La devastación causada por el fuego en el Pantanal ha alcanzado un nuevo nivel alarmante. Desde enero hasta el martes (11), 372 mil hectáreas han sido afectadas por incendios, un área que supera a la de dos ciudades de São Paulo.
La extensión es un 54% mayor que la afectada por las llamas en el mismo período en 2020 —considerado el peor año de quemadas en el bioma—, cuando 241,7 mil hectáreas se quemaron hasta esa fecha.
Los datos son del Laboratorio de Aplicación de Satélites Ambientales, del departamento de meteorología de la UFRJ (Universidad Federal de Río de Janeiro).
Hasta el viernes (14), el bioma ya tuvo, en 2024, 2.019 focos de incendio, según la plataforma BD Queimadas, del Inpe (Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales). En comparación, en 2023, durante el mismo período, hubo 133 focos.
En relación con 2020, aunque el área de devastación actual es mayor, hubo más focos en el mismo período, 2.206.
Para los especialistas, la situación es el resultado de la severa sequía en el bioma, que se ha prolongado en los últimos años y ha sido potenciada por el fenómeno climático El Niño, y de la falta de articulación para acciones preventivas contra el fuego.