Cuando Percival cumple dieciséis años, su abuelo le cuenta que hay un mundo enorme más allá de su lejano hogar. Pero al chico solo parece interesarle lo que van a cenar.
Mientras trata de encontrar a su padre, al que apenas conoce, Percival se topa con un grupo de artistas ambulantes que se ofrecen a llevarlo hasta el pueblo más cercano.
Aunque Percival lucha con uñas y dientes, el caballero negro aún no ha demostrado todo su poder. Un misterioso zorro rojo aparece de repente.
Cuando se despierta, Percival se da cuenta de que está siendo sometido a unos experimentos. Su captor le dice que la medicina que lleva tiempo creando ya está casi lista.
Para que su abuelo recupere su forma original, Nasiens tendrá que derrotar a otro caballero sagrado... y Percival está decidido a echarle una mano.
Percival y sus amigos se encuentran con una aguerrida joven llamada Anne que, en contra de los deseos de su padre, sueña con convertirse en caballero sagrado.
Percival, Anne y Nasiens se defienden con valentía, pero Ironside es un rival demasiado poderoso para ellos. Nadie sabe dónde está Donny.
Mientras Percival y compañía se afanan por destruir una oscura reliquia, una figura misteriosa se enfrenta a los monstruos que siembran el caos en la ciudad.
El grupo, al que ahora se ha unido una emocionada Anne, hace parada en la hostil ciudad de Cant, en donde Donny vive un incómodo reencuentro familiar.
Apresados, Howzer, Nasiens y los demás descubren que Edlin ha robado un huevo de dragón... poniendo en grave peligro a toda la ciudad.
Mientras Percival, Donny y Anne lo dan todo para intentar detener al destructor dragón, un Howzer todavía borracho le pide a Nasiens que le ayude a espabilarse.
De camino al reino de Liones, Sin tiene un sueño muy peculiar. A la mañana siguiente, y pese a la advertencia de un caminante, la banda acaba en un extraño pueblo.
Percival se enfrenta a Kellie, una poderosa y despiadada bestia mítica. La pandilla persigue a Ardbeg hasta una cueva misteriosa… y descubre que se trata de una trampa.
Ardbeg transforma con su magia a Percival y compañía en bebés indefensos. El anciano del clan de los demonios acude en su ayuda e impone un ultimátum.
Los hombres de Arturo, ocultos a lo lejos, tienden una emboscada a Gowther y Ardbeg. Percival y la banda recuperan su forma original y reanudan su peligroso viaje.
Percival y sus amigos se enfrentan a los Talismanes Oscuros, pero Fiddick urde un plan para aniquilar la fuente de poder de la joven cuadrilla.
Al llegar al reino de Liones, Percival y la pandilla se dirigen al castillo para conocer al rey. Pero este no está, y Percival se mete pronto en líos.
El antiguo rey tiene un sueño de mal agüero sobre los cuatro jinetes. Percival y sus amigos conocen a Tristán y parten en busca del cuarto caballero.
A Lancelot se le aparece una chica misteriosa que le anuncia una profecía. Entretanto, un borracho hostil provoca una pelea con un Caballero Sagrado Rubí.
Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis por fin coinciden en el mismo lugar. Sin embargo, no se ponen de acuerdo sobre cómo lidiar con Pellegarde… hasta que interviene Percival.
Varios miembros poderosos del clan de los demonios causan estragos en el reino por orden de Arturo. Meliodas trata de averiguar la verdad tras los motivos del rey Arturo.
Los cuatro jinetes colaboran para combatir a los siervos del caos. Por su parte, Lancelot presiente un peligro inminente y se encamina hacia el castillo.
En ausencia de Lancelot, Galand y Melascula resucitan fusionándose. Percival, Tristán y Gawain se ven superados y necesitan toda la ayuda posible.
Percival saca fuerzas de la esperanza del pueblo y se enfrenta a Mela-Galand, quien resulta ser una criatura demasiado poderosa. Tristán corre un gran riesgo para contraatacar.