o decreto, a propuesta de sus miembros, o del Poder Ejecutivo, lo
avisará a la otra.
Art. 52. Todo proyecto de ley o decreto admitido a discusión, sera
discutido en tres sesiones distintas, con intervalo de un día, por lo me­
nos en cada una de ellas.
Art. 53. En caso de que el proyecto sea declarado urgente por
las dos tercias partes de votos de la cámara en que se discuta, podrá
dispensarse de las formalidades prescritas en el artículo anterior.
Esta declaratoria y las razones que la motivaren se pasarán a la otra
Cámara, junto con el proyecto de ley o decreto, para que todo sea exa­
minado. Si esta Cámara no creyere justa la urgencia, devolverá el pro­
yecto para que se discuta con las formalidades indicadas en dicho
•artículo.
Art. 54. Los proyectos de ley o decretos que no hubiesen sido
•admitidos en alguna de las dos Cámaras, no podrán volverse a propo­
258 CIRO FÉLIX TRIGO

ner hasta la próxima reunión del Congreso; pero esto no impide qUe
alguno o algunos de sus artículos formen parte de otro proyecto.
Art. 55. La Cámara en que se hubiere aprobado un proyecto de
ley o decreto, con las formalidades prescritas en esta Constitución, lo
pasará a la otra, con expresión de los días en que se hubiere discutido
o aprobado. La Cámara a quien se pase dicho proyecto, observará las
mismas formalidades para dar o rechazar su consentimiento o poner
reparos, adiciones o modificaciones.
Art. 56. Si la Cámara en que haya tenido origen la ley juzgase
que no son fundados los reparos, adiciones o modificaciones propues­
tas, podrán insistir hasta por segunda vez con nuevas razones.
Art. 57. Ningún proyecto de ley o decreto, aunque aprobado por
ambas Cámaras, tendrá fuerza de ley, mientras que no obtenga la
sanción del Poder Ejecutivo.
Art. 58. Si éste lo aprobare, lo mandará ejecutar y publicar como
ley; pero si hallare inconvenientes para su publicación, lo devolverá
a la Cámara de su origen con sus observaciones, dentro de ocho días
del en que lo recibió.
Art. 59. Los proyectos que hayan pasado como urgentes en am­
bas Cámaras, serán sancionados u objetados por el Poder Ejecutivo
dentro de dos días.
Art. 60. Si el Ejecutivo devolviere un proyecto objetado, y las
dos Cámaras reunidas en Congreso insistieren en la necesidad de su
sanción, se devolverá el proyecto a aquél, para que se sancione y
publique sin otra formalidad.
Art. 61. Para que tenga lugar el caso del artículo anterior, son
necesarios los dos tercios de votos de los miembros concurrentes en
el Congreso; de lo contrario, se archivará el proyecto, y no podrá
tratarse de él hasta la inmediata reunión de las Cámaras.
Art. 62. Trascursados los términos prevenidos en los casos de los
artículos 58 y 59, los proyectos pasados al Ejecutivo tendrán fuerza
de ley, a menos que corriendo aquellos términos, el Congreso haya
suspendido sus sesiones; en cuyo caso deberá presentarlos en los pri­
meros ocho días de la próxima reunión.
Art. 63. La intervención del Poder Ejecutivo, en la forma dis­
puesta por los artículos anteriores, es necesaria en todos los actos y
resoluciones del Congreso; pero se exceptúan las siguientes: 1.* Las
que sean para trasladar a otro lugar sus sesiones. 2.* Las elecciones.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 259

Jas resoluciones que correspondan sobre renuncias y excusas. 3.* Las


- las de su política interior y de su recíproca correspondencia.
•4/ Los proyectos de iniciativa, reforma y sanción de alguno o algunos
artículos constitucionales.
^ rt> g4_ Las leyes y decretos que expidiere el Congreso se enca-
•jjezarán Con esta fórmula: “El Senado y Cámara de Representantes
de la Nación Boliviana decretan” .

Sección undécima

D el Poder Ejecutivo

Art. 65. El Poder Ejecutivo se ejercerá por un ciudadano, con el


título de Presidente de la República y por los Ministros o Secretarios
■ de Estado. El Presidente de la República es responsable por todos
los actos de su administración, igualmente que los Ministros, cada
¿ uno en su respectivo caso y ramo.

Sección duodécima

w
De la, elección y duración del Presidente de la República

Art. 66. El Presidente de la República será elegido por el voto


. directo de los ciudadanos con derecho de sufragio. La ley arreglará
esta elección.
Art. 67. Cuando ningún ciudadano haya obtenido la pluralidad
absoluta de votos de los ciudadanos sufragantes, el Congreso tomará
tres candidatos de los que hayan reunido el mayor número de sufra­
gios, y de entre ellos elegirá al que deba ser Presidente de la Re­
pública.
Art. 68. Esta elección se hará por votos secretos, en sesión pú­
blica y permanente: si en el primer escrutinio ninguno reuniere las
dos terceras partes de los votos de los miembros concurrentes, la
votación posterior se contraerá a los dos que en la primera hubiesen
obtenido el mayor número de sufragios, repitiéndose los escrutinios
hasta que uno de los dos la obtenga.
260 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 69. Cuando por renuncia, destitución o muerte falte el Pre­


sidente de la República dentro de los dos primeros años del período
constitucional, es llamado a desempeñar sus funciones el Presidente
del Senado, quien antes de diez días deberá expedir las órdenes nece­
sarias para la nueva elección de Presidente. El nombrado de esta
manera extraordinaria durará hasta el fin del período constitucional.
Art. 70. En caso de que la muerte, destitución o renuncia del
Presidente de la República, tenga lugar pasados los dos primeros
años de su período constitucional, el Presidente del Senado desem­
peñará la Presidencia de la República, hasta que termine dicho pe­
ríodo. En este caso el Presidente del Senado dejará de pertenecer a su
Cámara.
Art. 71. Faltando el Presidente del Senado, durante el receso de
las Cámaras, por ausencia, enfermedad o muerte, el Presidente de la
Cámara de Representantes y en su defecto el de la Corte Suprema son
llamados a ejercer el Poder Ejecutivo.
Art. 72. Para ser Presidente de la República se necesitan las
mismas calidades que para Senador, excepto la 4.* del artículo 28.
Art. 73. El Presidente electo entrará en el ejercicio de sus fun­
ciones el 15 de agosto, prestando el correspondiente juramento, a
presencia del Congreso y en manos de su Presidente, de cumplir y
hacer cumplir la presente Constitución y las leyes de la República. Si
el Congreso no estuviere reunido, prestará dicho juramento en manos
del Presidente de la Corte Suprema.
Art. 74. Si concluido el período constitucional, el nuevo Presi­
dente no prestare el 15 de agosto el juramento prescrito en esta Cons­
titución, cesará sin embargo el anterior en sus funciones, entrando a
ocupar su lugar el Presidente del Senado. Si el cesante contraviniere
a esta disposición, desde ese momento es declarado traidor a la patria
y puesto fuera de la ley.
Art. 75. El Presidente de la República durará en sus funciones
cuatro años, contados desde el día en que debe prestar el juramento,
conforme al artículo 73; y no podrá ser reelecto para el mismo destino,
sino después que haya pasado un período constitucional. Este articulo
no podrá reformarse hasta que haya cesado en sus funciones el Pre­
sidente, en cuyo período se hubiere iniciado la reforma.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 261

Sección décimatercera

De las funciones y restricciones del Poder Ejecutivo

Art. 76. El Presidente de la República es jefe de la administra­


ción; y como a tal le corresponde conservar el orden y la tranquilidad
interior y asegurar el Estado contra todo ataque exterior.
Art. 77. Son atribuciones del Poder Ejecutivo: 1.* Sancionar las
leyes y decretos del Congreso, sirviéndose de la fórmula “Ejecútese” ,
y expedir todas las órdenes y reglamentos necesarios para su ejecu­
ción. 2.* Velar en la exacta observancia de la Constitución y hacer que
todos los funcionarios públicos desempeñen cumplidamente sus de­
beres. 3.* Convocar el Congreso en los períodos señalados por la Cons­
titución; y previo el dictamen afirmativo de la Corte Suprema de
Justicia, en los casos extraordinarios que lo exija el bien de la Repú­
blica; pero siempre en la capital. 4.* Dirigir las fuerzas de mar y
tierra, y disponer de ellas para la defensa y seguridad del Estado.
5.* Declarar la guerra, previo el decreto del Congreso. 6.* Nombrar y
remover libremente a los secretarios del despacho. 7.* Elegir de las
ternas que según la Constitución deben pasarle las respectivas cor­
poraciones ; y proveer por sí solo los empleos cuyo nombramiento no
esté reservado por ella a otra autoridad. 8.* Proveer todos los empleos
militares hasta el de Coronel inclusive, y proponer al Senado para
generales de ejército. 9.* Nombrar Ministros Plenipotenciarios, En­
viados y cualesquiera otros agentes diplomáticos y cónsules generales.
10. Dirigir las negociaciones diplomáticas, celebrar tratados y conve­
nís y ratificarlos con previo acuerdo y consentimiento del Congreso.
11. Conceder patentes de corso. 12. Expedir patentes de navegación.
13. Admitir o no las renuncias de los empleados y concederles licencias
temporales, conforme a las leyes. 14. Conceder retiros y jubilaciones
a los empleados civiles, eclesiásticos y militares, conforme a las leyes.
15. Nombrar interinamente los empleados civiles mientras se pro­
vean conforme a esta Constitución. 16. Expedir a nombre de la Nación
títulos y despachos a favor de todos los empleados públicos. 17. Sus­
pender de los destinos que ocupen a los empleados del ramo ejecutivo,
cuando infrinjan las leyes o los decretos u órdenes del Poder Ejecu­
tivo, con calidad de ponerlos a disposición de la autoridad competente,
dentro de cuarenta y ocho horas, con el sumario y documentos que
262 CIRO FÉLIX TRIGO

hayan dado lugar a la suspensión, para que los juzgue; pero esta
facultad no deroga la que, conforme a las leyes, corresponda a las
respectivas autoridades y tribunales, para suspender a los mismos
empleados. 18. Decretar, con arreglo a las leyes, el montepío civil y
militar. 19. Cuidar de que las sentencias de los tribunales y juzgados
se cumplan y ejecuten. 20. Conmutar la pena capital en otra que
designe la ley, a propuesta de los tribunales que decreten las penas,
o siempre que así lo exija alguna razón especial de conveniencia pú­
blica. 21. Cuidar de la recaudación e inversión de las contribuciones
y rentas públicas, con arreglo a las leyes; y presentar anualmente al
Congreso por medio del Ministro Secretario de Hacienda la cuenta
respectiva. 22. Ejercer el Patronato general respecto de las iglesias,
beneficios y personas eclesiásticas, con arreglo a las leyes. 23. Dar el
pase a las decisiones conciliares, bulas, breves y rescriptos pontifi­
cios, previo consentimiento del Congreso. 24. Inspeccionar, con arre­
glo a las leyes y ordenanzas del caso, todos los objetos y ramos de
hacienda y policía, los establecimientos públicos y nacionales, cien­
tíficos, y de todo género, formados y sostenidos con fondos del te­
soro público.
Art. 78. No puede el Presidente de la República: 1.° Expulsar del
territorio de la Nación a ningún boliviano, privarle de su libertad o
propiedad, ni imponerle pena alguna. 2.° Detener el curso de los pro­
cedimientos judiciales, ni impedir que las causas se sigan por los
trámites establecidos en las leyes. 3.“ Impedir se hagan las elecciones
en los períodos señalados por esta Constitución, ni el que los elegidos
desempeñen sus cargos. 4.° Disolver las Cámaras, ni suspender sus
sesiones. 5.° Salir del territorio de la República, mientras ejerce el
Poder Ejecutivo, ni un año después. 6.- Admitir extranjeros, de hoy
en adelante, en el servicio del ejército en clase de generales, de jefes
u oficiales, sin consentimiento del Congreso.
Art. 79. En los casos de grave peligro, por causa de conmoción
interior o invasión exterior, que amenace la seguridad de la Repú­
blica, el Poder Ejecutivo ocurrirá al Congreso para que considerando
la urgencia, según el informe del mismo Ejecutivo, le conceda, bajo
su responsabilidad, las siguientes facultades: 1.* Para aumentar el
ejército permanente y llamar al servicio activo la guardia nacional.
2.* Para negociar la anticipación, que se juzgue indispensable, de la3
contribuciones y rendimientos de las rentas nacionales, con el corres-
LAS CONSTITUCIONES DB BOLIVIA 263

pendiente descuento; o para negociar o exigir, por vía de empréstito,


una suma suficiente, siempre que no puedan cubrirse los gastos con
las rentas ordinarias, designando los fondos de donde y el término
dentro del cual debe verificar el pago. 3.* Para que siendo informado
<3e que se trama contra la tranquilidad de la República, pueda expedir
órdenes de comparecencia o arresto contra los sindicados de este
crimen, debiendo ponerlos, dentro de setenta y dos horas, a disposi­
ción del juez competente, a quien pasará los documentos que dieren
lugar al arresto, junto con las diligencias que se hayan practicado.
4.* Para nombrar generales del ejército, en el campo de batalla.
5.* Para decretar amnistías y conceder indultos por delitos políticos.
Art. 80. Si la invasión extranjera o conmoción interior amena­
zare la seguridad de la República, durante el receso de las Cámaras,
se investirá el Presidente de las facultades contenidas en el artículo
anterior, previo acuerdo y dictamen afirmativo de sus ministros
reunidos en Consejo; y éstos serán solidariamente responsables con el
Presidente de la República.
Art. 81. Las facultades concedidas al Poder Ejecutivo, según los
artículos anteriores, sólo se limitarán al tiempo indispensablemente
necesario para restablecer la tranquilidad y seguridad de la Repú­
blica; y del uso que haya hecho de ellas, dará cuenta al Congreso, en
su próxima reunión.
Art. 82. El Presidente de la República, al abrir el Congreso sus
sesiones anuales, le dará cuenta por escrito, del estado político y
militar de la Nación, de sus rentas, gastos y recursos, indicándole las
mejoras y reformas que puedan hacerse en cada ramo.

Se c c ió n d é c b ia c u a r t a

De los Ministros del despacho

Art. 83. Para el despacho de todos los negocios de la adminis­


tración habrá cuatro Ministros Secretarios de Estado, que se encar­
garán, el uno del Interior, el otro de Hacienda, el tercero de Guerra
y Marina, el cuarto de Instrucción Pública, y cualesquiera de ellos de
las Relaciones Exteriores.
Art. 84. Los Ministros Secretarios de Estado son en su respec­
264 CIRO FÉLIX TRIGO

tivo ramo, el órgano preciso de comunicación de todas las órdenes


del Presidente.
Art. 85. Ninguna orden expedida fuera de este conducto, ni de­
creto, providencia o reglamento alguno que no sea firmado o rubri­
cado por el Presidente y autorizado por el respectivo Ministro, deberá
ser ejecutado por ningún funcionario público, ni persona privada.
Art. 86. Los Ministros Secretarios de Estado darán a las Cáma­
ras, con conocimiento del Presidente, cuantas noticias e informes les
pidan de sus respectivos ramos. Podrán asistir y tomar parte en sus
discusiones sobre proyectos de ley, y deberán asistir cuando sean lla­
mados por las respectivas Cámaras; mas nunca tendrán voto.
Art. 87. Los Ministros de Estado informarán anualmente al Con­
greso en la apertura de sus sesiones, del estado de sus respectivos
ramos.
Art. 88. Los Ministros de Estado son responsables por el mal
desempeño en el ejercicio de sus funciones y siempre que autoricen
un decreto o resoluciones o firmen una orden contraria a la Constitu­
ción o las leyes: no los excusa de esta responsabilidad la orden verbal
o por escrito del Presidente.
Art. 89. Para ser Ministro Secretario de Estado se necesita ser
boliviano de nacimiento, en ejercicio de la ciudadanía.

Sección déceviaquinta

D el Poder Judicial

Art. 90. La Justicia se administrará por los tribunales y juzga­


dos que la Constitución y las leyes establecen: ésta será gratuita des­
de que una ley especial arregle lo conveniente a este objeto.

Sección décdiasexta

De la Corte Suprema de Justicia

Art. 91. Habrá en la capital de la República una Corte Suprema


de Justicia, compuesta de siete Ministros y un Fiscal.
Art. 92. En lo sucesivo se proveerán las vacantes de la Corte
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 265

Suprema, nombrándose para llenarlas un individuo por cada uno de


los seis departamentos y otro por el de Tarija y distrito Litoral, en
los términos prevenidos en esta Constitución. El Fiscal será elegido
por el Senado a propuesta de la Cámara de Representantes.
Art. 93. Son atribuciones de la Corte Suprema: 1.“ Conocer de
todos los negocios contenciosos de los Ministros Plenipotenciarios y
agentes diplomáticos cerca del Gobierno de la República, en los casos
permitidos por el derecho público de las naciones, o designados por
leyes y tratados. 2.‘ Conocer de las causas de responsabilidad que se
formen a los Ministros Plenipotenciarios, agentes diplomáticos y cón­
sules de la República, por el mal desempeño de sus funciones. 3.a Co­
nocer de las controversias que se susciten por los contratos o nego­
ciaciones que el Poder Ejecutivo celebre por sí o por medio de sus
agentes. 4.“ Conocer de las causas civiles del Presidente de la Repú­
blica, cuando fuere demandado, y en las criminales comunes, previa
la suspensión decretada por el artículo 32. 5.“ Conocer de todas las
causas de responsabilidad de los funcionarios públicos, suspendidos
por el Senado. 6.* Conocer en tercera instancia con arreglo a las leyes.
7.* Dirimir las competencias de los juzgados de segunda instancia
entre sí, y las de éstos con las demás autoridades. 8.* Conocer de las
causas de separación de los vocales de los tribunales de segunda
instancia y de los prefectos. 9.* Oír las dudas de los tribunales sobre
la inteligencia de alguna ley, y consultar sobre ella al Congreso por
conducto del Ejecutivo. 10. Dictaminar en el caso prevenido por el
artículo 77, y recibir también en su caso el juramento al Presidente
de la República. 11. Conocer de las causas contenciosas del patronato
Nacional. 12. Conocer de los recursos de nulidad que se interpongan
contra las sentencias dadas en última instancia por los tribunales de
alzadas, o eclesiásticos, por vía de fuerza.
Art. 94. La ley designará el grado, forma y casos, en que la
Corte Suprema de Justicia deba conocer de los negocios expresados
y de cualesquier otros que ella le atribuya.
Art. 95. Los Ministros de la Corte Suprema de Justicia son res­
ponsables por todos los delitos que cometan en el ejercicio de sus
funciones y quedan sujetos a juicio ante el Senado, con arreglo al
artículo 33,
Art. 96. Los Ministros de la Corte Suprema de Justicia no admi­
tirán comisión, pensión, ni gracia alguna del Poder Ejecutivo.
266 CIEO FÉLIX TRIGO

Art. 97. Para ser Ministro de la Corte Suprema de Justicia se


requiere: 1.° Ser boliviano de nacimiento y en ejercicio de la ciuda­
danía. 2° Tener a lo menos cuarenta años de edad. 3.° Haber sido
empleado en el ramo judicial, por diez años cuando menos, o ejercido
la profesión de abogado con crédito por doce años. 4.° No haber su­
frido pena corporal o infamante en virtud de condenación judicial.

Sección décmasépteua

De los juzgados o tribunales de alzadas


Art. 98. Habrá en cada capital de departamento un tribunal da
alzadas. Una ley determinará el número de vocales de que han de
contar, atendidas las circunstancias de cada departamento.
Art. 99. Los vocales y fiscales de los tribunales de alzadas serán
nombrados conforme a los artículos 37 y 133.
Art. 100. Para ser vocal se requiere: 1." Ser ciudadano en ejer­
cicio. 2.° Tener treinta años cuando menos de edad. 3.° Haber sido
empleado en el ramo judicial, al menos por cuatro años, o haber
ejercido con crédito por seis años la profesión de abogado.
Art. 101. Son atribuciones de los juzgados de alzadas: 1.* Cono­
cer en segunda instancia de las causas civiles y criminales, conforme
a las leyes. 2.* Conocer de las competencias entre todos los jueces
subalternos de su departamento. 3.a Conocer de los recursos de fuerza,
que se introduzcan de las autoridades eclesiásticas de su territorio.
4.* Conocer de los recursos de nulidad de las sentencias que causen
ejecutoria en primera instancia. 5.* Conocer en primera instancia de
las causas de separación de los jueces y empleados que la ley designare.
Art. 102. La ley señalará el grado, forma y casos en que los
tribunales de alzadas deban conocer de los negocios expresados- y de
cualesquier otros que ella les atribuya.

Sección décimaoctava

De los juzgados de primera instancia.


Art. 103. Habrá jueces de primera instancia en las capitales de
departamentos y de provincias, en el número que designe la ley,
nombrados conforme a esta Constitución.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 267

Art. 104. Para ser juez de primera instancia se necesita: 1." Ser
ciudadano en ejercicio. 2.° Tener cuando menos veinticinco años de
edad. 3.° Ser abogado en cualquiera de los tribunales de la República
y haber ejercido con crédito esta profesión, a lo menos por tres años.
Art. 105. Las leyes organizarán los juzgados de primera ins­
tancia, y determinarán sus respectivas atribuciones.
Art. 106. Habrá jueces de paz nombrados conforme a esta Cons­
titución, en las capitales y cantones de la República. Se renovarán
cada año, y no podrán ser reelegidos sino pasado un bienio.
Art. 107. Las atribuciones y número de los jueces de paz se de­
tallarán en una ley especial.

Sección décimanovena

Disposiciones generales sobre la administración de justicia

Art. 108. Los empleados de justicia no pueden ser suspensos de


sus destinos, sino por acusación legalmente intentada y admitida, ni
depuestos sino por causa sentenciada, conforme a las leyes.
Art. 109. Durarán en el ejercicio de sus funciones cuanto duren
sus buenos servicios.
Art. 110. Los tribunales y juzgados no pueden ejercer otras
funciones que las de juzgar y hacer que se ejecute lo juzgado; los
empleados en ellos tampoco podrán obtener empleo, cargo o comisión
del Poder Ejecutivo.
Art. 111. Todos los tribunales y juzgados en sus sentencias están
obligados a citar las leyes en que las funden.
Art. 112. Las sesiones de la Corte Suprema y de los tribunales de
alzadas serán públicas, y las votaciones se harán a puerta abierta y
en alta voz.
Art. 113. Queda abolida la pena de muerte, salvo los casos de
traición a la patria, rebelión, parricidio y asesinato, conforme lo de­
terminan las leyes.
Art. 114. No se usará jamás de tormentos, ni se exigirá confe­
sión por apremio, seducción o amenaza.
Art. 115. La República desconoce toda confiscación de bienes, y
toda pena cruel y de infamia trascendental.
26 8
CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 116. Ningún boliviano puede ser preso sin precedente infor­
mación del hecho y un mandamiento escrito por el juez competente.
Art. 117. Todo delincuente in fraganti será detenido por cual­
quier persona y conducido a presencia del juez.
Art. 118. El detenido deberá prestar su declaración sin jura­
mento, a lo más dentro del término de cuarenta y ocho horas.
Art. 119. En las causas criminales el juzgamiento será público,
desde el momento en que se tome la confesión al reo.

Sección vigésima

Del régimen interior

Art. 120. El Gobierno político superior de cada departamento y


del distrito Litoral reside en un magistrado, con la denominación de
Prefecto, dependiente del Poder Ejecutivo, de quien es agente inme­
diato constitucional, y con el que se entenderá por el órgano del
Ministerio del despacho respectivo.
Art. 121. En todo lo perteneciente al orden y seguridad del de­
partamento, y a su gobierno político y económico, estarán subordi­
nados al Prefecto todos los funcionarios públicos de cualquier clase
y denominación que sean y que residan en su territorio.
Art. 122. Para ser Prefecto se necesita: 1.a Ser boliviano de na­
cimiento, en el ejercicio de los derechos de ciudadano. 2.° Tener a lo
menos treinta años de edad.
Art. 123. En cada provincia habrá un gobernador subordinado
al Prefecto; en cada cantón, un corregidor, y alcaldes en la campaña.
Art. 124. Los prefectos y gobernadores durarán en el ejercicio
de sus funciones por cuatro años, y no podrán ser reelectos, ni nom­
brados para otro departamento o provincia, hasta pasado un periodo
constitucional.
Art. 125. Los corregidores y alcaldes de campaña se renovarán
cada año.
Art. 126. Para ser gobernador, corregidor o alcalde se necesita
ser boliviano en ejercicio de la ciudadanía.
Art. 127. La ley determinará las atribuciones de los funciona­
rios comprendidos en esta sección.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLTVIA 269

Sección vigésimaprimera

De los Concejos Municipales

Art 128. Habrá un concejo Municipal en todas las capitales de


departamentos, y en las de provincias donde lo permite su vecindario.
Art. 129. Los concejos municipales se compondrán del número
de miembros que determine la ley, con arreglo a las circunstancias de
cada capital. _ . .
Art. 130. La elección de los miembros de los concejos municipa­
les se hará por votación directa.
Art. 131. Los municipales durarán dos años en el ejercicio de sus
funciones: se renovarán por mitad en cada año y si hubiere fracción
saldrá en el primero.
Art. 132. Corresponde a los concejos municipales; 1.° Cuidar de
Ja policía de comodidad, ornato y recreo. 2° Promover la agricultura,
el comercio y la industria en general. 3.° Cuidar de las escuelas pri­
marias, de los establecimientos de educación, de seguridad y candad,
conforme a los reglamentos respectivos. 4.° Cuidar de la construcción
y reparación de los caminos, puentes y de todas las obras públicas
que se costeen con los fondos municipales. 5.° Cuidar de la recauda­
ción, administración e inversión de los caudales de beneficencia y
demás municipales, conforme a las reglas que dicte la ley; y disponer
por sí de sus sobrantes en los objetos expresados en los párrafos
anteriores. 6.° Hacer el repartimiento de los reclutas y reemplazos que
hubiesen cabido a su respectivo territorio, con arreglo a la ley.
7° Dirigir al Congreso en cada año, por el conducto del Poder Eje­
cutivo, las peticiones que tuvieren por conveniente sobre objetos rela­
tivos al bien particular del departamento, especialmente para esta­
blecer impuestos municipales, o suprimirlos, para ocurrir a los gastos
extraordinarios que exigiesen las obras nuevas de utilidad común, o
la reparación de las antiguas. 8.° Velar sobre la observancia de la
Constitución, y proteger la libertad de imprenta.
Art. 133. Corresponde también a las municipalidades: 1.° Pro­
poner al Ejecutivo para directores de los establecimientos públicos
de educación y caridad. 2.° A la Cámara de Representantes para jue­
ces de letras de la capital y provincias de departamento. 3.° Al Senado
270 CIRO FÉLIX TRIGO

para vocales y fiscales de los tribunales de alzadas, y para Ministro


de la Corte Suprema, que corresponda al departamento.
Art. 134. Las municipalidades nombrarán los jueces de paz de
su respectivo territorio.
Art. 135. En cada cantón habrá una junta municipal, debiendo
la ley arreglar el nombramiento y el número de sus individuos.
Art. 136. Los cargos municipales son concejiles: ningún ciuda­
dano podrá excusarse de desempeñarlos, sin causa justa señalada
por la ley.
137. Una ley especial arreglará el modo con que los concejos y
juntas municipales han de expedirse en el desempeño de las atribu­
ciones que les señala esta Constitución, y en el de las demás que la
ley quiera encomendarles.

Sección vigésimasegunda

De la fuerza ar mada

Art. 138. Habrá en la República una fuerza armada permanente,


que se compondrá del ejército de línea: su número lo determinará el
Congreso, arreglándolo al que sea absolutamente necesario.
Art. 139. El objeto de la fuerza armada es defender la libertad
e independencia de la Nación.
Art. 140. La fuerza armada es esencialmente obediente; en nin­
gún caso podrá deliberar, y estará en todo sujeta a los reglamentos y
ordenanzas militares.
Art. 141. Habrá también cuerpos de Guardia Nacional en cada
departamento, sujetos a las autoridades civiles, salvo los casos que
previene esta Constitución: su organización y deberes se determina­
rán por una ley.
Art. 142. Todas las autoridades militares de la República queda­
rán sujetas a las órdenes de la persona, que, según esta Constitución,
debe suceder al Presidente, el día en que cumpla, según ella misma,
el período constitucional. La que contraviniere a este artículo, incu­
rre en el delito de traición a la patria.
IA S CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 271

Sección vigésimatercera

De la interpretación o reforma de esta Constitución

Art 143 En cualquiera de las dos cámaras legislativas podrán


w%nnnérse reformas a alguno o algunos artículos de esta Constitu­
y o adiciones a ella. Si la proposición fuere apoyada por la quinta
r^rt’p a lo menos de los miembros concurrentes, y admitida a discusión
L r la mayoría absoluta de votos, se discutirá en la forma prevenida
nara los proyectos de ley: calificada de necesaria la reforma o adición
por el voto de los dos tercios de los miembros presentes, se pasara a la
otra Cámara.
Art 144. Si la reforma o adición fuere aprobada por la otra Ca-
mara en los mismos términos y con los mismos requisitos prevenidos
en el artículo anterior, se pasarán al Poder Ejecutivo, para solo el
efecto de hacerla publicar y circular.
Art. 14o. Las cámaras en las primeras sesiones de la legislatura
siguiente, en que haya renovación, considerarán la reforma o adición
aprobada en la anterior, y si fuere calificada de necesaria por las dos
terceras partes de los miembros presentes de cada Cámara, se ten­
drá como parte de esta Constitución, y se pasará al Poder Ejecutivo
para su publicación y ejecución.
Art. 146. El poder que tiene el Congreso para reformar esta Cons­
titución, jamás se extenderá a los artículos 1.* y 2.s.
Art. 147. El Congreso podrá resolver cualesquiera dudas que ocu­
rran sobre la inteligencia de alguno o algunos de los artículos de esta
Constitución, si se declaran fundadas por los dos tercios de votos de
cada Cámara.

Sección vigésimacuarta

De las garantías

Art . 148. La Constitución garantiza a todos los bolivianos su


libertad civil, su seguridad individual, su propiedad y su igualdad
ante la ley.
272 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 149, Todos pueden comunicar sus pensamientos de palabra


o por escrito, y publicarlos por medio de la imprenta, sin censura pre­
via, bajo la responsabilidad que las leyes determinen.
Art. 150. Todo boliviano puede permanecer o salir del territorio
de la República, según le convenga, llevando consigo sus bienes; pero
guardando los reglamentos de policía, y salvo siempre el derecho de
tercero.
Art. 151. Toda casa de boliviano es un asilo inviolable. Su alla­
namiento se verificará en los casos y de la manera que la ley deter­
mine.
Art. 152. Quedan abolidos todos los empleos y privilegios heredi­
tarios; y son enajenables todas las propiedades, aunque pertenezcan
a obras pías, a religiones u otros objetos.
Art. 153. Ningún género de trabajo o industria, puede ser pro­
hibido, a no ser que se opongan a las costumbres públicas, a la segu­
ridad o la salubridad.
Art. 154. Todo inventor tendrá la propiedad de su descubrimien­
to: la ley le asegurará un privilegio exclusivo temporal, o el resarci­
miento de sus pérdidas, en caso de publicarlo.
Art. 155. Los nacidos de esclavos en Bolivia desde el 6 de agosto
de 1825 son libres. Queda prohibida la introducción de esclavos en el
territorio.
Art. 156. Ningún boliviano está obligado a hacer lo que no man­
da la ley; ni puede ser impedido de hacer lo que ella no prohíbe.
Art. 157. Las acciones privadas que de ningún modo ofendan al
orden público establecido por las leyes, ni perjudiquen a un tercero,
están reservadas sólo a Dios y exentas de toda autoridad.
Art. 158. Es inviolable el secreto de cartas.
Art. 159. Están prohibidas las requisiciones arbitrarias, y el
apoderamiento de papeles y correspondencia de cualquier individuo;
y esta clase de documentos nunca harán fe en juicio criminal.
Art. 160. No hay en Bolivia empleo alguno sin funciones, ni pu­
ramente honorarios; excepto los grados militares.
Art. 161. Todos los bolivianos tienen facultad de reclamar sus
derechos ante los depositarios de la autoridad pública, con la modera­
ción y respeto debidos; y todos tienen el derecho de representar por
escrito al Congreso o al Poder Ejecutivo, cuando Consideren conve­
nientes al bien público; pero ningún individuo o asociación particular
■1 * " ** *
t $■.. l a s c o n s t it u c io n e s db b o liv ia 273

t)odrá hacer peticiones a las autoridades en nombre del pueblo, ni


¿enos arrogarse la calificación de pueblo.
h . Art_ 162. Todos los extranjeros, de cualquiera nación que sean,
serán admitidos en Bolivia, y podrán vivir en ella, mientras respeten
f.'í Jas ¡eyeS de la República. La Constitución garantiza su libertad civil,
su propiedad, su seguridad y el ejercicio de su industria, conforme
a las leyes o a los tratados públicos.
Art. 163. Solo los que gozan del fuero militar podrán ser juzga­
d o s por Consejos de Guerra, y ningún boliviano por comisiones es­
peciales.
Art. 164. Ningún boliviano está obligado a dar alojamiento en
su casa. Las autoridades civiles dispondrán, conforme a las leyes, ca­
sas para oficiales y cuarteles para la tropa.
Art. 165. Quedan derogados todos los decretos y leyes que se
opongan a esta Constitución.

Sección vigéseviaquinta

Disposiciones transitorias

Art. 166. El presente Congreso dictará, aun después de promul­


gada esta Constitución, las leyes y reglamentos que considere^ nece­
sarios, para arreglar los diferentes ramos de la administración pú­
blica.
Art. 167. Hasta que reunidas las cámaras constitucionales nom­
bren sus respectivos presidentes, es llamado a reemplazar al Presi­
dente provisorio, en los casos previstos por esta Constitución, el ac­
tual Presidente del Congreso; en su defecto el Vicepresidente y a falta
de éste, el Presidente de la Corte Suprema.
Dada en la Sala de Sesiones del Congreso General Constituyente,
en la capital de Sucre, a 26 de octubre de 1839.—José Mariano Se­
rrano, diputado por Chuquisaca.—José María Linares, diputado por
Potosí, Vicepresidente.—Jil Antonio Toledo, diputado por Santa Cruz.
Pedro Laureano Quesada, diputado por Potosí.—Bernardo Trigo, di­
putado por Tarija.—Miguel María de Aguirre, diputado por Cocha-
bamba.—Angel Mariano Moscoso, diputado por Chuquisaca. Juan
274 CIRO FÉLIX TRIGO

José Baca, diputado por Santa Cruz.—Angel del Prado, diputado por
La Paz. Evaristo Valle, diputado por La Paz.—Melchor Camacho,
diputado por Oruro.—Ignacio de Pinedo, diputado por La Paz.—Ma­
nuel José Cortés, diputado por Potosí.—Manuel Hermenegildo Gue­
rra, diputado por La Paz.—José Manuei Molina, diputado por Tarija.
Mariano Reyes Cardona, diputado por Chuquisaca.—Ildefonso Hiuci,
diputado por La Paz.—Francisco María Sempértegui, diputado por
Oruro.—Agustín Foronda, diputado por Cochabamba.—José Claudio
Llanos, diputado por La Paz.—Manuel Mariano Arce, diputado por
Cochabamba.—Juan de la Cruz Cisneros, diputado por La Paz.__José
María Galdo, diputado por La Paz.—Buenaventura Ponce de León, di­
putado por Chuquisaca.—Manuel Escobar, diputado por Chuquisaca.
Juan de la Cruz Renjél, diputado por Oruro.— José Manuel del Cas­
tillo, diputado por Oruro.—Domingo Delgadillo, diputado por Chuqui­
saca.—Basilio Cuellar, diputado por Santa Cruz.—José Joaquín de
Aguirre, diputado por Cochabamba.—Fermín Méndez, diputado por
Cochabamba.—José Pareja, diputado por Potosí.—Francisco Ibáñez,
diputado por Santa Cruz.—Rafael de la Borda, diputado por Cocha-
bamba.—Manuel Rodríguez, diputado por La Paz.—Manuel María Vi-
cenio, diputado por Potosí.—José Ventura Antezana, diputado por
Cochabamba.—Damián Jofré, diputado por Oruro.—Miguel Monroy
de Portugal, diputado por La Paz.—Manuel José Castro, diputado por
Santa Cruz. Pedro Antonio Oblitas, diputado por Oruro.— Santos
Pórcel, diputado por La Paz.—Mariano Zilveti, diputado por Potosí.
José Manuel Osio, diputado por Potosí.—Manuel Buitrago, diputado
por la provincia Litoral.—Mariano de Callejo, diputado por Potosí.
Francisco Paula de Velasco, diputado por Santa Cruz.—Manuel Mar­
tín, diputado por Potosí.—Fernando Balverde, diputado por Cocha-
bamba, Secretario.—Gregorio, Reynolds, diputado por Chuquisaca, Se­
cretario.
Palacio de Gobierno, en la capital Sucre, a 26 de octubre de 1839.__
Ejecútese. José Miguel de Velasco.—Manuel María Urcullu, Minis­
tro del Interior.—José María Dalence, Ministro de Hacienda.—Ma­
nuel Dorado, Encargado del Ministerio de la Guerra.
CONSTITUCION POLITICA DE 1843

JOSE BALLIVIAN.—Capitán General de los ejércitos de la República,


Presidente provisorio de ella, etc., etc., etc.

Hacemos saber a todos los bolivianos, que la Convención Nacional


ha dictado y Nos publicamos la siguiente Constitución Política.

En el nombre de Dios

Los Representantes de la República Boliviana reunidos en Con­


vención Nacional, decretan y sancionan la siguiente:

Constitución

Sección primera

De la Nación y de su culto

Artículo 1.® La Nación Boliviana se compone de todos los boli­


vianos, reunidos bajo de una misma asociación política.
Art. 2.® Bolivia es y será para siempre libre e independiente de
toda dominación extranjera.
Art. 3.® El nombre de Bólivia es invariable.
Art. 4.® La religión de la República es la Católica, Apostólica,
Romana, con exclusión del ejercicio público de cualquiera otra.
276 CIRO FÉLIX TRIGO

Sección segunda

Del territorio

Art. 5.5 El territorio de la República comprende los departamen­


tos de Chuquisaca, Potosi, Paz de Ayacucho, Santa Cruz, Cochabam-
ba, Oruro, Tarija, Beni y distrito Litoral de Cobija.
Art. 6.° Una ley especial arreglará la mejor división del territorio
de la República.
Art. 7.° El territorio se divide en departamentos, provincias y
cantones.

S ección tercera

De los bolivianos

Art. 8.c La calidad de boliviano se adquiere por la naturaleza


o por la ley, y se pierde por diversas causas. Las leyes civiles deter­
minarán los casos de su adquisición y de su pérdida.

Sección cuarta

De los ciudadanos

Art. 9.° Son ciudadanos: 1.“ Los bolivianos casados o mayores


de veintiún años, que tengan industria o que profesen alguna ciencia
o arte sin sujeción a otra persona en clase de sirviente doméstico: 2.'
Los extranjeros que combatieron en Junín, Ayacucho e Ingavi; y los
que se hallan al servicio de la República, siempre que reúnan las ca­
lidades del período anterior: 3.- Los extranjeros que se hallaban ave­
cinados en Bolivia, cuando ésta se declaró independiente, y que per­
manecen en ella, reuniendo las calidades indicadas: 4.9 Los extran*
jeros que reuniendo las mismas calidades, obtengan carta de ciuda­
danía.
Art. 10. La ciudadanía se suspende: l .9 Por demencia: 2.8 Por ser
pobre de solemnidad declarado: 3.9 Por ser deudor de plazo cumplido,
J g f¡v -; LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 277

d e cla ra d o tal, a la hacienda pública: 4.4 Por bailarse procesado cri-


joinalmente, en virtud de delito que merezca pena corporal o infa-
I mante: 5.» Por ser ebrio o jugador.
K& Art. 11. El derecho de ciudadanía se pierde: 1.* Por naturalizarse
“ én país extranjero. 2.° Por haber admitido empleos o títulos de otro
gobierno, sin expreso consentimiento del Senado. 3.a Por haber sufrido
: pena corporal o infamante en virtud de condenación judicial.

l Sección quinta

De la forma de Gobierno

Art. 12. El Gobierno de la República es popular representativo


bajo la forma de unidad.
Art. 13. La soberanía emana del pueblo, y su ejercicio se delega
en los tres altos poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Cada
uno de ellos tendrá las atribuciones que le señale esta Constitución.

Sección sexta

Del Poder Legislativo

Art. 14. El Poder Legislativo reside en un Congreso compuesto


de dos cámaras co-legisladoras, una de senadores y otra de repre­
sentantes. A ellas pertenece exclusivamente la potestad de dar leyes,
interpretarlas o derogarlas.
Art. 15. El Cuerpo Legislativo se reunirá cada dos años en la ca­
pital de la República el día 6 de agosto, aunque no haya sido convo-
eado.
Art. 16. Las sesiones del cuerpo legislativo serán públicas; sólo
se tratará en secreto de los negocios que a su juicio exijan reserva.
Art. 17. Las sesiones ordinarias durarán cien días.
Art. 18. El Cuerpo Legislativo se reunirá extraordinariamente
en el punto para el cual sea convocado por el Poder Ejecutivo: en
cuyo caso, sólo podrá ocuparse de los asuntos que el Gobierno so­
meta a su deliberación.
278 CIRO FÉLIX TRIGO

Sección séptima

De las atribuciones del Congreso

Art. 19. Las cámaras se reunirán en Congreso: 1.* Para abrir


y cerrar sus sesiones. 2.4 Para hacer el escrutinio de sufragios de la
elección de Presidente de la República, o perfeccionarla, en su caso, en
conformidad a la ley de elecciones. 3.2Para el caso en que el Presidente
de la República deba prestar juramento. 4.° Para admitir o desechar
su excusa o renuncia. 5.2 Para aprobar o desaprobar los gastos de la
administración, hechos en el bienio anterior. 6.5 Para decretar el pre­
supuesto de los del siguiente. 7.2 Para aprobar o desaprobar los trata­
dos celebrados por el Poder Ejecutivo. 8.2 Para decretar la guerra,
a moción del Poder Ejecutivo. 9.2 Para reconsiderar las leyes que de­
vuelva, con observaciones, el Poder Ejecutivo; en cuyo caso se sepa­
rarán las cámaras para votar. 10. Para fijar los puntos sobre los cuales
deba recaer la reforma de la Constitución. 11. Para decretar la tras­
lación provisional del Congreso y del Gobierno a otro lugar, cuando
así lo exijan graves y urgentes motivos, debiendo concurrir para este
efecto los dos tercios de votos de cada cámara.

Sección octava

De la Cámara de Representantes

Art. 20. La Cámara de Representantes se compondrá de los dipu­


tados elegidos por los pueblos en proporción de uno por cada cua­
renta mil almas; y otro por la fracción que no baje de veinte mil. Una
ley especial arreglará la forma de las elecciones y determinará las
calidades de los electores.
Art. 21. Para ser representante se requiere: 1.» Ser boliviano de
nacimiento. 2.2 Ser ciudadano en ejercicio. 3.2 Ser mayor de veinticinco
años. 4.» Tener una propiedad territorial, cuyo valor no baje de cua­
tro mil pesos; o una industria o profesión que produzca, a lo menos,
quinientos pesos de renta anual. 5.2 No haber sido condenado a pena
corporal o infamante. 6.' Haber nacido en el departamento, o tener
en él dos años, al menos, de vecindad o domicilio inmediatamente an­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 279

tes de la elección. Esta última calidad no se requiere en los que hayan


de ser diputados por el departamento del Beni y distrito Litoral de
Cobija.
Art. 22. Son atribuciones privativas de la Camara de Represen­
tantes : 1.* Rehabilitar a los que hubiesen perdido el derecho de ciu­
dadanía. 2.* Proponer en terna al Ejecutivo los vocales de las cortes
superiores de justicia. 3.' Acusar ante la Cámara de Senadores a los
Ministros de Estado, a los miembros del Consejo Nacional, y a los
vocales de la Corte Suprema de Justicia, por delitos cometidos en el
ejercicio de sus funciones.
Art. 23. La Cámara de Representantes se renovará por mitad
cada dos años. La primera renovación se verificará por suerte; y si
resultare fracción, saldrá ésta en el segundo bienio.

Sección novena

De la Cámara de Senadores

Art. 24. La Cámara de Senadores se compondrá de tres sena­


dores por cada uno de los departamentos de Chuquisaca, Potosí, Paz
de Ayacucho, Santa Cruz, Cochabamba y Oruro; y uno por cada de­
partamento de los de Tarija, Beni y el distrito de Litoral de Cobija.
La ley arreglará la forma de su elección.
Art. 25. Para ser Senador, se requiere: 1.® Ser boliviano de naci­
miento: 2.® Ser ciudadano en ejercicio: 3.® Ser mayor de treinta y cin­
co años: 4.® Tener una propiedad territorial, cuyo valor no baje de seis
mil pesos; o una industria o profesión que produzca a lo menos mil
pesos de renta anual: 5.® No haber sido condenado a pena corporal o
infamante: 6.® Tener dos años, a lo menos, de vecindad en cualquier
punto de la República, inmediatamente antes de la elección.
Art. 26. Son atribuciones privativas de la Cámara de Senadores:
1.* Conceder premios y honores personales a los que hayan prestado
grandes servicios a la República: 2.* Permitir a los bolivianos la ad­
misión de empleos y títulos que les acordare otro Gobierno: 3.* Pro­
poner en terna al Ejecutivo los vocales de la Corte Suprema de Jus­
ticia: 4.' Nombrar a los generales, del ejército, a propuesta en terna
del Poder Ejecutivo: 5.* Juzgar en público y con arreglo a la ley del
280 CIRO FÉLIX TRIGO
J
caso a los Ministros de Estado y a los miembros de Consejo Nacional,
al único efecto de su destitución, debiendo pasar el proceso a la Corte
Suprema para la aplicación de las demás penas: 6.’ Juzgar en público
definitivamente y aplicar la responsabilidad a los vocales de la Corte
Suprema de Justicia, con arreglo a la ley del caso.
Art. 27. La Cámara de Senadores se renovará por terceras partes
cada dos años, saliendo el primero y segundo tercio por suerte. Los
Senadores de los departamentos de Tarija, Beni y distrito Litoral de
Cobija, se renovarán cada cuatro años.

Sección décima

Disposiciones comunes a ambas cámaras

Art. 28. Ninguna de las cámaras podrá celebrar sus sesiones, sin
que estén presentes, a lo menos, las dos terceras partes de los indivi­
duos que las componen.
Art. 29. Podrá recaer el nombramiento de Presidente de la Re­
pública, de Ministros de Estado y de Agentes Diplomáticos, en cuales­
quiera de los individuos del Cuerpo Legislativo, dejando de pertenecer
a sus respectivas cámaras.
Art. 30. Los senadores y representantes son inviolables por las
opiniones y votos que emitan en el ejercicio de su cargo.
Art. 31. Los senadores y los representantes no podrán ser arres­
tados ni procesados, durante las sesiones, sin permiso de su respectiva
cámara, ni treinta días antes, ni treinta días después de ellas, a no ser
hallados in fraganti: pero en este caso y en el de ser arrestados o pro­
cesados cuando estuvieren cerradas las sesiones, se deberá dar cuenta
lo más pronto que sea posible, a la respectiva Cámara para su cono­
cimiento.
Art. 32. Los senadores y los representantes podrán ser reelegidos:
más en este caso, tendrán en derecho de renuncia.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 281

Sección décimaprmera

i D e la f o r m a c i ó n de l a s l e y e s

Art. 33. Las leyes podrán tener su origen en cualquiera de las


dos cámaras, a iniciativa de sus miembros, o del Poder Ejecutivo.
Art. 34. Adoptado un proyecto de ley en la Cámara que lo inició..
se pasará a la otra para que lo apruebe o desapruebe.
Art. 35. Ningún proyecto de ley desaprobado por una de las cá­
maras, podrá volver a iniciarse en las sesiones de aquel año.
Art. 36. Ningún proyecto aprobado por ambas cámaras, tendrá
fuerza de ley, mientras que no obtenga la sanción del Poder Ejecutivo.
Art. 37. Si el Poder Ejecutivo sancionare el proyecto lo mandará
ejecutar y publicar como ley; más si creyere que no es conveniente, lo
devolverá con sus observaciones, en el preciso término de diez días,
a la Cámara en que tuvo su origen.
Art. 38. Vencido dicho término, los proyectos pasados al Poder
Ejecutivo, tendrán fuerza de ley, a no ser que antes de cumplirse, las
cámaras hayan cerrado sus sesiones. En este caso, deberá devolverlos
con observaciones, en los primeros diez días de la próxima reunión .
Art. 39. Para los casos de los artículos anteriores, se reunirán
ambas cámaras; y la insistencia de las dos terceras partes de sus miem­
bros presentes, hará la última sanción de los proyectos observados.
Art. 40. La fórmula de la sanción que diere el Poder Ejecutivo
a las leyes y decretos del Cuerpo Legislativo, será ésta: “Ejecútese” .
Art. 41. Las leyes se promulgarán con esta fórmula: “N. N., Pre­
sidente de la República, hacemos saber a todos los bolivianos que el
Congreso ha dictado y Nos publicamos la siguiente ley. (Aquí el texto).
Mandamos por tanto a todas las autoridades de la República que la
cumplan y hagan cumplir. El Ministro del ramo la hará imprimir
publicar y circular a quienes corresponda.” La firmará el Presidente
v la refrendará el respectivo Ministro.
282 CIRO FÉLIX TRIGO

Sección d é c e v ia q u in t a

Del Poder Ejecutivo

Art. 42. El Poder Ejecutivo reside en el Presidente de la Repú­


blica y en los Ministros de Estado que determine la ley.
Art. 43. Son atribuciones del Poder Ejecutivo: 1.* Conservar la
tranquilidad, orden y seguridad interior y exterior de la República,
mandando y disponiendo de la fuerza armada de mar y tierra: 2.* Con­
vocar el Cuerpo Legislativo en los períodos señalados por esta Cons­
titución; y extraordinariamente, cuando lo crea preciso; 3." Asistir
a los actos en que el Cuerpo Legislativo abra y cierre sus sesiones:
4-’ Sancionar las leyes y decretos que diere el Cuerpo Legislativo, y
mandar que se publiquen y se observen: 5.® Devolver con observacio­
nes al Cuerpo Legislativo las leyes o decretos que a su juicio no sean
convenientes, conforme a lo dispuesto en el artículo 37: 6.‘ Pedir al
Cuerpo Legislativo la prorrogación de sus sesiones hasta por treinta
días: 7.* Disolver las cámaras constitucionales, en el caso en que
manifiesta e indudablemente se excedan de los límites que les pres­
cribe esta Constitución; mas sólo podrá hacer uso de dicha facultad,
previo dictamen afirmativo del Consejo Nacional y de la Corte Su­
prema de Justicia, reunidos ambos cuerpos en Consejo: 8.’ Convocar
en el caso de la atribución anterior, nuevas cámaras para el siguiente
período constitucional: 9.4 Expedir los decretos y reglamentos nece­
sarios para la ejecución de las leyes: 10. Suspender o remover a su
arbitrio, a los empleados de Gobierno, hacienda y policía: 11. Nom­
brar a los empleados del ejército hasta la clase de coronel inclusive,
y proponer al Senado para generales, con informe de sus servicios:
12. Podrá sin embargo el Presidente de la República conferir en el
campo de batalla los empleos de la alta clase militar: 13. Expedir los
reglamentos orgánicos para el arreglo del ejército y de la guardia na­
cional: 14 Conceder licencias, retiros y pensiones, con arreglo a las
leyes: 15. Decretar jubilaciones civiles y militares, conforme a las
leyes: 16 Conceder licencias temporales a todos los empleados de los
distintos ramos, y admitir sus excusas o renuncias: 17. Conceder
patentes de corso: 18 Declarar la guerra, previo decreto del Cuerpo
Legislativo; y en su receso, con dictamen afirmativo del Consejo Na­
cional; 19. Decretar amnistías generales por delitos políticos, previo
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 283

dictamen del Consejo Nacional: 20. Conmutar la pena capital, en la


de presidio, o destierro por diez años: 21. Elegir a los Ministros de la
Corte Suprema, de la terna que le pase el Senado: 22. Elegir a los vo­
cales de las cortes superiores de la tema que le pase la Cámara de Re­
presentantes : 23. Nombrar por si solo a los fiscales, jueces de primera
instancia y agentes fiscales de los tribunales y juzgados de la Repú­
blica: 24. Proveer interinamente las vacantes de los empleos, cuya
propuesta esté reservada a otro poder: 25. Expedir los despachos de
los empleos, cuyo nombramiento le corresponde: 26. Cuidar de la re­
caudación de las rentas públicas y decretar su inversión conforme
a las leyes: 27. Ejercer el patronato nacional respecto de las iglesias,
beneficios y personas eclesiásticas, conforme a las leyes: 28. Presen­
tar para arzobispos a unó de los comprendidos en la terna que le pase
el Consejo Nacional: 29. Proveer las consignas, dignidades y preben­
das de la terna que le pase el Consejo Nacional: 30. Suspender o con­
ceder el pase a las decisiones conciliares, bulas, breves y rescriptos
pontificios, previo decreto del Cuerpo Legislativo: 31. Celebrar con­
cordatos sobre las instrucciones que le diere el Cuerpo Legislativo:
32. Nombrar Ministros Diplomáticos, cónsules y demás empleados del
departamento de Relacionee Exteriores: 33. Dirigir las negociaciones
diplomáticas: 34. Celebrar toda clase de tratados con otros gobiernos,
sometiéndolos al Cuerpo Legislativo para su aprobación: 35. Recibir
embajadores y ministros públicos: 36. Expedir cartas de naturaleza
y ciudadanía a favor de aquellos a quienes las acordare el Consejo Na­
cional: 37. Promover y fomentar la inmigración: 38. Conceder pri­
vilegios exclusivos temporales, indemnizaciones y recompensas en
favor de la industria, con aprobación del.Cuerpo Legislativo: 39. To­
dos los establecimientos públicos y todos los objetos de policía, es­
tán bajo la suprema inspección del Poder Ejecutivo, según las leyes
y reglamentos que los rijan:
Art. 44. Son restricciones del Poder Ejecutivo: 1.* No podrá pri­
var de su libertad a ningún boliviano, ni imponerle por sí pena alguna.
2.5 Cuando la seguridad de la República exigiese el arresto de uno
o más individuos, sólo podrá detenerlos cuarenta y ocho horas, debiendo
ponerlos, dentro de este término, a disposición del juez competente.
3.5 No podrá impedir las elecciones populares: 4.* No podrá suspender
ni demorar la reunión del Cuerpo Legislativo, sino en los casos pre­
vistos por esta Constitución.
284 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 45. Todas estas rastricciones no tendrán lugar en los ca­


sos de peligro exterior o de conmoción interior.
Art. 46. En los casos del artículo anterior el Presidente de la
República, tomará todas las medidas de seguridad que juzgue con­
venientes, dando cuenta de lo ejecutado y de sus motivos al Cuerpo
Legislativo, o en su receso al Consejo Nacional.

Sección déceviatercera

Del Presidente de la República

Art. 47. Para ser Presidente de la República se requieren las ca­


lidades-siguientes: 1.» Ser boliviano de nacimiento: 2.s Ser ciudadano
en ejercicio: 3.5 Ser mayor de treinta y cinco años: 4.‘ Haber hecho
servicios importantes a la República: 5.a Tener talentos acreditados
para la administración del Estado.
Art. 48. El Presidente de la República será elegido por los pue­
blos. Una ley especial determinará la forma de la elección y las cali­
dades de los electores.
Art. 49. El modo de hacer el escrutinio y de perfeccionar, en su
caso, la elección del Presidente de la República, se determinará por
una ley.
Art. 50. Las funciones del Presidente de la República durarán
por ocho años, contados desde el día en que tome posesión, no pudien-
do ser reelegido hasta pasado un período constitucional.
Art. 51. El Presidente de la República nombrará y separará li­
bremente a los Ministros de Estado.
Art. 52. El Presidente de la República, como jefe de la adminis­
tración, dará cuenta de ella a cada legislatura.
Art. 53. En los casos de enfermedad o inhabilidad temporal del
Presidente de la República, se hará cargo de la administración el
Presidente del Consejo Nacional.
Art. 54. Por muerte, inhabilidad perpetua, o renuncia del Pre­
sidente de la República, también se hará cargo de la administración el
Presidente del Consejo Nacional; mas en este caso, ordenará en el
perentorio término de diez días, que con arreglo a la ley, se proceda
a la elección de Presidente constitucional.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 285

Art. 55. Si la muerte, inhabilidad perpetua, o renuncia del Pre­


sidente de la República, acaeciere en el primer año del bienio consti­
tucional, el Presidente del Consejo convocará Cámaras extraordi­
narias en el mismo día en que ordene la elección, para que hagan el
escrutinio en conformidad a la ley. Si la muerte, inhabilidad perpetua,
o renuncia acaeciere pasado el primer año del bienio, se hará el escru­
tinio por las Cámaras constitucionales en su reunión ordinaria.

Sección décdiacuarta

De los Ministros de Estado

Art. 56. La ley determinará el número de Ministros y sus respec­


tivos departamentos.
Art. 57. Para ser Ministro de Estado se requiere ser ciudadano
en ejercicio.
Art. 58. Los Ministros de Estado son responsables personalmente
de todos los actos de la administración, en sus respectivos ramos.
Art. 59. Ninguna orden del Presidente de la República o de los
Ministros de Estado será cumplida, si no está rubricada por el Presi­
dente y firmada por el Ministro del despacho en el departamento res­
pectivo.
Art. 60. Los Ministros de Estado, después de haber cesado en
sus funciones, no podrán salir del territorio de la república, hasta
que las primeras cámaras constitucionales en que pudiera tener lugar
el juicio, hayan cerrado sus sesiones.

Sección déceviaquinta

D el Consejo N a c i o na l

Art. 61. Habrá un Consejo Nacional, compuesto de dos Sena­


dores, dos Representantes, los Ministros de Estado, dos Ministros de
la Corte Suprema de Justicia, un general del ejército, un eclesiástico
de dignidad y un jefe de alguna de las oficinas de hacienda.
Art. 62. Los senadores y representantes del consejo Nacional, se-
288 CIRO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n décim an oven a

De la reform a de la Constitución

Art. 81. Cualquiera de las Cámaras puede iniciar la reforma de


alguno o algunos artículos de esta Constitución, y discutirla en la
form a prevenida para los demás proyectos de ley; pero tanto en la
una como en la otra Cámara se calificará la necesidad de la reforma
por dos tercios de votos de los miembros concurrentes.
A rt. 82. Declarada la necesidad de la reforma por ambas cáma­
ras, el Congreso fijará los puntos reformables, para que sean discu­
tidos en las primeras sesiones de la legislatura en que haya renovación.
A rt. 83. E l poder que tienen las cámaras para refonnar la Cons­
titución, no se extiende a la forma de Gobierno, ni a la independencia
proclamada por la República.

S e c c ió n vigésim a

De los deberes de los bolivianos

A rt. 84. Son deberes de los bolivianos; 1.* Velar sobre la conser­
vación de las libertades públicas: 2.® Contribuir a los gastos públicos,
en proporción a sus bienes y conforme a la ley. 3.° Servir a la Repú­
blica y defenderla, haciéndole el sacrificio de su misma vida, si fue­
re necesario.

S e c c ió n v ig é s im a p r im e r a

De los deberes de los habitantes

A rt. 85. Son deberes de los habitantes de la República: 1.® V ivir


sometidos a la Constitución y a las leyes. 2.® Respetar y obedecer a
las autoridades constituidas.
;v J LAS CONSTITUCIONES DB BOLIVIA -89

S e c c ió n v ig é s im a s e g u n d a

De las garantías

A rt. 8 6 . Esta Constitución garantiza a los habitantes de la


República su libertad civil, su seguridad individual, su propiedad y
su igualdad ante la ley.
A rt. Art. 87. Son libres en Bolivia los nacidos de madre esclava
desde el 6 de agosto de 1825 y los que en adelante nacieren. Son
asimismo libres los esclavos que hubiesen pisado el territorio boli­
viano con cualquier motivo, desde que se promulgó la Constitución
de 1831 y los que en adelante lo pisaren.
Art. 88 . Todos pueden permanecer en la República o salir de
ella, según les convenga, llevando sus bienes; pero guardando los
reglamentos de policía, y salvo siempre el derecho de tercero.
Art. 89. Ninguna ley puede tener fuerza retroactiva.
Art. 90. Ningún habitante de la República puede ser juzgado en
causas civiles ni criminales, sino por el tribunal designado con ante­
rioridad por la ley.
A rt. 91. Ninguno puede ser privado de su libertad sino en los
casos previstos por la ley, y con las formalidades que ella prescribe.
A rt. 92. La casa de todo boliviano es inviolable: su allanamiento
se verificará en los casos y de la manera que la ley determine.
Art. 93. Todo juicio será público, salvo los casos en que la ley
disponga otra cosa.
A rt. 94. Todos tienen derecho de publicar por la prensa sus
•opiniones, sin previa censura, y bajo la responsabilidad de la ley.
Art. 95. La propiedad es inviolable; y sólo por causa de interés
público, comprobado legítimamente, se puede obligar a un boliviano
a enajenarla, precediendo una justa indemnización.
Art. 96. Son prohibidos el tormento, la confiscación de bienes y
toda pena de infamia trascendental.
A rt. 97. Sólo se aplicará la pena de muerte en los casos de trai­
ción a la patria, rebelión, parricidio, asesinato y en los que el Código
M ilitar designa.
Art. 98. La Constitución desconoce empleos y privilegios here­
ditarios. Son enajenables todas las propiedades, aunque pertenezcan
a obras pías, religiones y otros objetos.
290 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 99. Las cartas y toda correspondencia epistolar son invio­


lables. El apoderamiento de papeles se verificará en los casos y de la
manera que la ley determine.
Art. 100. Esta Constitución garantiza a los habitantes de la Re­
pública el principio de que no hay poder humano sobre las conciencias.
A rt. 101. Quedan derogadas todas las leyes que sean opuestas a
esta Constitución.

A r t íc u l o s t r a n s it o r io s

Art. 102. Para el cumplimiento del artículo 61, la Convención


nombrará cuatro individuos de su seno que hagan parte del Consejo
Nacional, hasta que se reúnan las Cámaras constitucionales.
A rt. 103. La instalación de las primeras Cámaras constituciona­
les se verificará el próximo año de 1844.
Dada en la Sala de sesiones de la Convención Nacional en la ca­
pital Sucre, a 11 de junio de 1843.— Manuel Hermenegildo Guerra,
diputado por L a Paz, Presidente. — Manuel Escobar, diputado por
Chuquisaca, Vicepresidente.— Pedro Buitrago, diputado por Chuqui-
saca.— José Miguel Poveda, diputado por Chuquisaca.— Antonio Acos-
ta, diputado por La Paz.— José Narciso Reynolds, diputado por Potosí.
Pedro Terrazas, diputado por Tarija. — José Villafán, diputado por
Oruro.— Manuel Anselmo Tapia, diputado por Potosí.— Eusebio Gui-
larte, diputado por La Paz.— Antonio Vicente Seoane, diputado por el
Beni.— Manuel Hario Irigoyen, diputado por Cochabamba.— Mariano
Terán, diputado por Potosí.— Basilio de Cuellar, diputado por Santa
Cruz. — Casimiro Valenzuela, diputado por Oruro. — Miguel Santos
Rivero, diputado por el Beni.— Rudecindo Moscoso, diputado por Chu­
quisaca.— Agustín Saavedra, diputado por Santa Cruz.— José María
Calvimontes, diputado por Chuquisaca.— Manuel de Lastra, diputado
por Potosí.— Juan de la Crui”. Renjel, diputado por Oruro.— Angel del
Prado, diputado por L a Paz. — Casimiro Pacheco, diputado por La
Paz. — Pedro Roberto Chirveches, diputado por L a Paz. — Mariano
Méndez, diputado por Cochabamba.— Félix Arduz, diputado por La
Paz.— Juan José de Ibarguen, diputado por La Paz.— Mariano Zilveti,
diputado por Cobija.— Juan José Ameller, diputado por Potosí.— Ra­
món Quiroga, diputado por Cochabamba.— Francisco Bustillos, dipu-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 291

Potosí.— Manuel Macedonio Salinas, diputado por Cocha-


í f b a —-Andrés María Torrico, diputado por Cochabamba.— Melchor
TWmidi diputado por Cochabamba.— Faustino Arriaga, diputado por
nnchabámba. — José Pareja, diputado por O r u r o .- M . J. Justiniano
' Tirnénez diputado por Santa Cruz. - Domingo Arce, diputado por
S r iia .- J o s é Claudio Rivero, diputado por La Paz.-M anu el María
Vicenio, diputado por Potosí, Secretario.— José de Ugarte, diputado
por Cochabamba, Secretario.
Mandamos por tanto a todas las autoridades de la República la
umplan y hagan cumplir. E l Ministro del Interior la hará imprimir
V publicar a quienes corresponda.— Casa del Supremo Gobierno, Su­
cre, a 17 de junio de 1843.— José Ballivián.— El Ministro de Hacienda,
Manuel Molina.— El Ministro, de la Guerra, Manuel Sagárnaga.— El
Ministro de Relaciones Exteriores e Instrucción Pública, Manuel de la
Cruz Méndez.— En ausencia del Ministro del Interior y como encar­
gado del despacho, Pantaleón José Dalence.
&

••••• . . . .


m; • CONSTITUCION POLITICA DE 1851

En el nombre de Dios.

Ut
L a Convención Nacional, ratificando el solemne pronunciamiento
S de la Asamblea Deliberante y de los demás Congresos, que han san-
i cionado la Independencia, la Soberanía y la Libertad de Bolivia, de­
ssi creta la siguiente

Del derecho público de los bolivianos

Artículo 1 ° Todo hombre nace libre en Bolivia: todo hombre re­


cupera su libertad al pisar su territorio. La esclavitud no existe ni
puede existir en él.
A rt. 2 ° A la edad de veintiún años tienen los bolivianos la capa­
cidad de ejercer los derechos políticos y civiles. Las leyes establecen
las excepciones y los casos en que se suspende o pierde el ejercicio
de ellos.
A rt. 3.“ La Religión Católica, Apostólica, Romana es la de Bolivia.
La ley protege y garantiza el culto exclusivo de ella, y prohibe el
ejercicio de otro cualquiera, reconociendo, sin embargo, el principio
de que no hay poder humano sobre las conciencias.
A rt. 4.° Ningún hombre puede ser detenido, arrestado, preso ni
condenado a pena, sino en los casos, según las formas y por los tri­
bunales establecidos por las leyes, publicadas con anterioridad al he­
cho por el que debe ser detenido, arrestado, preso o condenado.
294 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 5.° La pena de muerte sólo se impondrá a los traidores,


parricidas y asesinos, salvo lo prescrito en el artículo 95 de esta
Constitución.
Art. 6 .° Todo hombre goza en Bolivia del derecho de petición y
de la manifestación libre de sus pensamientos por la prensa o de otra
manera, sin más límites que los que las leyes establecen. Ellas n&
podrán jamás someter la prensa a previa censura.
Art. 7.° Ningún hombre puede ser condenado civil ni criminal­
mente, sin haber sido citado, oído y juzgado según las leyes.
Art. 8 .° Todo hombre puede entrar en el territorio de Bolivia,
permanecer en él y salir libremente llevando sus bienes, salvo el de­
derecho de tercero y el cumplimiento de las leyes de policía y aduana.
A rt. 9.° Ninguna pena es trascendental, y es prohibido el tor­
mento de cualquiera clase que sea.'
Art. 10. Es inviolable la correspondencia epistolar, y sólo puede
ser suspendida y allanada esta garantía en los casos y según los trá­
mites establecidos por las leyes.
Art. 11. Nadie está obligado a lo que la ley no manda, ni a dejar
de hacer lo que ella no prohíbe.
Art. 12. La enseñanza es libre, sujeta solamente a las condiciones
de capacidad y moralidad, determinadas por las leyes, bajo la vigi­
lancia del Estado. Esta vigilancia se extiende a todos los estableci­
mientos de educación y enseñanza sin ninguna excepción.
Art. 13. Ante la ley en Bolivia todo hombre es igual a otro
hombre, sin más restricción que la que la misma ley establece por
motivos de utilidad pública. Todos los ciudadanos bolivianos por na­
cimiento son igualmente admisibles a todos los empleos y cargos
públicos, sin otra preferencia que su merecimiento, ni otra condición
que la que la ley establece. Se exceptúan los empleos profesionales que
pueden ser ejercidos por los extranjeros, quienes tendrán en Bolivia
los mismos derechos que por su nación sean concedidos a los bolivianos.
A rt. 14. Es inviolable en Bolivia la casa de todo hombre. Su
allanamiento sólo tendrá lugar en los casos y según las formas que
prescribe la ley.
Art. 15. Toda propiedad es inviolable. Sin embargo, el Estado
puede exigir el sacrificio de una propiedad, por causa de utilidad
pública, acreditada en forma legal, precediendo una justa indem­
nización.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 295

A rt. 16. Son enajenables todas las propiedades, aunque perte­


nezcan a obras pías, religiones y otros objetos.
A rt. 17. Todo hombre goza en Bolivia de la libertad del trabajo
y de la industria, a no ser que su ejercicio se oponga a la ley o a las
buenas costumbres.
A rt. 18. Ningún cuerpo armado, ni autoridad militar, puede re»
clutar ni exigir alojamiento, ni auxilio alguno, sino por medio de las
respectivas autoridades, que procederán en estos casos conforme a
las leyes.
Art. 19. La confiscación de bienes jamás podrá ser restablecida.
Art. 20. E l autor de una invención útil, en cualquier género de
industria, quien la perfeccione y el que la importa a Bolivia, tiene la
propiedad de su invención, perfección o importación. L a ley les asegura
un privilegio exclusivo temporal, o una indemnización, en caso de en­
señarse el secreto de invención, perfección o importación.
Art. 21. La ley reconoce la propiedad de escritos de todo género y
la garantiza durante la vida de su autor.
Art. 22. Ninguna contribución puede establecerse ni recaudarse
sino en cumplimiento de la ley.
A rt. 23. El goce de las garantías y derechos que esta Constitu­
ción concede a todo hombre, cualquiera que sea su origen y su creen­
cia, está subordinado al cumplimiento de este deber: respeto y obe­
diencia a la ley y a la s autoridades constituidas.
A rt. 24. Los bolivianos, además, deben servir y defender su
patria, haciéndole el sacrificio de su vida, si fuere necesario, y con­
tribuir a los gastos públicos, en proporción a sus bienes.
Art. 25. Todo funcionario público es responsable de su conducta
en el ejercicio de sus funciones.

De la Soberanía y del Gobierno

Art. 26. La soberanía reside en la Nación; ella es inalienable e


imprescriptible; y ninguna persona, familia ni fracción del pueblo
puede atribuirse su ejercicio.
A rt. 27. Bolivia se constituye en República, una e indivisible:
adopta la forma de Gobierno popular representativo, y delega el
ejercicio de su soberanía a los poderes Legislativo, Ejecutivo y Ju-
2S6 CIRO FÉLIX TRIGO

dicial. La separación e independencia de estos poderes es la primera


y esencial condición de su Gobierno.

Del Poder Legislativo

Art. 28. El Poder Legislativo reside en un Congreso, compuesto


de dos cámaras co-legisladoras: una de Senadores y otra de Repre­
sentantes, nombrados unos y otros por el sufragio directo y secreta
de los ciudadanos en ejercicio. La ley electoral determinará las cau­
sas que pueden privar a un ciudadano boliviano del derecho de elegir
y ser elegido, y prescribirá las formas de la elección.
Art. 29. El ciudadano que fuere nombrado Senador y Represen­
tante a la vez, desempeñará el cargo de Senador. El que fuere nom­
brado Senador o Representante por dos o más distritos electorales,
representará a la Nación por el de su domicilio.
Art. 30. Los senadores y representantes son inviolables por las
opiniones y votos que emitan en el ejercicio de sus funciones. N o
podrán ser apremiados corporalmente en causa civil durante las se­
siones, y en los treinta días antes y después de ellas, ni perseguidos
criminalmente durante las sesiones, sin permiso de su cámara, a no
ser in fraganti delito; en cuyo caso, informada su cámara, autorizará
o rehusará la continuación de los procedimientos.
Art. 31. Los senadores y representantes son reelegibles, con
derecho de renuncia de la reelección inmediata.
Art. 32. N i el Congreso ni ninguna de las cámaras pueden insta­
larse, ni deliberar, sin la concurrencia de las dos terceras partes de
los diputados que la componen. Cada cámara fallará definitivamente
sobre la legalidad de la elección de sus miembros, admitirá o rehusará
sus excusas, y les concederá o negará licencias para ausentarse 4 e las
sesiones.
A rt. 33. E l Poder Ejecutivo debe convocar cada dos años los
colegios electorales y congreso ordinario, en el día señalado por la
ley electoral, para su reunión en la capital de la República el 6 de
agosto. Si el Poder Ejecutivo no lo convoca, los diputados de pleno
derecho se reunirán en el lugar y día señalados.
A rt. 34. E l Poder Ejecutivo puede convocar un congreso ordina­
rio o extraordinario a otro punto del señalado por esta Constitución,
- LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 29 T

Siem pre que circunstancias de conmocion interior o guerra exterior


hagan difícil o peligrosa su reunión en la capital de la República.
J P A rt. 35. Los congresos extraordinarios sólo se ocuparán de los
í asuntos para los que fueren convocados por el Poder Ejecutivo.
A rt. 36. El Congreso y cada una de las cámaras formarán su
reglamento para su régimen interior, y no podrán dispensarse de su
cumplimiento sin una previa resolución tomada por las dos terceras
partes de sus miembros presentes.
Art. 37. Las sesiones del Congreso y de las cámaras serán pú­
blicas. Podrán tratar, sin embargo, en sesión secreta de los negocios-
de Estado y otros que exijan reserva, sujetándose a su respectivo
reglamento.
Art. 38% Corresponde exclusivamente a las cámaras la potestad
de dar leyes, interpretarlas, derogarlas o abrogarlas. Es prohibido
delegar el ejercicio de este poder.
A rt. 39. E l Poder Ejecutivo y cada senador y representante
tienen derecho de iniciar proyectos de ley, según las formas determi­
nadas por los reglamentos interiores del Congreso y de las cámaras.
A rt. 40. Las leyes pueden tener su origen en cualquiera de las-
dos cámaras, excepto las que establecen contribuciones, empréstitos
y fondos para la amortización de la deuda pública, que deben ser ini­
ciadas en la Cámara de Representantes.
A rt. 41. Toda ley debe ser discutida y votada libremente por la
mayoría absoluta del Congreso o de cada una de las cámaras, excepto
aquellas que según esta Constitución deben ser votadas por dos ter­
cios de sufragios.
A rt. 42. Adoptado un proyecto de ley en una cámara, se pasará
a la otra; y aprobado por ésta, al Poder Ejecutivo para su sanción.
A rt. 43. N i el Congreso ni las cámaras pueden ocuparse segunda
vez, en una misma legislatura, del proyecto de ley que hubiese sido
desaprobado en ella.
A rt. 44. Si el Poder Ejecutivo sanciona el proyecto de ley apro­
bado por el Congreso o por las cámaras, debe mandarlo publicar y
ejecutar; más si no lo cree útil, debe devolverlo en el término de diez
días al Congreso o a la Cámara que le pasó el proyecto, con un men­
saje motivado, pidiendo una nueva deliberación.
A rt. 45. Vencido el término de los diez días, sin que el Poder
Ejecutivo haya hecho uso de esta facultad, el proyecto tendrá fuerza
298 CIRO FÉLIX TRIGO

de ley de pleno derecho, a no ser que antes del vencimiento de este


término, se cierren las sesiones; en cuyo caso usará de ella dentro de
.los primeros ocho días de la próxima legislatura, transcursados los
que, el proyecto tendrá fuerza de ley.
A rt. 46. Si el Congreso insiste por la mayoría absoluta en el pro­
yecto observado por el Poder Ejecutivo, éste le dará la sanción, y lo
mandará publicar sin otra formalidad.
A rt. 47. E l Poder Ejecutivo no puede iniciar reformas de la Cons­
titución, observar las que hagan las cámaras, ni las resoluciones que
tomen sobre la elección, excusas y calidades de sus miembros.
A rt. 48. Las leyes se expedirán en esta forma: Bolivia, repre­
sentada por el Congreso Nacional decreta,
A rt. 49. Las sesiones ordinarias de las Cámaras durarán se­
senta días, prorrogables por igual tiempo, a juicio del Congreso.

Del Congreso

A rt. 50. Corresponde a las cámaras reunidas en Congreso: 1.*


A b rir y cerrar sus sesiones, o prorogarlas: 2.5 Hacer el escrutinio de
los sufragios en la elección de Presidente de la República, verificarla
en su caso conforme a la ley, y proclamar la elección: 3.° Recibir el
juramento al Presidente de la República, admitir su renuncia o ne­
garla: 4.5 Examinar y aprobar los gastos de la administración del
bienio anterior, con vista de los estados generales que le pasen los
respectivos Ministros de Estado, y decretar el presupuesto del si­
guiente: 5 .5 Presentar o negar su aprobación a los tratados públicos
y concordatos celebrados por el Poder Ejecutivo: 6 .5 Retener o dar
pase a las decisiones conciliares, bulas, breves y rescriptos pontificios:
7.» Decretar la guerra o la paz, con vista del mensaje y de los datos
que le presentare el Poder Ejecutivo: 8 .a Conceder el tránsito de las
tropas extranjeras por el territorio de la República: 9 .- Reconsiderar
los proyectos de ley aprobados por ambas cámaras, con adiciones o mo­
dificaciones en que no hayan convenio según sus reglamentos: 1 1 .
Trasladar temporalmente a otro lugar sus sesiones, y al Poder E je­
cutivo, a causa de conmoción interior o guerra externa: 12. Declarar
Patria en peligro, a causa de conmociones interiores o de guerra
exterior, e investir de facultades extraordinarias al Poder Ejecutivo,
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVU 299

para el restablecimiento del orden y la paz: 13. Declarar terminadas


Jas facultades extraordinarias, y restablecido el régimen constitu­
cional, cuando hayan cesado los motivos expresados en la cláusula
anterior.
A rt. 51. En los casos 9.5 y 10 del artículo precedente, después de
declararse suficientemente discutida la cuestión, se separarán las Cá­
maras para votar sobre ella en la forma común.
Art. 52. La deliberación del Congreso en los casos 12 y 13 del
mismo artículo, será votada por dos tercios de sus miembros pre­
sentes.
Art. 53. La elección del Presidente de la República, en el caso
de la atribución 2.* del artículo 50 de la Constitución, se hará por
sufragio secreto.
A rt. 54. El Congreso no puede autorizar en ningún caso al Poder
Ejecutivo, para suspender los Poderes Constitucionales.

De la Cámara de Senadores

A rt. 55. El Senado se compondrá de un Senador por el Departa­


mento del Beni, otro por el de Cobija, dos por el de Tarija, y tres por
cada uno de los demás departamentos.
A rt. 56. Para ser Senador se requiere: 1.° Ser boliviano de naci­
miento y ciudadano en ejercicio: 2.“ Ser mayor de treinta años: 3.° Te­
ner una propiedad raíz, industria, profesión o empleo que le produzca
una renta anual de mil pesos: 4.5 No haber sufrido pena corporal, o in­
fámente, en virtud de condenación judicial.
Art. 57. Son atribuciones especiales del Senado: 1.* Conceder ho­
nores a los que hayan prestado grandes servicios a S o liv ia : 2." Per­
m itir a los bolivianos la admisión de título, empleo, honor o renta que
les hubiese concedido otro gobierno: 3.* Nombrar a los vocales de la
Corte Suprema de Justicia, de las ternas que le pasare la Cámara
de Representantes: 4.a Proponer temas al Poder Ejecutivo, para ar­
zobispo, obispos, dignidades eclesiásticas, canonjías y prebendas, se­
gún su escala, excepto los de oficio: 5.‘ Nombrar a los generales de
ejército a propuesta del Poder Ejecutivo: 6 .‘ Juzgar en público defi­
nitivamente al Fiscal y Magistrados de la Corte Suprema de Justicia,
por culpas y delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones, y apli-
300 CIRO FÉLIX TRIGO

caries la responsabilidad. Leyes especiales arreglarán estos juicios:


7.* Juzgar en público a los acusados por la Cámara de Representantes.
En este caso la concurrencia de las dos terceras partes de votos, hará
sentencia contra el acusado, al efecto único de separarle del empleo,
pasando su causa a la Corte Suprema de Justicia, para que juzgue
conforme a las leyes.
A rt. 58. La duración de los Senadores será de cuatro años, re­
novándose por suerte, en el primer bienio, los dos tercios, y la frac­
ción que quedare en el segundo; mas los Senadores de Tarija se reno­
varán por mitad, y los del Beni y Cobija en cada bienio.
A rt. 59. Cerradas las sesiones del Congreso, el Senado para juz­
gar y fallar, en los juicios nacionales de que hablan las atribuciones
6 .* y 7.’ del artículo 57, podrá continuar en las suyas, como Jurado
Nacional. Las sesiones del Senado en este caso, no podrán prorrogarse
por más de treinta días.

De la Cámara de Representantes

A rt. 60. Se compone esta Cámara de Representantes elegidos en


proporción de uno por cada treinta mil almas, y por una fracción que
pase de veinte mil.
A rt. 61. Para ser Representante se requiere: 1 .° Ser boliviano de
nacimiento y ciudadano en ejercicio: 2? Tener una propiedad raíz,
industria, profesión o empleo, que le produzca una renta anual de qui­
nientos pesos: 3.f No haber sufrido pena corporal o infamante, en
virtud de condenación judicial.
A rt. 62. Son atribuciones especiales de la Cámara de Represen­
tantes: 1.* Iniciar las leyes sobre las materias indicadas en el artícu­
lo 40: 2 .* Proponer a la Cámara de Senadores, ternas para Magistra­
dos de la Corte Suprema de Justicia, y al Poder Ejecutivo para Mi­
nistros de las Cortes Superiores: 3.* Nombrar a los jurados de im­
prenta para cada bienio: 4." Rehabilitar a los que hubiesen perdido
el derecho de ciudadanía: 5.a Acusar por sí o a instancia de parte, ante
el Senado, al Presndente de la República, a los Ministros de Estado,
y a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia por culpas y de­
litos cometidos en el ejercicio de sus funciones respectivas.
A rt. 63. Los Representantes durarán en el ejercicio de su cargo,
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 301

cuatro años, y se renovarán en cada bienio por mitad. L a primera


renovación se hará por suerte: la fracción que quedare se renovará
en el bienio siguiente.
A rt. 64. La elección y propuesta consignadas en los artículos 57
y 62, se harán por sufragio secreto, excepto la de jurados.

D el Poder Ejecutivo

A rt. 65. El Poder Ejecutivo reside en el Presidente de la Repú­


blica y en los Ministros de Estado.
Art. 6 6 . Los Ministros de Estado son responsables solidaria y
mancomunadamente con el Presidente de la República, de todos los
actos administrativos. Son igualmente responsables de las providen­
cias, órdenes o decretos que dicten en sus respectivos ramos.
Art. 67. El Presidente de la República debe tener las mismas ca­
lidades que requiere esta Constitución para ser Senador. Es nombrado
por el sufragio directo y secreto de los ciudadanos en ejercicio, o por
el congreso en el caso segundo del artículo 50. La ley arreglará la
forma de su elección.
A rt. 68 . Si ninguno de los candidatos para la Presidencia de la
República ha obtenido la pluralidad absoluta de todos los ciudadanos
sufragantes, el Congreso verificará la elección de Presidente de la Re­
pública, nombrando a uno de los tres candidatos que hubiesen reunido
el mayor número de sufragios.
Art. 69. Verificado el escrutinio, si alguno de los tres candidatos
es nombrado Presidente de la República por las dos terceras partes
de votos de los miembros concurrentes a la sesión, se verificará la vo­
tación entre los candidatos, que en la elección popular, obtuvieron
el mayor número de sufragios. Hecho el escrutinio, si ninguno de los
dos candidatos obtiene las dos terceras partes de votos, se repetirá
la votación en sesión permanente, hasta que uno de ellos la obtenga.
Art. 70. La elección de Presidente de la República, hecha por los
pueblos y proclamada por el Congreso, o verificada por él, con arreglo
a los artículos precedentes, se anunciará a la Nación por medio de
una ley.
A rt. 71. El Presidente de la República antes de entrar en el ejer­
cicio de sus funciones, prestará ante el Congreso este juramento: En
802 CIRO FÉLIX TRIGO

presencia de Dios y del pueblo boliviano, representado por el Con­


greso, juro por estos Santos Evangelios, cumplir todos los deberes
que me impone la Constitución” .
Art. 72. El Presidente de la República ejercerá las funciones de
tal, por cinco años contados desde el día en que tome posesión de la
Presidencia y no podrá ser reelecto sino después del intervalo de
cinco años.
A rt. 73. Por enfermedad o inhabilitación temporal del Presidente
de la República, se hará cargo del mando supremo de ella el Consejo
de Ministros, quien nombrará de su seno un Presidente.
A rt. 74. Por renuncia, separación, inhabilidad perpetua o muerte
del Presidente de la República, tendrá también lugar lo dispuesto en el
artículo anterior: mas en estos casos él Ejecutivo dictará, en el pe­
rentorio término de diez días, el decreto que ordene la elección de Pre­
sidente Constitucional, así como la convocatoria de las Cámaras Legis­
lativas que hagan el escrutinio.
A rt. 75. E l Presidente de la República como jefe de la adminis­
tración nombra y separa libremente a los Ministros de Estado; pre­
senta cada dos años en la apertura de las sesiones del Congreso, <por
medio de un mensaje, el estado general de los negocios de la República,
indica las mejoras o reformas que juzgue convenientes, y manda la
fuerza armada permanente de mar y tierra.
Art. 76. Son atribuciones del Poder Ejecutivo: 1.* Sancionar las
leyes y decretos con esta fórmula: Ejecútese, publicarlos y expedir los
decretos y reglamentos necesarios para su ejecución y cumplimiento:
2.5 Convocar los Colegios Electorales y las Cámaras Legislativas, en los
períodos señalados por esta Constitución y por las leyes: 3.a Convocar
extraordinariamente las Cámaras, cuando lo exija el bien de la Re­
pública: 4.8 Asistir a las sesiones con que el Congreso abre y cierra
sus trabajos: 5.a Conservar y defender la seguridad interior del Es­
tado, conforme a la Constitución y a las leyes: 6 .a Cumplir y mandar
cumplir la Constitución, las leyes y las sentencias de los tribunales:
7.* Declarar la guerra con anuencia del Poder Legislativo, y hacer
la paz en receso de las Cámaras, con cargo de dar cuenta: 8 .a Proveer
todos los empleos militares, hasta el de coronel inclusive, y proponer
al Senado para la alta clase de generales de ejército, pudiendo ascen­
der por sí a éstos en el campo de batalla a nombre de la Nación: 9.*
Conceder conforme a las leyes, licencias a los empleados, y decretar
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 305

retiros, montepíos y otras pensiones: 10. Organizar la Guardia N a­


cional, y disponer de ella, conforme a las leyes: 11. Ejercer el Patro­
nato Nacional en las iglesias, beneficios y personas eclesiásticas: 12.
Retener o dar pase a las decisiones conciliares, bulas, breves y rescrip­
tos pontificios con consentimiento del Poder Legislativo: 13. P re­
sentar al Arzobispo, obispos, dignidades eclesiásticas, canonjías y
prebendas, de las ternas que le pasare la Cámara de Senadores: 14.
Nombrar a los Ministros de las Cortes Superiores de Justicia, a pro­
puesta en terna de la Cámara de Representantes, y a los jueces de
letras, a igual propuesta de las Cortes Superiores: 15. Nombrar por
bí solo a los fiscales de las Cortes Suprema y Superiores de Justicia,.
y a los demás empleados de la República, cuyo nombramiento o pro­
puesta, no estén reservados a otro .poder o corporación: 16. Expedir
a nombre de la Nación los títulos de todos los empleados públicos:
17. Adm itir la renuncia de ¿líos, y nombrar interinamente a los que
deben ser elegidos o propuestos por otro poder: 18. Suspender de sus
destinos hasta por tres meses, a los empleados de Gobierno y Ha­
cienda pública, en clase de castigo correccional; y cuando las faltas
fueren graves, someterlos a juicio ante el tribunal competente: 19. E x­
pedir cartas de naturalización y de ciudadanía en favor de los ex­
tranjeros que las merezcan: 20. Conceder conforme a la ley, privi­
legio exclusivo temporal a los que inventen, perfeccionen o importen
a la República, procedimientos o métodos útiles a las ciencias o a las
artes; o indemnizar en caso de enseñarse el secreto de la invención,
perfección o importación: 21. Decretar indultos y amnistías por de­
litos políticos, sin perjuicio de las que puede otorgar el Poder Legis­
lativo ; y conmutar la pena capital en la de presidio o extrañamiento
por diez años: 22. Dirigir las negociaciones diplomáticas, nombrar Mi­
nistros, agentes diplomáticos y consulares, y recibir iguales funciona­
rios extranjeros: 23. Celebrar concordatos y tratados de paz, amis­
tad, comercio y cualesquiera otros, con aprobación del Congreso: 24.
Cuidar de la recaudación e inversión de las rentas públicas y de la ad­
ministración de los bienes nacionales, con arreglo a las leyes: 25. E jer­
cer la suprema inspección sobre todos los objetos de policía, estable­
cimientos públicos de religión, piedad y beneficencia, y los de edu­
cación y enseñanza, sin excepsión alguna: 26. Declarar la Patria en
peligro, e investirse de facultades extraordinarias, con dictamen afir­
mativo del Consejo de Ministros, en casos de conmoción interior
304 CIRO FÉLIX TRIGO

o guerra exterior, anunciándolo por un decreto refrendado por I03 f


Ministros de Estado: 27. Declarar terminadas las facultades extraor-
diñarías y restablecido el régimen constitucional, cuando hayan cesado
los motivos expresados en la cláusula anterior: 28. Dar cuenta al Con- !
greso del uso que hubiese hecho de las facultades extraordinarias.

De los Ministros de Estado

A rt. 77. La ley determina el número y las atribuciones de los


Ministros de Estado.
Art. 78. Para ser Ministro de Estado se requiere ser boliviano de
nacimiento, en ejercicio de los derechos de ciudadanía,'y no haber
sufrido pena corporal o infamante en virtud de condenación judicial. |
A rt. 79. Las órdenes y actos del Presidente de la República, de­
ben ser rubricados por él mismo, y firmados por el Ministro res­
pectivo. Los actos del Presidente de la República sin este requisito, no
deben ser obedecidos ni cumplidos.
A rt. 80. Los Ministros de Estado podrán tomar parte a nombre
del Poder Ejecutivo, en la discusión de las leyes, pero no pueden votar
ni asistir a la votación.
A rt. 81. Los Ministros de Estado informarán en cada bienio al
Congreso, en la apertura de sus sesiones, del estado de sus respectivos
ramos; propondrán las mejoras y reformas que juzguen convenientes,
y en el curso de las sesiones, darán a las Cámaras cuantos motivos
€ informes les pidan de los negocios de su despacho,

E l Poder Judicial

A rt. 82. E l Poder Judicial reside en la Corte Suprema, en las Su­


periores y juzgados de la República. A ellos pertenece privativamente
la potestad de juzgar y aplicar esta Constitución con preferencia a las
demás leyes, y las leyes con preferencia a otras resoluciones.
Art. 83. La Corte Suprema de Justicia se compondrá de siete Ma- y
gistrados, uno por cada departamento con nacimiento en él, y de un
fiscal nombrado por el Poder Ejecutivo. Los departamentos de Santa
Cruz y el Beni serán representados por el Magistrado nacido en cual-
quiera, de ellos, lo mismo que los de Tarija y Cobija.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 305

A rt. 84. Para ser Magistrado de la Corte Suprema de Justicia


se requiere ser boliviano de nacimeinto en ejercicio de los derechos
de ciudadanía; tener treinta y cinco años de edad; haber sido Minis­
tro en alguna de las Cortes Superiores por cuatro años o haber ejercido
con buen crédito, la profesión de abogado por diez años; y no haber
sufrido pena corporal o infamante, en virtud de condenación judicial.
A rt. 85. Habrá cortes superiores de justicia en las capitales de
distrito judicial. L a ley designará el número de ellos y de los magis­
trados de que deben componerse; su organización y atribuciones lo
mismo que la de los jueces.
A rt. 86 . Para ser Ministro en una Corte Superior de Justicia, se
$'
requiere: ser boliviano de nacimiento en ejercicio de los derechos de
ciudadanía; tener treinta años de edad; haber sido juez de primera
instancia, o auditor general de ejército, por tres años a lo menos,
o ejercido por seis años con buen crédito la profesión de abogado, y no
haber sufrido pena corporal o infamante en virtud de condenación
judicial.
A rt. 87. Habrá jueces de primera instancia en las capitales de de­
partamento y en las provincias.
Art. 88 . Para ser juez de primera instancia se requiere: ser boli­
viano de nacimiento en ejercicio de los derechos de ciudadanía; haber
ejercido por tres años con buen crédito la profesión de abogado; y no
haber sufrido pena corporal o infamante en virtud de condenación
judicial.
A rt. 89. Los magistrados y jueces son responsables personal­
mente por las infracciones de ley que cometen en el ejercicio de sus
funciones.
A rt. 90. Ningún magistrado o juez puede ser privado de su des­
tino, sino por sentencia ejecutoriada, ni suspenso, sino conforme a las
leyes. Tampoco pueden ser trasladados no siendo por su expreso con­
sentimiento, con aprobación del Poder Ejecutivo.
A rt. 91. La publicidad en los juicios es una garantía esencial, a
no ser que ella sea peligrosa ¡para el orden y las costumbres. En este
caso él tribunal declarará el juicio secreto por un auto previo. La
discusión puede ser secreta en los tribunales, pero la votación se hace
a puerta abierta y en alta voz. Las sentencias deben ser motivadas;
fundadas en ley expresa que ha de citarse, y a falta de ella en la
306 CIRO FÉLIX TRIGO

equidad. Una ley especial arreglará la administración de justicia


gratuita.
A rt. 92. Solo la ley y ninguna autoridad puede alterar o dispen­
sar las formas y procedimientos prescritos por las leyes, en las dife­
rentes clases de juicios.

Del régimen interior

Art. 93. El Gobierno político de los departamentos, provincias y


cantones de la República, reside en los funcionarios que designe la ley.
Ella determinará las calidades que deben tener, su nombramiento, sus
atribuciones y su duración.
Art. 94. La fuerza armada se compone del ejército permanente
de línea: su misión es conservar el orden interior de la República, y
defender su libertad, su integridad de independencia, bajo las inme­
diatas órdenes del Supremo Gobierno.
Art. 95. La fuerza armada es esencialmente obediente; en nin­
gún caso podrá deliberar, y estará en todo sujeta a los reglamentos
y ordenanzas militares.
Art. 96. Habrá también cuerpos de Guardia Nacional, cuya or­
ganización y funciones se arreglarán por una ley especial.

De la reforma de la Constitución

A rt. 97. En cualquiera de las dos cámaras legislativas podrán


proponerse reformas, en alguno o algunos artículos de esta Consti­
tución, o adiciones a ella. Si la proposición fuere apoyada por la quinta
parte a lo menos de los miembros concurrentes, y admitida a discusión
por la mayoría absoluta de votos, se discutirá en la forma prevenida
para los proyectos de ley. Calificada de necesaria la reforma o adi­
ción, por el voto de los dos tercios de los miembros presentes, se
pasará a la otra Cámara.
Art. 98. Si la reforma o adición fuere aprobada por otra Cámara
en los mismos términos y con los mismos requisitos prevenidos en
el artículo anterior, se pasará al Poder Ejecutivo, para sólo el efecto
de hacerla publicar y circular.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 307
-sétí'

A r t . 99. Las cámaras en las primeras sesiones de la legislatura


sigu ien te , en que haya renovación, considerarán la reforma o adición
aprobada en la anterior, y si fuere calificada de necesaria por las
dos terceras partes de los miembros presentes de cada Cámara, se
tendrá como parte de esta Constitución, y he pasará al Poder Ejecu­
tivo para su ejecución y publicación.
Art. 100. El poder que tiene el Congreso para reformar esta
Constitución, jamás se extenderá a la forma de gobierno, a la inde­
pendencia ni religión del Estado.
Art. 101. El Congreso podrá resolver cualesquiera dudas que ocu­
rran, sobre la inteligencia de alguno o algunos de los artículos de esta
Constitución, si se declaran fundadas por los dos tercios de votos
de cada Cámara.
A rt. 102. La presente Constitución y los derechos establecidos
por ella, quedan confiados al patriotismo y valor de los bolivianos.
Art. 103. Quedan abrogadas las leyes y decretos que se opongan
a esta Constitución.
A r t í c u l o t r a n s it o r i o . — El período del mando del actual Presiden­
te de la República, ciudadano M A N U E L ISIDORO BELZU, corre des­
de el 15 de agosto de 1850, en que elegido constitucionalmente, tomó
posesión de él.
*■ Comuniqúese al Poder Ejecutivo para su ejecución y cumplimien­
to. Dada en la sala de sesiones de la Convención Nacional, en la muy
ilustre y denodada ciudad de la Paz de Ayacucho, a 20 de Septiembre
de 1851-43 de la Independencia y 3.- de la Libertad.
Melchor Urquidi, diputado por Cochabamba, Presidente.— Manuel
José de Asín, diputado por La Paz, Vicepresidente.— Mariano Obispo
de L a Paz, diputado por Chuquisaca.— Eusebio Gutiérrez, diputado
por La Paz.— Juan de la Cruz Cisneros, diputado por L a Paz.— Ma­
nuel Martín, diputado por Potosí.— Mariano Donato Muñoz, diputado
por Chuquisaca. — Luis Guerra, diputado por Chuquisaca.— Manuel
Argote, diputado por Cochabamba.— José María Suárez, diputado por
Chuquisaca.— Andrés Quíntela, diputado por Chuquisaca.— Pantaleón
Dalence, diputado por Oruro.— José Miguel Barrón, diputado por el
Beni.— Damián Jofré, diputado por Oruro.— Pablo Higueras, diputa­
do por Chuquisaca.— Juan Pablo Abasto, diputado por Cochabamba.
Leonardo Barranco, diputado por Chuquisaca.— Manuel Otón Jofré,
diputado por el Beni.— Urbano Franco, diputado por Santa Cruz.—
308 CIRO FÉLIX TRIGO

Juan Fernández de Córdova, diputado por Cobija.— Manuel Ansel­


mo UUoa, diputado por Potosí.— José María Gutiérrez, diputado por
Cochabamba.— José Ignacio León, diputado por Oruro.— José Viera,
diputado por Santa Cruz.— Manuel Molina, diputado por Oruro.— Fé-
1íz Eguino, diputado -por L a Paz.— Manuel Berríos, diputado por Po.
tosí.— José de la Peña, diputado por La Paz.— Pedro Ascarrunz, di­
putado por L a Paz.— Melchor Camacho, diputado por Oruro.— José
Manuel Reza, diputado por Cochabamba.— Mateo Araos, diputado por
Tarija.— José Vicente Durán, diputado por Santa Cruz.— Anselmo
Peñalosa, diputado por La Paz.— Avelino Vea-Murguia, diputado por
L a Paz.— José Tomás Peñaranda, diputado por La Paz.— Fermín Eyza-
guirre, diputado por L a Paz.— Ildefonso Lagrava, diputado por Po­
tosí.— Pedro Aranclbia Nogales, diputado por Potosí.— Francisco Ro­
dríguez, diputado por La Paz.— Francisco Nepomuceno Picón, dipu­
tado por Oruro.— Pedro Vargas, diputado por Potosí.— Ramón Terra­
zas Urquidi, diputado por Cochabamba.— Andrés Marías Torrico, di­
putado por Cochabamba.— Manuel Macedonio Salinas, diputado por
Cochabamba.— José Manuel Castro, diputado por Santa Cruz.— Juan
de la Cruz Montero, diputado por Santa Cruz.— Manuel Ascencio Daza,
diputado por Potosí.— Domingo Bustillos, diputado por Potosí.— Ma­
nuel José Rivera, diputado por Cobija, Secretario.— Policarpio Eyza-
guirre, diputado por La Paz, Secretario.
(Lugar del Gran Sello) .— Palacio del Supremo Gobierno, en la muy
ilustre y denodada ciudad de L a Paz de Ayacucho, a 21 de Septiembre
de 1851.— 43 de la Independencia y 3." de la Libertad.— Ejecútese.—
Manuel Isidoro Belzu.— El Ministro de lo Interior y de las Relaciones
Exteriores encargado del despacho de la Hacienda, Tomás Valdivieso.
El Ministro de la Guerra, José Grabiel Téllez.— El Ministro de Culto
y de la Instrucción Pública, José Agustín de la Tapia.
CONSTITUCION POLITICA DE 1861

En el nombre de Dios

L a Asamblea Nacional Constituyente proclama la siguiente:

Constitución

S e c c ió n p r i m e r a

De la Nación

Artículo 1.® Bolivia es libre e independiente y se constituye en


República una e indivisible: adopta para su Gobierno la forma re­
presentativa.
Art. 2.® El Estado reconoce y sostiene la Religión Católica, Apos­
tólica, Romana. Se prohíbe el ejercicio público de todo otro culto.

S e c c ió n segunda

De los derechos y garantías

A rt. 3.® La esclavitud no existe ni puede existir en Bolivia.


Art. 4.® Todo hombre tiene el derecho de entrar en el territorio
de la República, permanecer, transitar y salir de él, sin otras restric­
ciones, que las establecidas por el derecho internacional; de trabajar
y ejercer toda industria lícita; de publicar sus pensamientos por la
310 CIRO FÉLIX TRIGO

prensa, sin previa censura, y con la sola calidad de firm ar sus escri­
tos; de enseñar, bajo la vigilancia del Estado, sin otra condición que
la de capacidad y moralidad; de asociarse; de hacer peticiones, y <je
reunirse pacíficamente.
Art. 5.' Nadie puede ser detenido, arrestado, preso ni condenado,
sino en los casos, y según las formas establecidas por la ley, ni puede
ser juzgado por comisiones especiales sometido a otros jueces que los
designados con anterioridad al hecho de la causa. Nadie está obli­
gado a declarar contra sí mismo, en materia criminal. Son inviolables
la correspondencia epistolar y los papeles privados; lo es igualmente
el domicilio salvo los casos determinados por las leyes. En los delitos
comunes queda abolido todo fuero personal. '
Art. 6 .5 Todo hombre tiene el derecho de usar y disponer de sus
bienes, no pudiendo ser obligado a la-expropiación, sino por causa
de utilidad pública, calificada conforme a la ley, y mediante previa
indemnización.
Art. 7,c Queda abolida para siempre la pena de muerte, a no ser
en los únicos casos de asesinato, parricidio, y traición a la Patria,
entendiéndose por traición la complicidad con los enemigos externos
en caso de guerra.
Art. 8 .° La deuda pública está garantizada. Todo compromiso
contraído por el Estado conforme a las leyes, es inviolable.
Art. 9.s La igualdad es la base del impuesto y de las cargas pú­
blicas. Ningún servicio personal es exigible, sino en virtud de ley o de
sentencia fundada en ley.
Art. 10. N i el Congreso ni ninguna asociación puede conceder al
Poder Ejecutivo facultades extraordinarias ni la suma del poder pú­
blico, ni otorgarle supremacías, por las que la vida, el honor o los bie­
nes queden a merced del Gobierno, o de persona alguna. Actos de esta
naturaleza son atentatorios, y sujetan a infamia a todos los que pro­
muevan, firmen o ejecuten.
A rt. 11. En caso de conmoción interior, que ponga en peligro la
Constitución o las autoridades creadas por ella, se declarará en estado
de sitio el departamento o provincia donde exista la perturbación del
orden, quedando allí suspensas las garantías constitucionales; pero
durante esta suspensión, el Poder Ejecutivo se limitará, con respecto
a las personas, a arrestarlas o trasladarlas del punto situado a otro
de la Nación, si no prefiriesen salir del territorio. Bajo ningún pretex­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 311

to es permitido emplear el tormento ni otro género de mortificacio­


nes Tampoco puede hacerse la traslación o confinamiento a lugares
malsanos ni a más de cincuenta leguas de distancias; y tan luego
como se restablezca el orden, volverán a sus hogares las personas
trasladadas, y serán sometidas a juicio, conforme al artículo 5.a.
Art. 12. Todo hombre goza en Bolivia de los derechos civiles. El
ejercicio de estos derechos se regla -por la ley civil.
Art. 13. Para ser ciudadano se requiere: 1.a Haber nacido en Bo­
livia, o en el extranjero de padres bolivianos, o haber obtenido carta
de naturaleza, a mérito de establecimiento en el país. La residencia de
diez años importa haber adquirido la ciudadanía sin previa declara­
ción: 2.a Tener veintiún años de edad: 3.a Saber leer y escribir, y tener
una propiedad inmueble cualquiera, o una renta anual de doscientos
pesos que no provenga de servicios prestados en calidad de doméstico.
A rt. 14. Los derechos de ciudadanía consisten: 1.a En concurrir
como elector o elegido a la formación o al ejercicio de un poder pú­
blico : 2.a En la igual admisibilidad a las funciones públicas, sin otro
requisito que la idoneidad.
A rt. 15. Los derechos de ciudadanía se pierden: 1.a Por natura­
lización en país extranjero: 2.a Por aceptación de cargos públicos
conferidos por un gobierno extranjero sin consentimiento del propio:
3.a Por condenación judicial hasta la rehabilitación.
Art. 16. Los derechos de ciudadanía se suspenden por haberse dic­
tado decreto de acusación contra un individuo, o por ser éste perse­
guido como deudor al Estado.
A rt. 17. Todo boliviano está obligado a obedecer a las autorida­
des, a contribuir a los gastos públicos, y a armarse en defensa de la
Patria y de la Constitución, conforme a las leyes que dicte la Asam­
blea o a los decretos que expida el Poder Ejecutivo.
Art. 18. Las garantías y derechos reconocidos en los artículos
anteriores, no podrán alterarse por las leyes que reglamenten su ejer­
cicio, ni se entenderán como negación de otros derechos o garantías,
que sin embargo de no estar enunciados nacen del principio de la so­
beranía del pueblo o de la forma republicana del Gobierno.
312 CIRO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n t e r c e r a

De la Soberanía

A rt. 19.— La soberanía reside esencialmente en la Nación, es ina­


lienable e imprescindible, y su ejercicio se delega a los poderes L e­
gislativo, Ejecutivo y Judicial.
A rt. 29. El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus
representantes y de las autoridades creadas por la Constitución. Toda
fuerza armada, o reunión de personas, que se atribuya los derechos
del pueblo, comete delito de sedición.

S e c c ió n c u a r t a

Del Poder Legislativo

A rt. 21. El Poder Legislativo se ejerce principalmente por una


Asamblea, compuesta de los diputados elegidos por votación directa,
y accesoriamente por un Consejo de Estado, que funcionará sin in­
terrupción.
A rt. 22. Los diputados son inviolables por las opiniones que ex­
presen en el ejercicio de sus funciones. Desde que sean proclamados
diputados, o convocados a sesiones, hasta el término de la distancia
para que se restituyan a su domicilio, después de cerradas aquellas,
por ninguna causa podrán ser presos, ni juzgados en el fuero común,
sin previa licencia de la Asamblea, salvo el caso de delito in fraganti,
sujeto a pena corporal, en que podrán ser aprehendidos, a condición de
obtenerse la licencia legislativa dentro de veinticuatro horas. No es­
tando reunida la Asamblea, la licencia se obtendrá del Consejo de
Estado en las mismas veinticuatro horas, fuera del término de la
distancia.
Art. 23. Aunque no sea convocada la Asamblea se reunirá or­
dinaria y espontáneamente en la capital de la República el día seis
de agosto de cada año, y sus sesiones durarán sesenta días útiles. Los
diputados que a falta de convocatoria no concurrieren espontánea­
mente, serán indignos de la confianza nacional. Las sesiones podrán
ser prorrogadas a petición del Presidente de la República, por un tér­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 313

mino dado, y sólo para los determinados negocios que él someta. Lo


dispuesto en el párafo anterior, es sin perjuicio de las sesiones ex­
traordinarias, a que puede ser convocada la Asamblea por el Presi­
dente de la República, con las mismas condiciones de término y desig­
nación de negocios.
A rt. 24. La Asamblea se renueva por tercias partes cada año. Los
dos primeros años se verificará esta renovación por suerte, saliendo el
tercer año el resto que quedare.
A rt. 25. Los diputados podrán ser nombrados Presidente de la
República o miembros del Consejo de Estado, cesando por el hecho
en el ejercicio de sus funciones legislativas; podrán también desempe­
ñar las secretarías del despacho del Poder Ejecutivo sin perjuicio
de dichas funciones.
A rt. 26. Son atribuciones de la Asamblea: 1.* Calificar la elec­
ción de los diputados, mandar hacer la elección de los mismos, sepa­
rar a éstos temporal o definitivamente de la Asamblea; corregir las
infracciones de su reglamento, organizar su secretaría, nombrar todos
los empleados de su dependencia, form ar su presupuesto y ordenar su
pago, y entender en todo lo relativo a la economía y policía interior.
2." Dar leyes, interpretar y abrogar las existentes. 3.5 Mudar el lugar
de sus sesiones. 4.* Averiguar las infracciones de la Constitución por
medio de comisiones que ejerzan la policía judicial, para que en su
caso se haga efectiva en juicio la responsabilidad de los infractores.
5.* Imponer contribuciones y suprimir las establecidas. 6 .! Aprobar
o desaprobar la cuenta de hacienda que ha de presentarse por el Pre­
sidente de la República, en la apertura de las sesiones anuales. 7.* Exa­
minar para que se convierta en ley, el presupeusto de gastos e ingre­
sos, que también debe presentarse en la apertura de las sesiones anua­
les por el Presidente de la República. 8.- Autorizar al Poder Ejecutivo,
por medio de leyes especiales, para negociar empréstitos extranjeros o
nacionales, designando los medios y forma de su amortización. 9.* F ijar
el peso, ley, tipo y denominación de la moneda y determinar los pesos
y medidas de toda especie. 10. Hacer el escrutinio de las actas de elec­
ción de Presidente de la República, y verificarla por sí misma, cuan­
do no resulte hecha conforme a los artículos 46 y 47.11. Recibir el jura­ íj
mento al Presidente de la República. 12. Adm itir o no la renuncia del
y
Presidente de la República. 13. Resolver la declaratoria de guerra,
a petición fundada del Presidente de la República, en cuyo caso po­ y
314 CIRO FÉLIX TRIGO

drá investirle de facultades determinadas para la salvación del Efe.


tado. 14. Aprobar o desechar los tratados y convenciones de toda es­
pecie, celebrados con los gobiernos extranjeros. 15. Rehabilitar como
bolivianos o como ciudadanos respectivarmente a los que hubiesen
perdido estas calidades. 16. Conceder amnistías, pero no indultos, si no
es a petición, fundada del Presidente de la República. 17. Determinar
anualmente el número de la fuerza armada. 18. Hacer la división te­
rritorial. 19. Conceder, por eminentes y determinados servicios, pre­
mios a los pueblos, corporaciones o personas. 20. Dirimir por dos ter­
cios de votos de la totalidad de sus miembros, incluso los ausentes
las competencias que le suscite el Presidente de la República, la Corté
de Casación o el Consejo de Estado; y por mayoría absoluta de votos
las que se susciten entre los expresados poderes, o entre las cortes de
distrito y la de Casación. 2 1 . Elegir al Presidente del Consejo de Es­
tado para cada período constitucional. 22.. Elegir en votación secreta
los diputados que deben integrar el Consejo de Estado en el número de
miembros que designa el artículo 38 de esta Constitución. 23. Elegir
en votación secreta, de las ternas propuestas por el Presidente de la
República para vocales de la Corte de Casación, así como para corone­
les y generales del Ejército, y rechazar las ternas por una sola vez.
24. E legir de la misma manera, de las propuestas que hagan los di­
putados de la circunscripción respectiva, para vocales de las cortes de
distrito y para cancelarios. 25. Proponer ternas para arzobispos y
obispos, a fin de que sean presentados por el Presidente de la Repú­
blica. para la institución canónica. 26. Crear o suprimir destinos pú­
blicos, y asignarles la correspondiente dotación. 27. Comunicar direc­
tamente con el Presidente de la República por medio del suyo y recibir
en la misma forma las comunicaciones de aquél.
A rt. 27. Son restricciones del Cuerpo Legislativo: 1.* No podrá
tomar resolución alguna, sin que estén presentes las dos terceras par­
tes de diputados, pudiendo los ausentes ser compelidos a concurrir
a la sesión, salvo que hubiesen hecho dimisión de su mandato, con
anterioridad. Si por algún caso extraordinario no se pudiere obtener
las dos terceras partes, para abrir la sesión y dar cualquiera resolu­
ción, se requiere el voto unánime de la mitad y uno más del número
total de diputados. 2.* No podrá imponer pena alguna, salvo en lo
relativo a la policía interior de la Asamblea, de conformidad con lo
dispuesto en el párrafo 1 .» de la restricción anterior.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 315

A rt. 28. Las sesiones serán públicas, salvo que por el interés del
Estado o de las costumbres se resuelva lo contrario por mayoría ab­
soluta de votos.
A rt. 29. L a elección tiene por base la -población de los departa­
mentos, en la proporción de un diputado por treinta mil habitantes.
L a ley fija rá el número de diputados que deba elegir cada distrito elec­
toral, según su importancia.
Art. 30. Para ser diputado se requiere las mismas calidades que
para ser elector, y además tener veinticinco años de edad y no haber
sido condenado a pena corporal o infamante.
Art. 31. Por ninguna provincia, departamento o distrito en que
ejerzan jurisdicción común o autoridad política, eclesiástica o militar
podrán ser diputados los que las ejercieren respectivamente, excepto
los funcionarios concejiles.
Art. 32. Los diputados no podrán ser empleados, y los emplea­
dos que sean elegidos diputados serán sustituidos interinamente en
sus empleos; pero en ningún caso podrán, durante el período consti­
tucional de su diputación, obtener otro empleo, ni emolumento de
ninguna clase, ni aun por vía de ascenso en su carrera.

S e c c ió n q u in t a

De la formación y promulgación de las leyes y resoluciones


de la Asamblea

Art. 33. Pueden presentar proyectos de ley a la Asamblea:


1* El Presidente de la República. 2.“ El Consejo de Estado, única­
mente en lo relativo a los códigos legislativos y administrativos.
3.“ Cada uno de los diputados.
Art. 34. Aprobado un proyecto de ley o resolución, se dirigirán
dos ejemplares por el Presidente de la Asamblea al de la República,
para que lo promulgue y haga cumplir. Si el Presidente de la Repú­
blica no tuviere que hacer observaciones, lo mandará publicar con
esta fórmula: “ Ejecútese” , y con ella devolverá uno de los ejemplares
al Presidente de la Asamblea.
Art. 35. Las leyes se promulgarán con esta fórmula: “ N. de N.,
316 CIRO FÉLIX TRIGO

Presidente Constitucional de Bolivia: Hacemos saber a todos, que el


Congreso ha decretado, y Nos publicamos, la siguiente ley:
(Aquí su texto.)
Mandamos, por tanto, a todas las autoridades la cumplan y ha­
gan cumplir.”
Art. 36. Si el Presidente de la República hallare inconvenientes
en el cumplimiento de la ley o resolución, los expondrá al Congreso
en el término de quince días útiles, a no ser que antes se cierren las
sesiones. Si la Asamblea se conformare con las observaciones del
Presidente de la República, se tendrá por desechado el proyecto. Si
no se conformare e insistiere en el proyecto por los dos tercios de
votos de la totalidad de sus miembros, se comunicará al Presidente
de la República, quien deberá promulgarlo como ley o resolución de
la Asamblea. En easo contrario, servirá de suficiente promulgación
su inserción en el Redactor o diario de sesiones.
Art. 37. El Presidente de la República no podrá hacer observa­
ciones a las leyes o resoluciones de la Asamblea cuando ésta ejerza
las atribuciones 1.*, 3.*, 6 .*, 7.*, 11, 12 y 20 del artículo 26.

S e c c ió n s e x ta

Del Consejo de Estado

Art. 38. El Consejo de Estado se compondrá de quince conseje­


ros. Por lo menos siete de los consejeros serán diputados nombrados
por dos tercios de votos de toda la Asamblea, y los demás serán
nombrados por mayoría absoluta de entre los ciudadanos que tengan
las calidades exigidas para ser diputados.y que hayan prestado ser­
vicios importantes en la administración pública.
A rt. 39. El Consejo de Estado se renovará en un tercio de sus
miembros cada dos años. En la renovación se permite la reelección
indefinida.
A rt. 40. Los Consejeros de Estado no pueden ser destituidos, in­
dividual y colectivamente, sino por la Asamblea.
Art. 41. Son atribuciones del Consejo de Estado: 1.* Preparar,
dando el correspondiente informe, todos los proyectos de ley, que de
cualquiera manera puedan alterar o modificar los códigos. Dos ora­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 317

dores del Consejo de Estado asistirán a la Asamblea, con voz delibe­


rativa, cuando se discutan tales proyectos. 2.* Proponer al Gobierno
•los reglamentos necesarios a la ejecución de las leyes. 3.* Dar su voto
sobre los proyectos de ley o de reglamento que el Gobierno le pase por
vía de consulta. 4.* Juzgar a los magistrados de la Corte Suprema y a
los vocales del Tribunal General de Valores, cuando la Asamblea de­
clase haber lugar a la acusación, e imponer a los primeros, con vista
del proceso, la responsabilidad correspondiente por las infracciones
de ley que cometan en sus fallos. Una ley especial arreglará el modo
de hacer efectiva esta responsabilidad. 5.* Declarar si las bulas, bre­
ves y rescriptos pontificios están o no en oposición a las leyes de la
República. 6 .* Conocer de todas las materias contenciosas, relativas
al Patronato Nacional y al derecho de protección que ejerce el Go­
bierno Supremo de la República, previo informe de la Corte Suprema.
7.* Declarar la legalidad o ilegalidad de los impuestos y estableci­
mientos creados por las municipalidades. 8 .‘ Conceder la naturaliza­
ción a los extranjeros. 9.* Recibir durante el receso de la Asamblea
las denuncias y querellas interpuestas contra el Presidente de la Re­
pública y Ministros del despacho, por actos inconstitucionales, para
someterlas a la Asamblea, previa la instrucción conveniente.
Art. 42. Una comisión de siete consejeros formará el Tribunal
Supremo contencioso-administrativo.

S e c c ió n sép tim a

Del Poder Ejecutivo

A rt. 43. El Poder Ejecutivo se encarga a un ciudadano con el


título de Presidente de la República, y no se ejerce sino por medio de
los ministros secretarios del despacho.
Art. 44. El Presidente de la República es responsable por todos
los actos de su administración, igualmente que cada uno de los Mi­
nistros, en su respectivo caso y ramo.
A rt. 45. Para ser Presidente de la República se requiere: 1. Se.,
boliviano de nacimiento. 2.° Tener treinta y cinco años de edad.
3.” Ser ciudadano en ejercicio, y 4.° N o haber sido condenado en el
fuero común, ni aun a pena correccional.
318 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 46. El Presidente de la Asamblea, en presencia de ésta,


abrirá los pliegos cerrados y sellados que contengan las actas que se
le remitan por los distritos electorales. Los secretarios, asociados de
cuatro miembros de la Asamblea, procederán inmediatamente a hacer
el escrutinio y a computar el número de sufragios en favor de cada
candidato. El que reúna la mayoría absoluta de votos será proclamado
Presidente de la República.
Art. 48. Si ninguno de los candidatos para la Presidencia de la
República hubiese obtenido la pluralidad absoluta de votos, la Asam­
blea tomará tres de los que hayan reunido el mayor número, y de
entre ellos hará la elección.
Art. 49. Esta se verificará en sesión pública y permanente. Si
hecho el primer escrutinio ninguno reuniere los dos tercios de los
votos de los diputados concurrentes, la votación posterior se con­
traerá a los dos que en la primera hubiesen obtenido el mayor número
de sufragios, debiendo repetirse por tres veces la votación y el es­
crutinio, por si alguno de los candidatos obtenga las dos terceras
partes. En caso contrario decidirá la suerte.
Art. 50. E l escrutinio y la proclamación de Presidente de la Re­
pública se hará en sesión pública y permanente.
A rt. 51. La elección de Presidente de la República, hecha por los
pueblos y proclamada por la Asamblea, o verificada por ella, con
arreglo a los artículos precedentes, se anunciará a la Nación por me­
dio de una ley.
Art. 52. E l período constitucional del Presidente de la República
durará tres años. El Presidente no podrá ser reelecto sino pasado un
período.
Art. 53. Cuando en el intermedio de este período, por renuncia,
destitución, inhabilidad o muerte, falte el Presidente de la República,
será llamado a desempeñar sus funciones el Presidente del Consejo
de Estado, quien antes de diez días expedirá las órdenes necesarias
para la elección de Presidente. Cuando el Presidente de la República
se ponga a la cabeza del ejército, en caso de guerra, será también
reemplazado por el Presidente del Consejo de Estado.
Art. 54. Son atribuciones del Poder Ejecutivo: 1.* Sancionar las
leyes con esta fórm ula: “ Ejecútese” . 2.* Expedir las instrucciones y
reglamentos que sean necesarios para la ejecución de las leyes, cui­
dando de no alterar su espíritu con excepciones reglamentarias.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 319

3 * Hacer cumplir las sentencias de los tribunales. 4.* Presentar ter-


a la Asamblea para Magistrados de la Corte Suprema. 5.* Conmu­
tar la pena de muerte, previo informe del tribunal correspondiente.
6 « Conceder jubilaciones, retiros, pensiones y goce de montepíos,
conforme a las leyes. 7.* Ejercer los derechos del patronato nacional
en las iglesias, beneficios y personas eclesiásticas. 8 .* Presentar
arzobispos y obispos, escogiendo uno de los propuestos en terna por la
Asamblea. 9.a Nombrar dignidades y canónigos y ministros del Tribunal
de Valores, de entre los propuestos en terna por el Consejo de Estado,
las prebendas de oficio, a propuesta de los respectivos cabildos ecle­
siásticos. 10. Nombrar vocales de los tribunales de partido y jueces
instructores, a propuesta en terna de las Cortes de Distrito. 11. Con­
ceder o negar el pase a los decretos de los concilios, las bulas, breves
y rescriptos del Sumo Pontífice, con acuerdo del Consejo de Estado,
requiriéndose una ley cuando contengan disposiciones generales y
permanentes. 12. Nombrar todos los empleados de la República, cuyo
nombramiento o propuesta no está reservado por esta Constitución a
otro poder. 13. Expedir a nombre de la Nación los títulos de los em­
pleados públicos. 14. Adm itir la renuncia de ellos y nombrar interina­
mente a los que deben ser elegidos o propuestos por otro poder.
15. Convocar la Asamblea en los períodos señalados por esta Consti­
tución y, extraordinariamente, cuando lo exija el bien de la República,
con dictamen afirmativo del Consejo de Estado. 16. A sistir a las
sesiones con que la Asamblea abre y cierra sus trabajos. 17. Conser­
var y defender la seguridad interior y exterior del Estado, conforme
a la Constitución. 18. Organizar, distribuir y disponer de la fuerza
armada permanente, que el Poder Legislativo fije cada año. El grado
superior militar de Capitán General es inherente a la Presidencia de
la República, e inseparable de su ejercicio. 19. Declarar la guerra
conforme al artículo 26, atribución 13. 20. Proponer a la Asamblea,
en caso de vacante, una terna de generales y coroneles de ejército,
con informe de sus servicios. 21. Conferir sólo en el campo de batalla,
en guerra extranjera, los empleos de coronel y los de la alta clase, a
nombre de la Nación. 22. Conceder, conforme a ley, privilegio exclu­
sivo temporal a los que inventen, perfeccionen o importen en la Re­
pública, procedimientos o métodos útiles a las ciencias o a las artes,
o indemnizar con previo dictamen del Consejo de Estado, en caso de
publicarse el secreto de la invención, perfección o importación. 23. De­
320 CIRO FÉLIX TRIGO

cretar amnistías por delitos políticos, sin perjuicio de las que pueda
acordar el Poder Legislativo. 24. D irigir las negociaciones diplomá­
ticas, nombrar ministros, agentes diplomáticos y consulares y recibir
iguales funcionarios. 25. Celebrar concordatos y tratados de paz,
amistad, comercio y cualesquiera otros, con aprobación de la Asam­
blea. 26. Cuidar de la recaudación e inversión de las rentas públicas
y de la administración de los bienes nacionales con arreglo ¿ las leyes

S e c c ió n o c ta v a

De los Ministros Secretarios de Estado

Art. 55. Para el despacho de todos los negocios de la adminis­


tración pública habrá cuatro Ministros Secretarios.
Art. 56. Para Secretario del despacho se requiere ser boliviano
de nacimiento, ciudadano en ejercicio y no haber sido condenado a
pena corporal o infamante.
Art. 57. Las órdenes y actos del Presidente de la República, fuera
de aquellos por los cuales nombra y separa a los Ministerios del des­
pacho, deben ser rubricados por el mismo, y firmados por el Ministro
respectivo, reconocido previamente como tal. Los actos del Presidente
de la República, sin este requisito, no deben ser obedecidos ni cum­
plidos.
Art. 58. Los Ministros del despacho, no siendo diputados, podrán
tomar parte a nombre del Poder Ejecutivo en la discusión de las leyes,
sólo con voz deliberativa.
Art. 59. Los Ministros del despacho informarán anualmente a la
Asamblea, en la apertura de sus sesiones, del estado de sus respec­
tivos ramos; propondrán las mejoras y reformas que juzguen conve­
nientes; y en el curso de las sesiones darán a la Asamblea las noticias
e informes que se les pidan por los diputados sobre los negocios de
su despacho.
A rt. 60. Los Ministros de Hacienda e Instrucción Pública pre­
sentaran al Consejo de Estado, cien días antes de abrirse la legisla­
tura ordinaria, la cuenta de inversión de las rentas de su ramo, para
que presten el informe respectivo a la Asamblea.
Art. 61. El Presidente de la República y los Ministros del des­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIYIÁ 321

pacho no podrán salir del territorio de la República después de cesar


en sus funciones antes que haya cerrado sus sesiones la Asamblea,
que se reúna inmediatamente después de su cesación.

S e c c ió n n o v e n a

Del Poder Ju dicia l


Art. 62. La justicia se administra por la Corte de Casación, las
C o rte sde Distrito y demás tribunales y juzgados que las leyes es­
tablecen.
Art. 63. La Corte de Casación se compondrá de siete Vocales y
el Fiscal General. Los ministros de esta Corte, así como los de las de
distrito, serán nombrados por la Asamblea, conforme a lo dispuesto
en el artículo 26.
Art. 64. Para ser ministro de la Corte de Casación se requiere:
1 .* Ser boliviano de nacimiento y mayor de cuarenta años. 2.° Haber
sido ministro de alguna Corte de Distrito, o fiscal de ella por cinco
años, o haber ejercido por diez años la profesión de abogado. 3.° No
haber sufrido pena corporal o infamante en virtud de condenación
judicial. Una ley especial determinará las calidades necesarias para
ser ministro de las Cortes de Distrito, vocal de los tribunales de par­
tido y para desempeñar los demás juzgados.
A rt. 65. Son atribuciones de la Corte de Casación, a más de la
que señalan las leyes: 1.* Conocer de los recursos de nulidad, conforme
a las leyes, y fallar al mismo tiempo en los asuntos civiles sobre la
cuestión principal, cuando el recurso se hubiese fundado en injusticia
manifiesta. 2.* Conocer de los negocios de puro derecho, cuya decisión
dependa de la constitucionalidad o inconstitucionalidad de las leyes.
3.* Conocer de las causas de traición, concusión y de todas las demás
criminales contra el Presidente de la República y los secretarios del
despacho, todo en virtud de haber sido sometido a juicio por la
Asamblea. 4.* Conocer de las causas de responsabilidad de los minis­
tros, agentes diplomáticos y consulares, de los ministros de las cortes
superiores, fiscales de distrito y jefes políticos de las capitales de
departamento, por faltas cometidas en el ejercicio de sus funciones.
L os jefes políticos de las provincias, serán juzgados por las respecti­
322 CIRO FÉLIX TRIGO

vas cortes de distrito. 5.* Presentar proyectos de reforma de Códigos


al Consejo de Estado.
A rt. 6 6 . Ningún magistrado o juez podrá ser destituido sino por
sentencia ejecutoriada, ni suspenso, sino en los casos determinados
por las leyes. Tampoco podrá ser trasladado, no siendo por su expreso
consentimiento.
A rt. 67. La publicidad en los juicios es la condición esencial de
la administración de justicia, salvo cuando sea ofensiva a las buenas
costumbres.
Art. 6 8 . El ministerio público se ejerce a nombre de la Nación,,
por las comisiones que designe la Asamblea o en Consejo de Estado
en los casos respectivos, por el fiscal general y demás fiscales crea-
dos por ley.

S e c c ió n d é c im a

De la Municipalidad

A rt. 69. Habrá un Concejo Municipal en cada capital de depar­


tamento y de provincia, y en cada cantón, uno o más agentes muni­
cipales.
Art. 70. Los concejos municipales se compondrán del número de
individuos que la ley determine, conforme a las circunstancias de
cada localidad.
A rt. 71. La elección de los miembros de los concejos municipales
se hará por votación directa.
Art. 72. Para ser nombrado munícipe o agente cantonal se re­
quiere ser ciudadano en ejercicio.
Art. 73. Los munícipes durarán dos años en el ejercicio de sus
funciones; se renovarán por mitad en cada año, y si hubiese fracción,
saldrá en el primero.
Art. 74. Son atribuciones de los concejos municipales: 1.* Promo­
ver y vigilar la construcción de las obras públicas de su distrito.
2 .* Establecer impuestos municipales con tal que no graven el comer­
cio, previa aprobación del Consejo de Estado. 3.* Crear estableci­
mientos de instrucción y dirigirlos, ejerciendo sólo el derecho de v i­
gilancia sobre los establecidos por el Gobierno. 4.* Establecer la po­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 323

licía de salubridad, comodidad, ornato y recreo. 5.* Cuidar de los


establecimientos de caridad y seguridad, conforme a los reglamentos
respectivos. 6 .* Formar el censo real y personal del distrito municipal.
7* Hacer el repartimiento de los reclutas y reemplazos que hubiesen
cabido a su respectivo territorio, con arreglo a la ley de conscripción.
8 * Disponer de la fuerza pública que sea necesaria para hacer cumplir
sus resoluciones. 9.* Cuidar de la recaudación, administración e in­
versión de sus fondos. 10. Aceptar legados y donaciones y negociar
empréstitos, para promover obras de beneficencia o de utilidad ma­
terial. 11. V igilar sobre la venta de víveres, teniendo por base el libre
tráfico. 12. Calificar a los ciudadanos en todo tiempo y llevar el re­
gistro cívico. La primera parte de estas atribuciones se desempeñará
periódicamente en los cantones, por las juntas calificadoras que de­
signe la ley. 13. Nombrar los jurados para los delitos de imprenta,
donde la hubiere. 14. Nombrar los alcaldes parroquiales, los agentes
municipales de cada cantón, el secretario, tesorero y demás depen­
dientes del Consejo Municipal.
A rt. 75. Una ley especial arreglará el modo con que los concejos
municipales y agentes cantonales han de expedirse en el desempeño de
las atribuciones que les señala esta Constitución y en el de las demás
que por la ley se les encomienden

S e c c i ó n d é c im a p r e v íe r a

D el régimen interior

Art. 76. El gobierno político de los departamentos y cantones de


la República reside en los funcionarios que designa la ley. Ella deter­
mina las calidades que deben tener, su nombramiento, atribuciones y
duración.

Se c c ió n d é c im a s e g u n d a

De Ja fuerza armada

A rt. 77. Habrá en la República una fuerza permanente, que se


compondrá del ejército de linea; su número lo determinará la Asam­
blea, arreglándolo al que sea absolutamente necesario.
324 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 78. La fuerza armada es esencialmente obediente: en nin­


gún caso puede deliberar, y está en todo sujeta a los reglamentos y
ordenanzas militares, en lo relativo al servicio.
Art. 79. Habrá también cuerpos de guardia nacional en cada
departamento, sujetos a las autoridades civiles. Su organización y
deberes se determinarán por una ley.
Art. 80. Los que no son bolivianos de nacimiento no pueden ser
empleados en el ejército en clases de generales, jefes y oficiales, sino
con consentimiento de la Asamblea.

S e c c ió n d é c im a t e r c e r a

De la reforma de la Constitución

Art. 81. Todos los que tienen la iniciativa de las leyes pueden
proponer enmiendas o adiciones a alguno o algunos artículos de esta
Constitución. Si la proposición fuere apoyada por la quinta parte, a
lo menos, de los miembros concurrentes, y admitida a discusión por
mayoría absoluta de votos, se discutirá en la forma prevenida para
los proyectos de ley; calificada de necesaria la enmienda o la adición
por el voto de los dos tercios de miembros concurrentes, se pasará al
Poder Ejecutivo, para el solo efecto de hacerla publicar.
Art. 82. En las primeras sesiones de la legislatura en que haya
renovación se considerará la enmienda o adición aprobada en la
Asamblea anterior, y si fuere calificada de necesaria por las dos ter­
ceras partes de los miembros presentes, se tendrá como parte de la
Constitución y se pasará al Poder Ejecutivo para que la haga publi­
car y ejecutar.
Art. 83. Cuando la enmienda sea relativa al período constitucio­
nal del Presidente, se considerará conforme a lo dispuesto en el ar­
tículo anterior, sólo en el siguiente período.
Art. 84. E l poder que tiene la Asamblea para reformar esta
Constitución jamás se extenderá a la forma de Gobierno, a la inde­
pendencia ni a la religión del Estado.
Art. 85. L a Asamblea podrá resolver cualesquiera dudas que
ocurran sobre la inteligencia de alguno o algunos artículos de esta
Constitución, si se declaran fundadas por dos tercios de votos.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 325

A rt. 8 6 . Las autoridades y tribunales aplicarán esta Constitu­


ción con preferencia a las leyes, y éstas con preferencia a cualesquiera
otras resoluciones.
Art. 87. Quedan abrogadas las leyes y decretos que se oponen a
e s t a C o n s titu c ió n .
Art. 88 . Esta Constitución tendrá fuerza obligatoria desde el día
de su solemne promulgación, para la cual se señala en esta ciudad el
día 6 de agosto próximo.

A r t íc u l o t r a n s it o r io

La primera legislatura ordinaria hará el escrutinio y proclama­


ción del Presidente Constitucional de la República.
Comuniqúese al Poder Ejecutivo para que la promulgue y la haga
ejecutar.
Sala de sesiones de la Asamblea Nacional Constituyente, en La
Paz, a 29 de julio de 1861.— José M. de la Reza, Presidente, diputado
por Cochabamba.— Aniceto Arce, Vicepresidente, diputado por Potosí.
Emeterio Villamil, diputado por L a Paz.— Adolfo Ballivián, diputado
por La Paz.— Andrés Soto, diputado por La Paz.— Pablo Barrientos,
diputado por Cochabamba— Rafael Bustillo, diputado por Sucre.—
Natalio Irigoyen, diputado por Cochabamba.— Manuel José Cortés,
diputado por P otosí— Leodegario Romero, diputado por Chuquisaca.
Manuel Tomás Alcalde, diputado por Cobija.— 'Ramón Rodríguez, di­
putado por Santa Cruz.— Marcelino Cárdenas, diputado por Carangas.
Manuel J. Soria Galvarro, diputado por Oruro.— J. de la C. Renjél,
diputado por Oruro.— José Nicolás Burgoa, diputado por L a Paz.
José Benito Guzmán, diputado por Cochabamba— Evaristo Valle, di­
putado por La Paz.— Agustín Aspiazu, diputado por La P a z — Serapio
Reyes Ortiz, diputado por Pacajes e Ingavi.— José María Gutiérrez
Mariscal, diputado por Cochabamba.— Luis Guerra, diputado por Su-
cre.— Melitón Miranda, diputado por Caupolicán.— Miguel Armaza,
diputado por La P a z — Tristán Roca, diputado por Chiquitos.— Ro­
sendo Estensoro, diputado por Salinas.— José Emilio Iturri, diputado
por Yungas.— Jenaro Palazuelos, diputado por Potosí.— Tomás Frías,
diputado por Potosí.— Sebastián Cainzo, diputado por T a r ija — Manuel
María Vicenio, diputado por Potosí.— Manuel José Fernández, dipu­
•*, J-

326 CIRO FÉLIX TRIGO

tado por Cochabamba.— Juan Manuel Sánchez, diputado por Potosí.-—


Antonio Quijarro, diputado por la ciudad de Potosí y su Cercado!—
Miguel María Aguirre, hijo, diputado por Cochabamba.— José Venan­
cio Saravia, diputado por La Paz.— Juan José de Ibarguen, diputado
por Inquisivi.— Bernardo Soto, diputado por Porco.— Gabriel José
Moreno, diputado por Santa Cruz.— Manuel Macedonio Salinas, dipu­
tado por Cochabamba.— Bernardino Sanjinés, diputado por L a Paz.__
José Manuel Gutiérrez, diputado por Cochabamba.— José Ignacio
León, diputado por Paria.— Fél x Acuña, diputado por Sucre.— Manuel
María Caballero, diputado por Vallegrande, Secretario.— Miguel Rivas
diputado por el Beni, Secretario.
Palacio del Supremo Gobierno en La Paz, a 5 de agosto de 1861.__
Ejecútese: José María de Achá.— El Ministro del Interior y Justicia,
Ruperto Fernández.— El Ministro de Hacienda y Relaciones Exterio­
res, Rafael Bustillo.— El Ministro del Culto e Instrucción Pública,
Manuel Macedonio Salinas.
CONSTITUCION POLITICA DE 1868

En el nombre de Dios Todopoderoso.

La Asamblea Nacional Constituyente de Bolivia decreta la si­


guiente

CONSTITUCION PO LITIC A

S e c c ió n p r im e r a

Del Territorio, Gobierno y Religión

Artículo 1.“ La República de Bolivia es la asociación política de


todos los bolivianos, los cuales forman una nación soberana, libre e
independiente.
Art. 2.° El territorio se divide en departamentos, provincias y
cantones. Una ley especial arreglará la división territorial.
Art. 3.“ El Gobierno de la República es popular, representativo,
democrático, bajo la forma de unidad. *
A rt. 4.° La Religión del Estado es la Católica, Apostólica, R o­
mana. Se prohíbe el ejercicio público de todo otro culto.
Art. 5.” La división, independencia y armonía de los poderes po­
líticos es el principio conservador de los derechos de los bolivianos y
de las garantías que esta Constitución reconoce,
328 CIRO FÉLIX TRIGO
.’'S
ï

S e c c ió n se g u n d a

De los bolivianos y de la ciudadanía

Art. Los bolivianos lo son por nacimiento o por naturaliza­


ción. La calidad de boliviano por naturalización se adquiere conforme
a las leyes.
Art. 7.° Son ciudadanos los bolivianos que reúnen las calidades y
condiciones que prescriben las leyes.
Art. 8 .° Todo boliviano está obligado a defender la Patria cuando
eea llamado por la ley, y a contribuir a los gastos públicos.

S e c c ió n t e r c e r a

De los derechos y garantios

A rt. 9.° Todo hombre es libre en Bolivia; la esclavitud no existe


ni puede existir en su territorio.
Art. 10. Todo hombre goza en Bolivia de los derechos civiles. El
ejercicio de estos derechos se regla por la ley civil.
Art. 11. Todo hombre tiene derecho de entrar en el territorio de
la República, de permanecer en él y de salir sin otras restricciones que
las establecidas por el derecho internacional.
Art. 12. Todo hombre tiene derecho al trabajo y al ejercicio de
cualquiera industria lícita; de publicar sus pensamientos por la pren­
sa sin previa censura, ni más condición que la de firm ar sus escritos;
de enseñar bajo la vigilancia del Estado, sin otros requisitos que los
de capacidad y moralidad.
Art. 13. La propiedad de todo invento útil en cualquier género
de industria o de su perfeccionamiento o importación en la República,
es igualmente inviolable. La ley garantiza a su autor un privilegio
exclusivo temporal o una indemnización previa para caso de popula­
rizarse el secreto.
Art. 14. Nadie puede ser detenido, arrestado, preso ni condenado,
sino en los casos y según las formas establecidas por la ley; ni ser juz­
gado por otros jueces que los naturales de su propio fuero y estable­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 329

cidos con anterioridad por la ley. Tampoco podrá serlo por comisio­
nes especiales.
Art. 1 5 . Son inviolables la correspondencia epistolar y los p a p e le s
p r iv a d o s : lo es igualmente el domicilio particular, salvo los casos

determinados por las leyes.


Art. 16. La propiedad es inviolable: a nadie se le puede privar de
ella sino en virtud de sentencia fundada en la ley, por causa de utili­
dad pública, calificada conforme a las leyes y previa indemnización.
Art. 17. Queda abolida la pena de muerte, a no ser en los casos
de asesinato, parricidio y traición a la Patria, entendiéndose por trai­
ción la complicidad con los enemigos exteriores en caso de guerra.
Esta disposición es extensiva a los individuos del ejército permanen­
te en los delitos comunes; más en los casos de infracción de la disci­
plina militar, serán juzgados y penados con arreglo a sus propias
ordenanzas.
Art. 18. Todo contrato o compromiso contraido por el Estado,
conforme a las leyes, es inviolable.
A rt. 19. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas pú­
blicas. Ningún servicio personal es exigible sino en virtud de la ley.
Art. 20. Las garantías individuales que esta Constitución esta­
blece, no podrán suspenderse sino en el caso de conmoción interior y
previo decreto expedido por el Gobierno en Consejo de Ministros. En
este caso, la suspensión de las garantías constitucionales no impor­
tará otra cosa que la facultad de obrar en el sentido que demanden las
circunstancias, al solo y exclusivo objeto de tomar las medidas nece­
sarias para comprimir la conmoción.
Art. 21. En cuanto a las personas, el Ejecutivo tendrá la facultad
de trasladarlas de un punto a otro de la nación, o la de arrestarlas y
ordenar su juzgamiento, sometiéndolas a los jueces naturales de su
propio fuero. El confinamiento y el arresto solo tendrán lugar cuando
el individuo no prefiera salir al exterior. Tampoco podrá hacerse el
confinamiento a lugares malsanos, ni a mayor distancia que a la
de cincuenta leguas.
Art. 22. Terminada la conmoción interior, quedará de hecho
en plena vigencia el imperio de la Constitución.
Art. 23. Queda prohibida para siempre la pena de azotes, y bajo
ningún pretexto es permitido emplear el tormento ni otro género de
mortificaciones.
330 CIRO FÉLIX TRIGO
w
Art. 24. Las garantías y derechos reconocidos en los artículo
anteriores, no podrán alterarse por las leyes que reglamenten su ejer­
cicio, ni se entenderán como negación de otros derechos o garantía«
que, sin embargo de no estar enunciados, nacen del principio de 1&
soberanía del pueblo o de la forma republicana del gobierno.

S e c c ió n c u a r ta

De la Soberanía

A rt. 25. La soberanía de la Nación emana del pueblo, y su ejer­


cicio reside en los poderes que establece esta Constitución.
Art. 26. La Nación delega el ejercicio de su soberanía a tres altos
poderes que constituyen la base fundamental de su Gobierno: El Po­
der Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.
A rt. 27. El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus
rerpresentantes y de las autoridades creadas por la Constitución.
Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los dere­
chos del pueblo, comete delito de sedición.

S e c c ió n q u in t a

Del Poder Legislativo

Art. 28. El Poder Legislativo se ejerce por do3 cámaras, una de


senadores y otra de representantes, nombrados unos y otros por el
sufragio directo y secreto de los ciudadanos.
A rt. 29. Los senadores y representantes son en todo tiempo in­
violables por las opiniones que emitan en el ejercicio de sus funciones.
Art. 30. No podrán ser aprehendidos, demandados ni citados ju­
dicialmente desde el día de su proclamación, durante las sesiones y
cuarenta días después, salvo in fraganti delito sujeto a pena corporal.
En este caso, se dará cuenta inmediatamente a la Cámara a que per­
teneciere, la que autorizará o negará la continuación del arresto.
A rt. 31. No estando reunidas las cámaras, el arresto por in fra­
ganti delito, lo guardará el diputado en su propia casa, comprometido
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 331

• r seguridad su palabra de honor para presentarse en juicio el día


en que termine su inmunidad.
■ Art. 32. El Poder Ejecutivo convocará, cada dos años, las cámaras
í'oara su reunión el día 6 de agosto en la ciudad de Sucre, capital de la
República. No habiendo convocatoria, los diputados se reunirán e s ­
p o n tá n e a m e n te en el período, día y lugar señalados. Los que en ambos
licasos dejaren de concurrir sin causa justificada, serán, por este solo
~ * hecho, declarados indignos de la confianza nacional.
Art. 33. El Poder Ejecutivo podrá convocar al Cuerpo Legisla-
tivo a reunión ordinaria a otro punto del designado, siempre que lo
exijan circunstancias especiales.
Art. 34. Las sesiones ordinarias durarán sesenta días, prorro-
lütS gables hasta noventa, a juicio del Cuerpo Legislativo-o a petición del
Ejecutivo.
Art. 35. Los senadores y representantes son reelegibles, con de­
recho de renuncia de la reelección inmediata. Cuando el Poder Legis­
lativo fuere extraordinariamente convocado, se ocupará solamente de
los asuntos para los que se haya hecho la convocatoria y de otros que
el Ejecutivo quiera someter a su deliberación.
Art. 36. Corresponde exclusivamente al Cuerpo Legislativo la
potestad de dar leyes, interpretarlas, derogarlas y abrogarlas.
A rt. 37. Pueden presentar proyectos de ley: 1.* Los represen­
tantes y senadores. 2.' El Poder Ejecutivo. 3.” La Corte Suprema úni­
camente en materia de legislación y administración de justicia.
A rt. 38. Si la ley fuere aprobada por ambas cámaras, se dirigirán
ejemplares al Ejecutivo para su sanción. Si el Ejecutivo no tuviere
que hacer observación alguna, le dará su sanción con esta fórmula:
Ejecútese. Discutida y aprobada una ley en una de las cámaras, se
pasará inmediatamente a la otra para igual objeto.
Art. 39. En la promulgación de las leyes el Ejecutivo hará uso
de la siguiente fórmula:—
“N. N., Presidente de la República, hago saber a la Nación que el
Poder Legislativo ha dictado la siguiente ley:

(Aquí su texto)

Por tanto mando a todas las autoridades la cumplan y hagan cumplir".


332 CIRO FÉLIX TRIGO

A rt. 40. Cuando el Poder Ejecutivo encuentre motivos para ob-


servar la ley votada, lo hará en el término de diez días; pasados éstos
la ley se reputará sancionada, a no ser que el término fijado en esté
artículo, sea interrumpido por la clausura de las sesiones. En este
caso, el Gobierno presentará la ley observada a la próxima legisla­
tura, dentro de los primeros diez días.
Art. 41. Si las cámaras reunidas se conformaren con las obser­
vaciones del Ejecutivo, quedará sin efecto la ley observada. Si por el
contrario, insistieren en ella con el apoyo de dos tercios de votos de
los diputados de la Sala, será únicamente comunicada al Ejecutivo
para su sanción y promulgación. Si éste no lo hiciere, servirá de sufj.
cíente promulgación la inserción de la ley en el "Redactor” .
A rt. 42. El derecho de observación concedido al Ejecutivo, no
podrá jamás extenderse a las reformas de la constitución del Estado.
Art. 43. Las leyes pueden tener su origen en cualquiera de las
cámaras, excepto las que establecen y suprimen contribuciones, em­
préstitos y fondos para la amortización de la deuda pública, que deben
ser iniciadas en la Cámara de Representantes.
Art. 44. Toda ley debe ser votada por la mayoría absoluta de las
respectivas Salas, excepto aquéllas que según esta Constitución, de­
ben ser votadas por dos tercios de sufragios.
A rt. 45. En todos los casos en que una de las cámaras rechace,
adicione o modifique el proyecto aprobado por la Cámara en que ha
tenido su origen, ésta, juzgando no fundadas las adiciones, modifica­
ciones o reparos hechos a la ley, podrá insistir por una sola vez con
nuevas razones.
A rt. 46. Cuando hubiere insistencia en los pareceres de una y
otra Cámara, se reunirán ambas al solo efecto de votar la ley.

S e c c ió n s e x t a

De las cámaras reunidas en Congreso

Art. 47. Corresponde a las cámaras reunidas en Congreso: 1.*


A brir y cerrar sus sesiones y prorrogarlas: 2.° Hacer el escrutinio de
los sufragios en la elección de Presidente de la República, verificarla,
en su caso, conforme a la ley y proclamar la elección: 3.s Recibir el
* * »«;? '■ LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 333
■ p i
v.
■Juramento al Presidente de la República y admitir su renuncia o ne­
j a r l a : 4-° Examinar y aprobar los gastos de la administración del bie-
| fl¡Q anterior, con vista de los estados que le pasen los respectivos Mi­
nistros, y decretar el presupuesto del siguiente: 5.’ Prestar o negar
l a aprobación a los tratados públicos y concordatos celebrados por el
¿ Ejecutivo: 6 .5 Declarar la guerra o la paz con vista del mensaje y los
?■datos que le pase el poder Ejecutivo: 7." Reconsiderar las leyes ob-
gervadas por el Poder Ejecutivo: 8.5 Reconsiderar los proyectos de ley
a p r o b a d o s por ambas cámaras, cuando se propusieren adiciones o mo­
dificaciones en que no hayan convenido según su reglamento: 9.° Tras­
ladar sus sesiones a otro lugar, a causa de conmoción interior o gue­
rra exterior.
Art. 48. La elección de Presidente de la República en los casos
de la atribución segunda del precedente artículo, se hará por sufragio
secreto.

S e c c ió n séptim a

De ío Cámara de Senadores

Art. 49. L a ley electoral determinará las calidades que se re­


quieren para ser Senador y el número de miembros de que se com­
pondrá el Senado.
A rt. 50. La duración de los senadores será de cuatro años, reno­
vándose por suerte la mitad en el primer bienio y la fracción que qu&-
dare en el segundo.
Art. 51. Son atribuciones del Senado: 1.’ Conceder premios, ho­
nores y condecoraciones a los pueblos, corporaciones o personas, por
eminentes servicios prestados a la Patria: 2.a Nombrar a los vocales
de la Corte Suprema, de las ternas que le pase el Poder Ejecutivo:
3.‘ Proponer ternas al Poder Ejecutivo para arzobispo, obispo, digni­
dades eclesiásticas y canónigas: 4.* Nombrar a los generales del E jér­
cito, a propuesta en terna del Poder Ejecutivo: 5.‘ Juzgar a los Minis­
tros de la Corte Suprema de Justicia y al Fiscal General, y aplicarles
la correspondiente responsabilidad: 6 .' Sujetar a juicio al Presidente
de la República y Ministros de Estado, por acusación de la Cámara de
Representantes. En este caso la concurrencia de las dos terceras par­
334 CIRO FÉLIX TRIGO

tes de votos formará sentencia al solo efecto de la suspensión del


cionario, pasando la causa a la Corte Suprema de Justicia para qUe
haga el juzgamiento conforme a las leyes.
Art. 52. El Senado en el juzgamiento de los Ministros de la Cor.
te Suprema, fallará definitivamente, aplicando la responsabilidad o la
pena correspondiente a la culpa o delito conforme a las leyes.
A rt. 53. Cerradas las sesiones del Congreso, el Senado para juz­
gar y fallar en los juicios nacionales de que hablan las atribuciones
5.4 y 6 .* del artículo 51, podrá continuar en las suyas, como Jurado
Nacional. Las sesiones del Senado en este caso, no podrán prorrogarse
por más de treinta días.

S e c c ió n o c t a v a

D e la Cámara de Representantes

A rt. 54. La ley electoral determinará las calidades y el número


de representantes, tomándose por 'base la población.
A rt. 55. Los representantes durarán cuatro años en el ejercicio
de sus funciones y se renovarán por mitad en cada bienio. L a primera
renovación se hará por suerte, y la fracción que quedare se renovará
en el bienio siguiente.
A rt. 56. Son atribuciones especiales ele la Cámara de Represen­
tantes: 1.‘ Iniciar las leyes sobre las materias indicadas en el ar­
tículo 43: 2.5 Nombrar los magistrados de las cortes superiores y los
cancelarios de las universidades, a propuesta en terna del Poder Eje­
cutivo: 3.* Rehabilitar a los que hubieren perdido el derecho de ciu­
dadanía: 4.* Acusar por sí o a instancia de parte ante el Senado, al
Presidente de la República, a los Ministros de Estado y a los ma­
gistrados de la Corte Suprema de Justicia, por culpas o delitos co­
metidos en el ejercicio de sus funciones: 5.* F ijar el peso, ley, tipo
y denominación de la moneda y determinar las pesas y medidas.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA - 335

S e c c ió n n o v e n a

Disposiciones comunes a ambas cámaras

Son atribuciones comunes a ambas cámaras: 1 .* Califi­


car Ia8 credenciales de los diputados y decretar la elección del nú-
dinero que deba reemplazar a la fracción saliente: 2.* Conceder amnis-
■tías, más no indultos, sino a petición del Ejecutivo: 3.* Iniciar la di­
visión territorial: 4.* Iniciar o promover la supresión o creación de
destinos públicos, asignándolos la correspondiente dotación: 5.* Las
cámaras no podrán dar resolución alguna, sin que estén presentes las
dos terceras partes de sus miembros; sin embargo, los presentes po­
drán reunirse al solo efecto de llamar a los ausentes, de examinar y
resolver sobre las dimisiones y excusas y hacer concurrir a los su­
plentes.

S e c c ió n d é c im a

Del Poder Ejecutivo

A rt. 58. E l Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la Re­


pública y por los respectivos Ministros de Estado, que forman su Ga­
binete, presidido por uno de los Ministros que lo componen, y que
haya sido nombrado con este carácter por el Presidente de la Re­
pública.
A rt. 59. E l Presidente de la República es solidaria y mancomu-
nadamente responsable, con cada uno de los respectivos Ministros
de Estado, por todos los actos de su administración.
Art. 60. Para ser Presidente de la República se requiere: l .9 Ser
boliviano de nacimiento: 2.° Tener más de treinta y cinco años de
edad: 3.2 Ser ciudadano en ejercicio: y 4.° N o haber sido condenado a
pena corporal o infamante por los tribunales del fuero común.
A rt. 61. El Presidente de la República será elegido por sufragio
directo y secreto de los ciudadanos en ejercicio. La ley arreglará esta
elección.
Art. 62. Las actas de escrutinio de la elección se remitirán direc­
tamente al Presidente del Congreso, por los presidentes de los respec­
tivos distritos electorales de toda la República.
336 CIRO FÉLIX TRIGO ;||

Art. 63. El candidato que reúna la mayoría absoluta de .


será proclamado Presidente de la República. Si ninguno de los
datos para la presidencia de la República hubiese obtenido la pluj»
lidad absoluta del total de votos, el Congreso, en sesión permanen'
y pública, hará la elección de entre los tres que hubiesen reunido q|
mayor número de votos. Si del resultado del escrutinio de esta elee
ción, ninguno reuniere los dos tercios de los votos de los diputados co
currentes, la votación posterior se contraerá a los dos que hayan ob­
tenido mayoría relativa, debiendo repetirse por tres veces la votación
y escrutinio, por si alguno de los dos obtenga las dos terceras partes
de votos. En caso contrario decidirá la suerte.
A rt. 64. Ninguno de los actos comprendidos en el precedente ar­
tículo podrá tener lugar sin que se hallen presentes, al menos, las dos
terceras partes de diputados, del total que componen ambas cámaraa
A rt. 65. La elección de Presidente de la República hecha por los
.pueblos o por el Congreso con arreglo al artículo 63, será proclamada
inmediatamente y se anunciará a la Nación por medio de una ley.
Art. 6 6 . El período constitucional del Presidente de la República
durará cuatro años, con derecho a reelección por otro período.
A rt. 67. Cuando en el intermedio del período constitucional fal­
tare el Presidente de la República por renuncia, destitución, inhabili­
dad o muerte, será reemplazado por el Consejo de Ministros, el cual, en
el término preciso de quince días, expedirá las órdenes necesarias
para la elección del Presidente, que deberá verificarse dentro de los
siguientes cuatro meses. El Congreso, en este caso, se instalará a los
40 días después de la elección de Presidente.
Art. 6 8 . Cuando el Presidente de la República tenga que ausen­
tarse del territorio, en caso de guerra exterior, el Gobierno recaerá
también en el Consejo de Ministros.
A rt. 69. Son atribuciones del Poder Ejecutivo: 1.* Sancionar las
leyes con esta fórmula:— “Ejecútese” : 2 .* Observarlas por una sola
vez. 3.' Expedir las instrucciones y reglamentos que sean necesarios
para la ejecución de las leyes y decretos, cuidando de no alterar su
espíritu. 4.‘ Hacer cumplir las sentencias de los tribunales. 5.* Presen­
tar al Senado temas para magistrados del Supremo Tribunal de Jus­
ticia y a la Cámara de Representantes para vocales de las cortes su­
periores de distrito y para cancelarios. 6 .‘ Conmutar la pena de muer­
te. 7.* Conceder jubilaciones, retiros y montepíos, conforme a las le-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 33T

m¿s no ,pensiones de pura gracia. 8 .* Ejercer el Patronato Na-


¿.¿nal en jas iglesias, beneficios y personas eclesiásticas. 9.* Hacer la
^•estación del arzobispo y obispo, escogiendo uno de la tem a pro­
véala por la Cámara de Senadores. 10. Nombrar dignidades y canó-
\eoa de entre los propuestos en terna por la Cámara de Senadores,
Riendo ¡hacerlo por sí no estando ésta reunida. 11. Conceder o ne-
el pase a los decretos de los concilios, las bulas, breves y rescrip-
pontificios. 12. Nombrar a todos los empleados de la República,
cuyo nombramiento o propuesta no esté reservado por esta Constitu­
ción a otro poder. 13. Adm itir su renuncia y nombrar interinamente
a los que deban ser elegidos, o propuestos por otro poder. 14. Convo­
car las cámaras en los períodos señalados por esta Constitución, y
extraordinariamente cuando lo exija el bien de la República. 15. A sis­
t i r a las sesiones con que el Cuerpo Legislativo abre y cierra sus tra­
bajos. 16. Conservar y defender la seguridad interior y exterior del
Estado, conforme a la Constitución. 17. Organizar, distribuir y dis­
poner de la fuerza armada permanente. 18. Declarar la guerra con­
forme al artículo 47, atribución 6 .*. 19. Proponer al Senado tem as para
generales con informe de sus servicios. 20. Conferir, solo en el campo
de batalla en guerra extranjera, el título de general a nombre de la
Nación. 21. Conceder a la ley, privilegio exclusivo temporal a los que
inventen, perfeccionen o importen en la República procedimientos o
métodos útiles a la ciencia o a las artes, o indemnizar, en caso de pu­
blicarse el secreto de la invención, perfeccionamiento o importación.
22. Conceder amnistías, pero no indultos. 23. Dirigir las negociaciones
diplomáticas, nombrar ministros, agentes diplomáticos y consulares,
y recibir iguales funcionarios. 24. Celebrar concordatos y tratados de
paz, comercio, navegación, amistad y cualesquiera otros con aproba­
ción del Congreso. 25. Cuidar de la recaudación e inversión de las ren­
tas públicas y de la administración de los bienes nacionales, con
arreglo a la ley.
Art. 70. El Presidente de la República, en la apertura de las
sesiones de las cámaras, presentará un mensaje en que manifieste el
estado de la Nación, indicando las mejoras y reformas que pudieran
hacerse en los diferentes ramos de la administración pública.
338 CIRO FÉLIX TRIGO

í$Ü»8
S e c c i ó n d é c i m a p r i m e r a

De los Ministros de Estado


„ *

A rt. 71. Para el despacho de todos los negocios de la adminis­


tración pública, habrá un competente número de Ministros de Estado
Art. 72. Para ser Ministro de Estado, se requiere: 1 .* Ser boli-;
viano de nacimiento y ciudadano en ejercicio: 2 ° N o haber sido con-1
denado a pena corporal o infamante por los tribunales del fuero común
Art. 73. Las órdenes y actos del Presidente de la República, fue- ■
ra de aquellos por los cuales nombra y separa a los Ministros del des-1
pacho, deben ser rubricados por él mismo y firmados por el Ministra
respectivo, reconocido previamente como tal; los actos del Presidente
de la República, sin este requisito no deben ser obedecidos ni cum- '
plidos.
Art. 74. Los Ministros de Estado, no siendo diputados, podrán
tomar parte a nombre del Poder Ejecutivo en la discusión de las leyes,, t
solo con voz deliberativa.
A rt. 75. Los Ministros de Estado informarán a cada Legislatura,,
en la apertura de sus sesiones, del estado de sus respectivos ramos;
propondrán las mejoras y reformas que juzguen conveniente, y en el
curso de las sesiones darán a las cámaras los datos e informes que
se les pidan por los diputados, sobre las negociaciones de su despacho..
Art. 76. El Presidente de la República y los Ministros de Estado,
no podrán salir del territorio de la Repúbica, después de cesar en sus
funciones, antes que haya cerrado sus sesiones el Congreso que se
reúna después de la cesación del Presidente.

S e c c ió n d é c e v ia s e g u n d a

D el Poder Judicial

A rt. 77. La justicia se administra -por los tribunales y juzgados,


que las leyes establecen.
A rt. 78. E l Supremo Tribunal de Justicia se compondrá de siete
vocales y el Fiscal General. Sus miembros, con excepción del Fiscal
General, serán nombrados por el Senado, conforme a lo dispuesto-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 339

el artícu lo 51, atribución 2.’ . Una ley especial determinará las ca­
lidades que deben tener los magistrados de los tribunales, los jueces
'eriores, así como las de los agentes del ministerio público.
í 7 9 , Son atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia, ade-
í|¿¿s de las que le señalan las leyes: 1.‘ Conocer de los recursos de
n u lida d, conforme a las leyes, y fallar, al mismo tiempo, en los asun­
tos civiles sobre la cuestión principal cuando el recurso se hubiese
fundado en injusticia manifiesta: 2.* Conocer de los negocios de puro
derecho, cuya decisión dependa de la constitucionalidad o inconsti-
tucionalidad de las leyes: 3.* Conocer de las causas de traición, con­
cusión y de todas las demás criminales contra el Presidente de la Re­
pública y los Ministros de Estados, cuando sean sometidos a juicio
por la Asamblea: 4.8 Conocer de las causas de responsabilidad de.los
ministros y agentes diplomáticos, de los prefectos, vocales de las cor­
tes superiores y fiscales de distrito, por faltas cometidas en el ejer­
cicio de sus funciones.
Art. 80. Ningún magistrado o juez podrá ser destituido sino por
sentencia ejecutoria, ni suspenso sino en casos determinados por las
leyes; tampoco podrá ser trasladado no siendo por su expreso con­
sentimiento.
Art. 81. La publicidad en los juicios es la condición esencial de
la administración de justicia, salvo cuando se interesen la moral o el
orden público.
Art. 82. E l Ministerio Público se ejercerá a nombre de la Nación,
por el cuerpo de fiscales y demás funcionarios que designan las leyes.

S e c c ió n d é c im a t e r c e r a

De la Municipalidad

A rt. 83. Los intereses locales serán representados por las mu­
nicipalidades.
A rt. 84. Los miembros de las municipalidades serán elegidos por
el voto directo de los pueblos.
A rt. 85. La ley orgánica de municipalidades determinará las atri­
buciones y el modo de funcionar de estas corporaciones.
340 CIRO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n d é c im a c u a r t a

D el régimen interior
%
A rt. 8 6 . El Gobierno político de los departamentos, provincias
cantones de la República, reside en los funcionarios que designa la
ley. Ella determinará las calidades que deben tener, su nombramien­
to, atribuciones y duración.

S e c c ió n d é c im a q u in t a

De la fuerza armada

Art. 87. Habrá en la República un Ejército permanente de línea,


destinado a la conservación del orden, a la respetabilidad de las ga.
rantías sociales y a la defensa de la independencia e integridad na­
cional
A rt. 88 . La fuerza armada es esencialmente obediente; en nin­
gún caso puede deliberar y está en todo sujeta a los reglamentos y
ordenanzas militares.
A rt. 89. Habrá también cuerpos de guardia nacional en cada de­
partamento, sujetos a las autoridades políticas. Su organización y de­
beres se determinarán por una ley.
A rt. 90. Los que no son bolivianos de nacimiento, no podrán ser
empleados en el ejército en la alta clase de generales.

S e c c ió n d é c im a s e x t a

De la reforma de la Constitución

A rt. 91. Todos los que tienen la iniciativa de las leyes puedea
proponer enmiendas o adiciones a alguno o algunos artículos de esta
Constitución. Si la proposición fuere apoyada por la quinta parte,
a lo menos, de los miembros concurrentes, y admitida a discusión por
mayoría absoluta de votos, se discutirá en la forma prevenida para
los proyectos de le y : calificada de necesaria la enmienda o adición por
el voto de los dos tercios de miembros concurrentes, se pasará al Po­
der Ejecutivo para el solo efecto de hacerla publicar.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 341

^ rt. 92. En las primeras sesiones de la legislatura siguiente se


Spconsiderará la enmienda o adición aprobada en el Congreso anterior,
n p p s i fuere calificada de necesaria por las dos terceras partes de los
i| | jniembros presentes, se tendrá como parte de esta Constitución, y se
% pasará al Poder Ejecutivo para que la haga publicar y ejecutar. Cuan-
I P a o la enmienda sea relativa al periodo constitucional del Presidente,
p f e se considerará conforme a lo dispuesto en el artículo anterior, solo en
lié ei siguiente período.
A rt. 9 3 . E l Poder que tiene el Congreso para reformar esta cons-
S titución, no se extiende a la forma de Gobierno, a la independencia
a j í : n| a la religión del Estado.
Art. 94. Solo el Congreso podrá resolver cualesquiera dudas que
lí ocurran sobre la inteligencia de algunos artículos de esta Constitu­
ción, si se declaran fundadas por dos tercios de votos.
Art. 9o. Las autoridades y tribunales aplicarán esta Constitución
con preferencia a las leyes, éstas con preferencia a los decretos y és-
# • tos a las resoluciones.
A rt. 96. Quedan abrogados las leyes y decretos que se opongan
a esta Constitución.

A r t íc u l o s t r a n s it o r io s

A rt. 1.* Esta Constitución tendrá fuerza obligatoria desde el


día de su promulgación, para la que se señala el día 1 ." del mes de
noviembre próximo.
A rt. 2? L a primera Legislatura ordinaria, que principiará el día 6
de agosto de 1870, hará el escrutinio y proclamación del Presidente
Constitucional de la República, para cuya elección el Ejecutivo ex­
pedirá con la anticipación necesaria las órdenes convenientes.
Comuniqúese al Poder Ejecutivo para su promulgación, ejecución
y cumplimiento.
Sala de sesiones en la Paz de Ayacucho, a 17 de Septiembre de 1868.
Manuel José Ribera, Presidente, diputado por Santa Cruz.— José Rai­
mundo Taborgan, Vicepresidente, diputado por el Beni.— José R. Gu­
tiérrez, diputado por La Paz.— Ricardo Mujía, diputado por la capital
de la República.— Pablo J. Puertas, diputado por Oruro.— Martín Cas­
tro, diputado por Potosí.— Napoleón Raña, diputado por Tarija.— José
342 CIRO FÉLIX TRIGO

M. Ravelo, diputado por Oruro.— Manuel A. Castedo, diputado


Santa Cruz. José N. Burgoa, diputado por Mejillones.— Rufino T *
var, diputado por Oruro.— José Dulón, diputado por Sucre.__Pedro
Terrzas, diputado por Potosí.— Juan J. Valdivia, diputado por La Pa»
Juan J. Chopitea, diputado por Chuquisaca.— José Manuel Solís di'
putado por Cochabamba.— Pedro I. Arde, diputado por Cobija.—
guel Antonio Ruiz, diputado por Santa Cruz.— Angel Dalence, dipu[
tado por Oruro.— José María Quiroga, diputado por Cochabamba-J!
Silvestre Valenzuela, diputado por Cochabamba.— Calixto Clavijo, dK
putado por La Paz.— Benigno Ulloa, diputado por Tarata.__Teodo-
miro Camacho, diputado por La Paz.— Manuel Sainz, diputado por
Cochabamba.— Federico Diez de Medina, diputado por L a Paz.__Jorge
Delgadillo, diputado por Chuquisaca.— Manuel A. Serrano, diputado
por Potosí.— Ceferino Méndez, diputado suplemente por el departa­
mento de Chuquisaca.— Nicolás Sanz, diputado suplente por el de­
partamento de Chuquisaca.— José María Suares, diputado por Meji­
llones.— Anselmo Guardia, diputado por el Beni.— Angel M. Zevallos,
diputado por Tarata.— Bartolomé Aillón, diputado por Potosí.— Lucas
Pardo de Figueroa, diputado por Cochabamba.— Hermenegildo sim-
brón, diputado por L a Paz.— José María Castañeira, diputado por el
departamento de Tarata.— José María Cladera, diputado propietario
por el departamento de Tarata.— Mariano Ramallo, diputado por Chu­
quisaca. Saturnino Erquicia, diputado suplente por Potosí.— Isaac
Tamayo, diputado por La Paz.— José Arce, diputado por Tarija.__Ben­
jamín Carrasco, diputado por Tarata.— Félix A. Revilla, diputado por
Potosí.— Ildefonso Lagrava, diputado por Potosí.— Andrés Molina, di­
putado por Tarija. Samuel Campero, diputado por Tarija.— Lucas
Palacios, diputado por La Paz.— José Manuel Gutiérrez, Secretario,
diputado por Cochabamba.— Santiago Soruco, Secretario, diputado
por Potosí.
(L. S.). Palacio del Supremo Gobierno, en La Paz de Ayacucho,
a 1 .® de Octubre de 1868.
Ejecútese. — (Firmado). — Mariano Melgarejo. — (Refrendado).
El Ministro de Gobierno, Justicia y Relaciones Exteriores, Jefe de Ga­
binete, Mariano Donato Muñoz. — (Refrendado) el Ministro de Ha­
cienda, Manuel de la Lastra. — (Refrendado) el Ministro de la Guerra,
Nicolás Rojas. — (Refrendado) el Ministro del Culto e Instrucción
Pública, Manuel José Ribera.
CONSTITUCION POLITICA DE 1871

AG U STIN MORALES.— Presidente Provisorio de la República, etc.

POR CUANTO la Honorable Asamblea Constituyente convocada


por decreto de seis de febrero e inaugurada en diez y ocho de junio
del presente año, ha proclamado y sancionado la siguiente:

CONSTITUCION POLTITCA DE B O L IV IA

E N E L NOMBRE DE DIOS, el pueblo de Bolivia representado por


la Asamblea Constituyente de 1871, sanciona y proclama la Cons­
titución de 1861 reformada de la manera siguiente :

S e c c ió n p rim e ra

Be la Nación

Artículo 1.a Bolivia libre e independiente, se constituye en Re­


pública democrática, representativa.
Art. 2" El Estado reconoce y sostiene la Religión Católica, Apos­
tólica, Romana. Se prohíbe el ejercicio público de todo otro culto, ex­
cepto en las colonias que se formaren en lo sucesivo.
344 CIRO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n se g u n d a
"W S
De los derechos y garantías

Art. 3.- La esclavitud no existe en Bolivia. Todo esclavo que p!


el territorio boliviano es libre. %
A rt. 4.8 Todo hombre tiene el derecho de entrar en el territorio
de la República, permanecer, transitar y salir de él, sin otras res-
tricciones que las establecidas por el derecho internacional; de tra­
bajar y ejercer toda industria lícita; de publicar sus pensamientos por
la prensa, sin previa censura; de enseñar bajo la vigilancia del Estado
sin otras condiciones que las de capacidad y moralidad; de asociarse*
de reunirse pacíficamente y hacer peticiones individual o colectiva­
mente. La instrucción primaria es gratuita y obligatoria.
Art. 5.a Nadie puede ser arrestado, ni detenido, ni aun por delito
que merezca pena corporal sin orden escrita de juez competente, y
precedente información del hecho. En caso de delito infraganti, el de­
lincuente será aprehendido por cualquiera persona y conducido a pre­
sencia del juez, quien deberá tomarle su declaración sin juramento
a lo más dentro de veinticuatro horas.
A rt. 6 .° Nadie puede ser juzgado por comisiones especiales o so­
metido a otros jueces que los designados con anterioridad al hecho
de la causa. Los atentados contra la seguridad personal hacen respon­
sables a sus autores inmediatos, sin que pueda servirles de excusa
el haberlos cometido de orden superior. Sólo los que gozan de fuero
militar podrán ser juzgados por consejos de guerra.
Art. 7.5 Nadie está obligado a declarar contra sí mismo, en ma­
teria criminal. En ningún caso se empleará el tormento ni otro gé­
nero de mortificaciones.
Art. 8 .s Jamás se aplicará la confiscación de bienes como cas­
tigo político. Son inviolables la correspondencia epistolar y los pa­
pales privados, que no podrán ser ocupados sino en los casos que de­
terminan las leyes y en virtud de orden escrita y motivada de autori­
dad competente. N o producen efecto legal las cartas violadas o sus­
traídas.
Art. 9.” Toda casa en Bolivia es un asilo inviolable: de noche no
se podrá entrar en ella sin consentimiento del que la habita, y de día
sólo se franqueará la entrada a requisitoria escrita y motivada de au-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLTVIA 345

fBBpí
iid a d competente, salvo el caso de delito infraganti. Ningún sol-
.ado será alojado en tiempo de paz en casa particular, sin consenti-
fento del dueño: ni en tiempo de guerra, sino en la manera que pres-
S-lbe la ley.
TP^Art. 10. Todo hombre tiene derecho a usar y disponer de sus bie-
¿es, no pudiendo ser obligado a la expropiación, sino por causa de
utilidad pública, calificada conforme a ley, y previa indemnización.
' A rt. 11. Queda abolida la pena de muerte, a no ser en los únicos
casos de asesinato, parricidio o traición a la Patria: entendiéndose
por traición la complicidad con los enemigos externos en caso de
guerra.
Art. 12. Quedan abolidas la pena de infamia y de la muerte civil,
así como la prisión por deudas.
Art. 13. Las acciones de la vida privada, que de ningún modo
al orden o la moral pública, n i perjudiquen a un tercero, es­
o fe n d a n
tán exentas de la autoridad de los magistrados.
Art. 14. Ningún dinero se sacará del Tesoro Público, sino con­
forme a la ley del presupuesto, y en cada trimestre se publicará la
cuenta documentada de los gastos. Ningún funcionario de la Nación
podrá aceptar, sin consentimiento previo de la Asamblea, emolumento,
oficio o título de cualquier género que sea, de un gobierno o Estado
extranjero,
A rt. 15. Los bienes y rentas de los establecimientos de educa­
ción, beneficencia y caridad, no pueden enajenarse en ningún tiempo,
ni gravarse con contribuciones directas.
A rt. 16. Los bienes raíces de la iglesia y las propiedades perte­
necientes a comunidades o corporaciones religiosas, gozarán de las
mismas garantías que las de los particulares.
A rt. 17. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas pú­
blicas. Ningún servicio personal es exigible, sino en virtud de la ley
y de sentencia fundada en ley.
A rt. 18. La deuda pública está garantizada. Todo compromiso
contraído por el Estado conforme a las leyes, es inviolable.
A rt. 19. N i el Congreso, ni ninguna asociación, ni reunión popular
puede conceder al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias, ni la
suma del Poder Público, ni otorgarle supremacías, por las que la vida,
el honor y los bienes de los bolivianos, queden a merced del Gobierno,
ni de persona alguna. Los diputados que promuevan, fomenten 0 ¿f*
cuten estos actos, son de hecho indignos de la confianza nacional
Art. 20. En los casos de grave peligro por causa de conmocóg
interior o guerra exterior, que amenace la seguridad de la República;
el Poder Ejecutivo ocurrirá a la Asamblea para que considerando 1¿
urgencia, según el informe del mismo Ejecutivo, le conceda, bajo res.
ponsabilidad, las siguientes facultades: 1." Para aumentar el ejército
permanente y llamar al servicio activo la guardia nacional. 2.' Par*
negociar la anticipación que se juzgue indispensable, de las contri,
buciones y rendimientos de las rentas nacionales, con el correspon.
diente descuento; o para negociar o exigir, por vía de empréstito, una
suma suficiente, siempre que no puedan cubrirse los gastos con las ren
tas ordinarias, designando los fondos y el término en que deba veri­
ficarse el pago. Será de cargo de los concejos municipales hacer la
acuotación para cuando deba levantarse el empréstito forzoso. 3 .* Para
que, siendo informado de que se trama contra la tranquilidad de la
República, pueda alejar a los sindicados de este delito, a una distancia
que no exceda de veinticinco leguas, y siempre que no sea a lugares
malsanos; o bien expedir órdenes de comparendo o arresto contra
ellos, debiendo ponerlos dentro de 72 horas a disposición del juez com­
petente, a quien pasarán los documentos que dieren lugar al arresto,
junto con las diligencias que se hayan practicado. El alejamiento o
arresto solo tendrán lugar cuando el individuo no prefiera salir al ex­
terior de la República.
Art. 21. Las facultades concedidas al Poder Ejecutivo, según el
artículo anterior, solo se limitarán al tiempo indispensablemente ne­
cesario, para restablecer la tranquilidad y seguridad de la República;
y del uso que haga de éllas, dará cuenta a la Asamblea en su próxima
reunión, quedando de hecho en plena vigencia las garantías consti­
tucionales.
Art. 22. Si la guerra extranjera o conmoción interior amenazare
la seguridad de la República durante el receso de la Asamblea, se in­
vestirá el Presidente de las facultades contenidas en el artículo 20,
previo acuerdo y distamen afirmativo del Consejo de Estado. E l Pre­
sidente y sus Ministros serán solidariamente responsables del uso
que hagan de estas facultades. En caso de ser imposible la interven­
ción del Consejo de Estado, bastará el acuerdo del Consejo de Minis­
tros.
LAS CONSTITUCIONES DE EOLIVIA 34?

« g 23. Todo hombre goza en Bolivia de los derechos civiles; su


se regla por la ley civil.
e je r c ic io
^ rt. 24. Para ser ciudadano se requiere: 1.a Haber nacido en Bo­
livia, o en el extranjero de padre o madre bolivianos, o haber obtenido
carta de naturalización a mérito de establecimiento en el país. La re-
eidencia de cinco años previa inscripción en el registro cívico, im­
porta haber adquirido la ciudadanía: 2.- Tener veintiún años de edad
o ser casado: 3.- Saber leer y escribir, y tener una propiedad inmueble,
o una renta anual de doscientos pesos, que no provenga de servicios
prestados en calidad de doméstico.
J Art. 25. Los derechos de ciudadanía consisten: 1.a En concurrir
„: como elector o elegido a la formación o al ejercicio de un poder pú-
P blíco: 2.8 En la igual admisibilidad a las funciones públicas, sin otro
y requisito que la idoneidad.
Art. 26. Los derechos de ciudadanía, se pierden: 1.* Por naturali-
■ zación en país extranjero: 2.® Por condenación de los tribunales or­
dinarios a pena corporal, hasta la rehabilitación.
Art. 27. Los derechos de ciudadanía se suspenden por haberse
dictado decreto de acusación contra un individuo, o por ser éste per­
seguido como deudor al Estado.
Art. 28. Todo boliviano está obligado a obedecer a las autorida­
des, a contribuir a los gastos públicos, conforme a las leyes que dicte
la Asamblea, o a los decretos que con arreglo a la ley, expida el Poder
Ejecutivo.
Art. 29. Todo ciudadano tiene el derecho de tener un arma para
defender el orden público y las instituciones.
A rt. 30. Los que de hecho ataquen a los derechos y garantías
constitucionales, no gozan de fuero y quedan sujetos a la jurisdicción
ordinaria.
A rt. 31. En ningún caso podrá pedirse el alejamiento de los boli­
vianos que por cualquier causa residan en el extranjero, ni celebrarse
tratados en este sentido.
Art. 32. Las garantías y derechos reconocidos en los artículos
anteriores, no podrán alterarse por las leyes que reglamenten su ejer­
cicio, ni se entenderán como negación de otros derechos o garantías,
que sin embargo de no estar enunciados, nacen del principio de la so­
beranía del pueblo o de la form a republicana del Gobierno.
Art. 33. Son nulos los actos de los que usurpen funciones que no
348 CKO FÉLIX TRIGO

lea competen; así como los actos de los que ejercen jurisdicción o
Po-
testad que no emane de la ley.

Se c c i ó n t e r c e r a

De la soberanía

A rt. 34. La soberanía reside esencialmente en la Nación, es inalie-^


nable e imprescriptible, y su ejercicio se delega a los poderes Legisla, f
tivo, Ejecutivo, y Judicial. La independencia de estos poderes es l¿fj
base del Gobierno.
Art. 35. El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus %
representantes y de las autoridades creadas por la Constitución. Toda
fuerza armada o reunida de personas, que se atribuya los derech os^
de pueblo, comete delito de sedición.

S e c c ió n c u a r t a
i
Del Poder Legislativo

Art. 36. El Poder Legislativo se ejerce principalmente por una


Asamblea, compuesta de los diputados elegidos por votación directa
y accesoriamente por un Consejo de Estado que funcionará sin in­
terrupción.
Art. 37. Los diputados son inviolables en todo tiempo por las
opiniones que expresen en el ejercicio de sus funciones. Desde que
sean proclamados diputados o convocados a sesiones, hasta el término
de la distancia para que se restituyan a su domicilio, después de cerra­
das aquéllas, por ninguna causa podrán ser presos, ni juzgados sin pre­
via licencia de la Asamblea, salvo el caso de delito infraganti, sujeto
a pena corporal, en que podrán ser aprehendidos, a condición de ob­
tenerse la licencia legislativa dentro de veinticuatro horas.
Art. 38. No estando reunida la Asamblea, la licencia se obten­ ■i'S'
drá del Consejo de Estado en las mismas veinticuatro horas, fuera m
del término de la distancia.
A rt. 39. Los diputados durante el período constitucional de su
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 349

d a to , podrán dirigir representaciones al Poder Ejecutivo para el


¿ p lim e i n t o de la s leyes y resoluciones le g is l a t i v a s : podrán ta m b ié n
r e p r e s e n ta r las necesidades y medios de mejora de su distrito electoral.
A rt. 40. Las sesiones de la Asamblea tendrán lugar en la capital
de la R epública, y aunque no sea convocada, se reunirá ordinaria y
«spontàneamente en la misma capital el día seis de Agosto de cada
bienio y sus sesiones durarán noventa días útiles. Los diputados que
í ¿ falta de convocatoria no concurrieren, serán indignos de la con-
Sfianza nacional ; salvo el caso de impedimento justificado.
Art. 41. Cuando el Ejecutivo omita la convocatoria en el tiempo
prefijado, lo hará el Presidente del Consejo de Estado y, en su de­
fecto, el Vicepresidente. Las sesiones podrán ser prorrogadas a peti­
ción del Presidente de la República o por dos tercios de la Asamblea,
por un término dado, y solo para determinados negocios.
A rt. 42. Lo dispuesto en el artículo anterior, es sin perjuicio de
las sesiones extraordinarias a que pueda ser convocada la Asamblea
por el Presidente de la República, con las mismas condiciones de tér­
mino y designación de negocios; en cuyo caso no podrá ocuparse de
otros objetos que los designados en la convocatoria.
A rt. 43. La Asamblea se renueva por mitad en cada bienio; en
el primer bienio se verificará esta renovación por suerte, saliendo en
el segundo el resto que quedare.
Art. 44. Los diputados podrán ser nombrados Presidente de la
República, Ministros de Estado, miembros del Consejo de Estado o
agentes diplomáticos, cesando por el hecho en el ejercicio de sus
funciones legislativas.
Art. 45. Son atribuciones de la Asamblea: 1.‘ Calificar la elec­
ción de los diputados ; separar a éstos temporal y definitivamente de
la Asamblea ; corregir todas lás infracciones de su reglamento, orga­
nizar su secretaría; nombrar todos los empleados de su dependencia;
formar su presupuesto y ordenar su pago, y entender en todo lo re­
lativo a la economía y policía interior. 2.5 Dar leyes, interpretar y
abrogar las existentes. 3.* Mudar el lugar de sus sesiones. 4.* A veri­
guar las infracciones de la Constitución por medio de comisiones que
ejerzan la policía judicial, para que en su caso se haga efectiva en
juicio la responsabilidad de los infractores. 5.‘ Imponer contribuciones
y suprimir las establecidas. 6 .* Aprobar o desaprobar la cuenta de
hacienda que ha de presentarse por el Presidente de la República, en
la apertura de las sesiones bienales, previo informe del Consejo
Estado. 7.* Examinar y votar el presupuesto de gastos e ingresos 'sf
también debe presentarse en la apertura de las sesiones bienales
el Presidente de la República. 8 .5 Autorizar al Poder Ejecutivo por 5 ^ .
dio de leyes especiales, para negociar empréstitos extranjeros o ’m k
cionales con objetos determinados, designando los medios y forma •
su amortización. 9.* F ijar el peso, ley y tipo y denominación de la ® '
neda, y determinar los pesos y medidas de toda especie. 1 0 . Hac*
el escrutinio de las actas de elecciones de Presidente de la República,'
verificarla por sí misma, cuando no resulte hecho conforme a los ar-í
tícuclos 62 y 63. 11. Recibir el juramento del Presidente de la Reptj.?
blica. 1 2 . Adm itir o no la renuncia del Presidente de la República, ljj-tf
Resolver la declaratoria de guerra, a petición fundada del Presidente :-
de la República, en cuyo caso podrá investirle de las facultades deter­
minadas por el artículo 20 de esta Constitución. 14. Aprobar o desechar"
los tratados y convenciones de toda especie, celebrados con los gobier*
nos extranjeros. 15. Rehabilitar como bolivianos y como ciudadanos
respectivamente a los que hubiesen perdido estas calidades. 16. Con---'
ceder amnistías, pero no indultos, sino a petición fundada del Presi-'
dente de la República, y previo dictamen afirmativo del Consejo de ■
Estado. 17. Determinar en cada bienio el número de la fuerza armada.
18. Hacer la división territorial. 19. Conceder por eminentes y deter­
minados servicios, premios a los pueblos, corporaciones o personas.
20. Dirimir por dos tercios de votos de la totalidad de sus miembros,
incluso los ausentes, las competencias que le suscite el Presidente de la
República, la Corte de Casación y el Consejo de Estado: y por mayoría
absoluta de votos las que se susciten entre los expresados poderes,
o entre las cortes de distrito y la de Casación. 21. E legir el Presidente
y Vicepresidente del Consejo de Estado, para cada período constitu­
cional. 22. Elegir en votación secreta los miembros que deben formar
el Consejo de Estado. 23. Nombrar el Fiscal General de la República.
24. E legir en votación secreta, de las ternas propuestas por el Presi­
dente de la República, generales y coroneles del ejército, pudiendo re­
chazar las ternas por una sola vez. 25. Elegir de la misma manera, de
las propuestas que hagan las municipalidades de la comprensión res­
pectiva, los vocales de las cortes de distrito y cancelarios. 26. Pro­
poner ternas para arzobispo y obispos, a fin de que sean presentados
por el Presidente de la República para la institución canónica. 27.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 351

# o s u p r im ir destinos públicos, y asignarles la correspondiente do-


ir 28. Comunicar directamente con el Presidente de la República,
jnedio del suyo, y recibir en la misma forma las comunicaciones
29. Reconocer, consolidar y determinar la forma en que se
¿ qu él.
" 'd e pagar la deuda pública.
m j& r t 46. Son restricciones del Cuerpo Legislativo: 1.* N o podrá
’’ t resolución alguna, sin que estén presentes las dos terceras par­
les de diputados, pudiendo los ausentes ser compelidos a concurrir a la
^jgesión, salvo que hubiesen hecho dimisión de su mandato, con ante-
‘oridad a la reunión de la Asamblea. Si por algún caso extraordinario
j¡o hubiese dos terceras partes, para abrir sesión y dar resoluciones,
É g requiere el voto unánime de la mitad más uno del total de diputa­
dos. 2.* N o podrá imponer pena alguna, salvo la relativo a la policía
"interior de la Asamblea, de conformidad con lo dispuesto en el pá­
rrafo 1 .® de la restricción anterior.
; Art. 47. Las sesiones serán públicas, salvo que por el interés del
í Estado o de las costumbres, se resuelva lo contrario, por mayoría ab­
soluta de votos.
Art. 48. La elección tiene por base la población de los departa­
mentos, en la proporción de un diputado por treinta mil habitantes.
La ley fijará el número de diputados que debe elegir cada distrito
electoral, según su importancia, sin que en ningún caso pueda elegirse
menos de dos diputados por cada departamento.
Art. 49. Para ser diputado se requieren las mismas calidades que
para ser elector, y además tener veinticinco años de edad, no haber
sido condenado a pena corporal, y ser boliviano de nacimiento.
Art. 50. Por ninguna provincia, departamento o distrito en que
ejerzan jurisdicción común o autoridad política, eclesiástica o militar,
podrán ser diputados los que las ejercieren respectivamente, excepto
los funcionarios concejiles.
Art. 51. Los diputados no podrán ser empleados, y los empleados
que sean elegidos diputados serán sustituidos interinamente en sus
empleos; pero en ningún caso podrán, durante el período constitu­
cional de su diputación, obtener otro empleo, ni emolumento de nin­
guna clase, ni aun por vía de ascenso en su carrera. Tampoco podrán
ser removidos.
S e c c ió x q u in t a

De la formación y promulgación de las leyes y resoluciones fe


Asamblea

Art. 52. Pueden presentar proyectos de ley a la Asamblea; 1 ,«


Presidente de la República. 2." El Consejo de Estado. 3.’ Cada uno*
los diputados. Ningún proyecto será ley, sin haber pasado por tres
bates distintos y sin haber sido aprobado en cada debate por mayoría
absoluta de los diputados presentes en la sesión.
Art. 53. Aprobado un proyecto de ley o resolución, se dirigir
dos ejemplares por el Presidente de la Asamblea al de la República
para que la promulgue y haga cumplir. Si el Presidente de la RepúJ
blica no hiciere observaciones, 1o mandará publicar con esta fórmula;!
“Ejecútese'’ y con ella devolverá uno de los ejemplares al Presidente
de la Asamblea.
Art. 54. Si el Presidente de la República hallare inconvenientes
en el cumplimiento de la ley o resolución, los expondrá a la Asamblea
en el término de diez días útiles, a no ser que antes se cierren las se­
siones. Si la Asamblea se conformase con las observaciones del Pre­
sidente de la República, se tendrá por desechado el proyecto. Si no
se conformase e insistiere en el proyecto, por dos tercios de votos de
la totalidad de sus miembros, se comunicará al Presidente de la Re­
pública, quien deberá promulgarla como ley o resolución de la Asam­
blea. En caso contrario, la promulgará el Presidente de la Asamblea.
Art. 55. El Presidente de la República no podrá hacer observa­
ciones a las leyes y resoluciones de !a Asamblea, cuando ésta ejerza
las atribuciones l.\ 3.'. 6 .*, 10 12 y 20 del artículo 45.

S e c c ió n sexta

Del Consejo de Estado

Art. 56. El Consejo de Estado se compondrá de nueve diputado*


nombrados por dos tercios de votos de la Asamblea.
Art. 57. El Consejo de Estado se renovará en cada bienio saliendo
en el primero por suerte cuatro individuos y el resto en el siguiente.
En la renovación se permite la reelección indefinida.
LAS CONSTITUCIONES DL BOLIVIA 353
fia*:.
"Art. 5 8 - Los Consejeros de Estado no pueden ser destituidos, in-
Vjdual o colectivamente, sino por la Asamblea, conforme a la ley.
*A rt. 59- Son atribuciones del Consejo de Estado: 1.‘ Preparar,
-do el correspondiente informe, proyectos de ley que se publicarán
; r la prensa. Dos oradores del Consejo de Estado, asistirán a la
samblea, con voz deliberativa, cuando se discutan tales proyectos.
* proponer al Gobierno los reglamentos necesarios a la ejecución de
lía s leyes. 3.* Dictaminar sobre los proyectos de ley o de reglamento
l'que el Gobierno le pase por vía de consulta. 4.’ Proponer ternas a la
¡¡Asamblea para magistrados de la Corte Suprema, o .4 Juzgar a los
: magistrados de la Corte Suprema cuando la Asamblea declare haber
lugar a la acusación, por delitos cometidos en el ejercicio de sus fun-
. clones. Imponer a los mismos, con vista del proceso, la responsabili-
- dad correspondiente por las infracciones de ley que cometan en sus
fallos. 6 .' Dirimir las competencias que se susciten entre los concejos
municipales, y entre éstos y las autoridades políticas y entre los unos
y las otras con las juntas municipales de provincia. 7.* Declarar si las
decisiones conciliares, bulas, breves y rescriptos pontificios, están o no
en oposición a las leyes de la República. 8 .’ Conocer previo informe de
la Corte Suprema, de todas las materias contenciosas, relativas al Pa­
tronato Nacional y al derecho de protección que ejerce el Gobierno
Supremo de la República. 9.' Declarar la legalidad o ilegalidad de los
impuestos y establecimientos creados por las municipalidades. 1 0 .
Conceder la naturalización a los extranjeros. 11. Recibir durante el
receso de la Asamblea las denuncias y querellas interpuestas contra
el Presidente de la República y Ministros de Estado por actos incons­
titucionales, para someterlos a la Asamblea, previa la instrucción con­
veniente. 12. Dirigir representaciones al Gobierno sobre las infrac­
ciones constitucionales que cometieren.

S e c c ió n - s é p t i m a

D el Poder Ejecutivo

Art. 60. El Poder Ejecutivo se encarga a un ciudadano con el


título de Presidente de la República, y no se ejerce sino por medio
de los ministros secretarios del despacho.

%
364 CIRO FÉLIX TRIGO

A rt. 61. El Presidente de la República es responsable por tod


los actos de su administración, igualmente que cada uno de los jjj
nistros, en su respectivo caso y ramo.
A rt. 62. Para ser Presidente de la República se requieren las
mas condiciones que para ser diputado y tener treinta y cinco año»
de edad.
A rt. 63. El Presidente de la República será elegido por sufragio,
directo y secreto de los ciudadanos en ejercicio. La ley arreglará esta
elección.
A rt. 64. El Presidente de la Asamblea, a presencia de ésta, abri­
rá los pliegos cerrados y sellados que contengan las actas, que se le-
remitan por los distritos electorales. Los secretarios, asociados de
cuatro miembros de la Asamblea, procederán inmediatamente a hacer
el.escrutinio y a computar el número de sufragios en favor de cada
candidato. El que reúna la mayoría absoluta de votos, será procla­
mado Presidente de la República.
A rt. 65. Si ninguno de los candidatos para la Presidencia de la
República hubiere obtenido la pluralidad absoluta de votos, la Asam­
blea tomará tres de los que hayan reunido el mayor número, y de
entre ellos hará la elección.
Art. 6 6 . Esta se verificará en sesión pública y permanente. Si
hecho el primer escrutinio, ninguno reuniese los dos tercios de votos
de los diputados concurrentes, la votación posterior se contraerá a los
dos que en la primera hubiesen obtenido el mayor número de sufra­
gios, debiendo repetirse por tres veces la votación y el escrutinio has­
ta que alguno de los candidatos obtenga las dos terceras partes. En
caso contrario, decidirá la suerte.
A rt. 67. E l escrutinio y la proclamación de Presidente de la Re­
pública, se harán en sesión pública.
A rt. 6 8 . La elección de Presidente de la República por los pue­
blos y proclamada por la Asamblea, o verificada por élla, con arre­
glo a los artículos precedentes, se anunciará a la Nación por medio
de una ley.
Art. 69. El período constitucional del Presidente de la Repúbli­
ca durará cuatro años. E l Presidente no podrá ser reelecto sino pa­
sado un período.
A rt. 70. Cuando en el intermedio de este período, por renuncia,
destitución, inhabilidad o muerte, falte el Presidente de la República,
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 355

m , llamado a desempeñar sus funciones el Presidente del Consejo


. Estado, hasta la terminación del período constitucional. Cuando el
id e n t e ja República dejare la capital para ponerse a la cabeza
¿el ejército, en caso de guerra extranjera, será también reemplazado
por el Presidente del Consejo de Estado.
> A r t . 71. Son atribuciones del Poder Ejecutivo: 1.' Sancionar las
leyes con esta fórmula “Ejecútese” . 2.* Expedir las instrucciones y
reglam entos que sean necesarios para la ejecución de las leyes. 3.a Ha-
cer cumplir las sentencias de los tribunales. 4.* Conmutar la pena de
muerte en diez años de presidio, previo informe del tribunal corres­
pondiente. 5.* Conceder jubilaciones, retiros, pensiones y goce de mon­
tepíos, conforme a las leyes, previo dictamen afirmativo del Consejo
de Estado. 6.’ Ejercer los derechos del Patronato Nacional en las
iglesias, beneficios y personas eclesiásticas. 7.* Presentar arzobispos
y obispos, escogiendo uno de los propuestos en terna por la Asamblea.
8.* Nombrar dignidades, canónigos, vocales del tribunal de valores de
entre los propuestos en terna por el Consejo de Estado, y las preben­
das de oficio, a propuesta de los respectivos cabildos eclesiásticos.
9.s Nombrar vocales de los tribunales de partido y jueces instructores,
a propuesta en terna de las Cortes de distrito. 10. Conceder o negar
el pase a los decretos de los concilios, bulas, breves y rescriptos del
Sumo Pontífice, con acuerdo del Consejo de Estado, requiriéndose una
ley cuando contengan disposiciones generales y permanentes. 11. Nom­
brar todos los empleados de la República, cuyo nombramiento o pro­
puesta no está reservada por la ley a otro poder. 12. Expedir a nom­
bre de la Nación los títulos de los empleados públicos. 13. Adm itir
la renuncia de ellos y nombrar interinamente a los que deben ser
elegidos o propuestos por otro poder. 14. Convocar la Asamblea en los
períodos señalados por esta Constitución, y extraordinariamente, cuan­
do lo exija el bien de la República, con dictamen afirmativo del Con­
sejo de Estado. 15. Asistir a las sesiones con que la Asamblea abre
y cierra sus trabajos. 16. Conservar y defender la seguridad exterior
e interior del Estado, conforme a la Constitución. 17. Organizar, dis­
tribuir y disponer de la fuerza armada permanente, que el Poder L e ­
gislativo fijare en cada bienio. E l grado superior militar de Capitán
General, es inherente a la Presidencia de la República, e inseparable
de su ejercicio. 18. Declarar la guerra conforme al artículo 45, atri­
bución 13. 19. Proponer a la Asamblea en caso de vacante una tem a
356 CIRO FÉLIX TRIGO

de generales y coroneles de ejército, con informe de sus servicf


20. Conferir sólo en campo de batalla, en guerra extranjera, los grtu
de coronel y los de la alta clase de generales a nombre de la Nací
2 1 . Conceder con informe afirmativo del Consejo de Estado, conform
a la ley, privilegio exclusivo temporal a los que inventen, perfeccione^
o importen procedimientos, métodos útiles a las ciencias o artes o Inl
demnizar así mismo, en caso de publicarse el secreto de la invención” !
perfección o importación. 22. Decretar amnistías por delitos políticos,^
sin perjuicio de las que puedan dar el Poder Legislativo. 23 Dirigir"1
las negociaciones diplomáticas, nombrar ministros, agentes diplomé,
ticos y consulares, y recibir iguales funcionarios. 24. Celebrar concor­
datos, y tratados de paz, amistad, comercio y cualesquiera otros, coa
aprobación de la Asamblea. 25. Cuidar de la recaudación e inversión’-I
de las rentas públicas y de la administración de los bienes nació-
nales conforme al Presupuesto Nacional y demás leyes. 26. Publicar '
trimestralmente, cuando menos, los estados de ingreso de las rentas
públicas.

Se c c ió n octava

De los Ministros Secretarios de Estado


Wm
Art. 72. Para el despacho de todos los negocios de la adminis­
tración pública, habrá cuatro Ministros Secretarios.
Art. 73. Para ser Secretario de Estado se requiere ser boliviano
de nacimiento, ciudadano en ejercicio, y no haber sido condenado
a pena corporal.
Art. 74. Los actos del Presidente de la República sin su firma
o rúbrica, en su caso, y sin la autorización del respectivo Ministro, no
deben ser obedecidos ni cumplidos.
Art. 75. Los Ministros del despacho, podrán tomar parte, a nom­
bre del Poder Ejecutivo, en la discusión de las leyes, sólo con voz de­
liberativa.
Art. 76. Los Ministros del despacho informarán a la Asamblea,
en la apertura de sus sesiones, del estado de sus respectivos ramos;
propondrán las mejoras y reformas que juzguen convenientes; y en
el curso de las sesiones darán a la Asamblea las noticias e informes
que se les pidan por los diputados, sobre los negocios de su despacho.
ggj LAS CONSTITUCIONES DE SOLIVIA 357

•Sí Í
Art. 77. Los Ministros de Hacienda e Instrucción Pública pre­
starán al Consejo de Estado, cincuenta días antes de abrirse la le-
' datura ordinaria, la cuenta de inversión de las rentas de su ramo
que preste informe respectivo a la Asamblea.
^ _^rt. 78. El Presidente de la República y los Ministros del des­
pacho no podrán salir del territorio de la República después de cesar
éii sus funciones, antes que haya cerrado sus sesiones la Asamblea
que se reúna inmediatamente después de su cesación.

S e c c ió n novena

D el Poder Judicial

Art. 79. La justicia se administra por la Corte de Casación, las


Cortes de Distrito y demás tribunales y juzgados que las leyes esta­
blecen.
Art. 80. La administración de justicia es gratuita de parte de los
funcionarios que ejercen jurisdicción y gozan de sueldo.
Art. 81. La Corte de Casación se compondrá de siete vocales.
Para ser ministro de Corte de Casación se requiere: 1.a Ser boliviano
de nacimiento y mayor de cuarenta años: 2.5 Haber sido ministro de
alguna Corte de Distrito o fiscal de ella por cinco años o haber ejer­
cido diez años la profesión de abogado: 3 .5 No haber sufrido pena
corporal en virtud de condenación judicial.
Art. 82. Son atribuciones de la Corte de Casación, a más de las
que señalan las leyes: 1.* Conocer de los recursos de nulidad confor­
me a las leyes, y fallar al mismo tiempo en los asuntos civiles sobre
la cuestión principal, cuando el recurso se hubiese fundado en injus­
ticia manifiesta. 2.a Conocer de los negocios de puro derecho, cuya de­
cisión dependa de la constitucionalidad o inconstitucionalidad de las
leyes. 3.5 Conocer de las causas de traición, concusión y demás delitos
cometidos por el Presidente de la República y los secretarios del des­
pacho en el ejercicio de sus funciones, en virtud de haber sido someti­
dos a juicio por la Asamblea. 4.’ Conocer de las causas de responsa­
bilidad de los ministros, agentes diplomáticos y consulares, de los
ministros de las cortes superiores, fiscales de distrito y prefectos, por
faltas cometidas en el ejercicio de sus funciones: los subprefectos
serán juzgados por las respectivas cortes de distrito.
358 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 83. Ningún magistrado o juez podrá ser destituido sino


sentencia ejecutoriada, ni suspenso, a no ser en los casos deter
dos por las leyes. Tampoco podrá ser trasladado no siendo con su
preso consentimiento.
Art. 84. La publicidad en los juicios es la condición esencial de '
la administración de justicia, salvo cuando sea ofensiva a las buena*!
costumbres.
Art. 85. El ministerio público se ejerce a nombre de la Nación.'3¡
por las comisiones que designe la Asamblea o el Consejo de Estado *’
en los casos respectivos, por el fiscal general y demás fiscales crea-J^
dos por la ley.

S e c c ió n dé c im a

De la M u n i c i p a l i d a d
Art. 86. En las capitales de departamento habrá concejos muni­
cipales; en las provincias, juntas municipales, cuyo número será de- ífte
terminado por la ley, y en los cantones, agentes municipales, depen­
dientes de las juntas y éstas de los concejos.
Art. 87. La ley reglamentaria determinará el número de muní-
cipes de cada localidad, su elección, las condiciones para ejercer este 3 ¡p
cargo, la duración de sus funciones, los medios y modos de ejercerlas. ^.-5
Art. 88. Las rentas y propiedades que la ley señala a las muni-
cipalidades son tan inviolables como las de todo boliviano. El Go- 'M
bierno que las ataque o disponga de ellas, será responsable en juicio litf
ante la autoridad competente.
Art. 89. Son atribuciones de las municipalidades: 1.* Promover
y vigilar la construcción de las obras públicas de su distrito. 2.* Esta- 'S¡¡
blecer y suprimir impuestos municipales, previa aprobación del Con- v§f
sejo de Estado. 3.* Crear establecimientos de instrucción primaria y -M
dirigirlos, administrar sus fondos, dictar sus reglamentos, nombrar
preceptores y señalar sus sueldos. En los establecimientos del Estado
sólo tendrán el derecho de vigilancia. 4.* Establecer la policía de
salubridad, comunidad, ornato y recreo. 5.* Cuidar de los establecí- -S
mientos de caridad, conforme a los reglamentos respectivos. 6.* To- i¡|
mar el censo real y personal del distrito municipal. 7.* Procurar la íl
estadística departamental. 8.* Hacer el repartimiento de los reempla-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 359

'^na para el ejército, que hubiesen cabido a su respectivo territorio,


¥ arreglo a la ley de conscripción. 9.* Requerir la fuerza pública
~<ue gea necesaria para hacer cumplir sus resoluciones. 10. Recaudar,
adm inistrar e invertir sus fondos, así como recaudar y administrar
Jos pertenecientes a los establecimientos de caridad y beneficencia,
•nombrar los empleados de estos ramos y señalar sus sueldos.
11. Aceptar legados y donaciones y negociar empréstitos para pro­
mover obras de beneficencia o de utilidad material. 12. Vigilar sobre
ja venta de víveres, teniendo por base el libre tráfico. 13. Calificar
sólo en las capitales de departamento y provincias a los ciudadanos
en todo tiempo y llevar el registro cívico. La votación se verificará
también sólo ante los concejos y juntas municipales. 14. Nombrar los
jurados para los delitos de imprenta. 15. Nombrar los alcaldes parro­
quiales, los agentes municipales de cada cantón, el secretario, teso-
reso y demás dependientes del Concejo Municipal.

S e c c ió n u n d é cim a

D el régimen interior

Art. 90. El gobierno político superior de cada departamento


reside en un magistrado, con la denominación de Prefecto, depen­
diente del Poder Ejecutivo, de quien es agente inmediato constitu­
cional, y con el que se entenderá por el órgano del Ministerio del
despacho respectivo.
Art. 91. En todo lo perteneciente al orden y seguridad del de­
partamento, y a su gobierno político y económico, estarán subordi­
nados al Prefecto todos los funcionarios públicos de cualquier clase
y denominación que sean y que residan en su territorio.
Art. 92. Para ser Prefecto se necesita: 1.° Ser boliviano de na­
cimiento y en el ejercicio de los derechos de ciudadano. 2.° Tener a
lo menos treinta años de edad.
Art. 93. En cada provincia habrá un subprefecto subordinado al
prefecto; en cada cantón un corregidor, y alcaldes en la campaña.
Los corregidores y alcaldes de campaña se renovarán cada año.
Art. 49. Para ser subprefecto o corregidor, se necesita ser boli­
viano en ejercicio de la ciudadanía.
360 CIRO FÉLIX TKIGO

Art. 95. La ley determinará las atribuciones de los funcionar!


comprendidos en esta sección.

S e c c ió n du odécim a

De la fuerza armada

Art. 96. Habrá en la República una fuerza permanente que ¿fi


compondrá del ejército de línea; su número lo determinará cada 1¿ Ü
gislatura, arreglándolo al que sea absolutamente necesario.
Art. 97. La fuerza armada es esencialmente obediente, en nin- f •
gún caso puede deliberar, y está en todo sujeta a los reglamentos y or- 'iJ lf
denanzas militares, en lo relativo al servicio.
Art. 98. Habrá también cuerpos de guardia nacional en cada de­
partamento; su organización y deberes se determinan por la ley.
Art. 99. Los que no son bolivianos de nacimiento, no pueden ser
empleados en el ejército en clase de generales, jefes y oficiales, sino
con el consentimiento de la Asamblea.

S e c c ió n d é c im a t e r c e r a

De la reforma de la Constitución

Art. 100. Todos los que tienen la iniciativa de las leyes, pueden
proponer enmiendas o adiciones a alguno o algunos artículos de esta
Constitución. Si la proposición fuere apoyada por la quinta parte al
menos de los miembros concurrentes, y admitida a discusión por ma­
yoría absoluta de votos, se discutirá en la forma prevenida para los
proyectos de ley: calificada de necesaria la enmienda o la adición por
el voto de los dos tercios de miembros concurrentes, se pasará al Po­
der Ejecutivo, para el solo objeto de hacerla publicar.
Art. 101. En las primeras sesiones de la legislatura en que haya
renovación se considerará la enmienda o adición aprobada en la Asam­
blea anterior, y si fuere calificada de necesaria por las dos terceras
partes de los miembros presentes, se tendrá como parte de la Consti­
tución, y se pasará al Poder Ejecutivo para que la haga publicar y
ejecutar.
gjj L A S CONSTITUCIONES DE BOLIVU 361
]fí
Jltt 102. Cuando la enmienda sea relativa al período constitu­
cional del Presidente se considerará conforme a lo dispuesto en el ar-
Itículo anterior, solo en el siguiente período.
m Art. 103. La Asamblea podrá resolver cualesquiera dudas que
¿ ocurran sobre la inteligencia de alguno o algunos artículos de esta
I Constitución, si se declaran fundadas por los tercios de votos.
Art. 104. Tjis autoridades y tribunales aplicarán esta Constitu­
ción con preferencia a las leyes, y éstas con preferencia a cualesquier
otras resoluciones.
Art. 105. Quedan abrogadas las leyes y decretos que se oponen
a esta Constitución.
Artículo transitorio. La próxima legislatura ordinaria se reunirá
el 6 de Agosto de 1872, la que hará el escrutinio y proclamación d e .
Presidente Constitucional de la República.
Comuniqúese al Poder Ejecutivo para su ejecución y cumplimiento.
Dado en la sala de sesiones de la Asamblea Nacional Constituyente,
en la ilustre y heroica ciudad Sucre, capital de la República, a 9 de
Octubre de 1871. (Lugar del sello.)
Mariano Reyes Cardona, diputado por Sucre, Presidente.—Rude-
cindo Carvajal, diputado por Sucre, Vicepresidente.—Pedro Pabón,
diputado por Omasuyos.—Daniel Calvo, diputado por Cinti.—Agus­
tín Aspiazu, diputado por La Paz.—Ildefonso Sanjinés, diputado por
Sicasica.—Belisario Salinas, diputado por Pacajes é Ingavi.—Eva­
risto Valle, diputado por La Paz.—Avelino Aramayo, diputado por
Chichas.—Tomás Frías, diputado por Potosí.—José Manuel Rendón,
diputado por Potosí—Pablo A. Rodríguez Machicao, diputado por La
Paz.—Félix Reyes Ortiz, diputado por Pacajes é Ingavi.—José M. del
Carpió, diputado por Oruro.—Mariano Navarro, diputado por Acero.
Eulogio Doria Medina, diputado por Sucre.—Jenaro Sanjinés, dipu­
tado por Larecaja.—Demetrio Calvimontes, diputado por Potosí.—
Manuel Tomás Alcalde, diputado por el distrito Litoral.—Jenaro Pa-
lazuelos, diputado por Paria.—José Gutiérrez Mariscal, diputado por
la ciudad de Cochabamba y su cercado.—Miguel Castro Pinto, dipu­
tado por el distrito del Beni.—Juan de Mata Gandarillas, diputado
por Cliza.—Agustín Landívar, diputado por Santa Cruz.—Martín Lan­
za, diputado por Cochabamba.—Crispín Andrade y Portugal, dipu­
tado por Yungas—Federico A. Blacud, diputado por Inquisivi.—Ma­
merto Oyóla, diputado por Santa Cruz.—-Manuel A. Serrano, diputado
362 CIRO FÉLIX TRIGO

por Salinas.—Francisco Velasco, diputado por la capital y el ceren'^!!!


de Oruro.—Nicasio B. y Quiroga, diputado por la provincia de T a t
cari.—José Mier y León, diputado por la provincia de Paria._-Domr ^
go Delgadillo, diputado por Sucre.—Aurelio Arias, diputado por Cau^^j
policán.—Pedro José Aramayo, diputado por Omasuyos.—CustodJ<P¡S
Machicao, diputado por Muñecas.—Mariano Barrero, diputado por T o -Ü i
mina.—Ramón Menacho Pico Lomini, diputado por Chiquitos._Juan®
Manuel Sánchez, diputado por Chayanta.—Lucas Mendoza de la Tapiadj
diputado por Cochabamba.—Isidoro Reyes, diputado por Porco.—Avé¿111
lino Torres, diputado por Concepción.—Juan Manuel Balcázar, dipu-il§l
tado por la provincia de Porco.—Sócrates Guillermo Torrico, dipU--lU
tado por la provincia de Arque.—Manuel Macedonio Salinas, diputado t í
por Cliza.—Eliodoro Camacho, diputado por Mizque.—Narciso Cam- i l
pero, diputado por Potosí.—Balvino Franco, diputado por Valle-Gran- j
de.—Napoleón Raña, Secretario, diputado por Tarija.—Mariano Fer­
nández, diputado por Ayopaya, Secretario.
Por tanto ordeno y mando que todos la cumplan y la hagan cum­
plir con toda solicitud y preferencia como Ley fundamental del Es­
tado.
Dado en el Palacio del Supremo Gobierno en Sucre, capital de la
República, firmado de mi mano, sellado con el gran sello del Estado ; í
y refrendado por el Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores, en­
cargado del despacho de los demás ramos de la administración pública,
a los diez y ocho días del mes de octubre de mil ochocientos setenta
y un años.
i¡§ ¡i

(Aquí el Gran Sello del Estado)

(Firmado)

AGUSTIN MORALES

(Refrendado)

El Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores, encargado dei


despacho de los demás ramos de la Administración Pública.
'
Casimiro Corral ■W&t
C O N S T IT U C IO N P O L I T I C A D E 1878


En el nombre de Dios

El pueblo boliviano representado por la Asamblea Constituyente


de mil ochocientos setenta y siete sanciona y proclama la siguiente.—

CONSTITUCION

S e c c ió n p r im e r a

De la Nación

Artículo 1.® Bolivia libre e independiente, constituida en Repú­


blica unitaria, adopta para su Gobierno la forma democrática re­
presentativa.
Art. 2." El Estado reconoce y sostiene la Religión Católica, Apos­
tólica, Romana; prohibiendo el ejercicio público de todo otro culto.

S e c c ió n segunda

De los derechos y garantías

Art. 3.2 La esclavitud no existe en Bolivia. Todo esclavo que pise


el territorio boliviano es libre.
Art. 4.° Todo hombre tiene el derecho de entrar en el territorio
de la República, permanecer, transitar y salir de él, sin otras restric-
ciones que las establecidas por el derecho internacional; de trab
y ejercer toda industria lícita; de publicar sus pensamientos por "
prensa sin previa censura; de enseñar bajo la vigilancia del Esl
sin otras condiciones que las de capacidad y moralidad; de asocii
de reunirse pacíficamente y hacer peticiones individuales o colectiv-
mente. La instrucción primaria es gratuita y obligatoria. *Jl
Art. 5.’ Nadie puede ser arrestado, detenido ni preso, sino en los
casos y según las formas establecidas por la ley; requiriéndose par¿’
la ejecución del respectivo mandamiento, que éste emane de autorid»
competente y sea intimado por escrito.
Art. 6.5 Todo delincuente in fraganti puede ser aprehendido
aun sin mandamiento, por cualquiera persona para el único objeto <Je
conducirle ante un juez competente, quien deberá tomarle su declara­
ción, a lo más, dentro de veinticuatro horas.
Art. 7.9 Los encargados de las prisiones a nadie recibirán en ellas
como arrestado, preso o detenido, sin copiar en su registro el manda­
miento correspondiente. Podrán sin embargo recibir en el recinto de la
prisión a los conducidos con el objeto de ser presentados al juez com­
petente; pero esto bajo la obligación de dar cuenta a dicho juez den­
tro de veinticuatro horas.
Art. 8.5 Los atentados contra la seguridad personal hacen res­
ponsables a sus autores inmediatos, sin que pueda servirles de excusa
el haberlos cometido de orden superior.
Art. 9.s Nadie puede ser juzgado por comisiones especiales o so­
metido a otros jueces que los designados con anterioridad al hecho
de la causa. Solo los que gozan de fuero militar podrán ser juzgados
por consejos de guerra.
Art. 10. Nadie está obligado a declarar contra sí mismo, en ma­
teria criminal, ni lo están, sobre el mismo hecho, sus parientes, con­
sanguíneos hasta el cuarto grado inclusive, ni sus afines hasta el se­
gundo. En ningún caso se empleará el tormento ni otro género de
mortificaciones.
Art. 11. Jamás se aplicará la confiscación de bienes como castigo
político. Son inviolables la correspondencia epistolar y los papeles pri­
vados, los cuales no podrán ser ocupados sino en los casos determina­
dos por las leyes y en virtud de orden escrita y motivada de autoridad
competente. No producen efecto legal las cartas ni papeles privados
violados o sustraídos.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 365

Ü^Art 12. Toda casa es un asilo inviolable: de noche no se podrá


P 1 trar en ella sin consentimiento del que la habita, y de día sólo se
8§Py imrm'*"-" Ia entrada a requisición escrita y motivada de autoridad
ll^mpetente, salvo el caso de delito in fraganti. Ningún militar será alo-
Sltadó en tiempo de paz en casa particular, sin consentimiento del due-
p l f f r. „i en tiempo de guerra, sino en la manera que prescribe la ley.
i Art. 13. La propiedad es inviolable; la expropiación no podrá im-
p ponerse sino por causa de utilidad pública, calificada conforme a ley,
i previa indemnización justa.
Art. 14. Ningún impuestoyes obligatorio sino cuando ha sido es-
I tablecido por el Poder Legislativo conforme a las prescripciones de
I esta Constitución. Todos pueden intentar el recurso ante la autoridad
|l judicial respectiva contra los impuestos ilegales. Los impuestos mu-
;;¡ nicipales son obligatorios, cuando en su creación se han observado
los requisitos señalados por esta Constitución.
Art. lo. Ningún dinero se sacará de los tesoros nacional, depar-
5 tamental, municipal y de instrucción, sino conforme a los respectivos
¥ presupuestos. La cuenta de cada trimestre se publicará, cuando más
¡f tarde, dentro de los sesenta días transcurridos desde su expiración. El
I Ministro de Hacienda publicará la cuenta correspondiente al Tesoro
| Nacional: los superintendentes la referente a sus respectivos ramos.
Art. 16. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas pú­
blicas. Ningún servicio personal es exigible, sino en virtud de ley o de
; sentencia ejecutoriada.
Art. 17. Los bienes raíces de la Iglesia y las propiedades perte-
necientes a los establecimientos de educación, beneficencia y muni-
cipalidades, a comunidades o corporaciones religiosas, gozará de las
mismas garantías que las de los particulares.
Art. 18. La deuda pública está garantida. Todo compromiso con­
traído por el Estado conforme a las leyes, es inviolable.
Art. 19. Todo hombre goza en Bolivia de los derechos civiles; su
ejercicio se regla por la ley civil.
Art. 20. Solo el Poder Legislativo tiene autoridad para alterar
y modificar los códigos, así como para dictar reglamentos o disposi­
ciones en lo tocante a procedimientos judiciales.
Art. 21. Queda abolida la pena de muerte, exceptuándose los úni­
cos casos de castigarse con ella, el asesinato, el parricidio y la traición
366 CIRO FÉLIX TRIGO

a la Patria: se entiende por traición la complicidad con el eneml ~


durante el estado de guerra extranjera.
Art. 22. Quedan abolidas la pena de infamia y la muerte civil
Art. 23. Son nulos los actos de los que usurpen funciones que
les competen; así como los actos de los que ejercen jurisdicción o j
testad que no emane de la ley.
Art. 24. Los principios, garantías y derechos reconocidos en 1
artículos anteriores, no podrán ser alterados por las leyes que re­
glamenten su ejercicio.
Art. 25. Los que ataquen los derechos y garantías constituciona­
les, no gozan de fuero y quedan sujetos a la jurisdicción ordinaria.

S e c c ió n te r c e r a

De la conservación del orden público

Art. 26. En los casos de grave peligro por causa de conmoción in­
terior o guerra exterior que amenace la seguridad de la República, el
jefe del Poder Ejecutivo con dictamen afirmativo del Consejo de Mi­
nistros, podrá declarar el estado de sitio, en la extensión del territorio
que fuere necesario, y por todo el tiempo que lo reputare indispen­
sable.
Art. 27. La declaración del estado de sitio produce los siguientes
efectos: l .9 El Ejecutivo podrá aumentar el ejército permanente y
llamar al servicio activo la guardia nacional. 2.9 Para negociar la an­
ticipación que fuere indispensable, de las contribuciones y rendimien­
tos de las rentas nacionales con el correspondiente descuento; igual­
mente podrá negociar por vía de empréstito, el dinero suficiente, siem­
pre que no puedan cubrirse los gastos con las rentas ordinarias. 3.'
Podrá reducir el pago de las listas civil y eclesiástica, y las asig­
naciones municipales, en una proporción que sea suficiente para cu­
brir los gastos militares que se originaren por la alteración del orden
público; más esa reducción no .podrá exceder de un cincuenta por
ciento sobre las fijaciones del presupuesto. 4.- Las garantías y los de­
rechos que consagra esta Constitución, no quedarán de hecho suspen­
sos en general con la declaratoria del estado de sitio; pero podrán
serlo respecto de señaladas personas, fundadamente sindicadas de
•d? LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 367

contra la tranquilidad de la República; y esto se efectuará, se-


establece en los siguientes párrafos: 5.’ Podrá la autoridad
86 expedir órdenes de comparendo o arresto contra los sindica-
Z crimen enunciado en el párrafo anterior, debiendo ponerlos den-
08rs e te n ta y dos horas, (si fuere posible), a disposición del juez
W r ífen te a quien pasará los documentos que dieren lugar al arresto,
— S s diligencias que se hayan practicado. Si los enjuiciamientos no
C0“ n efectuarse dentro de dicho término, podrán ser reservados
^ r a cuando se haya restablecido el orden material, pero en ningún
PtU^ a no ser el de amnistía, podrá omitirse el enjuiciamiento. Si la
conservación del orden público exigiere el alejamiento de los sindi-
C ,os la autoridad podrá ordenarlo, con tal de que sea a una distan-
° Z nó mayor de cincuenta leguas, y a lugares no malsanos. El ale­
jamiento o arresto sólo podrá tener lugar cuando el individuo no pre­
fiera salir fuera de la República. 6.' Podrá igualmente suspender o re­
tener la correspondencia epistolar sin violarla, y restablecer el uso de
los pasaportes para las personas que entren o salgan del territorio

^ Art. 28. El Gobierno dará cuenta a la próxima legislatura del uso


que hubiese hecho de las atribuciones que le confiere el estado de si­
tio expresando el resultado de los enjuiciamientos ordenados e indi­
cando las medidas indispensables para satisfacer los créditos que se
hubiesen contraído tanto por préstamos directos como por reduccio­
nes en el pago de las listas y percepción anticipada de los impuestos.
Art. 29. El Congreso dedicará sus primeras sesiones al examen
de la cuenta a que se refieren el artículo precedente pronunciando su
aprobación, o bien declarando la responsabilidad del Poder Ejecutivo.
Art. 30. Ni el Congreso ni ninguna asociación, ni reunión popular
puede conceder al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias, ni la
suma del poder público, ni otorgarle supremacías por las que la vida,
el honor y los bienes de los bolivianos queden a merced del Gobierno,
ni de persona alguna. Los diputados que promuevan, fomenten o eje­
cuten estos actos, son de hecho indignos de la confianza nacional.
S e c c ió n c u a r ta

De lo s bolivianos

Art. 31. Son bolivianos de nacimiento: 1.® Los nacidos en el te­


rritorio de la República. 2.QLos que nacieren en el extranjero de p
dre o madre bolivianos en servicio de la República o emigrados po*
causas políticas, son bolivianos aun para los casos en que la ley exig*
la condición de haber nacido en el territorio boliviano.
Art. 32. Son también bolivianos: 1.» Los hijos de padre o madre
bolivianos, nacidos en territorio extranjero, por el solo hecho de ave­
cindarse en Bolivia. 2.5 Los extranjeros que habiendo residido un año
en la República, declaren ante la municipalidad del lugar en que resi
dan, su voluntad de avecindarse. 3.» Los extranjeros que por privile­
gio obtengan carta de naturaleza de la Cámara de Diputados.

S e c c ió n q u in t a

De la ciudadanía

Art. 33. Para ser ciudadano se requiere; 1.» Ser boliviano; 2*


Tener veintiún años siendo soltero o diez y ocho siendo casado: 3.*
Saber leer y escribir, y tener una propiedad inmueble, o una renta
anual de doscientos bolivianos que no provenga de servicios presta­
dos en clase de doméstico; y 4.' estar inscrito en el registro cívico.
Art. 34. Los derechos de ciudadanía consisten: 1.° En concurrir
como elector o elegido a la formación o al ejercicio de los poderes
públicos. 2.° En la admisibilidad a las funciones públicas, sin otro
requisito que la idoneidad, salvas las excepciones establecidas por
esta Constitución.
Art. 35. Los derechos de ciudadanía se pierden; 1.” Por natura­
lización en país extranjero. 2° Por condenación judicial de los tribu­
nales competentes a pena corporal hasta la rehabilitación. 3.° Por
quiebra fraudulenta declarada, y 4.° Por admitir empleos, funciones o
condecoraciones de un gobierno extranjero sin especial permiso del
Senado.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 369

Art. 36. Los derechos de ciudadanía se suspenden por estar sub


judice en virtud de un decreto de acusación, o por estar ejecutado
como deudor de plazo cumplido al fisco.

S e c c ió n se x t a

De la soberanía

Art. 37. La soberanía reside esencialmente en la Nación; es in­


alienable e imprescriptible, y su ejercicio está delegado a los poderes
Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La independencia de estos poderes
es la base del Gobierno.
Art. 38. El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus
representantes y de las autoridades creadas por la Constitución. Toda
fuerza armada o reunión de personas, que se atribuya los derechos
del pueblo, comete delito de sedición.

S e c c ió n sé p t im a

Del Poder Legislativo

Art. 39. El Poder Legislativo reside en el Congreso Nacional,


compuesto de dos cámaras: una de diputados y otra de senadores.
Art. 40. Se reunirá ordinariamente cada año en la capital de la
República el día 6 de agosto, aunque no haya habido previa convo­
catoria; sus sesiones durarán sesenta días útiles, prorrogables hasta
noventa a juicio del mismo Congreso o a petición fundada del Poder
Ejecutivo.
Art. 41. Si alguna vez, a juicio del Ejecutivo, conviniese por
graves razones que un congreso ordinario no se reúna en la capital
de la República, podrá expedir la convocatoria señalando otro lugar.
Art. 42. El Congreso puede reunirse extraordinariamente por
acuerdo de la mayoría absoluta de ambas cámaras, o por convoca­
toria del Poder Ejecutivo, quien en este caso determinará el lugar de
la reunión. En ambos casos ha de ocuparse el Congreso exclusiva­
mente de los negocios designados en su convocatoria.
Art. 43. Las cámaras deben funcionar con la presencia, cuando
27
370 CIRO FÉLIX TRIGO

menos, de la mayoría absoluta de sus respectivos miembros a I ••


mismo tiempo, en un mismo lugar, y no podrá comenzar o terminar í l
una sus funciones en un día distinto del de la otra.
Art. 44. Los diputados y senadores podrán ser nombrados
sidente o Vicepresidente de la República, Ministros de Estado, agenS
tes diplomáticos o jefe militar en tiempo de guerra, cesando por el
hecho en el ejercicio de sus funciones legislativas.
Art. 45. Fuera de los casos del artículo anterior, no podrán los!
senadores y diputados admitir empleos. Los empleados civiles, ecle-
siásticos y militares, a sueldo fijo o eventual, no podrán ser diputado»
ni senadores.
Art. 46. Los diputados y senadores son inviolables en todo tiem­
po por las opiniones que emitan en el ejercicio de sus funciones.
Art. 47. Ningún senador o diputado, desde el día de su elección
hasta el término de la distancia para que se restituya a su domicilio,
podrá ser acusado, perseguido o arrestado, salvo el caso de delito
in fraganti sujeto a pena corporal, si la cámara a que pertenece no da
licencia. Tampoco podrá ser demandado civilmente durante el período
designado en el párrafo anterior.
Art. 48. Las sesiones del Congreso y de ambas cámaras serán
públicas, y no podrán ser secretas cuando los dos tercios de los miem­
bros convengan en ello.
Art. 49. Cuando un mismo ciudadano fuere nombrado senador y
representante, preferirá el nombramiento de senador.
Art. 50. Si fuere nombrado diputado o senador por dos distritos
o departamentos, lo será por el que él elija.
Art. 51. Los cargos de senador y representante son renunciables.
Art. 52. Son atribuciones del Poder Legislativo: 1.* Dictar leyes,
abrogarlas, modificarlas e interpretarlas. 2.* Imponer contribuciones
de cualquiera clase o naturaleza, suprimir las existentes y determinar
en caso necesario su repartimiento entre los departamentos o pro­
vincias. 3.* Fijar en cada legislatura los gastos de la administración
pública. 4.* Fijar igualmente en cada legislatura la fuerza militar que
ha de mantenerse en pie en tiempo de paz. Las contribuciones se
decretan por sólo el tiempo de dieciocho meses y la fuerza se fija
sólo por igual tiempo. 5.* Autorizar al Ejecutivo para contratar em­
préstitos designando los fondos para servirlos; reconocer las deudas
contraídas y establecer el modo de cancelarlas. 6.* Crear nuevos de-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 371

0 provincias, arreglar sus límites; habilitar puertos


:X n a r t a m e n t o s

mayores y establecer aduanas. 7.* Fijar el peso, ley, valor, tipo y de­
n o m in a c ió n de las monedas; autorizar la emisión y circulación de bi­
lletes de banco, y arreglar el sistema de pesos y medidas. 8.* Conceder
obvenciones o garantías de interés para la construcción de ferro-
I carriles, canales, carreteras y demás empresas de vialidad. 9.* Per­
mitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de la Repú­
blica. determinando el tiempo de su permanencia en él. 10. Permitir
que residan cuerpos del ejército permanente en el lugar de las se­
siones del Congreso y diez leguas a su circunferencia. 11. Permitir
la salida de tropas nacionales fuera del territorio de la República,
señalando el tiempo de su regreso. 12. Crear y suprimir empleos pú­
blicos, determinar o modificar sus atribuciones y fijar sus dotaciones.
13. Decretar amnistías y conceder indultos a determinadas personas,
previo informe de la Corte Suprema. 14. Aprobar o desechar los tra­
tados y convenciones de toda especie.

S e c c ió n octava

D el Congreso

Art. 53. Cada Cámara calificará la elección de sus respectivos


miembros, pudiendo separarlos temporal o definitivamente; corregir
todas las infracciones de su reglamento; organizar su secretaría;
nombrar todos los empleados de su dependencia; formar su presu­
puesto y ordenar su pago, y entender en todo lo relativo a la econo­
mía y policía interior.
Art. 54. Las cámaras se reunirán en Congreso para los casos
siguientes: 1.° Para abrir y cerrar sus sesiones. 2.° Para verificar el
escrutinio de las actas de elección de Presidente y Vicepresidente de
la República; hacerlas por sí mismo cuando no resulten conforme a
los artículos 84, 85, 86 y 87. 3.° Para recibir el juramento de los fun­
cionarios expresados en el párrafo anterior. 4.° Para admitir o negar
la excusa de los mismos. 5.° Para aprobar o negar los tratados y
convenios públicos celebrados por el Poder Ejecutivo. 6.“ Para re­
considerar las leyes observadas por el Ejecutivo. 7.° Para resolver la
declaratoria de guerra a petición del Ejecutivo. 8.° Aprobar o des­
aprobar la cuenta de hacienda que debe presentar el Eiec IP®
9.° Determinar el número de la fuerza armada. 10. Dirimir por d
tercios de votos de la totalidad de sus miembros las competen
que les susciten el Ejecutivo y la Corte Suprema y por mayoría abao3
Iuta de votos las que se susciten entre los expresados poderes, o entre
las Cortes de distrito y la de casación.
Art. 5o. No podrá delegar a uno o muchos de sus miembros ni
otro poder las atribuciones que tiene por esta Constitución. Üt

S e c c ió n novena

De la Cámara de Diputados
'
Art. 56. Esta Cámara se compondrá de diputados elegidos direc­
tamente por los ciudadanos a simple pluralidad de sufragios. Una
ley arreglará estas elecciones y señalará el número de diputados.
Art. 57. Para ser diputado se requiere: 1.“ Estar inscrito en el
registro nacional. 2.° Tener veinticinco años cumplidos; ser boliviano
de nacimiento y poseer una renta anual de 400 bolivianos procedentes
de una profesión, industria o propiedad inmueble. 3.° No haber sido
condenado a pena corporal por los tribunales ordinarios.
Art. 58. Los diputados ejercerán sus funciones por cuatro años,
renovándose por mitad en cada bienio; en el primero saldrán por
suerte.
Art. 59. Es privativa de la Cámara de Diputados la iniciativa en
los casos de las atribuciones 2.*, 3.*, 4.“ y 5.“ del artículo 52.
Art. 60. Son atribuciones de la Cámara de Diputados: 1.* Acusar
ante el Senado al Presidente y Vicepresidente de la República, a los
Ministros de Estado, a los de la Corte Suprema y a los agentes diplo­
máticos por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones.
2.* Elegir magistrados de la Corte Suprema de las ternas propuestas
por el Senado.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 373
|v

S e c c ió n d é c d ia

De la Cámara de Senadores
r-:

Art. 61. El Senado de la República se compone de dos senadores


por cada departamento.
Art. 62. Para ser Senador se necesita: 1.° Ser boliviano de naci­
miento y ciudadano inscrito en el registro nacional. 2.“ Tener treinta
y cinco años cumplidos. 3.° Tener una renta anual de 800 bolivianos,
ya provenga de una propiedad inmueble o de industria o profesión.
4.” No haber sido condenado a pena corporal en virtud de sentencia
pronunciada por los tribunales ordinarios. 5.° Tener cuatro años de
residencia en la República inmediatamente antes de la elección, a no
ser que la ausencia del país haya sido por razones de servicio público.
Art. 63. Los senadores ejercerán sus funciones por el período de
seis años, pudiendo ser reelegidos indefinidamente. El Senado se
renueva por tercias partes, debiendo salir por suerte un tercio en
cada uno de los dos primeros bienios.
Art. 64. Son atribuciones de la Cámara de Senadores; 1.* Oír las
acusaciones hechas por la Cámara de Diputados contra los funciona­
rios expresados en el artículo 60. En este caso se limitará el Senado
a decir si ha o no lugar a la acusación propuesta; decidiéndose por la
afirmativa, suspenderá de su empleo al acusado, y lo pondrá a dis­
posición de la Corte Suprema para que lo juzgue conforme a las
leyes. El Senado juzgará definitivamente a los Ministros de la Corte
Suprema y les aplicará la responsabilidad, ya sea que le acusación
provenga de la Cámara de Diputados, de querella de los ofendidos o
de denuncia de cualquier ciudadano. En los casos previstos por los
dos incisos anteriores será necesario el voto de los dos tercios de los
miembros presentes. Una ley especial arreglará el curso y formali­
dades de estos juicios. 2.* Proponer temas para arzobispo y obispos,
a fin de que sean presentados por el Poder Ejecutivo para la institu­
ción canónica. 3.* Proponer ternas para magistrados de la Corte Su­
prema, a fin de que la Cámara de Diputados haga la elección. 4.* Re­
habilitar como bolivianos y como ciudadanos, respectivamente, a los
que hubiesen perdido estas calidades. 5.* Permitir a los bolivianos la
admisión de honores, empleos, títulos o emolumentos de otro gobier­
no, siempre que no se opongan a las leyes de la República. 6.* Elegir
374 CIRO FÉLIX TRIGO

en votación secreta, de las ternas propuestas por el Poder Ejeci h


generales y coroneles de Ejército. 7.* Decretar premios y hono--"
públicos a los que merezcan por sus servicios a la República °4

S e c c ió n u n d é c im a

De la formación y promulgación de las leyes y resoluciones


del Poder Legislativo

Art. 65. Las leyes pueden tener origen en el Senado o en la


Cámara de Diputados, a proposición de uno de sus miembros o por
mensaje que dirija el Presidente de la República, a condición de que
el proyecto será sostenido en los debates, cuando menos por uno de
los Ministros del despacho; mas no podrán hallarse en la votación
Queda exceptuado el caso previsto en el artículo 59.
Art. 66. Aprobado un proyecto de ley en la Cámara de su origen,
pasará inmediatamente a la otra para su discusión y aprobación en
el período de aquella legislatura.
Art. 67. El proyecto de ley que fuere desechado en la Cámara de
su origen no podrá ser nuevamente propuesto ni en esa ni en la otra
Cámara hasta la legislatura siguiente.
Art. 68. Cuando la Cámara revisora desecha en su totalidad un
proyecto de ley, la Cámara de su origen lo toma de nuevo en consi­
deración, y si insiste por una mayoría de dos tercios de los miembros
presentes, pasará a la otra Cámara segunda vez; y no se entenderá
que ésta reitera su reprobación, si no lo hace con las dos terceras
partes de sus miembros presentes, debiendo considerarse aprobado el
proyecto cuando no sea reiterada la reprobación. Cuando se reitere la
reprobación o cuando la Cámara de origen no insista en su aproba­
ción, el proyecto no se podrá volver a proponer en la legislatura del
mismo año.
Art. 69. Si la Cámara revisora se limita a enmendar o modificar
el proyecto, éste se considerará aprobado, en caso de que la Cámara
de origen acepte por mayoría absoluta las enmiendas o modificacio­
nes. Pero si no las acepta, o si las corrige o altera, las dos cámaras se
reúnen para deliberar en un solo debate, bajo la dirección del presi­
dente del Senado, sobre el proyecto corregido. En caso de aprobación,
# iw r
La s CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 375
.3§L'í;';
: , remitido al Ejecutivo para su promulgación como ley de la Re­
pública; mas si fuere desechado, no podrá ser propuesto de nuevo
lino en’una de las legislaturas siguientes.
t;í j'Art. 70. Todo proyecto de ley sancionado por ambas cámaras
podrá ser observado por el Presidente de la República en el término
¿e diez días desde aquel en que se le hubiese remitido; pero solamente
en el caso de que en su discusión no hubiese estado presente el Mi­
nistro a cuyo departamento corresponde la ley. El proyecto no obser­
vado dentro de aquel término, debe ser promulgado; y si en el tér­
mino recesare el Congreso, el Presidente publicará en el periódico
oficial el mensaje de sus observaciones para que se tomen en consi­
deración en la próxima reunión de las cámaras.
Art. 71. Las observaciones del Ejecutivo se dirigirán a la Cá­
mara en que tuvo origen el proyecto, y si ésta y la revisora, reunidas
en Congreso, las hallan fundadas y las modifican, conforme a ellas
el proyecto, lo devolverán al Ejecutivo para su promulgación. Si
ambas cámaras declaran infundadas las observaciones, por una ma­
yoría de dos tercios de los miembros presentes, el Presidente de la
República tiene el deber de promulgar la ley. Si el Ejecutivo rehúsa
promulgar la ley, lo hará el Presidente del Senado para que tenga
fuerza de tal.
Art. 72. Cuando en las deliberaciones de las Cámaras se trate
únicamente de una decisión parlamentaria de su incumbencia exclu­
siva, la aprobación de las dos surtirá sus efectos sin la promulgación
del Ejecutivo; debiendo este acto ser llenado por los presidentes y los
secretarios. Los trámites que deben observarse en estos casos para el
régimen de los debates y decisiones en lo concerniente a las relacio­
nes que median entre la Cámara iniciadora y la revisora, serán los
mismos que en los proyectos de ley.
Art. 73. Las cámaras pueden, a iniciativa de sus respectivos
miembros, acordar la censura de los actos de mera política del Eje­
cutivo, dirigiéndola contra los Ministros de Estado, separada o con­
juntamente, según el caso, con el solo fin de obtener una modificación
en el procedimiento político. Para el ejercicio de esta facultad, basta
la decisión de la sola Cámara en la cual se haya iniciado el asunto,
siendo suficiente el voto de la mayoría absoluta.
Art. 74. La promulgación de las leyes se hace por el Presidente
de la República en esta forma: "Por cuanto el Congreso Nacional ha
376 CIRO FÉ LIX TRIGO

sancionado la siguiente ley. — Por tanto, la promulgo para ay#


tenga y cumpla como ley de la República". Las decisiones paríame®
tarias se promulgarán en esta forma: "El Congreso Nacional de^
República, decreta.—Por tanto, este decreto se cumplirá con arrea
a la Constitución” .
r

S e c c ió n du od écim a
;
D el Poder Ejecutivo .Ji¡

Art. 75. El Poder Ejecutivo se encarga a un ciudadano con el Í


título de Presidente de la República, y no se ejerce sino por medio de
los Ministros secretarios del despacho.
Art. 76. El período constitucional del Presidente de la República •"""
durará cuatro años, sin poder ser reelecto sino pasado un período V'
Art. 77. Cuando en el intermedio de este período falte el Presi- «
dente de la República por renuncia, inhabilidad o muerte, será lla­
mado a desempeñar sus funciones el Vicepresidente, que es electo
junto con aquél, según se ordena en la sección correspondiente, hasta
la terminación del período constitucional. Cuando el Presidente de la
República se pusiere a la cabeza del ejército en caso de guerra ex­
tranjera o civil, será también reemplazado por el Vicepresidente.
Art. 78. El Vicepresidente no puede ser reelecto en su cargo, ni
elegido Presidente en el período inmediato, si hubiese ejercido el
Poder Ejecutivo para completar el anterior. Si falta el Vicepresi­
dente, harán sus veces el Presidente del Senado o el de la Cámara
de diputados; el segundo, a falta del primero.
Art. 79. Sólo podrán ser elegidos Presidente y Vicepresidente de
la República los bolivianos de nacimiento que tuvieren la elegibilidad
de senadores. Ambos recibirán la dotación anual que asigne a sus
servicios la ley, sin que durante su período pueda ser aumentada o
disminuida y sin que puedan recibir otra compensación de cualquier
género que fuere.
Art. 80. A tiempo de tomar cargo del Poder Ejecutivo, el Pre­
sidente prestará juramento solemne ante el Congreso, de desempeñar
con fidelidad sus funciones y de conservar y defender la Constitución
de la República.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLrVIA 377

Art 81. El Vicepresidente prestará juramento ante el Congreso,


después del Presidente y en la misma forma que éste. Mientras el
Vicepresidente no ejerza el Poder Ejecutivo, desempeñará el cargo
d e ' P r e s i d e n t e del Senado, sin perjuicio de que éste elija su presidente

para que haga las veces en ausencia de aquél.


Art. 82. La dotación del Vicepresidente será la de su cargo,
cuando ejerza temporalmente las funciones de Presidente de la Re­
pública; mas si entra a funcionar para completar el período constitu­
cional, gozará la dotación de Presidente de la República.
Art. 83. El Presidente y Vicepresidente de la República serán
elegidos por sufragio directo y secreto de los ciudadanos en ejercicio.
La ley arreglará esta elección.
Art. 84. El Presidente del Congreso, a presencia de éste, abrirá
los pliegos cerrados y sellados que contengan las actas que se le
remitan por los distritos electorales. Los secretarios asociados de
cuatro miembros del Congreso procederán inmediatamente a hacer el
escrutinio y a computar el número de sufragios en favor de cada
candidato. Los que reúnan la mayoría absoluta de votos serán pro­
clamados Presidente y Vicepresidente de la República.
Art. 85. Si ninguno de los candidatos para la Presidencia o Vi­
cepresidencia de la República hubiese obtenido la pluralidad absoluta
de votos, el Congreso tomará tres de los que hubiesen reunido el
mayor número para el uno u otro cargo, y de entre ellos hará la
elección.
Art. 86. Esta se verificará en sesión pública y permanente. Si
hecho el primer escrutinio ninguno reuniese la mayoría absoluta de
votos de los representantes concurrentes, la votación posterior se
contraerá a los dos que en la primera hubiesen obtenido el mayor
número de sufragios. En caso de empate, se repetirá la votación hasta
que alguno de los candidatos obtenga mayoría absoluta.
Art. 87. El escrutinio y la proclamación de Presidente y Vice­
presidente de la República se harán en sesión pública.
Art. 88. La elección de Presidente y Vicepresidente de la Repú­
blica, hecha por el pueblo y proclamada por el Congreso, o efectuada
por éste, con arreglo a los artículos precedentes, se anunciará a la
Nación por medio de una ley.
Art. 89. Son atribuciones del Presidente de la República: 1.* Ne­
gociar y concluir los tratados con las naciones extranjeras, ratificar-
378 CIRO FÉLIX TRIGO

los y canjearlos, previa la aprobación del Congreso; nombrar cóna¿


les y agentes consulares y ministros diplomáticos; admitir a los fuá
cionarios extranjeros de esta clase, y conducir las relaciones exterio­
res en general. 2.* Dirigir las operaciones de la guerra declarada por
una ley y mandar personalmente las fuerzas, observando lo dispuesto
en el artículo 77. En tiempo de paz tiene el comando de las fuerzas
de línea y de la guardia nacional conforme a las leyes y ordenanzas-
que dicte el congreso. 3.* Concurrir a la formación de las leyes por
medio de su iniciativa directa en mensajes especiales con interven- i
ción parlamentaria del ministerio, y promulgarlas con arreglo a esta
Constitución. 4.* Convocar al Congreso a sesiones extraordinarias, I
cuando asuntos urgentes lo exigieren. 5.* Ejecutar y hacer cumplir
las leyes, expidiendo los decretos y órdenes convenientes, sin definir
privativamente derechos ni alterar los definidos por la ley, ni con­
trariar sus disposiciones, guardando la restricción consignada en el
artículo 20. 6.* Cuidar de la recaudación y administración de las
rentas nacionales y decretar su inversión con arreglo a las leyes, sin
que se pueda hacer inversión alguna sin su orden escrita y autorizada
por el Ministro del departamento a que corresponda, con expresa
mención de la ley que fija la inversión. 7.* Presentar anualmente al
Congreso el presupuesto de los gastos nacional del año siguiente y
la cuenta de inversión conforme al presupuesto del anterior. 8.* Velar
sobre las resoluciones municipales, y especialmente sobre las relativas
a rentas e impuestos, para denunciar ante el Senado las que sean
contrarias a la Constitución y a las leyes, siempre que la municipa­
lidad transgresora no cediese a las intimaciones del Ejecutivo.
9.“ Presentar anualmente al Congreso en sus primeras sesiones ordi­
narias un mensaje escrito que contenga el informe acerca del curso y
estado de los negocios de la administración durante el año, acompa­
ñando las memorias de los Ministros de Estado. Además, dará por
medio de los mismos ministros los informes sobre asuntos determi­
nados que las cámaras necesiten, pudiendo reservar los relativos a
negocios diplomáticos que a su juicio no puedan publicarse. 10 Con­
mutar la pena de muerte conforme a las leyes. 11. Hacer cumplir las
sentencias de los tribunales. 12. Decretar amnistías por delitos polí­
ticos, sin perjuicio de las que puede conceder el Poder Legislativo.
13. Conceder jubilaciones y montepíos conforme a las leyes. 14. Ejer­
cer los derechos del Patronato Nacional en las iglesias, beneficios y
379
LAS CONSTITUCIONES DE BOU VIA

x- Presentar arzobispos y obispos, escogiendo


personas edesmsücas. ^ d Senado. 16. Nombrar dignidades,
2 o d e los propu estos en ter P ^ ^ p ropu estos p or los cabd d os

canónigos y pre q negar el pase a los decretos de los con-


eclesiasticos. 17. rescriptos del Sumo Pontífice, con acuerdo del
cilios, bulas, . cuando contengan disposiciones gene-
Se” ad° ’ e n t e ^ N o m b r a r vocales del Tribunal Nacio.al de
rales y permanent . ' el Senado, los que no podran
Cuentas, de las emas sentencia pronunciada por la Corte
destituidos sino en virtud de sentenc P cuyo
Suprema. 19. Nombrar o<te “ ^
nombramiento o propuesta no ;1 de todos ios empleados
“ „ . ^ e d l r a nombre * , 1 a £ £ * * en su pro-
públicos, cualquiera que ere ^ en caso de re­
puesta o nombramiento. . , elegidos o propuestos
¡U a . - x
por otro poden 22 A ^ defender el orden interior y la
cierra sus trabajos. 23. Uca conforme a la Constitución,
seguridad exterior de vacante, una terna de generales
24. Proponer al Senado, en suS servicios y ascensos.
y coroneles de ejército, con i en guerra extranjera, los gra-
25. Conferir solo en campo debataU a,^ ^ co^eder, según
dos de general y corone a n inventen, perfeccionen o
w , privilegio excluaivo » artes, o
importen procedimiento« ^ ,¡e ]a iaveución, perfec-
indemmzar, en c habilitar puertos menores.
^ Y r T s r El grado de Capitán General del ejército «a inherente a
las funciones de Presidente de la República.

Sección décimatercia

De los Ministros de Estado

Art 91. Lo* « ¡ o « “ » de «¡-iniatam ióa Publicaae deapachan


Tratado cuyo número designa la ley.
P° r] ° r r “ f s e r Miníatro de Estado ae requiore la, m i » «
cualidades que para ser diputado.
380 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 93. Los Ministros de Estado son responsables de los +


de la administración en sus respectivos ramos, conjuntamente ™
Presidente de la República. el
Art. 94. La responsabilidad de los Ministros será conjunta rm
todos los actos acordados en Consejo de Gabinete.
Art. 95. Todos los decretos y órdenes del Presidente de la R©.
pública deben ser firmados por el Ministro del respectivo departa-
mentó; y no serán obedecidos sin este requisito. Para el nombra* •
miento o remoción de los Ministros bastará la firma del Presidente'
Art. 96. Los Ministros de Estado pueden concurrir a los debates
de cualquiera de las Cámaras, y se retirarán antes de la votación.
Art. 97. Luego que el Congreso abra sus sesiones, deberán los
Ministros del despacho presentar sus respectivos informes acerca del
estado de la administración, en la forma que se expresa en el artícn
lo 89, atribución 9.*.
Art. 98. La cuenta de inversión de las rentas que debe presentar
el Ministro de Hacienda lleva la presunción de estar examinada v
aprobada por los demás Ministros en sus respectivos departamentos.
Debe ser sometida al Congreso con un informe del Tribunal Nacional
de Cuentas. A la formación del presupuesto general deben concurrir
todos los Ministros en sus ramos correspondientes.
Art. 99. No salva a los Ministros de su responsabilidad la orden
verbal o escrita del Presidente de la República.
Art. 100. Por los delitos privados que cometan pueden ser acu­
sados ante la Corte Suprema por la persona perjudicada, y el juzga-
miento se verificará conforme a las leyes.

S e c c ió n d é c d ia c u a r t a

D el régimen interior

10!; E1 g0biern° suPerior en lo político, administrativo y


economico de cada departamento reside en un magistrado, con la
denominación de Prefecto, dependiente del Poder Ejecutivo, de que es
agente inmediato y con el que se entenderá por el intermedio dd
ten ^ Ctl )° U! mStT° de Estado- En esos ramos y en todo lo que per­
tenece al orden y reguridad del departamento, estarán subordinados
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

Prefecto todos los funcionarios públicos de cualquier clase y de­


nominación que fueren y que residan dentro del territorio departa-

^ Art 102. Para ser Prefecto se necesita: 1.» Ser boliviano de na­
cimiento, en ejercicio de los derechos de ciudadanía. 2.« Tener, a lo
-menos, treinta años de edad.
Art. 103. El gobierno de cada provincia reside en un subprefecto,
subordinado al Prefecto. Los subprefectos son nombrados por el Pre­
sidente de la República.
Art. 104. En cada cantón habrá un corregidor como agente in­
mediato del subprefecto; su nombramiento lo hará el prefecto, a
propuesta del subprefecto. En la campaña habrá alcaldes nombrados
.por el subprefecto. . . ,
Art. 105. Los prefectos y subprefectos duran en el ejercicio de
sus funciones por el período constitucional de cuatro anos. Pueden
ser removidos por el Presidente de la República por causales que
afecten gravemente al buen servicio de la administración, o que com­
prometan el orden público. El Ministro de Gobierno informara al
Congreso sobre las destituciones y sus causales. Los corregidores y
los alcaldes de campaña duran en sus funciones por un ano, no pu-
diendo ser reelectos sino después de pasado otro.
Art. 106. Para ser subprefecto o corregidor se necesita ser í-
viano en ejercicio de la ciudadanía.
Art. 107. La ley determinará las atribuciones de los funciona­
rios comprendidos en esta sección.

S e c c ió n décemaqutn't a

D el P o d e r J u d i c i a l
Art. 108. La justicia se administra por la Corte Suprema, las
cortes de distrito y demás tribunales y juzgados que las leyes es-
tsiblecen
Art. 109. La administración de justicia es gratuita de parte de
los funcionarios que ejercen jurisdicción y gozan de sueldo.
Art. 110. La Corte Suprema se compone de siete vocales, cuya
elección se hace por la Cámara de Diputados a propuesta en terna
del Senado. Para ser Ministro de la Corte Suprema 1
1.« Ser boliviano de nacimiento y mayor de cuarenta a ñ o /
sido ministro de alguna Corte Suprema o fiscal de distrito í
años o haber ejercido diez la profesión de abogado con c r é d it o V Í L
haber sido condenado a pena corporal en virtud de sentón • '
cutoriada. Cla eje.-
Art. 111. Son atribuciones de la Corte Suprema, a más d
que señalan las leyes: 1.« Conocer de los recursos de nulidad coL
me a las leyes y fallar al mismo tiempo sobre la cuestión princin°í
2.« Conocer en única instancia de los asuntos de puro derecho
decisión dependa de la constitucionalidad o inconstitucionalidad
las leyes, decretos y cualquier género de resoluciones. 3 • Conocer *
todos los casos en que la Constitución le atribuye jurisdicción
vativa. 4. Conocer de las causas de responsabilidad de los agenté
diplomáticos y consulares, de los comisarios nacionales, de los voca
les de las cortes superiores, fiscales de distrito, vocales del Tribunal'
Nacional de Cuentas y prefectos por faltas cometidas en el ejercicio
de sus funciones. 5.« Conocer de las causas contenciosas que resulten
de los contratos, negociaciones y concesiones del Poder Ejecutivo-
y de las demandas contencioso-administrativas a que dieren lugar las
resoluciones del mismo. 6.» Conocer de todas las materias contenciosas
relativas al patronato nacional que ejerce el Gobierno Suoremo de la
República. 7.° Dirimir las competencias que se susciten entre los con-
cejos municipales y entre éstos y las autoridades políticas, y entre
os unos y las otras con las juntas municipales de las provincias.
Art. 112. La Corte Suprema en la primera sesión que celebre
después de haber prestado ante el Congreso juramento de cumplir la
onstitucion y las leyes, elegirá a su Presidente, que también lo será
de cada una de sus salas, debiendo durar en este carácter por el tér­
mino de diez anos, con derecho a reelección. Cuando el Congreso fun­
cionare fuera de la capital de la República, comisionará para la re­
cepción del juramento al Cabildo Eclesiástico constituido en el salón
del Cuerpo Legislativo.
Art. 113. El Presidente de la Corte Suprema debe velar sobre la
recta y cumplida administración de justicia en toda la República
ungiendo a todos los magistrados las observaciones, amonestacio­
nes e incitativas a que hubiere lugar, de acuerdo con la Corte, o
003
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

' ipndo aue el Fiscal General entable las acusaciones que corres-
o las peticiones que la Constitución y las leyes permitan.
’ 114 El Fiscal General será nombrado por el Presidente de
P ú b lic a a propuesta en terna de la Cámara de Diputados. El
de Fiscal General durará por el periodo de diez anos, con
| | f° _ ser reelecto. No puede ser destituido sino en virtud de sen-
S a condenatoria pronunciada por la Corte Suprema.
Art. 115. Los magistrados de las cortes de distrito serán ele-
cHdos por el Senado a propuesta en terna de la Corte Suprema.
Art. 116. Es atribución de las cortes de distrito, a mas de las
míe las leyes les señalan, la de juzgar a las municipalidades por deli­
tos cometidos en el ejercicio de sus funciones, sea individual o colec­
tivamente. Los subprefectos quedan sujetos a la misma jurisdicción.
Art. 117. Los jueces de partido y los de instrucción serán nom­
brados por la Corte Suprema a propuesta en tema de las cortes de

Art. 118. Los fiscales de distrito, los de partido y agentes fis­


cales serán nombrados por el Presidente de la República, a propuesta
en terna del Fiscal General.
Art. 119. Ningún magistrado o juez podrá ser destituido sino
por sentencia ejecutoriada, ni suspenso a no ser en los casos deter­
minados por las leyes. Tampoco podrá ser trasladado, no siendo con
su expreso consentimiento.
Art. 120. La publicidad en los juicios es la condicion esencial de
la administración de justicia, salvo cuando sea ofensiva a las buenas
costumbres. ..
Art. 121. El ministerio público se ejerce a nombre de la Nación
por las comisiones que designe la Cámara de Diputados, por el Fiscal
General y demás funcionarios a quienes la ley atribuye dicho mi-

niS Art. 122. Los tribunales, bajo su responsabilidad, no daran po­


sesión a los magistrados o jueces que no hubiesen sido nombrados
con arreglo a esta constitución. ...
Art 123 Los secretarios y demás subalternos del poder judicial
serán nombrados por las cortes de distrito, a propuesta en terna de
los jueces con quienes deben servir. La Corte Suprema nombrara los
que le pertenecen.
384 CIRO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n déceviasexta

D el régimen municipal

Art. 124. En las capitales de departamento habrá concejos muv


nicipales. En las provincias, así como en las secciones en que ésta*
estén divididas, y en cada puerto, habrá juntas municipales, cuy
número será determinado por la ley. Y en los cantones habrá agenw
municipales, dependientes de las juntas y éstas de los concejos.
# Art- 125- La ley reglamentaria determinará el número de m
nícipes de cada localidad, su elección, las condiciones para ejerca*
este cargo, la duración de sus funciones, los medios y modo de eio»-
cerlas. J r'
Art. 126. Son atribuciones de las municipalidades; 1 .* Promover
y vigilar la construcción de las obras públicas de su distrito. 2.* Esta­
blecer y suprimir impuestos municipales, previa aprobación del Se­
nado. 3.* Crear establecimientos de instrucción primaria y dirigirlos
administrar sus fondos, dictar sus reglamentos, nombrar preceptores
y señalar sus sueldos. En los establecimientos del Estado sólo tendrán
el derecho de inspección y vigilancia. 4.* Establecer la policía de sa­
lubridad, comodida, ornato y recreo. 5.» Cuidar de los estableci­
mientos de caridad, conforme a los reglamentos respectivos. 6.“ For­
mar el censo real y personal del distrito municipal. 7.* Formar la
estadística departamental. 8.* Hacer el repartimiento de los reem­
plazos para el ejército, que hubiesen cabido a su respectivo territo­
rio, con arreglo a la ley de conscripción. 9.* Requerir la fuerza pública
que sea necesaria para hacer cumplir sus resoluciones. 10. Recaudar
administrar e invertir sus fondos. 11. Aceptar legados y donaciones
y negociar empréstitos para promover obras de beneficencia y de
utilidad material. 12. Vigilar sobre las ventas de víveres, teniendo
por base el libre tráfico. 13. Nombrar jurados para los delitos de
imprenta. 14. Nombrar los alcaldes parroquiales a propuesta en tema
de los jueces instructores, los agentes municipales de cantón, el se­
cretario, tesorero y demás empleados de su dependencia.
Art. 127. Los concejos municipales pueden celebrar entre sí
contratos y arreglos, cuando éstos tengan por objeto promover y
llevar a ejecución empresas de vialidad que abarquen dos o más de­
partamentos, con tal que la combinación esté basada en desembolsos
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA «*>

O com prom isos del Tesoro Municipal de los departamentos a quienes


concierne el negocio.

S e cc ió n d é c im a s é p t u ia

De la fuerza pública

Art. 128. Habrá en la República una fuerza permanente que se


compondrá del ejército de línea; su número lo determinará cada le­
gislatura, arreglándolo al que sea absolutamente necesario.
Art. 129. La fuerza armada es esencialmente obediente; en nin­
gún caso puede deliberar, y está en todo sujeta a los reglamentos y
ordenanzas militares, en lo relativo al servicio.
Art. 130. Habrá también cuerpos de guardia nacional en cada de­
partamento : su organización y deberes se determinan por la ley.
Art. 131. Los que no son bolivianos de nacimiento, no pueden ser
empleados en el ejército en clase de generales, jefes y oficiales, sino
con consentimiento del Congreso.

S e c c ió n d é c im a o c t a v a

De la reforma de la Constitución.

Art. 132. Esta Constitución puede ser reformada en todo o en


parte, declarándose previamente la necesidad de la reforma, y deter­
minándola con precisión, por una ley ordinaria, que haya sido aproba­
da por los dos tercios de los miembros presentes de cada Cámara. Esta
ley puede ser iniciada en cualquiera de las cámaras en la forma cons­
titucional. La ley declaratoria de la reforma, será pasada al Ejecutivo
para su promulgación.
Art. 133. En las primeras sesiones de la legislatura en que hubie­
re renovación en la Cámara de Diputados, se considerará el asunto por
la Cámara que proyectó la reforma, y ésta fuere aprobada como ne­
cesaria por los dos tercios de los votos presentes, se pasará a la otra
para su revisión, que también requiere dos tercios de votos. Los demás
trámites serán los mismos que la Constitución señala, para las rela­
ciones entre las dos cámaras.
386 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 134. Las cámaras deliberarán y votarán la reforma aiu s«^


dose a las disposiciones constitucionales que determina la ley d
ratoria de la reforma. La reforma sancionada pasará al Ejecut'
para su promulgación, sin que el Presidente de la República tuiJT"
observarla. a
Art. 135. Cuando la enmienda sea relativa al período constitu
cional del Presidente de la República, se considerará, conforme a lo
dispuesto en los artículos anteriores, sólo en el siguiente período
Art. 136. Las cámaras podrán resolver cualesquiera dudas que
ocurran sobre la inteligencia de alguno o algunos artículos de esta
Constitución, si se declaran fundadas por dos tercios de votos, obser­
vándose en lo demás las formalidades prescritas por una ley ordi­
naria.
_ Art- 137- Las autoridades y tribunales aplicarán esta Constitu­
ción con preferencia a las leyes, y éstas con preferencia a cualesquiera
otras resoluciones.
Art. 138. Quedan abrogadas las leyes y decretos que se opongan
a esta Constitución.

A r t íc u l o s t r a n s it o r io s

Art. l .e La próxima legislatura ordinaria se reunirá el 6 de agos­


to de 1880, y hará el escrutinio y proclamación de Presidente y Vice­
presidente Constitucional de la República; quedando eliminada en las
elecciones para esas magistraturas la candidatura del actual presi­
dente provisorio, a fin de realizar en toda su amplitud el principio
de alternabilidad.
Art. 2.5 El Consejo de Ministros reemplazará al Presidente pro­
visorio en caso de impedimento temporal; más si éste fuere de ca­
rácter permanente, el Consejo de Ministros convocará en el término
de 30 días a los más a elecciones de Presidente y Vicepresidente
Constitucional de la República y de diputados y senadores, procuran­
do que la elección y reunión de las cámaras se efectúe en el menor
tiempo posible. Los ministros en este caso no podrán ser candidatos
para la Presidencia de la República.
Art. 4.° Por esta sola vez y en atención a la premura del tiempo,
se autoriza al Poder Ejecutivo para que dicte los reglamentos de mu­
nicipalidades y elecciones con sujeción a bases prefijadas.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 387

gpr-f-' •
: Sala de sesiones en La Paz de Ayacucho, a catorce de Febrero de
mil ochocientos setenta y ocho años.
Ricardo J. Bustamante, Presidente, diputado por La Paz.—Anto­
nio Quijarro, Vicepresidente, diputado por Potosí. J. R. Gutiérrez,
diputado por La Paz.—Juan José Valdivia, diputado por La Paz.—
M. Facundo Castro, diputado por Cochabamba. Daniel Campos, di­
putado por Potosí, su Cercado y Lipez.—Angel Garrón, diputado por
Nor-Chichas.—Manuel S. Galvarro, diputado por Oruro.—Elias Ante-
lo, diputado por Santa Cruz.—C. Zaller, diputado por Yungas. I. Ta­
mayo, diputado por Caupolicán.—Pedro Arancivia Nogales, diputado
por Potosí.—Mariano Reyes Cardona, diputado por Sucre. Julián
Ríos, diputado por la capital de Cochabamba.—Ceferino Méndez, di­
putado por Porco.— J. María B. y Eyzaguirre, diputado por la pro­
vincia de Omasuyos, La Paz.— J. Federico Zuazo, diputado por el de­
partamento de La Paz.— Ulises Morató, diputado por la provincia de
Totora.—Octavio Guzmán, diputado por la provincia de Ayopaya.
Víctor Portillo, diputado por la provincia de Porco.—Antonio Berme­
jo, diputado por Oruro y su Cercado.—Pastor Baca J., diputado por
Santa Cruz.—G. Benjamín Velasco, diputado por la provincia de Ca­
rangas—Ezequiel Alurralde, diputado por Punata.—Mamerto Oyóla,
diputado por Santa Cruz.—Octavio Rivadeneira, diputado por la pro­
vincia de Tarata.—Lino Morales, diputado por la provincia de San Lo­
renzo, departamento de Tarija.—Benigno Escalante, diputado por la
provincia de Chiquitos.—A. Avelino Tórrez, diputado por la provin­
cia de la Concepción y el Chaco.—C. Acosta, diputado por La Paz,
Larecaja.—M. María Abasto, diputado por Caracoles y Atacama —
Isaac Escovari, diputado por la provincia de Inquisivi.— Emilio
Adrián, diputado por La Paz—Mariano Navarro, diputado por la pro­
vincia del Acero.—Carlos Felipe Beltrán, diputado por la provincia de
Paria.—José S. Bozo, diputado por la provincia de Paria— José M. Ve-
lazco, diputado por el departamento del Beni.—Félix Leitón, diputa­
do por Sud-Chayanta.—Martín Lanza, diputado por Tapacará.—Fran­
klin Alvarado, diputado por Antofagasta y Mejillones.—Zenón Zamo­
ra, diputado por Cinti.— José I. León, diputado por Oruro.—Felipe
Ipiña, diputado por Ñor Chayanta.—Angel María Gallinete, diputado
por la provincia de Arque.—Tomás Villegas, diputado por M izq u e-
Jorge Delgadillo, diputado por Tomina.—José Dullón, diputado por
la capital de la República.—Tomás Macias, diputado por el departa-
388 CIRO FÉLIX TRIGO

mentó de La Paz.—Federico Diez de Medina, diputado por La Paz —


Benjamín Carrasco, diputado por Cochabamba.—Fidel Santa Cruz
putado por la provincia de Tarata.—Benjamín Lenz, diputado por el
Beni.—Luciano Valle, diputado por el departamento de La Paz .—Dá­
maso Gutiérrez, diputado por la provincia de Omasuyos.—Nicolás Mal-
donado, diputado por la capital de Cochabamba.—J. B. Caso, diputa-
tado por Tarija.—S. Velasco Flor, diputado por Potosí.—Secretario
Abdón S. Ondarza, diputado por Cobija, Secretario. ?
Por cuanto la Asamblea Nacional Constituyente ha proclamado
la anterior Constitución. ¿íig
Por tanto ordeno y mando que todos la cumplan y hagan cumplir '
como Ley fundamental del Estado.
Dado en la Casa del Supremo Gobierno en La Paz, a 15 de Febrero
de 1878, firmado de mi mano, sellado con el Gran Sello del Estado
y refrendado por el Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores así
como por los demás Ministros de Estado.

(Lugar del Sello)

(Firmado)

H. DAZA
(Refrendado)

El Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores.—JOSE M. DEL


CARPIO.—(Firmado.—El Ministro de Hacienda e Industria.—Manuel
I. Salvatierra.—(Firmado).—El Ministro de Justicia, Culto e Instruc­
ción Pública.—Agustín Aspiazu.—(Firmado).—El Ministro de Gue­
rra.—Carlos de Villegas,
C O N S T I T U C I O N P O L I T I C A D E 1880

NARCISO CAMPERO.—Presidente Constitucional de la República de


Bolivia.

Por cuanto la Convención Nacional ha sancionado y proclamado la


siguiente Constitución Política:
En el nombre de Dios,
El pueblo boliviano, representado por la Convención Nacional de
mil ochocientos ochenta, sanciona y proclama la Constitución de mi
ochocientos setenta y ocho, con las modificaciones acordadas, en la
forma siguiente:

CONSTITUCION POLITICA (1)

S e c c ió n p r im e r a

De Ja Nación.

Artículo 1.» Bolivia libre e independiente, constituida en Repúbli­


ca unitaria, adopta para su gobierno la forma democrática representa­
tiva.
m Constitución sancionada por la Convención Nacional de 1880, fue
L a

, convención Nacional de 1899, mediante ley de 23 de octubre de


1899 L a Convención Nacional de 1921 puso en vigor esta m i s m a Constitución por
T^V de enero de 1921. El Referéndum Popular de 11 de enero de 1931
introdujo nueve reformas al texto de la Constitución de 1880 las que fueron
aprobadas e incorporadas por decreto-ley de 23 de febrero de 1931.
390 CIRO FELIX TRIGO

Art. 2.' El Estado reconoce y sostiene la religión católica, apos


tólica, romana, permitiendo el ejercicio público de todo otro culto (2)

S e c c ió n segunda

De los derechos y garantías.

Art. 3.' La esclavitud no existe en Bolivia. Todo esclavo que pise


el territorio boliviano es libre.
Art. 4.5 Todo hombre tiene el derecho de entrar en el territorio
de la República, permanecer, transitar y salir de él, sin otras restric­
ciones que las establecidas por el derecho internacional; de trabajar
y ejercer toda industria lícita; de publicar sus pensamientos por la
prensa, sin previa censura; de enseñar bajo la vigilancia del Estado,
sin otras condiciones que las de capacidad y moralidad; de asociarse'
de reunirse pacíficamente y hacer peticiones individual o colectiva­
mente.
La instrucción primaria es gratuita y obligatoria.
Art. 5.e Nadie puede ser arrestado, detenido ni preso, sino en los
casos y según las formas establecidas por la ley; requiriéndose para
la ejecución del respectivo mandamiento, que éste emane de autori­
dad competente y sea intimado por escrito.
Art. 6.* Todo delincuente in fraganti puede ser aprehendido, aun
sin mandamiento, por cualquiera persona, para el único objeto de con­
ducirle ante el juez competente, quien deberá tomarle su declaración,
a lo más, dentro de veinticuatro horas.
Art. 7.5 Los encargados de las prisiones a nadie recibirán en ellas
como arrestado, preso o detenido, sin copiar en su registro el manda­
miento correspondiente. Podrán, sin embargo, recibir en el recinto de

(2) El texto original de este artículo, es el siguiente: “Articulo 2.« El es­


tado reconoce y sostiene la religión católica, apostólica, romana; prohibiendo
e ejercicio publico de todo otro culto, excepto en las colonias, donde habrá to­
lerancia . Ha sido reformado en los términos actuales, por la Lev de 27 de
agosto de 1906, asi como la ley de 14 de septiembre de 1905, por la que se inició
la necesidad de la reform a .-P or ley de 29 de agosto de 1907, se ha derogado
contra í ^ Libro 2 t del Código Penal, referente a delitos
contra la. religión del Estado, como consecuencia de la anterior reforma cons-
utucional.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 391

la prisión a los conducidos, con el objeto de dar cuenta a dicho juez,


dentro de veinticuatro horas.
Art. 8.9 Los atentados contra la seguridad personal, hacen res­
ponsables a sus autores inmediatos, sin que pueda servirles de excusa
el haberlos cometido de orden superior.
Art. 9.- Nadie puede ser juzgado por comisiones especiales o so­
metido a otros jueces que los designados con anterioridad al hecho de
la causa. Sólo los que gozan de fuero militar podrán ser juzgados por
consejos de guerra (3),
Art. 10. Nadie está obligado a declarar contra sí mismo en ma­
teria criminal, ni lo están, sobre el mismo hecho, sus parientes con­
sanguíneos hasta el cuarto grado inclusive, ni sus afines hasta el
segundo.
En ningún caso se empleará el tormento ni otro género de morti­
ficaciones.
Art. 11. Jamás se aplicará la confiscación de.bienes como castigo
político.
Son inviolables la correspondencia epistolar y los papeles privados,
los cuales no podrán ser ocupados sino en los casos determinados por
las leyes v en virtud de orden escrita y motivada de autoridad compe­
tente. No producen efecto legal las cartas ni papeles privados, vio­
lados o sustraídos.
Art. 12. Toda casa es un asilo inviolable; de noche no se podrá
entrar en ella sin consentimiento del que la habita, y de día sólo se
franqueará la entrada a requisición escrita y motivada de autoridad
competente, salvo el caso de delito in fraganti. Ningún militar está
alojado en tiempo de paz en casa particular, sin consentimiento del
dueño; ni en tiempo de guerra, sino en la manera que prescribe la ley.
Art. 13. La propiedad es inviolable: la expropiación no podrá im­
ponerse, sino por causa de utilidad pública, calificada conforme a ley,
y previa indemnización justa.
Art. 14. Ningún impuesto es obligatorio, sino cuando ha sido es-

(3) La reforma constitucional iniciada en la ley de 26 de octubre de 1906,


respecto a la abolición del fuero militar, ha sido sancionada conforme a la
siguiente ley, de S de octubre de 1910: “Articulo 1.« Queda abolido el fuero
militar, excepto el caso de los militares en campaña, por causa de guerra,
salvo lo dispuesto por el articulo 25 de la Constitución. Artículo 2.« Los mi­
litares en servicio serán juzgado por sus jefes y autoridades, conforme a sus
reglamentos y ordenanzas".
392 CIRO FÉLIX TRIGO

tableeido por el Poder Legislativo, conforme a las prescripciones ñ


esta Constitución. Todos pueden intentar el recurso, ante la aut *
dad judicial respectiva, contra los impuestos ilegales.
Los impuestos municipales son obligatorios, cuando en su creación
se han observado los requisitos señalados por esta Constitución
Art. 15. Ningún dinero se sacará de los tesoros nacional, depar­
tamental, municipal y de instrucción, sino conforme a los respectivos
presupuestos. La cuenta de cada trimestre, se publicará cuando más
tarde, dentro de los sesenta días transcurridos desde su expiración
El Ministro de Hacienda publicará la cuenta correspondiente al te­
soro nacional; los superintendentes, la referente a sus respectivos'
ramos.
Art. 16. La igualdad es la base del impuesto y las cargas públi­
cas. Ningún servicio personal es exigible, sino en virtud de la ley o
sentencia ejecutoriada.
Art. 17. Los bienes raíces de la Iglesia y las propiedades perte­
necientes a los establecimientos de educación, beneficencia y munici­
palidades a comunidades o corporaciones religiosas, gozarán de las
mismas garantías que los de los particulares.
Art. 18. La deuda pública está garantida. Todo compromiso con­
traído por el Estado, conforme a las leyes, es inviolable.
Art. 19. Todo hombre goza en Bolivia de los derechos civiles- su
ejercicio se regla por la ley civil.
Art. 20. Sólo el Poder Legislativo tiene autoridad para alterar
y modificar los códigos, así como para dictar reglamentos o disposi­
ciones en lo tocante a procedimientos judiciales.
Art. 21. Queda abolida la pena de muerte, exceptuándose los úni­
cos casos de castigarse con ella el asesinato, el parricidio y la traición
a la patria: se entiende por traición la complicidad con el enemigo,
durante el estado de guerra extranjera.
Art. 22. Quedan abolidas la pena de infamia y la de muerte civil.
Art. 23. Son nulos los actos de los que usurpen funciones que no
es competen; asi como los actos de los que ejerzan jurisdicción o
potestad que no emane de la Ley.
Art. 24. Los principios, garantías y derechos reconocidos en los
artículos anteriores, no podrán ser alterados por las leyes que regla­
menten su ejercicio.
Art. 25. Los que ataquen los derechos y garantías constitucio­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 393

nales, no gozan de fuero y quedan sujetos a la jurisdicción ordina­


ria (4).

S e c c ió n te r c e r a

De la conservación del orden público.

Alt. 26. En los casos de grave peligro por causa de conmoción


interior o guerra exterior que amenace la seguridad de la República,
el Jefe del Poder Ejecutivo, con dictamen afirmativo del Consejo de
Ministros, podrá declarar el estado de sitio, en la extensión del terri­
torio que fuere necesario, y por todo el tiempo que lo reputare indis­
pensable.
Art. 27. La declaración del estado de sitio, produce los siguien­
tes efectos:
1 * El Ejecutivo podrá aumentar el Ejército permanente y lla­
mar al servicio activo la guardia nacional. *
2.° Podrá negociar la anticipación que fuere indispensable sobre
las contribuciones y rendimiento de las rentas nacionales; igualmente
podrá negociar o exigir, por vía de empréstito, una cantidad suficiente
de dinero, siempre que no puedan cubrirse los gastos con las rentas
ordinarias.
En los casos de empréstito forzoso, el Ejecutivo asignara la cuota
de cada departamento, y será de cargo de los Consejos Municipales
hacer la distribución de ella entre los propietarios de su respectiva
circunscripción.
3.5 Podrá reducir el pago de las listas civil y eclesiástica y las
asignaciones municipales, en una proporción que sea suficiente para
cubrir los gastos militares que se originaren por la alteración del or­
den público; más, esa reducción no podrá exceder de un cincuenta
por ciento sobre las fijaciones del presupuesto.
4.’ Las garantías y los derechos que consagra esta Constitución
no quedarán de hecho suspensos en general con la declaratoria del
estado de sitio; pero podrán serlo respecto de señaladas personas, fun-

(4) La ley de 29 de septiembre de 1906, ha derogado el fuero eclesiástico,


en los términos siguientes: “Artículo único. Se deroga el fuero eclesiástico, en
asuntos comunes sean civiles o penales de los eclesiásticos, quedan sometido
a los tribunales ordinarios".
■394 CIRO FÉLIX TRIGO

dadamente sindicadas de tramar contra la tranquilidad de la Rp •


ca; y esto se efectuará según se establece en los siguientes párrin
5. Podra la autoridad legítima expedir órdenes de comnarpr,/'
o arresto contra los sindicados del crimen enunciado en el párrafo °
terior, debiendo ponerlos dentro de setenta y dos horas si fuere *** •'
sible, a disposición del juez competente, a quien pasará los documente'
que dieren lugar al arresto, con las diligencias que se hayan pract'8
cado. Si los enjuiciamientos no pudieren efectuarse dentro de dich' '
término, podrán ser reservados para cuando se haya restablecido
orden material; pero, en ningún caso, a no ser el de amnistía r>0drá
omitirse el enjuiciamiento. ’
Si la conservación del orden público exigiere el alejamiento de los
sindicados, la autoridad podrá ordenarlo, con tal que sea a una dis
tancia no mayor de cincuenta leguas y a lugares no malsanos. El
alejamiento o arresto sólo podrá tener lugar cuando el individuo no
prefiera salir güera de la República.
6.' Podrá igualmente suspender o retener la correspondencia epis­
tolar sin violarla, y restablecer el uso de los pasaportes para las per­
sonas que entren o salgan del territorio sitiado.
Art. 28. El Gobierno dará cuenta a la próxima legislatura, de los
motivos en virtud de los cuales, hubiese decretado el estado de sitio
y e uso que hubiese hecho de las atribuciones que le confiere esta
eccion Tercera de la Constitución, expresando el resultado de los en­
juiciamientos ordenados, e indicando las medidas indispensables para
satisfacer los créditos que se hubiesen contraído, tanto por présta­
mos directos como por reducciones en el pago de las listas y percep­
ción anticipada de los impuestos (5).
Art. 29 El Congreso dedicará sus primeras sesiones al examen
®’ , CUenta \ qUe se reflere el ^ íc u lo precedente, pronunciando su
aprobación o bien declarando la responsabilidad del Poder Ejecuti-

de diciembrerddea i902° *•!? n?0dificación sancionada P°r la ley de 2


biM-nn } eXto original modificado, es el siguiente- “El Po
atríbucitmí "cjiTe* te co'nfiere^T estiicío^de^^' ^ “ ° ^ hU“ ~ ^
enjuiciamientos ordenados, etc.” S1 '° expresando el resultado de los

n . o ' l X S e ^ ‘n r i l i 1921; P°r r,eS°1UCÍÓn de 6 de diciembre d*> « * -


- - d e r Ejecutivo esU o’b l i g X
395
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

Las Cámaras podrán al respecto hacer las investigaciones que


crean necesarias y pedir al Ejecutivo la explicación y justificación
de todos sus actos relacionados con el estado de sitio, aunque o
hubiesen sido ellos mencionados en la cuenta rendida (7). ^
Art. 30. Ni el Congreso, ni ninguna asociación ni reunión popu­
lar pueda conceder al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias, m
la suma del poder público, ni otorgarle supremacías por las que la
vida, el honor y los bienes de los bolivianos queden a merced del Go­
bierno ni de persona alguna.
Los diputados que promuevan, fomenten o ejecuten estos actos, son
de hecho indignos de la confianza nacional.
La inviolabilidad personal y las inmunidades establecidas por esta
Constitución, para los representantes nacionales, no se suspenden du­
rante el estado de sitio (8).

S e c c ió n c u a r ta

De los bolivianos.

Art. 31. Son bolivianos de nacimiento:


1 5 Los nacidos en el territorio de la República.
2* Los que nacieren en el extranjero de padre o madre bolivia­
nos en servicio de la República o emigrados por causas políticas. Son
bolivianos aun para los casos en que la ley exige la condicion de ha­
ber nacido en el territorio boliviano.
Art. 32. S o n también bolivianos:
1.» Los hijos de padre o madre bolivianos, nacidos en territorio
extranjero, por el solo hecho de avecindarse en Bolivia.
2 5 Los extranjeros que habiendo residido un año en la Repú­
blica, declaren ante la Municipalidad del lugar en que residan, su vo­
luntad de avecindarse.

hecho del estado de sitio, debe ser considerado por ambas Cámaras reunidas

s r c *««. ». <>. - « * « .«
e n .r .-.jlo • ]* m i.™ ur
(8 )
matoria de 2 de diciembre de 1902.
396 CIRO FÉLIX TRIGO

V Los extranjeros que por privilegio obtengan carta de natura


leza de la Camara de Diputados. “ <*iura-

S e c c ió n q u in ta

De la ciudadanía.

Art. 33. Para ser ciudadano se requiere:


!.* Ser boliviano; 2 ." Tener veintiún años, siendo soltero, o diez
y ocho, siendo casado; 3.’ Saber leer y escribir y tener una propie­
dad inmueble o una renta anual de doscientos bolivianos, que no pro­
venga de servicios prestados en clase de doméstico; y 4.« Estar ins­
crito en el Registro Cívico.
Art 34. Los derechos de ciudadanía consisten: 1.» en concurrir
como elector o elegido a la formación o al ejercicio de los poderes pú-
b icos; y 2.- en la admisibilidad a las funciones públicas, sin otro re­
quisito que la idoneidad, salvas las excepciones establecidas por esta
C^onstitucion.
Art. 35. Los derechos de ciudadanía se pierden: 1.» por natura­
lización en país extranjero; 2.« por condenación judicial de los tribu­
nales competentes a pena corporal, hasta la rehabilitación; 3 ' por
quiebra fraudulenta declarada, y 4.* por admitir empleos, funciones o
Senado0"30101168 ^ ^ extranJero> sin especial permiso del

Art. 36. Los derechos de ciudadanía se suspenden por estar sub


liz z tj decumplido
mo deudor de plazo unde,cr °al de acusadón’ °
fisco. p°r ***** < * ^ 0 co­

S e c c ió n sexta

De la Soberanía.

j““ aL L-
397
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

Art. 38. El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus


representantes y de las autoridades creadas por la Constitución. Toda
fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los derechos de
pueblo, comete delito de sedición.

S e c c ió n s é p t im a

Del Poder Legislativo.

Art. 39. El Poder Legislativo reside en el Congreso Nacional,


compuesto de dos Cámaras, una de Diputados y otra de Sena ores.
Art. 40. Se reunirá ordinariamente cada año en la capital e
República, el día 6 de agosto, aunque no haya habido previa convoca­
toria; sus sesiones durarán sesenta días útiles, prorrogabas hasta
noventa, a juicio del mismo Congreso, o a petición fundada del Pode.

^ T r tll Si alguna vez, a juicio del Ejecutivo, conviniese por gra­


ves razones, que un Congreso ordinario no se reúna en la capital e
la República, podrá expedir la convocatoria, senalando otro luQar.
Art 42 El Congreso puede reunirse extraordinariamente por
acuerdo de'la mayoría absoluta de ambas Cámaras, o por convocato­
ria del Poder Ejecutivo, quien en este caso determinara el lugar de la

^ T a m b o s casos ha de ocuparse el Congreso exclusivamente de los


negocios designados en su convocatoria.
Art 43. Las Cámaras deben funcionar con la presencia, cuando
menos, de la mayoría absoluta de sus respectivos miembros, a un mis­
mo tiempo, en un mismo lugar, y no podrá comenzar o terminar la
una sus funciones en un día distinto del de la otra.
Art 44 Los diputados y senadores podrán ser nombrados Presi­
dente o Vicepresidentes de la República, Ministros de Estado, Agentes
Diplomáticos o Jefes Militares en tiempo de guerra; quedando suspe
sos del ejercicio de sus funciones legislativas por todo el tiempo que
desempeñen aquellos cargos.
Los Vicepresidentes no quedarán suspensos de sus funciones le­
gislativas, sino cuando ejerzan la Presidencia u otro de los cargo*
expresados.
398 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 45. Fuera de los casos del artículo anterior, no podrán los
senadores y diputados admitir empleos cuyo nombramiento y remo­
ción dependa del Poder Ejecutivo. Los empleados civiles, eclesiásticos
y militares, cuyo nombramiento y remoción dependa exclusivamente
del Ejecutivo, no podrán ser diputados ni senadores por ningún dis­
trito electoral. Los demás funcionarios rentados tampoco podrán ser
diputados ni senadores por distritos electorales en que ejerzan juris­
dicción o autoridad.
Art. 46. Los diputados y senadores son inviolables, en todo tiem­
po, por las opiniones que emitan en el ejercicio de sus funciones.
Art. 47. Ningún Senador o Diputado, desde el día de su elección,
hasta el término de la distancia para que se restituya a su domicilio!
podrá ser acusado, perseguido o arrestado, salvo el caso de delito in
fraganti sujeto a pena corporal, si la Cámara a que pertenece no da li­
cencia (9).
Tampoco podrán ser demandados civilmente desde sesenta días an­
tes de la reunión del Congreso, hasta el término de la distancia para
que se restituyan a su domicilio. Pero en ningún tiempo serán arrai­
gados, apresados o apremiados corporalmente en materia civil, sin
previa licencia de la Cámara a que pertenecen, pudiendo, fuera del
término indicado, concurrir como actores o demandados en los juicios
civiles (10).
Durante el período constitucional de su mandato, podrán dirigir
representaciones al Poder Ejecutivo para el cumplimiento de las le­
yes y resoluciones legislativas; podrán también representar las nece­
sidades y medios de mejora de su distrito electoral.
Art. 48. Las sesiones del Congreso y de ambas Cámaras serán
públicas y no podrán ser secretas, sino cuando los dos tercios de los
miembros convengan en ella.

(9) Respecto a inmunidades en materia criminal, la ley interpretativa de 6


de septiembre de 1898, dice: "Artículo único. A virtud de la facultad conce­
dida por el artículo 136 de la Constitución, las Cámaras legislativas interpre­
tan el artículo 47 de la misma Carta, en el sentido de que las inmunidades
de los Senadores y Diputados alcanzan a todo el período de su mandato, sin
discontinuidad desde el día de su elección. Comuniqúese, etc.” .
Es concordante con este articulo la ley de 8 de noviembre de 1895, que dice-
Artículo único. El Vicepresidente de la República goza de las mismas inmu­
nidades que los Senadores y Diputados, por su calidad de Presidente del Se­
nado y del Congreso Nacional. Comuniqúese, etc.”.
(10) Este inciso ha sido redactado con sujeción a la ley reformatoria de 2
de diciembre de 1902.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 399

Art. 49. Cuando un mismo ciudadano fuere nombrado Senador


y Representante, preferirá el nombramiento de Senador.
Art. 50. Si fuere nombrado Diputado o Senador por dos distritos
o departamentos, lo será por el que él elija.
Art. 51. Los cargos de Senador o Representante son renunciables.
Art. 52. Son atribuciones del Poder Legislativo:
1.‘ Dictar leyes, abrogarlas, modificarlas e interpretarlas.
2.* Imponer contribuciones de cualquiera clase o naturaleza, su­
primir las existentes y determinar, en caso necesario, su repartimien­
to entre los departamentos o provincias:
3.* Fijar en cada legislatura los gastos de la administración pú­
blica.
4.* Fijar igualmente en cada legislatura la fuerza militar que
ha de mantenerse en pie en tiempo de paz. Las contribuciones se de­
cretan por sólo el tiempo de diez y ocho meses, y la fuerza se fija
sólo por igual tiempo.
5.5 Autorizar al Ejecutivo para contratar empréstitos, designan­
do los fondos para servirlos; reconocer las deudas contraídas y esta­
blecer el modo de cancelarlas.
6.' Crear nuevos departamentos o provincias, arreglar sus lí­
mites; habilitar puertos mayores y restablecer aduanas.
7.“ Fijar el peso, ley, valor, tipo y denominación de las mone­
das; autorizar la emisión y circulación de billetes de banco; y arre­
glar el sistema de pesos y medidas.
8.* Conceder subvenciones o garantías de interés para la cons­
trucción de ferrocarriles, canales, carreteras y demás empresas de
vialidad.
9.* Permitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de
la República, determinando el tiempo de su permanencia en él.
10.' Permitir que residan cuerpos del ejército permanente en el
lugar de las sesiones del Congreso y diez leguas a su circunferencia.
11.» Permitir la salida de tropas nacionales fuera del territorio
de la República, señalando el tiempo de su regreso.
12.’ Crear y suprimir empleos públicos, determinar o modificar
sus atribuciones y fijar sus dotaciones.
13.* Decretar amnistías y conceder indultos a determinadas per­
sonas, previo informe de la Corte Suprema.
400 CIRO FÉLIX TRIGO

14.' Aprobar o desechar los tratados y convenciones de toda es­


pecie (11).

S e c c ió n o c ta va

Del Congreso.

Art. 53. Cada Cámara calificará la elección de sus respectivos


miembros, pudiendo separarlos temporal o definitivamente, corregir
todas las infracciones de su reglamento; organizar su secretaría; nom­
brar todos los empleados de su dependencia; formar su presupuesto
y ordenar su pago, y entender en todo lo relativo a la economía y
policía interior.
Art. 54. Las Cámaras se reunirán en Congreso para los casos
siguientes:
1.* Para abrir y cerrar sus sesiones ;
2.* Para verificar el escrutinio de las actas de elecciones de Pre­
sidente y de Vicepresidente de la República; hacerlas por sí mismas
cuando no resulten conformes a los artículos 84, 85, 86 y 87;
3.? Para recibir el juramento de los funcionarios expresados en
el párrafo anterior;
4.c Para admitir o negar la excusa de los mismos;
5.' Para aprobar o negar los tratados y convenios públicos cele­
brados por el Poder Ejecutivo;
6.° Para reconsiderar las leyes observadas por el Ejecutivo;
7.5 Para resolver la declaratoria de guerra a petición del Eje­
cutivo ;
8.’ Para aprobar o desaprobar la cuenta de Hacienda que debe
presentar al Ejecutivo;
9.' Para determinar el número de la fuerza armada;
10. Para dirimir por dos tercios de votos de la totalidad de sus
miembros, las competencias que les susciten el Ejecutivo y la Corte
Suprema, y por mayoría absoluta de votos las que se susciten entre
los expresados poderes, o entre las Cortes de Distrito y la de Ca­
sación.

^ r®solución legislativa de 18 de octubre de 1882, prescribe lo siguiente:


Cuando se trata de expresar la política internacional del Poder Legislativo
Comuniqúese, e t c " indiWdualmente el d^ c h o de la influencia diplomática.
Í A S CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 401

Art. 55. No podrá delegar a uno o muchos de sus miembros, ni


a otro poder las atribuciones que tiene por esta Constitución.

S e c c ió n n ovena

De la Cámara de Diputados.

Art. 56. Esta Cámara se compondrá de diputados elegidos direc­


tamente por los ciudadanos, a simple pluralidad de sufragios. Una ley
arreglará estas elecciones y señalará el número de diputados.
Art. 57. Para ser diputado se requiere:
1.a Estar inscrito en el Registro Nacional;
2.- Tener veinticinco años cumplidos, ser boliviano de nacimiento
o naturalizado con cinco años de residencia fija en el país, y poseer
una renta anual de cuatrocientos bolivianos, procedente de una pro­
fesión, industria o propiedad inmueble;
3.° No haber sido condenado a pena corporal por los tribunales
ordinarios.
Art. 58. Los diputados ejercerán sus funciones por cuatro anos,
renovándose por mitad en cada bienio: en el primero saldrán por
suerte. . . . .
Art. 59. Es privativa de la Cámara de Diputados la iniciativa
en los casos de las atribuciones 2.‘ , 3.*, 4.5 y 5.* del artículo 52.
Art. 60. Son atribuciones de la Cámara de Diputados:
1.» Acusar ante el Senado al Presidente y Vicepresidentes de la
República, a los Ministros de Estado, a los de la Corte Suprema y
a los Agentes diplomáticos, por delitos cometidos en el ejercicio de
sus funciones;
2.* Elegir de las ternas propuestas por el Senado, a los Ma­
gistrados de la Corte Suprema y a los Vocales del Tribunal Nacional
de Cuentas. Estos últimos durarán en sus funciones por el período
de seis años, con derecho a reelección, no pudiedo ser destituidos sino
en virtud de sentencia pronunciada por la Corte Suprema (12).

(12) Está redactada esta atribución conforme al inciso segundo del artícu­
lo 1.» de la ley reformatoria de 18 de mayo de 1921.
402 CIRO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n dé c im a

De la, Cámara de Senadores.

Art. 61. El Senado de la República se compone de dos senadores


por cada departamento.
Art. 62. Para ser Senador se necesita:
1.® Ser boliviano de nacimiento, o naturalizado con cinco años
de residencia fija en el país, y ciudadano inscrito en el Registro Na­
cional ;
2." Tener treinta y cinco años cumplidos:
3.° Tener una renta de ochocientos bolivianos, ya provenga de una
propiedad inmueble o de industria o profesión;
4.8 No haber sido condenado a pena corporal en virtud de sen­
tencia pronunciada por los tribunales ordinarios (13).
Art. 63. Los senadores ejercerán sus funciones por el período
de seis años, pudiendo ser reelegidos indefinidamente.
El Senado se renueva por tercias partes, debiendo salir por suerte
un tercio en cada uno de los primeros bienios.
Art. 64. Son atribuciones de la Cámara de Senadores:
1.* Oír las acusaciones hechas por la Cámara de Diputados con­
tra los funcionarios expresados en el artículo 60. En este caso se li­
mitará el Senado a decir si ha o no lugar a la acusación propuesta:
decidiéndose por la afirmativa, suspenderá de su empleo al acusado,
y lo pondrá a disposición de la Corte Suprema para que lo juzgue
conforme a las leyes.
El Senado juzgará definitivamente a los Ministros de la Corte Su­
prema, y les aplicará la responsabilidad, ya sea que la acusación pro­
venga de la Cámara de Diputados, de querella de los ofendidos, o de
denuncia de cualquier ciudadano.
En los casos previstos por los dos incisos anteriores, será nece­
sario el voto de los dos tercios de los miembros presentes.
Una ley especial arreglará el curso y formalidades de estos juicios;
2. Proponer ternas para Arzobispos y Obispos, a fin de que sean
presentados por el Poder Ejecutivo para la institución canónica;
3.* Proponer ternas para Magistrados de la Corte Suprema y para

(13) El inciso 5.« de este artículo ha sido abrogado por la ley reformatoria
de 2 de diciembre de 1902.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 403

Vocales del Tribunal Nacional de Cuentas, a fin de que la Cámara de


Diputados haga la elección (14);
4.» Rehabilitar como bolivianos y como ciudadanos respectivamen­
te, a los que hubiesen perdido estas calidades;
5.s Permitir a los bolivianos la admisión de honores, títulos o
emolumentos de otro gobierno siempre que no se opongan a las leyes
de la República;
6.* Elegir en votación secreta de las ternas propuestas por el
Poder Ejecutivo, a los generales y coroneles del Ejército;
7.’ Decretar premios y honores públicos a los que los merezcan por
sus servicios a la República.

S e c c ió n u n d é c im a

De la formación y promulgación de las leyes y resoluciones


del Poder Legislativo.

Art. 65. Las leyes pueden tener origen en el Senado o en la Cá­


mara de Diputados, a proposición de uno de sus miembros, o por men­
saje que dirija el Presidente de la República, a condición de que el
proyecto será sostenido en los debates, cuando menos por uno de los
Ministros del despacho; mas no podrán hallarse en la votación.
Quedan exceptuados los casos previstos en el artículo 59.
Art. 66. Aprobado un proyecto de ley en la Cámara de su origen,
pasará inmediatamente a la otra para su discusión y aprobación en el
período de aquella legislatura.
Art. 67. El proyeceto de ley que fuere desechado en la Cámara
de su origen, no podrá ser nuevamente propuesto, ni en esa ni en la
otra Cámara, hasta la legislatura siguiente.
Art. 68. Cuando la Cámara revisora desecha en su totalidad un
proyecto de ley, la Cámara de su origen lo toma de nuevo en consi­
deración, y si insiste por una mayoría de dos tercios de los miembros
presentes, pasará a la otra Cámara por segunda vez; y no se enten­
derá que ésta reitera su reprobación, si no lo hace con las dos terceras

(14) Está redactada conforme al inciso 3.9 del artículo 1.» de la ley refor­
matoria de 18 de mayo de 1921, dictada por la Convención Nacional.
401 CIP.O FÉLIX TRIGO

partes de sus miembros presentes, debiendo considerarse aprobado el


proyecto cuando no sea reiterada la reprobación.
Cuando se reitere la reprobación o cuando la Cámara de origen no
insista en su aprobación, el proyecto no se podrá volver a proponer
en la legislatura del mismo año.
Art. 69. Si la Cámara revisora se limita a enmendar o modifi­
car el proyecto, éste se considerará aprobado, en caso de que la Cá­
mara de origen acepte por mayoría absoluta las enmiendas o modifi­
caciones. Pero si no las acepta, o si las corrige y altera, las dos Cá­
maras se reúnen para deliberar en un solo debate, bajo la dirección
del Presidente del Senado, sobre el proyecto corregido. En caso de apro­
bación, será remitido al Ejecutivo para su promulgación como ley de
la República; más si fuere desechado, no podrá ser propuesto de nue­
vo, sino en una de las legislaturas siguientes.
Art. 70. Todo proyecto de ley sancionado por ambas Cámaras,
podrá ser observado por el Presidente de la República en el término
de diez días desde aquél en que se le hubiese remitido; pero solamente
en el caso de que en su discusión no hubiese estado presente el Minis­
tro a cuyo departamento corresponda la ley.
El proyecto no observado dentro de aquel término, debe ser pro­
mulgado; y si en el término recesare el Congreso, el Presidente pu­
blicará en el periódico oficial, el Mensaje de sus observaciones, para
que se tomen en consideración en la próxima reunión de las Cámaras.
Art. 71. Las observaciones del Ejecutivo se dirigirán a la Cámara
en que tuvo origen el proyecto, y si ésta y la revisora, reunidas en Con­
greso, las hallan fundadas y modifican, conforme a ellas, el proyecto,
lo devolverán al Ejecutivo para su promulgación.
Si ambas Cámaras declaran infundadas las observaciones, por una
mayoría de dos tercios de los miembros presentes, el Presidente de la
República tiene el deber de promulgar la ley.
Si el Ejecutivo rehúsa promulgar la ley, lo hará el Presidente del
Senado, para que tenga fuerza de tal.
Art. 72. Cuando en las deliberaciones de las Cámaras se trate
únicamente de una decisión parlamentaria de su incumbencia exclu­
siva, la aprobación de las dos surtirá sus efectos, sin la promulgación
del Ejecutivo, debiendo este acto ser llenado por los Presidentes y los
Secretarios.
Los trámites que deben observarse en estos casos para el régimen
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 405

de los debates y decisiones en lo concerniente a las relaciones que me­


dian entre la Cámara iniciadora y la revisora, serán los mismos que
en los proyectos de ley.
Art. 73. Las Cámaras pueden, a iniciativa de sus respectivos
miembros, acordar la censura de los actos de mera política del Eje­
cutivo, dirigiéndola contra los Ministros de Estado, separada o con­
juntamente, según el caso, con el solo fin de obtener una modifica­
ción en el procedimiento político.
Para el ejercicio de esta facultad, basta la decisión de la sola Cá­
mara en la cual se haya iniciado el asunto, siendo suficiente el voto
de la mayoría absoluta.
Art. 74. La promulgación de las leyes se hace por el Presidente
de la República, en esta forma:
“Por cuanto el Congreso Nacional ha sancionado la siguiente ley:
Por tanto la promulgo para que se tenga y cumpla como ley de la
Sepública.”
Las decisiones parlamentarias se promulgarán en esta forma:
“El Congreso Nacional de la República, decreta: Por tanto, este
decreto se cumplirá con arreglo a la Constitución.”

S ec c ió n * d u o d é c im a

D el Poder Ejecutivo

Art. 75. El Poder Ejecutivo se encarga a un ciudadano, con el


título de Presidente de la República, y no se ejerce sino por medio
de los Ministros Secretarios del despacho.
Art. 76. El período constitucional del Presidente de la Repú­
blica durará cuatro años, sin poder ser reelecto sino pasado un pe­
ríodo.
Art. 77. Cuando en el intermedio de este período falte el Presi­
dente de la República por renuncia, inhabilidad o muerte, será llamado
a desempeñar sus funciones el Primer Vicepresidente, que será electo
junto con aquél, según se ordena en la sección correspondiente, hasta
la terminación del período constitucional.
Cuando el Presidente de la República se pusiere a la cabeza del
Ejército, en caso de guerra extranjera o civil, será también reempla­
zado por el primer Vicepresidente.
406 CIRO FÉLIX TRIGO

A falta del primer Vicepresidente y en todos los casos previstos


por este articulo, le reemplazará el segundo Vicepresidente, que será
elegido de la misma manera que aquél (15).
Art. 78. Los Vicepresidentes no pueden ser reelectos en su car­
go, ni elegidos Presidente en el período inmediato, si hubiesen ejercido
el Poder Ejecutivo para completar el anterior.
Si faltan los Vicepresidentes, harán sus veces el Presidente del
Senado o el de la Cámara de Diputados, el segundo a falta del pri­
mero.
Art. 79. Sólo podrán ser elegidos Presidente y Vicepresidentes
de la República, los ciudadanos que tengan la elegibilidad de sena­
dores, y sean además bolivianos de nacimiento.
Recibirán la dotación anual que asigne a sus servicios la ley, sin
que durante su período pueda ser aumentada o disminuida, y sin que
puedan recibir otra compensación de cualquier género que fuere.
Art. 80. A tiempo de hacerse cargo del Poder Ejecutivo, el Pre­
sidente prestará juramento solemne ante el Congreso de desempeñar
con fidelidad sus funciones y de conservar y defender la Constitución
de la República.
Art. 81. Los vicepresidentes prestarán juramento ante el Con­
greso, después del Presidente y en la misma forma que éste.
Mientras el Primer Vicepresidente no ejerza el Poder Ejecutivo,
desempeñará el cargo de Presidente del Senado, sin perjuicio de que
éste elija su presidente para que haga las veces en ausencia de aquél.
Art. 82. La dotación del Vicepresidente será la de su cargo, cuan­
do ejerza temporalmente las funciones de Presidente de la República;
más, si entra a funcionar para completar el período constitucional,
gozará la dotación de Presidente de la República.
Art. 83. El Presidente y Vicepresidente de la República, serán
elegidos por sufragio directo y secreto de los ciudadanos en ejercicio.
La ley arreglará esta elección.
Art. 84. El Presidente del Congreso, a presencia de éste, abrirá
los pliegos cerrados y sellados que contengan las actas que se le re­
mitan por los distritos electorales. Los secretarios, asociados de cua­
tro miembros del Congreso, procederán a hacer inmediatamente el es-

(15) La Convención Nacional de 1921, por ley de 24 de enero del mismo año,
na suprimido el cargo de segundo Vicepresidente de la República.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 407

crutinio y a computar el número de sufragios en favor de cada can­


didato. Los que reúnan la mayoría absoluta de votos, serán procla­
mados Presidente y Vicepresidentes de la República.
Art. 85. Si ninguno de los candidatos para la Presidencia o Vice­
presidencias de la República, .hubiese obtenido la pluralidad absoluta
de votos, el Congreso tomará tres de los que hubiesen reunido el ma­
yor número para el uno y otro cargo, y de entre ellos hará la elección.
Art. 86. Esta se verificará en seión pública y permanente. Si he­
cho el primer escrutinio ninguno reuniese la mayoría absoluta de vo­
tos de los representantes concurrentes, la votación posterior se con­
traerá a los dos que en la primera hubiesen obtenido el mayor número
de sufragios. En caso de empate se repetirá la votación hasta que al­
guno de los candidatos obtenga mayoría absoluta.
Art. 87. El escrutinio y la proclamación de Presidente y Vicepre­
sidentes de la República, se harán en sesión pública.
Art. 88. La elección de Presidente y Vicepresidentes de la Repú­
blica, hacha por el pueblo y proclamada por el Congreso, o efectuada
por éste, con arreglo a los artículos precedentes, se anunciará a la
Nación por medio de una ley.
Art. 89. Son atribuciones del Presidente de la República:
1.‘ Negociar y concluir los tratados con las naciones extranjeras,
ratificarlos y canjearlos, previa la aprobación del Congreso, nombrar
Cónsules y Agentes Consulares y Ministros Diplomáticos, admitir
a los funcionarios extranjeros de esta clase, y conducir las relaciones
exteriores en general;
2.' Dirigir las operaciones de la guerra declarada por una ley, y
mandar personalmente las fuerzas, observando lo dispuesto en el ar­
tículo 77.
En tiempo de paz tiene el comando de las fuerzas de línea y de la
guardia nacional, conforme a las leyes y ordenanzas que dicte el Con­
greso;
3." Concurrir a la formación de las leyes por medio de su iniciativa
directa en mensajes especiales, con intervención parlamentaria del
Ministerio, y promulgarlas con areglo a esta Constitución;
4.° Convocar el Congreso a sesiones extraordinarias, cuando asun­
tos urgentes lo exigieren;
5.* Ejecutar y hacer cumplir las leyes, expidiendo los decretos
y órdenes convenientes, sin definir primitivamente derechos ni alterar
408 CIRO FÉLIX TRIGO

los definidos por la ley, ni contrariar sus disposiciones, guardando la


restricción consignada en el artículo 20 ;
6.“ Cuidar de la recaudación y administración de las rentas na­
cionales, y decretar su inversión con areglo a las leyes, sin que se
pueda hacer inversión alguna sin su orden escrita y autorizada por el
Ministro del departamento a que corresponda, con expresa mención
de la ley que fija la inversión;
7.* Presentar anualmente al Congreso el presupuesto de los gas­
tos nacionales del año siguiente, y la cuenta de inversión, conforme
al presupuesto del anterior;
8 / Velar sobre las resoluciones municipales, y especialmente so­
bre las relativas a rentas e impuestos, para denunciar ante el Senado
las que sean contrarias a la Constitución y a las leyes, siempre que la
Municipalidad transgresora no cediese a las intimaciones del Eje­
cutivo;
9.* Presentar anualmente al Congreso, en sus primeras sesiones
ordinarias, un mensaje escrito que contenga el informe acerca del
curso y estado de los negocios de la administración durante el año,
acompañando las Memorias de los Ministros de Estado;
Además, dará por medio de los mismos Ministros, los informes so­
bre asuntos determinados que las Cámaras necesiten, pudiendo reser­
var los relativos a negocios diplomáticos que a su juicio no puedan
publicarse;
10.a Conmutar la pena de muerte conforme a las leyes;
11/ Hacer cumplir las sentencias de los tribunales;
12/ Decretar amnistías por delitos políticos, sin perjuicio de las
que puede conceder el Poder Legislativo ;
13/ Conceder jubilaciones y montepíos conforme a las leyes ;
14/ Ejercer los derechos del patronato nacional en las iglesias,
beneficios y personas eclesiásticas;
15.* Presentar Arzobispo y Obispos, escogiendo uno de los pro­
puestos en terna por el Senado;
16/ Nombrar dignidades, canónigos y prebendados de entre los
propuestos por los cabildos eclesiásticos;
17/ Conceder o negar el pase a los decretos de los Concilios, a los
breves, bulas y rescriptos del Sumo Pontífice, con acuerdo del Se­
nado; requiriéndose una ley cuando contenga disposiciones generales
y permanentes;
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 409

18.* Nombrar vocales del Tribunal Nacional de Cuentas, que du­


rarán seis años en sus funciones, de las ternas presentadas por el Se­
nado, los que no podrán ser destituidos sino en virtud de sentencia
pronunciada por la Corte Suprema, siendo permitida su reelección (16).
19.* Nombrar todos los empleados de la República cuyo nombra­
miento o propuesta no esté reservada por la ley a otro poder;
20.* Expedir a nombre de la Nación los títulos de todos los em­
pleados públicos cualquiera que fuere el poder que intervenga en su
propuesta o nombramiento;
21.“ Nombrar interinamente, en caso de renuncia o muerte, a los
empleados que deben ser elegidos o propuestos por otro poder;
22.* Asistir a las sesiones con que el Congreso abre y cierra sus
trabajos;
23.“ Conservar y defender el orden interior y la seguridad ex­
terior de la República, conforme a la Constitución;
24.* Proponer al Senado, en caso de vacante, una terna de gene­
rales y coroneles de Ejército, con informe de sus servicios y ascensos;
25.* Conferir sólo en el campo de batalla, en guerra extranjera,
los grados de Coronel y General a nombre de la Nación;
26.* Conceder, según ley, privilegio exclusivo temporal a los que
inventen, perfeccionen o importen procedimeintos o métodos útiles
a las ciencias o artes, o indemniza!’, en caso de publicarse el secreto
de la invención, perfección o importación;
27.* Crear y habilitar puertos menores.
Art. 90. El grado de Capitán General del Ejército es inherente a
las funciones de Presidente de la República.

S e c c ió n d é c im a t e r c e r a

De los Ministros de Estado

Art. 91. Los negocios de la administración pública se despachan


por los Ministros de Estado, cuyo número designa la ley.
(16) Esta atribución, redactada conforme a la ley reformatoria de 20 de
noviembre de 1888, ha sido derogada por el artículo 2.» de la ley reformatoria
de 18 de mayo de 1921, la misma que atribuye a la Cámara de Diputados el
nombramiento de los vocales del Tribunal Nacional de Cuentas.
410 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 92. Para ser Ministro de Estado se requiere las mismas cali­
dades que para ser Diputado.
Art. 93. Los Ministros de Estado son responsables de los actos
de la administración en sus respectivos ramos, conjuntamente con el
Presidente de la República.
Art. 94. La responsabilidad de los Ministros será conjunta por
todos los actos acordados en Consejo de Gabinete.
Art. 95. Todos los decretos y órdenes del Presidente de la Repú­
blica deben ser firmados por el Ministro del respectivo departamen­
to; y no serán obedecidos sin este requisito. Para el nombramiento
i o remoción de los Ministros, bastará la firma del Presidente.
P
Art. 96.
.
Los Ministros de Estado pueden concurrir a los debates
de cualquiera de las Cámaras, y se retirarán antes de la votación.
’ Art. 97. Luego que el Congreso abra sus sesiones, deberán los
, Ministros del despacho presentar sus respectivos informes acerca del
estado de la administración, en la forma que se expresa en el artícu-
J lo 89, atribución 9.*.
> Art. 98. La cuenta de la inversión de las rentas, que debe pre­
sentar el Ministro de Hacienda, lleva la presunción de estar exami­
nada y aprobada por los demás Ministros en sus respectivos departa­
mentos. Debe ser sometida al Congreso con un informe del Tribunal
Nacional de Cuentas.
A la formación del Presupuesto general deben concurrir todos los
Ministros en sus ramos correspondientes.
Art. 99. No salva a los Ministros de su responsabilidad la orden
verbal o escrita del Presidente de la República.
Art. 100. Por los delitos privados que cometan, pueden ser acu­
sados ante la Corte Suprema por la persona perjudicada, y el juzga­
miento se verificará conforme a las leyes.

S e c c ió n d é c im a c u a r ta

D el R é g i m e n interior

Art. 101. El gobierno superior en lo político, administrativo y


económico de cada departamento, reside en un magistrado con la de­
nominación de Prefecto, dependiente del Poder Ejecutivo, de que es
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 411

agente inmediato y con el que se entenderá por el intermedio del res­


pectivo Ministro de Estado.
En esos ramos y en todo lo que .pertenece al orden y seguridad del
departamento, estarán subordinados al Prefecto todos los funciona­
rios públicos de cualquier clase y denominación que fueren, y que re­
sidan dentro del territorio departamental.
Art. 102. Para ser Prefecto se necesita:
1.* Ser boliviano de nacimiento, o naturalizado con cinco años de
residencia fija en el país, en ejercicio de los derechos de ciudadanía;
2.- Tener a lo menos treinta años de edad.
Art. 103. El gobierno de cada provincia reside en un Subpre-
fecto subordinado al Prefecto.
Los subprefectos son nombrados por el Presidente de la Repú­
blica.
Art. 104. En cada cantón habrá un Corregidor como agente in­
mediato del Subprefecto. Su nombramiento lo hará el Prefecto a pro­
puesta del Subprefecto.
Art. 105. Los prefectos y subprefectos duran en el ejercicio de sus
funciones por el período constitucional de cuatro años. Pueden ser
removidos por el Presidente de la República, por causales que afecten
gravemente al buen servicio de la administración, o que comprometan
el orden público.
El Ministro de Gobierno informará al Congreso sobre las destitu­
ciones y sus causales.
Los corregidores y los alcaldes de campaña duran en sus funciones
por un año, no pudiendo ser reelectos sino después de pasado otro.
Art. 106. Para ser Subprefecto o Corregidor se necesita ser boli­
viano en ejercicio de la ciudadanía.
Art. 107. La ley determinará las atribuciones de los funcionarios
comprendidos en esta sección.

S e cc ió n décuviaquinta

Del Poder Judicial


Art. 108. La justicia se administra por la Corte Suprema, por
las Cortes de Distrito y demás tribunales y juzgados que las leyes
establecen.
412 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 109. La administración de justicia es gratuita de parte de los


funcionarios que ejercen jurisdicción y gozan de sueldo.
Art. 110. La Corte Suprema se compone de siete vocales, cuya
elección se hace por la Cámara de Diputados, a propuesta en tema
del Senado.
Para ser Ministro de la Corte Suprema se requiere:
1.® Ser boliviano de nacimiento, o naturalizado con cinco años de
residencia fija en el país, y mayor de cuarenta años;
2.a Haber sido Ministro de alguna Corte Superior o Fiscal de Dis­
trito por cinco años, o haber ejercido durante diez la profesión de abo­
gado, con crédito;
3.5 No haber sido condenado a pena corporal en virtud de senten­
cia ejecutoriada.
Art. 111. Son atribuciones de la Corte Suprema, a más de las
que señalan las leyes:
1.* Conocer de los recursos de nulidad conforme a las leyes, y
fallar al mismo tiempo sobre la cuestión principal ;
2.! Conocer en única instancia de los asuntos de puro derecho,
cuya decisión dependa de la constitucionalidad o inconstitucionalidad
de las leyes, decretos y cualquier género de resoluciones;
3.’ Conocer en todos los casos en que la Constitución le atribuye
jurisdicción privativa;
4.a Conocer de las causas de responsabilidad de los agentes di­
plomáticos y consulares, de los Comisarios nacionales, de los vocales
de las Cortes Superiores, Fiscales de Distrito, vocales del Tribunal
Nacional de Cuentas y Prefectos, por faltas cometidas en el ejercicio
de sus funciones ;
5.5 Conocer de las causas contenciosas que resulten de los con­
tratos, negociaciones y concesiones del Poder Ejecutivo, y de las
demandas contencioso-administrativas a que dieren lugar las resolu­
ciones del mismo;
6.’ Conocer de todas las materias contenciosas relativas al pa­
tronato nacional que ejerce el Gobierno Supremo de la República;
7.4 Dirimir las competencias que se suscitan entre los concejos
municipales, y entre éstos y las autoridades políticas, y entre los unos
y las otras con las juntas municipales de las provincias.
Art. 112. La Corte Suprema en la primera sesión que celebre, des­
pués de haber prestado ante el Congreso juramento de cumplir la
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 413

Constitución y las leyes, elegirá a su Presidente, que también lo será


de cada una de sus salas, debiendo durar en este carácter por el tér­
mino de diez años, con derecho a reelección.
Cuando el Congreso funcionare fuera de la capital de la República,
comisionará para la recepción del juramento al Cabildo Eclesiástico,
constituido en el salón del Cuerpo Legislativo.
Art. 113. El Presidente de la Corte Suprema debe velar sobre la
recta y cumplida administración de justicia en toda la República, di­
rigiendo a todos los magistrados las observaciones, amonestaciones
o incitativas a que hubiere lugar, de acuerdo con la Corte, o haciendo
que el Fiscal General entable las acusaciones que correspondan o las
peticiones que la Constitución y las leyes permitan de acuerdo con la
Corte, o haciendo que el Fiscal General entable las acusaciones que
correspondan o las peticiones que la Constitución y las leyes permitan.
Art. 114. El Fiscal General será nombrado por el Presidente de
la República, a propuesta en terna de la Cámara de Diputados.
El cargo de Fiscal General durará por el período de diez años, con
opción a ser reelecto. No puede ser destituido sino en virtud de sen­
tencia condenatoria pronunciada por la Corte Suprema.
Art. 115. Los magistrados de las Cortes de Distrito, serán ele­
gidos por el Senado a propuesta en terna de la Corte Suprema.
Art. 116. Es atribución de las Cortes de Distrito, a más de las que
las leyes les señalan, la de juzgar a las Municipalidades por delitos
cometidos en el ejercicio de sus funciones, sea individual o colectiva
mente.
Los subprefectos quedan sujetos a la misma jurisdicción.
Art. 117. Los jueces de partido y los de instrucción serán nom­
brados por la Corte Suprema, a propuesta en terna de las Cortes de
Distrito.
Art. 118. Los fiscales de distrito, los de partido y agentes fiscales,
serán nombrados por el Presidente de la República, a propuesta en
terna del Fiscal General.
Art. 119. Los Magistrados de la Corte Suprema, durarán en e*
ejercicio de sus funciones por diez años; los de las Cortes de Distrito
durarán por seis años; y los jueces de partido y jueces instructores,
por cuatro años; siendo permitida la reelección. Estos períodos no
son personales.
Durante estos períodos, ningún magistrado y juez podrá ser des-
414 CIRO V é l i x t r ig o

tituído sino por sentencia ejecutoria, ni suspenso a no ser en los ca­


sos determinados por las leyes.
Tampoco podrá ser trasladado no siendo con su expreso consen­
timiento (17).
Art. 120. La publicidad en los juicios es la condición especial de
ía administración de justicia, salvo cuando sea ofensiva a las buenas
costumbres.
Art. 121. El Ministerio Público se ejerce a nombre de la Nación
por las comisiones que designe la Cámara de Diputados, por el Fiscal
General y demás funcionarios a quienes la ley atribuye dicho mi­
nisterio.
Art. 122. Los tribunales bajo su responsabilidad, no darán po­
sesión a los magistrados o jueces que no hubiesen sido nombrados con
arreglo a esta Constitución.
Art. 123. Los secretarios y demás subalternos del Poder Judi­
cial, serán nombrados por las Cortes de Distrito, a propuesta en ter­
na de los jueces con quienes deben servir.
La Corte Suprema nombrará los que le pertenecen.

S e c c ió n d é c im a s e x t a

Del R é g i m e n M u n i c i p a l
Art. 124. En las capitales de departamento habrá concejos muni­
cipales. En las provincias, así como en las secciones en que éstas estén
divididas, y en cada puerto, habrá juntas municipales, cuyo número
será determinado «por la ley. Y en los cantones habrá agentes munici­
pales, dependientes de las juntas, y éstas de los concejos.
Art. 125. La ley reglamentaria determinará el número de muní-
cipes de cada localidad, su elección, las condiciones para ejercer este
cargo, la duración de sus funciones, los medios y modos de ejercerlas.
A rt 126. Son atribuciones de las Municipalidades:
1.‘ Promover y vigilar la construcción de las obras públicas de
su distrito;

(17) Este artículo está redactado con sujeción a la ley reformatoria de 20


de noviembre de 1888.
XAS CONSTITUCIONES DE BOLFVIA 415

2.* Establecer y suprimir impuestos municipales, previa aproba­


ción del Senado;
3.* Crear establecimientos de instrucción primaria y dirigirlos,
administrar sus fondos, dictar sus reglamentos, nombrar precepto­
res y señalar sus sueldos. En los establecimientos del Estado sólo ten­
drán el derecho de inspección y vigilancia;
4.* Establecer la policía de salubridad, ornato y recreo;
5.5 Cuidar de los establecimientos de caridad, conforme a los res­
pectivos reglamentos;
6.* Formar el censo real y personal del distrito municipal;
7.* Formar la estadística departamental;
8.* Hacer el repartimiento de los reemplazos para el ejército, que
hubiesen cabido a su respectivo territorio, con arreglo a la ley de
construcción;
9.“ Requerir la fuerza que sea necesaria para hacer cumplir sus
resoluciones;
10.* Recaudar, administrar e invertir sus fondos;
11.* Aceptar legados y donaciones, y negociar empréstitos para
promover obras de beneficencia y de utilidad material;
12.* Vigilar sobre la venta de víveres, teniendo por base el libre
tráfico;
13.* Nombrar jurados para los delitos de imprenta;
14.* Nombrar los alcaldes parroquiales, a propuesta en terna de
los jueces instructores, los agentes municipales de cantón, el secre­
tario, tesoro y demás empleados de su dependencia.
Art. 127. Los concejos municipales pueden celebrar entre sí con­
tratos y arreglos, cuando éstos tengan por objeto promover y llevar
a ejecución empresas de vialidad que abarquen dos o más departa­
mentos, con tal de que la combinación esté basada en desembolsos
o compromisos del Tesoro Municipal de los departamentos a quienes
concierne el negocio.

S e c c ió n déceviaséptima

De la fuerza públic a

Art. 128. Habrá en la República una fuerza permanente que se


compondrá del ejército de línea: su número lo determinará cada le­
gislatura, areglándolo al que sea absolutamente necesario.
416 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 129. La fuerza armada es esencialmente obediente; en nin­


gún caso puede deliberar, y está en todo sujeta a los reglamentos y or­
denanzas militares, en lo relativo al servicio.
Art. 130. Habrá también cuerpos de guardia nacional en cada
departamento: su organización y deberes se determinan por la ley.
Art. 131. Los que no sean bolivianos de nacimiento, o naturaliza­
dos con cinco años de residencia fija en el país, no podrán ser em­
pleados en el ejército en clase de generales y jefes, sino con consen­
timiento del Congreso.

SECCIÓN' DÉCEVIAOCTAVA

De la reforma de la Constitución

Art. 132. Esta Constitución puede ser reformada en todo o en


parte, declarándose previamente la necesidad de la reforma, y deter­
minándola con precisión por una ley ordinaria, que haya sido apro­
bada por los dos tercios de los miembros presentes de cada Cámara.
Esta ley puede ser iniciada en cualquiera de las Cámaras en la for­
ma constitucional.
La ley declaratoria de la reforma será pasada al Ejecutivo para
su promulgación.
Art. 133. En las primeras sesiones de la legislatura en que hu­
biere renovación en la cámara de Diputados, se considerará el asunto
por la Cámara que proyectó la reforma, y si ésta fuere aprobada como
necesaria por los dos tercios de votos presentes, se pasará a la otra
para su revisión, que también requiere dos tercios de votos.
Los demás trámites serán los mismos que la Constitución señala
para las relaciones entre las dos Cámaras.
Art. 134. Las Cámaras deliberarán y votarán la reforma, ajus­
tándola a las disposiciones constitucionales que determine la ley de­
claratoria de la reforma:
La reforma sancionada pasará al Ejecutivo para su promulgación
sin que el Presidente de la República pueda observarla.
Art. 135. Cuando la enmienda sea relativa al período constitu­
cional del Presidente de la República, se considerará conforme a lo
dispuesto en los artículos anteriores, sólo en el siguiente período.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 417

Art. 136. Las Cámaras podrán resolver cualesquiera dudas que


ocurran sobre la inteligencia de alguno o de algunos artículos de esta
Constitución, si se declaran fundadas por dos tercios de votos, obser­
vándose en lo demás las formalidades prescritas por una ley ordi­
naria.
Art. 137. Las colonias podrán estar sujetas a leyes y reglamen­
tos especiales.
Art. 138. Las autoridades y tribunales aplicarán esta Constitu­
ción con preferencia a las leyes y éstas con preferencia a cualesquiera
otras resoluciones.
Art. 139. Quedan abrogadas las leyes y decretos que se opongan
a esta Constitución.

Artículos transitorios

Art. l .s El período constitucional del Presidente y Vicepresi­


dente nombrados por la actual Convención, durará hasta el seis de
agosto de mil ochocientos ochenta y cuatro; quedando eliminada en las
elecciones de ese año, para esas magistraturas, la candidatura del ac­
tual Presidente y la del Vicepresidente o Vicepresidentes que lle­
garen a ejercer dicho cargo, a fin de realizar en toda su amplitud el
principio de alternabilidad.
Art. 2." La Convención Nacional durará en sus funciones hasta
el seis de agosto de mil ochocientos ochenta y uno, pudiendo en este
período, ser convocada por el Poder Ejecutivo, cuantas veces sea
necesario.
También podrá reunirse siempre que lo solicite la mitad de sus
miembros al Presidente, o, en defecto de éste, al Vicepresidente que
hubiese clausurado sus sesiones.
Art. 3.a La Convención se reserva reformar la Constitución con­
forme a las exigencias que se presenten, sin observar los trámites es­
tablecidos por ella.
Art. 4.' El Poder Ejecutivo queda autorizado para aplicar a los
objetos de la guerra actual, todos los ingresos fiscales, municipales
y de instrucción pública. Se le autoriza, igualmente, para contraer em­
préstitos, nacionales o extranjeros, en acuerdo de Gabinete.
Se le autoriza, asimismo, para hipotecar o vender los bienes nacio­
nales.
CIRO FÉLIX TRIGO
418

Art. 5.3 Durante la guerra actual, los reos de rebelión serán cas­
tigados como traidores a la patria.
Durante el mismo tiempo, declarado el estado de sitio, el Ejecutivo
podrá extrañar fuera del territorio de la República a todo individuo
que intentare trastornar el orden público, previo acuerdo de Gabinete.
Sala de sesiones de La Paz, a diez y siete de octubre de mil ocho­
cientos ochenta años.
Nataniel Aguirre, Presidente, Diputado por Cochabamba.—R. Car­
vajal, Diputado por La Paz.— J. R. Gutiérrez, Diputado por La Paz.—
Luis Pablo Rosquellas, Diputado por Yamparáez.—Félix Reyes Ortiz.
Diputado por la Provincia de Caupolicán.— Donato Vásquez, Dipu­
tado por Oruro.— Belisario Boeto, Diputado por Sucre.—Francisco
Velasco, Diputado por Carangas.—Jaconto Anaya, Diputado por Ta-
rata.—Abdón S. Ondarza, Diputado por Cobija.—Emilio Fernandez
Costas, Diputado por Azero.—Pastor Sainz, Diputado por Charcás.—
M. Omiste, Diputado por Potosi.—Daniel Núñez del Prado, Diputado
por La Paz.—Pastor Vidal, Diputado por Sicasica.—Vicente Asca-
rrunx, Diputado por Oruro.—Samuel Campero, Diputado por Tarija.
Santiago Vacaflores, Diputado por Cinti.—Eulogio Bayá, Diputado
por Punata. — Fidel Araníbar, Diputado por Cochabamba. — Miguel
Aguirre, Diputado por Cochabamba.—Daniel Quiroga, Diputado por
Ayopaya.—Demetria Calbimonte, Diputado por Potosí.—Nicanor Cla-
vijo, Diputado por Muñecas.—F. Hermógenes Mier, Diputado por Pa­
ria.—José B. Caso, Diputado por Concepción y el Chaco.—Severo Fer­
nández Alonso, Diputado por Lípez.—Manuel María Cosío, Diputado
por Arque.—Napoleón Raña, Diputado por Tarija.—Toribio Gutié­
rrez, Diputado por Mejillones y Antofagasta.—Fermín Merisalde, Di­
putado por Yungas.—Antonio Guerrero, Diputado por Omasuyos.—
Lisimaco Gutiérrez, Convencional por Potosí.—Fernando E. Guacha-
11a, Diputado por Omasuyos.—Juan Francisco Velarde, Diputado por
el Beni.—Nicolás Acosta, Diputado por la ciudad de La Paz.—José
Santos Machicado, Diputado por Larecaja.—Benjamín Calderón, Di­
putado por Ñor Chichas.—José Manuel Gutiérrez, Diputado por la
Capital de la República.—-Manuel María Abasto, Diputado por Cora-
coles y Atacama.—Valentín Peñaranda, Diputado por Cordillera.—
Mamerto Oyóla, Diputado por Santa Cruz.—Manuel María Terrzas,
Diputado por Valle Grande.— Jenaro Sanjinés, Diputado por Pacajes.
Manuel Aguirre, Diputado por Santa Cruz.—José David Berrios, Di­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 419

putado por la Provincia de Porco, departamento de Potosí.—Manuel


Saucedo, Diputado por la Capital y Cercado de 'Santa Cruz.—Ricardo
Eguino, Diputado por Inquisivi.—Félix Alarcón C., Diputado por Pa­
ria.—G. Pacheco, Diputado por San Lorenzo.—Manuel Argandoña,
Diputado por Chayanta.—Melquíades Loaiza, Diputado por Pacajes,
Secretario. — Teodomiro Camacho, Diputado por La Paz, Secre­
tario (*). .
Por tanto, la promulgo para que se tenga y cumpla como ley fun­
damental del Estado.
Casa de Gobierno en La Paz, a los veintiocho días del mes de oc­
tubre de mil ochocientos ochenta.

NARCISO CAMPERO
El Ministro de Justicia, Culto e Instrución Pública, encargado del
despacho de Gobierno y Relaciones Exteriores
J. M. Calvo.
El Ministro de la Guerra.—Belisario Salinas.
El Ministro de Hacienda.— Eliodoro Villazón.
(*) Los siguientes honorables Convencionales han concurrido, unos a la se­
sión en que se dió vigencia a la Constitución de mil ochocientos setenta y ocho,
otros a las en que se han sancionado las reformas; habiéndose retirado del
seno de la Cámara, ya en comisiones del servicio público, ya por otros m otivos:
Mariano Baptista (actual Presidente de la Convención), Diputado por Co­
chabamba.—Aniceto Arce (Primer Vicepresidente de la República), Diputado por
Potosí.—Belisario Salinas (Segundo Vicepresidente), Diputado por La Faz.—
José María Santivañez, Diputado por Cochabamba.—Jorge Oblitas, Diputado por
Oruro.—Miguel Taborga, Diputado por Sucre.—Eliodoro Villazón, Diputado por
el Chaparé.—Félix A. Aramayo, Diputado por Sud-Chichas.—Manuel A. Esca­
lante, Diputado por Valle Grande.—Antonio Moreno, Diputado por el Beni.—
Angel M. Zambrana, Diputado por Santa Cruz.—Isidoro Caballero, Diputado
por Tapacarí.—Venancio Jiménez, Diputado por Cliza.—Antolín Flores, Dipu­
tado por Tomina.—Melchor Chavarria, Diputado por Porco.—Apolinar Aramayo,
Diputado por Inquisivi.—Fidel Cáceres, Diputado por Totora.—José Jenaro So-
líz, Diputado por Jungas.
Sala de sesiones en La Paz, a diez y siete de octubre de mil ochocientos
ochenta años.
Melquíades Loaiza, Diputado Secretario.
Teodomiro Camacho, Diputado Secretario.
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-,
CONSTITUCION POLITICA DE 1938
GERMAN BUSCH, Presidente Constitucional de la República.

Por cuanto: la Soberana Asamblea Nacional ha sancionado y pro­


clamado la siguiente*

CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO

S e c c ió n previera

La Naci&n

Artículo 1.® Bolivia, libre e independiente, constituida en Repú­


blica unitaria, adopta para su gobierno la forma democrática repre­
sentativa.
Art. 2.“ El Estado reconoce y sostiene la religión católica, apos­
tólica y romana, garantizando el ejercicio público de todo otro culto.
Art. 3.° La soberanía reside en el pueblo; es inalienable e im­
prescriptible; su ejercicio está delegado a los Poderes Legislativo,
Ejecutivo y Judicial. La independencia y coordinación de estos po­
deres es la base del gobierno.
Art. 4.° El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus
representantes y de las autoridades creadas por ley.
Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuye los
derechos del pueblo, comete delito de sedición.
422 CIRO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n segunda

Derechos y garantías

A rt. 5.° La esclavitud no existe en Bolivia. No se reconoce nin­


gún género de servidumbre y nadie podrá ser obligado a prestar
trabajos personales sin la justa retribución y sin su pleno consenti­
miento.
Los servicios personales sólo podrán ser exigibles cuando asi lo
establezcan las leyes.
Art. 6.° Toda persona tiene los siguientes derechos fundamen­
tales, conforme a las leyes que reglamentan su ejercicio:
a) De ingresar, permanecer, transitar y salir del territorio na­
cional.
b) De dedicarse al trabajo, comercio o industria, en condiciones
que no perjudiquen al bien colectivo.
c) De emitir libremente sus ideas y opiniones, por cualquier me­
dio de difusión.
d) De reunirse y asociarse para los distintos fines de la activi­
dad, que no sean contrarios a la seguridad del Estado.
e) De hacer peticiones individual o colectivamente.
f) De recibir instrucción.
g) De enseñar bajo la vigilancia del Estado.
Art. 7.“ Nadie será arrestado, detenido ni preso, sino en los ca­
sos y según las formas establecidas por la ley.
Para la ejecución de un mandamiento se requiere que éste emane
de autoridad competente y sea intimado por escrito.
Art. 8." Toda persona que creyere estar indebidamente detenida,
procesada o presa, podrá ocurrir por sí o por cualquiera a su nombre,
con poder notariado o sin él, ante la Corte Superior del Distrito o
ante el juez de partido, a elección suya, en demanda de que se guar­
den las formalidades legales. La autoridad judicial decretará inme­
diatamente que el individuo sea conducido a su presencia y su decreto
será obedecido, sin observación ni excusa, por los encargados de las
cárceles o lugares de detención. Instruida de los antecedentes, la auto­
ridad judicial decretará la libertad, hará que se reparen los defectos
legales o pondrá al individuo a disposición del juez competente dentro
de las veinticuatro horas. La decisión que se pronuncie dará lugar al
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA •423

recurso de nulidad ante la Corte Suprema de Justicia, recurso que no


suspenderá la ejecución del fallo.
Los funcionarios públicos o personas particulares que resistan a
las decisiones judiciales, en los casos previstos por este artículo, se­
rán reos de atentado contra las garantías constitucionales, en cual­
quier tiempo, y no les servirá de excusa el haber cumplido órdenes
superiores.
Art. 9.° Todo delincuente in fraganti puede ser aprehendido, aun
sin mandamiento, por cualquiera persona, para el único objeto de
conducirle ante el juez competente, quien deberá tomarle su decla­
ración, a lo más, dentro de veinticuatro horas.
Art. 10. Los encargados de las prisiones a nadie recibirán en
ellas como arrestado, preso o detenido, sin copiar en su registro el
mandamiento correspondiente. Podrán, sin* embargo, recibir en el
recinto de la prisión a los conducidos, con el objeto de ser presenta­
dos al juez competente, dentro de veinticuatro horas.
Art. 11. Los atentados contra la seguridad personal hacen res­
ponsables a sus autores inmediatos, sin que pueda servirles de ex­
cusa el haberlos cometido de orden superior.
Art. 12. Los funcionarios públicos que, sin haberse dictado el
estado de sitio, tomaren medidas de persecución, confinamiento o
destierro de ciudadanos y las hicieren ejecutar, así como los que
clausuraren imprentas u otros medios de expresión del pensamiento
libre, estarán sujetos al pago de una indemnización civil de daños y
perjuicios, siempre que se comprobare, dentro de juicio, que tales
medidas o hechos se adoptaron sin motivo justificado y en contra­
vención a las leyes constitucionales que garantizan los derechos
ciudadanos.
La manera de cobrar la satisfacción del daño causado será deter­
minada en ley especial.
Art. 13. Nadie puede ser juzgado por comisiones especiales o
sometido a otros jueces que los designados con anterioridad al hecho
de la causa.
Art. 14. Nadie está obligado a declarar contra sí mismo en ma­
teria penal, ni lo están, sobre el mismo hecho, sus parientes consan­
guíneos hasta el cuarto grado inclusive, ni sus afines hasta el segundo.
En ningún caso se empleará el tormento ni otro género de mor­
tificaciones.
424 CIUO FÉLIX TRIGO

Art. 15. Jamás se aplicará la confiscación de bienes como cas­


tigo politico.
Son inviolables la correspondencia epistolar y los papeles privados,
los cuales no podrán ser ocupados sino en los casos determinados por
las leyes y en virtud de orden escrita y motivada de autoridad com­
petente. No producen efecto legal las cartas ni papeles privados que
fueren violados o sustraídos.
Art. 16. Toda casa es un asilo inviolable; de noche no se podrá
entrar en ella sin consentimiento del que la habita, y de día sólo se
franqueará la entrada a requisición escrita y motivada de autoridad
competente, salvo el caso de delito in fraganti.
Art. 17. La propiedad es inviolable, siempre que llene una fun­
ción social; la expropiación po'drá imponerse por causa de utilidad
pública, calificada conforme a ley y previa indemnización justa.
Art. 18. Los súbditos o empresas extranjeras están, en cuanto a
la propiedad, en la misma condición que los bolivianos, sin que en
ningún caso puedan invocar situación excepcional ni apelar a recla­
maciones diplomáticas, salvo caso de denegación de justicia.
Art. 19. Dentro de 50 kilómetros de las fronteras, los extranje­
ros no pueden adquirir ni poseer, por ningún título, suelo ni subsuelo,
directa o indirectamente, individualmente o en sociedad, bajo pena
de perder, en beneficio del Estado, la propiedad adquirida, excepto el
caso de necesidad nacional declarada por ley expresa.
Art. 20. Ningún impuesto es obligatorio sino cuando ha sido es­
tablecido por el Poder Legislativo, conforme a las prescripciones de
esta Constitución. Los perjudi;eádos pueden intentar recursos ante la
autoridad judicial respectiva, contra los impuestos ilegales. Los im­
puestos municipales son obligatorios cuando en su creación han sido
observados los requisitos que señala esta Constitución.
Art. 21. Los impuestos y las cargas públicas obligan igualmente
a todos. Su creación, distribución y supresión tendrán carácter gene­
ral, debiendo determinarse en relación a la capacidad económica del
contribuyente.
Art. 22. Los bienes de la Iglesia, congregaciones religiosas y de
beneficencia, gozarán de las mismas garantías que los pertenecientes
a particulares, y estarán sujetos a las obligaciones y limitaciones que
establezca la ley.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 425

Art. 23. Toda persona goza de los derechos civiles; su ejercicio


se regla por la ley civil.
Art. 24. Sólo el Poder Legislativo tiene facultad para alterar y
modificar los Códigos, así como para dictar reglamentos y disposi­
ciones en lo tocante a procedimientos judiciales»
Art. 25. No existen la pena de infamia y la de muerte civil.
La pena capital se aplicará únicamente en los casos de asesinato,
parricidio y traición a la patria, entendiéndose por traición la com­
plicidad con el enemigo durante el estado de guerra extranjera.
Art. 26. Los caminos abiertos por particulares serán de uso pú­
blico. Una ley especial reglamentará el ejercicio de este derecho, así
como la colaboración del Estado y de los particulares para su con­
servación.
Art. 27. Son nulos los actos de los que usurpen funciones que no
les competen, así como los actos de los que ejerzan jurisdicción o
potestad que no emane de la ley.
Art. 28. Los principios, garantías y derechos reconocidos en esta
Constitución no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su
ejercicio.
Art. 29. Nadie será obligado a hacer lo que la Constitución y las
leyes no manden, ni a privarse de lo que ellas no prohíban.
Art. 30. Los que ataquen derechos y garantías constitucionales
quedan sujetos a la jurisdicción ordinaria.
Art. 31. La ley sólo dispone para lo venidero y no tiene efecto
retroactivo.
Art. 32. Todo funcionario público, civil, militar o eclesiástico,
antes de tomar posesión del cargo, está obligado a declarar expresa
y específicamente los bienes o rentas que tuviere, que serán verifica­
dos en la forma que determine la ley.
Art. 33. Las declaraciones, derechos y garantías que enumera la
Constitución, no serán entendidos como negación de otros derechos y
garantías no enunciados, que naoen de la soberanía del pueblo y de la
forma republicana de gobierno.
426 CIRO FÉLIX TRIGO

S e cc ió n tercera

Conservación del orden público

Art. 34. En los casos de grave peligro por causa de conmoción


interior o guerra exterior, el Jefe del Poder Ejecutivo, con dictamen
afirmativo del Consejo de Ministros, podrá declarar el estado de sitio
en la extensión del territorio que fuere necesario.
Si el Congreso se reuniere ordinaria o extraordinariamente, es­
tando la República o una parte de ella, bajo el estado de sitio, la
continuación de éste será objeto de una autorización legislativa. En
igual forma se procederá si el decreto de estado de sitio fuese dictado
por el Poder Ejecutivo estando las cámaras en funciones.
Si el Ejecutivo no suspendiera el sitio antes de noventa días, cum­
plido este término caducará de hecho, salvo el caso de guerra interna­
cional declarada o de guerra civil en acción. Los que hubieran sido
objeto de apremio serán puestos en libertad, a menos de haber sido so­
metidos a la jurisdicción de tribunales competentes.
El Ejecutivo no podrá prolongar el estado de sitio por nuevo
decreto más allá de noventa días, ni declarar otro estado de sitio
dentro del mismo año sino con asentimiento del Congreso. Al efecto,
lo convocará a sesiones extraordinarias si ocurriese el caso durante
el receso de las Cámaras.
Art. 35. La declaración del estado de sitio produce los siguien­
tes efectos:
1.®) El Ejecutivo podrá aumentar el ejército permanente y lla­
mar al servicio las reservas que estime necesarias.
2 °) Podrá imponer la anticipación que fuere indispensable sobre
las contribuciones y rendimientos nacionales, y negociar y exigir por
vía de empréstito, los recursos suficientes, siempre que no puedan
cubrirse los gastos con las rentas ordinarias. En los casos de emprés­
tito forzoso, el Ejecutivo asignará las cuotas y las distribuirá entre
los contribuyentes conforme a su capacidad económica.
3.°) Las garantías y los derechos que consagra esta Constitución
no quedarán de hecho suspensos en general con la declaratoria del
estado de sitio; pero podrán serlo respecto de señaladas personas,
fundadamente sindicadas de tramar contra la tranquilidad de la Re­
pública, de acuerdo a lo que se establece en los siguientes párrafos.
4.°) Podrá la autoridad legítima expedir órdenes de comparendo
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 427

o arresto contra los sindicados, pero en el plazo máximo de cuarenta


y ocho horas los pondrá a disposición del juez competente, a quien
pasará los documentos que hubiesen motivado el arresto.
Si la conservación del orden público exigiese el alejamiento de los
sindicados, podrá ordenarse su confinamiento a una capital de depar­
tamento o de provincia que no sea malsana.
Queda prohibido el destierro por motivos políticos; pero al con­
finado, perseguido o arrestado por estos motivos, que pida sus pa­
saportes para el exterior, no podrán serle negados por causa alguna;
debiendo las autoridades otorgarle las garantías necesarias al efecto.
Los ejecutores de órdenes que violen estas garantías, podrán ser
enjuiciados, pasado que sea el estado de sitio, como reos de atenta­
dos contra las garantías constitucionales, sin que les favorezca la
excusa de haber cumplido órdenes superiores.
5.°) Podrá, igualmente, imponer la censura de la correspondencia
en general y establecer el uso de pasaportes de tránsito para las per­
sonas que entren o salgan del territorio sitiado.
En caso de guerra internacional, establecerá censura sobre la
correspondencia y todo medio de publicidad.
Art. 36. El Gobierno dará cuenta al próximo Congreso de los
motivos que dieron lugar a la declaratoria del estado de sitio y el
uso que hubiese hecho de las facultades que le confiere esta sección,
expresando el resultado de los enjuiciamientos ordenados e indicando
las medidas indispensables para satisfacer los créditos que hubiese
contraído por préstamos directos y percepción anticipada de los
impuestos.
Art. 37. El Congreso dedicará sus primeras sesiones al examen
de la cuenta a que se refiere el artículo precedente, pronunciando su
aprobación o bien declarando la responsabilidad del Poder Ejecutivo.
Las Cámaras podrán, al respecto, hacer las investigaciones que
crean necesarias y pedir al Ejecutivo la explicación y justificación de
todos sus actos relacionados con el estado de sitio, aunque no hubie­
sen sido mencionados en la cuenta rendida.
Art. 38. Ni el Congreso, asociación alguna ni reunión popular
pueden conceder al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias, la
suma del Poder público, ni otorgarle supremacías por las que la vida,
el honor y los bienes de los bolivianos queden a merced del Gobierno,
ni de persona alguna.
428 CIRO FÉLIX TRIGO

La inviolabilidad personal y las inmunidades establecidas por esta


Constitución, para los representantes nacionales, no se suspenden du­
rante el estado de sitio.

S e c c ió n cuarta

Nacionalidad y ciudadanía

Art. 39. Son bolivianos de nacimiento: 1.° Los nacidos en el te­


rritorio de la República. 2.° Los nacidos en el extranjero de padre o
madre bolivianos por el solo hecho de domiciliarse en el territorio
nacional.
Art. 40. Son bolivianos por naturalización: los extranjeros que,
habiendo residido tres años en la República, obtengan carta de na­
cionalidad en la forma que determina la ley.
Art. 41. La mujer boliviana casada con extranjero no pierde su
nacionalidad; la mujer extranjera casada con boliviano, adquiere la
nacionalidad de su marido siempre que resida en el país.
Art. 42. La nacionalidad se pierde: 1.“ Por tomar armas o pres­
tar servicios en ejército enemigo en tiempo de guerra. 2." Por prestar
iguales servicios en ejército extranjero, en tiempo de guerra civil o
internacional, sin permiso del Gobierno.
Art. 43. La ciudadanía consiste: 1.° En concurrir como elector o
elegido a la formación o el ejercicio de los poderes públicos. 2° En la
admisibilidad a las funciones públicas, sin otro requisito que la ido­
neidad, salvo las excepciones establecidas por la ley.
Art. 44. Para ser ciudadano se requiere; 1.° Ser boliviano.
2.° Tener veintiún años de edad. 3.“ Saber leer y escribir, y 4.° Estar
inscrito en el Registro Cívico.
Art. 45. Los derechos de ciudadanía se suspenden: 1.° Por natu­
ralización en otro país; bastando para recobrarlos domiciliarse en
Bolivia e inscribirse en el Registro Cívico. 2.” Por quiebra fraudulenta
declarada o por sentencia condenatoria a pena corporal. 3.° Por admi­
tir empleos o funciones de gobierno extranjero, que lleven consigo
ejercicio de autoridad o jurisdicción, sin el especial permiso exigido
por la ley.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 429

S e c c ió n q u in t a

Poder Legislativo

Art. 46. El Poder Legislativo reside en el Congreso Nacional


compuesto de dos Cámaras, una de Diputados y otra de Senadores.
Se reunirá ordinariamente cada año en la capital de la República,
el día 6 de agosto, aun cuando no hubiese convocatoria; sus sesiones
durarán 60 días útiles, prorrogables hasta 90, a juicio del mismo Con­
greso o a petición del Poder Ejecutivo. Si a juicio de éste conviniese
que el Congreso no se reúna en la capital de la República, podrá ex­
pedir la convocatoria señalando otro lugar.
Art. 47. El Congreso puede reunirse extraordinariamente, por
acuerdo de la mayoría absoluta de sus miembros o por convocatoria
del Poder Ejecutivo. En cualquiera de estos casos sólo se ocupará de
los negocios consignados en la convocatoria.
Art. 48. Las Cámaras deben funcionar con la mayoría absoluta
de sus miembros, a un mismo tiempo, en el mismo lugar, y no podrá
comenzar o terminar la una sus funciones en un día distinto de la otra.
Art. 49. Los Senadores y Diputados podrán ser designados Pre­
sidente o Vicepresidente de la República, Ministros de Estado o
Agentes Diplomáticos, quedando suspensos de sus funciones legisla­
tivas por el tiempo que desempeñen aquellos cargos. Fuera de ellos
no podrán ejercer otros dependientes de los Poderes Ejecutivo o
Judicial.
Art. 50. Los empleados civiles, militares en servicio, así como los
eclesiásticos con jurisdicción, no podrán ser elegidos representantes
nacionales, a excepción de los catedráticos de Universidad.
Art. 51. Los Senadores y Diputados son inviolables, en todo
tiempo, por las opiniones que emitan en el ejercicio de sus funciones.
Art. 52. Ningún Senador o Diputado, desde el día de su elección
hasta la finalización de su mandato, sin discontinuidad, podrá ser
acusado, perseguido o arrestado en ninguna materia, si la Cámara a
la que pertenece no da licencia. En materia civil no podrá ser deman­
dado desde 60 días antes de la reunión del Congreso, hasta el término
de la distancia para que se restituya a su domicilio.
El Vicepresidente de la República, en su carácter de Presidente
del Congreso Nacional y del Senado, goza de las mismas inmunidades
y prerrogativas acordadas a Senadores y Diputados.
430
CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 53. Los Senadores y Diputados no podrán adquirir ni tomar


en arrendamiento, a su nombre o en el de tercero, bienes públicos, ni
hacerse cargo de contratos de obras o de aprovisionamiento, ni obte­
ner concesiones u otra clase de ventajas personales. La contraven­
ción a este precepto importa pérdida del mandato popular, mediante
resolución dictada por la Corte Suprema de Justicia, en única ins­
tancia.
Art. 54. Durante el período constitucional de su mandato podrán
dirigir representaciones a los funcionarios del Poder Ejecutivo para
el cumplimiento de las disposiciones legales; podrán también repre­
sentar las necesidades y medios de mejora de sus distritos electorales.
Art. 55. Cuando un mismo ciudadano fuere elegido Senador y
Diputado, aceptará el mandato que él prefiera. Si fuere elegido Sena­
dor o Diputado por dos distritos o departamentos, lo será por el dis­
trito que él escoja.
Art. 56. Los Senadores y Diputados pueden ser reelectos y sus
mandatos son renunciables.
Art. 57. Las sesiones del Congreso y de ambas Cámaras serán
públicas, y sólo podrán ser secretas cuando dos tercios de sus miem­
bros así lo determinen.
Art. 58. Son atribuciones del Poder Legislativo:
1.* Dictar leyes, abrogarlas, modificarlas e interpretarlas.
2.* Imponer contribuciones de cualquier clase o naturaleza, su­
primir las existentes y determinar su carácter nacional o departa­
mental. Las contribuciones se decretarán por sólo el tiempo de quin­
ce meses.
3.a Fijar anualmente, en detalle, los gastos de la administración
pública.
4.* Fijar, igualmente, en cada legislatura, la fuerza militar que
ha de mantenerse en tiempo de paz.
5.* Autorizar al Ejecutivo para contratar empréstitos, designan­
do los fondos para servirlos. Reconocer las deudas contraídas y esta­
blecer el modo de cancelarlas.
6.* Crear nuevos departamentos o provincias, fijar sus limites;
habilitar puertos mayores y establecer aduanas.
7.* Fijar el peso, ley, valor, tipo y denominación de las monedas;
autorizar la emisión y circulación de billetes de banco y arreglar el
sistema de pesas y medidas.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 431

8.‘ Conceder subvenciones o garantías de interés para la cons­


trucción de ferrocarriles, canales, carreteras y demás empresas de
vialidad.
9.* Permitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de
la República, determinando el tiempo de su permanencia.
10* Autorizar la salida de tropas nacionales fuera del territorio
de la República, señalando el tiempo de su regreso.
11.* Crear y suprimir empleos públicos, determinar o modificar
sus atribuciones y fijar emolumentos.
12.* Decretar amnistía por delitos políticos; conceder indulto,
previo informe de la Corte Suprema.
13.* Aprobar o desechar los tratados y convenciones internacio­
nales de toda especie.
14.* Autorizar la enajenación de bienes nacionales, departamen­
tales, municipales, universitarios y de todos los que sean de dominio
público.
15.* Autorizar al Ejecutivo la adquisición de bienes inmuebles y
aprobar las compras efectuadas.
16.* Ejercer el derecho de influencia diplomática sobre actos no
consumados o compromisos internacionales del Poder Ejecutivo.
17.* Aprobar o reprobar anualmente la cuenta de la inversión de
los fondos destinados a los gastos de la administración pública, que
debe presentar el Gobierno en la primera sesión de cada legislatura.
18.* Nombrar a los Ministros de la Corte Suprema de Justicia.
19.* Autorizar a las Universidades la contratación de emprés-
ticos

S e c c ió n se x ta

El Congreso

Art. 59. Son atribuciones de cada Cámara:


1.* Calificar las credenciales de sus respectivos miembros que no
hubieran sido demandadas ante la Corte Suprema.
2.* Organizar su Mesa Directiva.
3.* Dictar su reglamento y corregir sus infracciones.
4.* Separar temporal o definitivamente a cualquiera de sus
432 CIRO FÉLIX TRIGO

miembros por graves faltas cometidas en el ejercicio de sus funcio­


nes, con el acuerdo de dos tercios de votos.
5.* Ordenar el pago de sus presupuestos y atender todo lo reía*
tivo a su economía y policía interior.
Art. 60. Las Cámaras se reunirán en Congreso para los siguien­
tes fines:
1.° Inaugurar y clausurar sus sesiones.
2.® Verificar el escrutinio de las actas de elecciones de Presidente
y Vicepresidente de la República, o designarlos por sí mismas, cuan­
do no hubieran reunido la pluralidad absoluta de votos, conforme a
las disposiciones de esta Constitución.
3.° Recibir el juramento de los funcionarios expresados en el pá­
rrafo anterior.
4.® Admitir o negar la renuncia de los mismos.
5.° Ejercitar las atribuciones a que se refieren los incisos 13 y
17 del artículo 58.
6.° Considerar las leyes vetadas por el Ejecutivo.
7.° Resolver la declaratoria de guerra, a petición del Ejecutivo.
8.° Determinar el número de la fuerza armada.
9.° Considerar los proyectos de ley que, aprobados en la Cámara
de origen, no lo fueren por la Cámara revisora en el plazo de trein­
ta días.
10.° Dirimir, por dos tercios de votos de la totalidad de sus
miembros, las competencias que susciten a las Cámaras, el Ejecutivo
o la Corte Suprema, y por mayoría absoluta de votos, las que se
susciten entre los expresados poderes o entre las Cortes de Distrito
y la de Casación.
11.® Ejercitar las facultades que le corresponden conforme a los
artículos 34, 36 y 37 de esta Carta.
12.° Designar a los Vocales del Consejo Nacional de Educación,
Art. 61. En ningún caso podrá delegar el Congreso a uno o mu­
chos de sus miembros, ni a otro poder, las atribuciones que tiene por
esta Constitución.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 433

S e c c ió n s é p t im a

Cámara de Diputados

Art. 62. Los diputados serán elegidos directamente por el pue­


blo, a simple pluralidad de sufragios. Durarán en sus funciones cuatro
años, renovándose por mitad en cada bienio. En el primero saldrán
por suerto. La ley reglamentará estas elecciones y fijará el número
de diputados.
Art. 63. Para ser diputado se requiere:
1.® Ser boliviano de nacimiento.
2." Haber cumplido los deberes militares.
3.® Estar inscrito en el Registro Cívico.
4.® Tener veinticinco años cumplidos.
5.® No haber sido condenado a pena corporal por los tribunales,
ni tener pliego de cargo o auto de culpa ejecutoriado.
Art. 64. Es privativa de la Cámara de Diputados la iniciativa en
los casos de las atribuciones 2.*, 3.‘, 4.* y 5.* del articulo 58.
Art. 65. Corresponde a la Cámara de Diputados: acusar ante el
Senado al Presidente y Vicepresidente de la República, Ministros de
Estado, Vocales de la Corte Suprema y Agentes Diplomáticos, por
delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones, y elegir magistra­
dos de la Corte Suprema de Justicia, por mayoría absoluta de votos,
de las ternas propuestas por el Senado.

S e c c ió n octava

Cámara de Senadores

Art. 66. El Senado de la República se compone de tres Senadores


por cada Departamento.
Art. 67. Para ser Senador se necesita; tener treinta y cinco años
cumplidos y reunir los requisitos exigidos para diputado.
Art. 68. Los Senadores ejercerán sus funciones seis años. La
renovación de la Cámara será por tercias partes, debiendo salir por
suerte un tercio en cada uno de los dos primeros bienios.
Art. 69. Son atribuciones de esta Cámara:
31
434 CIRO FÉLIX TRIGO
' *
1 « Tomar conocimiento de las acusaciones hechas por la Cámara
de Diputados contra los funcionarios expresados en la primera parte
del artículo 65. En este caso se limitará el Senado a resolver si ha o
no lugar a la acusación propuesta; decidiéndose por la afirmativa,
suspenderá de su empleo al acusado y lo pondrá a disposición de la.
Corte Suprema, para que lo juzgue conforme a las leyes.
El Senado juzgará en única instancia a los Ministros de la Corte
Suprema y les impondrá la sanción y responsabilidad correspondiente,
por acusación de la Cámara de Diputados, emanada de querella de los
ofendidos o a denuncia de cualquier ciudadano.
En los casos previstos por los incisos anteriores será necesario el
voto de dos tercios de los miembros presentes.
Una ley especial dispondrá el procedimiento y formalidades de
estos juicios.
2.* Rehabilitar como bolivianos, o como ciudadanos, a los que
hubiesen perdido estas calidades.
3.* Permitir a los bolivianos la admisión de empleos, títulos o
emolumentos de gobierno extranjero.
4.* Considerar las ordenanzas municipales.
5.* Decretar honores públicos a quienes lo merezcan por sus ser­
vicios eminentes a la Nación.
6.“ Proponer ternas a la Cámara de Diputados, para la elección
de magistrados de la Corte Suprema.
7.* Proponer ternas al Presidente de la República para la elec­
ción de Contralor General y Fiscal General de la República.
8.a Proponer ternas para Arzobispo y Obispos, a fin de que sean
presentados por el Poder Ejecutivo para la institución canónica.
9.* Conceder, por dos tercios de votos, premios pecuniarios.

S e c c ió n novena

Leyes y Resoluciones del Poder Legislativo

Art. 70. Las leyes, exceptuando los casos previstos en el ar­


tículo 64, pueden tener origen en el Senado o en la Cámara de Di­
putados, a proposición de uno de sus miembros, o por mensaje del
Ejecutivo, a condición, en este caso, de que el proyecto sea sostenidcv
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 435

en los debates por el Ministro del respectivo Despacho, quien no podrá


estar presente en la votación.
La Corte Suprema podrá, mediante mensaje especial, iniciar pro­
yectos sobre códigos y procedimientos.
Art. 71. Aprobado el proyecto de ley en la Cámara de origen,
pasará inmediatamente a la otra para su discusión, en el término de
treinta días.
Si la Cámara revisora lo aprueba, pasará la ley al Poder Ejecu­
tivo para su promulgación.
Art. 72. El proyecto de ley que fuere desechado en la Cámara de
origen no podrá ser nuevamente propuesto, en ninguna de las Cá­
maras, hasta la legislatura siguiente.
Art. 73. Si la Cámara revisora se limita a enmendar o modificar
el proyecto, éste se considerará aprobado, en caso de que la Cámara
de origen acepte por mayoría absoluta las enmiendas o modificacio­
nes. Pero si no las acepta, o si las corrige y altera, las dos Cámaras
se reunirán para deliberar sobre el proyecto corregido. En caso de
aprobación será remitido al Ejecutivo para su promulgación como ley
de la República; mas, si fuere desechado, no podrá ser propuesto de
nuevo sino en una de las legislaturas siguientes.
Art. 74. Cuando la Cámara a que se remitiese un proyecto de ley
no lo aprobase, modificase o rechazase dentro de los treinta días se­
ñalados por el artículo 71, la Cámara de origen reclamará a la otra
para que se discuta el proyecto en sesión de Congreso.
Art. 75. Toda ley sancionada por el Legislativo podrá ser obser­
vada por el Presidente de la República en el término de diez días,
desde aquel en que la hubiese recibido, siempre que en la discusión no
hubiera estado presente el Ministro a cuyo departamento corresponda.
La ley no observada dentro de los diez días será promulgada. Si
en este término recesare el Congreso, el Presidente de la República
publicará el mensaje de sus observaciones, para que se considere en la
próxima Legislatura.
Art. 76. Las observaciones del Ejecutivo se dirigirán a la Cá­
mara de origen. Si ésta y la revisora, reunidas en Congreso, las hallan
fundadas y modifican la ley conforme a ellas, la devolverán al Ejecu­
tivo para su promulgación.
Si el Congreso declara infundadas las observaciones, por dos
miembros presentes, el Presidente de la República promulgará la ley
436 CIRO FÉLIX TRIGO

dentro de otros diez días. Si no lo hace, la ley será promulgada por el


Presidente del Congreso.
Art. 77. Las resoluciones camarales y legislativas no necesitan
promulgación del Ejecutivo.
Art. 78. La promulgación de las leyes se hará por el Presidente
de la República en esta forma:
“Por cuanto el Congreso Nacional ha sancionado la siguiente ley:
“Por tanto, la promulgo para que se tenga y cumpla como ley de
la República.”
Las decisiones parlamentarias se promulgarán en esta forma:
“El Congreso Nacional de la República, resuelve: Por tanto, cúm­
plase con arreglo a la Constitución.”
Art. 79. La ley es obligatoria desde el día de su promulgación,
salvo disposición contraria de la misma ley.
Art. 80. Las Cámaras pueden acordar la censura de los actos del
Ejecutivo, dirigiéndola contra los Ministros de Estado, separada o
conjuntamente, según el caso, con el fin de conseguir la modificación
del procedimiento político que haya dado lugar a la censura.
Para el ejercicio de esta facultad, basta la decisión de la Cámara
en la cual se haya iniciado por el voto de la mayoría absoluta de sus
miembros concurrentes.
Art. 81. Cada una de las Cámaras, a solicitud escrita de cuales­
quiera de sus comisiones o miembros, tiene la facultad de pedir la
presencia en sala de los Ministros de Estado, para recibir los infor­
mes que estime convenientes, sea con fines legislativos, de inspección
o de fiscalización.

S e c c ió n d é c im a

Poder Ejecutivo

Art. 82. El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la Re­


pública, conjuntamente con los Ministros de Estado.
Art. 83. El Presidente de la República será elegido por sufragio
directo. Al mismo tiempo y en igual forma se elegirá el Vicepresi­
dente.
Art. 84. El período constitucional del Presidente de la Repú­
blica es de cuatro años improrrogables. No podrán ser reelectos, ni el
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 437

Vicepresidente ser elegido Presidente de la República, sino pasados cua­


tros años desde la terminación de su mandato.
Art. 85. Para ser elegido Presidente o Vicepresidente de la Re­
pública se requiere las condiciones exigidas para Senador.
Art. 86. No pueden ser elegidos Presidente ni Vicepresidente de
la República:
1.* Los Ministros de Estado que no dejaren el cargo seis meses
antes del día de la elección.
2 ° Los miembros de la fuerza armada en servicio activo y los
del clero regular.
3.“ Los parientes consanguíneos y afines dentro del segundo gra­
do, de quienes ejercieren la Presidencia o Vicepresidencia de la Re­
pública, el último año anterior a la elección presidencial.
4.° Los contratistas de obras y servicios públicos; los adminis­
tradores y directores, mandatarios y representantes de empresas sub­
vencionadas por el Estado o de sociedades y establecimientos en que
tiene participación pecuniaria el fisco; los administradores y recau­
dadores de los fondos públicos mientras finiquiten sus cuentas.
Art. 87. Si ninguno de los candidatos para la Presidencia o Vi­
cepresidencia de la República obtuviese la pluralidad absoluta de vo­
tos, el Congreso tomará a tres de los que hubiesen obtenido el mayor
número para el uno u otro cargo, y de entre ellos hará la elección.
Si hecho el primer escrutinio ninguno reuniese la mayoría absoluta
de votos de los representantes concurrentes, la votación posterior se
concretará a los dos que hubieran alcanzado el mayor número de su­
fragios. En caso de empate, se repetirá la votación hasta que alguno
de los candidatos obtenga la mayoría absoluta.
La elección, el escrutinio y la proclamación se harán en sesión pú­
blica y permanente.
Art. 88. La proclamación de Presidente y Vicepresidente de la
República, se anunciará a la nación mediante una ley.
Art. 89. El Presidente y el Vicepresidente de la República, al
tomar posesion del cargo, juraran solemnemente ante el Congreso,
fidelidad a la República y a la Constitución.
Art. 90. En caso de impedimento o ausencia temporal del Presi­
dente de la República, antes o después de su proclamación, lo reem­
plazará interinamente el Vicepresidente, y a falta de éste, el Presi­
dente del Senado, o en su defecto, el de la Cámara de Diputados.
CIRO FÉ LIX TRIGO
438

El Vicepresidente asumirá la Presidencia de la República si ésta


quedare vacante, antes o después de la proclamación del Presidente
electo, y la ejercerá hasta la finalización del período constitucional.
A falta del Vicepresidente hará sus veces el Presidente electo del Se­
nado y en su defecto, el de la Cámara de Diputados. En este último
caso, si aún no hubieren transcurrido tres años del período presiden­
cial, se procederá a una nueva elección de Presidente y Vice, sólo para
completar dicho período.
Art. 91. Mientras el Vicepresidente no ejerza el Poder Ejecutivo,
desempeñará el cargo de Presidente del Senado, sin perjuicio de que
esta Cámara elija su Presidente para que haga las veces de aquel en su
ausencia.
Art. 92. El Presidente de la República no podrá ausentarse del te­
rritorio nacional sin permiso del Congreso.
Art. 93. Son atribuciones del Presidente de la República:
1.“ Ejecutar y hacer cumplir las leyes, expidiendo los decretos y
órdenes convenientes, sin definir privativamente derechos, alterar
los definidos por la ley ni contrariar sus diaposiciones, guardando las
restricciones consignadas en esta Constitución.
2.* Negociar y concluir Tratados con naciones extranjeras; can­
jearlos, previa ratificación del Congreso.
3.* Nombrar funcionarios diplomáticos, cónsules y agentes con­
sulares; admitir a los funcionarios extranjeros de esta clase; y condu­
cir las relaciones exteriores en general.
4.* Concurrir a la formación de las leyes, mediante mensajes es­
peciales o intervención parlamentaria del Ministro respectivo.
5.* Convocar al Congreso a sesiones extraordinarias.
6.‘ Administrar las rentas nacionales y decretar su inversión,
por intermedio del Ministro del respectivo ramo, con arreglo a las
leyes y con estricta sujeción al presupuesto.
7.* Presentar anualmente al Congreso el proyecto de presupues­
to para la gestión venidera, y la cuenta de inversión de fondos con­
forme al presupuesto anterior.
8.* Velar sobre las resoluciones municipales, especialmente las
relativas a rentas e impuestos; denunciar ante el Senado las que sean
contrarias a la Constitución y a las leyes, siempre que la Municipali­
dad transgresora no cediese a las intimaciones del Ejecutivo.
9.* Presentar anualmente al Congreso, en la primera sesión or-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 439

diñaría, mensaje escrito acerca del curso y estado de los negocios


de la administración durante el año, acompañando las memorias mi­
nisteriales.
10.* Prestar a las Cámaras, mediante los Ministros, los informes
que soliciten, pudiendo reservar los relativos a negocios diplomáticos
que a su juicio no deban publicarse.
11.* Conmutar la pena de muerte conforme a las leyes.
12.* Hacer cumplir las sentencias de los tribunales.
13.* Decretar amnistía por delitos políticos, sin perjuicio de las
■que pueda conceder el Legislativo.
14.* Conceder jubilacions, pensiones y montepíos conforme a las
leyes.
15.* Ejercer los derechos del Patronato Nacional en iglesias, be­
neficios, instituciones, bienes y personas eclesiásticas.
16.* Presentar arzobispos y obispos, eligiéndolos de las ternas
propuestas por el Senado y nombrar dignidades, canónigos y preben­
dados de entre los propuestos por los Cabildos Eclesiásticos.
17.* Conceder o negar el exequátur a los decretos conciliares, bre­
ves, bulas y rescriptos del Sumo Pontífice, con acuerdo del Senado,
requiriéndose una ley cuando contemplen disposiciones generales y
permanentes:
18.’ Nombrar al Fiscal General de la República y al Contralor
General de las ternas propuestas por el Senado.
19.* Nombrar los empleados de la administración, cuya desig­
nación no esté reservada por ley a otro Poder, y expedirles sus títulos.
20.* Nombrar interinamente, en caso de renuncia o muerte, a los
empleados que deban ser elegidos por otro poder, cuando éste se en­
cuentre en receso.
21.* Asistir a la inauguración y clausura del Congreso.
22.’ Conservar y defender el orden interno y la seguridad exterior
de la República, conforme a la Constitución.
23.* Designar al Comandante en Jefe del Ejército.
24.* Conferir en el campo de batalla, durante guerra internacio­
nal, los grados de Coronel y General, a nombre de la Nación.
25. Conceder, según ley, privilegio exclusivo temporal a los que
inventen, perfeccionen o importen procedimientos o métodos útiles
a las ciencias o artes, e indemnizar en caso de publicarse el secreto de
invención, perfección o importación.
440 CIRO FÉLIX TRIGO

26.* Crear y habilitar puertos menores.


Art. 94. El grado de Capitán General del Ejército, es inherente
a las funciones de Presidente de la República.
Art. 95. El Presidente de la República visitará los distintos cen­
tros del país, por lo menos una vez durante el período de su mandato,
para estudiar sus necesidades, debiendo dar cuenta de sus observa­
ciones al Legislativo.

S e c c ió n u n d é c im a

M i n i s t r o_s de Estado

Art. 96. Los negocios de la Administración Pública se despachan


por los Ministros de Estado, cuyo número determina la ley. Para su
nombramiento o remoción bastará Decreto del Presidente de la Re­
pública.
Art. 97. Para ser Ministro de Estado se requieren las mismas
condiciones que para Diputado.
Art. 98. Los Ministros de Estado son responsables de los actos
de la administración en sus respectivos ramos, conjuntamente con el
Presidente de la República.
Su responsabilidad será solidaria por los actos acordados en Con­
sejo de Gabinete.
Art. 99. Todos los decretos y disposiciones del Presidente de la
República, deben ser firmados por el Ministro del respectivo departa­
mento. No serán obedecidos sin este requisito.
Art. 100. Los Ministros de Estado pueden concurrir a los deba­
tes de cualquiera de las Cámaras, debiendo retirarse antes de la
votación.
Art. 101. Luego que el Congreso abra sus sesiones los Ministros
presentarán sus respectivos informes acerca del estado de la admi­
nistración, en la forma que se expresa en el artículo 93, atribución 9.*.
Art. 102. La cuenta de inversión de las rentas, que debe presen­
tar al Congreso el Ministro de Hacienda, llevará la aprobación de los
demás Ministros en sus respectivos departamentos.
A la formación del presupuesto general concurrirán todos los Mi­
nistros en sus ramos correspondientes.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 441

Art. 103. No salva a los Ministros de su responsabilidad, la or­


den verbal o escrita del Presidente de la República.
Art. 104. Por los delitos que cometen en el ejercicio de sus fun­
ciones, pueden ser acusados conforme a la ley de responsabilidades.

S e c c ió n du od écim a

Régimen interior

Art. 105. El gobierno departamental en lo político y administra­


tivo, estará a cargo de Prefectos, Subprefectos y Corregidores, cuyas
atribuciones y condiciones de elegibilidad serán determinadas por ley.

S e c c ió n déceviatercera

Régimen Económico y Financiero

Art. 106. El régimen económico debe responder esencialmente


a principios de justicia social, que tiendan a asegurar para todos los
habitantes de una existencia digna del ser humano.
Art. 107. Son del dominio originario del Estado, a más de los
bienes a los que actualmente la ley da esta calidad, todas las sustan­
cias del reino mineral, las tierras baldías con todas sus riquezas na­
turales, las aguas lacustres, fluviales y medicinales, así como todas
las fuerzas físicas susceptibles de aprovechamiento económico. Las
leyes establecerán las condiciones de este dominio así como las de
adjudicación a los particulares.
Art. 108. El Estado podrá regular, mediante ley, el ejercicio del
comercio y de la industria, cuando así lo requieran, con carácter im­
perioso, la seguridad o necesidad públicas. Podrá también en estos
casos, asumir la dirección superior de la economía nacional. Esta in­
tervención se ejercerá en forma de control, de estímulo o de gestión
directa.
Art. 109. La exportación del petróleo de propiedad fiscal o par­
ticular, sólo se hará por intercambio del Estado o de una entidad que
lo represente.
440 CIRO FÉLIX TRIGO

26.* Crear y habilitar puertos menores.


Art. 94. El grado de Capitán General del Ejército, es inherente
a las funciones de Presidente de la República.
Art. 95. El Presidente de la República visitará los distintos cen­
tros del país, por lo menos una vez durante el período de su mandato,
para estudiar sus necesidades, debiendo dar cuenta de sus observa­
ciones al Legislativo.

S e c c ió n u n d é c im a

Mi ni s t r ó o s de Estado

Art. 96. Los negocios de la Administración Pública se despachan


por los Ministros de Estado, cuyo número determina la ley. Para su
nombramiento o remoción bastará Decreto del Presidente de la Re­
pública.
Art. 97. Para ser Ministro de Estado se requieren las mismas
condiciones que para Diputado.
Art. 98. Los Ministros de Estado son responsables de los actos
de la administración en sus respectivos ramos, conjuntamente con el
Presidente de la República.
Su responsabilidad será solidaria por los actos acordados en Con­
sejo de Gabinete.
Art. 99. Todos los decretos y disposiciones del Presidente de la
República, deben ser firmados por el Ministro del respectivo departa­
mento. No serán obedecidos sin este requisito.
Art. 100. Los Ministros de Estado pueden concurrir a los deba­
tes de cualquiera de las Cámaras, debiendo retirarse antes de la
votación.
Art. 101. Luego que el Congreso abra sus sesiones los Ministros
presentarán sus respectivos informes acerca del estado de la admi­
nistración, en la forma que se expresa en el artículo 93, atribución 9.*.
Art. 102. La cuenta de inversión de las rentas, que debe presen­
tar al Congreso el Ministro de Hacienda, llevará la aprobación de los
demás Ministros en sus respectivos departamentos.
A la formación del presupuesto general concurrirán todos los Mi­
nistros en sus ramos correspondientes.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 441

Art. 103. No salva a los Ministros de su responsabilidad, la or­


den verbal o escrita del Presidente de la República.
Art. 104. Por los delitos que cometen en el ejercicio de sus fun­
ciones, pueden ser acusados conforme a la ley de responsabilidades.

S e c c ió n duodécim a

Régimen interior

Art. 105. El gobierno departamental en lo político y administra­


tivo, estará a cargo de Prefectos, Subprefectos y Corregidores, cuyas
atribuciones y condiciones de elegibilidad serán determinadas por ley.

S e c c ió n d é c im a t e r c e r a

Régimen Económico y Financiero

Art. 106. El régimen económico debe responder esencialmente


a principios de justicia social, que tiendan a asegurar para todos los
habitantes de una existencia digna del ser humano.
Art. 107. Son del dominio originario del Estado, a más de los
bienes a los que actualmente la ley da esta calidad, todas las sustan­
cias del reino mineral, las tierras baldías con todas sus riquezas na­
turales, las aguas lacustres, fluviales y medicinales, así como todas
las fuerzas físicas susceptibles de aprovechamiento económico. Las
leyes establecerán las condiciones de este dominio así como las de
adjudicación a los particulares.
Art. 108. El Estado podrá regular, mediante ley, el ejercicio del
comercio y de la industria, cuando así lo requieran, con carácter im­
perioso, la seguridad o necesidad públicas. Podrá también en estos
casos, asumir la dirección superior de la economía nacional. Esta in­
tervención se ejercerá en forma de control, de estímulo o de gestión
directa.
Art. 109. La exportación del petróleo de propiedad fiscal o par­
ticular, sólo se hará por intercambio del Estado o de una entidad que
lo represente.
442 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 110. Todas las empresas establecidas para explotaciones,


aprovechamientos o negocios en el país, se considerarán nacionales
y estarán sometidas a la soberanía, a las leyes y a las autoridades de
la República.
Art. 111. Las rentas del Estado se dividen en nacionales, depar­
tamentales y municipales, y se administrarán independientemente por
sus tesoros. Ningún dinero se sacará de estos tesoros sino conforme
a los respectivos presupuestos.
Una ley orgánica clasificará los ingresos nacionales, departamen­
tales y municipales.
Los recursos departamentales, municipales y universitarios, recau­
dados por oficinas dependientes del tesoro nacional, de ninguna ma­
nera podrán ser centralizados en dicho tesoro.
Art. 112. El Poder Legislativo fijará para cada gestión finan­
ciera el respectivo presupuesto. El Ejecutivo sólo tendrá facultad para
modificar o alterar sus partidas, previo acuerdo en Consejo de Ga­
binete.
Art. 113. Los proyectos de ley de los presupuestos nacional y de­
partamentales serán presentados -por el Ejecutivo al Congreso en su
primera sesión ordinaria. Producido el informe de la respectiva co­
misión, serán considerados de inmediato, en sesión permanente, hasta
su aprobación.
Art. 114. Todo proyecto de ley que implique gastos para el Es­
tado, debe indicar, al propio tiempo, la manera de cubrirlos y la forma
de su inversión.
Art. 115. La deuda pública está garantizada. Todo compromiso
del Estado, contraído conforme a las leyes, es inviolable.
Art. 116. La deuda flotante que el Ejecutivo contraiga dentro de
un año fiscal, ineludiblemente deberá quedar extinguida en la si­
guiente gestión financiera.
Art. 117. La cuenta general de los ingresos y egresos de cada
gestión financiera será presentada por el Ministro de Hacienda, al
Congreso, en la primera sesión ordinaria.
Art. 118. Las entidades estatales autónomas o semiautónomas,
también deberán presentar anualmente al Congreso, la cuenta de sus
rentas y gastos, acompañada de un informe de la Contraloría Gene­
ral de la República.
Art. 119. Los departamentos y municipios no podrán crear siste­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 443

mas protectores ni prohibitivos que afecten a los intereses de otras


circunscripciones de la República, ni dictar ordenanzas de favor para
los habitantes del departamento, ni de exclusión para otros boli­
vianos.
Art. 120. Habrá una oficina de contabilidad y contralor fiscales
que se denominará Contraloría General de la República. La ley de­
terminará las atribuciones y responsabilidades del Contralor General
y de los funcionarios de su dependencia. El Contralor General de­
penderá directamente del Presidente de la República y será nombrado
por éste de la terna propuesta por el Senado; tendrá la remuneración
de Ministro de Estado y gozará de la misma inamovilidad que los Mi­
nistros de la Corte Suprema de Justicia.

S e c c ió n d é c im a c u a r t a

Régimen Social

Art. 121. El trabajo y el capital, como factores de la producción,


gozan de la protección del Estado.
Art. 122. La ley regulará el seguro obligatorio de enfermedad, ac­
cidentes, paro forzoso, invalidez, vejez, maternidad y muerte, los
desahucios e indemnizaciones a empleados y obreros, el trabajo de las
mujeres y ie los menores, la jornada máxima, el salario mínimo, el
descanso do.ninical y de los feriados, las vacaciones anuales y puer­
perales con goce de salario, la asistencia médica e higiénica y otros
beneficios sociales y de protección a los trabajadores.
Art. 123. El Estado fomentará, mediante legislación adecuada,
la organización de toda clase de cooperativas.
Art. 124. El Estado dictará medidas protectoras de la salud y de
la vida de los obreros, empleados y trabajadores campesinos; velará
porque éstos tengan viviendas salubres y promoverá la edificación
de casas baratas; velará igualmente por la educación técnica de los
trabajadores manuales.
Las autoridades controlarán, asimismo, las condiciones de segu­
ridad y salubridad públicas dentro de las que deberán ejercerse las
profesiones o los oficios, así como las labores en el campo y las minas.
Art. 125. Se garantiza la libre asociación profesional y sindical
y se reconoce el contrato colectivo de trabajo.
444
CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 126. Se reconoce el derecho de huelga como medio de de­


fensa de los trabajadores, conforme a ley. •
Art. 127. La ley determinará el sistema de participación de los
empleados y obreros en los beneficios do las empresas.
Art. 128. El Estado, mediante tribunales u organismos especia­
les, resolverá los conflictos entre patrones y trabajadores o empleados.
Art. 129. Los derechos y beneficios reconocidos por ley a favor
de los trabajadores y empleados, son irrenunciables. Son nulas las
convenciones contrarias o que tiendan a burlar sus efectos.
Art. 130. La asistencia social es una función del Estado. La ley
precisará las condiciones de esta asistencia. La sanitaria es de ca­
rácter coercitiva y obligatoria.

S e c c ió n d é c im a q u in t a

La Familia

Art. 131. El matrimonio, la familia y la maternidad están bajo


la protección de la ley.
Art. 132. La ley no reconoce desigualdades entre los hijos; todos
tienen los mismos derechos.
Art. 133. Las leyes organizarán el patrimonio familiar inem­
bargable.
Art. 134. Es deber primordial del Estado la defensa de la salud
física, mental y moral de la infancia. El Estado defiende los derechos
del niño al hogar, la educación y a la amplia asistencia cuando se
halla en situación de abandono, de enfermedad o de desgracia. El Es­
tado encomendará el cumplimiento de lo dispuesto en este artículo
a organismos técnicos adecuados.

S e c c ió n d é c im a s e x t a

Poder Judicial

Art. 135. El Poder Judicial se ejerce por la Corte Suprema, las


LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 445

Cortes de Distrito y demás tribunales y juzgados que las leyes es­


tablecen.
La administración de justicia en los tribunales y juzgados es
gratuita.
Art. 136. Los jueces son independientes y no están sometidos
a la ley.
Art. 137. No pueden establecerse tribunales de excepción.
Art. 138. La publicidad en los juicios es la condición esencial
de la administración de justicia, salvo cuando sea ofensiva a las
buenas costumbres.
Art. 139. Los tribunales, bajo su responsabilidad, no darán po­
sesión a los magistrados o jueces que no sean nombrados conforme
a esta Constitución y leyes secundarias.
Art. 140. Corresponde a la justicia ordinaria:
1.") El conocimiento y decisión de todos los litigios entre parti­
culares y entre éstos y el fisco, sin excepción alguna;
2.-) La decisión sobre la validez de las elecciones populares, cua­
lesquiera que sean los funcionarios elegidos;
3.°) Resolver los recursos directos de nulidad que se deduzcan
en resguardo del artículo 27 de la Constitución, contra todo acto o re­
solución de autoridad pública que no fuese judicial. Estos recursos
serán sustanciados y resueltos por los tribunales y jueces que tengan
por ley la facultad de juzgar en primera instancia al funcionario que
se hubiese excedido en sus facultades.
Art. 141. La Corte Suprema se compone de diez Ministros y se
divide en dos salas.
Art. 142. Para ser Ministro de la Corte Suprema o Fiscal Gene­
ral se requiere haber ejercido durante diez años la profesión de abo­
gado con crédito, y tener las condiciones exigidas para Senador.
Art. 143. Son atribuciones de la Corte Suprema, a más de las que
señalan las leyes:
1.* Representar y dirigir al Poder Judicial;
2.* Nombrar a los Vocales de las Cortes de Distrito y demás jue­
ces, conforme a ley, debiendo el Presidente de la Corte Suprema ex­
pedir los títulos respectivos;
3.* Decretar los presupuestos del ramo, ordenando su pago a la
Tesorería Nacional;
_ CIRO FÉLIX TRIGO
446

4.« Conocer de los recursos de nulidad conforme a las leyes, y fa­


llar al mismo tiempo la cuestión principal.
5 .» Conocer en única instancia de los asuntos de puro derecho,
cuya decisión depende de la constitucionalidad o inconstitucionalidad
de las leyes, decretos y cualquier género de resoluciones;
6.’ Conocer de las causas de responsabilidad de los Agentes Di­
plomáticos y Consulares, de los Comisarios Demarcadores, Delegados
Nacionales, Contralor General, Rectores de Universidad, Vocales de
las Cortes Superiores, Fiscales de Distrito, Prefectos y otros funcio­
narios que señale la ley, por delitos cometidos en el ejercicio de sus
funciones;
7.8 Conocer de las causas contenciosas que resulten de los con­
tratos, negociaciones y concesiones del Poder Ejecutivo, y de las de­
mandas contencioso-administrativas a que dieren lugar las resolucio­
nes del mismo.
8.* Conocer de todas las materias contenciosas relativas al pa­
tronato nacional que ejerce el Gobierno;
9.’ Dirimir las competencias que se susciten entre las Municipa­
lidades y entre éstas y las autoridades políticas, y entre las unas y
las otras con las Municipalidades de las provincias;
10.* Conocer en única instancia, de los juicios contra las resolu­
ciones del Poder Legislativo o de una de sus Cámaras, cuando tales
resoluciones afectaren uno o más derechos concretos, sean civiles o po­
líticos y cualesquiera que fueren las personas interesadas;
11.* Conocer y decidir de las cuestiones que se suscitaren entr^
los departamentos, ya fuere sobre sus límites o sobre otros derer .os
controvertidos ;
12.* Fallar en las demandas que se iniciaren sobre la validez o in­
validez de las elecciones presidenciales y parlamentarias, así como
sobre la inhabilidad de los candidatos.
Art. 144. Es atribución de las Cortes de Distrito, fuera de las se­
ñaladas por ley, la de juzgar a los Alcaldes Municipales y miembros
de los Consejos Deliberantes, por delitos cometidos en el ejercicio de
sus funciones, sea individual o colectivamente, y conocer de la nuli­
dad de sus elecciones.
Los subprefectos quedan sujetos a la misma jurisdicción.
Art. 145. Los Ministros de la Corte Suprema durarán en sus fun­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 447

ciones diez años, los de las Cortes de Distrito seis y los jueces de Par­
tido e Instructores cuatro, siendo permitida su reelección.
Durante estos períodos, que son personales, ningún magistrado
o juez, podrá ser destituido sino por sentencia ejecutoria, ni suspen­
so, a no ser en los casos determinados por la ley. Tampoco podrá ser
trasladado no siendo con su expreso consentimiento.
Art. 146. El Ministerio Público se ejerce a nombre de la Nación
por las comisiones que designen las Cámaras Legislativas, por el Fis­
cal General y demás funcionarios a quienes la ley atribuye dicho mi­
nisterio.
Art. 147. El Fiscal General será nombrado por el Presidente de
la República, a propuesta del Senado. Durará en sus funciones diez
años, pudiendo ser reelecto, y no será destituido sino en virtud de
sentencia condenatoria pronunciada por la Corte Suprema.

S e c c ió n d é c im a s é p t im a

Régimen Comunal

Art. 148. El gobierno comunal es autónomo. En las capitales de


departamento, provincias y secciones de éstas, habrá Alcaldes renta­
dos, asesorados por un Consejo Deliberante, cuya organización y atri­
buciones determinará la ley. En los cantones habrá agentes comu­
nales.
Los Alcaldes serán elegidos por el Presidente de la República y los
miembros del Consejo Deliberante por sufragio popular. Durarán en
sus funciones dos años.
Art. 149. El Consejo Deliberante tendrá facultades de contralor
y legislativas en materia municipal, sujetándose a las siguientes atri­
buciones :
1.* Dictar anualmente el presupuesto de ingresos y gastos.
2.* Presentar ante el Senado el cuadro anual de patentes e im­
puestos, para su aprobación.
3.* Formular ternas de los empleados, para su designación por
el Alcalde.
4. Conocer en grado de apelación de las resoluciones que dicte
el Alcalde.
CIRO FÉLIX TRIGO
448

5.* Denunciar ante la Corte Superior del Distrito al Alcalde para


su juzgamiento penal o correccional, por delitos que cometa en el
ejercicio de sus funciones. . . . .
6.' Recibir el informe anual del Alcalde el día en que inicie la
nueva gestión municipal.
7 * Aceptar legados y donaciones.
Art. 150. Los Alcaldes de las capitales de departamento ejercerán
supervigilancia sobre los Alcaldes provinciales, y éstos sobre los agen­
tes cantonales. . ,
Art. 151. Rara ser Alcalde o ser miembro del Consejo Delibe­
rante se requiere ser ciudadano en ejercicio y vecino del lugar.
Art. 152. Son atribuciones de los Alcaldes:
1 * Atender y vigilar los servicios relativos al aseo, comodidad,
ornato, urbanismo y recreo.
2.* Precautelar la moral pública.
3.* Controlar los precios de venta de los artículos de primera
necesidad, así como de los espectáculos públicos.
4.9 Velar por los servicios de asistencia y beneficencia social.
5.* Impulsar la cultura popular.
6.* Recaudar, administrar e invertir las rentas municipales.
7.* Procurar abastecer de subsistencias a las poblaciones, de
acuerdo con el Consejo Deliberante.
8 “ Negociar empréstitos para obras públicas de reconocida ne­
cesidad, previa autorización del Consejo Deliberante y aprobación del
Senado.
9.* Requerir la fuerza pública para hacer cumplir sus resolu­
ciones.
10.* Reprimir la especulación y el alza de alquileres.
Art. 153. Las ordenanzas de patentes e impuestos municipales,
no regirán sin previa aprobación del Senado.

S e c c ió n d é c im a o c ta v a

Régimen Cultural

Art. 154. Le educación es la más alta función del Estado. La en­


señanza pública se organizará según el sistema de la escuela única.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA
449

La obligación de asistencia escolar es general desde los 7 hasta los 14


años. La instrucción primaria y secundaria del Estado es gratuita.
Art. 155. El Estado auxiliará económicamente a los estudiantes
aptos que, por falta de recursos, no tuvieren acceso a los ciclos supe­
riores de enseñanza, de modo que sean la vocación y la capacidad las
condiciones que prevalezcan sobre la posición social o económica de
los individuos.
Art. 156. Las escuelas de carácter particular estarán sometidas
a las mismas autoridades, planes, programas y reglamentos oficiales.
Se Ies reconoce libertad de enseñanza religiosa.
Art. 157. Las escuelas sostenidas por instituciones de beneficen­
cia tendrán la cooperación del Estado.
Art. 158. La educación en los ciclos primario, secundario, nor­
mal y especial, estará regida por el Consejo Nacional de Educación,
que tendrá autonomía técnica y administrativa. Su organización y
atribuciones determinará la ley.
Art. 159. Las Universidades públicas son autónomas e iguales
en jerarquía. La autonomía consiste en la libre administración de sus
recursos, el nombramiento de sus Rectores, personal docente y admi­
nistrativo, la facción de sus estatutos y planes de estudio, la aproba­
ción de sus presupuestos anuales, la aceptación de legados y donacio­
nes, la celebración de contratos y obligaciones para realizar sus fines
y sostener y perfeccionar sus institutos y facultades. Podrán nego­
ciar empréstitos con garantía de sus bienes y recursos, previa apro­
bación legislativa.
Art. 160. Las Universidades públicas son las únicas autorizadas
para extender diplomas académicos. Los títulos en provisión nacio­
nal los otorgará el Gobierno a nombre del Estado.
Art. 161. Las Universidades públicas serán obligatoriamente sub­
vencionadas por el fisco con fondos nacionales, independientemente de
sus recursos departamentales, municipales y propios, creados o por
crearse. ^
Art. 162. La educación, en todos sus grados, se halla sujeta a la
tuición del Estado ejercida por intermedio del Ministerio de Educa­
ción.
Art. 163. La riqueza artística, arqueológica e histórica y la pro­
cedente del culto religioso, es tesoro cultural de la Nación, está bajo
el amparo del Estado y no puede ser exportada. El Estado protegerá

32
460 CIRO FÉLIX TRIGO

los edificios y lugares que sean declarados de valor histórico o ar­


tístico.
Art. 164. El Estado fomentará la cultura del pueblo.

S e c c ió n dé c im a n o v e n a

Del Campesinado

Art. 165. El Estado reconoce y garantiza la existencia legal de


las comunidades indígenas.
Art. 166. La legislación indígena y agraria se sancionará tenien­
do en cuenta las características de las diferentes regiones del país.
Art. 167. El Estado fomentará la educación del campesino, me­
diante núcleos escolares indígenas que tengan carácter integral abar­
cando los aspectos económico, social y pedagógico.

S e c c ió n v ig é sim a

La f u e r z a armada

Art. 168. La fuerza armada permanente está compuesta del Ejér­


cito de línea cuyo número se determinará en cada legislatura. Es esen­
cialmente obediente, no delibera y está en todo sujeta a las leyes y
reglamentos militares.
Todo boliviano está obligado a prestar el servicio militar de acuer­
do con la ley.
Art. 169. El Ejército está encargado fundamentalmente de la
conservación del orden interno y de la seguridad externa del país.
Cooperará en obras de vialidad, comunicaciones y de colonización.
Art. 170. El Ejército depende del Presidente de la República y
recibe las órdenes de él, en lo administrativo, por intermedio del Mi­
nistro de Defensa, y en lo técnico, del Comandante en Jefe.
En caso de guerra, el Comandante en Jefe del Ejército dirigirá
las operaciones.
El Presidente de la República tiene facultad para designar y cam­
biar al Comandante en Jefe.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 451

Art. 171. Ningún extranjero será empleado en el Ejército sin


previa autorización del Congreso.
Para desempeñar los cargos de Comandante en Jefe del Ejército
y Jefe del Estado Mayor General, es requisito indispensable ser boli­
viano de nacimiento.
Art. 172. Todos los ascensos serán otorgados de acuerdo a la ley
respectiva.
Art. 173. El Consejo Supremo de Defensa Nacional, cuya orga­
nización y atribuciones determinará la ley, estará formado por el Pre­
sidente de la República, Ministros de Estado, Comandante en Jefe y el
Jefe de Estado Mayor General.

S e c c ió n v ig é s im a p r im e r a

Reformas de la Constitución

Art. 174. Esta Constitución puede ser reformada en parte, de­


clarándose previamente su necesidad y determinándola con precisión
en una ley ordinaria, aprobada por los dos tercios de los miembros
presentes de cada una de las Cámaras.
Esta ley puede ser iniciada en cualquiera de las Cámaras en la for­
ma constitucional.
La ley de declaratoria de la reforma será enviada al Ejecutivo para
su promulgación.
Art. 175. En las primeras sesiones de la legislatura en que hu­
biere renovación en la Cámara de Diputados, se consignará el asunto
por la Cámara que proyectó la reforma y si ésta fuere aprobada como
necesaria por los dos tercios de los votos presentes, se pasará a la otra
para su revisión, que también requiere dos tercios de votos.
Los demás trámites serán los mismos que la Constitución señala
para las relaciones entre las dos Cámaras.
Art. 176. Las Cámaras deliberarán y votarán la reforma, ajus­
tándola a las disposiciones constitucionales que determine la ley de
declaratoria de la reforma.
La reforma sancionada pasará al Ejecutivo para su promulgación,
sin que el Presidente de la República pueda observarla.
Art. 177. Cuando la enmienda sea relativa al período constitu-
CIRO FÉLIX TRIGO
452

cional del Presidente de la República, será cumplida sólo en el siguien­


te período.
Art. 178. Las Cámaras podrán resolver cualesquiera dudas que
ocurran sobre la inteligencia de alguno o algunos artículos de la Cons­
titución, si se declaran fundadas por dos tercios de votos, observándose
en lo demás las formalidades prescritas para una ley ordinaria.
Las leyes interpretativas, no pueden ser observadas por el Presi­
dente de la República.
Art. 179. Las autoridades y tribunales aplicarán esta Constitu­
ción con preferencia a las leyes y éstas con preferencia a cualesquiera
otras resoluciones.
Art. 180. Quedan abrogadas las leyes y decretos que se opongan
a esta Constitución.
Sala de sesiones de la Convención Nacional.
La Paz, 28 de octubre de 1938.

Renato A. Riverín, Presidente, Convencional Senador por Potosí.—


Dr. Alf. Mollinedo, Primer Vicepresidente, Convencional Diputado por
La Paz.— A. Landívar Zambrana, Secretario, Convencional Diputado
por Warnes.— Augusto Guzmán, Secretario, Convencional Diputado
por Cochabamba.— R. Jordán CuéUar, Secretario, Convencional Dipu­
tado por Cobija.— J. Lijerón Rodríguez, Secretario, Convencional Di­
putado por Trinidad.

Por tanto, la promulgo para que se tenga y cumpla como ley fun­
damental del Estado.

Palacio de Gobierno, en La Paz, a los treinta días del mes de oc­


tubre de mil novecientos treinta y ocho años.
Tcnl. G. Busch G. Gosálvez, Ministro de Gobierno, Justicia y Pro­
paganda, Encargado de la Cartera de Higiene y Salubridad.— E. Diez
de Medina, Ministro de Relaciones Exteriores, Inmigración y Culto.—
Vicente Mendoza López, Ministro de Hacienda y Estadística.— F. M.
Rivera, Ministro de Defensa Nacional.— Carlos Salinas A., Ministro
de Agricultura, Regadío y Colonización.— Cril. W. Méndez, Ministro
de Obras Públicas y Comunicaciones.—D. Foianini, Ministro de Minas
y Petróleo.— V. Leit&n A., Ministro de Industria y Comercio.— Ber­
nardo Navajas Trigo, Ministro de Educación, Bellas Artes y Asuntos
Indigenales.— A. Zelada, Ministro de Trabajo y Previsión Social.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA
453

HONORABLE CONVENCION NACIONAL DE 1938

Waldo Alvarez, Convencional por La Paz.— José Anaya, Conven­


cional por Tarata.— José Daniel Antelo, Convencional por Sara.— José
Antezana, Convencional por Cochabamba.—Adolfo Aponte, Conven­
cional por Yacuma.— Jorge Arana Urioste, Convencional por Yam-
paráez. — Oscar Emilio Arauz, Convencional por Zudáñez. — Jorge
Araoz Campero, Convencional por Tarija.—Alfredo Arratia, Conven­
cional por Potosí.—David Ardaya, Convencional por Punata.—Gus­
tavo Auzza, Convencional por Tarija.— Felipe Ayala Gamboa, Con­
vencional por Cochabamba. — Enrique Baldivieso, Convencional por
Sud Chichas. — Gregorio Balcázar, Convencional por Pando. — Luis
Barbery, Convencional por Iturralde.— José Bascón, Convencional por
Larecaja.— José P. Bilbao Llano, Convencional por La Paz.—Alberto
Berdeja, Convencional por Sucre.— Jorge Bailón Saravia, Convencio­
nal por Murillo.—Eustaquio Bilbao Rioja, Convencional por Alonzo
de Ibáñez. — José Antonio Camacho, Convencional por Campero. —
Adrián Camacho Porcel, Convencional por Oropeza.— Antonio Cam­
pero Arce, Convencional por Méndez.— Severo Clavijo Suárez, Con­
vencional por Comelio de Saavedra.—Augusto Céspedes, Convencio­
nal por Cochabamba. — José María Cortez, Convencional por Ñor
Chichas.— Carlos Cortez, Convencional por Quijarro.— Rodolfo Cos­
tas, Convencional por Carrasco.— Gonzalo Cuéllar Jiménez, Conven­
cional por Iténez.—Germán Chávez, Convencional por Santa Cruz.—
Tomás Chávez Lobatón, Convencional por La Paz.—José Chávez Suá­
rez, Convencional por Cobija.— Augusto Chávez C., Convencional por
Trinidad.— Esteban Durán, Convencional por Sucre. — Trifonio Del­
gado, Convencional por Huanuni.— Alberto Echazú, Convencional por
Sucre. Félix Eguino Zaballa, Convencional por Omasuyos.— Julio
Espinoza, Convencional por Ayopaya. — Facundo Flores Jiménez,
Convencional por Velasco. — Eduardo Fajardo, Convencional por
Oruro. — Ricardo Gambarte, Convencional por el Azero. — Sebastián
García Agreda, Convencional por Chuquisaca. — Carlos Gómez Cor­
nejo, Convencional por Loayza.— Luis Felipe Guzmán, Convencional
por Capinota. — Nataniel García Chávez, Convencional por Vaca
Diez.— Wálter Guevara Arce, Convencional por Arani.— Luis Herrero,
Convencional por Oruro.— Francisco Hurtado, Convencional por Cor­
dillera.—Aquino Ibáñez Coruco, Convencional por Chiquitos.— Angel
CIRO FÉ LIX TRIGO
454

Jordán, Convencional por Cliza.—Fernando Justiniano, Convencional


por Ñuflo de Chávez.— Lucio Lanza Solares, Convencional por Potosí.
Adolfo Leigue, Convencional por Puerto Rico.— Enrique Liendo, Con­
vencional por Oruro.—Abel Leyes, Convencional por Abaroa— Carlos
Machicao, Convencional por Ingavi.—Abel Márquez, Convencional por
Tarija.— Carlos Medinaceli, Convencional por Potosí.— Angel Mendi-
zábal, Convencional por Oruro.— Gregorio Mendizábal, Convencional
por Chuquisaca— Jorge Mercado Rosales, Convencional por Quilla-
eolio.— Julián V. Montellano, Convencional por Carangas.— Humberto
Montaño, Convencional por Cochabamba.— Antonio Mogro Moreno,
Convencional por Avilés— Telesforo Morales, Convencional por Oru­
ro.__Antonio Munguía, Convencional por Trinidad.— Sixto Montero
Hoyos, Convencional por Florida.— Bernardo Navajas Trigo, Conven­
cional por Tarija.— Adrián Oblitas, Convencional por Muñecas.—Ma­
rio Ortiz Suárez, Convencional por Santa Cruz. — Luis Ossio Ruiz,
Convencional por Linares.— Julio Pantoja Estenssoro, Convencional
por Tarija— Sócrates Parada Suárez, Convencional por el Beni.—
Gastón Pacheco, Convencional por Potosí.— Germán Pareja, Conven­
cional por la Segunda Sección de Cinti.— Víctor Paz Estenssoro, Con­
vencional por Tarija.— José Enrique Peña, Convencional por Chapare.
Hugo Pizarro Araoz, Convencional por O’Connor.— Wálter Portillo,
Convencional por Camacho.— Roberto Prado, Convencional por Valle-
grande.— Nazario Pardo Valle, Convencional por Caupolicán.—Adolfo
Paco Careaga, Convencional por Sicasica.—Otoniel Quiroga, Conven­
cional por Cochabamba.—Armando Renjel, Convencional por Poopó.
Jesús Rioja Aponte, Convencional por Marbán. — Ricardo Rivera,
Convencional por Oruro.— Desiderio Rivera, Convencional por la Pri­
mera Sección de Cinti.—Guillermo Rivero, Convencional por Potosí —
Federico Román, Convencional por Sud Yungas. — Adolfo Román,
Convencional por Santa Cruz.—Corsino Rodríguez Quiroga, Conven­
cional por Potosí.— Eduardo Rodríguez Vásquez, Convencional por La
Paz.— José Romero Loza, Convencional por Azurduy.—Enrique Re­
yes Barrón, Convencional por Tomina.— Rufino Saldaña, Convencio­
nal por Ñor Yungas.— Julio Salmón, Convencional por Santa Cruz.
Pablo Saucedo Barbery, Convencional por Pando. — Emilio Sejas,
Convencional por Bustillo.— José Serrate, Convencional por Ichilo.
Fernando Siñani, Convencional por Sud Lípez.— Humberto del Solar,
Convencional por Los Andes.— Napoleón Solares Arias, Convencional
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 455

por el Beni. — Rodolfo Soriano, Convencional por Tapacarí. — Juan


Manuel Suárez, Convencional por Ballivián.—Wálter Suárez Landí-
var, Convencional por Santa Cruz.— Gonzalo Suárez Dorado, Conven­
cional por Trinidad.— Luis Alberto Tapia, Convencional por La Paz.__
Carlos Gregorio Taborga, Convencional por Chayanta.— Félix Vargas
Soto, Convencional por Inquisivi.— Lucio Vargas Díaz, Convencional
por Arque.— Rigoberto Villarroel, Convencional por Pacajes.— Julio
Velasco G., Convencional por Ñor Lípez.— José Antonio Zegada, Con­
vencional por Mizque. — Alberto Zelada, Convencional por Sucre.—
Ismael Zuazo, Convencional por Porvenir.

Son conformes: Moisés Alcázar, Oficial Mayor de la Convención


Nacional.
C O N S T I T U C I O N P O L IT IC A D E 1945

GUALBERTO VILLARROEL, Presidente Constitucional de la Repú­


blica.

Por cuanto; la Soberana Asamblea Nacional ha sancionado y pro­


clamado la siguiente

CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO

S e c c ió n p r im e r a

La Nación

Artículo 1.° Bolivia, libre, independiente y soberana, constituida


en República unitaria, adopta para su gobierno la forma democrática
representativa.
Art. 2° La soberanía reside en el pueblo; es inalienable e im­
prescriptible; su ejercicio está delegado a los Poderes Legislativo,
Ejecutivo y Judicial. La independencia y coordinación de estos Pode­
res es la base del gobierno.
Art. 3.” El Estado reconoce y sostiene la religión católica, apos­
tólica y romana, garantizando el ejercicio público de todo otro culto.
Art. 4.° El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus
representantes y de las autoridades creadas por ley.
Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuye los
derechos del pueblo, comete delito de sedición.
458 CIRO FÉ LIX TRIGO

S e c c ió n seg u n d a

Derechos y Garantías

Art. 5.* La esclavitud no existe en Bolivia. No se reconoce ningún


género de servidumbre, y nadie podrá ser obligado a prestar trabajos
personales sin la justa retribución y sin su pleno consentimiento.
Los servicios personales sólo podrán ser exigibles cuando así lo
establezcan las leyes.
Art. 6.° Toda persona tiene los siguientes derechos fundamenta­
les, conforme a las leyes que reglamentan su ejercicio ¡
a) De ingresar, permanecer, transitar y salir del territorio
nacional.
b) De dedicarse al trabajo, comercio o industria, en condiciones
que no perjudiquen al bien colectivo.
c) De emitir libremente sus ideas y opiniones, por cualquier me­
dio de difusión.
d) De reunirse y asociarse para los distintos fines de la activi­
dad, que no sean contrarios a la seguridad del Estado.
e) De hacer peticiones individual o colectivamente.
f ) De recibir instrucción.
g) De enseñar bajo la vigilancia del Estado.
Art. 7.° Nadie será arrestado, detenido ni preso, sino en los casos
y según las formas establecidas por la ley.
Para la ejecución de un mandamiento se requiere que éste emane
de autoridad competente y sea intimado por escrito.
Art. 8.° Toda persona que creyere estar indebidamente detenida,
procesada o presa, podrá ocurrir por sí o por cualquiera a su nombre,
con poder notariado o sin él, ante la Corte Superior del Distrito o ante
el juez de partido, a elección suya, en demanda dé que se guarden las
formalidades legales. La autoridad judicial decretará inmediatamente
que el individuo sea conducido a su presencia y su decreto será obe­
decido, sin observación ni excusa, por los encargados de las cárceles
o lugares de detención. Instruida de los antecedentes, la autoridad
judicial decretará la libertad, hará que se reparen los defectos legales
o pondrá al individuo a disposición del juez competente, dentro de las
veinticuatro horas. La decisión que se pronuncie dará lugar al recurso
p p a fi; ' LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 459

de nulidad ante la Corte Suprema de Justicia, recurso que no sus­


penderá la ejecución del fallo.
Los funcionarios públicos o personas particulares que resistan a
las decisiones judiciales, en los casos previstos por este artículo, serán
reos de atentado contra las garantías constitucionales, en cualquier
tiempo, y no les servirá de excusa el haber cumplido órdenes supe­
riores.
Art. 9.° Todo delincuente in fraganti puede ser aprehendido, aun
sin mandamiento, por cualquiera persona, para el único objeto de
conducirle ante el juez competente, quien deberá tomarle su declara­
ción, a lo más, dentro de veinticuatro horas.
Art. 10. Los encargados de las prisiones a nadie recibirán en
ellas como arrestado, preso o detenido, sin copiar en su registro el
mandamiento correspondiente. Podrán, sin embargo, recibir en el
recinto de la prisión a los conducidos, con el objeto de ser presenta­
dos al juez competente, dentro de veinticuatro horas.
Art. 11. Los atentados contra la seguridad personal hacen res­
ponsables a sus autores inmediatos, sin que pueda servirles de excusa
el haberlos cometido de orden superior.
Art. 12. Los funcionarios públicos que, sin haberse dictado el es­
tado de sitio, tomaren medidas de persecución, confinamiento o des­
tierro de ciudadanos y las hicieren ejecutar, así como los que clausu­
raren imprentas u otros medios de expresión del pensamiento libre,
estarán sujetos al pago de una indemnización civil de daños y per­
juicios, siempre que se comprobare, dentro de juicio, que tales medidas
o hechos se adoptaron sin motivo justificado y en contravención a
las leyes constitucionales que garantizan los derechos ciudadanos.
La manera de cobrar la satisfacción del daño causado será de­
terminada en ley especial.’
Art. 13. Nadie puede ser juzgado por comisiones especiales o
sometido a otros jueces que los designados con anterioridad al hecho
de la causa.
Art. 14. Nadie está obligado a declarar contra sí mismo en ma­
teria penal, ni lo están, sobre el mismo hecho, sus parientes consan­
guíneos hasta el cuarto grado inclusive, ni sus afines hasta el segundo.
En ningún caso se empleará el tormento ni otro género de mor­
tificaciones.
460 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 15. Jamás se aplicará la confiscación de bienes como castigo


político.
Son inviolables la correspondencia epistolar y los papeles privados
los cuales no podrán ser ocupados sino en los casos determinados por
las leyes y en virtud de orden escrita y motivada de autoridad com­
petente. No producen efecto legal las cartas ni papeles privados que
fueren violados o sustraídos.
Art. 16. Toda casa es un asilo inviolable; de noche no se podrá
entrar en ella sin consentimiento del que la habita, y de día sólo se
franqueará la entrada a requisición escrita y motivada de autoridad
competente, salvo el caso de delito in jraganti.
Art. 17. Se garantiza la propiedad privada, siempre que el uso
que se haga de ella no sea perjudicial al interés colectivo. La expro­
piación se impone por causa de utilidad pública o cuando no llene
una función social, calificada conforme a ley y previa indemnización
justa.
Art. 18. Los súbditos o empresas extranjeras están, eh cuanto a
la propiedad, en la misma condición que los bolivianos, sin que en
ningún caso puedan invocar situación excepcional ni apelar a recla­
maciones diplomáticas, salvo caso de denegación de justicia.
Art. 19. Dentro de 50 kilómetros de las fronteras, los extran­
jeros no pueden adquirir ni poseer, por ningún título, suelo ni sub­
suelo, directa o indirectamente, individualmente o en sociedad, bajo
pena de perder, en beneficio del Estado, la propiedad adquirida, ex­
cepto el caso de necesidad nacional declarada por la ley expresa.
Art. 20. Ningún impuesto es obligatorio sino cuando ha sido
establecido conforme a las prescripciones de esta Constitución. Los
perjudicados pueden intentar recursos ante la Corte Suprema de
Justicia contra los impuestos ilegales. Los impuestos municipales son
obligatorios cuando en su creación han sido observados los requisitos
constitucionales.
Art. 21. Los impuestos y demás cargas públicas obligan igual­
mente a todos. Su creación, distribución y supresión tendrán carácter
general, debiendo determinarse en relación a un sacrificio igual de los
contribuyentes, en forma proporcional o progresiva, según los casos.
Art. 22. Los bienes de la Iglesia, congregaciones religiosas y de
beneficencia gozarán de las mismas garantías que los pertenecientes
|p£j | las CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 461

"Iv'i ■■'
a particulares, y estarán sujetos a las obligaciones y limitaciones que
establezca la ley.
- Art. 23. Toda persona goza de los derechos civiles; su ejercicio
se regla por la ley civil.
Art. 24. Sólo el Poder Legislativo tiene facultad para alterar y
modificar los Códigos, así como para dictar reglamentos y disposi­
ciones en lo tocante a procedimientos judiciales.
Art. 25. No existen la pena de infamia y la de muerte civil.
L a pena capital se aplicará únicamente en los casos de asesinato,
p a r r i c i d i o y traición a la patria, entendiéndose por traición la com­
plicidad con el enemigo durante el estado de guerra extranjera.
Art. 26. Los caminos abiertos por particulares serán de uso
público. Una ley especial reglamentará el ejercicio de este derecho,
así como la colaboración del Estado y de los particulares para su
conservación.
Art. 27. Son nulos los actos de los que usurpen funciones que no
les competen, así como los actos de los que ejerzan jurisdicción o
potestad que no emane de la ley.
Art. 28. Los principios, garantías y derechos reconocidos en esta
Constitución, no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten
su ejercicio y no necesitan reglamentación previa para su cumpli­
miento.
Art. 29. Nadie será obligado a hacer lo que la Constitución y las
leyes no manden, ni a privarse de lo que ellas no prohíban.
Art. 30. Los que ataquen derechos y garantías constitucionales
quedan sujetos a la jurisdicción ordinaria.
Art. 31. La ley sólo dispone para lo venidero y no tiene efecto
retroactivo.
Art. 32. Todo funcionario público, civil, militar o eclesiástico,
antes de tomar posesión del cargo, está obligado a declarar expresa
y específicamente los bienes o rentas que tuviere, que serán verifica­
dos en la forma que determina la ley.
Art. 33. Las declaraciones, derechos y garantías que enumera la
Constitución, no serán entendidos como negación de otros derechos y
garantías no enunciados, que nacen de la soberanía del pueblo y de
la forma republicana de gobierno.
462 CIRO FÉ LIX TRIGO

S e c c ió n tercera

Conservación del Orden Público

Art. 34. En los casos de grave peligro por causa de conmoción


interior o guerra exterior, el Jefe del Poder Ejecutivo, con dictamen
afirmativo del Consejo de Ministros, podrá declarar el estado de sitio
en la extensión del territorio que fuere necesario.
Si el Congreso se reuniere ordinaria o extraordinariamente, estando
la República, o una parte de ella, bajo el estado de sitio, la continua­
ción de éste será objeto de una autorización legislativa. En igual
forma se procederá si el decreto de estado de sitio fuese dictado por
el Poder Ejecutivo estando las Cámaras en funciones.
Si el Ejecutivo no suspendiera el sitio antes de noventa días, cum­
plido este término caducará de hecho, salvo el caso de guerra inter­
nacional declarada o de guerra civil en acción. Los que hubieran sido
objeto de apremio serán puestos en libertad, a menos de haber sido
sometidos a la jurisdicción de tribunales competentes.
El Ejecutivo no podrá prolongar el estado de sitio por nuevo de­
creto más allá de noventa días, ni declarar otro estado de sitio dentro
del mismo año sino con asentimiento del Congreso. Al efecto, lo con­
vocará a sesiones extraordinarias si ocurriese el caso durante el re­
ceso de las Cámaras.
Art. 35. La declaración del estado de sitio produce los siguien­
tes efectos:
1.° El Ejecutivo podrá aumentar el ejército permanente y llamar
al servicio las reservas que estime necesarias.
2.° Podrá imponer la anticipación que fuere indispensable sobre
las contribuciones y rendimientos nacionales, y negociar y exigir por
vía de empréstito los recursos suficientes, siempre que no puedan
cubrirse los gastos con las rentas ordinarias. En los casos de emprés­
tito forzoso, el Ejecutivo asignará las cuotas y las distribuirá entre
los contribuyentes conforme a su capacidad económica.
3.° Las garantías y los derechos que consagra esta Constitución
no quedarán de hecho suspensos en general con la declaratoria del
estado de sitio; pero podrán serlo respecto de señaladas personas,
fundadamente sindicadas de tramar contra la tranquilidad de la Re­
pública, de acuerdo a lo que se establece en los siguientes párrafos.
SSS® i LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 463
-
• 4.* Podrá la autoridad legítima expedir órdenes de comparendo
o arresto contra los sindicados, pero en el plazo máximo de cuarenta
y ocho horas los pondrá a disposición del juez competente, a quien
pasará los documentos que hubiesen motivado el arresto.
Si la conservación del orden público exigiese el alejamiento de los
sindicados, podrá ordenarse su confinamiento a una capital de depar­
tamento o-de provincia que no sea malsana.
Queda prohibido el destierro por motivos políticos; pero al confi­
nado, perseguido o arrestado por estos motivos, que pida sus pasa­
portes para el exterior, no podrán serle negados por causa alguna;
debiendo las autoridades otorgarle las garantías necesarias al efecto.
Los ejecutores de órdenes que violen estas garantías podrán ser
enjuiciados pasado que sea el estado de sitio, como reos de atentados
oontra las garantías constitucionales, sin que les favorezca la excusa
de haber cumplido órdenes superiores.
5.° Podrá, igualmente, imponer la censura de la correspondencia
en general y establecer el uso de pasaportes de tránsito para las per­
sonas que entren o salgan del territorio sitiado.
En caso de guerra internacional establecerá censura sobre la co­
rrespondencia y todo medio de publicidad.
Art. 36. El Gobierno dará cuenta al próximo Congreso de los
motivos que dieron lugar a la declaratoria del estado de sitio y el
uso que hubiese hecho de las facultades que le confiere esta sección,
expresando el resultado de los enjuiciamientos ordenados e indicando
las medidas indispensables para satisfacer los créditos que hubiese
contraído por préstamos directos y percepción anticipada de los
impuestos.
Art. 37. El Congreso dedicará sus primeras sesiones al examen
de la cuenta a que se refiere el artículo precedente, pronunciando su
aprobación o bien declarando la responsabilidad del Poder Ejecutivo.
Las Cámaras podrán, al respecto, hacer las investigaciones que
crean necesarias y pedir al Ejecutivo la explicación y justificación
de todos sus actos relacionados con el estado de sitio, aunque no
hubiesen sido ellos mencionados en la cuenta rendida.
Art. 38. Ni el Congreso, asociación alguna si reunión popular
pueden conceder al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias, la
suma del Poder Público ni otorgarle supremacías por las que la vida,
el honor y los bienes de los bolivianos queden a merced del Gobierno
ni de persona alguna.
La inviolabilidad personal y las inmunidades establecidas por
esta Constitución, para los representantes nacionales, no se suspen­
den durante el estado de sitio.

S ecció n ' cuarta

Nacionalidad y Chidadanía

Art. 39. Son bolivianos de nacimiento:


l.9 Los nacidos en el territorio de la República, cualquiera que
sea la nacionalidad de sus padres. *
2.® Los nacidos en el extranjero de padre o madre bolivianos por
el hecho de domiciliarse en el territorio nacional o de inscribirse en
los consulados.
Art. 40. Son bolivianos por naturalización:
1.® Los extranjeros que presten el servicio militar o que hubiesen
combatido al servicio de la República en guerra internacional.
2.® Los que habiendo residido tres años en el país, obtengan
carta de nacionalidad, en la forma que determina la ley.
Art. 41. La mujer boliviana casada con extranjero no pierde su
nacionalidad; la mujer extranjera casada con boliviano adquiere la
nacionalidad de su marido siempre que resida en el país; y no la pierde
aun en el caso de viudez o divorcio.
Art. 42. La nacionalidad se pierde:
1.® Por tomar armas o prestar servicios en ejército enemigo en
tiempo de guerra.
2.® Por prestar iguales servicios en ejército extranjero, en tiem­
po de guerra civil o internacional, sin permiso del Gobierno.
Art. 43. La ciudadanía consiste:
1.® En concurrir como elector o elegido a la formación o el ejer­
cicio de los poderes públicos.
2.® En la admisibilidad a las funciones públicas, sin otro requi­
sito que la idoneidad, salvo las excepciones establecidas por la ley
Art. 44. Para ser ciudadano se requiere:
1.® Ser boliviano.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 465
« g n n a ^ /.
■V'-V.
2* Tener veintiún años de edad.
3/ Saber leer y escribir.
'í - 4 • Estar inscrito en el Registro Cívico.
H Art. 45. Los derechos de ciudadanía se suspenden:
1 .° Por naturalización en otro pais, bastando para recobrarlos
domiciliarse en Bolivia e inscribirse en el Registro Cívico.
2° Por quiebra fraudulenta declarada o por sentencia condena­
toria a pena corporal.
3 .” Por admitir empleos o funciones de gobierno extranjero, que
lleven consigo ejercicio de autoridad o jurisdicción, sin el especial
permiso exigido por la ley.
Art. 46. Para la formación de las Municipalidades se reconoce
«1 derecho de elección y elegibilidad a la mujer boliviana, en las mis­
mas condiciones que al hombre, con más el derecho ciudadano a que
se refiere la segunda parte del artículo 43 de esta Constitución.

S e c c ió n q u in ta

Poder L eg i s i a t v o

Art. 47. El Poder Legislativo reside en el Congreso Nacional,


compuesto de dos Cámaras: una de Diputados y otra de Senadores.
Se reunirá ordinariamente cada año en la capital de la República,
el día 6 de agosto, aun cuando no hubiese convocatoria; sus sesiones
durarán noventa días útiles, prorrogables hasta ciento veinte, a
juicio del mismo Congreso o a petición del Poder Ejecutivo. Si a
juicio de éste conviniese que el Congreso no se reúna en la capital de
la República, podrá expedir la convocatoria señalando otro lugar.
Art. 48. El Congreso puede reunirse extraordinariamente, por
acuerdo de la mayoría absoluta de sus miembros o por convocatoria
del Poder Ejecutivo. En cualquiera de estos casos sólo se ocupará
de los negocios consignados en la convocatoria.
Rrt. 49. Las Cámaras deben funcionar con la mayoría absoluta
de sus miembros, a un mismo tiempo, en el mismo lugar, y no podrá
comenzar o terminar la una sus funciones en un día distinto de la otra.
Art. 50. Los senadores y diputados podrán ser designados Pre­
sidente o Vicepresidente de la República, Ministros de Estado o Agen­
466 CIRO FÉLIX TRIGO

tes Diplomáticos, quedando suspensos de sus funciones legislativas


por el tiempo que desempeñen aquellos cargos. Fuera de ellos no
podrán ejercer otros dependientes de los Poderes Ejecutivo o Ju­
dicial.
Art. 51. Los empleados civiles, militares en servicio, así como
los eclesiásticos con jurisdicción, no podrán ser elegidos represen­
tantes nacionales, a excepción de los catedráticos de universidad.
Art. 52. Los senadores y diputados son inviolables, en todo
tiempo, por las opiniones que emitan en el ejercicio de sus funciones.
Art. 53. Ningún Senador o Diputado, desde el día de su elección
hasta la finalización de su mandato, sin discontinuidad, podrá ser
acusado, perseguido o arrestado en ninguna materia, si la Cámara a
la que pertenece no da licencia. En materia civil no podrá ser de­
mandado desde sesenta días antes de la reunión del Congreso, hasta
el término de la distancia para que se restituya a su domicilio.
El Vicepresidente de la República, en su carácter de Presidente
del Congreso Nacional y del Senado, goza de las mismas inmunidades
y prerrogativas acordadas a senadores y diputados.
Art. 54. Los senadores y diputados no podrán adquirir ni tomar
en arrendamiento, a su nombre o en el de tercero, bienes públicos, ni
hacerse cargo de contratos de obras o de aprovisionamiento, ni obte­
ner concesiones u otra clase de ventajas personales.
Tampoco podrán, durante el período de su mandato, ser emplea­
dos de entidades autárquicas, ni abogados de sociedades anónimas o
de empresas que negocien con el Estado.
La contravención de estos preceptos importa pérdida del mandato
popular, mediante resolución de la respectiva Cámara, conforme al
artículo 60, atribución 4.* de esta Constitución.
Art. 55. Durante el período constitucional de su mandato podrán
dirigir representaciones a los funcionarios del Poder Ejecutivo para
el cumplimiento de las disposiciones legales; podrán también repre­
sentar las necesidades y medios de mejora de sus distritos electorales.
Art. 56. Cuando un mismo ciudadano fuere elegido Senador y
Diputado, aceptará el mandato que él prefiera. Si fuere elegido Se­
nador o Diputado por dos distritos o departamentos, lo será por el
distrito que él escoja.
Art. 57. Los senadores y diputados pueden ser reelectos y sus
mandatos son renunciables.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 467

Art. 58. Las sesiones del Congreso y de ambas Cámaras serán


públicas, y sólo podrán ser secretas cuando dos tercios de sus miem­
bros así lo determinen.
Art. 59. Son atribuciones del Poder Legislativo;
1.* Dictar leyes, abrogarlas, modificarlas e interpretarlas.
2.‘ A iniciativa del Poder Ejecutivo, imponer contribuciones de
cualesquiera clase o naturaleza, suprimir las existentes y determinar
su carácter nacional o departamental, así como decretar los gastos
fiscales.
Sin embargo, el Poder Legislativo, a simple pedido de uno de sus
miembros, podrá instar al Ejecutivo para que presente determinados
proyectos de carácter financiero. Si el Ejecutivo no presentare u ob­
servare el proyecto solicitado en el término de veinte días, el Parlamen­
to podrá considerarlo y para su aprobación se requerirá mayoría abso­
luta de los miembros de la Cámara de origen.
Las contribuciones se decretarán por tiempo indefinido, salvo que
las leyes respectivas señalen un plazo determinado para su vigencia.
3.a Fijar para cada gestión financiera los gastos de la adminis­
tración pública, previa presentación del proyecto de Presupuesto por
el Poder Ejecutivo.
4.‘ Fijar, igualmente, en cada legislatura, la fuerza militar que
ha de mantenerse en tiempo de paz..
5.* Autorizar al Ejército para contratar empréstitos, designando
los fondos para servirlos. Reconocer las deudas contraídas y estable­
cer el modo de cancelarlas.
6.* Crear nuevos departamentos o provincias, fijar sus límites;
habilitar puertos mayores y establecer aduanas.
7.* Fijar el peso, ley, valor, tipo y denominación de las monedas;
autorizar la emisión y circulación de billetes de banco y arreglar el
sistema de pesas y medidas.
8.* Conceder subvenciones o garantías de interés para la cons­
trucción de ferrocarriles, canales, carreteras y demás empresas de
vialidad.
9.* Permitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio
de la República, determinando el tiempo de su permanencia.
30.a Autorizar la salida de tropas nacionales fuera del territorio
de la República, señalando el tiempo de su regreso.
468 CIRO FÉLIX TRIGO

11.* Crear y suprimir empleos públicos, determinar o modificar


sus atribuciones y fijar emolumentos a iniciativa del Poder Ejecutivo.
El Poder Legislativo podrá aprobar, rechazar o disminuir los servi­
cios, empleos o emolumentos propuestos, pero no podrá aumentarlos,
salvo los que correspondan al Congreso Nacional.
12.1 Decretar amnistía por delitos políticos; conceder indulto,
previo informe de la Corte Suprema.
13.‘ Aprobar o desechar los tratados y convenciones internacio­
nales de toda especie.
14.* Autorizar la enajenación de bienes nacionales, departamen­
tales, municipales, universitarios y de todos los que sean de dominio
público.
15.* Autorizar al Ejecutivo la adquisición de bienes inmuebles y
aprobar las compras efectuadas.
16.a Ejercer el derecho de influencia diplomática sobre actos
no consumados o compromisos internacionales del Poder Ejecutivo.
17.* Aprobar o reprobar anualmente la cuenta de la inversión de
los fondos destinados a los gastos de la administración pública, que
debe presentar el Gobierno en la primera sesión de cada legislatura.
18.’ Nombrar a los Ministros de la Corte Suprema de Justicia.
19.* Autorizar a las universidades la contratación de empréstitos.

S e c c ió n sexta

El Congreso

Art. 60. Son atribuciones de cada Cámara:


1.* Calificar las credenciales de sus respectivos miembros.
Cada Cámara nombrará una comisión calificadora de credenciales
compuesta de cinco miembros elegidos por el sistema de la lista incom­
pleta, tres por mayoría y dos por minoría. Las decisiones de esta
comisión que contradigan las credenciales serán votadas por dos
tercios.
2.* Organizar su Mesa Directiva.
3.* Dictar su reglamento y corregir sus infracciones.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 469
Íe s ?; y-

4.“ Separar temporal o definitivamente a cualesquiera de sus


miembros por graves faltas cometidas en el ejercicio de sus funcio­
nes, con el acuerdo de dos tercios de votos.
5.* Ordenar el pago de sus presupuestos y atender todo lo rela­
tivo a su economía y policía interior.
Art. 61. Las Cámaras se reunirán en Congreso para los siguien­
tes fines:
1.“ Inaugurar y clausurar sus sesiones.
2.° Verificar el escrutinio de las actas de elecciones de Presiden­
te y Vicepresidente de la República, o designarlos por sí mismas,
cuando no hubieran reunido la pluralidad absoluta de votos, conforme
a las disposiciones de esta Constitución.
3.8 Recibir el juramento de los funcionarios expresados en el pá­
rrafo anterior.
4.° Admitir o negar la renuncia de los mismos.
5.4 Ejercitar las atribuciones a que se refieren los incisos 13 y 17
del artículo 59.
6.9 Considerar las leyes vetadas por el Ejecutivo.
7.s Resolver la declaratoria de guerra, a petición del Ejecutivo.
8.° Determinar el número de la fuerza armada.
9.“ Considerar los proyectos de ley que aprobados en la Cámara
de origen, no lo fueron por la Cámara revisora en el plazo de vein­
te días.
10.5 Dirimir, por dos tercios de votos de la totalidad de sus miem­
bros, las competencias que susciten a las Cámaras, el Ejecutivo o la
entre los expresados poderes o entre las Cortes de Distrito y la de
Corte Suprema y por mayoría absoluta de votos, las que se susciten
Casación.
11.5 Ejercitar las facultades que le corresponden conforme a los
artículos 34, 36 y 37 de esta Carta.
12.5 Conocer conforme a ley, de las demandas de acusación con­
tra el Presidente y Vicepresidente de la República. Ministros de Es­
tado, Agentes Diplomáticos y Contralor General de la República, por
delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones.
Art. 62. En ningún caso podrá delegar el Congreso, a uno o a mu­
chos de sus miembros, ni a otro poder, las atribuciones que tiene por
esta Constitución.
Art. 63. Las Cámaras pueden acordar la censura de los actos del
470 CIRO FÉLIX TRIGO

Ejecutivo, dirigiéndola contra los Ministros de Estado, separada o


conjuntamente, según el caso, con el fin de conseguir la modificación
del procedimiento político que haya dado lugar a la censura.
Para el ejercicio de esta facultad, basta la decisión de la Cámara
en la cual se haya iniciado, por el voto de la mayoría absoluta de sus
miembros concurrentes.
Art. 64. Cada una de las Cámaras, a solicitud escrita de cuales­
quiera de sus comisiones o miembros, tiene la facultad de pedir la
presencia en Sala de los Ministros de Estado, para recibir los infor­
mes que estime convenientes, sea con fines legislativos, de inspec­
ción o de fiscalización.

S e c c ió n s é p t im a

Cámara de Diputados

Art. 65. Los diputados serán elegidos directamente por el pue­


blo, a simple pluralidad de sufragios. Durarán en sus funciones cuatro
años, renovándose por mitad en cada bienio. En el primero saldrán
por suerte. La ley reglamentará estas elecciones y fijará el número
de Diputados.
Art. 66. Para ser Diputado se requiere:
1.s Ser boliviano de nacimiento.
2.- Haber cumplido los deberes militares.
3.- Estar inscrito en el Registro Cívico.
4.a Tener 25 años cumplidos.
5.5 No haber sido condenado a pena corporal por los tribunales, ni
tener pliego de cargo o auto de culpa ejecutoriado.
Art. 67. Es privativa de la Cámara de Diputados la iniciativa en
los casos de las atribuciones 4.* y 5.’ del artículo 59.
Art. 68. Corresponde a la Cámara de Diputados: elegir a los ma­
gistrados de la Corte Suprema de Justicia, por mayoría absoluta de
votos de las ternas propuestas por el Senado; y acusar a estos mis­
mos funcionarios ante la Cámara Alta, por delitos cometidos en el
ejercicio de sus funciones.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 471

S e c c ió n octava

Cámara de Senadores

Art. 69. El Senado de la República se compone de tres Senado­


res por cada Departamento.
Art. 70. Para ser Senador se necesita: tener 35 años cumplidos
y reunir los requisitos exigidos para Diputado.
Art. 71. Los Senadores ejercerán sus funciones seis años. La re­
novación de la Cámara será por tercias partes, debiendo salir por suer­
te un tercio en cada uno de los dos primeros bienios.
Art. 72. Son atribuciones de esta Cámara:
1.* Tomar conocimiento de las acusaciones hechas por la Cámara
de Diputados a los Ministros de la Corte Suprema, conforme a la Ley
de Responsabilidades.
El Senado juzgará en única instancia, a los Ministros de la Corte
Suprema y les impondrá la sanción y responsabilidad correspondiente,
por acusación de la Cámara de Diputados, emanada de querella de los
ofendidos o a denuncia de cualquier ciudadano.
En los casos previstos por los incisos anteriores, será necesario
el voto de dos tercios de los miembros presentes.
Una ley especial dispondrá el procedimiento y formalidades de
estos juicios.
2.s Rehabilitar como bolivianos, o como ciudadanos, a los que hu­
biesen perdido estas calidades.
3.s Permitir a los bolivianos la admisión de empleos, títulos o emo­
lumentos de gobierno extranjero.
4.* Considerar las ordenanzas municipales.
5.s Decretar honores públicos a quienes lo merezcan por sus ser­
vicios eminentes a la Nación.
6.5 Proponer ternas a la Cámara de Diputados, para la elección
de Magistrados de la Corte Suprema.
7.* Proponer ternas al Presidente de la República, para la elec­
ción de Contralor General y Fiscal General de la República.
8.s Proponer ternas para Arzobispo y Obispos, a fin de que sean
presentadas por el Poder Ejecutivo, para la institución canónica.
9.“ Conceder, por dos tercios de votos, premios pecuniarios.
472 CIRO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n novena

Leyes y Resoluciones del Poder Legislativo

Art. 73. Las leyes, exceptuando los casos previstos en las atri­
buciones segunda, tercera y undécima del artículo 59 y en el artícu­
lo 67, pueden tener origen en el Senado o en la Cámara de Diputa­
dos, a proposición de uno de sus miembros, o por mensaje del Eje­
cutivo, a condición, en este caso, de que el proyecto sea sostenido en
los debates, por el Ministro del respectivo despacho, quien no deberá
estar presente en la votación.
La Corte Suprema podrá, mediante mensaje especial, iniciar pro­
yectos sobre códigos, procedimientos y de reformas constitucionales.
Art. 74. Aprobado el proyecto de ley en la Cámara de origen,
pasará inmediatamente a la otra, para su discusión, en el término
de veinte días.
Si la Cámara revisora lo aprueba, pasará la ley al Poder Ejecutivo
para su promulgación.
Art. 75. El proyecto de ley que fuere desechado en la Cámara
de origen, no podrá ser nuevamente propuesto, en ninguna de las Cá­
maras, hasta la legislatura siguiente.
Art. 76. Si la Cámara revisora se limita a enmendar o modificar
el proyecto, éste se considerará aprobado, en caso de que la Cámara
de origen acepte por mayoría absoluta las enmiendas o modificacio­
nes. Pero, si no las acepta, o si las corrige y altera, las dos Cámaras
se reunirán a convocatoria de cualesquiera de sus Presidentes dentro
de los veinte días para deliberar sobre el proyecto. En caso de apro­
bación será remitido al Ejecutivo para su promulgación como ley de
la República; mas, si fuere desechado, no podrá ser propuesto de nue­
vo, sino en una de las legislaturas siguientes.
Art. 77. Si la Cámara revisora dejare pasar el término de veinte
días sin pronunciarse sobre el proyecto de ley, éste se reputará san­
cionado, debiendo remitirse por la Cámara de origen al Ejecutivo para
su promulgación. Este plazo solo se interrumpirá durante el receso
congresal.
Igual procedimiento se seguirá para los proyectos enviados por
el Poder Ejecutivo.
Art. 78. Toda ley sancionada por el Legislativo, podrá ser ob-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 473
im

»ervada por el Presidente de la República en el término de 10 días,


desde aquél en que la hubiese recibido, siempre que en la discusión
no hubiera estado presente el Ministro a cuyo departamento corres­
ponda.
its La ley no observada dentro de los 10 días, será promulgada. Si
en este término recesare el Congreso, el Presidente de la República
liti- publicará el mensaje de sus observaciones, para que se considere en
la próxima legislatura.
Art. 79. Las observaciones del Ejecutivo se dirigirán a la Cá­
mara de origen. Si ésta y la revisora, reunidas en Congreso, las hallan
fundadas y modifican la ley conforme a ellas, la devolverán al Eje­
cutivo para su promulgación.
Si el Congreso declara infundadas las observaciones, por dos ter­
cios de los miembros presentes, el Presidente de la República promul­
gará la ley dentro de otros 10 días. Si no lo hace, la ley será pro­
mulgada por el Presidente del Congreso.
Art. 80. Las resoluciones camarales y legislativas, no necesitan
promulgación del Ejecutivo.
Art. 81. La promulgación de las leyes se hará por el Presidente
de la República en esta form a:
“Por cuanto el Congreso Nacional ha sancionado la siguiente ley:
“Por tanto, la promulgo para que se tenga y cumpla como ley
de la República” .
Las decisiones parlamentarias se promulgarán en esta form a:
“ El Congreso Nacional de la República, Resuelve: Por tanto, cúm­
plase con arreglo a la Constitución’’ .
Art. 82. La ley es obligatoria desde el día de su publicación, sal­
vo disposición contraria de la misma ley.

S e c c i ó n d é c im a

Poder Ejecutivo

Art. 83. El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la Re­


pública, conjuntamente con los Ministros de Estado.
Art. 84. El Presidente de la República será elegido por sufragio
directo. Al mismo tiempo y en igual forma se elegirá el Vicepresi­
dente.
Art. 85. El período constitucional del Presidente y del Vicepreai
dente de la República es de seis años improrrogables. No podrán ser
reelectos, ni el Vicepresidente ser elegido Presidente de la República
sino pasados seis años desde la terminación de su mandato.
Art. 86. Para ser elegido Presidente o Vicepresidente de la Re-
pública se requiere las condiciones exigidas para Senador.
* Art. 87. No pueden ser elegidos Presidente ni Vicepresidente de
la República:
1.® Los Ministros de Estado que no dejaren el cargo seis meses
antes del día de la elección.
2.® Los miembros de la fuerza armada en servicio activo y los
del clero regular.
3.® Los parientes consanguíneos y afines dentro del segundo gra­
do, de quienes ejercieren la Presidencia o Vicepresidencia de la Re­
pública, el último año anterior a la elección presidencial.
4.® Los contratistas de obras y servicios públicos; los adminis­
tradores y directores, mandatarios y representantes de empresas sub­
vencionadas por el Estado o de sociedades y establecimientos en que
tiene participación pecuniaria el fisco; los administradores y recau­
dadores de los fondos públicos mientras finiquiten sus cuentas.
Art. 88. Si ninguno de los candidatos para la Presidencia o Vice­
presidencia de la República obtuviese la pluralidad absoluta de votos,
el Cangreso tomará a tres de los que hubiesen obtnido el mayor nú­
mero para el uno u otro cargo, y de entre ellos hará la elección.
Si hecho el primer escrutinio ninguno reuniese la mayoría abso­
luta de votos de los representantes concurrentes, la votación posterior
se concretará a los dos que hubieran alcanzado el mayor número de
sufragios. En caso de empate, se repetirá la votación hasta que alguno
de los candidatos obtenga la mayoría absoluta.
La elección, el escrutinio y la proclamación se harán en sesión pú­
blica y permanente.
Art. 89. La proclamación del Presidente y Vicepresidente de la
República, se anunciará a la Nación mediante una ley.
Art. 90. El Presidente y el Vicepresidente de la República, al
tomar posesión del cargo, jurarán solemnemente ante el Congreso,
fidelidad a la República y a la Constitución.
Art. 91. En caso de impedimento o ausencia temporal del Pre­
sidente de la República, antes o después de su proclamación, lo reem-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVLV 475
'■ '

■varíL interinamente el Vicepresidente y a falta de éste, el Presi-


te del Senado, o en su defecto, el de la Cámara de Diputados.
El V ice p r e s id e n te asumirá la Presidencia de la República si ésta
^ '¡¿iare vacante, antes o después de la proclamación del Presidente
e le c to y la ejercerá hasta la finalización del período constitucional.
j al¿a ¿ei vicepresidente hará sus veces el Presidente electo del
S e n a d o y en su defecto, el de la Cámara de Diputados. En este último
caso si aún no hubieren transcurrido tres años del período presiden­
cial ' se procederá a una nueva elección de Presidente y Vice, sólo
para completar dicho período.
Art. 92. Mientras el Vicepresidente no ejerza el Poder Ejecutivo,
desempeñará el cargo de Presidente del Senado, sin perjuicio de que
esta Cámara elija su Presidente para que haga las veces de aquél en su
ausencia.
Art. 93. El Presidente de la República no podrá ausentarse del
territorio nacional sin permiso del Congreso.
Art. 94. Son atribuciones del Presidente de la República:
1.» Ejecutar y hacer cumplir las leyes, expidiendo los decretos
y órdenes convenientes, sin definir privativamente derechos, alterar
los definidos por la ley ni contrariar sus disposiciones, guardando
las restricciones consignadas en esta Constitución.
2* Negociar y concluir tratados con naciones extranjeras; can­
jearlos, previa ratificación del Congreso.
3.’ Nombrar funcionarios diplomáticos, cónsules y agentes con­
sulares; admitir a los funcionarios extranjeros de esta clase; y con­
ducir las relaciones exteriores en general.
4.* Concurrir a la formación de las leyes, mediante mensajes es­
peciales o intervención parlamentaria del Ministro respectivo.
5.* Convocar al Congreso a sesiones extraordinarias.
6.* Administrar las rentas nacionales y decretar su inversión, por
intermedio del Ministro del respectivo ramo, con arreglo a las leyes
y con estricta sujeción al presupuesto.
7.s Presentar al Congreso, al término de cada gestión financiera,
el proyecto de presupuesto para la gestión siguiente, y proponer du­
rante su vigencia las alteraciones o modificaciones que la necesidad
y la práctica indiquen para los ingresos y egresos de carácter fijo
o variable. La cuenta de la inversión de los fondos se presentará anual­
mente.
• v|
476 CIRO FÉLIX TRIGO

8 .* Velar sobre las resoluciones municipales, especialmente jaapfl


relativas a rentas e impuestos; denunciar ante el Senado las que sean l i t
contrarias a la Constitución y a las leyes, siempre que la Municipa-f!
lidad transgresora no cediese a las intimaciones del Ejecutivo.
9.* Presentar anualmente al Congreso, en la primera sesión or­
dinaria, mensaje escrito acerca del curso y estado de los negocios de
la administración durante el año, acompañando las memorias mi- j
nisteriales.
10.’ Prestar a las Cámaras, mediante los Ministros, los informes
que soliciten, pudiendo reservar los relativos a negocios diplomáticos
que a juicio no deban publicarse.
11.* Conmutar la pena de muerte conforme a las leyes.
12 .4 Hacer cumplir las sentencias de los tribunales.
13.' Decretar amnistía por delitos políticos, sin perjuicio de las
que pueda conceder el Legislativo.
14.’ Conceder jubilaciones, pensiones y montepíos conforme a
las leyes.
15.* Ejercer los derechos del Patronato Nacional en iglesias, be­
neficios, instituciones, bienes y personas eclesiásticas.
16.* Presentar arzobispos y obispos, eligiéndolos de las ternas
propuestas por el Senado y nombrar dignidades, canónigos y preben­
dados de entre los propuestos por los Cabildos eclesiásticos.
17.5 Conceder o negar el exequátur a los decretos conciliares, bre­
ves, bulas y rescriptos del Sumo Pontífice, con acuerdo del Senado,
requiriéndose una ley cuando contemplen disposiciones generales y
permanentes.
18.! Nombrar al Fiscal General de la República y al Contralor
General de las ternas propuestas por el Senado.
19.5 Nombrar los empleados de la administración, cuya designa­
ción no esté reservada por ley a otro poder, y expedirles sus títulos.
20. Nombrar interinamente, en caso de renuncia o muerte, a los
empleados que deban ser elegidos por otro poder, cuando éste se en­
cuentre en receso.
21.* Asistir a la inauguración y clausura del Congreso.
22.* Conservar y defender el orden interno y la seguridad exte­
rior de la República, conforme a la Constitución.
23.’ Designar al Comandante en Jefe del Ejército.
LAS CONSTITUCIONES DE SOLIVIA 477

24» Conferir en el campo de batalla, durante guerra internacio-


■iial los grados de Coronel y General, a nombre de la Nación.
"V, 25.* Conceder, según ley, privilegio exclusivo temporal a los que
inventen, perfeccionen o importen procedimientos o métodos útiles a
las ciencias o artes, e indemnizar en caso de publicarse el secreto de
^invención, perfección o importación,
í?, : . 26. Crear y habilitar puertos menores.
Art. 95. El grado de Capitán General del Ejército, es inherente
a las funciones de Presidente de la República.
Art. 96. El Presidente de la República visitará los distintos cen­
tros del país, por lo menos una vez durante el período de su mandato,
para estudiar sus necesidades, debiendo dar cuenta de sus observa­
ciones al Legislativo.

S e c c ió n u n d é c im a

M in is t ro s el e E s t a d o

Art. 97. Los negocios de la administración pública se despachan


por los Ministros de Estado, cuyo número determina la ley. Para su
nombramiento o remoción bastará decreto del Presidente de la Re­
pública.
Artículo 98. Para ser Ministro de Estado se requieren las mis­
mas condiciones que para Diputado.
Art. 99. Los Ministros de Estado son responsables de los actos
de la administración en sus respectivos ramos, conjuntamente con el
Presidente de la República.
Su responsabilidad será solidaria por los actos acordados en Con­
sejo de Gabinete.
Art. 100. Todos los decretos y disposiciones del Presidente de
la República, deben ser firmados por el Ministro del respectivo de­
partamento. No serán obedecidos sin este requisito.
Art. 101. Los Ministros de Estado pueden concurrir a los deba­
tes de cualesquiera de las Cámaras, debiendo retirarse antes de la
votación.
Art. 102. Luego que el Congreso abra sus sesiones los Ministros
presentarán sus respectivos informes acerca del estado de la adminis­
478 CIRO FÉLIX TRIGO

tración, en la forma que se expresa en el artículo 94, atribución 9.».


Art. 103. La cuenta de inversión de las rentas, que debe presen­
tar al Congreso el Ministro de Hacienda, llevará la aprobación de los
demás Ministros en sus respectivos departamentos.
A la formación del Presupuesto General concurrirán todos los Mi­
nistros en sus ramos correspondientes.
Art. 104. No salva a los Ministros de su responsabilidad, la or­
den verbal o escrita del Presidente de la República.
Art. 105. Por los delitos que cometan en el ejercicio de sus fun­
ciones, pueden ser acusados conforme a la Ley de Responsabilidades.

S e c c ió n d u o d é c im a

Régimen interior

Art. 106. El gobierno departamental en lo político y administra­


tivo, estará a cargo de prefectos, subprefectos y corregidores, cuyas
atribuciones y condiciones de elegibilidad serán determinadas por ley.

S e c c ió n décem atercera

Régimen económico y financiero

Art. 107. El régimen económico debe responder esencialmente


a principios de justicia social, que tiendan a asegurar para todos los
habitantes una existencia digna del ser humano.
Art. 108. Son del dominio originario del Estado, a más de los
bienes a los que actualmente la ley da esa calidad, todas las sustancias
del reino mineral, las tierras baldías con todas sus riquezas naturales,
las aguas lacustres, fluviales y medicinales, así como todas las fuer­
zas físicas susceptibles de aprovechamiento económico. Las leyes es­
tablecerán las condiciones de este dominio así como las de adjudi­
cación a los particulares.
Art. 109. El Estado podrá regular, mediante ley, el ejercicio del
comercio y de la industria, cuando así lo requieran con carácter im­
perioso, la seguridad o necesidad públicas. Podrá también en estos ca-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 479
É £&
'
b o s , asumir la dirección superior de la economía nacional. Esta in­

tervención se ejercerá en forma dé control, de estímulo o de gestión


directa.
Art. 110. El Estado podrá, con cargo de aprobación legislativa en
Congreso, establecer el monopolio fiscal de determinadas exportacio­
nes, siempre que las necesidades del país así lo requieran. Controlar
asimismo las disponibilidades en moneda extranjera.
La exportación del petróleo y sus derivados, de propiedad fiscal
o particular, sólo se hará por intermedio del Estado o de una entidad
que lo represente.
También la importancia de materias primas para la industria na­
cional, podrá hacerse por el Estado o por una entidad que lo repre­
sente.
Art. 111. Todas las empresas establecidas para explotaciones,
aprovechamientos o negocios en el país, se considerarán nacionales y
estarán sometidas a la soberanía, a las leyes y a las autoridades de la
República.
Art. 112. Las rentas del Estado se dividen en nacionales, depar­
tamentales y municipales, y se administrarán independientemente por
sus tesoros. Ningún dinero se sacará de estos tesoros sino conforme
a los respectivos presupuestos.
Una ley orgánica clasificará los ingresos nacionales, departamen­
tales y municipales.
Los recursos departamentales, municipales o universitarios, re­
caudados por oficinas dependientes del Tesoro Nacional, de ninguna
manera podrán ser centralizados en dicho tesoro.
Art. 113. El Poder Legislativo fijará para cada gestión finan­
ciera el respectivo presupuesto, a iniciativa del Poder Ejecutivo. Du­
r ó t e la vigencia del ejercicio financiero, los ingresos y egresos fijos,
sólo podrán ser modificados por ley especial iniciada por el Poder
Ejecutivo. Los créditos suplementarios y las transferencias de cré­
dito de una partida o item y de un capítulo a otro de la misma sec­
ción, podrá decretar el Ejecutivo, en receso del Parlamento, a con­
dición de presentar al Congreso Nacional, para su aprobación, una
relación fundamentada de tales créditos o transferencias.
Art. 114. La ley indicará el período de cada gestión financiera,
de acuerdo al planeamiento económico propuesto por el Poder Ejecu­
tivo. Los proyectos de ley de los presupuestos nacional y departa­
U1R0 FÉLIX TRIGO

mentales serán presentados al Congreso por el Ejecutivo en la legis­


latura anterior a la terminación del ejercicio financiero. Producido
el informe de la respectiva Comisión o pasado el término reglamen­
tario, serán discutidos de inmediato, por capítulos, en sesiones de
Congreso, en un plazo no mayor de 60 días. El Congreso sólo podrá
aceptar, rechazar o disminuir las partidas globales de cada capítulo.
Vencido el plazo indicado, sin que el proyecto de presupuesto haya
sido aprobado, éste tendrá fuerza de ley.
Art. 115. Todo proyecto de ley que implique gastos para el Es­
tado, debe indicar, al propio tiempo, la manera de cubrirlos y la forma
de su inversión.
Art. 116. La deuda pública está garantizada. Todo compromiso
del Estado, contraído conforme a las leyes, es inviolable.
Art. 117. La deuda flotante que el Ejecutivo contraiga dentro
de un año fiscal, ineludiblemente deberá quedar extinguida en la si­
guiente gestión financiera.
Art. 118. La cuenta general de los ingresos y egresos de cada
gestión financiera, será presentada por el Ministro de Hacienda, sil
Congreso, en la primera sesión ordinaria.
Art. 119. Las entidades estatales, autónomas o semiautónomas,
también deberán presentar anualmente al Congreso, la cuenta de sus
rentas y gastos, acompañada de un informe de la Contraloría Gene­
ral de la República.
Art. 120. Los departamentos y municipios no podrán crear siste­
mas protectores ni prohibitivos que afecten a los intereses de otras
circunscripciones de la República, ni dictar ordenanzas de favor para
los habitantes del departamento ni de exclusión para otros bolivianos.
Art. 121. Habrá una oficina de contabilidad y contralor fiscal.es
que se denominará Contraloría General de la República. La ley deter­
minará las atribuciones y responsabilidades del Contralor Genera), y
de los funcionarios de su dependencia. El Contralor General depan-
derá directamente del Presidente de la República y será nombrado
por éste de la terna propuesta por el Senado; tendrá la remuneración
de Ministro de Estado y gozará de la misma inamovilidad que los Mi­
nistros de la Corte Suprema de Justicia.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 481

S e c c ió n d é c im a c u a r t a

Régimen social

Art. 122. El trabajo y el capital, como factores de la producción


gozan de la protección del Estado.
Art. 123. La ley regulará el seguro obligatorio de enfermedad,
accidentes, para forzoso, invalidez, vejez, maternidad y muerte, los
desahucios e indemnizaciones a empleados y obreros, el trabajo de
las mujeres y de los menores, la jom ada máxima, el salario mínimo,
el descanso dominical y de los feriados, las vacaciones anuales y puer­
perales con goce de salario, la asistencia médica e higiénica y otros
beneficios sociales y de protección a los trabajadores.
Art. 124. El Estado fomentará, mediante legislación adecuada
la organización de toda clase de cooperativas.
Art. 125. El Estado dictará medidas protectoras de la salud y
de la vida de los obreros, empleados y trabajadores campesinos; ve­
lará porque éstos tengan viviendas salubres y promoverá la edifica­
ción de casas baratas; velará igualmente por la educación técnica de
los trabajadores manuales.
Las autoridades controlarán, asimismo, las condiciones de segu­
ridad y salubridad públicas dentro de las que deberán ejercerse las
profesiones a los oficios, así como las labores en el campo y las minas.
Art. 126. Se garantiza la libre asociación profesional y sindical
y se reconoce al contrato colectivo de trabajo. Asimismo, se reconoce
el Fuero Sindical y el derecho de huelga, como medio de defensa de
los trabajadores, conforme a ley, no pudiendo éstos ser despedidos,
perseguidos ni presos por sus actividades sindicales.
Art. 127. La ley determinará el sistema de participación de loe
empleados y obreros en los beneficios de las empresas.
Art. 128. El Estado, mediante tribunales u organismos especia­
les, resolverá los conflictos entre patrones y trabajadores o empleados.
Art. 129. Los derechos y beneficios reconocidos por ley a favor
de los trabajadores y empleados, son irrenunciables. Son nulas las con­
venciones contrarias o que tiendan a burlar sus efectos.
Art. 130. La asistencia social es una función del Estado. La ley
precisará las condiciones de esta asistencia. La sanitaria es de carác­
ter coercitiva y obligatoria.
482 CIEO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n d é c im a q u i n t a

La familia

Art. 131. El matrimonio, la familia y la maternidad están bajo


la protección del Estado. Se establece la igualdad jurídica de los
cónyuges.
Se reconoce el matrimonio de hecho en las uniones concubinarias,
con sólo el transcurso de dos años de vida en común, verificada por
todos los medios de prueba o el nacimiento de un hijo, siempre que
las partes tengan capacidad legal para contraer enlace. La ley del
Registro Civil perfeccionará estas uniones de hecho.
Art. 132. No se reconoce desigualdades entre los hijos, todos tie­
nen los mismos derechos y deberes. Es permitida la investigación
de la paternidad conforme a ley.
Art. 133. Las leyes determinarán el patrimonio familiar inem­
bargable e inenajenable, como también el subsidio de familia con re­
lación al número de hijos.
Art. 134. Es deber primordial del Estado, la defensa de la salud
física, mental y moral de la infancia. El Estado defiende los derechos
del niño al hogar, la educación y a la amplia asistencia cuando se
halla en situación de abandono, de enfermedad o de desgracia. El Es­
tado encomendará el cumplimiento de lo dispuesto en este artículo
a organismos técnicos adecuados.

S e c c ió n d é c im a s e x t a

Poder Judicial

Art. 135. El Poder Judicial se ejerce por la Corte Suprema, las


cortes de distrito y demás tribunales y juzgados que las leyes es­
tablecen.
La administración de justicia en los tribunales y juzgados ee
gratuita.
Art. 136. Los jueces son independientes y no están sometidos,
sino a la ley.
Art. 137. No pueden establecerse tribunales de excepción.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 483

Art. 138. La publicidad en los juicios es la condición esencial de


ja administración de justicia, salvo cuando sea ofensiva a las buenas
costumbres.
Se suprime el carácter secreto de la prueba en los sumarios cri­
minales.
Art. 139. Los tribunales, bajo su responsabilidad, no darán pose­
sión a los magistrados o jueces que no sean nombrados conforme a
esta Constitución y leyes secundarias.
Art. 140. Corresponde a la justicia ordinaria:
1.* El conocimiento y decisión de todos los litigios entre parti­
culares y entre éstos y el Estado, cuando éste actúa como persona
de derecho privado.
2.s Resolver los recursos directos de nulidad que se deduzcan en
resguardo del artículo 27 de la Constitución, contra todo acto o re­
solución de autoridad pública que no fuese judicial. Estos recursos
serán sustanciados y resueltos por los tribunales y jueces que tengan
por ley la facultad de juzgar en primera instancia al funcionario que
se hubiese excedido en sus facultades.
Art. 141. La Corte Suprema se compone de diez Ministros y se
divide en dos salas.
Art. 142. Para ser Ministro de la Corte Suprema o Fiscal Ge­
neral se requiere haber ejercido durante diez años la profesión de
abogado con crédito, y tener las condiciones exigidas para Senador.
Art. 143. Son atribuciones de la Corte Suprema, a más de las
que señalan las leyes:
1.* Representar y dirigir al Poder Judicial.
2 .5 Nombrar a los vocales de las cortes de distrito y demás jue­
ces, conforme a ley, debiendo el Presidente de la Corte Suprema ex­
pedir los títulos respectivos.
3 .5 Decretar los presupuestos del ramo, ordenando su pago a la
Tesorería Nacional.
4 .9 Conocer de los recursos de nulidad conforme a las leyes, y
fallar al mismo tiempo la cuestión principal.
5 .5 Conocer en única instancia de los asuntos de puro derecho,
cuya decisión depende de la constitucionalidad o inconstitucionalidad
de las leyes, decretos y cualquier género de resoluciones.
6 .* Conocer de las causas de responsabilidad de los agentes di­
plomáticos y consulares, de los comisarios demarcadores, delegados
484 CIRO FÉLIX TRIGO

nacionales, Contralor General, rectores de universidad, vocales de las


cortes superiores, fiscales de distrito, prefectos y otros funcionarios
que señale la ley, por delitos cometidos en el ejercicio de sus fun­
ciones.
7.* Conocer de las causas contenciosas que resulten de los con­
tratos, negociaciones y concesiones del Poder Ejecutivo, y de las de­
mandas contencioso-administrativas a que dieren lugar las resolucio­
nes del mismo.
8 .‘ Conocer de todos las materias contenciosas relativas al pa­
tronato nacional que ejerce el Gobierno.
9.* Dirimir las competencias que se susciten entre las munici­
palidades y entre éstas y las autoridades políticas, y entre las unas
y las otras con las municipalidades de las provincias.
10." Conocer en única instancia, de los juicios contra las resolu­
ciones del Poder Legislativo o de una de sus Cámaras, cuando tales
resoluciones afectaren uno o más derechos concretos, sean civiles o
políticos y cualesquiera que fueren las personas interesadas, siem­
pre que las demandas no se refieran a calificación de credenciales de
representantes nacionales.
11.* Conocer y decidir de las cuestiones que se suscitaren entre
los departamentos, ya fuere sobre sus límites o sobre otros derechos
controvertidos.
Art. 144. Es atribución de las cortes de distrito, fuera de las se­
ñaladas por ley, la de juzgar a los alcaldes municipales y miembros de
los concejos deliberantes, por delitos cometidos en el ejercicio de sus
funciones, sea individual o colectivamente, y conocer de la nulidad
de sus elecciones.
Los subprefectos quedan sujetos a la misma jurisdicción.
Art. 145. Los ministros de la Corte Suprema durarán en sus fun­
ciones diez años, los de las cortes de distrito seis y los jueces de par­
tido e instructores cuatro, siendo permitida su reelección.
Durante estos períodos, que son personales, ningún magistrado
o juez, podrá ser destituido sino por sentencia ejecutoria, ni suspen­
so, a no ser en los casos determinados por la ley. Tampoco podrá ser
trasladado no siendo con su expreso consentimiento.
A # . 146. El Ministerio Público se ejerce a nombre de la Nación
por las comisiones que designen las Cámaras Legislativas, por el Fis-
l a s c o n s t it u c io n e s DE BOLIVIA 483

' cal General y demás funcionarios a quienes la ley atribuye dicho mi­
nisterio.
Art. 147. El Fiscal General será nombrado por el Presidente de
■ la República, a propuesta del Senado. Durará en sus funciones diez
' años, pudiendo ser reelecto, y no será destituido sino en virtud de
sentencia condenatoria pronunciada por la Corte Suprema.

S e c c ió n d é c im a s é p t i m a

Régimen comunal

Art. 148. El gobierno comunal-es autónomo. En las capitales de


departamento, provincias y secciones de éstas, habrá alcaldes renta­
dos, asesorados por un Concejo Deliberante, cuya organización y atri­
buciones determinará la ley. En los cantones habrá agentes comu­
nales.
Los miembros de los concejos deliberantes serán elegidos por su­
fragio popular; los alcaldes municipales por el Presidente de la Re­
pública de la terna que eleven de entre sus miembros los respectivos
concejos, la que estará formada por dos de la mayoría y uno de la mi-
noria. Durarán en sus funciones dos años.
Art. 149. El Concejo Deliberante tendrá facultades de controlar
y legislativas en materia municipal, sujetándose a las siguientes atri­
buciones :
1.* Dictar anualmente el presupuesto de ingresos y gastos.
2.! Presentar ante el Senado el cuadro anual de patentes e im­
puestos, para su aprobación.
3 .5 Formular ternas de los empleados, para su designación por
el Alcalde.
4.« Conocer en grado de apelación de las resoluciones que dicte
el Alcalde.
5.* Denunciar ante la Corte Superior del Distrito al Alcalde para
su juzgamiento penal o correccional, por delitos que cometa en el
ejercicio de sus funciones,
6 .» Recibir el informe anual del Alcalde el día en que inicie la
nueva gestión municipal.
7.* Aceptar legados y donaciones.
486 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 150. Los alcaldes de las capitales de departamento ejerce­


rán supervigilancia sobre los alcaldes provinciales, y éstos sobre los
agentes cantonales.
Art. 151. Para ser Alcalde o ser miembro del Concejo Deliberante
se requiere ser ciudadano en ejercicio y vecino del lugar.
Art. 152. Son atribuciones de los Alcaldes:
1.* Atender y vigilar los servicios relativos al aseo, comodidad,
ornato, urbanismo y recreo.
2.' Precautelar la moral pública.
3.* Controlar los precios de venta de los artículos de primera
necesidad, así como de los espectáculos públicos.
4.’ Velar por los servicios de asistencia y beneficencia social.
5.* Impulsar la cultura popular.
6 .* Recaudar, administrar e invertir las rentas municipales.
7.* Procurar abastecer de subsistencias a las poblaciones, de
acuerdo con el Concejo Deliberante.
8 .* Negociar empréstitos para obras públicas de reconocida ne­
cesidad, previa autorización del Concejo Deliberante y aprobación
del Senado.
9.* Requerir la fuerza pública para -hacer cumplir sus resolu­
ciones.
10.! Reprimir la especulación y el alza de alquileres.
Art. 153. Las ordenanzas de patentes e impuestos municipales,
no regirán sin previa aprobación del Senado.

S e c c ió n d é c im a o c t a v a

Régimen cultural

Art. 154. La educación es la más alta función del Estado. La en­


señanza pública se organizará según el sistema de la escuela única. La
obligación de asistencia escolar es general desde los 7 hasta los 14
años. La instrucción primaria y secundaria del Estado es gratuita.
Art. 155. El Estado auxiliará económicamente a los estudiantes
aptos que, por falta de recursos, no tuvieren acceso a los ciclos supe­
riores de enseñanza, de modo que sean la vocación y la capacidad, las
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 487

condiciones que prevalezcan sobre la posición social o económica de


jos individuos.
Art. 156. Las escuelas de carácter particular estarán sometidas
a las mismas autoridades, planes, programas y reglamentos oficiales.
Se les reconoce libertad de enseñanza religiosa.
Art. 157. Las escuelas sostenidas por instituciones de benefi­
cencia tendrán la cooperación dél Estado.
Art. 158. La educación en los ciclos primario, secundario, nor­
mal y especial, estará regida por el Estado, mediante el ministerio
del ramo y de acuerdo al Estatuto Educacional.
Los cargos docentes son inamovibles bajo las condiciones estipu­
ladas por ley.
Art. 159. Las universidades públicas son autónomas e iguales en
jerarquía. La autonomía consiste en la libre administración de sus re­
cursos, el nombramiento de sus rectores, personal docente y adminis­
trativo, la facción de sus estatutos y planes de estudio, la aproba­
ción de sus presupuestos anuales, la aceptación de legados y donacio­
nes, la celebración de contratos y obligaciones para realizar sus fines
y sostener y perfeccionar sus institutos y facultades. Podrán negociar
empréstitos con garantía de sus bienes y recursos, previa aprobación
legislativa.
Art. 160. Las universidades públicas son las únicas autorizadas
para extender diplomas académicos. Los títulos en Provisión Nacio­
nal los otorgará el Gobierno a nombre del Estado.
Art. 161. Las universidades públicas serán obligatoriamente sub­
vencionadas por el fisco con fondos nacionales, independientemente de
sus recursos departamentales, municipales y propios, creados o por
crearse.
Art. 162. La educación, en todos sus grados, se halla sujeta a la
tuición del Estado ejercida por intermedio del Ministerio de Educa­
ción.
Art. 163. La riqueza artística, arqueológica e histórica y la pro­
cedente del culto religioso, es tesoro cultural de la Nación. El Estado
protegerá los edificios y lugares que sean declarados de valor histó­
rico o artístico.
Art. 164. El Estado fomentará la cultura del pueblo.
488 CIRO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n décüm anovena

Del campesinado

Art. 165. El Estado reconoce y garantiza la existencia legal de


las comunidades indígenas.
Art. 166. La legislación indígena y agraria se sancionará tenien­
do en cuenta las características de las diferentes regiones del país.
Art. 167. El Estado fomentará la educación del campesinado,
mediante núcleos escolares indígenas que tengan carácter integral
abarcando los aspectos económico, social y pedagógico.

S e c c ió n v ig é s i m a

La fuerza armada

Art. 168. La fuerza armada permanente está compuesta del Ejér­


cito de línea cuyo número se determinará en cada legislatura. Es esen­
cialmente obediente, no delibera y está en todo sujeta a las leyes y
reglamentos militares.
Todo boliviano está obligado a prestar el servicio militar de acuer­
do con la ley.
Art. 169. El Ejército está encargado fundamentalmente de la
conservación del orden interno y de la seguridad externa del país.
Cooperará en obras de vialidad, comunicaciones y de colonización.
Art. 170. El Ejército depende del Presidente de la República y
recibe las órdenes de él, en lo administrativo, por intermedio del Mi­
nistro de Defensa, y en lo técnico, del Comandante en Jefe.
En caso de guerra, el Comandante en Jefe del Ejército dirigirá
las operaciones.
El Presidente de la República tiene facultad para designar y cam­
biar al Comandante en Jefe.
Art. 171. Ningún extranjero será empleado en el Ejército sin
previa-autorización del Congreso.
Para desempeñar los cargos de Comandante en Jefe del Ejército
y Jefe del Estado Mayor General, es requisito indispensable ser boli­
viano de nacimiento.
s| _ LAS c o n s t it u c io n e s DE BOLIVIA 489

Art 172. Todos los ascensos serán otorgados de acuerdo a la ley


respectiva.
; Art. 173. El Consejo Supremo de Defensa Nacional, cuya orga­
nización y atribuciones determinará la ley, estará formado por el Pre-
ádente de la República, Ministros de Estado, Comandante en Jefe y
el Jefe del Estado Mayor General.

S e c c ió n v ig é s e m a p r im e e a

Reformas de la Constitución

Art. 174. Esta Constitución puede ser reformada en parte, de­


clarándose previamente su necesidad y determinándola con precisión
en una ley ordinaria, aprobada por los dos tercios de los miembros
presentes de cada una de las Cámaras.
Esta ley puede ser iniciada en cualesquiera de las Cámaras en la
forma constitucional.
La ley de declaratoria de la reforma será enviada al Ejecutivo
para su promulgación.
Art. 175. En las primeras sesiones de la legislatura en que hu­
biere renovación en la Cámara de Diputados, se consignará el asunto
por la Cámara que proyectó la reforma y si ésta fuere aprobada como
necesaria por los dos tercios de los votos presentes, se pasará a la
otra para su revisión, que también requiere dos tercios de votos.
Los demás trámites serán los mismos que la Constitución señala
para las relaciones entre las dos Cámaras.
Art. 176. Las Cámaras deliberarán y votarán la reforma, ajus­
tándola a las disposiciones constitucionales que determine la ley de
declaratoria de la reforma.
La reforma sancionada pasará al Ejecutivo para su promulgación,
sin que el Presidente de la República pueda observarla.
Art. 177. Cuando la enmienda sea relativa al período constitucio­
nal del Presidente de la República, será cumplida sólo en el siguiente
período.
Art. 178. Las Cámaras podrán resolver cualesquiera dudas que
ocurran sobre la inteligencia de alguno o algunos artículos de la Cons­
titución, si se declaran fundadas por dos tercios de votos, observan-
doee en lo demás las formalidades prescritas para una ley ordinaria.
Las leyes interpretativas, no pueden ser observadas por el Presi­
dente de la República.
Art. 179. Las autoridades y tribunales aplicarán esta Constitu­
ción con preferencia a las leyes y éstas con preferencia a cualesquiera
otras resoluciones.
Art. 180. Quedan abrogadas las leyes y decretos que se opongan
a esta Constitución.
Comuniqúese al Poder Ejecutivo para los fines constitucionales.
Sala de sesiones de la H. Convención Nacional.

La Paz, 23 de noviembre de 1945.

Alberto Mendoza López, Presidente, Convencional Diputado por


Omasuyos. — Armando Arce, Vicepresidente, Convencional Diputa­
do por La Paz.—Enfronto Hinojosa, Secretario, Convencional Diputa-
tado por Tapacarí.—Rodolfo Villafuerte Valle, Secretario, Convencio­
nal Diputado por Inquisivi.— Octavio Lazo de la Vega, Secretario,
Convencional Diputado por Potosí.—Heberto Añez, Secretario, Con­
vencional Diputado por Nuflo de Chávez.

POR TANTO: la promulgo para que se tenga y cumpla como ley


fundamental del Estado.
Palacio de Gobierno, en La Paz, a loa veinticuatro días del mes de
noviembre de mil novecientos cuarenta y cinco años.

G. ViUarroel.— Tcnl. C. Pinto, Ministro de Defensa Nacional (e in­


terino de Relaciones Exteriores y Culto).— V. Paz Estenssoro, Mi­
nistro de Hacienda y Estadística.—My. E. Nogales, Ministro de Go­
bierno, Justicia e Inmigración— My. J. Calero V., Ministro de Edu­
cación, Bellas Artes y Asuntos Indígenas.—*7. Zuazo Cuenca, Ministro
de Agricultura y Colonización.—J. Zarco Kramer, Ministro de Econo­
mía Nacional.— My. A. Ponce, Ministro de Obras Públicas y Comu­
nicaciones.— G. Monroy Block, Ministro del Trabajo y Previsión Social.
-J
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 491

H O N O R A B L E S C O N V E N C IO N A LE S DE 1945

Por Chuquisaca.— Convencionales Senadores: Román Rivera, Ró-


mulo Corvera Zenteno, Enrique González Duarte. Convencionales Di­
putados: Raúl Tovar V., Fernando Ortiz Sanz, Gregorio Mendizábal,
por la capital.— José María Rivera, por Ñor Cinti.— Ariel Morales Avi­
la, por Sud Cinti.— Felipe Mendieta, por Yamparáez.— Fructuoso Ra­
mos, por Oropeza.------ Raúl Laguna Lozada, por Tomina—Alberto
Salinas López, por Azurduy. — Juan Arancibia, por Azero. J. A r­
mando Torrico, por Zudañez.
Por La Paz.— Convencionales Senadores: Arturo Pacheco, José L.
Lanza, Enrique Hertzog. Convencionales Diputados: Rafael Otazo V.,
Tomás Chávez Lobatón, Eduardo Montes y Montes, Pablo Guillén,
por la capital.— Hernán Siles Zuazo, por Murillo.— Daniel Bailón Sa-
ravio, por Caupolicán.—Alfonso Finot, por Sicasica.—Félix Egumo
Zaballa, por Pacajes.—‘Israel Camacho, por Loayza.— Luis Iturralde
Chinel, por Iturralde.— Camilo Marín Murillo, por Larecaja.—Hum­
berto Fossati, por Ñor Yungas. — Daniel Bedregal, por Muñecas.—
Custodio Machicao, por Camacho.—Isaac Salazar P., por Los Andes.
Donato Millán, por Sud Yungas.
Por Cochabamba.— Convencionales Senadores: Julio Arauco Pra­
do, José Ferrufino, Hermógenes Salazar. Convencionales Diputados:
Eduardo Arce Quiroga, José Ramírez Velarde, Felipe Ayala Gamboa,
Alfredo Mendizábal, por capital.— Aníbal Zamorano, por Quillacollo.
Hernán Flor Medina, por Mizque.— José E. Peña, por Cliza. — José
Rosa Torrico, por Punata.—Teodoro Mercado, por Ayopaya.— Gual-
berto Olmos, por Chapare.— Urbano Escobar, por Arani.— Gumersin­
do Villarroel, por Arque.— Héctor Fernández F., por Tarata.— Luis
Ponce Lozada, por Campero.— Augusto Guzmán, por Capinota. Ro­
dolfo Soriano, por Carrasco.
Por Potosí.— Convencionales Senadores: Manuel Frontaura Argan-
doña, Justino Daza Ondarza, Fabio Soria Galvarro. Convencionales
Diputados: José Manuel Pando, Humberto Duchén, Gualberto Pedra-
zas, por la capital—Enrique Costas, por Ñor Lípez.—Armando Pinell,
por Sud Lípez.—Adolfo Torres Carpió, por Sud Chichas. — Emigdio
Alcalá, por Charcas.—Fausto Reinaga, por Chayanta—Arturo J. Bel-
trán, por Bustillo.— Carmelo Céspedes, por Alonso de Ibáñez— Abe­
lardo Villalpando, por Linares. — Hugo Bohorquez, por Comelio de
492 CIRO FÉLIX TRIGO

Saavedra. — Alberto Villegas, por Ñor Chichas. — Napoleón S ik


Ríoja, por Bilbao.—Romelio Salvador, por Quijarro. ^
Por Oruro. Convencionales Senadores: Guillermo Alborta Ab i
Elias M. Convencionales Diputados: Ernesto 2 .» Villareal, FranciaS
Cors (h.), Angel Mendizábal, Alfredo Salinas, por la capital.—Emilio
Carvajal, por Dalence.— Rodolfo Palenque P., por Abaroa y Cabrera
Modesto Garnica, por Carangas.— Enrique Herrero, por Poopó.
Por Santa Cruz. — Convencionales Senadores: Enrique Aponte
Dionisio Foianini, Lucas Saucedo Sevilla. Convencionales Diputados'-
Edmundo Roca, Raúl Otero Reich, Isaías Londívar, Carlos Ibáñez, por
la capital.—Ovidio Barbery J., por Gutiérrez.—Felipe Middagh,' por
Velasco.—Vito Prado, por Vallegrande. — Ceferino Mercado S.’ por
Chiquitos.— Jorge Velarde C., por Warnes.— Rodolfo Landívar,’ por
Ichilo. Os\valdo Gutiérrez, por Cordillera.— Mario Flores, por'Flo­
rida.
Por Tari ja.— Convencionales Senadores: Atilio Molina Pantoja,
Adolfo Echart. Convencionales Diputados: Carlos Morales Avila, Os­
car Donoso López, Jorge Araoz Camero, Heriberto Trigo Paz, por la
capital.— Oscar Maella, por Avilés.— Francisco Mealla, por Gran Cha­
co. Secundido Ugarte, por Méndez.— Hugo Pizarro Araoz, por O’Con-
nor.—Eulogio Ruiz, por Arce.
Por El Beni.— Convencionales Senadores: Rómulo Araño Peredo,
Luis Saavedra Suárez, Antonio Velasco Avila. Convencionales Dipu­
tados: Juan Manuel Hurtado, Angel Balcázar, Crisanto Valverde, An­
tonio Munguía, por la capital.— Gil Coimbra, por Iténez.—Abel Reyes
Ortíz A., por Vaca Diez.— Gilfredo Cortéz Candía, por Moxos.
Por Pando.— Convencionales Senadores: Abel Pacheco, Víctor Al­
berto Saracho. Convencionales Diputados: Bailón Rivero, Alberto La-
radenz, Roberto Jordán Cuéllar, Enrique Bánzer, por la capital.—Da­
vid Monje Pacheco, por Manuripe.— Gilberto Terrazas, por Madre de
Dios.— Pablo Saucedo Barbey, por Abuná.

Es conform e:

HUGO MEALLA CASO

Oficial Mayor de la H. Convención Nacional


C O N S T I T U C I O N P O L I T I C A D E 1947

ENRIQUE HERTZOG G.

Presidente Constitucional de la República de Bolivia

Por cuanto: el Congreso Nacional ha sancionado y proclamado la


siguiente Constitución Política:

CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO (*)

S e c c ió n p r im e r a

La Nación

Artículo 1.* Bolivia, libre, independiente y soberana, constituida


en República unitaria, adopta para su gobierno la forma democrática
representativa. Conc. k•

(•) L a ley de 25 de octubre de 194S dispuso:


A rtículo prim ero. L a Com isión M ixta de Constitución procederá a com pilar
la C onstitución P olítica del E stado insertando en las secciones respectivas las
reform as sancionadas por el Congreso Constituyente de 1947 y adoptando una
nueva num eración de sus artículos.
A rtículo segundo. E l texto original asi com pilado será firm ad o por los se­
nadores y diputados concurrentes al C ongreso Constituyente de 1947 y rem itido
al P oder E jecu tivo para su solem ne prom ulgación.
A rtícu lo tercero. L a prim era edición del texto prom ulgado será dirigida por
los secretarios del Senado N acional.
494 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 2 » La soberanía reside en el pueblo; es inalienable e im


prescriptible; su ejercicio está delegado a los Poderes Legislativa
Ejecutivo y Judicial. La independencia y coordinación de estos p £
deres es la base del gobierno. Conc. If6, 83, 13713 8.
Art. 3.s El Estado reconoce y sostiene la religión católica, apos
ca y romana, garantizando el ejercicio público de todo otro cul
to. Conc. 22, 91f, 15a.; 159.
Art. 4 .5 El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus
representantes y de las autoridades creadas por ley. Conc. 1 .
Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuye los de-
recnos del pueblo, comete delito de sedición. Conc. 61.

S e c c ió n segunda

Derechos y garantías

. ^ 5-’ ^ esdavitud no existe en Bolivia. No se reconoce nin­


gún genero de servidumbre y nadie podrá ser obligado a prestar tra­
bajos personales sin la justa retribución y sin su pleno consentimiento
Los servicios personales sólo podrán ser exigibles cuando así lo es­
tablezcan las leyes.
Art. 6 .» Toda persona tiene los siguientes derechos fundamenta­
les, conforme a las leyes que reglamentan su ejercicio. Conc. 28 33
a; De ingresar, permanecer, transitar y salir del territorio na-
cxonal.
b) De dedicarse al trabajo, comercio o industria, en condiciones
que no perjudiquen al bien colectivo. Conc 109 110
d i. 1 ^ líbre” e,lte “ * y opiniones, 'por cualquier u,e-
dio de difusión. Conc. 35, 5o.
j j d^ De reunirse y asociarse para los distintos fines de la activi­
dad, que no sean contrarios a la seguridad del Estado, Conc. 128
e) De hacer peticiones individual o colectivamente.
f) De recibir instrucción. Conc. 157.
g ) De enseñar bajo la vigilancia del Estado. Conc. 157
y a5restad0’ d eten id 0 ni Pres°. sino en los casos ’■jk
y según formas establecidas por la ley.
d
Para la ejecución de un mandamiento se requiere que éste emane
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 4 95
gv.
de autoridad competente y sea intimado por escrito. Conc. 12, 35, IfO.
Art. 8 .4 Toda persona que creyere estar indebidamente detenida,
procesada o presa, podrá ocurrir por sí o por cualquiera a su nombre,
con poder notariado o sin él, ante la Corte Superior del Distrito o ante
el Juez de Partido, a elección suya, en demanda de que se guarden las
formalidades legales. La autoridad judicial decretará inmediatamen­
te que el individuo sea conducido a su presencia y su decreto será obe­
decido, sin observación ni excusa, por los encargados de las cárceles
o lugares de detención. Instruida de los antecedentes, la autoridad
judicial decretará la libertad, hará que se reparen los defectos lega­
les o pondrá al individuo a disposición del Juez competente, dentro de
las 24 horas. La decisión que se pronuncie dará lugar al recurso de
nulidad ante la Corte Suprema de Justicia, recurso que no suspen­
derá la ejecución del fallo.
Los funcionarios públicos o personas particulares que resistan
a las decisiones judiciales, en los casos previstos por este artículo, se­
rán reos de atentado contra las garantías constitucionales, en cual­
quier tiempo, y no les servirá de excusa el haber cumplido órdenes
superiores.
Art. 9 .2 Todo delincuente in fraganti puede ser aprehendido, aun
sin mandamiento, por cualquiera persona, para el único objeto de con­
ducirle ante el juez competente, quien deberá tomarle su declaración,
a lo más, dentro de 24 horas. Conc. 16.
Art. 10. Los encargados de las prisiones a nadie recibirán en
ellas como arrestado, preso o detenido, sin copiar en su registro el
mandamiento corespondiente. Podrán, sin embargo, recibir en el re­
cinto de la prisión a los conducidos, con el objeto de ser presentados
al juez competente, dentro de 24 horas.
Art. 11. Los atentados contra la seguridad personal hacen res­
ponsables a sus autores inmediatos, sin que pueda servirles de excusa
el haberlos cometido de orden superior. Conc. 30, 101f.
Art. 12. Los funcionarios públicos que, sin haberse dictado el
estado de sitio, tomaren medidas de persecución, confinamiento o des­
tierro de ciudadanos y las hicieren ejecutar, así como los que clausu­
raren imprentas u otros medios de expresión del pensamiento libre,
estarán sujetos al pago de una indemnización civil de daños y per­
juicios, siempre que se comprobare, dentro de juicio, que tales medi­
das o hechos se adoptaron sin motivo justificado y en contravención
a las leyes constitucionales que garantizan los derechos ciu
La manera de cobrar la satisfacción del daño causado será W
minada en ley especial. Conc. 105.
Art. 13. Nadie puede ser juzgado por comisiones especiales o al
metido a otros jueces que los designados con anterioridad al h ~”
de la causa. Conc. 27, 139.
Art. 14. Nadie está obligado a declarar contra sí mismo en m-"
teria penal, ni lo están, sobre el mismo hecho, sus parientes cons»~*‘
guineos hasta el cuarto grado inclusive, ni sus afines hasta el sa.
gundo.
En ningún caso se empleará el tormento ni otro género de mortifi­
caciones. Conc. lJfO.
Art. 15. Jamás se aplicará la confiscación de bienes como castizo
político. _ ™
Son inviolables la correspondencia epistolar y los papeles priva­
dos, los cuales no podrán ser ocupados sino en los casos determinados
por las leyes y en virtud de orden escrita y motivada de autoridad
competente. No producen efecto legal las cartas ni papeles privados
que fueren violados o sustraídos.
Art. 16. Toda casa es un asilo inviolable; de noche no se podrá
entrar en ella sin consentimiento del que habita, y de día sólo se fran­
queará la entrada a requisición escrita y motivada de autoridad com­
petente, salvo el caso de delito in fraganti. Conc. 9.
Art. 17. Se garantiza la propiedad privada, siempre que el uso
que se haga de ella no sea perjudicial al interés colectivo. La expro­
piación se impone por causa de utilidad pública o cuando no llene una
función social, calificada conforme a ley y previa indemnización justa.
Conc. 108, 22.
Art. 18. Los súbditos o empresas extranjeras están, en cuanto
a la propiedad, en la misma condición que los bolivianos, sin que en
ningún caso puedan invocar situación excepcional ni apelar a recla­
maciones diplomáticas, salvo caso de denegación de justicia. Conc. 111.
Art. 19. Dentro de 50 kilómetros de las fronteras, los extranje­
ros no pueden adquirir ni poseer, por ningún título, suelo ni subsuelo,
directa o indirectamente, individualmente o en sociedad, bajo pena de
perder, en beneficio del Estado, la propiedad adquirida, excepto el
caso de necesidad nacional declarada por ley expresa.
Art. 20. Ningún impuesto es obligatorio sino cuando ha sido es-
■' c v ■
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 497

1 cido conforme a las prescripciones de esta Constitución. Los per-


d£)S pueden intentar recursos ante la Corte Suprema de Justicia
fcra los impuestos ilegales. Los impuestos municipales son obliga-
“H s cuando en su creación han sido observados los requisitos cons-
tacionales. Cono. 5 8 ,2>; 71, *.•; 122.
’ : Art 21. Los impuestos y demás cargas públicas obligan iguál­
ente a todos. Su creación, distribución y supresión tendrán carác­
ter general, debiendo determinarse en relación a un sacrificio igual
^e los contribuyentes, en forma proporcional o progresiva, según loa
casos. * .
' Art. 22. Los bienes de la iglesia, congregaciones religiosas y de
beneficencia, gozarán de las mismas garantías que los pertenecientes
a particulares, y estarán sujetos a las obligaciones y limitaciones
que establezca la ley. Conc. 17.
Art. 23. Toda persona goza de los derechos civiles; su ejercicio
se regla por la ley civil. Conc. 131.
Art. 24. Sólo el Poder Legislativo tiene facultad para alterar y
modificar los Códigos, así como para dictar reglamentos y disposicio­
nes en lo tocante a procedimientos judiciales. Conc. 72.
Art. 25. No existen la pena de infamia y la de muerte civil.
La pena capital se aplicará únicamente en los casos de asesinato,
parricidio y traición a la patria, entendiéndose por traición la com­
plicidad con el enemigo durante el estado de guerra extranjera.
Art. 26. Los caminos abiertos por particulares serán de uso pú­
blico. Una ley especial reglamentará el ejercicio de este derecho, así
como la colaboración del Estado y de los particulares para su con­
servación.
Art. 27. Son nulos los actos de los que usurpen funciones que
no les competen, así como los actos de los que ejerzan jurisdicción o
potestad que no emane de la ley. Conc. 11(2, 2.5.
Art. 28. Los principios, garantías y derechos reconocidos en esta
Constitución, no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten
su ejercicio y no necesitan reglamentación previa para su cumpli­
miento. Conc. 58,1.*; 9£>
Art. 29. Nadie será obligado a hacer lo que la Constitución y las
leyes no manden, ni a privarse de lo que ellas no prohíban.
Art. 30. Los que ataquen derechos y garantías constitucionales,
quedan sujetos a la jurisdicción ordinaria.
498 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 31. La ley sólo dispone para lo venidero y no tiene efee


retroactivo. -jm
Art. 32. Todo funcionario público, civil, militar o eclesiástico
antes de tomar posesión del cargo, está obligado a declarar expresa
y específicamente los bienes o rentas que tuviere, que serán verifl^
cados en la forma que determina la ley. cS"
Art. 33. Las declaraciones, derechos y garantías que enumera 1&
Constitución, no serán entendidos como negación de otros derechos y
garantías no enunciados, que nacen de la soberanía del pueblo y de la/
forma republicana de gobierno. Conc. 6.

S e c c ió n tercera

Conservación del orden público -%


■' tíSa

Art. 34. En los casos de grave peligro por causa de conmoción


interior o guerra exterior, el Jefe del Poder Ejecutivo, con dictamen W
afirmativo del Consejo de Ministros, podrá declarar el estado de sitio
en la extensión del territorio que fuere necesario. Conc. \, 22.*.
Si el Congreso se reuniere ordinaria o extraordinariamente, están*
do la República o una parte de ella, bajo el estado de sitio, la conti- $
nuación de éste será objeto de una autorización legislativa. En igual ífl
forma se procederá si el decreto de estado de sitio fuese dictado por el
Poder Ejecutivo estando las Cámaras en funciones.
Si el Ejecutivo no suspendiera el sitio antes de noventa días, cum­
plido este término caducará de hecho, salvo el caso de guerra inter- í
nacional declarada o de guerra civil en acción. Los que hubieran sido
objeto de apremio serán puestos en libertad, a menos de haber sido 7
sometidos a la jurisdicción de tribunales competentes.
El Ejecutivo no podrá prolongar el estado de sitio por nuevo de- v
creto más allá de noventa días, ni declarar otro estado de sitio dentro .
del mismo año sino con asentimiento del Congreso. Al efecto, lo con- ;
vocará a sesiones extraordinarias si ocurriese el caso durante el receso ■
de las Cámaras. Conc. 60,11".
Art. 35. La declaración del estado de sitio produce los siguien-
testes efectos:
- •1'° El Ejecutivo podrá aumentar el ejército permanente y llamar
al servicio las reservas que estime necesarias.
a w ~->-.. LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 499

24 Podrá imponer la anticipación que fuere indispensable sobre


las contribuciones y rendimientos nacionales, y negociar y exigir por
vía de empréstito, los recursos suficientes, siempre que no puedan cu­
brirse los gastos con las rentas ordinarias. En los casos de emprés­
tito forzoso, el Ejecutivo asignará las cuotas y las distribuirá entre
los contribuyentes conforme a su capacidad económica.
3 .° Las garantías y los derechos que consagra esta Constitución
no quedarán de hecho suspensos en general con la declaración del es­
tado de sitio; pero podrán serlo respecto de señaladas personas, fun­
dadamente sindicadas de tramar contra la tranquilidad de la Repú­
blica, de acuerdo a lo que establece en los siguientes párrafos.
4.2 Podrá la autoridad legítima expedir órdenes de comparendo
o arresto contra los sindicados, pero en el plazo máximo de 48 horas
los pondrá a disposición del juez competente, a quien pasará los do­
cumentos que hubiesen motivado el arresto.
Si la conservación del orden público exigiese el alejamiento de los
sindicados, podrá ordenarse su confinamiento a una capital de depar­
tamento o de provincia, que no sea malsana.
Queda prohibido el destierro por motivos políticos; pero al confi­
nado, perseguido o arrestado por motivos, que pida sus pasaportes
para el exterior, no podrán serle negados por causa alguna; debien­
do las autoridades otorgarle las garantías necesarias al efecto.
Los ejecutores de órdenes que violen estas garantías, podrán ser
enjuiciados, pasado que sea el estado de sitio, como reos de atentado
contra las garantías constitucionales, sin que les favorezca la excusa
de haber cumplido órdenes superiores.
5.s Podrá, igualmente, imponer la censura de la correspondencia
en general, y establecer el uso de pasaportes de tránsito para las per­
sonas que entren o salgan del territorio sitiado.
En caso de guerra internacional, establecerá censura sobre la co­
rrespondencia y todo medio de publicidad.
Art. 36. El Gobierno dará cuenta al próximo Congreso de los
motivos que dieron lugar a la declaratoria del Estado de sitio y el uso
que hubiese hecho de las facultades que le confiere esta sección, ex­
presando el resultado de los enjuiciamientos ordenados e indicando
las medidas indispensables para satisfacer los créditos que hubiese
contraído por préstamos directos y percepción anticipada de los im­
puestos. Conc. 60, 11°.
500 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 37. El Congreso dedicará sus primeras sesiones al examen


de la cuenta a que se refiere el artículo precedente, pronunciando su
aprobación o bien declarando la responsabiidad del Poder Ejecutivo
Las Cámaras podrá, al respecto, hacer las investigaciones que crean
necesarias y pedir al Ejecutivo la explicación y justificación de to­
dos sus actos relacionados con el estado de sitio, aunque no hubiesen
sido ellos mencionados en la cuenta rendida. Conc. 60, 11°.
Art. 38. Ni el Congreso, asociación alguna ni reunión popular
pueden conceder al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias, la
suma del Poder Público, ni otorgarle supremacías por las que la vida,
el honor y los bienes de los bolivianos queden a merced del gobierno,
ni de persona alguna. Conc. 61.
La inviolabilidad personal y las inmunidades establecidas por esta
Constitución, para los representantes nacionales, no se suspenden du­
rante el estado de sitio. Conc. 51, 52.

S e c c ió n cuarta

Nacionalidad y ciudadanía

Art. 39. Son bolivianos: 1.“ Los nacidos en el territorio de la


República, con excepción de los hijos de extranjeros que se encuentren
en Bolivia al servicio de sus gobiernos y de los hijos de extranjeros
transeúntes, los cuales podrán optar entre la nacionalidad boliviana
o la de sus padres, al cumplir diez y ocho años.
2.- Los nacidos en el extranjero de padre o madre bolivianos por
el solo hecho de avecindarse en el territorio nacional o de inscribirse
en los consulados.
3.s Los extranjeros que habiendo residido dos años en la Repú­
blica, declaren ante el Concejo Municipal del Departamento respec­
tivo su voluntad de adquirir la nacionalidad boliviana, renunciando
a su nacionalidad anterior.
El tiempo de permanencia se reducirá a un año, tratándose de ex­
tranjeros que se encuentren en los siguientes casos:
a) Que tenga cónyuge o hijos bolivianos;
b) Que sean propietarios de inmuebles o introduzcan alguna in­
dustria o invento útil para la colectividad;
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 501

e) Q u e sean empresarios de ferrocarriles y transportes ;


d) Que ejerzan el magisterio;
e) Que sean inmigrantes contratados por el Gobierno.
4 .' Los extranjeros que a la edad legal presten el servicio mili­
tar, podrán obtener su naturalización sin otro requisito.
5 .s Los extranjeros que por sus servicios obtengan su naturali­
zación de la Cámara de Senadores.
Art. 40. La mujer boliviana casada con extranjero no pierde su
nacionalidad. La mujer extranjera casada con boliviano adquiere la
nacionalidad de su marido, siempre que resida en el país, y manifieste
su conformidad; y no la pierde aún en el caso de viudez o divorcio.
Art. 41. La nacionalidad boliviana se pierde por adquirir nacio­
nalidad extranjera, bastando para recobrarla domiciliarse en Bolivia.
Art. 42. La ciudadanía consiste: 1.*) En concurrir como elector
o elegido a la formación o el ejercicio de los poderes públicos; 2.4) En
la admisibilidad a las funciones públicas, sin otro requisito que la ido­
neidad, salvo las excepciones establecidas por la ley. Conc. Jf5.
Art. 43. Para ser ciudadano se requiere: l .4) Ser boliviano; 2.4)
Tener 21 años de edad; 3.4) Saber leer y escribir, y, 4.s) Estar inscrito
en el Registro Cívico.
Art. 44. Los derechos de ciudadanía se suspenden: l .4 Por tomar
armas o prestar servicios en ejército enemigo en tiempo de guerra;
2 .4 Por quiebra fraudulenta declarada o por sentencia ejecutoriada y
condenatoria a pena corporal; 3.4 Por aceptar funciones de gobierno
extranjero, sin permiso del Senado, excepto los cargos universitarios
y culturales en general. Conc. 71, 2.* y 3.*.
Art. 45. Para la formación de las Municipalidades, se reconoce el
derecho de elección y elegibilidad a la mujer boliviana, en las mismas
condiciones que al hombre, más el derecho ciudadano a que se refiere
la Segunda Parte del Artículo 42 de esta Constitución. Conc. Jf2, 2.’ .

S e c c ió n q u in t a

Poder Legislativo

Art. 46. El Poder Legislativo reside en el Congreso Nacional com­


puesto de dos Cámaras, una de Diputados y otra de Senadores. Conc. 2.
Se reunirá ordinariamente cada año en la Capital de la República,
502 CIRO FÉLIX TRIGO

el día 6 de agosto, aun cuando no hubiese convocatoria; sus sesiones


durarán noventa días útiles, prorrogables hasta ciento veinte, a juicio
del mismo Congreso o a petición del Poder Ejecutivo. Si a juicio de
éste conviniese que el Congreso no se reúna en la Capital de la Repú­
blica, podrá expedir la convocatoria señalando otro lugar.
Art. 47. El Congreso puede reunirse extraordinariamente, por
acuerdo de la mayoría absoluta de sus miembros o por convocatoria
del Poder Ejecutivo. En cualquiera de estos casos sólo se ocupará de
los negocios consignados en la convocatoria. Conc. 91f, 5.\
Art. 48. Las Cámaras deben funcionar con la mayoría absoluta
de sus miembros, a un mismo tiempo, en el mismo lugar, y no podrá
comenzar o terminar la una sus funciones, en un día distinto de la otra.
Art. 49. Los Senadores y Diputados podrán ser designados Pre­
sidente o Vicepresidente de la República, Ministros de Estado o Agen­
tes Diplomáticos, quedando suspensos de sus funciones legislativas
por el tiempo que desempeñen aquellos cargos. Fuera de ellos no po­
drán ejercer otros dependientes de los Poderes Ejecutivo o Judicial.
Art. 50. Los empleados civiles, militares en servicio, así como
los eclesiásticos con jurisdicción, no podrán ser elegidos represen­
tantes nacionales, a excepción de los catedráticos de Universidad.
Art. 51. Los Senadores y Diputados son inviolables, en todo tiem­
po, por las opiniones que emitan en el ejercicio de sus funciones.
Conc. 38.
Art. 52. Ningún Senador o Diputado, desde el día de su elección
hasta la finalización de su mandato, sin discontinuidad, podrá ser acu­
sado, perseguido o arrestado en ninguna materia, si la Cámara a la
que pertenece no da licencia. En materia civil no podrá ser deman­
dado desde 60 días antes de la reunión del Congreso, hasta el término
de la distancia para que se restituya a su domicilio. Conc. 83, 59, 4 ..
E] Vicepresidente de la República, en su carácter de Presidente
del Congreso Nacional y del Senado, goza de las mismas inmunidades
y prerrogativas acordadas a Senadores y Diputados. Conc. 92.
Art. 53. Los Senadores y Diputados no podrán adquirir ni tomar
en arrendamiento, a su nombre o en el de tercero, bienes públicos, ni
hacerse cargo de contratos de obras o de aprovisionamiento, ni ob­
tener concesiones u otra clase de ventajas personales.
Tampoco podrán, durante el período de su mandato, ser empleados
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 503

?je entidades autárquicas, ni abogados de sociedades anónimas o de


«apresas que negocien con el Estado.
La contravención de estos preceptos importa pérdida del mandato
popular, mediante resolución de la respectiva Cámara, conforme al
Artículo 59, atribución 4.* de esta Constitución. Conc. 59, k ? ; 87, •$.*.
Art. 54. Durante el período constitucional de su mandato, po­
drán dirigir representaciones a los funcionarios del Poder Ejecutivo
para el cumplimiento de las disposiciones legales; podrán también
representar las necesidades y medios de mejora de sus distritos elec­
torales. Conc. 62, 63, 91f, 10
Art. 55. Cuando un mismo ciudadano fuere elegido Senador y
Diputado, aceptará el mandato que él prefiera. Si fuere elegido Sena­
dor o Diputado por dos distritos o departamentos, lo será por el dis­
trito que él escoja.
Art. 56. Los Senadores y Diputados pueden ser reelectos y sus
mandatos son renunciables.
Art. 57. Las sesiones del Congreso y de ambas Cámaras serán
públicas, y sólo podrán ser secretas cuando dos tercios de sus miem­
bros así lo determinen.
Art. 58. Son atribuciones del Poder Legislativo:
1.* Dictar leyes, abrogarlas, modificarlas e interpretarlas. Conc.
72 al 82.
2.“ Imponer contribuciones de cualquiera clase o naturaleza, su­
primir las existentes, determinar su carácter nacional, departamen­
tal o municipal y fijar los gastos fiscales. Las contribuciones se de­
cretarán por tiempo indefinido, salvo que las leyes respectivas señalen
un plazo determinado para su vigencia.
3.* Fijar para cada gestión financiera los gastos de la Adminis­
tración Pública, previa presentación del proyecto de Presupuesto por
el Poder Ejecutivo. Conc. 117.
4.* Fijar, igualmente, en cada legislatura, la fuerza militar que
ha de mantenerse en tiempo de paz. Conc. 60, 118,119.
6 .* Crear nuevos departamentos o provincias, fijar sus límites;
habilitar puertos mayores y establecer aduanas. Conc. 1^5, 11.*.
7.* Fijar el peso, ley, valor, tipo y denominación de las monedas;
autorizar la emisión y circulación de billetes de banco y arreglar el
sistema de pesas y medidas.
8 .* Conceder subvenciones o garantías de interés para la con«-
504 CIRO FÉLIX TRIGO

tracción de ferrocarriles, canales, carreteras y demás empresas de


vialidad.
9.* Permitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de
la República, determinando el tiempo de su permanencia.
10.* Autorizar la salida de tropas nacionales fuera del territorio
de la República, señalando el tiempo de su regreso. Conc. 93.
11.* Crear y suprimir empleos públicos, fijar sus emolumentos,
determinar o modificar sus atribuciones. Conc. 91f, 19.*; 117.
12.* Decretar amnistía por delitos políticos; conceder indulto,
previo informe de la Corte Suprema. Conc. 9!(, 13.3.
13.* Aprobar o desechar los tratados y convenciones internacio­
nales de toda especie. Conc. 60, 5.5; 2* y 3.\
14.* Autorizar la enajenación de bienes nacionales, departamen­
tales, municipales, universitarios y de todos los que sean de dominio
público. Conc. 108.
15.8 Autorizar al Ejecutivo la adquisición de bienes inmuebles
y aprobar las compras efectuadas.
16. Ejercer el derecho de influencia diplomática sobre actos no
consumados o compromisos internacionales del Poder Ejecutivo.
Conc. 91f, 3.a.
17.* Aprobar o reprobar anualmente la cuenta de la inversión
de los fondos destinados a los gastos de la Administración Pública,
que debe presentar el Gobierno en la primera sesión de cada Legis­
latura. Conc. 60, 5.5; 91f, 7.-; 120.
18.* Nombrar a los Ministros de la Corte Suprema de Justicia.
Conc. 67, US, m , 11(5, U8.
19.a Autorizar a las Universidades la contratación de emprésti­
tos. Conc. 1 62 ,161f.

Se c c ió n sexta

El Congreso

Art. 59. Son atribuciones de cada Cámara:


1.* Calificar las credenciales de sus respectivos miembros.
La invalidez de las credenciales de Senadores y Diputados sólo po­
drá ser demandada ante la Corte Suprema, cuyo fallo será irrevisa-
ble por las Cámaras. Si al calificar credenciales no demandadas ante
LAS CONSTITUCIONES DE SOLIVIA 505

la Corte Suprema, la Cámara encontrase motivos de nulidad, remitirá


el caso por resolución de dos tercios de votos, a conocimiento y deci­
sión de dicho tribunal. Conc. lJf2, 3.-; lJfó, 12.\
2.* Organizar su Mesa Directiva.
3 .» Dictar su reglamento y corregir sus infracciones.
4 .» Separar temporal o definitivamente a cualesquiera de sus
miembros por graves faltas en el ejercicio de sus funciones, con el
acuerdo de dos tercios de votos.
5.* Ordenar el pago de sus presupuestos y atender todo lo rela­
tivo a su economía y policía interior. Conc. 80, 451, 10.».
Art. 60. Las Cámaras se reunirán en Congreso para los siguientes
fines:
1 .4 Inaugurar y clausurar sus sesiones.
2 .4 Verificar el escrutinio de las actas de elecciones de Presiden­
te y Vicepresidente de la República, o designarlos por sí mismas,
cuando no hubieran reunido la pluralidad absoluta de votos, conforme
a las disposiciones de esta Constitución. Conc. 88.
3 .4 Recibir el juramento de los funcionarios expresados en el
párrafo anterior. Conc. 90.
4." Admitir o negar la renuncia de los mismos. Conc. 91.
5 .5 Ejercitar las atribuciones a que se refieren los incisos 13 y 17
del artículo 58.
6 .4 Considerar las leyes vetadas por el Ejecutivo. Conc. 77.
7 .4 Resolver la declaratoria de guerra, a petición del Ejecutivo.
8.4 Determinar el número de la fuerza armada.
9.4 Considerar los proyectos de ley que aprobados en la Cámara
de origen, no lo fueren por la Cámara revisora. Conc. 75, 76.
10.4 Dirimir, por dos tercios de votos de la totalidad de sus miem­
bros, las competencias que susciten a las Cámaras, el Ejecutivo o la
Corte Suprema y por mayoría absoluta de votos, las que se susciten
entre los expresados poderes o entre las Cortes de Distrito y la de Ca­
sación. Conc. H 5, 9.-.
11.» Ejercitar las facultades que le corresponden conforme a los
artículos 34, 36 y 37 de esta Carta.
12 .8 Conocer conforme a ley, de las demandas de acusación con­
tra el Presidente y Vicepresidente de la República, Ministros de Es­
tado, Agentes Diplomáticos y Contralor General de la República, por
delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones. Conc. !Jf5, 6.9.
506 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 61. En ningún caso podrá delegar el Congreso, a uno o a mu­


chos de su3 miembros, ni a otro poder, las atribuciones que tiene por
esta Constitución. Conc. 38.
Art. 62. Las Cámaras pueden acordar la censura de los actos del
Ejecutivo, dirigiéndola contra los Ministros de Estado, separada o con­
juntamente, según el caso, con el fin de conseguir la modificación del
procedimiento político que haya dado lugar a la censura.
Para el ejercicio de esta facultad, basta la decisión de la Cámara
en la cual se haya iniciado, por el voto de la mayoría absoluta de sus
miembros concurrentes. Conc. 99.
Art. 63. Cada una de las Cámaras, a solicitud escrita de cuales­
quiera de sus comisiones o miembros, tiene la facultad de pedir la pre­
sencia en sala de los Ministros de Estado, para recibir los informes
que estime convenientes, sea con fines legislativos, de inspección o de
fiscalización. Conc. 51f, 9!h 10.\

S e c c ió n s é p t im a

Cámara de Diputados

Art. 64. Los diputados serán elegidos directamente por el puo-


blo, a simple pluralidad de sufragios. Durarán en sus funciones cua­
tro años, renovándose por mitad en cada bienio. En el primero saldrán
Por suerte. La ley reglamentará estas elecciones y fijará el número de
diputados. Conc. 70.
Art. 65. Para ser diputado se requiere:
1-* Ser boliviano de nacimiento;
2.s Haber cumplido los deberes militares;
3.5 Estar inscrito en el Registro Cívico;
4.* Tener 25 años cumplidos;
5 -5 No haber sido condenado a pena corporal por los tribunales,
ni tener pljego de cargo o auto de culpa ejecutoriado.
Art. 6 6 . El ejercicio de las atribuciones 3.*, 4 .4 y 5.* del artícu­
lo 58, tendrá origen en la Cámara de Diputados a iniciativa de uno
o más de sus miembros o del Poder Ejecutivo. Conc. 72.
Art. 67. Corresponde a la Cámara de Diputados elegir a los ma­
gistrados de la Corte Suprema de Justicia por mayoría absoluta de
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIYÍA 507

votos, de las ternas propuestas por el Senado. También le corresponde


acusar ante el Senado a los Magistrados de la Corte Suprema, por
delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones. Corte. 72, 10.*, llfi.

S e c c ió n octava

Cámara de Senadores

Art, 6 8 . El Senado de la República se compone de tres Senadores


por cada Departamento.
Art. 69. Para ser Senador se necesita: tener 35 años cumplidos
y reunir los requiscitos exigidos para Diputado. Conc. 65.
Art. 70. Los Senadores ejercerán sus funciones seis años. La re­
novación de la Cámara será por tercias partes, debiendo salir por
suerte un tercio en cada uno de los dos primeros bienios. Conc. 67.
Art. 71. Son atribuciones de esta Cámara:
1.* Tomar conocimiento de las acusaciones hechas por la Cámara
de Diputados a los Ministros de la Corte Suprema, conforme a la Ley-
de Responsabilidades.
El Senado juzgará en única instancia a los Ministros de la Corte
Suprema y les impondrá la sanción y responsabilidad correspondien­
te, por acusación de la Cámara de Diputados, emanada de querella de
los ofendidos o a denuncia de cualquier ciudadano.
En los casos previstos por los incisos anteriores, será necesario
el voto de dos tercios de los miembros presentes.
Una ley especial dispondrá el procedimiento y formalidades de es­
tos juicios.
2.' Rehabilitar como bolivianos, o como ciudadanos, a los que
hubiesen perdido estas calidades.
3 .5 Permitir a los bolivianos la admisión de empleos, títulos o
emolumentos de gobierno extranjero.
4.s Considerar las ordenanzas municipales. Conc. 122, 156.
5 .4 Decretar honores públicos a quienes lo merezcan por sus ser­
vicios eminentes a la Nación.
6 .* Proponer ternas a la Cámara de Diputados para la elección
de magistrados de la Corte Suprema. Conc. 67.
7." Proponer temas al Presidente de la República para la elec-
508 CIRO FÉLIX TRIGO

ción de Contralor General y Fiscal General de la República. Conc 9i


18123,150. ' ’
8 .’ Proponer ternas para Arzobispos y Obispos, a fin de que sean
presentados por el Poder Ejecutivo, para la institución canónica
Conc. 91,, 16.'.
9.s Conceder, por dos tercios de votos, premios pecuniarios.
10.* Elegir por mayoría absoluta de votos a los magistrados de
las Cortes de Distrito, de las ternas propuestas por la Corte Supre­
ma. Conc. 67, llf8.
11.* Aceptar o negar en votación secreta los ascensos propuestos
por el Poder Ejecutivo de Generales y Coroneles del Ejército. Conc. 9Jf
21,.', 175.

S e c c ió n novena

Leyes y resoluciones del Poder Legislativo

Art. 72. Las leyes, exceptuando los casos previstos por las atri­
buciones 3.5, 4.* y 11.* del artículo 58, pueden tener origen en el Se­
nado o en la Cámara de Diputados, a proposición de uno o más de sus
miembros, o por mensaje del Poder Ejecutivo, a condición, en este caso,
de que el proyecto sea sostenido en los debates por el Ministro del res­
pectivo despacho.
La Corte Suprema podrá presentar proyectos de ley sobre refor­
ma de los Códigos, mediante mensaje dirigido al Poder Legislativo,
Conc. 66.
Art. 73. Aprobado el proyecto de ley en la Cámara de origen,
pasará inmediatamente para su discusión a la Cámara revisora. Si la
Cámara revisora lo aprueba, será enviado al Poder Ejecutivo para su
promulgación.
Art. 74. El proyecto de ley que fuere desechado en la Cámara de
origen, no podrá ser nuevamente propuesto, en ninguna de las Cáma­
ras, hasta la legislatura siguiente.
Art. 75. Si la Cámara revisora se limita a enmendar o modificar
el proyecto, éste se considerará aprobado, en caso de que lá Cámara
de origen acepte por mayoría absoluta las enmiendas o modificaciones.
Pero, si no las acepta, o si las corrige y altera, las dos Cámaras se
reunirán a convocatoria de cualesquiera de sus Presidentes dentro de
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 509

los veinte días para deliberar sobre el proyecto. En caso de aproba­


ción será remitido al Ejecutivo para su promulgación como ley de la
República; mas, si fuere desechado, no podrá ser propuesto de nuevo,
sino en una de las legislaturas siguientes. Conc. 60, 9.1; 76.
Art. 76. En caso de que la Cámara revisora deje pasar veinte
días, sin pronunciarse sobre el proyecto de ley, la Cámara de origen
reclamará su despacho, con un nuevo término de diez días, al cabo de
los cuales será considerado en sesión de Congreso. 60, 9.\
Art. 77. Toda ley sancionada por el Poder Legislativo podrá ser
observada por el Presidente de la República en el término de diez
días, desde aquel en que la hubiera recibido. Conc. 60, 6 .s.
La ley no observada dentro de los diez días será promulgada. Si
en este término recesare el Congreso, el Presidente de la República
publicará el mensaje de sus observaciones, para que se considere en
la próxima legislatura. Conc. 179, 181.
Art. 78. Las observaciones del Ejecutivo se dirigirán a la Cá­
mara de origen. Si ésta y la revisora, reunidas en Congreso, las hallan
fundadas y modifican la ley conforme a ellas, la devolverán al E je­
cutivo para su promulgación.
Si el Congreso declara infundadas las observaciones, por dos ter­
cios de los miembros presentes, el Presidente de la República pro­
mulgará la ley dentro de otros 1 0 días.
Art. 79. Las leyes no vetadas o no promulgadas por el Presidente
de la República, en el término de diez días desde su recepción, serán
promulgadas por el Presidente del Congreso.
Art. 80. Las resoluciones camarales y legislativas no necesitan
promulgación del Ejecutivo. Conc. 1^5, 10.}.
Art. 81. La promulgación de las leyes se hará por el Presidente
de la República en esta form a:
“Por cuanto el Congreso Nacional ha sancionado la siguiente le y :
“Por tanto, la promulgo para que se tenga y cumpla como ley de
la República” .
Las decisiones parlamentarias se promulgarán en esta form a:
“El Congreso Nacional de la República, Resuelve: Por tanto, cúm­
plase con arreglo a la Constitución” .
Art. 82. La ley es obligatoria desde el día de su publicación, salvo
disposición contraria de la misma ley.
510 CIRO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n d é c im a

Poder Ejecutivo

Art. 83. Eli Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la Re­


pública, conjuntamente con los Ministros de Estado. Conc. 100.
Art. 84. El Presidente de la República será elegido por sufragio
directo. Al mismo tiempo y en igual forma se elegirá al Vicepresi­
dente.
Art. 85. El período del Presidente y Vicepresidente de la Repú­
blica es de cuatro años improrrogables. Ninguno de ellos podrá ser
reelegido ni el Vicepresidente ser elegido Presidente de la República,
sino pasados cuatro años desde la terminación de su mandato.
Conc. 180 y Articulo transitorio.
Art. 8 6 . Para sr elegido Presidente o Vicepresidente de la Re­
pública se requiere las condiciones exigidas para Senador. Conc. 69.
Art. 87. No pueden ser elegidos Presidente ni Vicepresidente de
la República:
1.* Los Ministros de Estado que no dejaren el cargo seis meses
antes del día de la elección.
2 .5 Los miembros de la fuerza armada en servicio activo y los
del clero regular.
3.a Los parientes consanguíneos y afines dentro del segundo gra­
do, de quienes ejercieren la Presidencia o Vicepresidencia de la Re­
pública, el último año anterior a la elección presidencial.
4 .5 Los contratistas de obras y servicios públicos; los adminis­
tradores y directores, mandatarios y representantes de empresas sub­
vencionadas por el Estado o de sociedades y establecimientos en que
tiene participación pecuniaria el fisco; los administradores y recau­
dadores de los fondos públicos mientras finiquiten sus cuentas. Conc. 53.
Art. 8 8 . Si ninguno de los candidatos para la Presidencia o la Vi­
cepresidencia de la República obtuviese la pluralidad absoluta de vo­
tos, el Congreso tomará a tres de los que hubiesen obtenido el mayor
número para el uno u otro cargo, y de entre ellos hará la elección.
Si hecho el primer escrutinio ninguno reuniese la mayoría absoluta
de votos de los representantes concurrentes, la votación posterior se
concretará a los dos que hubieran alcanzado el mayor número de su-
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 511

fragios. En caso de empate, se repetirá la votación hasta que alguno


de los candidatos obtenga la mayoría absoluta.
La elección, el escrutinio y la proclamación se harán en sesión pú­
blica y permanente. Conc. 60, 2.\
Art. 89. La proclamación de Presidente y Vicepresidente de 1»
República se anunciará a la Nación mediante una ley.
Art. 90. El Presidente y el Vicepresidente de la República, al to­
mar posesión del cargo, jurarán solemnemente ante el Congreso, fide­
lidad a la República y a la Constitución. Conc. 60, 3.’ .
Art. 91. En caso de impedimento o ausencia temporal del Presi­
dente de la República, antes o después de su proclamación, lo reempla­
zará interinamente el Vicepresidente y a falta de éste, el Presidente
del Senado, o en su defecto, el de la Cámara de Diputados.
El Vicepresidente asumirá la Presidencia de la República si ésta
quedare vacante, antes o después de la proclamación del Presidente
electo, y la ejercerá hasta la finalización del período constitucional.
A falta del Vicepresidente hará sus veces el Presidente electo del Se­
nado y en su defecto, el de la Cámara de Diputados. En este último
caso, si aún no hubieren transcurrido tres años del período presiden­
cial, se procederá a una nueva elección de Presidente y Vice, sólo para
completar dicho período.
Art. 92. Mientras el Vicepresidente no ejerza el Poder Ejecutivo,
desempeñará el cargo de Presidente del Senado, sin perjuicio de que
esta Cámara elija su Presidente para que haga las veces de aquél en
su ausencia. Conc. 52.
Art: 93. El Presidente de la República no podrá ausentarse del
territorial nacional sin permiso del Congreso. Conc. 58, 9.’ y 10.°.
Art. 94. Son atribuciones del Presidente de la República:
1.* Ejecutar y hacer cumplir las leyes, expidiendo los decretos y
órdenes convenientes, sin definir privativamente derechos, alterar los
definidos por la ley ni contrariar sus disposiciones, guardando las res­
tricciones consignadas en esta Constitución. Conc. 2Jf, 27, H 5, 5.!, 7.f.
2.* Negociar y concluir Tratados con naciones extranjeras; can­
jearlos, previa ratificaión del Congreso. Conc. 5 8 , 1 3 6 0 , 5.!.
3.* Conducir las relaciones exteriores; nombrar funcionarios di­
plomáticos y consulares; admitir a los funcionarios extranjeros en
general. El nombramiento de Embajadores y Ministros plenipotencia­
rios se someterá a la aprobación del Senado; pero estos funcionarios
512 CIRO FÉLIX TRICO

son de la confianza exclusiva del Presidente de la República y conser­


varán sus cargos mientras cuenten con ella.
4.* Concurrir a la formación de las leyes, mediante mensajes es­
peciales. Conc. 5 8 , 1 7 2 .
5.* Convocar al Congreso a sesiones extraordinarias. Conc. lti ¡
6 .* Administrar las rentas nacionales y decretar su inversión, por
intermedio del Ministro del respectivo ramo, con arreglo a las leyes
y con estricta sujeción al presupuesto.
7.* Presentar al Legislativo en la primera sesión ordinaria los
presupuestos nacional y departamentales para la siguiente gestión
financiera y proponer, durante su vigencia, las modificaciones que es­
time necesarias. La cuenta de los gastos públicos conforme al presu­
puesto anterior, se presentará anualmente. Conc. 120.
8 .* Velar sobre las resoluciones municipales, especialmente las
relativas a rentas e impuestos; denunciar ante el Senado las que sean
contrarias a la Constitución y a las leyes, siempre que la municipa­
lidad trangresora no cediese a las intimaciones del Ejecutivo. Conc. 71
V ; U 5 , 9.’ .
9.’ Presentar anualmente al Congreso, en la primera sesión or­
dinaria, mensaje escrito acerca del curso y estado de los negocios de
administración durante el año, acompañando las memorias ministe­
riales. Conc. 102.
10.* • Prestar a las Cámaras, mediante los Ministros, los informes
que soliciten, pudiendo reservar los relativos a negocios diplomáticos
que a su juicio no deban publicarse. Conc. 5k, 63.
11.' Conmutar la pena de muerte conforme a las leyes.
12.* Hacer cumplir las sentencias de los tribunales. Conc. 1 $ .
13.* Decretar amnistía por delitos políticos, sin perjuicio de las
que pueda conceder el Legislativo. Conc. 58, 12.’ .
14.* Conceder jubilaciones, pensiones y montepíos conforme a
las leyes. Ccmc. 125.
15.* Ejercer los derechos del Patronato Nacional en iglesias, be­
neficios, instituciones, bienes y personas eclesiásticas. Conc. 3.
16.* Presentar arzobispos y obispos, eligiéndolos de las temas
propuestas por el Senado y nombrar dignidades, canónigos y preben­
dados de entre los propuestos por los Cabildos eclesiásticos. Conc. 71,
8 > ; I t f , 8.'.
17.' Conceder o negar el exequátur a los decretos conciliares, bre­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 51S

ves, bulas y rescriptos del Sumo Pontífice, con acuerdo del Senado,
requiriéndose una ley cuando contemplen disposiciones generales y
permanentes.
18.* Nombrar al Fiscal General y al Contralor General de la Re­
pública de las temas propuestas por el Senado Nacional, y a los presi­
dentes de las entidades de función económica y social en las cuales
tiene intervención el Estado, de las ternas propuestas por la Cámara
de Diputados. Conc. 71, 7S, 123, 150.
19.’ Nombrar los empleados de la administración, cuya designa­
ción no esté reservada por ley a otro poder, y expedirles sus títu­
los. Conc. 58,11.*.
20.* Nombrar interinamente, en caso de renuncia o muerte, a loa
empleados que deban ser elegidos por otro poder, cuando éste se en­
cuentre en receso. Conc. 68,11ft.
21.* Asistir a la inauguración y clausura del Congreso. Conc.
60,1.".
22.' Conservar y defender el orden interno y la seguridad exte­
rior de la República, conforme a la Constitución. Conc. Si-
23.* Designar al Comandante en Jefe del Ejército. Conc. 173.
24.* Proponer al Senado, en caso de vacante, ascensos de Gene­
rales y Coroneles de Ejército, con un informe de sus servicios y pro­
mociones.
25.* Conferir durante guerra internacional, grados de General
o Coronel en el campo de batalla. Conc. 175.
26.* Conceder, según ley, privilegio exclusivo temporal a los que
inventen, perfeccionen o importen procedimientos o métodos útiles
a las ciencias o artes, e indemnizar en caso de publicarse el secreto de
invención, perfección o importación.
27.* Crear y habilitar puertos menores.
Art. 95. El grado de Capitán General del Ejército es inherente
a las funciones de Presidente de la República. Conc. 176.
Art. 96. El Presidente de la República visitará los distintos cen­
tros del país, por lo menos una vez durante el período de su mandato,
para estudiar sus necesidades, debiendo dar cuenta de sus observa­
ciones al Legislativo.
gJijH

514 CIRO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n d é c im o t e r c e r a
üS|
Ministros de Estado

Art. 97. Los negocios de la Administración Pública se despachan


por los Ministros de Estado, cuyo número determina la ley. Para sn *
nombramiento o remoción bastará Decreto del Presidente de la Re-::l
pública. Conc. 83.
Art. 98. Para ser Ministro de Estado se requieren las mismas con­
diciones que para Diputado. Conc. 65.
Art. 99. Los Ministros de Estado son responsables de los actos de i
la administración en sus respectivos ramos, conjuntamente con el
Presidente de la República. p
Su responsabilidad será solidaria por los actos acordados en Con­
sejo de Gabinete. Conc. 62.
Art. 100. Todos los decretos y disposiciones del Presidente de la
República deben ser firmados por el Ministro del respectivo departa­
mento. No serán obedecidos sin este requisito.
Art. 101. Los Ministros de Estado pueden concurrir a los deba- §§f
tes de cualquiera de las Cámaras, debiendo retirarse antes de la vo- III
tación.
Art. 102. Luego que el Congreso abra sus sesiones los Ministros
presentarán sus respectivos informes acerca del estado de la admi­
nistración, en la forma que se expresa en el artículo 94, atribución 9.*.
Art. 103. La cuenta de inversión de las rentas, que debe pre­
sentar al Congreso el Ministro de Hacienda, llevará la aprobación de
los demás Ministros en sus respectivos departamentos. Conc. 120.
A la formación del presupuesto general concurrirán todos los Mi­
nistros en sus ramos correspondientes. Conc. 117.
Art. 104. No salva a los Ministros de su responsabilidad, la or­
den verbal o escrita del Presidente de la República. Conc. 11.
Art. 105. Por los delitos que cometan en el ejercicio de sus fun- *
ciones, pueden ser acusados conforme a la ley de responsabilidades.
Conc. 12, 60,12.',

*
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 515

S e c c ió n d é c d v io se g u n d a

£
<
• Régimen interior
Art. 106. El gobierno departamental en lo político y administra­
tivo estará a cargo de Prefectos, Subprefectos y corregidores, cuyas
atribuciones y condiciones de elegibilidad serán determinadas por
Jey. conc. H 5, 6 H6.

S e c c ió n d é c im o t e r c e r a

Régimen económico y financiero

Art. 107. El régimen económico debe responder esencialmente a


principios de justicia social, que tiendan a asegurar para todos los
habitantes una existencia digna del ser humano. Conc. 121}, 125.
Art. 108. Son del dominio originario del Estado, a más de los bie­
nes a los que actualmente la ley da esa calidad, todas las sustancias
del reino mineral, las tierras baldías con todas sus riquezas natura­
les, las aguas lacuestres, fluviales y medicinales, así como todas las
fuerzas físicas susceptibles de aprovechamiento económico. Las leyes
establecerán las condiciones de este dominio así como las de adjudica­
ción a los particulares. Conc. 58, 11}.’ .
Art. 109. El Estado podrá regular, mediante ley, el ejercicio del
comercio y de la industria, cuando así lo requieran, con carácter im­
perioso, la seguridad o necesidad públicas. Podrá también en estos
casos, asumir la dirección superior de la economía nacional. Esta in­
tervención se ejercerá en forma de control, de estímulo o de gestión
directa. Conc. 6.° b).
Art. 110. El Estado podrá, con cargo de aprobación legislativa
en Congreso, establecer el monopolio fiscal de determinadas exporta­
ciones, siempre que las necesidades del país así lo requieran. Contro­
lará asimismo las disponibilidades en moneda extranjera.
La exportación del petróleo y sus derivados, de propiedad fiscal
o particular, sólo se hará por intermedio del Estado o de una entidad
que lo represente.
También la importación de materias primas para la industria na­
cional podrá hacerse por el Estado o por una entidad que lo repre­
sente. Conc. 6.* b).
Art. 111. Todas las empresas establecidas para explotaciones,
aprovechamiento o negocios en el país se considerarán nacionales y
estarán sometidas a la soberanía, a las leyes y a las autoridades de
la República Conc. 18.
Art. 112. Las rentas del Estado se dividen en nacionales, depar­
tamentales y municipales, y se administrarán independientemente por
sus tesoros. Ningún dinero se sacará de estos tesoros sino conforme
a los respectivos presupuestos.
Una ley orgánica clasificará los ingresos nacionales, departamen­
tales y municipales.
Los recursos departamentales, municipales o universitarios, recau­
dados por oficinas dependientes del tesoro nacional, de ninguna ma­
nera podrán ser centralizados en dicho tesoro. Conc. 121.
Art. 113. El ejecutivo presentará al Legislativo, en su primera
sesión ordinaria, los proyectos de ley de los presupuestos nacional
y departamentales. Producido el informe de la Comisión respectiva,
o sin él, una vez transcurrido veinte días desde la primera sesión or­
dinaria, los proyectos de presupuesto serán considerados de inme­
diato por la Cámara de Diputados, en sesión permanente. El Senado
procederá en la misma forma, computándose los veinte días para la
consideración de los proyectos de presupuestos, desde la fecha en que
fueron entregados a su Secretaría. Conc. 58, 2.*.
Art. 114. Si en el término de noventa días, a contar de la inaugu­
ración de las labores legislativas, no son sancionados los presupuestos
nacionales y departamentales, el presupuesto del año fiscal corriente
continuará rigiendo el próximo año fiscal. Siempre que el Legislativo
no sancionare el presupuesto durante dos años consecutivos, el último
proyecto presentado por el Ejecutivo y que no hubiera sido aprobado,
regirá durante el año fiscal siguiente. Conc. 58, 2.*.
Art. 115. Al considerar los proyectos de presupuesto, las Cáma­
ras podrán aceptar, disminuir o rechazar los servicios, sueldos, au­
mentos y empleos que se propongan, pero no podrán crear nuevas par­
tidas. No se aplicará esta disposición a los servicios dependientes del
Poder Legislativo. Conc. 58, 2.’, y 3 1 1 7 .
Art. 116. El Presidente de la República, con acuerdo del Consejo
de Ministros, podrá decretar pagos no autorizados por la Ley de Pre­
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 517

supuesto, únicamente para atender necesidades impostergables deri­


vadas de calamidades públicas, de conmoción interna o del agotamien­
to de recursos destinados a mantener los servicios cuya paralización
causaría grave daño a la República. Los gastos destinados a estos
fines no excederán del uno por ciento del total de egresos autorizados
por el presupuesto nacional.
Los ministros de Estado y funcionarios que den curso a gastos que
contravengan lo dispuesto en este artículo, serán responsables solida­
riamente de su reintegro, y culpables del delito de malversación de
caudales públicos.
Art. 117. Todo proyecto de ley que implique gastos para el Es­
tado, debe indicar, al propio tiempo, la manera de cubrirlos y la for­
ma de su inversión. Coiic. 58, 3.-, 11.*; 115.
Art. 118. La deuda pública está garantizada. Todo compromiso
del Estado, contraído conforme a las leyes, es inviolable. Conc. 58, 5.“.
Art. 119. La deuda flotante que el Ejecutivo contraiga dentro de
un año fiscal, ineludiblemente deberá quedar extinguida en la siguiente
gestión financiera.
Art. 120. La cuenta general de los ingresos y egresos de cada
gestión financiera será presentada por el Ministerio de Hacienda, al
Congreso, en la primera sesión ordinaria. Conc. 58,11.*; 9If, 1.*, 9.*; 103.
Art. 121. Las entidades estatales, autónomas o semiautónomas,
también deberán presentar anualmente al Congreso la cuenta de sus
rentas y gastos, acompañada de un informe de la Contraloría Gene­
ral de la República.
Art. 122. Los departamentos y municipios no podrán crear sis­
temas protectores ni prohibitivos que afecten a los intereses de otras
circuhscripciones de la República, ni dictar ordenanzas de favor para
los habitantes del Departamento, ni de exclusión para otros bolivia­
nos. Conc. 20,11, lf.g
Art. 123. Habrá una oficina de contabilidad y contralor fiscales
que se denominará Contraloría General de la República. La ley de­
terminará las atribuciones y responsabilidades del Contralor General
y de los funcionarios de su dependencia. El Contralor General depen­
derá directamente del Presidente de la República y será nombrado por
éste, de la terna propuesta por el Senado; tendrá la remuneración de
Ministro de Estado y gozará de la misma inamovilidad que los Minis­
tros de la Corte Suprema de Justicia. Conc. 91f, 18.'.
518 CIRO FÉLIX TRIGO

S e c c ió n d e c im o c u a r t a

Régimen social

Art. 124. El trabajo y el capital, como factores de la producción,


gozan de la protección del Estado. Conc. 107, 130.
Art. 125. La ley regulará el seguro obligatorio de enfermedad,
accidentes, paro forzoso, invalidez, vejez, maternidad y muerte, los
desahucios e indemnizaciones a empleados y obreros, el trabajo de las
mujeres y de los menores, la jornada máxima, el salario mínimo, el
descanso dominical y de los feriados, las vacaciones anuales y puer­
perales con goce de salario, la asistencia médica e higiénica y otros
beneficios sociales y de protección a los trabajadores. Conc. 131, 132.
Art. 126. El Estado fomentará mediante legislación adecuada, la
organización de toda clase de cooperativas.
Art. 127. El Estado dictará medidas protectoras de la salud y de
la vida de los obreros, empleados y trabajadores campesinos; velará
porque éstos tengan viviendas salubres y promoverá la edificación
de casas baratas; velará igualmente por la educación técnica de los
trabajadores manuales.
Las autoridades controlarán asimismo las condiciones de seguridad
y salubridad públicas dentro de las que deberán ejercerse las profe­
siones o los oficios, así como las labores en el campo y las minas.
Art. 128. Se garantiza la libre asociación profesional y sindical
y se reconoce el contrato colectivo de trabajo. Asimismo se reconoce
el Fuero Sindical y el derecho de huelga, como medio de defensa de
los trabajadores, conforme a ley, no pudiendo éstos ser despedidos,
perseguidos ni presos por sus actividades sindicales. Conc. 6.” d). 131.
Art. 129. La ley determinará el sistema de participación de los
empleados y obreros en los beneficios de las empresas.
Art. 130. El Estado, mediante tribunales u organismos especia­
les, resolverá los conflictos entre patrones y trabajadores o emplea­
dos. Cons. l£Jf.
Art. 131. Los derechos y beneficios reconocidos por ley a favor
de los trabajadores y empleados, son irrenunciables. Son nulas las
convenciones contrarias o que tiendan a burlar sus efectos.
Art. 132. La asistencia social es una función del Estado. La ley
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 51©
^ r •
precisará las condiciones de esta asistencia. La sanitaria es de ca­
rácter coercitivo y obligatorio. Conc. 136.
i*

S e c c ió n d e c im o q u in t a

La familia

Art. 133. El matrimonio, la familia y la maternidad están bajo la


protección del Estado. Se establece la igualdad jurídica de los cón­
yuges.
Se reconoce el matrimonio de hecho en las uniones concubinarias,
con sólo el transcurso de dos años de vida en común, verificada por
todos los medios de prueba o el nacimiento de un hijo, siempre que
las partes tengan capacidad legal para contraer enlace. La ley del
Registro Civil perfeccionará estas uniones de hecho..
Art. 134. No se reconoce desigualdades entre los hijos, todos tie­
nen los mismos derechos y deberes. Es permitida la investigación de
la paternidad conforme a ley.
Art. 135. Las leyes determinarán el patrimonio familiar inembar­
gable e inenajenable, como también el subsidio de familia con relación
al número de hijos.
Art. 136. Es deber primordial del Estado la defensa de la salud
física, mental y moral de la infancia. El Estado defiende los derechos
del niño al hogar, la educación y la amplia asistencia cuando se halla
en situación de abandono, de enfermedad o de desgracia. El Estado en­
comendará el cumplimiento de lo dispuesto en este artículo a orga­
nismos técnicos adecuados.

S e c c ió n d e c im o s e x t a

Poder Judicial

Art. 137. El Poder Judicial se ejerce por la Corte Suprema, las


Cortes de Distrito y demás tribunales y juzgados que las leyes esta­
blecen.
La administración de justicia en los tribunales y juzgados es gra­
tuita.
520 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 138. Los jueces son independientes y no están sometidos sino


a la ley. Gonc. 2, 11,7.
Art. 139. No pueden establecerse Tribunales de excepción.
Conc. 13.
Art. 140. La publicidad en los juicios es la condición esencial
de la administración de justicia, salvo cuando sea ofendida a las bue­
nas costumbres.
Se suprime el carácter secreto de la prueba en los sumarios cri­
minales. Conc. llf.
Art. 141. Los tribunales, bajo su responsabilidad no darán po­
sesión a los magistrados o jueces que no sean nombrados conforme
a esta Constitución y leyes secundarias. Conc. 182.
Art. 142. Corresponde a la justicia ordinaria:
1.* El conocimiento y decisión de todos los litigios entre parti­
culares y entre éstos y el Estado, cuando éste actúa como persona de
derecho privado ;
2.® Resolver los recursos directos de nulidad que se deduzcan en
resguardo del artículo 27 de la Constitución, contra todo acto o re­
solución de autoridad pública que no fuese judicial. Estos recursos
serán sustanciados y resueltos por los tribunales y jueces que tengan
por ley la facultad de juzgar en primera instancia al funcionario que
se hubiese excedido en sus facultades;
3 .5 Decidir sobre la validez o invalidez de las elecciones en los
casos establecidos por la Constitución y las leyes. Conc. 59 ,1 1 ,5 1 ,1 2 .*.
Art. 143. La Corte Suprema se compone de diez Ministros y se
divide en dos salas. Conc. 71, 1 1 1 , 7 .
Art. 144. Para ser Ministro de la Corte Suprema o Fiscal Gene­
ral se requiere haber ejercido durante diez años la profesión de abo­
gado con crédito, y tener las condiciones exigidas para Senador.
Conc. 99.
Art. 145. Son atribuciones de la Corte Suprema, a más de las
que señalan las leyes:
1.‘ Representar y dirigir al Poder Judicial;
2.*^ Proponer ternas al Senado para la elección de los magistrados
de las Cortes de Distrito; elegir a los jueces de acuerdo a ley. El Pre­
sidente de la Corte Suprema, expedirá los títulos respectivos. Cons. 11,8.
3.* Decretar los presupuestos del ramo ordenando su pago a la
Tesorería Nacional;
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 521

4.* Conocer de los recursos de nulidad conforme a las leyes, y


fallar al mismo tiempo la cuestión principal;
5.* Conocer en única instancia de los asuntos de puro derecho,
cuya decisión depende de la constitucionalidad o inconstitucionalidad
de las leyes, decretos y cualquier género de resoluciones. Conc. 182.
6 .* Conocer de las causas de responsabilidad de los Agentes Di­
plomáticos y Consulares, de los Comisarios Demarcadores, Delegados
Nacionales, Contralor General, Rectores de Universidad, Vocales de
las Cortes Superiores, Fiscales de Distrito, Prefectos y otros funcio­
narios que señale la ley, por delitos cometidos en el ejercicio de sus
funciones. Conc. 60,12.’ .
7.* Conocer de las causas contenciosas que resulten de los con­
tratos, negociaciones y concesiones del Poder Ejecutivo, y de las de­
mandas contencioso-administrativas a que dieren lugar las resolu­
ciones del mismo;
8 .* Conocer de todas las materias contenciosas relativas al Pa­
tronato nacional que ejerce el Gobierno. Conc. S, 9Jf, 15.’ .
9.* Dirimir las competencias que se susciten entre las Munici­
palidades y entre éstas y las autoridades políticas, y entre las unas
y las otras con las Municipalidades de las provincias;
10.* Conocer en única instancia de los juicios contra las resolu­
ciones del Poder Legislativo o de una de sus Cámaras, cuando tales
resoluciones afectaren a uno o más derechos concretos, sean civiles
o políticos y cualesquiera que sean las personas interesadas. Conc.
59, 80.
11.* Conocer y decidir de las cuestiones que se sucitaren entre los
departamentos, ya fuere sobre sus límites o sobre otros derechos
controvertidos. Conc. 58, 6.'.
12.* Conocer y fallar en única instancia sobre validez o invalidez
de las elecciones de Senadores y Diputados así como sobre la inhabili­
dad de los elogios. Conc. 5 9 , 1 11¡2, 3.9
Art. 146. Es atribución de las Cortes de Distrito, fuera de las
señaladas por ley, la de juzgar a los Alcaldes Municipales y miem­
bros de los Concejos Deliberantes por delitos cometidos en el ejer­
cicio de sus funciones, sea individual o colectivamente, y conocer de
la nulidad de sus elecciones. Conc, 152, 5.’ .
Los subprefectos quedan sujetos a la misma jurisdicción.
Art. 147. Los Ministros de la Corte Suprema durarán en sus
522 CIRO FÉLIX TRIGO

funciones diez años, los de las Cortes de Distrito, seis, y los jueces de
Partido e Instructores, cuatro, siendo permitida su reelección.
Durante estos períodos, que son personales, ningún magistrado o
juez podrá ser destituido sino por sentencia ejecutoriada, ni suspen­
so, a no ser en los casos determinados por ley. Tampoco podrá ser
trasladado no siendo con su expreso consentimiento. Conc. 138.
En caso de receso del Senado, corresponde a la Corte Suprema el
nombramiento interno de vocales de las Cortes Superiores.
Art. 148. Los magistrados de la Corte Suprema serán elegidos
por la Cámara de Diputados, a propuesta en terna del Senado. Los
magistrados de las Cortes de Distrito serán elegidos por el Senado,
a propuesta en terna de la Corte Suprema. Conc. 76, 58, 18.a; 72,
10.'; 11,7.
Art. 149. El Ministerio Público se ejerce a nombre de la Nación,
por las comisiones que designen las Cámaras Legislativas, por el Fis­
cal General y demás funcionarios a quienes la ley atribuye dicho
ministerio.
Art. 150. El Fiscal General será nombrado por el Presidente de
la República, a propuesta del Senado. Durará en sus funciones diez
años, pudiendo ser reelecto, y no será destituido sino en virtud de
sentencia condenatoria pronunciada por la Corte Suprema. Conc. 71,
7 : ¡ 123.

S e c c ió n d é c im o s é p t i m a

Régimen comunal

Art. 151. El gobierno comunal es autónomo. En las capitales de


Departamento habrá un Concejo Municipal y un Alcalde. En las pro­
vincias, en sus secciones y en los puertos, habrá Juntas municipales.
Los Alcaldes serán rentados.
En los cantones habrá Agentes municipales.
Los miembros de los Consejos y Juntas Municipales serán ele­
gidos mediante sufragio popular según el sistema de lista incompleta
y por el período de dos años. Los Alcaldes serán elegidos por los
respectivos Concejos o Juntas municipales, por el período de dos
años. Conc. 151,.
523
XAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA

Art. 152. Son atribuciones de los Concejos y Juntas Munici-

PaIí ‘ Dictar ordenanzas para el buen servicio de las Población^


2.* Aprobar anualmente el presupuesto municipal a iniciativa

<W£ " E s t a b le c e r y suprimir impuesto, municipales, previa »pro-


bación del Senado. Gonc. 71, b *l los
4.’ Proponer ternas ante los alcaldes para a =
empleados del Municipio. , __ , . .,
5.‘ Conocer, en grado de apelación, de las reso ucione
calde.
6.“ Considerar el informe anual del Alcalde.
7.* Aceptar legados y donaciones.
Art 153 Los Concejos Municipales ejercerán supervigilancia y
control sobre las Juntas del Departamento sobre los Alcaldes provrn-
cíales v éstos, sobre los Agentes cantonales. Conc. l t f , S. .
Art 154 Para ser Alcalde o ser miembro del C o n c e j o Deliberante
se requiere ser ciudadano en ejercicio y vecino del lugar. Conc. *5.
Art 155 Son atribuciones de los Alcaldes: . ,
l f Atender y vigilar los servicios relativo, a la buena vecmdad.
aseo, comodidad, ornato, urbanismo y recreo.
2.* Precautelar la moral pública.
3.* Fijar y controlar los precios de venta de los artículos de p
mera necesidad y de los espectáculos públicos.
4.* Velar por los servicios de asistencia y beneficencia social y
cooperar en la atención de hospitales.
5.» Impulsar la cultura popular. Conc. 167.
6 .* Recaudar e invertir las rentas municipales de acuerdo al pre­

supuesto. ,, .
7 • Cooperar al abastecimiento de las poblaciones.
8 » Negociar empréstitos para obras públicas de reconocida ne­
cesidad, previa aprobación del Concejo Municipal y autorización del
Senado.
9» Reprimir la especulación.
10.* Requerir la fuerza pública para hacer cumplir sus reso

CÍ° Art. 156. Las ordenanzas de patentes e impuestos municipales


no regirán sin previa aprobación del Senado. Conc. 71, 4-*-
524 CIRO FÉLIX TRISO

S e c c ió n d é c im o o c t a v a
~.&
ítfEs
Régimen cultural

Art. 157. La educación es la más alta función del Estado. La


enseñanza pública se organizará según el sistema de la escuela única
La obligación de asistencia escolar es general desde los siete hasta*
los catorce años. La instrucción primaria y segundaria del Estado
es gratuita. Conc. 6, d), 9 ) ; 170.
Art. 158. El Estado auxiliará económicamente a los estudiantes
aptos que, por falta de recursos, no tuvieren acceso a los ciclos supe­
riores de enseñanza, de modo que sean la vocación y la capacidad, las
condiciones que prevalezcan sobre la posición social o económica de
los individuos.
Art. 159. Las escuelas de carácter particular estarán sometidas
a las mismas autoridades, planes, programas y reglamentos oficiales.
Se les reconoce libertad de enseñanza religiosa. Conc. 8.
Art. 160. Las escuelas sostenidas por instituciones de beneficen­
cia tendrán la cooperación del Estado.
Art. 161. La educación en los ciclos primario, secundario, nor­
mal y especial, estará regida por el Estado, mediante el Ministerio del
ramo y de acuerdo al Estatuto Educacional. Conc. 165.
Los cargos docentes son inamovibles bajo las condiciones estipu­
ladas por ley.
Art. 162. Las Universidades públicas son autónomas e iguales
en jerarquía. La autonomía consiste en la libre administración de
sus recursos, el nombramiento de sus Rectores, personal docente y
administrativo, la facción de sus estatutos y planes de estudio, la
aprobación de sus presupuestos anuales, la aceptación de legados y
donaciones, la celebración de contratos y obligaciones para realizar
sus fines y sostener y perfeccionar sus institutos y facultades. Po­
drán negociar empréstitos con garantía de sus bienes y recurso, pre­
via aprobación legislativa. Conc. 58, 19.'; 121, 165.
Art. 163. Las Universidades públicas son las únicas autorizadas
para extender diplomas académicos. Los títulos en provisión nacio­
nal los otorgará el Gobierno a nombre del Estado.
Art. 164. Las Universidades públicas serán obligatoriamente sub-
LAS CONSTITUCIONES db BOLIVIA 525

¡T ncjonadas por el fisco con fondos nacionales, independientemente


E e sus recursos departamentales, municipales y propios, creados o
por crearse.
Art. 165. La educación, en todos sus grados, se halla sujeta a la
" tuición del Estado ejercida por intermedio del Ministerio de Educa­
ción. Conc. 161.
Art. 166. La riqueza artística, arqueológica e histórica y la pro­
cedente del culto religioso, es tesoro cultural de la Nación; está bajo
el amparo del Estado y no puede ser exportada. El resto protegerá
los edificios y lugares que sean declarados de valor histórico o ar­
tístico.
Art. 167. El Estado fomentará la cultura del pueblo. Con. 155, 5.'.

S e c c ió n d e c im o n o v e n a

Del Campesinado

Art. 168. El Estado reconoce y garantiza la existencia legal de


las comunidades indígenas.
Art. 169. La legislación indígena y agraria se sancionará tenien­
do en cuenta las características de las diferentes regiones del país.
Art. 170. El Estado fomentará la educación del campesino, me­
diante núcleos escolares indígenas que tengan carácter integral abar­
cando los aspectos económicos, social y pedagógico. Conc. 157, 167.

S e c c ió n v ig é s im a

La fuerza armada

Art. 171. La fuerza armada permanente está compuesta del Ejér­


cito de línea cuyo número se determinará en cada legislatura. Es esen­
cialmente obediente, no delibera y está en todo sujeta a las leyes y
reglamentos militares. Conc. 58, k ° ■
Todo boliviano está obligado a prestar el servicio müitar de acuer­
do con la ley.
526 CIRO FÉLIX TRIGO

Art. 172. El Ejército está encargado fundamentalmente de la


conservación del orden interno y de la seguridad externa del país.
Cooperará en obras de vialidad, comunicaciones y de colonización.
Art. 173. El Ejército depende del Presidente de la República y
recibe las órdenes de él, en lo administrativo, por intermedio del Mi­
nistro de Defensa, y en lo técnico, del Comandante en Jefe.
En caso de guerra, el Comandante en Jefe del Ejército dirigirá
las operaciones.
El Presidente de la República tiene facultad para designar y cam­
biar al Comandante en Jefe. Conc. Jf9, 23.“.
Art. 174. Ningún extranjero será empleado en el Ejércicio sin
previa autorización del Congreso.
Para desempeñar los cargos de Comandante en Jefe del Ejército
y Jefe del Estado Mayor General, es requisito indispensable ser boli­
viano de nacimiento.
Art. 175. Todos los ascensos serán otorgados de acuerdo a la
ley respectiva. Conc. 71, 11.“; 9k,
Art. 176. El Consejo Supremo de Defensa Nacional, cuya orga­
nización y atribuciones determinará la ley, estará formado por el
Presidente de la República, Ministros de Estado, Comandante en Jefe
y el Jefe del Estado Mayor General.

S e c c ió n v ig é s g i o p r l m e r a

Reformas de la Constitución

Art. 177. Esta Constitución puede ser reformada en parte, de­


clarándose previamente su necesidad y determinándola con precisión
en una ley ordinaria aprobada por los dos tercios de los miembros
presentes de cada una de las cámaras.
Esta ley puede ser iniciada en cualesquiera de las Cámaras en la
forma constitucional.
La ley de declaratoria de la reforma será enviada al Ejecutivo
para su promulgación.
Art. 178. En las primeras sesiones de la legislatura en que hu­
biere renovación en la Cámara de Diputados, se consignará el asunto
por la Cámara que proyectó la reforma y si ésta fuere aprobada como
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 527

necesaria por los dos tercios de los votos presentes, se pasará a la


otra para su revisión, que también requiere dos tercios de votos.
Los demás trámites serán los mismos que la Constitución señala
para las relaciones entre las dos Cámaras.
Art. 179. Las Cámaras deliberarán y votarán la reforma, ajus­
tándola a las disposiciones constitucionales que determine la ley de
declaratoria de la reforma.
La reforma sancionada pasará al Ejecutivo para su promulgación,
sin que el Presidente de la República pueda observarlo. Conc. 77.
Art. 180. Cuando la enmienda sea relativa al período constitu­
cional del Presidente de la República, será cumplida sólo en el si­
guiente período. Conc. 85.
Art. 181. Las Cámaras podrán resolver cualesquiera dudas que
ocurran sobre la inteligencia de alguno o algunos artículos de la Cons­
titución, si se declaran fundadas por dos tercios de votos, observán­
dose en lo demás las formalidades prescritas para una ley ordinaria.
Las leyes interpretativas no pueden ser observadas por el Presi­
dente de la República. Conc. 77.
Art. 182. Las autoridades y tribunales aplicarán esta Constitu­
ción con preferencia a las leyes y éstas con preferencia a cualesquiera
otras resoluciones. Conc. 1^5, 5.a.
Art. 183. Quedan abrogadas las leyes y decretos que se opon­
gan a esta Constitución.
Art. transitorio. La reforma del artículo 85 surtirá efectos desde
el presente período presidencial y vicepresidencial, el mismo que de
acuerdo al artículo 5.“ del Decreto-Ley de 15 de octubre de 1946 y 1.*
de la Ley de 8 de marzo del presente año, durará hasta el 6 de agosto
de 1951.
Comuniqúese al Poder Ejecutivo para su promulgación.
Sala de sesiones del H. Congreso Nacional.
La Paz, 17 de noviembre de 1947.

MAMERTO URRIOLAGOITIA H.

Presidente del H. Congreso Nacional Constituyente

José Gdl Soruco, Presidente Electivo del H. Senado Nacional.—


Antonio Landívar Ribera, Presidente de la H. Cámara de Diputados.—
528 CIRO FÉLIX TRIGO

Pablo Saucedo Barbery, Senador Secretario.— Alberto Sarti Peláez


Senador Secretario.—Pedro Montano, Diputado Secretario.— Adrián
Camocho Pórcél, Diputado Secretario.

HH. CONGRESALES POR EL DEPARTAMENTO DE CHUQUISACA

Senadores Congresales. Pedro Zilveti Arce, Manuel Diez Caos eco


y Enrique González Duarte.
Diputados Congresales por la Capital Sucre: Roberto Arce Al-
varez, Domingo L. Ramírez, Daniel Gamarra y Antonio Landívar Ri­
bera; Adrián Camacho Pórcel por Oropeza, Emilio Fernández por
Yamparáez, Alberto Salinas López por Azurduy, Miguel Argandoña
por Azero, Demetrio Gutiérrez por Ñor Cinti, Miguel López Avila por
Sud Cinti, Luis Ponce Lozada por Tomina y Belisario Boeto y Rafael
Alarcón Orias por Zudáñez.

HH. CONGRESALES POR EL DEPARTAMENTO DE LA PAZ:

Senadores Congresales; Waldo Belmonte Pool, Hugo Emst Rivera


y Tomás Manuel Elío.
Diputados Congresales por la ciudad de La Paz: Gustavo Salinas
Aramayo, Sixto López Ballesteros, Alfredo Mollinedo, Eduardo Mon­
tes y Montes y Pablo Guillén; Humberto Fernández por Ingavi, Gui­
llermo Alvarez por Murillo, Fernando Guachalla por Los Andes, Da­
niel Imaña Monterrey por Omasuyos, Federico Monje Postigo por
Ñor Yungas, Luis Ampuero por Sud Yungas, Benjamín Saravia por
Camacho, Daniel Oliver Postigo por Caupolicán, Víctor Helguero Bil­
bao por Aroma, Luis Quintín Pastén por Muñecas, Jesús Aspiazu por
Loayza, Julio Crespo por Larecaja, Adán Rojas por Inquisivi, Alberto
Costa de la Torre por Pacajes y Alfredo Lima por Iturralde.

HH. CONGRESALES POR EL DEPARTAMENTO DE


COCHABAMBA

Senadores Congresales: Alfredo Mendizábal, Hermógenes Sal azar


y Lucio Zabalaga.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 529

Diputados Congresales por la ciudad de Cochabamba: José An­


tonio Arze, Ricardo Anaya, Oscar Unzaga de la Vega y Demetrio Ca­
nelas; Eduardo Guzmán Vila por Chapare, Jorge Meza por Carrasco,
Agustín Hurtado Medina por Mizque, Adolfo Trigo Gutiérrez por
Tarata, Juan Carillo por Punata, Nivardo Paz por Jordán, Humberto
Rodríguez por Arani, Héctor Rojas por Arque, Aquilino Valverde por
Capinota, Faustino Suárez por Campero, Emilio Cossío por Tapacarí,
Quintín Fernández por Quillacollo y Humberto Morales por Ayopaya.

HH. CONGRESALES POR EL DEPARTAMENTO DE POTOSI:

Senadores Congresales: Juan Lechín, Juan Manuel Balcázar y


Lucio Mendivil.
Diputados Congresales por la ciudad de Potosí: Alfredo Arratia,
Ricardo Tapia Bravo, Víctor Sanjinés e Ismael Pérez; Teófilo Andia
por Charcas, José María Careaga por Chayanta, Hugo Bohórquez por
Comelio Saavedra, Nicanor Gallardo por Alonso de Ibáñez, Mario To­
rres por Quijarro, Telmo H. Salinas por Ñor Chichas, Aníbal Vargas
por Sud Chichas, Elizardo Pérez por Ñor Lápez, Fernando Siñani por
Sud Lípez, Aniceto Quezada por Linares, Miguel Mercado Moreira
por General Bilbao y Guillermo Lora por Bustillo.

HH. CONGRESALES POR EL DEPARTAMENTO DE ORURO:

Senadores Congresales: Alberto Sarti Peláez, Angel Mendizábal


y Edmundo Vásquez.
Diputados Congresales por la ciudad de Oruro: Rafael Reyeros,
Alberto Brito Miranda, Felipe Iñíguez y Hernán Quiroga; Casto Quín­
tela C., por Poopó, Humberto Salamanca por Dalence, Julián Céspe­
des por Abaroa y Ladislao Cabrera, y Fernando Loayza Beltrán por
Carangas.

HH. CONGRESALES POR EL DEPARTAMENTO DE


SANTA CRUZ

Senadores Congresales: Oswaldo Gutiérrez, José Gil Soruco y


Bailón Mercado.
37
530 CIRO FÉLIX TRIGO

Diputados Congresales por la ciudad de Santa Cruz: Orlando Jor­


dán, Manuel José Justiniano, José Bruno Román y Oscar Aguilera-
Julio Landívar Moreno por Gutiérrez, Rodolfo Landívar por Ichilo,
Pedro Montaño por Vallegrande, Viador Moreno Peña por Velasco,
José Santistevan por Cordillera, Zacarías Castedo por Ñuflo de Chá-
vez, Alberto Trigo Arce por Chuquitos, Julio Raúl Lijerón por Florida,
Roberto Paz Parada por Wames y Santistevan.

HH. CONGRESALES POR EL DEPARTAMENTO DE TARU A:

Senadores Congresales: Carlos López Arce, Manuel Mogro Mo­


reno y Carlos Lazcano Mázquez.
Diputados Congresales por la ciudad de Tarija: Francisco Lazcano
Soruco, Heriberto Trigo Paz, Mario Weraer y Abel Márquez; Rodolfo
López por Arce, Modesto Castellanos por O’Connor, Andrés Zamora
Adet por Méndez, Octavio Zambrana por Avilés y Jesús Sosa por Gran
Chaco.

HH. CONGRESALES POR EL DEPARTAMENTO DEL BENI:

Senadores Congresales : Crisanto Valverde, Ernesto Monasterio y


René Chávez Muñoz.
Diputados Congresales por la ciudad del Beni : Hernán Melgar Jus­
tiniano, Germán Vargas Martínez, Claudio Muñoz Alarcón y José
Chávez Suárez; Rigoberto Suárez por Vaca Diez, Wilfredo Villavicen-
cio por Yacuma, Miguel Villavicencio por Moxos, Angel Chávez Area
por Iténez y Mamoré y Assad Simon T., por Ballivián.

HH. CONGRESALES POR EL DEPARTAMENTO DE PANDO:

Senadores Congresales: Pablo Saucedo Barbery, Nataniel García


Chávez y Javier Paz Campero.
Diputados Congresales por la ciudad de Pando: Augusto Fernán-;
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 531

dez, Guillermo Terrazas, Roberto Jordán Cuéllar e Ignacio Ojopi;


Humberto Sáfade Sánchez por Manuripi, Julio César Ribera por Ma­
dre de Dios y Edgar Núñez Vela por Abuná.
Por tanto, la promulgo para que se tenga y cumpla como Ley fun­
damental del Estado.
Palacio del Gobierno en La Paz, a los veintiséis días del mes de
noviembre de mil novecientos cuarenta y siete años.
(Fdo.).— E. HERTZOG G.— Alfredo MoUinedo.—Ministro de Go­
bierno, Justicia e Inmigración.

APENDI CE

PRESIDENTES DE BOLTVTA

Simón Bolívar: 6 agosto 1825-2 enero 1826.


Antonio José de Sucre: 3 enero 1826-18 abril 1828.
José María Pérez de Urdininea: 18 abril 1828-10 agosto 1828.
José Miguel de Velasco: 11 agosto 1828-26 diciembre 1828.
Pedro Blanco: 27 diciembre 1828-1 enero 1829.
José Miguel de Velasco: 1 enero 1829-14 mayo 1829.
Andrés de Santa Cruz: 14 mayo 1829-9 febrero 1839.
José Miguel de Velasco: 9 febrero 1839-10 junio 1841.
Mariano Enrique Calvo: 11 junio 1841-27 septiembre 1841.
José Ballivián: 28 septiembre 1841-23 diciembre 1847.
Eusebio Guilarte: 24 diciembre 1847-2 enero 1848.
José Miguel de Velasco: 2 enero 1848-6 diciembre 1848.
Manuel Isidoro Belzu: 6 diciembre 1848-15 agosto 1855. (El 6 sep­
tiembre 1850 asumió el mando José Gabriel Téllez, mientras Belzu se
restablecía de sus heridas.)
Jorge Córdova: 15 agosto 1855-8 septiembre 1857.
José María Linares: 8 septiembre 1857-14 enero 1861.
Triunvirato: José María de Achá, Ruperto Fernández y Manuel
Antonio Sánchez: 14 enero 1861-1 mayo 1861.
José María de Acha: 1 mayo 1861-27diciembre 1864.
Mariano Melgarejo: 28 diciembre 1864-15 enero 1871.
Agustín Morales: 15 enero 1871-27 noviembre 1872. (Asumió la
primera magistratura el Presidente del Congreso, Obispo Monseñor
Bosque, por el término de veinticuatro horas.)
Tomás Frías: 28 noviembre 1872-8 mayo 1873.
l a
»4 CIRO FÉLIX TRIGO
• ifjSF
Adolfo Ballivián: 8 mayo 1873-31 enero 1874.
Tomás Frías: 31 enero 1874-4 mayo 1876.
Hilarión Daza: 4 mayo 1876-27 diciembre 1879.
Narciso Campero: 27 diciembre 1879-3 septiembre 1884.
Gregorio Pacheco: 3 septiembre 1884-15 agosto 1888.
Aniceto Arce: 15 agosto 1888-10 agosto 1892.
Mariano Baptista: 10 agosto 1892-28 agosto 1896.
Severo Fernández Alonso: 29 agosto 1896-10 abril 1899.
Junta Federal de Gobierno compuesta por Serapio Reyes Ortiz,
Macario Pinilla y José Manuel Pando: 12 diciembre 1898-25 octu­
bre 1899.
José Manuel Pando: 26 octubre 1899-14 agosto 1904. (Del 26 enero
al 3 agosto 1903, asumió la primera magistratura el segundo Vicepre­
sidente de la República, don Aníbal Capriles.)
Ismael Montes: 14 agosto 1904-12 agosto 1909.
Eliodoro Villazón: 12 agosto 1909-14 agosto 1913. (Del 10 sep­
tiembre al 7 octubre 1910 asumió la primera magistratura el segundo
Vicepresidente, Dr. Juan Misael Saracho. Desde 7 octubre al 12 mis­
mo mes, ejerció el mando supremo el primer Vicepresidente, Dr. Ma­
cario Pinilla. í
Ismael Montes: 14 agosto 1913-15 agosto 1917.
José Gutiérrez Guerra: 15 agosto 1917-12 julio 1920.
Junta de Gobierno compuesta por José María Escalier, Bautista
Saavedra y José Manuel Ramírez: 12 julio 1920-24 enero 1921.
Bautista Saavedra: 25 enero 1921-2 septiembre 1925. (Del 4 al 18
diciembre 1924 asumió la primera magistratura el Presidente del
Congreso, Dr. José Quintín Mendoza.)
Felipe Guzmán: 2 septiembre 1925-10 enero 1926.
Hernando Siles: 10 enero 1926-28 mayo 1930. (Del 28 mayo 1930
al 25 junio del mismo año, se hizo cargo del Poder Ejecutivo el Con­
sejo de Ministros.)
Junta Militar de Gobierno presidida por Carlos Blanco Galindo:
25 junio 1930-5 marzo 1931.
Daniel Salamanca: 5 marzo 1931-27 noviembre 1934.
José Luis Tejada Sorzano: 29 noviembre 1934-17 mayo 1936.
Junta Mixta de Gobierno presidida por David Toro R .: 17 mayo
1936-13 julio 1937.
Germán Busch: 13 julio 1937-23 agosto 1939.
LAS CONSTITUCIONES DE BOLIVIA 535

Carlos Quintanilla: 23 agosto 1939-15 abril 1940.


Enrique Peñaranda C.: 15 abril 1940-20 diciembre 1943. (Del 30
abril al 5 julio 1943 asumió la primera magistratura el Presidente del
rvmereso, don Waldo Belmonte Pool.)
Gualberto Villarroel: 20 diciembre 1943-21 julio 1946. (Del 9 al 18
septiembre 1945 asumió la primera magistratura el Vicepresiden­
te Dr. Julián V. Montellano.)
Néstor Guillén: 21 julio 1946-15 agosto 1946.
Tomás Monje Gutiérrez: 15 agosto 1946-10 marzo 1947.
Enrique Hertzog G.: 10 marzo 1947-24 octubre 1949. (Del 20 al 27
octubre 1947 asumió la primera magistratura el Vicepresidente don
Mamerto Urriolagoitia. Asimismo del 19 al 29 agosto 1948. Igualmente
desde 7 mayo al 24 octubre 1949.)
Mamerto Urriolagoitia H.: 24 octubre 1949-16 mayo 1951.
Junta Militar de Gobierno presidida por Hugo Ballmán R .: 16
mayo 1951-9 abril 1952.
Hernán Siles Zuazo: 11 al 15 abril 1952.
Víctor Paz Estenssoro: 15 abril 1952-6 agosto 1956. (Del 29 enero
al 2 febrero 1955; del 25 al 31 julio 1955, y del 8 al 19 agosto 1955
asumió la primera magistratura el Vicepresidente Dr. Hernán Siles
Zuazo.
Hernán Siles Zuazo: 6 agosto 1956.
INDICE
Páginas

Prólogo, por el Director de la Colección ...................................... vil

PRIMERA PARTE

Estudio preliminar ......................................................................... 1


I.—Medio fisico ........................................................................... 2
Población ............................................................................... 11
Economía ................... ............... ............................................ 14
II.—Evolución histórica ............................................................... 17
a) Epoca precolombina ....................................................... 17
b) De la Colonia a la Independencia .................................. 21
III.—Organización Republicana .................................................... 31
a) Proclamación de la República ...................................... 31
b) Primeras leyes constitucionales ..................................... 38
c) Fuentes doctrinales ........................................................ 42
IV.—Teoría.y Realidad Constitucional ......................................... 47
a) Fases históricas .............................................................. 47
b) Balañce de 132 años de vida republicana .................... 50

SEGUNDA PARTE

Las Constituciones de Bolivia ....................................................... 65


Constitución Política de 1826 ....................................................... 67
Constitución Política de 1831 ....................................................... 82
Constitución Política de 1834 ....................................................... 85
Constitución Política de 1839 ....................................................... 86
Constitución Política de 1843 ....................................................... 88
Constitución Política de 1851 ....................................................... 90
538 ÍNDICE

Constitución Política de 1861


Constitución Política de 1868
Constitución Política de 1871
Constitución Política de 1878
Constitución Política de 1880
a) Asamblea Constituyente de 1899 ...................
b) Convención-Congreso de 1921 ........................
c) Referéndum popular de 11 de enero de 1931
Constitución Política de 1938 ........................... , ........
Constitución Política de 1945 ....................................
Constitución Política de 1947 ....................................

TERCERA PARTE

Proyectos de Constitución .......................

CUARTA PARTE

Documentos y textos constitucionales .........................................


Proclama de la Junta Representativa y Tuitiva de los Derechos
del Pueblo .................................................................................
Decreto de 9 de febrero de 1825 ....................................................
Acta de la Independencia ..............................................................
Al Congreso Constituyente de Bolivia (Mensaje de Bolívar) ......
Texto de la Constitución de 1826
Texto de la Constitución de 1831
Texto de la Constitución de 1834
Texto de la Constitución de 1839
Texto de la Constitución de 1843
Texto de la Constitución de 1851
Texto de la Constitución de 1861
Texto de la Constitución de 1868
Texto de la Constitución de 1871
Texto de la Constitución de 1878
Texto de la Constitución de 1880
Texto de la Constitución de 1938
Texto de la Constitución de 1945
Texto de la Constitución de 1947
Presidentes de Bolivia

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