Especialidades Del Procedimiento Abreviado
Especialidades Del Procedimiento Abreviado
Especialidades Del Procedimiento Abreviado
Honduras
Facultad de Ciencias Jurídicas
Ensayo
Especialidades del Procedimiento Abreviado
Catedrático (a):
Abogada Ana Consuelo Cardona
Asignatura:
Derecho Procesal Civil II
Sección:
1800
Alumno:
Yorlin Said Aguilar Hernández
Cuenta:
20151020130
según los artículos 400.1.a) y 598 del CPC, a través del proceso abreviado se
conocerán las pretensiones en las que se exija (debemos entender que la
expiración del arrendamiento), con fundamento en el artículo 51 y 58 reformado
de la Ley de Inquilinato por el dueño, usufructuario o cualquier otra persona con
derecho a poseer un inmueble. El artículo 51 de la Ley de Inquilinato, contiene
los casos en que los arrendamientos y subarrendamientos expiran por
convención de las partes, o por sentencia. Para todos estos casos, en los que
se acude al auxilio judicial para poner fin a la relación de arrendamiento y obtener
de esta forma la recuperación posesoria del inmueble, la Ley de Inquilinato
establecía un proceso específico. Así, en su Capítulo V, el artículo 58, reformado
mediante Decreto Nº 866 de fecha 18 de diciembre de 1979, atribuye la
competencia a los Juzgados de Letras de Inquilinato en su respectiva jurisdicción
territorial para conocer en primera instancia de los juicios de desahucio cuando
el monto computado de la renta mensual sea de doscientos lempiras o más, y
donde no haya Juzgado de Letras de Inquilinato la competencia asignada a éstos
por el artículo anterior corresponderá a los Juzgados de Letras Departamentales
o Seccionales de lo Civil. Y en su artículo 59, referente al procedimiento, se
regula un proceso sumario en que, interpuesta la demanda correspondiente,
debe citarse y emplazarse al demandado para que la conteste dentro del término
de tres días hábiles, transcurrido el cual, con o sin contestación de la demanda
se abrirá de oficio el juicio para proponerlas y evacuarlas. Vencido el término de
pruebas, o evacuadas que fuesen todas las propuestas y admitidas, se citará a
las partes para oír sentencia, que se pronunciará dentro del término de cinco
días hábiles con las formalidades que para las definitivas prescribe el Código de
Procedimientos. En la sentencia el juzgador se pronuncia sobre la demanda
principal, su contestación, las excepciones de cualquier clase y sobre las
reconvenciones que se hubiesen debatido; y dispone, además, cuando sea
pertinente, lo relativo a la desocupación del inmueble, al pago de la renta
adeudada hasta el día de la desocupación, y al pago de las costas del juicio. Los
artículos 60, 61 y 62 de esta Ley se ocupan de los recursos en este juicio de
desahucio, del lanzamiento del inquilino si no abandona voluntariamente el
inmueble, que no tendrá derecho a indemnización alguna, y de los plazos
improrrogables para la desocupación, que es de 15 días, si se tratase de vivienda
y pieza de mesón, y de 30 días si se tratase de local, aunque admitiendo en el
artículo 68 la enervación de la acción de desahucio por mora en el pago de la
renta, que concede al inquilino el derecho en todo tiempo, antes de procederse
al lanzamiento, de que se sobresea el juicio o se omita el cumplimiento de la
sentencia, en su caso, pagando el monto total de lo adeudado más las costas
del juicio. Gozará de este beneficio únicamente el inquilino que por primera vez
hubiere sido demandado por mora respecto a un mismo contrato de
arrendamiento. El procedimiento era siempre escrito, según el artículo 64, y
según el artículo 67, todas las controversias que se suscitaren entre
arrendadores o inquilinos y que no tengan trámites especiales señalados en esta
Ley, se ventilarán en forma de incidente y de acuerdo con el Título VI del Código
de Procedimientos Civiles. Pues bien, la Disposición Derogatoria única del nuevo
CPC de Honduras deroga expresamente, en su nº 6, los artículos 59, 60, 61, 62,
63, 64, 66, 67 y 72 de la Ley de Inquilinato, emitida en Decreto Número 50 del
24 de agosto de 1966, dejando a salvo el artículo 58, referente a la competencia
judicial del Juez de Letras, el artículo 65, que recogía una previsión poco
trascendente por su obviedad, como es que el actor deberá acompañar a su
demanda tantas copias de la misma, cuantas sean las personas demandadas, y
el artículo 68, que permite la enervación de la acción y la rehabilitación del
contrato. Esta derogación, obedece, por tanto, a la decisión legislativa de poner
fin a la existencia de procedimientos especiales al margen de la regulación
procesal civil general, que es la del nuevo CPC: las pretensiones de desahucio
se tramitan por el procedimiento abreviado antes examinado. Las especialidades
del juicio de desahucio que recoge el CPC son estas: - El artículo 599 prevé el
caso del precario, esto es, el supuesto en que el inmueble es ocupado por un
tercero ajeno a la relación establecida entre el demandante y la persona a quien
éste le cedió la posesión o tenencia. En este caso, el demandante debe
denunciarlo en su demanda para que el precarista sea notificado mediante el
traslado de la demanda y pueda participar en el procedimiento, y si es en el
momento de la notificación de la demanda cuando advierte la presencia del
tercero, quien haga la notificación deberá instruirlo del procedimiento iniciado, su
derecho a participar en él y el efecto que va a producirle la sentencia. Se trata
de evitar sentencias que afecten al tercero sin haberle dado la posibilidad de
contradicción procesal, causándole indefensión, y con ello, incurriendo en una
segura causa de nulidad del proceso. - El hecho de que el tercero carezca de
título posesorio se traduce, una vez acreditado este extremo en la audiencia, en
el derecho de la parte perjudicada por esa ocupación para exigirle una
indemnización o repetir contra él lo que debiera pagar en cumplimiento de la
sentencia. Por esta razón, el perjudicado puede solicitar el emplazamiento de
este tercero con el objeto de que en el mismo proceso se resuelva además la
pretensión que tuviera contra él. - Respecto al lanzamiento una vez firme la
sentencia de desahucio, se ejecutará contra todos los que ocupen el inmueble,
aunque no hayan participado en el proceso o no aparezcan en el acta de
notificación. De hacerse constar en el lanzamiento la existencia de desperfectos
en el inmueble originados por el ejecutado o los ocupantes, se podrá acordar la
retención y constitución en depósito de bienes suficientes del posible
responsable, para responder de los daños y perjuicios causados, que se
liquidarán, en su caso y a petición del ejecutante. El nuevo CPC guarda silencia
al respecto, de la misma forma que la Ley de Inquilinato, pero debe contemplarse
la posibilidad, para garantizar el derecho de defensa y una efectividad real de los
derechos subjetivos que las leyes conceden a los ciudadanos, de añadir a las
advertencias antes expuestas que deben incluirse en la citación al demandado
para el acto de la audiencia, aquélla que avise de la posibilidad de enervar la
acción o rehabilitar el contrato en cualquier momento anterior al lanzamiento,
como hacen las modernas legislaciones en materia de juicio de desahucio.
Además, es preciso dejar constancia de que el nuevo CPC no señala que, ante
la ausencia del demandado debidamente citado, se acordará el desahucio sin
más trámite, lo que obliga al actor ha demostrar los hechos en que se
fundamenta su demanda, es decir, que la incomparecencia de la parte
demandada no se asimila a un allanamiento tácito.
La Sección 3ª del Capítulo 3º del Título III, referido al ámbito del procedimiento
abreviado, articulo 400, incluye, no sólo la expiración de los contratos de
arrendamiento, sino también la impugnación de depósitos. Efectivamente, según
el artículo 400.1.b) del CPC, en relación con su artículo 598, también se emplea
el procedimiento abreviado para conocer de aquellas demandas que tengan por
objeto la impugnación de depósitos a que se refiere el artículo 58 de la Ley de
Inquilinato. Este artículo, que como hemos visto no es derogado por el nuevo
CPC y que fue reformado por el Decreto Nº 866 de fecha 18 de diciembre de
1979, atribuye la competencia a los Juzgados de Letras de Inquilinato en su
respectiva jurisdicción territorial para conocer en primera instancia de la
impugnación judicial de cualquier depósito de doscientos lempiras o más.
Procede tener presente, por tanto, el artículo 27 de la Ley de Inquilinato,
reformado igualmente por el Decreto Nº 866 de 18 de diciembre de 1979, según
el cual la mora del arrendador en recibir el pago de la renta dará derecho al
inquilino para depositar su valor, a la orden del propio arrendador, en el
Departamento Administrativo de Inquilinato (DAI). La mora se producirá por la
mera negativa del arrendador para recibir el pago dentro de los tres días hábiles
anteriores y los tres días hábiles posteriores a la fecha del vencimiento del
período a pagar y su existencia se presumirá en favor del inquilino. En estos
casos, el arrendador podrá impugnar judicialmente el depósito, probando en
juicio sumario, ante el juez competente, la inexistencia de su mora o el hecho de
que el depósito cubre el valor de dos o más períodos vencidos consecutivos de
renta. Mientras no se resuelva la impugnación valdrá el depósito. El Juez que en
el juicio sumario declarare sin lugar las pretensiones del arrendador le impondrá
la multa que por la mora de recibir establece la Ley. Cuando se demanda la
desocupación del inmueble arrendado con fundamento en los numerales 7, 13 y
14 del artículo 51 de la ley de Inquilinato, es decir, cuando vaya a construirse en
el inmueble una nueva edificación, siempre que el dueño acompañe los planos
aprobados por el Consejo de Distrito o Municipalidad, o el permiso de
construcción respectivo cuando aquellos no fuesen requeridos, y que justifique
además que cuenta con los recursos necesarios para emprender la obra a más
tardar dentro de los dos meses siguientes a la desocupación, y cuando el
propietario o usufructuario de una casa la necesite para habitación propia, de su
cónyuge o de la persona con quien haga vida marital, ascendientes,
descendientes y hermanos o parientes dentro del primer grado de afinidad, en
estos casos, según el artículo 54 de la misma Ley, el arrendador deberá
depositar en el Juzgado correspondiente a la orden del Tribunal y a favor del
arrendatario, una cantidad igual al importe de dos mensualidades. El depósito se
entregará al arrendatario en concepto de indemnización por daños y perjuicios,
si dos meses después de la fecha en que se haya realizado la desocupación no
se ha instalado en el inmueble o en parte del mismo, según sea el caso, la
persona para quien se solicitó; no se haya derribado el edificio, vivienda o local;
o no se haya instalado el negocio a que se refiere el numeral 14, según el caso.
Tales extremos se constatarán por el Tribunal correspondiente. Estos depósitos
se realizan en el contexto de una demanda de desahucio, por lo que el proceso
abreviado sigue siendo el cauce procesal más adecuado.
Según los artículos 400.1.c) y 609 del CPC, a través del proceso abreviado se
conocerán las demandas en las que se pretenda impugnar las resoluciones
expresas y presuntas en materia del recurso administrativo previo contra la
calificación de los registradores. Se acude, por tanto, al proceso judicial y a la
decisión del Juez, en aquellos casos en que el recurso previo administrativo
contra la calificación del Registrador haya sido desestimado, lo que constituye
un ejemplo palmario de que las pretensiones que se encauzan por el trámite
abreviado no necesariamente son las más sencillas. Particularmente, entiendo
cuestionable que se emplee este procedimiento abreviado, sin contestación
escrita, para decidir sobre la cuestión registral y la calificación efectuada en el
Registro, pues la urgencia de la resolución final quizás no compense una
discusión más detenida del problema. Sea como fuere, para estos supuestos, el
CPC, en su artículo 610, introduce ciertas especialidades en el trámite: .-
Respecto al plazo, la demanda deberá interponerse en el plazo de diez días
desde la notificación de la resolución practicada al interesado en que el recurso
previo es desestimado. El plazo se aumenta hasta un mes en el caso de recursos
desestimados por silencio administrativo negativo, aunque en este caso,
lógicamente, el mes se cuenta desde la fecha de interposición del recurso
gubernativo. .-Respecto a la competencia, la objetiva corresponde al Juzgado de
Letras, y al territorial, al Juez del lugar en que estén situados los bienes, lo que
constituye, por tanto, un fuero imperativo específico para estos procesos, no
recogido en la norma general del artículo 36, que permite al Juez inadmitir de
oficio la demanda o apreciar en cualquier momento su falta de competencia
territorial. .-El emplazamiento debe extenderse a todos los posibles interesados
en la calificación registral. A este fin, el Juzgado, una vez recibido el expediente,
hará el emplazamiento para que puedan comparecer y personarse en los autos.
Resulta recomendable que la parte demandante explicite las personas que, a su
juicio, deberían personarse en las actuaciones. .-Concretando la posibilidad ya
expresada con carácter general, y por tanto innecesariamente, en los artículos
355.1.6ª y 378 del CPC, se añade en el artículo 610 que quien propusiera la
demanda para que se declare la validez del título podrá pedir anotación
preventiva de aquélla. No obstante, sí que se especifica que la anotación que se
practique se retrotraerá entonces a la fecha del asiento de presentación, y si lo
solicitare, surtirá efecto desde la fecha de su anotación. A pesar de ello,
considero que no es obstáculo esta previsión específica para que el demandante
pueda proponer cualquier otra medida cautelar que estime precisa para
garantizar su derecho, previstas en los artículos 355 y concordantes del CPC,
según el contenido del título y la cuestión controvertida en el Registro.
Según los artículos 400.1.d) y 611 del CPC, a través del proceso abreviado se
conocerán las pretensiones interpuestas para la rectificación de hechos o
informaciones inexactas y perjudiciales. La competencia, dada la afección a
derechos civiles, según el artículo 36.f), corresponde al tribunal del domicilio del
demandante, y cuando no lo tuviere en territorio hondureño, al tribunal del lugar
donde se hubiera producido el hecho antijurídico. No era tampoco necesario
apostillarlo, pero el artículo 611 recuerda que este proceso es compatible con el
ejercicio de las pretensiones civiles o penales de otra naturaleza que pudieran
asistir al perjudicado por los hechos difundidos. No obstante, el precepto sirve
para enfatizar la naturaleza de este proceso abreviado, destinado estrictamente
a lograr la rectificación de la información inexacta y perjudicial, y no a proteger
directamente el derecho al honor, la intimidad o la propia imagen del perjudicado,
que encuentra su cauce en el juicio ordinario (arts. 399.1.a y 495 y ss CPC). No
obstante, es patente que el derecho fundamental del actor también está en juego
cuando sólo se pretende la rectificación, de forma que este es el único caso en
que tales derechos individuales se cuestionan en el seno de un proceso
abreviado. Ello justifica que el legislador haya prescindido o modulado en este
proceso de ciertas reglas generales, introduciendo el CPC especialidades de
cierta relevancia en un procedimiento eminentemente sumario: .-Se introduce un
control previo de admisibilidad desconocido en otras modalidades, que supone
una relevante excepción a la regla general de que las demandas sólo puedan
ser inadmitidas cuando adolezcan de alguna carencia formal o material
insubsanable o no subsanada en plazo, permitiendo ahora al Juez hacer un
diagnóstico previo sobre el fondo del asunto, incluso de oficio y sin contradicción
del demandado: según el artículo 612, “(e)l tribunal, de oficio y sin audiencia del
demandado, dictará auto no admitiendo a trámite la demanda de rectificación de
hechos si considera la rectificación manifiestamente improcedente.” Debe
considerarse esta facultad como una excepción a la mencionada regla general,
y por tanto, ser objeto de una interpretación restrictiva, pues no puede servir de
vehículo para inadmitir ab limine cualquier demanda que pida la rectificación,
adelantando indebidamente un criterio jurídico concreto, causando indefensión
al actor. Sólo las pretensiones de rectificación manifiestamente infundadas
pueden rechazarse por esta vía previa. Consciente de esta condición
extraordinaria, el artículo 616, según el cual en este proceso no cabe recurso
alguno salvo para la sentencia final, añade también este auto de inadmisión, que
es apelable en ambos efectos dentro del plazo de 5 días desde su notificación.
Si la demanda es admitida, el Juzgado debe convocar al rectificante y al director
del medio de comunicación o a sus representantes “a proceso abreviado”, dice
el artículo 612, lo que debe entenderse como que los convocará a la audiencia,
prevista para este caso en un plazo muy breve: se celebrará dentro de los cinco
días siguientes al de la petición. .-En esa misma línea de agilidad y premura, la
convocatoria se hará por fax o telemáticamente, sin perjuicio de la urgente
remisión, por cualquier otro medio, de la copia de la demanda a la parte
demandada. Ello quiere decir, pues, que la citación por fax o telemática, en el
propósito del legislador, es preferente, no subsidiaria. .-La sumariedad del
proceso se concreta también en que no será necesaria la reclamación
administrativa previa cuando la información que se desea rectificar se haya
publicado o difundido en un medio de comunicación de titularidad pública, según
dispone el artículo 613. .-También se autoriza al Juez para que, alejándose del
principio dispositivo y de aportación de parte, reclame de oficio que el
demandado remita o presente la información enjuiciada, su grabación o
reproducción escrita, según los casos. Lo normal, no obstante, es que esa
información sea acompañada con la demanda.