Park Dong‑ho, decidido a cambiar el juego, intenta asesinar al presidente, pero Jeong Su‑jin interviene rápidamente en beneficio de sus propios intereses.
Armado con valiosa información, Kang Sang‑un le hace una oferta a Dong-ho, quien tiene un inconveniente al momento de iniciar una exhaustiva investigación.
Dong‑ho lo arriesga todo para reiniciar la investigación antes de que el presidente despierte. Su‑jin responde con una estrategia despiadada.
Dong-ho se concentra en la campaña para la elección presidencial y le tiende una trampa a Su-jin. Después, emplea métodos poco éticos para tomar la delantera.
Dong‑ho, a quien muchos le piden la renuncia, confronta a Su‑jin en privado. En un debate contra Jo Sang‑cheon, ve su campaña afectada por su postura ante Corea del Norte.
Su‑jin ya conoce el talón de Aquiles de Dong‑ho, pero él tiene un as en la manga. Luego, Su-jin se concentra en Park Chang‑sik.
Mientras se ejecuta un plan para exponer a Su‑jin ante el público, ella intenta poner a Lee Jang‑seok en contra de Dong-ho antes de la audiencia.
Su‑jin es primera ministra, y Dong‑ho se reúne con el presidente Kang para destruir el círculo de confianza de la nueva mandataria, lo que la obliga a planear su venganza.
Su‑jin prepara a Sang‑un para que dé un testimonio que cambie la opinión pública. Ante su posible destitución, Dong‑ho acude al presidente Kang.
Dong‑ho se expone para llevar a sus enemigos ante la justicia, incriminándose a sí mismo. Su‑jin no se detiene ante nada para hacer que arresten al presidente.
Su‑jin desvía la investigación a Daejin y vuelve a poner a Dong-ho bajo escrutinio público. Mientras una huelga amenaza el poder del presidente, él toma medidas desesperadas.
El acto final de Dong‑ho obliga a Su‑jin a tomar la decisión más difícil: decir la verdad o caer en desgracia. ¿La justicia prevalecerá esta vez?