La presión para demostrar que el Gobierno de Brasil está llevando a cabo nuevos proyectos para generar crecimiento, junto a las restricciones fiscales del Ejecutivo, podría revivir alternativas financieras creativas para inflar el BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) de la misma manera que se hizo en el pasado.
Esta es la percepción de los economistas que siguen la institución y la trayectoria de la política pública. Y el plan de la NIB (Nova Indústria Brasil) refuerza esta interpretación.
El BNDES gestionará 250 mil millones de reales en proyectos centrados en productividad, innovación, digitalización y descarbonización de la industria nacional. Gran parte de los recursos proviene de fondos, y ya se prevén subsidios y transferencias no reembolsables (sin expectativas de retorno) en parte de las liberaciones.
Nelson Barbosa, director de Planeación y Estructuración de Proyectos del banco, economista que estuvo en los gobiernos anteriores de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, ambos del PT, afirma que no hay "retorno al pasado".