La Tarea Inconclusa Romanos 1

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LA TAREA INCLOCUSA

Romanos 1:16-17
Reina Valera 1960 16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de
Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al
griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como
está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
16 Pues no me avergüenzo de la Buena Noticia acerca de Cristo, porque es poder

de Dios en acción para salvar a todos los que creen, a los judíos primero y también
a los gentiles. Esa buena noticia nos revela cómo Dios nos hace justos ante sus
ojos, lo cual se logra del principio al fin por medio de la fe. Como dicen las Escrituras;
Es por medio de la fe que el justo tiene vida.

Introducción

1. FIRMEZA
Hoy existen en el mundo muchas personas que se avergüenzan de que los saluden
o identifiquen como cristianos en sus comunidades, trabajos o incluso familia. Esto
es paradójico porque muchos no se avergüenzan de que los califiquen como
ladrones, adúlteros, murmuradores, estafadores, mentirosos, borrachos,
maldicientes, mal hablados, déspota, o cualquier otro desmérito y pecado de este
mundo, pero si les avergüenza que los vayan a identificar como cristianos. Sin
embargo, Pablo declaraba con toda firmeza que él no se avergonzaba del evangelio
“Porque no me avergüenzo del evangelio (euangelion – buenas noticias)” (v. 16).
¿Por qué alguien habría de pensar que Pablo se avergonzaría del evangelio? Quizá
porque se dirige a cristianos que viven en Roma – una ciudad sofisticada – centro
del poder mundial. Pablo solo puede ofrecer un judío que fue ejecutado como un
criminal común y corriente – un mero tropiezo para aquéllos que valoran el poder y
la sabiduría (1 Corintios 1:20-23). ¿Cómo puede esto ser euangelion – buenas
noticias? ¿Cómo puede esta euangelion compararse con el esplendor de un
emperador apoyado por legiones de soldados?
2. PODER
Pablo dijo que el evangelio era poder. Y el énfasis aquí está sobre el evangelio, es
decir, sobre lo que hace. El evangelio es poder de Dios. Esta misma palabra
griega dunamis aparece en su primera carta a los Corintios, capítulo 1, versículo 18,
donde leemos: "La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que
se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios". Nuestra palabra "dinamita" se
deriva de esta palabra para poder. El evangelio, amada iglesia, tiene un poder
inherente. Es precisamente por ese poder que Pablo no se avergüenza del
evangelio, porque conoce su poder de Dios. Pablo ha visto el poder el evangelio.
Lo ha experimentado camino a Damasco, adonde iba a perseguir cristianos. En vez
de condenar a Saulo, Jesús utilizó su poder para redimirle (Hechos 9). El poder de
Jesús se manifestó en esa ocasión por la luz brillante que cegó a Saulo y la voz que
bajó del cielo. Desde entonces, Pablo ha visto el poder de Dios manifestado de
muchas maneras. Ha visto a gente sanada y a gente convertida. Ha sido liberado
de prisión por un terremoto (Hechos 16:16-40). Ha predicado con éxito en lugares
inesperados (Hechos 17:16-33). Ha sobrevivido cantidad de peligros (2 Corintios
11:23-28). Ha visto su confianza en Dios justificada ocasión tras ocasión. ¿Cómo
puede estar avergonzado del evangelio? ¿Ha visto Ud el poder de Dios en alguna
persona cercana? ¿Ha experimentado Ud el poder de Dios en algún área de su
vida?

Muchas veces me he preguntado ¿Por qué los cristianos de hoy no tenemos


credibilidad y la gente nos ve como una religión más, una de tantas que hay en el
mundo?

De hecho hoy día a los evangélicos se nos conoce más por las fechorías que
hacen los falsos y famosos pastores espectáculo que por las manifestaciones de
poder del Espíritu Santo convenciendo de pecado, sanando, liberando,
bautizando. Creo que vivimos un evangelio muy distorsionado consecuencia
de tener un pie en la iglesia y otro en las cosas del mundo.

La forma de comportarse de un cristiano, sea cual sea en la época en la historia que


le ha tocado vivir. siempre tiene que ser la misma, es decir : no tener ídolos , no
tener amor al dinero, vivir contentos con lo que Dios nos da, compartir con los que
pasan necesidad, vestir con decoro, hablar usando un vocabulario santo, apartarse
de las tradiciones del mundo que van contra la voluntad de Dios, apartarse de las
malas diversiones que el mundo ofrece, usar bien las tecnologías con orden y para
la gloria de Dios, vivir siendo testimonio de transformación.
La ausencia del respaldo de Dios hace sentir vergüenza de uno mismo, no del
evangelio ni de Jesús, porque en tal caso no seríamos cristianos. Quizás no hemos
entendido bien que es el evangelio, quizás tampoco hemos experimentado su poder
en nuestra propia vida. Vamos pues a ver qué nos dice Pablo referente a lo que es
el evangelio.
para obrar con rapidez, producir efectos y cambios extraordinarios en las personas,
romper cadenas de vicios, romper maldiciones, sanar enfermedades, echar
demonios producir arrepentimiento, bautizar en Espíritu Santo y dar el nuevo
nacimiento. No hay fuerza ni enemigo que pueda frenar el Poder de Dios, solo
nuestro desinterés, tibieza e incredulidad es la principal causa. Este poder nos
libera de la esclavitud del pecado en la tierra y nos salva del infierno en la vida
eterna. Pero para que esto sea una realidad hay que creer y llevar una vida fuera
de las corrientes de este mundo.

3. PROPÓSITO
El evangelio tiene poder para un propósito definido.
 Es poder de Dios en acción para salvación. Ése es el fin y el resultado del
evangelio. La palabra "salvación" es el término que incluye a todo el
evangelio. La palabra griega soterion simplemente significa salvación,
liberación, pero la Biblia la usa para abarcar todo, desde la justificación hasta
la glorificación. Constituye, tanto un acto, como un proceso. Es igualmente
verdad que he sido salvado, estoy siendo salvado y seré salvado.
¿Salvación de qué? ¡Salvación de todo lo que nos deshiciera! Cristo ha
salvado a gente de las drogas y de otros comportamientos auto-destructivos.
Cristo ha salvado a gente del odio propio y de vidas sin razón. Pero el primer
énfasis de la salvación de la que Pablo habla aquí es escatológico.
Cristo nos salva de la separación de Dios. Cristo nos capacita para vivir
eternamente en la presencia del Padre.

 Y este mensaje es para todos. Comprende a toda la raza humana


independientemente de las barreras raciales o religiosas. Es personal
porque está dirigido a todo individuo. Cualquiera puede venir. La predicación
del evangelio es el medio que Dios dispuso para la salvación de todo el que
oye la buena noticia y la recibe. Es impresionante que esta noticia sea la que
salve a las personas de una eternidad en el infierno, pero es así. Una noticia
debe ser contada, una noticia es para que todos se enteren de lo que
sucedió, por eso Dios nos envía a contarla a todos los que no la hayan oído.
Nos puede sorprender el aprender que el evangelio tiene el poder de salvar
a un asesino – hasta a alguien que mata repetidamente – pero es así.

Es universal en alcance, pero está limitado a todo aquel que cree. “que
cree” (pisteuonti). Pisteuonti está en el tiempo presente – en griego, el tiempo
presente denota una actividad que continúa. Creencia en la salvación no es
algo que ocurre una vez, sino algo que sigue. Sin embargo, no debemos
temer que la gracia de Dios es insuficiente para perdonar la duda. Todos
dudamos. Todos podemos decir, con el padre que pidió a Jesús que salvara
a su hijo, “Creo, ayuda mi incredulidad” (Marcos 9:24). Y aquí tenemos, tanto
la predestinación como el libre albedrío. El único método para obtener la
salvación es por medio de la fe.

No tan sólo cancela Dios el mal de la caída del primer hombre por no haber
creído a Dios sino que también lo exaltará hasta ser heredero de Dios mismo
y en Cristo coheredero. Éste es el triunfo de la Cruz, es cierto que Dios viene
revelando su sublime y santo carácter y el profundo mal nuestro a través del
tiempo. Pero si el primer pecado fue la incredulidad, la salvación vendrá por
la fe en el carácter santo y amoroso de Dios. Dios está siempre a la orden de
los que se acercan a él atraído por el Espíritu Santo. dio que Dios usó para
la magna gloria de su nombre.

Esta verdad tiene que movernos a predicar el evangelio, precisamente no


debemos avergonzarnos, sino gritarlo a los cuatro vientos, sin temor y con fe
de que la palabra de Dios no vuelve vacía, sino que hace lo que él quiere
(Isaías 55:11). Este mensaje es eficaz porque es capaz de discernir los
pensamientos más ocultos del hombre y hablarle directamente al
corazón: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas
y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”,
(Hebreos 4:12). Si el hombre está dispuesto a creer en el mensaje del
evangelio este puede ser salvo: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad
el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas
el que no creyere, será condenado”, (Marcos 16:15-16).

4. FORTALEZA
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está
escrito: Mas el justo por la fe vivirá”.
El evangelio porque es un mensaje que fortalece nuestra fe. La fe es preciosa e
incalculable para todo cristiano ya que por un lado nos hace creer y llamar las cosas
que no son como si fueran: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la
convicción de lo que no se ve”, (Hebreos 11:1); y por otro nos ayudan a acercarnos
a Dios y ser merecedores de sus galardones: “Pero sin fe es imposible agradar a
Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es
galardonador de los que le buscan”, (Hebreos 11:6). No obstante, nuestra fe es
constantemente alimentada y fortalecida por el mensaje del evangelio: “Así que la
fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”, (Romanos 10:17). Por esta razón el
mensaje del evangelio no nos avergüenza, porque no solo tiene poder de salvar al
que cree y no hace acepción de personas, sino también es la fuente que nos
alimenta y fortalece nuestra fe de tal modo que verdaderamente andemos en este
mundo por fe: Mas el justo por la fe vivirá. Estas últimas palabras de Romanos 1:17
fueron las que trajeron el descanso al alma de Martín Lutero, quien cansado de
buscar su salvación a través de las obras y dogmas de la iglesia católica, descubrió
que solamente tenía que confiar en Cristo el cual podía perdonar sus pecados por
la fe. Una fe que se basa en que la pureza de corazón, obediencia agradecida y
deseos sinceros para mejorar en todas esas gracias y los ánimos cristianos, que
más que una fe viva en Cristo pueda hacer realidad. La fe es todo en todo, tanto en
el comienzo y el progreso de la vida cristiana. No es de la fe a las obras, como si la
fe nos pone en un estado de justificación, y luego las obras nos mantuvo en el
mismo; pero es todo a lo largo de fe en fe; es la fe presionando hacia adelante, y la
obtención de la victoria sobre la incredulidad.

Conclusión
El Evangelio de Dios tiene el poder de transformar nuestra vida y las vidas de las
personas a nuestro alrededor y darles una razón de ser. Vamos todos, a concluir la
tarea.

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