Mientras lucha por reinventarse, Halston recluta a un equipo de diseño para crear un estilo característico y encuentra inspiración en una nueva amiga: Liza Minelli.
Halston analiza un negocio funesto y conoce a un acompañante muy carismático. Viejas inseguridades plagan al diseñador antes de un histórico desfile de moda.
La creación de un nuevo perfume se convierte en una tarea tensa y emotiva para Halston, cuya vida amorosa se enreda cada vez más con su creciente imperio.
Las noches de exceso en Studio 54 y el consumo desenfrenado de cocaína llevan a Halston a una pérdida repentina, lazos rotos y una competencia feroz.
Su carrera y su vida personal se están yendo a pique. Cuando todo parece perdido, Halston recibe ayuda de una vieja amiga y decide emprender un último viaje.