Los gallegos que reciben cuidados paliativos en su casa se disparan un 37% en un año

Morir en casa es una opción que eligen cada vez más pacientes con enfermedades terminales. En 2023 un total de 1.127 personas recibieron cuidados paliativos en sus casas. Son un 37 por ciento más que el año anterior. Esto ha sido posible gracias al impulso del Plan de Hospitalización a Domicilio del Sergas que ha permitido ampliar los equipos con más personal y medios para prestar esta asistencia en el hogar.

Con los cuidados paliativos los equipos sanitarios buscan dar alivio tanto físico como emocional a los pacientes que se enfrentan a una enfermedad terminal. La mayor parte de los que reciben esta atención son enfermos de cáncer, aunque desde la Sociedade Galega de Coidados Paliativos (Sogacopal) advierten que ahora hay “una demanda cada vez más creciente de patologías crónicas no oncológicas” como la enfermedad respiratoria crónica, la insuficiencia cardíaca crónica, demencia avanzada, patología renal crónica terminal, enfermedad hepática o incluso ancianos con pluripatologías en estado avanzado que necesitan también estos cuidados.

La cifra de pacientes atendidos en sus domicilios pasó de 844 personas en 2021, a 822 en 2022 y se disparó a 1.127 el pasado año, según los datos del Sergas. A pesar de que cada vez son más los gallegos que optan por ser atendidos en casa en los últimos días de su vida, la mayoría de los pacientes que reciben cuidados paliativos son hospitalizados. En 2023 fueron 2.759. Aunque la cifra también ha aumentado, no lo ha hecho con la misma intensidad que en el caso de la atención a domicilio. Las personas atendidas en cuidados paliativos en el hospital aumentaron un 6 por ciento en un año.

Los enfermos terminales que reciben atención sanitaria en sus casas lo hacen gracias al programa HADO, de hospitalización a domicilio, que en 2023 prestó asistencia en total a 5.881 pacientes, una cifra que se ha elevado un 23 por ciento en solo dos años.

–¿En qué consisten los cuidados paliativos en el hogar?   

–Los equipos médicos que se dedican a los cuidados paliativos priorizan el alivio sintómatico tanto físico como emocional del paciente, pero la opción de llevarlos a cabo en casa, también permite la atención a pequeños placeres cotidianos y a los aspectos significativos que le dan sentido a la vida, incluso en situaciones de enfermedad grave.

–¿Ha crecido la demanda para recibir cuidados paliativos en el hogar?   

–El paciente prefiere estar mejor en su casa apoyado tanto por su médico de familia como por la hospitalización a domicilio. Pero, dependiendo de su complejidad, esto no es posible en ocasiones por lo que la atención tiene que ser hospitalaria. Otra cosa es donde se prefiere estar al final de la vida. Los españoles siguen prefiriendo morir en casa mayoritariamente y optarán por ello si estuviese en sus manos. Se trata de tener apoyo familiar en casa y de una cuestión cultural arraigada en el “tabú de la muerte” que queda reflejado en la infrautilización del Registro de Voluntades Anticipadas.

–Entonces, ¿no siempre es posible prestar estos cuidados en casa?   

–Hay pacientes que requieren una atención más intensiva en el control sintomático y por eso la hospitalización convencional es la mejor opción y ésta es la que hay que mejorar (que son los paliativos secundarios), así como la atención paliativa en Primaria. Se debe mejorar también la coordinación entre niveles asistenciales.

–En todo caso, ¿sería recomendable incrementar el número de pacientes atendidos en sus domicilios?   

–Sí. Considero que es fundamental disminuir la inequidad en el acceso a esta atención.

–¿Dispone el Sergas de suficientes recursos para prestar estos cuidados paliativos?

–Creo que hay que dotar a las Unidades de Cuidados Paliativos hospitalarias de una estructura común (camas hospitalarias para la atención del paliativo precoz), así como que todas las unidades tengan una consulta externa de cuidados paliativos y de un personal como mínimo de dos o tres profesionales por unidad. También se debe promover la docencia e investigación y tener un horario de atención 24 horas. Ha sido un gran avance, en todo caso, el desarrollo del Plan Gallego de Hospitalización a Domicilio, pero es una asignatura pendiente desarrollar el Plan de Cuidados Paliativos de 2007, que todavía no se ha materializado. Además deberíamos crear una unidad de referencia en la comunidad para la atención paliativa pediátrica.

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