Palestina, Una Breve Historia

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LA CUESTIÓN DE PALESTINA

UNA BREVE HISTORIA


PRESENTACIÓN

Por la importancia de esta publicación y por su carácter imparcial, la Representación


Oficial de la Organización para la Liberación de Palestina (O. L. P.) en La Paz - Bolivia,
considera oportuna la re-edición y la divulgación de este folleto que en sí es un resumen
del origen de la causa Palestina y explica brevemente de una forma u otra los
antecedentes de la lucha del pueblo palestino y la esencia de esa lucha.

Pese a que no refleja el punto de vista de la Organización para la Liberación de


Palestina (O. L. P.), habiendo sido elaborado por una comisión internacional, compuesta
por miembros de los países bajos, Suecia y Suiza en el año 1930, a solicitud de la
Sociedad de Naciones; se ha preferido hacer la publicación íntegra y sin modificación
alguna a excepción de las fotografías, que hemos visto necesario incluir para
acompañar el texto con imágenes que reflejan de hecho esta historia.

Sin embargo, como el lector podrá apreciar al someter a juicio y análisis el presente
folleto podrá darse cuenta, que los árabes palestinos son el verdadero pueblo originario
de Palestina con toda una continuidad histórica; además en esta tierra siempre dominó
la lengua, cultura y tradición árabes, junto a todo esto, destaca con argumentos, los
derechos nacionales del pueblo palestino en su propia patria y de la cual ha sido
expulsado, perseguido y masacrado.

Además, debemos necesariamente llamar la atención del lector al hecho de que la


comisión en su informe se dedicó tan sólo a relatar acontecimientos ocurridos en
Palestina, y comentar sobré algunos de carácter internacional, como el sistema de
mandato y la declaración Balfour, mientras que evitó hablar del compromiso da Gran
Bretaña como potencia mandataria, con la Organización Sionista Mundial, en Palestina;
y la política que ejerció plenamente a favor de las masas heterogéneas de inmigrantes
judíos en Palestina, ayudando a la creación de instituciones sociales, económicas y
paramilitares autónomas puramente judías- sionistas.

En el mismo informe se refiere a la conquista árabe de Palestina en el año 637 a.c.,


dando a entender al lector que el carácter árabe de Palestina, queda marcado a partir
de dicha conquista, contrariamente a la realidad histórica, que marca el origen árabe de
Palestina y de la población autóctona desde la llegada de los cananeos hacía 3000
años a.c. a Palestina, como tribus semitas "madre del arabismo actual", procedentes de
la península arábiga, la referida conquista ha sido árabe-islámica, la cual marca el
nacimiento y difusión de la religión islámica en todo el mundo árabe, que vino a
profundizar y consolidar la identidad árabe de Palestina.

Además, el informe no marca claramente el origen de la comunidad hebrea, y deja al


lector captar como si fueran originarios de Palestina, además da a entender la
existencia de continuidad de lazos de sangre entre los hebreos bíblicos y los actuales
judíos en todo el mundo. Damos al lector puntos de reflexión al respecto; tales como la
Biblia; cualquiera de ustedes que haya leído este libro sagrado podrá observar que
muchos esclavos que no eran hebreos se han convertido de paganos a judíos, el propio
Jesús y sus discípulos que eran galileos y no "hebreos" tal como ellos pretenden
mostrarlos, con el fin de ganar la simpatía de los cristianos, sabiendo, precisamente que
Jesús fue rechazado por los judíos como Mesías, precisamente por no ser de origen
hebreo y ellos creen hasta hoy día que el verdadero Mesías debe ser hebreo.
La historia de Europa oriental, nos muestra cómo en el Siglo VIII los Khazares se
convirtieron masivamente al judaísmo siguiendo el camino de su Rey Benin, otros casos
de miles de conversión al judaísmo han ocurrido y siguen ocurriendo hoy día, para los
latinos podemos mostrar el caso de una tribu indígena mexicana que adoptó la religión
judía; situación muy problemática para las autoridades del régimen de facto sionista-
israelí.

El último elemento son los judíos negros de origen africano y que son rechazados por
los judíos sionistas en general, sólo por el color de su piel; ¿acaso todos estos casos de
conversión implicarían además transformación de raza y de patria y qué lazos históricos
y de sangre tienen los conversos con los hebreos bíblicos?

A través da esta presentación hemos querido llamar su atención con el ánimo de


suscitar la curiosidad de saber y de investigar para poder llegara a las actitudes justas e
imparciales y de esta forma, con su comprensión podrá aportar un grano de arena al
proceso.

LA CUESTIÓN DE PALESTINA
UNA BREVE HISTORIA
Preparado para el Comité para el Ejercicio
de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino
y bajo su orientación

NACIONES UNIDAS
Nueva York, 1980

REEDITADO POR LA ORGANIZACIÓN PARA LA LIBERACIÓN DE


PALESTINA
EN LA PAZ-BOLIVIA 1984.

I. LA CUESTIÓN DE PALESTINA: UNA BREVE HISTORIA.

II. LAS PROMESAS CONTRADICTORIAS CON RESPECTO A PALESTINA.

III. EL MANDATO SOBRE PALESTINA.

IV. EL "HOGAR NACIONAL" Y LA RESISTENCIA PALESTINA.

V. LA PARTICIÓN DE PALESTINA Y EL ESTABLECIMIENTO DE ISRAEL.

VI. LA CUESTIÓN DE PALESTINA EN LAS NACIONES UNIDAS, 1948 - 1967.


VII. EL RECONOCIMIENTO DEL DERECHO DE LOS PALESTINOS A LA
LIBRE DETERMINACIÓN.

INTRODUCCIÓN

El lugar especial de Palestina en la historia deriva de su importancia espiritual para las


tres grandes religiones monoteístas. Por esta razón. Palestina debería ser una tierra de
paz pero, en realidad, fuerzas históricas, a veces religiosas y a veces políticas, han
causado conflictos y conquistas.

En la actualidad, la región sigue dividida por tensiones y luchas, lo que representa una
amenaza potencial para la paz mundial. Los acontecimientos ocurridos en nuestro siglo
y que han conducido a esta peligrosa situación se ven frecuentemente enturbiados por
la intensa controversia sobre "La Cuestión de Palestina". Este breve estudio reseña la
evolución de dicha cuestión.

1. LA CUESTIÓN DE
PALESTINA
UNA BREVE HISTORIA

El "problema de Palestina" de hoy tuvo su origen en políticas introducidas mientras


Palestina era responsabilidad de la Sociedad de las Naciones, precursora de las
Naciones Unidas. Un informe publicado en 1930 por una comisión[1] nombrada con la
aprobación de la Sociedad de las Naciones contiene lo que tal vez se aproxime más a
una reseña objetiva de la primera historia de Palestina. El resumen siguiente está
tomado de ese informe.

En tiempos remotos. Palestina fue habitada por pueblos semitas, de los cuales el más
antiguo fue el de los cananeos. Según la tradición, Abraham, el antepasado común de
los judíos y los árabes, marchó desde Ur hasta Canaán.

Cuando las tribus de Israel llegaron a Palestina después de su cautiverio en Egipto,


fueron unidas en un solo reino por el Rey David en el Año 1000 A.C. Este reino alcanzó
su posición más eminente durante el reinado del hijo del Rey David, Salomón, quien
construyó el primer Templo de Jerusalén en el Monte Moriah. Sin embargo, después de
la muerte de Salomón, la historia del pueblo de Israel -o mejor dicho de los dos reinos
de Israel y Judá- es una crónica de guerras civiles y de luchas con tribus extranjeras.

Alrededor del año 720 A.C., los asirlos destruyeron el reino de Israel y se llevaron
cautivos a sus habitantes. Alrededor del año 600 A.C., Nabucodonosor. Rey de
Babilonia, atacó al reino de Judá y en 587 A.C. destruyó a Jerusalén y el Templo de
Salomón. La mayoría de los habitantes fueron reducidos al cautiverio. Cincuenta años
más tarde, cuando Ciro, el Rey de Persia conquistó a Babilonia, los judíos pudieron
retornar a Palestina. Para alrededor del año 515 A.C. habían reconstruido el templo de
Salomón.

En el año 332 A.C., los judíos quedaron sometidos a la dominación de los macedonios,
que los trataron severamente. Alrededor del año 170 A.C., fue sofocada una rebelión de
los judíos y fue destruido el segundo Templo. Después de la dominación de los
macedonios siguió un período de relativa independencia. Este período duró hasta la
conquista romana de Pompeyo, que entró en Jerusalén en 63 A.C. En el año 70 D.C.
Tito destruyó la ciudad. Todo lo que quedó en pie del segundo Templo fue el Muro
Occidental, que llegó a ser llamado Muro de los Lamentos.

A principios del segundo siglo de la era cristiana, el Emperador Adriano prohibió que los
judíos entraran en Jerusalén. A partir de ese período comenzó la dispersión de los
judíos por todo el mundo. Desde entonces y hasta el establecimiento del Estado de
Israel en 1948, no existió un gobierno judío en Palestina. Aunque algunos judíos
siempre vivieron en Palestina, su número variaba en proporción del grado de tolerancia
de los sucesivos gobernantes.

Después de la partición del Imperio Romano en el año 400 D.C., Palestina quedó bajo el
dominio de Bizancio hasta la conquista árabe en el año 637 D.C. La mezquita de AI-
Aqsa y la Cúpula de la Roca se construyeron en el entonces desierto solar del Templo
de Salomón, al que se llamó Haram-el Sharif. Después de La Meca y de Medina,
Haram-el Sharif se convirtió en un lugar sumamente sagrado para los musulmanes.

Después del paréntesis de las Cruzadas, de 1099 a 1190, Saladino, el soberano árabe,
invitó a los judíos a regresar a Palestina.

En 1517, el país fue conquistado por los turcos y su dominación perduró hasta el final
de la primera guerra mundial. Durante todo ese período el Muro de los Lamentos
continuó siendo un lugar de devoción para los judíos.

A fines de 1917, fuerzas británicas ocuparon a Palestina.

En esta forma es dable observar que, salvo por el interregno de las Cruzadas, Palestina
estuvo gobernada por los árabes y luego por los turcos durante más de 1300 años, con
posterioridad a la era bizantina. La población preponderante en Palestina era en su
mayoría árabe semita, tanto musulmana como cristiana. También había pequeños
números de judíos semitas. Tanto los árabes como los turcos otomanos concedieron a
los judíos el derecho de continuar profesando su culto y de mantener vivo el vínculo
espiritual judío con Palestina. Durante el siglo XIX, los otomanos autorizaron pequeños
asentamientos de judíos inmigrantes provenientes de países europeos donde
aumentaba la discriminación contra los judíos. En la época de la ocupación británica en
1917, los judíos constituían menos de la décima parte de la población de Palestina. El
90% eran árabes, tanto musulmanes (80%) como cristianos (10%). Las tradiciones,
costumbres e idioma de los árabes palestinos constituían la cultura predominante en
Palestina.

II. LAS PROMESAS CONTRADICTORIAS CON RESPECTO A PALESTINA

Durante la primera guerra mundial. Gran Bretaña y sus aliados buscaron apoyo contra
Alemania y su aliado, el Imperio Otomano. Como en esa época algunos dirigentes
árabes deseaban la independencia de la dominación otomana, el resultado natural fue
la colaboración anglo-árabe. Por consiguiente se llegó a un entendimiento en 1915
entre el Jerife de La Meca, que actuaba como representante de los árabes y Sir Henry
McMahon, el Alto Comisionado Británico en Egipto, que negociaba en nombre de Gran
Bretaña. El Jerife pidió el reconocimiento de la independencia de todos los territorios
árabes bajo dominio otomano con inclusión de Palestina. McMahon, sin embargo, trató
de excluir a Palestina mediante una referencia ambigua a la extensión de los territorios
de que se trataba. El Jerife rechazó el intento de McMahon. La controversia continuó
hasta 1939, cuando el Gobierno británico admitió que en 1917 "no tenía libertad para
disponer de Palestina".

De hecho, el acuerdo Sykes-Picot de 1916, un convenio secreto anqlo-francés sobre el


reconocimiento de la independencia de los árabes, había excluido la independencia
para Palestina y, en su lugar, había especificado una "administración internacional".
El futuro de Palestina fue también el tema de seguridades separadas dadas por el
Gobierno británico a la Organización Sionista Mundial. En 1897 la Organización había
declarado su propósito de "crear para el pueblo judío un hogar en Palestina amparado
por el derecho público". Bajo la presidencia de

Theodor Herzl, la Organización consideró regiones en el África oriental y la Argentina


como lugares para el hogar nacional judóo. No obstante, finalmente se decidió por
Palestina, sobre la base de los antiguos vínculos judíos con la tierra santa.

Los dirigentes sionistas buscaron el apoyo del Gobierno británico, destacando las
ventajas estratégicas de la obtención de un nuevo aliado que ayudaría a proteger el
Canal de Suez. Los británicos, que todavía procuraban apoyo para su esfuerzo bélico,
reaccionaron favorablemente. En consecuencia, el Secretario de Relaciones Exteriores,
Lord Balfour, dirigió una carta a la Organización Sionista Mundial el 2 de noviembre de
1917. Esta carta, que llegó a ser conocida como la Declaración Balfour, afirmaba que:

"El Gobierno de Su Majestad ve con beneplácito el establecimiento en


Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará cuanto esté en
su poder para facilitar el logro de ese objetivo, quedando claramente
entendido que no se tomará ninguna medida que pueda perjudicar los
derechos civiles o religiosos de las comunidades no judías de Palestina, o
los derechos o la condición política de que gocen los judíos en cualquier
otro país."

Algunas comunidades judías, percibiendo un conflicto de lealtad con sus propios países
de los que eran ciudadanos, se opusieron a los planes sionistas. Sir Edward Montagu,
único judío miembro del Gabinete británico, lo denunció enérgicamente. Hasta el Dr.
Chaim Wiezmann, el dirigente sionista, exactamente una década más tarde, escribiría
que:

"La Declaración Balfour de 1917 se construyó en el aire . . . cada día y


cada hora de estos últimos diez años, he pensado al abrir los diarios: ¿de
dónde vendrá el próximo golpe? Temblaba ante la perspectiva de que el
gobierno británico me llamara y me preguntara: "Díganos, ¿qué es la
Organización Sionista? ¿Dónde están sus sionistas?"…Sabían que los
judíos estaban en contra nuestra; sólo éramos un pequeño grupo aislado
de judíos con un pasado extranjero."

Para contrarrestar las protestas árabes ante esta nueva política, una declaración anglo-
francesa reiteró las promesas de total independencia para los árabes. La declaración
del 7 de noviembre de 1918 aseguraba a los árabes "la emancipación completa y
definitiva de los pueblos (árabes)... y el establecimiento de gobiernos y administraciones
nacionales que deriven su autoridad de la iniciativa y la elección libre de las poblaciones
autóctonas".
A pesar de las seguridades ofrecidas en la declaración del 7 de noviembre, la
historia posterior de Palestina iba a demostrar la poca Importancia que se daba a los
deseos de la vasta mayoría de la población autóctona. Su tierra había sido prometida a
otro pueblo por un gobierno extranjero que, en esa época, no tenía derecho de
soberanía sobre Palestina. Al citar esos factores, varios autores han afirmado que la
Declaración Balfour no tenía efecto obligatorio o jurídico más allá de constituir una
declaración de las intenciones de un gobierno.

Una de las tantas imágenes de El Mandato Británico en Palestina.

III. EL MANDATO SOBRE PALESTINA


La inclusión en el Mandato sobre Palestina de la Declaración Balfour le concedió una
dimensión internacional. El propio concepto del Mandato era una transacción entre el
sistema colonial prevaleciente y el principio de la libre determinación de los pueblos bajo
dominación extranjera -un principio defendido por el Presidente Woodrow Wilson. Con
posterioridad a la victoria de Gran Bretaña y sus aliados en la primera guerra mundial,
el sistema de Mandatos de la Sociedad de las Naciones colocó a muchos pueblos antes
sometidos a la dominación de los imperios Otomano, Alemán y Austro-Húngaro bajo la
tutela de ciertas potencias victoriosas. El objetivo declarado de los Mandatos era llevar a
los pueblos, en última instancia, a la independencia.

Hubo tres clases de Mandatos, cuyo carácter difería según el grado observado de
desenvolvimiento político del pueblo, tal como se ha determinado por las potencias
victoriosas. Todos los antiguos territorios árabes bajo dominación otomana, con
inclusión de Palestina, se colocaron en la Clase "A" de Mandatos. Como la clase más
adelantada, el Pacto de la Sociedad de las Naciones describía a los Mandatos de la
Clase "A" como comunidades cuya "existencia como naciones independientes puede
ser reconocida provisionalmente" mientras recibían "la ayuda y los consejos (para) su
administración" en su progresión hacia la independencia. Siria y el Líbano fueron
sometidos al Mandato de Francia, y Palestina y Transjordania, al Mandato de Gran
Bretaña. En virtud de las disposiciones del Pacto para la independencia de los
Mandatos, los dos Mandatos de Francia obtuvieron su independencia antes del final de
la segunda guerra mundial, la del Líbano en noviembre de 1943, seguida por la de Siria
en enero de 1944. Jordania logró su independencia en 1946. Palestina, sin embargo, se
convirtió en un teatro de conflictos.

El Pacto de la Sociedad de las Naciones estipulaba que para la elección de un


mandatario se tendrían en cuenta, en primer término, los deseos de dichas
comunidades. Este factor, no obstante, fue ignorado en el caso de Palestina.
Por insistencia del Presidente Wilson en la Conferencia de la Paz, celebrada en París en
1919, se nombró una comisión para averiguar los deseos de las poblaciones
autóctonas. La Comisión recomendó un Mandato norteamericano sobre Siria, con
inclusión de Palestina. Al evaluar los deseos de la población autóctona de Palestina con
respecto a la inmigración judía a esa región, la Comisión pidió "la profunda modificación
del extremo programa sionista para Palestina de ilimitada inmigración judía". La
Comisión declaró que ese programa cuyo objetivo era "que Palestina se convierta
finalmente en un Estado claramente judío (sería) una grave injusticia". Al referirse al
alegato sionista de que tenían un "derecho" a Palestina, basado en su ocupación de
2000 años antes, la Comisión observó que esta reclamación "difícilmente podría
considerarse seriamente".

El Secretario de Relaciones Exteriores británico hizo la advertencia de que el término


"hogar nacional" significaba en realidad "un Estado judío" en el que los árabes serían
ciudadanos de segunda clase. "Me parece que toda la concepción es errónea", declaró.
El propio Balfour admitió lo que se estaba haciendo y observó que; "en lo que respecto
a Palestina, las Potencias (Aliadas) no han hecho ninguna declaración fáctica que no
sea demostrablemente errónea, y ninguna declaración política que no se hayan
propuesto violar...".

Sin embargo, los planes para Palestina siguieron adelante. En abril de 1920, en la
Conferencia de San Remo, Francia convino en que, a cambio de su libertad de acción
en Siria y el Líbano, Palestina quedaría bajo la tutela de Gran Bretaña, en lugar del
régimen internacional contemplado originariamente. Además, se incluyó en el Mandato
una versión más fuerte y más explícita de la declaración Balfour. Con el agregado de la
nueva versión, el Mandato reconocía a la Organización Sionista como el "organismo
Nacional Judío mediante la organización de la inmigración y asentamiento en gran
escala de judíos del exterior en tierras que el Organismo adquiriría en Palestina.

En forma curiosa, en el Mandato no se utilizó ni una vez el término "árabe". Aunque los
árabes palestinos constituían el 90% de la población en esa época, en el documento se
hacía referencia a ellos solamente como "comunidades no judías de Palestina".' Al
señalar la ironía, un escritor comparó la fórmula a "llamar a la multitud los no pocos",
poniendo de relieve el hecho evidente de que la multitud era la mayoría árabe en
Palestina. La única protección ofrecida a la mayoría árabe Palestina fue una frase
donde se declaraba que "no se tomará ninguna medida que pueda perjudicar (sus)...
derechos civiles y religiosos". Brillaba por su ausencia, sin embargo, una referencia a
sus derechos nacionales o políticos.

El Mandato fue firmado el 24 de julio de 1922 y entró formalmente en vigor en


septiembre de 1922. Aunque originariamente Transjordania había estado incluida en el
Mandato sobre Palestina, el 16 de septiembre de 1922 la Sociedad de las Naciones
aprobó una administración separada para esa región.

En consecuencia, el Mandato sólo tenía aplicación en la propia Palestina, aunque la


zona pretendida originariamente para el hogar nacional judío incluía partes de los
territorios vecinos (figura 1).
Figura (1)
"PALESTINA" RECLAMADA POR LA ORGANIZACIÓN SIONISTA, 1919
(Fuente: Ruedy en Abu Lughod; The Traruformatlon of Palestina)

Uno de los objetivos del Mandato se especificó como "el desarrollo de instituciones
autónomas". No obstante, una declaración política del Gobierno británico, formulada el
1º. de julio de 1922, subordinaba este principio a una consideración secundaria. La
declaración, conocida como el "Memorando de Churchill", tenía por finalidad "aclarar
que el establecimiento de instituciones autónomas en Palestina ha de estar subordinado
a la promesa y obligación supremas de establecer un hogar nacional judío en
Palestina".

Los elementos contradictorios en el Mandato llevaron a lo que se dio en llamar la "doble


obligación" de Gran Bretaña para con la Organización Sionista y los árabes palestinos.
Esta "doble obligación" era una contradicción que en breve llevó a conflictos entre la
población autóctona de Palestina y los inmigrantes judíos que buscaban refugio en
dicha región de la discriminación en Europa.
Nahr-el-Bared, campo de refugiados palestinos, cerca de Trípoli, Líbano, como era
en 1952.

IV. EL "HOGAR NACIONAL" Y LA RESISTENCIA PALESTINA

La construcción del "Hogar Nacional Judío" comenzó poco después del final de la
primera guerra mundial -bastante antes de que entrara en vigor el Mandato en 1922.
La Organización Sionista promovió una inmigración judía en gran escala que produjo
cambios significativos en el carácter de la población de Palestina. La población judía en
Palestina creció de unos 56.000 en 1918 a unos 88.000 en 1922, cuando la población
total se calculaba en 750.000. En 1939, la población judía había aumentado a 445.000
en una población total de cerca de un millón y medio. Este dramático incremento se
debió principalmente al número de judíos que huía del terrorismo nazi.
Expresado en porcentajes, la población judía se elevó de un 10% en 1919 a un 17%
en 1929 y a casi 30 % en 1939 (figura 2).

FIGURA(2)

La Organización Sionista también adquirió tierras para asentar a los emigrantes judíos.
En 1920, las tenencias judías de tierras en Palestina ascendían a un 2½% de la
superficie total del territorio. En 1939, habían aumentado las tierras de su propiedad a
más del 5,7% del tota! de la superficie del territorio.
Los árabes palestinos consideraban a las actividades de la Organización Sionista para
incrementar la inmigración judía y las tierras de su propiedad en Palestina como una
colonización de su patria ancestral por extranjeros. Dado que los palestinos no estaban
todavía organizados políticamente, expresaron su resentimiento mediante actos de
violencia. Estallaron revueltas antisionistas en 1920, 1921, 1929 y 1939. Con el tiempo,
éstas culminaron en una rebelión grave que duró de 1936 a 1939. El Gobierno británico
sólo pudo sofocar la rebelión mediante el uso de medidas drásticas y una importante
fuerza militar.

En 1937, una Comisión Real Británica, encabezada por Lord Peel, fue enviada para que
informase sobre los disturbios en Palestina, La Comisión declaró que las causas básicas
de las revueltas anteriores y de la rebelión eran una combinación del deseo de
independencia nacional de los palestinos y del "odio y el temor que les inspiraba el
establecimiento del hogar nacional judío" en sus tierras. Además, la Comisión observó
que"... la conversión obligatoria de Palestina en un Estado judío contra la voluntad de
los árabes...violaría claramente el espíritu y la intención del Sistema de Mandatos.
Significaría que se había negado la libre determinación nacional cuando los árabes eran
una mayoría en Palestina y concedida solamente cuando los judíos fueran mayoría..."

Además, la Comisión señaló que el conflicto no era, en esencia, "un conflicto interracial
que surja de una vieja antipatía instintiva de los árabes hacia los judíos. Hubo poco o
ningún roce...hasta que la lucha en Palestina lo engendró". La Comisión señaló que el
judaísmo y su ritual estaban enraizados en el pasado histórico de Palestina y que en
ésta siempre habían vivido algunos judíos. En cambio, el conflicto derivaba del repudio
de la Declaración Balfour por los árabes palestinos y su oposición a los objetivos
sionistas en Palestina. No aceptaban la creación de un Hogar Nacional Judío y "se
negaban a cooperar en cualquier forma de gobierno que no fuera un gobierno nacional
responsable ante el pueblo palestino". Sin embargo, la comunidad judía, al establecer
su hogar nacional, había formado un "Estado dentro de un Estado" en Palestina.

La Comisión Peel llegó a la conclusión de que la situación en Palestina había llegado a


un estancamiento en el que se había vuelto irreconciliable la "doble obligación" en
Palestina. El Gobierno británico no podía acceder a la reclamación árabe de
independencia nacional y al mismo tiempo garantizar el establecimiento del Hogar
Nacional Judío en Palestina. Por lo tanto, la Comisión recomendó la partición de
Palestina en dos Estados independientes. Un Estado sería árabe Palestino y el otro
judío, con Jerusalén que sería un enclave bajo mandato de la Sociedad de las
Naciones.

Ninguna de las partes aceptó esta fórmula. Los sionistas alegaron que violaba la
Declaración Balfour y el Mandato. Los palestinos se negaron a aceptar la división de su
tierra y el establecimiento de un Estado judío en parte de ella. Posteriores
negociaciones en Londres fracasaron. Entonces, en mayo de 1939, el Gobierno
británico anunció que, en lugar de una partición, en 1949 Palestina se convertiría en un
Estado Independiente unificado en el que tanto judíos como árabes compartirían la
administración y la autoridad del gobierno. La Organización Sionista rechazó esta
política. En su lugar, se reunió en Nueva York en 1942 y aprobó el "Programa Biltmore"
que incluía la exigencia del establecimiento de un Estado judío en Palestina.

Para fines de la segunda guerra mundial, los Estados Árabes y los Estados Unidos de
América estaban envueltos en la cuestión de Palestina.

En 1946, un Comité Anglo norteamericano de Investigación presentó otra serie de


recomendaciones que el Gobierno británico consideró impracticables. Se propusieron
diferentes fórmulas en negociaciones sin resultado. Por último, después de tres
décadas de Mandato, el Gobierno británico decidió en febrero de 1947 pasar la cuestión
de Palestina a las Naciones Unidas. El Gobierno británico declaró que "enfrentado con
un conflicto de principios irreconciliable (había)... llegado a la conclusión de que el único
camino…a seguir (era)...someter el problema al juicio de las Naciones Unidas..."

Después de 30 años de aplicación de la doctrina Balfour en una Palestina radicalmente


transformada, el Mandato británico llegaba a su fin. La población judía había crecido de
56.000 en 1918 a 608.000 en 1946. La población total había ascendido a 1.850.000
(figura 3). Mucha parte de la inmigración se había debido a la persecución nazi de los
judíos europeos. Los árabes palestinos simpatizaban con la angustiosa condición de los
judíos europeos. Sin embargo, la súbita inmigración creaba sufrimientos indebidos a la
población árabe Palestina y, como los árabes no eran responsables de las atrocidades
de Europa, naturalmente se oponían a que se los hiciera sufrir a su vez. Como lo
expresara la Comisión Real:

"Un representante elocuente del punto de vista árabe nos dijo que a lo
largo de toda su historia los árabes no sólo han estado siempre libres de
sentimientos antijudíos, sino que han demostrado que el espíritu de
transacción se halla profundamente enraizado en su vida. No hay una sola
persona decente, nos dijo, que no quiera hacer todo lo humanamente
posible por aliviar el sufrimiento de esas personas, con tal que no se haga
a costa de infligir un sufrimiento igual a nuestro pueblo".

Las dos caras del terrorismo sionista, Arial Sharon da la "Hanagah" y


Manachan Bagin cabecilla del "Irgun".

V. LA PARTICIÓN DE PALESTINA Y EL ESTABLECIMIENTO DE


ISRAEL

En 1947, Palestina era una tierra devastada por la violencia.

Los árabes palestinos habían reaccionado con violencia ante las políticas del Mandato
que permitían la inmigración en gran escala y la transferencia de tierras en Palestina. Al
principio los inmigrantes judíos frecuentemente practicaron la doctrina de Havlaga, o
sea moderación. En 1947, sin embargo, entraron en actividad organizaciones sionistas
paramilitares tales como la Hanagah y el Irgun. Más tarde se les unió la banda Stern.

Estos grupos recurrieron al terrorismo en Palestina. En 1940, según un informe oficial,


el buque Patria, un barco de refugiados que transportaba inmigrantes judíos ilegales fue
''echado a pique en el amarradero...de resultas de sabotaje efectuado por simpatizantes
de los judíos que se encontraban en tierra, y se perdieron 252 vidas". En 1942, el
Ministro de Estado británico fue asesinado en El Cairo por la banda Stern. En 1944,
declara un informe oficial británico, "la campaña dirigida por las organizaciones
terroristas llegó a un nuevo punto culminante con una explosión que destruyó un ala del
hotel King David de Jerusalén". En la explosión murieron 86 funcionarios públicos,
árabes, judíos y británicos, así como cinco miembros del público. Palestina fue descripta
como un "campamento armado".

Las Naciones Unidas, sucesoras de tacto de la difunta Sociedad de las Naciones, sólo
tenían dos años de existencia cuando se les encargó la solución del problema de
Palestina. En mayo de 1947, la Asamblea General creó la Comisión Especial de las
Naciones Unidas para Palestina y la autorizó a vincular la cuestión de los judíos
europeos con la cuestión de Palestina. Esto se hizo a pesar de las protestas de los
palestinos y de otros representantes árabes, que alegaban que otros países también
debían ofrecer refugio a los grandes números de judíos desplazados por la guerra. La
Comisión Especial visitó a Alemania y a Austria, además de Palestina y otros países
árabes.

Uno de los propósitos de las Naciones Unidas es el respeto al principio de la libre


determinación de los pueblos. Este principio fue reconocido internacionalmente a fines
de la primera guerra mundial, y fue extendido a otros territorios árabes colocados bajo
Mandatos. No obstante, de hecho, el principio no se aplicó al Mandato británico sobre
Palestina. En su informe, la Comisión Especial señaló lo siguiente:

"...al instituirse los Mandatos "A" (el principio de la autodeterminación) no


fue aplicado a Palestina, con la intención evidente de posibilitar la fundación
en ésta del Hogar Nacional Judío. En realidad, podría muy bien decirse que
el Hogar Nacional Judío y el Mandato sui generis de Palestina se oponen a
la aplicación de tal principio."

La Comisión Especial recomendó que se concediese sin demora la independencia a


Palestina. Sus miembros, sin embargo, estuvieron divididos sobre la forma de la
independencia. Una minoría favorecía un Estado federal unificado con considerable
autonomía para las dos comunidades. La mayoría propuso una partición entre dos
Estados; uno judío y el otro árabe, con Jerusalén como una zona internacional
administrada por las Naciones Unidas (división propuesta de territorio y población en las
figuras 3 y 4).

Esto demuestra las verdaderas intenciones— del


sionismo, el exterminio del pueblo palestino,
incluyendo a los niños.

Se produjo un prolongado debate sobre las dos propuestas de la Comisión Especial.


Durante el debate se puso en duda la competencia jurídica de las Naciones Unidas para
efectuar la partición del país. Finalmente, después de intensas maniobras políticas, la
Asamblea General aprobó, con enmiendas menores, el plan de partición de Palestina de
la mayoría de la Comisión Especial [2].
El Mandato británico sobre Palestina debía terminar y los dos Estados (uno árabe,
el otro judío) debían obtener la independencia el 15 de mayo de 1948.
La resolución de partición contenía salvaguardias detalladas para asegurar los
derechos de las minorías y los "derechos existentes" de las distintas religiones en
Jerusalén, que habían sido reconocidos durante el período otomano. Entre ellos se
incluía la garantía de libre acceso de las personas de todas las religiones a los Lugares
Sagrados ubicados en Jerusalén. Se requería de cada Estado que concediera carácter
de disposición constitucional a dichas salvaguardias.

Aunque el tamaño del Estado Judío otorgado por la resolución de partición era más
pequeño de lo que la Organización Sionista había esperado, la Organización había
logrado su objetivo de un Estado Judío en Palestina. Por consiguiente, la Organización
Sionista aceptó el plan de partición. Los árabes palestinos y los otros países árabes
rechazaron la resolución por ser injusta e ilegal.

La violencia, que no había disminuido durante los debates en las Naciones Unidas
sobre la cuestión de Palestina, volvió a intensificarse. La violencia aumentó cuando las
fuerzas británicas primero se prepararon para retirarse, y luego cuando adelantaron la
fecha de su retiro al 15 de mayo de 1948. Por una parte, las fuerzas sionistas pasaron a
la ofensiva, poniendo en práctica el "Plan Dalet". El Plan Dalet tenía por objetivo ocupar
las tierras asignadas al Estado Árabe tan pronto como se debilitara la autoridad
británica. La intención de los sionistas era el establecimiento de "un Estado que la
Hagana había hecho más grande y judío". Por la otra parte, las fuerzas irregulares de
árabes palestinos también intensificaron sus operaciones. La violencia se extendió y
sus principales víctimas fueron los civiles palestinos.

Un incidente terrorista, particularmente sangriento, fue un ataque sionista a la aldea


árabe de Deir Yassin, cerca de Jerusalén. La aldea, que había tratado de mantenerse
apartada de la lucha perdió 255 hombres, mujeres y niños en el ataque sionista. Esto
provocó represalias en forma de un ataque contra un convoy judío que dejó un saldo de
77 muertos. El terror creado por el episodio de Deir Yassin provocó la huida de árabes
palestinos de otras ciudades y aldeas.

El 14 de mayo de 1948, en medio da una lucha cada vez más enconada, el Estado de
Israel proclamó su establecimiento sobre la base del programa sionista, la Declaración
Balfour, el Mandato y la Resolución de Partición. Mientras las últimas tropas británicas
se retiraban ceremoniosamente al día siguiente, tropas de los países árabes limítrofes
entraban a las zonas adjudicadas al Estado Árabe, y con ello empezó la primera guerra
árabe israelí.

Para el tiempo en que el Consejo de Seguridad impusiera un cese del fuego, las fuerzas
israelíes habían establecido una superioridad decisiva. Además, controlaban gran parte
del territorio asignado al Estado Árabe, así como la mitad occidental de Jerusalén,
destinada originariamente a ser internacionalizada.

Las líneas del armisticio establecido en 1949 (figura 5) dejaban a Israel en control de un
total del 67% del territorio de Palestina. Egipto y Jordania administraban las porciones
territoriales restantes adjudicadas al Estado Árabe en la Resolución de Partición. La
Faja de Gaza fue administrada por Egipto y la "Ribera Occidental" por Jordania, que
entonces no era miembro de las Naciones Unidas. De los dos Estados contemplados en
la Resolución de Partición, se había establecido sólo uno, el Estado Judío de Israel. En
cambio el segundo, el Estado Árabe de Palestina, no llegó a tener existencia.

Figura 5
PLAN DE PARTICIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS - 1947
Y
LINEAS DEL ARMISTICIO DE LAS NACIONES UNIDAS - 1949
Las denominaciones empleadas en este mapa y la forma en que aparecen presentados
los datos que contiene no implican, de parte de la Secretaría de las Naciones Unida,
juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades o zonas, o de
sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites.

VI. LA CUESTIÓN DE PALESTINA EN LAS NACIONES UNIDAS


1948 - 1967

Al ser imposible la aplicación de la Resolución de Partición de Palestina. Las Naciones


Unidas quedaron con la responsabilidad de la cuestión de Palestina. En esencia, el
problema seguía siendo el establecimiento de un Estado árabe independiente en
Palestina. Aunque éste había sido el objetivo de la comunidad internacional, tal como
fue expresado primeramente por la Sociedad de las Naciones en 1919 y luego
nuevamente por las Naciones Unidas en 1947, el establecimiento del Estado Árabe
seguía sin realizarse.

Como primera medida las Naciones Unidas enviaron a un Mediador, el Conde Folke
Bernadotte de Suecia, "para procurar un arreglo pacífico de la situación futura de
Palestina". Después de prolongadas negociaciones con ambas partes, presentó lo que
llamaba "una base posible de discusión". El plan incluía determinados ajustes
territoriales en los límites, el retorno de todos los refugiados árabes palestinos y algunas
limitaciones a la inmigración judía. Bernadotte concedía la más alta prioridad al
problema de los refugiados, que constituía un grave obstáculo para la paz. El Mediador
informó que
los refugiados árabes (estimado más tarde en 726.000) "han huido o han sido
expulsados de la región ocupada por los judíos" y recomendó que las Naciones Unidas
reafirmaran "el derecho de los refugiados a regresar a sus hogares" tan pronto como
fuera posible y declaró:

"Sería contrario a los principios de una justicia elemental negar a estas


víctimas inocentes del conflicto el derecho a retornar a sus hogares,
mientras los inmigrantes judíos afluyen a Palestina e indudablemente
significan, por lo menos, una amenaza de reemplazar definitivamente a los
refugiados árabes que han estado arraigados en el país durante siglos."[3]

Las tropas de ocupación sionista-israelí haciendo gala de


su "coraje" frente a una manifestación de niñas
palestinas.

Bernadotte propuso otras medidas. Sin embargo, antes de que las Naciones Unidas
pudieran actuar con respecto a cualquiera de sus recomendaciones, su misión en
Palestina terminó trágicamente. El 17 de septiembre de 1948 Bernadotte fue asesinado
por la banda Stern.

En diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas [4] afirmó el


derecho de los refugiados a regresar. Además estableció una Comisión de Conciliación
para Palestina (CCP) para resolver los problemas del territorio, los refugiados y la
condición jurídica de Jerusalén. En mayo de 1949, Israel fue admitido como Miembro de
las Naciones Unidas. Su condición de Miembro se vinculaba implícitamente a su
cumplimiento de las dos resoluciones básicas de las Naciones Unidas sobre Palestina -
la Resolución 181 de Partición y la Resolución 194 de diciembre de 1948.

La CCP atacó el problema siempre más complejo de la situación en Palestina. Mientras


que los Estados árabes mostraban más flexibilidad en ese momento, Israel parecía
poco dispuesto a comprometer sus ganancias obtenidas en la guerra. Los intentos de la
CCP fracasaron y el statu quo se solidificó con el pasar del tiempo. Israel absorbió
progresivamente las zonas que había ocupado en 1948 más allá de los límites que se le
habían asignado, hasta que las zonas quedaron virtualmente anexadas. En 1950
Jordania, que todavía no era Miembro de las Naciones Unidas (se convirtió en Miembro
en 1955), puso bajo su jurisdicción la Ribera Occidental, a pesar de las objeciones de
otros Estados árabes. Los refugiados permanecieron en el exilio. En diciembre de 1949
la Asamblea General estableció el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las
Naciones Unidas en Palestina (OOPS) para ayudar a los refugiados palestinos que
habían sido desplazados y despojados de sus hogares y medios de subsistencia.
Cuando el OOPS inició sus operaciones en 1950, el objetivo principal de sus programas
fue la alimentación, el abrigo y la salud de los refugiados. Con el tiempo, más y más
atención y fondos se concentraron en programas de educación y capacitación para
jóvenes refugiados palestinos. Hasta 1967, el mundo consideró que el problema de
Palestina era principalmente un problema de refugiados.
Mientras tanto, no obstante, se estaban haciendo más aparentes las verdaderas
dimensiones del problema de Palestina. Cobró mayor magnitud hasta convertirse en el
conflicto árabe-israelí, que llevó a la segunda guerra en el Oriente Medio, a propósito de
Suez, en 1956. En junio de 1967 el statu quo se vio severamente conmovido por la
tercera guerra árabe-israelí. La guerra de 1967 se convirtió en un punto crucial en los
asuntos del Oriente Medio. Sin embargo, siempre quedaba en la raíz del conflicto el
problema de Palestina.

NACIONES UNIDAS

VII. EL RECONOCIMIENTO DEL DERECHO DE LOS PALESTINOS


A LA LIBRE DETERMINACIÓN

En la guerra de junio de 1967, Israel amplió su ocupación del resto del territorio árabe
de la Palestina bajo Mandato, con inclusión de Jerusalén. Asimismo asumió control y
ocupó las Alturas de Golán en la vecina Siria y el Sinaí de Egipto (figura 6).

La guerra de 1967 provocó el segundo gran éxodo de palestinos. Medio millón de


árabes palestinos fueron desarraigados y huyeron. Estos refugiados de la guerra de
1967 fueron conocidos como los "nuevos refugiados", a diferencia de los "antiguos
refugiados" de la guerra de 1948. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
consiguió en primer término un cese del fuego y una paz precaria. Luego instó a Israel a
que diera facilidades para el regreso de los refugiados de 1967 [5], y a que aplicara el
Cuarto Convenio de Ginebra de 1949 en los territorios ocupados [6]. Israel no cumplió
ninguno de esos pedidos.

El Consejo de Seguridad aprobó entonces una resolución de gran importancia. La


Resolución 242 (1967) de 22 de noviembre de 1967, declaró la inadmisibilidad de la
adquisición de territorio por medio de la guerra, y pidió a Israel que retirara sus fuerzas
armadas de "los territorios que ocuparon" en la guerra. En la resolución se pedía
asimismo la terminación de las situaciones de beligerancia y de los actos de fuerza.

En 1981, el Papa Juan Pablo II; reconoce a la Organización para la Liberación de


Palestina (O. L. P.) mediante el recibimiento a su lider YaaerArafat.
Figura
6

TERRITORIOS OCUPADOS POR ISRAEL DESDE JUNIO DE


1967

Las denominaciones empleadas en este mapa y la forma en que aparecen presentados


los datos que contiene no implican, de parte de la Secretaría de las Naciones Unidas,
juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades o zonas, o de
sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o Iímites.
También pidió a las partes que reconocieran la soberanía y la independencia de todos
los Estados de la zona y el derecho de cada uno a vivir en paz dentro de fronteras
seguras y reconocidas. La resolución también solicitaba "una solución justa del
problema de los refugiados". Israel se negó a retirarse de los territorios ocupados sin un
tratado de paz general que abarcara todas las condiciones de la resolución 242 y
mantuvo esta posición a pesar de los repetidos llamamientos de la Asamblea General
de las Naciones Unidas para que se efectuara un retiro de las fuerzas Israelíes.

No obstante, la causa de Palestina en favor de su independencia y su reconocimiento


como Estado ha adelantado significativamente desde la guerra de 1967. 'La
Organización de Liberación de Palestina (OLP), formada en 1964, aprobó en 1968 un
Estatuto Nacional de Palestina. En el Estatuto se comprometía a todos los palestinos a
luchar por sus derechos. Entre estos derechos se contaba el derecho a la libre
determinación, la independencia nacional y la soberanía en Palestina, el derecho a
regresar a sus hogares y propiedades en Palestina, así como el derecho a recurrir a la
lucha armada para la consecución de estos objetivos.

En el Estatuto se calificaba a Israel de Estado ilegal y se rechazaban "todas las


soluciones que sean substitutos de la liberación total de Palestina". Esto ha conducido a
la negativa de Israel a tener trato alguno con la OLP. Los grupos palestinos bajo la
protección general de la OLP recurrieron cada vez más a la violencia [7] a fin de
enfocar la atención mundial en la angustiosa situación de los palestinos y en su
determinación de recuperar sus derechos.

Los palestinos consiguieron el reconocimiento internacional de la justicia de la causa


Palestina y de su posición central en la cuestión del Oriente Medio. Este reconocimiento
internacional se manifestó a través de las resoluciones aprobadas por la Asamblea
General de las Naciones Unidas.

Vista de uno de los tantos campamentos de


refugiados palestino.
Todo ser humano tiene derecho a la salud y el
bienestar de sí mismo y de su familia. Art. 25,
Declaración Derechos Humano.

Aunque la Asamblea General representa a todos los miembros de las Naciones Unidas,
carece de la autoridad del Consejo de Seguridad para obligar jurídicamente a los
Estados Miembros. Sin embargo, aunque el Consejo en 1967 todavía consideraba el
problema de Palestina como "un problema de refugiados", en 1969 la Asamblea
reconoció la dimensión política de la cuestión, al declarar que "el problema de los
refugiados árabes palestinos tiene su origen en que se les niegan derechos inalienables
que poseen". En 1970,1971 y 1972 la Asamblea General en sus resoluciones declaró
que el pleno respeto de esos derechos del pueblo de Palestina "es un elemento
Indispensable para el establecimiento de una paz justa y duradera en el Oriente Medio".

En 1974, los Estados árabes reconocieron a la OLP como única representante legítima
del pueblo palestino. El reconocimiento por parte de Jordania de esta calificación de la
OLP asumía particular Importancia, puesto que desde 1948 hasta 1967, Jordania había
administrado la Ribera Occidental. En 1974, el programa de la Asamblea incluía "La
cuestión de Palestina" por primera vez desde 1952. Durante el período de sesiones de
1974, se concedió a la OLP la condición de observador - condición que posteriormente
fue hecha extensiva a los demás órganos de las Naciones Unidas. Ese mismo ano, la
Asamblea reconoció oficialmente los derechos inalienables del pueblo palestino a la
libre determinación, la independencia y la soberanía nacionales y el derecho a regresar
a sus hogares. La Asamblea reconoció además a la OLP como la representante del
pueblo palestino, una de las partes principales en cualquier acuerdo de paz en el
Oriente Medio.

Desde 1975, las resoluciones de la Asamblea General han reafirmado todos los años
este reconocimiento. Además, las resoluciones han afirmado que la cuestión de
Palestina está en el centro de la controversia del Oriente Medio, reconociendo con ello
que no puede haber paz en el Oriente Medio sin una solución justa del problema de
Palestina. Otros organismos de las Naciones Unidas preocupados por la ocupación
ilegal de la Ribera Occidental y de Gaza por los Israelíes han estudiado asimismo
diversos aspectos de la cuestión de Palestina. Tanto la Comisión de Derechos Humanos
como el Comité Especial sobre prácticas israelíes establecido por la Asamblea General
en 1968, con regularidad han criticado severamente las violaciones Israelíes de los
derechos humanos de los palestinos. Sus informes han condenado a Israel por sus
anexiones de territorio, el establecimiento de asentamientos en los territorios ocupados,
las expropiaciones y confiscaciones de bienes, las detenciones, el mal trato y la tortura
de civiles, las expulsiones y la denegación del derecho de retorno, etc.

En 1975, la Asamblea creó también el Comité para el Ejercicio de los Derechos


Inalienables del Pueblo Palestino. La Asamblea ha respaldado regularmente las
recomendaciones de dicho Comité sobre retiro de los israelíes y la restauración de los
derechos inalienables del pueblo palestino.
Los presidentes del Comité han puesto claramente en evidencia que si bien la tarea del
Comité es corregir el desequilibrio de los conceptos sobre los problemas de la situación
en el Oriente Medio, su apoyo a los derechos de los palestinos en forma alguna ponen
en duda cuestiones relacionadas con la soberanía o la existencia segura de Israel, que
es Miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas.

En esta forma, desde 1974, en las Naciones Unidas se ha reconocido


internacionalmente la justicia de la causa Palestina en pro de la libre determinación y la
independencia, del papel central de la cuestión de Palestina en la controversia del
Oriente Medio, y del carácter representativo de la OLP. Este reconocimiento
internacional también se ha reflejado fuera de las Naciones Unidas en declaraciones por
importantes agrupaciones de Estados, tales como los países no alineados y la
Organización de la Unidad Africana. En los últimos tiempos los Estados de Europa
occidental también han prestado su apoyo a la autodeterminación del pueblo palestino.

Israel, sin embargo, ha continuado su dominio sobre la Ribera Occidental y sobre Gaza
y se niega a aceptar la idea del establecimiento de un Estado palestino en dichos
territorios, a pesar del abrumador consenso internacional que se ha descrito. En su
lugar, Israel muestra síntomas crecientes de su intención de conservar control de un
tipo o de otro sobre esas tierras. Durante los últimos años Israel ha insistido en su
pretensión a la posesión de la Ribera Occidental, a la cual hace referencia bajo los
nombres bíblicos de Judea y Samaria. Con argumentos de seguridad, ha expulsado o
arrestado a palestinos y ha expropiado o confiscado tierras palestinas para establecer
asentamientos, tanto civiles como militares. Ha asumido el control de fuentes de agua
vitales en una región generalmente árida. Israel ha aplicado estas políticas a pesar de
repetidos llamamientos para su cesación, tanto de la Asamblea General como del
Consejo de Seguridad. En 1979 y a principios de 1980 el Consejo criticó la política de
asentamientos de Israel como un obstáculo para investigar e informar sobre tales
políticas de Israel en los territorios ocupados.

Fuera del marco de las Naciones Unidas, la firma de un tratado de paz con Egipto por
Israel ha conducido a retiros graduales del territorio egipcio en la península de Sinaí.
Los acuerdos de Camp David de noviembre de 1978 entre los Estados Unidos de
América, Israel y Egipto contienen una fórmula de "autonomía" Palestina, la Ribera
Occidental y Gaza, mientras que se permitiría a Israel mantener en última instancia el
control político y militar en esas regiones. Los palestinos han rechazado totalmente esa
fórmula, alegando que les niega su derecho inherente y natural a determinar su propio
futuro, y que la fórmula se concretó en ausencia del pueblo palestino y en contra de sus
deseos. La Asamblea General de las Naciones Unidas también ha declarado que dichos
acuerdos eran inválidos.

Hasta muy poco tiempo, el enfoque del Consejo de Seguridad a la cuestión de Palestina
se limitó al marco de su resolución 242 (1967). La Asamblea General, no obstante, al
reflejar la voluntad de la mayoría de la comunidad de naciones, ha reconocido los
derechos fundaméntales del pueblo palestino. Los intentos para conseguir que el
enfoque del Consejo de Seguridad se ajustara al de la Asamblea General han
fracasado. En enero de 1976 una mayoría apoyó un proyecto de resolución pidiendo el
ejercicio de su inalienable derecho nacional a la libre determinación por parte del pueblo
palestino. Los Estados Unidos de América, sin embargo, vetaron la resolución. En
agosto de 1979, no se votó sobre un proyecto de resolución similar. En abril de 1980, se
registró otra moción para lograr el apoyo del Consejo de Seguridad a la libre
determinación de los palestinos, pero ésta fracasó nuevamente debido a otro veto de
los Estados Unidos. Todos estos proyectos de resolución reconectan y reafirmaban
implícitamente el derecho de Israel, junto con otros Estados de la región, a la soberanía,
la seguridad y la integridad territorial.

El pueblo palestino asciende en la actualidad a aproximadamente cuatro millones, una


población mayor que la de muchos Estados Miembros de las Naciones Unidas.
Alrededor de medio millón de palestinos viven en Israel. Otros 1.200.000 viven en los
territorios ocupados de la Ribera Occidental y Gaza. El resto vive en el exilio; muchos de
ellos todavía en campamentos de refugiados, muchos como extranjeros en otros
países. La mayoría de los que viven en el exilio todavía esperan retornar a su propio
país.

La esencia del problema de Palestina queda descripta por el Profesor Arnold Toynbee,
que escribió en 1968:

"A lo largo de esos 30 años. Gran Bretaña (admitió) a Palestina, año tras
año, una cuota de inmigrantes judíos que variaba según la fuerza de las
presiones respectivas de los árabes y judíos en cada época. Estos
inmigrantes no hubieran podido venir sin la protección británica. Si
Palestina hubiese permanecido bajo el régimen turco otomano, o si se
hubiese convertido en un Estado árabe independiente en 1918, nunca se
habría admitido a Palestina a los inmigrantes judíos en número
suficientemente grande para que pudiesen dominar a los árabes palestinos
en el propio país del pueblo árabe. La razón de que hoy día exista el
Estado de Israel y de que 1.500.000 árabes palestinos sean refugiados es
que, durante 30 años, el poder militar británico obligó a los árabes
palestinos a aceptar la inmigración judía hasta que los inmigrantes fueran
lo suficientemente bien armados para poder defenderse por sí mismos con
tanques y aviones propios. La tragedia de Palestina no es solamente una
tragedia local. Es una tragedia para el mundo entero, porque es una
injusticia que constituye una amenaza a la paz mundial."

Las Naciones Unidas han reconocido que un factor fundamental para conjurar esta
amenaza a la paz mundial es permitir que el pueblo palestino ejerza su derecho
inalienable a la libre determinación, la independencia nacional y la soberanía en
Palestina.

Todas las
formas de
represión
cruel o
inhumana,
asi como
los
castigos
colectivos,
destrucción
de vivienda
y desalojo
forzado
cometidos
en los
territorios
ocupados
sarán actos
criminales.
Art.5
Dos médicos noruegos son testigos de las atrocidades
cometidas por los israelíes contra prisioneros civiles
libaneses y palestinos. Agencia A.P. 18 de Junio de 1983.

[1] Sus miembros proveni'an de los PaCset Bajos, Suecia y Suiza.


[2] Resolución 181 (II) de 29 de noviembre de 1947, conocida generalmente como la
"Resolución de Partición de Palestina".
[3] Documentos Oficiales de la Asamblea General, tercer período de sesiones,
Suplemento Nº. II (A/648), Informe del Mediador de las Naciones Unidas en
Palestina.- pág. 15.
[4]Resolución 194 (III) de 11 de diciembre de 1948.
[5] Resolución 237 (1967) de 14 de junio de 1967.
[6] Este convenio se elaboró después de la segunda guerra mundial con la intención de
proteger los derechos de las poblaciones bajo ocupación militar.
[7] Esos grupos alegan que sus actos están justificados en virtud de la afirmación por la
Asamblea General de la "Legitimidad de la lucha de los pueblos por librarse de la
dominación...extranjera y de la subyugación foránea por todos los medios posibles,
incluida la lucha armada" (resolución 3070 (XXVIII) de 30 de noviembre de 1973)
Publicado Por: http://www.nurelislam.com
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