El hospital CUF Descobertas, en Lisboa, recibió hace una semana una insólita petición. Acompañante y responsable de la escritora Nélida Piñón, internada allí desde el primer día de diciembre, Karla Vasconcelos insistió tanto que lo logró: la clínica hizo una excepción y autorizó a las perritas Suzy y Pilara a visitarla en su habitación. El reencuentro tuvo lugar el sábado pasado (17), por la mañana. Nélida, de 85 años, murió horas después, a última hora de la tarde.
"Las niñas", así se refiere la fiel asistente y amiga de la escritora a la pinscher Suzy, de 13 años, y a la chihuahua Pilara, de 3. La pareja que fue a despedir al escritor en su lecho de muerte es tratada como personas por la familia Piñón. -y no se trata de fuerza de expresión. Lejos de ahi.
Antes de morir, víctima de complicaciones por una operación de vesícula, Nélida dejó claro en su testamento que los dos son dueños de los cuatro departamentos que tiene en el mismo edificio, un edificio de lujo al borde de la Lagoa Rodrigo de Freitas, en la zona sur de Río. "Yo manejo todo pero ellos son los verdaderos herederos", dice Karla. "Tanto que dice que los departamentos no se pueden vender mientras vivan las niñas. Son de su propiedad".
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA