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cl�vis rossi

 

06/12/2010 - 09h08

Os pap�is do site WikiLeaks

Apesar de estar de folga, n�o poderia deixar de compartilhar com algum eventual leitor a an�lise de Mois�s Na�m sobre os pap�is do site WikiLeaks. Saiu domingo em "El Pa�s". Reproduzi em espanhol mesmo porque o leitor � suficientemente apto para entender no original.

O autor � um acad�mico venezuelano radicado h� anos nos Estados Unidos. Dirigiu a trimestral "Foreign Policy" at� recentemente, � doutor em Economia pelo mitol�gico Instituto de Tecnologia de Massachusetts e meu companheiro no International Media Council criado pelo F�rum Econ�mico Mundial.

O texto me pareceu de extrema sensatez, o que n�o quer dizer que concorde com ele de A a Z. Discordo por exemplo do item 5. Acho que transpar�ncia, no fim do dia, sempre acaba favorecendo a democracia.

Mas voc� julgar� melhor que eu. Segue o texto:

Despues de los ataques terroristas del 11-S, el lugar com�n repetido hasta la saciedad fue que el mundo hab�a cambiado para siempre. No fue as�. Cambiaron algunas cosas, pero para la inmensa mayor�a la vida sigui� igual. Lo mismo est� pasando con Wikileaks. Las filtraciones sin duda tendr�n consecuencias; algunas importantes. Pero en general ser�n menores de lo que ahora se anticipa. En torno a WikiLeaks se ha venido conformando un consenso que tiene varios aspectos que merecen discusi�n y refutaci�n. Por ejemplo:

1. WikiLeaks ha debilitado a Estados Unidos. Para un pa�s que gasta 50.000 millones de d�lares al a�o en inteligencia es una verg�enza que le hayan robado todos estos secretos. Y es obvio que muchos de sus aliados est�n furiosos con los estadounidenses. Pero los cables difundidos hasta ahora muestran que Estados Unidos tiene el Gobierno con mayor coherencia entre lo que dice en p�blico y lo que hace en privado. A�n no se nos ha revelado una hipocres�a estadounidense comparable con las flagrantes mentiras de algunos de los jefes de Estado que aparecen en los cables. Por ahora parece claro que las filtraciones de Wikileaks han da�ado m�s a otros pa�ses que a Estados Unidos.

2. La diplomacia estadounidense sale muy mal parada. No. M�s bien todo lo contrario. Sorprendentemente, hasta ahora nadie ha encontrado errores garrafales en las informaciones o en los pron�sticos contenidos en los cables. Hay chismes y aseveraciones temerarias. Tambi�n se destapan actos bochornosos como las preguntas sobre el estado mental de Cristina Kirchner o el espionaje a Ban Ki-moon, el jefe de la ONU. Pero estos no son errores. En el mundo de la diplomacia, el error hubiese sido no haberlo hecho. "�Para eso les pagamos!", exclama Leslie Gelb, el presidente em�rito del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, un think tank privado. Seg�n Gelb, los cables muestran al Gobierno estadounidense tratando de resolver seria y profesionalmente los problemas m�s acuciantes del mundo sin realmente tener el poder para imponerles a otros las soluciones. "Lo que veo en los cables", escribe Gelb, "es a diplom�ticos sonsacando informaci�n sensible de l�deres extranjeros, buscando caminos para la acci�n com�n y luchando por aplicar la dosis adecuada de presi�n a otros pa�ses. �Y ese es su trabajo!". Y a�ade: "El villano que claramente emerge de los cables no es Washington; son los l�deres de otros pa�ses, que eluden tomar decisiones dif�ciles y se refugian en la hipocres�a, la cobard�a y las mentiras que les dicen a sus pueblos".

3. WikiLeaks ha sido manipulado por servicios de inteligencia. Seg�n esta perspectiva, es l�gico suponer que la CIA est� detr�s de esto. O el Mosad. O ambos. Puesto que los cables revelan que los pa�ses �rabes mantienen en privado un rechazo a un Ir�n nuclear tanto o m�s furibundo que el sostenido p�blicamente por Israel y Estados Unidos, entonces, dicen algunos, es natural suponer que sus esp�as hayan adulterado los cables. Lo mismo ha insinuado Vlad�mir Putin con respecto a las revelaciones sobre Rusia: "Alguien est� enga�ando a Wikileaks por motivos pol�ticos", ha dicho. En el mundo del espionaje todo es posible. Pero lo que ya sabemos sobre los objetivos y la manera de operar de Wikileaks y su jefe, Julian Assange, no permite darle mucho cr�dito a esta visi�n de una conspiraci�n encajada dentro de una - o varias - m�s.

4. Ning�n alto funcionario compartir� informaci�n con los estadounidenses. As� es. Pero esto no durar� mucho. Ning�n pa�s se puede dar el lujo de mantener truncadas sus v�as de comunicaci�n con Estados Unidos. Habr� intereses, emergencias y necesidades que obligar�n a restablecer intercambios diplom�ticos m�s fluidos. Y Washington ya est� trabajando activamente en crear nuevas tecnolog�as, canales de comunicaci�n y procedimientos que le permitan ofrecer garant�as cre�bles y recuperar la confianza que le han perdido sus interlocutores for�neos.

5. La absoluta transparencia gubernamental es lo mejor para la sociedad. No. El problema es que las democracias son m�s vulnerables a la presi�n en este sentido que las dictaduras. Esta asimetr�a lleva a que, en la arena internacional, las democracias se ven obligadas a competir en desventaja con las tiran�as, los terroristas y redes criminales que son sociedades secretas. Otro efecto indeseado de filtraciones como las de WikiLeaks es que la lucha por un mundo transparente, donde forzamos a los Gobiernos a revelarlo todo, puede conducir a que, sin quererlo, le hagamos m�s f�cil la vida a los tiranos.

clóvis rossi

Cl�vis Rossi � rep�rter especial e membro do Conselho Editorial da Folha, ganhador dos pr�mios Maria Moors Cabot (EUA) e da Fundaci�n por un Nuevo Periodismo Iberoamericano. � autor de obras como 'Enviado Especial: 25 Anos ao Redor do Mundo' e 'O Que � Jornalismo'. Escreve �s ter�as, quintas, sextas e domingos.

 

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