Palestina, Una Breve Historia
Palestina, Una Breve Historia
Palestina, Una Breve Historia
Sin embargo, como el lector podrá apreciar al someter a juicio y análisis el presente
folleto podrá darse cuenta, que los árabes palestinos son el verdadero pueblo originario
de Palestina con toda una continuidad histórica; además en esta tierra siempre dominó
la lengua, cultura y tradición árabes, junto a todo esto, destaca con argumentos, los
derechos nacionales del pueblo palestino en su propia patria y de la cual ha sido
expulsado, perseguido y masacrado.
El último elemento son los judíos negros de origen africano y que son rechazados por
los judíos sionistas en general, sólo por el color de su piel; ¿acaso todos estos casos de
conversión implicarían además transformación de raza y de patria y qué lazos históricos
y de sangre tienen los conversos con los hebreos bíblicos?
LA CUESTIÓN DE PALESTINA
UNA BREVE HISTORIA
Preparado para el Comité para el Ejercicio
de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino
y bajo su orientación
NACIONES UNIDAS
Nueva York, 1980
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, la región sigue dividida por tensiones y luchas, lo que representa una
amenaza potencial para la paz mundial. Los acontecimientos ocurridos en nuestro siglo
y que han conducido a esta peligrosa situación se ven frecuentemente enturbiados por
la intensa controversia sobre "La Cuestión de Palestina". Este breve estudio reseña la
evolución de dicha cuestión.
1. LA CUESTIÓN DE
PALESTINA
UNA BREVE HISTORIA
En tiempos remotos. Palestina fue habitada por pueblos semitas, de los cuales el más
antiguo fue el de los cananeos. Según la tradición, Abraham, el antepasado común de
los judíos y los árabes, marchó desde Ur hasta Canaán.
Alrededor del año 720 A.C., los asirlos destruyeron el reino de Israel y se llevaron
cautivos a sus habitantes. Alrededor del año 600 A.C., Nabucodonosor. Rey de
Babilonia, atacó al reino de Judá y en 587 A.C. destruyó a Jerusalén y el Templo de
Salomón. La mayoría de los habitantes fueron reducidos al cautiverio. Cincuenta años
más tarde, cuando Ciro, el Rey de Persia conquistó a Babilonia, los judíos pudieron
retornar a Palestina. Para alrededor del año 515 A.C. habían reconstruido el templo de
Salomón.
En el año 332 A.C., los judíos quedaron sometidos a la dominación de los macedonios,
que los trataron severamente. Alrededor del año 170 A.C., fue sofocada una rebelión de
los judíos y fue destruido el segundo Templo. Después de la dominación de los
macedonios siguió un período de relativa independencia. Este período duró hasta la
conquista romana de Pompeyo, que entró en Jerusalén en 63 A.C. En el año 70 D.C.
Tito destruyó la ciudad. Todo lo que quedó en pie del segundo Templo fue el Muro
Occidental, que llegó a ser llamado Muro de los Lamentos.
A principios del segundo siglo de la era cristiana, el Emperador Adriano prohibió que los
judíos entraran en Jerusalén. A partir de ese período comenzó la dispersión de los
judíos por todo el mundo. Desde entonces y hasta el establecimiento del Estado de
Israel en 1948, no existió un gobierno judío en Palestina. Aunque algunos judíos
siempre vivieron en Palestina, su número variaba en proporción del grado de tolerancia
de los sucesivos gobernantes.
Después de la partición del Imperio Romano en el año 400 D.C., Palestina quedó bajo el
dominio de Bizancio hasta la conquista árabe en el año 637 D.C. La mezquita de AI-
Aqsa y la Cúpula de la Roca se construyeron en el entonces desierto solar del Templo
de Salomón, al que se llamó Haram-el Sharif. Después de La Meca y de Medina,
Haram-el Sharif se convirtió en un lugar sumamente sagrado para los musulmanes.
Después del paréntesis de las Cruzadas, de 1099 a 1190, Saladino, el soberano árabe,
invitó a los judíos a regresar a Palestina.
En 1517, el país fue conquistado por los turcos y su dominación perduró hasta el final
de la primera guerra mundial. Durante todo ese período el Muro de los Lamentos
continuó siendo un lugar de devoción para los judíos.
En esta forma es dable observar que, salvo por el interregno de las Cruzadas, Palestina
estuvo gobernada por los árabes y luego por los turcos durante más de 1300 años, con
posterioridad a la era bizantina. La población preponderante en Palestina era en su
mayoría árabe semita, tanto musulmana como cristiana. También había pequeños
números de judíos semitas. Tanto los árabes como los turcos otomanos concedieron a
los judíos el derecho de continuar profesando su culto y de mantener vivo el vínculo
espiritual judío con Palestina. Durante el siglo XIX, los otomanos autorizaron pequeños
asentamientos de judíos inmigrantes provenientes de países europeos donde
aumentaba la discriminación contra los judíos. En la época de la ocupación británica en
1917, los judíos constituían menos de la décima parte de la población de Palestina. El
90% eran árabes, tanto musulmanes (80%) como cristianos (10%). Las tradiciones,
costumbres e idioma de los árabes palestinos constituían la cultura predominante en
Palestina.
Durante la primera guerra mundial. Gran Bretaña y sus aliados buscaron apoyo contra
Alemania y su aliado, el Imperio Otomano. Como en esa época algunos dirigentes
árabes deseaban la independencia de la dominación otomana, el resultado natural fue
la colaboración anglo-árabe. Por consiguiente se llegó a un entendimiento en 1915
entre el Jerife de La Meca, que actuaba como representante de los árabes y Sir Henry
McMahon, el Alto Comisionado Británico en Egipto, que negociaba en nombre de Gran
Bretaña. El Jerife pidió el reconocimiento de la independencia de todos los territorios
árabes bajo dominio otomano con inclusión de Palestina. McMahon, sin embargo, trató
de excluir a Palestina mediante una referencia ambigua a la extensión de los territorios
de que se trataba. El Jerife rechazó el intento de McMahon. La controversia continuó
hasta 1939, cuando el Gobierno británico admitió que en 1917 "no tenía libertad para
disponer de Palestina".
Los dirigentes sionistas buscaron el apoyo del Gobierno británico, destacando las
ventajas estratégicas de la obtención de un nuevo aliado que ayudaría a proteger el
Canal de Suez. Los británicos, que todavía procuraban apoyo para su esfuerzo bélico,
reaccionaron favorablemente. En consecuencia, el Secretario de Relaciones Exteriores,
Lord Balfour, dirigió una carta a la Organización Sionista Mundial el 2 de noviembre de
1917. Esta carta, que llegó a ser conocida como la Declaración Balfour, afirmaba que:
Algunas comunidades judías, percibiendo un conflicto de lealtad con sus propios países
de los que eran ciudadanos, se opusieron a los planes sionistas. Sir Edward Montagu,
único judío miembro del Gabinete británico, lo denunció enérgicamente. Hasta el Dr.
Chaim Wiezmann, el dirigente sionista, exactamente una década más tarde, escribiría
que:
Para contrarrestar las protestas árabes ante esta nueva política, una declaración anglo-
francesa reiteró las promesas de total independencia para los árabes. La declaración
del 7 de noviembre de 1918 aseguraba a los árabes "la emancipación completa y
definitiva de los pueblos (árabes)... y el establecimiento de gobiernos y administraciones
nacionales que deriven su autoridad de la iniciativa y la elección libre de las poblaciones
autóctonas".
A pesar de las seguridades ofrecidas en la declaración del 7 de noviembre, la
historia posterior de Palestina iba a demostrar la poca Importancia que se daba a los
deseos de la vasta mayoría de la población autóctona. Su tierra había sido prometida a
otro pueblo por un gobierno extranjero que, en esa época, no tenía derecho de
soberanía sobre Palestina. Al citar esos factores, varios autores han afirmado que la
Declaración Balfour no tenía efecto obligatorio o jurídico más allá de constituir una
declaración de las intenciones de un gobierno.
Hubo tres clases de Mandatos, cuyo carácter difería según el grado observado de
desenvolvimiento político del pueblo, tal como se ha determinado por las potencias
victoriosas. Todos los antiguos territorios árabes bajo dominación otomana, con
inclusión de Palestina, se colocaron en la Clase "A" de Mandatos. Como la clase más
adelantada, el Pacto de la Sociedad de las Naciones describía a los Mandatos de la
Clase "A" como comunidades cuya "existencia como naciones independientes puede
ser reconocida provisionalmente" mientras recibían "la ayuda y los consejos (para) su
administración" en su progresión hacia la independencia. Siria y el Líbano fueron
sometidos al Mandato de Francia, y Palestina y Transjordania, al Mandato de Gran
Bretaña. En virtud de las disposiciones del Pacto para la independencia de los
Mandatos, los dos Mandatos de Francia obtuvieron su independencia antes del final de
la segunda guerra mundial, la del Líbano en noviembre de 1943, seguida por la de Siria
en enero de 1944. Jordania logró su independencia en 1946. Palestina, sin embargo, se
convirtió en un teatro de conflictos.
Sin embargo, los planes para Palestina siguieron adelante. En abril de 1920, en la
Conferencia de San Remo, Francia convino en que, a cambio de su libertad de acción
en Siria y el Líbano, Palestina quedaría bajo la tutela de Gran Bretaña, en lugar del
régimen internacional contemplado originariamente. Además, se incluyó en el Mandato
una versión más fuerte y más explícita de la declaración Balfour. Con el agregado de la
nueva versión, el Mandato reconocía a la Organización Sionista como el "organismo
Nacional Judío mediante la organización de la inmigración y asentamiento en gran
escala de judíos del exterior en tierras que el Organismo adquiriría en Palestina.
En forma curiosa, en el Mandato no se utilizó ni una vez el término "árabe". Aunque los
árabes palestinos constituían el 90% de la población en esa época, en el documento se
hacía referencia a ellos solamente como "comunidades no judías de Palestina".' Al
señalar la ironía, un escritor comparó la fórmula a "llamar a la multitud los no pocos",
poniendo de relieve el hecho evidente de que la multitud era la mayoría árabe en
Palestina. La única protección ofrecida a la mayoría árabe Palestina fue una frase
donde se declaraba que "no se tomará ninguna medida que pueda perjudicar (sus)...
derechos civiles y religiosos". Brillaba por su ausencia, sin embargo, una referencia a
sus derechos nacionales o políticos.
Uno de los objetivos del Mandato se especificó como "el desarrollo de instituciones
autónomas". No obstante, una declaración política del Gobierno británico, formulada el
1º. de julio de 1922, subordinaba este principio a una consideración secundaria. La
declaración, conocida como el "Memorando de Churchill", tenía por finalidad "aclarar
que el establecimiento de instituciones autónomas en Palestina ha de estar subordinado
a la promesa y obligación supremas de establecer un hogar nacional judío en
Palestina".
La construcción del "Hogar Nacional Judío" comenzó poco después del final de la
primera guerra mundial -bastante antes de que entrara en vigor el Mandato en 1922.
La Organización Sionista promovió una inmigración judía en gran escala que produjo
cambios significativos en el carácter de la población de Palestina. La población judía en
Palestina creció de unos 56.000 en 1918 a unos 88.000 en 1922, cuando la población
total se calculaba en 750.000. En 1939, la población judía había aumentado a 445.000
en una población total de cerca de un millón y medio. Este dramático incremento se
debió principalmente al número de judíos que huía del terrorismo nazi.
Expresado en porcentajes, la población judía se elevó de un 10% en 1919 a un 17%
en 1929 y a casi 30 % en 1939 (figura 2).
FIGURA(2)
La Organización Sionista también adquirió tierras para asentar a los emigrantes judíos.
En 1920, las tenencias judías de tierras en Palestina ascendían a un 2½% de la
superficie total del territorio. En 1939, habían aumentado las tierras de su propiedad a
más del 5,7% del tota! de la superficie del territorio.
Los árabes palestinos consideraban a las actividades de la Organización Sionista para
incrementar la inmigración judía y las tierras de su propiedad en Palestina como una
colonización de su patria ancestral por extranjeros. Dado que los palestinos no estaban
todavía organizados políticamente, expresaron su resentimiento mediante actos de
violencia. Estallaron revueltas antisionistas en 1920, 1921, 1929 y 1939. Con el tiempo,
éstas culminaron en una rebelión grave que duró de 1936 a 1939. El Gobierno británico
sólo pudo sofocar la rebelión mediante el uso de medidas drásticas y una importante
fuerza militar.
En 1937, una Comisión Real Británica, encabezada por Lord Peel, fue enviada para que
informase sobre los disturbios en Palestina, La Comisión declaró que las causas básicas
de las revueltas anteriores y de la rebelión eran una combinación del deseo de
independencia nacional de los palestinos y del "odio y el temor que les inspiraba el
establecimiento del hogar nacional judío" en sus tierras. Además, la Comisión observó
que"... la conversión obligatoria de Palestina en un Estado judío contra la voluntad de
los árabes...violaría claramente el espíritu y la intención del Sistema de Mandatos.
Significaría que se había negado la libre determinación nacional cuando los árabes eran
una mayoría en Palestina y concedida solamente cuando los judíos fueran mayoría..."
Además, la Comisión señaló que el conflicto no era, en esencia, "un conflicto interracial
que surja de una vieja antipatía instintiva de los árabes hacia los judíos. Hubo poco o
ningún roce...hasta que la lucha en Palestina lo engendró". La Comisión señaló que el
judaísmo y su ritual estaban enraizados en el pasado histórico de Palestina y que en
ésta siempre habían vivido algunos judíos. En cambio, el conflicto derivaba del repudio
de la Declaración Balfour por los árabes palestinos y su oposición a los objetivos
sionistas en Palestina. No aceptaban la creación de un Hogar Nacional Judío y "se
negaban a cooperar en cualquier forma de gobierno que no fuera un gobierno nacional
responsable ante el pueblo palestino". Sin embargo, la comunidad judía, al establecer
su hogar nacional, había formado un "Estado dentro de un Estado" en Palestina.
Ninguna de las partes aceptó esta fórmula. Los sionistas alegaron que violaba la
Declaración Balfour y el Mandato. Los palestinos se negaron a aceptar la división de su
tierra y el establecimiento de un Estado judío en parte de ella. Posteriores
negociaciones en Londres fracasaron. Entonces, en mayo de 1939, el Gobierno
británico anunció que, en lugar de una partición, en 1949 Palestina se convertiría en un
Estado Independiente unificado en el que tanto judíos como árabes compartirían la
administración y la autoridad del gobierno. La Organización Sionista rechazó esta
política. En su lugar, se reunió en Nueva York en 1942 y aprobó el "Programa Biltmore"
que incluía la exigencia del establecimiento de un Estado judío en Palestina.
Para fines de la segunda guerra mundial, los Estados Árabes y los Estados Unidos de
América estaban envueltos en la cuestión de Palestina.
"Un representante elocuente del punto de vista árabe nos dijo que a lo
largo de toda su historia los árabes no sólo han estado siempre libres de
sentimientos antijudíos, sino que han demostrado que el espíritu de
transacción se halla profundamente enraizado en su vida. No hay una sola
persona decente, nos dijo, que no quiera hacer todo lo humanamente
posible por aliviar el sufrimiento de esas personas, con tal que no se haga
a costa de infligir un sufrimiento igual a nuestro pueblo".
Los árabes palestinos habían reaccionado con violencia ante las políticas del Mandato
que permitían la inmigración en gran escala y la transferencia de tierras en Palestina. Al
principio los inmigrantes judíos frecuentemente practicaron la doctrina de Havlaga, o
sea moderación. En 1947, sin embargo, entraron en actividad organizaciones sionistas
paramilitares tales como la Hanagah y el Irgun. Más tarde se les unió la banda Stern.
Las Naciones Unidas, sucesoras de tacto de la difunta Sociedad de las Naciones, sólo
tenían dos años de existencia cuando se les encargó la solución del problema de
Palestina. En mayo de 1947, la Asamblea General creó la Comisión Especial de las
Naciones Unidas para Palestina y la autorizó a vincular la cuestión de los judíos
europeos con la cuestión de Palestina. Esto se hizo a pesar de las protestas de los
palestinos y de otros representantes árabes, que alegaban que otros países también
debían ofrecer refugio a los grandes números de judíos desplazados por la guerra. La
Comisión Especial visitó a Alemania y a Austria, además de Palestina y otros países
árabes.
Aunque el tamaño del Estado Judío otorgado por la resolución de partición era más
pequeño de lo que la Organización Sionista había esperado, la Organización había
logrado su objetivo de un Estado Judío en Palestina. Por consiguiente, la Organización
Sionista aceptó el plan de partición. Los árabes palestinos y los otros países árabes
rechazaron la resolución por ser injusta e ilegal.
La violencia, que no había disminuido durante los debates en las Naciones Unidas
sobre la cuestión de Palestina, volvió a intensificarse. La violencia aumentó cuando las
fuerzas británicas primero se prepararon para retirarse, y luego cuando adelantaron la
fecha de su retiro al 15 de mayo de 1948. Por una parte, las fuerzas sionistas pasaron a
la ofensiva, poniendo en práctica el "Plan Dalet". El Plan Dalet tenía por objetivo ocupar
las tierras asignadas al Estado Árabe tan pronto como se debilitara la autoridad
británica. La intención de los sionistas era el establecimiento de "un Estado que la
Hagana había hecho más grande y judío". Por la otra parte, las fuerzas irregulares de
árabes palestinos también intensificaron sus operaciones. La violencia se extendió y
sus principales víctimas fueron los civiles palestinos.
El 14 de mayo de 1948, en medio da una lucha cada vez más enconada, el Estado de
Israel proclamó su establecimiento sobre la base del programa sionista, la Declaración
Balfour, el Mandato y la Resolución de Partición. Mientras las últimas tropas británicas
se retiraban ceremoniosamente al día siguiente, tropas de los países árabes limítrofes
entraban a las zonas adjudicadas al Estado Árabe, y con ello empezó la primera guerra
árabe israelí.
Para el tiempo en que el Consejo de Seguridad impusiera un cese del fuego, las fuerzas
israelíes habían establecido una superioridad decisiva. Además, controlaban gran parte
del territorio asignado al Estado Árabe, así como la mitad occidental de Jerusalén,
destinada originariamente a ser internacionalizada.
Las líneas del armisticio establecido en 1949 (figura 5) dejaban a Israel en control de un
total del 67% del territorio de Palestina. Egipto y Jordania administraban las porciones
territoriales restantes adjudicadas al Estado Árabe en la Resolución de Partición. La
Faja de Gaza fue administrada por Egipto y la "Ribera Occidental" por Jordania, que
entonces no era miembro de las Naciones Unidas. De los dos Estados contemplados en
la Resolución de Partición, se había establecido sólo uno, el Estado Judío de Israel. En
cambio el segundo, el Estado Árabe de Palestina, no llegó a tener existencia.
Figura 5
PLAN DE PARTICIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS - 1947
Y
LINEAS DEL ARMISTICIO DE LAS NACIONES UNIDAS - 1949
Las denominaciones empleadas en este mapa y la forma en que aparecen presentados
los datos que contiene no implican, de parte de la Secretaría de las Naciones Unida,
juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades o zonas, o de
sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites.
Como primera medida las Naciones Unidas enviaron a un Mediador, el Conde Folke
Bernadotte de Suecia, "para procurar un arreglo pacífico de la situación futura de
Palestina". Después de prolongadas negociaciones con ambas partes, presentó lo que
llamaba "una base posible de discusión". El plan incluía determinados ajustes
territoriales en los límites, el retorno de todos los refugiados árabes palestinos y algunas
limitaciones a la inmigración judía. Bernadotte concedía la más alta prioridad al
problema de los refugiados, que constituía un grave obstáculo para la paz. El Mediador
informó que
los refugiados árabes (estimado más tarde en 726.000) "han huido o han sido
expulsados de la región ocupada por los judíos" y recomendó que las Naciones Unidas
reafirmaran "el derecho de los refugiados a regresar a sus hogares" tan pronto como
fuera posible y declaró:
Bernadotte propuso otras medidas. Sin embargo, antes de que las Naciones Unidas
pudieran actuar con respecto a cualquiera de sus recomendaciones, su misión en
Palestina terminó trágicamente. El 17 de septiembre de 1948 Bernadotte fue asesinado
por la banda Stern.
NACIONES UNIDAS
En la guerra de junio de 1967, Israel amplió su ocupación del resto del territorio árabe
de la Palestina bajo Mandato, con inclusión de Jerusalén. Asimismo asumió control y
ocupó las Alturas de Golán en la vecina Siria y el Sinaí de Egipto (figura 6).
Aunque la Asamblea General representa a todos los miembros de las Naciones Unidas,
carece de la autoridad del Consejo de Seguridad para obligar jurídicamente a los
Estados Miembros. Sin embargo, aunque el Consejo en 1967 todavía consideraba el
problema de Palestina como "un problema de refugiados", en 1969 la Asamblea
reconoció la dimensión política de la cuestión, al declarar que "el problema de los
refugiados árabes palestinos tiene su origen en que se les niegan derechos inalienables
que poseen". En 1970,1971 y 1972 la Asamblea General en sus resoluciones declaró
que el pleno respeto de esos derechos del pueblo de Palestina "es un elemento
Indispensable para el establecimiento de una paz justa y duradera en el Oriente Medio".
En 1974, los Estados árabes reconocieron a la OLP como única representante legítima
del pueblo palestino. El reconocimiento por parte de Jordania de esta calificación de la
OLP asumía particular Importancia, puesto que desde 1948 hasta 1967, Jordania había
administrado la Ribera Occidental. En 1974, el programa de la Asamblea incluía "La
cuestión de Palestina" por primera vez desde 1952. Durante el período de sesiones de
1974, se concedió a la OLP la condición de observador - condición que posteriormente
fue hecha extensiva a los demás órganos de las Naciones Unidas. Ese mismo ano, la
Asamblea reconoció oficialmente los derechos inalienables del pueblo palestino a la
libre determinación, la independencia y la soberanía nacionales y el derecho a regresar
a sus hogares. La Asamblea reconoció además a la OLP como la representante del
pueblo palestino, una de las partes principales en cualquier acuerdo de paz en el
Oriente Medio.
Desde 1975, las resoluciones de la Asamblea General han reafirmado todos los años
este reconocimiento. Además, las resoluciones han afirmado que la cuestión de
Palestina está en el centro de la controversia del Oriente Medio, reconociendo con ello
que no puede haber paz en el Oriente Medio sin una solución justa del problema de
Palestina. Otros organismos de las Naciones Unidas preocupados por la ocupación
ilegal de la Ribera Occidental y de Gaza por los Israelíes han estudiado asimismo
diversos aspectos de la cuestión de Palestina. Tanto la Comisión de Derechos Humanos
como el Comité Especial sobre prácticas israelíes establecido por la Asamblea General
en 1968, con regularidad han criticado severamente las violaciones Israelíes de los
derechos humanos de los palestinos. Sus informes han condenado a Israel por sus
anexiones de territorio, el establecimiento de asentamientos en los territorios ocupados,
las expropiaciones y confiscaciones de bienes, las detenciones, el mal trato y la tortura
de civiles, las expulsiones y la denegación del derecho de retorno, etc.
Israel, sin embargo, ha continuado su dominio sobre la Ribera Occidental y sobre Gaza
y se niega a aceptar la idea del establecimiento de un Estado palestino en dichos
territorios, a pesar del abrumador consenso internacional que se ha descrito. En su
lugar, Israel muestra síntomas crecientes de su intención de conservar control de un
tipo o de otro sobre esas tierras. Durante los últimos años Israel ha insistido en su
pretensión a la posesión de la Ribera Occidental, a la cual hace referencia bajo los
nombres bíblicos de Judea y Samaria. Con argumentos de seguridad, ha expulsado o
arrestado a palestinos y ha expropiado o confiscado tierras palestinas para establecer
asentamientos, tanto civiles como militares. Ha asumido el control de fuentes de agua
vitales en una región generalmente árida. Israel ha aplicado estas políticas a pesar de
repetidos llamamientos para su cesación, tanto de la Asamblea General como del
Consejo de Seguridad. En 1979 y a principios de 1980 el Consejo criticó la política de
asentamientos de Israel como un obstáculo para investigar e informar sobre tales
políticas de Israel en los territorios ocupados.
Fuera del marco de las Naciones Unidas, la firma de un tratado de paz con Egipto por
Israel ha conducido a retiros graduales del territorio egipcio en la península de Sinaí.
Los acuerdos de Camp David de noviembre de 1978 entre los Estados Unidos de
América, Israel y Egipto contienen una fórmula de "autonomía" Palestina, la Ribera
Occidental y Gaza, mientras que se permitiría a Israel mantener en última instancia el
control político y militar en esas regiones. Los palestinos han rechazado totalmente esa
fórmula, alegando que les niega su derecho inherente y natural a determinar su propio
futuro, y que la fórmula se concretó en ausencia del pueblo palestino y en contra de sus
deseos. La Asamblea General de las Naciones Unidas también ha declarado que dichos
acuerdos eran inválidos.
Hasta muy poco tiempo, el enfoque del Consejo de Seguridad a la cuestión de Palestina
se limitó al marco de su resolución 242 (1967). La Asamblea General, no obstante, al
reflejar la voluntad de la mayoría de la comunidad de naciones, ha reconocido los
derechos fundaméntales del pueblo palestino. Los intentos para conseguir que el
enfoque del Consejo de Seguridad se ajustara al de la Asamblea General han
fracasado. En enero de 1976 una mayoría apoyó un proyecto de resolución pidiendo el
ejercicio de su inalienable derecho nacional a la libre determinación por parte del pueblo
palestino. Los Estados Unidos de América, sin embargo, vetaron la resolución. En
agosto de 1979, no se votó sobre un proyecto de resolución similar. En abril de 1980, se
registró otra moción para lograr el apoyo del Consejo de Seguridad a la libre
determinación de los palestinos, pero ésta fracasó nuevamente debido a otro veto de
los Estados Unidos. Todos estos proyectos de resolución reconectan y reafirmaban
implícitamente el derecho de Israel, junto con otros Estados de la región, a la soberanía,
la seguridad y la integridad territorial.
La esencia del problema de Palestina queda descripta por el Profesor Arnold Toynbee,
que escribió en 1968:
"A lo largo de esos 30 años. Gran Bretaña (admitió) a Palestina, año tras
año, una cuota de inmigrantes judíos que variaba según la fuerza de las
presiones respectivas de los árabes y judíos en cada época. Estos
inmigrantes no hubieran podido venir sin la protección británica. Si
Palestina hubiese permanecido bajo el régimen turco otomano, o si se
hubiese convertido en un Estado árabe independiente en 1918, nunca se
habría admitido a Palestina a los inmigrantes judíos en número
suficientemente grande para que pudiesen dominar a los árabes palestinos
en el propio país del pueblo árabe. La razón de que hoy día exista el
Estado de Israel y de que 1.500.000 árabes palestinos sean refugiados es
que, durante 30 años, el poder militar británico obligó a los árabes
palestinos a aceptar la inmigración judía hasta que los inmigrantes fueran
lo suficientemente bien armados para poder defenderse por sí mismos con
tanques y aviones propios. La tragedia de Palestina no es solamente una
tragedia local. Es una tragedia para el mundo entero, porque es una
injusticia que constituye una amenaza a la paz mundial."
Las Naciones Unidas han reconocido que un factor fundamental para conjurar esta
amenaza a la paz mundial es permitir que el pueblo palestino ejerza su derecho
inalienable a la libre determinación, la independencia nacional y la soberanía en
Palestina.
Todas las
formas de
represión
cruel o
inhumana,
asi como
los
castigos
colectivos,
destrucción
de vivienda
y desalojo
forzado
cometidos
en los
territorios
ocupados
sarán actos
criminales.
Art.5
Dos médicos noruegos son testigos de las atrocidades
cometidas por los israelíes contra prisioneros civiles
libaneses y palestinos. Agencia A.P. 18 de Junio de 1983.