"Año Del Dialogo Y Reconciliación Nacional": Derecho Y Ciencias Politicas
"Año Del Dialogo Y Reconciliación Nacional": Derecho Y Ciencias Politicas
"Año Del Dialogo Y Reconciliación Nacional": Derecho Y Ciencias Politicas
ESCUELA PROFESIONAL:
DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS
TEMA:
CORTE PENAL INTERNACIONAL
CURSO:
DERECHOS HUMANOS Y JURISDICCIÓN INTERNACIONAL
DOCENTE:
MAG. WENDY AGUIRRE ESPINOZA
CICLO:
VII
INTEGRANTES:
GAMERO CARRASCO, OMAR
GUTIERREZ AVALOS, FLOR
FLORES GALINDO, SARA
Con el Estatuto de Roma de 1998 se crea la Corte Penal Internacional para juzgar a los
individuos responsables de los más graves crímenes internacionales, se cumple una vieja
violaciones al derecho internacional humanitario y los derechos humanos, esto es, contar con
una Corte Penal mundial permanente para juzgar los actos más reprochables contra el género
la Tortura (1984), etc., orientados a promover el respeto a los derechos humanos en todo
El Estatuto de Roma, fue adoptado el 17 de julio de 1998 consta de 13 partes y 128 artículos
en que se determina la competencia de la Corte, su estructura, así como sus funciones. Entró
en vigor el 1º de julio de 2002, luego de haber sido ratificado por 60 Estados Partes. La sede
Al término de la Segunda Guerra Mundial los vencedores juzgaron a los vencidos. Los
crímenes de las potencias del Eje eran inenarrables y habían arrastrado al mundo en su
demencia belicista, pero en estricto sentido, si de justicia se trataba, también debieron haber
comparecido ante un tribunal internacional los responsables de los bombardeos a Dresden,
Hamburgo, Tokio, Hiroshima y Nagasaki, por citar los casos más relevantes. Los hornos
crematorios de Hitler, trabajando a toda su capacidad industrial, no aniquilaron en un solo
día a las decenas de miles de víctimas que murieron el seis de agosto de 1945 bajo ese hongo
radioactivo que alcanzó en el blanco absoluto una temperatura tres veces superior a la del
sol. De ello da fe la mujer-sombra que se extinguió por completo en la ciudad mártir de
Hiroshima.
Pero hubo juicios. Los aliados pactaron el Acuerdo de Londres del 8 de agosto de 1945, que
contuvo la integración del que sería el Tribunal de Nüremberg, reglas de procedimiento y
normas sustantivas. Entre la opción de ajusticiar llanamente a los jerarcas nazis prisioneros
o absolverlos bajo el principio de la obediencia debida, se aprobó la constitución de un
tribunal compuesto por cuatro jueces, uno de cada una de las potencias vencedoras. Hubo
vicios de origen. El juicio se montó por un tribunal especial, de carácter militar, por crímenes
que no existían como delitos al momento de ser cometidos, para ser aplicados con un carácter
retroactivo.
Pudo más la magnitud de la tragedia que la lógica jurídica. Sin embargo, los lineamientos del
Acuerdo de Londres apuntalaron las bases del derecho penal internacional naciente. Ubicó
bajo la jurisdicción del Tribunal los crímenes contra la paz, los crímenes de guerra y los
crímenes contra la humanidad, en un sentido que en nuestros días reconocemos plenamente.
En los artículos 7 y 8 consignó principios incontestables que los procesados nazis trataron de
desvirtuar en su defensa declarándose inocentes. La posición oficial de los acusados, fueran
jefes de Estado o altos oficiales gubernamentales no los libraría de su responsabilidad ni sería
considerada como una atenuante.
También se reconoció que el hecho de que el acusado hubiera actuado bajo órdenes de su
gobierno no lo liberaría de responsabilidad. El 10 de abril de 1948, 22 acusados fueron
sentenciados, trece de ellos condenados a morir en la horca. Casi media centuria después, la
década de los noventa implicó un cierre siniestro del siglo XX. Ocurrieron varios genocidios
impulsados por los odios étnicos, las oposiciones tribales, las exhaltaciones nacionalistas y
los antagonismos religiosos. Los más notorios fueron el de la ex Yugoslavia y el de Rwanda.
Retornó el feroz exterminio inspirado en los agravios del pasado y en el odio racial.
Volvieron a aparecer en el perímetro geográfico y cultural de Europa los campos de
concentración, la política de la ‘‘limpieza étnica’’, las masacres y las deportaciones, y el
mundo presenció horrorizado la violación masiva de mujeres musulmanas empleada como
arma de guerra.
Los sucesos de Bosnia, Croacia, Serbia, exacerbados por el conflicto encendido ocurrieron
en un ambiente reinante en Europa, caracterizado por la intolerancia, el antisemitismo, la
profanación de las tumbas judías, los ataques contra los inmigrantes, la discriminación
extendida, incluso en países que nunca habían tenido este problema, como los escandinavos.
Rwanda es la otra gran tragedia de fines del siglo XX.
Asimismo, los dos tribunales fueron creados por el Consejo de Seguridad, órgano encargado
de mantener la paz y la seguridad internacionales y dentro de cuyas atribuciones no se
encuentra ejercer funciones judiciales. Puede ciertamente, al amparo del artículo 29 de la
Carta de San Francisco, ‘‘establecer los organismos subsidiarios que estime necesarios para
el desempeño de sus funciones’’, pero se entiende que tal facultad debe circunscribirse al
margen definido de su competencia. Es ésta una de las áreas donde el Consejo de Seguridad
ha venido ampliando sus atribuciones, lo que es preocupante dada su composición, sistema
de votación y correlación de fuerzas a su interior. Y aun cuando los tribunales han sido
creados para actuar con imparcialidad y no tienen una composición militar, en el caso de la
ex Yugoslavia, los procesados han sido mayoritariamente serbios.
Entre las críticas que se escuchan está que su radio de acción ha sido limitado y que su
establecimiento ha sido más un acto de contrición de Occidente ante la inacción que mostró
durante el desarrollo de los conflictos. Por otra parte, en el lado positivo, los dos tribunales
han significado una instancia moral de reparación y sus estatutos constitutivos, aunque sin
una gran elaboración, han sido en algunos sentidos precedentes visibles del Estatuto de Roma
que creó a la Corte Penal Internacional: los crímenes objeto de la competencia, esto es, los
crímenes de guerra, genocidio, crímenes contra la humanidad, la responsabilidad criminal,
los derechos del acusado, el derecho de apelación, la no aplicación de la pena de muerte,
diferencia manifiesta respecto a Nüremberg.
1
El más remoto precedente de la CPI podría ser el tribunal constituido en 1474 para juzgar a Peter de
Hagenbach por homicidio, violación y otras violaciones a las “leyes de Dios y de los hombres”
durante la ocupación de la ciudad de Breisach. El Tratado de Versalles de 1919 contemplaba el
enjuiciamiento del Kaiser Guillermo II por un tribunal internacional, previsión frustrada con la
negativa de los Países Bajos a su entrega. Por esta misma época, el Tratado de Sèvres de 1920
anunciaba el enjuiciamiento de los responsables turcos del genocidio armenio, pero el Tratado de
Lausana de 1923 amnistió a los procesables. Al respecto, vid. GRAVEN “Le difficile progrès du
Règne de la justice et de la paix internationales par Droit” (René Casin Amicorum
Discipulorumque. Liber II). Editions A. Pedone. París, 1970. Pags. 512-526. En julio de 1920, el
Comité de Juristas encargado de la elaboración del Estatuto de la Corte Permanente de Justicia
Internacional presentó un proyecto para la creación de una jurisdicción penal internacional ajena a
esta Corte, la que no fue muy bien acogida por la Asamblea de la Sociedad de las Naciones; pues,
adoptó una recomendación mediante la cual estimaba que los crímenes internacionales podrían ser
jurisdicción de una sala de la Corte Permanente de Justicia Internacional en un futuro. La Convención
para la Creación de una Corte Penal Internacional para Terrorismo de Ginebra de 1937 preveía un
tribunal para estos casos, pero circunstancias como la guerra civil española, la invasión de Italia a
Abisinia y la segunda guerra mundial abortaron el engendrado tribunal. Sobre el recorrido histórico,
vid. BASSIOUNI “Estudio histórico: 1919-1998”. Nouvelles Études Pénales. 1999. Pags. 1- 44.
2
Publicada en el Diario Oficial El Peruano el 16 de septiembre de 2001.
3
Cassese, Antonio (1998). “Reflections on the International Justice”. The Modern Law Review.
Vol. 61. Nº 1. Pags. 6-8.
la justicia estatal se minimizan por tratarse de la actividad judicial de una nación. En cuarto
lugar (compartiendo con Hans Kelsen) el castigo de crímenes de guerra por un tribunal
internacional, particularmente los que tienen el carácter de acto de Estado (como los
cometidos por sus agentes y personal militar), encontrarían mucha menor resistencia que ante
tribunales nacionales. En quinto lugar, los jueces internacionales pueden investigar crímenes
con ramificaciones en varios Estados con más facilidad que los jueces nacionales. En sexto
lugar (volviendo a traer a Hans Kelsen) la internacionalización del proceso contra criminales
de guerra sería un gran avance en el mantenimiento de un castigo igualitario, ya que una
pluralidad de tribunales estatales significa una pluralidad de penas a aplicar según donde se
ventile el caso.
Uno de los primeros actos del gobierno transitorio del Presidente Valentín Paniagua, fue la
reinserción del Estado peruano a la competencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos y la suscripción del Estatuto de la CPI el 7 de diciembre del 2000, ratificándolo el
10 de noviembre de 2001.
2.2.1) INTRODUCCIÓN
A) CARÁCTER PERMANENTE
A diferencia de los cuatro tribunales internacionales ad hoc que se han establecido hasta la
fecha, la Corte Penal Internacional será una institución permanente. Esta vocación de
permanencia presenta ventajas evidentes. Así, su existencia contribuirá a que los crímenes
sometidos a su jurisdicción no queden impunes y puede ser un elemento de disuasión a la
hora de cometerlos. Además, la existencia de un tribunal permanente es más justa y equitativa
que la creación de tribunales ad hoc, pues que éstos se originen responde a una decisión
política del Consejo de Seguridad y, si no existe voluntad de crearlos, seguirán quedando
impunes determinados crímenes internacionales.
Sin embargo, su nacimiento tampoco será una panacea pues, como veremos más adelante, la
Corte tiene graves dificultades para juzgar crímenes internacionales cometidos en el territorio
de Estados que no son parte de su Estatuto o por nacionales de estos Estados
B) SUBSIDIARIEDAD
Tal y como indica el artículo uno del Estatuto, la Corte será complementaria a las
jurisdicciones penales nacionales. Como veremos, los Estados tendrán preferencia para
investigar y enjuiciar los crímenes sometidos a la jurisdicción de la Corte, por lo que la
competencia de la Corte es subsidiaria.
La Corte Penal Internacional es por sus características, un órgano único en el sistema internacional,
pues tiene competencia de carácter general para juzgar individuos, por lo que su papel en el
cumplimiento del derecho internacional es de gran importancia.
2
.Entre los aspectos más relevantes que tiene la Corte Penal Internacional, podemos mencionar por
su carácter permanente el que la Fiscalía puede iniciar sus investigaciones de oficio, el que se niegue
cualquier tipo de inmunidad, incluida la de los Jefes de Estado y de Gobierno, la imposibilidad de
que la Corte pueda dictar penas de muerte, la posibilidad de revisar las penas, si se dan en las
circunstancias adecuadas.
3
La Corte Penal Internacional no entra en conflicto con otras Cortes Nacionales, cada una de las
Cortes tiene una competencia claramente delimitada y se trata de responsabilidades o áreas
diferentes.CPI.
Este hecho la diferencia de los tribunales internacionales para la antigua Yugoslavia y para
Rwanda que, aunque no niegan la competencia de otros tribunales nacionales, tienen
preferencia sobre las jurisdicciones de todos los demás estados (artículo nueve del Estatuto
del Tribunal Internacional Penal para la antigua Yugoslavia) y artículo ocho del Estatuto del
Tribunal Internacional Penal para Rwanda
C) ESTATUTO INTERNACIONALES
La Corte gozará de personalidad jurídica internacional y tendrá capacidad jurídica para el
ejercicio de sus funciones y el cumplimiento de sus propósitos (artículo cuatro). Esta
institución estará relacionada con Naciones Unidas a través de un acuerdo establecido por la
Asamblea de Estados Partes en el Estatuto de la Corte Penal Internacional y concluido por el
presidente de la Corte en su representación (artículo dos).
2.2.4 INTRODUCCION
Para llevar a cabo una correcta función, la CPI ha dividido la jurisdicción en varias ramas,
las cuales son las siguientes:
La CPI es competente para juzgar los crímenes cometidos en el territorio de un Estado Parte
y los cometidos en cualquier lugar por nacionales de un Estado Parte. Sin embargo, existe la
posibilidad de que pueda juzgar crímenes cometidos en el territorio de estados que no son
parte de su Estatuto o por nacionales del Estado en cuestión en dos supuestos previstos en el
artículo 14, que son:
A.1) cuando los presuntos crímenes son sometidos a la fiscalía por el Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas actuando en virtud del Capítulo VII de la Carta de las Naciones
Unidas, esto es, cuando califica una situación como una agresión, una amenaza a la paz y la
seguridad internacionales o un quebrantamiento de la paz y la seguridad internacionales; y
B.2) cuando el Estado afectado, mediante una declaración ad hoc, acepta la jurisdicción de
la Corte respecto a presuntos crímenes cometidos en su territorio o por nacionales suyos.
Con relación a las personas que pueden ser enjuiciadas por la Corte, éstas deben cumplir los
siguientes requisitos:
A.1) Ser persona física. Las personas jurídicas no pueden ser juzgadas por la CPI.
B.2) Ser mayor de dieciocho años.
C.3) No haber sido juzgado anteriormente por el mismo delito (non bis in ídem), salvo que
el juicio en cuestión tuviera la finalidad de proteger a la persona de responsabilidad criminal
por crímenes sometidos a la jurisdicción de la Corte o que el juicio no se hubiera desarrollado
de forma independiente e imparcial con arreglo a las normas del derecho internacional.
D.4) Por otra parte, el Estatuto se aplica a toda persona con independencia de su cargo, sin
posibilidad de alegar inmunidades.
La CPI sólo tiene jurisdicción respecto a los crímenes cometidos con posterioridad a la
entrada en vigor del Estatuto o con posterioridad a la fecha en que el Estatuto entra en vigor
para un Estado.
La CPI es competente para juzgar una serie de crímenes que su estatuto estipula. Al
ratificarlo, los Estados aceptan ipso facto la jurisdicción de la Corte sobre todos los crímenes
previstos en el mismo, sin que los Estados puedan introducir reserva alguna o declarar que
sólo aceptan la jurisdicción de la Corte respecto a determinados crímenes. La única excepción
a esta regla general es la cláusula de exclusión prevista en el artículo ciento veinticuatro.
2.2.6 INTRODUCCIÓN
El artículo 5 del Estatuto afirma que la Corte extenderá su jurisdicción sobre “los más graves
crímenes que conciernen a la comunidad internacional en su conjunto”, entendiendo por
tales el crimen de genocidio, los crímenes contra la humanidad y los crímenes de guerra, así
como la agresión.
En relación con estos crímenes son responsables criminalmente los autores, quienes ordenan,
solicitan o inducen a cometerlos; quienes facilitan o colaboran en su ejecución y, en el caso
del genocidio, quienes incitan directa y públicamente a otros a cometerlo. Por otra parte,
existe responsabilidad criminal por la consumación del crimen y por la tentativa de
cometerlo, salvo que quien intente cometer un crimen abandone completamente y
voluntariamente su intento.
A) GENOCIDIO.
Para que los actos en cuestión sean considerados crímenes contra la humanidad deben haber
sido cometidos de conformidad con un ataque “generalizado o sistemático” que incluya “la
comisión múltiple de actos” y que éstos se lleven a cabo “de conformidad con la política de
un Estado o de una organización”.
Los actos que constituyen crímenes contra la humanidad, si se dan las condiciones que
acabamos de mencionar, son los siguientes: a) homicidio o asesinato; b) exterminio; c)
esclavitud; d) deportación o transferencia forzosa de población; e) encarcelamiento u otra
privación severa de la libertad en violación de normas fundamentales de derecho
internacional; f) tortura; g) violación, esclavitud sexual, prostitución, embarazo o
esterilización forzosa u otra forma de violencia sexual de comparable gravedad; h)
persecución contra un grupo o colectividad identificable fundada en motivos políticos,
raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género u otros motivos en conexión
con alguno de los crímenes sometidos a la jurisdicción de la Corte Penal Internacional; i)
desaparición forzada de personas; j) el apartheid, consistente en la comisión de actos
inhumanos de naturaleza similar a los anteriores cometidos en el contexto de un régimen
institucionalizado de sistemática opresión y dominación por un grupo racial sobre otro grupo
o grupos raciales y cometidos con la intención de mantener ese régimen; k) otros actos
inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos a la salud
mental o física.
C) LOS CRÍMENES DE GUERRA.
El artículo ocho del Estatuto concede jurisdicción a la Corte sobre una lista exhaustiva de
crímenes de guerra, de los cuales, treinta y cuatro corresponden a conflictos armados
internacionales y dieciséis a conflictos armados internos. La jurisdicción de la Corte se
extenderá “en particular” cuando los crímenes de guerra sean cometidos como parte de un
plan o política o como parte de la comisión a gran escala de tales crímenes. Aunque esta
redacción no impone una nueva limitación a la Corte, deja claro que el objetivo es dar
prioridad a los actos más graves.
La gran mayoría de los crímenes incluidos se han tomado directamente o se derivan de las
disposiciones de los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 sobre la
protección de las víctimas de los conflictos armados y de los dos Protocolos de Nueva York
del 8 de junio de 1977, que aumentan la protección de las víctimas de los conflictos armados
internacionales (Protocolo nº 1) e internos (Protocolo nº 2).
2.2.7 FINALIDAD
La finalidad de la CPI es juzgar a los autores de crímenes de guerra en países en los que,
a consecuencia del conflicto, no existe capacidad de procesarlos con garantías mínimas
de efectividad. Su fundamento es el principio de justicia universal como valor supremo, que
se complementan con los principios del derecho penal internacional, que tienen a su base dos
fenómenos jurídicos, a saber: la autoprotección del Estado (de ahí los principios real o de
defensa y pasivo de la nacionalidad) y la solidaridad entre los Estados (principios de la
distribución de competencias, activo de la nacionalidad o personalidad, y de protección de
bienes comunitarios)
CAPÍTULO III
3.2.1) INTRODUCCIÓN
La CPI, de conformidad con el ER, está conformada por diversos órganos con
responsabilidades propias. La estructura institucional establecida por el ER define claramente
las funciones y atribuciones de cada uno de sus órganos, a fin de asegurar el efectivo
desempeño de la CPI y su independencia, necesaria dentro de todo sistema de administración
de justicia.
Los cuatro órganos principales de la CPI encargados de las funciones administrativas,
jurisdiccionales y persecutorias, son: (Artículo 34 ER)
a) La Presidencia
b) La Corte, en sentido estricto, dividida en las secciones de Apelaciones,
Primera Instancia y de Cuestiones Preliminares;
c) La Fiscalía
d) La Secretaria.
En principio es importante señalar que existió una Comisión Preparatoria relacionada con las
Reglas de Procedimiento y Prueba (RPP), las cuales son un instrumento necesario para la
aplicación del Estatuto de Roma de la CPI, evitando eso sí la reiteración de las disposiciones
del citado Estatuto, que tratan de llenar los eventuales vacíos en el texto estatutario de la CPI,
que tiene como objetivo la protección de los derechos humanos.
Desde la óptica doctrinaria y jurisprudencia, Colombia es uno de los países en donde más se
ha desarrollado el tema de los Derechos Humanos y su aporte lo podemos encontrar en una
sentencia de la Corte Constitucional (sentencia C-578, 2002), en donde nos ilustra la
estructura de la CPI, en ella señala:
“La cuarta parte, comprendida por los artículos 34 a 52 del Estatuto, se refiere a la
composición y administración de la Corte, identificando sus órganos (la presidencia; las
secciones de apelaciones, de primera instancia y de cuestiones preliminares; la fiscalía y la
secretaría); las calidades y condiciones que han de reunir los magistrados y personas que
los conforman; el sistema de reposición de vacantes y las reglas generales de
funcionamiento logístico de cada uno de los cuatro órganos de la Corte, señalando
particularmente la independencia de los magistrados en el desempeño de sus funciones
(artículo 40 ER), y la atribución que se le reconoce a la presidencia para aceptar las
dispensas presentadas por alguno de los magistrados (aplicando las reglas de
procedimiento y prueba pertinentes), o al cuerpo de los magistrados para decidir sobre las
recusaciones formuladas contra alguno de ellos (artículo 42 ER). En el mismo apartado se
dispone la forma de funcionamiento de la secretaría; la conformación del personal de la
Corte, su sistema de vinculación y separación del cargo, apuntando, concretamente, las
medidas disciplinarias aplicables a las cabezas de cada uno de los órganos de la Corte y
sus privilegios e inmunidades entre otras disposiciones de naturaleza específicamente
funcional”.
Todos estos órganos en conjunto suman esfuerzos con la finalidad de lograr la protección de
los derechos humanos; estructuras creadas con el fin de investigar, juzgar y castigar delitos
transnacionales como son el genocidio, los crímenes de guerra, los crímenes de agresión y
los de lesa humanidad, como el desplazamiento forzado y la esclavitud sexual, entre otros.
En aras de lograr la salvaguardia de los derechos humanos se implantan órganos, que hacen
parte de la CPI y que son de dos tipos: los órganos judiciales y los no judiciales.
B) LA SECCIÓN DE APELACIONES
Esta sección está representada, en primer orden, por el Presidente de la Corte, además de
cuatro magistrados, quienes deben cumplir ciertos requisitos como son: ser nacional de un
Estado parte (prácticamente en los mismos términos que se exige de los magistrados del TIJ,
ya que deben ser personas de una alta consideración moral, imparcialidad e integridad y todas
las condiciones requeridas para el ejercicio de las más altas funciones judiciales en sus
respectivos países), tener reconocida competencia en temas penales o procesales penales y
experiencia (en este orden como magistrado, fiscal, abogado u otra función similar; o en
materias propias del derecho internacional especialmente en Derecho Internacional
Humanitario), y gran experiencia en materias jurídicas profesionales que tengan relación con
la labor de la corte.
En relación con esta última exigencia es evidente que se está pensando en aquellas personas
que hubieran ya actuado con la condición de miembro de otro tribunal internacional y aun
como abogado ante esa instancia; excelente conocimiento y dominio de al menos uno de los
idiomas de trabajo de la Corte, esto es el francés o el inglés.
Estos magistrados conforman la denominada Sala de Apelaciones; este órgano jurisdiccional
tiene atribuido funcionalmente el conocimiento de los recursos de apelación contra
resoluciones dictadas por las salas de Primera Instancia y de Cuestiones Preliminares, así
como del juicio de revisión (Estatuto de Roma, artículos 39.1 y 2a, b1).
4
Cabezudo Rodriguez, Nicolás, (2002), La Corte Penal Internacional. Madrid, España: Dyckinson.
5
Valencia Villa, Alejandro (2009). Compilación de Derecho Penal Internacional, el Estatuto de
Roma y otros instrumentos de la Corte Penal Internacional. Oficina en Colombia del Alto
Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
En procesos controvertidos como en los que se ven involucrados los derechos humanos, es
trascendental que le asista el derecho a los investigados por crímenes de lesa humanidad, por
ejemplo, de apelar los fallos condenatorios para que en instancias superiores y en aras de la
seguridad jurídica, se decida sobre su inocencia o culpabilidad. De la misma manera, les
asiste a las víctimas de delitos atroces la facultad de controvertir los fallos absolutorios en
cuanto a derechos humanos se refiere.
De conformidad con el ER, la Sala de Apelaciones deberá actuar siempre en pleno, es decir
con los cinco magistrados de forma colegiada.
La Sala de Apelaciones tiene como funciones las de:
- Conocer y decidir sobre las apelaciones que presenten las partes en el proceso con respecto
a las decisiones adoptadas por las Salas de Cuestiones Preliminares y de Primera Instancia.
- Conocer y decidir sobre las apelaciones que presenten el Fiscal o el acusado con respecto a
la sentencia emitida por la Sala de Primera Instancia y, en caso de haber impuesto, en contra
de la pena.
PROCEDIMIENTO PARA LA ELECCIÓN DE LOS MAGISTRADOS
Cada Sala de Primera Instancia, entre otras funciones, deberá (Artículo 64 ER):
- Garantizar que se observen y respeten todos los derechos de las personas acusadas durante
el juicio;
- Determinar el idioma o idiomas que se utilizarán durante el juicio;
- Decidir sobre la admisibilidad o pertinencia de pruebas;
- Ordenar la divulgación de documentos e información que no hayan sido divulgados con
anterioridad, velando por que las partes tengan acceso a ellos con suficiente anticipación para
preparar el juicio;
- Determinar la acumulación o separación de cargos en los casos con múltiples personas
acusadas;
- Ordenar la comparecencia de víctimas y testigos, así como el desahogo de sus
declaraciones;
- Adoptar medidas de protección para la persona acusada, las víctimas y los testigos, entre
otras; pudiendo recurrir a diversos medios contemplados en las RPP, tales como el uso de
medios electrónicos como medida de protección para testigos.
D) LA SECCIÓN DE CUESTIONES PRELIMINARES
Esta Sección está compuesta de la misma manera por no menos de seis magistrados, e igual
que la anterior Sección actúa en Sala o Salas compuestas por tres magistrados o por un único
magistrado, según lo que se disponga en el Estatuto de la CPI y las reglas de procedimiento
y prueba, con funciones de supervisión del fiscal y la colaboración con el mismo durante la
investigación de los delitos de competencia de la CPI (Estatuto de Roma, artículos 39.1 y
2a; y b.III).
Es importante señalar que la Corte asigna a los magistrados a cada Sección atendiendo a sus
respectivas calificaciones y experiencia, verbigracia en la investigación y juzgamiento de
delitos atroces como el genocidio; se busca por parte del Estatuto de Roma que crea el TPI,
que en cada que cada Sección haya una combinación apropiada de especialistas en la
protección de los derechos humanos como muestra, aunque en las Secciones de Primera
Instancia y de Cuestiones Preliminares se dará preponderancia a los que tengan formación
académica en procedimiento penal (Estatuto de Roma, artículo 39.1), y además, que tengan
experticia en derechos humanos y Derecho Penal Internacional.
Asimismo, esta asignación habrá de ser efectuada también en la Primera Sesión Plenaria, en
la que se elegirá al presidente y a los vicepresidentes; además, el desempeño del cargo en las
dos últimas secciones mencionadas se encuentra limitado en el tiempo a un período de tres
años, siempre respetando las causas pendientes hasta su finalización, máxime si se trata de
procesos en los que se vean involucrados los derechos humanos; no obstante los funcionarios
adscritos a la sección de apelaciones permanecen en el mismo cargo o asignación durante
todo su mandato.
Finalmente, si así lo decide la presidencia y con el fin de lograr una mayor eficiencia en la
gestión del trabajo y la protección de los derechos humanos, se prevé por parte del Estatuto
de Roma, la reasignación temporal de magistrados pertenecientes a la Sala de Primera
Instancia a la de Cuestiones Preliminares y a la inversa, sin perjuicio de que para proteger la
imparcialidad de los integrantes de la Sala, no se admitirá el traslado a la Sala de Instancia
de magistrados, que ya hubieran intervenido en la fase instructora, con el fin de otorgarle las
mayores garantías a las partes, víctimas y victimarios de delitos en los que se vean
involucrados los derechos humanos (Estatuto de Roma, artículo 39.4).
Los magistrados son asignados a las distintas secciones de conformidad con sus
calificaciones y antecedentes. Aquellos magistrados con experiencia penal deben ser
asignados, prioritariamente, a las Secciones de Primera Instancia y de Cuestiones
Preliminares; sin embargo y como se mencionó anteriormente, en cada una de las Secciones
deberá haber una representación de magistrados con experiencia en derecho internacional
(Artículo 39.1 ER).
Cada Sala de Cuestiones Preliminares tendrá las siguientes atribuciones (Artículo 57 ER):
- Autorizar el inicio de una investigación, cuando la misma sea resultado de la actuación
motu propio del Fiscal; es decir, cuando la situación no ha sido remitida a la CPI por un
Estado parte o por el CS;
- Adoptar decisiones sobre la posible admisibilidad de un caso, cuando un Estado argumente
que se están llevando a cabo investigaciones o procesos penales en contra de los presuntos
responsables y por los mismos hechos;
- Dictar decisiones con respecto a la competencia de la CPI con respecto a un caso, así como
sobre la admisibilidad de la causa;
- Dictar providencias y órdenes necesarias para llevar a cabo las investigaciones;
- Dictar órdenes y medidas, o solicitudes de cooperación, para auxiliar en la preparación de
la defensa de algún acusado;
- Asegurar la protección de víctimas y testigos, la preservación de pruebas, la protección de
personas detenidas y de información que se haya obtenido bajo confidencialidad o que afecte
la seguridad nacional de algún Estado;
- Autorizar al Fiscal el desahogo de diligencias de investigación en el territorio de un Estado
parte, si se ha comprobado que el mismo no está en condiciones de cumplir con una solicitud
de cooperación previamente emitida por la Sala correspondiente;
- Adoptar medidas y solicitar la cooperación para el decomiso de bienes de una persona
contra la cual se haya emitido una orden de detención o comparecencia;
Una vez señalados los órganos judiciales, se procederá a hacer referencia a los no judiciales
de la siguiente manera:
A) LA FISCALÍA DE LA CPI
La Fiscalía de la CPI actúa como un ente separado de la citada Corte, tanto orgánica como
funcionalmente de manera independiente; este órgano no judicial es el encargado de recibir
las denuncias e informaciones relativas a la comisión de hechos delictivos, es decir donde se
vean comprometidos los derechos humanos que son competencia de la Corte, con el fin de
ejecutar el ejercicio de la acción penal en contra de los victimarios que trasgreden
disposiciones que protegen los derechos humanos por ejemplo (Estatuto de Roma, artículo
42.1).
Este órgano no judicial está liderado por un fiscal, con plenas facultas para dirigir y
administrar la Fiscalía, con inclusión del personal experto en investigación, las instalaciones
y otros recursos, el cual es asistido por los fiscales adjuntos, quienes desempeñan las
funciones que a aquellos les correspondan, entre las que se cuentan la indagación de la
violación de los derechos humanos (Estatuto de Roma, artículo 42.2).
De la misma forma, en lo atinente al personal adscrito a la Fiscalía este se complementa con
asesores jurídicos especialistas en temas concretos como los delitos de lesa humanidad, como
investigadores y funcionarios administrativos, cuyo nombramiento compete al fiscal
(Estatuto de Roma, artículo 43.9-44.1 y 2) de la CPI; a su vez, de modo contingente se
designan peritos, que eventualmente son requeridos a los Estados o las organizaciones
gubernamentales o no gubernamentales, las cuales apoyan en la etapa de investigación a
cargo de la Fiscalía de la CPI (Estatuto de Roma, artículo 44.4), máxime cuando se trata
de delitos que implican el atropello a los derechos humanos.
A este respecto, el profesor Bassioni al hacer un análisis del artículo 54 del Estatuto de Roma,
que crea la CPI señala:
El fiscal es un funcionario de la Corte, que sirve no solo a convicciones fijas, sino a que se
establezca la verdad, y se haga justicia. El fiscal está entonces bajo el deber de investigar
circunstancias eximentes o incriminatorias por igual, con respecto a los intereses y
circunstancias personales de las víctimas y los testigos (incluyendo edad y el género)
tomando en cuenta la naturaleza del crimen (en particular si involucran violencia sexual o de
género) y respecto a los derechos que confiere el Estatuto a las personas (artículo 54)6.
A su vez, el profesor Cabezudo Rodríguez en torno a los inconvenientes que puede presentar
y en la actualidad exterioriza la Fiscalía de la CPI, señala que
“La comisión preparatoria es consciente del inabarcable cúmulo de funciones, procesales
y meramente administrativas, llamadas a ser desempeñadas por el fiscal y los fiscales
adjuntos, de ahí que en el proyecto de reglas de procedimiento y prueba se prevé la
posibilidad de que aquellos puedan delegar el ejercicio de sus tareas en funcionarios de la
fiscalía7”.
Así las cosas, para el normal desempeño de las funciones de gestión y administración de la
Fiscalía, la cual indaga sobre los delitos que violentan los derechos humanos por ejemplo,
aquella dictará las instrucciones y lineamientos necesarios que son consultados con el
secretario; esto, con el fin de precaver los posibles tropiezos en las funciones de este órgano,
que puedan afectar el funcionamiento de aquella; con el fin de que los delitos de lesa
humanidad investigados por la Fiscalía, se realicen de manera coordinada y ajustada al
debido proceso.
El hecho de que no se les asigne a los fiscales adjuntos tareas de índole procesal, no limita
para que el fiscal pueda designarles tareas en este ámbito, pero siempre aplicando el principio
de dependencia jerárquica establecida en la organización de la Fiscalía; en suma, lo que se
trata es de garantizar la aplicación adecuada de la ley y del citado debido proceso, que deben
imperar tanto en defensa de los intereses de los victimarios, como de las víctimas de lesiones
en contra de los derechos humanos.
6
Bassioni, Mahmoud Cherif. (2002). La Corte Penal Internacional, texto integrado del Estatuto de
Roma. Colombia, Bogotá: Leyer.
7
Cabezudo Rodriguez, Nicolás, (2002), La Corte Penal Internacional. Madrid, España: Dyckinson.
B) LA SECRETARÍA DE LA CPI
La secretaría de la CPI se ocupa de la gestión de los asuntos no jurisdiccionales al igual que
la Fiscalía, pero en este caso relativos a la administración de la Corte (Estatuto de Roma,
artículo 43.1). La Secretaría de la CPI está compuesta por un secretario, que ostenta la
categoría de principal funcionario administrativo aunque sometido a la autoridad del
presidente de la Corte y eventualmente, un secretario adjunto “quien, podemos inferir, le
sustituirá cuando fuera necesario” (Estatuto de Roma, artículo 43.3). Al igual que el Fiscal
de la CPI el secretario nombrará al personal administrativo adscrito a este órgano (Estatuto
de Roma, artículo 44.1 y 2). Todos estos órganos procuran que los procesos de juzgamiento
de delitos denominados “graves” se investiguen y juzguen de manera eficaz, sobre todo
cuando se trata de delitos que lesionan los derechos humanos como los crímenes de lesa
humanidad.
La Secretaría de la CPI, según lo señalan las “Reglas de Procedimiento y Prueba de la CPI”,
hacen las veces de conducto de comunicación de la Corte, correspondiendo al secretario
dictar las instrucciones que una vez sancionadas por la Presidencia regirán el funcionamiento
de este órgano; de la misma forma, también le corresponde a esta secretaría el mantenimiento
de una base de datos en la que se recoge la información disponible relativa a cada causa
enjuiciada por la Corte, como es el caso de delitos como el genocidio, siendo también el
responsable de la citada Secretaría la seguridad interna respectiva.
De igual modo, a la Secretaría de la CPI se le atribuyen funciones de organización del
personal de la Secretaría en orden a promover los derechos de la defensa de manera
compatible con el principio de juicio imparcial definido en el Estatuto, en particular
facilitando la protección de informaciones confidenciales; prestando apoyo, asistencia a
detenidos y acusados para la obtención de asistencia letrada; proporcionando a la defensa los
medios directamente necesarios para el ejercicio de sus funciones.
Así como la custodia de los autos, las piezas de convicción y elementos materiales
probatorios y evidencia física que serán trascendentes para la investigación y juzgamiento de
delitos de lesa humanidad que marcan negativamente elevados derechos de los seres
humanos8.
Cabe señalar que las facultades del secretario son codificadas por el reglamento del personal
de la Corte, que previa consulta del presidente y de la Fiscalía es aprobado por la Asamblea
de los Estados partes. De igual forma, es relevante indicar que dentro de la secretaría se crea
una dependencia de víctimas y testigos como muestra de trasgresión de los derechos
humanos, la cual cumple con las funciones de seguridad, asistencia y asesoramiento, cuando
comparezcan aquellos ante la CPI o en su defecto se centren en el peligro por razón del
testimonio prestado.
Hay que señalar que las investigaciones y juzgamiento de los delitos que lesionan los
derechos inherentes a las personas revisten gran peligro tanto para las víctimas como para los
funcionarios de la CPI encargados de esta tarea9.
Finalmente, se indica que la citada dependencia de víctimas y testigos está integrada por
personal especializado en las áreas de asistencia médica y sicológica, así como lo relacionado
con los asuntos jurídicos menores, entre otras;
La comisión preparatoria aborda en su proyecto detalladamente las tareas que habría de
asumir este departamento entre otras formar a las víctimas y testigos de sus derechos,
adoptar o recomendar que se adopten medidas que fueren necesarias para garantizar su
seguridad, velar porque tenga conocimiento de las decisiones juridiciales que pudieran
afectar sus intereses, proporcionarles o ayudarles para que obtengan la asistencia médico
o de cualquier otra índole que requieran; así como asistirlos para que participen en los
procedimientos que se sustancien ante la Corte, asesorándolos para la obtención de
asistencia letrada
Esta dependencia que es fundamental habida cuenta de que en los delitos que tocan los
derechos humanos, se ven involucrados tanto la vida como la integridad física y psíquica de
las personas.
La Secretaría de la CPI tiene por funciones, entre otras, las siguientes:
- Llevar a cabo, bajo la autoridad de la Presidencia de la CPI, las funciones administrativas
de la Corte, con excepción de las correspondientes a la Fiscalía, la cual tiene independencia
administrativa y financiera;
- Garantizar y diseñar, en coordinación con la Fiscalía, medidas de protección a testigos y,
especialmente, a víctimas;
- Asistir y asesorar a las víctimas a fin de facilitar su adecuada participación en los
procedimientos ante la CPI;
- Asistir y asesorar a las víctimas en los procedimientos con miras a obtener reparaciones;
- Facilitar todos los servicios de traducción de procedimientos y documentos;
- Manejar el archivo de los documentos y evidencias de los procedimientos ante la CPI;
- Garantizar la integridad y seguridad de los documentos presentados ante la CPI y las
evidencias que se encuentren en su poder;
- Garantizar la actuación de los abogados y defensores que se presenten ante la CPI;
- Vigilar y manejar las instalaciones y condiciones de detención de las personas bajo custodia
de la CPI.
8
Ibidem
9
Ibidem
3.3) FUNCIONAMIENTO DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL:
PROCEDIMIENTO
3.3.1) INTRODUCCIÓN
Las normas generales que rigen los procesos ante la CPI se encuentran establecidas en el ER
y las Reglas de Procedimiento y Prueba. Con bases en estas normas, es que la CPI deberá de
conducir las investigaciones, la persecución y el juzgamiento de los probables responsables,
y en su caso, determinar las penas.
Es importante comenzar por resaltar que, al igual que las normas sustantivas y orgánicas
contenidas en el ER, las normas que rigen el procedimiento ante la CPI son el resultado de
un arduo proceso de negociaciones. En este sentido, el procedimiento ante la CPI refleja un
entendimiento sobre las reglas a las que se debe someter una persona en un proceso penal,
derivadas de distintas tradiciones jurídicas, en un esfuerzo por encontrar un balance que
pueda recuperar elementos de algunos sistemas penales del mundo.
Esta sección del manual está destinada, precisamente, al análisis del proceso ante la CPI y
sus particularidades. De manera general, se analizarán los procedimientos seguidos ante la
CPI, iniciando por la forma en que una situación puede ser presentada ante la misma, las
facultades y atribuciones de los órganos de la CPI durante el procedimiento, la impugnación
de competencia y admisibilidad hasta llegar a la imposición de la pena y la ejecución de la
misma. Se explicará el desahogo del juicio, así como también los procedimientos de
apelación ante la CPI.
Para que la CPI pueda ejercer su competencia, se requiere que una situación, en la cual
presumiblemente se han cometido crímenes competencia de la CPI, sea remitida al Fiscal por
parte de un Estado parte del ER o del CS actuando en virtud del Capítulo VII de la Carta de
la ONU; es decir, cuando se haya determinado que la situación es una amenaza para la paz y
seguridad internacionales (Artículos 13 y 14 ER).
Adicionalmente, el Fiscal podrá iniciar, con la autorización de la Sala de Cuestiones
Preliminares que corresponda, la investigación con respecto a una situación en la cual se
presuma que se han cometido crímenes que son competencia de la CPI. Para este fin, el Fiscal
podrá recibir información por parte de organizaciones no gubernamentales, agencias u
organismos interestatales, así como de otras fuentes que considere fidedignas (Artículos 13
y 15 ER).
En el supuesto al que se refiere el párrafo anterior, el Fiscal analizará la información que sea
recibida en su oficina y podrá, en su caso, solicitar información adicional a cualquier fuente
que considere apropiada a fin de determinar si existe fundamento suficiente para abrir una
investigación. En caso de que, con base en el análisis realizado, concluya que efectivamente
existen bases para iniciar una investigación, el Fiscal deberá de presentar dicha información
a la Sala de Cuestiones Preliminares que corresponda con el objetivo de obtener su
autorización. En otras palabras, el Fiscal únicamente podrá iniciar una Investigación cuando,
actuando de motu propio, cuente con la autorización de la Sala de Cuestiones Preliminares
(Artículos 13, 15 y 18 ER).
B) ELEMENTOS A CONSIDERAR POR EL FISCAL DURANTE LA ETAPA DE
ANÁLISI DE LA INFORMACIÓN
Ya sea que la situación haya sido remitida por un Estado parte o por el CS o que el Fiscal se
encuentre analizando información recibida a fin de determinar si existen bases para el inicio
de una investigación, durante dicho proceso el Fiscal deberá de tomar en cuenta (Artículo 53
ER):
- Si la información constituye fundamento razonable para creer que se ha cometido un crimen
que sea de competencia de la CPI, teniendo en cuenta todos los requisitos de competencia:
en razón del territorio, de la persona, del tiempo y de la materia;
- Si la causa, a primera vista, parece ser admisible;
- Si la CPI puede ser competente y la causa admisible, también deberá tomar en cuenta el
interés de las víctimas, y si la investigación redundaría en el interés de la justicia.
Si después de este análisis, el Fiscal concluye no abrir la investigación, dicha decisión será
informada a: (i) la Sala de Cuestiones Preliminares correspondiente; (ii) el Estado que haya
remitido la situación al Fiscal, o (iii) al CS, si éste fue el que remitió el caso. Cualquiera que
haya remitido la situación podrá solicitar a la Sala de Cuestiones Preliminares que examine
la decisión del Fiscal, a fin de solicitarle que reconsidere su decisión. Adicionalmente, la Sala
de Cuestiones Preliminares podrá revisar de oficio la decisión del Fiscal si esta se basa
únicamente en el último supuesto, es decir, que dicha investigación no redundará en el interés
de la justicia. (Artículo 53 ER).
Una vez que el Fiscal ha determinado, después del análisis de la información remitida o
recibida por alguna fuente fidedigna y con la autorización de la Sala de Cuestiones
Preliminares, comenzar la investigación, se deberá de notificar a todos los Estados parte del
ER y a aquellos que, a pesar de no ser parte del tratado, ejercerían normalmente jurisdicción
sobre los crímenes.
Dicha información será remitida a los Estados en carácter de confidencial y el Fiscal podrá
determinar, de manera discrecional, el alcance de la información que se proporcione a los
Estados. (Artículo 18 ER) Esta notificación tiene como finalidad recibir información por
parte de los Estados que podrían ejercer su jurisdicción, con respecto a posibles
investigaciones o procesos penales que se hayan seguido o se estén desarrollando ante los
sistemas nacionales de administración de justicia. Ello con el fin de determinar la
admisibilidad o inadmisibilidad de un caso y cumplir, así, con el principio de
complementariedad que debe de regir la relación entre la CPI y las jurisdicciones nacionales
(Artículo 18 ER).
“[…] Puede haber casos en que un tercer Estado tenga jurisdicción extraterritorial, pero que
todas las partes interesadas acuerden que la Corte ha desarrollado experiencia y pruebas
superiores con respecto a la situación, convirtiendo a la Corte en un foro más adecuado. En
tales casos no habrá una pregunta de la “falta de voluntad” o “incapacidad” de conformidad
con el artículo 17 [del ER].” Información obtenida de: Paper on some policy issues before
the Office of the Prosecutor, 2003, pág. 5.
Dentro del mes siguiente a la notificación, cualquier Estado podrá informar al Fiscal que se
encuentra realizando una investigación con respecto a sus nacionales u otras personas bajo
su jurisdicción con respecto a los mismos hechos que el Fiscal conoce. En este caso, el Estado
que esté realizando la investigación o el proceso respectivo podrá solicitar al Fiscal se inhiba
de ejercer su competencia, en cuyo caso deberá, en principio, suspender las indagatorias a
menos que obtenga la autorización de la Sala de Cuestiones Preliminares de continuar con la
investigación. (Artículo 18 ER).
En todo caso, cuando el Fiscal haya inhibido su competencia, podrá solicitar al Estado de que
se trate, que le presente información periódica sobre el desarrollo de las investigaciones. El
Fiscal podrá, al cabo de seis meses, revisar su decisión a la luz de la información
proporcionada. Adicionalmente, el Fiscal podrá revisar y modificar su decisión en cualquier
momento en el que se produzca un cambio significativo en las circunstancias, siempre que
éstas apunten a que el Estado no puede o no quiere llevar a cabo la investigación o el
enjuiciamiento correspondiente. (Artículo 18 ER).
En caso de que la impugnación sea presentada por un Estado bajo el argumento de que éste
se encuentra realizando una investigación o haya llevado a cabo un juicio que verse sobre los
mismos hechos en los que se fundamentan los cargos contra determinada persona, el Fiscal
deberá de suspender toda actuación hasta que la Sala respectiva se pronuncie al respecto.
En este supuesto el Fiscal podrá solicitar al Estado en cuestión el envío de información con
respecto a las actuaciones que se estén realizando, o hayan realizado ante autoridades
nacionales. En todo caso, la impugnación no afectará las actuaciones que hasta ese momento
haya realizado el Fiscal (Artículo 19 ER).
El ER contempla, sin embargo, la posibilidad de que el Fiscal realice ciertas actuaciones
hasta que la Sala correspondiente se pronuncie sobre la impugnación, a fin de garantizar la
eficacia del proceso (Artículo 19 ER). Las actuaciones que podrán ser realizadas por el Fiscal,
con autorización de la Sala respectiva, son:
1. Indagaciones cuando se presente una oportunidad única de obtener pruebas de
trascendencia;
2. Tomar declaraciones a testigos o completar la recolección y examen de pruebas que se
hayan iniciado con anterioridad a la presentación de la impugnación;
3. Tomar medidas necesarias, con base en la cooperación con los Estados, para evitar que
una persona contra la cual se haya dictado una orden de detención eluda la acción de la
justicia.
Las decisiones con respecto a las cuestiones de competencia o admisibilidad, así como a la
impugnación de éstas podrán ser apeladas por cualquiera de las partes legitimadas para
presentar dichas impugnaciones. Adicionalmente, en caso de que la Sala correspondiente
haya determinado la incompetencia de la CPI o la inadmisibilidad del caso, el Fiscal podrá
solicitar que dicha decisión sea revisada cuando se cuente con nueva información que
invalidez los motivos que la sustentan (Artículo 19 ER).
La detención será realizada por los Estados, con base en las normas generales de cooperación
establecidas en el ER, cualquier acuerdo especial que en esta materia se haya establecido y
la legislación nacional. Adicionalmente, de conformidad con el ER, tan pronto como la
persona sea detenida, será presentada ante alguna autoridad nacional judicial competente la
cual deberá determinar, con base en la legislación nacional:
- Aplicabilidad de la orden a la persona que ha sido detenida;
- Legalidad de la detención;
- Si se han garantizado los derechos del acusado.
El Estado que haya detenido a la persona deberá entregarla a la CPI tan pronto como los
requisitos mínimos para la entrega han sido cumplidos.
3.3.5) PRIMERAS DILIGENCIAS CONFIRMACIÓN DEL CASO
Durante la audiencia de confirmación de cargos, el Fiscal deberá presentar las pruebas con
respecto a cada uno de los cargos, a fin de demostrar que existen motivos fundados para creer
que la persona acusada cometió el crimen que se le imputa.
La fecha de la audiencia de confirmación de cargos deberá fijarse, de conformidad con las
Reglas de Procedimiento y Prueba, durante la primera comparecencia de la persona acusada
ante la CPI. En dicha audiencia, la Sala de Cuestiones Preliminares confirmará los cargos por
los cuales el Fiscal intenta pedir el procesamiento de la persona.
En preparación a la audiencia de confirmación de cargos, la persona acusada deberá tener
acceso a las pruebas e información con las que cuente el Fiscal. La persona acusada podrá
ser asistida, en todo momento, por un abogado.
Durante esta audiencia, la persona acusada podrá:
- Presentar objeciones u observaciones sobre las actuaciones realizadas por la CPI con
anterioridad a la audiencia, siendo esta audiencia la última oportunidad procesal para
presentar dichas objeciones;
- Impugnar los cargos que se le imputan;
- Impugnar los medios de prueba presentados por el Fiscal;
- Presentar medios de prueba adicionales.
Esta audiencia se celebrará en presencia del Fiscal y de la persona imputada, así como de su
defensor. La Sala de Cuestiones Preliminares, a solicitud del Fiscal o de oficio, puede
celebrar una audiencia en ausencia de la persona acusada para confirmar los cargos en los
cuales el Fiscal se basa para pedir el enjuiciamiento cuando la persona imputada:
a) Haya renunciado a su derecho a estar presente; o
b) Haya huido o no sea posible encontrarlo, y se hayan tomado todas las medidas razonables
para asegurar su comparecencia ante la CPI e informarle de los cargos y de que se celebrará
una audiencia para confirmarlos.
En este caso, la persona imputada estará representado por un defensor cuando la Sala de
Cuestiones Preliminares resuelva que debe ser así en aras de una justicia rápida y expedita.
Después de escuchar a las dos partes, la Sala de Cuestiones Preliminares podrá determinar
que:
1. Confirma los cargos por considerar que existen pruebas suficientes, asignando a la persona
acusada a una Sala de Primera instancia para que continúe el Procedimiento;
2. No confirma los cargos por considerar que no existen pruebas suficientes;
3. Levantar la audiencia solicitando al Fiscal que presente más pruebas con respecto a algún
cargo o se modifique algún cargo por considerar que las pruebas presentadas soportan la
comisión de un crimen distinto.
El Fiscal podrá modificar los cargos antes de la celebración de la audiencia con sólo notificar
dicha modificación a la Sala de Cuestiones Preliminares y al acusado con, por lo menos,
quince días de anticipación a la realización de la audiencia. No obstante, el Fiscal podrá
modificar los cargos, de forma excepcional y con la autorización de la Sala de Cuestiones
Preliminares, después de la celebración de la audiencia y hasta antes de iniciar el juicio.
Por principio general del derecho, todas las órdenes dictadas dejarán de tener efecto con
respecto a los cargos que no hayan sido confirmados por la Sala de Cuestiones Preliminares
o hayan sido retirados por el Fiscal, ya que estas órdenes o providencias son accesorios del
cargo que se imputa.
Una vez concluidas las actuaciones de las partes en el juicio y presentados los alegatos
finales, la Sala de Primera Instancia procederá a considerar las pruebas presentadas a fin de
resolver sobre la responsabilidad individual de la persona acusada con respecto a los crímenes
que se le imputan. Dichas deliberaciones serán secretas y durante ellas deberán estar
presentes todos los magistrados asignados a la Sala correspondiente.
Los magistrados procurarán adoptar su fallo por unanimidad, pero, de no ser posible, éste
será adoptado por mayoría. En este último caso, el fallo deberá incluir las opiniones de la
mayoría y de la minoría.
El fallo de la Sala de Primera Instancia deberá constar por escrito y contener una exposición
fundada y completa de la evaluación de las pruebas y del juicio, así como las conclusiones.
Dicho fallo únicamente podrá referirse a los hechos y circunstancias descritos en los cargos
(o en sus modificaciones), y fundarse en las pruebas presentadas y examinadas ante la propia
CPI.
La lectura del fallo o de un resumen de éste se hará en sesión pública y, de ser posible, en
presencia de la persona acusada. En caso de que el fallo sea condenatorio, la Sala de Primera
Instancia impondrá la pena que considere apropiada considerando todas las circunstancias de
hecho y derecho que hayan sido probadas durante el juicio; asimismo, tomará en cuenta las
conclusiones presentadas por las partes con respecto a la pena.
La pena podrá decidirse en la misma audiencia en la que se dé a conocer el fallo o en
audiencia posterior si la Sala de Primera Instancia así lo considera pertinente, o si el Fiscal o
la persona acusada así lo solicitan. En cualquier caso, durante la audiencia en la que se
determine la pena, tanto el Fiscal como la Defensa podrán pedir que se practiquen nuevas
diligencias de prueba o ampliar sus conclusiones si, en ambos casos, es relevante para la
imposición de la pena.
De conformidad con el ER la CPI podrá imponer una de las penas que se señalan a
continuación a quienes encuentre penalmente responsables por la comisión de un crimen de
su competencia:
- Privación de la libertad, o prisión, por un número determinado de años que no exceda de
30;
- Privación de la libertad a perpetuidad en casos excepcionales cuando la gravedad del crimen
y las circunstancias personales del condenado así lo ameriten.
En caso que la persona sea encontrada culpable por más de un cargo, se deberá imponer una
pena por cada uno de ellos, además de una penal común; la pena común no podrá ser inferior
a la más alta de las penas impuestas para cada cargo y no excederá de 30 años, a menos que
se determine un caso de excepcionalidad con prisión perpetua. Al tiempo impuesto con
respecto a la pena privativa de la libertad se le deducirá al tiempo que la persona haya estado
bajo detención por orden de la CPI. Además, la CPI podrá disponer que se sume el tiempo
que la persona estuvo detenida o presa en relación con el crimen sobre el que la CPI tuvo
conocimiento.
Además de las penas privativas de la libertad, la CPI podrá imponer multas o decomisar
productos, bienes y haberes que procedan del crimen, dejando siempre a salvo cualquier
derecho que terceros pudieran tener.
Como en los sistemas penales nacionales, y de conformidad con las normas sobre debido
proceso reconocidas por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, las decisiones
y fallos emitidos por las Salas Cuestiones Preliminares o de Primera Instancia podrán ser
apeladas por las partes en el proceso ante la Sala de Apelaciones.
De forma general, las partes en el proceso podrán apelar las decisiones que versen sobre:
- Competencia y admisibilidad;
- Autorización o declinación de la libertad provisional de la persona acusada;
- Adopción por parte de la Sala de Cuestiones Preliminares, actuando de oficio, de medidas
relativas a la investigación cuando exista una oportunidad única para reunir, examinar o
verificar una prueba, las cuales no han sido solicitadas por el Fiscal y se estiman relevantes
para la defensa;
Asimismo, podrán apelarse aquellas decisiones que puedan afectar la justicia o prontitud del
juicio y respecto de las cuales, en opinión de las Salas de Cuestiones Preliminares o de
Primera Instancia, una decisión de la Sala de Apelaciones pudiera acelerar el proceso.
Además de las normas sobre apelación de decisiones generales emitidas por las Salas, el ER
prevé la posibilidad de apelar el fallo exculpatorio o condenatorio emitido por la Sala de
Primera Instancia, así como la pena impuesta al condenado por dicha sala.
En caso que el Fiscal apele un fallo absolutorio, la Sala de Primera Instancia podrá ordenar
que la persona permanezca en libertad durante el tiempo en el que se sustancia la apelación.
Sin embargo, en caso que se compruebe existe un riesgo de fuga, o con base en la gravedad
del crimen, la Sala de Primera Instancia podrá resolver que la persona se mantenga en
detención en tanto se resuelve la apelación.
Adicionalmente, tanto el Fiscal como el sentenciado podrán apelar la pena impuesta por la
Sala de Primera Instancia por considerar que la misma es desproporcionada con respecto a la
naturaleza y circunstancias del crimen.
En caso que se apele un fallo condenatorio, por regla general, el condenado permanecerá
detenido, a menos que la Sala de Primera Instancia ordene lo contrario. Sin embargo, en caso
que el condenado haya permanecido en detención por un periodo mayor al de la pena
impuesta, éste será puesto inmediatamente en libertad. El Fiscal podrá, de conformidad con
el procedimiento establecido, apelar también esta decisión.
La Corte Penal Internacional sólo tendrá jurisdicción sobre casos que se hayan producido
bajo ciertas circunstancias. Estas circunstancias incluyen la aceptación por parte de un Estado
de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, una remisión del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas, y cuando un Estado Parte esté genuinamente imposibilitado o le falte
voluntad para ejercer su jurisdicción nacional. Un Estado se considera sin voluntad para
investigar cuando la Corte encuentra que en los procedimientos nacionales, la decisión de no
investigar o enjuiciar, tiene por objeto y está dirigida a resguardar a una persona de la justicia.
Lo mismo ocurre en los casos en los cuales los procedimientos hayan sido injustificadamente
lentos o faltos de imparcialidad. En estos casos, la Corte considerará que el Estado no está
llevando a cabo genuinamente la investigación ni el enjuiciamiento. Un Estado se considera
imposibilitado de investigar cuando ha habido un colapso total o parcial o incapacidad del
sistema judicial nacional que traiga como resultado la imposibilidad de poder llevar a cabo
estos procesos.
----- BIBLIOGRAFÍA
Bassioni, Mahmoud Cherif, (2002). La Corte Penal Internacional (texto integrado del
Estatuto de Roma). Colombia, Bogotá: Leyer.
PAGINAS WED
https://www.minjus.gob.pe/wp-content/uploads/2014/03/ESTATUTO-DE-ROMA-
CORTE-PENAL-INTERNACIONAL.pdf
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