Toledo Neoinstitucionalismoopcinante 2005

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Neoinstitucionalismo, ¿opción ante la elección racional?

Una discusión entre la Economía


y la Sociología (Neoinstitutionalism, Alternative to Rational Choice? A Discussion Held
by Economy and Sociology)
Author(s): Enrique de la Garza Toledo
Source: Revista Mexicana de Sociología , Jan. - Mar., 2005, Vol. 67, No. 1 (Jan. - Mar.,
2005), pp. 163-203
Published by: Universidad Nacional Autónoma de México

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Neoinstitucionalismo, !opci6n ante la eleccion
racional? Una discusi6n entre

la Economia y la Sociologia

ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO*

Abstract: This article seeks to explore Neo-


Resumen: En este articulo se trata de profun-
dizar en las propuestas del neoinstitucionalismo
institutionalistic proposals regarding the pers-
respecto de la perspectiva del actor racionalpective
en of the rational actor in Economics. It
Economia. Se presentan opciones te6ricas provides theoretical options based on a pers-
basadas en una perspectiva de actores presio-
pective of actors pressured by structures, which
nados por estructuras, que dan sentido alend su meaning to their situation and interact
situacion, que interaccionan para el campowithde the field of Economics. In other words, the
la Economia. Es decir, el articulo discute tam-
article also engages in a dialogue with eco-
bien con la Sociologia econ6mica y consideranomic Sociology, whose concept of "embedded"
insuficiente su concepto de "embebido" asi- is considered insuffcient. It proposes a notion
mismo, se propone una noci6n de "configu- of "configuration" which can be applied to
raci6n" que puede ser aplicada a las relaciones
social relations, the structure of theory and the
sociales, a la estructura de la teoria y al proceso
process of conferring meaning.
de dar sentido.

Palabras clave: neoinstitucionalismo; elecci6n racional; configuraci6n.


Key words: Neoinstitutionalism; rational choice; "configuration".

L NEOINSTITUCIONALISMO ECONOMICO y el sociologico ha


penetrado en los Nuevos Estudios Laborales en America Latin
por dos vias principales: primero, mediante los estudios
encadenamientos productivos (Gereffi y Korzenniewicks, 1994
de aprendizaje tecnologico (Nelson y Winter, 1982); segundo, por
investigaciones sobre la industrial governance (Hodgson, 1988
los Nuevos Modelos de Producci6n (Boyer y Freyssenet, 2001).

* Doctor en Sociologia; posdoctorado en las universidades de Warwick, Inglaterra,


Berkeley, California. Profesor-investigador del Doctorado en Estudios Laborales de
Universidad Aut6noma Metropolitana-Iztapalapa; coordinador hasta 2003 del grupo d
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales de Trabajo, Sujetos y Organizacion
Laborales. Temas de especializaci6n: Teoria Sociologica; Metodologia y Sociologia
Trabajo. Apartado postal: 55-536, 09340, Mexico, D. F. Telffono: 55-58-04-47-
Correo electr6nico: <[email protected]>.

D. R. ? 2005. Uiniversidad Nacional Aut6noma de Mexico-Instituto de Investigaciones Sociales. Revista Mexicauri de Sociolo
67, ntim. 1 (enero-marzo, 2005): 163-203. Mexico, D. F. ISSN: 0188-2503/05/06705-05.

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embargo, como ha sucedido con otras importaciones te6ricas hacia


nuestra regi6n, aparecen para el consumo local como teorias de alcance
medio para ser aplicadas con las modificaciones pertinentes en America
Latina y no como discusi6n de sus fundamentos (De la Garza, 1998). El
problema de importar teorias de alcance medio -por ejemplo las
tipologias de clusters de Gereffi y Korzenniewicks (1994), los mode-
los de aprendizaje tecnologico de Nelson y Winter (1982), o bien al-
gunos de los seis modelos productivos en la industria automotriz de
Boyer y Freyssenet (2001)- consiste en que se considera su verificaci6n
empirica, mas no la logica ni los supuestos de que partieron para la
construccion de sus conceptos. Mientras los Estudios Laborales (como
cualquier otra subdisciplina) hagan solo importaciones de conceptos e
hip6tesis para verificar o falsear, encontraran dificultades para generar
propuestas te6ricas alternativas, y estas seguiran siendo prerrogativa de
los centros de producci6n te6rica de los paises mas desarrollados
(Zemelman, 1992). La intenci6n de este ensayo no es presentar al de-
talle las propuestas te6ricas del neoinstitucionalismo, del industrial
governance y de los modelos de producci6n, sino entrar a discutir sus
fundamentos, criticarlos y anotar posibles opciones en un plano todavia
abstracto. Tampoco presentaremos las discusiones que origina la pro-
puesta neoinstitucionalista en Ciencia Politica o en la Historia, que a
pesar de su importancia rebasa el objeto del ensayo: discutir acerca de
las relaciones entre Economia y Sociologia en torno de las propuestas
de la corriente mencionada.

I. INTRODUCCION

Elster (1989) ha sido uno de los pensadores que con mayor precisi6
plante6 c6mo las Ciencias Sociales hacia finales del siglo XIX sufriero
una gran escisi6n entre las que partieron del individualismo
metodologico y del supuesto de "actor racional" -principalmente l
Economia neoclasica- y el resto de las Ciencias Sociales, que se
mantuvieron como holistas durante casi todo el siglo xx. Es decir, entr
una perspectiva que a) considera que los fen6menos sociales so
reducibles a los individuales y la que tiende a pensar que la sociedad
la que se impone a los individuos, y que las entidades macrosociales n
son reducibles a las individuales; entre b) la que utiliza el ceteris paribu

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Neoinstitucionalismo, copci6n ante la elecci6n racional?

es decir la construcci6n de categorias como si fuera posible el control de


variables a semejanza de las Ciencias Naturales en el laboratorio, que
conceptualmente fue extendida con los conceptos de "falla de mercado"
y de "exogeneidad", frente a la que busca destacar las diversas influen-
cias entre esferas diversas de las relaciones sociales; c) entre la que
supone al actor como racional (en busqueda permanente de la maxima
ganancia, calculador de las opciones que habran de seguirse y con
informaci6n suficiente para escoger la que le de la mejor relaci6n costo-
beneficio), frente a la que ha destacado sobre todo la influencia en la
accion social de la cultura y el poder; d) entre la que, por un lado, ha
pensado a la Ciencia Social a semejanza de las ciencias formales
(Matematica o L6gica), que partiria de axiomas para demostrar
teoremas logicamente impecables a partir de la deducci6n, que serian
verdaderos tambien empiricamente a condici6n de que los supuestos
-entre otros, el de actores racionales- se cumplieran en la realidad, lo
que en esta perspectiva introduce la confusi6n entre diagn6stico y
normatividad (c6mo esa realidad debiera ser para que los teoremas
coincidan empiricamente con las predicciones de la teoria). Por el otro
lado, las ciencias que parten de fen6menos concretos y a partir de ellos
tratan de construir sus conceptos (Habermas, 1999; Alexander, Giesen,
Munch y Smelser, 1987).
En esta escisi6n, las corrientes hermeneuticas --que ponen en el
centro la comprension del sentido- fueron, a diferencia de la epoca
actual, relativamente marginales. El holismo que predomino en casi
todo el siglo xx fue estructuralista; es decir: supuso que el todo -la
sociedad, incluida la Economia- posee partes identificables asi como
sus relaciones; que esas partes cumplen una funci6n positiva en la
integracion del todo; que el todo es mayor que la suma de esas partes;
que hay mecanismo de home6stasis para recuperar el equilibrio cuando
una de las partes se modifica; y, finalmente, con muchas modalidades e
hincapies diversos, que la situaci6n que guardan los sujetos en las
estructuras determina sus formas de conciencia y sus acciones.
En esta polemica que dur6 un siglo (hasta antes de la tercera gran
transformaci6n' que parte de la decada de los ochenta del siglo xx),
habia problemas de mas fondo:

1 Polyani llam6 la "gran transformaci6n" a la provocada por la Revoluci6n Industrial;


por eso hemos considerado a la que toc6 vivir a Polyani como la segunda: la crisis de las

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a) Si es pertinente hablar de esferas de la realidad (social, econ6mica,


natural), se hallen estas interconectadas o se les trate como si
pudiera soslayarse a las otras esferas, o si -como sefialara Gramsci
(1977)- la conceptualizaci6n por esferas seria meramente un
recurso analitico para conocer que posteriormente habria de ser
reintegrado en su totalidad.
b) El problema del reduccionismo, si las diversas esferas son
reducibles a otra. Por ejemplo, la propuesta de Parsons (1937) en
su critica al utilitarismo: en ultima instancia la actividad econ6mica
estaria sujeta a los mismos conceptos y relaciones que todo el
sistema social.

c) Si el actor racional es el concepto que denota una naturaleza


humana o se trata de un tipo ideal (Coleman y Fararo, 1992).
Hist6ricamente, el concepto de "actor racional" empezo como
atributo de una esencia humana en el liberalismo clasico y, ante la
acumulaci6n de discrepancias empiricas entre este tipo de actor y
la realidad de los sujetos, los te6ricos actuales de la elecci6n
racional lo proponen como simple tipo ideal no sujeto el mismo a
la verificaci6n.
d) Si la forma de las teorias deberia de ser isomorfica con la de los
modelos matematicos con proposiciones con relaciones claras de
causa-efecto o funcionales y, a su vez, deducibles unas de otras a
partir de axiomas -como ha sido la propuesta positivista de
la "teoria estandar"- contra los que piensan que la mayoria de las
teorias realmente existentes en Ciencias Sociales tienen estructu-
ras menos rigidas y claras (Perelman y Olbretchs, 1989).
e) Si criterio ultimo de cientificidad deberia ser la verificaci6n
cuantitativa implicando un isomorfismo entre logica de las
Matematicas y de la realidad y los que se abren a formas diversas
de encuentro entre teoria y realidad.

concepciones acerca de las bondades del libre mercado, vinculada con la gran crisis del
29 y la emergencia del movimiento obrero con sus propias demandas, que llevaron al
establecimiento del Estado, capitalista interventor en la Economia, benefactor. La
tercera seria la neoliberal, con reestructuraci6n productiva y globalizaci6n que parte de
la d6cada de los ochenta del siglo pasado.

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Neoinstitucionalismo, dopcion ante la eleccion racional? 167

f) Si es posible descubrir leyes universales, frente a los que reivindican


la reconstrucci6n como necesaria ante los cambios temporales y la
influencia de lo local en lo general (Stegmiiller, 1976).

La tercera gran transformaci6n -que en modelo econ6mico llev6 al


predominio en el mundo del neoliberalismo y, en el terreno de las
grandes teorias sociales, a la decadencia del estructuralismo y del
marxismo-, asi como al ascenso de las teorias de la elecci6n racional
-en particular a la emergencia de la nueva teoria neoclasica en
Economia como mainstream en la disciplina-, ha mostrado tendencias
imperialistas hacia las otras Ciencias Sociales mediante el concepto
ampliado de "elecci6n racional" (Gibbson, 1992). En contraposicion, hay
nuevas sintesis entre estructura, subjetividad y acci6n social, con la
incorporaci6n de la nueva hermeneutica del discurso (Cicourel, 1996).
En particular en los ambitos de la Economia y de la Sociologia, los afios
noventa del siglo xx han significado el resurgimiento del neoinstitu-
cionalismo originado embrionariamente desde la decada de los treinta,
pero robustecido por una discusi6n mas fina acerca de la acci6n
econ6mica y del actor racional, que lo ha llevado a un acercamiento con
la Sociologia y otras disciplinas.

II. Los ORIGENES DEL PROBLEMA

En los fundamentos de las polemicas del neoinstitucionalismo, de es


con la Economia neoclasica y con la Sociologia econ6mica, esta
caracter de la acci6n econ6mica. La formulaci6n inicial partio de l
concepciones liberales clasicas que vieron al hombre como egois
e individualista por naturaleza; naturaleza inmutable, que al buscar
maximo beneficio individual, con ello llevaria hacia el beneficio genera
(Heckarthorn, 1997; Lindberg, 1992; Ouchi, 1980). Para optar por
maximo beneficio, ese hombre racional deberia tener informaci6n
completa y capacidad de calcular anticipadamente los resultados de sus
elecciones para escoger la que le diera la maxima relaci6n entre el costo
y el beneficio. En esta concepci6n se hallaba tambien presente la idea
newtoniana del mundo que dominaba en la ciencia natural de la epoca;
es decir: ver al universo sujeto a leyes universales, sin dualismo fisico y
moral, universo reducible a atomos cuyas relaciones podrian ser

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calculables. Sin embargo, con el tiempo las criticas al concepto de "actor


racional" se acumularon.

1)Se cuestion6 el que las metas de la ganancia estuvieran siemp


dadas, en lugar de ser construidas socialmente; o bien, que en est
metas no influyeran factores culturales o de poder (Arrow, 1974
2) Se puso en duda la capacidad de calculo en todas las accion
econ6micas, al considerar que, primero, la informaci6n nunc
es completa, pero tambien que la capacidad humana de poseer
ecuaciones que permitieran la predicci6n de la ganancia e
limitada (en el mejor de los casos); en esta medida, result
frecuente que los hombres sobreestimen probabilidades, que h
inconsistencia en las elecciones o desaliento (Simon, 1957).
3) Que no hay una estructurajerarquica clara en las elecciones (Bates
1994).
4) Que puede haber otros motivos de la acci6n: morales,
sentimentales, impulsivos (Beckert, 1996; Weber, 1922).
5) Que es frecuente que, cuando sea posible optimizar, se haga por
etapas; la segunda depende de los resultados de la primera y,
por tanto, los resultados finales no serian cognoscibles a priori
(Boyer y Drache, 1996).
6) Que en lugar de haber siempre libre movilidad de los factores y,
por tanto, libertad de opci6n en busqueda de la maxima ganancia,
hay barreras en la entrada de un actor en un campo o rama de
actividad por monopolios, reglas institucionales, relaciones politicas
o costumbres (Della Giusta, 2001).
7) Que los resultados de la elecci6n pueden depender tambien de la
red social en la que el individuo o la empresa se encuentren
insertos (Granovetter y Swedberg, 2001).

La respuesta racionalista actual se formulo debido a la evasi6n a las


criticas; es decir: aceptar que los sujetos concretos no son estrictamente
racionales, pero sostener el supuesto de "actor racional" considerandolo
un tipo ideal. Sin embargo, se mantiene el empirismo individualista: en
la realidad s6lo existe el individuo (Coleman y Fararo, 1992).

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Neoinstitucionalismo, topci6n ante la eleccion racional?

III. EL NEOINSTI'UCIONALISMO EN ECONOMIA

Fue Ronald Coase quien primero introdujo el concepto de "nu


institucionalismo" en Economia en "The Nature of the Firm" (193
en "The Problem of Social Costs" (1960), que llevaria posteriormen
planteamiento acerca de los "costos de transacci6n". Es decir, qu
transacciones mercantiles -a diferencia de la perspectiva neoclas
entrafian un costo, y que las empresas pueden buscar reducir al min
estos costos mediante dos vias (posteriormente se afiadiran otras)
mercados o bien las jerarqufas de la empresa que, mediante
autoridad, ordena las transacciones dentro de la empresa. Es dec
mediante el mando administrativo de la empresa tambien se real
intercambios y es posible economizar en costos de transacci6n. En ot
palabras, la governance del mercado se consigue mediante los prec
la competencia, y por medio de las jerarqufas de mando, que fij
derechos y obligaciones, que resuelven los conflictos que nacen
intercambio.
Williamson es el te6rico mas conocido sobre los costos de transacci6n
(1985; 1989; 1991; 1993); su unidad de analisis no son las organiza-
ciones sino las transacciones mercantiles y las no mercantiles. En su
planteamiento, los mercados y las jerarquias serian mecanismo de
governance. Las estrategias de contrataci6n y de governance por je-
rarqufas, contrarrestarian la racionalidad limitada de los actores por
falta de informaci6n o incertidumbre y el oportunismo de otros, asi
como las dificultades de reasignar activos en la biusqueda del maximo
beneficio. Las jerarqufas actuarian cuando los costos de transacci6n
fueran altos, es decir las decisiones jerarquicas y los contratos
contrarrestarian limitantes cognitivas e incertidumbres en las tran-
sacciones. Para North (1981), se trataria sobre todo de reducir el
oportunismo individual mediante un sistema de derechos de propiedad
complejo, aunque su sostenimiento acarrearia tambien un costo.
Mathew destaca los costos que exige monitorear y organizar. Es decir,
resulta central para el neoinstitucionalismo en Economia que las
instituciones puedan aportar soluciones a las fallas del mercado, aunque
se mantiene el supuesto actor racional con limitaciones; el enganche con
la Sociologia de la epoca fue mediante el darwinismo y el funcionalismo,
puesto que solo las empresas eficaces sobreviviran mediante un

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mecanismo de adaptaci6n al ambiente. Posteriormente, Williamson


afiadi6 el concepto de "organismos intermedios", como serian las redes
entre empresas, los distritos industriales y las alianzas entre compafiias.
Un merito de esta teorizaci6n en Economia fue haber abierto a una
ciencia tan impermeable a la Sociologia los temas de influencia de l
contratos, de la confianza entre los actores (Hirschman, 1977), de
riesgo, de la incertidumbre y el oportunismo.
En terminos de los fundamentos neoinstitucionalistas en Economia y
no de las proposiciones para un tema particular como seran los cost
de transacci6n, estos se alejan y a la vez se mantienen dentro de l
Economia neoclasica (Portes y Landolt, 2000; Granovetter, 1992):

1) Se acepta la propuesta de Simon de "racionalidad limitada" (1957


por la que los actores si buscan optimizar como en los neoclasico
pero tienen limitaciones cognitivas para lograrlo -debido
informaci6n incompleta, de monitoreo- y para llegar a acuerd
entre sujetos.
2) Por lo tanto, no habria 6ptimos sino soluciones satisfactorias.
3) La firma no es una caja negra como para la teoria neoclasi
(Williamson, 1991), ni reducible a una funci6n de producci6n, sino
que se trata de una estructura organizativa para obtener ganancias.
4) La organizaci6n de la empresa no s61o reduce costos de transacci6n
por medio de 6rdenes jerarquicas sino que reduce incertidumbre
al establecer sistemas de reglas.
5) El problema central de la organizaci6n es la adaptaci6n (Axelro
1984).

Por lo tanto, a la pregunta de por que hay organizaciones, se contesta


que para resolver problemas de gobierno del mercado bajo condiciones
de incertidumbre. Es decir, la perspectiva neoinstitucionalista en su
versi6n mas clasica sigue considerando que el "actor racional" tiene
limitaciones y, en esta medida, no contempla otras motivaciones para la
acci6n; tal racionalidad seria limitada por defectos en el mecanismo
racionalista. Ademas, hay un descuido por omisi6n de las instituciones
del contexto (DiMaggio y Powell, 1983).

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Neoinstitucionalismo, dopci6n ante la elecci6n racional?

IV. EL NEOINSTI'UJCIONALISMO SOCIOLOGICO

Esta perspectiva estuvo inicialmente influida por el funcionalismo


parsoniano. Talcott Parsons fue un critico acerbo del neoutilitarismo qu
trataba de escapar a lo que consideraba "el determinismo racionalista
en tanto las metas y cursos de la acci6n estaban dados de antemano por
una logica implacable de lograr la maxima utilidad, su voluntarism
cay6 en un holismo con determinaci6n cultural que se imponia
individuo mediante la socializaci6n. La insatisfacci6n con el holismo
parsoniano llev6 a la propuesta neoinstitucionalista en Sociologia (
nick, 1969) al considerar que los sistemas de reglas estructuran la acc
y limitan la capacidad de alcanzar 6ptimos; es decir, la institu
nalizaci6n limita la racionalidad y privilegia a unos grupos sobre otro
Polyani (1944) expres6 esta idea de manera mas precisa e influye
hasta la actualidad, al plantear que los intercambios se hallan enredad
o enmarafiados en una red de instituciones.2 Dicha institucionalid
tanto la formal como la informal, limitarian la libertad de eleccio
racional. Una institucion es comunmente entendida en esta perspe
como sistema de reglas que limitan o impulsan la acci6n del indivi
Es decir, asi como en el neoinstitucionalismo en Economia la racio-
nalidad es limitada por la organizaci6n de la empresa, en el sociologico
se amplia hacia otras instituciones externas a la firma (Powell y Smith-
Doerr, 1994; DiMaggio y Powell, 1991), aunque el actor sigue siendo
considerado con intencionalidad de optimizaci6n, sin lograrlo plena-
mente ahora debido sobre todo a su informaci6n incompleta y a las
limitaciones institucionales que aportan reglas de comportamiento que
pueden no conducir a 6ptimos. La racionalidad es limitada principal-
mente por el contexto.
Al decir de North (1986), los enfoques neoinstitucionalistas en la
Economia y la Sociologia pueden ser conciliables, al considerar que las
instituciones -sean de la empresa o del contexto- determinan com-
portamientos econ6micos porque reducen la incertidumbre y ayudan

2 Embeddednes ha sido traducido como "embebido", "incrustado", "encuadrado" o


"fijado"; pero mas alla de su traduccion literal, la idea central tanto en Polyani como en
Granovetter no avanza en una concepcion diferente de la del actor racional, sino que ve
a la acci6n dentro de una red, para Polyani, de instituciones; para Granovetter, de

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a resolver problemas de coordinaci6n, no s6lo a reducir costos de


transaccion.

V. LA PERSPECTIVA DE INDUSTRIAL GOVERNANCE

Se trata de una perspectiva ampliada del ambito de la empresa al de la


actividad econ6mica en general; es decir, el governance se logra
mediante las instituciones y sujetos que gobiernan (coordinan, dirigen)
el funcionamiento de la Economia, coordinando la actividad de los
actores econ6micos, en particular sus transacciones. Se critica a la teorfa
de costos de transaccion por su economicismo y por ignorar la
perspectiva estrategica del actor y el poder (Thompson, 1991). Es decir,
el mercado seria una red de relaciones sociales formales e informales,
pero especificamente, asi como la producci6n, un sistema de poder, y
por tanto no se encamina necesariamente al equilibrio. La distribuci6n
del poder seria mas importante que los precios en la regulaci6n del
intercambio economico. El actor es de racionalidad limitada y acotado
por instituciones y por el poder. Las instituciones son sistemas de reglas
que definen el control sobre los medios de producci6n, el acceso a los
recursos, a la informaci6n y su control estrategico. Ademas, la definici6n
de las reglas legitimas se da en las luchas por el poder (Campbell,
Hollingsworth y Lindberg, 1991; Hollingsworth y Boyer, 1997; North y
Weingast, 1989).
Los tipos de governance incluyen a los tradicionales de mercados y
jerarquias, pero son extendidos hacia los llamados "organismos inter-
medios" entre la organizaci6n y los mercados. Los mas comunes serian
mercados, redes de obligaciones (basadas en la negociaci6n o el con-
senso y la confianza; no son burocraticas, son flexibles, presuponen
identidad de intereses; las jerarquias que son burocraticas y forma-
lizadas; el monitoreo; la informaci6n como bien colectivo); redes
promocionales que incluyen coaliciones temporales, sin jerarquias claras,
con confianza y respeto, con negociaci6n explicita aunque no
necesariamente formalizada; y las asociaciones formales de empresas y
empresarios. Los regimenes de gobernabilidad resultan de la combi-

relaciones sociales. Polyani tambien utiliza enmeshed, que seria algo asi como
"enmaranado", imagen mas fiel a la idea originaria que la de "embebido".

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Neoinstitucionalismo, dopci6n ante la elecci6n racional? 173

naci6n de varios de los tipos anteriores y los cambios en governance


resultan no s61o de la busqueda de mayor eficiencia, sino de las luchas
por el poder.

VI. NEOINSTITUCIONALISMO Y APRENDIZAJE TECNOLOGICO

En la decada de los noventa del siglo pasado, las teorias evolutivas del
aprendizaje tecnol6gico se desarrollaron ampliamente (Nelson y Winter,
1982), desde antes de que las empresas fueran depositarias de
conocimientos, incorporados en rutinas organizacionales y que cambian
acumulativamente con el tiempo, tambien segun las condiciones
contextuales (Cimoli y Dosi, 1994). Estas se encontraron en la decada
de los noventa, con las teorfas de las organizaciones (Dosi, 1994) y, en
este encuentro, transitaron estrictamente del aprendizaje tecnol6gico a
la relaci6n entre innovaci6n tecnol6gica y organizaci6n, y a la discusi6n
de los microfundamentos conductuales de los procesos econ6micos
(Arrow, 2000). El enganche con la discusi6n del actor racional es me-
diante la incorporaci6n de los procesos cognitivos en las decisiones,
restrictivamente tecnol6gicas pero potencialmente expandibles. North
(1986) ha intentado este transito, de la racionalidad a la racionalidad
limitada y a la apertura a las teorias de la representaci6n, pero haciendo
hincapie por lo pronto en la cognici6n mas que en otras formas de la
subjetividad de los actores. Para North, como para los neoinstitu-
cionalistas en general, la rational choice no es valida en condiciones de
incertidumbre porque los individuos pueden no saber que es mejor para
su interes propio y c6mo actuar en consecuencia. Asi, en lugar de seguir
preso de una racionalidad limitada a la Simon, se atreve a dar el primer
paso hacia formas de representar diferentes de las racionalistas. Se parte
de teorias del aprendizaje representacional, que ponen el acento en la
cognici6n, para las cuales se representa mediante categorias que
clasifican y organizan las percepciones, y pueden conducir a la cons-
trucci6n de modelos para explicar. Tales categorias no serfan estaticas
sino que estarian en retroalimentaci6n con las practicas. Ademas, los
modelos mentales se ordenarian y reordenarian de lo concreto a lo
abstracto, en una redescripci6n representacional. Por otra parte, el
aprendizaje seria filtrado por la cultura, dependeria de la trayectoria en

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174 Enrique de la Garza Toledo

el tiempo -evolutionary- (Opp, 1982) y los aprendizajes tambien serian


colectivos condensados en el lenguaje, las instituciones y las tecnologias.

VII. REGULACION Y MODELOS PRODUCTIVOS

Aunque el regulacionismo es sobre todo una conceptualizaci6


alcance medio, y sus reflexiones en terminos de los fundamentos
escasas y menos rigurosas que las que hemos analizado, puede
considerada una teoria de corte institucionalista. Boyer y Drache (19
han asumido algunas de las criticas institucionalistas al actor raciona
tanto el actor real tendria limites cognitivos y de calculo: que s
decisiones estan sujetas a incertidumbres, que importan las trayector
-sobre todo de aprendizaje-, asi como las regulaciones institucion
Asimismo, adopta la idea de que el mercado es una construcci6n so
que posee reglas acordadas o impuestas, que siempre hay regulaci
externas al mecanismo de los precios y, con estas, el "6ptimo" d
cooperaci6n es diferente del 6ptimo del mercado libre. Por tales r
nes, no hay tendencias a la convergencia en modelos de producc
porque el mercado es cambiante e impredecible, porque en la firm
hay una sola funci6n de producci6n, sino que esta puede ser difer
para cada Departamento de la empresa, y en esta medida no habe
solo 6ptimo y -como Simon- la tasa de ganancia no puede se
6ptima sino solo la satisfactoria por limites cognitivos y de calc
diversas estrategias de los actores y contextos nacionales. Es decir, h
poca originalidad en esta corriente en la discusi6n de los fundame
neoinstitucionalistas.

"Modelo de producci6n" es el concepto sintesis de la teorizaci6


regulacionista francesa actual que se inici6 desde finales de la decada de
los setenta del siglo xx. Dicha teorizaci6n ha seguido una trayectoria
especial: empez6 con conceptos centrales de inspiraci6n marxista, como
los regimenes de producci6n (articulaci6n entre producci6n y consumo)
y modos de regulaci6n (instituciones que permiten el acoplamiento
entre producci6n y consumo), para culminar a finales del siglo xx co
el de "modelo productivo".3 En la definici6n del concepto de "model

3 Para los regulacionistas, un "modelo de producci6n" es una combinatoria entr


politica de producci6n, organizaci6n y relaci6n salarial. Lo hemos considerado com

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Neoinstitucionalismo, dopci6n ante la eleccion racional? 175

de producci6n", los regulacionistas parten de que el objetivo de la


empresa es la ganancia: simplificacion respecto de la discusi6n neo-
institucionalista que hemos emprendido anteriormente; para lograrla,
se disefian estrategias de negocios, que se vuelven el concepto eje de la
definici6n. Es decir, los demas atributos seran para ser consecuentes con
la estrategia escogida que incluye a la tecnologia, la organizaci6n, la
administraci6n de recursos humanos (Boyer y Freyssenet, 2001).
Las estrategias de negocios de las empresas segun esta escuela
pueden ser de:
a) economia de escalas;
b) diversificaci6n del producto;
c) calidad del producto;
d) innovacion;
e) flexibilidad productiva;
J) reduccion permanente de costos.

Es decir, un modelo productivo entrafia una politica de producto


considerando a cuales mercados se dirige, una organizaci6n productiva
y una relaci6n salarial que incluye la gesti6n de recursos humanos, y la
politica de remuneraciones.
Mediante el proyecto internacional de Gerpisa, el grupo de Boyer y
Freyssenet (2001) supuestamente habrian descubierto, tan s6lo para la
industria automotriz, seis modelos productivos: taylorismo, woollard-
ismo, fordismo, sloanismo, toyotismo y hondismo. Se corrobora asi la
tesis de la no convergencia actual en modelos de producci6n.
Aunque las relaciones explicitas entre supuestos neoinstitucionalistas
y conceptos regionales como el de "modelo de producci6n" en dicha
corriente no son tan explicitos como en otras teorias, puede deducir-
se una fundamentaci6n de este corte a partir de las dimensiones que se
consideran en los modelos de producci6n y sus variables, no todas ellas
de mercado. Sin embargo, la incorporacion te6rica de los fundamentos
institucionales actuales es incompleta: no aparecen con claridad la
importancia de las redes sociales o institucionales, ni los costos de
transacci6n, ni la teoria de la firma de manera mas compleja, y la
declaraci6n evolucionista no tiene consecuencias en la teorizaci6n; asi

una configuracion que relaciona tecnologia, organizaci6n y gesti6n del trabajo,


relaciones laborales, perfil de la mano de obra, cultura laboral y gerencial.

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176 Enrique de la Garza Toledo

como tampoco la del aprendizaje tecnol6gico. Es decir, a pesar de los


conceptos novedosos, esta corriente aparece sin una sintonia clara con
discusiones fundamentales como las mencionadas, mas anclada en un
institucionalismo de viejo corte que en lo que ahora se debate (De la
Garza, 1999).
Deciamos al inicio de este ensayo que un eje de la discusi6n actual de
las relaciones posibles entre Economfa y Sociologia se encuentra en el
neoinstitucionalismo econ6mico y sociologico, pero especfficamente en
las teorias de industrial governance, del aprendizaje tecnologico y de los
modelos de produccion, como teorias de alcance medio, las cuales
inspiran ahora muchas investigaciones que pretenden competir con los
enfoques neoclasicos mas ortodoxos. Volveremos a discutirlas desde sus
fundamentos e intentar esbozar opciones.

VIII. Los FUNDAMENTOS: OTROS CONCEPTOS DE "RACIONALIDAD"

La polemica entre el neoinstitucionalismo y la Economia neoclasic


llevado a precisar tres conceptos (posteriores al de Simon)
"racionalidad limitada", opcionales al de "actor racional"; dos de el
constituyen versiones modificadas de este, y el tercero ha permit
desarrollos importantes de la teoria social a partir de mediados de
ochenta del siglo xx.

A. Context bounded rationality

Este concepto destaca el papel acotador que desempenan las regla


normas sociales sobre las capacidades optimizadoras de los individu
La estructura social (entendida como reglas y normas) afecta
posibilidades de elecci6n; tales reglas pueden ser formales e informale
Es decir, el punto central de esta forma de racionalidad es la elecc
con restricciones institucionales. La restricci6n es, por tanto, externa
las tendencias optimizadoras del actor, que sigue considerando
tambien en su dimensi6n individual (Friedman y Hechter, 1998).

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Neoinstitucionalismo, copci6n ante la eleccion racional? 177

B. Racionalidad emergente

Los actores -mas que calcular las consecuencias de sus acciones-


establecen reglas compactas que orientan dichas acciones ante
experiencias exitosas semejantes. Tambien significa procesos de
adaptaci6n de las reglas ante cambios del contexto o consecuencias
inesperadas de la accion. Se trata de un paso mas delante de la ra-
cionalidad acotada porque ahora el actor sustituye su supuesta
capacidad de calculo optimizador por una racionalidad eficaz guiada
por normas que el mismo construye y que han dado resultados efectivos
en condiciones anteriores semejantes (Granovetter, 1985).

C. Embeddedness (enredado)

Polyani habia usado el concepto para la accion social que queda


enmarcada en redes de instituciones que constrifien dicha acci6n.
Ademas, pens6 que el concepto solo seria aplicable para sociedades
preindustriales en las que los campos de la Economia, de la religi6n, la
familia, y otras instituciones, no estaban claramente diferenciados y que
en cambio en el capitalismo se habria operado la diferenciaci6n por
esferas. La critica que hace Granovetter a Polyani ha ido en el sentido
de precisar que el enredamiento de la accion racional esta en redes
sociales (mas que en instituciones): conserva la nocion de "actor
racional" pero enredado. Es decir, el enredamiento de Granovetter
acota o restringe la acci6n racional y busca, de esta manera -mediante
la ubicacion de la acci6n como interacci6n en redes- integrar lo social
y lo economico. Por otro lado, dicha teorizaci6n ha combinado el
concepto de "enredado" con la teoria del intercambio de Homans
(Homans, 1950; Homans, 1961). Desde la primera mitad del siglo
pasado, ya habia considerado como unidad de analisis no al individuo
sino a la relaci6n social; relaci6n social que suponia de tipo racional
intencionada, con estructura de preferencias, pero con restricciones a
partir de instituciones y recursos escasos. La relaci6n social era vista
como intercambio gratificante o costoso entre al menos dos personas.
De tal manera que la conducta social era explicada en terminos de

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178 Enrique de la Garza Toledo

recompensas y costos en una mezcla entre elecci6n racional y


conductismo psicologico.
La corriente de Granovetter (su versi6n de la Sociologia econ6mica)
ha considerado al enfoque neoinstitucionalista en Economia como
superficialmente social porque no toma en cuenta a la interaccion social
entre actores; asimismo, lo ha acusado de ser funcionalista porque las
empresas se adaptarian, como en Chandler (1984), al ambiente, ig-
norando el papel que desempenan los errores. En contraposici6n, se
propone adoptar el punto de vista constructivista de Berger y Luck-
man (1966), pese a que resulta una adopci6n superficial al no considerar
el ambito de la construccion del sentido y verla finalmente como
construcci6n interesada; aunque toma en cuenta la trayectoria como en
el enfoque evolucionista y, por supuesto, el enredamiento de la accion.
A pesar de la pretensi6n constructivista, en dicha perspectiva de
realidad esta se construye socialmente, pero los actores estan impulsados
por el interes en los intercambios -como en Homans- y mediante
redes sociales que son a su vez redes de intercambio. Sin embargo,
Granovetter (1994) ha criticado a Williamson porque su "socializaci6n"
de las acciones no toma en cuenta las relaciones sociales, y el contexto
es s6lo de mercado; tambien por sobresocializar a la firma y desligarla
tajantemente del mercado, lo cual lo conduce a un dualismo; en lugar,
dice Granovetter, de considerar que tanto firma como mercados estan
enredados y el enredamiento de las relaciones de largo plazo genera
expectativas de comportamiento que van mas alla del autoritarismo de
la jerarquia de la firma. Es decir, en Williamson se sobrestima el poder
jerarquico en las organizaciones, se oscurece la presencia del conflic-
to; ademas de que las relaciones sociales entre firmas serian mas
importantes que las jerarquias.
Es decir, entre teoria de costos de transacci6n y Sociologia econ6mica
de Granovetter, hay diferencias importantes:

a) Williamson explica la inhibici6n del oportunismo y la cooperaci6n


por parte de las jerarquias; por otro lado, el orden puede
encontrarse tanto en el mercado como en la firma, y a la inversa.
b) La visi6n de costos de transacci6n resulta muy determinista; la otra
perspectiva adopta el concepto de "presiones" mas que de
"determinaciones".

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Neoinstitucionalismo, topci6n ante la elecci6n racional? 179

c) La primera resulta muy evolucionista y funcionalista.


d) En la primera se ignora el problema del poder.

IX. LA VUELTA A LOS ORiGENES: LA ACCION SOCIAL

La discusion emprendida -ademas de sus connotaciones abstractas


sobre la acci6n econ6mica- y la accion social tienen repercusiones
importantes para las relaciones futuras entre Economia y Sociologia en
aspectos concretos como el futuro de los modelos de produccion que (si
sabemos articularlos con los modelos econ6micos y los sujetos sociales)
podria guiar mucha de la investigaci6n laboral y econ6mica actual. No
obstante, dicho problema tiene detras otros mais abstractos que forman
parte de la historia de las Ciencias Sociales (Weber, 1922).

A. El problema del estructuralismo y el evolucionismo

El problema de si la globalizacion y la apertura de los mercados


presionan hacia el establecimiento universal de un modelo de
producci6n, ademas del economico. Es decir, se trata del problema de la
convergencia, con la que coquetea una parte de las teorias sobre la
reestructuraci6n productiva de los ochenta y noventa del siglo xx. Es el
caso de la producci6n ajustada de Womack (1990), entre los mas
conocidos; pero el regulacionismo de la primera generaci6n tambien
pareci6 inclinarse por esta perspectiva mediante el concepto de
"postfordismo", aunque en los noventa aclar6 su posicion hacia la no
necesaria convergencia.

B. El del evolucionistno

Diferente de la transformaci6n con tendencias en un espacio de


posibilidades dependiente tambien de los sujetos. Es decir, en el fondo
esta la necesaria complejizacion de las relaciones entre estructuras,
subjetividades y acciones.

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180 Enrique de la Garza Toledo

C. El delfuncionalismo

Tan presente en algunas de las perspectivas neoinstitucionalistas en


tanto adaptaci6n necesaria al cambio en el contexto, o en la teoria de
modelos de producci6n cuando los consideran coherentes en sus
dimensiones. Esta perspectiva tiene su ampliaci6n al campo episte-
mol6gico en cuanto al concepto de "teoria estandar", entendida como
sistema de proposiciones vinculadas entre si de manera deductiva, que
supone definiciones y relaciones claras entre conceptos en las
proposiciones. En contraposici6n queda el paradigma configuracional
que no supone s6lo relaciones duras entre conceptos sino de diversos
niveles de claridad, aceptando la posibilidad de la contradicci6n, la
discontinuidad y la oscuridad (De la Garza, 2001a).

D. El metodologico

El hipotetico deductivo o la reconstrucci6n de la teoria con la inclusi6n


del actor.

E. El del actor racional, racionalidad acotada,


emergente o embeddednes

Todas estas opciones conservan el supuesto racionalista, aunque la


cuarta incorpora las redes sociales. Para todas en su aspecto racionalista
valen las mismas criticas acumuladas al actor racional que hemos
mencionado anteriormente. Es decir, en las perspectivas neoinstitucio-
nalistas no hay una transformaci6n de fondo del concepto de "acci6n"
(Becker, 1976): las motivaciones siguen siendo reducidas a la ganancia y
el actor busca optimizar, aunque se encuentra acotado por institucio-
nes o redes sociales. Otro tanto se puede criticar del concepto de
"enredado": la acci6n sigue siendo racional y sus limitaciones tambien
son externas al actor, debidas a su encuadramiento en redes sociales. Es
decir, los intentos neoinstitucionalistas de trascender a la Economia
neoclasica continuan manejando conceptos reductivos de "sujeto" en
cuanto a la construcci6n de sus metas, de la decisi6n, de las opciones y

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Neoinstitucionalismo, dopcion ante la eleccion racional? 181

de la propia accion, asi como el significado de las interacciones (Baker,


1984).
Uno de los trasfondos del anclaje en el actor racional simple o
modificado es la creencia de que la sociedad esta diferenciada por
esferas; la de la Economia seria una de estas, relativamente separada de
las otras (Bourdieu, 1984). El problema puede admitir dos soluciones:

1)Que efectivamente la esfera de la Economia, a pesar de institu-


ciones y redes, se caracteriza por un tipo de acci6n racional
-acotada o no- guiada por la busqueda de la ganancia y que es
sustancialmente diferente de los campos de acci6n de otras esferas.
Los mercados pueden fallar, influir exogeneidades, redes o insti-
tuciones, haber informacion incompleta, pero el actor tendera a ser
racional (De la Garza, 1998).
2) La otra puede reconocer la especificidad de la Economia en tanto
busqueda de la ganancia, e incluso la observaci6n de Marshall
(1981) de que la Economia reduce la complejidad de las
motivaciones econ6micas de los actores a los precios, pero ahora
entendida -a diferencia de los neoclasicos- como "sobredeter-
minaci6n" y no como "exclusi6n de otros motivos de la acci6n". E
decir, la concepcion gramsciana (1977) de que la division p
esferas es puramente analitica, que la relaci6n social es caleido
c6pica: al mismo tiempo econ6mica, politica y cultural, sin de
conocer que una de sus caras puede sobredeterminar sin anula
las otras en cierto campo de practicas. Es el tratamiento que Marx
da al proceso de producci6n capitalista en El capital, al verlo a
vez como proceso de creaci6n de valor (valorizaci6n), expresable e
precios, y de trabajo como relaciones sociales dentro del proceso d
trabajo. Si bien el proceso de trabajo se somete al de valorizaci
no por ello queda anulado en sus efectos sobre aquel. La mism
relaci6n "econ6mica" se desglosa en dos dimensiones para lue
buscar rearticularlas: para cumplir su funci6n de explotaci6n,
capital tiene que dominar al trabajo en el nivel del proceso d
trabajo; es decir, la creaci6n de la ganancia no se desliga del contr
social que se ejerce sobre el proceso de trabajo. Se trata de una
luci6n no reduccionista a una de las dimensiones de la relaci6n y,
la vez, que reconoce la sobredeterminacion de una sobre la otra. E
otras palabras, implica concebir a la relacion social -de la cual

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182 Enrique de la Garza Toledo

econ6mica seria una de sus dimensiones- como una totalidad,


totalidad de dimensiones pertinentes y presentes aunque con efi-
ciencias diversas (De la Garza, 200 b). La dimensi6n econ6mica de
una acci6n social esta guiada por el interes y hasta cierto punto es
intencional, pero no se halla solamente limitada por aspectos
cognitivos, porque en esa relaci6n como totalidad no s6lo influye
el conocimiento, sino tambien los sentimientos, los valores cultu-
rales o esteticos y las maneras de razonamiento que no se asimilan
totalmente al calculo racional sino que incluyen otro calculo propio
del razonamiento cotidiano, sobre el que volveremos mas tarde.

Reducir el encuadramiento al de redes institucionales o sociales (Scott,


1991; Wassermann y Faust, 1994) puede tambien resultar muy limita-
do, porque el concepto de "estructura" que la Sociologia econ6mica
esboza, reducida a las redes sociales, tambien puede concebirse en
niveles diversos de abstracci6n, de temporalidad y espacialidad. Redu-
cir las estructuras a las redes es volver a un ingenuo positivismo que
planteara que solo existe lo directamente observable, que las abstrac-
ciones no existen y, por lo tanto, es acercarse mucho al individualismo
metodologico, aunque los individuos sean ahora observables en
interacciones.

3) El actor racional puede ser visto como una abstracci6n y la ciencia


necesita abstraer. El problema consiste en saber cual es el nivel de
abstracci6n pertinente o bien, como decia Marshall, si los motivos
de la acci6n econ6mica por ser tan diversos tendrian que
sintetizarse en el sistema de precios, para reducir la complejidad,
diria alguien mas actual. Este problema llev6 a Von Mises (1949) a
plantear una especie de respuesta basada en el empirismo de
mercado; es decir, no importa si las acciones son racionales o no:
finalmente el mercado premiaria de manera empirica a las que
-independientemente de la conciencia de los actores- mejor
adecuaran medios con fines.

Es decir, los significados de la modelaci6n como abstracci6n pueden ser


los de la estilizaci6n de la realidad o bien un ideal que seguir, confusi6n
comun entre diagn6stico y normatividad en la teoria neoclasica. Walras
(1954) tuvo mucho que ver con la trayectoria que sigui6 la Economia

Revista Mexicana de Sociologia 67, nfm. 1 (enero-marzo, 2005): 163-203.

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Neoinstitucionalismo, iopci6n ante la eleccion racional? 183

convencional al adoptar el metodo racionalista newtoniano que condujo


al ceteris paribus en la Economia, aislando artificialmente en el pen-
samiento a esta disciplina de las otras Ciencias Sociales y, por tanto, a la
accion econ6mica de las otras formas de la acci6n. Es decir, la logica de
construcci6n de modelos como si las variables no econ6micas no
influyeran, de deducir teoremas 16gicamente verdaderos pero que p
cumplirse en la realidad empirica requeririan que el mundo obed
a los supuestos del modelo te6rico; entre otros, que lo no economico
debe influir y que los actores deben ser racionales. Detras e
concepto estandar de "teoria", el universalismo positivista y un con
de "actor" que aislo durante mucho tiempo a la corriente princip
la Economia de las otras Ciencias Sociales (Suppes, 1989).
En contraposici6n, se podrfa plantear que no hay leyes univer
que la realidad (incluida la econ6mica) esta en constante transforma
de sus propias legalidades, que el proceso hist6rico puede a su ve
pensado como "articulaci6n", con eficiencias diversas de proces
diversas temporalidades; aunque tampoco estos corresponderian
idea de "esferas" caracterizables por un tipo de acci6n pura frente a
de las otras esferas, como hemos visto (Zemelman, 1992).
En la construcci6n de la acci6n social, entendida como "interacci6
hay dos momentos:

Primero. La construccion de la decision para la acci6n, con


modalidades: la de las practicas claramente reflexivas y la de
rutinarias. En ambas influyen en esa construcci6n presione
las estructuras. Para la Economia, por supuesto las del mer
pero algunas tambien de orden politico, cultural, y de otro
Estas presiones estructurales para convertirse en accion pa
mediante el aparato subjetivo de dar sentido. Estamos utiliza
"subjetividad" con una significaci6n que incluye al conocimi
cientifico y al calculo, pero que no queda reducido a tales asp
parciales. La decisi6n para la acci6n implica -como veremos
adelante- no s6lo pasar por un calculo de optimizacion sino
manera mas amplia, por la constituci6n de configuraciones p
dar sentido con componentes cognitivos, valorativos, estet
argumentativos, con la utilizaci6n de formas de razonamien
formal y cotidiano, sintetizables o no en discursos. Es deci
construccion de la decision se halla estrictamente embebida,

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184 Enrique de la Garza Toledo

sentido de "penetrada", "condensada", no solo de lo social sino de


los elementos subjetivos que hemos mencionado (De la Garza,
1992). Por ello, el concepto de Granovetter -al igual que el de
Polyani- de "embebido" en cuanto enredado, no va al fondo
del asunto de la naturaleza de la acci6n social. Ya lo observaba el
interaccionismo simbolico al considerar que el significado estaba en
la acci6n misma, en tanto condensaci6n de otros significa
dos constituyentes; pero, diriamos nosotros, igualmente dificile
de desentrafiar solamente del acto sin complementar con l
exploraci6n de la conciencia.

Sin embargo, permanece el problema de las practicas rutinarias, al deci


de Giddens (1984) y en parte Bourdieu (1984), las cuales son basica
mente inconscientes, no reflexivas. Sin embargo, en el punto de partid
de las rutinas, los hombres las construyeron reflexivamente y sus con
tinuadores tuvieron que seguir procesos reflexivos de segundo orden en
el aprendizaje, que ponen el acento en las reglas practicas o legitimas y
su operacion. Ademas, la rutina siempre esta sujeta a la emergencia
factores no contemplados que puedan alterar el curso de la acci6n,
porque las reglas practicas no dejan de ser simplificaciones para evit
la complejidad que puede paralizar o disminuir la eficiencia de dich
practica. Es decir, la rutina y la regla practica nunca eliminan tampoco
la incertidumbre que impone la necesidad del monitoreo de la relaci
medios-fines y la emergencia de la reflexi6n correctiva, sobre todo
la practica es vista como interacci6n entre varias sujetos. Y, finalme
te, las practicas rutinarias aparentemente mecanizadas pueden ser con-
cebidas como condensaciones colectivas e individuales de construcciones
reflexivas de las decisiones.

Segundo. Es la interacci6n misma entre sujetos o con la naturaleza:


estas interacciones son a su vez resultados condensados de dichas
presiones estructurales, las cuales pasan por el aparato de dar
sentido o decidir la acci6n, que se retroalimenta en el curso de la
interacci6n. Porque la interacci6n es en parte comunicativa como
intercambio simb6lico (Habermas, 1999) e implica la intersubjeti-
vidad, como comprensi6n (Geertz, 1987) o negociaci6n de signifi-
cados, un uso del espacio, el tiempo y el cuerpo, asi como la
innovaci6n ante lo imprevisto o incierto de la interacci6n.

Revista Mexicana de Sociologia 67, num. 1 (enero-marzo, 2005): 163-203.

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Neoinstitucionalismo, iopcion ante la eleccion racional? 185

En la interacci6n econ6mica, en las transacciones, puede haber un


dominio del interes, pero la construccion del acto mismo condensa mas
que interes y calculos. A su vez, la transacci6n como interacci6n
condensa mas que intercambio de equivalentes de valor o simple uso de
redes. Cada parte de la interacci6n es a su vez sintesis de mas
determinaciones que el simple interes. Todo esto sin negar la impor-
tancia que tiene la formaci6n de redes (Triglia, 1998), pero ellas pueden
ser la parte mas superficial de dicha complejidad, ademas de que las
estructuras no pueden quedar reducidas a las redes sociales.
El calculo se vincula con el interes en la relaci6n econ6mica, pero en
el calculo influyen aspectos cognitivos junto a otros que no lo son,
conformando un calculo tambien subjetivizado frente a factores no
todos cuantificables ni claramente articulables con las variables de
precios. Esta subjetivizaci6n del calculo puede deberse -como anot
Simon- a la informaci6n deficiente o incompleta, a la falta d
conocimiento de las relaciones causales entre todas las variables q
influyen, que se llenan -dirfamos nosotros- con operaciones "
racionales" provenientes del pensamiento cotidiano, como las regl
practicas, las hipergeneralizaciones (Heller, 1977), el "principio etceter
de Schutz (1966), las analogias y los recursos de la ret6rica (Perelman y
Olbretchs, 1989). De tal modo que, mas que una optimizaci6n estric
esta toma la forma de una suma con ventajas y desventajas de tip
cualitativo (junto a lo cuantitativo) y donde la ponderaci6n no
estrictamente racional en el sentido de "calculable matematicamente".
La incertidumbre nunca puede desaparecer porque s61o en la practica
podemos conocer los resultados y las construcciones del otro en la
interacci6n. Ademas, sobre los resultados influyen niveles de abstracci6n
y de macro-micro (Alexander et al., 1987), sobre los cuales los sujetos
pueden tener poco conocimiento y, basicamente, control; quedan inclui-
das las estructuras, mas no reducidas a las redes sociales y entre
instituciones (Heller, 1977).
En otras palabras, a las nuevas teorias (especialmente a las neoins-
titucionalistas, que polemizan con las de elecci6n racional) les hace falta
otra teoria de la acci6n; la inclusi6n de redes o instituciones solo rodea
al problema de fondo sin atacarlo en su raiz. Un concepto de "actor"
que no lo subsuma en las estructuras; que complejice la construcci6n
de las metas utilitarias con la inclusi6n de otros factores no economicos

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186 Enrique de la Garza Toledo

en la construccion de la propia meta con dominio en la ganancia; que


no parta de un modelo te6rico de estas relaciones ya construido para
ser aplicado, sino abierto a las transformaciones, interacciones, inno-
vaciones por parte de los sujetos de su acci6n ante la incertidumbre; que
tampoco suponga que la unica manera de conocer es mediante variables
cuantitativas, aunque en la Economia los precios tuvieran un lugar
central pero no uinico. Una perspectiva abierta a c6mo los sujetos cons-
truyen y reconstruyen sus relaciones, tambien abierta a la construcci6n
de explicaciones, podria salvar de las tentaciones del evolucionismo, del
funcionalismo y del estructuralismo, asi como del actor puramente
racional y sus modificaciones neoinstitucionalistas.

X. EL PARADIGMA CONFIGURACIONISTA COMO OPCION

La linea de discusion emprendida puede resumirse en dos camp


problematicos: el de c6mo concebir a la acci6n econ6mica: solamen
utilitaria o -como hemos visto- caleidosc6pica con dominio utilitari
y el problema de las redes e instituciones, consideradas por unos com
sistemas, aunque tambien podrian analizarse como configuraciones. E
la perspectiva caleidosc6pica de la accion social no basta con propon
que la misma acci6n puede tener diversos angulos, sino especificamente
como se construye la acci6n social (en particular la econ6mica), com
para declarar impertinente el ceteris paribus de la Economia conven
cional, descartadas las perspectivas estructuralista y racionalista d
explicaci6n de la acci6n social para las cuales, en el primer caso, la
estructuras son las que se imponen a los individuos y, para el segundo,
que las metas estan dadas y es posible suponer pureza utilitaria en l
acci6n econ6mica.

Veamos una perspectiva acorde con las sintesis actuales ent


estructura y acci6n. Un punto de partida puede ser Gramsci cua
expresa que las presiones en las estructuras, para convertirse en
ciones, tienen que pasar antes por una visi6n del mundo. En term
actualizados, remite al tema de la subjetividad (De la Garza, 2001
entendida como proceso de dar sentido. La importancia actual de
subjetividad nace de la crisis del estructuralismo mediante la rec
peraci6n de la tradici6n de la hermeneutica y las nuevas teor

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Neoinstitucionalismo, copci6n ante la elecci6n racional?

interpretativas del discurso. Tiene que ver tambien con la ruptura con
la concepci6n tradicional de "cultura", entendida como sistema de
normas y valores a la manera del funcionalismo y su conversi6n en
acumulaci6n de significados. Ademas, con el reconocimiento de que no
todos los significados tienen que ser normativos: pueden ser morales,
esteticos, cognitivos, emotivos, combinarse mediante formas cotidianas
de razonamiento, que lleva a una distinci6n entre subjetividad y cultura.
En tanto proceso, la primera; de dar significado y c6digos acumulados
para significar, la segunda. Por otro lado, al rechazo -que ya estaba en
Gramsci- de ver a la cultura o a la subjetividad como sistemas, y por el
contrario, pensarlas con heterogeneidades, discontinuidades (Foucault,
1968), contradicciones y oscuridades. Ademas, que la producci6n de
significados para la situacion concreta implica -entre otras
acepciones- la selecci6n de c6digos socialmente aceptados, acumulados
en campos subjetivos como los de los valores (Smith, 1759), el sentido
estetico, el cognitivo, el emotivo. Que la subjetividad puede reconocer
estructuras parciales de significados y diferentes niveles de profundidad:
de los ambiguos a los identitarios, con posibilidades de rejerarquizaci6n,
polisemia y mimetismo, asi como la asimilaci6n en ciertas condiciones
de nuevos c6digos. En torno de esta propuesta pueden identificarse
muchos problemas, pero el central seria la relaci6n entre estructuras,
subjetividades y acciones sociales.
El concepto de "estructuras" que presionan o acotan las posibilidades
de la acci6n es tambien un problema. Una propuesta discutida actual-
mente es la de Giddens, quien las ve como las reglas detras de las prac-
ticas recurrentes. Un problema consiste en reducir la estructura a la
regla; el otro es la tentaci6n de reducir la estructura en el nivel micro de
los individuos en sus practicas recurrentes.
Si bien las estructuras pueden ser derivadas de las praxis, su eficacia
analitica tiene que ser resultado de un proceso de abstracci6n de las
multiples practicas, una estilizaci6n de las mismas y su conceptualizaci6n
en terminos de grandes entramados. Sin embargo, las estructuras no
pueden remitir a una sola estructura social (concepto mas que abstracto,
ambiguo por su pretensi6n de eficiencia para toda praxis), sino a las
estructuras pertinentes para cada situaci6n y coyuntura. Esta via evita
pensar que la sociedad se halla sostenida por una gran estructura, sino
que las estructuras pueden o no estar conectadas; en todo caso, se trata
de probar su pertinencia para el problema. Por otro lado, las estructuras

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pueden remitir efectivamente a practicas, aunque tambien alejarse de


ellas mediante procesos de decantaci6n y cristalizaci6n que presionan a
dichas practicas y, por lo tanto, no son simples resultados de estas;
empero, otras estructuras pueden ser subjetivas, como formas de con-
ciencia o no conciencia; relacionadas con ellas puede haber estructuras
culturales como significados acumulados socialmente que -aunque no
formen un sistema- tienen estructuraciones parciales. Sin embargo, las
posturas anteriores no resuelven el problema de si la significaci6n s6lo
esta en la practica o si esta y a la vez remite al campo de la conciencia.
La soluci6n no puede darse actualmente por medio de presupuestos
positivistas ya superados de s61o considerar real a lo observable
directamente. Las realidades no directamente observables han sido
aceptadas desde la etapa superior del neopositivismo mediante la teo
de los dos niveles del lenguaje cientifico de Carnap, de tal modo qu
en las practicas y en los discursos las significaciones remiten a signos,
problema no se reduce a su interpretaci6n sino a su posible conexi
con el campo de la subjetividad. De tal manera que, si bien todas
practicas pueden ser significativas o textuales, lo anterior no evi
analizar y conectar practicas significativas con subjetividad, com
proceso de dar sentido a las propias practicas que no se agotan en
significado de la practica misma como resultado, porque el produc
existe dos veces: uno como resultado y otro en la subjetividad del acto
(Heller, 1977). De tal modo, praxis y subjetividad estan conectadas desd
el momento en que la subjetividad que da significado antecede a l
prActica, pero el significado la acompafia en su transcurrir y en l
resultados. La repugnancia interaccionista simbolica de negars
explorar el campo de la subjetividad pareci6 mas influida por
positivismo tipo Circulo de Viena (asimilado a destiempo en los Estados
Unidos) que por la hermeneutica. Por otro lado, a diferencia de lo
fenomenologos, etnometodologos y las teorias del discurso que reducen
las practicas a su aspecto discursivo o significativo, diriamos que la prax
es principalmente practica interactiva con otros hombres y c
la Naturaleza, la cual es asimismo significativa, pero que la signific
ci6n no agota al contenido material de la practica sino una de
dimensiones; no la embebe: es parte constitutiva de la misma, le da
sentido humano, que a su vez es transformaci6n material del mundo y
de la sociedad. Los que ven este problema como embebimient
significativo de la practica diferente del enredamiento de Granovetter

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Neoinstitucionalismo, dopci6n ante la elecci6n racional?

tendrian que considerar que los "embebimientos" no se agotan en la


significaci6n. Otra dimensi6n del caleidoscopio es el poder: se practi-
ca para convencer, para influir, para enganiar; pero tambien para vencer,
para ganar, para dominar, para tener, de manera reproductiva o
productiva.
O sea: se puede hablar de "estructuras" en diferentes niveles de
abstracci6n, espacialidad y temporalidad, asi como de diferentes campos
de relaciones sociales. De tal modo que si bien las estructuras se derivan
en ultima instancia de las practicas, fetichistamente sus productos
pueden independizarse de manera relativa de sus creadores e incluso
dominarlos. El alejamiento del sistema social estructurado de la vieja
Sociologia podria conducirnos a la idea de estructuras pertinentes no
sistemicas para el problema concreto de investigaci6n, bajo la consi-
deraci6n de que las estructuras pueden tener un contenido material y
otro subjetivo.
Las subjetividades no son directamente los sentidos acumulados,
aunque estos se utilizan en el proceso de dar sentido concreto a la
situaci6n concreta. Es decir, la producci6n de significados concretos echa
mano de c6digos acumulados de los campos subjetivos para construir
una configuraci6n subjetiva para la situaci6n concreta. Como han
establecido otros autores, la conciencia siempre es de algo, y para ello se
moviliza el aparato de subjetivaci6n. Sin embargo, tal proceso no
funciona por identificaci6n de c6digos con hechos, en una relaci6n de
uno a uno; tampoco es la idea computacional del significado, sino que
los c6digos se combinan para dar significado mediante formas de
razonamientos cotidianos o cientificos para crear configuraciones. Es
cierto que las configuraciones pueden rutinizarse, pero su actualizaci6n
es permanente frente a imprevistos e incertidumbres; sobre todo cuando
consideramos a los sujetos en interacci6n. Por otro lado, el proceso de
creaci6n de configuraciones subjetivas no es unilineal sino que tiene
lugar en un espacio de posibilidades para la creaci6n de configu-
raciones. Ello evita caer nuevamente en la idea de que s61o es posible
una configuraci6n -y por tanto una significaci6n- para cada situaci6n
concreta, aunque tampoco su espacio de posibilidades resulta infinito.
Ademas, no pueden descartarse las rupturas y crisis subjetivas frente a
acontecimientos extraordinarios lo bastante impactantes como para
permitir que c6digos sumergidos se activen, o bien que otros se asimilen
rapidamente.

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190 Enrique de la Garza Toledo

El concepto de "configuraci6n" puede constitutir una opci6n ante la


de "sistema". Una configuraci6n puede ser vista como una red de
relaciones, conceptos o c6digos subjetivos, segun sea para las relaciones
sociales, la teoria o la significaci6n. Sin embargo, esta red puede
reconocer relaciones duras o laxas entre sus elementos (relaciones,
conceptos, c6digos). "Duras" en el sentido causal, funcional o deductivo;
"laxas" (analogias, reglas practicas, tipificaciones, esquemas, principios,
hipergeneralizaciones, recursos ret6ricos, y otros). Sin olvidar los
problemas de las hegemonias en significaciones o bien de c6digos y
configuraciones legitimadas o impuestas. Los razonamientos cotidianos
(Moscovici, 1984), que pueden mezclarse con los cientificos, tienen su
propia noci6n de "implicaci6n" que no es la de la 16gica formal.
Cognitivamente, supone una selecci6n de informaci6n y su posible
resemantizaci6n en el conjunto de la configuraci6n construida;
valorativamente, tambien supone una selecci6n entre valores difusos y
especificos (Suppes, 1989). Otro tanto se podria decir de los campos del
sentimiento y del sentido de lo bello. Las configuraciones subjetivas
pueden o no sintetizarse en discursos, pues habria que reconocer que la
reflexividad en su sentido mas estricto, como conciencia plena, no es
una condici6n para la acci6n; aunque tampoco resulta convincente
-como en Giddens y Bourdieu- que la mayoria de las practicas, por
ser rutinarias, serian inconscientes. Como hemos visto, hay una
exageraci6n en estas perspectivas del concepto de "inconsciente",
entendido simplemente como "no consciente", para definir estas uiltimas
practicas. Ret6rica y 16gica de discursos cotidianos pueden ser vistos
como recursos importantes de construccion de configuraciones
subjetivas, entendidas como conglomerados de c6digos provenientes de
diferentes campos subjetivos o creados para la situaci6n con el prop6sito
de dar sentido a la situaci6n concreta. No solo la creaci6n de
configuraciones esta alejada del determinismo incluso subjetivo y
idea de "sistema", sino que los c6digos pueden transformarse po
via molecular relacionada con cambios graduales en las practicas
monitoreo, o bien, de manera brusca, relacionada con acontecimien
extraordinarios impactantes subjetivamente. El shock subjetivo per
romper vinculaciones entre c6digos rutinizadas, asimilar otros,
que surjan del no consciente y de las memorias hist6ricas.
Volviendo a nuestro problema original, la acci6n econ6mica p
desglosarse en dos momentos: el de construcci6n de la decisi6n

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Neoinstitucionalismo, dopcion ante la eleccion racional?

acci6n (lo equivalente pero de manera compleja al calculo de opti-


mizaci6n que lleva al actor racional a escoger el mejor curso de acci6n)
y la interacci6n con otros sujetos. En esta construcci6n de la acci6n -si
es econ6mica con sobredeterminaci6n de la utilidad-, las estructuras
objetivas o bien subjetivas (en tanto c6digos acumulados) no determinan
dicha acci6n; en todo caso, presionan y enmarcan el espacio de
posibilidades de construcci6n de las decisiones. La construcci6n de la
decisi6n, por tanto, puede verse como construcci6n de la configuraci6n
subjetiva que lleva a la conclusi6n acerca de la mejor manera de
accionar. Esta configuraci6n puede movilizar c6digos de los campos
mencionados (cognitivos, valorativos, sentimentales, esteticos) y no s61o
informaci6n y leyes cognitivo-cientificas. Los modos de relacionarlos
pueden ser mediante hip6tesis verificadas cientificamente, pero combi-
nadas con 16gicas del razonamiento cotidiano y recursos ret6ricos. Esto
porque no hay ciencia total de la totalidad, y las diversas Ciencias
Naturales o Sociales no estan integradas; ademas, porque no hay leyes
universales y porque la propia realidad -no s61o el conocimiento-
tiene relaciones oscuras o ambiguas que s61o por la propia practica
podrian llegar a soldarse. Esta configuraci6n que conduce a la decisi6n
(econ6mica para nuestro caso) tiene areas coherentes y otras que no lo
son; relaciones duras y laxas; partes funcionales con otras contra-
dictorias. Es decir, aunque predomine el prop6sito de la ganancia, no se
puede tipo-idealizar la acci6n econ6mica considerando solamente esta
dimensi6n; la dominancia de la utilidad abre la posibilidad de dimen-
siones de poder, de prestigio, lealtad, cooperaci6n o sus contrarios,
como ha destacado el neoinstitucionalismo; pero, en nuestra perspec-
tiva, no como un dualismo sino como parte constituyente de la decisi6n
y la acci6n econ6mica, en donde corresponde a la investigaci6n concreta
en ultima instancia determinar cual de estas dimensiones de la decisi6n
y de la acci6n sobredetermina a las otras.
El segundo momento, el de la interacci6n, puede efectivamente
guiarse por redes; pero es nuevamente simplificante establecer que las
relaciones en las redes son s61o de intercambio. Si el intercambio como
premios y castigos predominara en la interacci6n econ6mica, no por ello
es su unica dimensi6n; y las mismas consideraciones que hemos hecho a
la construcci6n de la decisi6n y de la acci6n valen para la interacci6n
entre dos o mas actores, con el afiadido de que la interacci6n -ademas

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192 Enrique de la Garza Toledo

de material- es siempre comunicativa, portadora de sentidos y de


obligada intersubjetividad, con significados negociados o impuestos.
Vista como proceso, impone un monitoreo de las reacciones del otro
-asi como ante imprevistos e incertidumbres-, que puede llevar a
cambiar las configuraciones subjetivas que condujeron a la construcci6n
inicial de la decisi6n. Acerca de la capacidad de calculo, ya hemos
anotado anteriormente que los actores econ6micos van a tender a la
cuantificaci6n de los posibles resultados de sus opciones; pero tales
calculos no quedan reducidos a las capacidades de las diversas ciencias
de modelacion y adquisici6n de informaci6n, sino que intervienen
formas de razonamiento cotidiano y logicas del discurso que -junto a
lo cuantificable en precios- se combinan cualitativamente en la forma
de mayor, menor o igual, por ponderaciones subjetivas que obedecen a
una logica semejante a la expuesta para la creacion de configuraciones.
En cuanto a las redes de instituciones que enredan a las acciones
economicas para el neoinstitucionalismo econ6mico, estas pueden
hallarse presentes, mas no necesariamente formar un sistema. Es mejor
considerarlas como configuraciones, a las que pueden aplicarse las
mismas consideraciones acerca de las redes con relaciones duras o laxas,
con funcionalidades o contradicciones, oscuridades y discontinuidades;
sobre todo con sujetos que en dichas redes no s6lo cumplen reglas sino
que empujan para imponer sus intereses.
Volviendo sobre la especificidad de la Economia no reducida al
mercado sino en su sentido clasico: como procesos de producci6n, inter-
cambio, distribuci6n y consumo, estos conforman campos de interac-
ci6n entre sujetos sociales diversos con eje en la utilidad. No por ellos
los actores tienen que ser vistos como racionales totales o parciales. La
critica especifica al actor racional parcial es que, al ser intrinsecamente
racional, resulta limitado por el contexto.

A. Metas de la ganancia

No pueden desligarse de otros posibles motivos de la acci6n que juegan


junto con los determinantes de la ganancia mediante la vision
caleidoscopica de la relaci6n social que permite salvar de los dualismos;
por ejemplo, mercados ojerarquias.

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Neoinstitucionalismo, dopcion ante la elecci6n racional?

B. Cdlculo de las opciones

Sin duda que se tiende a calcular en Economia para tratar de predecir


la futura tasa de ganancia, pero los modelos matematicos siempre son
simplificantes a pocas variables frente a la complejidad y reducibles
casi siempre a las que pueden expresarse en precios. No incluyen fac-
tores no ponderables en precios, como los valores morales, la estetica,
el sentimiento, cogniciones no cientificas derivadas de la practica o
del sentido comun y modos de argumentaci6n no verificativos sino
ret6ricos.

C. Relaciones entre actores econ6micos

No concluyen en el momento de construccion de la decisi6n, sino q


el proceso economico es interactivo: las mercancfas las producen, la
hacen circular y las consumen los hombres; entre ellos se reparten
las ganancias de su actividad, o sea que el proceso economico e
basicamente interacci6n entre sujetos y de estos con producto
materiales o inmateriales. Dichas interacciones pueden implicar o n
redes sociales entre empresas o instituciones, pero lo mas important
no es lo enredado del embeddednes, sino lo embebido (condensado) d
componente de utilidad en la interacci6n con otras dimensiones com
el poder o el estatus social. Producci6n y consumo, no solo intercambio
son tambien construcciones sociales, parte de la cadena de actividad
que pasan por las transacciones e implican (todas ellas) interaccione
como las mencionadas con todos sus atributos.
Finalmente, las consideraciones expuestas acerca de un concepto
abierto de "subjetividad" y de "configuraci6n" no serian pertinentes sin
otro de "metodologia" para conocer, y en particular de uso alternativo
de la teoria social. El positivismo nos acostumbr6 a pensar que la
funci6n de la teoria cientifica era proporcionar hipotesis deducidas de
la misma para verificar y explicar; pero lo anterior suponfa una estruc-
tura de dicha teoria como sistema hipotetico deductivo. Sin embargo, el
positivismo y su concepto de "teoria estandar" hace tiempo que entra-
ron en crisis, y a su concepto arquitectonico han seguido primero
las nociones mas laxas del postestructuralismo en epistemologia

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194 Enrique de la Garza Toledo

que consideraron conceptos como los de "rejilla" (Foucault, 1968), de


"redes con nodos" (Suppes, 1989), de "conjuntos" mas que de pro-
posiciones en vinculos deductivos (Stegmiiller, 1976). En otras palabras,
una flexibilizaci6n de la estructura de la teoria, asi como de sus unidades
en las que hoy no se descarta la intervenci6n de terminos del lenguaje
comun junto a los cientificos, asi como relaciones deductivas y causales
junto a otras propias del razonamiento cotidiano (De la Garza, 2001c).
Es decir, las mismas consideraciones que para otros problemas hemos
hecho acerca del concepto de "configuraci6n", valen ahora como
sustituto del concepto positivista de "teoria estandar". En el fondo esti
el cuestionamiento del dato empirico como dado en la realidad
independiente del sujeto, asi como la aceptaci6n de que todo dato es
interpretado, que depende de la teoria, pero tambien del sujeto que
investiga y de los investigados, de tal manera que la relaci6n concepto-
dato esta siempre mediada y no es resultado de una simple deducci6n.
Una visi6n configuracional de la realidad y de la teoria no necesita
de un metodo de prueba de hip6tesis, sino de reconstrucci6n de la
teoria, a partir de conceptos no vinculados inicialmente en propo-
siciones, sino utilizados como conceptos ordenadores (Zemelman, 1992)
y que en el proceso de reconstruccion iran transformandose o bien
reafirmando sus nexos y la forma de los mismos, en donde el resultado
tampoco seria una teoria estandard sino una nueva configuraci6n. La
forma de esta configuracion -si no se quiere caer en una nueva forma
de estructuralismo configuracional-, mas que senalar el futuro a los
sujetos, podria definir un espacio de posibilidades para la acci6n viable
en la coyuntura.

XI. CONCLUSIONES

El modo de construir la ciencia econ6mica iniciada por Walras en


siglo XIX impuso graves deformaciones a esta ciencia en tanto concebi
no como una ciencia experimental sino a la manera de la fisica te6r
de Newton. Por este camino, se parti6 de axiomas; por ejemplo, al
"actor racional" se le aislo de las otras Ciencias Sociales; se demostraron
teoremas formalmente impecables, como en las Matematicas, per
validos para una ciencia que queria decir algo del mundo empirico. E
misma via llev6 a la Economia a definirse como la "ciencia de la 6ptima

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Neoinstitucionalismo, dopci6n ante la elecci6n racional? 195

asignacion de recursos", cuando pudo haberse definido de otra manera.


Como dicen los neoinstitucionalistas, hay relaciones de mercado en el
proceso de produccion, intercambio y consumo de bienes y servicios (y
otras que no lo son). Entre los diversos momentos del proceso econ6-
mico puede haber conexiones e influencias reciprocas, asi como con
instituciones de otro orden no directamente econ6micas. La recons-
truccion de la totalidad concreta con una perspectiva abierta
configuracional de uso de la teoria, implica descubrir las relacion
pertinentes y los sujetos, con sus maneras de dar sentido e interaccion
sin suponer que determinada "esfera" de la realidad no debie
intervenir. A su vez, el eje de la utilidad como centro de la Econo
mia podria sufrir transformaciones sin subvalorarse en una Econom
capitalista. Es decir, la manera de definir el problema influira co
mucho en los espacios de relaciones y niveles que habria que considerar
para explicar y especificar las opciones viables en la coyuntur
periodo. En esta medida, las abstracciones acerca de como considerar
accion econ6mica tambien deberian relacionarse con el modo de definir
el problema. Y en America Latina hay dos campos problematicos que los
estudios laborales han descuidado o bien extraviado en aras de modas
academicas: uno es la conexion entre la produccion, tal vez como
modelos de producci6n (preferimos "configuraciones productivas") y
el modelo econ6mico; el otro es la investigaci6n sobre la constituci6n de
sujetos relacionados de manera directa o indirecta con el trabajo, de sus
identidades y posibilidades de constituirse en movimientos sociales.
En el primer sentido, algo se ha avanzado mediante los estudios sobre
cadenas productivas; pero si esta perspectiva no tiene claro el objetivo
se puede perder nuevamente en el analisis de los clusters exitosos;
ademas, creyendo -como en muchas de las teorias de redes sociales-
que al definir la estructura de la red, con ello estan dando cuent
suficiente de la estructura de la sociedad, al menos entre empresas. Por
otro lado, no es necesario pero si frecuente que los analisis sobre
encadenamientos productivos pierdan la dimensi6n del trabajo, el cua
queda subordinado a la red entre empresas, de la que se hace depender
el exito o el fracaso. No basta con analizar la morfologia de las cadena
productivas para dar cuenta de toda una rama economica; ni mucho
menos de las relaciones entre mercado interno y externo; entre
agricultura, industria y servicios o de la macroeconomia. Asi es no s6lo
porque faltan factores que no son productivos -como las politica

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financieras del gobierno, de gasto publico, de consumo, y otros-, sino


porque nunca sera posible llegar a definir todas las redes y sus
conexiones en todos los ambitos de la sociedad. Esta utopia se enfren-
taria ante la densidad de la red que haria imposible la visualizacion; en
parte por ello la ciencia trabaja con niveles de abstracci6n y con los ejes
micro y macro. Es decir, el camino de las redes no conducira a la
explicaci6n del modelo economico, aunque puede contribuir a ello si
estamos conscientes de sus limitaciones. Por ahora, en dichos estu-
dios no queda resuelto c6mo vincular a la empresa enredada con los
otros niveles del modelo econ6mico. Este puede ser el primer gran reto:
la constituci6n de una nueva manera de teorizar que permita hacer
reconstrucciones de las relaciones entre producci6n, cadenas, ramas,
sectores, y macroeconomia; es decir, que vaya del modelo de producci6n
o configuracion sociotecnica de los procesos productivos hacia el patr6n
de desarrollo, tal vez mediante los conceptos de "unidad socioeco-
nomica de producci6n" -que implicara encadenamientos producti-
vos-; pero tambien otras relaciones de las empresas con el mercado
de trabajo, de la tecnologia, con el gobierno, el sistema de relaciones de
trabajo y la cultura.
De las cadenas a las ramas y a otros sectores; de la producci6n a los
intercambios y al consumo, de estos a la explicacion de los compor-
tamientos de la cuenta corriente de la balanza de pagos y las politicas
econ6micas e industriales. Es decir, la posibilidad de ir estableciendo las
conexiones por niveles mediante la idea de configuraci6n de con-
figuraciones micro-macro y por niveles de abstraccion, sin olvidar que
estas estructuras no juegan solas, sino que pueden ser transformadas
por las interacciones que privan entre sujetos sociales. Ademas, tales
redes son solo de intercambio de bienes y servicios, y la construcci6n de
la decisi6n reciproca de participar en la red pone en juego -como
hemos visto- intereses, junto a conocimiento, sentimientos, valores, los
razonamientos cientificos junto a los cotidianos, cooperacion y poder. Es
decir, las redes implican tambien la consideraci6n de cuales son los
sujetos que las construyen.
En cuanto al aprendizaje tecnologico, no se trata de un problema
solamente cognitivo: el aprendizaje es tambien resultado de la in-
teracci6n y con ello tiene componentes polidimensionales como los que
hemos mencionado en varias ocasiones; especialmente la interac-
ci6n entre razonamiento cientifico con el razonamiento cotidiano, con

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sentidos practicos con componentes culturales, sentimentales y esteticos.


Es decir, ver al aprendizaje tambien como una manera especifica de
construccion del sentido dependiente de culturas, estructuras y sujetos
que intervienen.
Por lo que respecta a los modelos de producci6n, la necesidad de
pasar del piano de las tipologias y sus combinatorias entre estrategias
de negocios con politicas de recursos humanos, relaci6n salarial,
organizacion, politicas de producto. a la inclusion de los sujetos, de
c6mo construyen sus estrategias de negocios y demas dimensiones
de los modelos de producci6n. Sobre todo sujetos empresariales o
gerenciales, que se mueven por el interes pero este no es puro; sujetos
que interaccionan con otros (por arriba) con el Estado, con conglo-
merados empresariales, organismos internacionales, dentro de la em-
presa con mandos medios y trabajadores, eventualmente con sindicatos.
La otra linea tiene que ver con el problema del fin del trabajo (De la
Garza, 2000) como espacio de creaci6n de identidades, y de la clase
obrera como sujeto privilegiado en antiguas teorias en las trans-
formaciones sociales. Mucha tinta ha corrido en torno de este tema. No
repetiremos la sintesis ya realizada (De la Garza, 2000); pero detras,
ademas de derrotas politicas estan cambios estructurales como el
crecimiento de los servicios, del trabajo no estructurado, de la migraci6n
nacional e internacional, de los microestablecimientos, y otros, para
hacer pensar a los te6ricos del fin del trabajo en la imposibilidad de
constituci6n de identidades amplias de los trabajadores, frente al
incremento de la heterogeneidad y de las actividades que no reconocen
claramente a un empleador.
Lo anterior lleva a la necesidad de una ampliaci6n de la nocion de
"trabajo" mas alla de la de "trabajo asalariado", proponiendo nuevos
conceptos para dar cuenta de actividades laborales no convencionales
(trabajo por cuenta propia, a domicilio, familiar, y otros), a sabiendas de
que las categorias de analisis de los procesos productivos han estado
muy sesgadas por el trabajo industrial de la gran empresa y en
particular en la automotriz terminal. Tales categorias (no estructurado,
informal, precario) no estan a la mano, no dan cuenta suficiente del
mismo; resulta urgente su construcci6n y la concepci6n de relacion
de trabajo (no necesariamente asalariada), entendida de manera calei-
dosc6pica, puede resultar muy util, sobre todo en las actividades en las
cuales las acciones -para producir- estan mezcladas con la vida

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cotidiana no laboral, con la amistad o el parentesco. Ello obliga a


generar conceptos en los que se hagan explicitas las dimensiones
productivas con las que no lo son al mismo tiempo, y que se especifique
cuales son sus implicaciones en identidad o fragmentaci6n. Por otro
lado, la vida laboral en sentido ampliado de las personas en nuestros
paises se aleja cada vez mas del trabajo estable de por vida, que siempre
fue prerrogativa de un sector relativamente privilegiado.
Asi, habria que hacer frente al problema de identidad o fragmen-
taci6n mediante la trayectoria de trabajo y de vida, mas que mediante el
analisis segmentado en un lugar de trabajo, pues la trayectoria y no s6lo
el trabajo presente deja huellas en la subjetividad y repercute sobre las
posibilidades identitarias, de tal manera que la fragmentaci6n entre
estas actividades y su heterogeneidad no necesariamente tendria que
traducirse en identidades igualmente fragmentadas o en el indivi-
dualismo (De la Garza, 2001b). Primero porque las identidades pueden
desplazarse de niveles ambiguos a otros especificos y no derivarse
solamente de la actividad actual sino del conjunto de mundos de vida,
que, a su vez, pueden reconocer una trayectoria (trayectoria de mundos
de vida entre los que el trabajo constituye s61o uno de ellos). Segundo,
porque los procesos de identificaci6n de amigos y enemigos tampoco se
derivan 6nicamente del lugar de trabajo, y entre trabajos heterogeneos
en terminos de tecnologias, organizaci6n, relaciones laborales, puede
haber la posibilidad de identificaci6n de amigos y enemigos mas
amplios que los de los lugares de trabajo. Tampoco convence una visi6n
a la Antonio Negri, de homogeneizaci6n de los trabajadores por lo abs-
tracto de su subordinaci6n directa o indirecta al capital para la mayoria
de la poblaci6n, que borra las diferencias, heterogeneidades y frag-
mentaciones; por el contrario, puede ser mas pertinente la idea de
multiplicidad de posibles sujetos federables mas que de un sujeto
abstracto casi universal, pero es diferente de plantear estas diferencias
como absolutas e imposibles de remontar en el movimiento social.

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