El libre marisqueo languidece en la ría mientras los patrones reclaman un plan para su regeneración

La veintena de embarcaciones que acudieron a Os Lombos acabaron en otros bancos por la escasez de marisco en la zona | En O Bohído se detecta reclutamiento, pero se teme que muera por ser ‘rastreado’ continuamente

El panorama en Os Lombos fue totalmente desolador, con muy pocas embarcaciones, que abandonaron muy pronto.

El panorama en Os Lombos fue totalmente desolador, con muy pocas embarcaciones, que abandonaron muy pronto. / Noé Parga

A. G.

El libre marisqueo tiene muy pocas elementos a los que aferrarse de cara al futuro. La primera jornada de actividad deja la sensación de que la ría de Arousa está sumamente agotada, que hay reclutamiento en algunos bancos marisqueros, pero que si se le va a someter a la presión de los raños, acabará sucumbiendo al estrés de ser removidos a diario. Lo que está claro es que marisco de talla comercial apenas hay en O Bohído, ya que en Os Lombos se encuentra desaparecido, mientras que en Cabío suma una cantidad bastante insignificante. La única buena noticia que deja la jornada de ayer es que los precios son relativamente altos debido a la escasez de almeja con la que se encontraban los compradores en las lonjas. Sin embargo, los patrones mayores dudan mucho de que eso pueda acabar siendo la solución y, entre ellos, comienzan a levantarse voces que reclaman a la Consellería do Mar que diseñe un plan de regeneración de la ría sino quiere dejar morir el marisqueo a flote.

La jornada de ayer era la primera, una jornada en la que, hace tan solo unos pocos años, más de 400 embarcaciones poblarían Os Lombos do Ulla y O Bohído. Sin embargo, en el primero había tan solo 23 despachadas desde el día anterior, acudiendo solo 17, mientras que los despachos para el segundo punto fueron 171, aunque tan solo acudieron 144. Conseguir el cupo fijado por la Consellería do Mar fue una odisea, especialmente para casi todos los mariscadores que no acudieron a O Bohído, que regresaron a puerto con escasas capturas, en algunos casos, alejadas del tope, pese a que este ya no era muy alto. En O Bohído, la mayor parte de la flota consiguió el objetivo, pero con mucha dificultad. De hecho, a las 12.50 horas, no habían pasado por la batea de control ni un centenar de mariscadores, cuando en otros años ya habrían acabado todos.

Dos marineros lanzan su raño, ayer, en O Bohído.   | // NOÉ PARGA

O Bohído fue la zona más productiva ayer. / Noé Parga

En este último banco, los mariscadores reconocían en puerto que hay marisco que supera la talla comercial o no la alcanza por muy poco, pero que, además, se aprecia la presencia de una gran cantidad de reclutamiento. Ese optimismo hacia el futuro es muy relativo ya que los mariscadores temen que “para conseguir los tres kilogramos de cupo, tengamos que remover seis kilos de marisco, lo que va a provocar que la almeja acabe muriendo por el estrés de ser removida todos los días”.

El más crítico con la situación que se está viviendo en el libre marisqueo es el patrón mayor de Rianxo, Miguel Iglesias, que no dudaba en calificar el estado de Os Lombos de “catastrófico”. El otrora emblema del libre marisqueo es hoy un autentico erial “en el que los marineros que fueron a trabajar a él, gente que sabe hacer su trabajo, no vio absolutamente nada de la cantidad de cría que anuncia la Consellería”. Iglesias no duda en afirmar que el problema del libre marisqueo es de fondo; “llevamos años atendiendo a lo que nos dice la Consellería, que nos ha prometido todo tipo de inversiones para regenerar la ría pero que, realmente, no ha hecho nada, porque después de cinco o seis años, esto sigue igual y sigue yendo a peor”.

Iglesias entiende que el sector marisquero “no puede seguir así porque vamos camino de la ruina y de que la gente abandone este trabajo; yo mismo sé de casos que, después de lo de hoy, mañana van a buscar trabajo en tierra”.

El patrón rianxeiro entiende que “se debe elaborar una planificación, un plan de recuperación de la ría que valore la posibilidad de cambiar la forma de trabajar, porque si no lo hacemos, no se va a recuperar nunca”. Recuerda que llevan dos meses solicitando una reunión “para el libre marisqueo, pero nos la dieron a cinco días de su inicio, cuando ya no había margen para cambiar nada”. Los resultados de ayer era algo que ya nos veíamos venir, no hacía falta que nos lo dijesen los muestreos”.

El patrón mayor de Vilanova, Lino Díaz, coincide en el análisis de su homólogo de Rianxo y emplaza a “mirar por esto, porque como no se tomen cartas en el asunto, esto se nos va”. El responsable del pósito vilanovés fue uno de los marineros que se acercó a trabajar a O Bohído y reconoce que “este parón le ha hecho muy bien al mar, porque se ve mucha cría, algo que puede invitar al optimismo, pero si seguimos removiéndola, es muy probable que acabe muriéndose”. Al igual que el patrón de Cambados, Alejandro Pérez, Díaz reconoce que “nos encontramos con una gran cantidad de almeja de entre 35 y 38 milímetros”, un dato que da esperanza al patrón de la villa del albariño de que “esa almeja pueda alcanzar la talla comercial a lo largo del invierno y mantener la actividad”. Pérez también incidió en el hecho de las condiciones meteorológicas que reinaban en la ría, que no ayudaron a que la flota se lanzase al mar en esta primera jornada de trabajo, a lo que se une que las perspectivas en bancos marisqueros como Os Lombos eran casi nulas”.

Almeja preparada para su subasta en la lonja de A Illa durante el día de ayer. |   // NOÉ PARGA

Almeja preparada para su subasta en la lonja de A Illa durante el día de ayer. | // NOÉ PARGA

El patrón mayor de A Illa, Juan José Rial Millán, también apuntaba ayer que “en O Bohído se ha trabajado con cierta normalidad, con los marineros cogiendo los topes estipulados, aunque el marisco es de talla pequeña, pero en Os Lombos ha sido un auténtico desastre”. El responsable de A Illa tiene también muchas dudas sobre cuanto tiempo va a poder resistir O Bohído, un banco marisquero “al que van a acudir cientos de embarcaciones, al ser de lo poco que está ofreciendo algo de resultado”.

A pesar de la competencia de Portugal, la escasez de marisco también ayudó a que los precios en lonja durante esta primera jornada fuesen relativamente altos. En A Illa se comercializaron 256 kilogramos de babosa que osciló entre los 36,75 euros y los 17,05, mientras que la japónica, de la que se comercializaron 15,40 kilos, se cotizó entre los 10,55 y los 9,95. La fina fue la que disparó su precio, aunque solo se comercializaron 6,90 kilogramos, cuya cotización osciló entre los 41,75 y los 104,90 euros. La roja se vendió en torno a los 20 euros.

En la rula cambadesa, la especie del libre marisqueo que más se comercializó fue la japónica, con 581,60 kilos, oscilando entre los 10,65 euros y los 25,65 de la primera cantada. De babosa se vendieron 65 kilogramos entre 16,90 y 25,75.

En la lonja de O Grove, el producto estrella fue la almeja japónica, de la que se comercializaron 819,31 kilogramos a unas cotizaciones que oscilaban entre los 12,59 y los 28,35 euros.

El panorama en Os Lombos fue totalmente desolador, con muy pocas embarcaciones, que abandonaron muy pronto.   | // NOÉ PARGA

Dos rañeiros trabajando en O Bohído durante la jornada de ayer / Noé Parga

Batea de control en pésimas condiciones en el banco de O Bohído

Una de las cuestiones que ha estado desde el principio sobre la mesa es la situación de la batea de control de O Bohído, que ayer se mantuvo en el lugar de siempre, un lugar que los mariscadores consideran demasiado expuesto a los vientos del sur, lo que supone un riesgo para las embarcaciones que se minimizaría si el artefacto flotante se traslada a una zona más al norte, incluso atravesando el puente de A Illa. Además, el estado de la batea es muy mejorable, ya que la madera se encuentra totalmente cubierta de musgo, convirtiéndose en un riesgo el acceder a ella para los marineros, con riesgo de sufrir alguna caída de graves consecuencias. Los vigilantes de varias de las cofradías que se encargan de los controles en la batea van a interponer una queja ante la Consellería do mar para que se proceda a realizar las tareas de mantenimiento que se consideren necesarias ante el pésimo estado en el que se encuentra la batea por la que pasan los marineros.

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