Cha Yu-ri, fantasma desde hace cinco años, se da cuenta de que su hija puede verla. Precisamente cuando acepta que es hora de pasar de página, la hacen reencarnar.
Cho Gang-hwa queda impactado ante la visión de Yu-ri, quien tiene solo 49 días para hallar el lugar que le corresponde. Y por si fuera poco, Cho Seo-woo ha desaparecido.
Gang-hwa no sabe cómo revelar que se ha casado. Con el fin de proteger a Seo-woo de fantasmas en acecho, Yu-ri le echa el ojo a una vacante en el preescolar.
Gang-hwa se preocupa cuando a Oh Min-jeong le resulta conocido el rostro de Yu-ri. En su nuevo trabajo en el preescolar, Yu-ri se entera del secreto del niño fantasma.
La forma humana de Yu-ri causa revuelo con los fantasmas del columbario. Yu-ri mete la pata enfrente de Gang-hwa y Min-jeong en el preescolar.
Min-jeong despierta con una misteriosa herida en el rostro y analiza una decisión importante. Entre tanto, Gang-hwa enfrenta medidas disciplinarias en el hospital.
Yu-ri se reúne con Min-jeong para hablar sobre una oportunidad de trabajo. Al cumplir un deseo de la familia de Jang Pil-seung, Yu-ri se halla en una situación extraña.
Yu-ri ve un fantasma y se da cuenta de las desafortunadas circunstancias de su hija. Luego, se cruza con alguien que no debería de verla.
Decidida a echar a un fantasma indeseado de la casa de Seo-woo, Yu-ri comienza a cuidar de ella. Gang-hwa mete la pata en grande.
Con la mitad de sus días asignados ya vividos, Yu-ri se concentra en cuidar de Seo-woo (y de Min-jeong). En otra parte, Gang-hwa y Jeon Eun-suk vuelven a encontrarse.
La llegada de un huésped inesperado pone nerviosa a la señorita Mi-dong. Yu-ri, Min-jeong y Go Hyeon-jeong se hartan de las madres bravuconas del preescolar.
Gang‑hwa se estremece cuando oye a Seo‑woo mencionar a Yu‑ri. Mientras tanto, Yu‑ri hace frente a la situación y, además, lidia con una repentina amenaza: un exorcista.
Gang‑hwa se entera de que Yu‑ri estuvo a su lado todo el tiempo y se prepara para sincerarse con Min‑jeong. Los vecinos murmuran acerca de ellos tres.
Volver al quirófano no resulta fácil para Gang‑hwa. Después de pasar un día con Hyeon‑jeong y su familia, Yu‑ri llega a una conclusión desgarradora.
Si Yu‑ri quiere quedarse y vivir, tendrá que reasumir la posición que le corresponde. Cuando Gang‑hwa decide hacerlo realidad, Min‑jeong le informa que se va.
Se esclarece el motivo por el cual revivieron a Yu‑ri. Su plazo de 49 días se agota, y ahora solo queda que tome una decisión.