Edición Vol 15
Edición Vol 15
Edición Vol 15
ORGANIZATION
Executive Editors
Gustavo Costa
Mónica Fernández-Martins
Faculty Advisor
Sara Guenguerich, Texas Tech University
Susan Larson, Texas Tech University
All rights reserved. No part of this publication covered by the copyright hereon may be
reproduced or used in any form or by any means—graphic, electronic, or mechanical, including
photocopying, recording, taping or information retrieval systems—without Céfiro’s written
permission
Céfiro is a graduate student organization at Texas Tech University committed to the investigation
and diffusion of Latin American and Iberian literary and cultural creations. Its journal publishes
critical and fictional works on a wide range of themes and authors. Céfiro’s journal is intended to be
inclusive in its publications while maintaining its professionalism and integrity as an Academic
Journal. We invite submissions of creative works, of no more than fifteen double-spaced pages
written in Spanish, or Portuguese, critical works of no more than twenty double-spaced pages
written in Spanish, Portuguese, or English, and film and book reviews.
Céfiro
A JOURNAL OF THE CÉFIRO GRADUATE STUDENT ORGANIZATION
TEXAS TECH UNIVERSITY CMLL M/S 42071
Lubbock, TX 79409-2071
Articles can be submitted via e-mail at [email protected]. MLA style should be used with
parenthetical documentation and list of works cited. In a separate file, type your name,
institutional affiliation, mailing address and e-mail address. The article submission should have
no evident references to its author.
LITERARY CRITICISM
Cernuda y Prados:
Acordes y Desacuerdos Poéticos
Marina Casado 01
CREATIVE WRITING
Nicanor
Mario G. Beruvides 166
Marina Casado
Universidad Complutense de Madrid
La lectura de textos anteriores constituye el primer paso para la construcción de una nueva
permite a los nuevos autores desarrollar su mensaje propio. Este principio, esgrimido ya por
Hugo de San Víctor allá por 1128, no impide que el nuevo mensaje sea también el resultado del
contacto con otros textos con los que, a pesar de partir de un desacuerdo, puede mantener una
relación de complementariedad, tal y como nos muestran las sendas emprendidas por la literatura
objeto literario en sí. Esto es lo que sucede precisamente con un núcleo de un movimiento y uno
de sus márgenes; en concreto, con la obra y la personalidad, finalmente confrontada, del sevillano
Luis Cernuda y del malagueño Emilio Prados, un interesante diálogo literario y un desencuentro
aquél viajó a Málaga, donde residía Prados, para conocer de cerca a los editores que habían dado
a la imprenta el año anterior su primer libro, Perfil del Aire: el propio Prados y su socio, el
también poeta Manuel Altolaguirre. Publicado como suplemento del tercer número de la revista
Litoral, fundada por el autor de La tierra que no alienta ese mismo año gracias a la Imprenta Sur
1
sentencioso y melancólico Prados –así lo definió Juan Rejano– descubrieron que los unían
numerosas afinidades éticas y estéticas, iniciando así una relación amistosa basada en una
inmensa complicidad intelectual, que conduciría a la convergencia, durante algunos años, de sus
Por entonces, Prados, tres años mayor que Cernuda, ya había entrado en contacto con
dicho movimiento –su primera obra con tintes surrealistas, Mosaico, fue escrita en 1924– y
hecho, sus primeros poemas surrealistas, publicados en Un Río, un Amor, no fueron escritos hasta
1929.
Aunque en un principio podría pensarse que las personalidades de uno y otro no tenían
nada que ver –Prados siempre destacó por su bondad tanto como Cernuda por su “antipatía”-, lo
cierto es que confluyeron en numerosos puntos: ambos fueron personas huidizas, introvertidas,
celosas de su privacidad y complicadas a la hora de ser abordadas por la crítica, fieles al bando
Nada más conocerse en Málaga, las afinidades que encontraron les llevaron a concebir el
que sería su primer proyecto en común: la creación de una Antología de poetas contemporáneos,
cuya selección sería muy distinta a la realizada por Gerardo Diego tres años más tarde. Cernuda y
Prados se sentían, de algún modo, alejados del resto de la generación del 27, por considerar a los
opinión, no tenía cabida la pasión amorosa. Finalmente, aquella recopilación no vio la luz,
posiblemente por el traslado temporal de Cernuda a Toulousse, donde Pedro Salinas le había
conseguido un puesto como lector de español. Esto no impidió que se forjase, a partir de
2
entonces, una progresiva conexión intelectual entre ambos poetas, según se aprecia en la
correspondencia entre Prados y el librero de la generación del 27, León Sánchez Cuesta, que
refleja los pedidos de libros que realizaba Prados, para los que tenía muy en cuenta el criterio de
que llegan desde Europa y que Cernuda conocía bien gracias a su trabajo, durante aquellos años,
surrealismo –con las obras Un río, un amor y Los placeres prohibidos– como aventura
identitaria: “No deje de mandarme lo que salga nuevo de surrealismo únicamente. Cernuda le
indicará”, escribe Prados a Sánchez Cuesta (Chica 90). Es este el período más estable en la
embarcarse en un nuevo proyecto para el que volvería a contar con la ayuda de Luis Cernuda: la
creación de un grupo surrealista español. En un principio, contaron con Vicente Aleixandre, José
María Hinojosa y Manuel Altolaguirre y más adelante en figuras como Salvador Dalí, pero la
frustraron el proyecto en 1931. De haber llegado a buen puerto el plan, Prados se habría
alejamiento entre Emilio Prados y dos de sus amigos más cercanos, Luis Cernuda y Vicente
Aunque los tres amigos habían decidido que rechazarían ser incluidos en dicha antología por las
diferencias que encontraban entre sus respectivas obras y las del resto de los poetas incluidos en
ella, finalmente, Aleixandre y Cernuda aceptaron formar parte del proyecto, dejando solo a
3
También en torno a 1931, la complicidad existente entre Cernuda y Prados se fue
desvaneciendo al agrandarse las brechas de pensamiento que los separaban. Esos desacuerdos
poéticos, unidos quizá a algún desencuentro afectivo ocurrido entre ambos, terminaron casi por
completo con una amistad potencialmente fecunda en acordes. Cernuda abandonó la escritura
surrealista hacia 1932, cuando comenzó a escribir los poemas que compondrían la obra Donde
habite el Olvido. En Prados, el surrealismo duraría algo más, pero en 1936 ya se adentró de lleno
en la poesía social que cultivaría con éxito durante los años de Guerra Civil en España. Así pues,
el primero siguió centrado en sí mismo, mientras que los versos del segundo se abrieron a la
humanidad.
Tiene lugar durante la infancia y se traduce como revelación casi divina en la que la Naturaleza
habla por primera vez con el niño, el futuro poeta que aún no comprende ese mensaje inefable en
su complejidad ni es capaz de asumir todo lo que conlleva, aunque lo intuye. Así, en “Belleza
Apoyado sobre el quicio de la ventana, nostálgico sin saber de qué, miró al campo largo
rato.
Como en una intuición, más que en una percepción, por primera vez en su vida adivinó la
hermosura que todo aquello que sus ojos contemplaban. Y con la visión de esa hermosura
oculta se deslizaba agudamente en su alma, clavándose en ella, un sentimiento de soledad
hasta entonces para él desconocido.
El peso del tesoro que la naturaleza le confiaba era demasiado para su solo espíritu aún
infantil, porque aquella riqueza parecía infundir en él una responsabilidad y un deber, y le
asaltó el deseo de aliviarla con la comunicación de los otros. Mas luego un pudor extraño
le retuvo, sellando sus labios, como si el precio de aquel don fuera la melancolía y
aislamiento que lo acompañaban, condenándole a gozar y a sufrir en silencio la amarga y
4
divina embriaguez, incomunicable e inefable, que ahogaba su pecho y nublaba sus ojos de
lágrimas.
capacidad no elegida de vislumbrar la belleza oculta que existe en las cosas y que, sin embargo,
hace pagar un precio muy alto a quien la posee: el de la soledad y el aislamiento. En el poeta, la
intuición primera de esta facultad nace junto al anuncio, al presentimiento de esa soledad,
sentimiento “hasta entonces para él desconocido” que le acompañará el resto de su vida. El poeta
es héroe, una especie de elegido divino cuyo poder le otorga la Naturaleza –uno de los centros de
la poética cernudiana–, con la que está en deuda y mantiene una estrecha relación.
La poética de Emilio Prados defiende una idea muy similar. En una anotación titulada
Por tres noches oscuras, tiene que atravesar, para vivir, el hombre: la primera es la
infancia. En ella sólo alcanza a ver las cosas que le rodean, sin conocer sus nombres, sin
poder comprender la esencia de ellas. Por eso, el hombre se pasma ante lo que contempla
y aún no teniendo conciencia de sí mismo, se pierde de él, abriéndose amorosamente al
universo que ama sin saberlo. Es entonces cuando el universo comienza a hablar a su
modo, con su presencia, removiendo dentro del niño todo aquello de más valor que trae,
como herencia de luz, en su sangre.
Ese dolor que aún le falta al niño, pero que intuye, emparenta con la soledad cernudiana,
una fatalidad de la que no hay manera de zafarse. El mensaje del universo, la “historia del viento”
en la materia lírica en Cernuda. Prados, por tanto, debe también su don a la relación intrínseca
que mantiene con el mundo natural y el universo desde la infancia. De hecho, su atracción por la
5
naturaleza y, en concreto, por el mar, lo llevaron a escribir uno de sus poemas más telúricos, “El
platónica y del psicoanálisis, que adquirió en las Universidades de Friburgo y Berlín. Cuando el
andaluz Juan Rejano, con el que compartió exilio, se refirió a su condición de campesino bético,
que escribe un verso perfecto como un trébol y que rinde tributo a la tierra de origen, hacía
precisamente hincapié en el vínculo de Prados con el orbe natural. Su concepto de la vida y de los
ciclos naturales como un tránsito, del mar como un eterno retorno, lo emparentan sin duda con
los Campos de Castilla (1912-1917) de Machado, con composiciones como “A orillas del
Duero”, donde los elementos del paisaje van “¡como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!”.
genérico, y la concepción lírica y selectiva de Cernuda. Prados supone que la humanidad entera
es capaz de percibir el mensaje de la Naturaleza y Cernuda reserva esa tarea a unos pocos
elegidos. Para Prados, cualquier ser humano puede llegar a ser poeta, pulsando las teclas
adecuadas de su alma; mientras que Cernuda cree que se trata de un don con el que se nace, o de
una maldición de la que no se puede escapar. Ese primer desacuerdo, que conmina a Prados a
“ser elegido”, se convertirá en uno de los gérmenes de la brecha que acabará separándolos en
años posteriores.
Esta idea de la capacidad poética como regalo de la Naturaleza que ocasiona dolor y
soledad surge ya en el Romanticismo, etapa que tanta influencia tuvo en ambos. En su estudio El
6
Atraídos igualmente por el primer romanticismo europeo, cada uno de ellos hará una
lectura distinta del mismo, traduciendo la doble vertiente implícita en el movimiento.
Mientras Cernuda (siguiendo la visión que poetas como Hölderlin tienen del paganismo
antiguo), asume progresivamente la imagen del poeta maldito, encastillado en su
subjetividad, Prados, por vía de la ascesis y la renuncia, subraya los elementos platónicos
y marcadamente cristianos que encuentra en figuras como Novalis. (Chica 70)
La actitud de Prados es, por tanto, expansiva hacia el mundo, deseosa de fundirse con él,
alejándose.
Dejando aparte esta diferencia, el hecho de que tanto uno como otro conocieran tan bien a
los románticos alemanes supone, a la hora de enfocarlo a través de la perspectiva del surrealismo,
asumir que ahondaron en las raíces del movimiento decimonónico. André Breton, el fundador y
líder carismático del surrealismo, partió del romanticismo para establecer la base doctrinal del
movimiento, llevando al extremo, por ejemplo, las oposiciones románticas de poesía y razón,
noche y día o sueño y vigilia, para propugnar la imaginación liberada de todos los límites
pragmática. No perdamos de vista las parejas de contrarios parminoideos de Prados que conduce
síntesis.
surrealismo, ya que no se limitan a “traducir” o tomar como guía a los surrealistas galos, sino que
además beben directamente en las fuentes de las que ha surgido el movimiento. Por ello, se puede
afirmar que la concepción del surrealismo en Prados y Cernuda es más “auténtica” que en otros
autores españoles.
7
Al poco tiempo de conocerse, en el año 1928, Cernuda y Prados fueron conscientes de esa
Además de concebir ambos la poesía como un tesoro ofrecido por la Naturaleza al poeta
situar el amor como centro alrededor del cual gira toda su obra. Prados lo explica del siguiente
modo “Y si aparentemente mi poesía conmigo oscila entre el ser y el no-ser es por amor. […] Al
centro de su fiel en equilibrio, apasionadamente consumida por amor, la poesía se hace palabra”
(Prados 165).
En Prados, como reflejan estas palabras, el amor es aquello que “hace palabra” a la
poesía. Coincide con los siguientes versos de Cernuda, pertenecientes al poema “A un poeta
futuro” (1941), en los que realiza una especie de confesión poética: “Nunca han de comprender
que si mi lengua / El mundo cantó un día, fue amor quien la inspiraba” (Cernuda 341). Así pues,
tanto en Cernuda como en Prados la palabra también surge por empuje del sentimiento amoroso.
los aleja de otros poetas de la Generación del 27, a los que consideran inmersos en un frío
formalismo que a ellos no les permitiría expresar el torrente de sentimientos que los embarga.
la expresión de sus sentimientos. El surrealismo adquiere para ellos una importancia no solo
estética o literaria, sino también vital. El cauce de rebeldía moral que implica el movimiento, de
8
sublevación contra los convencionalismos sociales, fue un elemento que se mantuvo en ambos
poetas a lo largo de toda su trayectoria, a pesar de que su etapa surrealista propiamente dicha no
ocupara más que unos años. Fue lo que el investigador Patricio Hernández denominó “ética
Afirma Harold Bloom en La ansiedad de la influencia. Una teoría de la poesía, que “la
verdad más grande de la influencia literaria es que es una ansiedad irresistible” (20). Ninguno de
los dos se sustrajo a esa fuerza poderosa. La importancia concedida por ambos al amor, a la
pasión, se traduce en una preferencia, en cuanto a lecturas surrealistas, por el francés Paul Éluard
(1895-1952). Éluard, frente a otros surrealistas, posee una visión onírica menos abstracta,
“acompañada de una honda efusión sentimental ante lo humano, y traspasada de una esperanza y
una capacidad de transfiguración muy cercanas a lo religioso” (Chica 81). Por eso, la lectura de la
obra de L’Amour la Poésie en 1929 produjo en Prados un cruce entre la crisis espiritual que por
entonces sufría –que le iban acercando cada vez más a un cierto misticismo predominante en su
Prados. Tanto en la obra de Cernuda como en la de Prados, esa conexión con Éluard desembocará
en la asunción del fracaso al que está condenado el mundo amoroso en sus poesías, desde la
visión romántica. Y también de la concepción del amor como única vía de reconquistar la
Mas a pesar de hacer girar sus respectivas poéticas en torno al común eje del amor, no se
trataba del mismo concepto de amor en uno y otro caso. Esa diferencia sería otro de los grandes
9
Tanto Cernuda como Prados se hallaban inmersos en una profunda crisis existencial en el
orientación sexual, y eso les producía angustia y la necesidad de internarse por su propio
lectura de la obra del francés André Gide (1869-1951), cuya actividad en estos años fue decisiva
Comencé a leer a André Gide, del cual Salinas me dejó primero, no sé si sus Prétextes o
sus Noveaux Prétextes, y luego sus Morceaux Choisis. […] Me abría el camino para
resolver, o para reconciliarme, con un problema vital mío decisivo. […] La sorpresa, el
deslumbramiento que suscitaron en mí muchos de los Morceaux, no podría olvidarlos
nunca; allí conocí a Lafcadio, y quedé enamorado de su juventud, de su gracia, de su
libertad, de su osadía. (Cernuda 628)
Con ese “problema vital suyo decisivo”, Cernuda se refiere a la homosexualidad, que
finalmente acabó asumiendo. En cuanto al “Lafcadio” que menciona, se trata de Lafcadio Wluki,
personaje de la obra gideana Les caves du Vatican. Cernuda además ejerció de mediador con
Emilio Prados, que a su vez también se interesó vivamente por la obra del francés. Afirma
Participan de una problemática vital que explica la proximidad que encuentran en una
obra como la de Gide, justificativa de la impetuosa necesidad de libertad y búsqueda
intelectual que ambos persiguen. Sin olvidar que la exaltación gideana de los sentidos
venía contrarrestada por un fondo moral y religioso en el que quedaban igualmente
implicadas las preocupaciones de Prados. (Chica 90)
alcanzar solamente el placer momentáneo que surge del deseo, una idea que condena al sujeto a
10
idealizados: cuerpos de adolescentes cuya belleza es similar a la de las estatuas de la Grecia
Clásica. En ese sentido, el ensayista y guionista de cine Gore Vidal indica que la represión de la
manifestación sexual es tan abundante por “la heredad del ethos judeocristiano, […] el amor
Emilio Prados, sin embargo, profundiza aún más en Freud para dar una respuesta a la
[…] El amor tendrá, espiritualmente, ambos sexos (no será asexuado) y se fecundará a sí
mismo. (Prados 190)
homoerotismo latente, nunca asumido por completo, que lo condujo a establecer relaciones de
amor-amistad a lo largo de su vida, como la que experimentó con Federico García Lorca durante
los años veinte. Se podría tratar de una explicación para justificar su defensa de la idea –basada
en Freud- del amor como sentimiento espiritual que no distingue entre sexos. De esa forma, la
poesía surrealista de Prados fue avanzando hacia la consideración del objeto amoroso como un
humanidad. El pesimismo de Cernuda, que se resigna a concebir el amor como algo inalcanzable,
es optimismo en Prados, quien proyecta ese sentimiento -también inalcanzable a nivel personal-
hacia una dimensión unitaria, altruista, absolutamente platónica y espiritual, muy relacionada con
lo religioso. En relación con esta idea, escribe Cernuda en 1931 acerca de Prados:
11
En él la pasión vence y triunfa de la palabra […] No conozco poeta español actual que en
este terreno le supere; es el más apasionado de todos ellos. […] Mas hay en sus palabras,
en el ambiente exterior donde resuenan, cierto abandono, como si para aquel que las
pronuncia sólo importara su contenido lírico, sin contar con la inevitable deformación
verbal. Olvidemos la desviación que tales palabras infligen al lirismo que expresan de
modo inseguro; éste entonces surge poderoso y visible. Es el triunfo de la poesía sobre la
palabra, su mezquino instrumento. (Chica 82)
desborda en la concepción que del surrealismo posee, de no recogerse en unos límites formales
que enfríen ese sentimiento –capacidad, por otra parte, compartida también por él. Respecto a ese
que tienen ambos del amor. La visión más erótica del amor en Cernuda dará lugar a un lenguaje
más seguro y acabado, menos evanescente que el de Prados: y he aquí la explicación a ese llevar
al extremo la idea de “poesía que supera la palabra”, o de pasión que supera la formalidad del
Tanto para Cernuda como para Prados, la Poesía implica eternidad, porque es una
expresión de la Naturaleza, que es eterna y que se identifica con Dios. La aspiración del Poeta, en
uno y otro caso, es llegar a fundirse con esa divinidad natural. Es el significado de los versos de
Cernuda, pertenecientes al poema “El mirlo, la gaviota” (1931), que dicen: “Creo en mí mismo, /
Porque algún día yo seré todas las cosas que amo: / El aire, el agua, las plantas, el adolescente”
(Cernuda 190). En “El hombre en Dios”, afirma Prados: “El hombre va evolucionando
progresivamente hacia Dios, llegará a Él, a ser en Él, como Él, Vida eterna (“Seréis como
12
Para ambos, muerte significa renacimiento en la Naturaleza. Sin embargo, existe una
diferencia muy clara entre los dos, porque Prados le concede esa posibilidad a todo ser humano,
afirmando:
Aunque el hombre esté siempre en Dios, su conciencia está en evolución constante hacia
Él, pensándolo como fin (Ser perfecto). Por eso, el hombre tiene conciencia de no-ser. Es
decir, conciencia de no ser él, sino Dios, hacia el que aspira, de no estar en él, sino en lo
que piensa de él. Esta conciencia de él la hace expansiva al hombre, al universo entero.
(Prados 175)
Prados está, por tanto, defendiendo una actitud expansiva del sujeto hacia el resto de la
humanidad, que también es –o llegará a ser- Dios o, al menos, desde una perspectiva platónica, su
pensamiento. Cernuda, sin embargo, atribuye ese don de fundirse con la Naturaleza únicamente
al poeta, al ser elegido por dicha Naturaleza, al que es capaz de traducirla en palabras mediante la
Poesía. Este hecho implica que el sujeto se halla aislado del resto de la humanidad, y que debe
fomentar ese aislamiento para alcanzar a Dios: he ahí la maldición del poeta. Bien se puede
13
En Cernuda, el poeta alcanza la eternidad cuando su palabra es capaz de sobrevivir a su
muerte, perdurando así la obra poética. Por eso, afirma que “Para el poeta, la muerte es la
victoria” (Cernuda 257). Así que en Cernuda hay una sola muerte, frontera con la eternidad. En
Prados, sin embargo, la muerte acompaña al hombre desde su nacimiento. En “Umbral”, habla de
Muere el hombre al nacer (sin conciencia de ello). Vuelve a morir al tener conciencia de
que vive y por qué vive: perdiendo entonces la vida de su Yo, y vuelve a morir al
incorporarse al Futuro o Ser Eterno del que vino a ser imagen. Con esta muerte última
muere, así mismo, el tiempo del hombre que empieza por ello a ser Espacio de la Vida
Eterna. (Prados 173)
Unas determinadas palabras de este texto: “el tiempo del hombre”, se encuentran de forma
exacta en la poesía de Cernuda, quien lo distinguió con “el tiempo de los dioses” –el “Espacio de
que corrieron parejas: al final ambos confluyeron en la lírica extática, si bien de distinta índole:
malagueño. Nos encontramos inmersos, al abordar la obra de ambos poetas, en un auténtico reto
de la literatura comparada: ¿quién de los dos influyó más en los textos de Prados y Cernuda? Lo
14
cierto es que ambos habían compartido tantas lecturas comunes y conocido la obra del otro hasta
tal punto que el vínculo trascendió aquella rencilla. Incluso la muerte, tanto en Cernuda como en
Prados, es algo que acompaña siempre al sujeto, aunque en Cernuda no se conciba más que como
meta. Kermode, en una obra clásica de la teoría del canon, Formas de atención, señala que a
veces podría pensarse que el olvido en el que caen los autores sólo puede “ser disipado por un
desarrollo extraordinario de la historia del gusto” (Kermode 20). Así lo pensaban ambos, sin
sospechar que ellos pasarían a formar parte de los creadores a los que la crítica aún hoy teme
acercarse con la profundidad que su obra merece, tal vez porque incluso la crítica no ha
Resulta irónico que, después de aquel desvanecimiento de la amistad entre los dos poetas,
de su progresivo alejamiento e incluso desprecio –al menos, por parte de Cernuda hacia Prados–
fuese la muerte la que volviera a unirlos en un último acorde de eternidad. Así, el 6 de noviembre
de 1962 fue enterrado Luis Cernuda en el Panteón Jardín de México, ciudad en la que Prados y él
habían pasado sus últimos años de exilio –coincidiendo lo menos posible. Lo que más sorprendió
a su círculo de amigos y conocidos, y a los que acudieron al entierro, fue la cercanía de su lápida
con la de Emilio Prados, que llevaba allí enterrado desde el mes de abril de ese mismo año. Que
fuera o no voluntad del propio Cernuda es algo que todavía permanece envuelto en el misterio.
Obras citadas
Bloom, Harold. La ansiedad de la influencia. Una teoría de la poesía. Edited by Antonio Lastra
and Javier Alcoriza. Trotta, 2009.
15
Chica, Francisco. El poeta lector, la biblioteca de Emilio Prados. La Sirena, 1999.
Hernández, Patricio. “La ética surrealista de Emilio Prados.” Litoral, vol. 174/176, 1987, pp.
120-35.
16
O FLÂNEUR E OS TIPOS URBANOS DA CIDADE DO RIO DE JANEIRO NA
OBRA “A ALMA ENCANTADORA DAS RUAS” DE JOÃO DO RIO
Gustavo Costa
Texas Tech University
Os músicos vieram todos! Não perde a cidade os seus foros de musical - o Rio onde tudo
é música, desde a poética música dos beijos à decisiva música de pancadaria (Rio 99).
João Paulo Emílio Cristovão Coleho Barreto, mais conhecido pelo pseudônimo João do
Rio foi um jornalista e cronista brasileiro, nascido na cidade do Rio de Janeiro em 1881. Publicou
suas crônicas e reportagens urbanas nos periódicos “A gazeta de notícias” e na revista “Kosmos”
do Rio de Janeiro entre os anos de 1904-1907. Em 1908 compila estas crônicas e as publica em
formato de livro, sendo a obra intitulada “A alma encantadora das ruas”. João do Rio se tornou
uma figura conhecida por toda a capital, entre as distintas classes sociais, tanto entre a burguesia
como entre o proletariado. Em 1910 outorgaram-lhe, depois de duas tentativas sem sucesso, ser
aceitavam este reconhecimento cedido ao autor carioca devido, principalmente, ao fato de João
do Rio ser homosexual. O cronista percorria as ruas com o objetivo de observar o comportamento
e o estilo de vida dos habitantes da cidade. Isto ocorreu em um momento de mudanças no espaço
urbano do Rio de Janeiro, na primeira década do século XX, no qual se tinha como prefeito
Pereira Passos. Ele deu inicio a uma transformação arquitetônica e urbanística no Rio de Janeiro.
Passos mandou destruir ruas antigas transformando-as em grandes avenidas, reconstruiu o porto
17
De acordo com Gomes “a civilização do Brasil divide-se em duas épocas: antes e depois
da Avenida Central” e o cartão de apresentação da cidade passou a ser, desde 1912, o de “cidade
mudança do século, em 1888. O objetivo da modernização era o fato da capital brasileira parecer-
se com as urbes européias, principalmente Paris. Em sua obra “ A alma encantadora das ruas” o
miséria coexistiam.
João do Rio tinha suas crônicas como seu modo de sustento. Considerava-se um flâneur.
Este termo foi criado por Baudelaire, que dizia que o flâneur era “o pintor da vida moderna”
Flanar é ser vagabundo e refletir, é ser basbaque e comentar, ter o virus da observação
ligado ao da vadiagem. Flanar é ir por aí, de manhã, de dia, à noite, meter-se nas rodas da
populaça [...] É vagabundagem? Talvez. Flanar é a distinção de perambular com
inteligência. Nada como o inútil para ser artístico. (Rio 21-22)
O João do Rio flâneur não somente transitava pelo submundo da capital brasileira daquela época,
mas também frequentava os cafés e as festas da elite carioca. Era considerado, igualmente, um
dândi. Adaptava-se aos lugares onde visitava, ainda que tivesse preferência pelos ambientes onde
ocorriam eventos da classe social baixa da Belle Époque carioca, cujo sucessos anedóticos
surgem dentro de um periodo que mescla o passado colonial com a inovação urbana. A Belle
Époque trouxe uma mobilidade para o Rio de Janeiro, dado que houve muita influência francesa
[…] na avenida, como a Belle Époque que simbolizava, pulsava entre dois polos [...] Tal
edificio transmitia com eficácia, por meio de sua fachada, de sua localização na avenida e
de produtos ou vinculos europeus, a sensação neocolonial de civilização. (ctdo. em Junior
& Fernandes 30)
18
Entretanto, ainda que se tentasse colocar um disfarce no visual da cidade para que se parecesse a
arquitetura parisiense, não podia-se mudar o comportamento e o estilo de vida dos habitantes.
João do Rio encontrou uma excentricidade em seu percurso pela capital. Essa
excentricidade consistia nos costumes e nos indivíduos estranhos que notava nos diferentes
espaços por onde andava, sendo o reflexo da cidade capital de dois séculos, o XIX e o XX. Nesta
cordões do carnaval, as orações e a missa do galo. Para este trabalho, o movimento literário do
Espanha do século XVIII com Mariano José de Larra, considerado autor de artigos de costumes.
Caracteriza-se por descrever os costumes dos tipos populares da cidade grande. De acordo com
Walter Benjamim “se tratava de tipologías, não apenas porque se centravam nas fisiologias (tipos
humanos, tipos de povos), mas também porque o objetivo do narrador era advinhar a profissão,
caráter, origem e modo de vida dos transeuntes ou tipos descritos” (ctdo. em Uriarte 4).
uma descrição do espaço onde a maioria destes personagens agia. João do Rio humanizava as
Oh! Sim, as ruas têm alma! Há ruas honestas, ruas ambiguas, ruas sinistras, ruas nobres,
delicadas, trágicas, depravadas, puras, infames, ruas sem história, ruas tão velhas que
bastam para contar a evolução de uma cidade inteira, ruas guerreiras, revoltosas,
medrosas, spleenéticas, snobs, ruas aristocráticas, ruas amorosas, ruas covardes, que
ficam sem pinga de sangue... (24)
Por tanto, o flâneur, as ruas e os tipos da cidade se completavam. Segundo Williams “perception
of the new qualities of the modern city had been associated, from the beginning, with a man
19
walking, as if alone, in its streets”1 (“Fragments, Patterns and Modernization” ctdo. em Sloan
42).
aderiam à esta prática e deixavam-se ter suas peles marcadas era a classe social baixa da capital.
Muitos desses tatuadores aprendiam o ofício na cadeia e trabalhavam nas ruas. Adultos e crianças
trabalhavam como marcadores. Os que geralmente se tatuavam eram “os vendedores ambulantes,
variavam: religiosas, étnicas, menosprezos, carreiras, nomes, afetos, vinganças, etc. (53). Os
tatuadores tinham um chefe: Madruga. Ele tinha o corpo cheio de tatuagens: desenhos de
serpentes, uma sereia, um cristo, chagas. João do Rio encontrou muitos destes tatuadores em
diferentes ruas da capital, por exemplo, na rua “Barão de S. Félix” e nos becos da “Saúde”.
Os vendedores de livros igualmente tinham sua presença nas ruas “[…] são uma chusma
incontável que todas as manhãs se espalha pela cidade, entra nas casas comerciais, sobe os
morros, percorre os subúrbios, estaciona nos lugares de movimento [...] Os outros batem a
cidade, oferecendo as obras” (73). Havia comerciantes que, inclusive, recitavam poemas,
cantavam, faziam orações e vendiam biblias sagradas. Muitos chegavam a ganhar seiscentos por
cento em cada livro em comparação com os livros que se vendiam mais baratos nas livrarias.
Vendiam, igualmente, panfletos de orações de distintos santos: Santa Luzia, Santa Elena, Menino
Deus, Milagre de Jesus Cristo, Santo Sepulcro, etc. Percebe-se a comicidade, inclusive, em
orações que eram desconhecidas “Há até orações a santos que o Papa desconhece e nunca foram
canonizados” (60). Alguns vendedores de orações, antes de sair de suas casas para a jornada de
trabalho nas ruas, como crentes que eram, faziam suas próprias orações:
1
a percepção das novas qualidades da cidade moderna se associou, desde o princípio, com um homem que caminha,
como se estivesse sozinho, em suas ruas (“trad. minha”).
20
Desta casa
me aparto em
boa paz boa
viagem Deus
adiante, a bela
cruz atrás eu
no meio, altos montes para mim sejam. Ore-
guardado me
vejam como a
virgem Maria
guardou o seu
mado filho
desde as por-
tas de Belém
até Jerusa-
lém, Amém... (68)
Portanto, o espaço da rua era fundamental para os vendedores de orações que tinham aquele
espaço como meio de sustento e acreditavam na oração como proteção divina. Sendo assim, a rua
era primordial na vida dos tatuadores e dos vendedores de livros que sobreviviam dela,
21
O espaço, para Lefebvre, está dividido em três modos, convertendo-se em uma trialética:
O espaço percebido, o espaço concebido e o espaço vivido. Os trabalhadores das crônicas de João
do Rio eram considerados produtos do seu meio devido à sua interação com os indivíduos deste
determinado espaço social, ou seja, a rua. Por consiguinte, este é o espaço percebido de acordo
com a teoria do filósofo francês “Este es, para Lefebvre, el principal secreto del espacio de cada
sociedad y está directamente relacionado con la percepción que la gente tiene de él con respecto a
su uso cotidiano: sus rutas de paseo, los lugares de encuentro....” (Ezquerra 124). Era a
distintos residentes da capital, um espaço de interação e encontro, dado que, para João do Rio, as
Lefebvre intorduz o espaço vivido através do experimento dos habitantes em relação aos
símbolos e imagens da cidade. Experimenta-se este espaço social passivamente “Qual de vós já
passou a noite em claro ouvindo o segredo de cada rua? Qual de vós já sentiu o mistério, o sono,
o vício, as ideais de cada bairrro?” (Rio 27). Para fechar a trialética, o espaço concebido é aquele
que representa o espaço abstrato e imaginado mediante mapas, desenhos, fotografias, sendo
concepções espaciais. Como exemplo deste espaço, mesmo sendo algo complexo coordená-lo
Janeiro, de acordo com Fonseca “O Rio é uma cidade muito grande, guardada por morros, de
cima dos quais pode-se abarcá-la, por partes, com o olhar, mas o centro é mais diversificado e
João do Rio apresenta outros tipos da cidade capital. As mulheres mendigas são um
exemplo daquelas que faziam uso das ruas para se beneficiarem. Entre elas havía as que
realmente necessitavam de ajuda e as que fingiam não ter nada. Os transeuntes precisavam
22
prestar muita atenção para perceber se elas diziam ou não a verdade. Muitas dessas mendigas
estavam acompanhas por crianças, fazendo com que as pessoas lhes tivessem mais compaixão. O
espaço, outra vez, faz-se presente neste contexto urbano. Ficavam nos pontos dos bondes, nas
portas ou escadas das igrejas. Cada uma tinha seu espaço, sua igreja, seus pontos de mendicidade,
sendo que uma não roubava o lugar da outra. Entretanto, às vezes, aparecia uma nova mendiga,
deixando as outras furiosas. Essas mulheres permaneciam nestes lugares o dia todo e muitas
conseguiam uma quantia significativa de dinheiro no final do dia. As que realmente eram
miseráveis “vivem nas praças, no Campo da Aclamação; dormem nos morros, nos subúrbios [...]
apanhando as migalhas dos pobres e olhando com avidez o café das compaheiras” (Rio 169).
Nestas descrições que nos mostra João do Rio notamos a presença dos bondes, sendo um
exemplo da modernização da capital brasileira. João do Rio decidiu assitir as missas do galo ou,
melhor dito, o comportamento dos indivíduos que frequentavam as diferentes igrejas da capital.
Sem ter condições de ir caminhando como faz o típico flâneur, acabou indo de carro. As ruas
estavam cheias de gente e os carros tentavam ter seu espaço entre os pedestres. Por tanto, a
presença do automóvel surgiu como uma invenção moderna naquela mudança do império a
república no Brasil. Em Copacabana, por exemplo, João do Rio observava a elite da cidade. A luz
elétrica era outro símbolo da modernização, além das mulheres com seus chapéus simbolizando a
elegância do ambiente frequentado pela classe alta. Neste espaço se concentravam àqueles
adinheirados enquanto a pouca distância dalí via-se, outra vez, a multidão e a luta pelo espaço da
Chegaram à uma igreja onde as classes sociais me misturavam, o que fez com que João do
23
Cerca de três mil pessoas – pessoas de todas as classes, desde a mais alta e a mais rica à
mais pobre a à mais baixa, enchia aquele trecho, subiam promontório acima. E o aspecto
era edificante [...] todos os trajes, todas as cores se confundiam num amálgama
formidável. [...]. (122)
Por tanto, a rua como observamos anteriormente, segundo a teoria de Lefebvre, é um espaço de
encontros. É nas ruas onde se celebrava o carnaval com os cordões e as milhares de pessoas que
fantasias estavam presentes naquelas ruas. O carnaval é considerado uma tradição histórica no
Brasil, onde se tem a dança como manifestação do culto carnavalesco. João do Rio, que esteve
presente na celebração, explica em sua obra o significado dos cordões “Os cordões são os núcelos
irredutíveis da folia carioca, brotam como um fulgor mais vivo e são antes de tudo bem do povo,
bem da terra, bem da alma encantadora e bárbara do Rio” (128). A rua, portanto, manifesta a
cultura e a identidade do país e tem como observador-participante o cronista que se deixava levar
pelos cordões, sem deixar de lado seu olhar critico sobre o que notava em seu redor,
Por último, em sua crônica “Visões do Ópio”, João do Rio percorreu as ruas dos chineses
hospedarias do bairro na busca do ópio. Nas casas em ruinas fazia-se presente a miséria humana
entre os indivíduos que lá se intoxicavam. João do Rio e seu guia observavam essas pessoas em
pleno ato de delírio. O cronista descreve o cenário onde se encontravam “A cena é de um lúgubre
exotismo. Os chins estão inteiramente nus, as lâmpadas estrelam a escuridão de olhos sangrentos
[...] O chão está atravancado de bancos e roupas e [...] mergulham [...] na estufa dos delirios”
(96). O cheiro, a sujeira, a miséria humana fez com que o cronista quisesse deixar o lugar o mais
rápido possível. Através de seu relato, percebe-se a dificuldade que teve por ter que suportar
24
Concluindo, João do Rio participou da transição da capital brasileira na qual surgia o
progresso. Tentava-se transformar o Rio de Janeiro na nova París da América do Sul. A abertura
de avenidas largas e a construção de edificios de misturava com a cidade imperial. A rua era o
espaço onde distintos grupos sociais se manifestavam e era onde o cronista observava e
participava das mudanças na cidade por meio das descrições dos tipos costumbristas da capital.
João do Rio apresentou a cidade tal como ela era através de suas crônicas, gênero jornalistico que
sobre a vida marginal dos tipos da cidade, um flâneur que encontrava nas ruas uma maneira de se
expressar. Um dândi que frequentava, igualmente, o âmbito da elite carioca, sendo parte desses
dois mundos. Aclamado pelo povo, odiado por alguns jornalistas e poetas famosos como Emilio
de Meneses, que disse o seguinte no jornal Novos rumos “Na previsão de próximos calores / a
Academia que idolatra o frio / Não podendo comprar ventiladores / Abriu as portas para João do
Rio” (ctdo. en Franco 461). João do Rio, um cronista esquecido ao decorrer dos anos, talvez pelo
preconceito sofrido em relação ao seu estilo de vida e sua escrita jornalistica, o que muitos
escritores não consideram boa literatura. O que que não se pode negar é que João do Rio tenha
deixado sua marca na história da cidade do Rio de Janeiro através de suas crônicas e que viveu
para ser testemunha das mudanças e da modernização da capital brasileira daquela época, tendo
Obras citadas
Calado, Luciana. “A Belle Époque nas crônicas de João do Rio: o olhar de um flâneur.” Congress
of the Brazilian Studies Association, vol. 9, 2008, pp.1-12.
25
Ezquerra, David Baringo. “La tesis de la producción del espacio en Henri Lefebvre y sus críticos:
Un enfoque a tomar en consideración.” Quid, vol. 16, no. 3, 2014, pp. 119-35.
Franco, Thiago Cardoso, & Maria Luiza Martins de Mendonça. “João do Rio e a Alma
Encantadora das Ruas: o lugar do subalterno e do cidadão em sua obra.” Palabra clave,
vol. 18, no. 2, 2015, pp. 452-74.
Gonzáles, Lucía. "Configuraciones del espacio urbano a comienzos del siglo XX: João do Rio,
lector de la modernidad." IX Congreso Internacional Orbis Tertius de Teoría y Crítica
Literaria, 2015, pp.1-5.
Junior, Sérgio Luiz Milagre, & Tabata de Faria Fernandes. “A Belle Époque Brasileira: As
Transformações Urbanas no Rio de Janeiro e a sua Tentativa de Modernização no Século
XIX.” Revista História em Curso, vol. 3, no. 3, 2013, pp. 19–33,
Sant’Anna, Anderson de Souza, & Iago Vinicius de Souza. “Etnografia Urbana e Literatura:
Olhares de João do Rio e Rubens Fonseca sobre a Cidade do Rio de Janeiro.” RIGS, vol.
3, no. 3, 2014, pp. 107–20.
Sloan, Steven. “Fragments, Patterns and the Modernization of the City through the Crónicas of
João do Rio.” Mester, vol. 34, no. 1, 2005, pp. 35–54.
---. Modernity and marginality: The Destruction and Renovation of the Latin American City and
Writer in the Chronicles of João do Rio, Lima Barreto, and Roberto Arlt. 2003. PhD
dissertation. ProQuest Dissertations and Theses.
Uriarte, Urpi Montoya. “Cronistas da Cidade e Cultura Urbana em Inícios do Século XX.”Ponto
Urbe , vol. 9, 2011, pp. 1–18.
Viana, Maria. “A “Arte de Perambular” de João do Rio.” Livro - Revista do núcleo de estudos do
livro, vol. 4, Ateliê Editorial, 2014.
26
CARA O CRUZ:
ESPACIO Y GÉNERO EN LA POÉTICA DE ITZIAR MINGUEZ ARNÁIZ
David Delgado
University of Kectucky
que la caracterizan como un producto poliédrico donde cada una de sus caras muestra unas
particularidades diferentes a las de las demás. Así, se puede observar que, a pesar de que los
estudios críticos puedan seguir determinando un canon poético dentro de la producción española,
son también numerosos los autores emergentes que muestran a través de sus voces una
concepción distinta de lo poético. De este modo, este ensayo se centra en una de esas voces, en
base al análisis del poemario Cara o cruz (2009) de la escritora Itziar Mínguez Arnáiz, y al
A lo largo de las dos secciones principales del poemario determinadas por las dos caras de
la moneda, la voz poética toma dos puntos de vista distintos que presentan perspectivas diferentes
forma en que son presentados, este artículo defiende que la obra Cara o cruz presenta una
papel que la cotidianeidad juega en estos dos conceptos. A su vez, el artículo arguye que estos
elementos, género; espacio; y cotidianeidad; se refieren a conceptos mucho más amplios dentro
27
en la relevancia que los objetos demuestran tener en cada uno de los diferentes poemas repletos
de simbolismo.
fundamentales que son: la concepción del otro, particularmente en relación a la visión de la mujer
por parte de la voz poética; la relevancia de los espacios urbanos públicos y privados; y, por
último, la valoración que se les da y el valor sentimental que tienen los objetos del día a día. En
cuanto al marco teórico, el artículo busca marcar las diferencias entre espacios y lugares a través
del concepto de topofilia de Yi-Fu Tuan y la geografía feminista de Gillian Rose partiendo de la
significación que el ser humano otorga a los espacios. Esta diferenciación dará pie a distinguir la
esfera privada de la pública y a la correlación que ambas esferas tienen con el género sexual. Con
todo, el artículo pretende demostrar cómo la perspectiva de género ofrece una forma diferente de
que supone para la mujer el recorrido de los entornos urbanos en oposición a los significados que
Espacios o lugares
El poemario de Itziar Mínguez Cara o cruz se caracteriza por varios rasgos que lo
diferencian de otras obras de la autora. Entre estas cualidades cabe destacar la estructura que
sigue el relato2 al dividirse en dos partes fundamentales que dan nombre a la obra: la cara y la
cruz. Esta división no es tan sólo una división estructural, sino que también refleja otros
conceptos que Mínguez pone en contexto en su poemario. Así, la ‘cara’ del poemario nos muestra
1. Aunque el género sea la poesía, utilizo el término relato debido a la gran narratividad que tanto este como
otros poemarios de Mínguez poseen. El hecho de que la narratividad sea un elemento de tal importancia se
basa en que el poemario de Mínguez contiene una historia en sí mismo que se va completando poema a
poema y en donde hay una introducción, un desarrollo y un desenlace bien diferenciados.
28
el recorrido de una mujer en un entorno urbano lo que invita al lector a reflexionar sobre la
relación entre el personaje femenino y el espacio por el que se mueve. Por otro lado, en la ‘cruz’
de la obra, el espacio de la ciudad, esfera pública, pasa a ser un espacio privado que los
protagonistas conocen bien; el entorno pasa a tener una significación y ser un lugar.
Esta diferencia entre espacio y lugar es clave en el poemario, ya que la relación de los
personajes con el entorno es fundamental en el desarrollo del mismo. De este modo, las primeras
preguntas que surgen al llevar a cabo este análisis son las siguientes: ¿Qué significa espacio?
¿Qué significa lugar? ¿Hay alguna diferencia entre ellos o simplemente son distintos términos
“extensión que contiene toda la materia existente” (D.R.A.E.), mientras que lugar es una “porción
de espacio” (D.R.A.E.). Así, si atendemos a la acepción de estas palabras tenemos una primera
diferenciación en la que el lugar sería simplemente una porción del espacio, el cual lo abarca
todo.
aporta el geógrafo Yi-Fu Tuan espacios y lugares variarán en torno al papel y a la vinculación
que tengan para con los seres humanos que se encuentran en ellos:
How a mere space becomes an intensely human place is a task for the humanistic
geographer; it appeals to such distinctively humanist interests as the nature of experience,
the quality of the emotional bond to physical objects, and the role of concepts and
symbols in the creation of place identity. (269)
De igual modo, Gillian Rose asegura que “in contrast to spaces, which were represented through
scientifically rational measurements of location, places were full of human interpretation and
significance” (43). Consecuentemente, la relación del ser humano con el espacio da pie a la
creación de lugares a los que llamar propios y que se contraponen a aquellos espacios con los
29
cuales el individuo no tiene ningún vínculo. Así, la vinculación entre el espacio y el ser humano
tiene consecuencias mutuas, ya que al generar lugares a través de la interacción con el espacio, el
ser humano también consigue identificarse en un espacio y un momento particulares. Esta idea es
la que defiende el también geógrafo Edward Relph: “to be human is to live in a world that is
filled with significant places: to be human is to have and to know your place” (1).
espacios que no tienen vinculación con los personajes del poemario y por el otro los lugares que
dan sentido a la relación con el entorno. No obstante, ¿qué es aquello que une a un individuo a un
espacio de tal manera que haga que este último se convierta en un lugar propio? Según Relph, el
sentido del lugar en sí mismo es un sentimiento de arraigo, de ser parte de un espacio (14); idea
que Tuan desarrolló y transformó en su concepto de ‘topofilia’: “[…] fleeting visual pleasure; the
sensual delight of physical contact; the fondness for place because it is familiar, because it is
home and incarnates the past, because it provokes pride of ownership or creation” 3 (247).
Las relaciones con el espacio dependerán de cada individuo y de los privilegios o la falta
de ellos que este tenga dentro de cada espacio. Asimismo, la visión positiva que Tuan y Relph
ofrecen de los lugares no es asumida por todos los geógrafos. Por ejemplo, el problema que
2. Si bien Tuan desarrolla este concepto en su obra, la asociación entre lugar y arraigo tiene una larga
tradición dentro de la filosofía espacial. Desde la concepción de ‘Dasein’ de Heidegger, esta unión de
conceptos ha sido recogida posteriormente por otros pensadores, entre ellos Gaston Bachelard, quien la
desarrollará en relación con el término ‘hogar’ como primer cosmos que el individuo conoce y donde, al
contrario que Heidegger, puede desarraigarse de la tierra. Bachelard, quien ya destacaba en el campo de la
epistemología, publica en sus últimos años de carrera una serie de libros donde cambia su tema de estudio y
se interesa por el psicoanálisis y la imaginación poética o literaria. En esta corriente publica una de sus
obras más célebres, La poétique de l’espace (1958). En este libro Bachelard presenta la idea de hogar como
primer cosmos que el individuo conoce: “Our corner of the world. As has often been said, it is our first
universe, a real cosmos in every sense of the world. If we look at it intimately, the humblest dwelling has
beauty.” (4). Este primer espacio no es sólo nuestro rincón en el mundo, sino que además es un espacio que
repercutirá desde este inicio en adelante en nuestra concepción del espacio. De este modo, para Bachelard el
hogar será un espacio particularmente privilegiado que enmarca la manera en la que la gente percibirá
posteriormente un espacio más amplio. Bachelard arguye que este espacio, el hogar, es un espacio siempre
seguro.
30
Gillian Rose ve en la concepción de un lugar como espacio seguro y propio, y que expone en su
obra Feminism and Geography: the Limits of Geographical Knowledge (1993), es que este se da
siempre desde el punto de vista del hombre y no desde el punto de vista de grupos marginados:
To white feminists who argue that the home was ‘the central site of the oppression of
women’, there seems little reason to celebrate a sense of belonging to the home, and even
less, I would add, to support the humanistic geographers’ claim that home provides the
ultimate sense of place. (55)
De esta manera, a pesar de que la diferenciación entre espacio y lugar está influenciada por la
relación del ser humano con su entorno, la concepción de lugar varía respecto a las condiciones
sociales del individuo. Por ello, es este factor el que hace que la relación de los personajes del
poemario de Mínguez con los espacios públicos y privados sea de capital relevancia, al disponer
de una mujer recorriendo la ciudad en una primera instancia, para posteriormente encontrar a esa
mujer y a su expareja lidiando con el significado de perder su lugar al romper las conexiones con
Cara
La primera sección del poemario de Itziar Mínguez consta de un único poema titulado
‘rutinas’. En este poema se muestra una primera descripción de los personajes que llevarán el
peso de la narración. Así, los dos personajes serán, a primera vista, el agente activo y el pasivo.
No obstante, el activo es aquel que es observado y el pasivo aquel que narra desde la perspectiva
de la voz poética:
31
Tú das fe de sus gestos,
En oposición a la voz poética, el otro personaje, el cuál es el único identificado con un género
determinado –en este caso el femenino–, es seguido a lo largo de su recorrido urbano. Este
recorrido sirve como pretexto tanto para la descripción del personaje como para el inicio del
desarrollo del relato: “Te gusta de ella su puntualidad / […] / Más que su puntualidad te gustan
de que la voz poética expresa que su propia existencia no tiene valor salvo para manifestar los
gestos y las acciones de ella, es la voz poética y no la mujer la que tiene la palabra, por lo que
podría decirse que hay una oposición entre la agencia material y la agencia intelectual entre
ambos personajes. Así, el uso del apóstrofe en esos versos nos muestra la interacción de la voz
lado, ella es la protagonista, la que dirige el transcurso del recorrido urbano y quien lleva el peso
de la narración: “No cuentas ya. / Porque ella ha aparecido y vuelve a ser / la protagonista de esta
historia.” (20). Por otro lado, ella es el sujeto observado y no tendrá voz hasta el final del poema
al no ser ella la voz poética en ningún momento. No obstante, ella sigue teniendo el control en
32
Ella es una mujer decidida que sólo se detiene
ante los semáforos en rojo.
Nunca le has visto saltarse un semáforo.
Nunca parece tener prisa. (12)
Son las estrofas que describen el recorrido de la protagonista por la ciudad las que introducen un
nuevo concepto que rompe con el tradicional caminante del entorno urbano. Desde un punto de
vista histórico, ha sido el hombre quien ha recorrido los espacios públicos de la ciudad de manera
aleatoria y libre mientras que la mujer ha quedado siempre relegada a la esfera privada. Si bien es
verdad que a lo largo de la historia de la literatura han sido numerosas las mujeres que han
condición de género4. Además, aquellas mujeres condenadas a recorrer las calles lo hacían sin
libertad alguna ya que tanto las zonas que podían recorrer como la vestimenta que por ley debían
llevar les impedían pasar desapercibidas tal y como el flâneur pretendía hacer en sus caminatas
diarias.
social de los siglos XIX y XX, la mujer se ha visto relegada a un rol despectivo en el momento en
que recorría el entorno urbano. De hecho, Lauren Elkin explica en Flâneuse (2016) cómo incluso
la variante femenina del término francés hace referencia a un tipo de silla y obvia completamente
la posibilidad de que exista una versión femenina del dandi francés. No obstante, y como se
comentaba, mujeres que hayan recorrido las calles a lo largo de la historia han existido, así como
estas figuras se han incrementado con los avances sociales tras el paso de los años, aunque
3. Entre la literatura más abundante dentro de esta temática podemos remontarnos al siglo XIX donde primero
el Realismo y después el Naturalismo han representado en multitud de ocasiones protagonistas femeninas
cuya actividad diaria les obligaba a recorrer las calles de distintas ciudades.
33
Es esta relación con el mundo laboral –la cual aparece también reflejada en el poemario
de Mínguez– la que diferencia una vez más al denominado flâneur de su homólogo femenino.
Elkin recoge que ya en 1829 el diccionario francés definía al flâneur como “a man who likes to
la desocupación y a un estatus social y económico que permitía al hombre no tener una actividad
laboral diaria, la terminología que represente a la mujer que recorre la ciudad debería ser
contraria debido al constante carácter laboral que esta actividad ha tenido para el género
femenino. Por otra parte, el flâneur –como se ha mencionado– se caracteriza también por su
capacidad para pasar desapercibido, elemento que a la mujer le ha sido negada como la propia
Elkin explica:
We [women] would love to be invisible the way a man is. We’re not the ones who make
ourselves visible, […], in terms of the stir a woman alone in public can create; it’s the
gaze of the flâneur that makes the woman who would join his ranks too visible to slip by
unnoticed. (13)
Esta idea encaja en el poemario de Mínguez, ya que tal y como se ha expuesto, la protagonista es
observada en todo momento y es tan sólo a través de la experiencia de la voz poética que
(per)sigue a la susodicha como descubrimos sus idas y venidas. Además, la relación entre la
espacios, tal y como reflejan los siguientes versos: “Piensas que tus pasos saben reconocer / el
espacio que han ocupado los suyos” (25). Por otra parte, Elkin también hace referencia a la
relación entre perseguidor y perseguido al describir al flâneur ya que en francés las palabras que
expresan los verbos ‘yo soy’ y ‘yo sigo’ son las mismas: je suis (Elkin 10). Como se puede
significado que estos tienen atendiendo a lo que representan y a lo que los individuos son dentro
34
de ellos. De igual manera, en el poema se encuentra una identificación entre la voz poética que no
distingue quién es y a quién sigue tal y como sucede con las formas verbales francesas:
significado. Si como mencionaba Tuan los espacios se caracterizan por la unión que el individuo
tiene con ciertos objetos –véase cita en página 3–, Mínguez convierte ciertos objetos en símbolos
representantes de conceptos mucho más amplios. Así, la acumulación de objetos que empieza con
el semáforo, continúa con el autobús, el taxi, el monedero lleno de papeles, el billete de autobús o
el paraguas.
Entre estos objetos, el poema destaca tanto el monedero como el billete de autobús.
Ambos objetos simbolizan la rutina del día a día de la protagonista, y sin embargo, son descritos
de una forma tan estética que su cotidianidad pasa a un segundo plano donde engrosarían la lista
de lo “infraordinario”: 5
Su monedero.
Abultado,
a reventar de papeles que no sirven más que para
alimentar
su conciencia de rutina.
Mete el billete de autobús en su monedero,
lleno de los billetes de autobús de días pasados
que le dejan constancia de que sigue viva. (14)
4. Este término fue desarrollado por el escritor francés Georges Perec quien en su obra L'Infra-ordinaire
(1989) reclamaba poner más atención en lo cotidiano de las vidas de las personas, por encima de los grandes
acontecimientos aislados en los que se centra la prensa.
35
Una vez más, los objetos escogidos en el poemario reflejan la correlación entre el recorrido de la
mujer y su vida laboral al identificar la rutina de ir a trabajar con el único rastro que le permite
cerciorarse de su vida y del paso de los días. Si nos centramos en la forma, el primer verso de la
estrofa –“Su monedero”– actúa como si de un título se tratara, adelantando el resto del contenido
del poema. A continuación, se encuentra una descripción gráfica y mínima que en tan sólo una
palabra ofrece suficiente visualidad como para que el lector pueda imaginar la escena en su
cabeza. Acto seguido, el tercer verso –“a reventar de papeles que no sirven más que para”– se
extiende hasta las dieciséis sílabas en oposición al verso que le precede y le sigue. Con esto,
podemos observar la identificación entre la extensión del verso y la cartera a reventar de papeles.
A primera vista parece que estos objetos tienen relevancia tan sólo para la mujer, en
oposición a lo que sucederá posteriormente en la segunda sección del poema. No obstante, hay
que tener presente que la voz poética es, entonces, omnisciente, al ser capaz de conocer el
significado de cada uno de esos objetos para la protagonista. La voz poética se convierte a su vez
en una voz autodiegética al jugar con su propia relevancia y existencia en el texto a través de la
confesión constante de su dependencia a la mujer: “De nuevo existes porque ya no está. / O no”
(24). Este hecho afianza el juego de roles que se describió anteriormente por el cual la voz
poética es a la vez elemento activo y pasivo al sólo obtener completa agencia cuando la mujer no
está presente. Asimismo, trae a colación la relación existente entre el ente perseguido y el que
persigue a la que se hacía referencia más arriba. Sin embargo, ese segundo verso es capaz de
existencia de la voz poética. Podríamos afirmar, pues, que la mujer castra completamente la
existencia de la susodicha voz poética al ser la primera quien le da sentido a la vida de la última
36
Piensas…
sí,
se te permite pensar ahora
y sentir,
pues ella no está. (25)
El juego existente entre los dos personajes llega a su fin en los últimos versos de ‘rutinas’.
Después de que la voz poética haya seguido durante todo el día a la mujer y termine siguiéndola
hasta su casa, Mínguez da un giro completo a la historia al revelar que los protagonistas son en
realidad pareja:
concepción de todo lo expresado hasta el momento. La relación entre ellos como agentes pasivos
y activos de forma simultánea sigue igual, pero la concepción que el lector obtiene de sus roles,
inquietudes y del conocimiento sobre el otro mutan drásticamente. En definitiva, con estos
últimos versos Mínguez nos invita a releer y reconfigurar nuestras opiniones sobre lo que
habíamos leído hasta el momento. Al igual que termina este primer poema, la rutina encuentra
también su final para dar pie a una nueva etapa en la relación de estos dos personajes: la ruptura.
Cruz
La segunda mitad del poemario comienza con el poema “quinto b”, el cual nos informa de
la nueva realidad de la pareja protagonista de la primera mitad del poemario pero que nos sitúa en
el mismo espacio donde terminaba el poema “rutinas”: Llegas al descansillo. / Quinto B” (25). En
esta sección, el espacio donde se sitúa la narración contrasta con el espacio abierto de la ciudad
37
de la primera mitad del poemario al encontrarnos en todo momento en diferentes zonas del
apartamento. Esta oposición entre los espacios que coincide con la reformulación que el lector ha
ejecutado sobre los personajes de la obra da pie a la reinterpretación del significado espacial de la
obra.
De este modo, para entender lo que el espacio significa y lo que las relaciones entre este y
los individuos pueden suponer es de utilidad recapacitar sobre la obra del filósofo francés Henri
espacio desarrolla en su capítulo inicial la idea de espacio social. Lefebvre afirma que “cada
sociedad (en consecuencia, cada modo de producción con las diversidades que engloba, las
(90). Para el teórico francés el espacio es un constructo mental y material que se basa en una
Es esta última manera de ver el espacio y que hace referencia al concepto de espacios de
representación la que más interesa en el análisis de la obra de Mínguez ya que según Lefebvre:
5. Atendiendo el análisis del espacio de Lefebvre, esta triada conceptual consta de la práctica espacial, las
representaciones del espacio y los espacios de representación que se identifica con tres formas diferentes de
ver el espacio: como espacio percibido, espacio concebido y espacio vivido. La práctica social se refiere al
espacio percibido, al espacio real que es generado y usado. Las representaciones del espacio se relacionan
con el saber (savoir), los mapas, los espacios matemáticos y el espacio utilizado por ingenieros y urbanistas
como un constructo mental. Por último, los espacios de representación están vinculados con lo vivido por lo
que entiende al espacio como un producto producido (valga la redundancia) y modificado a lo largo del
tiempo a través de su uso por parte de los usuarios (utilizando la terminología lefebvriana). Estos espacios
estarán cargados de simbolismo y significado y serán espacios de conocimiento (connaissance); un espacio
real e imaginado.
38
Retomando el poemario de Mínguez, son los objetos los que llevarán el peso simbólico y
narrativo en esta segunda mitad ya que aquellos objetos –tanto concretos como abstractos– que
aparecían en la primera parte de la obra obtienen un nuevo significado debido a que la relación de
los protagonistas con ellos es diferente. Un ejemplo de este cambio provocado en el cambio de la
‘cara’ a la ‘cruz’ del poema se ve en el significado de una conversación de carácter banal como
En estos versos se observa que hablar del tiempo implica una carga existencial que el individuo
no quiere reconocer y que lleva a la producción de monólogos que evitan preguntarse otras
cuestiones sobre la propia existencia –en este caso de la voz poética–. Por el contrario, en la
‘cruz’ del poema el monólogo pasa a ser conversación donde hablar del tiempo es utilizado como
una defensa contra la incomodidad de los dos personajes al encontrarse encerrados en un espacio
la relación entre los personajes–, desaparece para dar paso a un nuevo proceso en el que todo
pasa a ser desconocido. Este no es el único cambio que se aprecia a primera vista entre las dos
39
secciones del poemario: el sujeto de la voz poética pasa a ser la primera persona del plural,
dejando de lado el juego de agentes activos y pasivos que se apreciaba en ‘cara’. Este cambio
reproduce la diferenciación establecida por la autora entre las dos secciones al presentar los
mismos personajes desde puntos de vista opuestos. Con ello, la autora aborda la temática
identitaria desde un nuevo foco, el de la cotidianeidad que se comparte en pareja y que hace que
el ‘yo’ pase a ser un ‘nosotros’. La cotidianeidad surge así como un elemento fundamental al ser
testigo de las prácticas que todo individuo lleva a cabo para generar una identidad propia en
espacios públicos y privados. Rose, en Feminism and Geography, explica esta relación entre
For feminists, the everyday routines traced by women are never unimportant, because the
seemingly banal and trivial events of the everyday are bound into the power structures
which limit and confine women. The limits on women’s everyday activities are structured
by what society expects women to be and therefore to do. The everyday is the arena
through which patriarchy is (re)created – and contested. (18)
depender del significado con el que los imprimimos al vivir en ellos. Al dar fin a una relación
sentimental con una persona, las conexiones espaciales que nos unían desaparecen, haciendo que
los lugares comunes y privados muten a espacios que dejan de tener un sentido. Este sentimiento
es lo que reflejan los últimos versos de este primer poema de la ‘cruz’ del poemario: “hasta hace
de los espacios vividos y que se encuentran cargados de significación como sucede en el poema
“TV”:
si algo intentamos
fue no saltarnos determinadas normas
la primera
no encender la televisión
mientras tuviéramos de qué hablar
40
pero llegó
aquel día. (31)
En este poema la televisión adquiere una nueva connotación al representar la falta de temas de
qué hablar y consecuentemente el principio del fin de la relación. Mínguez introduce las dos
primeras estrofas con un verso notablemente más corto que los siguientes, capaz de generar un
suspense que se irá resolviendo a continuación. Así, al llegar a la tercera estrofa, a través del uso
de dos versos tetrasilábicos –“pero llegó / aquel día”– resuelve la tensión creada en los anteriores
y anuncia el desenlace fatal de la pareja. El poema finaliza con una serie de preguntas retóricas
que se cuestionan quién tiene la culpa a través de un ejercicio de memoria, aunque la voz poética
termine dándose cuenta de que este hecho no es importante: “¿acaso importa tanto el quién?”
(31).
individual y tanto los objetos como los espacios que eran públicos dentro de su esfera privada
pasan a ser considerados privados en un espacio que pierde todo su sentido. Así, el peso que cada
uno de los objetos tenía en la vida de los protagonistas se pierde para convertirse en una
incomodidad que dificulta el continuar con la vida del día a día y el encontrar una nueva rutina
que reemplace a la ya perdida. De este modo, en el poema “CDs” ambos personajes intentan
desprenderse de estos objetos con la intención de romper con los vínculos que los unen al otro:
41
La carga simbólica de cada objeto le otorga al texto matices e ideas que las propias palabras no
expresan pero que nos llevan a relacionar conceptos en una conexión infinita de términos. Este
seguro por el que moverse, lo cual se anunciaba ya en los tres primeros versos que muestran la
indecisión para explorar aquellos espacios vividos que han perdido todo su significado al perder
Las acciones y movimientos que forman parte de cada rutina arrastran a los individuos a lugares
de comodidad donde tienen la seguridad y protección necesarias para continuar con el día a día.
La ausencia de rutina llevan a los individuos al abismo, que no es más que la realidad inmaterial
como si no tuvieran valor alguno es lo que lleva al fin de la relación entre estos dos personajes.
En “balance” Mínguez nos explica el resultado de estos cambios que terminan por cambiar
42
las estancias de la casa
por si queda algo de valor
nos cedemos el paso
con la misma educación
con que renunciamos a las cosas
no sentimos apego por nada. (43)
La casa ha dejado de ser hogar como se vio en el poema “quinto b” y el recorrido de los
personajes por las estancias no sigue un patrón fijo o una rutina como lo hace cuando se vestían
delante del otro. Además, a lo largo de esta segunda sección del poemario no hay una
identificación clara sobre qué miembro de la pareja es ahora la voz poética. Este hecho denota
que la cuestión de género ha pasado a un segundo ámbito en el momento en que la rutina y los
roles de pareja desaparecen. A su vez, el apego se pierde a raíz que los objetos pierden su
significado al no sentirse ya vinculados a ellos. Una vez más Mínguez utiliza lo no expresado
encuentran razones para seguir ocupado. La desgana y la necesidad de ceder el paso demuestran
la falta del vínculo emocional que hacía de esas rutinas, espacios y objetos algo más. En
definitiva, “tal vez las cosas sean sólo eso / la excusa perfecta / para no explorar demasiado / en
lo vivido” (43).
En el último poema de la sección ‘cruz’, el espacio vuelve a ser el interior del ascensor
donde esta vez la conversación ya ha desaparecido: “como se nos han agotado los temas / se
vinculación con los espacios y con la otra persona, causa del dolor que la voz poética expresa en
43
Al utilizar la primera persona del plural, la voz poética vuelve a convertirse en omnisciente, como
ya sucedía en algunos versos de la sección ‘cara’ del poemario. Igualmente, estos últimos versos
enfatizan la idea de partición así como la dicotomía entre conversación y silencio que se ha
Mínguez persigue constantemente y que hace que finalmente el lector pueda identificar el
poemario con una moneda en sí mismo. El hecho de jugar constantemente con las dos caras de
una moneda que representan dos espacios, dos tiempos y dos voces poéticas diferentes hacen que
Es por esto que la relevación de los objetos analizados no se encuentra tan sólo en cada
uno de los poemas que forman parte de la obra, sino que es también el propio poemario el que ha
de ser entendido como un objeto cargado de significado dentro de lo cotidiano. De este modo, la
sección que cierra el libro, y que es denominada ‘coda’ por la función que desempeña, resume
estas dicotomías y muestra una nueva voz poética a través del uso de la tercera persona: “tienen
tanto que decirse / que sólo puede salvarles el silencio” (51). No obstante, en el momento en que
los personajes se separan, el punto de vista de la primera sección se recupera, al igual que el
poder de ella para determinar la agencia o la ausencia de esta en cada uno de ellos:
44
De este modo, Mínguez concluye su coda reiterando el poder que ella tiene sobre él, al ser
descrita como fuerte e indestructible. Asimismo, este último poema hace que la totalidad del
poemario sea replanteada, debido a que la sonrisa de ella antes de desaparecer muestra una vez
más al lector la debilidad de quien ha desempeñado a lo largo de la mayor parte del poemario el
Conclusión
En este poemario Mínguez introduce una nueva forma de entender las relaciones humanas
a través del uso de los objetos, los espacios y las rutinas. Desde el primer momento la obra de la
poeta vasca incide desde un ángulo diferente la tradicional historia de desamor aportando
multitud de nuevos matices que consiguen que su obra se pueda entender mucho más allá de los
descubriendo lo que sucederá con los personajes del poemario, pero en ningún momento esa
narratividad deja de lado la belleza lírica que se basa en el minimalismo de sus sintagmas y sus
primera mitad del poemario, Mínguez muestra el poder que la mujer tiene en cada momento al
enfatizar el grado de independencia que manifiestan sus gestos y rutinas. Del mismo modo, es la
mujer la que al atravesar la ciudad en su camino al trabajo la que presenta una nueva forma de
entender la transgresión de los espacios públicos y sociales al ser ella capaz de ocuparlos con
total autoridad. Son estas acciones, las cuales han estado tradicionalmente asociadas al género
masculino, las que reescriben la tradición poética y con las que Mínguez juega constantemente a
45
Por otra parte, este juego constante presentado entre las distintas voces poéticas recuerda
al juego de azar que el propio poemario presenta al identificarse con una moneda. El hecho de
entender el poemario como juego nos ayuda a su vez a comprender las idas y venidas entre las
reflexiones de las voces poéticas y la acción que sucede en los poemas. Asimismo, el poemario se
caracteriza no sólo por lo que muestra, sino también por lo que deja oculto a través de los
silencios que se dan entre los personajes y que esconden el significado que los objetos y los
espacios tenían para ellos. En definitiva, la cuestión espacial es clave para entender los cambios
que se han producido entre los personajes en la primera y la segunda sección del poemario debido
a que exponen distintos espacios de representación marcados totalmente por una carga simbólica
preestablecida por los usuarios que han vivido en ellos. Es por esta razón por la que la obra de
A su vez, el hecho de que cara y cruz sean elementos mutuamente excluyentes subraya el
sentido de pérdida y ausencia que se encuentra presente a lo largo de la obra, y enfatiza que la
elección final que la poeta le ofrece al lector conlleva, por tanto, renunciar a algo. Con todo, en
Cara o cruz Itziar Mínguez nos presenta un juego de azar. Un juego en el que como lectores
debemos elegir entre la rutina y la ausencia de esta, pero, un juego donde los roles impuestos
tanto a los significados de género como a la importancia de los objetos y los lugares cobran un
nuevo sentido a cada momento. Mínguez ofrece reescribir la historia con cada poema para que el
46
el final.
Elige.
Cara o cruz
Obras citadas
Bachelard, Gaston. The Poetics of Space. Trad. Maria Jolas. Beacon Press, 1964.
Elkin, Lauren. Flâneuse: Women Walk the City in Paris, New York, Tokyo, Venice, and London.
Farrar, Straus and Giroux, 2016.
Lefebvre, Henri. La producción del espacio. Trad. Emilio Martínez Gutiérrez. Capitán Swing
Libros, 2013. Print.
Rose, Gillian. Feminism and Geography: The Limits of Geographical Knowledge. Minnesota UP,
1993.
Tuan, Yi-Fu. Topophilia: A Study of Environment Perception, Attitudes and Values. Prentice
Hall, 1974.
---. “Humanistic Geography.” Annals of the Association of American Geographers, vol. 66, 1976,
pp. 266-76.
47
BERTOLT BRECHT Y EL HAMPA CERVANTINO: LOS ENTREMESES EN LA
ÓPERA DE LOS TRES CENTAVOS.
Brecht leyó a Cervantes. Quizá no se haya analizado con profundidad el vínculo existente
entre la obra del alemán y el corpus cervantino pero aportes breves aunque sustanciosos
corroboran la afirmación. En las páginas siguientes trataré de esbozar este panorama intertextual.
Los críticos que han abordado el tema lo han hecho desde referencias mínimas y paralelismos
escasos, solo Jean Canavaggio (2000) ahondó más en la cuestión emparentando, con notable
acierto, el enlace estructural —que no tanto temático— de los Einakter brechtianos (1919-1939)
con los Entremeses (1615) que Cervantes publicara junto a sus Comedias. También apuntaron
algo Walter Benjamin (83), que esbozó un paralelismo nimio sobre la posible animalización de
los caracteres brechtianos tomando como referencia el perro Berganza, Asensio (1970) o
realmente el punto de partida; establece las coordenadas básicas pero precisas para extrapolarlo a
otras situaciones, conflictos y temáticas del corpus teatral del autor de La madre.
Brecht, no hace ninguna referencia más allá de la obra breve del alemán, quedando fuera de esta
posible influencia las obras de mayor extensión de Bertolt Brecht. Mi propósito en este breve
48
estudio consistirá en buscar los comunes lazos entre el mundo hampesco que crea Cervantes y el
posible aprovechamiento de este hasta llegar a un ejemplo concreto, una de las más exitosas
obras de Brecht: La ópera de los tres centavos (1931).1 Esta obra reúne a primera vista
cervantino2. Brecht y Cervantes comparten similares puntos de vista sobre el mundo y formas
específicas de concebir el drama. Bertolt Brecht cultiva “una forma de dibujar los personajes
visión estética, política y humana sobre el teatro, que, dicho sea de paso, también se complementa
en otros escritos del autor así como en sus correspondencia personal. La obra de Brecht recoge un
amplio surtido de intertextualidades que pasan desde Marlowe a Karl Marx, Courterline, Piscator,
Karl Valentin, Bernard Shaw, Goethe o Shakespeare, por citar una muestra nimia. Sin embargo,
apuntado a que uno de los libros de cabecera de Brecht era Hijos de la ira de Dámaso Alonso,
Brecht a autores hispánicos? Acotando, ¿leyó Brecht el teatro del Siglo de Oro español? Parece
ser que sí. Durante el período de Augsburgo y Münich (1898-1933), Brecht debió entrar en
contacto con la dramaturgia áurea española pese a que las huellas que encontramos de este tipo
de teatro en la original obra del alemán son demasiado superficiales. Animado quizá por su
preocupación por la situación política, tras el fusilamiento del anarquista Francisco Ferrer en
Madrid (1909), es posible que Brecht se acercase más a la literatura española, algo que se
acrecentó aún más en el entorno universitario del que se rodeará posteriormente, inspirándole ese
conocido deseo voraz por la lectura. Sería ahí, probablemente, cuando caerían en sus manos las
49
primeras obras áureas españolas. Aunque el autor de Madre coraje se empapó de un entorno en
donde Calderón había sido tan sumamente reivindicado desde los hermanos Schlegel,
Fuenteovejuna era vista como lema de libertad y Tirso de Molina había llegado como el gran
creador del tipo universal del Don Juan3; pese a eso, digo, su interés tomó caminos alejados de la
este panorama general, sin embargo, se debe plantear una salvedad: Cervantes.
llegar al punto de encuadrar a Don Quijote entre los románticos de la escuela franco-alemana,
pese a que Alonso Quijano jamás abandonara la “piel de toro”.4 De esta forma llegaron
teatro breve: Entremeses. Tanto la edición de los mismos publicada por Adolf von Shack en 1845
como la posterior de Hermann Kurz en 1869 pudieron ser fácilmente consultables por Brecht en
aquel tiempo, tal y como señala Jean Canavaggio (2000). Es probable que lo que más apreciasen
los lectores contemporáneos a Brecht fuera lo cruento del realismo español desde una visión
¿Qué es el teatro breve sino un rara avis dentro de la grandiosa fiesta del teatro siglodoresca?
Brecht, retomada posteriormente por Canavaggio. Lo curioso del descubrimiento radica en que
este hallazgo no se hará hasta ocho años después de la muerte del dramaturgo alemán, cuando el
íntimo amigo de Brecht, Hans Otto Münsterer (1963), reflexione acerca de la intertextualidad
personalmente —ya lo he mencionado antes— consideraba como dechado suyo, en primer lugar,
los ‘robustos’ entremeses de Cervantes” (141). Entraremos luego en aquel extraño adjetivo
50
aplicado al teatro breve de Cervantes. Lo interesante es que se afirma una influencia evidente, el
vínculo «va más allá de coincidencias temáticas, se trata de un verdadero análisis del contenido
escénico de los Entremeses que Brecht asimila y utiliza en fábulas completamente nuevas»
(González Maestro 39). Asensio recuperó esto, hallando la huella de los Entremeses en los
flagrantes afinidades con El rufián viudo (...) La semilla cervantina fructifica en desarrollos
inauditos” (Asensio 47) y cuyo poso de miseria moral corresponde al paulatino descubrimiento
de la caída de los simulacros sentimentales que se ejecutan en la boda pequeño burguesa donde el
padre de la novia resulta una realización estrambótica —más si cabe— del viudo Trampagos
entremesil:
Como el gran autor dramático del siglo XX, Bertolt Brecht, Cervantes parece abogar por
una colaboración fructífera entre autor y público: por una relación en la cual ni uno ni otro
llegue a dominar. (Smith 26)
cómicas como dramáticas (en su sentido de crítica social) que él fácilmente podía aprovechar en
su concepción teatral. Cervantes actualiza las situaciones y tipos del entremés enfrentándolos con
total evidencia a la energía vital de los espectadores; la norma se desdobla y la crítica y el gusto
se ensamblan en una suerte de enxiempla de lacras sociales y flaquezas del ser humano (Asensio
20-21), algo que Brecht reivindica en su teatro. El propio retablo de Maese Pedro, inserto dentro
del Quijote, se puede leer con total naturalidad desde la óptica brechtiana y su concepción del
quijotesca, observamos que las neutralizaciones épicas que Brecht quería para su nuevo teatro ya
51
El personaje narrativo toma la voz teatral en la metaficción e interpela al espectador-lector.
¿Hay algo más brechtiano? Valga el anacronismo refiriéndonos a Cervantes. El ser humano se
convierte en objeto criticable, en producto analizable, el escenario queda desnudo, tanto el retablo
quijotesco5 como el prototipo de teatro del alemán, solo la metateatralidad generada por el
distanciamiento que crea el uso de las marionetas y su narración cuasi épica nos inducen los
por la importancia que tiene el metateatro tanto en Brecht como en Cervantes. No olvidemos que
las maravillas con el episodio de Maese Pedro 6 y a su vez con Brecht? Cervantes demuestra en el
Quijote que los usos narrativos ofrecidos entre escritor-lector-espectador intradiegético, permiten
Siempre se ha tratado de demostrar que Cervantes cambiaría de actitud tras su fracaso como
(Spadaccini 167) —afirmación, a mi parecer, demasiado rotunda— de modo que los tan endebles
hilos que unen la narración y el teatro en el drama alemán beberían de esta, en su momento,
nueva tónica. A esto habría que añadir algo sustancial en la temática de Brecht y no es otra cosa
que la problemática del matrimonio desarrollada en cinco entremeses cervantinos: El juez de los
(alusiones aparte en el resto) y utilizada del mismo modo en las farsas de Bertolt Brecht en
inducen a ensalzar unos valores, una reacción similar ante el conflicto que va más allá del tiempo
de cada cual. Se apunta a que estas conexiones giran más en la tónica del progresivo desengaño
52
del espectador, algo firmemente novedoso que no hace sino sorprendernos por lo mal que fue
narración, la misma ejecución dramática brechtiana y «nos enfrenta con la idea del riesgo que
existe en el teatro: ese elemento de incertidumbre que siempre se encuentra entre transmisor y
receptor» (Smith 40). A todo esto habría que añadir la propia caracterización de las fórmulas
áureas del teatro breve, esto es: un lenguaje colorido, marginal, autóctono, un predominio de la
maldad como cara oculta de la luz, una espontaneidad expresiva manifestada en bailes, cantos,
danzas, un ritmo escénico trepidante y una comicidad situacional hilarante que bebe
inevitablemente de la Commedia de’ll arte y algo de importancia suma: una gestualidad propia.
En la galería de personajes que ofrece Cervantes existen unas confrontaciones con «raíces
normas sociales y, en algunos casos, en la inversión de valores ético morales de las clases
dominantes» (Spadaccini 22) Teniendo esto presente, sabiendo que Brecht bebió de ese, en sus
palabras, «dechado» entremesil que él caracterizó como «robusto», sería poco provechoso no
buscar otras analogías fuera de los Einakter. Detengámonos en este adjetivo, «robusto», según el
DRAE (2014): «Fuerte, vigoroso, firme». La potencia del adjetivo empleado por Brecht no hace
sino propiciar los parentescos con la obra del alcalaíno. No tendría sentido, pues, un adjetivo así
entremés poco a poco en su obra desde la progresiva deconstrucción de estos hacia la paulatina
53
una visión entre humorística y burlesca de los ideales vigentes por su crítica despiadada y
radical» (Canavaggio 165). Miremos un poco hacia el horizonte, hacia una de sus obras maestras
y desbrocemos, con la limitación que ofrece el propósito de este estudio, La ópera de los tres
Afirma Brecht (243): “Primero está el estómago, después la moral”; el hambre, el hambre
sociedad.8 El hambre como reflejo de una sociedad corrupta, inútil, insolvente, incapaz de zanjar
hasta las mínimas necesidades de la materia. Señala F. Ewen en su estudio sobre Brecht:
La picaresca española, las historias realistas sobre los pillos y vagabundos, los
desamparados y los despojados de la sociedad, aventureros, bohemios, rateros por
necesidad, elección o profesión, estudiantes errantes, atraían y aterrorizaban, generan al
mismo tiempo simpatía y desconfianza. (134)
La cita es reflejo de una visión tópica de la cultura española pero es cierto que todos esos
elementos —aunque sean vistos como textura manida— confluyen en La ópera de los tres
centavos y tienen un parentesco evidente con el mundo del hampa ofrecido por Miguel de
burguesa y social enmarcada en un Londres dickensiano que propicia ese ambiente picaresco y
ruin. El teatro de Brecht no deja de ser un apunte hacia el teatro colectivo (Sáenz 23) y es este
sentido de la colectividad el que se puede extrapolar con facilidad al cervantismo, buscando esa
leve impronta entremesil en la obra del alemán, considerada “un paralelismo forzado entre el
hampón y el burgués” (21). La visión negativa de la sociedad de cada tiempo es compartida por
ambos dramaturgos9, según muestra un simple vistazo al dramatis personae de La ópera y una
54
personajes situados en «una realidad paradójica y contradictoria, en constante conflicto de
14). La vida, señala Cervantes — y, reivindico yo, también Brecht— auspicia una dualidad de
Recordemos brevemente las claves de la obra de Brecht: La ópera de los tres centavos
de índole social que llegan casi a la fantasía— y en donde destaca la personalidad de una suerte
de antihéroe criminal de nombre Macheath, maleante sin moral y de actitudes donjuanescas que
sustenta el eje de la trama. Este se casa con Polly Peachum, hija de una familia llena de prejuicios
sacacuartos que campan a sus anchas por toda la ciudad. El señor Peachum, magnate de este
negocio de mendigos, intenta frustrar el matrimonio de su hija con el criminal hasta conseguir
que sentencien a muerte a Macheath. Sin embargo, justo al final de lo que podría ser una
«tragedia», una misiva de la reina llega con un salvoconducto para Macheath que concluye
siendo laureado hasta parecer una egregia figura. Los valores quedan invertidos en esta ópera
brechtiana que ataca los pilares del amor, la justicia y el poder desde el distanciamiento y la
El sentido ético de Brecht, ya apuntado por Canavaggio (2000), propicia unos personajes
que tienden a evitar las acostumbradas simulaciones adúlteras. Sin embargo, Mackie sí desea
tapar su vida donjuanesca y canalla generando idas y venidas de absoluta comicidad; lo sexual se
hace cómico:
55
resulta cómica porque es histórica, es decir, porque podría resolverse en otro orden social.
(Brecht 391)
Tomando como referencia esta cita, es fácil ver el interés que podría suscitar en Brecht
obras como El rufián viudo, pues para él resultaba fundamental representar de alguna u otra
manera la vida sexual en la escena teatral aunque solo fuera porque manifiesta “cierto
materialismo primitivo” (Brecht 392) que al fin y a la postre hace visible un problema estructural
es bastante. El amor en esta obra de Brecht resulta del todo mísero; recordemos esa búsqueda de
escape de la protagonista11 con impulsos fieros de amante que parten de aquella cómica boda
(El rufián viudo), en otros toma totalmente las riendas de su vida (La guarda cuidadosa, algunas
en El juez de los divorcios), en La ópera de los tres centavos sucede algo similar con la visión
femenina, sobre todo en las confusas decisiones de la señorita Peachum, que se mueve entre el
amor puro y lo irracional. Al respecto del amor y, particularmente, el tema de los celos, la
analogía entre la visión entremesil y brechtiana del conflicto me viene de forma clara. La relación
entre Polly Peachum y Lucy pudiera emparentase con facilidad con el dúo de los celos existente
celoso. El enfrentamiento a causa de los celos sirve a Brecht y a Cervantes para generar
situaciones altamente cómicas que no dejan de reflejar, de nuevo, otra crítica social sobre el
56
REPULIDA: ¿En tela quieres competir POLLY: Oye, cierra esa boca sucia
conmigo, culebrilla de alambre, y tú, pingajo, porque si no te daré en los morros
pazguata? señorita.
PIZPITA: Por vida de los huesos de mi LUCY: ¡Eres tú la que está de sobra!
abuela, doña Maribarboles, (Brecht 230)
mondaníspolas. (Cervantes 85)
Las peleas femeninas, de notable originalidad en ambos autores, vienen propiciadas por
los celos y tienen rasgos de parentesco muy comunes en ambas obras. Como apuntaba, el caso de
la boda me interesa particularmente por ser equiparable al universo marginal que genera
Cervantes en situaciones similares. Se ha dicho de los Entremeses que en ellos «el bailarín entra y
mientras corre el vino, un sátiro dirige el paso a ninfas y se celebra la unión elemental del hombre
ópera de los tres centavos no es nada descabellado. Sobre todo si tenemos en cuenta las
similitudes existentes con la «boda» de Trampagos en El rufián viudo en la que el exceso y los
vicios campan a sus anchas, pese a los impedimentos de la justicia y la figura paterna.
La presencia del padre no es nada desdeñable, sobre todo si nos atenemos a su «vida
profesional»; Jonathan Jeremiah Peachum podría equipararse con aquel celoso extremeño que,
recordemos, «se trata de un self-made-man cuya movilidad social y bienestar económico se deben
claramente a los tratos y contratación con otros hombres, es decir, a sus actividades mercantiles»
¿no recuerda acaso al padre mencionado? Yendo más lejos, teniendo en mente el archiconocido
57
Otro caso digno de reflexión es el uso de la música, no olvidemos que se trata de una
ópera, antiheroica y épica, sí, pero ópera a fin de cuentas. Brecht siempre gustó de la música, su
en el teatro breve áureo por extensión— genera un vínculo demasiado fuerte entre el folclorismo
musical cervantino y el brechtiano como para pasarlo por alto. Sin embargo, el carácter novedoso
temporada 1919-1920 la orquesta quedaba situada a un lado del escenario y cuando esta tenía que
únicamente a los músicos. Resulta muy interesante el uso musical como distanciamiento, los
Entremeses solían acabar de dos formas: «a palos» o con una danza o música, pero esta siempre
justificada dentro del clima popular y la acción dramática. Brecht casi hace una simbiosis
entremesil: lo que podría haber concluido en un crimen ejecutorio se traslada hacia los caminos
musicales. Durante las comedias del XVII, recordemos, también se incluían bailes, jácaras,
final de la misma fuese dicho directamente al público rompiendo la empatía ficcional que pudiera
generarse, ¿acaso otro anticipo de distanciamiento brechtiano?13 Lo que es evidente, sea como
fuere, es que, si hablamos de la música, las concomitancias con las formas breves áureas en su
formulación estructural y la obra de Brecht, son plausibles y dignas de reflexión. Considero que
su teatro épico, donde quiso incluir esta obra, bebe, de alguna u otra manera, de la forma de
entender el teatro que tenía Miguel de Cervantes, si no carecería tendría sentido que él mismo lo
58
El contraste que ofrecía Brecht, en tanto en cuanto la música, radicaba en contraponer una
letra cruenta con una música convencional, generando el distanciamiento épico. Cervantes utiliza
mensaje crítico fiero. Lo que quiero decir es que ambos se valieron de estrategias populares —
entendido como concesión al vulgo— para hacer aflorar un enorme espíritu crítico donde la
esos perros: ¡la policía!” (Brecht 140). Aquí entra otra consideración interesante donde poder
apreciar huella del cervantismo y con la que quisiera ir concluyendo: la reflexión sobre la justicia.
las miserias sin entrar en el juego. Brecht usa del mismo modo esta simulación: El espectador se
siente atacado desde la amabilidad sabiendo en el fondo que poco tiene que ver con esos
personajes que se ofrecen y sin embargo, añado, son plenamente ellos. El sentido de la justicia
queda entonces reflejado desde la más pura ironía: Brecht afirma que si los maleantes fueran más
a menudo apresados se convertirían en víctimas que harían perder el prestigio judicial. Eso
sucede en el mundo marginal cervantino, la justicia aparece con sarcasmo, tanto en El juez de los
La guarda cuidadosa o El rufián viudo. Las analogías con este último entremés merecen me
detenga un instante. Compárense los siguientes fragmentos que hablan por sí solos, aluden a la
59
(Entra UNO muy alborotado) JIMMY: (Entrando a la carrera) Eh,
Captn, la poli. El sheriff en persona.
UNO: Juan Claros, ¡la justicia, la justicia!
El alguacil de la justicia viene calle abajo. WALTER: ¡Brown, Brown el Tigre!
sospechosamente similar. El mismo mito siglodoresco del rufián Escarramán, que siempre sufre
los antihéroes de Cervantes y Brecht comparten un rasgo fundamental y es que son amigos tanto
Amor, libertad, justicia y marginalismo desde dos puntos de vista distintos pero
conciliables en una visión dramatúrgica tan original como crítica: ¿sería descabellado hablar de
cierta visión cervantino brechtiana? Este estudio ha pretendido ser una extensión de las evidentes
huellas que ya plantearan Asensio y Canavaggio. Tomar algunas referencias anejas en pro de
intereses intertextuales ha servido, espero, para extender esa influencia cervantina más allá de lo
logrado por el hispanismo hasta ahora. Creo que el caso da para mucho, tomar otras obras de
Brecht y encontrar las concomitancias con Cervantes es caldo de cultivo nada desdeñable. Sirva
este breve apunte como muestra, habiendo recogido evidentes similitudes conceptuales, temáticas
60
exhaustividad, por las dimensiones y características del trabajo, creo haber logrado acercar a
estos dos grandes dramaturgos de nuestra historia que, con siglos de por medio, supieron
enfrentar a la sociedad de su tiempo con su propio reflejo. Ver las miserias humanas desde un
Notas
1
Año de publicación, estrenada con anterioridad el 31 de agosto de 1928.
2
Sobre el lenguaje en este mundo de la germanía, es esclarecedor el artículo de Elena di Pinto
(2005).
3
Sobre la recepción de la literatura áurea en Alemania desde el romanticismo, con especial
atención a Calderón véase, entre otros: Posadowsky, Conde de (1942), Sullivan (1988), Carmen
Rivero Iglesias o (2012) Moro (2017).
4
Entre otros, algunas tesis ofrecidas por Anthony J. Close (2005) sobre el romanticismo en el
Quijote.
5
“...y vinieron donde ya estaba el retablo puesto y descubierto, lleno por todas partes de
candelillas de cera encendidas que le hacían vistoso y resplandeciente” (Quijote 25).
6
Además, no olvidemos que el Paduck de Lux in tenebris, embauca como lo hacen Chanfalla y
Chirinos en Cervantes, creando del mismo modo una ficción antiheoroica que aplauden todos los
clientes del lupanar criticando bajo cuerda la Alemania weimariana.
7
“Es irónico que este entremés que fue pasado por alto en el siglo XVII por un público con
apetito de algo nuevo, sea acogido hoy en día como precursor del metateatro moderno
consagrado por autores como Brecht” (Smith 30).
8
La obra de Brecht nace desde el impulso previo de La ópera del mendigo, éxito de 1920 sobre
las baladas del XIX de John Gay. El sentido de la pobreza como motor es incuestionable.
9
Recordemos el enfado de Brecht al saber que su Madre Coraje había sido interpretada como un
personaje positivo. No al victimismo, reivindicaba el alemán.
10
La cita pertenece a las interesantes reflexiones que aporta el autor al final de La ópera (nota 8)
donde recomienda algunos aspectos para la puesta en escena.
11
Equiparable al escape de índole de El viejo celoso (salvando las distancias) o incluso a la
mayor profundidad psicológica femenina en La dama duende de Calderón.
61
12
Sobre la música en Cervantes véase Gavaldá (2005) que repasa la obra cervantina incluyendo
los Entremeses como explotación de esas potencialidades musicales (27-29).
13
Spadaccini (29) saca en claro una reflexión muy interesante sobre los entremeses que recupero
para tenerla en cuenta en la obra brechtiana: Los finales de los entremeses acaban en fiesta, sí,
pero la tensión psicológica y social que sacude a los personajes es irresoluble, nada, en fin, se
soluciona.
Obras citadas
Asensio, Eugenio. Introduction. Entremeses, by Miguel de Cervantes. Castalia, 1970, pp. 7-55.
Canavaggio, Jean. “Brecht, Lector de los Entremeses Cervantinos: La Huella de Cervantes en los
‘Einakter’.” Cervantes, Entre Vida y Creación. Centro Estudios Cervantinos, 2000, pp.
147-65.
Castilla, Alberto. Introduction. Entremeses, by Miguel de Cervantes. Akal, 2007, pp. 12-56.
Dawn L. Smith. “Cervantes Frente a su Público: Aspectos de la Recepción en ‘El Retablo de las
Maravillas’.” Actas del X Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas.
Bulzoni, 1988, pp. 21-26.
Di Pinto, Elena. “Cervantes y el Hampa: Paseo por la Lengua de los Bajos Fondos.” Culturas
Populares. Revista Electrónica, vol. 2, 2006.
Ewen, Frederic. Bertolt Brecht. Su Vida, Su Obra, Su Época. Adriana Hidalgo editora, 1967.
62
González, Aurelio. “El Teatro Cervantino en la Crítica y la Escena Modernas.” Signos Literarios
y Lingüísticos, vol. 2 , 2003., pp. 33-50.
González Maestro, Jesús. Contra las Musas de la Ira. El Materialismo Filosófico como Teoría de
la Literatura. Helicón, 2014.
Huerta Calvo, Javier. Introduction. Entremeses, by Miguel de Cervantes. Edaf, 2008, pp. 9-36.
Moro, Alfredo: Transformaciones del Quijote en la Novela Inglesa y Alemana del Siglo XVIII.
Universidad de Alcalá, Servicio de Publicaciones, 2017.
Münsterer, Hans Otto. Brecht. Erinnerungen aus den Jahren 1917-1922. Verlag der Arche,1963.
Patterson, Michael. “Brecht’s Legacy.” The Cambridge Companion to Brecht, Cambridge UP,
1994, pp. 273-87.
Posadowsky, Conde de. “La Literatura Española del Siglo de Oro en Alemania.” Revista de la
Universidad de Oviedo, Vol. III, 1942, pp. 249-65.
Sáenz, Miguel. Introduction. Teatro Completo, by Bertolt Brecht. Cátedra, 2012, pp. 15-56.
Smith, Dawn L. “Cervantes Frente a su Público: Aspectos de la Recepción en ‘El Retablo de las
Maravillas’.”, Actas del X Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, 1989,
pp. 21-26.
---. “Writing for Reading: Cervantes Aesthetics of Reception in the ‘Entremeses’.” Critical
Essays on Cervantes. AG Hall, 1986, pp. 162-75.
Wilhelm, Julius. “La Crítica Calderoniana en los Siglos XIX y XX en Alemania.” Cuadernos
Hispanoamericanos, vol. 73, 1956, pp. 47-56.
63
TERRA EM TRANSE DE GLAUBER ROCHA EM RELAÇÃO AO CINEMA EUROPEU
E A POLÍTICA LATINO-AMERICANA
Isidro Luis Jimenez
The University of Arizona
Terra em transe é uma das principais produções de Glauber Rocha. Filmes anteriores têm
que muitos dos elementos narrativos dos filmes ainda são tradicionais. Ao contrário, Terra em
transe é uma obra já madura e muito mais política; sua temática pode ser clasificada não
somente como brasileira, mas latino-americana. O filme tem muitos elementos técnicos que o
Luc Godard. Terra em transe incorpora esses elementos misturando-os e ao tempo mantendo
No artigo, vou apresentar uma contextualização do filme e uma análise dos dois grandes
Realizarei uma análise do cinema francês da avant-garde esquerdista dos anos 60 e a sua
herdeira da estética e a temática nacionais dos primeiros filmes de Rocha. Finalmente, vou
receção do filme.
64
1.Terra em transe no seu contexto cultural cinematográfico: a relação com o cinema
europeu
A estética dos primeiros filmes de Glauber Rocha tem elementos basicamente brasileiros
antropófago modernista brasileiro usando uma estética selvagem e primária não só nos seus
filmes; por exemplo, ao invés de usar garfo e faca, Glauber comeu com as mãos num jantar com
actores. Porém, a ideia geral de Rocha sobre o Modernismo brasileiro não era muito positiva
(Rezende 127): “Porque eu acho que o Modernismo foi apenas uma teoría crítica, mas uma
Finalmente, a situação política e social nacional provocou um contexto para Rocha e outros
jovens diretores brasileiros - principalmente Paulo César Saraceni, Gustavo Dahl, Joaquim Pedro
de Andrade, Nelson Pereira dos Santos, Cacá Diegues, David Neves e Luís Carlos Barreto-
Sobre a relação entre o Modernismo e o Cinema Novo considero que é muito interessante o
artigo de Oliveira (2012); nele achamos uma comparação das figuras de Oswald de Andrade e
cultura nacional que aliava barbárie e técnica" enquanto que Rocha quer atingir o objectivo:
65
por meio da violência provocada pela fome. Essas duas posturas estão sistematicamente
presentes em dois textos antológicos da arte brasileira, o - Manifesto Antropófago,
publicado por Oswald em 1928 na Revista de Antropofagia, e na - Estética da fome,
apresentado por Glauber Rocha pela primeira vez em 1965 no congresso Terceiro Mundo
e Comunidade Mundial dentro da Quinta Resenha do Cinema Latino-Americano, em
Gênova, na Itália.
Depois da II Guerra Mundial, a temática social (ligada posteriormente ao cinema político) mais
popular e sólida foi o neo-realismo italiano. Rezende (161) diz sobre os filmes europeus em
e sociológicos começaram a ser colocados dentro de temas que até então só mostravam a
Cinema Novo brasileiro foi um resultado sincrético de elementos em parte europeus, Sarno (52)
fala das influências heterogêneas (soviéticas, francésas, literárias, etc) do neo-realismo italiano.
Enfim, o cinema de Rocha deve aos italianos o foco narrativo em temas sociais, já presente
nos primeiros filmes. Encontramos também uma temática étnica ou regional, própria da estética
elementos mais humanos do neo-realismo italiano (por exemplo, Umberto D, de Vittorio de Sica
Fome; nas palavras de Rocha ("Uma estética da fome") “Nem o latino comunica sua verdadeira
latino”. Os planos dos filmes de Rocha são totalmente limpos, sendo os protagonistas e a
Terra em Transe tem elementos únicos que conectam o filme com a nouvelle vague
muitos elementos comuns com o filme brasileiro. Sobre Godard, Rocha diz (Rezende 103)
66
“Godard é assim, um cineasta inteiramente moderno, partindo da ciência, do fato político e
passado”; realmente achou nos seus filmes uma verdadeira praxis política na linha do foquismo
terceiro-mundista cubano (Rezende 103) ”Como Guevara disse, é precisso abrir um, dois, muitos
revolução cubana, com toda a sua influência política na América Latina foram precisamente os
Rocha já tinha sido influenciado fortemente pelos franceses ao filmar os seus primeiros
filmes ao final dos anos 60. Visualmente, a nouvelle vague aportou elementos tremendamente
inovadores, como por exemplo misturar uma mesma sequência com distintos planos, como em
em Transe é La chinoise, produzido também no ano 1967; mesmo os dois filmes terem aparecido
mundo 484); ele diz especificamente sobre La chinoise (Rezende 102): “Os filmes que mais me
La chinoise é a história de uma pequena célula maoista em Paris antes dos acontecimentos
de maio de 1968. O filme é muito inteligente e tem uma componente política explícita incluso em
partes com conversas políticas filmadas, na linha de outros filmes de Godard como Vivre sa Vie.
Formalmente, La chinoise tem muitos elementos vanguardistas como a ruptura dos planos, o
filme de Godard têm um fortissimo componente semiótico; além isso, às vezes aparecem letreiros
imagem, que não é naïve, mas sempre tem uma finalidade última; Barthes fala do apoio e a
67
amarração da linguagem sobre as imagens (162) “precisely the syntagm of the denoted message
which naturalizes the system of the connoted message”. Em La Chinoise encontramos letreiros
em várias cenas do filme que explicitam os ideais estéticos de Godard. Por exemplo, “Il faut
confronter les idées vagues avec des images claires”, além de políticos “Les impérialistes son
encore vivants. Ils continuent á faire régner l´arbitraire en Asie, en Afrique et en Amérique
Terra em transe mistura muitos elementos estéticos da nouvelle vague com alguns
elementos que encontramos nos primeiros filmes de Rocha, como a música de candomblé ao
começo do filme. Esses temas têm uma relação com as temáticas regionais dos primeiros filmes
do diretor. Muitos elementos como a mistura caótica de diferentes músicas nos dois filmes
(clássica e pop em Godard, clássica e étnico-regional em Rocha) têm a mesma finalidade. Apesar
disso, alguns elementos como o uso das cores fortíssimas ao estilo do plástico no filme de
Godard não aparecem em Terra em Transe, um filme rodado em preto e branco. Rocha diz
(Rezende 81):
Sobre o interesse dos cineastas nacionais em filmar a cores há pelo menos duas razões:
1- O público brasileiro, educado cinematograficamente à base de filmes norte-
americanos a cores, manifesta um certo complexo de inferioridade quando assiste a um
filme nacional em preto e branco. Quando o filme brasileiro é a cores o público aceita
melhor; 2- A TV européia é a cores e é um grande mercado para os filmes brasileiros.
Os dois filmes (La chinoise e Terra em transe) também compartilham a ideia da violência
simbólica; porém, no filme de Rocha essa violência é transmitida não somente pela temática
narrativa, mas também por elementos formais do filme como a ruptura brusca dos planos.
O resultado da forte influência europeia no filme é uma obra visual e formalmente muito
mais vanguardista do que outros filmes do Cinema Novo brasileiro foram. Por exemplo,
Macunaíma de Joaquim Pedro de Andrade (1969) tem uma temática rupturista ligada ao
68
Modernismo e ao movimento antropofágico brasileiro, mas o vanguardismo de Terra em Transe
abarca principalmente aspectos formais ligados ao cinema internacional dos anos 60.
O ideário político de Rocha levou o seu cinema de forma natural à temática latino-
americana, apresentando no filme alguns temas gerais, nos quais os elementos tipicamente
brasileiros dos filmes anteriores se diluíram nas novas formas rupturistas. Shohat e Stam falam
em relação com o filme de Rocha, que oferece “alternative aesthetics offered by Third World,
postcolonial and minoritarial cultural practices: practices that dialogue with Western art
movements but which also critique them and in some ways go beyond them” (31). Também são
comparar o filme com o cinema mexicano de Buñuel, a sua produção incorporou elementos
fortemente sociais de temática mais latino-americana que local ou nacional (Los olvidados) em
contextos que às vezes têm elementos surrealistas em uma trama narrativa com uma forma
convencional (El ángel exterminador). Além isso, tem aspectos formais vanguardistas extremos
que o cinema de Godard ou Rocha não mostraram. O cinema cubano tradicionalmente explorou
alguns desses elementos estéticos, já despolitizados depois dos anos 80 (La vida es silbar).
em torno dos estereótipos de dois políticos: o conservador Diaz e o populista Vieira "Vieira and
Diaz appear to occupy opposite ends of the political spectrum, but the parallel montage of their
electoral campaigns, superficially contrasting them, on a deeper level ironically equates them”
69
Todos os elementos relevantes na narrativa do filme, incluindo a presença constante da
multinacional Explint, podem ser considerados como “políticos”. Terra em Transe tem os
elementos técnicos e estruturais do cinema europeu. Não obstante, as ideias políticas no filme não
têm elementos teóricos explícitos, em contraste com produções de Godard como La Chinoise ou
Vivre sa Vie, nas quais há um elemento narrativo explícito em forma de diálogos reais de
temática política ou filosófica. Não encontramos no filme de Rocha uma ideia abstracta e
sobretudo europeus como os refletidos em La Chinoise, mas uma presença real de problemas
pelas ideias e pela estética do próprio Rocha. De acordo com Johnson e Stam (153) "Terra em
Transe criticizes the naive notion that art in itself can create a revolution".
Com Terra em transe, Glauber botou esse povo (subserviente, vitimizado, fraco) em
questão com a mesma radicalidade e paroxismo com que criticou o intelectual de
esquerda, Paulo Martins, um Hamlet tropical, entre banhos de sangue e exaltação poética.
Porém, Rocha era totalmente realista sobre a relação entre a política e a arte (Fonseca 82) “Os
fortalecem com seus aspectos vanguardistas formais: “São muitas as estéticas da violência, com
diferentes éticas e consequências: afirmativas, reativas, resistentes. Elas podem ser sintoma e
expressão de formas de viver, valorar e pensar”. (Ivana Bantes “Sertões e favelas no cinema
70
cinema brasileiro entre o sertão e a favela, como dois territórios míticos carregados de
simbólico e latino-americano com fortes lembranças coloniais; o pais de Terra em transe pode
elementos que o ligam à ideia de heterotopia (Foucault 24) “Utopias are sites with no real place”.
O político populista não acredita na luta de classes; o conservador sim (“A luta de classes
existe”), tendo assim o filme um conteúdo de política real, não somente teórica. Também o nome
do político conservador Porfirio Diaz tem um óbvio significado metafórico e simbólico de tipo
latino-americano; o político aparece no filme como um Lord of Misrule, ligado a orgias, à loucura
e aos excessos. Zizek (In defense of Lost Causes 252) fala de Stalin como um Lord of Misrule ou
terror na figura de Porfirio Diaz. Os excessos orgiásticos são a oposição à “unbearable closure of
being” de Zizek (The Plague of Fantasies 129). Buñuel já narrou a impossibilidade da realização
estruturais atávicos sobre a natureza do poder e a realidade política histórica brasileira ligados à
mesma ideia de Eldorado, a Diaz e as ideias de oligarquia, burguesia e política. Esta relação é
71
uma constante em diversas manifestações artísticas contemporâneas: falar das raízes culturais e
Muitos pequenos elementos do filme têm relação com obras literárias e romances latino-
americanos: assim, a morte de Paulo é semelhante ao fim de Artemio Cruz e versos de Martín
Fierro são lidos no filme. Augusto Roa Bastos no romance Yo, el supremo escreveu muitos
elementos parecidos aos achados no filme sobre a relação entre o poder e a loucura na figura do
3. A recepção do filme
Não de forma surpreendente, a obra de Rocha teve muito mais sucesso no estrangeiro do que no
Carlos Nelson Coutinho, um dos melhores críticos literários do mundo, escreveu que
Terra em Transe era produto de um intelectual pequeno-burguês irracional. Fernando
Sabino, Otto Lara Rezende, Rubem Braga, Vinícius de Moraes e Armando Nogueira
foram indicados pelo então Ministro das Relações Exteriores, Magalhães Pinto, para
decidirem se Terra em Transe tinha ou não qualidades artísticas para representar a
gloriosa cultura nacional em Cannes. A comissão viu o tilme (sic) e ninguém assumiu a
responsabilidade. O único que foi claro comigo foi o Vinícius. Os outros, gente que eu
respeito (logo não estou aqui me desagravando), me acusaram de louco, de irresponsável.
Telefono a Rubem Braga e ele me responde Não gostei. A vida é bonita e você mostra
tudo feio.
Prêmio Luis Buñuel na Espanha e o Prêmio de melhor Filme do Locarno International Film
uso da estética vanguardista própria das elites europeias da gauche divine. A contradição última é
que o filme pode então ser considerado europeu, ou mesmo um filme europeu sobre o
72
falar das imposições culturais europeias sobre o cinema e a arte latino-americanos descrevia
próximos pelo espectador nacional; o resultado do filme de Andrade foi “estranho” e popular,
mas não “artificioso” e estrangeiro como Terra em Transe para o público brasileiro.
4. Conclusões
honesto com suas próprias ideias estéticas e políticas. O filme, entre as vanguardas visuais
europeias e a temática política latino-americana, foi objeto de consumo das elites intelectuais ou
políticas na sua recepção. As ideias de Rocha sobre o cinema e o público nacionais eram mesmo
(…) é preciso haver uma modificação total no cinema brasileiro. Não é possível melhorar
exclusivamente o nível dos filmes. É precisso mudar todo o maquinismo do nosso
cinema. Como, por exemplo: o caso da crítica brasileira na sua maioria é um caso de
alfabetização de adultos. Para um novo cinema é necessário uma nova crítica. Essa que
está aí deve morrer junto com a chanchada. É uma crítica cheia de picuinhas e
comprometida com um sem número de part prise.
O paradoxo principal desse tipo de cinema não é que foi produzido pelo consumo próprio
intelectuais dos paises do bloco central refliterem. Filmes como Terra em Transe são um
exemplo perfeito de uma produção latino-americana "de autor" em preto e branco, desconectadas
73
Identifico uma contradição estrutural entre os propósitos políticos de Rocha, os elementos
estavam destinados ao fracasso, porque a estética inovadora da origem europeia que Rocha
utilizou procedia duma sociologia muito distinta. A conexão entre as rupturas artística e
ideológica tinham convivido durante muito tempo no velho continente, mas foi completamente
estranha para a sociedade brasileira, como qualquer idéia de mobilização social através da arte
rompedora: podemos comparar o contexto social e político no Brasil nos anos 60 e na URSS na
dos modelos culturais "populares" nos paises dos paises terceiro-mundista foram fortissimas e
evidentes.
Terra em transe tem também uma contradição secundária: no filme os aspectos culturais
populares tipicamente brasileiros das produções anteriores de Rocha aparecem diluídos num
cultura estrangeira, especialmente literária. Este bloco terceiro-mundista geral tem uma lógica
política, mas é totalmente alheio aos esquemas do cinema brasileiro com uma temática nacional,
"alta cultura") e cultura popular popularidade no cinema e na arte em geral; esta problemática
está já enraizada nas ideias políticas esquerdistas que originaram o Cinema Novo brasileiro. Estes
elementos contraditórios estão presentes também no pensamento do mesmo diretor, que se auto-
74
Obras citadas
Barthes, Roland. “Rhetoric of the Image”. 10 de maio de 2014.
http://faculty.georgetown.edu/irvinem/theory/Barthes-Rhetoric-of-the-image-ex.pdf
Web.
Bentes, Ivana, Glauber Rocha. Cartas ao Mundo. São Paulo. Companhia das Letras. 1997.
Impresso.
———— “Sertões e Favelas no Cinema Brasileiro Contemporâneo: Estética e Cosmética da
fome”. ALCEU (8). Jul/dez 2007. Impresso.
Fonseca, Cristina. O Pensamento Vivo de Glauber Rocha. São Paulo: Martin Claret. 1987.
Impresso.
Foucault, Michel. "Of Other Spaces: Utopias and Heterotopias". Diacritics. Spring 1986.
Impresso.
Gomes, João Carlos Teixeira. Glauber Rocha esse Volcão. Nova Fronteira. 1997. Impresso.
Johnson, Randal and Robert Stam (ed). Brazilian Cinema. New York: Columbia University
Press. 1995. Impresso.
Oliveira Carneiro Rios, Dinameire. “Por uma Estética Antropofágica em Oswald de Andrade,
Glauber Rocha e Olney São Paulo”. Letrando (1). Jan/jun 2012. Impresso.
Pierre, Sylvie (Ed.). Glauber Rocha: Textos e Entrevistas com Glauber Rocha. Papirus. 1996.
Impresso.
Rezende, Sidney. Ideário de Glauber Rocha. Philobiblion. 1986. Impresso.
Rocha, Glauber. “Estética da Fome”, Memórias do Subdesenvolvimento, 21 Abril 2019,
www.memoriasdosubdesenvolvimento.blogspot.com/2007/06/esttica-da-fome-manifesto-de-
glauber.html
Rose, Gillian. Visual Methodologies: An Introduction to the Interpretation of Visual Materials.
Thousand Oaks. 2001. Impresso.
Sarno, Geraldo. Glauber Rocha e o Cinema Latino-Americano. Secretaria Municipal de Cultura
da Prefeitura da Cidade do Rio de Janeiro. 1995. Impresso.
Shohat, Ella and Robert Stam, “Narrativizing Visual Culture. Towards a Polycentric Aesthetics”,
in Nicholas Mirzoeff (ed), The Visual Culture Reader. Routledge. 1998. Impresso.
Zizek, Slavoj, The Plague of Fantasies. Verso. 1997. Impresso.
Zizek, Slavoj, In defense of Lost Causes. New York: Verso. 2008. Impresso.
75
LAS HUELLAS DEL SURREALISMO EN EL CINE ESPAÑOL DE LOS AÑOS 70: CRÍA
CUERVOS (1975) Y EL ESPÍRITU DE LA COLMENA (1973)
Los movimientos literarios de vanguardia7 de la primera mitad del siglo XX (dadaísmo, futurismo,
surrealismo o cubismo) ejercieron una influencia muy notable en las creaciones artísticas
posteriores de todo el mundo occidental. Estos se estructuraron sobre una premisa compartida:
“el rechazo del concepto de arte como imitación, de la finalidad estética y del deleite exento de
realismo” (Bianchi 23). Sin embargo, sus derroteros fueron muy dispares. Con respecto al
principio, no son propiamente surrealistas. Ya sea como actitud política, clave para penetrar en el
7
“El francesismo avant-garde procede del lenguaje militar y empieza a usarse en Francia a mediados del siglo XIX,
para indicar el radicalismo inconformista e innovador de corrientes de pensamiento beligerantes y audaces; en 1864,
aparece referido a la poesía en Mon coeur mis à un de Charles Baudelaire […] Finalmente, la denominación se
asienta en el ámbito literario y artístico en el primer tercio del siglo XX, asumiendo el significado que aún hoy le
atribuimos: designa un movimiento artístico determinante en la cultura y en la historia literaria occidental de la
pasada centuria que […] consolida la ruptura de índole revolucionaria cuya primera manifestación había
correspondido al espíritu anteclásico del pensamiento romántico.” (Bianchi 2016:28)
8
“Hay todavía un gran malentendido con respecto al surrealismo. Los historiadores del arte lo consideran un
movimiento artístico perteneciente a las vanguardias de entreguerras; otros lo definen como si estuviera más allá de
la lógica y de la realidad. Incluso los políticos han empezado a utilizar la palabra como sinónimo de sinsentido. Otros
confunden surrealismo con absurdo […] Por encima de todo, el surrealismo no es arte.” (Švankmajer 2014:65)
9
Esta expresión está tomada del título de una de las revistas de los surrealistas franceses, La Révolution surréaliste,
que consistió en doce revolucionarias publicaciones que salieron entre 1924 y 1929 en París.
76
subconsciente humano, recurso sugestivo para cambiar la visión de la realidad, herramienta para
dar a luz a un lenguaje velado… esta ola llegó también a España y a sus creadores, en todos los
ámbitos. Este trabajo pretende mostrar esos destellos “surrealizantes” en la tarea creativa de dos
posterior democracia: Carlos Saura (1932) y Víctor Erice (1940). Las obras a analizar serán Cría
cuervos (1975) y El espíritu de la colmena (1973), respectivamente, pues ambas hacen gala de un
carácter marcadamente político, por tratar consecuencias de la Guerra Civil española (1936-1939)
y el franquismo, y tienen bastantes paralelismos entre sí. Estas películas no se corresponden con
la parte más surrealizante de la obra de ninguno de los dos directores, pero este dato hace más
interesante mostrar esos destellos desde un análisis comparado en el marco de los principios del
1924 en París, sus integrantes, con André Breton a la cabeza, datan en 1919 el nacimiento del
surrealismo, pues fue entonces cuando se bosquejaron sus cimientos. Esto se explica porque
algunos de los futuros miembros del surrealismo francés participaron en el movimiento Dada
falta de organización interna dispersó y terminó por disolver al grupo a través de una lenta y cada
vez mayor descoordinación. En un intento de no querer dejar caer esos avances en saco roto, unos
cuantos participantes acordaron unas nuevas bases, esta vez sí, fijas, para evitar el descontrol
anterior. Esos compañeros que rompieron con Dada para elaborar su propio movimiento fueron
10
Cabe recordar que la aparición del surrealismo no ha sido igual en todo el mundo. Como movimiento
internacional, su génesis ha sido diversa. Por ejemplo, en el caso del surrealismo checo (1934), este apareció a raíz
del Poetismo de Teige, no del movimiento Dada. Así, sus características y evolución también han variado según el
contexto. Hubo grupos surrealistas en muchas partes del mundo, como Suecia, Ginebra, Lisboa, etc., que
mantuvieron contacto mucho tiempo, en gran parte gracias a la producción y difusión de revistas.
77
“Aragon, Baron, Boiffard, Breton, Carrive, Crevel, Delteil, Desnos, Eluard, Gérard, Limbour,
Malkine, Morise, Naville, Noll, Péret, Picon, Soupault y Vitrac” (Breton 2009:39). Así nació el
surrealismo, nombre que André Breton y Philippe Soupault tomaron de Guillaume Apollinaire,
muerto hacía poco, porque esta palabra, para ellos, comprendía bastante bien el espíritu de su
movimiento.
Los años comprendidos entre 1919 y 1925 se consideraron la época “puramente intuitiva”
(Breton 14) del movimiento surrealista. En aquel momento, la actividad del grupo atendía
improvisados, poemas, dibujos o acciones espontáneos” (17). Sin embargo, con el paso de los
francés, sino mundial. El grupo se decantó por una acción más práctica que supuso, entre otras
Los surrealistas siempre tuvieron muy en cuenta el contexto político y social, pero fue
desde esa segunda etapa, a partir del año 1925, cuando prestaron especial atención al problema de
la guerra y a ese “derrotismo” (Breton 2013:9) que empapaba Europa. Este tema constituyó su
punto de mira para sus intervenciones y obras creativas, siempre desde una marcada posición
[…] parafraseando a Lautréamont, no puedo dejar de añadir que, mientras hablo, antiguos
y letales escalofríos intentan sustituirse a esos otros escalofríos que eran los del
conocimiento y la vida. Anuncian una epidemia espantosa, una enfermedad que
irremediablemente aboca a la destitución. Se trata, una vez más, de tener el valor de
encararlos. Esa enfermedad se llama fascismo. (Breton 10)
78
Una de las máximas del surrealismo ha sido su tendencia a dar la misma importancia a la
realidad física o exterior, que a la realidad psíquica o interior. En un tiempo capitalista en el que
el cada vez importaba más lo productivo y utilitario en detrimento de los impulsos del
subconsciente, la imaginación o el deseo, este movimiento, que identificaba con ellos la libertad,
externa e interna, de tal manera que una se fundiera en la otra. He ahí su devoción por la
experimentos como la escritura automática 11, pero en poco tiempo este mecanismo se extendió a
otras formas de creación. Otro modo de acercarse al subconsciente consistió en el desarrollo del
método paranoico-crítico, elaborado por Salvador Dalí en 1930, por el que, dejándose uno llevar
por la “omnipotencia del deseo”, se han de “considerar las imágenes del mundo exterior como
inestables y transitorias, cuando no sospechosas, y, lo que da más vértigo, hacer que otras
personas crean en la realidad de sus impresiones” (53). Siguiendo las instrucciones de esta
paranoico, creando imágenes múltiples a partir de una sola. Otra manera de acceder a ese mundo
del subconsciente, por ejemplo, fue la alteración de los estados de conciencia de los participantes
11
En cuanto a la definición de escritura automática, para los surrealistas supone un modo de plasmar el automatismo
psíquico, pero no como fin en sí mismo, sino como medio para penetrar en el subconsciente y renovar el lenguaje. En
cuanto a su significado, son muy ilustradoras las palabras de Benjamin Péret, cuando, en 1929, explicaba el modo de
emprender este tipo de práctica. Decía: “Tenga a mano papel, tinta y una pluma nueva e instálese confortablemente
ante su mesa. Ahora, olvídese de todas sus preocupaciones […] A usted ya no le interesa saber lo que es lógico y lo
que no lo es, usted no desea saber qué quieren decirle. Escriba lo más rápido posible, para no perder nada de las
confidencias que le son hechas y, sobre todo, no relea. Pronto se dará cuenta de que las frases llegan más rápidas,
más fuertes, más vivas. Y, si por casualidad usted súbitamente se detiene, no dude, fuerce la puerta del inconsciente
y escriba, por ejemplo, la primera letra del alfabeto. Una letra sigue a la otra. El hilo de Ariadna regresará a sí
mismo” (Pariente 93).
79
En conclusión, la clave del surrealismo se podría resumir en dos ideas latentes: poesía y
política. Cabe puntualizar, eso sí, que con “poesía” no se refieren en absoluto al verso en forma
literaria, o al menos no por principio. El lenguaje poético tiene un carácter mucho más amplio;
para los surrealistas, es aquel idóneo para sugerir o expresar lo irracional y abrir la puerta al
través de traducciones de textos franceses. Fue la generación del 27 la que hoy en día es más
aclamada por valerse del texto surrealista. Sin embargo, hay que recordar que este grupo nunca
dejó de reconocer sus raíces culturales, es decir, que no asumió totalmente la actitud beligerante
27, de una aproximación al surrealismo o de una escritura surrealizante desde el punto de vista
formal, cuyo uso, además, varió mucho de un autor a otro. Ha sido especialmente frecuente, en
ellos, el empleo del lenguaje irracional u onírico, tanto en verso como en prosa, para camuflar un
mensaje que, por la razón que fuera, el escritor quería que permaneciese encubierto. Este ha sido
el caso de Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Rafael Alberti o Federico García Lorca. Este
80
enmascaramiento a partir de imágenes surrealistas se hizo más popular aún con la llegada del
franquismo, puesto que, en los primeros años de la dictadura, la falta de precaución del escritor
podía costarle la vida y, más adelante, sortear la censura consistiría en un objetivo importante
para cualquier escritor medianamente comprometido. En el mundo del cine, esto es visible tanto
De todos modos, aunque esa influencia formal del surrealismo es la que ha hecho mayor
mella en la literatura española de principios del siglo XX, no quiere decir que no hayan existido
autores ni grupos íntegramente surrealistas en España, aunque estén hoy parcialmente olvidados.
Cabría incluir en este conjunto a José María Hinojosa (pionero del surrealismo en España) o a
Juan Larrea, quienes sí siguieron los principios del surrealismo francés en sus textos; o también al
grupo de Tenerife. Hay exponentes muy destacados del surrealismo en otros campos, como la
pintura o el cine, entre los que están Remedios Varo, Maruja Mallo, Salvador Dalí o Luis Buñuel.
continuación, en un periodo en que el franquismo estaba decayendo, pero aún existía la censura.
contextualmente muy distinta de aquella en la que se formularon los principios del surrealismo.
Entre estas y aquel hubo una guerra civil y otra mundial, una dictadura o la aparición de nuevos
medios tecnológicos, entre otras cosas, que cambiaron para siempre el modo de vivir y concebir
el mundo. Para empezar, lo cierto es que el franquismo (1939-1975), con la censura, generó una
81
caída cultural en España. En el caso del cine, esta situación se pudo ir desbloqueando lentamente
en los años 60, cuando García Escudero estuvo al frente de la Dirección General de
Cinematografía (1962-1976). En aquel momento se generó el “Nuevo Cine Español”, del que
participaron, entre otros, Carlos Saura con La caza (1965) o Luis Buñuel, con Viridiana (1961).
Este cine sentó unas bases importantísimas para que se pudiera dar una transición de “tercera vía”
a un “cine de izquierdas”, que se caracterizó por emplear un lenguaje indirecto para sortear la
censura, conformando, con los años, un “cine posfranquista cuando el dictador todavía vivía”
(Monleón 1995:86). En este grupo se encontrarían tanto Carlos Saura como Víctor Erice, con El
jardín de las delicias (1970) o El espíritu de la colmena, respectivamente. Cría cuervos se rodó
cuando el dictador aún vivía, pero se estrenó justo después, conque forma parte de la primera
incipiente posmodernidad española. Son obras que miran al pasado, pero no en forma de
narraciones históricas, sino desde la subjetividad. En ellas, “el tiempo [se presenta] como entidad
dúctil sobre la que imprimir la consciencia del observador” (Navajas 1996:28). Esta forma de ver
los acontecimientos históricos fue compartida por muchos realizadores. Es más, tanto Carlos
Saura como Víctor Erice dan cuenta de esta visión en otras de sus películas, como La prima
La historia recreada en estas obras es parcial, siempre de acuerdo con la subjetividad del
director y el sistema filosófico al que este se acoge. En otras palabras, cabría hablar de un cine
personal, pero en ningún caso panfletario 12, incluso aunque este tipo de enfoque pueda subordinar
12
“Calos Saura y Víctor Erice transfiguran ese pasado por medio de construcciones oníricas o visiones filtradas por
una conciencia incontaminada por el medio objetivo de modo que la perspectiva individual se sobreimpone a la
82
los hechos de los que da cuenta a un marco ideológico concreto. Los acontecimientos históricos
posible narrar los hechos con objetividad, de que no hay verdades absolutas, ni visiones que
puedan conciliar a todos los bandos. También apareció la necesidad de dar testimonio de las
injusticias que habían sucedido, conque hay muchas obras, entre ellas las que se analizarán aquí,
que pretenden apelar a la memoria colectiva. Teniendo esto en cuenta, el cine, como cualquier
otra forma de expresión de la realidad exterior, no es objetivo: se rige por las reglas de la
narración y de la ficción, lo que hace del relato histórico algo maleable. De este modo, para
analizar las obras de los periodos de entreguerras, posguerra o dictadura desde esta visión, es
importante tener en cuenta las características personales del autor. Esta tendencia se ha visto
posfreudianas, pues, del mismo modo que la historia es relativa, también lo es el sujeto: el yo es
confianza en la razón.
profundizar en estas dos películas ya que, en ambos casos, las protagonistas son niñas. Prestar
plasmar en las obras realidades cotidianas y asuntos triviales y, a partir de ellos, construir una
Cría cuervos, y del cine, en El espíritu de la colmena. También se ve la visión negativa que
referencia histórica. Las niñas observadoras de Cría cuervos y El espíritu de la colmena reconstruyen un pasado en
el que no operan los principios reguladores de los adultos” (Navajas 51).
83
Saura y Erice tenían del patriotismo de la época, relacionándolo generalmente con la dominación,
la represión y el salvajismo.
Víctor Erice nació en Carranza (Vizcaya) en 1940, pasó su juventud en San Sebastián y,
la Escuela Oficial de Cinematografía. En cuanto a sus primeros pasos en el mundo del cine, Erice
comenzó por verse atraído por el realismo crítico, lo cual, en aquel entonces:
no era tanto la opción por unos determinados estilos cinematográficos en tanto que estilos
(…) como la opción por un determinado cine (…) cuya vocación o sentido o intención
última, a través no importa de qué estilo o tipo de película, fuera de alguna manera (…)
investigar o desvelar la realidad frente a otro cine que […] la ocultaba o camuflaba.
(Arocena 14)
A Erice le interesaba sugerir lo que había detrás las situaciones más cotidianas, aquello
que a primera vista no se puede percibir por estar naturalizado, ya que ese es, para él, el papel del
arte, que sirve para liberar al ser humano y no se puede entender sin un compromiso político. Esta
realidad y lo imaginario, aunque con los años se fue interesando cada vez más por el realismo
poético y de corte psicológico, por considerar “el lenguaje poético como el más radical” (Arocena
1996:25). Si su compromiso político y visión del arte tenía que ver con el surrealismo, en este
y la infancia, en el contexto de un pueblo castellano, Hoyuelos, en 1940. Allí vive apartada una
familia de dos progenitores, Fernando y Teresa, y dos niñas, Isabel y Ana. Esta última, la
84
hermana pequeña, es la protagonista del film, en la que se personifica “ese sentimiento
contradictorio, que moviliza el amor y el odio, la atracción y el rechazo” (Arocena 79) que Erice
quería desarrollar. A modo de resumen, Ana vive una experiencia iniciática al ver la película El
(para ella, “espíritu”) y que fomenta su obsesión por la muerte. Ante las preguntas que le plantea
a su hermana Isabel, la mayor le desvela el lugar donde puede encontrarlo: en una planicie
solitaria, con una casa abandonada y un pozo. Ana decide ir sola y así emprende la huida hacia su
interior, alejándose de todos los que la rodean. Pronto descubre que sigue el buen camino para
hallar al espíritu, ya que encuentra una huella junto a la casa. Esta correspondía a un maquis
huido de un tren, que en aquel momento decidió esconderse allí. En una de las fugas de la
manzana. Ambos congenian. Ana se preocupa por llevarle alimentos, curar sus heridas y
facilitarle ropa de abrigo, que robaba a su padre. Una noche, las fuerzas de seguridad encuentran
al maquis y lo fusilan. Al recoger sus bienes, descubren que el abrigo que llevaba el ajusticiado,
junto con un reloj, correspondían a Fernando, y se lo comunican. Así es como el padre de familia
sospecha de su hija y finalmente la sigue hasta el lugar. En ese momento, Ana, cuando ve la
bosque, la niña vaga perdida, cada vez más dentro de sí, es decir, en su camino hacia la muerte.
Frankenstein, que quiere asesinarla… Y finalmente se duerme junto a una ruina, donde la
encuentran por la mañana. Las semanas siguientes la familia la retiene en su cuarto, creyéndola
enferma por la grave impresión, pero, desde su cama y por las noches, Ana sigue llamando al
espíritu.
85
2.2. Carlos Saura y Cría cuervos (1975)
Carlos Saura nació en Huesca en el año 1932, en el seno de una familia republicana, lo
que le obligó a irse mudando durante la guerra. Madrid fue el destino definitivo, donde estudió
primero el bachillerato y luego una Ingeniería que, como Erice, abandonó para ingresar en el
estaba muy atrasada a nivel formal y temático, y esto no cambió hasta la llegada del neorrealismo
italiano a España. Sin embargo, lo que más marcó a Saura fueron las películas y, posteriormente,
su amistad con Luis Buñuel. En él halló el modo de, desde un realismo crítico, desarrollar su
gusto por el humor negro, la fuerza de las pasiones, la muerte, el amor y la rebelión (Sánchez
Vidal 20).
En cuanto a Cría cuervos, es una película cuyos temas principales vuelven a ser la
infancia y el conflicto civil. En este caso, la acción se desarrolla en una casa en Madrid, aislada
en el tiempo y en el espacio (la familia es conservadora y hay un muro que rodea la finca). El
padre, militar franquista, muere al principio de la película y pronto se sabrá que la madre había
fallecido meses atrás. Huérfanas, quedan tres niñas: Irene, Ana y Mayte, por orden de edad, al
cuidado de la tía Paulina, la nodriza Rosa y la abuela, impedida. Cría cuervos es una reflexión en
torno a la falta de valores que la sociedad adolece y cómo esto termina por convertir a las
generaciones más jóvenes en productos del sistema. Ana, la protagonista, es la única niña que se
revuelve contra el exceso de normas que le imponen, lo que la lleva a marginarse y sufrir más. Su
obsesión con la muerte vuelve a ser primordial en la trama, ya que intenta suicidarse y, también,
asesinar. Emplea para ello unos polvos de bicarbonato que su madre le había hecho creer que
eran veneno. El intento de asesinato de su padre coincide con su muerte repentina. También
quiere acabar con su tía por intentar usurpar el lugar de su madre y ser tan estricta. En fin, se trata
86
de una película en la que las pasiones son extremas por un exceso de inocencia, y que intercala la
acción principal a tiempo real (Ana niña) con un pasado narrado (Ana, mayor, cuenta lo que
recuerda de su niñez). También aparecen filmadas las personas que la niña imagina o recuerda,
diluida.
representación fiel de los sueños y de las ideas imaginarias)” (Švankmajer 68). Es importante
fijar esta distinción porque a menudo se ha tendido a pensar que, de no tratarse de un discurso
Buñuel [, por ejemplo,] evita los alardes técnicos, marcando las distancias no solo con
respecto al cine narrativo y comercial, sino también respecto al experimental. […] Estos
términos […] permiten aislar seguramente lo que el surrealismo español tiene de
específico frente al francés o el de otros países. Y es que la poesía y lo surreal residen en
lo concreto, tangible, material y cotidiano antes que en lo abstracto, más etéreo o
truculento. (222)
colmena es practicar un tipo de interpretación del cine y otras artes que ya existe y tiene su
determinante el trabajo de Ado Kyrou (216). Como él ha hecho con otras obras, aquí se
expondrán esos detalles del imaginario surrealista en Cría cuervos y El espíritu de la colmena,
87
pero mostrando además los paralelismos que estas guardan con obras literarias, esta vez sí,
calificadas de surrealistas.
Igual que aquellos primeros surrealistas, en gran parte de su filmografía y sobre todo en
estas dos películas, Saura y Erice pretenden que sus obras sean ventanas para asomarse a
problemas sociales que quieren denunciar. La forma en que sitúan al espectador ante el mundo es
problemas son plasmados de una manera tal que el espectador no puede obviarlos; al situarlo
abruptamente en la realidad social, lo ubican también desde la denuncia que ellos emiten. Esto
está en sintonía con las palabras de André Breton cuando explicaba que el surrealismo consiste
en:
[…] una voluntad de profundizar en lo real, de lograr una conciencia siempre más
clara […] que responde a la preocupación, que [los surrealistas] no hemos dejado
de tener y que cada día se ha hecho más imperiosa, por evitar a toda costa
considerar el conocimiento como refugio. (Breton 2009)
Este tipo de conciencia no se limita a los textos teóricos del surrealismo. También aparece
como base en sus obras artísticas. Este fragmento de un poema de Lorca es un buen ejemplo:
admirable.
88
Es preciso romperlo todo para que los
nuevo temblor.
manifestación del desequilibrio entre lo caduco y casposo del régimen, frente al exceso de
consumo y producción del capitalismo que ya se daba en aquella España, todo ello en el “ocaso
de la sociedad burguesa” (Breton 221). Esto se percibe, por ejemplo, cuando se filma
camaradería entre militares. En el desarrollo del film, Saura denuncia cómo en ninguno de estos
dos modos de vida tiene cabida la sensibilidad y cómo pueden terminar con la imaginación, la
inocencia y, en fin, la niñez. De nuevo, el surrealismo, en este caso en la voz de Paul Éluard en El
89
poeta y su sombra (1963), está en relación con los planteamientos de Saura, al decir que “el
hombre no puede destruir completamente los muros que le han sido impuestos durante su
infancia. Para desarrollarse libremente debería de niño ser educado por niños.” (Pariente 122)
protagonista, Ana, que aún no ha sido contaminada por el exceso de normas sociales ni políticas,
puesto que a partir de ella puede hablar con claridad. Cuando su tía Paulina le exige modales en
la mesa, por ejemplo, ella es la única que responde que nadie le había enseñado cómo tenía que
comer. Son de este tipo las reivindicaciones que la niña hace: verdades para ella y una insolencia
para la sociedad que la rodea. La cantidad de normas que debe cumplir va en contra de su libertad
y capacidad de sentir, y eso, como es natural, no le gusta, conque reacciona. Esta idea de la
familia como forma de represión está en sintonía con la declaración de Georges Bataille, André
Breton, Maurice Heine y Benjamin Péret, en 1936, cuando dicen que “la familia es el fundamento
todas las relaciones sociales basadas en la autoridad y el desprecio de los patronos hacia sus
semejantes.” (Pariente 101) En otras palabras, “cría cuervos y te sacarán los ojos”.
Saura también pone en cuestión la poca base de ciertas convenciones, que simplemente se
imponen sin mayor explicación, a partir de esa inocencia en la infancia. Por ejemplo, cuando la
tía Paulina se marcha y las niñas se disfrazan con su ropa, Ana le dice a su hermana mayor que no
va a llevar sujetador nunca. Irene le contesta que tendrá que hacerlo porque, si no, no podrá
correr. Ana pregunta por qué, pero su hermana no lo sabe. De la misma manera, en otro
momento, Mayte le pregunta a Irene sobre la muerte, a lo que la mayor contesta que morir es
90
Una escena verdaderamente grimosa se da al final de la película, cuando las niñas,
haciendo limpieza en su casa, se apropian de las armas que su padre, militar, les había regalado.
El regalo de Ana fue una pistola, que ella exige porque, naturalmente, era suya. Cuando se lo dice
a su tía Paulina, la apunta con el arma, pero sin saber lo que hace, pues ella solo iba a reivindicar
la propiedad de su regalo. La adulta se pone nerviosa y el mejor amigo del padre de Ana, militar,
se la quita, seguro de que no estaba cargada. Pero se equivocó. El legado que el padre dejó a sus
adultos no se hacen cargo de sus hijas y cada uno vive inmerso en sus preocupaciones, mientras
el Estado las educa para ser criadas; aunque la película se desarrolle en un pueblo devastado en la
inmediata posguerra, la casa familiar recuerda bastante la de Cría cuervos, e, igual que en el
momento en que la tía Paulina se va, la falta de Fernando en la casa hace que las niñas infrinjan el
orden y se vayan a jugar con sus cosas, lleguen tarde a clase, investiguen fuera, etc. Ahora bien,
en esta película el contenido político es distinto. Hay una clara oposición a la represión y al
franquismo, pero en este caso la violencia del régimen aparece explícita cuando asesinan al
maquis. La niña es la única que no se deja llevar por los partidismos políticos y lo ayuda cuando
lo ve necesitado, y sufre cuando se da cuenta de que lo han matado. Ella, como en Cría cuervos,
No vemos ninguna diferencia entre un cañón que dispara y otro que no lo hace. En estos
momentos en que los noticiarios nos abruman cada semana con paradas militares, con
ataúdes al acecho, con banderas saludadas con salvas, para una vez que algunas de estas
armas responden a la finalidad con la que fueron fabricadas, la indignación sacude la
prensa. Algunos no hemos perdido de vista que detrás de los uniformes y las
condecoraciones se adivina el cadáver del indochino, del negro o de nosotros mismos.
(Pariente 22)
91
3.2. Surrealidad o la confluencia de la realidad exterior e interior
Para el surrealismo, la realidad no es única. Esto es, aquello que se considera realidad
objetiva en la sociedad se trataría, en todo caso, de aquella establecida por el “poder dominante”
y sus normas (Castro 16). En su afán por aproximarse a la libertad, el movimiento propone,
otras posibilidades de concebir el mundo, a una surrealidad 13. Opinan que no hay una relación
única entre significante y significado, y se trataría de buscar otras. Es decir, tal y como ocurre en
la mente del niño, del loco o en el mundo de los sueños, X podría ser X y no X al mismo tiempo.
Existe un pensamiento ilógico en el que esto se percibe con naturalidad y que se escapa a la
normativa del poder. El surrealismo trata de dar voz a lo que está silenciado:
13
“El concepto de surrealidad es, por tanto, una formulación de la realidad Otra, que los surrealistas identifican con
el mundo de los sueños, es decir, con el inconsciente” (Castro 18).
92
Sé que los campos imaginan sus
propias rosas.
Las personas imaginan sus propios campos
de rosas. Y a veces estoy frente a los campos
como si muriese;
otras, como si solo entonces
pudiese despertar.
Las niñas de las dos películas viven en su “mundo otro”, en una surrealidad. La Ana de El
espíritu de la colmena convive con un espíritu, de quien es amiga y al que da incluso más
corporeidad que a sus padres. Su realidad imaginada convive con la realidad percibida, sin
contradecirse. Lo mismo ocurre con la Ana de Cría cuervos: su madre ha muerto, pero esto no es
un obstáculo para verla, abrazarla y estar con ella. También es llamativo cómo las niñas crean
realidades con el lenguaje, pues para la conformación del espíritu de Ana fueron vitales los datos
que le dio su hermana Isabel, y, en Cría cuervos, es desgarrador cómo la protagonista inventa el
pasado de su abuela que, por estar muda y no poder contradecirla, se convierte en realidad.
93
Esta fusión de percepciones en las niñas se da porque lo externo e interno tienen la misma
importancia para ellas; ambas son verdad. Las películas siguen la línea del surrealismo, que desde
su nacimiento dio importancia a los avances de Sigmund Freud en la materia del subconsciente
por considerar que respetar esta parte del ser humano era un mecanismo necesario para
Con respecto al sueño, aparece en varias ocasiones en las películas, ya sea sueño dormido
o despierto, aunque de un modo tal que a menudo no llega a saberse qué es sueño y qué vigilia.
Esto casa otra vez con el surrealismo, que dedicó tantos escritos al sueño. Un ejemploson los
“Textos oníricos” de José María Hinojosa. También André Breton relacionaba, en 1930, los
sueños y la realidad como vasos comunicantes. Es más, en su libro Los vasos comunicantes
(1938), el escritor se dedica a analizar la importancia de retener los mensajes del sueño para
demostrar que no hay una barrera entre este estado y la vigilia y que, de hecho, la vida diaria
puede cobrar un sentido mayor si se tienen en cuenta los sueños. No se trataría de incitar a la
sociedad a actuar de modo inconsciente, ni mucho menos, sino de tener en cuenta ese otro mundo
que habitamos y “captar [esas fuerzas del subconsciente] primero para luego someterlas, si
sueños (1899) de Freud, para los surrealistas lo más interesante es la posibilidad de recoger ese
2005:26-27). Así, habría que tener una especie de “disposición a la ensoñación” (Breton70):
94
Para Freud, los sueños son capaces de expresar deseos reprimidos, ya que la parte
limitadora del yo se anula durmiendo. Destapar ese deseo oculto es otro tema típico del
tiene muy presente la muerte, a la que se dirige cuando se deja llevar por su yo irracional, pero la
sociedad se lo prohíbe. Ese conflicto entre norma y anhelo es visible, entre otros, en los poemas
Esta división del ser onírico y deseante frente al ser social y reprimido ha sido muchas
veces expresada por el movimiento en forma de doble. Lorca14 y Dalí son un gran ejemplo de
este uso, tanto en sus pinturas como en forma literaria. También es otro punto tratado en las obras
él mismo es monstruoso con su traje de apicultor y también se le ve parado donde está la cara del
sociedad por sus ideas políticas. También Ana se desdobla cuando, delirante, mira el agua del río
14
Son paradigmáticos los poemas Autorretrato desdoblándose en tres (1927) y Naturaleza muerta al claro de luna
(1926-1927) o la obra de teatro Así que pasen cinco años (1931).
95
pero también ve la cara del monstruo en lugar de la suya. Con respecto a Cría cuervos, el
desdoblamiento es más fácil de captar: Geraldine Chaplin actúa como la madre de Ana y como
ella misma cuando es mayor, de tal modo que Ana es su madre, llegando a veces al punto de
borrarse la barrera entre una. Por ejemplo, en el álbum fotográfico que a veces aparece filmado,
lugar para la locura y el delirio (Fernando o el doctor Frankenstein son locos y la niña delira
cuando ingiere setas venenosas; igual que la madre de Ana o su abuela en Cría están apartadas de
la sociedad por ser una histérica, la primera, y una demente, la segunda). De nuevo, los
Los personajes psicóticos de las películas son los más atractivos. Todos ellos contienen
una parte de verdad inasequible para el resto, que está contaminado por la sociedad. En otras
palabras, los psicóticos se estarían salvando, mediante su locura, de la represión social del
15
El interés del surrealismo por el psicoanálisis, aunque con sus críticas, siempre ha sido elevado. También Cría
cuervos y El espíritu de la colmena tienen elementos del psicoanálisis muy acusados. Por ejemplo, en El espíritu,
Ana busca una figura paterna en un monstruo porque su padre no existe; en Cría, Ana mata al padre y, después, vive
en una casa donde la figura dominante es matriarcal. Personalmente, quería dejar esta presencia psicoanalítica en las
películas clara con algunos ejemplos, pero no ahondaré más en el tema por falta de formación en psiquiatría.
96
subconsciente, aunque a costa de su marginación. En “El arte de los locos, la llave de los
campos” Breton escribe: “[…] el arte de aquellos a quienes hoy se incluye en la categoría de
enfermos mentales, constituye una reserva de la salud moral.” (Breton 245-248); también Breton
ha dedicado buena parte del Segundo manifiesto surrealista (1930) al tema. Los surrealistas
dieron voz a la expresión de la locura en sus obras creativas, tal y como aparece en las películas
cuando la madre de Ana chilla y se queja porque quiere morir. He aquí otro ejemplo:
3.3. Otros elementos del mundo surrealista en Cría cuervos y El espíritu de la colmena
Es paradigmático que, en ambas películas, algunos personajes miren directamente a la
cámara, con profundidad, sobrepasando la pantalla. Cuando en Cría cuervos Ana mira a la
cámara, es el momento en que crea otras realidades y gana la imaginación, el recuerdo, el sueño,
etc. Gracias al cine, a partir de sus ojos, el espectador puede ver lo mismo que ella. Su madre
mira asimismo al objetivo cuando, en su lecho de muerte, es consciente del engaño que ha sufrido
(es decir, en el delirio halla su verdad). En el espíritu de la colmena, madre e hija miran a la
cámara como si fuera un espejo cuando hablan del espíritu. Además, la película termina con la
mirada fija de la protagonista. Es ese intento del surrealismo por hacer mirar más allá lo que se
escenifica aquí; mirar más allá en estas películas supone que el mundo del subconsciente se haga
real.
97
Otro tema evidente en ambas películas es la infancia. No solo por los personajes, sino
película contiene dibujos infantiles y comienza con la fórmula “érase una vez…”, tan común en
los cuentos y fábulas. Los textos surrealistas dedicados a la infancia fueron numerosos:
El mundo en que se mueven las niñas es extraño, pues ambas familias viven aisladas. En
el caso de El espíritu, lo que hay fuera es un paisaje inhóspito; en el de Cría, la urbe, frenética.
En los dos casos, parte de la acción se desarrolla en casas ruinosas, rodeadas por un muro. El
componente de la naturaleza es fundamental, ya que esta parece estar a punto de conquistar las
desamparo, de la soledad y del misterio. Es el escenario perfecto para toparse con lo que los
[…] por exterioridad entendemos, a grandes rasgos, toda esa inmensa esfera de la
por tanto nos abre a lo que nos viene dado más allá de lo que construimos en las
98
El exceso de tráfico, ruido y edificios en Cría cuervos está separado de la casa por un
muro que, en la película, parece que protege al jardín incluso acústicamente. Lo que hay fuera es
¡Volad!
− No podemos.
¿Cómo quieres que volemos? (Alberti “Ángeles crueles”)
En cambio, al otro lado del muro, en el jardín, hay árboles muy frondosos, objetos viejos
y corrompidos por el tiempo, una piscina vacía…
Los muebles, despojados de la atmósfera de nuestras habitaciones y expuestos fuera,
despiertan en nosotros una emoción que nos descubre también la calle bajo un nuevo
aspecto.
[…] Los muebles fuera de nuestras casas son los templos en los cuales Orestes se
precipita. En el umbral de estos templos, las Furias se detienen impotentes y, en el
aburrimiento de la espera, acaban por dormirse y roncar. (Pariente 161)
Amelia es un lugar ruinoso: seco, con estanques vacíos y construcciones derruidas. En el caso de
la que hay una casa en ruinas y un pozo, es el símbolo de la desolación. Los campos se abren al
infinito, mientras que allí no hay nada… nada más que el espíritu y su huella. Basta buscar el
99
Pero el entorno de las niñas no solamente se compone de su casa y lo que la rodea, sino
también los objetos con los que ellas juegan. En Cría, Ana juega con bebés de plástico sucios y
destartalados, con las extremidades y cabeza enroscadas al cuerpo y un agujero en la espalda, que
recuerdan a las muñecas de Hans Bellmer o a los cuerpos mutilados de Dalí y Lorca, más que a
un bebé de verdad. También existe relación entre las creaciones artísticas y el interés de los
surrealistas por los maniquíes con el monstruo de Frankenstein del Espíritu que, al fin y al cabo,
está compuesto por fragmentos de cuerpos humanos. Esto es aplicable a don José, la figura
humana de madera de la clase a la que las niñas van colocando órganos, o al traje de apicultor de
Fernando. Estos, como otros objetos de las películas, podrían considerarse objetos surrealistas, ya
que ofrecen “un modelo común de su inutilidad práctica, de su aspecto turbador y extraño, de la
arbitrariedad, contradicción y heterogeneidad de los elementos que los constituyen.” (Cirlot 83):
En el caso del cine y el objeto surrealista, Buñuel ha sido un auténtico modelo. Su técnica
“consiste en la distribución a lo largo de una secuencia de una serie de imágenes poco habituales,
que quedan ancladas en el subconsciente del espectador” 226. También es capaz de penetrar en el
subconsciente colocando escenas ilógicas que, en principio, no tienen que ver con la trama de la
película. No son símbolos que traten de insinuar algo más allá, sino simplemente choques contra
la comodidad del espectador y su lógica. Aquí están las patas de pollo que hay en la nevera de la
casa de Ana en Cría cuervos a lo largo de toda la película, cuya presencia no se explica y que
Saura proyecta en primer plano una y otra vez, o los turbadores cuadros colgados en la casa de El
100
Lo desagradable y marginal conforma una especie de estética en el universo surrealista.
Son representaciones que se escapan del canon normalmente aceptado, pero que, además, son
situaciones nunca planteadas y que apelan directamente a su parte no racional. Esto es lo que
ocurre cuando se ve a una niña pequeña tratando de asesinar en secreto a sus familiares (Cría) o a
otra pintándose los labios con sangre (El espíritu). En este punto, las teorías de Freud vuelven a
ser de interés, ya que él explica esta reacción como “el miedo a lo innombrable” (Castro 25). Un
perro andaluz (1929), de Luis Buñuel y Salvador Dalí, tiene varias imágenes representativas de
Dos viejos saltaron sobre mi espalda, acribillándome las nalgas con sus lápices de colores;
apuntaban demasiado alto en su impaciencia, ¡pero qué más da! Un maltés, chorreando
mocos, hundió su daga entre mis muslos; después, estornudando feliz, enhebró su escroto
por el ano de la drogadicta. “Acaba conmigo”, aulló la matrona, “tengo los nervios
destrozados. (Mansour Islas flotantes)
ya que en el régimen franquista la religión era poseedora de un gran poder. En Cría cuervos, el
sacrilegio empieza al no considerar Ana el crucifijo que porta como un objeto religioso, sino
como una reliquia de su madre muerta, o en Mayte, que solo piensa en la primera comunión
como un acto para ser mayor, no como algo espiritual. También es terrible que no se vea a
ninguna de las niñas llorar por la muerte de los padres excepto a Ana, pero por su madre. La
protagonista, en el velatorio del padre muerto y entre religiosos y militares, se niega a besar a su
progenitor y a rezar, y se esconde tras su abuela, la loca. Ana solo reza cuando muere su cobaya,
a la que entierra en el jardín en una caja de zapatos junto con una estampa religiosa, celebrando
un rito inventado por ella. En El espíritu, los pasos de Ana también son guiados por el sacrilegio.
101
fue fruto de un enorme pecado: la creación de un ser, lo cual “solo puede ser obra de dios” (Erice
1973). Ana lo sigue porque le atrae y le teme, al mismo tiempo. Son ilustradoras de este camino
las palabras de Breton cuando escribe: “Mis pasos suscitan la aparición de monstruos que me
acechan, monstruos que todavía no me tienen demasiada malquerencia, debido a que les temo,
por lo que todavía no estoy perdido” (Breton 54). Hay una inclinación de las niñas hacia lo
Algunos ejemplos son La profanación de la hostia de Dalí (1929) o Viridiana. En forma literaria
se pueden encontrar versos tan potentes como “inclinémonos para recibir la hostia de la
podredumbre” (Castro 230). Esta actitud rebelde es asimismo expresada con frecuencia en forma
de humor (un ejemplo es Antología del humor negro, de André Breton). Este tipo de humor
aparece en Cría cuando Ana hace creer a su hermana pequeña que, cuando su madre murió, ella
aún no había nacido. La niña se lo cuenta como tal a su tía cuando ella les pregunta si es que su
madre no les enseñó a comer bien. Para sorpresa de la tía, las niñas se ríen. Ana bromea con lo
Con respecto a la trama, es significativo que los hechos más importantes de las películas
ocurran por la noche: la niña protagonista traza su “mágico andar de noches incompletas” (Tzara
164). En Cría, Ana asesina cuando todos duermen. También descubre secretos de la familia por
la noche (el padre acostándose con Amelia, su madre desesperada y sola, la llegada del padre
después de pasar horas fuera, etc.). Del mismo modo, es en la noche cuando sueña, otra forma de
102
acceder a su verdad. En El espíritu, Isabel dice a Ana “solo puedes verlo [al espíritu] por la
noche” (Erice 1973). También es en la nocturnidad cuando Ana se escapa en busca del espíritu y
Otros motivos típicos del surrealismo son la violencia, el erotismo o la muerte, temas
aprehendida la estrecha relación de Eros y Thanatos. Esto es visible en sus obras literarias
(Espadas como labios, 1931, de Vicente Aleixandre), teóricas (aparece ampliamente explicado en
El erotismo, 1957, de Georges Bataille) y fundacionales (en Los cantos de Maldoror, 1869, del
culmen será la muerte del poeta). En estas dos películas también es visible cómo la muerte y el
amor están separados por una línea casi imperceptible. En el caso de El espíritu de la colmena,
por ejemplo, aparece el monstruo de Frankenstein, que únicamente es capaz de expresar su cariño
con una violencia asesina. También los mimos de la niña Isabel al gato acaban en una amenaza
contra su vida: pretende ahogarlo. En Cría cuervos Ana es capaz de matar a aquellos de quienes
Benditas sean las lágrimas que inspiran dolor. Me irrita que se oculte el
sufrimiento. Por su culpa imagino que todas las expresiones felices se esconden de
la desesperación. Me obsesiona la verdad. Me fascinan los espectáculos en los que
la ficción no tiene lugar.
Suelo encontrarme con seres diversos y mi asombro se extiende hasta el deseo de
verlos muertos, o de morir yo mismo. Sufro por ellos. Y sufro en mi propia carne.
(Crevel 51)
En esta obra, las niñas están completamente familiarizadas con la muerte. Sobreviven la
muerte de sus padres sin apenas tristeza, salvo en el caso de Ana, que aún recuerda a su madre.
La muerte ha sido también natural en la biografía de sus mayores debido al panorama histórico
103
que vivieron, conque no se preocupan por su impacto en las niñas. Por otra parte, la muerte
En las dos películas es Ana quien tiene la relación más estrecha con la muerte, lo que la
separa del resto de las personas, marginándola. Aunque ella la ve también con una naturalidad
tétrica, la idea de la muerte no la abandona nunca. En Cría cuervos, retiene consigo a su madre
que es más importante, en su propia realidad. Ana, con serenidad, trazó el mismo plan para
acabar con su padre que con su tía: verter veneno en el vaso de leche que les ofreció por la noche,
esperar paciente a la madrugada para comprobar su muerte y, después, llevarse el vaso para
lavarlo y colocarlo estratégicamente entre la vajilla seca. Ana incluso le ofreció a su abuela,
segura de que ella compartiría su disgusto por la vida, ayudarla a morir. La abuela accedió, pero
al ver que lo que la niña le ofrecía era bicarbonato, lo despreció. Ana hubiera matado a su abuela
como una buena acción. De la misma forma, la niña piensa en el suicidio. Al principio de la
película, se imagina lanzándose al vacío desde un edificio que hay enfrente de su casa; más tarde,
104
ingiere parte del veneno, aunque poco después se arrepiente y lo escupe, y, al igual que su madre,
repite “me quiero morir, me quiero morir, me quiero morir” (Saura 1975). De todos modos, como
ocurre en el surrealismo, Carlos Saura no plantea en su obra un culto a la muerte vacío; la muerte
está ligada al amor y al dolor. Ana quiere matar por dolor a aquellas personas de las que depende,
En El espíritu, Ana también está obsesionada con la muerte. Su interés se percibe desde el
principio de la película: quiere saber el motivo del asesinato de la niña y del monstruo en la
película El Doctor Frankenstein; se embriaga por el buen olor de una seta venenosa mortal y ella,
la protagonista de Cría cuervos, Ana no busca la muerte de sus semejantes, sino únicamente la
suya propia, también de manera inconsciente. Hay varios intentos de suicidio, aunque no llegan a
efectuarse verdaderamente: ingiere una seta que piensa que es venenosa y, de no ser por el grito
de su hermana Isabel, hubiera permanecido en las vías para que la arrollara un tren. En su caso, la
muerte también la rodea. Es el año 1940, la familia ha sobrevivido a una guerra que se llevó la
vida de muchos y las niñas, en sus juegos, también han asimilado el final. Esto se ve cuando
Con respecto al juego, este ha sido, para los surrealistas, el mejor medio para hallar lo
poético y convulsivo en muchas ocasiones. Muchos de sus juegos consistieron en unir elementos
que, en un principio, no tenían relación, para luego crear un concepto distinto, “basta por tanto
con unir cualquier sustantivo a cualquier otro para que un mundo de representaciones nuevas
surja súbitamente” (Breton 91). Se trataría de “evitar que el significado se convierta en letárgico”
(Castro 21). Esto es lo que se obtiene del cadáver exquisito, la escritura automática, la posibilidad
105
de crear “alquimia con las palabras” (Breton 125-128), el collage, etc. Un ejemplo de estas
creaciones son las pinturas de René Magritte, Hans Arp o Max Ernst, que subvierten
completamente la relación entre signo y significado a través del lenguaje y las imágenes. El cine
es un perfecto exponente de esta mezcla de medios. En cuanto al collage, por ejemplo, hay un
guiño en Cría cuervos hacia su práctica, cuando las niñas recortan cuerpos de mujeres de revistas
de moda, pero, en su caso, la práctica del juego está infectada por la moda social.
Relacionada con el juego está la búsqueda del azar. Los surrealistas lo buscaban ya que,
como decía Breton, “la sorpresa debe ser buscada por sí misma, incondicionalmente” (Breton
96). Su obra Nadja (1928) gira asimismo en torno a este tema. También las películas de Saura y
Erice reflexionan en torno al azar y se puede extraer de esta reflexión una proximidad parecida a
encontrar al maquis, su monstruo. Es azaroso que ambos se encuentren, pero ese hecho se debe a
imaginado por Ana y luego propuesto por su tía, es clave para que la niña decida acabar con
Paulina. También es tremendamente azaroso que el padre muera justo la noche en que Ana vertió
el bicarbonato en el baso, pero eso se debe a los constantes paseos nocturnos de la pequeña. En
Por último, y también en conexión con el juego, está el ritual. Todo juego implica crear
personajes, escenificar, a veces seguir unas reglas o disfrazarse. Como los surrealistas en tantas
fotografías, las niñas de las películas se disfrazan. En Cría, las pequeñas ridiculizan el papel de
los adultos disfrazándose de ellos e imitándolos: el juego permite, una vez más, llegar a la verdad.
Ana hace asimismo su rito particular cuando entierra a la cobaya: se embadurna la cara con el
barro que envuelve la tumba de Roni. La actividad ritual más llamativa en El espíritu son los
106
pasos que las niñas siguen para atraer al monstruo en la casa del pozo: primero hay que llegar
hasta el alejado lugar, luego dar vueltas al pozo, susurrar al agua y entrar en la casa oscura. Otro
componente carnavalesco está en la escena en que Isabel se pinta los labios con la sangre del
arañazo de su gato, o cuando enseña a Ana a afeitarse, como su padre, y cumplen uno a uno los
4. Conclusiones
imágenes abstractas o seguir una línea de acción automática. Esto no quiere decir que las
películas analizadas sean surrealistas, pero sí consiguen “conjurar el inconsciente por medio de
surrealistas porque sus directores no formaron parte del grupo ni persiguieron ese objetivo al
crear sus obras y, aunque su influencia sea evidente, también hay otras influencias claras. El
matiz valleinclanesco, de la picaresca o del tremendismo de Camilo José Cela, por ejemplo,
serían fáciles de localizar. De todos modos, si el fin del trabajo era dar luz a la influencia del
surrealismo, ha sido porque se trata de una forma artística e ideológica estructurada y definida y
Afortunadamente, los resultados han sido satisfactorios tanto en la parte estética, como política.
Este es un trabajo que podría continuar desarrollándose, pues hay muchas otras obras literarias
surrealistas que se pueden emplear para el análisis comparado, y pinturas, objetos, películas, etc.
por encima de todo, [porque] el surrealismo no es arte. Es un cierto estado de espíritu que
ni comienza con el primer manifiesto de 1924 ni termina con la Segunda Guerra Mundial
(ni con la muerte de Breton). El surrealismo es un viaje a las profundidades del alma,
como la alquimia y el psicoanálisis. Sin embargo, a diferencia de estos, no es un viaje
individual sino una aventura colectiva. (Švankmajer 65)
107
En El espíritu de la colmena y Cría cuervos, Erice y Saura mantienen un compromiso con
sus ideas. Una apuesta que es arriesgado política y socialmente porque, a parte de la censura, sus
Hacen honor, una vez más, al mismo objetivo que persiguieron tanto tiempo los surrealistas:
Nosotros sostenemos que la actividad de interpretación del mundo debe seguir vinculada
a la actividad de transformación del mundo. Sostenemos que corresponde a los poetas, a
los artistas, profundizar en los problemas humanos bajo todas sus formas; que en este
sentido, la ilimitada singladura de su espíritu tiene el potencial valor de cambiar el
mundo; y que esta singladura—en cuanto culto producto de la superestructura—
forzosamente ha de dar mayor fuerza a la necesidad de los cambios económicos en este
mundo. Que los auténticos poetas de nuestros días se pasen a la poesía de propaganda,
poesía totalmente exterior, según se le define, significa la negación de los determinantes
históricos de la propia poesía. Defender la cultura es, ante todo, entregarse a la causa de
los intereses de cuanto ha resistido, desde un punto de vista intelectual, un serio análisis
materialista, de cuento es viable, de cuanto seguirá dando frutos. No será mediante
declaraciones estereotipadas contra el fascismo y la guerra que conseguiremos liberar al
espíritu, y menos aún al hombre, de las viejas cadenas que le esclavizan, y de las nuevas
cadenas que le amenazan, sino, contrariamente, mediante la afirmación de nuestra
inquebrantable fidelidad a las potencias de emancipación del espíritu y del hombre que
hemos descubierto una tras otra, y por las que lucharemos a fin de que sean reconocidas
como tales.
“Transformaremos el mundo”, dijo Marx; “cambiaremos la vida”, dijo Rimbaud. Para
nosotros, estas dos consignas se funden en una. (Breton 224)
Obras citadas
108
--- (1976): La Llave de los Ccampos. Ayuso.
Breton, André; Gracq, Julien; Deharme, Lise; Tardieu, Jean (2010): Trébol de Cuatro hojas,
Demipage.
Castro, Elena (2007): La Subversión del Espacio Poético en el Surrealismo Español. Visor
Libros
Cirlot, Juan Eduardo (1986): El Mundo del Objeto a la Luz del Surrealismo. Anthropos.
Domínguez, César; Saussy, Haun; VIllanueva, Darío (2016): Lo que Borges le Enseñó a
Cervantes. Taurus.
Éluard, Paul (2006): La Capital del Dolor. Visor, Col. Visor de Poesía.
Hinojosa, José María (2004): La Flor de Californía. Huerga y Fierro Editores – Signos, Versión
Celeste.
109
Marcuse, Herbert (2010): Eros y Civilización. Ariel.
Navajas, Gonzalo (1996): Más Allá de la Posmodernidad. Estética de la Nueva Novela y Cine
Españoles. EUB.
Pariente, Ángel (2014): Repertorio de Ideas del Surrealismo (1919 - 1970). Pepitas de calabaza.
Sánchez Vidal, Agustín (1988): El Cine de Carlos Saura, Zaragoza, Caja de Ahorros de la
Inmaculada.
Švankmajer, Jan (2014): Para Ver, Cierra los Ojos. Pepitas de calabaza.
Tzara, Tristán (2001): El Hombre Aproximativo. Visor Libros, Col. Visor de Poesía.
Vv. Aa.: Grupo Surrealista de Madrid (2012): Crisis de la Exterioridad. Crítica del Encierro
Industrial y Elogio de las Afueras. Enclave de Libros.
--- (2016): Situación de la Poesía (por otros medios) a la Luz del Surrealismo, Madrid,
Traficantes de Sueños, Ed.: La Torre Magnética, Fundació d’Estudis Libertaris i Anarco-
sindicalistes, Colectivo de Trabajadores Culturales La Felguera.
Filmografía:
110
--- (2006): La Morte Rouge.
111
CONFERENCE
KEYNOTES
SPEAKERS
112
EL PANLATINOAMERICANISMO DE JOSÉ MARTÍ Y EL BRASIL: UNA
AMBIGUA INVITACIÓN
Steven Sloan
Aunque José Martí fue uno de los primeros intelectuales que consiguió imaginar y
articular América Latina como una unidad cultural, no menciona el Brasil más que
mucha convicción con respecto a su propuesto panlatinoamericanismo y que podía contar con el
imperialista de los Estados Unidos. Esa imagen borra muchas complejidades presentes en el
pensamiento de Martí y en el mundo en que vivía. Para entender la relación ambigua entre Brasil
y sus vecinos latinoamericanos en la visión panlatinoamericanista de Martí, hay que volver a los
textos originales en que Martí dilucida esta visión, principalmente los artículos y cartas que
International American Conference) en Washington, D.C. entre 1889 y 1890 y su famoso ensayo
“Nuestra América”, publicado en 1891. Además, hay que repensar una noción que está explícita
en contra del imperialismo de los Estados Unidos, estuvo siempre aliado con los representantes
El propósito de analizar los escritos martianos para poder contemplar el papel del Brasil
113
que se trata, en gran parte, de lo que no está de forma explícita en la obra martiana. Ausentes de
los escritos de Martí están los comentarios que claramente incluyen al Brasil que se ven en los
Rodó declara su intención de “acelerar el día en que los niños de hoy, los hombres del futuro,
preguntados cuál es el nombre de su patria, no contesten con el nombre del Brasil, ni con el
nombre de Chile, ni con el nombre de Méjico, porque contesten con el nombre de América”
(681). En 1935, Víctor Raúl Haya de la Torre es aun más insistente en incluir al Brasil en su
visión panlatinoamericanista cuando escribe, “Si examinamos los reclamos, no es posible negar
justicia a los brasileños y haitianos porque ambos pueblos son parte integrante de nuestra
América” (32). No hay nada en los escritos de Martí que coloque al Brasil tan definitivamente en
su visión de una unidad cultural latinoamericana. Los veintiséis volúmenes de las Obras
completas de Martí contienen cuarenta y ocho referencias al Brasil, pero la cifra es un poco
engañosa ya que son referencias breves que no elucidan la importancia del Brasil en relación a
sus vecinos1. De las cuarenta y ocho referencias se pueden descontar seis en que apenas aparece
el nombre Brasil pero el asunto es otro. Por ejemplo, en un homenaje al recién fallecido poeta
uruguayo Juan Carlos Gómez, Martí explica lo siguiente: “Nació en el Uruguay, cuando éste era
del Brasil, en los tiempos penosos de la Cisplatina” (“Juan Carlos Gómez” 186). Se pueden
descontar tres referencias adicionales por ser apenas partes de los índices. Por ejemplo, el artículo
conferencia” (63). De los restantes treinta y nueve referencias al Brasil, se dividen en siete
categorías: a) Hay tres referencias breves a la presencia de algo simbólico del Brasil en una
países latinoamericanos en la Exposición Universal de París de 1889 y le dedica una sola oración
114
al Brasil: “El [pabellón] de Brasil está allí también, como una iglesia de domingo en un palmar,
con todo lo que se da en sus selvas tupidas, y vasos y urnas raras de los indios marajos del
Amazonas, y en una fuente una victoria regia en que puede navegar un niño, y orquídeas de
extraña flor, y sacos de café, y montes de diamantes” (“Exposición” 417); b) Hay nueve
referencias breves a uno o más delegados del Brasil en una conferencia internacional, sean
delegados brasileños ante algo dicho en la conferencia. Por ejemplo, “En todas partes les van a
recibir con los brazos abiertos. Nombra a la junta de organización: Romero, el ministro de
México; Lafayette Rodríguez, del Brasil; Nin, del Uruguay; Guzmán, de Nicaragua; Hurtado, de
Colombia” (“Congreso II” 43);2 c) Hay ocho ocasiones donde aparece el nombre Brasil en una
ocasiones donde Martí se refiere a la economía o la política brasileña, o sobre la relación entre el
Brasil y sus vecinos, pero en todos los casos se limita a una o dos oraciones. Por ejemplo, Martí
menciona “la tardanza de los Estados Unidos en reconocer el gobierno nuevo del Brasil” pero el
artículo es sobre los Estados Unidos y dice muy poco sobre el Brasil (“En los Estados Unidos”
456); e) Hay cuatro referencias breves a la flora y fauna del Brasil. Por ejemplo, Martí menciona
“la palma moriche y frondosa higuera del Brasil” (“La Pampa” 367); f) Hay una referencia a la
literatura brasileña que se limita a apenas una línea: “En el Brasil, brillaron y brillan—Gonçalves
Dias Araujo, Porto Alegre y Magalhaes” (“Fragmentos” 95); g) Finalmente, se incluye una
referencia extraña a Pará: “Para encierra tres palabras distintas; y puede ser, ya la preposición
que a cada momento usamos al hablar y escribir, ya tiempo imperativo del verbo “parar”, ya una
115
ciudad muy conocida del Brasil” (“Nociones” 237). La referencia es extraña porque el lugar muy
conocido no es Para sino Pará; además, no es una ciudad sino un estado del Brasil y un río. 3
Aunque sean escasas las referencias directas al Brasil, es posible que Martí lo haya
necesario analizar los textos en que el cubano desarrolla esta noción, empezando con los escritos
Secretario de Estado de los Estados Unidos James G. Blaine el 2 de octubre de 1889 y finalizada
el 19 de abril de 1890, tuvo objetivos comerciales y políticos. Los Estados Unidos quería
tenía en mente una especie de panamericanismo que sería claramente beneficioso para los
Estados Unidos. Es posible ver los escritos de Martí sobre la conferencia como una visión
la crítica publicada sobre Martí, sería “Nuestra América”4. Enfocándose en la reacción de Martí
Anti-Anglo-Americanism; such anti-American sentiments have their origins in the cultural, and
specifically religious, differences between the former British colonies and the Spanish and
Portuguese colonies” (93). El análisis de Heide coincide con el de muchos críticos pero no
explica la falta de referencias al Brasil en la obra de Martí. Hay una tendencia de querer incluir al
Brasil para simplificar la división entre norte y sur en el análisis de las relaciones inter-
americanas. Sin embargo, el caso del Brasil merece una explicación más profunda. No es
116
suficiente mencionar la inclusión de colonias portuguesas en la visión panlatinoamericana de
Ya en los escritos martianos sobre la Conferencia se nota una relación ambigua del Brasil
con el resto del continente. Martí menciona la presencia de los delegados brasileños pero pasa por
alto la importancia que tiene o que podría tener este país en su incipiente visión
panlatinoamericanista. Eso podría sugerir una falta de conocimiento del Brasil de parte de Martí.
Pero Rodolfo Sarracino, uno de los pocos que ha publicado algo sobre el papel del Brasil en la
muy bien las ventajas y posibles peligros de ciertas alianzas políticas y comerciales
regional Argentina y fue por eso que buscó un acuerdo con los Estados Unidos. Hélio Jaguaribe
117
Por eso, explica Sarracino, Martí siempre demostró mucha cautela cuando trataba del Brasil en
sus escritos. Creía que un fuerte acuerdo comercial y político entre los Estados Unidos y el Brasil
podría tener consecuencias negativas para el resto de la región y, además, dificultaría aun más la
unificación de los diversos pueblos latinoamericanos. “La consigna brasilera era, pues, reconocer
las pretensiones estadounidenses en Centroamérica y el Caribe, para que Brasil pudiese hacer lo
propio en la subregión” (Sarracino 141). Por eso, razona Sarracino, Martí siempre quiso que el
Brasil y Argentina se unieran en oposición a los Estados Unidos y cuando eso no ocurría él
prefería no decir nada para no alejar al Brasil de sus vecinos: “Críticas de Martí a la política del
gobierno brasilero podrían haberle allegado un nuevo e imprevisible enemigo, alineado con los
Estados Unidos, y acentuar las divergencias entre los países de nuestra América en el postrer
Pero la explicación de Sarracino, por más sensata que sea, no termina por completo con la
duda sobre el papel del Brasil que surge cuando se leen los artículos martianos sobre la Primera
Conferencia Internacional Americana. Primero, no se trata solamente de lo que Martí no dice con
respecto al Brasil sino también de la selección de palabras que podrían sugerir su completa
exclusión, por ejemplo cuando escribe: “De la tiranía de España supo salvarse América española;
y ahora, después de ver con ojos judiciales los antecedentes, causas y factores del convite, urge
decir, porque es la verdad, que ha llegado para la América española la hora de declarar su
evidente que Martí no excluye al Brasil, por ejemplo cuando dice: “Que en paz y sinceridad se
juntan las diez y siete repúblicas” (“Congreso de Washington II” 43) y menciona al delegado
brasileño Lafayette Rodríguez dos veces. Pero en el mismo artículo insiste en que, “En los
corredores del Arlington no se oía más que español” (42). Es como si Martí no quisiera oír el
118
portugués de los delegados brasileños. Sarracino rechaza la hipótesis de que la falta de
referencias al Brasil se deba a la barrera del idioma, notando que Martí menciona algunos
nombres de plantas y animales en portugués en sus escritos sobre el Amazonas. Además, insiste
Sarracino que, “la hipótesis de la poca información de Martí sobre Brasil no resiste análisis”
(134). Pero como ya hemos visto, las referencias a la flora y fauna del Brasil son muy escasas en
los escritos martianos y la referencia a la literatura se limita a apenas una oración en que se
mencionan tres poetas brasileños. Además, si no fuera por falta de información sobre el Brasil, es
lógico pensar que fue a propósito incluir escasas referencias al Brasil. Sin embargo, persiste la
Aunque Martí estuviera en pleno desacuerdo con la política internacional del Brasil
podría haber aprovechado la oportunidad de señalar las muchas semejanzas entre el Brasil y los
otros pueblos latinoamericanos. Entre todas las comparaciones que Martí pudiera haber hecho
entre Brasil y otros países, la que se destaca quizás más que ninguna otra es la comparación con
Cuba por razones tales como la abolición de la esclavitud que recién se había declarado en los
dos países, la dependencia comercial con los Estados Unidos y la lucha por el establecimiento de
una república mucho más tarde que en la mayoría de los pueblos latinoamericanos. En diciembre
de 1889, apenas un mes después del establecimiento de la república en el Brasil, sale un artículo
en que Martí manifiesta en detalle sobre las preocupaciones principales de los delegados
las condiciones en Haití y la República Dominicana, dos países que quedaron sin representación
en la conferencia. Pero en este artículo apenas menciona una vez los eventos históricos acaecidos
119
nueva república de nombre, los Estados Unidos del Brasil. Martí cuestiona los motivos de ese
acto diplomático, sospechando que el delegado norteamericano está pensando en una posible
ventaja de ser el primero en reconocer ese evento. Sin embargo, es evidente que tanto Martí como
los otros delegados latinoamericanos están felices por la noticia: “¡Pero todos, todos, al entrar con
sus credenciales renovadas por la república los delegados del Brasil, rompieron, una vez y otra,
completas, es quizás aquí donde Martí demuestra más entusiasmo sobre el Brasil que en ningún
otro lugar. Pero ni aquí ni en ningún otro texto martiano hay una referencia al Brasil detallada.
Martí podría haber aprovechado mucho más la oportunidad de señalar la importancia histórica de
ese evento y relacionarlo directamente a la lucha por la independencia en Cuba. Por otro lado, es
Nueva York y luego en El Partido Liberal de México. Este conocido ensayo, donde Martí
Esta conclusión contiene tres componentes principales que explican la visión que Martí propone
en su ensayo: 1) la noción de la actualidad como el momento oportuno para iniciar una época
nueva caracterizada por la unificación cultural de un conjunto de países muy diversos; 2) la idea
de que esos países tienen historias diferentes pero también son partes de un legado común y 3)
120
una delimitación geográfica de la región que define a los países que se incluyen en esta visión.
Estos tres componentes se pueden aplicar fácilmente no sólo a los países de habla española en las
Américas sino también al Brasil. “Nuestra América” es más una visión de inclusión que de
exclusión y el propósito es despertar una consciencia colectiva: “Los pueblos que no se conocen
han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos” (“Nuestra” 15). Si los
países latinoamericanos han de funcionar como unidad para defenderse ante las agresiones de los
Estados Unidos y si aceptamos la división continental entre ellos (los Estados Unidos) y nosotros
(los pueblos latinos), no cabe duda de que el Brasil pertenece a nosotros, a los países
latinoamericanos. Pero hay que reconocer el hecho de que Martí sobre simplifica la gran
diferencia continental entre norte y sur. Para poder aceptar esa división habría que ignorar la falta
de cohesión cultural y lingüística no solamente entre los países de habla española y el Brasil sino
también entre ésos y otros lugares en la época en que escribía Martí como, por ejemplo, Haití,
dominadas por lenguas indígenas en los Andes y Mesoamérica. También, habría que ignorar la
presencia de las comunidades hispanas dentro de los Estados Unidos, las diferencias entre los
Estados Unidos y Canadá y las relaciones conflictivas entre la cultura anglosajona y los pueblos
Aunque se tenga que pasar por alto una serie de problemas para ver la posibilidad de
Brasil tenían mucho en común a pesar de que el primero era una colonia española y, el segundo
ya independiente por setenta años, trataba de quitarse las trabas coloniales. Además del constante
121
crecimiento y circulación de ideas republicanas en los dos países y el hecho de que eran
sociedades multirraciales que incluían muchos ex-esclavos mal integrados en las nuevas
íntimas relaciones diplomáticas y comerciales con los Estados Unidos. Martí, además de ser
corresponsal para La Nación de Buenos Aires, sirvió como cónsul de Argentina, Uruguay y
Paraguay en Nueva York. Debido a sus puestos diplomáticos, su carrera como periodista, sus
viajes y su conocimiento profundo sobre las Américas, no cabe duda de que Martí entendía lo
suficiente sobre el Brasil para poder relacionarlo al contexto cubano. La república de Cuba estaba
por venir. La del Brasil acababa de establecerse pero fue a través de un golpe de estado militar lo
que hizo que el poder político continuara siendo de la elite. Como en todos los países
latinoamericanos, aun no se había realizado el sueño democrático en el Brasil, donde las palabras
de Martí son muy relevantes: “El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser
el del país. La forma del gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país” (“Nuestra”
17). La monarquía en el Brasil y los primeros años de la república no se caracterizaron por una
ruptura sino por una continuación de la estructura de poder establecida durante la colonia. Por
eso, las palabras de Martí en 1891 parecen una evocación de la condición del Brasil: “. . . entró a
hostiles que heredó de un colonizador despótico y avieso, y las ideas y formas importadas que
han venido retardando, por su falta de realidad local, el gobierno lógico” (“Nuestra” 19). Cuando
Martí escribe que: “Otras [repúblicas] crían, en la guerra rapaz contra el vecino, la soldadesca que
puede devorarlas” (“Nuestra” 21), fácilmente podrían asociarse estas palabras con la tragedia de
La Guerra de la Triple Alianza (1864-70), también conocida como la Guerra del Paraguay, en que
murieron más de 200.000 personas. Ningún simpatizante de las ideas de “Nuestra América”, por
122
lo menos ninguno de Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay, podía dejar de relacionar las
Para los expatriados latinoamericanos que vivían en los Estados Unidos, tenía mucho
sentido imaginar una unidad cultural latinoamericana que incluyera al Brasil. Rachel Price ve
muchas semejanzas entre Martí y el brasileño Joaquim Sousândrade. Los dos poetas vivieron en
Nueva York en la década de 1880; los dos apoyaban las ideas republicanas; los dos inspiraron
Sousândrade pero coincidieron en una serie de cosas, entre otras la visión de una futura república
utópica que se opondría al mundo capitalista anglo-sajón, o sea “the industrialist North and a
dreamy South” (Price 88). Además, los dos entendían la importancia del Caribe como el quid de
cualquier entendimiento histórico y cultural entre Europa, África y las Américas. Como Martí,
Sousândrade ve en la Revolución Haitiana el primer paso hacia la libertad y un modelo que puede
servir para otros pueblos latinoamericanos. Mientras se da por sentada la inclusión del Brasil en
visión de una sociedad latinoamericana utópica que está por venir pero Martí no aprovecha de las
sorprendente que Martí, uno de los escritores más prolíficos de su época, que dedicó tantas
directa tan pocas veces. Es cierto que en “Nuestra América” no menciona a ningún país
específico. Pero en otros escritos entra en detalle sobre casi todos los países de América Latina
con la excepción del Brasil. Si éste está implícitamente incluido en su visión, cabe preguntarse si
123
originó en Francia en el siglo XIX. Aparece en 1836 en Lettres sur L'Amerique du Nord, de
Michel Chevalier. Luego, se divulgó más el término en los escritos del diplomático colombiano
José María Caicedo (1827-1889) (Schwartz 279). Aun así, fue sólo hacia 1870 que la
denominación latinoamericanos comenzó a ser común (Rama 82). Pero muchos escritores
incluían al Brasil, una ex-colonia de Hispania igual a las ex-colonias españolas. José Enrique
Rodó visitó Brasil apenas una vez pero lo incluyó en su panlatinoamericanismo de una forma
mucho más convincente que Martí en el artículo “Iberoamérica” que escribió en 1910:
El debate sobre el uso del término continuó por mucho tiempo, como se puede ver en un ensayo
publicado en 1918: “Is it not, therefore, a historical crime to call the Spanish- and Portuguese-
En “Nuestra América”, Martí usa los términos Nuestra América y América de una manera
(20). Dada su invención reciente, no llamaría la atención la ausencia del término América Latina
si Martí no lo hubiera usado en 1883 en el ensayo “Respeto a Nuestra América”, ocho años antes
de la publicación de “Nuestra América”. Pero aun en “Respeto a Nuestra América” Martí vacila
entre los términos América Latina y América española, sin diferenciar entre los dos. Otro
124
problema con los términos surge cuando Martí escribe sobre “nuestro idioma”, refiriéndose al
español (“Nuestra” 22). El argumento de que el portugués y el español son lenguas hermanas y
por lo tanto las dos constituyen “nuestro idioma” es débil desde un punto de vista lingüístico. Sin
embargo, tiene sentido que Martí igualara las dos lenguas pues su meta era enfatizar las
diferencias entre una región dominada por la cultura anglosajona y la otra dominada por la
cultura latina y al mismo tiempo borrar las diferencias culturales y lingüísticas, entre otras, dentro
de cada una de las dos regiones. Pero no deja de ser una gran curiosidad que un escritor que se
destacó tanto por su elocuencia en el habla haya creado estas ambigüedades lingüísticas por la
selección de palabras que usó. Por un lado parece que Martí, en su división conceptual del
continente entre América del Norte y Nuestra América, incluye implícitamente en el segundo
todo lo que no sea parte del primero. Desde un punto de vista hispanoamericano, esto es, desde
un punto de vista de las ex-colonias españolas de América (el punto de partida de Sarracino), la
inclusión implícita del Brasil en la visión martiana puede ser suficiente aunque se repitan algunas
de las mismas ambigüedades que nos dejó Martí. Susan Babbit escribe sobre la importancia de la
unidad y de la identidad de América Latina en la visión martiana sin mencionar al Brasil (35).
Armando García de la Torre parece incluir y excluir al Brasil a la vez al escribir que Martí
“advocated for a united Latin American front against foreign encroachments on Spanish
America” (37). Enrique Krauze insiste en que Martí “belongs, with great distinction, to the
history of Spanish literature” (21). Al mismo tiempo, arguye Krauze, “Martí has initiated the new
era of revolutionary thought in Latin America” (21). Aunque la inclusión implícita del Brasil en
la visión martiana sea suficiente para muchos críticos que escriben desde un punto de vista
hispanoamericano, es poco convincente desde un punto de vista brasileño. Como explica Eugênio
Rezende de Carvalho, “Seja qual for o motivo, o fato é que não nos consideramos com elementos
125
suficientes para oferecer ao Brasil um papel de destaque no projeto martiano da Nossa América”
(56).
Según Laura Lomas, las ambigüedades sobre el papel de los países que no caben
nítidamente en la oposición binaria propuesta por Martí se deben a cierta inconsistencia de parte
del cubano al dilucidar el concepto de nación. Para hablar sobre la nación, Martí se inspira en el
francés Ernest Renan pero se distingue de éste en por lo menos un punto importante. Para Renan,
las afiliaciones voluntarias son esenciales para la nacionalidad y por lo tanto uno no debe ser
excluido por cuestiones de raza o de idioma. Martí utiliza una retórica parecida a la de Renan e
insiste en la necesidad de superar barreras raciales pero, en contraste con el francés, alude a la
influencia invisible de lengua materna en el concepto de nación. Lomas analiza una traducción
parcial que hizo Martí de un discurso que Renan dio en 1882 titulado “Qu´ est-ce qu´une nation?”
y concluye que fue una mala traducción ya que altera el discurso original al conservar la lengua
materna como una característica esencial de la nación. Este supuesto error de la importancia del
This unspoken assumption similarly governs the criteria for scholarship about
Martí, which generally locates Martí in a national or language-specific cultural or
historical tradition. This reading of Martí’s mistranslation of Renan demonstrates
Martí’s unacknowledged investment in the Spanish language as a medium of
fictive pan-Latin ethnicity—one that increasingly was pressured to accommodate
the presence of English, Portuguese, French, indigenous, and other languages
within it. (121)
Según esta explicación, fue la incapacidad de Martí de separar la lengua materna de las
visión panlatinoamericana. Brasil se incluye por ser un país latinoamericano; por otro lado se
126
excluye por no ser un país de habla española. O sea, se trata de una ambigüedad algo
subconsciente de parte del autor que prácticamente excluye al Brasil pero sin afirmar una
exclusión manifiesta.
Hasta ahora hemos tomado en cuenta varios argumentos que podrían explicar la relación
ambigua entre Brasil e Hispanoamérica en la visión de Martí: el argumento de que Martí no sabía
lo suficiente sobre Brasil para poder incluirlo más que superficialmente en sus escritos; el
argumento de que Martí siempre demostró mucha (¿demasiada?) cautela cuando escribía sobre
Brasil para no dejar que la rivalidad entre Brasil y Argentina dividiera los países
finalmente el argumento de que Martí excluyó al Brasil, aunque fuera de una forma incompleta y
nación.
interamericanas hacia el fin del siglo XIX pero son insuficientes mientras continuemos viendo
“Nuestra América” como una mera respuesta tardía a la Primera Conferencia Internacional
sobre la obra de Martí en las últimas décadas, pasamos por alto el gran problema no resuelto en la
127
Durante la Conferencia, Martí todavía veía la posibilidad de convencerles a los delegados
delegado de Cuba que todavía era una colonia. La Nación no era sinónimo de la prensa
latinoamericana como sugieren algunos críticos (Fountain 86). Sin embargo, Martí era una
divulgar sus ideas panlatinoamericanistas entre los pueblos de habla española. Exiliado en los
Estados Unidos mientras ese mismo país demostraba interés en anexar Cuba y frustrado con la
“Nuestra América” no apenas como una nueva versión de su visión panlatinoamericanista sino
también como una respuesta a sus colegas latinoamericanos que no habían apoyado la causa
“Nuestra América” deja claro que el ensayo está dirigido no a los estadounidenses sino a los
latinoamericanos, un factor relevante aquí pero aparentemente no muy importante para la crítica
de la obra martiana que tiende a enfocarse únicamente en la manera en que Martí se oponía a la
creciente hegemonía estadounidense en las Américas. Se nota la frustración que siente Martí con
Los que no tienen fe en su tierra son hombre de siete meses. . . . ¡Estos hijos de
carpintero, que se avergüenzan de que su padre sea carpintero! ¡Estos nacidos en
América, que se avergüenzan, porque llevan delantal indio, de la madre que los
crió, y reniegan, ¡bribones!, de la madre enferma, y la dejan sola en el lecho de las
enfermedades! (“Nuestra” 16)
Se manifiesta una frustración parecida en una carta que Martí dirigió a un colaborador en el
128
fealdad de alma estoy viendo a mi alrededor. . . . Son algunos los vendidos, y muchos más los
venales; pero de un bufido de honor puede echarse atrás a los que, por hábitos de rebaño, o el
apetito de las lentejas, se salen de las filas en cuanto oyen el látigo que los convoca o el plato
puesto” (“Cartas” 122). Santí es uno de los pocos críticos que ha conseguido ver más allá de la
ideología del panlatinoamericanismo en Martí para poder reconocer la relación conflictiva que
If Martí was isolated, it was not so much because, as the canon has insisted, he felt
alienated from an imperial power like the United States, with which he ultimately
had little in common. Martí’s alienation, rather, stemmed from the very people for
whom he wrote and worked: the other Latin Americans who he wished would
regard him not as a foreigner but as a peer; not as an Other but as an equal Self.
(188-89)
Dada esa frustración con sus colegas y con la Conferencia, que seguramente Martí ya veía como
una oportunidad perdida cuando escribía “Nuestra América” en 1891, se puede imaginar una
posible frustración especial de parte de Martí con Brasil. Pero la verdad es que no hay pruebas
cubana y después en una unidad cultural que se componía de las colonias y ex-colonias
españolas. Como Brasil mantenía una relación marginal con el resto de América Latina y no era
una ex-colonia española, no habría por qué incluirlo en su visión panlatinoamericanista a pesar de
la aplicabilidad de sus ideas al contexto brasileño a no ser que Brasil se opusiera a la ideología
estas dos cosas, es lógico pensar que el papel del Brasil se habría destacado mucho más en los
escritos de Martí. Lo que se quiere sugerir aquí, al final, es que Martí le habría dejado la puerta
129
abierta al Brasil para incluirse en su visión panlatinoamericanista pero sin contar con la presencia
Martí con relación al Brasil requiere que se considere de dónde surge la noción de “unidad”.
Mientras la mayoría de los escritores latinoamericanos suele demostrar una preocupación por el
bienestar y el destino del continente, cada uno pertenece a un contexto nacional. Se trata de una
línea de unificación continental en intelectuales como Simón Bolívar y Andrés Bello, que
independencia, hacia finales del siglo XIX escritores como Martí y Rodó vieron aun más la
necesidad de unir a los pueblos diversos de América Latina frente a la actitud imperialista de
parte del gobierno de los Estados Unidos con respecto a sus vecinos del sur. Al sentirse
amenazados por los Estados Unidos y frustrados con la actitud elitista de los líderes
latinoamericanos, estos intelectuales crearon con su retórica la utopía de una unidad cultural
latinoamericana. Pero esta unificación borra las diferencias entre grupos heterogéneos y
disímiles. Al evadir las diferencias se creó la exclusión (del Brasil en el caso de Martí) que
NOTAS
1
José Martí, Obras Completas, 26 vols. (La Habana: Editora Nacional de Cuba, 1963).
2
Para evitar la confusión entre dos artículos distintos publicados con el mismo título en La Nación de
Buenos Aires, “El Congreso de Washington”, he citado el artículo publicado el 8 de noviembre de 1889 como “El
Congreso de Washington I” y el artículo publicado el 14 de noviembre de 1889 como “El Congreso de Washington
II”.
3
Existe una pequeña ciudad llamada Pará de Minas en el estado de Minas Gerais pero al mencionar apenas
Pará parece una referencia al estado muy conocido cuya capital es Belém.
4
Los 17 países que participaron llegaron a un sólo acuerdo específico: el establecimiento de un
International Bureau of American Republics que recogería y divulgaría información relevante a las Américas. Pero
es evidente que también se creó un espacio en el cual por lo menos algunos de los delegados trataron
130
estratégicamente de fomentar relaciones en una especie de juego de ajedrez. Ver Alice Flet Tyler, The Foreign
Policy of James G. Blaine (1965).
6
La explicación más probable por la cual Martí menciona Haití, otro país que nunca fue una colonia
española, mucho más que el Brasil es que, como Cuba, Haití estaba en peligro de ser anexado por los Estados
Unidos.
Obras citadas
Babbit, Susan E. José Martí, Ernesto “Che” Guevara, and Global Development Ethics: The
Battle for Ideas. Palgrave, 2014.
Carvalho, Eugênio Rezende de. Nossa América. A Utopia de um Novo Mundo. Anita Garibaldi,
2001.
Lomas, Laura. “José Martí between Nation and Empire. Latino Cultural Critique at the
Intersection of the Americas.” The Cuban Republic and José Martí. Reception and Use of
a National Symbol. Eds. Mauricio A. Font y Alfonso W. Quiroz. Lexington Books, 2006,
pp. 115-127.
Martí, José. “Cartas a Gonzalo de Quesada 1889-1890”. Obras Completas. Vol. 6. Editora
Nacional de Cuba, 1963, pp. 122-123. Print.
---. “La Conferencia Americana.” Obras Completas. Vol. 6. Editora Nacional de Cuba, 1963, pp.
63-70.
---. “La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América”. Obras Completas. Vol. 6. Editora
Nacional de Cuba, 1963, pp. 155-167.
131
---. “El Congreso de Washington I.” Obras Completas. Vol. 6. Editora Nacional de Cuba, 1963,
pp. 33-40.
---. “El Congreso de Washington II.” Obras Completas. Vol. 6. Editora Nacional de Cuba, 1963,
pp. 41-45.
---. “Congreso Internacional de Washington.” Obras Completas. Vol. 6. Editora Nacional de
Cuba, 1963, pp. 46-63.
---. “En los Estados Unidos.” Obras Completas. Vol. 13. Editora Nacional de Cuba, 1963, pp.
456-62.
---. “La Exposición de París.” Obras Completas. Vol. 18. La Habana: Editora Nacional de Cuba,
1963, pp. 406-31.
---. “Fragmentos.” Obras Completas. Vol. 22. Editora Nacional de Cuba, 1963, pp. 1-430.
---. “Juan Carlos Gómez.” Obras Completas. Vol. 8. Editora Nacional de Cuba, 1963, pp. 185-
93.
---. “Nociones de lógica.” Obras Completas. Vol. 25. Editora Nacional de Cuba, 1963, pp. 213-
354.
---. “Nuestra América.” Obras Completas. Vol. 6. Editora Nacional de Cuba, 1963, pp. 15-23.
---. “La Pampa.” Obras Completas. Vol. 7. Editora Nacional de Cuba, 1963, pp. 367-75.
---. “Respeto a Nuestra América.” Obras Completas. Vol. 6. Editora Nacional de Cuba, 1963, pp.
23-24.
Price, Rachel. The Object of the Atlantic. Concrete Aesthetics in Cuba, Brazil, and Spain, 1868-
1968. Northwestern UP, 2014.
Rama, Ángel. “La Modernización Literaria Latinoamericana (1870-1910).” La Crítica de la
Cultura en América Latina. Biblioteca Ayacucho, 1985, pp. 82-96.
Renan, Ernest. “Qu´ est-ce qu´une nation?” 11 March 1882, Sorbonne, Paris. Keynote Speech.
Rodó, José Enrique. Obras completas de José Enrique Rodó. Comp. Alberto José Vaccaro.
Antonio Zamora, 1956.
Santí, Enrico Mario. “The Crisis of Latinamericanism.” José Martí’s “Our America.” From
National to Hemispheric Cultural Studies. Eds. Jeffrey Belnap y Raúl Fernández.: Duke
UP, 1998., pp. 179-90.
Sarracino, Rodolfo. “José Martí y Brasil”. Anuario de Centros de Estudios Martianos, vol. 24,
1993, pp. 130-412.
Schwartz, Jorge. “Down with Tordesillas!” Portuguese Literary & Cultural Studies, vol. 4, nº 2,
2000, pp. 277-93.
132
Tyler, Alice Flet. The Foreign Policy of James G. Blaine. Archon Books, 1965.
133
Revisiting the Normalization of Call:
Barbara A. Lafford
Introduction
The discussion on factors that foster or hinder the normalization of computer assisted
language learning (CALL) has been an ongoing theme in the applied linguistics literature for
almost two decades. Bax (2003) drew upon Rogers’ (1995) ideas about how innovations become
diffused in society to define the normalization of CALL as “the stage when the technology
becomes invisible, embedded in everyday practice and hence ‘normalised’” (23). He also
prescribed in-depth ethnographic studies and action research to help identify and overcome
Three years later, Chambers and Bax (2006) carried out such a study in two English as a
Second Language (ESL) environments and found the following impeding factors: logistics,
stakeholders’ conceptions, knowledge and abilities, syllabus and software integration, and
training, development and support. As these authors set out to elicit –emic (insider) perspectives
on these factors, they included interviews with teachers and all stakeholders, as well as class
surveyed CALL users and experts from the CALICO Listserv (n=36) to ask them to identify
factors that foster or hinder the normalization process. The results showed that the survey
participants believed the following factors promoted normalization: access and transparent usage
of technology; ease of use of technology, CALL training for language teachers; collaboration
among teachers, administrative support and the appropriate use of resources for labs or mobile
134
technologies. On the other hand, factors that hindered normalization were identified as the
following: lack of student and teacher access to technology, lack of student training on
administrative support, and lack of technical support to keep up with changes in technology.
This section will address several issues that pose barriers to CALL normalization (lack of
access, training, and institutional/pedagogical support) and will propose two other factors that
hinder this process, i.e., the possible lack of instructor awareness about student and global
technology use and the lack of a critical approach to CALL on the part of students and
instructors.
Lack of Access and Instructor Awareness about Student and Global Technology Use.
The term digital divide has been used to refer to the difference between the low level of
physical access to computers and connectivity experienced by marginalized groups and the high
level of such access that is typical of more privileged (white) US communities (e.g., Smith [2014]
noted less technological access for youth from marginalized communities in low-income
households, and Perrin (2017, :”Digital gap” ) discussed the greater lack of access to technology
in rural (vs. urban) US communities. Moreover, Fox (2011) explained that (after controlling for
demographic factors) there is a negative correlation between living with a disability and that
person’s likelihood to have access to the internet. Language instructors need to be aware of these
access inequities among their students in the US and be cognizant of the level of technological
access students/professionals in other countries have (Ritchie and Roser 2019) before trying to
set up international telecollaborations between those two groups. Finally, instructors need to
understand how various social media platforms are used by different social groups in the United
135
States (US) and around the world (Pew Research Center 2019, Social Media Fact Sheet;
StatCounter-Social Media Europe 2019), e.g., Facebook’s use by mostly older, white social
media users vs. platforms (e.g., Twitter, Instragram, Tumblr) that attract a younger, more diverse
demographic. In addition, Spanish instructors should understand the use of social media in Latin
America (Sonneland 2017) and teach their students to use What’s App (Statista Research
Warschauer (2002) stated that (in addition to access issues) the term digital divide should also
encompass “differences in knowledge and skills in using computers, or in attitudes toward using
them,” as well as “issues of content, language, education, literacy, or community and social
resources” (par “Rethinking the Digital Divide”). CALL normalization is hampered by the fact
that university students vary in their knowledge and skills in using computers and may not have
computer training readily available to them. In addition, Kessler (2007) found that when language
teachers receive formal CALL training, they do not always feel that the training was sufficient or
effective; they also complained that they are often not trained on using newer technologies. Thus,
due (in part) to their negative attitudes toward formal CALL training, teachers’ technological
knowledge tends to result from informal or self-study, instead of from formal instruction (Kessler
2006; Robb 2006). Bax (2003), He et al. (2015) and Kessler (2007) all note that often
institutional/pedagogical support (in the form of ongoing CALL training and technological
support for teachers, funding for multimedia classroom infrastructure, sufficient preparation and
planning time for integrating CALL technologies) is lacking, which hinders the CALL
normalization process.
At the end of his 2002 article, Warschauer justified his aforementioned broadening of the
definition of digital divide by stating “… a critique of the notion of a digital divide is necessary to
136
fully inform and unleash efforts to use technology to promote social inclusion” (par
“Conclusion”). This reframing of the construct allows for a reorientation of focus on the need for
equipment provision to that of enhancing student and instructor understanding of societal factors
in the home and target cultures that lead to the inequities described above and to explore and
understand diversity, inclusion and social justice issues in cultural contexts. In other words, there
is a need for normalizing a critical approach to CALL in order for the widespread use of
the US and abroad and to help foster positive social interaction and change.
awareness (CCA) by language students and instructors. This construct, which formed part of
Byram’s (1997) notion of intercultural communicative competence, was defined by the author as
the “ability to evaluate critically and on the basis of explicit criteria, perspectives, practices and
products in one’s own and other cultures and countries” (63). In 2012 Byram also noted the
importance of reflecting critically on “personal and social identities and their relationships to
According to Nugent and Catalano (2015), CCA “encourages language educators to craft learning
opportunities that guide learners in observing clear connections between classroom lessons and
real-world issues while exercising critical thinking skills throughout the process” (15).
CCA is rooted in Pennycook’s (2001) list of concerns of the field of critical applied
linguistics: “critical work engaged with social change; …relating aspects of applied linguistics to
broader social, cultural, and political domains; …questions of access, power, disparity, desire,
difference, and resistance…..inequality, injustice, rights, wrongs, and compassion; …the restive
problematization of the given; …constant questioning of itself; …grounded ethical arguments for
137
alternatives.” (11). As a result, such a critical applied linguistics pedagogical approach would
also focus on social justice, defined by Ortega (2018) as having “the goal to decrease human
suffering and to promote human values of equity and dignity” (minute 15:45 of Ortega 2018
video)
According to Ortega (2017) the social justice turn in second language acquisition (SLA)
scale; however, she distinguished between elite bilinguals (people of privilege who have learned
community who speak a language [e.g., Spanish in the US] other than the one spoken by those
belonging to dominant societal power structures [English in the US]). In the face of this reality,
Ortega (2019) proposed a transdisciplinary approach to SLA (Douglas Fir Group 2016) to help
acknowledge the need for an equitable multilingualism and to recognize the communicative
languages” (31) to create meaning among multilinguals. Ortega (2017) also proposed that SLA
should help realize the UNESCO 2030 social justice goals to end poverty, promote peace, share
wealth, and protect the planet. Increasing interest in social justice issues by SLA scholars is
evident in papers and panels at recent conferences sponsored by SLA’s premiere professional
and mobility, queer linguistics, language and multidiversity, language and identities, and
linguistic ideologies in language teaching and learning; American Council on the Teaching of
immigration era, access and social justice in world language education, and disability issues in
Germany). In addition, the American Association of Applied Linguistics sponsors a social justice
138
interest group on Critical and Social Justice Approaches to language teaching in which members
post practical implementation ideas, e.g., Bringing the border into the classroom.
When practitioners of this type of critical L2 pedagogy utilize technology to facilitate and
enhance SLA, they are, in fact, implementing Critical CALL. Anwarrudin (2019) attributes the
beginnings of this approach to CALL to the 2015 EuroCALL Conference in Padova, which
focused its theme on Critical CALL. According to Helm (2015), Critical CALL presents an
opportunity for “engagement with issues of power and inequity and an understanding of how our
classrooms and conversations are related to broader social, cultural and political relations” (4).
ground their studies in critical applied linguistics, theories of SLA, theories of intercultural
competence, and then disseminate Critical CALL research in professional venues. For instance,
Bax (2011) proposed using neo-Vygotskian constructs to underlie the normalization of CALL, as
language learners and instructors dealing with a new technology do not act in isolation, as their
activities are “a) Culturally based, b) A social process, c) Developed through communication d)
(7-8). This focus on culture also warrants more grounding in theories of ICC, including the
construct of CCA (already defined above) (Byram 1997; Nugent and Catalano 2015). Vollmer
Rivera (2018) took a step further by revising Bachman and Palmer (1996) model of
component, consisting of power-based knowledge, i.e., “elements that shape social actors’
perceptions on a personal, institutional, societal, and global level” (351), and positional
knowledge, i.e., “the ways in which discourse and social interaction enable particular types of
identities to be claimed or assigned to others” (351). Seeing the need to include a component
139
focused on critical CALL in models of communicative competence, Teske (2018) proposed a
modification Celce Murcia et al.’s (1995) model of CC to include the constructs of digital
literacies and translanguaging negotiation strategies under its strategic competence component.
publication venues. For example, the 2019 EuroCALL conference contained a social inclusion
strand dealing with language learning among refugees and migrants, as well as digital learning
and social awareness (EuroCALL, 2019), the 2019 CALICO (Computer Assisted Language
Instruction Consortium) conference contained sessions on social justice topics, e.g., MOOC
design for social inclusion, balancing the digital-linguistic divide, social justice sin fronteras
(without borders) (CALICO, 2019). In addition to the proceedings of the Critical CALL 2015
Padova conference (Helm et al. 2015), the January 2019 issue of the CALICO journal was
devoted to CALL and social justice topics (Gleason and Suvorof 2019), e.g., promoting social
justice with CALL with a dialogic approach to using social media (Anwaruddin 2019) and
Bax (2011) proposed developing a theory of CALL normalization based on five elements
of good educational practice, which included constructs derived from neo-Vygotskyan principles
of mediation, i.e., access, participation and interaction, expert intervention (expert scaffolding
and modeling), and challenge and contradiction. According to Bax (2011), “this approach could
lead to a more principled theoretical basis for the understanding of how technologies come to be
used effectively in language education. In addition, it could offer a foundation for the more
normalization more effectively” (11). In the following discussion, this framework will be used to
support solutions proposed to normalize a critical approach to CALL while addressing access,
140
training and use issues as well as the need to infuse critical cultural awareness and social justice
that creative solutions must be found to give students more access to technology for language
learning. In order to address this at a local level, instructors can survey their classes to find out
their students’ access to technology outside the classroom and their level of technological
expertise; they can then suggest sources to help them gain more access to technological language
learning tools and appropriate training. In addition, instructors can address this digital divide
issue by convincing their instructional technology office and university administrators to extend
access hours to computer labs, purchase loaner computers or tablets for students who lack access
to these tools, provide students with information about places they can purchase inexpensive
computers (e.g., university salvage), and expand the types of technological training available to
them. Instructors should also talk with offices dedicated to the needs of students of color and
international students to find out about extra funding resources available to those students that
Instructors should also work with their office of disability resources to improve access for
students living with disabilities by identifying campus resources (e.g., speech to text [Dragon for
PC] and text to speech [Kurzweil 3000, 2019]) programs for students and by making sure that
their courses and language teaching materials are compliant with the requirements of the
American Disabilities Act (1990/2008) and follow Web content accessibility guidelines (WCAG)
(W3C 2019).
Another resource to broaden technological access can be found in devices that allow
mobile assisted language learning (MALL) (e.g., tablets, phones). Over the past several years,
141
CALL scholars have found positive results for the use of mobile technologies for engaging
students in critical, interactive community-based learning (Holden and Sykes 2011), as well as
for assisting them with grammar and reading exercises (e.g., Cengage Mobile App [2019],
DuoLingo [2019]). As the Pew Research Center (2019, Mobile Fact Sheet) has shown that 23%
of African-American and 25% of Hispanic adults who do not use broadband at home, do own
smartphones, students of color may have smart phones even if they lack personal computers.
However, Perrin (2017, “Smartphones help”) noted that smartphones do not entirely bridge the
digital divide between blacks and Hispanics and whites, as those minority communities still have
less access to home broadband. Nevertheless, mobile devices can be used to facilitate students’
interactions with native speakers of the target language at home and abroad through the use of
Zoom and What’s App mobile applications. Thus, instructors should investigate how mobile
applications could be incorporated into their course curricula to assist all students in their
acquisition of critical cultural awareness; class discussions of the usage patterns of computers and
mobile technologies by different social groups in home and target cultures would also further this
endeavor.
The Infusion of Critical Cultural Awareness and Social Justice Themes into Curriculum Design
integrated into each phase of curriculum planning (needs assessment, establishment of course
objectives, task-based activities, assessments). Needs assessment surveys and interviews from
various stakeholders can help gather information from students and career professionals about
digital literacy needs at the university and the workplace. Future employers can also provide
information for the need for certain types of critical cultural awareness in order for students to be
142
Instructors should also establish course objectives that include goals regarding the
development of digital literacies (Healey 2011), as well as intercultural competence and critical
cultural awareness and social justice (Bennett 2004; Byram 1997, 2012; Nugent & Catalano
2015; Teaching Tolerance 2016, About). As the Communities ACTFL world-readiness standard
has been shown to be a top priority for language students (Magnan, Murphy, and Sahakyan
2014), class materials should be chosen that use a critical lens to focus on the history Latin
America and the United States, as well as on the current sociocultural context of US minority
language communities (Brown and Thompson 2018; Mojica-Díaz and Sánchez-López 2016) and
should include materials that stimulate discussion of social justice topics in class (Beaudrie,
Ducar and Potowski 2014; Glynn, Wesely & Wassell 2014). In addition, instructors should help
students to understand key sociolinguistic constructs (e.g., language variation, language contact,
standard language ideology, language subordination, critical language awareness) and to utilize
online resources to recognize that divisive language ideologies exist and are harmful; moreover,
teachers need to give students tools to prepare them to work with people affected by those
ideologies.
According to Brown and Thompson (2018), “Part of our task as language educators is to
sensitively and respectively inform students concerning the injustices perpetrated against Spanish
speakers because of certain language ideologies.” (169) In addition, the inclusion of this reading
material before students embark on experiential learning (community service learning and
internships) would facilitate the conversion of “intellectual understanding into a more sensitive
and political- not partisan—disposition.” (Brown and Thompson 170); in this way students can
apply their conceptual knowledge gained from those materials when interacting directly with
143
Standards related to social justice course objectives have been established by Teaching
their practice and help them create an anti-bias framework for their curricula (Teaching Tolerance
2016, “Social Justice Standards”). These standards are divided into four domains (identity,
diversity, justice and action) and include scenarios to demonstrate how anti-bias attitudes and
behavior can be modeled in the classroom. This framework helps them to “to create civil and
inclusive school communities where children are respected, valued and welcome participants”
(Teaching Tolerance, 2016, “About,” par 2). These scenarios could easily be adapted to illustrate
In order for students to reach their critical CALL goals they need to participate in task-
based CALL activities focused on raising their awareness of social justice issues facing the US
Latinx community (e.g., positionality, power, attitudes toward translanguaging, equity, inclusion,
diversity, social justice/ecology); these tasks could include students’ critical review of extant
language learning software, and their use of social media, digital stories, and online intercultural
exchange (OIE).
Students need to be able to analyze language learning software with a critical eye. For
instance, Vollmer Rivera and Teske (2018) criticized Hello Talk (2017), an e-Tandem app for
virtual exchanges, and Tandem (2017), developed in Hong Kong and China. The authors note an
erasure of the heterogeneity of the Spanish-speaking world in two elements of the app, i.e., the
use of the Spanish flag (Spain) to represent Spanish speakers from any Spanish-speaking country,
and the fact that heritage learners (HL) were not recognized as a speaker category with which
users could identify (only NS and L2 categories were given as options). This type of blindness to
linguistic diversity (erasure of the HL category) and the imposition of the symbol (flag) of a
colonizing power (Spain) on speakers who may come from colonized backgrounds (US and Latin
144
America) needs to be called out and challenged in order to recognize distinct identities and
established interest in social media in order to foster CALL normalization; this would involve
adapting the use of digital tools and artifacts from real world language practice in platforms such
as Twitter, Facebook, Instagram, etc. to the language classroom. As Bax (2011) has noted (using
a neo-Vygotskian perspective), adults “can develop their ‘forms of reasoning’ and ‘forms of
thought’ partly through engagement with a social group (p. 7). Unfortunately, interacting only
with those who share similar mindsets on social media platforms can lead to tribalism and
demonization of “the other.” However, if language instructors required students to monitor and
analyze points of view similar to and different from their own, then social media could be used to
allow students to see and evaluate both sides of an argument. Students could also observe and
practices on those sites, and post reflections and react to other posts on social justice discussion
forums.
After learning how to detect and avoid “fake news” sites (Aldwairi and Alwahedi 2018)
students could then form well-educated opinions on a subject, and participate and interact with
other class members on protected social media sites to focus on honing their arguments on social
justice issues. This dialogic approach to using such platforms for language teaching (proposed by
Anwarrudin [2019]) would certainly expose students to the experience of having their informed
ideas challenged and contradicted in a safe space before going on public social media platforms
to interact with speakers of the target language on these topics. Gleason and Suvorof (2019) note
that Anwarrudin’s (2019) approach, which is rooted in a pedagogy of serendipity, i.e., “chance
encounters among conflicting ideas and worldviews” (3-4) and contingent scaffolding, strives to
145
engage language learners in an open dialogue on social media by exposing them to a multiplicity
of voices through serendipitous encounters with a vast array of perspectives. As contended by the
author, such a dialogic approach “has the potential to promote social justice and democratic
principles, and also prepare language learners to become more objective, socially-responsible,
and justice-oriented citizens.” (3) Students would also be exposed to expert modeling and
scaffolding as well as to discourse in which they can challenge and contradict others’ ideas as
Students from diverse backgrounds can often educate people of privilege regarding the
social realities of linguistically-marginalized people in the US through the use of digital stories
(Oskoz and Elola 2016). For instance, heritage learners at home or abroad could relate their
blogs to which other students could respond to inquire further about or challenge ideas expressed.
Currently students at Texas Tech University’s study abroad program in Seville, Spain use digital
stories to chronicle their own development of intercultural competence related to social justice
topics such as immigration, linguistic repertoires, and social mobility. Students in literature and
culture courses could also be encouraged to create digital story projects on social justice topics
based on works of literature, art, film and other cultural products and practices containing models
of language from diverse communities in the Spanish-speaking world (Leeman and Rabin 2007).
In addition, instructors or students in advanced language or film courses could also create digital
cultural annotations for film clips that illustrate social justice topics used in class discussions.
This could be done in order to allow students to support their own experiences in their personal
digital stories, or to annotate a fan fiction project focusing on issues of equity, diversity and
inclusion.
146
Another task-based activity with great potential for helping to implement Critical CALL
is Online Intercultural Exchange (OIE). According to Thorne (2016) OIE “(alternatively labeled
processes such as collaborative tasks, collective inquiry, and opportunities for social interaction
between internationally distributed partner classes (ix). Thus, OIE fulfills a major tenet of a
critical approach to CALL, as defined by Anwaruddin (2019) “…..a critical approach to CALL
challenges us to explore the intersections of power, in/equality, and language education in diverse
socio-cultural contexts, not just within the four walls of the classroom (emphasis added)” (2).
The goals of OIE include making participants global citizens who can “responsibly
contribute to decision making in intercultural professional and social contexts” (Thorne,2016, ix)
and who possess “factual and conceptual knowledge of diverse world languages and cultures and
areas of cultural, political and religious friction” (Thorne, 2016, ix-x). O’Dowd (2011) also noted
some challenges facing OIE, such as lack of sufficient pedagogical training with this platform,
the difficulty of finding partner classes and aligning curricula, the lack of control over certain
aspects of OIE (vs. the controlled classroom environment), and the fact that the OIE exchanges
In addition, O’Dowd (2018) noted three major problems with OIE, i.e., (1) students are
pushed to nationalize, generalize and essentialize cultural characteristics in a way that could
reinforce stereotypes; (2) OIEs tend to be superficial, as students feel they must minimalize or
accept cultural differences (and not challenge them) so that participants leave conversations with
positive feelings about members of the other culture; this lack of opportunity to challenge and
contradict each other’s perceptions do not help learners develop effective argumentation skills
needed in intercultural exchanges they may encounter in their careers; and (3) critical cultural
147
reflection in OIE does not necessarily lead to action in learners’ worlds or communities.
Referring to O’Dowd’s (2018) third point, Ocando Finol (2019) states “By neglecting to address
the real-life implications of intercultural learning, educators are renouncing their most significant
contribution to society, which is to be facilitators of learning that can drive social change” (28-
29). O’Dowd (2015) also noted the need to go beyond the “empty babble of the communicative
language class” (Pennycook 1994, 311) by having OIE students reflect on critical issues,
challenge and contradict each other’s ideas, and work together on proposing actionable solutions
to difficult social justice challenges (e.g., Soliya Connect Project [Genet 2010]). In doing so,
students would be implementing Byram et al.’s (2016) model of intercultural citizenship, which
In order to address these OIE challenges, L2 and HL students at home (US) could be paired
via OIE with both types of students on a study abroad program in a Spanish-speaking country to
go beyond the “empty babble” and use reflection and complex discussion to address cultural
nationalism/ patriotism, ideological positioning, ecology) (Elola and Oskoz 2008; Oskoz,
Gimeno-Sanz and Pavón, 2018); their posts could consist of comparisons between how social
services work in the two geographic areas (US and Spanish-speaking country) and be
accompanied by photos and interview videos carried out with native speakers of Spanish who
work with individuals affected by societal inequities (e.g., directors of homeless shelters, food
kitchens, domestic violence shelters). This would broaden the scope of OIE to include dialogues
that go beyond student-student exchanges (recommendation from O’Dowd 2015) and help
students hone their professional language registers by interacting with Spanish-speaking social
service professionals in the US and abroad that could provide expert modeling and scaffolding.
148
Future implementation of OIE could also involve lingua franca or multilingual exchanges
(O’Dowd 2015), as well as student training in ethnographic research, to help learners prepare
ecologically-valid instruments need to be created and to assess the attainment of critical course
objectives. Care should be taken to avoid any inherent bias in the language testing process
(McNamara and Roever, 2006; Shohamy, 2001) and speakers from linguistically-marginalized
communities (e.g., Heritage learners of Spanish) need to be involved in rubric creation tasks. In
addition, alternative assessment formats that allow for more holistic, in-depth, qualitative
evaluations of student work should be employed (e.g., e-portfolios, such as LinguaFolio [CASLS,
2018]). Contract grading (Inoue 2015) can also be used to combat the unintended bias caused by
the “white racial habitus that is pervasive in writing classrooms and their dominant discourses”
(10).
Specific rubrics and processes can also be used to assess ICC, critical cultural awareness
and social justice goals. Byram (1997) provides a detailed description of the types of evidence
and instruments needed to assess various components of ICC, including critical cultural
awareness. For example, to assess the ability to interact and mediate discussions between
opposing parties (part of CCA), he suggests that one could require students to show evidence of
using effective interview techniques, using sources to understand relationships (reference books,
retrospective analysis and documentation by self or others) in their e-portfolios. In addition, the
American Association of Colleges and Universities (AACU) has proposed a rubric to measure
ICC based on Bennett (2004) (AACU, 2019). It should be noted that some scholars reject
measuring ICC with static rubrics in favor of Dervin’s (2011) “liquid approach” to
149
interculturality, which focuses on understanding intercultural learning as a co-constructed
The attainment of objectives related to social justice can be modeled on the Teaching
Tolerance (2016, “Social Justice Standards”) “I can…” statements related to the attainment of
skills in the four domains of this anti-bias framework (identity, diversity, justice, and action) for
K-12 learners, e.g., Identity: “I see that the way my family and I do things is both the same as and
different from how other people do things, and I am interested in both”; Diversity: “I like being
around people who are like me and different from me, and I can be friendly to everyone”; Justice:
“I know about people who helped stop unfairness and worked to make life better for many
people”; Action: “I will join with classmates to make our classroom fair for everyone.” Even
though these self-assessment statements were originally designed for K-12 students, modified “I
can…” statements based on these standards could undergird the assessment critical CALL at the
university-level to help CALL practitioners and learners find solutions to societal challenges and
In order for Critical CALL to be practiced in the classroom, language teachers need to be
trained (on state-of-the-art equipment [Kessler, 2007]) regarding ways to use technological tools
to incorporate critical pedagogical techniques and knowledge focusing on social justice issues
into the language curriculum. McDonald (2005) proposed that social justice issues become an
integral part of teacher education; this would provide teachers with “opportunities to develop
conceptual and practical tools related to social justice as emphasizing the needs of students
identified by their membership in educational categories and the needs of students identified by
their status in oppressed groups” (418). In addition, Theoharis and O’Toole (2011) noted that
150
administrators also need to be supportive of social justice training for current and future
instructors.
Critical CALL teacher training could include awareness of inequitable access, training
and usage issues as well as instruction in curricular design to incorporate equity, diversity,
inclusion and social justice issues (e.g., power, positionality). This critical CALL training, which
would be integrated into regular CALL training sessions for teachers that facilitate their
attainment of technology standards (e.g., Healey, 2011), would focus on the facilitation of
teachers meeting social justice standards, similar to those espoused by Teaching Tolerance (2016,
“About”) in their anti-bias K-12 pedagogical framework (see King Ramírez, Lafford & Wermers
[forthcoming] for more on training and evaluation of CALL instructors on critical CALL issues).
In order for critical CALL to be normalized, this type of awareness and training needs to
be integrated into teacher training at the pre- and in-service levels. Following Kessler’s (2007)
suggestions for incorporating CALL training into all Masters programs focused on language
teaching, critical CALL training should be integrated into all pre- and in-service language teacher
preparation programs for new language teachers. In addition, in-service training in critical CALL
should be offered to teachers already in the field, especially to those who have had no critical
Assuming that critical CALL preparation is available to language teachers, they should
also be assessed on their implementation of this training. For instance, e-portfolios and rubrics
(AACU 2019; Byram, 1997) could be used to track and assess their development of ICC and
critical cultural awareness. In addition, King Ramírez, Lafford and Wermers (forthcoming)
propose a four-step process for assessment of online language instructors that includes evaluating
their integration of social justice issues into their curricula. For example, the modular rubric they
propose for the evaluation of online language instructors includes evaluating their adherence to
151
American Disabilities Act and university requirements in their online course design (W3C 2019).
Their rubric also evaluates the instructor’s provision of opportunities for learners to recognize,
discuss, analyze and act to confront barriers to equity, inclusion, digital access, and usage as well
Conclusions
In light of the preceding discussion, this work will conclude with a call to action to create
teachers in their fostering of values supporting social justice in their classrooms. Instead of just
focusing on the Normalization of CALL only in terms of access and training for students and
instructors, scholars need to call for a normalization of a critical pedagogical approach to CALL,
which includes ensuring access/training for all students, curricular redesign to include issues of
equity, diversity, inclusion and the exploration of social justice issues, and the inclusion of all
In order to inform this endeavor more fully, further empirical and pedagogical research in
Critical CALL needs to be undertaken. These works need to be grounded in tenets of Critical
and digital components (Teske 2018; Vollmer Rivera 2018;), as well as in SLA theoretical
models that can provide insights into the microgenetic linguistic changes that take place when
learners interact in the target language and into the interaction between learners and their digital
Questions on the Critical CALL agenda for empirical research could include the following:
Digital Stories from students, community members: What insights can digital stories
provide into the kind of power and positionality issues that come into play in the
formation of HL identities?
152
Telecollaboration between students and with community members at home or abroad:
How do virtual exchanges on critical topics assist with/hinder the development of L2 and
ICC?
power and positionality in virtual exchanges between NS-NSs, NNS-NNSs and NS-NNSs?
Digital film annotation: Does the inclusion of annotation in film affect student
Questions on CALL pedagogical research and application might focus on the following themes:
access and digital literacy training for students from diverse backgrounds?
Teacher training and evaluation: What institutional factors foster or hinder the
Action items to help turn the results of these research agendas into positive action to support
social justice initiatives could include: carry out local Critical CALL research to determine the
access and training needs of students and teachers and the level of integration of critical topics in
WL curricula; use those results to advocate for resources and improve conscientization on social
justice pedagogical issues for students and instructors; advocate for social justice issues by
creating digital white papers to argue for what is needed for equity, inclusion, recognition of
153
diversity in your university and the community at large at whatever level necessary (department,
training and assessment; talk to colleagues about these issues and urge them to take these actions;
implement a Critical CALL Research Agenda and present the results at conferences and
publication venues.
As researchers, carrying out a critical CALL research agenda will help us fulfill our
axiological goal (Ortega, 2005) of understanding the value of our investigative endeavors to work
for the betterment of society. In addition, we will be answering Ortega’s call to action to use the
[o]nce we acknowledge that the majority of the world is multilingual, but inequitably
multilingual, and that much of the world is also technologized, but inequitably so, it
becomes not only our business, but also our professional responsibility to generate
research about language learning and digital literacies for language learning that addresses
Thus, attaining the ultimate goal of normalizing Critical CALL would involve making
critical considerations of social justice issues (equity, diversity, inclusion) an integral part of all
world language curricula and to use CALL technology to enhance and facilitate this integration,
as well as promote the acquisition of digital literacies in our language students in order to prepare
Works Cited
American Association of Applied Linguistics (AAAL). AAAL and Social Justice Listserv
154
Association of American Colleges and Universities (AACU). “Intercultural Knowledge and
American Council on the Teaching of Foreign Languages (ACTFL). Program guide to 2018
https://www.actfl.org/sites/default/files/convention/ACTFL2018/2018%20Program%20Guide.pd
American Council on the Teaching of Foreign Languages (ACTFL). Critical and Social
Aldwairi, Monthur, and Ali Alwahedi, “Detecting Fake News in Social Media Networks.”
Anderson, Monica, and Andrew Perrin. Nearly one in five teens can’t always finish their
http://www.pewresearch.org/fact-tank/2018/10/26/nearly-one-in-five-teens-cant-always-
to Using Social Media.” CALICO Journal, vol. 36, no. 1, 2019, pp. 1-18.
Bachman, Lyle. F., and Adrian S. Palmer. Language Testing in Practice. Oxford UP, 1996.
Bax, Stephen. “CALL- past, present and future.” System, vol. 31, 2003, pp. 13-28.
155
(IJCALLT), vol. 1, no. 2, 2011, pp. 1-15.
Beaudrie, Sara, Cynthia Cynthia, and Kim Potowski. Heritage Language Teaching: Research
in Multicultural Education. 2nda ed., edited by Jaime S. Wurzel, Intercultural Press, 2004, pp.
62-77.
Brown, Alan V., and Gregory L. Thompson (2018). The Changing Landscape of Spanish
Comparisons, Contrasts.” Language Awareness, vol. 21, no. 102, 2012, pp. 5-13.
Byram, Michael, Irina Golubeva, Han Hui, and Manuela Wagner, editors. From principles to
Chambers, Andrea, and Stephen Bax. “Making CALL Work: Towards Normalization.” System,
156
https://calico.org/calico-conference/calico-2019/2019-program-schedule/
Dervin, Fred. “A Plea for Change in Research on Intercultural Discourses: A ‘Liquid’ Approach
Douglas Fir Group. “A Transdisciplinary Framework for SLA in a Multilingual World.” Modern
25 January, 2019.
Elola, Idoia, and Ana Oskoz. “Blogging: Fostering Intercultural Competence Development in
Foreign Language and Study Abroad Contexts.” FLANNALS, vol. 41, no. 3, 2008, pp. 454-
477.
Fox, Susannah. “Americans Living with Disability and their Technological Profile.”
https://www.pewinternet.org/2011/01/21/americans-living-with-disability-and-their-
2.0: Language, literacies and intercultural learning in the 21st Century, edited by Sarah Guth
Gleason, Jesse and Ruslan Suvorov. “Promoting Social Justice with CALL.” Modern Language
Glynn, Cassandra, Pamela Wesley, and Beth Wassell. Words and Actions: Teaching Languages
157
He, Bi, Nattaya Puakpong, and Andrew Lian. “Factors affecting the normalization of CALL in
Chinese Senior High Schools.” Computer Assisted Language Learning, vol. 28, no. 3, 2015,
pp. 189-201.
TESOL, 2011.
Helm, Francesca. “Critical CALL.” Proceedings of the 2015 EuroCALL Conference, edited by
Francesca Helm, Linda Bradley, Marta Guarda, and Sylvie Thouesny, Research
2019.
Helm, Francesca, Linda Bradley, Marta Guarda, and Sylvie Thouesny, editors. Proceedings of
Holden, Christopher L., and Julie M. Sykes. “Leveraging Mobile Games for Place-Based
Inoue, Asao. Antiracist Writing Assessment Ecologies: Teaching and Assessing Writing for a
International Association of Applied Linguistics (AILA). Program guide to 2017 annual meeting.
https://aila.info/wp-content/uploads/2018/09/AILA-2017_Conference-Program.pdf Accessed
20 February, 2019.
Kessler, Greg. “Assessing CALL Teacher Training: What are we Doing and What could we Do
Better?” Teacher education in CALL, edited by Phil Hubbard and Michael Levy. John
158
Kessler, Greg. “Formal and Informal CALL Preparation and Teacher Attitude toward
Technology.” Computer Assisted Language Learning, vol. 20, no. 2, 2007, pp. 173-188.
Kessler, Greg. “Technology and the Future of Language Learning.” Foreign Language Annals,
King Ramírez, Carmen, Barbara Lafford and James Wermers. Online World Language
Lafford, Barbara. “The Normalization of CALL: Reflections and Implications for Language
Learning and Teacher Education.” AZCALL conference, 21 February, 2015, Tempe, AZ.
Plenary address.
Leeman, Jennifer, and Lisa Rabin. (2007). “Critical Perspectives for the Literature Classroom.”
Livingston, Gretchen. “Latinos and digital technology, 2010.” Pew Research Center:
Magnan, Sally S., Dianna Murphy, and Narek Sahakyan. Goals of Collegiate Learners and the
Standards for Foreign Language Learning. Modern Language Journal, vol. 98, no. s1, 2014.
Education,
McNamara, Tim, and Carsten Roever. Language Testing: The Social Dimension. Blackwell,
159
2006.
Nugent, Kristen, and Theresa Catalano. “Critical Cultural Awareness in the Foreign Language
Ocando Finol, Maria. Film Annotation for the L2 Classroom: A Tech-Mediated Model for
O’Dowd, Robert. “Online Foreign Language Interaction: Moving from the Periphery to
the Core of Foreign Language Education?” Language Teaching, vol. 44, no. 3, 2011,
pp. 368–380.
O’Dowd, Robert. “Twenty Years on and Still Reinventing the Wheel: A Critical Review of
20 February, 2018.
Ortega, L. For what and for whom is our research? The ethical as transformative lens in
instructed SLA. Modern Language Journal, vol. 89, 2005. pp. 427–443.
Ortega, Lourdes. “New CALL-SLA Interfaces for the 21st Century: Towards Equitable
Ortega, Lourdes. “Studying Multilingualism for Social Justice: A Response to Difficult Times.”
160
Presentation given at SUNY Stony Brook, October 17, 2018.
Ortega, Lourdes. “SLA and Study of Equitable Multilingualism.” Modern Language Journal,
Oskoz, Ana, and Idoia Elola. “Digital Stories: Bringing Multimodal Texts to the Spanish Writing
Oskoz, Ana, Ana María Gimeno-Sanz, and Ana Sevilla Pavón. “Exploring Learner Written
Sonia Vandepitte, Elisabet Arnó and Bruce Maylath, IGI Global, 2018, pp. 200–220.
1994.
Perrin, Andrew. “Digital Gap between Rural and Non-Rural America Persists.” Pew Research
Perrin, Andres. ”Smartphones help blacks, Hispanics bridge some, but not all, digital gaps with
tank/2017/08/31/smartphones-help-blacks-hispanics-bridge-some-but-not-all-digital-gaps-with-
Pew Research Center. “Social Media Fact Sheet.” Internet and Technology.
161
Ritchie, Hannah and Max Roser. “Technology Adoption.” Our World in Data.
Robb, Thomas. “CALL Training Expectations and the Reality of Skills Attainment among
CALL Practitioners.” Teacher Education in CALL, edited by Phil Hubbard and Michael Levy,
Shohamy, Elena. The Power of Tests: A Critical Perspective on the Use of Language Tests.
Longman, 2001.
Smith, Aaron. “African Americans and Technology Use: A Demographic Portrait.” Pew
Research
Song, Rayoung. “’This May Create a Zero-lingual State: Critical Examination of Language
Ideologies in an English Learning Blog.” CALICO Journal, vol. 36, no. 1, 2019, pp. 59-76.
Sonneland, H. K. “Weekly Chart: Where Latin Americans are on Social Media.” Americas
Statista Research Department. “What’s APP Usage Penetration in Latin America in 2016, by
Teaching Tolerance. “About Teaching Tolerance.” Southern Poverty Law Center. 2016.
162
Teaching Tolerance. “Social Justice Standards: The Teaching Tolerance Anti-Bias Framework.”
https://www.tolerance.org/professional-development/social-justice-standards-the-teaching-
Theoharis, George, and Joanne O’Toole. “Leading Inclusive ELL: Social Justice Leadership
for English Language Learners.” Educational Administration Quarterly, vol. 47, no. 4,
Online Intercultural Exchange: Policy, Pedagogy, Practice, edited by Robert O'Dowd and
A Critical Insight into Identity and Strategic Knowledge during Domestic Professional
Internships in Spanish for Specific Purposes. 2018. Arizona State University, PhD
dissertation.
Vollmer Rivera, Alexis, and Kaitlyn Teske. “The Critical Intersection of Heritage Language
Learning and eTandem Learning Environments.” IALLT Journal, vol. 48, 2018, pp. 97-112.
Warschauer, Mark. “Reconceptualizing the Digital Divide.” First Monday, vol. 7, 2002.
163
www.journals.uic.edu/ojs/index.php/fm/article/view/967/888 Accessed 28 February, 2019.
164
CREATIVE
WRITING
165
NICANOR
Mario G. Beruvides
Texas Tech University
Iba ser un día largo y caloroso. Era un momento amplio. Fue una sauna sofocante. La
intención del viaje por tren fue para viajar lento y con calma y tiempo. Era para Nicanor un viaje
necesario. Fue ese flotar sobre vigas de acero, el más terrible de las esperanzas para un hombre en
que el deseo y el vivir caminaban en paralelo pero no unidos. Sería que el viajar apresurara el
pasado tras el presente hacia el futuro – deseado o no pero imprescindible. La locomotora era y es
una imponente máquina con contornos, formas, contra-formas, tubería, tuercas, brillo, esmalte,
planos metálicos, ondulaciones de madera vieja, grasa negra, humo gris, y un rugir de gata sata
que Nicanor desconocía pero iba a intimidar. Fue el caminar entre un matorral de gente frenética
con paso ligero e intensidad en la mirada que Nicanor con maletas de cuero y broches antiguos
llegaría a pararse ante la serpiente de acero y fuego. Iba a alzar su mano incierta que pensaba
extender como pistón escondido extendiéndose de una cilíndrica tela gris de su traje de corte
inglés. Pero no. No pudo. Era el vibrar imponente del monstruo, en su vejez bella y su potencia
casi sexual y totalmente en calor de celo que aguantó al tímido hombre de capturar con sus
falanges esa intensidad vibrante. Fue que, ¿el tren también sentía la presencia de Nicanor? Iba ser
un enlace de intriga esa reunión del pasado volcánico ante una temerosa estancia. Incierto era el
futuro. Fue incierto, pero era lo incierto lo que Nicanor esperaba, vivió, y recordó. Al entrar al
camarote, iba sentarse a la derecha, pero se sentó a la izquierda de la entrada de la puerta. Fue su
decisión el escoger un asiento que mirara hacia la dirección del camino por venir. No podía
Nicanor, en toda consciencia, darle espaldas a la locomotora. Iba a sentarse contra la ventana,
cuando tronchando el impulso de no hacerlo, se acomodó sobre el cuero color verdoso que daba a
la pantalla transparente del tren y delante de ella. Es ella una de esas mujeres que fue hecha para
166
viajar en tren. Iba ella seguir leyendo este cuento, pero alzó la vista suavemente y con el ojo
derecho cubierto por su sombrero, vio la cara de Nicanor. La belleza de su ojo izquierdo,
almendrado, daba el deseo de ver la vista completa que escondía la pamela. Fue como su boca
pintada de rojo, que se quedó por un instante semi-abierta, que creó en Nicanor memoria. Iba
andando el tren, cuando el gris de la estación, de la ciudad, de los edificios en fila militar, del
gentío sin color, de calles muertas sobre suelo enterrado, al pasar una nube de carbón y una
llovizna pedante, que Nicanor y el sol se conocieron. La ventana proyectaba mundos extranjeros
y los crecidos del campo llevaban el color de los ojos de ella. Fue ella color para él. Iba ese viaje
a ser eternidad. Era un dulce flotar. Fue cuando su pierna rozó la de ella que la memoria se
personificó. Recordó Nicanor lo que iba a pasar. Era vivir lo olvidado. Fue olvidar lo vivido. La
luz del camarote fue de bronce y cacao, de tamarindo y azúcar caña, de amapola, naranja, lirio y
café. Iba ser todo olvidado, pero era sin negar, que Nicanor se encapsulaba en las fragancias de
alelí y azúcar prieta, de caoba oscura y piña fresca, de aguacate maduro y coco rallado, de naranja
agria, y pescado frito en un domingo de sol cuando los rayos celestes bailan sobre el manto del
mar. El amor y el Caribe se confunden. Tanto fue el cítrico color y luminoso olor que llenó el
camarote y a Nicanor, que ella fue tatuada en su piel, sus ojos, y su olfato. Iba ser un viaje. Era
piel y fragancia. Fue memoria o sueño, o sueño y memoria. Fue más de lo que Nicanor pudo
respirar. Iba ser residencia pero fue fin. Ella circular. Nicanor lineal. Iba ser movimiento. Era la
llegada serpentina de un viaje, quizás de todo viaje. Fue insomnio el ver y verse caminando entre
el matorral de gente frenética con paso ligero e intensidad en la mirada. Iba el tren a sus espaldas
huir. Era el negar las nubes de gris humo y gris mundo cuando Nicanor intentó nacer. Fue un
desesperado correr como nadar entre un monte de espigas de caña brava huyendo miedo o
167
– Dígame señor, ¿cómo le puedo servir?
– ¿El Zero?
– Si, la ruta circular – el Zero.
– Esta bien, ese – el Zero.
– No puedo.
– ¿Cómo que no puede?
– No señor, ya usted viajó en el Zero.
– Y ¿qué?
– El Zero solo se puede viajar una vez en la vida. Ya usted montó y desmontó. Solo aquí se
embarca en el Zero, y solo aquí se desembarca.
Iba a gritar Nicanor. Era otra vez su timidez que lo impidió. Fue cuando de reojo su vista
capturó la cara de ella, que …
– ¿Y ella?
– ¿Quién?
– ¿A ella?
– Sí, a ella.
– Señor, ella no viaja en el tren, ella es el tren.
168
TWO POEMS BY JOSÉ ASUNCIÓN SILVA (1865-1896)
Universidad de Granada
The following poems were written by Colombia’s foremost poet, José Asunción Silva. He was
one of the forerunners of Latinamerican Modernism and died tragically at the young age of 30.
Like the work of his relative, Nicolás Gómez Dávila, Silva’s poetry is relatively unknown in the
English-speaking world, although its high quality has been widely recognized by European and
Latinamerican critics for over a century. He remains a favorite of poets like Nicanor Parra and of
novelists like Fernando Vallejo. There is an obvious reason for his lack of renown in the English-
speaking world: there are only a few translations of a handful of his poems. Also, his poetry is
very difficult to translate well. The purpose of the following translations is not merely artistic, in
the sense of trying to capture in another language the poetic imagination of Silva. I’d also like to
widen the circle of Silva’s readers, even if these translations are merely a shadow of the original.
169
with that soft voice of yours:
If in dreams you were to glimpse
the one that you desire
after the beautiful balls
and felt his lips touching yours;
and with mad desire
they kissed your tender skin
full of aromas
and the rigid tips
of your breasts;
and if in the mad,
ardent
and profound embraces
you agonize
and dream of pleasure
in the arms of the one
to whom you are all the happiness,
oh sweet pale girl!
Tell me:
Would you resist?
Nocturne II
Poeta di paso,
The furtive kisses!
Poeta di paso,
The intimiate kisses!
170
I still remember the sweet nights!
In lordly rooms
in which the tapestries
softened the noise
with their dense threads,
nude in my arms, your kisses were mine;
your twenty year old body
in red silk,
your golden hair
and your melancholy;
your virgin freshness
and flowery aromas…
The sombre lamp barely lit
the faded threads of the tapestries.
Poeta di paso,
The last kiss!
Bibliography
171