"¡Les filles!", grita Règina para llamar a "las chicas" del grupo envueltas en telas naranjas y rosas que cruzan la avenida balanceándose sobre zancos. El funk que suena en la caja de resonancia está en portugués, pero las instrucciones se dan en francés.
Aunque apenas hablen el idioma, tendrán en este Carnaval una experiencia que pocos brasileños han probado. Verán desde arriba el pasacalles más largo de Río de Janeiro, el Boitolo, cruzando la ciudad.
Las extranjeras crearon un grupo de zancudas, ya una tradición en los desfiles cariocas. El conjunto fue dirigido por la belga Règina Phalange, de 30 años, quien se enamoró del objeto circense cuando llegó al país.
Hace un año, vino a un evento de inmersión en la cultura brasileña, encontró la pata de palo y no volvió. En el carnaval de calle no oficial de 2022, notó el interés de algunas mujeres francesas por los zancos.
"Empecé dando una o dos clases, luego fue bouche à oreille, el boca a boca", dice. Los entrenamientos tienen lugar todos los miércoles en la Praça Paris, en la región central de Río.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA