Las siestas diurnas son cruciales para el desarrollo infantil, ya que ayudan a los niños a procesar la información aprendida, mejorar su memoria y mantener un buen estado de ánimo. También proporcionan descanso físico y mental, el cual es necesario para lograr un crecimiento saludable.
Las siestas diurnas son cruciales para el desarrollo infantil, ya que ayudan a los niños a procesar la información aprendida, mejorar su memoria y mantener un buen estado de ánimo. También proporcionan descanso físico y mental, el cual es necesario para lograr un crecimiento saludable.
Milenka Duarte

En el vertiginoso mundo moderno, donde las exigencias y las actividades cotidianas parecen multiplicarse sin cesar, muchas veces, es más fácil subestimar la importancia del , en especial, en los , pues se suele pensar que, únicamente es un momento de reposo, cuando en realidad es un pilar fundamental para garantizar un En definitiva, desde los primeros días de vida, los infantes pasan gran parte de su tiempo durmiendo, lo cual no es una casualidad, sino más bien una , ya que contribuye significativamente al

Sin duda, dentro del , una de las herramientas más poderosas en la rutina diaria de un niño, son las siestas, las cuales desempeñan un rol crítico en el a pesar de que, a menudo suelan ser vistas como un simple descanso a mitad del día. En efecto, más allá de proporcionar un alivio temporal del cansancio, son momentos estratégicos que pueden revitalizar áreas como el y el organismo en general, además de que ayudan a promover una estructura del sueño saludable que puede perdurar a lo largo de la vida.

¿Cuáles son los beneficios de las siestas en los niños?

Las siestas diurnas son una parte integral del desarrollo saludable de los niños, motivo por el cual, los padres y cuidadores deben asegurarse que los menores tengan la oportunidad de descansar adecuadamente durante el día, destacó el doctor Víctor Garay, pediatra de la Clínica Internacional a.

Por ello, para poder comprender y valorar su importancia, es esencial tener en cuenta los siguientes beneficios:

  • Promueve un crecimiento saludable: Durante el sueño, el cuerpo del niño liberaque promueven el crecimiento y la reparación de los tejidos y los músculos, por lo que las siestas son indispensables para el desarrollo físico de los menores.
  • Recuperación de energía: Las siestas permiten que los niños recuperen energía, lo cual es vital para sus actividades diarias. Sin lugar a duda, un descanso adecuado ayuda a mantener sus niveles de energía y, así evitar la .
Entender los patrones de sueño y las necesidades individuales de cada niño es fundamental para aprovechar al máximo los beneficios de las siestas. No todos los niños necesitan dormir durante el mismo tiempo, y las necesidades de sueño pueden cambiar rápidamente a medida que crecen.
Entender los patrones de sueño y las necesidades individuales de cada niño es fundamental para aprovechar al máximo los beneficios de las siestas. No todos los niños necesitan dormir durante el mismo tiempo, y las necesidades de sueño pueden cambiar rápidamente a medida que crecen.
  • Mejora el rendimiento cognitivo: Las siestas ayudan a que los pequeños puedan procesar la información y consolidar la , lo que favorece significativamente a su proceso de. Igualmente, estas pueden potenciar ciertas habilidades cognitivas, como la , la resolución de problemas y la .
  • Regula el estado de ánimo: Las siestas ayudan a de los niños, reduciendo así el , la y la irritabilidad, lo que les permite mantener un equilibrio emocional adecuado.

¿Cuánto tiempo de siesta debe tener un niño según su edad?

De acuerdo con el especialista, la duración recomendada de la siesta en los niños varía según la edad, razón por la cual, se puede considerar la siguiente pauta:

EDADSUEÑO DIURNOSUEÑO NOCTURNOHORAS TOTAL DE SUEÑOCANTIDAD DE SIESTAS
12-18 meses2-3 horas11-12 horas13-14 horas2- 1 siesta
18-24 meses2 horas11-12 horas13-14 horas1 siesta
2-3 años1-2 horas11-12 horas12-14 horas1 siesta
3 -5 años0-1 hora11-13 horas11-13 horas1-0 siesta

“Definitivamente, las siestas adecuadas favorecen y no interfieren con la , pues un niño bien descansado durante el día suele . Sin embargo, las siestas demasiado largas o muy tarde en el día pueden dificultar la conciliación del sueño nocturno. Por lo tanto, es sustancial que este período no exceda el tiempo recomendado y, si bien el para las siestas depende de la edad del pequeño, por lo general, los mejores momentos para llevarlas a cabo son a media mañana y después del almuerzo. Asimismo, pasada las 6 p.m., se sugiere realizar actividades relajantes, como la , con el objetivo de ayudarlos a dormir mejor y que logren un sueño reparador”, explicó Eduardo Napoleón Mestanza Espinoza, pediatra de la Clínica Auna.

¿Qué factores pueden influir en la necesidad de las siestas en los niños?

La necesidad de las siestas en los niños puede verse influenciada por una variedad de factores que incluyen aspectos fisiológicos, psicológicos y ambientales, tales como la la estimulación y , la calidad del sueño nocturno, los , la salud y el nivel de estrés, ansiedad y una serie de cambios emocionales que pueden afectar el ciclo de sueño del infante, señaló el doctor Garay.

No hay una edad exacta en la que todos los niños deban dejar de dormir la siesta, ya que cada niño es diferente. Sin embargo, algunos dejan naturalmente de necesitar siestas diurnas alrededor de los 3-5 años. Además, es importante tener en cuenta que forzar la eliminación de la siesta antes de que el niño esté listo puede resultar en irritabilidad, dificultades para concentrarse y problemas de comportamiento.
No hay una edad exacta en la que todos los niños deban dejar de dormir la siesta, ya que cada niño es diferente. Sin embargo, algunos dejan naturalmente de necesitar siestas diurnas alrededor de los 3-5 años. Además, es importante tener en cuenta que forzar la eliminación de la siesta antes de que el niño esté listo puede resultar en irritabilidad, dificultades para concentrarse y problemas de comportamiento.

“Lo principal es tener en cuenta que, cada niño es diferente, pues algunos pueden necesitar más descanso durante el día que otros; no obstante, lo más importante es que tengan una buena calidad del sueño, es decir, que duerman sus horas completas en la noche y que la siesta no interfiera con el descanso nocturno”.

¿A qué edad los niños deben dejar de dormir la siesta?

Generalmente, como mencionó Mestanza Espinoza, los niños empiezan a necesitar menos siestas entre los 18 meses y los 3 años, pues a esa edad, ellos mismos buscan jugar y hacer actividades durante la tarde. Por su parte, el pediatra de la Clínica Internacional refirió que, en realidad no hay una edad definitiva en la que los infantes deban dejar las siestas, dado que esto puede variar de un niño a otro. Por ejemplo, algunos pueden necesitar siestas hasta los 5 o 6 años, mientras que otros pueden dejarlas antes.

“Los pueden identificar si su hijo ya no necesita una siesta diaria si muestra menos señales de somnolencia diurna, tiene energía constante, está alerta y mantiene un buen estado de ánimo a lo largo del día. Además, si presenta dificultades para conciliar el sueño nocturno después de una siesta, también se debería considerar como un indicio de que está listo para dejar progresivamente la siesta. No obstante, si se encuentra irritable, con dificultades para concentrarse y con un cansancio excesivo, es muy probable que aún requiera de estos momentos diurnos para dormir”, indicó Mestanza.

¿Cómo debe ser el proceso de transición de dejar la siesta?

Básicamente, la transición de dejar las siestas suele ser gradual, dado que los niños pueden empezar a reducir la duración de sus siestas o simplemente saltarse algunas antes de abandonarlas por completo. En realidad, este es un proceso que puede llevar varias semanas o incluso meses.

Por consiguiente, como aseguró Víctor Garay, para facilitar una transición agradable para el menor y lograr una buena calidad de sueño, es fundamental que los padres consideren las siguientes recomendaciones:

  • Establecer un horario regular de sueño tanto para dormir como para despertarse.
  • Realizar una actividad relajante dos o tres horas antes de dormir, tales como leerles un cuento, cantarles una canción, entre otras.
  • Apagar los (televisores, tablet y celulares) horas antes de acostarlo. Cuando los niños están expuestos a las pantallas, se generan bioquímicos en el organismo y luego no logran conciliar el sueño o se despiertan de noche.
  • Mantener una luz cálida, la cual ayuda a establecer un ambiente tranquilo para ellos.
  • Observar en todo momento las señales de cansancio o fatiga, así como las necesidades en general del menor.
  • Los padres y cuidadores deben ser muy pacientes y flexibles durante la transición.
La transición para dejar las siestas debe ser gradual y adaptada a las necesidades del niño. Los padres y cuidadores pueden ayudar a facilitar esta transición ajustando progresivamente la hora de dormir por la noche y asegurándose de que el infante tenga una rutina de sueño saludable y constante.
La transición para dejar las siestas debe ser gradual y adaptada a las necesidades del niño. Los padres y cuidadores pueden ayudar a facilitar esta transición ajustando progresivamente la hora de dormir por la noche y asegurándose de que el infante tenga una rutina de sueño saludable y constante.

¿Cuáles son los problemas más comunes que se pueden presentar en el proceso de transición?

Ciertamente, es muy importante que los padres tengan mucha con sus hijos y comprendan que están en una transición, puesto que se pueden observar algunos problemas bastante comunes entre los niños que están en dicha etapa incluyendo: irritabilidad, dificultades para concentrarse y cambios en el comportamiento debido a la falta de sueño. También puede haber un aumento en las dificultades para conciliar el sueño nocturno, afirmó el experto de la Clínica Auna.

“Si un niño muestra signos de cansancio durante el día, es probable que no esté durmiendo sus horas completas en las noches. Además, es indispensable fomentar la actividad física y mantener una alimentación balanceada. El cansancio excesivo también puede tener otras causas como la anemia, por ello, es importante llevarlo a sus controles periódicos con el médico pediatra”, expresó Garay.

¿Cuáles son los riesgos de eliminar las siestas antes de tiempo?

Eliminar las siestas demasiado pronto puede llevar a que el niño esté demasiado cansado lo que, a su vez puede repercutir significativamente en su comportamiento, su y su salud general. Por supuesto, un infante con falta de sueño puede tener mayor dificultad para regular sus emociones, así como también puede presentar problemas de concentración. Por esta razón, es primordial respetar las necesidades individuales de cada menor con respecto al descanso y el sueño.

“En caso un niño que aún requiere de las siestas, pero presenta cierta resistencia, es fundamental que los padres establezcan una rutina de siestas regulares, crean un entorno tranquilo para dormir y eviten la sobreestimulación, la cual puede interferir con este período de descanso. En cambio, si un niño deja de tomar las siestas antes del tiempo recomendado, los padres deben preocuparse, siempre y cuando, esto afecte su bienestar, su comportamiento, suo su calidad de sueño nocturno. Si esto sucede, sí sería necesario consultar con un médico para evaluar la situación y determinar la mejor estrategia a seguir”, recalcó el pediatra.

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