En las justas y juegos de cafias de la
Edad Media los timbales fueron los elementos
principales. Pero su destino estaba dirigido
Indefectiblemente a la misica culta, pues.
estos importantes instrumentos de percusion
fueron dejando atras la musica herdldica y de
‘fanfarria para participar, ya desde principlos
‘del siglo xvi, en la mésica mas culta, hasta
irse en indispensables miembros
de la ins refinada orquesta sinfénica.
j
Este instrumento de percusién forma
parte ya de la iconogratia musical,
pues juasidua representacion en lien:
208 y grabados ha hecho que los juz-
‘guemos como miembros inherentes a
los grupos instrumentales. Mas hemos
de reparar en su origen y expansion,
habida cuenta de que su difusion ha
seguido un proceso peculiar. De or
gen oriental, y contraniamente a la
maypotia del muestrario instrumental
de Europa, los timbales no entraron
en Espana por Sicilia, importados por
Jos rabes, sino que fueron traidos en
los alfjores del siglo Xil con las Cruza
das. Asi en las primeras referencias
eseritas hallamos el nombre de néca-
ra para mencionar el de estos instru:
tmentds, que fueron incorporandose.a
la mtsica medieval; fue entonces cuars
do los timbales encontraron su uso en
los cottejos y en la musica heraildica.
Tanta fuesu estima que no hubo noble
senor que no contara con un notable
cuerpo de atabaleros —antiquamente
se le daba el nombre de atabal~.
Otro de los usos frecuentes de los
timbales fue el bélico, pero lentamen.
teseconvirtieron en instrumentos que
Jograron mayor estima entre los de
pereusién. La supremacia de los tim
bales sobre los tambores se hace pa
tente ya en los primeros dias del Rena.
imiento; mientras que los juglares
‘meno$ distinguidos hacian uso del
‘tambor o caja, los muisicos de timbal
parficipaban ya en las fanfarrias corte
sanas, Asi, Sebastian Virdung en su
‘Musica getutsch (1511) comenta las
cualidades del instrumento, que era
capaz| ya, merced a su primitive
sistema mecénico de correhuelas, de
ofrecet distnta altura de sonido. Dicho
Ala derecho,
fragmento
de La piréide
‘museal, de
Ecdgord Tyg,
en el que destoca
al fondo el
inierprete de
fos timbales,
inerumenta de
pereusién ce
Introduccién
formal en la
‘orquesta he sido
atnbuide a Luly,
en su dpera
‘Thésée (1675)
stema estaba considerablemente per-
feccionado un siglo después en el
‘Syntagma musicum (1619), de Prae-
torius, Podernos suponer que cuando
Lully incluyé los timbales en su or-
questa su sofisticacién era ya notable;
‘no podia concebirse una muisica dul:
ca de Charpentier 0 de Rebel sin el
concurso de los timbales, que, més
que destinarse a soportes ritmicos, se
empleaban para enfatizar ciertos pa
sajes musicales, o bien para dar inicio
o final a la partitura,
Los principales miisicos del perfodo
barroco usaron_también de ellos
(Bach, Haendel, Telemann), aunque
fueron denostados por el tedrico y
compositor Mattheson (Los instru-
‘mentos de ia orquesta, 1713). Duran-
te el Clasicismo hallaron su asenta
iento definitivo en la orquesta v en
pleno movimiento roméntico, fueron
litiles indispensables en la orquesta
sinfonica, incorporacion que consoli
daron Berlioz y posteriormente Wag
ner. Hacia mediados del siglo XIX los
fimbales contaban ya con un sistema
TIMBALES
de pedales que permitia cambiar su
afinacién, lo cual los erigié en los ins-
trumentos de percusién preferidos de
los compositores. Gracias a su perfec
cionamiento y a la sensibilidad de sus
‘membranas, capaces de realizar mil
ples efectos, siquen gozando de esti-
‘ma entre los mésicos contempordneos
(Stravinski, Cage, Copland). »
FE rEcomuenpa...
lee
Percusién, instrumentos de
oir:
Grabacién n? 17. La sinfonta, Berlioz:
Sinfonia fontasiica: Morcha hacia el eu
plicio ginal,
Grabacién n. 35. Bruckner/Mahler/R.
Strauss. R. Strauss: Ast hablaba Zorat
hhusta rico.
Grabacién n. 66. Prokofiev. Pedro y el
lobo ttros de los eazadores)
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