Los banderines de colores están por todas partes: en la plaza, en el local de fiestas, en zapaterías, en la concesionaria, en un bufete de abogados y hasta en un taller mecánico.
Forró es la banda sonora omnipresente que abarca desde clásicos de Luiz Gonzaga hasta versiones remezcladas de "Capitão de Areia", una canción de 1964 resucitada por gamers rusos, un éxito entre los tiktokers brasileños.
Los pedazos de leña ya están apilados en las puertas de las casas, esperando la chispa que servirá para encender el fuego y sumergir a Bahía en las festividades de San Juan.
Después de dos años sin fiestas por culpa de la pandemia del Covid, los conciertos han resurgido en las ciudades.
Las fiestas para celebrar el santo (y también Santo Antônio y San Pedro), en la capital Salvador y en el interior, deben mover alrededor de R$ 1 mil millones (US$ 203 millones).
"Este año la gente volvió con todo. Están todos a la caza de las fiestas", resume Durval Cerqueira Gomes, mientras cargaba su camión con galones de licor artesanal que llevaría de Cachoeira a Santo Amaro a ciudades de la región de Recôncavo, en Bahía. .
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA