Introducción A Cantares

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Introducción a Cantares

El Cantar de los Cantares (heb. Shir HaShirim) es un canto de amor escrito por el


rey Salomón. Éste no es el único cantar que él escribió. Además de los proverbios y
algunos salmos, también escribió muchos otros cantos.

(1 Reyes 4:29-32) Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y


anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar. Era mayor la sabiduría
de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios. Aun
fue más sabio que todos los hombres, más que Etán ezraíta, y que Hemán, Calcol y
Darda, hijos de Mahol; y fue conocido entre todas las naciones de alrededor. (32) Y
compuso tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco.

¿Pueden imaginar a alguien más prolífico que Salomón? ¡Escribió un total 1,005
cantares! De todos éstos, el mejor es “el Cantar de los Cantares”.

LIBROS DE SALOMÓN
Además de Cantares, Salomón escribió otros dos libros que fueron incluidos en la
Biblia: Proverbios y Eclesiastés.

La tradición judía relaciona cada uno de los tres libros de Salomón con las tres áreas
del Tabernáculo y el Templo:

Proverbios -- El Atrio
Eclesiastés -- El Lugar Santo
Cantares -- El Lugar Santísimo

Proverbios nos enseña principios prácticos y sabiduría para ser aplicada a la vida


diaria.

Eclesiastés enseña que todo en la vida es vanidad. Habla de la búsqueda del hombre


por la satisfacción y el reposo, pero no lo encuentra en lo que le ofrece el mundo sino
sólo en Dios. Aunque uno tenga todo lo que se pudiera desear de este mundo, no es
suficiente para hacernos felices, ya que la única satisfacción la encontramos en Dios.

Eclesiastés enseña que aunque las circunstancias sean positivas, no encontraremos


contentamientos en ellas. Por el contrario, Cantares enseña que aun cuando las
circunstancias sean negativas, si tenemos una relación íntima con Dios estaremos
realizados y satisfechos.

INTERPRETACIÓN
Como todo libro de la Biblia, Cantares tiene muchos niveles de entendimiento. Hay
varias formas de interpretarlo, pero la más común es la analogía espiritual de la
relación de Dios como Rey y su pueblo Israel como la mujer. Esta interpretación es la
que tomaremos como base para este estudio.

(Isaías 54:5) Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y


tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.

(Isaías 62:5) Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus
hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.

(Oseas 2:19-20) Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en


justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad, y
conocerás a Jehová.
ORACIÓN>>
Señor, te hemos conocido como nuestro Salvador, como nuestro Padre, y aún como el
Amo de nuestras vidas, pero también queremos conocerte como nuestro Amado.

A pesar de nuestras imperfecciones, Tú nos amaste. Tú nos has santificado y


purificado con el agua de Tu Palabra, a fin de preparar una Novia gloriosa, santa y sin
mancha. Límpianos; quita toda mancha, arruga y cosa semejante que aun tengamos.
Queremos ser parte de Tu Novia. ¡Qué privilegio!

Tú nos has amado, y ahora queremos aprender a amarte todo corazón, alma y mente,
y con todas las fuerzas.

[Efesios 5:25-27; Deuteronomio 6:5; Marcos 12:30; Lucas 10:26-28]

ESTILO DEL CANTAR


El libro de Cantares está escrito en verso, y por eso mucha gente siente que es difícil
de entender. Pero al reconocer los símbolos básicos, no resulta muy complicado. En
cierta forma, este libro está escrito como si fuera una obra de teatro, con diversos
personajes que hablan y otros que sólo actúan.

Para poder entender el libro, uno debe saber quién es el que está hablando.
El secreto está en seguir las siguientes claves:

* Cuando la mujer habla, se refiere al novio como “mi Amado” (heb. Dodi)


* El novio se refiere a ella como “mi amiga” (heb. Rayah)

La obra tiene dos personajes principales:


El rey Salomón -- quien es la imagen del Señor
Mujer sulamita -- quien es la imagen del pueblo de Dios

También se hace mención de las “hijas de Jerusalén”.

[Nota: algunas traducciones de la Biblia llevan escrito los nombres de los


interlocutores, pero en la versión original en hebreo no se especifica. Debe de
entenderse según el contexto.]

DOS PARTES
Una división general divide el libro en dos partes:
I. (caps. 1 al 4) el Rey desea a la mujer—así como Dios desea a Su pueblo.

** [Transición: 4:6 al 5:1]**

II. (caps. 5 al 8) la mujer persigue al Rey—así como Israel buscará a Dios de
todo corazón.

SEIS ACTOS
Otros dividen el Cantar en seis actos:

I. (1 a 2:7) Está enamorada del “amor”. No se decide entre el rey o el pastor…


al final, se duerme.

II. (2:8 a 3:5) El Pastor la llama para que vaya con él a trabajar en la cosecha,
pero ella se vuelve a dormir.

III. (3:6 a 5:1) Se lleva a cabo la persecución por parte del rey. Ella se duerme
de nuevo.

IV. (5:2 a 6:3) Ella busca al Amado, pero ahora sí muestra verdadero


arrepentimiento.

V. (6:4 a 8:4) La mujer se reúne con su Amado, y va a trabajar en la cosecha.


Finalmente entre en reposo.

VI. (8:5 a 14) La mujer disfruta de comunión con el Pastor. Ella se aparta
completamente y se santifica.

PROGRESO DEL AMOR


El libro de Cantares presenta el patrón de cómo nuestro amor por el Señor va
creciendo.
Al principio de nuestra relación con Dios, comenzamos con un amor inmaduro,
irrealista, distraído, y hasta egoísta. Pero conforme vamos conociéndolo más,
el amor madura.

En Cantares encontramos los principios necesarios para que nuestro amor


madure.

Al ir avanzando en el ayuno y en el estudio del libro, analicemos dónde nos


encontramos en el camino de nuestro amor por Dios. Apreciemos lo que hemos
recorrido, y tomemos el reto de seguir avanzando, hasta llegar a ser uno con
Él, así como Jesús es uno con el Padre.
(Juan 17:25-26) Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he
conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. (26) Y les he dado a
conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has
amado, esté en ellos, y yo en ellos.

Con este ayuno queremos reconocer el amor que Dios tiene por nosotros, al
igual que incrementar el amor que nosotros tenemos por Él. Parte del proceso
implicará que analicemos nuestras vidas. Al reconocer a Jesús como nuestro
Señor, ya fuimos salvos, pero ahora debemos santificarnos y prepararnos para
recibirlo como Su Novia. Aun el Señor mismo nos ayuda a prepararnos…todo
lo que debemos ser es ponernos a Su disposición.
(Efesios 5:25-27) … así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por
ella, (26) para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con
la palabra, (27) a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria,
sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e
inmaculada.

(Eze. 16:8-14) Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo
era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di
juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía. (9) Te
lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; (10) y
te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. (11) Te
atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. (12)
Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu
cabeza. (13) Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino,
seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste
hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar. (14) Y salió tu
renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a
causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor.

En este tiempo de ayuno, dispón tu corazón para que el Señor te limpie de toda
impureza que se haya acumulado. El lo hará si se lo permites. No sólo te
limpiará, sino que te vestirá, te adornará, te alimentará. Serás hermoseado y
prosperado. Tu hermosura atraerá a más personas al Señor.

ORACIÓN>>
Señor, te pido revelación para poder entender el mensaje del libro de Cantares.
Abre los ojos de mi entendimiento para que pueda apreciar Tu mentalidad, y
sobre todo conocer Tu corazón. Por tu Palabra como un sello en mi corazón.

Te pido, Señor, que me des espíritu de sabiduría y revelación en un mejor


conocimiento de Ti. Mi oración es que los ojos de mi corazón sean iluminados,
para saber cuáles son las riquezas de Tu amor, y cuál es la extraordinaria
grandeza de Tu poder.
Señor, enséñame por qué la mujer se queda dormida. Despiértame de mi
sueño, Señor, porque quiero estar preparado para Tu venida.

[Efesios 1:17-19; Cantares 8:6]

Cantares 1:1-3,7
EL PRIMER AMOR
El canto de cantos (o Cantares) abre con la manifestación del deseo de la
mujer: ser amada.
(Can. 1:1-2) Cantar de los cantares, el cual es de Salomón. (2) ¡Oh, si él me
besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino.

Todo ser humano, ya sea hombre o mujer, trae dentro de sí ese deseo de ser
amado. Dios nos creó con esa necesidad.

En la adolescencia se despierta la ilusión y el deseo de experimentar el amor


romántico. Cuando finalmente se enamoran de alguien, creen que ese es el
“amor de su vida”, pero en realidad están enamorados del “amor”. El “primer
amor” es un amor pasional, pero inmaduro. Creen que están enamorados del
objeto de su deseo, pero en realidad no lo conocen bien; ni siquiera se conocen
bien a sí mismos.

Esto mismo le sucede a la mujer sulamita. Da la impresión que aún no conoce


al objeto de su deseo, pero ya manifiesta ese deseo de amar y ser amada. Ella
anhelaba conocer a su “príncipe azul”.

QUIEN LLENA EL VACÍO


Al sentir esa necesidad de amor, todos buscamos quién pueda llenar ese vacío.
Creemos que una persona lo puede satisfacer, pero nos fallan y nos dejan
decepcionados. Probamos con otra cosa, y al final nada ni nadie nos satisface
completamente.

¿Qué has estado buscando tú que llene el vacío que llevas a dentro?

Al final, uno se da cuenta que nadie puede llenar ese vacío más que el rey. Ya no
debemos perder el tiempo buscando “príncipes azules” ni sustitutos materiales o
espirituales. Más bien, debemos ir directamente al Rey de reyes. Sólo Dios puede
satisfacer ese deseo existencial que llevamos por dentro.

UN REY QUE PRIMERO FUE PASTOR


En teoría, todos los creyentes reconocemos que Dios es el Rey, no sólo del mundo,
sino del universo. El problema está en la práctica…

Si todos los creyentes reconocieran a Dios como el verdadero Rey de sus vidas,
entonces le obedecerían. El Rey es quien manda. Es el que dicta las leyes del reino.

Este problema no es nuevo en la historia. También les sucedió a los israelitas en el


tiempo de los jueces. En teoría, reconocían a Dios como su Rey, pero en la práctica
hacían lo que querían.
(Jueces 17:6) En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le
parecía.

La respuesta al caos de la época de los jueces era someterse al orden de Dios…Pero


eso no fue lo que pidió el pueblo. Más bien, ellos pidieron: un rey como las demás
naciones.

El rey que Dios les dio fue Saúl, para cumplir el deseo del pueblo.
Pero Dios tenía ya preparado a un rey conforme a Su corazón: David.

David era un pastor que luego se convirtió es rey. Él es la imagen del Mesías. No sólo
eso, sino que literalmente Jesús vino del linaje de David.

En su primera venida, Jesús se presentó como el Mesías Siervo, quien vino a morir
por nosotros. Vino como nuestro Pastor. Pero en su segunda venida, se presentará
como el Rey de toda la Tierra. Él es el deseado de las naciones. Ese es el Rey que
llenará nuestra alma.
(Hageo 2:6-7) Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar
los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; (7) y haré temblar a todas las naciones, y
vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho
Jehová de los ejércitos.

En Cantares leemos la historia del rey que quiere ganarse el corazón de la novia.
Pero, ¿qué hace la mujer? Ella está enamorada, pero no sabe de quién—está
enamorada del amor. Ella está buscando a su “príncipe azul”.

Es necesario que la mujer conozca primero al Pastor, y luego conocerá al rey.


(Can. 1:7) Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas
al mediodía; pues ¿por qué había de estar yo como errante junto a los rebaños de tus
compañeros?
La mujer aún es joven e inmadura, pero el Rey conoce su potencial. Él la perseguirá y
se le dará a conocer, hasta que ella se enamore de Él.

El verdadero amor no es necesariamente el "primero". Es el que se desarrolla cuando


uno conoce bien a la persona. Mientras más conozcamos al Señor, más iremos
enamorándonos de Él.

ORACIÓN>>
Desde joven he estado buscado el amor. Lo he buscado en los lugares equivocados, y
ninguno me ha traído plena satisfacción. Hoy reconozco que sólo Tú, Señor, eres mi
delicia. Tú eres el Deseado de las naciones, y el Deseado de mi alma.

Tú eres aquel a quien ama mi alma. Te amaba desde antes que supiera que cómo te
llamabas. Pero conforme más te conozco, más te amo.

Quiero conocerte cada día más, para entender por qué los demás te aman tanto. De
seguro eres especial, porque he oído de Ti. Pero ahora quiero conocerte en persona.

Quiero saber dónde estás, para estar contigo. Atráeme en pos de ti. Correré para
estar a tu lado. Me gozaré y me alegraré en ti.

Ya no quiero vivir para mí, sino Contigo

Cantares 1:3-4
CAMBIO DE PERCEPCIÓN
El tema predominante del libro de Cantares es el afecto del Rey por su Novia.

En teoría sabemos que Dios nos ama, pero ¿lo creemos de verdad?

Al principio de Cantares vemos una mujer que desea ser amada, pero está más
enamorada del “amor” que de una persona real. En esa condición, ella podría
enamorarse de “cualquiera”. Pero antes que su corazón sea cautivado por otros
amores, el Rey se la va ganando poco a poco, dándose a conocer.

¿Cómo sabemos en realidad, y no en teoría, que Dios nos ama? La respuesta es


cuando le correspondamos ese amor.

Si entendiéramos realmente el amor que Dios tiene por nosotros, nuestra percepción
de Él cambiaría. Ya no lo veríamos igual, sino con ojos de amor. Conocerlo más nos
llevará a apreciarlo más, y luego a corresponderle ese amor.

En los momentos de debilidad, Su Amor nos llevará a correr hacia Él, en lugar de salir
huyendo por sentimientos de culpa o condenación.

En los momentos de necesidad, nos llevará a abrir nuestro espíritu y tenerle más
confianza, en lugar de cerrarnos y apartarnos.

(Salmo 91:14-16) Porque en mí ha puesto su amor, yo entonces lo libraré; lo exaltaré,


porque ha conocido mi nombre. Me invocará, y le responderé; yo estaré con él en la
angustia; lo rescataré y lo honraré; lo saciaré de larga vida, y le haré ver mi salvación.

EN GRUPO O PERSONAL
En sus primeras expresiones de amor, la novia de Cantares a veces habla en singular
y otras en plural, lo cual parece ser una incongruencia.
(Cantares 1:4) Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus
cámaras; Nos gozaremos y alegraremos en ti; Nos acordaremos de tus amores más
que del vino; Con razón te aman.

Al principio dice: “Atraéme”, pero luego habla en plural diciendo “correremos hacia Él”.
Dice: “el rey me metió a su cuarto”, pero luego dice que “todos nos gozaremos”.
Luego dice: “¡Con razón ellas te aman!”, como si ella estuviera diciendo que no ha
experimentado personalmente ese amor, pero lo desea. Quiere ser igual que los
demás.

Esta es la forma en que el creyente comienza a experimentar el amor de Dios.


Aprendemos acerca de Dios en grupo o por referencia de otros. Pero luego Dios
quiere que cada uno conecte con Él en lo personal. El texto dice que “el rey nos mete
en sus cámaras”, en el lugar de intimidad, para que tengamos una relación íntima con
Él. Ya no es en grupo, sino personal.

No basta con conocer “acerca” de Dios, sino debemos procurar conocerle a Él.
TU NOMBRE ES COMO UNGÜENTO
En el versículo 3, la mujer se da cuenta por qué razón las otras personas aman al Rey:
(Cantares 1:3) A más del olor de tus suaves ungüentos, Tu nombre es como ungüento
derramado; por eso las doncellas te aman.

NOMBRE DEL MARIDO


Cuando una mujer se casa, ella recibe el nombre del marido.

¿Qué hay en un nombre? Eclesiastés 7:1 dice que “Mejor es el buen nombre que el
buen ungüento…” Un buen nombre puede traer prestigio y reconocimiento.

En Isaías hace referencia a unas mujeres que buscan marido que les de un buen
nombre.
(Isa 4:1) Porque siete mujeres echarán mano de un hombre en aquel día, diciendo:
Nuestro pan comeremos y con nuestra ropa nos vestiremos; tan sólo déjanos llevar tu
nombre; quita nuestro oprobio.

El Novio puede preguntarse: ¿Está buscando la Novia los beneficios de mi “apellido”


(Nombre), o se casa conmigo porque me ama?

¿Por qué buscamos a Dios: por interés o por el deseo de conocerle?

EL PERFUME
En Cantares 1:3 leemos que el Nombre es como un ungüento.

Ungüento (heb. Shemen) literalmente, aceite. Figuradamente, perfume, riqueza.

¿Qué efecto tiene un perfume? Aunque no se ve, el perfume causa impacto, y nos
mueve. Causa atracción. Quien lo usa, se hace deseable. Pero para poder disfrutarlo,
se debe abrir el frasco, y luego se debe mover, o derramar, o ungir.

Pablo explica lo que esta fragancia representa en términos espirituales:


(2 Cor. 2:14) Pero gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por
medio de nosotros manifiesta en todo lugar la fragancia de su conocimiento.

Es conocer quién es Dios, es conocer Su Nombre. El perfume es la esencia interior del


Señor. Podemos quedarnos con una imagen exterior y superficial de Dios, pero si
queremos apreciar su aroma debemos buscar Su Esencia. Mientras más lo vamos
conociendo, más dulce y agradable nos parece, y más nos atrae.
LA ATRACCIÓN DEL PERFUME
Si usamos el perfume del Señor en nuestra vida, es decir, si reflejamos Su Amor y
amamos al prójimo como Él nos ha amado, entonces más personas serán atraídas por
el perfume de Dios.

Esto es lo que hizo la Novia en Cantares. Primero, se siente atraída hacia Su Perfume.
Luego comienza a usarlo, y desea que ese aroma llegue a otros. Sobre todo, desea
que el olor grato suba a Dios, y que este perfume honre al Señor.
(Cantares 4:16) Despierta, viento del norte, y ven, viento del sur; haced que mi huerto
exhale fragancia, que se esparzan sus aromas. Entre mi amado en su huerto y coma
sus mejores frutas.

Quien no ha pasado tiempo con Dios, no huele a Él. Su olor es otro. Este aroma será
el que percibirán los demás.
(2 Corintios 2:15-17) Porque fragante aroma de Cristo somos para Dios entre los que
se salvan y entre los que se pierden; para unos, olor de muerte para muerte, y para
otros, olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿quién está capacitado? Pues no
somos como muchos, que comercian con la palabra de Dios, sino que con sinceridad,
como de parte de Dios y delante de Dios hablamos en Cristo.

AUDIENCIA DE UNO
Aunque deseamos atraer a los demás hacia el Señor, al final del día no debemos
dejarnos llevar por la opinión de los demás. La única opinión que nos debe importar y
con el único que debemos tratar de quedar bien es con Dios.
(Juan 5:39-44) Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis
vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que
tengáis vida. No recibo gloria de los hombres; pero os conozco, que no tenéis el amor
de Dios en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro
viene en su propio nombre, a ése recibiréis. ¿Cómo podéis creer, cuando recibís gloria
los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?

Nuestra meta debe ser conocer a Dios, y luego oler a Él.


(Filipenses 3:8) Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del
incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo,
y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,

ORACIÓN>>
Señor, atráeme, y en pos de Ti correré.
No quiero conocerte sólo de oídas o a través de otros, sino que mis ojos quieren verte.
Quiero conocerte íntima y personalmente. Méteme en tus cámaras, y allí me gozaré y
me alegraré en Ti.
La fragancia de tu conocimiento me ha atraído. Quiero conocerte más y más, y quiero
oler como Tú. Con amor eterno me has amado, y me has atraído con Tu misericordia.

No te busco por tus beneficios, por lo que me puedes dar. Te busco por amor. Te amo
porque Tú me has amado primero.
Quiero ser imitador de Ti como hijo amado, y andar en amor, así como también Jesús
nos amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante
aroma. Sea mi vida un sacrificio vivo y santo, que te agradable a Ti y que atraiga a los
demás hacia Ti.

[Cantares 1:4; Job 42:5; Jeremías 31:3; Efesios 5:1-2]

Cantares 1:2
LOS BESOS DE SU BOCA
Lo primero que leemos en Cantares es la manifestación del deseo de la mujer:
(Can. 1:2) ¡Que me bese con los besos de su boca! Porque mejores son tus

amores que el vino.

Hay diferentes tipos de besos:

En la mejilla—de un amigo
En la frente—de un padre
En los pies—de un siervo
En la boca—de amor e intimidad

La mujer pide un beso de amor. Pero, ¿cómo podemos recibir un beso de la


boca de Dios? La respuesta está en el siguiente versículo:
(Deuteronomio 8:3) Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el
maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender
que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la
boca del SEÑOR.

Los seres humanos no sólo necesitamos comida y bebida, sino también


tenemos hambre y sed de amor. Lo único que nos satisface hasta lo más
profundo del alma es el amor de Dios.
(Juan 4:13-14) Respondió Jesús y le dijo: Todo el que beba de esta agua
volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed
jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de
agua que brota para vida eterna.

El alimento del corazón es lo que sale de la boca de Dios. Así como un pájaro
da comida boca a boca a su pichón, también Dios nos besa con las palabras de
su boca, y sus palabras nos llenan el corazón.

EL BESO DIVINO
El beso divino es una metáfora de la revelación de la Palabra de Dios que
viene a través de tener una relación íntima con el Señor. La Palabra escrita
(gr. Logos) se vuelve Palabra viva (gr. Rhema) a través de la revelación de
quién es Dios. Sus palabras van ablandando nuestros corazones hacia el amor
de Dios—para recibirlo y para darlo.

Mientras más lo conocemos, más nos enamoramos.

UNA COSA HE PEDIDO


Dios no puede obligarnos a desear Su Amor. Eso es algo que nosotros
debemos pedir.

Cuando Salomón comenzó a reinar, Dios le dijo que pidiera lo que quisiera.
(2 Crónicas 1:7-10) Aquella noche Dios se apareció a Salomón y le dijo: Pide lo
que quieras que yo te dé. Entonces Salomón dijo a Dios: Tú has mostrado gran
misericordia con mi padre David, y me has hecho rey en su lugar. Ahora, oh
SEÑOR Dios, tu promesa a mi padre David se ha cumplido, porque me has
hecho rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra. Dame
ahora sabiduría y conocimiento, para que pueda salir y entrar delante de este
pueblo; porque, ¿quién podrá juzgar a este pueblo tuyo tan grande?

Salomón pudo haber pedido riquezas, poder, gloria, larga vida…pero pidió
sabiduría. Pidió la Palabra de Dios. Por eso, Dios le dio todo lo demás.
(Proverbios 3:13-17) Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el
hombre que adquiere entendimiento; porque su ganancia es mejor que la
ganancia de la plata, y sus utilidades mejor que el oro fino. Es más preciosa
que las joyas, y nada de lo que deseas se compara con ella. Larga vida hay en
su mano derecha, en su mano izquierda, riquezas y honra. Sus caminos son
caminos agradables y todas sus sendas, paz.

La iglesia también recibe la prueba de Salomón. Dios nos invita a pedir lo que
queremos.
Dios lo hace por dos razones: una, porque quiere complacernos; dos, para
probar dónde está nuestro corazón.
(Mateo 7:7-8) Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le
abrirá.
(Mateo 7:11) Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas
buenas a los que le piden?
(Juan 14:13-14) Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre
sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.
(Juan 15:7) Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pedid lo que queráis y os será hecho.

¿Qué le pedirías hoy a Dios? La respuesta te mostrará dónde está tu corazón.

Salomón pidió sabiduría, y Dios se la dio, además de todo lo que un hombre


podría desear. El fue el rey más sabio y rico de la historia. Lo tuvo todo, pero se
olvidó de lo más importante: el amor por Dios. El buscó su satisfacción en otros
amores, lo cual lo desviaron y apartaron de Dios. Al final quedó insatisfecho.
[Les recomiendo leer la parábola del hombre rico en Lucas 12:16-21, la cual
evidentemente hace referencia a Salomón].

Juan escribió:
(1 Juan 2:15-17) No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si
alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay
en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la
vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y también sus
pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

La mejor petición que podríamos hacer es pedir el Beso Divino, para recibir la
gracia de amar a Dios como Él nos ama. Esto fue lo que pidió David.
(Salmo 27:4) Una cosa he pedido al SEÑOR, y ésa buscaré: que habite yo en
la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura
del SEÑOR, y para meditar en su templo.

MEJOR QUE EL VINO


La segunda parte de Cantares 1:3 dice: “mejor son tus amores que el vino”.

El vino es una sustancia que alegra el corazón (Ecl. 10:19; Sal. 104:15).
¿A qué vino se refiere el versículo en Cantares? Hay dos aplicaciones:

a. El pecado. El vino habla de los placeres del mundo, que nos intoxican. El
pecado trae placer, pero el precio es muy alto ya que trae consecuencias
negativas. La paga del pecado es muerte (Rom. 6:23)

b. Las Bendiciones. El vino puede representar las bendiciones que Dios nos
da en esta vida, las cuales alegran el corazón. Son buenas, pero no deben ser
el objetivo. Si buscamos el beneficio más que el corazón de Dios, corremos el
riesgo que se apague el primer amor, tal como le sucedió a la Iglesia de Efeso
(Apoc. 2:4-5).

Todos los placeres del mundo no se comparan con el placer que trae el Amor
de Dios.

ORACIÓN>>
Señor, bésame con los besos de tu Palabra, porque Tu Amor es mejor que
cualquier cosa que pueda desear.

Que Tu Palabra me revele quién eres. Quiero conocerte, porque quiero amarte
por quién Tú eres, y no por lo que me puedes dar.

Esto pido en oración: que mi amor abunde aún más y más en conocimiento
verdadero y en todo discernimiento, a fin de escoger lo mejor, para ser puro e
irreprensible para el día del Señor.

Yo sé que quien ama a Dios, guarda los mandamientos, por lo tanto quiero
obedecerte. Tus mandamientos no son gravosos, sino que traen vida y
bendición. Pero quiero más que bendición; quiero la revelación de Tu amor.

Una cosa te pido, y esa buscaré…estar Contigo para el resto de mi vida y


contemplar Tu hermosura.

[Cantares 1:2; Salmo 27:4; 1 Juan 5:3; 2 Juan 1:6; Filipenses 1:9-10]

Cantares 1:5-6

LA IMAGEN DE SÍ MISMA
Hace dos días hablamos de un cambio de percepción, en la que nuestra
relación con el Señor no sólo debe ser grupal, sino individual.

También hay otro cambio de percepción aludido en el capítulo 1 de Cantares,


es decir, la forma en que se mira la mujer a sí misma.

Por eso, la mujer dice:


(Can. 1:5-6) Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable como las
tiendas de Cedar, como las cortinas de Salomón. No reparéis en que soy
morena, porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí; me
pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era mía, no guardé.

Morena (heb. Shajorah) lit. negra


Contrario al blanco que representa pureza, el negro representa impureza o
pecado. Curiosamente, la Biblia hace mención muchísimas veces del color
blanco, pero extremadamente pocas del negro.

Nótese que la mujer está hablando a las hijas de Jerusalén, y no al Rey. Tal
vez ella piensa que el Rey no la ha visto “tal como es”. Uno podría decir: “Si Él
supiera realmente cómo soy, no me amaría”. Pero no es así. El Rey sabe cómo
somos, pero también sabe nuestro potencial, es decir, lo que Él puede hacer en
nosotros.

Una razón por la que las personas no aceptan el amor de Dios es porque no se
aceptan a sí mismas. Creen que Dios no las puede amar tal como son. Pero
Dios nos creó perfectos, y debemos aprender a vernos tal como Él nos hizo, no
lo que el pecado ha hecho en nosotros.
LA PARADOJA INICIAL
Al inicio de nuestra relación con Dios, casi todos comenzamos con una
contradicción: Por un lado sabemos que Dios nos ama; pero, por otro lado, no
entendemos cómo nos puede amar con todos nuestros pecados y defectos.

Podemos reaccionar de varias formas ante esa divergencia:

a. Si sólo vemos nuestro pecado, sentiremos vergüenza y condenación. Como


resultado, corremos el riesgo de alejaremos de Dios.

b. Si sólo vemos el amor de Dios, creeremos que lo merecemos todo y no nos


limpiaremos ni maduraremos.

La perspectiva correcta es apreciar ambos lados. Esta es la percepción de


Dios. No es una incongruencia, sino los dos lados de la misma moneda. Dios
nos ama a pesar de nuestra debilidad, pero no quiere que nos quedemos así,
sino que nos ayudará a limpiar nuestro camino y a madurar hasta que
lleguemos a ser la Novia que Él merece.
(2 Cor. 5:17-18) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas. Y todo esto procede de
Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación.

Dios nos reconcilió consigo mismo, y nos transformará en una nueva persona.
Por lo tanto, debemos aprender a decir: “¡Soy morena, pero deseable!”

TIENDAS Y CORTINAS
La mujer hace una comparación alegórica:
(Can. 1:5-6) Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable como las
tiendas de Cedar, como las cortinas de Salomón.

Las Tiendas de Cedar eran las carpas que usaban los pueblos nómadas


descendientes de Ismael. Su peculiaridad es que estas tiendas eran negras, ya
que estaban hechas de pelo de cabra. No eran muy vistosas, pero cumplían su
propósito. Éstas representan el aspecto exterior de la mujer: morena, quemada
por el sol, pero trabajadora.

Por el contrario, las cortinas de Salomón eran las que se encontraban dentro


del Templo. Sólo los sacerdotes que ministraban en el Templo las podían ver.
Eras hermosas y finas, de color blanco puro. Estas representan el aspecto
interior de la mujer, que no es visible, pero es puro y hermoso.

Así era la belleza de la mujer sulamita, quemada por el sol por afuera, pero
pura por dentro.

APRECIA SU BELLEZA
Cantares revela la belleza del Señor; también la belleza que Dios ve en
nosotros. Conforme vamos conociendo más a Dios, más nos daremos cuenta
de Su belleza. Eso se va haciendo evidente. Sin embargo, lo que más nos
cuesta ver es la belleza que Dios ha puesto en nosotros.

El Señor quiere fascinarnos con Su belleza. También quiere que apreciemos la


belleza que Él nos ha dado. Aun cuando nos hayamos manchado con el
pecado, Su sangre derramada en la cruz es suficiente para limpiarnos. El
Señor quiere que aprendamos a ver todo de la misma forma que Él lo ve—a
través de Sus ojos.

ACERCATE A LA LUZ
La realidad es que mientras más nos acercamos a la luz, más evidentes se
harán nuestras faltas. Pero, en lugar de huir de la luz, esa evidencia es la que
nos permite limpiarnos.
(Juan 3:19-21) Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los
hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para
que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la
luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Acerquémonos, pues, al Sol de Justicia, quien confronta con Su Luz, pero


también nos limpia y nos da vida.

ORACIÓN>>
Señor, soy morena, pero codiciable. He pecado, pero tú me has perdonado por
tu gran misericordia. He pecado, pero en lugar de huir de Ti, Tu Amor me lleva
a correr hacia Ti para que me limpies y me transformes.

Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve.
Esconde Tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí,
oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me
eches de delante de Ti, ni quites de mí Tu Santo Espíritu. Vuélveme el gozo de
tu salvación, y espíritu noble me sustente.

Me has reconciliado Contigo, no tomando en cuenta mis transgresiones. Ahora


fui hecho justicia de Dios, y soy una criatura nueva.

Enséñame a verme como Tú me ves. Quiero amarme cono Tú me amas,


porque fui hecho a Tu imagen, perfecto a Tus ojos.

[Cantares 1:5; Salmo 51:7-13; 2 Corintios 5:17,19]

Cantares 1:6-8
Ayer hablamos acerca de la necesidad de apreciar la belleza que Dios nos ha
dado, a pesar de nuestras faltas. “Soy morena, pero deseable”.

La primera prueba de aceptación que todos debemos pasar es aceptarnos a


nosotros mismos tal como Dios nos hizo, y a amarnos como Él nos ama.

La segunda prueba es cuando queremos ser aceptados por los demás. Esta es
la prueba que vemos en el versículo 6.

La mujer sulamita no quería que los demás la juzgaran por su apariencia, y


dice:
(Cantares 1:6) No reparéis en que soy morena, porque el sol me miró…

Ella estaba pidiendo que no la juzgaran por las apariencias...pero eso era irreal.
La gente no puede ver nuestras intenciones, sino sólo nuestras acciones o
nuestro pasado. Los demás juzgan por las apariencias, mientras que Dios ve el
corazón.
(1 Samuel 16:7) Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo
grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que
mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero
Jehová mira el corazón.

La clave para pasar esta segunda prueba no es esconderse de los demás, ni


forzarlos a que vean lo que somos por dentro. Más bien, debemos superar el
deseo de quedar bien con los demás.

La sulamita aprendió esa lección pronto…

QUISO QUEDAR BIEN


La mujer de Cantares quería quedar bien con todos, y así cayó en una trampa
que le afectó su vida personal.
(Cantares 1:6) No reparéis en que soy morena, porque el sol me miró. Los
hijos de mi madre se airaron contra mí. Me pusieron a guardar las viñas; y mi
viña, que era mía, no guardé.

Al principio, ella quería que los demás obviaran sus faltas exteriores. Quería
quedar bien con sus hermanos. Pero en lugar de aceptación, encontró rechazo.

Ellos eran “hermanos”, pero estaban amargados; eran religiosos, pero habían
perdido su primer amor. Consideraban la labor como más importante que el
amor, por lo tanto, la ponen a trabajar y a servir.

Ella acepta porque quería ser útil y quiere quedar bien con ellos. Pero, ¿a qué
costo? Descuidó su propia viña. Se fue apagando el fuego de su primer amor.
Perdió de vista al Pastor. Ella sirvió a otros, pero descuidó su propio corazón.

La clave no está en “servir o no servir”, sino en cuidar lo que Dios nos ha dado,
en hacer lo que Él nos ha encomendado. Al final, debemos escoger entre
quedar bien con los demás o quedar bien con Dios.
ANHELO POR EL PRIMER AMOR
La mujer sulamita añoraba volver a sentir la pasión que había vivido al
principio. Quería regresar al primer amor. Por eso pregunta por su Amado.
(Cantares 1:7) Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, dónde apacientas,
dónde sesteas al mediodía; Pues ¿por qué había de estar yo como errante
junto a los rebaños de tus compañeros?

Los rebaños suelen hacer la siesta a medio día. Descansan cuando el calor es
más intenso. Pero sólo las ovejas que tenían el estómago lleno podían reposar;
las demás tenían que seguir pastando.

La sulamita quiere saber dónde está su Amado. Está desnutrida, y necesita


alimentarse. Ha trabajado demasiado, y necesita encontrar reposo.

Ella ya no quiere seguir “como errante”. En hebreo dice literalmente “envuelta o


cubierta por un velo” (heb. Atiyá). Cuando las mujeres pastoreaban entre
extraños, ellas se cubrían con un velo. La sulamita ya no quería estar entre
extraños; quería estar con su Amado, y ser ella misma.

Mañana veremos la respuesta del Amado…

ORACIÓN>>
Señor, quiero encontrar mi identidad en Ti.
Tú ves más allá de las apariencias; Tú ves mi corazón.

No quiero vivir mi vida tratando de agradar a los demás. Sólo quiero agradarte
a Ti.
Deseo servirte, pero sin poner en riesgo mi viña, sin alejarme de Ti. He
comprendido que servirte es hacer lo que Tú me has llamado a hacer, y no lo
que los demás quieren que yo haga. Por lo tanto, quiero enfocarme en Ti, y no
descuidar nuestra relación. Tú eres lo más importante en mi vida.

Tú eres mi Amado. Sólo tú me satisfaces. Sólo Tú me sustentas.


Quiero alimentarme en Tus pastos, en Tu Palabra, en Tu Presencia.

A medio día, cuando el calor de los problemas de la vida se hace más intenso,
yo quiero estar junto a Ti. Quiero reposar junto a Ti, mi Buen Pastor.

Muéstrame dónde estás, Señor, porque no quiero estar lejos de Ti.

[Cantares 1:6-7; Salmo 23:2; I Samuel 16:7]


Cantares 1:8
Ayer vimos que la sulamita se había distraído. Se puso a trabajar para los
hermanos, tratando de quedar bien con ellos.

Leímos que la mujer había preguntado: "¿Por qué había de estar yo como


errante junto a los rebaños de tus compañeros?" (1:7). Mencionamos que las
mujeres se cubrían el rostro en presencia de extraños. Pero en la antigüedad
había otra razón para hacerlo. Las prostitutas se cubrían el rostro durante el
día, por vergüenza, para que no las reconocieran.

La mujer sulamita era morena porque había sido tostada por el sol, quemada
por el mundo. Sin embargo, ya había recibido el perdón del Señor. Aun así, los
“hermanos” todavía la condenaban. ¿Acaso tenía que seguir viviendo con
condenación por su pasado?

Allí se dio cuenta que se había alejado del Amado. Entonces se dispuso a
buscarlo, y preguntó dónde estaba.

Ella necesitaba al Buen Pastor.


(Salmo 23:1-3) Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados
pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

RESPUESTA DEL AMADO


La mujer preguntó por Su Amado. Quería saber dónde Él apacentaba a sus
rebaños, pues quería ir allá.

Esta es la primera vez que oímos hablar al Rey, quien primero se presenta
como Pastor.
Su respuesta nos revela varios principios importantes:
(Cantares 1:8) Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, Ve, sigue las
huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los
pastores.

a. Si tú no lo sabes.
Ella ya había recibido el perdón del Dios, y lo sabía en su corazón. Pero ahora
estaba recibiendo condenación y rechazo por parte de los religiosos.

También Jesús sufrió el rechazo de los religiosos por su legalismo. El Señor


nos dijo que sus seguidores también serán rechazados. Los religiosos no
soportan que los pecadores reciban perdón, y por eso los condenan.
(Juan 15:25-27) Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita
en su ley: Sin causa me aborrecieron. Pero cuando venga el Consolador, a
quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre,
él dará testimonio acerca de mí. Y vosotros daréis testimonio también, porque
habéis estado conmigo desde el principio.

La mujer sulamita no tenía que prestar atención a las acusaciones externas,


sino oír la voz del Espíritu de Dios que hablaba la verdad de adentro de sí
misma.

b. Hermosa entre las mujeres.


El Buen Pastor la llamó “hermosa”. Aunque había sido pecadora, ahora era una
“nueva persona en Cristo”. Había sido emblanquecida con la sangre que
derramó el Novio por ella en la Cruz.
(Isa 1:18) Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados
fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos
como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

La obra de la sangre del Cordero fue perfecta. Ella era hermosa.

c. Sigue las huellas del rebaño.


El Pastor le da el secreto de cómo llegar al lugar donde las ovejas se
alimentan: debe seguir las huellas del rebaño.

La clave está en ver “el caminar” de las ovejas. Si llevan una vida ejemplar, si
dan un buen testimonio, si tienen una relación personal con el Señor, entonces
son ovejas de Su rebaño. Si uno sigue sus huellas, seguramente llegará al
lugar donde está el Buen Pastor.
(Juan 10:2-5) Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste
abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y
las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las
ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino
huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.

d. Apacienta tus cabritas.


En términos bíblicos, las cabritas representan a las personas inconversas.
(Mat. 25:32-34) y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará
los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y
pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey
dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
(Mat. 25:41-46) Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve
hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui
forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y
en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán
diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo,
enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo:
De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños,
tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida
eterna.

Quienes son salvos deben comenzar a dar un buen testimonio a los


inconversos, no sólo de palabra, sino que también de hecho, para darles la
oportunidad de conocer al Señor y ser salvos.

e. Junto a las cabañas de los pastores.


Las cabañas de los pastores representan las congregaciones donde uno se
alimenta.

Es de vital importancia congregarse para poder crecer espiritualmente. Aun así,


uno no quiere caer en un lugar donde sólo haya condenación, o donde no haya
alimento sino sólo labor forzada.

En la Biblia hay otra referencia acerca de las “cabañas de los pastores”.


(Jer. 33:10-12) Así ha dicho Jehová: En este lugar, del cual decís que está
desierto sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de
Jerusalén, que están asoladas, sin hombre y sin morador y sin animal, ha de
oírse aún voz de gozo y de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz
de los que digan: Alabad a Jehová de los ejércitos, porque Jehová es bueno,
porque para siempre es su misericordia; voz de los que traigan ofrendas de
acción de gracias a la casa de Jehová. Porque volveré a traer los cautivos de
la tierra como al principio, ha dicho Jehová. Así dice Jehová de los ejércitos: En
este lugar desierto, sin hombre y sin animal, y en todas sus ciudades, aún
habrá cabañas de pastores que hagan pastar sus ganados.

Aunque a veces parezca difícil encontrar a verdaderos pastores que amen a


sus ovejas, los hay. Uno debe buscarlos, y quedarse junto a sus
congregaciones para estar protegidos, alimentarse y crecer.

ORACIÓN>>
Señor, me sentía rechazado, pero sé que he sido acepto por Tu Sangre.
Gracias por limpiarme. Recibo Tu perdón y gracia, y quiero caminar en ellos.

Ahora he sido hecho “hermosa, aceptable” a Tus ojos. Quiero aprender a


verme como Tú me miras. He sido hecha “deseable” para atraer a otros hacia
Ti. Quiero dar un buen testimonio a los demás, para que Te deseen tanto como
yo te deseo.

Llévame a un lugar donde pueda pastar y estar protegido.

Gracias por revelarme lo que tu corazón ve en mí. Todavía tengo mucho que
cambiar, pero con Tus palabras me profetizas lo que seré. Si Tú crees en mí,
yo también lo haré; no porque ponga mi confianza en mi capacidad para
cambiar, sino en Tu poder para transformarme a Tu imagen.

Acércame a Ti, Señor. Quiero verte. Quiero estar cerca de Ti.


Te necesito, y te anhelo.
Cantares 1:9-11
DIALOGO DE AMOR
El final del capítulo uno es un diálogo de amor entre el Rey y la mujer sulamita.

El Rey expresa Su amor por su amiga (heb. Rayah). Describe lo que ella


significa para Él.
Cada vez que el Rey le habla a ella, le dice que la ama o que admira su
belleza. No sólo es lo que Él siente, sino esto es lo que ella necesita escuchar.

Estas son las mismas palabras que el Señor le dice a Su Novia.

ÉL DICE
(Cantares 1:9-11) A mi yegua, entre los carros de Faraón, yo te comparo,
amada mía. Hermosas son tus mejillas entre los adornos, tu cuello entre los
collares. Adornos de oro haremos para ti, con cuentas de plata.

a. Como mi yegua, entre los carros de Faraón


Los caballos de Egipto eran los más cotizados de la época. Eran adiestrados
especialmente para las carrozas de guerra del rey. Los vendían ya entrenados,
pero eran tan caros que sólo un rey podía comprarlos (1 Reyes 10:28-29).

Esta analogía habla del aprecio que el Señor tiene por Su Novia, y del precio
que pagó por ella. También habla de las cualidades de la Novia, quien no sólo
era hermosa, sino también ágil y hábil para la batalla.

b. Mejillas adornadas y Cuello entre collares


Otro versículo en Proverbios hace mención a los adornos en el cuello y la
cabeza:
(Pro. 1:7-9) El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos
desprecian la sabiduría y la enseñanza. Amonestaciones de la Sabiduría. Oye,
hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre;
porque adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello.

La sabiduría es lo que nos adorna; nos hace ver bellos y deseables, no sólo
para el Rey sino ante los demás.

Las mejillas es la parte del rostro que refleja nuestras emociones. Se enrojecen
cuando uno se emociona, y se empalidecen cuando está asustado o triste.

La sabiduría nos enseña a manejar las emociones de forma adecuada.

El cuello representa la voluntad. Es lo que voltea la cabeza en la dirección a la


que el cuerpo debe ir.

A las personas necias o rebeldes, la Biblia las considera de “cerviz dura” (lit.
cuello duro).
(Deu. 31:27) Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun
viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después
que yo haya muerto?

El cuello con collares de oro representan a la persona cuya voluntad se somete


a la sabiduría divina. Renuncia a sus propios caprichos para someterse a la
voluntad de Su Amado. [El Novio menciona el cuello en otras tres ocasiones en
Cantares: 4:4; 4:9; 7:4].

Los adornos son de oro, que representa lo divino.


Las cuentas son de plata, que representan la redención.

El precio de redención que el Señor pagó por Su Novia valió la pena, porque
está bella.
Todo lo ha hecho Él por nosotros (1:11). Todo lo que nosotros debemos hacer
es simplemente obedecerle en todo lo que Él nos diga. El resto lo hará Él. Y la
obra que comenzó, Él la terminará.
(Fil. 1:6) estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la
buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.

El Señor nos viste de salvación y justicia.


(Isa. 61:10) En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi
Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de
justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.

LA PERSPECTIVA REAL
Muchas veces nos cuesta creer lo que Dios dice de nosotros. Nos llama bellos,
pero nosotros no nos vemos así. Pero, entre Dios y nosotros, ¿quién tendrá la
razón? ¿Quién tendrá la perspectiva correcta de la realidad?

No hay duda que el Señor tiene la perspectiva correcta de la Novia. Su


percepción es la verdad. Todo lo demás es una distorsión de la verdad.

El Rey es el único que ve a la campesina como una REINA, aún cuando


todavía está tostada por el sol, lastimada y perdida. ¿Acaso está Él “alucinando
o fantaseando”? En absoluto. Más bien, él está viendo con ojos proféticos. Él
está viendo el final desde el principio…

(Isa. 46:9-10) Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos;


porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, (10) que
anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era
hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero.

(Job 8:7) Y aunque tu principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy
grande.

(Ecl. 3:11) Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el


corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho
Dios desde el principio hasta el fin.

El Señor es el “principio y el fin”. Él ha estado desde el principio, y ya sabe cuál


será el fin. De hecho, para Él, el final es igual que el principio. Para nosotros, el
principio es el estado en que nos encontramos hoy, pero para Dios el principio
fue antes que el pecado, cuando todo era perfecto en el Jardín del Edén. Al
final seremos lo que Dios quería que fuéramos al inicio. Su creación volverá a
ser perfecta.
(Apoc. 21:5-6) Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago
nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y
verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el
fin…

El Señor nos dice: “Yo ya te he dado las cualidades que necesitas. Yo te formé.
Ya vi lo que eras y lo que serás. Yo sé quién eres.”

Sabiendo esto, nos es más fácil entender por qué el Señor nos ve hermosos y
perfectos—porque así nos creó y a eso nos restaurará. Todo lo que Él pide de
nosotros es que le creamos, nos pongamos de acuerdo con Él, y nos unamos a
Su proceso.

Su Palabra tiene poder para crear y Su Amor tiene poder para sanar.

Mañana veremos lo que la Novia dice luego de oír las palabras de amor del
Rey…

ORACIÓN>>
Señor, te doy gracias porque has pasado por alto mis faltas. Más que eso, me
has amado al punto de morir por mí. Me has santificado, me has purificado en
el lavamiento del agua por Tu Palabra, a fin de presentarme a Ti mismo como
una Novia gloriosa, que no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino
que sea santa y sin mancha.

Tú has anunciado lo que yo seré desde el principio, y desde la antigüedad lo


que aun no era hecho. Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el
vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables y maravillosas son tus
obras. Estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien.

En tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas,
sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son tus pensamientos, oh Dios!
Todo lo has hecho hermoso en su tiempo, sin que alcance yo a entender la
obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
Aunque mi principio es pequeño, ahora sé que mi postrer estado será muy
grande, porque seré Tu compañera por la eternidad. Con sabiduría has
adornado mis emociones, y también mi voluntad ha sido adornada con las
bellas cadenas de la obediencia.

El poder de Tus Palabras de Amor me está transformando día a día. Hasta


ahora había creído en mentiras y distorsiones de la realidad, pero hoy me
arrepiento y comienzo a creer en Tu Palabra que es la verdad.

(Cantares 1:9-11; Efesios 5:25-27; Isaías 46:9-10; Salmo 139:13-17; Job 8:7;
Eclesiastés 3:11)

Cantares 1:12
Cuando el Rey comienza a hablarle a Su Amada, ella comienza a ser
transformada. Comienza a creerle, ya que lo que Él dice resuena con algo
profundo dentro de ella. Es como si ella ya lo supiera, pero no lo había podido
creer.

La expresión del amor del Rey mueve el corazón de la mujer. Ella recibe Su
amor, y lo aprecia.

ELLA DICE
En los siguientes versículos, la mujer expresa lo que el amor del Rey significa
para ella.
(Can. 1:12-14) Mientras el rey estaba a la mesa, mi perfume esparció su
fragancia. Bolsita de mirra es mi amado para mí, que reposa toda la noche
entre mis pechos. Ramillete de flores de alheña es mi amado para mí en las
viñas de En-gadi.

a. Estaba a la mesa
La mesa es un lugar de compañerismo y provisión. El Rey estaba disfrutando
de la compañía de la mujer. También allí, Él le estaba dando provisión…y
mucho más que pan.

En otra versión dice que el Rey estaba en “su reclinatorio”. No estaba sentado
en cualquier silla, sino en un diván (heb. Mesab). Es la misma posición en que
los israelitas se sentaban para celebrar la Pascua.

¿Qué se celebra en la Pascua? Es la fiesta bíblica que conmemora el día en


que Dios libró de la muerte a los israelitas. Todos los primogénitos en Egipto
debían morir, pero la sangre del Cordero de la Pascua salvó a los que creyeron
en Dios. Esa misma noche, los israelitas se sentaron a la mesa reclinados, en
posición de reposo, porque ya no eran esclavos.

En esa misma fecha (14 de Nisán), pero un par de miles de años después,
Jesús celebró la Pascua con sus discípulos, y comieron la cena sentados
reclinados. En la cena, Jesús les explicó que Él entregaría su vida como el
Cordero de Dios, y pocas horas más tarde murió en la cruz. De esa manera
nos dio nuestro reposo, pagando con su sangre el precio para salvar la vida de
todo aquel que crea en Él (Rom. 5:8-9).

(1 Ped. 1:18-20) sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de


vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como
oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del
mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.

(Efe. 1:6-7) para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo


aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de
pecados según las riquezas de su gracia.

Al entender este regalo de salvación, es inevitable alabar a Dios y darle


gracias…y esto fue precisamente lo que hizo la sulamita.

b. Mi perfume esparció su fragancia


Estando el Rey reclinado, la mujer derramó un perfume en honor del Amado.
Lo hizo como adoración, en señal de agradecimiento por todo lo que Él había
hecho por ella. El perfume se refiere específicamente al nardo (heb. Nerd).

En la Biblia, aparecen dos citas que están temáticamente conectadas con esta
porción de Cantares. Hablan de una mujer que derrama perfume de nardos en
honor a Jesús, quien está sentado a la mesa. También tiene relación con la
fiesta de la Pascua...

* Seis días antes de la Pascua…unge sus pies.


(Juan 12:1-3) Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde
estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los
muertos. Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que
estaban sentados a la mesa con él. Entonces María tomó una libra de perfume
de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con
sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.

* Dos días antes de la Pascua…unge su cabeza.


(Marcos 14:1-3) Dos días después era la pascua, y la fiesta de los panes sin
levadura; y buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle
por engaño y matarle. Y decían: No durante la fiesta para que no se haga
alboroto del pueblo. Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso,
y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de
nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó
sobre su cabeza.

Algunas personas reaccionaron, considerando que el uso de ese perfume


había sido un “desperdicio”. Ante eso, Jesús explicó como el perfume estaba
relacionado con su muerte.
(Marcos 14:4-8) Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para
qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque podía haberse vendido
por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban
contra ella. Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha
hecho. Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les
podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. Esta ha hecho lo que
podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
(También Juan 12:4-8)

Si nosotros meditamos lo que significa para nosotros el sacrificio del Señor en


la cruz, también irrumpiremos en alabanza de gratitud, de la misma forma en
que la sulamita lo hizo ante el Rey.

Mañana continuaremos con las palabras de agradecimiento de la sulamita...

ORACIÓN>>
Tu Amor me ha tocado. Señor, Tú has cambiado mi vida. Soy otro, y todo te lo
debo a Ti.

Señor, me has invitado a Tu mesa, y me has provisto más que de pan. Has
tenido que pagar caro por esa invitación, pero no te importó pagar el precio.
Entregaste tu cuerpo y derramaste tu sangre como precio de mi salvación.

¿Qué podría pagarte a Ti, Señor, por todos Tus beneficios para conmigo?
Tomaré la copa de la salvación, e invocaré Tu Nombre. En Tu misericordia he
confiado, y no en mi propia justicia. Mi corazón se alegra en Tu salvación.
Canto a Ti, Yahwe, porque me has hecho bien. Mi boca publicará Tus hechos
de salvación todo el día, aunque no sé su número. Visitaré Tus hechos
poderosos, y haré memoria de Tu justicia, de la tuya sola.

Te bendecimos por Tu gracia, con la cual nos hiciste aceptos en el Amado, en


quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia.

Por eso, hoy derramo mi perfume de adoración a Tus hermosos pies. Te doy
gracias por el sacrificio que hiciste por mí en esa Pascua, cuando moriste por
mí en la cruz. Tú eres el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

[Cantares 1; Salmo 13:5-6; Salmo 116:12-13; Salmo 71:15-16; Efesios 1:6-7;


Juan 1:29]

Cantares 1:13-14
Hoy seguimos con la alabanza de la mujer sulamita:
(Cantares 1:13-14) Mi amado es para mí un manojito de mirra, que reposa
entre mis pechos. Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi es para
mí mi amado.
c. Mirra
La mirra es una resina aromática producida por la madera de un árbol
espinoso. Era usado como perfume. También era una esencia muy cara. Las
mujeres ricas iban a la cama con un saquito de mirra al cuello para mantener
un olor fragante toda la noche.

La mirra formaba parte de los ingredientes del aceite de unción sacerdotal


(Exo. 30:22-38). También servía como ungüento para preparar los cadáveres
antes de un funeral, y así evitar el mal olor de la muerte.

A Jesús le regalaron mirra cuando nació (Mat. 2:11), y también cuando murió
(Mar. 15:23).
(Juan 19:38-40) Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de
Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le
permitiese llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino,
y se llevó el cuerpo de Jesús. También Nicodemo, el que antes había visitado
a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien
libras. Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con
especias aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos.

El Salmo 45 menciona la mirra como parte de los ingredientes del perfume con
el que Dios Padre ungirá a Jesús cuando venga como Rey de toda la Tierra.
(Sal. 45:6-8) Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de justicia es el
cetro de tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te
ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros. Mirra,
áloe y casia exhalan todos tus vestidos; Desde palacios de marfil te recrean.

La mirra era un regalo costoso que el Rey le dio a la mujer sulamita.


De forma semejante, la muerte en la cruz fue un precio alto que Jesús pagó por
nosotros para salvarnos. La mirra es el regalo de Dios para cubrir el olor de la
muerte.

Hay otra forma en la que la mirra aplica en nuestra relación con el Señor.
Cantares dice que la mujer se puso el manojito de mirra para que “repose”
entre sus pechos (Can. 1:13). “Reposar” es la traducción de la palabra hebrea
“Lin”, que significa: detenerse, pasar la noche, alojarse, quedarse, permanecer.

Así como Jesús tomó la mirra amarga, nosotros debemos hacerlo también.
Durante la noche (en los momentos difíciles de la vida), el recuerdo del
sacrificio del Señor (la mirra) nos ayuda a soportar mejor la adversidad.

[Nota: Hay siete referencias a la mirra en Cantares: 1:13; 3:6; 4:6; 4:14; 5:1;
5:5; 5:13.]
c. Flores de alheña
Otro comentario de la sulamita acerca de lo que representa el Rey para ella es:
(Can. 1:14) Ramillete de flores de alheña es mi amado para mí en las viñas de
En-gadi.

La alheña es un pequeño arbusto que tiene flores muy fragantes. Por ello las
mujeres la buscaban mucho, ya que gustaban de llevarlas como adornos en su
ropa o como decoración en sus casas.

Otro nombre que recibe la alheña es henna. Su esencia se usa como una
tintura que sirve para teñir el cabello o para hacer tatuajes temporales en la
piel.

La palabra en hebreo es “Kofer”, que literalmente significa “cubierta o


cobertura”. En un sentido figurado, también significa “rescate o precio de
redención”; es decir, es el precio que se paga por salvar o redimir una vida.
Viene de la raíz “Kafar”, que significa: cubrir, expiar, perdonar, condonar,
cancelar una deuda.

Esta palabra está conectada con otra fiesta bíblica: Yom Kipur, el Día de
Expiación. Ese es el día en que el Sumo Sacerdote entraba al Lugar Santísimo
en el Templo para buscar el perdón de los pecados del pueblo. [De hecho, ése
será el día en que concluiremos el ayuno de 40 días].

(Lev. 16:29-31) Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los
diez días del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural
ni el extranjero que mora entre vosotros. Porque en este día se hará expiación
por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová.
Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto
perpetuo.

Jesús pagó el rescate por nuestra vida. Nos tiñó con su sangre, y así cubrió
nuestros pecados. Él hizo expiación (heb. Kippur) por nosotros, y canceló
nuestra deuda.

(1 Timoteo 2:3-6) Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro


Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre
Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate
por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

(Apoc. 1:5) Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el


soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros
pecados con su sangre.

El Rey pagó el precio de rescate por la sulamita. Por eso, ella lo considera su
alheña, su rescate, su “kofer”. Él le dio vida, cuando estaba muerta. No sólo
eso, sino que la adornó con Su dulce fragancia.

En-Gadi es un oasis que se localiza a la par del Mar Muerto. Su vegetación


contrasta con lo árido, desértico y muerto del área.

ORACIÓN>>
Señor, Tu bondad es grande y Tu amor sin límites. Tú eres mi Redentor, pues
has pagado rescate por mí. Soy salvo, no por obras de justicia que yo hubiera
hecho, sino por la obra que Tú hiciste en la cruz.

Hoy confieso mis faltas, porque Tú borras los pecados de todo el que se
arrepiente, conforme a Tu misericordia, por medio del lavamiento de la
regeneración y la renovación por el Espíritu Santo.

Señor, Tú has roto mis prisiones. Con gozo te doy gracias, porque me has
librado de la potestad de las tinieblas. En Ti tengo redención por Tu sangre, y
perdón de pecados.

Por lo tanto, Te ofreceré sacrificio de alabanza. Invocaré Tu Nombre que es


sobre todo nombre. Te debo mi vida, por lo tanto me he constituido en Tuyo.
He sido justificado por Tu gracia, y he sido hecho heredero según la esperanza
de la vida eterna. Ahora me has hecho apto para participar de la herencia de
los santos, y me has trasladado a Tu Reino.

Te doy gracias infinitas por ello. Llevo ese recuerdo, como mirra en mi pecho.

[Cantares 1; Tito 3:4-7; Salmo 116:15-18; Colosenses 1:12-14]

Cantares 1:15

ERES HERMOSA
El Rey ya le había dicho a la sulamita que era “hermosa”. Pero en esta ocasión,
se lo dice dos veces.
(Cantares 1:15) Cuán hermosa eres, amada mía, cuán hermosa eres. Tus ojos
son como palomas.

Cuando la Biblia repite una frase dos veces, es para asegurar que lo que se
dice es firme e inamovible. Por ejemplo, cuando Jesús dice: “De cierto, de
cierto, les digo…”

¿Qué piensas que el Señor te diga que eres “atractivo a Sus ojos”, que eres
“hermosa”?
Si te cuesta oírlo, es porque aún no has aprendido a verte como Dios te ve. [Si
éste es tu caso, Regresa al Día 9, y vuelve a leerlo. Permite que el Espíritu de
Dios te ministre y te dé ojos de paloma].

El valor de la Novia del Señor está determinado por el precio que Él estuvo
dispuesto a pagar por ella, no por el precio que le da el “mundo”. Su sacrificio
por nosotros revela que valemos mucho para Él.

COMO PALOMA
Es seis ocasiones, el Rey compara a la Novia con una paloma (1:15; 2:14; 4:1;
5:2; 5:12; 6:9). En el versículo 1:15 hace referencia específicamente a los ojos
de paloma.

¿Cómo son los ojos de estas aves?


Las palomas no tienen una visión periférica; sólo ven hacia delante. No se
distraen por lo que pasa a la derecha o a la izquierda, sino que miran fijamente
hacia el frente, y nada más.

Mateo lo describe como un “ojo bueno”.


(Mateo 6:22-24) La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno,
todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo
estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no
serán las mismas tinieblas? Ninguno puede servir a dos señores; porque o
aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro.
No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Otra característica interesante de las palomas es que sólo tienen una pareja en
su vida. Son fieles hasta la muerte. Sólo tienen ojos para su pareja.

¿Qué sentirías si la persona con quien estás hablando no mantiene la mirada


fija en ti, sino que continuamente está viendo alrededor? Esto es señal que no
le interesa lo que le estás diciendo.

¿Qué pensarías si tu pareja voltea a ver a otras personas? Ciertamente eso


sería señal de un corazón infiel, lo cual fácilmente podría llevar a una traición.

En Cantares, el Rey está satisfecho porque la mujer tiene ojos de paloma, tiene
ojos sólo para él. Él sabe que ella le será fiel.

En las Escrituras, el Espíritu Santo está simbolizado como una paloma (Mat.
3:16; Luc. 3:22). Él tiene “ojos de paloma”, y nos ayuda a tener una mejor
perspectiva de Jesús.

(Juan 15:26) Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del


Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio
acerca de mí.

(Juan 14:26) Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en


mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he
dicho.

ELLA RESPONDE
Al entender que el Rey la consideraba bella, la sulamita comenzó a
corresponderle sus palabras de aprecio.
(Cantares 1:16) Cuán hermoso eres, amado mío, y tan placentero. Ciertamente
nuestro lecho es de exuberante verdor.

a. Hermoso y Placentero
La mujer no sólo reconoce que el Rey es hermoso. Más aun, reconoce que es
un deleite estar con Él.

Mucha gente huye de Dios porque tienen la impresión que es enojado y severo.
Pero cuando uno se da la oportunidad de conocerlo, y llega a entender Su
magnánimo amor por nosotros, uno se asombra de lo bueno y misericordioso
que es.
(Prov. 3:17) Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz.

Al contemplar a Jesús, nos damos cuenta de Su belleza y Su bondad. Mientras


más lo conocemos, es inevitable enamorarse de Él.

b. Lecho de flores
La mujer habla del lecho que ella y su amado comparten. La palabra no es
“cama”, sino “lecho” (heb. Eres), un lugar donde uno reposa, como un diván o
un sofá. Lo describe como “lleno de verdor”.

Al principio, cuando la mujer estaba agotada y frustrada, ella había preguntado


dónde apacentaba su Amado a las ovejas. Ahora ya llegó a ese lugar de
reposo.
(Salmo 23:2) En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas
de reposo me pastoreará.

El lecho de flores o verde es lo opuesto al desierto.


Pero para todo el que está pasando por un desierto, hay una salida…
(Isa. 41:17-20) Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay;
seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los
desampararé. En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré
en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca.
Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad
cipreses, pinos y bojes juntamente, para que vean y conozcan, y adviertan y
entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo
creó.

¿Cuándo encontramos reposo? Cuando sabemos que Dios nos ama. Podemos
descansar en Él, aun en el calor del medio día, aun en medio del calor de los
problemas, porque nos sentimos confiados que El Señor es bueno y está en
control, por lo que todo será para bien.

c. Vigas
Isaías hace referencia a las maderas preciosas, igual que la sulamita…
(Cantares 1:17) Las vigas de nuestra casa son de cedro, y de ciprés los
artesonados.

Las vigas son las que proveen la estructura de una casa. Muchas veces están
ocultas, pero son indispensables. Deben estar hechas de un buen material para
sostener el techo.

Las vigas descritas en Cantares están hechas de cedro. Es una madera de un


color y textura muy bellos, sin nudos, y también muy fragante. Pero no sólo es
buena en apariencia, sino en esencia; es dura, y no se la come la polilla ni se
pudre. Es una madera duradera.

Las tablas del techo son ciprés, la cual también es una madera bella, fragante y
duradera.

La sulamita ya no está hablando de vivir en “tiendas” (1:5), sino en una “casa”,


un lugar permanente.

NUESTRO
La perspectiva de la Novia comienza a cambiar. Tal vez no se lo cree aún, pero
comenzamos a ver un cambio en ella, pues ya abrió su corazón a aceptarlo. Ya
quiere creerlo.

También vemos que ya no sólo está pensando en ella, sino que comienza a ver
al Amado, con “ojos de paloma”. Comienza a hablar en plural, diciendo:
“nosotros”. Ya dice “lo nuestro”, en lugar de “lo mío y lo tuyo”.

En estos versículos, ella dice: “nuestro lecho…nuestra casa…”

Comienzan a compartir tiempo juntos. Nosotros lo disfrutamos, y Él se goza


con nosotros.
(Isaías 62:5) Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán
contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará
contigo el Dios tuyo.

ORACIÓN>>
He puesto los ojos en Ti, Jesús, el autor y consumador de la fe. Tú sufriste la
cruz y menospreciaste el oprobio por el gozo puesto delante de Ti. Ahora estás
sentado a la diestra del trono de Dios, y te admiro.

Jesús, Tú eres el más hermoso de los hijos de los hombres. Eres un deleite; la
gracia se derramó sobre Ti. Rebosa mi corazón con palabras de amor, y te
alabo. Mi boca no puede parar de hablar de tus maravillas.

Señor, quiero tener ojos de paloma, que estén fijos en ti. No quiero dejarme
distraer por otras cosas ni por otros amores. Quiero poner mi vista sólo en Ti, y
serte fiel.

No sólo quiero verte una vez a la semana, sino todos los días. No sólo quiero
“servirte”, quiero tener una relación personal Contigo. Quiero mantener
ardiendo la llama del “primer amor”. Mientras más te contemplo, más me
enamoro de Ti.

Mi oración es encontrar mi reposo y mi deleite en Ti.

[Cantares 1:15; Heb 12:2; Salmo 45:1-2; Apocalipsis 2:3-4]

Cantares 2:1

LA PRIMERA ETAPA
El capítulo uno de Cantares habla del amor redentor del Rey por Su Novia. La
primera etapa de nuestra relación con Dios también se enfoca en este
conocimiento.

(Rom. 5:8) Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros.

(1 Juan 4:9-10) En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que
Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él
nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

El primer paso es entender la Redención divina y su efecto en nuestra vida,


porque sin eso, la relación de amor con Dios no puede crecer ni madurar.
Primero conocemos el Amor de Dios, y luego aprendemos a amarlo a Él.

AMOR SIN TEMOR


Algo que limita el progreso del amor en las relaciones es el temor. Si uno está
inseguro del amor de la pareja—es decir, si uno tiene miedo a ser rechazado,
traicionado o decepcionado, o si uno tiene sentido de culpabilidad—entonces
uno no puede entregarse al amado en una forma libre y completa.

El temor no permite que el amor se desarrolle, sino que lo frena. Se queda


solamente en amor incipiente, se enfría, y no madura.

De igual forma nos sucede con Dios. Si no estamos seguros del amor que Él
tiene por nosotros, y tememos ser rechazados o nos sentimos culpables,
entonces la relación con Él no madurará ni se profundizará.

Juan nos habla de este principio.


(1 Juan 4:17-19) En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que
tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros
en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera
el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido
perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó
primero.

Si tenemos la convicción de que Dios nos ama, y entendemos el precio que Él


pagó para que nosotros pudiéramos acercarnos a Él, entonces abriremos
nuestro corazón para recibir Su Amor y nuestro amor se perfeccionará. Si nos
sentimos amados por Él y nos sentimos bellos a Sus ojos, no nos alejaremos,
sino correremos hacia Él.

SOY BELLA
La mujer sulamita se dejó llevar por el amor del Rey cuando comprendió todo lo
que Él hizo por ella. Sin embargo, al final del capítulo uno, vemos que ella
estaba admirada de cómo la veía el Rey.

Esto lo vemos también en el primer versículo del capítulo dos:


(Cantares 2:1) Yo soy la rosa de Sarón, y el lirio de los valles.

Ella se ve hermosa entre las demás flores. Se siente especial y preferida.

Lo malo es que estaba cautivada por su propia belleza más que la del Rey.
Hasta ese momento, ella lo ama por lo que Él hace por ella, y no por quién Él
es. En el capítulo uno ella dice: “Mi Amado es para mí como…”.

Por el contrario, es evidente que el Rey no la busca por interés, sino por amor.
No la ama por lo que ella le puede dar, sino por quién es ella. Ella aprendió a
recibir el amor del Rey, pero aún le falta devolverle el favor.

El amor de la sulamita va avanzando, pero todavía es inmaduro. Tal vez


piense: ¿Qué tengo yo que ofrecerle al Rey? Ella necesita aprender a amar, no
sólo a dejarse amar. Pero muy pronto ella va a comenzar a abrir los ojos para
verlo a Él.

De igual forma nos pasa a los creyentes. Al principio nos vemos “indignos” ante
el Señor. Después comprendemos Su amor y el precio que tuvo que pagar por
nosotros. Avanzamos cuando le creemos que nos ama, pero eso no es todo.
También debemos aprender a amarlo.

QUIEN HABLA MÁS


En la primera parte de Cantares, vemos que quien más habla es la mujer. Eso
es típico de los creyentes al principio de su relación con Dios. Hablan y oran,
pero no se detienen para escuchar la voz de Dios. Piden, pero no preguntan
qué es lo que Dios quiere.

Para crecer en la relación con Dios, debemos también escucharle.

El amor no sólo se debe mostrar con palabras, sino también con hechos. No
basta decirle al Señor: “Te amo”, si no hacemos lo que a Él le agrada.

MÁS QUE PALABRAS, AMOR EN HECHOS


¿Cómo se demuestra que uno ama? Todos sabemos que el amor no sólo se
demuestra con palabras, sino con hechos. De la misma forma es nuestro amor
por el Señor.
(Juan 15:9-11) Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado;
permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en
mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y
permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en
vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

Cuando uno conoce el corazón de Dios, sus mandamientos se vuelven una


delicia. Traen gozo y no pesar, ya que sabemos que Él nos da instrucciones
porque nos ama y quiere que nos vaya bien.

Lectura extra: Les sugiero leer lo que Pedro habla de la “vista corta” (2 Pedro
1:5-9). Habla de cómo seguir madurando en el Señor. Necesitamos ojos de
paloma.

ORACIÓN>>
Señor, Te amo porque Tú me amaste primero. Ya no tengo miedo de ser
rechazado por Ti, ni me siento culpable por mis pecados. He aceptado Tu
perdón, y me has limpiado. Tu Amor echó fuera mi temor.

Tu amor se ha perfeccionado en mí, y ahora me veo bella a Tus ojos.

Recibí Tu Amor, pero ahora quiero aprender a amarte, no sólo de labios, sino
con mi vida. Quiero hacer lo que te complace. Quiero hacer Tu voluntad; por lo
tanto, recibo tus mandamientos, porque en ellos hay vida. Pero más que por el
beneficio de la obediencia, quiero cumplirlos para complacerte, para mostrarte
que te amo con hechos, y no sólo de palabra.
No quiero ser una novia egoísta e inmadura. Señor, quiero crecer y madurar en
mi relación Contigo.

[Cantares 2:1; 1 Juan 4:17-19; Juan 15:9-11]

Cantares 2:1-3
COMO UNA FLOR
La sulamita aprendió a ver la belleza que Dios le dio. Por lo tanto, ella dijo:
(Cantares 2:1) Yo soy la rosa de Sarón, y el lirio de los valles.

[Nota: algunos interpretan este versículo como que el Rey es quien habla, pero
en el siguiente versículo el Rey parece estar confirmando lo que la mujer dice
en el verso 1.]

a. Rosa de Sarón
Esta flor no es en realidad una “rosa”. En hebreo se conoce como Jabatzelet, o
azafrán de las planicies. Su nombre científico es Tulipa sharonesis.

Es una planta nacida de un bulbo, que crece en las planicies de Sarón, entre
los montes Carmelo y Jopa.

b. Lirio de los Valles


Aunque muchas flores en Israel son llamadas lirios, los lirios de los valles se
pueden clasificar en tres tipos de flores: Anémona, Iris, y el Lirio Turco. Son de
fragante aroma e impactante hermosura.

Tanto la “Rosa” como el “Lirio” mencionados en Cantares, ambas crecen en los


valles de Israel. El valle representa el mundo. Aunque estén en el valle, las
flores son hermosas.

Esta interpretación tiene más sentido cuando uno lee el comentario que hace el
Rey a continuación:
(Cantares 2:2) Como el lirio entre los espinos, así es mi amiga entre las
doncellas.

El Rey le afirma que, aunque esté en el valle, ella es especial, más que todas
las mujeres.
Los espinos representan a los impíos (2 Sam. 23:6).

El lirio representa “pureza”. En el valle del mundo, ella es la única pura, pues
ha sido redimida. Ella comienza a apreciar los vestidos limpios con los que el
Señor la ha vestido. [Más adelante recibirá otros vestidos…]
(Lucas 12:27-28) Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas
os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y
si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al
horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?

En Isaías hay una referencia a la Rosa de Sarón.


(Isaías 35:1-4) Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y
florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y
cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo
y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.
Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de
corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con
retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.

Dios nos viste con Su hermosura.

El Señor ve bella a Su Novia, y ella comienza a apreciarse como Él la ve. Poco


a poco, ella va descubriendo una dimensión más profunda de quién es ella. Ya
no se ve como “morena, pero codiciable” (1:5), sino como una hermosa flor.

IDENTIDAD DE NOVIA
El Señor cambió su perspectiva. La identidad de la “Novia del Señor” comienza
a penetrar en su entendimiento y a tocar su corazón. Ella no sólo fue
rescatada, sino fue escogida para tener una relación especial con el Señor. Ella
es la “herencia” que el Padre tiene para Su Hijo. Más adelante, en el capítulo 4,
ella entenderá aún más quién es ella como “Esposa del Señor”.

Finalmente, la mujer comprende que el Rey la desea como su Novia. No sólo la


rescató por lástima, sino porque la desea. Al comprender esto, ella deja atrás
los temores, y se deja llevar por el amor.
(Cantares 2:3) Como el manzano entre los árboles silvestres, Así es mi amado
entre los jóvenes; Bajo la sombra del deseado me senté, y su fruto fue dulce a
mi paladar.

Ella cae enamorada, y descubre que el amor del Rey es dulce y deseable,
como una manzana.

MANZANA DULCE
La manzana es dulce, y representa el gozo, al igual que las demás frutas.
(Joel 1:12) La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la
palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se
extinguió el gozo de los hijos de los hombres.

La manzana también es símbolo de la Palabra de Dios. La Novia la prueba


sentada a la sombra del Amado, y su sabor le resulta dulce.
(Salmo 119:103) ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel
a mi boca.

Hay un refrán en inglés que dice: “An apple a day keeps the doctor away” (una
manzana al día me mantiene alejado del doctor). Esto también aplica a la
Palabra de Dios.
(Pro. 24:13-14) Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, Y el panal es
dulce a tu paladar. Así será a tu alma el conocimiento de la sabiduría; Si la
hallares tendrás recompensa, Y al fin tu esperanza no será cortada.

La lectura y meditación diaria en la Palabra transforma la vida. Nos cambia la


forma de pensar y de actuar, por ende tendremos una vida espiritual más sana.

BAJO SU SOMBRA
La Novia venía de un lugar árido, de los problemas de la vida. Ansiaba reposar,
y finalmente encontró su refugio…bajo la sombra del Amado.
(Cantares 2:3) …Bajo la sombra del deseado me senté, y su fruto fue dulce a
mi paladar.

La imagen de la Novia a los pies del Señor trae a memoria la historia de María
y Marta, dos hermanas que recibieron a Jesús en su casa…pero sólo una de
ellas escogió la mejor parte:
(Luc. 10:38-42) Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una
mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se
llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero
Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no
te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con
muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena
parte, la cual no le será quitada.

Más que a un “sirvienta”, el Señor busca una “Novia”. Los ángeles le sirven,
pero sólo el ser humano puede amar a Dios como Él desea.

La sulamita se sentó a la sombra del Amado, cuando afuera hacía mucho calor.
En medio del calor sofocante de este mundo, tú y yo estamos invitados a pasar
tiempo a la sombra del Señor reposando en Él.

Isaías profetiza que el Señor Jesús será nuestro refugio, la sombra bajo la cual
encontraremos reposo.
(Isa. 32:2) Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como
refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como
sombra de gran peñasco en tierra calurosa.

Isaías compara la sombra del Señor con un dosel (Heb. Jupá, o tálamo de los
novios), y a un abrigo (heb. Suká, o tiendas, o tabernáculos), semejante a la
columna de nube y fuego que protegió a los israelitas en el desierto, de día y
de noche (Exo. 13:21-22).
(Isa. 4:5-6) Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sion, y sobre
los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche
resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel,
y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y
escondedero contra el turbión y contra el aguacero.

Mañana seguiremos hablando de la nueva etapa de la Novia…

ORACIÓN>>
Señor, cuando te veo a los ojos, puedo ver lo que Tú ves es mí. Soy preciado,
soy hermosa. Tu amor me ha perfeccionado.

Tú me has escogido como tu Novia, lo cual es el mayor privilegio que cualquier


humano pudiera recibir. Es el propósito de mi vida, el propósito por el cual fui
creado. Me has vestido y engalanado. Todo te lo debo a tu gran Amor

¡Cuán preciosa, Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se
amparan bajo la sombra de tus alas. Seré completamente saciado de la
grosura de tu casa, y Tú me darás a beber del torrente de tus delicias. Porque
contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.

Soy luz en medio de las tinieblas, así como una flor sobresale en medio de un
valle de espinos.

Me escondo bajo el dosel de Tu amor, pues allí estaré protegido y estaré a


salvo, pero sobre todo porque allí gozaré de tus amores. Te amo, Señor, te
amo.

[Cantares 2:1-3; Isaías 35:1-4; Salmo 36:7-9]

Cantares 2:4-6
SOMETIDA CON AMOR
La forma en que el Rey se ganó a la novia fue con Su magnánimo Amor.
(Cantares 2:4) Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue
amor.

a. Casa de Vino
Lo que se traduce como “Casa del Banquete” en hebreo es Bayit HaYayin,
que significa literalmente “Casa del Vino”.

En una forma figurada, el Rey embriagó a la mujer con Su Amor. De la misma


forma, el Señor nos atrae con el vino de Su Espíritu y el deleite de Su amor.

Alguien que se embriaga de vino se relaja y pierde las inhibiciones. En parte,


uno pierde el control y la razón, lo cual lo hace más abierto, pero también más
vulnerable. En cualquier circunstancia, esto puede ser peligroso, ya que
cualquiera se puede aprovechar de uno. Pero ante Dios no es un riesgo, sino
una ventaja. Muchas veces la razón nos limita de experimentar el amor de Dios
con libertad. Pero al estar embriagados con el amor de Dios, nos dejamos amar
sin inhibiciones ni limitaciones.

b. Bandera de Amor
La bandera es usada como un tipo de identificación; revela a quién uno
pertenece, ya sea a un reino o agrupación. Pero también las banderas son
símbolo de conquista. Cuando un rey vencía a otro, él colocaba su bandera en
el lugar conquistado, proclamando de esa manera que ese territorio era ahora
de él.

El Señor puso Su bandera sobre la Novia, a quien conquistó, no con armas ni a


la fuerza, sino con “puro amor”. Ahora llevamos la bandera del Señor, pues
somos Suyos.

La Bandera del Amor de Dios sobre nosotros debe servirnos de recordatorio de


varias verdades importantes en la vida de todo creyente:

1. Dios nos amó por Su misericordia, por lo tanto, no debemos tener temor de
ser rechazados.

2. A pesar de las circunstancias negativas de la vida, no debemos olvidar que


Dios nos ama y todo será usado para bien.
(Romanos 8:28) Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Esto no quiere decir que todo nos irá bien, tal como quisiéramos; más bien, que
toda circunstancia ayudará para bien a los que aman a Dios.

3. El placer del amor de Dios es más satisfactorio que los placeres que nos
puede ofrecer el mundo.

ENFERMA DE AMOR
¿Alguna vez han estado tan enamorados que están despistados, y hasta
pierden el apetito? Uno puede parecer ridículo, pero no le importa, porque todo
lo que uno puede pensar es en el ser amado. Así estaba la Novia del Rey…
(Cantares 2:5) Sustentadme con pasas, confortadme con manzanas; Porque
estoy enferma de amor.

La Novia está enamorada. No quiere alimentarse de nada más que del dulce
amor del Amado. Está en un paraíso del cual no quiere salir, y está viviendo un
sueño del que no quiere despertar.

De esa misma manera uno puede enamorarse del Señor. Si tú no has llegado a
ese nivel, ese debe ser tu deseo—anhelar enamorarte del Señor de la misma
forma que Él lo está de ti.

ABRAZO DIVINO
El Rey abrazó a la sulamita de una forma muy especial:
(Cantares 2:6) Su izquierda esté debajo de mi cabeza, y su derecha me
abrace.

Esta posición tiene una aplicación espiritual: Con una mano, Dios juzga, y con
la otra ama.

La izquierda es la mano de la justicia. Pero en lugar de ponerla encima para


aplastar, la pone debajo de la cabeza, para sostenerla y acercarla a Él.
La diestra es la mano de la misericordia y el amor, con la cual la abraza y la
protege.

El Señor no deja de usar ambas manos. Él es perfecto en amor y perfecto en


justicia, todo a la misma vez. Él se complace tanto en amar y tener
misericordia, como en traer justicia.
(Salmo 33:5) El ama justicia y juicio; de la misericordia de Jehová está llena la
tierra.

El Señor mismo pagó el precio de nuestra justicia para poder poner su mano
izquierda debajo de nosotros, en lugar de encima, como un martillo, como
merecíamos.
(2 Cor. 5:21) Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

(Tito 3:4-6) Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y


su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en
nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.

ORACIÓN>>
Señor, yo te amo. Pero deseo aún más. Tu Amor me ha hecho tener más
hambre de Ti.

Anhelo enamorarme de ti, como la sulamita lo estaba del Rey. Quiero estar
enfermo de amor por Ti, Jesús, y amarte como Tú me has amado.

Tu bandera de amor está sobre mí, por lo tanto creo que Tú no me rechazarás.
Tu bandera de amor está sobre mí, por ende creo que todo lo que me pase
será para bien.
Tu bandera de amor está sobre mí, y por eso creo que nada ni nadie me podrá
satisfacer más que Tú, mi Señor.

Dame tu abrazo divino. Tu diestra me abrace con tu amor y misericordia, y tu


justicia sostenga mi cabeza. Quiero recibir Tu amor completo, no sólo Tu
compasión, sino Tu justicia. Tú amas la justicia y el juicio, pero también has
llenado la Tierra de Tu misericordia. Quiero conocerte en todos tus ángulos, y
admirar Tu belleza.

[Cantares 2; Salmo 33:5]

Cantares 2:7

LA NOVIA SE DUERME
La experiencia de amor fue tan deleitosa para la Novia, que ella quería
quedarse allí para el resto de su vida. Se sentía tan bien que terminó
durmiéndose.

LAS HIJAS DE JERUSALÉN


En ese momento, aparecen otros personajes importantes en la historia del rey
y la sulamita. Son unas mujeres que quieren despertar a la novia que duerme,
pero el Rey les hace jurar que no lo hagan.
(Cantares 2:7) Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por los corzos y por
las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que
quiera.

¿Quiénes son estas “doncellas de Jerusalén”?


En hebreo se les llama “Banot Yerushalayim”, que literalmente significa:
“Hijas de Jerusalén”.

Ellas aparecen a lo largo del libro de Cantares [1:5; 2:7; 3:5; 3:10-11; 5:8; 5:16;
8:4].
En varias oportunidades quieren despertar a la Novia, pero el Rey no se los
permite.

En términos bíblicos, las hijas de Jerusalén son los pueblos aledaños a


Jerusalén, que se extienden al norte hasta Samaria y al sur hasta Sodoma
(Eze. 16:46, 61-62). Son ciudades satélites que están cerca de Jerusalén, pero
fuera de sus muros.

En relación a Cantares, ellas son parte de la historia, pero se mantienen al


margen. Ellas preguntan “acerca” del Rey, pero no hacen el esfuerzo por
conocerlo en persona. En realidad, están más interesadas en la Novia que en
el Rey. Por ello, algunos comentaristas las relacionan con creyentes inmaduros
que se enfocan más en las prácticas religiosas o rituales que en una relación
íntima con el Señor.

NO DESPIERTEN EL AMOR
La traducción del final del versículo 2:7 dice: “no despertéis ni hagáis velar al
amor, hasta que quiera.”

Sin embargo, en el contexto no parece estar hablando del sentimiento del


amor, sino que se refiere a la Novia, quien es el amor del Rey. En ese
entendimiento, podría traducirse: “No despierten a Mi amor, hasta que ella
quiera”.

Las Hijas de Jerusalén querían despertar a la novia de su dulce sueño. Pero el


Rey les hace jurar que no lo hagan, sino hasta que ella quiera. El les hace este
llamado tres veces en el libro de Cantares (2:7; 3:5; 8:4). En la última referencia
no menciona las ciervas, ya que ella ha madurado y no se deja asustar ni influir
fácilmente (Efe. 4:14).

CORZOS Y CIERVAS
El Rey compara al amor con los corzos y las ciervas.

Éstos son animales que pertenecen a la familia de los venados. Son bellos,
pero delicados. Tienen una naturaleza sensible, por lo que se asustan con
facilidad.

¿En qué se parecen éstos animalitos con el amor?


Su similitud estriba en que si se les presiona, lo único que provocará es
ahuyentarlos, en lugar de atraerlos. El amor no se puede forzar, sino hasta que
quiera. Cada quien tiene su tiempo.

Por muy maravilloso que sea lo que Dios tiene para nosotros, Él no nos obliga
a nada. Tampoco debemos hacerlo nosotros con los demás, ya que podemos
echar a perder el entusiasmo de alguien para acercarse al Señor.

Sólo Dios conoce el tiempo indicado de cada persona…y cuando llegue, Él


mismo despertará su espíritu, tal como veremos que ocurrirá con la Novia de
Cantares.

HORA DE DESPERTAR
Al disfrutar de los beneficios y delicias que vienen por pasar un tiempo de
intimidad con el Señor, uno podría creer que ya está en el “Paraíso”…pero no
es así. El lugar al que había subido la Novia está todavía en el “valle” (una
figura del ámbito terrenal o del mundo). Ciertamente el lugar donde el Rey llevó
a la Novia era un lugar de reposo, pero no es el reposo “final”. Más bien, es un
tipo de lugar de rehabilitación.

La Novia necesitaba probar un poco de “cielo” para darse cuenta quién es ella
a los ojos del Señor. Necesita encontrar su identidad como Novia, y necesitaba
tiempo para que esa verdad penetrara en su mente y la transformara.

Ya pasado ese tiempo y habiendo cumplido el propósito de esa etapa, ella


estaría lista para subir a la “Montaña de Dios” y para conquistar la “Tierra
Prometida”.

Pero, volviendo a la historia de Cantares, es evidente que la Novia “se durmió


en sus laureles”, por decirlo en forma figurada. Cuando llegó el tiempo, el Novio
llegó a despertarla…
(Cantares 2:10) Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amiga mía, hermosa
mía, y ven.

ORACIÓN>>
Gracias, Señor, porque aún en medio de este mundo agitado he podido
encontrar reposo en Ti. Gracias porque has tenido paciencia conmigo. Me has
mostrado Tu Amor, y me has revelado quién soy en Ti.

No permitas que me despierten antes de tiempo. Pero cuando llegue mi


tiempo, despiértame, Señor. No permitas que me quede dormida en mis
laureles. Suena la trompeta como alarma, y despiértame de ese sueño
reparador.

Pronto está mi corazón, oh Dios. Mi corazón está dispuesto. Despierta, alma


mía; despierta. Me levantaré de mañana.

Despiértame y llámame a donde Tú estás. No quiero apartarme de Ti. A


dondequiera que Tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu
pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.

[Cantares 2; Rut 1:16; Salmo 57:7-8]

Cantares 2:8-13
HORA DE DESPERTAR
El Rey pidió que no despertaran a la Novia, “hasta que ella quisiera”. El
problema es que ella seguía durmiendo, y nunca despertó. Se quedó muy
acomodada en el lecho de flores.

Ella seguía durmiendo, pero el Señor mismo la despertó, ya que venían


cambios. Entró un nuevo tiempo.
(Cantares 2:10-13) Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amiga mía,
hermosa mía, y ven. Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la
lluvia se fue; Se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha
venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. La higuera ha echado
sus higos, y las vides en cierne dieron olor; Levántate, oh amiga mía, hermosa
mía, y ven.

a. Pasó el Invierno, Llegó la Cosecha


En Israel, el invierno es el tiempo frío, pero también es la época de lluvia. En
verano no llueve en absoluto. Es el tiempo en que la tierra se alimenta del agua
del cielo, la cual es bendición del cielo.
(Eze. 34:26) Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré
descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán.

A veces las bendiciones vienen “disfrazadas”. La lluvia trae frío y humedad que
nos incomoda, pero al final vemos el resultado positivo de esa agua del cielo.
De igual manera, a veces las dificultades u obstáculos en la vida nos traen al
final bendición.

El resultado de la lluvia es una cosecha abundante.


(Hebreos 6:7) Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre
ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe
bendición de Dios.

La lluvia representa la Palabra de Dios. Si la recibimos y la guardamos vendrá


bendición.
(Isaías 55:10-11) Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no
vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla
al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no
volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en
aquello para que la envié.

Dios había enviado la bendición del Cielo, y ahora era tiempo de cosecha, de
recogerla.

Así como el Rey llegó en tiempo de cosecha y despertó a la sulamita, también


el Señor vendrá en tiempo de la cosecha de los frutos y despertará a Su Novia.

Las últimas Fiestas bíblicas, que hablan de la segunda venida del Señor, caen
en otoño, en el tiempo de la cosecha. Estas son: Fiesta de Trompetas (Rosh
Hashana), Día de Expiación (Yom Kippur) y Tabernáculos (Sucot).
(Santiago5:7-8) Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del
Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando
con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también
vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor
se acerca.
b. Las flores en la Tierra
En los árboles frutales, la flor sirve como el anuncio o la promesa que el fruto
vendrá pronto. Primero viene la flor, y luego surge el fruto de la corona de la
flor.

El Rey hace referencia a la flor de la vid, la cual es dulce. Muchas veces las
cortaban, y las secaban, para luego echarlas al vino para darles una fragancia
más intensa.

El fruto del higo comenzaba a salir en el invierno; sin embargo, éstos


maduraban hasta el principio de la primavera. Para Julio ya estaban
completamente maduros.

La época de cosecha era muy alegre porque hacían festivales en torno a la


recolección. Los cantos y danzas eran comunes.

b. Voz de la tórtola
Las tórtolas pertenecen a la familia de las palomas. Son aves migratorias, que
se trasladan al sur para el invierno, y regresan para la primavera. Cuando en
Israel se oye la “voz de la tórtola”, es porque ya llegó el verano, y viene pronto
el tiempo de la cosecha.
(Jeremías 8:7) Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la
grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no
conoce el juicio de Jehová.

Había llegado el tiempo de la cosecha, y la Novia debía despertar. Había


trabajo que hacer. El Novio estaba a punto de partir, y estaba invitando a la
Novia a irse con Él…

NUEVA REVELACIÓN DEL AMADO


Aquí la Novia ve otro aspecto de su Amado que no conocía. Viene saltando y
conquistando. Pero lo reconoce por Su voz (Juan 10:27).
(Cantares 2:8-9) ¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los
montes, brincando sobre los collados. Mi amado es semejante al corzo, o al
cervatillo. Helo aquí, está tras nuestra pared, mirando por las ventanas,
atisbando por las celosías.

La Novia ya había conocido la faceta de Pastor, quien dio su vida por salvarla.
También lo había conocido como el Amor de su vida. Pero ahora lo va a
conocer como el Rey que viene conquistando…

a. Montes y collados
El Rey viene saltando sobre los montes y brincando sobre los collados. Éstos
representan los reinos del mundo, y los obstáculos que no nos dejan avanzar
en la vida.

El Amado salta sobre los obstáculos como un venado salta en las montañas,
subiendo a las alturas sin esfuerzo alguno.

Para el Señor no hay problema que sea demasiado grande que no puedo
superar. Nada es imposible para Dios (Luc. 1:37).
(Mateo 17:20) Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que
si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí
allá, y se pasará; y nada os será imposible.

El Señor nos está llamando a salir del lecho de flores, de la “zona de


comodidad”, y tener fe en que Él puede hacer cambios que parecían
imposibles. De esto hablaremos mañana…

ORACION>>
Señor, te doy gracias porque me has permitido encontrar mi reposo en Ti.
Me has permitido descansar en el conocimiento de quien Tú sabes que yo soy.
Eso me ha permitido ir borrando la percepción que tenía de mí mismo. Yo soy
parte de Tu Novia. Este conocimiento es maravilloso, y lo acepto como un don
Tuyo.

Pero no permitas que me quede dormido, cuando Tú envías bendición a la


Tierra. Yo no me quiero perder de ninguna de las bendiciones que vienen de
Tu mano.

Espíritu Santo, abre mis ojos para aceptar las bendiciones disfrazadas. Abre
mis ojos para entender los tiempos del Señor.

Señor, ya te conocí como mi Salvador que me redimió de mis pecados. Te


conocí como mi Pastor que me ha cuidado y me ha llevado a pastos de reposo.
Ahora te quiero conocer como el Rey de toda la Tierra.

[Cantares 2; Hebreos 6:7]

Cantares 2:1-15

DESDE AFUERA
Cuando el Rey llega donde está la Novia, la despierta con el sonido de su voz.
Al principio no lo reconoce porque viene diferente, como un cervatillo saltando
por las montañas. Sin embargo, ella reconoce Su voz, y dice: ¡La voz de mi
amado!

Sin embargo, leemos que Él no entra donde está su amada, sino se queda
fuera.
(Cant. 2:9) ... Helo aquí, está tras nuestra pared, mirando por las ventanas,
atisbando por las celosías.

Pero, ¿por qué se queda fuera? Hay dos posibles razones:

I. Ella se desconectó de él y levantó una pared entre ellos.


Esto es lo que le sucede a la iglesia de Laodicea en Apocalipsis. Ellos se
consideraban buenos creyentes, pero se fueron alejando poco a poco de Dios.
Lo fueron haciendo a un lado, hasta que ya no había espacio para él en sus
planes. Al final, vemos que el Señor ya no estaba en medio de ellos, y por eso
toca la puerta para ver si alguno de ellos lo deja entrar.
(Apoc. 3:20) He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre
la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

II. La segunda posibilidad es que, al quedarse afuera, el Rey estaba tratando


de animar a la mujer a salir fuera. Él sabe que ella lo ama, y estaba apelando a
ese amor.

El Rey la anima a que se levante, y se vaya con él.

NUEVO RETO
Como vimos el día anterior, El Rey anima a Su Novia diciéndole que el invierno
ha pasado, y la cosecha está pronta a venir, por lo tanto es necesario
levantarse y salir.

La Novia recibe una invitación de Rey, la cual resulta un reto: debe dejar su
lecho de flores para unirse al propósito del Amado. Debe dejar su lugar de
reposo en el valle, para subir a las montañas. Allí encontrará otro tipo de
reposo: el interior que se obtiene por la fe en Dios, a pesar de las
circunstancias.

La primera crisis de la Novia fue el pecado, que fue superado con perdón del
Señor. La segunda crisis es de temor, la cual será superada con la fe en Dios.

El Señor le dice que se levante sobre las circunstancias, y confíe en Él.


Dos veces le dice: “Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven". (Cant.
2:10,13)

COMO PALOMA
El Señor la está llamando a subir de nivel, a una relación más profunda con Él.

El Rey ya le había dicho a la Novia que ella que tenía “ojos de paloma”, los
cuales sólo se fijaban en el Señor, y en nadie más. Pero ahora hace otra
alusión a la paloma.
(Cantares 2:13-14) Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo
escondido de escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz;
porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.

Las palomas se refugian del calor y de las tormentas en los agujeros de las
peñas.
Allí fue donde Dios escondió a Moisés cuando él pidió ver Su gloria.
(Éxodo 33:18-23) El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Y le
respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el
nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré
misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No
podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Y dijo aún Jehová:
He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi
gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano
hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas;
mas no se verá mi rostro.

El Señor está invitándonos a ver Su Rostro, a ver Su Gloria. No quiere que nos
conformemos con poco. Quiere darnos más, y todo lo que podamos aguantar.
Quiere que lo conozcamos más, y también quiere oír nuestra voz.

¿Aceptaremos el reto?

LAS ZORRAS PEQUEÑAS


El Señor advierte sobre distracciones que nos quitan la atención de poner
nuestros ojos en Él, y nos previenen de subir al siguiente nivel.
(Cantares 2:15) Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder
las viñas; Porque nuestras viñas están en cierne.

Las zorras son pequeños animales astutos que destruyen los viñedos. No
atacan durante el día, sino de noche, y son difíciles de atrapar.

Éstas representan las áreas de nuestra vida que no hemos sometido al Señor.
No son pecados obvios, sino aquellos que se pasan por alto con facilidad, tales
como el miedo, malas actitudes, malos pensamientos, el mal uso del tiempo o
los recursos.

Mañana veremos cuál es la respuesta de la Novia…

Mientras tanto, mediten sobre la respuesta que ustedes darían al Señor. Él nos
está invitando a subir al siguiente nivel.

ORACIÓN>>
Señor, cuando Tú llames a mi puerta, yo quiero abrir y cenar contigo.
He oído Tu voz llamándome. Soy tu oveja, y reconozco Tu voz. Ahora veo que
no sólo eres mi Pastor, sino el Rey que viene a conquistar el mundo y a
establecer Su Reino en esta Tierra.

Tú eres mi Rey, y haré lo que Tú me digas. Acepto Tu reto de conquistar las


áreas que faltan por ser sometidas a Tus pies. Venga Tu Reino. Hágase Tu
voluntad en mi vida y en la Tierra, así como es en el Cielo.

Señor, saca a luz las zorritas que me están robando el buen fruto en mi vida.
Exponlas, y ayúdame a cazarlas y a sacarlas de mi vida.

Te amo, Señor, y quiero más de Ti. Escóndeme en la Roca, porque quiero ver
Tu Gloria.

[Cantares 2; Apocalipsis 3:20; Juan 10:27; Mateo 6:10; Éxodo 33:18-23]

Cantares 2:16-17

RESPUESTA DE LA NOVIA
El Rey despertó a la Novia de su sueño, porque ya había entrado un nuevo
tiempo. Había acabado el invierno, y se acercaba el tiempo de la cosecha. El
Rey la estaba llamando para que se levantara y se uniera a Su Plan.

¿Qué respondió la Novia?


(Cantares 2:16-17) Mi amado es mío, y yo suya; El apacienta entre lirios. Hasta
que apunte el día, y huyan las sombras, Vuélvete, amado mío; sé semejante al
corzo, o como el cervatillo sobre los montes de Beter.

a. Mi amado es mío
La Novia ha madurado bastante desde la conocimos al principio del libro. No
obstante, todavía tiene mucho que avanzar. Ella todavía está centrada en sí
misma.

En la perspectiva general del libro veremos cómo ella va cambiando su


perspectiva en su relación con el amado:

1. Mi Amado es para mí (Can. 1:13-14)


Al principio, ella sólo se enfoca en lo que Él le puede ofrecer. Aunque suene
egoísta, es una etapa necesaria porque ella debe subir su estima propia y
darse cuenta que es amada.

2. Mi amado es mío, y yo suya (Can. 2:16)


Luego vemos un progreso, cuando ella comienza a tomar en cuenta los
sentimientos del Amado. Aún así, ella se considera a sí misma antes que a Él.

3. Yo soy de mi amado, y mi amado es mío (Can. 6:3)


En el capítulo 6 dice lo mismo que en el capítulo 2, con la gran diferencia que
cambia el orden. Ahora le da la prioridad a Él, pero todavía toma en
consideración sus propios sentimientos.

4. Yo soy de mi amado, y conmigo tiene su contentamiento (Can. 7:10)


Al final, ella se entrega por completo a Él. Lo que más le importa a ella es que
Él sea feliz.

Cada una de estas etapas forma parte natural del progreso de nuestra relación
con el Señor. No obstante, debemos tener cuidado de no quedarnos atrapados
en los primeros niveles, sino procurar avanzar.

Volviendo al capítulo 2, ella todavía se enfoca en sí misma. Siente que Él le


pertenece a ella, por lo tanto, Él debería tratar de complacerla.

Ella no lo quiere ver como el rey conquistador; más bien, quiere que siga
siendo el Pastor que “apacienta entre lirios”, cuidando de ella, sin demandas.
Ella no quiere tomarse el riesgo de seguir al Rey en las montañas, sino que
sólo quiere quedarse comiendo manzanas en la sombra.

También los creyentes pasamos por esta etapa. Sólo queremos lo “dulce” de
Dios, pero nos cuesta aceptar los retos que nos harán crecer y madurar.
Pedimos a Dios que cumpla nuestros deseos, lo cual sabemos que Él quiere
hacer porque nos ama. Sin embargo, no nos damos cuenta que Él es Dios, y
no nuestro sirviente. El debe cumplir Su propósito—con o sin nosotros…
aunque Él preferiría que nos uniéramos a Su Plan y lo acompañáramos.

Si queremos entrar a la Tierra Prometida, debemos levantarnos y conquistarla.


No tenemos que tener miedo, porque Él irá con nosotros.

b. Hasta que sea de día


La Novia tiene miedo de dejar su zona de comodidad. No quiere tomarse el
riesgo. Ella le pide al Amado que regrese cuando salga el sol y huyan las
sombras, es decir, cuando no haya peligro, ni riesgo, ni amenazas. Entonces
ella irá con Él…pero no ahora.
(Cantares 2:17) Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, Vuélvete,
amado mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo sobre los montes de
Beter.

El miedo no permite que una relación avance y se profundice. Esto aplica


también a nuestra relación con el Señor. Si no tenemos fe en el Señor, no
podremos avanzar con Él.
Debemos aprender a caminar por fe, y no por vista. Parece difícil, porque hay
muchos riesgos fuera de la “zona de comodidad”…pero si el Señor nos llama,
es más riesgoso quedarse en el valle que subir la montaña con Él.

Nuestro consuelo es que Dios promete no ponernos en riesgos innecesarios.


(1 Cor. 10:13) No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana;
pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir,
sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis
soportar.

c. Montes de Beter
Los montes de Beter (o Bitron) son montañas escabrosas, que están
localizados al otro lado del Río Jordán.

El nombre de estos montes viene del verbo “Batar”, que significa: partir en dos.

Si la Novia no se iba con el Rey, quedarían separados, partidos en dos.

La Novia rehúsa dejar su lugar seguro en el valle. Más que rebeldía, lo hace
por miedo. Pero, ¿cuál es el resultado de esta decisión?

SEGUNDA CRISIS
En este capítulo, el Señor se revela como hombre valiente, que conquista
cualquier obstáculo. Lo hace así para que la Novia vea que Él puede hacer
cualquier cosa, por lo tanto, no tiene nada de que temer.

La Novia ya había superado su primera crisis: el pecado. Ahora recibió un


nuevo reto: el miedo. Ella debía salir del lecho de flores, y subir con Él a las
montañas.

Lastimosamente, ella se deja vencer por el miedo, y le dice al Amado que se


vaya sin ella.
En forma analógica: “prefiere quedarse en el barco sin Jesús que lanzarse al
agua con Él.”

De la misma forma, Jesús nos llama a salir de la zona de comodidad para subir
de nivel espiritual, y así experimentar una relación más profunda con Él.

A veces uno cree que obedecer es costoso, pero la realidad es que el costo de
no hacerlo es mucho mayor…y eso será lo que la Novia comprenderá
después…

ORACIÓN>>
Señor, me has llamado a subir las montañas, porque quieres una relación más
profunda conmigo.
Te confieso que he sentido miedo e inseguridad, porque nunca he dado los
pasos que me estás pidiendo. Pero Tu Amor echa fuera el temor. Yo no
confiaré en las circunstancias, sino en Tu Palabra, y aún en Tu Corazón.
No me quiero quedar atrás, Señor. No quiero que nada nos separe. Por lo
tanto, me agarro de Tu mano, e iré a donde Tú me lleves.

[Cantares 2; 1 Juan 4:18]

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