Fuentes de la fiscalía federal especializada en el delito de trata de personas, que conduce la fiscal Alejandra Mangano, sintetizan lo que pasó con los menores de seis años en los últimos cinco años. Se aplicó la Alerta Sofía --medidas urgentes de búsqueda de chicos-- en cinco ocasiones entre 2019 y 2024. Un caso fue el de Guadalupe Lucero en San Luis, 5 años. Nunca apareció. La hipótesis es que alguien la abusó sexualmente y la mató. El cuerpo no se encontró. Las otras Alertas Sofía libradas fueron por un bebé robado --se recuperó-- y dos nenas de cinco años, abusadas, pero recuperadas. El quinto caso es el de Loan. La revisión de esos cinco casos traza una idea de las posibles hipótesis en danza, formuladas desde la propia fiscalía y respaldadas también por el conocido profesor de criminalística Raúl Torre.


La hipótesis de un accidente

“Desde ya que no se puede descartar la hipótesis del accidente --señala Torre--. Es decir que el chico se cayó en una laguna o en un pozo y no se lo haya encontrado. No es sólo que puede haber rastrillajes precarios, fallidos. Yo estuve en gran cantidad de casos similares y en campos como esos, a veces uno pasa a un metro de un matorral y no ve un cuerpo. De manera que es una hipótesis vigente”. En la fiscalía que conduce Mangano coinciden en que es una alternativa a la que hay que prestarle máxima atención. Nadie se olvida del caso de la familia Pomar, en que se rastrilló durante días y el auto de los Pomar apareció a 10 metros de la ruta. Los responsables de los rastrillajes terminaron procesados. En la conferencia de prensa, los fiscales dijeron que estuvieron en el lugar y "en función de nuestra sana crítica concluimos que el niño no podría haber ido a ningún lado, porque delante había un monte y a los costados un alambrado". Es un razonamiento endeble y únicamente fundado en la odorología de los perros.

La hipótesis del abuso sexual

La segunda hipótesis es el abuso sexual seguido de muerte. Es lo que habría pasado con Guadalupe en San Luis y con las otras dos nenas, por las que se puso en marcha el Alerta que lleva el nombre de Sofía Herrera, la nena que desapareció en Tierra del Fuego en 2008. “En las historias con los delitos contra la integridad sexual --insiste Torre--, muchas veces devienen en homicidio porque la víctima, el chiquito, conoce al abusador o tiene la referencia geográfica donde fue, lo que también termina marcando al abusador”. En ese delito, los chicos que se llevan para la trata suelen ser chicos de la calle o pertenecientes a familias de fuerte deterioro, pero no se puede descartar que alguien haya visto la oportunidad en Loan y lo violentó.

La hipótesis de la trata

Esas dos hipótesis, la del accidente, unido a la búsqueda fallida, y la del abuso sexual y homicidio, serían las principales. La tercera --el secuestro para venderlo o entregarlo-- no se puede desechar del todo, aunque tanto la fiscalía como Torre le ven menos posibilidades. Lo que conduce hasta ahora a esta hipótesis es que un perro o más de uno marcaron el automóvil Ford K de Carlos Pérez y María Victoria Caillava como un lugar donde se encontró el olor de Loan. En el ambiente de los criminalistas siempre valorizan el trabajo de los perros, pero también lo relativizan: “Un perro depende de la interpretación del instructor. Y para los instructores, ese es su momento de gloria. Tienen un enorme afán de protagonismo. De manera que lo que marca el perro tiene que ser muy compatible con otras evidencias. Si un perro me marca una valija con cocaína, la cocaína tiene que estar. Si me marca que en una casa hay un cadáver, el cadaver tiene que estar, pero si me indica dónde estuvo un niño y el niño no está, se necesitan otras evidencias”, analiza un viejo investigador policial. Habrá que ver entonces qué responden Pérez y Caillava en las indagatorias, el análisis de sus celulares --tanto de comunicaciones como de geolocalización-- y si en toda esa prueba surgen evidencias más sólidas.

Hacia el mediodía de este lunes se resolvió el pase de la causa a la justicia federal, con la calificación de "captación de menores con fies de trata". En la justicia federal, en el atardecer el lunes, no habían recibido el expediente y dudan mucho si existen elementos --más allá de lo que marcaron los perros-- para el pase de la causa. Hay mucho olor a que la justicia ordinaria se quiere sacar la papa caliente de la causa de encima.

Pese a que se mencionan una multitud de casos de desaparición de chicos, la realidad es que la casi totalidad son adolescentes que se fugan del hogar. Y en más del 90 por ciento de los casos, esos adolescentes reaparecen. Como se señala desde la fiscalía especializada en trata, los niños que verdaderamente pusieron en marcha las alertas fueron sólo cinco en los últimos cinco años. Cada caso es un drama, por supuesto, pero no hay cientos ni decenas de hechos semejantes.

"Un dato de importancia --resume Torre-- es que evidentemente no hubo preparación alguna en la desaparición de Loan. No fue un hecho planificado. El padre y el chico llegaron al almuerzo de improviso, hubo otros chicos en ese encuentro y nadie podía prever que salieran sin el padre a recoger naranjas. Aun si hubiera abuso, fue algo así como el aprovechamiento de la oportunidad".

Finalmente, en el cuadro de situación, aparece evidente la precaria actuación de las fuerzas policiales locales --la búsqueda en el pantanal, casi en calzoncillos, sin material adecuado-- y el nulo respaldo del Ministerio de Seguridad. Patricia Bullrich, que dedica mucho tiempo a tuitear, apareció por primera vez el domingo: para entonces ya podría haberse enviado, entre otras cosas, un equipo que maneje la investigación de comunicaciones y que establezca los cruces entre todos los sospechosos, así como la geolocalización de las pocas personas que deben haber transitado ese lugar en las horas en que desapareció Loan.

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