Edgar Amezquita
Edgar Amezquita
Edgar Amezquita
El concepto de fertilidad física del suelo, se refiere a la oferta edafológica que el suelo debe
brindar a las raíces de las plantas en relación a las condiciones necesarias para que ellas
crezcan abundante y rápidamente dentro de él y extraer el agua y los nutrientes para que los
cultivos puedan expresar su máxima capacidad genética productiva. Esta fertilidad física
puede ser natural o desarrollada por el hombre mediante sistemas adecuados de manejo de
suelos, especialmente los relacionados con labranza, riego, drenaje y control de salinidad.
No todos los suelos bajo agricultura ofrecen estas condiciones; por lo tanto, el manejador
de suelos debe evaluar en el campo y laboratorio la calidad del suelo sobre el cual va a
realizar agricultura para con base en este diagnóstico, desarrollar los sistemas de manejo
que sean más convenientes para vencer cualquiera de las limitaciones que presente el suelo
para el desarrollo de las raíces y la producción rentable de cultivos.
Un suelo de buena calidad para la producción de cultivos, permite que en él entre el agua
lluvia y se distribuya fácilmente dentro del volumen de suelo ocupado por las raíces;
permite además, que la presión ejercida por las raíces en su proceso de crecimiento sea
capaz de deformarlo para que ellas puedan penetrarlo; por ello, debe presentar una
porosidad de por lo menos 50% con una buena distribución de macro, meso y microporos,
de tal manera, que proporcione un buen almacenamiento de agua para las plantas y una
buena capacidad de aireación para las raíces. Debe además, contener niveles adecuados de
todos los elementos nutritivos esenciales (macro, secundarios, menores) en formas
disponibles y con buena capacidad de restituirlos mediante proceso de meteorización. Debe
también poseer, un buen contenido de materia orgánica (>5%) que sea capaz de mantener el
equilibrio de su condición edáfica (Amézquita et al., 2002).
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Edgar Amézquita, PhD, Científico de Suelos, Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT),
Apartado Aéreo 6713, Cali-Colombia ([email protected]). Documento para presentar en el XVI
Congreso Latinoamericano y XII Congreso Colombiano de la ciencia del suelo sobre “Suelo, ambiente y
seguridad alimentaria”, organizado por la Sociedad Colombiana de la Ciencia del Suelo (SCCS),
Cartagena de Indias Septiembre 26 a Octubre 1 de 2004.
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El factor 1 se refiere a la fertilidad química del suelo, los otros a la fertilidad física del
suelo, nos referiremos con mayor énfasis los factores que controlan la fertilidad física del
suelo: agua, aire, penetración de raíces y temperatura.
El criterio de suficiencia (cantidad), se refiere a que los cinco factores mencionados deben
presentarse dentro de determinados rangos óptimos, para que las plantas puedan expresar su
máximo potencial genético; por lo tanto, es necesario determinar para cada suelo los límites
críticos de cada factor, para utilizarlos en la interpretación de resultados. Para un
crecimiento óptimo de los cultivos, el porcentaje de humedad del suelo debe estar cercano a
capacidad de campo; el porcentaje de espacio aéreo a capacidad de campo debe estar
alrededor del 10% para que no haya restricciones en la aireación del suelo y para evitar que
ésto afecte negativamente a los cultivos. Si los valores de penetrabilidad del suelo medido
con penetrómetro exceden 0.1 MPa (1 bar) a capacidad de campo puede haber grandes
restricciones en el crecimiento de las raíces (Amézquita, 1994).
Los cinco factores de crecimiento de las plantas son afectados positivamente y/o
negativamente por el manejo físico del suelo (labranza). La manipulación del suelo con
implementos de labranza, produce cambios en el acomodamiento actual (estructura) del
suelo. El aflojamiento del suelo como consecuencia de las fuerzas aplicadas a través de los
implementos de labranza, aumenta el volumen que antes de la manipulación ocupaba el
suelo y se producen cambios profundos en el empaquetamiento del suelo, lo cual causa
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Ca 0.5 - 38 3.4 14
Mg 0.7 - 100 1.9 7
K 0.2 - 10 0.7 1
Na 0.4 - 150 1.0 29
N 0.16- 55 12.1 13
P 0.001 - 1 0.007 0.03
S 0.1 - 150 0.5 24
Cl 0.2 - 230 1.1 20
Desde el punto de vista de producción agrícola, el suelo debe ser considerado como un
medio poroso compuesto por poros de diferentes tamaños: macro, meso y microporos, los
cuales por su condición de tamaño confieren al suelo diferentes cualidades y
comportamientos en relación con el crecimiento de las plantas (Greenland, 1977). La
Figura 1 muestra los conceptos de capacidad de campo, punto de marchitez, agua
aprovechable y la distribución de tamaño de poros.
Por los macroporos se infiltra y mueve el agua que procedente de las lluvias llega al suelo.
Por ellos, también circula el aire que lleva oxígeno a las raíces y dentro de ellos crecen las
raíces y los pelos absorbentes de las plantas. Su diámetro equivalente tiene un límite
inferior de 50 m. En los mesoporos (5.0–0.2 m) se almacena el agua aprovechable, que
no es otra cosa que la solución nutritiva del suelo, la cual es absorbida por las raíces de las
plantas para cumplir sus funciones de transpiración y de nutrición. En los microporos (<0.2
m) se encuentran en forma reducida los elementos Fe y Mn, los cuales solo en esta forma
pueden ser absorbidos por las raíces. Por los macro, meso y macroporos se realizan
respectivamente los procesos de interceptación, flujo de masa y difusión, por los cuales
llegan los nutrientes a ponerse en contacto con las raíces (Amézquita, 1994; Orozco, 1991)
La Figura 2 muestra los conceptos de capacidad de campo, punto de marchitez,
redistribución de agua y agua aprovechable bajo condiciones de campo.
La labranza causa cambios en la distribución de tamaño de los poros y en los procesos que
ellos afectan en relación con la absorción de nutrientes. Es por esto, por lo que el autor
considera a la labranza como la práctica agrícola más importante que se hace a los suelos,
porque si ella se hace con conocimiento de qué problema o problemas se van a solucionar,
conduce al mejoramiento y a la sostenibilidad de los suelos y de la agricultura; si se hace
sin conocimiento de qué limitantes se van a corregir conduce a la degradación.
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` Capacidad Punto de
de campo Marchitez
Agua Agua
Libre Agua Aprovechable no útil
50
Macro Mesoporos Microporos
45 poros
40
% Humedad Volumétrica
35
30
25
Arcilloso
20
15
Franco
10
Arenoso
5
0.01 0.05 0.1 1.0 10
Tensión (bares)
% Humedad Volumétrica
10 20 30 40 50
v
Perfil después
Perfil antes de la irrigación
de la irrigación
(PMT)
Perfil 3 días
después
de la irrigación
(CC)
Una labranza constructiva debe conducir a obtener una buena distribución y estabilidad del
sistema poroso. Debe tender a conseguir entre un 10-15% de macroporos, entre 20-25% de
mesoporos y entre 10-15% de microporos en los primeros 25 a 30 cm de profundidad de tal
manera que se asegura la continuidad del espacio poroso en profundidad. Por otro lado,
debe velar porque esa condición de buena distribución de poros que se ha creado sea
estable en el tiempo. La Tabla 2 muestra las propiedades más cambiantes con la intensidad
y tiempo de uso del suelo, al igual que los procesos del suelo que son afectados por los
cambios en las propiedades de éste.
Siempre que se va a manejar un suelo, debe hacerse un diagnóstico de los limitantes físicos
de los suelos en el campo que se va a sembrar. Nunca debe el técnico o el agricultor, decidir
sobre un sistema de labranza desde la oficina porque fracasará. Es el suelo y su
problemática el sujeto que indicará qué sistema o sistemas de labranza requiere para
solucionar la o las limitantes físicas que posee. Es un error pretender solucionar los
problemas que posee un suelo sin haberlo previamente evaluado y diagnosticado. Solo el
suelo indica su problemática, la cual siempre es específica del sitio y no se puede
generalizar. La Tabla 3 muestra las propiedades físicas que deben evaluarse en estudios de
sostenibilidad de suelos y de la agricultura. Se puede afirmar que en Colombia no hay
estudios de suelos que consideren estas propiedades. Esta falta de conocimiento está
conduciendo a seguir implementando sistemas de manejo de suelo que conducen a
degradación.
La evaluación de las cajuelas debe ser muy objetiva. En muchos casos dentro de un
horizonte “A” genético se presentan capas con diferentes condiciones físicas, lo cual quiere
decir que el solo color del suelo superficial, aunque es un indicativo de uniformidad
genética no lo es de uniformidad física. ICRISAT (1997) ha desarrollado metodologías que
ayudan a las evaluaciones y Lal (1993 y 1994) discute sobre las propiedades cambiantes
por el uso y la labranza de suelos tropicales.
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Los principales problemas de orden físico asociados que restringen o causan disminución
en los rendimientos de los cultivos en los suelos son los siguientes:
-2
Penetrabilidad (kg·cm )
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22
0
10
Profundidad (cm)
20
30
1 pase de cincel
40 2 pases de cincel
3 pases de cincel
A. gayanus (Ag)
50 Ag + legum. (Kd + Do)
Leguminosas (Kd + Do)
60 Sabana nativa
Estrés de agua – El estrés de agua de las plantas resulta de la interacción entre el estado de
humedad de agua en el suelo, la demanda evaporativa y los factores fisiológicos. Dentro del
concepto del sistema suelo-planta-atmósfera-continuum el suelo debe considerarse como un
reservorio que suministra agua al sistema (Reichardt, 1985). Por lo tanto, cualquier déficit
que ocurra en el reservorio afecta negativamente el comportamiento del sistema. El agua
útil o agua aprovechable, aquella que teóricamente se calcula como la diferencia entre
capacidad de campo y punto de marchitez temporal, se mueve dentro del sistema suelo-
planta-atmósfera obedeciendo a gradientes de potencial hídric o, desde sitios donde el
potencial es alto (más húmedo) a sitios donde el potencial es más bajo (más seco). Desde el
suelo hacia la atmósfera a través del proceso de transpiración. Desde el suelo donde la
humedad relativa es cercana al 100%, hacia la atmósfera donde la humedad relativa al
mediodía puede variar entre 50% y 30%, valores que producen potenciales hídricos en el
aire entre 8 y 150 MPa y que se convierten en la bomba que succiona el agua del suelo a
través de las plantas (Amézquita, 1981). La Figura 5 muestra la dinámica del proceso
nutricional el cual se inicia con la dilución de los nutrientes en el agua del suelo y termina
con la absorción de agua y de nutrientes.
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AUMENTO DE DENSIDAD
ADENSAMIENTO
APARENTE
CAMBIOS EN LA
DISTRIBUCION DE RAICES
CAMBIOS EN:
- INTERCEPTACION RADICULAR
- FLUJO DE MASA
CAMBIOS EN LOS PROCESOS - DIFUSION
DE TOMA DE NUTRIMENTOS
CAMBIOS EN EL
COMPORTAMIENTO QUIMICO DEFICIENCIA DE OXIGENO
Y MICROBIOLOGICO
Déficit de aire – El déficit de aire en el suelo se manifiesta donde quiera que en un lote se
produzca inundación. También, cuando los valores de aireación a capacidad de campo sean
inferiores a 10% en la profundidad de desarrollo de las raíces. Bajo condiciones de baja
aireación o de inundación, las raíces de los cultivos de secano no pueden absorber ni agua
ni nutrientes, por lo tanto, hay una disminución drástica de los rendimientos.
Condiciones de baja aireación pueden crearse por uso excesivo de la maquinaria agrícola, el
cual puede conducir a una disminución gradual de macroporos, cuya presencia es
indispensable para el movimiento del aire en el suelo.
10
Absorción
o
1.0
0.0
total (bar)
Suelo Normal
Esfuerzo
0.1
m
1.0
10
35 30 25 20 15 10
% v
REFERENCIAS
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13
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