La competencia comienza con un clásico: el platillo combinado. Dos carnes y dos guarniciones que hacen agua la boca.
Los competidores preparan un festín para 50 trabajadores de la primera línea de emergencia. El menú: empuje en trozo, chuletas de cerdo, hamburguesas con queso y más.
Hora de celebrar el mayor invento de la historia de la comida: las costillas. Los asadores preparan costillas de cerdo y de res, unas con una salsa y otras con un aliño.
Los concursantes sirven tres sándwiches: uno de pollo con ensalada crujiente, uno de cerdo tierno y picante, y otro con cinco capas de carne de res y salchichas.
Los parrilleros experimentan con proteínas silvestres y sirven guiso de iguana, cola de castor crujiente y caimán desmenuzado.
En parejas, los concursantes trabajan con carnes de otras épocas y cocinan cordero, cabra y salmón entero en plataformas de madera y fosas abiertas.
Con ingredientes y equipos de Marruecos, Argentina y Japón, la competencia se pone picante y obliga a los parrilleros a explorar nuevas técnicas.
Los finalistas enfrentan el desafío máximo: construir su propio pozo y cocinar un cerdo entero y pecho. ¡Será una noche larga!
Artesanos de la barbacoa buscan demostrar sus habilidades en la parrilla, pero asar en la trinchera puede ser más intimidante de lo que esperaban.
Las cosas se ponen picantes cuando los jueces les piden a los asadores que elijan tres ejemplares entre una gran variedad de pimientos, que van desde muy suaves hasta arrolladores.
No queda otra, ¡a agarrar la pala! ¿Cuál es el desafío de hoy? Asar proteínas terrestres y marítimas en la trinchera, tanto sobre la tierra como debajo de ella.
Tras un dramático desayuno de barbacoa de campeones, los concursantes deben seguir jugando con fuego (y con sorpresas). ¿Cómo? Con un plato relleno que cause impacto.
Los cuatro domadores de llamas que siguen en pie recurren a la creatividad para cocinar carne desmenuzada y guarniciones con distintos ahumadores improvisados.
La competencia se vuelve muy personal cuando los cocineros ponen manos a la obra para deleitar con festines familiares inspirados en sus propias tradiciones navideñas.
Los semifinalistas enfrentan otro reto: compartir un domo donde deben suspender sus preparaciones sobre el fuego vivo mientras intentan asar un churrasco al estilo brasileño.
Solo quedan dos maestros asadores, y en la candente final, quien haga el mejor cerdo entero habrá ganado esta jugosa batalla de la barbacoa.
Los participantes inician la competencia cocinando una proteína con hueso y dos guarniciones que reflejan sus estilos únicos y sus historias personales.
La leyenda de la parrilla Tuffy Stone se une al jurado mientras los concursantes preparan platos infusionados con cerveza y sabores memorables.
La competencia sube la temperatura con el regreso de la trinchera en un desafío lleno de giros que celebra los sabores del mundo.
Dos parrilleros intentan evitar su eliminación en un duelo con pescados. Luego, los competidores se preparan para alimentar a una horda de hambrientos fanáticos del deporte.
El chef Matty Matheson («El oso») le baja la intensidad a la llama y pone a los parrilleros a crear una receta original de comida rápida... cocinada a fuego lento.
En el desafío más complicado a la fecha, los últimos cuatro competidores crearán una cortina de humo para que los otros no sepan cómo lograron un brisket épico.
El chef y célebre autor Kwame Onwuachi se suma al jurado para una comida dominical en la que se ponen de manifiesto las tradiciones familiares de cada parrillero.
En una batalla decisiva para ganar el codiciado título ―y el gran premio―, la pareja finalista crea menús de ensueño para sus propios restaurantes de barbacoa.