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Varias ONG piden al Gobierno que no modifique la actual Ley de Extranjería

Javier Arroyo

Varias ONG y representantes municipales y estatales de España y Marruecos han debatido durante dos días, en las jornadas tituladas Aguas de la muerte, mar de la esperanza, las posibles soluciones al problema de la inmigración ilegal, que se ha cobrado ya muchas muertes en el Estrecho. Las ONG coinciden en la inoportunidad de modificar la actual Ley de Extranjería porque "establece algunas soluciones". Todos los participantes han recordado que la emigración es un derecho recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

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Las jornadas, que comenzaron el jueves por la tarde y concluyeron ayer a mediodía, han sido organizadas por la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (Atime), la Cruz Roja y el Ayuntamiento de Málaga, y forman parte de la campaña Contra la muerte en el Estrecho, iniciada por Atime hace ya dos años. A Málaga han acudido más de una veintena de ponentes que han participado en cuatro mesas redondas. Alrededor de 200 personas han asistido como oyentes. La Secretaria General de Asuntos Sociales, Concepción Dancausa, fue la encargada de inaugurar los dos días de debate. Dancauza expresó la preocupación del Gobierno por el problema migratorio y manifestó que es necesario un mayor control de los flujos de personas, una mayor cooperación al desarrollo con los países emisores de inmigrantes y una mayor integración social para quienes ya están en el país de destino. También recordó que "España tiene una capacidad de acogida limitada". El director general de Extranjería, Manuel Pérez, tuvo que abandonar la mesa redonda en la que participaba cuando apenas había comenzado porque debía coger el avión de vuelta a Madrid.

Uno de los debates estuvo protagonizado por representantes de organizaciones no gubernamentales españolas y Marroquíes. Todos estuvieron de acuerdo en que el derecho a emigrar y a aspirar a una vida mejor es algo innegable y que no se puede prohibir, aunque sí regular. Un miembro de la Asociación de la Juventud de Marruecos recordó que la necesidad de mano de obra barata en los países europeos origina un mercado negro que sufren quienes llegan a esos países sin excesiva cualificación profesional. Luego puso de manifiesto la dificultad que tienen las ONGs en Marruecos para ayudar a quienes intentan emigrar.

José Luis Rodríguez, de Andalucía Acoge, dijo que debía ser una aspiración prioritaria conseguir "garantías para el derecho a no emigrar", de modo que abandonar la propia patria sea "una decisión libre no movida por otras necesidades". Rodríguez criticó la actitud del Gobierno español que escudriña con lupa todo lo que tiene que ver con la inmigración y citó el ejemplo de los matrimonios entre ciudadanos de ambos países, que el Gobierno "presume fraudulentos" por defecto.

El aumento de inmigrantes en las costas españolas es reflejo de la situación que viven algunas localidades marroquíes. Abdellatif Chahboún, representante de la Organización Marroquí de Derechos Humanos en Tánger, manifestó que la ciudad vive una situación "alarmante", con muchas personas a la espera de encontrar el momento de cruzar el Estrecho. Chahboún dice que ha conocido a jóvenes que han intentado el salto hasta en once ocasiones.

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La Junta de Andalucía también estuvo presente en las jornadas. Pedro Moya, director general de Coordinación de política Migratoria, dejó ver el desacuerdo radical entre la administración autonómica y la central. Moya acusó al Gobierno de provocar una sensación de alarma con el número de inmigrantes para justificar un cambio en la Ley de Extranjería. También opinó que cualquier cambio sería inútil: "Los que quieren emigrar no leen el BOE y, además, por mucho que se les recorten aquí sus derechos, en su país de origen estarán mucho peor". Moya dijo que la Junta apoyará cualquier endurecimiento de las penas contra las mafias que trafican con seres humanos, pero pidió al Gobierno "que no se obsesione con las víctimas".

Por parte de las autoridades marroquíes, acudieron a Málaga el embajador de Marruecos en España, Abdesalam Baraka, y el ministro marroquí de Educación, Abdeellah Saaf. El embajador insistió en que el problema superaba a Marruecos para convertirse en un asunto "contintental", ya que su país sólo es la última escala antes de cruzar el Estrecho para muchos inmigrantes subsaharianos. El ministro de Educación fue el encargado de clausurar las dos jornadas de debates.

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