El argumento del gobierno nacional al anunciar la disolución de la Subsecretaría de Prevención de las Violencias por motivos de género fue que "ninguna de sus acciones concluyó en la baja del índice del delito". Sin dar muchas más explicaciones que esa, desarmó la institucionalización de políticas que fue una conquista del movimiento de mujeres y feminista. El mismo 10 de diciembre se eliminó el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, una promesa de campaña del presidente Javier Milei. Pero ¿qué significa esto en términos de las políticas que se venían construyendo? La socióloga Agustina Rossi, investigadora del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), y autora del libro Nunca seremos las mismas, la vida de las mujeres después del Ni Una Menos recordó que la creación del Ministerio no fue una dádiva ni un capricho

"Contar con un Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad es un logro de todo el movimiento de mujeres, de feministas y diversidades porque logró jerarquizar la agenda de género. Esto es importante porque permitió que en la mesa donde se toman las decisiones de las políticas de todo el país hubiera una persona promoviendo una agenda orientada a la reducción de las brechas de género, al abordaje de las violencias, a la identificación de cuáles son aquellas prácticas que hoy por hoy seguimos teniendo tan naturalizadas y que derivan en que las mujeres y las diversidades continuemos estando en una posición de subordinación, de opresión y de menor acceso a recursos, de menores posibilidades de desarrollo personal, profesional, político, etc", dijo la investigadora. 

-Dado que la justificación del cierre de la Subsecretaría es que los femicidios no fueron evitados, ¿qué políticas concretas se pueden señalar como preventoras de las violencias de género letales?

-En primer lugar, es importante mencionar que para decir si cualquier política fue efectiva en su objetivo o no, necesitamos que sea sostenida por un período de tiempo considerable y que cuente con recursos. Hablo de recursos humanos, recursos materiales, recursos financieros. Entonces, es muy difícil poder decir que una política fracasó, que una política como la del programa Acompañar fracasó en su objetivo de prevenir las violencias, porque no se redujeron los femicidios en un periodo tan corto como el de cuatro años.

La investigadora recuerda que las violencias de género no son episódicas, sino estructurales. "Cuando hablamos de prevenir, de atender las violencias, de erradicar las violencias de género, estamos hablando de provocar cambios a nivel estructural, cambios sociales, económicos, políticos, culturales, simbólicos y estos necesitan tiempo, necesitan ser sostenidos y ser fortalecidos. Entonces, efectivamente, no hemos visto en la última década un cambio significativo en la tasa de femicidios pero esto no quiere decir que no sea necesario seguir impulsando las políticas, sino más bien nos tiene que hacer pensar la manera en la que estos programas que han demostrado por experiencias anteriores ser exitosos para que las mujeres cuenten con mejores posibilidades para salir del círculo de la violencia, estén más extendidos, lleguen a más mujeres y que estas mujeres también conozcan cuáles son sus derechos, conozcan que existen estas opciones y busquen esa ayuda que les puede salvar la vida".

Entre los programas fundamentales para trabajar en la prevención de femicidios, Rossi señaló a la línea 144, que funciona 24 horas 7 días de la semana, los 365 días del año. "Esta es una herramienta fundamental porque estamos diciendo que cualquier persona, no importa dónde vivas, no importa la hora en la que te animes o la hora en la que necesites buscar ayuda, vas a encontrar a una profesional del otro lado del teléfono que te va a poder dar contención y que te va a poder explicar cuáles son tus opciones, cuáles son los dispositivos que están cercanos a vos, cuáles son tus derechos, qué podés hacer si querés salir de esa situación de violencia". 

Rossi recordó que la línea 144 cumplió 10 años en el 2023, el año pasado. "Es una línea que ha sido sostenida por gobiernos de todos los colores políticos porque se entiende que no puede salirse de la violencia si no contamos con asesoramiento y atención en una situación tan grave".

El otro programa que consideró fundamental "a la hora de prevenir" es el programa Acompañar. "Este programa brinda apoyo económico a mujeres y diversidades que se encuentran viviendo una situación de violencia de género y que se encuentran en un nivel de riesgo alto o altísimo para su integridad física. ¿Por qué es tan importante? Porque sabemos que las mujeres y las diversidades que no tienen autonomía económica encuentran mayores obstáculos para poder abandonar la vivienda o el vínculo violento", detalló la investigadora. Sin autonomía económica es muy difícil tomar la decisión de irse "porque no saben cómo van a poder acceder a una vivienda segura, no saben cómo van a poder subsistir día a día". 

La evidencia empírica demuestra que no se trata sólo de la persona en situación de violencia. "Cuando una mujer se va del hogar porque el violento está poniendo en riesgo su vida, se va con sus hijos y esa mujer está preocupada por poder garantizar que sus hijos tengan las necesidades básicas cubiertas. Entonces, es indispensable poder facilitarle los recursos económicos para que ella no tenga que decidir entre su propia vida, su propia salud e integridad física o comer a diario", señaló. 

Para Rossi, "los programas para garantizar el acceso a la justicia son fundamentales, lamentablemente hoy la justicia funciona para las mujeres como un laberinto muy difícil de sortear y es un espacio donde suelen ser más bien re victimizadas, no son escuchadas, no son creídas y no se les ofrecen medidas de protección ni medidas de reparación de los hechos que sufrieron. Entonces muchas mujeres deciden ni siquiera buscar ayuda en los organismos judiciales. Es muy importante también pensar cómo podemos facilitar este acceso a la justicia". 

Recuerda que el cuerpo de abogados y abogadas para mujeres en situación de violencia fue creado en 2015, y hoy cuenta con apenas 14 profesionales distribuidos en todo el país, es decir, hay sólo 14 abogados y abogadas que están prestando patrocinio jurídico gratuito a las mujeres víctimas de violencia.

"Si pensamos que según las estadísticas que tenemos en Argentina, una de cada dos mujeres ha vivido en algún momento violencia doméstica, podemos muy rápidamente darnos cuenta que si hay 14 abogadxs es como que no hubiera nada. Entonces esta es una gran deuda que tenemos con las mujeres y diversidades que sufren violencia.", señaló la investigadora. 

Lo que Rossi señala es la falacia que sostiene el discurso contra las políticas de género. "La jerarquización de la agenda a través de la creación del Ministerio no se tradujo, por ejemplo, en un fortalecimiento del presupuesto. Sabemos que era el segundo ministerio con menos presupuesto. Ocupaba únicamente un 0,02% del presupuesto nacional. Hubo mucha desinformación al respecto y eso generó muchos niveles de indignación que estaban fogoneados claramente por una agenda antiderecho que quería generar esta confusión y este caos para indignar a las personas diciendo que el ministerio de las mujeres, por ejemplo, recibía el 14% del presupuesto nacional y lo gastaba en facturas", subrayó Rossi. Así -con la prédica constante en redes sociales y medios de comunicación afines- crearon una idea errónea. "Vemos es claramente que había un ataque continuo sobre las políticas de género como algo que no importaba, que quería continuamente denigrarse, quitarle importancia a través de estrategias de desinformación falsas pero que cimentaron en las mentes de las personas que la verdad que el ministerio era una pérdida de dinero que no servía para nada". Allí estriba el nulo costo social de eliminar el Ministerio. 

Sin embargo, a Rossi le parece importante señalar que el Ministerio "tuvo muchas políticas acertadas". Cree que "logró ampliar la mirada sobre la que se estaba trabajando anteriormente respecto a las violencias y pudo integrar en una agenda las desigualdades sociales de género, las desigualdades en el acceso a la política, la toma de decisiones, las desigualdades en el acceso al mercado con el abordaje de las violencias y el abordaje de las discriminaciones que sufren las diversidades".