El gobierno Lula (PT) llega a un año y medio de mandato con un discurso consolidado en defensa de la explotación del petróleo. Uno de los principales argumentos es que los recursos generados son imprescindibles para financiar la transición energética. A pesar de eso, miembros de tres ministerios reconocen que no hay un plan formal para usar el dinero en la descarbonización.
La defensa del petróleo como financiador de la transición energética apareció en las últimas entrevistas de Lula, quien asumió el discurso de miembros del gobierno, como Alexandre Silveira, ministro de Minas y Energía. El Ministerio cita el Fondo Social del Pre-sal, creado para reunir recursos del petróleo y destinarlos, entre otros fines, a la mitigación de los cambios climáticos.
Sin embargo, el TCU (Tribunal de Cuentas de la Unión) muestra que, tras 14 años, los R$ 146 mil millones recaudados no se han aplicado con ese objetivo y se han usado incluso en la reducción de la deuda pública. Ambientalistas son escépticos sobre el discurso oficial y ven contradicción entre la postura interna del gobierno y las promesas en el debate internacional.