La Ciudad de Los Tísicos.
La Ciudad de Los Tísicos.
La Ciudad de Los Tísicos.
El narrador de la historia empieza compartiendo un recuerdo que le mantiene inquieto: cierta tarde que paseaba por el centro de la ciudad de Lima observa entrar en una tienda de perfumes a una mujer rubia vestida de un ceido traje de terciopelo negro, a la que cree conocer, sin recordar de dnde. No logra acercrsela, pues la mujer se retira apresuradamente, pero averigua su direccin y le enva un regalo y su tarjeta. Enseguida, el narrador se explaya en evocaciones coloniales al visitar la quinta del Virrey Manuel Amat y Juniet y de La Perricholi, al otro lado de la ciudad. Despus, hace una especie de tour artstico por museos e iglesias del centro de Lima: hace en un elogio de las pinturas de Ignacio Merino, de los huacos y tejidos incaicos, de la escultura de la Muerte de Baltazar Gaviln y describe la tumba del conquistador Francisco Pizarro en la Catedral de Lima. Ms adelante el narrador anuncia que debe tomar el tren rumbo a la ciudad B, la ttrica ciudad de los tsicos para visitar la tumba de su amigo Abel Rosell, fallecido poco tiempo antes, vctima del terrible mal. Antes de emprender el viaje, el narrador comparte las numerosas cartas que desde la ciudad B le haba enviado Rosell. En ellas, ste le cuenta historias fantsticas cuyos protagonistas son personajes extraos, todos enfermos de tuberculosis. En especial, el misterio se cierne en torno a una mujer llamada Magdalena de Liniers, quien ingresa cada quince das en el sanatorio en busca de su esposo tsico. Su deseo de viajar nace, pues, de su necesidad de indagar en es tos personajes fascinantes. Pero antes de iniciar el viaje el protagonista debe asistir a una cita con la misteriosa mujer de la tienda de perfumes, quien tras recibir el obsequio, lo ha invitado a su casa. El narrador descubre entonces su verdadera identidad: se trataba de la misma Magdalena de Liniers, quien le aconseja no realizar el viaje a la ciudad B "para no romper el encanto de lo misterioso".
El Narrador, es quien relata la historia, que se inicia cuando conoce a una misteriosa mujer, con quien logra hacer una cita. Lee tambin las cartas que le ha enviado su amigo, ya difunto, Abel Rosell, desde la ciudad de los tsicos. Entusiasmado por la descripcin de aquel mundo y sus habitantes, decide visitarlo, pero antes se encuentra con la mujer misteriosa, de la que descubrir su identidad. El narrador es un ser sensible, fino, delicado y muy cultivado. Conocedor de arte, literatura e historia, evoca con nostalgia la Lima de los Virreyes. Abel Rosell, es el amigo del narrador que al momento de principiar la historia ya haba fallecido de tuberculosis. Antes haba vivido en Pars; de all pas a Espaa y tras iniciarse su enfermedad se traslad a Sudamrica, donde por consejo de los doctores se instal en la ciudad B, asilo de tsicos situado en el Per, desde donde le escribe a su amigo, el narrador, numerosas cartas, contndole sobre los extraos seres que habitaban dicho albergue, entre ellos, una enigmtica mujer que visitaba cada 15 das a su marido tsico. A partir de esas cartas, el narrador imagina un mundo de misterio, al que ansa conocer. La mujer misteriosa (Magdalena de Liniers), la que impacta tanto al narrador, cuando la ve por primera vez en la perfumera, haciendo el pedido de un frasco del
perfume de Flor de Lys, que normalmente demorara en ser entregado. Por coincidencia, el narrador tena en su maletn dos frascos de ese perfume y entonces ve la posibilidad de una aventura. Averigua la direccin de la dama y le enva el obsequio, adjuntndole su tarjeta. Acto seguido recibe una carta de la mujer donde le agradece el regalo y le invita a visitarla en su villa a la hora del t. El narrador, que justo esa tarde tena planeado ir a la ciudad B, asiste a la cita y se entera entonces de la identidad de la misteriosa mujer: se llamaba Magdalena de Liniers y era nada menos que la enigmtica visitante de la ciudad de los tsicos. Es una mujer esplendorosa, que cautiva a todo aquel que la observa.
Alphonsin, un tipo originalsimo y artstico, que se hace amigo de Rosell. Aficionado de la pintura y la poesa, haba vivido en Pars y Londres; en esta ltima ciudad haba contrado la enfermedad. Sensible e imaginativo, interpreta a su manera los signos que el mundo le presenta, formulando muchas veces teoras extraas acerca de estos. Armando y Margarita, la pareja de tsicos, que vivan en una esplendorosa casa a la que llaman la villa rosada. Se llamaban en realidad Anbal Besnardi y Rosa urea; sus apelativos eran en alusin a Armando Duval y Margarita Gauthier (se pronuncia goti), personajes de la novela La dama de las camelias de Alejandro Dumas hijo, pues al igual que ellos se profesaban un amor ardiente a pesar de la adversidad. Margarita era la primera que haba contrado el mal, pero Armando no la abandon y la sigui hasta el asilo, donde a la postre se contagi. Se casan en el albergue, en una ceremonia a la que asiste Rosell, y llegan a tener una nia, a quien bautizan como Elizabeth. Eva Mara, mujer apasionada, quien amanece muerta en la casa de Margarita, a la maana siguiente de la boda, tendida en un divn, con una expresin serena y los labios entreabiertos. En la vspera la haba besado un ebrio Rosell, en plena oscuridad y sin reconocerla, quien se qued dormido a sus pies. Felipe Liniers, un hombre rico y licencioso, que viva retirado en su villa y tena como amante a otra tsica, llamada Egad. Sin embargo tena una esposa, sana, que viva en la capital y le visitaba puntualmente cada 15 das, la ya mencionada Magdalena de Liniers. Egad, la ardorosa tsica, amante de Felipe Liniers, a quien no quera soltar, aun cuando se presentaba Magdalena, la autntica esposa. Claudio, amigo de Rosell, obsesionado por la esposa de Liniers. Obliga a Rosell a acompaarle a la estacin del tren, para ver a Magdalena, cuando sta llegaba procedente de la capital a visitar a su marido. Rosalinda la triste, la tsica mstica, que sola orar en la gruta de una Virgen, suplicando por un bienestar que jams llegara; triste, silenciosa, maligna, gran coqueta en silencio, de ella se enamora Rosell.
El Cnsul Cortz, de Mxico, calvo, alto y seco. Le acompaaban dos de sus hijos: Mary, una muchacha ardiente, y Eduardo, un joven gordo, acuarelista. Todos tsicos. Sor Luisa de la Purificacin, una monja de convento, que llevaba siempre una pesada cruz de plata. Una criatura buena y apacible. La apodan cariosamente palomita. Gastn el buenmozo, quien es visitado frecuentemente en su villa por muchas tsicas enamoradas e impacientes entre ellas la hija del Cnsul.