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Resumen locales

Derecho Financiero y Tributario II (Universitat de València)

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Descargado por Marta Vilchez Tomas ([email protected])
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1. ASPECTOS GENERALES. INTRODUCCIÓN: EL PODER FINANCIERO DE LAS


CORPORACIONES LOCALES.

La CE reconoce en sus artículos 137, 140 y 141 la autonomía de las Corporaciones Locales para la
gestión de sus propios intereses. Es lo que se conoce como principio de autonomía local de las
distintas Entidades Locales: Provincias, Municipios, agrupaciones de municipios distintas de las
Provincias e Islas.

El reconocimiento de esta autonomía a las Corporaciones Locales exige necesariamente que éstas
dispongan de medios suficientes para poder cumplir con sus funciones, esto es, de autonomía
financiera. O, lo que es lo mismo, la autonomía local exige atribuir a los entes locales poder
financiero, esto es, dotarlos de poder para ordenar jurídicamente: a) la obtención de ingresos; y, b) el
gasto de estos ingresos para ejercer sus competencias y satisfacer las necesidades públicas. Así lo
reconoce el artículo 142 de la CE cuando establece que las Haciendas Locales deberán disponer de los
medios suficientes para el desempeño de las funciones que la Ley atribuye a las Corporaciones
Locales.

Así, las Corporaciones Locales ostentan poder financiero, esto es, poder de decisión en materia de
ingresos y gastos públicos:

- En materia de gasto público, las Corporaciones Locales tienen libertad para decidir sobre los
gastos públicos que se generen en el ejercicio de sus competencias. De este modo, tienen autonomía
presupuestaria, esto es, la facultad de elaborar y aprobar sus presupuestos.

- En materia de ingresos públicos, es fundamental el artículo 133.2 de la CE, según el cual “las
Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales podrán establecer y exigir tributos, de acuerdo
con la Constitución y las leyes”. Por tanto, este artículo supone el expreso reconocimiento
constitucional del poder tributario de las Corporaciones Locales, esto es, de la facultad de establecer
tributos para financiar sus actividades públicas.

● Las Comunidades Autónomas pueden establecer un tributo en el sentido de crearlo ex novo


señalando sus elementos esenciales.

● Las Corporaciones Locales no tienen este poder: tan solo pueden establecer tributos o decidir
sobre la regulación de sus elementos esenciales si disponen de una habilitación explícita de una ley
(estatal o autonómica), que al mismo tiempo debe predeterminar las características fundamentales de
esos tributos.

En definitiva, las Corporaciones locales únicamente pueden establecer tributos en el sentido de


acordar, por decisión del Pleno de la Corporación, la puesta en su territorio de los impuestos ya
creados y configurados por ley estatal o autonómica y, en su caso, completar la regulación de alguno
de sus elementos esenciales –básicamente, los tipos de gravamen- cuando la ley así lo contemple.

El Tribunal Constitucional ha creado una doctrina en torno a la interpretación de los preceptos que
la CE dedica a la autonomía financiera de la Haciendas Locales. De las numerosas sentencias emitidas
al respecto, destacamos las siguientes:

- No se puede privar a estos entes de cualquier intervención en la ordenación de los tributos.


Por ello, se admite la aplicación de distintos tipos impositivos en los municipios en función de sus
respectivas peculiaridades (STC 19/1987). Sin embargo, precisamente respecto de la aprobación de un

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determinado tipo de gravamen por el municipio, no se respetaría el contenido de la CE si la Ley


reguladora de los tributos locales contuviese una remisión en blanco a la potestad de cada Municipio
para que lo fije (STC 179/1985).

2. EL RÉGIMEN JURÍDICO GENERAL DE LAS HACIENDAS LOCALES.

1.1. Fuentes normativas

Tras la promulgación de la CE, la primera regulación de las Haciendas Locales se realizó en


ejecución de la previsión de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local,
estando representada por el Título VIII del RD Legislativo 781/1986, de 18 de abril, por el que se
aprobaba el Texto Refundido de Régimen Local (TRRL).

Actualmente, las Haciendas Locales aparecen fundamentalmente reguladas por:

- El artículo 142 de la CE.

- La Ley de Bases del Régimen Local (Ley 7/85).

- El Real Decreto legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el texto refundido de
la Ley Reguladora de las Haciendas Locales (RDL 2/2004).

El artículo 142 de la CE establece que “las Haciendas Locales deberán disponer de los medios
suficientes para el desempeño de las funciones que las Ley atribuye a las Corporaciones respectivas y
se nutrirán fundamentalmente de tributos propios y de participación en los del Estado y de las
Comunidades Autónomas”. La Constitución configura, por tanto, un sistema de financiación de las
Corporaciones Locales basado en los tributos propios y participaciones, aún cuando éstos no son los
únicos ingresos de las Corporaciones Locales.

En efecto, el artículo 2.1 RDL 2/2004, recoge una enumeración de los recursos de las Haciendas
Locales, mencionando concretamente:
- Los ingresos patrimoniales y resto de Derecho Privado.

- Los tributos propios (calificados en Tasas, contribuciones especiales e impuestos –art. 2, LGT
2003) y los recargos exigibles sobre los impuestos de las Comunidades Autónomas o de otras
entidades Locales.

- Las participaciones en los tributos del Estado y de las Comunidades Autónomas.

- Las subvenciones.

- Los precios públicos.

- El producto de las operaciones de crédito.

- El producto de las multas y sanciones en el ámbito de sus competencias.

- El resto de las prestaciones de Derecho público.

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Pues bien, de estos recursos de las Haciendas locales, tan solo analizaremos los impuestos
municipales propios, dejando de lado:

- Los tributos de las Provincias, Entidades supra e inframunicipales e Islas

- El resto de los ingresos de Derecho público y de Derecho privado de los Municipios, así como
las tasas y contribuciones especiales de éstos.

3. IMPUESTO SOBRE BIENES INMUEBLES (IBI).

Se regula en los artículos 60 a 77 RDL 2/2004 y en el RDL 1/2004, de 5 de marzo, por el que se
aprueba el texto refundido de la Ley del Catastro Inmobiliario.

El Impuesto sobre Bienes Inmuebles es un impuesto directo, de carácter real, que grava el valor de
la titularidad dominical o de otros derechos reales sobre los bienes inmuebles, radicados en el
territorio de un determinado Municipio –elemento que actúa como punto de conexión–, cuya exacción
es obligatoria. Es directo porque grava la titularidad de determinados derechos reales sobre inmuebles.

Es real porque se grava la titularidad de los inmuebles con independencia del sujeto, que no
interviene más que como obligado al pago del tributo. Además, unido a su carácter real, aunque no es
consecuencia necesaria, el impuesto tiene carácter objetivo, en la medida en que no se consideran
circunstancias de los sujetos pasivos para cuantificar la carga tributaria, sino simplemente el valor de
su objeto.

Es un impuesto objetivo, no teniendo en cuenta las circunstancias personales del sujeto pasivo para
la cuantificación de la deuda tributaria (con alguna excepción, bonificación potestativa por familia
numerosa).

Es un impuesto periódico:

- El periodo impositivo coincide con el año natural.

- Se devenga el 1 de enero de cada año.

Se liquida a través de recibo.

Al ser un tributo de exacción obligatoria para los Municipios, toda su regulación está incluida en el
TRLey –arts. 60 a 77–, sin necesidad de desarrollo reglamentario. Sólo en el caso de que los
Ayuntamientos decidan hacer uso de las facultades conferidas en materia de fijación de los elementos
necesarios para la determinación de las cuotas tributarias deberán aprobar las oportunas Ordenanzas
fiscales –art. 15.2 TRLey–.

La Ley establece bonificaciones potestativas, otorgando al Ayuntamiento la decisión última sobre


su establecimiento. Los tipos de gravamen se fijan por el legislador –art. 72 TRLey–, otorgando a los
Ayuntamientos tanto la facultad de incrementarlos hasta un límite, o de fijar el recargo, de hasta el 50
por 100 de la cuota líquida, a los inmuebles urbanos de uso residencial desocupados con carácter
permanente por aspectos, que se regularán por la Ordenanza fiscal.

1. HECHO IMPONIBLE

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Según el TRLey –art. 61–, constituye el hecho imponible del Impuesto la titularidad dominical o
de los derechos reales de superficie o usufructo, sobre bienes inmuebles rústicos o urbanos y sobre los
bienes de características especiales:

- La titularidad de una concesión administrativa sobre los propios inmuebles o sobre los
servicios públicos a los cuales se hallen afectos.

- La titularidad de un derecho real de superficie

- La titularidad de un derecho real de usufructo.

- La titularidad del derecho de propiedad.

La realización de un hecho imponible (por orden) determina la no sujeción a las restantes


modalidades de hechos imponibles gravados por el impuesto (por ejemplo, si hay constituido un
usufructo sobre un bien inmueble, el derecho de propiedad sobre el mismo será un hecho imponible
no sujeto: El IBI lo deberá pagar el usufructuario, no el nudo propietario).

Supuestos de no sujeción:

- Carreteras, caminos, las demás vías terrestres y los bienes de dominio público marítimo-
terrestre e hidráulico, siempre que sean de aprovechamiento público y gratuito.

- Bienes inmuebles de dominio público afecto al uso público o a un servicio público.

El legislador remite a las normas reguladoras del Catastro Inmobiliario para clasificar los
inmuebles en rústicos, urbanos o de características especiales.

Se conceptúa como bienes inmuebles, a efectos exclusivamente catastrales, la parcela o porción de


suelo de una misma naturaleza, enclavada en un término municipal y cerrada por una línea poligonal
que delimita, a tales efectos, el ámbito espacial del derecho de propiedad de un propietario o de varios
pro indiviso y, en su caso, las construcciones emplazadas en dicho ámbito, cualquiera que sea su
dueño, y con independencia de otros derechos que recaigan sobre el inmueble.

En particular, otorga la calificación de bienes inmuebles a los siguientes:

a) Los diferentes elementos privativos de los edificios que sean susceptibles de aprovechamiento
independiente, sometidos al régimen especial de propiedad horizontal, así como el conjunto
constituido por diferentes elementos privativos mutuamente vinculados y adquiridos en unidad de
acto y, en las condiciones que reglamentariamente se determinen, los trasteros y las plazas de
estacionamiento en pro indiviso adscritos al uso y disfrute exclusivo y permanente de un titular. La
atribución de los elementos comunes a los respectivos inmuebles, a los solos efectos de su valoración
catastral, se realizará en la forma que se determine reglamentariamente.

b) El ámbito espacial de una concesión administrativa sobre los bienes inmuebles o sobre los
servicios públicos a los que se hallen afectos.

c) Los calificados como bienes inmuebles de características especiales.

Este mismo precepto clasifica los bienes inmuebles, a efectos catastrales, en tres grupos: urbanos,
rústicos y con características especiales.

El carácter urbano o rústico del inmueble dependerá de la naturaleza de suelo.

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Se entiende por suelo de naturaleza urbana –art. 7.1 TRLCA– el clasificado por el planeamiento
urbanístico como urbano, el que tenga la consideración de urbanizable y el que reúna las
características contenidas en la Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre Régimen del Suelo y Valoraciones.
Tendrán la misma consideración aquellos suelos en los que puedan ejercerse facultades urbanísticas
equivalentes a los anteriores según la legislación autonómica. Se exceptúa de la consideración de
suelo de naturaleza urbana el que integre los bienes inmuebles de características especiales.

A efectos catastrales, tendrán la consideración de construcciones –art. 7.4 TRLCA–:

a) Los edificios, sean cualesquiera los materiales de que estén construidos y el uso a que se
destinen, siempre que se encuentren unidos permanentemente al suelo y con independencia de que se
alcen sobre su superficie o se hallen enclavados en el subsuelo y de que puedan ser transportados o
desmontados.

b) Las instalaciones industriales, comerciales, deportivas, de recreo, agrícolas, ganaderas,


forestales y piscícolas de agua dulce, considerándose como tales, entre otras, los diques, tanques,
cargaderos, muelles, pantalanes e invernaderos, y excluyéndose en todo caso la maquinaria y el
utillaje.

c) Las obras de urbanización y de mejora, tales como las explanaciones, y las que se realicen para
el uso de los espacios descubiertos, como son los recintos destinados a mercados, los depósitos al aire
libre, los campos para la práctica del deporte, los estacionamientos y los espacios anejos o accesorios
a los edificios e instalaciones.

No tendrán la consideración de construcciones aquellas obras de urbanización o mejora que


reglamentariamente se determinen, sin perjuicio de que su valor deba incorporarse al del bien
inmueble como parte inherente al valor del suelo, ni los tinglados o cobertizos de pequeña entidad.

Se entenderá por suelo de naturaleza rústica –art. 7.3 TRLCA– aquel que no sea de naturaleza
urbana conforme a la definición anterior, ni esté integrado en un bien de características especiales.

Los bienes inmuebles de características especiales –art. 8 TRLCA–, constituyen un conjunto


complejo de uso especializado, integrado por suelo, edificios, instalaciones y obras de urbanización y
mejora que, por su carácter unitario y por estar ligado de forma definitiva para su funcionamiento, se
configura a efectos catastrales como un único bien inmueble.
En particular, se consideran bienes inmuebles de características especiales los comprendidos en los
siguientes grupos: a) Los destinados a la producción de energía eléctrica y gas y al refino de petróleo,
y las centrales nucleares. b) Las presas, saltos de agua y embalses, incluido su lecho o vaso, excepto
las destinadas exclusivamente al riego. c) Las autopistas, carreteras y túneles de peaje. d) Los
aeropuertos y puertos comerciales.

La exacción del tributo corresponderá al Ayuntamiento en el cual estén situados los bienes
inmuebles. En caso de que un mismo inmueble se encuentre localizado en distintos términos
municipales, se entenderá que pertenece a cada uno de ellos por la superficie que ocupe en el
respectivo término municipal.

De la configuración del hecho imponible se desprenden los supuestos de no sujeción, cuyo


fundamento en unos casos radica en el carácter público y gratuito de su utilización –que excluye de
suyo las facultades que integran el contenido de cualquier derecho real sobre los mismos–, o bien
porque se produce la confusión entre el sujeto activo y pasivo del impuesto. Así el legislador establece
los siguientes supuestos de no sujeción:

1.º Las carreteras, los caminos, las demás vías terrestres y los bienes del dominio público
marítimo-terrestre e hidráulico, siempre que sean de aprovechamiento público y gratuito.

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2.º Los inmuebles de dominio público afectos a uso público o a un servicio público gestionado por
el Ayuntamiento y los bienes patrimoniales, cuando sean propiedad de los Ayuntamientos en que
están radicados. En cualquier caso, si estuvieran cedidos a terceros mediante contraprestación estarán
sujetos.

2. EXENCIONES

El legislador ha establecido la exención de determinados inmuebles, atendiendo a la finalidad


valiosamente considerada por el ordenamiento, lo que convierte a la mayoría de supuestos en
exenciones objetivas, sin perjuicio de que en algunos casos el fundamento de la exención lo
encontremos en su titular.

Por su regulación, las exenciones se dividen entre rogadas y no rogadas, según hayan de ser o no
que previamente solicitadas por los sujetos pasivos, y entre potestativas y no potestativas, en función
de que los Ayuntamientos puedan acordarlas o no. Las potestativas, cuando se regulen tendrán en todo
caso carácter no rogado.

Gozan de exención los siguientes bienes inmuebles:

a) Los que sean propiedad del Estado, de las Comunidades Autónomas o de las entidades locales
que estén directamente afectos a la seguridad ciudadana y a los servicios educativos y penitenciarios,
así como los del Estado afectos a la Defensa Nacional.

b) Los bienes comunales y los montes vecinales en mano común.

c) Los de la Iglesia Católica, en los términos previstos en el Acuerdo entre el Estado Español y la
Santa Sede sobre Asuntos Económicos, de 3 de enero de 1979, y los de las asociaciones confesionales
no católicas legalmente reconocidas, en los términos establecidos en los respectivos acuerdos de
cooperación suscritos en virtud de lo dispuesto en el artículo 16 de la Constitución.

d) Los de la Cruz Roja Española.

e) Los inmuebles a los que sea de aplicación la exención en virtud de convenios internacionales en
vigor y, a condición de reciprocidad, los de los Gobiernos extranjeros destinados a su representación
diplomática, consular, o a sus organismos oficiales.

f) La superficie de los montes poblados con especies de crecimiento lento reglamentariamente


determinadas, cuyo principal aprovechamiento sea la madera o el corcho, siempre que la densidad del
arbolado sea la propia o normal de la especie de que se trate.

g) Los terrenos ocupados por las líneas de ferrocarriles y los edificios enclavados en los mismos
terrenos, que estén dedicados a estaciones, almacenes o a cualquier otro servicio indispensable para la
explotación de dichas líneas. No están exentos, por consiguiente, los establecimientos de hostelería,
espectáculos, comerciales y de esparcimiento; las casas destinadas a viviendas de los empleados; las
oficinas de la dirección ni las instalaciones fabriles.

Igualmente, previa solicitud, gozarán de exención los siguientes inmuebles:

a) Los que se destinen a la enseñanza por centros docentes acogidos, total o parcialmente, al
régimen de concierto educativo, en cuanto a la superficie afectada a la enseñanza concertada. Esta
exención deberá ser compensada por la Administración competente.

La pérdida de ingresos que esta exención provoque habrá de ser compensada por el Estado al
Municipio.

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b) Los declarados expresa e individualizadamente monumento o jardín histórico de interés cultural


e inscritos en el Registro General.

La exención sólo alcanzará, en las zonas arqueológicas, a los bienes incluidos como objeto de
especial protección en el instrumento de planeamiento urbanístico. En los sitios o conjuntos
históricos, a los que cuenten con una antigüedad igual o superior a cincuenta años, estando
debidamente catalogados. No obstante, dicha exención no alcanzará a los bienes inmuebles cuando
estén afectos a explotaciones económicas, salvo que les resulte de aplicación alguno de los supuestos
de exención previstos en la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades sin
fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo, o que la sujeción al impuesto a título de
contribuyente recaiga sobre el Estado, las Comunidades Autónomas o las entidades locales, o sobre
organismos autónomos del Estado o entidades de derecho público de análogo carácter de las
Comunidades Autónomas y de las entidades locales.

c) La superficie de los montes en que se realicen repoblaciones forestales o regeneración de masas


arboladas sujetas a proyectos de ordenación o planes técnicos aprobados por la Administración
forestal. Esta exención tendrá una duración de quince años, contados a partir del período impositivo
siguiente a aquél en que se realice su solicitud.

Los Ayuntamientos, potestativamente, podrán declarar exentos mediante Ordenanza fiscal los
inmuebles en dos supuestos adicionales:

a) aquellos de que sean titulares los centros sanitarios de titularidad pública, siempre que los
mismos estén directamente afectados al cumplimiento de los fines específicos de los referidos centros.
La Ordenanza habrá de regular el resto de elementos sustantivos y formales.

b) los inmuebles rústicos y urbanos cuya cuota líquida no supere la cuantía mínima que se
determine mediante ordenanza fiscal. Exención cuyo fundamento está representado por razones de
eficacia, pues el coste de la gestión es superior al producto de la recaudación de tales cuotas.

1. SUJETOS PASIVOS

Según dispone el TRLey –art. 63–, son sujetos pasivos, a título de contribuyentes, las personas
naturales y jurídicas y las entidades a que se refiere el artículo 35.4 de la LGT, que ostenten la
titularidad del derecho que, en cada caso, sea constitutivo del hecho imponible de este impuesto. Esto
es:

- El titular de la concesión administrativa.

- El titular del derecho de superficie.

- El titular del derecho de usufructo.

- El titular del bien inmueble.

El carácter censal del IBI hacer considerar como sujeto pasivo a aquel que figure como titular
catastral el primer día del año, imponiendo a los adquirentes del bien el deber de comunicar las
transmisiones, constituciones de derechos y el resto de las alteraciones en la titularidad jurídica.

El contribuyente es el sujeto que tenga atribuidas las facultades de usar y disfrutar el bien inmueble
inherentes al dominio. Nunca podrá ser el nudo propietario, que por definición está desposeído de
tales facultades.

Cuando el dominio está dividido, es contribuyente el usufructuario o el superficiario o, cuando


existe una concesión, el concesionario. En ninguno de estos supuestos el propietario, que disfruta en

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todos ellos de un estatus próximo a la propiedad nuda, sin el contenido inherente a las facultades de
usar y disfrutar.

Si, respecto de un mismo inmueble, concurren varios titulares –un propietario de un 50% el
usufructuario del otro 50% y la nuda propiedad de ese 50% a otras dos personas–. solo se realiza el
hecho imponible del IBI por el derecho real de usufructo, no gravándose el derecho de propiedad, por
lo que el sujeto pasivo será solo el usufructuario (DGT Consulta Vinculante V0475-18, de 21 de
febrero de 2018).

Cuando existan situaciones de condominio o cotitularidad del resto de derechos definidos en el


hecho imponible, a fin de que puedan cumplir con su condición de contribuyentes, la titularidad
catastral se atribuirá a la comunidad de todos ellos.

Según el art. 3 del TRLCA, cuando un bien inmueble o uno de los derechos de disfrute pertenezca
pro indiviso a una pluralidad de personas, la titularidad catastral se atribuirá a la comunidad
constituida por todas ellas, que se hará constar bajo la denominación que resulte de su identificación
fiscal. En el supuesto de incumplimiento de la obligación de aportar el número de identificación
fiscal, y sin perjuicio de las sanciones que puedan proceder, la titularidad se asignará a cualquiera de
los comuneros, miembros o partícipes de la comunidad o entidad sin personalidad de que se trate.

La identidad y cuota de participación de cada uno de los comuneros, miembros o partícipes de las
mencionadas entidades se hará constar en el Catastro Inmobiliario cuando así se solicite expresamente
mediante acuerdo unánime de aquéllos. Asimismo, los cónyuges en régimen de sociedad de
gananciales podrán solicitar que conste en el Catastro Inmobiliario la identidad de cada uno de ellos.

El TRLey –art. 63.1 segundo párrafo– establece un supuesto de sustitución del contribuyente, que
se limita a aquellos bienes inmuebles de características especiales, en los que el propietario tiene la
condición de contribuyente por la parte de la superficie no afectada por las concesiones. En ese caso,
actuará como sustituto del mismo el ente u organismo público al que se halle afectado o adscrito el
inmueble o aquel a cuyo cargo se encuentre su administración y gestión, el cual no podrá repercutir en
el contribuyente el importe de la deuda tributaria satisfecha.

Se han formulado también otros dos supuestos de repercusión:

a) la que se produzca según la facultad prevista en las normas de Derecho común, que encierra una
remisión a las normas de Derecho privado, posibilitando la repercusión sobre los compradores y los
arrendatarios de los inmuebles.

b) En segundo lugar y en relación con a las Administraciones Públicas y los entes y organismos a
los que se halle afectado o adscrito el inmueble o aquel a cuyo cargo se encuentre su administración y
gestión, se establece la obligación de repercutir el impuesto sobre los sujetos que, sin ser
concesionarios, utilizan los bienes demaniales o patrimoniales mediante contraprestación. A tal efecto
la cuota repercutible se determinará en razón a la parte del valor catastral que corresponda a la
superficie utilizada y a la construcción directamente vinculada a cada arrendatario o cesionario del
derecho de uso. En consecuencia, los arrendatarios de este tipo de bienes deberán pagar el IBI.

Sin embargo, esta repercusión obligatoria no se aplicará en el supuesto de alquiler de inmueble de


uso residencial con renta limitada por una norma jurídica.

Esta excepción a la obligación de repercutir el Impuesto tiene por finalidad estimular el alquiler de
la vivienda –RD Ley 7/2019, de 1 de marzo–.

La regulación del elemento subjetivo incluye, por último, el establecimiento de dos supuestos de
responsabilidad de distinto alcance. Uno, de responsabilidad subsidiaria, para los adquirentes de
inmuebles afectos al pago de las cuotas de IBI pendientes –art. 64.1 TRLey–. Y un segundo, de

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responsabilidad solidaria, para las entidades del artículo 35.4 LGT–art. 64.2 TRLey–. Así, responden
solidariamente de la cuota de este impuesto, y en proporción a sus respectivas participaciones, los
copartícipes o cotitulares de dichas entidades si figuran inscritos como tales en el Catastro
Inmobiliario. De no figurar inscritos, la responsabilidad se exigirá por partes iguales en todo caso.

El valor catastral, que representa un papel de indudable importancia en el Impuesto, se define


legalmente –art. 22 TRLCA– como el determinado objetivamente para cada bien inmueble a partir de
los datos obrantes en el Catastro Inmobiliario y está integrado por el valor catastral del suelo y el de
las construcciones. Su importe no podrá ser superior nunca al valor de mercado, entendido éste como
el precio más probable por el que podría venderse, entre partes independientes, un inmueble libre de
cargas, a cuyo efecto se fijará, mediante Orden del Ministerio de Hacienda, un coeficiente de
referencia al mercado para los bienes de una misma clase.

Entre otros factores que se toman en consideración para la determinación del valor catastral, la Ley
cita –art. 22.2 TRLCA– los siguientes: a) La localización del inmueble, las circunstancias urbanísticas
que afecten al suelo y su aptitud para la producción; b) El coste de ejecución material de las
construcciones, los beneficios de la contrata, honorarios profesionales y tributos que gravan la
construcción, el uso, la calidad y la antigüedad edificatoria, así como el carácter histórico-artístico u
otras condiciones de las edificaciones; c) Los gastos de producción y beneficios de la actividad
empresarial de promoción, o los factores que correspondan en los supuestos de inexistencia de la
citada promoción; d) Las circunstancias y valores del mercado, y e) Cualquier otro factor relevante
que reglamentariamente se determine.

El valor catastral de los bienes inmuebles urbanos y rústicos se determinará mediante el


procedimiento de valoración colectiva, sin perjuicio de que se pueda determinar
individualizadamente, cuando sea necesario y la incorporación de los inmuebles en el Catastro se haya
producido en virtud de los procedimientos de declaración, comunicación y solicitud, subsanación de
discrepancias o inspección catastral –art. 28.1 TRLCA–.

El procedimiento de valoración de los inmuebles con características especiales se iniciará con la


aprobación de la ponencia de valores especial.

Los procedimientos de valoración colectiva tienen distinto alcance en función del tipo de
modificación de la ponencia de valores que necesiten. Así tendrán: a) carácter general, cuando
requiera la aprobación de una ponencia de valores total; b) parcial, cuando requiera la aprobación de
una ponencia de valores parcial, y c) simplificado cuando no requieran la aprobación de ponencia
alguna – modificación del planeamiento que varíe el aprovechamiento urbanístico, el suelo de los
bienes inmuebles o determine cambios de naturaleza del suelo por incluirlo en ámbitos delimitados–.

Estos procedimientos de valoración colectiva se iniciarán con la aprobación de la correspondiente


ponencia de valores. Los valores resultantes se notificarán individualmente a los titulares catastrales,
siendo efectivos el 1 de enero del año siguiente a aquel en que se produzca la notificación, salvo
algunas excepciones. Los actos objeto de notificación podrán ser recurridos en vía económico-
administrativa, sin que la interposición de la reclamación suspenda su ejecutoriedad.

Las Leyes de Presupuestos Generales del Estado podrán actualizar los valores catastrales por
aplicación de coeficientes, que podrán ser diferentes para cada clase de inmuebles. También podrán
fijar adicionalmente otros coeficientes de actualización por grupos de municipios, que se determinarán
en función de su dinámica inmobiliaria y se aplicarán sobre los valores catastrales actualizados a
partir de los primeros.

Asimismo, las Leyes de Presupuestos Generales podrán actualizar los valores catastrales de los
inmuebles urbanos de un mismo municipio por aplicación de coeficientes en función del año de
entrada en vigor de la correspondiente ponencia de valores del municipio.

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Esta posibilidad, que podrán solicitar los Ayuntamientos, se condiciona a la concurrencia de los
siguientes requisitos, previstos en el art. 32. 2 TRLCI:

a) Que hayan transcurrido al menos cinco años desde la entrada en vigor de los valores catastrales
derivados del anterior procedimiento de valoración colectiva de carácter general. Es decir, la
aplicación de coeficientes de actualización para el año 2019 requiere que el año de entrada en vigor de
la ponencia de valores de carácter general sea anterior a 2014.

b) Que se pongan de manifiesto diferencias sustanciales entre los valores de mercado y los que
sirvieron de base para la determinación de los valores catastrales vigentes, siempre que afecten de
modo homogéneo al conjunto de usos, polígonos, áreas o zonas existentes en el municipio.

c) Que la solicitud se comunique a la Dirección General del Catastro antes del 31 de mayo.

2. BASE LIQUIDABLE

La base liquidable es el resultado de practicar en la base imponible las reducciones que legalmente
se establezcan.

El fundamento de la reducción de la base imponible es evitar el aumento brusco de la cuota del


tributo que puede experimentar un contribuyente como consecuencia de un procedimiento de
valoración catastral, distinto de la mera actualización. El mecanismo de aplicación de la mencionada
reducción implica que el aumento de gravamen se hará paulatinamente.

Podrán disfrutar de la reducción de la base imponible los bienes inmuebles que estén en alguna de
las dos siguientes situaciones:

1.ª Inmuebles cuyo valor catastral se incremente como consecuencia de procedimientos de


valoración colectiva de carácter general, en virtud de la aplicación de la primera ponencia total de
valores, aprobada con posterioridad al 1 de enero de 1997, o por la aplicación de sucesivas ponencias
totales de valores que se aprueben una vez transcurrido el período de 9 años de reducción.

2.ª Inmuebles situados en municipios para los que se hubiera aprobado una ponencia de valores
que haya dado lugar a la reducción anterior y cuyo valor catastral se altere, antes de finalizar el plazo
de reducción, por procedimientos de valoración colectiva o por procedimientos de inscripción
mediante declaraciones, comunicaciones, solicitudes, subsanación de discrepancias e inspección
catastral.

La competencia para determinar la base liquidable corresponderá a la Dirección General del


Catastro, siendo recurrible ante los Tribunales Económico-Administrativos, salvo que la base
imponible resulte de los procedimientos de declaración, comunicación, solicitud, subsanación de
discrepancias e inspección catastral, en cuyo caso serán los Ayuntamientos quienes podrán
determinarla.

3. CUOTA

El legislador –art. 71 TRLey– ha distinguido entre cuota íntegra, que será el resultado de aplicar a
la base liquidable el tipo de gravamen, y cuota líquida, que se obtiene al minorar la íntegra en el
importe de las bonificaciones previstas legalmente.

4. TIPOS DE GRAVAMEN

A la base imponible o, en su caso, a la base liquidable se le aplica el tipo de gravamen para obtener
así la cuota íntegra.

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El legislador –art. 72 TRLey– establece con carácter supletorio unos tipos de gravamen mínimos,
cuya aplicación depende de la naturaleza de los bienes: el 0,4 por 100 para inmuebles de naturaleza
urbana y el 0,3 por 100 para los de naturaleza rústica.

El carácter supletorio implica que sólo se aplicarán si el Ayuntamiento no ha fijado un tipo más
elevado.

La misma normativa también fija los tipos que, como máximo, pueden establecer los Municipios
por medio de Ordenanza, atendiendo a idéntica naturaleza: el 1,10 por 100 para los inmuebles urbanos
y el 0,90 por 100, para los rústicos.

El tipo de gravamen aplicable a los bienes inmuebles de características especiales, que tendrá
carácter supletorio, será del 0,6 por 100, ya que el TRLey permite a los Ayuntamientos establecer para
cada grupo de los existentes en el municipio, un tipo diferenciado que, en ningún caso, será inferior al
0,4 por 100 ni superior al 1,3 por 100.

Además, dentro de los límites legales, los Ayuntamientos podrán establecer, para los bienes
inmuebles urbanos, excluidos los de uso residencial, tipos diferenciados atendiendo a los usos
establecidos en la normativa catastral para la valoración de las construcciones. Cuando los inmuebles
tengan atribuidos varios usos, se aplicará el tipo correspondiente al uso de la edificación o
dependencia principal. Dichos tipos sólo podrán aplicarse, como máximo, al 10% de los bienes
inmuebles urbanos del término municipal que, para cada uso, tenga mayor valor catastral, a cuyo
efecto la Ordenanza fiscal del impuesto señalará el correspondiente umbral de valor para todos o cada
uno de los usos, a partir del cual serán de aplicación los tipos incrementados.

Los Ayuntamientos podrán establecer y exigir un recargo de hasta el 50% de la cuota líquida del
impuesto a los inmuebles de uso residencial, que se encuentren desocupados con carácter permanente.

El recargo, que se exigirá a los sujetos pasivos de este tributo, se devengará el 31 de diciembre y se
liquidará anualmente por los Ayuntamientos, una vez constatada la desocupación del inmueble en tal
fecha, juntamente con el acto administrativo por el que esta se declare.

A estos efectos tendrá la consideración de inmueble desocupado con carácter permanente aquel
que permanezca desocupado de acuerdo con lo que se establezca en la correspondiente normativa
sectorial de vivienda, autonómica o estatal, con rango de Ley, y conforme a los requisitos, medios de
prueba y procedimiento que establezca la ordenanza fiscal. En todo caso, la declaración municipal
como inmueble desocupado con carácter permanente exigirá la previa audiencia del sujeto pasivo y la
acreditación por el Ayuntamiento de los indicios de desocupación, a regular en dicha ordenanza,
dentro de los cuales podrán figurar los relativos a los datos del padrón municipal, así como los
consumos de servicios de suministro.

Los Ayuntamientos respectivos podrán incrementar los tipos fijados con los puntos porcentuales
que para cada caso se indican, cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes. En el supuesto
de que sean varias, se podrá optar por hacer uso del incremento previsto para una sola, algunas o todas
ellas:

Por último, en los municipios en los que entren en vigor nuevos valores catastrales de inmuebles
rústicos y urbanos, resultantes de procedimientos de valoración colectiva de carácter general, los
Ayuntamientos, para amortiguar el impacto de los nuevos valores, podrán establecer, durante un
período máximo de seis años, tipos de gravamen reducidos, que no podrán ser inferiores al 0,1% para
los bienes inmuebles urbanos ni al 0,075%, tratándose de inmuebles rústicos.

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Los Ayuntamientos que acuerden nuevos tipos de gravamen, por estar incurso el municipio
respectivo en procedimientos de valoración colectiva de carácter general, deberán aprobar dichos
tipos provisionalmente con anterioridad al inicio de las notificaciones individualizadas de los nuevos
valores y, en todo caso, antes del 1 de julio del año inmediatamente anterior a aquel en que deban
surtir efecto. De este acuerdo se dará traslado a la Dirección General del Catastro dentro de dicho
plazo.

5. BONIFICACIONES

A efectos de determinar la cuota líquida del Impuesto, además de la bonificación general para
todos los inmuebles gravados, radicados en Ceuta y Melilla –del 50 por 100 del impuesto, según el
art. 159 TRLey –, el legislador establece varias bonificaciones específicas. Unas, obligatorias, que se
aplicarán en todo caso por los Ayuntamientos –sin perjuicio de que la mayoría de ellas son de carácter
rogado y, por tanto, debe solicitarlas el interesado–. Otras, potestativas, que podrán aprobar las
Ordenanzas municipales si así lo decide el Ayuntamiento respectivo.

Las bonificaciones obligatorias son las siguientes –art. 73 TRLey–:

– Bonificación entre el 50 y el 90 por 100 de la cuota íntegra correspondiente a los inmuebles que
constituyan el objeto de la actividad de las empresas de urbanización, construcción y promoción
inmobiliaria, siempre que no formen parte de su inmovilizado.

El plazo de aplicación de esta bonificación comprenderá desde el período impositivo siguiente a


aquel en que se inicien las obras hasta el posterior a la terminación de las mismas, siempre que
durante ese tiempo se realicen obras de urbanización o construcción efectiva, y sin que, en ningún
caso, pueda exceder de tres períodos impositivos.

– Bonificación del 50 por 100 de la cuota íntegra, durante los tres períodos impositivos siguientes
al del otorgamiento de la calificación definitiva, para las viviendas de protección oficial y las que
resulten equiparables a éstas conforme a la normativa de la respectiva Comunidad Autónoma.

Dicha bonificación se concederá a petición del interesado, quien podrá efectuarla en cualquier
momento anterior a la terminación de los tres períodos impositivos de duración de la misma y surtirá
efectos, en su caso, desde el período impositivo siguiente a aquel en que se solicite.

Los Ayuntamientos podrán establecer, potestativamente, una bonificación de hasta el 50 por 100
en la cuota íntegra del impuesto, aplicable a los citados inmuebles una vez transcurrido el plazo
previsto en el párrafo anterior. La ordenanza fiscal determinará la duración y la cuantía anual de esta
bonificación.

– Bonificación del 95 por 100 de la cuota correspondiente a inmuebles de naturaleza rústica para
las Cooperativas Agrarias y de Explotación Comunitaria de la Tierra.

Las ordenanzas fiscales especificarán los aspectos sustantivos y formales de las bonificaciones
indicadas, así como las condiciones de compatibilidad con otros beneficios fiscales.

Con carácter potestativo –art. 74 TRLHL–, los Ayuntamientos podrán establecer las siguientes
bonificaciones:

- Bonificación de hasta el 90 por 100 de la cuota íntegra del impuesto, para inmuebles urbanos
ubicados en áreas o zonas del municipio que, conforme a la legislación y planeamiento urbanísticos,
correspondan a asentamientos de población singularizados por su vinculación o preeminencia de
actividades primarias de carácter agrícola, ganadera, forestal, pesquera o análogas y dispongan de un
nivel de servicios de competencia municipal, infraestructuras o equipamientos colectivos inferior al

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existente en áreas o zonas consolidadas del mismo, siempre que sus características económicas
aconsejen una especial protección.

Las características peculiares y ámbito de los núcleos de población, áreas o zonas, así como las
tipologías de las construcciones y usos del suelo necesarios para la aplicación de esta bonificación y
su duración, cuantía anual y demás aspectos sustantivos y formales se especificarán en la Ordenanza
fiscal.

- Los ayuntamientos podrán acordar, para cada ejercicio, la aplicación de una bonificación en la
cuota íntegra del impuesto equivalente a la diferencia positiva entre la cuota íntegra del ejercicio y la
cuota líquida del ejercicio anterior, multiplicada esta última por el coeficiente de incremento máximo
anual de la cuota líquida que establezca la Ordenanza fiscal para cada uno de los tramos de valor
catastral y, en su caso, para cada una de las diversas clases de cultivos o aprovechamientos o de
modalidades de uso de las construcciones que en aquella se fijen y en que se sitúen los diferentes
bienes inmuebles del municipio.

Dicha bonificación, cuya duración máxima no podrá exceder de tres períodos impositivos, tendrá
efectividad a partir de la entrada en vigor de nuevos valores catastrales de bienes inmuebles de una
misma clase, resultantes de un procedimiento de valoración colectiva de carácter general de ámbito
municipal.

La Ordenanza fijará las condiciones de compatibilidad de esta bonificación con las demás que
beneficien a los mismos inmuebles. Ahora bien, en el supuesto de que la aplicación de otra
bonificación concluya en el período inmediatamente anterior a aquel en que haya de aplicarse sobre
ese mismo inmueble la presente bonificación, la cuota sobre la que se aplicará, en su caso, el
coeficiente de incremento máximo anual será la cuota íntegra del ejercicio anterior.

Las liquidaciones tributarias resultantes de la aplicación de esta bonificación se regirán por lo


previsto en el art. 102.3LGT, sin que sea necesaria su notificación individual en los casos de
establecimiento, modificación o supresión de aquella como consecuencia de la aprobación o
modificación de la Ordenanza fiscal.

- Bonificación de hasta el 95% de la cuota íntegra del impuesto a favor de inmuebles de


organismos públicos de investigación y los de enseñanza universitaria.

- Bonificación de hasta el 95 por ciento de la cuota íntegra del impuesto a favor de los bienes
inmuebles excluidos de la exención a que se refiere el último párrafo de la letra b) del apartado 2 del
TRLey.

- Bonificación de hasta el 95 por ciento de la cuota íntegra del impuesto a favor de inmuebles en
los que se desarrollen actividades económicas que sean declaradas de especial interés o utilidad
municipal por concurrir circunstancias sociales, culturales, histórico artísticas o de fomento del
empleo que justifiquen tal declaración.

Corresponderá dicha declaración al Pleno de la Corporación y se acordará, previa solicitud del


sujeto pasivo, por voto favorable de la mayoría simple de sus miembros.

- Bonificación de hasta el 90% de la cuota íntegra del impuesto para cada grupo de inmuebles de
características especiales. La ordenanza deberá especificar la duración, cuantía anual y demás
aspectos sustantivos y formales relativos a esta bonificación.

- Bonificación de hasta el 90% de la cuota íntegra del impuesto a favor de aquellos sujetos pasivos
que ostenten la condición de titulares de familia numerosa. La Ordenanza deberá especificar la clase y
características de los bienes inmuebles a que afecte, duración, cuantía anual y demás aspectos

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sustantivos y formales de esta bonificación, así como las condiciones de compatibilidad con otros
beneficios fiscales.

- Las ordenanzas fiscales podrán regular una bonificación de hasta el 50% de la cuota íntegra del
impuesto para los bienes inmuebles en los que se hayan instalado sistemas para el aprovechamiento
térmico o eléctrico de la energía proveniente del sol. La aplicación de esta bonificación estará
condicionada a que las instalaciones para producción de calor incluyan colectores que dispongan de la
correspondiente homologación por la Administración competente. Los demás aspectos sustantivos y
formales de esta bonificación se especificarán en la ordenanza fiscal.

- Por último, también podrán establecer los Ayuntamientos, mediante ordenanza fiscal, una
bonificación de hasta el 95 por ciento en la cuota íntegra del impuesto para los bienes inmuebles de
uso residencial destinados a alquiler de vivienda con renta limitada por una norma jurídica.

6. DEVENGO Y PERÍODO IMPOSITIVO

El período impositivo coincide con el año natural, devengándose el impuesto al inicio del período
–art. 75 TRLey–. Las circunstancias que afectan a la cuantificación del impuesto, incluso las
variaciones de orden físico, económico o jurídico que se produzcan sobre los bienes gravados,
retrasan sus efectos hasta el próximo período impositivo y devengo. Por mucho que varíen, el
legislador considera que las circunstancias que determinan la cuantía del impuesto se mantienen
durante todo el período impositivo, aunque no sea así, sin atender a su variación hasta el próximo
devengo.

Esto mismo se establece en el TRLey –art. 75.3– al ordenar que los hechos, actos y negocios que
deben ser objeto de declaración o comunicación ante el Catastro Inmobiliario tendrán efectividad en
el devengo de este impuesto inmediatamente posterior al momento en que se produzcan efectos
catastrales. La efectividad de las inscripciones catastrales resultantes de los procedimientos de
valoración colectiva y de determinación del valor catastral de los bienes inmuebles de características
especiales coincidirá con la prevista en las normas reguladoras del Catastro Inmobiliario.

7. GESTIÓN

La gestión está compartida entre el Estado, que asume la competencia exclusiva sobre la gestión
catastral por medio de la Dirección General del Catastro, y la gestión tributaria, que corresponde a los
Ayuntamientos.

Una vez fijados los valores catastrales, el Ayuntamiento gestiona el impuesto a partir del Padrón
Catastral y de los demás documentos expresivos de sus variaciones elaborados al efecto por la
Dirección General del Catastro. El Padrón, que constituye el elemento de engarce de la gestión
catastral con la gestión tributaria del Impuesto, es confeccionado, anualmente, por los órganos
competentes de la Administración del Estado, para cada término municipal. Dicho Padrón contendrá
la información relativa a los bienes inmuebles, separadamente para los de cada clase y será remitido a
las entidades gestoras del impuesto antes del 1 de marzo de cada año. Los datos contenidos en el
Padrón Catastral y en los demás documentos citados deberán figurar en las listas cobratorias,
documentos de ingreso y justificantes de pago del Impuesto sobre Bienes Inmuebles. Dichas listas
incorporan los datos del Padrón y los tributarios y deberán ponerse en conocimiento de los ciudadanos
para que dispongan de la información precisa sobre todos los aspectos del tributo.

La liquidación y recaudación, así como la revisión de los actos dictados en fase de gestión
tributaria de este impuesto, serán competencia exclusiva de los Ayuntamientos y comprenderán las
funciones de reconocimiento y denegación de exenciones y bonificaciones, realización de las
liquidaciones conducentes a la determinación de las deudas tributarias, emisión de los documentos de
cobro, resolución de los expedientes de devolución de ingresos indebidos, resolución de los recursos

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que se interpongan contra dichos actos y actuaciones para la asistencia e información al contribuyente
referidas a estas materias.

Estas competencias podrán ser ejercidas directamente o a través de Convenios o acuerdos de


colaboración con otras Administraciones públicas. Por otra parte, la inspección catastral corresponde
a la Administración del Estado, aunque puedan establecerse convenios de colaboración con los
Ayuntamientos, Diputaciones Provinciales, Cabildos o Consejos Insulares u otras Entidades locales
(Comarcas o Mancomunidades).

No será necesaria la notificación individual de las liquidaciones tributarias en los supuestos en que
se hayan practicado previamente las notificaciones del valor catastral y base liquidable previstas en
los procedimientos de valoración colectiva. De esta forma, una vez transcurrido el plazo de
impugnación previsto en las citadas notificaciones sin que se hayan utilizado los recursos pertinentes,
se entenderán consentidas y firmes las bases imponible y liquidable notificadas, sin que puedan ser
objeto de nueva impugnación al procederse a la exacción anual del impuesto.

Los Ayuntamientos podrán agrupar en un único documento de cobro todas las cuotas de este
impuesto relativas a un mismo sujeto pasivo cuando se trate de bienes rústicos sitos en un mismo
municipio.

La única obligación de los sujetos pasivos relacionada con la gestión consiste en presentar
declaraciones por las que se manifiesta o reconoce ante el Catastro Inmobiliario que se han producido
las circunstancias determinantes de un alta, baja o modificación de la descripción catastral de los
inmuebles. Dichas declaraciones se formalizarán en las condiciones, plazos y modelos que establezca
el Ministerio de Hacienda.

La falta de presentación de dichas declaraciones o el no efectuarlas dentro del plazo constituye


infracción tributaria simple.

No obstante, y sin perjuicio de la facultad de la Dirección General del Catastro de requerir al


interesado la documentación que en cada caso resulte pertinente, la Ley ha previsto un procedimiento
de comunicación municipal que suple la obligación de declarar de los particulares cuando las
circunstancias o alteraciones a que se debieran referir ya consten en la correspondiente licencia o
autorización municipal. Se trata de un procedimiento al que pueden acogerse los municipios, según la
normativa reguladora del Catastro inmobiliario, y que obligaría al Ayuntamiento a remitir la
información al Catastro, quedando exento de la misma el sujeto pasivo.

Por último, se establecen medidas de garantía como la prevista en el artículo 65, según la cual en el
caso de cambio de titularidad los bienes inmuebles quedarán afectos al pago de la totalidad de las
deudas y recargos pendientes. A estos efectos, los notarios solicitarán información y advertirán a los
comparecientes sobre las deudas pendientes por el Impuesto sobre Bienes Inmuebles asociadas al
inmueble que se transmite.

4. IMPUESTO SOBRE ACTIVIDADES ECONÓMICAS (IAE).

Se regula en los artículos 78 a 91 de la LHHLL y en el RDL 1175/1990, de 28 de septiembre, que


aprueba las Tarifas y la Instrucción de este Impuesto.

1. NATURALEZA

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La imposición municipal sobre el ejercicio de actividades económicas se unifica en el Impuesto


sobre Actividades Económicas (IAE, en adelante) a partir de la LHL

El IAE es un impuesto directo, real y objetivo, que grava el ejercicio de una actividad económica
en el territorio de un municipio. Es un impuesto directo, real, objetivo y periódico, que tiene una doble
función:

- Recaudatoria: como fuente de financiación de la hacienda local.

- De control, proporcionando a la Administración tributaria un registro o censo de actividades


de los contribuyentes altamente útil a efectos de otros impuestos (IRPF, IS, IVA).

Su naturaleza ha sido y continúa siendo objeto de discusión, ya que si no existe unanimidad


respecto a si recae sobre el ejercicio de una actividad económica sin más o si, por el contrario,
conserva reminiscencias propias de un impuesto de producto, en la medida en que recae sobre la renta
que puede originar el ejercicio de tales actividades. Esta segunda de las posturas plantearía más
problemas desde la perspectiva constitucional, sobre todo considerando que el impuesto se exige con
independencia de que efectivamente se obtengan o no rendimientos.

Es real en la medida en que no tiene en cuenta el sujeto para configurar el objeto de gravamen,
representando la titularidad un papel secundario, y no se aviene con las características del sujeto
pasivo para cuantificar el gravamen.

El IAE es un impuesto de exacción obligatoria (art. 59.1 TRLey), sin que su exacción haya de estar
expresamente desarrollada por una Ordenanza municipal. Sin embargo, si el Ayuntamiento, en
ejercicio de su autonomía, decide ejercer las facultades de configuración atribuidas por el TRLey,
deberá aprobar la correspondiente Ordenanza Fiscal del IAE –arts. 15 al 19 TRLey–, con un
determinado contenido mínimo.

En términos recaudatorios, el impuesto ha pasado a tener una importancia relativa, relegado a un


puesto secundario a pesar de su carácter obligatorio. Su supresión ha aparecido durante mucho tiempo
como bandera política de todas las propuestas de reforma de las Haciendas Locales, dado su rechazo
social desde el mismo momento de su implantación y lo controvertido de su naturaleza.

2. ÁMBITO ESPACIAL

El impuesto grava el mero ejercicio de actividades empresariales, profesionales y artísticas en


territorio nacional –punto de conexión–, se ejerzan o no en local determinado –art. 78 TRLey y Regla
5.ª de la Instrucción, RD 1175/1990–, de manera que, de acuerdo con dicho principio de
territorialidad, sólo se someten a gravamen las actividades ejercidas en territorio español.

La determinación del lugar concreto del territorio nacional en que se realiza una actividad gravada
resulta relevante, a efectos de la exacción y percepción de los tres tipos de cuotas del impuesto.

La exacción de las cuotas municipales corresponde a los Ayuntamientos, que harán suyo el
importe de las mismas. La exacción de las cuotas provinciales y nacionales se realizará por la Agencia
Estatal de Administración Tributaria, que procederá a su distribución entre Ayuntamientos y
Diputaciones de la provincia respectiva –cuotas provinciales– o entre los Ayuntamientos y
Diputaciones de territorio común –cuotas nacionales–, conforme a lo dispuesto en la Regla 17.ª de la
Instrucción (RD 1175/1990).

La Regla 5.ª de la Instrucción –RD Leg. 1175/1990– regula el lugar de realización de la actividad
gravada, para cada una de las actividades.

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a) Actividades empresariales.–Cuando se ejerzan en local determinado, dicho lugar será el término


municipal en que el local esté situado. Y si no se ejercen en local determinado, la letra B) del apartado
2 de la citada Regla 6.ª (y las Reglas 5.ª y 6.ª de la Instrucción aprobada para la actividad ganadera
independiente, que siempre se considera no ejercida en local determinado) establecen diversos
criterios para determinar el lugar de ejercicio de la actividad.

b) Actividades profesionales.–Cuando las mismas se ejerzan en local determinado, el lugar de


realización de las mismas será el término municipal en que el local radique, y de no ejercerse dichas
actividades en local determinado, el lugar de realización de las mismas será aquel en que tenga el
sujeto pasivo su domicilio fiscal (Regla 5.ª.3 de la Instrucción).

c) Tratándose de actividades artísticas, la Regla 5.ª.4 de la misma Instrucción, establece que el


lugar de su realización será el término municipal en el que el sujeto pasivo tenga su domicilio fiscal.

El concepto de local también es relevante en la definición del punto de conexión. De ahí que el
legislador se haya preocupado de definir lo que ha de entenderse como local –Regla 6.ª de la
Instrucción– y de regular qué actividades se entenderán ejercidas en local determinado y cuáles no –
Regla 5.ª de la Instrucción del IA–.

La Regla 10.ª.2 establece que, en caso de ejercerse varias actividades en un mismo local, se
satisfarán cuotas independientes por cada una de ellas.

La Regla 14.ª de la Instrucción diferencia entre locales directamente afectos a la actividad (en los
que se desarrolla la actividad propiamente dicha) y los indirectamente afectos (en los que se
desarrollan actividades auxiliares o secundarias respecto de la principal, tales como oficinas,
almacenes, depósitos o centros de cálculo), sometiendo estos últimos, en caso de tributación por
cuotas municipales, a una cuota mínima municipal.

3. HECHO IMPONIBLE

El hecho imponible está representado por el mero ejercicio en territorio nacional de actividades
empresariales, profesionales o artísticas, se ejerzan o no en local determinado y se hallen o no
especificadas en las Tarifas del impuesto –art. 78 TRLey–.

Las Tarifas incluyen las actividades empresariales en su:

- Sección 1.ª; las profesionales

- Sección 2.ª, y las artísticas

- Sección 3.ª. No obstante, cuando las actividades profesionales sean ejercidas por personas
jurídicas o entidades sin personalidad jurídica, se incluirán entre las actividades empresariales.

La interpretación de lo que ha de entenderse por ejercicio de una actividad económica, suscita dos
tipos de consideraciones.:

- La primera de ellas es si el mero ejercicio exige o no, como notas configuradoras del hecho
imponible, la habitualidad y la obtención de un beneficio efectivo. Caracteres que van íntimamente
unidos. Si el impuesto grava el ejercicio de una actividad, debería exigir la repetición de actos, la
habitualidad en definitiva, que diferencia a aquélla del mero acto aislado y puntual. Sin embargo, la

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referencia al mero ejercicio dificulta superar la literalidad de la norma, resultando criticable la


exigibilidad del impuesto por la realización de actos aislados.

En cuanto a la ausencia de beneficio, la respuesta no es tan fácil: el art. 86 TRLey contempla el


«beneficio medio presunto» como una de las bases para la fijación de las cuotas mínimas del IAE, que
ha sido debidamente fijado en las Tarifas del IAE (STS de 2 junio 1992), aunque, en ciertos casos, se
ha entendido que el límite de dicho concepto ha de entenderse referido al global del sector en que se
integra la actividad concreta, y no al sujeto pasivo en particular (STSJ de Murcia de 21 noviembre
1996 y STSJ de Madrid de 17 julio 1996).

- La segunda cuestión se refiere a la amplitud del concepto de actividad gravada, no


mediatizado por las Tarifas del IAE.

El art. 79.1 TRLey define como actividad empresarial, profesional o artística, cualquier actividad
que «suponga la ordenación por cuenta propia de medios de producción y de recursos humanos o de
uno de ambos, con la finalidad de intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios».

Aunque el apartado segundo de dicho precepto legal señale que «el contenido de las actividades
gravadas se definirá en las Tarifas del Impuesto», ello no significa que las actividades no incluidas en
dichas Tarifas no sean objeto de gravamen.

No concurriendo las notas de dicho art. 79.1 TRLey, no procede la sujeción al IAE, como ha
entendido, en relación con los Fondos de Pensiones, la STSJ de Madrid de 15 abril 1998, por
constituir estos patrimonios separados e independientes de las entidades gestoras de los mismos.

Existirán casos en que una actividad sujeta al IAE no se encuentre contemplada individualmente
en las Tarifas, supuesto que éstas remedian a través de sus epígrafes residuales «n.c.o.p.» (no
clasificadas en otras partes), incluidos en las diversas agrupaciones, grupos, subgrupos de esas
Tarifas, que facilitan la ubicación, por exclusión, de las actividades económicas no contempladas
específicamente en aquéllas. Subsidiariamente, de no existir en la agrupación, grupo o subgrupo que
incluya un epígrafe «n.c.o.p.» el contribuyente deberá darse de alta en el epígrafe que más se asemeje
a la actividad que efectivamente ejerza.

Los supuestos de no sujeción están previstos expresamente –art. 81 TRLey–, y su configuración


parece responder al carácter esporádico o extraordinario de los mismos, especialmente, si su
producción tiene lugar en el ámbito del ejercicio de una actividad gravada por el impuesto. Entre
otros, no estarán sujetos los siguientes supuestos:

1.º La enajenación de bienes integrados en el activo fijo de las empresas que hubieran figurado
debidamente inventariados como tal inmovilizado con más de dos años de antelación a la fecha de
transmitirse, y la venta de bienes de uso particular y privado del vendedor, siempre que los hubiese
utilizado durante igual período de tiempo.

2.º La venta de los productos que se reciben en pago de trabajos personales o servicios
profesionales.

3.º La exposición de artículos con el fin exclusivo de decoración o adorno del establecimiento; por
el contrario, se halla sujeta al IAE la exposición de artículos para regalo a los clientes.

4.º Cuando se trate de venta al por menor, la realización de un solo acto u operación aislada.

4. EXENCIONES

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Se enumeran en el art. 82 TRLey y tienen como común denominador su carácter subjetivo. Así
estarán exentos del Impuesto:

1.º Estado, Comunidades Autónomas, Entidades Locales, organismos autónomos del Estado y
«entidades de Derecho Público de análogo carácter» de las Comunidades Autónomas y de las
Entidades Locales –art. 82.1.a) TRLey–.
Debe considerarse en este punto la adaptación de la estructura del sector público local a la del
sector público estatal, llevada a cabo por la Ley 57/2003, de Medidas para la Modernización del
Gobierno Local (arts. 85 bis y ss. LBRL. Estas entidades exentas no estarán obligadas a presentar
declaración de alta en la Matrícula del IAE.

2.º Las Entidades Gestoras de la Seguridad Social y Mutualidades de Previsión Social, organismos
públicos de investigación y establecimientos de enseñanza, asociaciones y fundaciones de
disminuidos físicos, psíquicos y sensoriales, Cruz Roja Española y sujetos pasivos a los que resulte de
aplicación la exención en virtud de Tratados o Convenios Internacionales –art. 82.1.d), e), f), g) y h)–.
Algunas de ellas tienen carácter rogado –letras e) y f)–, debiendo ser solicitadas por los
contribuyentes.
Los sujetos pasivos que gocen de cualquiera de las exenciones previstas d), g) o h) del art. 82.1
TRLey no estarán obligados a presentar declaración de alta en la Matrícula del IAE.

3.º Se beneficiarán de la exención los sujetos pasivos que inicien el ejercicio de la actividad en
territorio español y alcanza a los dos primeros períodos impositivos del impuesto en que se desarrolle
dicha actividad. Afecta tanto a las actividades empresariales como a las profesionales y es obligatoria
para todos los Ayuntamientos. Desde 2004, la exención no tiene carácter rogado.

4.º La exención de mayor difusión es la que beneficia a todas las personas físicas, así como a los
sujetos pasivos del Impuesto sobre Sociedades, sociedades civiles y entidades del art. 34.5LGT, cuyo
importe neto de su cifra de negocio sea inferior a un millón de euros –art. 82.1.c) TRLey–.

La gestión de esta exención se caracteriza por tener algunas particularidades:

a) Establecimiento por el Ministro de Hacienda de los supuestos en que para gozar de la exención
se requiere la presentación de comunicación, el contenido, forma y plazos de presentación de dicha
comunicación y los supuestos en que su presentación deberá realizarse por vía telemática. No
obstante, la expresada comunicación no resultará exigible tratándose de contribuyentes por el IRPF.

b) Los sujetos pasivos a los que no resulte de aplicación la citada exención deberán comunicar a la
Agencia Estatal de Administración Tributaria el importe neto de su cifra de negocios. Asimismo, los
sujetos pasivos deberán comunicar las variaciones que se produzcan en esa magnitud (importe neto de
su cifra de negocios), cuando tal variación suponga la modificación de la aplicación o no de la
exención, o una modificación en el tramo a considerar del coeficiente de ponderación previsto en el
art. 86 TRLey. Difiriéndose al Ministro de Hacienda la determinación de los supuestos, contenido,
plazo y forma de presentación de dichas comunicaciones y casos en que habrán de presentarse
telemáticamente (art. 91.2.3.º TRLey).

c) Se faculta al Ministro de Hacienda para aprobar los modelos de comunicación a efectos de la


aplicación de esta exención (disposición final primera de la Ley 51/2002).

5.º Otras exenciones establecidas en normas sectoriales. De entre ellas, y a título de ejemplo,
podemos citar las reconocidas a favor de determinadas Cooperativas [Ley 20/1990, de 19 diciembre]
o entidades sin ánimo de lucro (Ley 49/2002, de 23 diciembre), y, en relación con «acontecimientos
de excepcional interés público», definidos en el art. 27 de dicha Ley 49/2003, los reconocidos en la
Ley 62/2003, de 30 diciembre a favor de los XV Juegos del Mediterráneo Almería 2005, IV
Centenario del Quijote o Copa América 2007.

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5. DEVENGO Y PERÍODO IMPOSITIVO

El legislador establece –art. 89 TRLey– que el período impositivo coincidirá con el año natural,
devengándose el impuesto el 1 de enero del año. Establece dos supuestos en que el período impositivo
tendrá un duración inferior al año: inicio y cese en días distintos de 1 de enero y 31 de diciembre,
respectivamente.

Si la actividad se inicia en cualquier día distinto de 1 de enero, el período impositivo se iniciará en


la misma fecha, extendiéndose hasta el final del año natural.

En caso de cese de la actividad, el período impositivo finaliza el día en que se produzca el citado
cese.

Sin embargo, tratándose de espectáculos públicos (art. 89.3 TRLey), cuando las cuotas estén
establecidas por actuaciones aisladas (Grupo 965 de la Sección 1.ª de las Tarifas del IAE), el devengo
se produce por la realización de cada una de ellas, debiéndose presentar las correspondientes
declaraciones en la forma que se establezca reglamentariamente.

Aspecto temporal y gestión del impuesto se encuentran íntimamente vinculados, dado que las
altas, bajas y variaciones en el ejercicio de la actividad deben acreditarse mediante las
correspondientes declaraciones a presentar por el sujeto pasivo –art. 9 TRLey–. Sin embargo, el
cumplimiento o incumplimiento de dichos deberes formales no constituye una presunción iuris et de
iure de ejercicio –o ausencia de ejercicio– de la actividad, puesto que puede probarse «por cualquier
medio admisible en Derecho» –art. 80 TRLey–.

De tal manera que, habiéndose acreditado por el interesado que el cese efectivo en la actividad se
produjo en ejercicio anterior a la presentación de la declaración de baja, procede la devolución de lo
indebidamente ingresado por el ejercicio tributario en que no se ejercía ya dicha actividad (STSJ de
Madrid de 26 febrero 1998); aunque, también la Administración, a falta de prueba del sujeto pasivo,
puede presumir que se ejercía la actividad mediante otros medios indiciarios de prueba –como es el
alta en Seguridad Social– antes de presentar la declaración de alta en el IAE (STSJ de Galicia de 15
mayo 1996).

6. SUJETOS PASIVOS

Son sujetos pasivos del impuesto las personas físicas, las personas jurídicas y las entidades sin
personalidad a que se refiere el art. 35.4LGT, que ejerzan la actividad económica sujeta a gravamen –
art. 83 TRLey–, con independencia de quién sea el titular o propietario del local en que aquélla se
desarrolle.

7. CUANTIFICACIÓN DEL IMPUESTO

La cuantificación de la deuda tributaria es distinta dependiendo del tipo de cuota de que se trate,
debiendo distinguirse entre cuotas municipales, cuotas provinciales y nacionales.

7.1. Cuotas municipales

La determinación del importe devengado por cuotas municipales se realiza a través de un complejo
mecanismo liquidatorio. Este resultado resulta de agregar dos componentes: a) la cuota municipal que
corresponde al Ayuntamiento titular del impuesto; y b) El recargo provincial a percibir sobre la cuota
municipal por la correspondiente Diputación Provincial –art. 134 TRLey–.

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La determinación de la cuota municipal se realiza en varias fases:

1.º Determinación de la cuota de tarifa, resultante de la aplicación de la Instrucción y Tarifas del


IAE, que, a su vez, resulta de la suma de lo que podríamos denominar cuota de licencia y cuota de
radicación.

2.º Aplicar a la cuota de tarifa el coeficiente de ponderación –art. 85 TRLey–, de aplicación


obligatoria, y, sobre la cuota resultante, el coeficiente de situación –art. 86 TRLey–, de haber sido este
último establecido por el Ayuntamiento, y, finalmente, aplicar las bonificaciones sobre la cuota así
resultante –art. 88 TRLey–.

El recargo provincial del art. 134 TRLey se aplicará sobre la cuota de tarifa, rectificada por el
coeficiente de ponderación del art. 85 TRLey, sin incluir en la base de determinación de dicho recargo
provincial el coeficiente de situación del art. 86 TRLey.

A) La cuota de tarifa.

a) Cuota de licencia.

Las tarifas del Impuesto fijan, para cada actividad, una determinada cuota de licencia, que puede
ser:

a) Una cantidad fija.

b) Una cantidad variable resultante de la aplicación, aislada o conjunta dependiendo de la


actividad, de una serie de módulos o elementos tributarios que deberán concurrir en el momento del
devengo. Entre dichos elementos tributarios (Regla 14.ª de la Instrucción) destacan: Potencia instalada
(referida exclusivamente a los elementos energéticos afectos a la maquinaria industrial de naturaleza
eléctrica o mecánica); número de obreros (computándose la plantilla total de profesionales de oficio,
especialistas y peones afectos directamente a la produción objeto de la empresa); turnos de trabajo
diarios (es indiferente a los efectos del importe de la cuota el número de turnos diarios de trabajo);
población de derecho; aforo de los espectáculos; superficie de los locales.

b) Cuota de radicación.

La cuota de radicación se determina en función de la superficie del local en el que se ejerza la


actividad correspondiente. Su determinación se lleva a cabo mediante las siguientes operaciones
sucesivas, previstas en la Regla 14.ª.1.F) de la Instrucción, y que en síntesis, son las siguientes:

1.ª Delimitación de la superficie total del local (incluidas todas sus plantas) expresada en metros
cuadrados.

2.ª Aplicación a dicha superficie de determinados porcentajes de reducción previstos en la Regla


14.ª.1 F) de la Instrucción del Impuesto, lo que dará lugar a la «superficie rectificada»; la aplicación
de esos coeficientes supone una minoración de los metros totales del local en función de algunas
características del mismo (parte destinada a almacén, aparcamientos, ciertas superficies, etc.).

3.ª Aplicación sobre la «superficie rectificada» de una reducción a tanto alzado del 5 por 100, a fin
de hallar la superficie computable.

Debe destacarse que la parte de superficie destinada a guardería o cuidado de los hijos del personal
o clientes del sujeto pasivo y a actividades socioculturales del personal no sólo no será computable
sino que se deducirá de la superficie correspondiente a los elementos afectos a la actividad. Esta
deducción no podrá superar el 10 por 100 de la superficie computable [disp. adic. 4.ª.f) de la Ley
51/2002].

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4.ª Determinada la superficie computable, se determinará el valor en euros de la misma mediante


la aplicación de uno de los tres cuadros establecidos al efecto en la referida Regla 14.ª, según la
naturaleza de la actividad que se desarrolle.

5.ª) Por último, sobre la cantidad obtenida por la aplicación de los referidos cuadros, se aplicará
por último el coeficiente corrector previsto en la Regla 14.ª.1, F) de la Instrucción del Impuesto. De
dicha operación resulta el importe definitivo de la cuota de radicación. El citado coeficiente varía en
función de la naturaleza de la actividad desarrollada y del importe al que asciende la cuota de licencia.

Finalmente, la cuota de radicación no deberá calcularse ni tenerse en cuenta cuando la superficie


del local ya haya sido tomada en consideración por las tarifas del Impuesto para la cuantificación de la
cuota de licencia.

Una vez calculadas la cuota de licencia y la cuota de radicación, el siguiente paso en la


cuantificación de las cuotas municipales consiste en sumar ambas cuotas para obtener de esta manera
la cuantía a la que asciende la cuota de tarifa.

c) Reglas específicas en la determinación de la cuota de tarifa.

B) El coeficiente de ponderación.

1) Aplicación del coeficiente de ponderación –art. 87 TRLey–.


Este coeficiente de carácter obligatorio, se aplicará sobre el importe de la cuota de tarifa
atendiendo al importe neto de la cifra de negocios del sujeto pasivo, de acuerdo con el siguiente
cuadro.

A efectos de la aplicación de este coeficiente, el importe neto de la cifra de negocios del sujeto
pasivo será el correspondiente al conjunto de actividades económicas ejercidas por el mismo.

C) Aplicación del coeficiente de situación –art. 88 TRLey–.

Este coeficiente, de carácter potestativo, podrán establecerlo los Ayuntamientos mediante la


aprobación de la Ordenanza municipal correspondiente y se aplicará sobre las cuotas modificadas por
la aplicación del coeficiente de ponderación.

El coeficiente de situación sólo será de aplicación en aquellos casos en que la actividad se ejerza
con el concurso de un local, ponderándose de esta manera la situación física del citado local en cada
término municipal, atendiendo a la categoría de la calle en que radique.

En cualquier caso, por imperativo legal, dicho coeficiente no podrá ser inferior a 0,4 ni superior a
3,8, y el número de categorías de calles que debe establecer cada municipio no podrá ser inferior a 2
ni superior a 9.

En los municipios en los que no sea posible distinguir más de una categoría de calle, no se podrá
establecer el coeficiente de situación. La diferencia del valor del coeficiente atribuido a una calle con
respecto al atribuido a la categoría superior o inferior no podrá ser menor de 0,10.

A modo de conclusión, y de acuerdo con lo señalado anteriormente, el proceso de cuantificación


de la cuota municipal bien podría resumirse en la siguiente fórmula:

Cuota municipal = [c. de licencia + c. de radicación] x coef. de ponderación x coef. de situación

D) Aplicación de bonificaciones sobre la cuota íntegra –art. 88 TRLey y normas sectoriales–.

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Sobre las cuotas municipales se han regulado un conjunto de bonificaciones, en unos casos de
aplicación obligatoria y, en otros, únicamente aplicables cuando el Ayuntamiento lo establezca
expresamente. Estos beneficios fiscales están previstos en la normativa del Impuesto y en otras Leyes
sectoriales. Las bonificaciones previstas en el art. 88 TRLey son las siguientes:

a) bonificaciones obligatorias:

- Las cooperativas, así como las uniones, federaciones y confederaciones de las mismas y las
sociedades agrarias de transformación tendrán una bonificación del 95 por 100 de la cuota.

- Quienes inicien el ejercicio de cualquier actividad profesional, durante los cinco años de
actividad siguientes a la conclusión del segundo período impositivo de desarrollo de la misma tendrán
derecho a una bonificación del 50 por 100 de la cuota correspondiente. El período de aplicación de la
bonificación caducará transcurridos cinco años desde la finalización de la exención prevista para los
contribuyentes que inicien su actividad en España.

b) bonificaciones que los Ayuntamientos podrán establecer con carácter potestativo:

- Bonificación de hasta el 50 por 100 de la cuota correspondiente, para quienes inicien el ejercicio
de cualquier actividad empresarial y tributen por cuota municipal, durante los cinco años de actividad
siguientes a la conclusión del segundo período impositivo de desarrollo de la misma. La aplicación de
la bonificación requerirá que la actividad económica no se haya ejercido anteriormente bajo otra
titularidad. Se entenderá que la actividad se ha ejercido anteriormente bajo otra titularidad, entre otros,
en los supuestos de fusión, escisión o aportación de ramas de actividad.

- Bonificación por creación de empleo de hasta el 50 por 100 de la cuota correspondiente, para los
sujetos pasivos que tributen por cuota municipal y que hayan incrementado el promedio de su plantilla
de trabajadores con contrato indefinido durante el período impositivo inmediato anterior al de la
aplicación de la bonificación, en relación con el período anterior a aquél. La Ordenanza fiscal podrá
establecer diferentes porcentajes de bonificación, sin exceder el límite máximo fijado en el párrafo
anterior, en función de cuál sea el incremento medio de la plantilla de trabajadores con contrato
indefinido.

- Bonificación de hasta el 50 por 100 de la cuota correspondiente para los sujetos pasivos que
tributen por cuota municipal y que cumplan las siguientes condiciones: que utilicen o produzcan
energía a partir de instalaciones para el aprovechamiento de energías renovables o sistemas de
cogeneración; que realicen sus actividades industriales en locales o instalaciones alejadas de las zonas
más pobladas del término municipal; y que establezcan un plan de transporte para sus trabajadores
que tenga por objeto reducir el consumo de energía y las emisiones causadas por el desplazamiento al
lugar del puesto de trabajo y a fomentar el empleo de los medios de transporte más eficientes, como el
transporte colectivo o el compartido.

- Bonificación de hasta el 50 por 100 de la cuota correspondiente para los sujetos pasivos que
tributen por cuota municipal y tengan una renta o rendimiento neto de la actividad económica
negativos o inferiores a la cantidad que determine la Ordenanza fiscal, la cual podrá fijar diferentes
porcentajes de bonificación y límites en función de cuál sea la división, agrupación o grupo de las
tarifas del impuesto en que se clasifique la actividad económica realizada.

- Bonificación de hasta el 95 por ciento de la cuota correspondiente para los sujetos pasivos que
tributen por cuota municipal y que desarrollen actividades económicas que sean declaradas de
especial interés o utilidad municipal por concurrir circunstancias sociales, culturales, histórico
artísticas o de fomento del empleo que justifiquen tal declaración. Corresponderá dicha declaración al
Pleno de la Corporación y se acordará, previa solicitud del sujeto pasivo, por voto favorable de la
mayoría simple de sus miembros.

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En todos esos casos, la ordenanza fiscal correspondiente especificará los restantes aspectos
sustantivos y formales de estas bonificaciones. Entre otras materias, la Ordenanza fiscal determinará
si todas o algunas de las citadas bonificaciones son o no aplicables simultáneamente.

E) El recargo provincial.

Finalmente, como ya vino la tributación por cuotas municipales supone la exigencia de la cuota
municipal así como, en su caso, la del denominado recargo provincial, constituyendo éste un recurso
de exacción potestativa establecido en favor de las Diputaciones Provinciales. Dicho recargo recae
sobre el importe al que asciendan las cuotas de tarifa, una vez modificada por el coeficiente de
ponderación y deberá consistir en un porcentaje único (esto es, igual para todo tipo de actividades)
que en ningún caso podrá superar el 40 por 100.

7.2. Cuotas provinciales y nacionales

El método para la cuantificación de ambas cuotas es el mismo y las operaciones a realizar son las
siguientes, por el orden en que se exponen:

A) Cuota de tarifa.

En lo que concierne a su cálculo, debemos igualmente diferenciar entre cuota de licencia y cuota
de radicación:

1.º Cuota de licencia. –Su fijación no presenta particularidades respecto de lo examinado acerca de
la misma en relación con las cuotas municipales, por lo que nos remitimos íntegramente a lo ya dicho.

2.º Cuota de radicación. –Su determinación sí que presenta diferencias respecto de la regulación de
la misma prevista en relación con las cuotas municipales.

Así, en lo que hace referencia a la superficie total, ésta vendrá determinada por la suma de las
superficies totales de todos los locales directa o indirectamente afectos a la actividad, que se
encuentren situados en el territorio nacional –si se abona la cuota nacional– o en el territorio de la
provincia –si se abona la cuota provincial–. Una vez determinada la superficie total de todos los
locales afectos deberán calcularse las superficies rectificada y computable, procediéndose igual que
las cuotas municipales.

Determinada la superficie computable, y para cuantificar en euros el importe de la cuota de


radicación, deberá aplicarse el cuadro específico contemplado en la Regla 14.ª.1 F) g) de la
Instrucción del Impuesto, sin que sobre la cantidad resultante se aplique, a diferencia de lo que
sucedía en las cuotas municipales, ningún coeficiente corrector.

B) Cuotas provinciales y nacionales

Superficie Euros

0 a 500 m2 2,34

501 a 3.000 m2 1,71

3.001 a 6.000 m2 1,40

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6.001 a 10.000 m2 1,15

Exceso de 10.000 m2 1,00

2.ª Aplicación sobre la cuota de tarifa del coeficiente de ponderación y posterior aplicación de las
bonificaciones obligatorias.

Una vez calculada tanto la cuota de licencia como la cuota de superficie en los términos
examinados se sumarán ambas para aplicar el correspondiente coeficiente de ponderación.

El resultado será la cuota provincial o nacional, sin que pueda aplicarse –a diferencia de lo que
sucede en las cuotas municipales–, el coeficiente de situación ni el recargo provincial.

Asimismo, en cuanto a las bonificaciones, sólo resultan aplicables las de carácter obligatorio.

8. GESTIÓN DEL IMPUESTO

Conviene distinguir, en materia de gestión, entre la denominada gestión censal y la gestión


tributaria. La distinción entre ambas se regula en los arts. 90 y 91 TRLey y se desarrolla en diversas
normas reglamentarias.

Entre éstas destaca el RD 243/1995, de 17 de febrero, que regula la delegación de competencias en


materia de gestión censal del IAE.

Esta distinción se proyecta también en el régimen de reclamaciones y recursos, que varía según la
naturaleza del acto de gestión.

8.1. Gestión censal

A diferencia de la gestión tributaria, que incluye las funciones de liquidación, inspección y


recaudación, la gestión censal comprende la formación de la matrícula del Impuesto, la calificación de
las actividades económicas y el señalamiento de las cuotas.

La titularidad de las competencias en materia de gestión censal corresponde a la Administración


Tributaria del Estado en exclusiva. No obstante, tratándose de cuotas municipales cabe la posibilidad
de delegar dicha competencia a los Ayuntamientos o, en su caso, a las Diputaciones Provinciales,
Cabildos, Consejos Insulares u otras entidades reconocidas por las leyes.

La gestión censal se centra en la formación de la matrícula del Impuesto, en la que se recogerán,


anualmente, los censos comprensivos de todas las diferentes actividades económicas, los sujetos
pasivos, las cuotas mínimas y, en su caso, el recargo provincial.

Los sujetos pasivos están obligados a presentar declaraciones de tres tipos: alta, variación o baja.

a) Declaraciones de alta

Deberán presentarse en el plazo de los diez días inmediatamente anteriores al del inicio de la
actividad e incluirán todos los datos necesarios para la calificación de la actividad, la determinación
del grupo o epígrafe y la cuantificación de la cuota. A continuación se practicará por la
Administración competente la liquidación correspondiente, la cual se notificará al sujeto pasivo, quien
deberá efectuar el ingreso que proceda.

b) Declaraciones de variación

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Deberán presentarse en el plazo de un mes a contar desde la fecha en la que se produjo la


alteración, siempre que se produzca en el ámbito de la actividad gravada una variación de orden
físico, económico o jurídico que tenga trascendencia a los efectos de la tributación por este Impuesto.
En particular, los sujetos pasivos a los que no resulte de aplicación la exención por superar un millón
de euros de importe neto de cifra de negocios, deberán comunicar a la Agencia Estatal de
Administración Tributaria dicho importe. Asimismo, los sujetos pasivos deberán comunicar las
variaciones que se produzcan en el importe neto de su cifra de negocios cuando tal variación suponga
la modificación de la aplicación o no de la exención o una modificación en el tramo a considerar a
efectos de la aplicación del coeficiente de ponderación.

c) Declaraciones de baja

Deberán presentarse en el plazo de un mes a contar desde la fecha en que se produjo dicho cese.
Tanto este último tipo de declaraciones como las de variación surtirán sus efectos en la matrícula
correspondiente al ejercicio siguiente al que se produjeron.

Con todos los datos declarados por los contribuyentes hasta el día 31 de diciembre –hasta el 30 de
enero si se trata de declaraciones de variación o baja, que se refieran a hechos anteriores al 1 de
enero– y los obtenidos por los órganos de la Administración mediante comprobación, se formará la
matrícula del Impuesto, que deberá exponerse al público desde el día 1 al 15 de abril.

En todo caso, de acuerdo con la naturaleza de acto administrativo que tiene la matrícula, se pueden
interponer contra él los oportunos recursos administrativos.

8.2. Gestión tributaria

La gestión tributaria se llevará a cabo a partir de la Matrícula del impuesto, incluyendo las
funciones de liquidación, inspección y recaudación.

En el caso de las cuotas municipales, la competencia para liquidar el Impuesto le corresponde al


Ayuntamiento titular del tributo. En las cuotas nacionales y provinciales, la competencia
corresponderá a la Administración Tributaria del Estado, sin perjuicio de las fórmulas de colaboración
que puedan establecerse con otras entidades.

El procedimiento ordinario de gestión parte de la notificación colectiva de las liquidaciones y la


emisión de recibos. El período cobratorio será establecido por la entidad gestora correspondiente y, en
su defecto, se aplicará el Reglamento General de Recaudación. Sólo habría de notificarse
personalmente la primera liquidación, subsiguiente a la declaración de alta. No obstante, en los casos
en que la gestión censal y tributaria coincidan en el mismo órgano, se establece que la primera cuota
sea autoliquidada por el sujeto pasivo.

8.3. Reclamaciones y recursos

Contra los actos de gestión se interpondrán los recursos y reclamaciones que resulten de
aplicación, según su naturaleza.

a. Gestión censal

Pueden darse dos situaciones, en función de que el acto se dicte por el Estado o por el
Ayuntamiento.

- Si el acto impugnado es un acto relativo a la matrícula del Impuesto dictado por la


Administración Tributaria del Estado, podrá interponerse un recurso de reposición que tendrá carácter
potestativo, o, directamente, reclamación económico-administrativa.

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- En caso de que ese mismo acto hubiera sido dictado por un Ayuntamiento, deberá interponerse
con carácter preceptivo recurso de reposición ante el Ayuntamiento que dictó el acto y contra la
resolución del mismo habrá de interponerse la correspondiente reclamación económico-
administrativa.

b. Gestión tributaria

También hay que distinguir:

- Si el acto de liquidación dictado por la Administración Tributaria del Estado, podrá interponerse
la pertinente reclamación económico-administrativa previa interposición, si así se desea, de un recurso
de reposición potestativo ante el órgano que dictó el acto.

- En cambio, si el referido acto es dictado por un Ayuntamiento, deberá interponerse con carácter
preceptivo recurso de reposición ante el Ayuntamiento que dictó el acto y contra la resolución del
mismo deberá interponerse directamente el recurso contencioso-administrativo.

5. IMPUESTO SOBRE VEHÍCULOS DE TRACCIÓN MECÁNICA (IVTM).

Se regula en los artículos 92 a 99 RDL 2/2004.

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1. NATURALEZA Y FUENTES

El Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica es un tributo directo, que grava la titularidad
de los vehículos de esta naturaleza, aptos para circular por las vías públicas, cualesquiera que sean su
clase y categoría. Sin que resulte posible, por tanto, la traslación jurídica de la cuota del Impuesto a
terceras personas.

Su regulación se encuentra en los artículos 92 a 99 del TRLey, configurándose como un Impuesto


de titularidad municipal y de exacción obligatoria por los Ayuntamientos. Los municipios, por tanto,
serán los competentes para su gestión y recaudación. Y, concretamente, el Ayuntamiento del
domicilio que conste en el permiso de circulación del vehículo.

La disposición adicional primera TRLey permite a las Comunidades Autónomas establecer y


exigir un impuesto sobre la misma materia imponible, pero caso de hacerlo, deberán establecer las
compensaciones oportunas a los municipios afectados.

Siendo tres las características que vienen explicitadas legalmente –Impuesto municipal, obligatorio
y directo–, hay otras que se deducir de su regulación. Así, se trata de un Impuesto real, pues recae
sobre los propios vehículos, prescindiendo de la referencia a un sujeto determinado.

Es un Impuesto objetivo porque grava la titularidad del vehículo, sin tomar en consideración las
circunstancias personales del sujeto titular del vehículo o incluso de si el vehículo circula
efectivamente o no.

Y es periódico, coincidiendo, como regla general, su período impositivo con el año natural salvo la
primera matriculación del vehículo, en la que el inicio del período es el mismo día de la adquisición.
En todo caso, el devengo se produce el primer día del período impositivo.

2. HECHO IMPONIBLE

El hecho imponible viene definido por dos circunstancias: la titularidad del vehículo de tracción
mecánica y su aptitud para circular por las vías públicas, independientemente de su clase y categoría.

De acuerdo con la normativa sectorial, se trata tanto de vehículos autopropulsados (turismos,


autobuses, camiones, etc.), como también de los elementos accesorios a éstos, susceptibles de
incrementar su utilidad o capacidad (por ejemplo, remolques).

Se considera apto para la circulación el vehículo que haya sido matriculado en los registros
públicos correspondientes, siempre que no haya causado baja en ellos. También se consideran aptos
los vehículos provistos de permisos temporales y matrícula turística.

Constituye el hecho imponible del IVTM la titularidad de vehículos de tracción mecánica aptos
para circular por las vías públicas. Se consideran vehículos aptos para la vía pública:

1. Los que hubiesen sido matriculados en los registros públicos correspondientes y mientras no
hayan causado baja en los mismos.

2. Los vehículos con permisos temporales.

3. Los vehículos con matrícula turística.

La delimitación del hecho imponible se completa con el establecimiento legal de unos supuestos
de no sujeción y otros de exención.

3. SUPUESTOS DE NO SUJECIÓN (Art. 92.3)

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Se declaran no sujetos a este Impuesto los

- Vehículos que, habiendo sido dados de baja en los registros correspondientes, por antigüedad
del modelo puedan ser autorizados para circular excepcionalmente con ocasión de exhibiciones,
certámenes o carreras limitadas a los de esta naturaleza

- Tampoco están sujetos los remolques y semirremolques arrastrados por vehículos cuya carga
útil no exceda de 750 kg.

4. EXENCIONES (Art. 93)

La Ley establece un conjunto de exenciones, que, automáticamente, exoneran de la obligación de


pago de este Impuesto. Son los siguientes:

- Los vehículos oficiales del Estado, Comunidades Autónomas y entidades locales adscritos a la
defensa nacional o a la seguridad ciudadana; Los vehículos diplomáticos o de Organizaciones
Internacionales, si cumplen ciertas condiciones previstas en la Ley, y aquellos vehículos previstos en
Tratados o Convenios Internacionales.

Obviamente, la exención se establece en atención al carácter público o asimilado de su titular. Se


trata de una exención automática, sin necesidad de previo reconocimiento expreso.

- Las ambulancias y demás vehículos directamente destinados a la asistencia sanitaria o al traslado


de heridos o enfermos.

- Los autobuses, microbuses y demás vehículos destinados o adscritos al servicio de transporte


público urbano, cuando tengan capacidad superior a nueve plazas, incluida la del conductor.

- Previa petición del sujeto, se pueden declarar exentos los siguientes vehículos agrícolas:
tractores, remolques, semirremolques y maquinaria que dispongan de Cartilla de Inspección Agrícola.

- También pueden resultar exentos, previa solicitud documentada, los vehículos de minusválidos –
con minusvalía igual o superior al 33 por 100, y para su uso exclusivo–, así como los vehículos para
personas de movilidad reducida –en los términos del Anexo II, letra A, del Reglamento General de
Vehículos, aprobado por RD 2822/1998, de 23 de diciembre–. En ambos casos, sólo podrán aplicarse
a un único vehículo simultáneamente por cada sujeto pasivo beneficiario.

Las deudas tributarias que pudieran corresponder a la empresa del «Grupo Telefónica» que tenga
la concesión del servicio de telecomunicaciones, por éste y otros tributos locales, se sustituyen por
una compensación proporcional al volumen de su facturación.

5. SUJETO ACTIVO

Será el Ayuntamiento del domicilio que conste en el permiso de circulación del vehículo.

6. SUJETOS PASIVOS

Son sujetos pasivos de este Impuesto, a título de contribuyentes, las personas físicas o jurídicas, así
como las entidades a que se refiere el artículo 35.4 de la LGT, a cuyo nombre conste el vehículo en el
permiso de circulación.

Resulta decisiva, por tanto, la titularidad administrativa del vehículo, esto es, quién consta como
titular en el permiso de circulación, independientemente de que coincida o no con el verdadero

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propietario del vehículo. Por eso, la Ley impone la obligación de tramitar el cambio de titularidad ante
la Jefatura Provincial de Tráfico correspondiente.

7. CUANTIFICACIÓN DEL IMPUESTO

El TRLHL fija unas tarifas mínimas, que, potestativamente, pueden ser incrementadas por los
Ayuntamientos, aplicando, sobre aquéllas, un coeficiente, que nunca podrá ser superior a dos.

Los Ayuntamientos, por medio de la correspondiente Ordenanza Municipal, podrán incrementar –


nunca disminuir– las cuotas mínimas mediante la aplicación de un coeficiente, que no será superior a
2. También podrán fijar un coeficiente distinto para cada una de las clases de vehículos previstas en el
cuadro de tarifas, el cual podrá ser, a su vez, diferente para cada uno de los tramos fijados en cada
clase de vehículo, pero sin exceder del límite máximo anterior.

Asimismo, los Ayuntamientos pueden establecer, con carácter potestativo, a través de sus
Ordenanzas, sobre la cuota del impuesto –incrementada o no por la aplicación del coeficiente
municipal–, una bonificación que puede alcanzar, como máximo, el 75 por 100 de la cuota, en función
de la clase de carburante que consuma el vehículo y de la incidencia de la combustión de ese
carburante en el medio ambiente, así como en función de las características de los motores y su
incidencia medioambiental.

También podrán establecer una bonificación aplicable a la cuota, que puede alcanzar el 100 por
100 de la cuota, para los vehículos históricos, o aquellos que tuvieran una antigüedad mínima de 25
años desde la fecha de fabricación, o, si ésta no se conociera, tomando como tal la de su primera
matriculación, o, en su defecto, la fecha en que el correspondiente tipo o variante se dejó de fabricar.
Asimismo, en Ceuta y Melilla se bonificará la cuota al 50 por 100.

Se prevé el prorrateo del pago de la cuota del impuesto, por trimestres naturales, cuando se trate de
la primera adquisición o la baja definitiva del vehículo. Y también se disminuirá proporcionalmente la
cuota del Impuesto, por trimestres naturales, en los supuestos de baja temporal por sustracción o robo,
desde que se produzca dicha baja temporal en el registro público correspondiente. La transmisión del
vehículo no supone ni alteración alguna del período impositivo, ni devengo anticipado del mismo, ni
genera el derecho a prorratear la cuota resultante. En estos casos, el sujeto pasivo, titular del vehículo
a 1 de enero, será quien se habrá tenido que hacer cargo del pago del Impuesto. El Ayuntamiento del
domicilio del adquirente solamente tendrá derecho al cobro del Impuesto a partir del siguiente
ejercicio al de la adquisición.

8. GESTIÓN DEL IMPUESTO

La gestión, liquidación, inspección y recaudación, así como la revisión de los correspondientes


actos administrativos de gestión tributaria de este Impuesto, corresponde al Ayuntamiento del
domicilio que conste en el permiso de circulación del vehículo.

La Ley no fija ningún plazo para el pago del Impuesto. Será la correspondiente Ordenanza
Municipal la que deberá establecerlo, y, en su defecto, se aplicarán los plazos establecidos en el
Reglamento General de Recaudación.

Sin embargo, la Ley –al tratarse de uno de los supuestos de reserva de Ley, a que alude el art. 8.h)
de la LGT– sí que permite que los Ayuntamientos puedan exigir el Impuesto a través de
autoliquidaciones, previa aprobación de la correspondiente Ordenanza fiscal. Sin embargo, el sistema
habitual de gestión es el de los tributos de cobro periódico mediante notificación colectiva y emisión
del recibo. Para elaborar los correspondientes padrones, las Jefaturas Provinciales de Tráfico
comunicarán a los Ayuntamientos interesados tanto las matriculaciones como los demás cambios que
les afecten, por ejemplo, la baja definitiva del vehículo. Por otra parte, se establecen ciertas garantías

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relacionadas con el cobro del Impuesto, que implicarían la paralización por las Oficinas de Tráfico de
los eventuales expedientes de matriculación, certificación de aptitud para circular, reforma o
transferencia de los vehículos.

Por último, el cobro del tributo se rodea de una serie de garantías tendentes a evitar su elusión,
condicionando el cambio de la titularidad registral de un vehículo a la debida justificación del pago
del mismo.

6. IMPUESTO SOBRE INSTALACIONES, CONSTRUCCIONES Y OBRAS (ICIO).

Se regula en los artículos 100 a 103 RDL 2/2004. Es un impuesto real, objetivo e instantáneo. Es
un impuesto de establecimiento optativo por los municipios.

1. NATURALEZA Y FUENTES

El Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras –en adelante, ICIO– es un tributo


indirecto, que grava fundamentalmente la actividad constructiva, según los artículos 100 a 103 del
TRLey.

A pesar de que la Ley califica dicho tributo como indirecto, en puridad, no debe considerarse como
tal, puesto que la traslación de la carga tributaria, en este caso, se produce desde el sustituto (el
solicitante de la licencia, que generalmente será el constructor) al contribuyente (el dueño), no a un
tercero ajeno totalmente a la relación tributaria.

Además, y aunque no se haga referencia explícita en el TRLey, también son características de este
Impuesto, el ser real –porque en su hecho imponible no hay referencia a ninguna persona
determinada–, objetivo –al no tener en cuenta las circunstancias personales o familiares del sujeto–, y
de titularidad municipal, pero de exacción potestativa por el Ayuntamiento –en cuyo caso, deberá
acordar expresamente su imposición, y dictar, también, una Ordenanza Fiscal reguladora–. Las tareas
de gestión de este Impuesto corresponden al Ayuntamiento, aunque podrán establecerse fórmulas de
delegación y colaboración con otras Entidades territoriales.

Se trata de un Impuesto instantáneo, cuyo devengo se produce, y nace la consiguiente obligación,


en el momento de iniciarse la construcción, instalación u obra, aun cuando se haya solicitado la
licencia pero no se haya obtenido. Se entiende que el inicio se produce en el momento en el que se
realiza el replanteo previo de la obra, esto es, el marcaje en el terreno de la planta de la obra
proyectada, para proceder a su construcción. De no llegar a realizarse la obra, resultará procedente la
devolución de la cantidad abonada por este Impuesto, con los correspondientes intereses legales –
STSJ Andalucía (Granada), de 7 noviembre 2000–.

2. HECHO IMPONIBLE

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El hecho imponible de este Impuesto está constituido por la realización, dentro del territorio
municipal, de cualquier construcción, instalación u obra para la que se exija la obtención de la
correspondiente licencia de obras o urbanística o para la que se exija presentación de declaración
responsable o comunicación previa, siempre que la expedición de la licencia o la actividad de control
corresponda al ayuntamiento de la imposición. Se pretende gravar la capacidad económica que
exterioriza un sujeto por la realización de una obra, se haya obtenido licencia, o no.

En primer lugar, se nos habla de la realización de cualquier construcción, instalación u obra. La


amplitud de los términos utilizados permitiría someter a imposición, por este concepto, a la práctica
totalidad de las actividades que se desarrollan en la rama de la construcción, y aun en la industrial. Por
ello, los Tribunales Superiores de Justicia han tenido que salir al paso del gravamen indiscriminado de
todas ellas, acotando y puntualizando en qué casos se trata de construcciones u obras sometidas a
imposición, y en qué casos no; independientemente de que la normativa urbanística pudiera exigir la
previa concesión de licencia.

En segundo lugar, se exige que sea necesaria la obtención de la correspondiente licencia y que su
expedición corresponda al Ayuntamiento de la imposición. O, en el caso de para tal licencia no sea
exigible, sino que se exija presentación de declaración responsable o comunicación previa, sea el
Ayuntamiento a quien corresponda el control de la misma.

Así pues, ¿qué construcciones, instalaciones u obras precisan de licencia? No cabe duda de que
«todo acto de edificación» requiere la previa licencia municipal. La Ley advierte que el tributo será
exigible aunque no se haya obtenido esa licencia, tratando de evitar la eventual no sujeción de obras
ilegales o sin licencia.

3. EXENCIONES

Son operaciones exentas, con carácter general, las construcciones, instalaciones u obras, tanto de
inversión como de conservación, de las que sean dueñas el Estado, la Comunidad Autónoma o las
Entidades Locales, siempre que se destinen directamente a carreteras, ferrocarriles, puertos,
aeropuertos, obras hidráulicas o saneamiento de poblaciones y de sus aguas residuales –aunque su
gestión la realicen Organismos Autónomos–.

También resultan exentas, a pesar de haber sido una cuestión polémica, las obras, construcciones e
instalaciones de la Iglesia Católica, en virtud del Concordato con la Santa Sede, tal y como ha
reconocido la Orden del Ministerio de Hacienda, de 5 de junio de 2001.

Con la realización de determinados eventos culturales o deportivos, se establece la exención en


este Impuesto. Así, por ejemplo, las obras realizadas en relación con Madrid, Capital Europea de la
Cultura.

4. SUJETOS PASIVOS

Son sujetos pasivos, a título de contribuyente, las personas físicas o jurídicas y las entidades del
artículo 35.4 de la LGT que sean dueños de la construcción, instalación u obra, con independencia de
la titularidad del inmueble sobre el que recaen dichas actividades. A estos efectos y de acuerdo con la
Ley, tendrá la consideración de dueño quien soporte los gastos o el coste que comporte la realización
de la construcción, instalación u obra.

Por otra parte, en el supuesto de que la construcción, instalación u obra no sea realizada por el
contribuyente, será sustituto del contribuyente quien solicite las correspondientes licencias, presenten
las correspondientes declaraciones responsables o comunicaciones previas o quienes realicen las
construcciones, instalaciones u obras –generalmente el contratista–. El sustituto podrá exigir del
contribuyente el importe de la cuota tributaria satisfecha.

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5. CUANTIFICACIÓN DEL IMPUESTO

La cuota del Impuesto será el resultado de aplicar a la base imponible el tipo de gravamen.

La base imponible está constituida por el coste real y efectivo de la construcción, instalación u
obra, entendiéndose por tal, el coste de ejecución material de aquéllas.

No formará parte de la base imponible, el IVA y demás impuestos análogos propios de regímenes
especiales, las tasas, precios públicos y demás prestaciones patrimoniales de carácter público local
relacionadas con la construcción, instalación u obra. Tampoco se integrarán los honorarios de
profesionales, el beneficio empresarial del contratista ni cualquier otro concepto que no integre
estrictamente el coste de ejecución material.

A la base imponible se le aplicará el tipo de gravamen que cada Ayuntamiento haya establecido,
sin que pueda exceder del 4 por 100.

A la cuota íntegra se le podrán practicar aquellas bonificaciones que haya establecido el


Ayuntamiento en la correspondiente Ordenanza, de entre las siguientes:

a) Una bonificación de hasta el 95 por 100 a favor de las construcciones, instalaciones u obras que
sean declaradas de especial interés o utilidad municipal por concurrir circunstancias sociales,
culturales, histórico–artísticas o de fomento del empleo que justifiquen tal declaración. Corresponderá
dicha declaración al Pleno de la Corporación, y se acordará, previa solicitud del sujeto pasivo, por
voto favorable de la mayoría simple de sus miembros.

b) Una bonificación de hasta el 95 por 100 a favor de las construcciones, instalaciones u obras en
las que se incorporen sistemas para el aprovechamiento térmico o eléctrico de la energía solar para
autoconsumo. La aplicación de esta bonificación estará condicionada a que las instalaciones para
producción de calor incluyan colectores que dispongan de la correspondiente homologación de la
Administración competente.

c) Una bonificación de hasta el 50 por 100 a favor de las construcciones, instalaciones u obras
vinculadas a los planes de fomento de las inversiones privadas en infraestructuras.

d) Una bonificación de hasta el 50 por 100 a favor de las construcciones, instalaciones u obras
referentes a las viviendas de protección oficial.

e) Una bonificación de hasta el 90 por 100 a favor de las construcciones, instalaciones u obras que
favorezcan las condiciones de acceso y habitabilidad de los discapacitados.

Si concurre más de una bonificación, las que procedan se aplicarán de forma sucesiva sobre la
cuota resultante de practicar cada una de ellas. No obstante, la Ordenanza fiscal correspondiente podrá
determinar si todas o algunas de las citadas bonificaciones resultan de aplicación simultánea, o no.
Además, en la respectiva Ordenanza se contemplarán los restantes aspectos sustantivos y formales de
estas bonificaciones.

El TR prevé que la Ordenanza fiscal municipal permita la deducción, en la cuota íntegra o


bonificada del Impuesto, del importe satisfecho o que deba satisfacer el sujeto pasivo en concepto de
tasa por el otorgamiento de la licencia urbanística correspondiente a la construcción, instalación u
obra.

En Ceuta y Melilla la cuota de este impuesto se bonifica al 50 por 100 por imperativo legal.

6. GESTIÓN DEL IMPUESTO

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La gestión corresponde íntegramente al Ayuntamiento titular del tributo, que podrá exigirlo en
régimen de autoliquidación.
Cuando el impuesto se exija según el esquema clásico de gestión, la Ley prevé que el
Ayuntamiento practique una liquidación provisional a cuenta, cuando se inicie la construcción,
instalación u obra, aunque no se haya solicitado, concedido o denegado la correspondiente licencia
urbanística.

En esta liquidación provisional se tomará, como base imponible el presupuesto visado por el
Colegio Oficial correspondiente, si éste fuera preceptivo, o en función de los índices o módulos que,
en su caso, haya establecido el Ayuntamiento a través de la correspondiente Ordenanza.

Finalizada la obra, y teniendo en cuenta su coste real y efectivo, el Ayuntamiento, previa


comprobación administrativa, en su caso, modificará la base imponible reflejada en la liquidación
provisional, dictando la correspondiente liquidación definitiva. Que puede comportar un ingreso del
sujeto, o bien dar lugar a un reintegro de la cantidad correspondiente.

En la correspondiente Ordenanza fiscal, el Ayuntamiento podrá establecer sistemas de gestión


conjunta y coordinada de este Impuesto y de la tasa devengada por el otorgamiento de la preceptiva
licencia municipal.

7. IMPUESTO SOBRE EL INCREMENTO DEL VALOR DE LOS TERRENOS DE


NATURALEZA URBANA (IIVTNU).

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El impuesto grava las plusvalías puestas de manifiesto en el momento de su transmisión (o


constitución de derechos reales), referidas solamente al valor del suelo de naturaleza urbana. La
declaración de inconstitucionalidad de la STC 182/2021 establece una limitación de efectos que
también ha sido objeto de una gran controversia.

Se aprobó el RDLey 26/2021, que introdujo algunas reformas sustanciales en la LHL: (i) declaró la
no sujeción de los supuestos de no incremento de valor; (ii) declaró la sujeción de los incrementos de
valor generados en menos de un año; (iii) modificó los porcentajes de incremento de valor; (iv)
reconoció la posibilidad de aplicar la estimación directa si era más beneficiosa para el contribuyente;
(v) mantuvo el límite máximo de tipo de gravamen del 30%.

En la actualidad se está tramitando un proyecto de ley con el mismo contenido del RDLey, aunque
en el debate parlamentario podría modificarse.

1. Hecho imponible

• El IIVTNU es un tributo directo que grava el incremento de valor que experimenten los terrenos de
naturaleza urbana y que se ponga de manifiesto a consecuencia de la transmisión de la propiedad de
los terrenos por cualquier título o de la constitución o transmisión de cualquier derecho real de goce,
limitativo del dominio, sobre los referidos terrenos (art. 104.1 LHL).
• También somete a gravamen los incrementos de valor que experimenten los terrenos integrados en
los bienes inmuebles clasificados como de características especiales (BICE) a efectos del IBI.
• La capacidad económica sometida a tributación es, por tanto, la renta obtenida por el titular de los
terrenos en el momento de su transmisión (o constitución de derechos reales sobre los mismos).

2. No sujeción (rústicos)

• El art. 104.2 LHL declara la no sujeción del incremento de valor que pudieran experimentar los
terrenos que tengan la consideración de rústicos a efectos del IBI.

No sujeción: sociedad conyugal, separación y divorcio


• No están sujetas las aportaciones de bienes y derechos realizadas por los cónyuges a la sociedad
conyugal, adjudicaciones que a su favor y en pago de ellas se verifiquen y las transmisiones que se
hagan a los cónyuges en pago de sus haberes comunes (art. 104.3 LHL).
• Tampoco están sujetas las transmisiones de bienes inmuebles entre cónyuges o a favor de los hijos,
como consecuencia del cumplimiento de sentencias en los casos de nulidad, separación o divorcio
matrimonial, sea cual sea el régimen económico matrimonial.
No sujeción: inexistencia de incremento de valor
• El art. 104.5 LHL declara la no sujeción de las transmisiones de terrenos en las que se constate la
inexistencia de incremento de valor, cuya determinación tendrá lugar por la diferencia entre los
valores de dichos terrenos en las fechas de transmisión y adquisición.
• Para ello, “el interesado en acreditar la inexistencia de incremento de valor deberá declarar la
transmisión, así como aportar los títulos que documenten la transmisión y la adquisición”.

• El art. 104.5 LHL añade que, a estos efectos, se tomará como valor de transmisión o de adquisición
el mayor de los siguientes valores: “el que conste en el título que documente la operación [el
declarado en ISD en transmisiones lucrativas] o el comprobado, en su caso, por la Administración
tributaria”.

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• A los efectos de ese cálculo, no se computarán los gastos o tributos que graven las transmisiones
realizadas.
• También dispone que, cuando se transmita suelo y construcción, se aplicará la misma proporción en
que se encuentren en la valoración catastral a fecha del devengo.
• Finalmente, se dispone que el período de generación computado en una transmisión no sujeta porque
no hubo incremento no se tendrá en cuenta para el cálculo del incremento de valor en la siguiente
transmisión

3. No sujeción (otras normas):


a) Transmisiones derivadas de fusiones, escisiones y aportaciones de activos, realizadas según el
régimen especial previsto en los arts. 76 y ss. LIS (DA 2ª LIS).
b) Las transmisiones de terrenos por aportación de los propietarios incluidos en la actuación de
transformación urbanística, o en virtud de expropiación forzosa, y las adjudicaciones a favor de
dichos propietarios en proporción a los terrenos aportados por los mismos, estarán exentas, con
carácter permanente, “no tendrán la consideración de transmisiones de dominio a los efectos de la
exacción del Impuesto sobre el IIVTNU” (art. 23.7 TRLS)

4. No sujeción (jurisprudencia)
a) Adjudicaciones de pisos o locales a los socios cooperativistas (SSTS de 08/11/1993 y contestación
DGT V2399-09, de 26/10/2009).
b) Consolidación del dominio por fallecimiento del usufructuario (STS 16/01/1999).
c) Disolución de la comunidad cuando constituya una especificación de derechos 08/07/2000).
d) Exceso de adjudicación en la partición de una herencia, aunque determina una compensación en
metálico (SSTS 17/12/1997 Y 19/12/1998).

5. EXENCIONES:

- Exenciones objetivas.
El art. 105 LHL reconoce las siguientes exenciones objetivas:
a) La constitución y transmisión de derechos de servidumbre.
b) Las transmisiones de bienes que se encuentren dentro del perímetro delimitado como
Conjunto Histórico-Artístico.
c) Las transmisiones realizadas con ocasión de la dación en pago de la vivienda habitual del
deudor hipotecario o garante del mismo, para la cancelación de deudas garantizadas con
hipoteca que recaiga sobre la misma.
d) Las transmisiones de la vivienda en que concurran los requisitos anteriores, realizadas en
ejecuciones hipotecarias judiciales o notariales

- Exenciones subjetivas (LHL):


El art. 105 LHL reconoce las siguientes exenciones subjetivas:
a) El Estado, las comunidades autónomas y las entidades locales, así como los organismos autónomos
del Estado y las entidades de derecho público de análogo carácter de las comunidades autónomas y de
dichas entidades locales.
b) El municipio de la imposición y demás entidades locales integradas o en las que se integre dicho

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municipio, así como sus respectivas entidades de derecho público de análogo carácter a los
organismos autónomos del Estado.

c) Las instituciones que tengan la calificación de benéficas o de benéfico-docentes.


d) Las entidades gestoras de la Seguridad Social y las mutualidades de previsión social.
e) Los titulares de concesiones administrativas revertibles respecto a los terrenos afectos a éstas.
f) La Cruz Roja Española.
g) Las personas o entidades a cuyo favor se haya reconocido la exención en tratados o convenios
internacionales.

- Exenciones subjetivas (otras normas)


a) La iglesia católica y otras religiones, tal y como se reconoce en el.Acuerdo con la Santa Sede y
otros acuerdos adoptados en virtud de la Ley Orgánica 7/1980, de 5 de julio, de Libertad Religiosa.
b) Entidades sin fines lucrativos acogidas al régimen especial (tanto por transmisiones como por
adquisiciones, arts. 15.3 y 23.2 Ley 49/2002).
c) Banco de España (art. 5 Ley 13/1994, de 1 de junio).

6. SUJETOS PASIVOS:

a. Sujetos pasivos-contribuyentes
• El art 106 LHL establece un contribuyente distinto en función de que la transmisión sea a título
lucrativo u oneroso:
a) En las transmisiones a título lucrativo, el adquirente.
b) En las transmisiones a título oneroso, el transmitente.

• Los entes sin personalidad jurídica mencionados en el art. 35.4 LGT tienen aquí especial
protagonismo, especialmente las herencias yacentes, a las que se les podrá exigir el pago del impuesto
si se retrasara la adjudicación de bienes de la herencia.

• Aunque siempre fueron habituales los pactos sobre el pago del. IIVTNU, conviene recordar que el
art. 18 LGT establece la indisponibilidad de la obligación tributaria.

b. Sujetos pasivos sustitutos


• El art 106.2 LHL dispone que si el contribuyente de una transmisión onerosa es una persona física
no residente en España, tendrá la consideración de sustituto del contribuyente el adquirente. La
función de esta sustitución es la habitual: facilitar a la Administración la gestión tributaria.

7. Base imponible: descripción

• El art. 107.1 LHL dispone que “la base imponible de este impuesto está constituida por el
incremento del valor de los terrenos, puesto de manifiesto en el momento del devengo y
experimentado a lo largo de un período máximo de 20 años”.

• Se puede determinar por estimación objetiva, mediante la aplicación de coeficientes al valor de los

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terrenos; o por estimación directa, mediante comparación entre valores de transmisión o de


adquisición.

7.1 Valor del terreno:

a) transmisión de la propiedad
• En las transmisiones de terrenos, el valor de éstos en el momento del devengo será el que tengan
determinado en dicho momento a efectos del IBI.
• Si el valor anterior no reflejara modificaciones de planeamiento ulteriores, se liquidará
provisionalmente el impuesto y, una vez conocido el valor catastral a la fecha del devengo, se dictará
liquidación definitiva.
• Si el terreno no tuviera determinado el valor catastral a fecha del devengo, el ayuntamiento podrá
practicar la liquidación cuando el referido valor catastral sea determinado, refiriendo dicho valor al
momento del devengo.

b) derechos reales
a) En el usufructo temporal, el porcentaje será el resultado de multiplicar 2% por el número de años
del usufructo (máximo 70%)
b) En el usufructo vitalicio, el porcentaje será del 70% cuando el usufructuario cuente menos de
veinte años, minorando, a medida que aumenta la edad, en la proporción de un 1% menos por cada
año más, con el límite mínimo del 10%.

c) derecho a construir nuevas plantas


el art. 10 TRITPAJD no valora esos derechos en función de un porcentaje, sino “por el capital, precio
o valor que las partes hubiesen pactado al constituirlos…”.

d) expropiaciones forzosas
• En los supuestos de expropiaciones forzosas, los porcentajes anuales se aplicarán sobre la parte del
justiprecio que corresponda al valor del terreno (pero si el valor catastral del suelo fuera inferior se
aplicará éste último).
• Según esta regla, si el valor de expropiación es superior al catastral, se aplicará el catastral. Si es
inferior, se aplicará a dicho valor el porcentaje del valor catastral total que esté constituido por el
suelo (el valor catastral total es la suma del valor del suelo y la construcción, y cada uno representa un
porcentaje del total).

7.2. Valor del terreno: reducciones por actualizaciones catastrales


• Para atenuar el efecto de las valoraciones colectivas de carácter general, el art. 107.3 LHL autoriza
en esos casos el establecimiento de una reducción de esos valores catastrales, con las limitaciones
siguientes:
a) La reducción, en su caso, se aplicará, como máximo, respecto de cada uno de los cinco primeros
años de efectividad de los nuevos valores catastrales.
b) La reducción tendrá como porcentaje máximo el 60%.
c) El valor catastral reducido en ningún caso podrá ser inferior al valor catastral del terreno antes del
procedimiento de valoración colectiva.

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7.3. Base imponible en estimación objetiva


• La base imponible será el resultado de aplicar al valor del terreno el coeficiente determinado por el
ayuntamiento para cada período de generación.
• El período de generación es el número de años completos a lo largo de los cuales se puso de
manifiesto el incremento.
• En el caso de que el periodo de generación sea inferior a un año, se prorrateará el coeficiente anual
teniendo en cuenta el número de meses completos.

7.4. Base imponible en estimación directa


• Procede a instancia del sujeto pasivo, y procederá siempre que se constate que el importe del
incremento de valor es inferior al importe de la base imponible determinada por estimación objetiva.
• Se calcula mediante la comparación del valor del suelo en el momento de la transmisión y en el
momento de la adquisición, de acuerdo con las reglas establecidas para determinar la no sujeción por
inexistencia de incremento.
• No se computan gastos y tributos inherentes a la transmisión o adquisición, ni tampoco se aplican
coeficientes correctores de la inflación.

8. Tipo de gravamen (108 TRLRHL)


• El art. 108 LHL dispone que el tipo de gravamen “será el fijado por cada ayuntamiento, sin que
dicho tipo pueda exceder del 30%”.
• En Guipúzcoa y Bizkaia el tipo de gravamen no puede exceder del 15%, y en Navarra no puede
exceder del 25%.
• Los ayuntamientos podrán fijar un solo tipo de gravamen o uno para cada uno de los períodos de
generación del incremento de valor.

9. Bonificaciones: mortis causa


• Según el art. 108.4 LHL, las ordenanzas podrán establecer “una bonificación de hasta el 95% de la
cuota íntegra del impuesto, en las transmisiones … realizadas a título lucrativo por causa de muerte a
favor de los descendientes y adoptados, los cónyuges y los ascendientes y adoptantes”.
• En muchos municipios se limita la bonificación a la transmisión de la vivienda habitual y, además,
se vincula la aplicación de esa bonificación potestativa a la presentación en plazo de la
autoliquidación.

9.1. Bonificaciones: actividades de especial interés


• Según el art. 108.5 LHL, “las ordenanzas fiscales podrán regular una bonificación de hasta el 95%
en las transmisiones de terrenos…sobre los que se desarrollen actividades económicas que sean
declaradas de especial interés o utilidad municipal por concurrir circunstancias sociales, culturales,
histórico artísticas o de fomento del empleo que justifiquen tal declaración. Corresponderá dicha
declaración al Pleno de la Corporación y se acordará, previa solicitud del sujeto pasivo, por voto
favorable de la mayoría simple de sus miembros”.

10. Devengo: regla general


• El art. 109.1 LHL dispone que el impuesto se devenga:

a) Cuando se transmita la propiedad del terreno, …en la fecha de la transmisión.

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b) Cuando se constituya o transmita cualquier derecho real…, en la fecha en que tenga lugar la
constitución o transmisión.

• En las transmisiones mortis causa, el devengo es el momento del fallecimiento del causante, no el de
aceptación de la herencia.

11, Gestión: declaración o autoliquidación


• La ordenanza fiscal determinará el deber de presentar declaración o autoliquidación por parte de los
sujetos pasivos (art. 110 LHL), que deberá presentarse en los siguientes plazos a contar desde la fecha
del devengo:
a) Cuando se trate de actos ínter vivos, el plazo será de treinta días hábiles.
b) Cuando se trate de actos por causa de muerte, el plazo será de seis meses
prorrogables hasta un año a solicitud del sujeto pasivo.

Actualidad jurídica respecto su constitucionalidad

• La STC 182/2021, de 26 de octubre de 2021, declara la nulidad de los preceptos


reguladores del impuesto sobre el incremento de valor de los terrenos de naturaleza
urbana que establecen un sistema objetivo y de imperativa aplicación para la
determinación de la base imponible del tributo (SSTC 59/2017 y 126/2019).

• El Real Decreto-ley 26/2021 del 8 de noviembre estableció la nueva normativa en


el sistema de este impuesto. De esta manera se pretende adaptar el tributo a las
fluctuaciones del precio de la propiedad para reconocer la ganancia real.

El Real Decreto-ley 26/2021 establece un doble sistema para la determinación de la base sobre la
cual se
calcula la plusvalía municipal. Los contribuyentes podrán elegir la más beneficiosa a su situación.

1. Sistema objetivo

Para la estimación objetiva, el ayuntamiento dispone de coeficientes que se establecen en función


del plazo transcurrido desde la adquisición del terreno hasta su transmisión.

Los coeficientes tienen en cuenta plazos de tenencia del inmueble que van desde menos de un
año a 20 o más años. Los coeficientes se incrementan cuanto mayor es el tiempo transcurrido. Por
ejemplo, a un período inferior a un año, corresponde un coeficiente de 0,14. Si es de 20 o más años,
el coeficiente es de 0,45.

¿Cómo se usa este coeficiente?

Se multiplica el valor catastral del terreno en el momento de la transferencia por el coeficiente


correspondiente. Los coeficientes serán actualizados anualmente, en función de la evolución del
mercado inmobiliario.

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2. Estimación directa

Esta forma de calcular el valor imponible consiste en comparar el valor de compra y el valor de
venta del inmueble. La ley entiende que de esta forma se puede estimar la ganancia real.

Si el valor que se obtiene por este método es menor que el que resulta de la estimación objetiva, se
puede tomar como base este cálculo. Es decir, que es válida la opción de la estimación que más
convenga al contribuyente.

En el cómputo de años transcurridos entre la compra y la transferencia, se considerarán años


completos, sin tener en cuenta las fracciones. En caso de que sea menor a un año, se calculará
proporcionalmente al número de meses completos.

La ley otorga a los ayuntamientos la potestad de aplicar un coeficiente reductor sobre el valor
estimado que refleje su actualización con un máximo de 15%.

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