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SHERRY ORTNER
En esta entrevista le hemos preguntado sobre sus distintas etapas investigadoras, desde sus primeros trabajos
de campo hasta su actual investigación sobre la industria cinematográfica en Hollywood, pasando por su relación
con la antropología feminista y sus trabajos sobre capitalismo y cambio social. Sherry Ortner es una antropóloga
alegre, muy cordial, inquieta y capaz de captar en todo momento el pulso de la sociedad occidental a través de
sus obras.
En los años setenta usted fue una de las antropólogas pioneras en los estudios de género, y
jugó un papel fundamental en la institucionalización del feminismo académico. Sin embargo,
su principal trabajo de campo durante su doctorado fue con los sherpas de Nepal. ¿Cómo
llegó a interesarse por el movimiento académico feminista en antropología y cómo intentó
integrar la teoría de género con su trabajo anterior? ¿Qué le impulsó a escribir su famoso “Es
la mujer con respecto al hombre lo que la naturaleza con respecto a la cultura”?
Sherry Ortner (SO): Como ha mencionado, los estudios de género no fueron mi especialización de
partida, por lo que a mi primer trabajo se refiere, y de hecho cuando realicé mi postgrado la
antropología feminista no existía. Estaba trabajando en otro tipo de cosas, mi tesis y mi primer libro
fueron sobre los Sherpas y sobre religión, no tenía nada que ver con género. En los setenta, justo
después de terminar mi tesis y graduarme, mientras tuve mi primer trabajo como profesora asistente,
el feminismo comenzó a tomar fuerza en el mundo. Michelle Rosaldo era una buena amiga mía, ella y
Louise Lamphere organizaron un panel en la AAA sobre mujer, cultura y sociedad, tras el que se
publicó un libro, y contactaron con un grupo de gente entre los que yo estaba incluida. Yo les dije: “No
sé nada sobre género, no sé nada sobre mujeres, ¡nunca he estudiado eso!” No era lo que yo estaba
haciendo, pero ellas contestaron: “¡Nadie sabe nada sobre género!” Y es que por aquel entonces,
realmente no era algo que formase parte de ningún programa de estudios. Pero entonces se convirtió
en algo mucho más serio e influyente académica y políticamente, y todas llegamos con algo que decir
a aquel panel. El panel fue en 1972, y en aquellos años Lévi-Strauss todavía estaba “en el aire”, el
estructuralismo aún estaba de moda. De manera que tomé a Lévi-Strauss y a De Beauvoir, me senté
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frente a la máquina de escribir y me dije a mi misma “¿qué quiero contar?” No tenía datos empíricos,
por lo que el artículo debía ser algún tipo de argumento teórico, y eso es lo que salió: “¿Es la mujer
con respecto al hombre lo que la naturaleza con respecto a la cultura?” Lo escribí casi de un tirón, me
senté y lo hice realmente de una forma febril, salvo la parte del medio. Esa parte desarrolla la idea de
que no es exactamente que las mujeres sean vistas como naturaleza en el puro sentido, sino que las
mujeres son de hecho las transformadoras, son las mediadoras entre naturaleza y cultura, y esa es
más bien la causa (en un contexto lévi-straussiano) de que tengan que ser controladas, ya que ellas
están manejando un proceso que es tremendamente importante, que implica socializar a los niños,
cocinar, etcétera.
Ese fue el comienzo de mi carrera en la antropología de género. Desde ese momento integré el
género en mi trabajo más y más, mientras que en el comienzo hacía las dos cosas por separado.
Primero, hacía mi trabajo con los sherpas, y no tenía que ver con género, mientras que al mismo
tiempo realizaba mi trabajo sobre género de forma teórica y comparativamente, pero de forma
independiente en mi carrera. Poco a poco los dos aspectos se fueron integrando más, y ya raramente
escribo sobre género como tema aparte.
“¿Es la mujer con respecto al hombre lo que la naturaleza con respecto a la cultura?” figura,
probablemente desde la primera vez que fue publicado, en la mayoría de los programas de
cursos sobre género. Después de más de treinta años, defiende usted aún los principales
argumentos de dicho artículo o cambiaría algunos de los aspectos más discutidos, tales como
la denuncia del universalismo patriarcal?
SO: Escribí una segunda parte1. Hubo un panel de la AAA celebrado con motivo del 25º aniversario
de la publicación de los dos primeros libros sobre antropología feminista: “Women, Culture and
Society”, editado por Rosaldo y Lamphere (donde se publicó el artículo, en 1974), y “Toward an
Anthropology of Women”, editado por Rayna Reiter. Para este panel escribí un artículo titulado:
“Entonces, ¿Es la mujer con respecto al hombre lo que la naturaleza con respecto a la cultura?”
Veinticinco años más tarde pensé que debería tratar de responder a esa pregunta, ya que era yo
quien la había planteado anteriormente. El segundo artículo fue publicado originalmente en “Making
Gender: the Politics and Erotics of Culture”. Creo que el artículo del año 1974 fue polémico debido a
la fuerte denuncia sobre la universalidad de la dominación masculina y de la oposición
naturaleza/cultura. Esas eran las dos afirmaciones polémicas del artículo: la primera era que la
dominación masculina era universal, y la segunda era que, debido a la asociación entre hombre y
cultura, resultaría “natural” para los hombres tener a las mujeres bajo control. En mi segundo artículo
básicamente retiré la idea de la universalidad. Pienso que era una afirmación demasiado fuerte. En
otro artículo titulado “Gender Hegemonies”, desarrollo mucho más las maneras en que podemos o no
pensar en términos de universalismo.
1
El artículo al que se refiere Sherry Ortner en su respuesta puede ser consultado en el presente número.
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SO: Esto es algo en lo que realmente estoy interesada. Si hoy escribiese un artículo sobre teoría
feminista, me interesaría mucho por ello. Hay dos corrientes en la teoría feminista que están teniendo
gran impacto en el cambio de planteamientos del feminismo occidental. Una es la teoría queer y la
otra es el feminismo del tercer mundo. Aunque se trate de movimientos diferentes, en ambos casos
se está desplazando el patriarcado como tema de discusión. La teoría queer no está interesada en el
patriarcado, y el feminismo del tercer mundo tampoco. De esta forma, el planteamiento central de la
teoría feminista, el de la dominación masculina y el patriarcado, deja ya de ser un asunto a debatir.
Me parece que ese es el problema. Por eso, si me sentase a escribir un artículo, querría escribir
sobre ello. Creo que el planteamiento sobre si es posible que vuelva o no al debate es una cuestión
interesante, pero ahora mismo se plantea como un retroceso, o al menos como algo falto de interés
desde el punto de vista de la teoría queer. Considero que la cuestión está todavía mucho más
debatida por parte del feminismo del tercer mundo. Aquí tenemos un conjunto de posturas sobre si el
patriarcado debe o no ser un planteamiento relevante. Si lo trajésemos de nuevo al debate, cosa que
yo creo se debería hacer, sería interesante escuchar otras voces en el feminismo del tercer mundo,
porque creo que existe amplia variedad de respuestas y posturas sobre ello. Sin embargo, creo que
todas esas voces son realmente parte de una misma cosa. Si hoy fuera a dar un cuso sobre género,
lo estructuraría en torno a dichas teorías, intentando pensar entre la relación que hay entre ellas.
Creo que uno de los aspectos más interesantes que actualmente se escapan del marco del
feminismo occidental es este aspecto más global, comparativo, del feminismo. Hay mucha hostilidad,
y también existe el sentimiento de que el feminismo americano marca la tendencia, y le señala al
feminismo no occidental lo que debe hacer.
Otro interesante giro en su carrera académica es el cambio que ha hecho desde una etnografía
orientada “hacia el exterior”, como en el caso de los sherpas, a otra “hacia el interior”,
realizando trabajo de campo en su sociedad, en el mismo lugar donde usted vive. ¿Qué le ha
motivado a estudiar su propia cultura?
todo eso. Podría pensar en más proyectos sobre los sherpas, pero decidí que tres libros eran
suficientes, y la última vez que volví a Nepal con los sherpas me di cuenta de que ya no estaba
tomando notas. Eran mis amigos, y había llegado un momento en el que era difícil para mi ser una
antropóloga, me había alejado poco a poco de aquello y al mismo tiempo empezaba a pensar sobre
una investigación crítica en los Estados Unidos. Si soy sincera, debo admitir que en mi trabajo
anterior yo era mucho más “la antropóloga” y ellos “los sherpas”. Creo que eso cambió poco a poco
con el tiempo y comencé a sentirme “relajada”. No volví a tener esa sensación de ser “la
antropóloga” y entonces pensé que había llegado el momento de dejarlo.
Fue entonces cuando comenzó a trabajar en su primer libro acerca de la cultura americana:
“New Jersey Dreaming: Capital, Culture, and the Class of ’58”, ¿podría hablarnos del origen
de esta investigación?
SO: Fue mi primer y hasta el momento único proyecto en los Estados Unidos. Comencé esta
investigación en 1989. Es básicamente un estudio sobre mis compañeros de graduación en el
instituto, sobre lo que pasó con ellos y sobre cómo eso puede vincularse con los cambios en el
entorno cultural. Esta fue una promoción que tuvo éxito, principalmente en lo que a ganar dinero se
refiere. Entre ellos había varios médicos, abogados y empresarios –no muchos profesores de
universidad-, gente que ha ganado mucho dinero en Estados Unidos. Tuvieron lugar muchos cambios
para las mujeres también. Escogí este grupo en parte porque tenía facilidad de acceso a ellos y en
parte porque yo he compartido su historia, conocía el mundo de donde venían, ya que yo también
vengo de ese mundo, así que los busqué por todo el país y los entrevisté, haciendo historias de vida
no estructuradas. Luego traté de unir lo que me contaban sobre sus vidas y experiencias con los
cambios sociales producidos en Estados Unidos desde que nos graduamos en el instituto en 1958.
Por ejemplo, había un pequeño grupo de afro-americanos en mi clase, veinte personas de los
trescientos de la promoción, y pude entrevistarles, encontré al menos a algunos de ellos, a muchos
les fue bien, y en parte eso lo vinculo con el movimiento por los derechos civiles. Las mujeres de la
clase pasaron por todo tipo de cambios, y eso en parte lo relaciono con el movimiento feminista. El
éxito de la clase en general, que era principalmente judía, lo vinculo con un periodo anterior: entre
nuestros padres y nuestra generación, que fue el periodo en el que el anti-semitismo en Estados
Unidos comenzó a decaer, y empezó a haber más oportunidades para los judíos. De esta forma,
muchos de mis compañeros fueron a escuelas y universidades, cosa que nuestros padres no
hicieron. Por ello el éxito de la clase lo asocio con el movimiento anti-antisemitista, que realmente
comenzaba a hacer efecto cuando nos graduamos en el instituto. En el último capítulo relaciono a la
clase en el momento presente con el capitalismo tardío, y especialmente con el cambio de estructura
de clases en Estados Unidos. Intento hablar de todo, raza, género, etnicidad, pero mi verdadero
interés es la clase social, porque es uno de los temas ocultos en la cultura americana que quiero
plantear. De alguna forma ese es el aspecto de crítica cultural que tiene el libro, intento plantear las
dinámicas subyacentes de clase de las que la gente no habla, sobre las cuales la gente no reflexiona
pero que, como trato de demostrar, operan en sus vidas.
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¿Nos puede contar algo sobre su investigación actual en Hollywood y sobre la vinculación que
tiene su trabajo en la cultura americana con el proyecto de New Jersey?
SO: El proyecto de New Jersey fue realmente duro. Tal vez lo encontré complicado porque estaba
“demasiado cerca” de él. No era sólo sobre mi cultura, en el sentido amplio, sino que se trataba de mi
promoción del instituto. Incluso desde la perspectiva metodológica, cuando lo terminé me encontré
con que tenía muchísimas historias de vida, y tuve que pensar en la forma de convertirlas en algo con
significado. Escribirlo llevó más tiempo que hacer el trabajo de campo. Era un proyecto basado en
entrevistas y eso no me gustaba, echaba de menos la observación participante que había hecho con
los sherpas. El otro aspecto del libro es que es muy sociológico. No es cultural, no tiene tanta carga
antropológica. Yo quería de algún modo hacer algo con la cultura americana, estaba interesada en
los cambios que podían o no tener lugar a nivel cultural. Por eso me interesé en el proyecto de
Hollywood. Quería entrar en la “cultura de la industria” y en la “maquinaria” que fabrica y moldea la
cultura americana. No es que crea que todo viene “desde arriba”, desde Hollywood, pero considero
que lo que hace Hollywood está sacado de lo que pasa fuera, los periódicos, todo, lo toma del día a
día y lo articula en un producto, y después se lo devuelve a los americanos. Es decir, realmente
moldea de varias formas lo que ya está ahí, pero convirtiéndolo en algo distinto.
Pero estoy justo en el medio del proceso, estoy entrevistando a gente, escritores, productores,
legisladores de espectáculos y algunos directores. Es difícil por lo que respecta a acceder a la gente.
No intento llegar a Steven Spielberg o a Martin Scorsese, ¡eso no va a suceder! Tampoco intento
acceder a actores ni a actrices, no me interesan las estrellas. Son muy importantes por lo que a
vender películas de Hollywood se refiere, pero no me van a decir mucho sobre el tipo de preguntas
que tengo, sobre la relacción entre los productos de Hollywood y el entorno cultural.
Además escribí un artículo que vincula el proyecto de Hollywood y el proyecto anterior. Los hijos de
mis compañeros de instituto tienen ahora treinta y muchos o cuarenta y pocos años, y cuando hice el
proyecto de mi instituto pensé que iba a ser un estudio multigeneracional, así que entrevisté también
a varios de los hijos más mayores de mis compañeros de la clase del 58, y algunos de ellos estaban
en Hollywood. Cinco de ellos estaban metidos en lo que ellos llaman “la industria”. Estos hijos de mis
compañeros son técnicamente parte, en términos demográficos, de lo que se conoce como
“Generación X”. Hay todo un desarrollo cultural en los Estados Unidos sobre la generación X, sobre
quiénes son, sobre si son culturalmente diferentes a la generación anterior, la del “baby boom”. Hay
a menudo una ideología sobre las culturas generacionales en Estados Unidos, algo sobre lo que
usted probablemente haya oído hablar, aunque no se traduce muy bien a otros países. La generación
precedente fue denominada como la del “baby boom”, atravesaron varios cambios culturales, y fueron
los que nacieron entre 1945 y 1965, en ese largo periodo de veinte años, cuando subió
constantemente la tasa de natalidad. En 1965 comenzó a bajar y siguió así hasta 1976, cuando
comenzó a subir de nuevo. Esta generación (1965-1976) es la que está tomando el control ejecutivo
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de Hollywood. Por eso escribí sobre los hijos de mis compañeros a mediados de los 90. Sin embargo,
ya que nunca entró en el libro de New Jersey, decidí centrar el estudio de Hollywood en parte sobre
esta generación. El hecho de que esta generación esté llegando a puestos relativamente importantes
en Hollywood respecto a la realización de películas supuestamente refleja una nueva sensibilidad, y
por eso, aunque no sólo por tal motivo, estoy entrevistando a gente de dicha generación a diferentes
niveles. Esto es también de gran ayuda porque esta gente joven aún no es muy conocida y puedo
acceder mejor a ellos. De nuevo, acceder a Hollywood es realmente difícil y he gastado mucho
tiempo en encontrar a gente que quisiera hablar conmigo.
En términos generales, la cuestión principal del proyecto es la relación entre las películas Hollywood y
los cambios en el entorno cultural. El otro tema principal es la cuestión relativa al cambio
generacional. Finalmente estoy también interesada en las películas independientes, las que se hacen
fuera del estudio, que no tienen estrellas, que son financiadas de forma creativa, no a través de los
estudios, que por supuesto tienen mayor control creativo sobre lo que hacen y que obviamente no
ganan mucho dinero. Sin embargo a menudo son mucho mejores que las grandes producciones de
Hollywood.
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SHERRY ORTNER
In this interview we discuss Ortner’s academic and personal life, from her initial
fieldwork experiences to her current research on the Hollywood industry, including
her interests in feminist anthropology and her work on capitalism and social change. We had the opportunity to
meet both a brilliant anthropologist and a joyful person.
During the seventies, you were one of the pioneer anthropologists who became interested in
gender issues, playing a fundamental role in the institutionalization of academic feminism.
However, your main work during your graduate education and your Dissertation had been with
the Sherpas of Nepal. How did you get involved with the incipient movement of academic
feminism in anthropology and how did you try to integrate gender theory with your previous
work? What inspired you to write the famous “Is Female to Male as Nature Is to Culture?”
Sherry Ortner (SO): As you have mentioned, gender was not my original focus in terms of my early
work, and actually when I was in graduate school feminist anthropology did not exist. I was working on
other kinds of things, my Dissertation and my first book was with the Sherpas and was about religion,
and had nothing to do with gender at all. But it was about that time in the seventies, right after I
finished my Dissertation and I got my Degree, and I was in my first job as Assistant Professor that
feminism as a movement in the world started to happen. Michelle Rosaldo was a very good friend of
mine, and she and Louise Lamphere had a panel at the AAA about women, culture and society, which
became a book, and so they contacted a bunch of people including me, and I said: “I don’t know
anything about gender, I don’t know anything about women, I’ve never studied this!”. It was not what I
was doing, but they said: “Nobody knows anything about gender!” Because at that time, it really was
something that was not part of the academic curriculum at all. But then it became a much more
serious and pressing academic and political question and we all had to come up with something for
this panel. The panel was in 1972, and in those years Lévi-Strauss was still in the air, structuralism
was still “hot”. So I took Lévi-Strauss and De Beauvoir, I sat down at my typewriter, and I asked
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myself: “what do I want to say?” I had no empirical data, so it had to be some kind of theoretical
argument, and that is what came out: “Is Female to Male as Nature Is to Culture?”
I wrote it in almost one sitting, I sat down and I wrote it in a kind of fever actually, except for the middle
section. This section develops the idea that it is not exactly that women are seen as nature in the pure
sense, but really because women are the transformers, they are seen as the mediators between
nature and culture, that is even more why (in the Lévi-Straussian framework) they have to be
controlled, because they are controlling this tremendously important process, they are socializing
babies, they are cooking, etcetera.
That was the beginning of my gender anthropology career. From that time I just more and more
integrated gender into my work, whereas at the beginning, they were just two separate kinds of things
that I used to do. First I did my research about the Sherpas, and it was not about gender, while at the
same time I worked on gender issues theoretically and comparatively, but those were separate issues
in my career. But slowly the two of them became more integrated, and I rarely write about gender
separately anymore.
“Is Female to Male as Nature is to Culture?” has been included, probably since its early
publication, in most syllabi of courses on gender. After more than thirty years, do you still stick
with the main arguments developed in the article, or would you change some of the most
controversial topics, such as the claim about the universalism of patriarchy?
SO: Actually, I wrote a follow up 1. There was a panel at the AAA that celebrated the 25th anniversary
of the publication of the first two books about feminist anthropology: “Women, Culture, and Society”,
edited by Rosaldo and Lamphere (where the article was published), and “Toward an Anthropology of
Women”, edited by Rayna. For this big panel, I wrote a paper called: “So, is Female to Male as Nature
is to Culture?” Twenty five years later I thought that maybe I should try to answer the question, since I
had posed it as a question in the first place. This second article was originally published in “Making
Gender: the Politics and Erotics of Culture”. I think the 1974 article was always controversial, primarily
because of the strong claim of universal male dominance. And then also the nature/culture
connection, which looked like a universal as well. So there were two claims in that article: one was that
male dominance was universal, and the second one was that because of the association between
men and culture, it would be “natural” for men to control women. And in my second article I basically
took back the universal claim. I think it was just too strong. In another article called “Gender
Hegemonies”, I developed more fully the ways in which I think that we should and we should not think
about universalism.
Currently, Queer Theory is shaking some of the basic assumptions of Gender Theory. What is
your opinion about the importance of Queer Theory, and its impact on Gender Theory?
SO: This is something I am actually quite interested in. If I were going to write a new paper on feminist
theory today, I would be interested in it. There are two kinds of developments in feminist theory that
are having an impact on changing the agenda of western feminism. Queer Theory is one, the other
one is Third World Feminism. And although they are different movements, in both cases what is taken
off the table for discussion is patriarchy. Queer Theory is not interested in patriarchy, Third World
Feminism does not want to talk about patriarchy. And this way, the original core question of feminist
theory, which is male dominance and patriarchy, is not on the table anymore, I think. And I think that is
the problem. So if I were going to sit down and write a paper tomorrow, that is the paper I would like to
write. I think that whether it is going to be possible to get it back on the table or not, it seems an
interesting question, but at the moment, it is seen as kind of retrograde, or just uninteresting from the
point of view of queer theory. But I think the question is even more contested on the side of Third
World Feminism. There you have more of a range of positions on whether patriarchy should be an
issue or not. So, if I were trying to get it back on the table, which I think it should be, I would be
interested in looking at other voices in Third World Feminism, because I think there is actually a kind
of range of possible answers and positions on the debate. However, I think that all of these voices are
part of one picture, actually. And if I were
teaching a gender course now, I would structure
it around these theories, trying to think about the
relationship between them. I think some of the
most interesting work now that tries to get out of
the Western Feminist framework, is this kind of
more global, comparative feminism. But there is
a lot of hostility, and then there is still the feeling
that American feminism is defining the agenda,
and it is telling non Western feminists what to
do.
Another interesting movement in your academic career is the shift from doing an “outwardly”
oriented ethnography, like in the case of the Sherpas, to a more “inwardly” oriented
ethnography, as doing anthropology “at home”, in the same place where you live. What
motivated you to study your own culture?
SO: The decision to move from the Sherpas to the US was a big decision. I have three books on the
Sherpas. The third one was still in progress when I was started to do the research for my first
American book. I had been thinking for a long time that I wanted to say something about my own
society, my own culture; I thought I wanted to make some contribution, a critique. And second of all, I
thought that after a certain point my thinking about the Sherpas was not fresh anymore. I had done the
kind of things I wanted to do; I very much enjoyed writing my last book on the Sherpas, I enjoyed the
research with the mountain climbing and so on. I could think of more Sherpas’ projects, but I thought
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three books was enough, and the last time I came back to Nepal with the Sherpas I found that I was
not taking notes anymore. They were my friends, I had just become to the point where it was hard to
make myself be an anthropologist; I just moved in a gradual sense away from that and at the same
time I begun to think about a critical research project in the United States. If I am honest, I think I have
to admit that in my earlier fieldwork I was very much “the anthropologist” and they were “the Sherpas”.
And I think that gradually changed over time, and I begun to feel “relaxed”. I did not have that kind of
drive anymore to be “the anthropologist”, and I felt that I was coming to the moment of stopping.
That was the moment in which you started to work on your first book about the American
culture: New Jersey Dreaming: Capital, Culture, and the Class of ’58. Could you tell us about
the origin of this research?
SO: It was my first and at the moment my only project in the US. I started this research in 1989. This is
basically a study of my High School graduating class, and what happened to them, and how does it
link up with changes in the larger culture. They were a very successful cohort, successful meaning
mostly “money”. Among them there were many doctors, lawyers and businessmen -not so many
College Professors-, people who make a lot of money in the US. And there were a lot of changes for
the women as well. I actually had chosen this group partly because I had good access to them, and
partly because I knew that I shared their history, I knew the world they came from, because I came
from the same world, so I tracked them down all over the country and I interviewed them, the form of
free-form life histories. And then I tried to link up how they talked about their lives and their
experiences to the larger social changes in the United States since the time we graduated from High
School in 1958.
For example, there was a small group of African-American people in my class, twenty people out of
three hundred, and I was able to interview them and find at least some of them, and many of them did
well, and I link it in part to the Civil Rights Movement. The women in the class went through all kind of
changes, and I link it in part to the feminist movement. And the success of the class as a whole, which
is very heavily Jewish, I link it to an earlier period: between our parents and our generation, that was
the period when anti-Semitism in the US started to go down, and opportunities started to open up for
the Jewish people. So many of my classmates went to colleges and universities, where our parents
could not get into. Most of them went to college, which most of our parents did not. So the success of
the class, I link it to the anti-antisemitism movement that was actually starting to have some effect by
the time we graduated from High School. In the last chapter I link the present class and what is
happening to them now to late capitalism, and especially to the changing class structure of the United
States. I try to cover everything, race, gender, ethnicity, but my real interest is in social class, because
it is one of these hidden themes in American culture that I wanted to bring up. In a sense that was the
cultural critique aspect of the book, I tried to bring up the underlying class dynamics that people do not
talk about, do not think about, and which I try to show were operating on their lives.
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Can you tell us about your current research on Hollywood, and how do you link that with your
previous work on American culture, the New Jersey project?
SO: The New Jersey project was actually very hard. Maybe I found it so difficult because I was “too
close” to it. It was not only my own culture as general theme, but my actual High School graduating
class. But also from a methodological perspective, when I finished with it I found that I had a bunch of
life histories, and then I had to figure out how do you make that into something significant. The writing
took a lot more time than doing the fieldwork. It was an interview based project, and I did not like that,
because I missed the participant observation that I had done with the Sherpas. The other thing about
this book is that it is very sociological. It is not cultural, it does not feel very anthropological. And I
wanted to do something with American culture in a sense, I was interested in the changes that may or
may not be taking place at the cultural level. So that is why I became interested in the Hollywood
project. I wanted to go into the “culture industry”, and the “machines” that are making and shaping
American culture. I do not think it all comes “from the top”, from Hollywood, but I think that what
Hollywood does is take what is out there, the newspapers, everything, it takes that out of the everyday
life and articulates it into a product, and then brings it back to Americans. So they really shape in
various ways what is already there, but converted into something else.
But I am right the middle of it, I am interviewing people, writers, producers, entertainment lawyers, and
some directors. It is hard in terms of getting access to people. I am not trying to get to Steven
Spielberg or Martin Scorsese, that is not going to happen! And I am not trying to get to actors and
actresses, I am not that interested in the stars. They are very important in terms of selling Hollywood
movies, but they are not going to tell me much for the kinds of questions I have about relationship
between Hollywood products and the larger culture.
I also wrote an article that was a link between the Hollywood project and the previous project. The
children of my High School graduating class are now in their late thirties or early forties, and when I
did the High School project I thought it was going to be a multigenerational study, so I did actually
interview some of the grown children of the class of 58, some of whom were in Hollywood. Five of
them were involved in what they call here “the industry”. Those children of my classmates are
technically, in terms of demographics, what is called “Generation X”. There is a whole cultural thing in
the US about Generation X, about who are they, about whether they are culturally different from the
previous generation, the “baby boomers”. There is often some ideology about generational cultures in
the US, which you may probably know something about, although it does not translate very well cross
nationally. So the preceding generation was called “the baby boomers” and they went through several
cultural changes, but they were the ones who were born between 1945 and 1965, in that long twenty
year period where the birth rate rise. In 1965 it started going down again, and it kept going down until
1976, when it starts to come up again. And this generation (1965-1976) is the one which is coming
into the executive control in Hollywood. So I wrote an article about the children of my classmates in
the mid 90’s. But since they never got into the New Jersey book, I decided to focus the Hollywood
study in part on this generation. And the fact that this generation is now coming into significant
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positions in Hollywood and making films, that reflects presumably a new sensibility, and so I am
primarily but not exclusively interviewing people of that generation in different levels in the industry.
But that also helps because actually these younger people are not so well known yet and I can get
better access to them. Again, getting access to Hollywood is really hard and I really wasted much time
on it, on trying find people who would talk to me.
Broadly speaking, the main question of the project is the relationship between Hollywood films and the
larger cultural changes. The other main theme is this question about generational change. Finally, I
am also interested in independent films, the ones made outside the studio, and they do not have stars,
they are creatively financed, not by the studios and of course they have much more creative control on
what they do, and they obviously do not make much money. But they are often much better than the
big Hollywood films.